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Seminario Reformado Latinoamericano

Curso: Cristología

Estudiantes:
José David Leiva García
Miguel Soto Machado

Académico:

Doctor. Paul Bankson.

Ensayo:

“Cristo y Jesús: una descripción desde la perspectiva


teológica liberal y las implicaciones sobre la fe
cristiana”

Medellín, Colombia.
2020.
Introducción

La cristología es una rama de la teología general que pretende mostrar cómo

Dios a través de Cristo ejecuta su voluntad y cumple con su palabra, entre otras cosas.

La doctrina de Cristo es entonces, una enseñanza de mucha importancia para la iglesia

ya que, dentro de su contenido muestra la relación que ha tenido Cristo con el hombre a

través de la historia, cómo se ha entendido la persona de Cristo teológicamente, sus

naturalezas y cuál es el propósito de su encarnación. Aunque, la Cristología es en tanto

academia y pedagogía una herramienta valiosa, esta no busca ofrecer una respuesta

absoluta a todas las interrogantes que puedan surgir en la reflexión temática, el

razonamiento humano no es capaz de responder en totalidad a la divinidad de la cual

está cargada la teología ortodoxa.

Por otro lado, se registra desde los tiempos bíblicos que toda doctrina ha sido

puesta bajo análisis crítico, lo cual no ha sido un problema para la teología. Sin

embargo, se han levantado corrientes de pensamiento que han buscado un desprestigio o

una negación completa de la fe cristiana. La teología liberal se ha dispuesto a presentar

una interpretación completamente distinta de las doctrinas elementales del Cristianismo.

Basados en ciencias como la filosofía han querido forzar a las Escrituras bajo sus

métodos y reflexiones humanas, o bien, formas epistemológicas de la historia moderna

que busca calificar lo que es o no es historia. Dentro de las cuestiones a destacar de la

teología liberal se resalta el uso de la filología como herramienta crítica sobre la

interpretación, redacción y búsqueda de fuentes de información. Bajo estas

descripciones generales se ha sometido a la figura de Jesús proponiendo que este es solo

un personaje histórico, carente de deidad y con seguidores que distorsionaron la realidad

de su humanidad con mitologías religiosas.


Con esto claro, el ensayo pretende describir desde la perspectiva de la teología

liberal la persona de Jesús, presentando la manera en la que, desde esta forma de pensar

se entiende a Jesús como objeto histórico y a Cristo como objeto de la fe cristiana o

kerigma. Por último, se presentará las implicaciones hermenéuticas de la teología liberal

y sus implicaciones sobre la fe cristiana.

Fundamentos generales y presuposiciones

La teología liberal data del siglo XVIII al siglo XX, sin embargo, sus

antecedentes son ubicados en la reforma cuando la iglesia católica romana pierde la

supremacía sobre las Escrituras y estas se vuelven de libre acceso, motivando sujetos

académicos a generar cuestionamientos apegados a las tendencias filosóficas del

momento. El cisma de la reforma generó impactos que trascienden la historia, creando

convulsión en el campo religioso, volviendo este movimiento además de político

también académico. Este tipo de teología pasa por variedad de momentos esenciales, los

cuales responden a las predisposiciones de la reflexión filosófica y a los contextos

académicos que por razones socioculturales estaban en auge, por ejemplo: el

renacimiento, el romanticismo y la ilustración alemana.

Según la época en la que se encuentre el liberal así será su forma de redactar y


pensar la teología, por esta razón es usual que el investigador pueda observar diferencia
en algunas concepciones generales y contraste entre algunos conceptos. Las similitudes
son observadas en escasos principios básicos que se han mantenido en su tradición de
pensamiento. En la labor de evidenciar algunas de las consideraciones generales,
epistemológicas y hermenéuticas de la teología liberal Javier Martínez ofrece la
siguiente lista:
a) Libertad de pensamiento y de acción, lo que equivalía a la eliminación de toda
traba impuesta por los prejuicios y convencionalismos tradicionales.
b) Como consecuencia del principio anterior, una actitud de gran reserva o de
franca hostilidad hacia cualquier forma de coerción o autoridad externa.
e) Autonomía y supremacía de la razón, aunque no se concretaba ni la naturaleza
de esta ni su alcance, y a pesar de que en algún momento se dio prioridad al
sentimiento.
d) Exaltación del hombre como centro del pensamiento y de la experiencia
religiosa.
e) Adaptación de la teología ora a la filosofía ora a las ciencias naturales e
históricas.
f) Apertura constante al cambio en los conceptos teológicos en la medida en que
el progreso cultural lo hiciese aconsejable.1

Otro punto de encuentro en la variedad de pensadores de este sistema teológico

responde a sus proposiciones basado en el método histórico crítico. Esta metodología

crítica está basada en ciencias que buscan evidencias físicas, cargadas de razón y que

son calificadas en la academia como naturales por su tendencia cuantitativa. La crítica

bíblica tiene como objetivo descubrir el sentido original del texto entendiendo la historia

de Israel o la tradición de la iglesia en el período seleccionado por el liberal. Esta es una

práctica técnica que apela en la mayoría de los casos a la razón, y a la capacidad del

hombre como centro del conocimiento, pretendiendo abordar la Biblia como un libro

más. Para esto se apoya de ciencias como la geografía, la historia, la etnología y la

arqueología con el objetivo de ajustarse a los estándares académicos examinando el

documento desde la perspectiva crítica y racionalista.2

Con este tipo de valoraciones académicas en relación a la cristología ortodoxa,

se han generado mediante esta crítica literaria variedad de argumentos, desacreditando

la interpretación bíblica conservadora, atacando directamente un pilar fundamental de la

fe cristiana. La forma en la que la teología liberal entiende a Jesús responde más a un

sujeto histórico, con popularidad e influencia socio-política que a un hombre con doble

naturaleza que lo hace una figura con deidad, del cual la Escritura en el Antiguo

Testamento describe y anunciaba su llegada terrenal. Por las apelaciones al contexto

cultural y otra variedad de metodologías la teología liberal apegada al momento

coyuntural de Israel, califica a Jesús como un hombre importante de la época aclamado

como un ente político, además sobre los textos que le posicionan como Dios estos

teólogos proponen que, se tratan de mitologías usadas para asegurar el auge del

1
Javier Martínez, Hermenéutica Bíblica (Barcelona: Editoriales Clie, 1894), 79.
2
Mario Cely Q, Adán y Eva ¿Mito o Realidad Histórica? (Costa Rica: CLIR, 2017), 57.
movimiento cristiano como entidad socio-política. Para los teólogos liberales los

discípulos habían realizado una distorsión del Jesús histórico -término técnico- y esta

propuesta no podía ser aceptada, ya que la historia no permite la categoría de deidad

como la presentaron sus principales seguidores.3

Postulados Liberales sobre la persona de Cristo

Reconstrucción racionalista y aparición del Kerigma:

La construcción epistemológica que se tiene de Jesús histórico como término

técnico es usado para desacreditar toda influencia religiosa o indicio de deidad de la

teología ortodoxa. Estos pensadores liberales han logrado realizar postulados claves en

este sentido. En primera instancia, resulta de suma importancia formular que Jesús

siendo un hombre real trasciende en la historia como un político, pedagogo de valores y

esto lo postulan diferenciando entre el discurso de Jesús y el que los apóstoles

registraron, esto partiendo de la crítica textual de los evangelios y de las fuentes usadas

para la redacción. Todo lo relacionado, por ejemplo, con el discurso de “La venida del

Reino de los Cielos” entre otras enseñanzas desde el entendimiento cultural judío en

espera de un gran rey, se presta para que esta interpretación tenga alguna coherencia,

basado en la hermenéutica literalita y en la audiencia primaria. Lo expuesto por los

apóstoles es lo que el liberalismo califica como la persona objeto de la fe cristiana

llamado Jesús del Kerigma. Los relatos y propuesta de descripción de los apóstoles

sobre la vida de Jesús para la teología liberal se trata de una teoría del engaño

consciente.4 Siguiendo con la línea de pensamiento de los autores en relación con este

supuesto engaño se evidencia que, basarse en este principio genera réplicas en la fe

cristiana:

3
George Eldon Ladd, Teología del Nuevo Testamento, trad. de José-María Blanch y Dorcas González
Bataller (Barcelona: Editorial Clie, 2002), 232.
4
Anette Merz y Gerd Theissen, El Jesús Histórico, trad. de Manuel Olasagasti Gaztelumendi (España:
Ediciones Sígueme, 1999), 19.
La separación metodológica entre el Jesús histórico y la fe de los apóstoles en
Cristo ha sido decisiva hasta hoy, y ahora se postula de nuevo la inserción de
Jesús en su contexto judío; por el contrario, la explicación de la fe en Cristo por
el «engaño» fue rectificada pronto por un segundo gran crítico: D. F. Strauss.5

El filósofo Strauss es quien involucra el concepto de mito en los evangelios, es

de esta fuente que se genera una tendencia a la crítica literaria que propone el abordaje

del Nuevo Testamento con el objetivo de desmitologizar y proporcionar una

interpretación racionalista de los milagros datados, neutralizando todos los evangelios y

sometiéndolos a leyes naturales de la vida cotidiana y al método científico de historia

moderna. Es entonces en esta etapa que la teología liberal se encuentra en un patrón

constante de contraposición de lo sobrenatural con lo material intelectual. Por lo tanto,

el Cristo de los Evangelios es kerigma, no historia. Para la teología liberal es imposible

considerar analizar al Jesús del Kerigma por la carencia de evidencias y por la

abundancia de mitología que hace imposible e irrelevante para su posición teórica que

este forme parte de sus estudios históricos y científicos.

Del Jesús de Nazaret Histórico al Cristo del Kerigma.

Esta tercera interrogación está basada en el dogma liberal de que una persona

sobrenatural no es nunca una persona histórica, por ende, lo que es sobrenatural e

histórico a la vez, tiene que ser negado como histórico. 6 Así que, ¿Qué pregunta se

plantea la teología liberal? ¿Es Jesús un personaje histórico? ¿Es verdaderamente

historia lo sobrenatural? ¿Es válido una predicación de Cristo como Salvador?

En primer lugar, el hombre llamado Jesús de Nazaret es un hombre que si existió

en la historia de la vida. Incluso, uno de los títulos que la escuela liberal le da a Cristo

en función de su obra es el de “maestro ético”. Ahora, en este punto el asunto radica en

que la predicación de Jesús ocurrió en períodos de tiempo donde aún no existían


5
Merz y Theissen, El Jesús Histórico, 20.
6
John Gresham Machen, Cristianismo y Liberalismo, trad. Valentín Alpuche Martínez (Guadalupe, Costa
Rica: Clir, 2013), 152.
características divinas marcadas en él (aún no existía un Cristo Kerigmático). Aquí, es

necesario entender el pensamiento que el grupo liberal le da a la palabra divino, la cual

está enraizada en una progresión sustancial de su obrar terrenal. Razón para entender el

pensamiento de Albrecht Ritschl que, al estudiar la doctrina cristológica no parte de la

persona de Cristo como tal, sino desde un ángulo más práctico, su obra misma,

afirmando que: “Cristo es un mero hombre, pero en virtud de la obra que Él cumplió, y

el servicio que Él rindió, le atribuimos el predicado de Deidad”.7

En segundo lugar, el llamado Kerigma de Cristo hace referencia a la forma en

cómo posterior a la muerte de Jesús, la persona del mismo pasa a ser un mensaje

salvífico esparcido por distintos territorios. Siendo así mezclados el Jesús terreno y el

Cristo exaltado en escritos cristianos primitivos. 8 Ante esto, el pensamiento liberal

partiendo desde la historicidad de Jesús, rechaza por lo tanto cualquier predicación de

un hombre salvador que es resultado de acontecimientos sobrenaturales. Tal como lo

expresa el teólogo liberal Albert Schweeitzer cuando dice que posterior al fracaso de

Jesús en llegar a ser el Hijo del Hombre, sus discípulos propagaron una: “Nueva

religión histórico-mística” centrada en Jesús como Kyrios.9

Todo esto, apunta a la forma liberal de considerar como mito cualquiera escrito

de Jesús donde se le identifique como personaje Divino. Además, cabe resaltar que

dicha motivación religiosa es atribuida a los testigos principales del Jesús de la historia,

sus apóstoles.

A la par de este argumento, un grupo conocido como “El seminario de Jesús”

afirma la existencia de un Jesús histórico, al ratificar la inexistencia de un Jesús divino.

Para ellos el Jesús histórico (que realmente existió y camino por las calles de Palestina)

7
Louis Berkhof, Historia de las doctrinas cristianas, trad. Pastor Alonzo Ramírez Alvarado (Capellades,
Barcelona: El Estandarte de la Verdad, 1969), 156.
8
Merz y Theissen, El Jesús Histórico, 28.
9
Xabier Picaza, Historia de Jesús (Estella, España: Verbo Divino, 2013), 404.
fue un hombre inteligente, ingenioso y contra cultural que nunca alegó ser el hijo de

Dios.10 Todo lo contrario es anunciado en la creencia Kerigmática, la cual este grupo

rechaza al negar cualquier información exaltada de un hombre común y corriente. Al

igual que el “Seminario de Jesús”, J. Crossan cree también en la existencia de Jesús

como un hombre sumamente sabio que predico una enseñanza paradójica de la Biblia.11

En fin, el trabajo liberal concentrado en demostrar la contrariedad que existe

entre un Jesús real involucrado en la historia con un Jesús predicado por la iglesia

primitiva (a lo cual llaman mito religioso), se inicia desde la misma persona


12
Kerigmática de Cristo analizada bajo el testimonio de su vida prepascual. Todo con el

fin de llegar a una conclusión donde se observare de manera clara una distinción entre

un Jesús histórico (real), y un Cristo glorificado por los escritos existentes de tradición

judeo-cristiana.

Implicaciones e impacto de la concepción cristológica de la teología liberal en la fe

cristiana

El pensamiento liberal como construcción teológica tiene sus puntos prácticos como

cualquier sistema de creencias. Ya con todo lo visto hasta ahora puede suponerse cómo

podrían ser sus aplicaciones teológicas según sus mismas premisas cristológicas. Sin

embargo, bajo este último punto es necesario mostrar como la concepción teológica

liberal impacta el entendimiento ortodoxo de la fe cristiana, entendiendo así los puntos

de afinidad y desunión entra ambas.

10
Lee Strobel, El Caso de Cristo Una investigación personal de un periodista de la evidencia de Jesús,
trad. Lorena Loguzzo (Miami, FL: Clie, 2014), 144.
11
Merz y Theissen, El Jesús Histórico, 28.
12
Merz y Theissen, El Jesús Histórico, 24.
Lógicamente es raro encontrar una afinidad entre posturas sobrenaturales y

antisobrenaturales. Un ejemplo de esto sería el fundamento sobrenatural que tiene la fe

cristiana ortodoxa, y el antisobrenaturalismo que propaga el sistema liberal como

fundamento de la racionalidad.

Por tal razón, una implicación del pensamiento liberal a la fe cristiana está

relacionada con la obra de Cristo, específicamente en los milagros obrados por él. Se

sabe de esto que según la creencia liberal los milagros en los evangelios deben

entenderse bajo: “el signo liberal”.13 Este signo lo que abandera es que las fuentes que

relatan la vida y el obrar de Jesús son controladas por el ideal de la personalidad de sus

propios autores.14 Por lo tanto son ilusiones creadas, argumentando entonces que las

creencias normales, es decir, aquellas que no tienen ninguna razón para dudar de ellas

pueden ser creídas de manera natural y confiable. Sin embargo, el impacto que esto hace

en este sentido a la fe cristiana radica en lo trascendental de lo relatado en los escritos,

ya que la cristiandad ortodoxa fundamentada en La Biblia cree firmemente que son las

acciones sobrenaturales las que forman el fundamento de su fe, y las que dan vida a la

confianza cristiana que reposa en Cristo.

Otra implicación radica en la creencia que Jesús como persona histórica se

identificaba como una de las piezas que Dios iba a usar para establecer su reino terrenal

(en tiempo y espacio), y no como la misma intervención de Dios, tal como lo expresa la

fe cristiana fundamentada en La Biblia. Por ejemplo, la voz liberal como la de Xabier

Picaza expone que la llegada de Cristo a Jerusalén marcaba el momento de: “esperar la

intervención de Dios”.15 Tanto este último como también A. Schweitzer creían en una

intervención divina en el proceso en el que el Jesús histórico llegará a su final.

13
Merz y Theissen, El Jesús Histórico, 22.
14
Merz y Theissen, El Jesús Histórico, 22.
15
Picaza, Historia de Jesús, 406.
Naturalmente todo lo contrario lo establece la fe cristiana, dando por hecho de que la

persona de Cristo es la misma intervención divina encarnada.

Hay aún más. Al leer y profundizar en el teólogo liberal Schweitzer y la

“claridad” de su entendimiento acerca de la obra de Cristo como marcada por el fracaso,

su interpretación (según la fe cristiana) se debe observar como una herejía, ya que el

afirmar que Jesús nunca conoció de manera natural su propósito mesiánico es un ataque

primero en contra del entendimiento divino de Cristo de la fe cristiana, y segundo una

tergiversación del conocimiento sacrificial que Cristo tuvo desde el principio.16

También, además de un entendimiento de la obra de Cristo por la teología liberal

igualmente se puede analizar su entendimiento acerca de la persona de Cristo. Los

liberales vieron a Jesús no como un salvador, sino más bien como una persona con una

alta ética a la que se debía una actitud reverente. Si esto es verdadero, ¿Cómo la fe

cristiana se vio afectada según esta perspectiva liberal? Simple, el objeto de salvación a

través de la fe en Cristo se desplazó, quedando sólo una muestra de una vida ideal. Tal

cual como lo dijo un pensador totalmente antiliberal llamado John Gresham Machen:

“el liberalismo hace de él (de Cristo) un ejemplo de fe; el cristianismo, el objeto de la

fe”.17 En este punto, hay una diferencia abismal para la fe cristiana ortodoxa.

Pero no es tan sólo la imagen de Cristo como Salvador, también se puede

apreciar el desentendimiento liberal de Cristo como un profeta más 18, y no como el

profeta ideal prometido por Las Escrituras del Antiguo Testamento.

Así que, sustancialmente las implicaciones del pensameinto liberal a la iglesia

cristiana afectan todo el corpus doctrinal de la cristiandad ortodoxa, lo que termina o en

el escepticismo, o en otra forma de entender la religión cristiana.

16
En este ataque es necesario explicar que Schweitzer creía que Cristo se dio cuenta del valor del
sacrificio sólo después de su fracaso en Galilea. Tal creencia es rechazada por Xabier Pikaza, un teólogo
liberal actual, en Picaza, Historia de Jesús, 406.
17
Gresham Machen, Cristianismo y Liberalismo, 125.
18
Picaza, Historia de Jesús, 407.
Otra implicación sería el problema del pecado, que desde el ángulo de la fe

cristiana se resuelve no con un hombre con un ideal alto y nada más, ya que ni el ideal,

ni lo alto de la persona puede solucionar el pecado. Así es como lo expresa un autor:

“Mientras más sublime sea el ejemplo dado por Jesús (cómo lo ve la postural liberal),

más grande es nuestro dolor por nuestro fracaso en ser como él; mayor es nuestra

desesperanza bajo la carga del pecado”.19

Efectivamente, hay una grande implicación en la fe cristiana desde la

concepción cristológica liberal. Dichas posturas teológicas interrumpen la fe cristiana

ortodoxa, promulgando postulados totalmente contrarios a la fe histórica.

Conclusión

En vista de todo lo plasmado en el presente trabajo, se observa de manera clara

la postura liberal en lo relacionado a la doctrina Cristológica marcada por las corrientes

19
Machen, Cristianismo y Liberalismo, 147.
filosóficas caracterizadas en los siglos del XIII al XX. Sus postulados básicos en la

negación de todo lo relacionado a lo sobrenatural es uno de sus axiomas más relevantes.

También se debe decir que la lógica de sus argumentos es aceptada siempre y cuando se

crean sus presuposiciones teológicas y hermenéuticas.

Uno de los factores vistos que se debe considerar como importante, es aquel que

afirma una separación de un Jesús real y un Jesús místico como fundamento de una

religión mística, basada en ilusiones sentimentales creadas por los más apegados del

Jesús histórico.

Por último, todos estos postulados convergen en una separación natural de los

mismos con la fe cristiana. La cristiandad por orden natural de sus dogmas doctrinales,

rechaza de manera rotunda la teología liberal. Entonces, lo que queda por decir es que la

percepción liberal de la cristología trabaja en función de quitar cualquier creencia de

Jesús como un Cristo Kerigmático, aceptándolo como un hombre histórico digno de

imitar, lo cual, es eliminado por la fe cristiana.20

Bibliografía

20
El rechazo de la fe cristiana no es en sí mismo a la historicidad de Jesús, sino a la percepción liberal de
eliminar cualquier rasgo de interpretación teológica, dando preminencia sólo a un Jesús histórico.
Berkhof, Louis. Historia de las doctrinas cristianas. Trad. Pastor Alonzo Ramírez Alvarado.

Capellades, Barcelona: El Estandarte de la Verdad, 1969.

Ladd, George Eldon. Teología del Nuevo Testamento. Trad. de José-María Blanch y Dorcas

González Bataller. Barcelona: Editorial Clie, 2002.

Machen, John Gresham. Cristianismo y Liberalismo. Trad. Valentín Alpuche Martínez.

Guadalupe, Costa Rica: Clir, 2013.

Martínez, Javier. Hermenéutica Bíblica. Barcelona: Editoriales Clie, 1894.

Merz, Anette y Theissen, Gerd. El Jesús Histórico. Trad. de Manuel Olasagasti Gaztelumendi.

España: Ediciones Sígueme, 1999.

Picaza, Xabier. Historia de Jesús. Estella, España: Verbo Divino, 2013.

Q, Mario Cely. Adán y Eva ¿Mito o Realidad Histórica? Costa Rica: CLIR, 2017.

Strobel, Lee. El Caso de Cristo Una investigación personal de un periodista de la evidencia de

Jesús. Trad. Lorena Loguzzo. Miami, FL: Clie, 2014.

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