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1. CRISTOLOGÍA FUNDAMENTAL
La evolución de la teología cristiana, desde las primeras formulaciones hasta las grandes
síntesis de los padres de la Iglesia y los concilios, refleja cómo la fe ha interactuado con
contextos filosóficos y políticos diversos. La teología medieval y los desarrollos posteriores
hasta el Concilio Vaticano II muestran la relación dinámica entre la cristología y aspectos
como el pecado, los sacramentos y la economía salvífica. El Concilio Vaticano II marcó un
punto de inflexión hacia la renovación de la cristología, enfatizando la importancia de los
Evangelios y la revelación en la historicidad de Jesús. Esta renovación permitió redescubrir
aspectos bíblicos, patrísticos y tomistas, centrando la reflexión teológica en la cristología y
abordando la fe como un evento global y significativo para el contexto contemporáneo.
2. CRISTOLOGÍAS
Con la mención de diversos tipos de aproximación a la cristología y con la valoración de cada
uno de ellos, intentáremos precisar algunos principios de método.
Por otro lado, la cristología funcional se enfoca en el papel y la misión de Jesús, destacando
su obra redentora para la humanidad. Esta rama de la cristología pone énfasis en la
importancia de entender a Cristo principalmente a través de su función salvadora,
reaccionando contra una visión demasiado centrada en los aspectos ontológicos y
argumentando que la encarnación debe entenderse en su propósito redentor.
La cristología dogmática, centrada en los dogmas definidos por concilios históricos como
Nicea y Calcedonia, ha sido criticada por su posible abstracción y desconexión con la obra
salvífica. En respuesta, surge una cristología existencial que enfatiza la experiencia vivencial
de Cristo tanto en sus orígenes como en la vida actual de la Iglesia. Esta vertiente existencial
se basa en la experiencia trascendente de los discípulos con Jesús y la continuidad de esta
experiencia en la Iglesia a través de la fe y la revelación evangélica. Lejos de oponerse, la
cristología existencial y la dogmática se complementan: los dogmas son el fruto de la
experiencia eclesial de fe, y la autenticidad de la experiencia cristiana se apoya en dichas
declaraciones de fe. Por tanto, la cristología dogmática gana vitalidad al incorporar la
dimensión existencial de la revelación y salvación, mientras que la cristología existencial
encuentra en los dogmas una base sólida y expresión precisa.