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Juan David Bustamante Madariaga

Juan Esteban Villegas

Metodología de la investigación literaria

30 de agosto del 2018

La ‘autoficción’ en la obra Casablanca la bella de Fernando Vallejo

Planteamiento del problema

Son numerosas las obras que, a lo largo de la historia de la literatura, han incluido rasgos del

autor en su misma obra. Basta con fijarse en La Divina Comedia de Dante, en el Quijote de

Cervantes o incluso, para no alejarse tanto en tiempo y espacio, en la obra de Fernando

Vallejo para advertir que tales escritores aparecen en sus obras de una manera ficcionada.

Esta forma de hacer ficción, dada su ambigüedad, pone a prueba al lector, lo enfrenta a un

nuevo pacto de lectura donde el escritor tiene una voz propia y no es un ente ajeno a la

diégesis. Surgen entonces interrogantes frente a esta situación ¿Qué función cumpliría el

autor dentro de la narración? ¿Con qué fin se inmiscuye el autor en su obra? ¿Cómo

ficcionalizar al escritor dentro de una obra? Son pues estos interrogantes los que llevan a

plantearse cómo se posibilita la “autoficción” en la obra Casablanca la bella de Fernando

Vallejo.

Justificación

Resulta pertinente el presente artículo para los estudios literarios porque enfrenta el

vacío investigativo en el que ha estado sumido esta obra en particular (aunque no pretende

llenarlo), pues la ‘autoficción’ en la obra de Fernando Vallejo ha sido ampliamente tratada,

pero, al ser esta novela una de las más reciente del autor adolece aún de un estudio que trate a

profundidad la complejidad de la obra. De igual manera, resulta necesario el presente estudio

para expandir el acervo que hay ya sobre la “autoficción”. Se aporta a la teoría un ejemplo
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más de autoficción en la literatura y de esta forma se puede evaluar de manera crítica la

condición actual del concepto y cómo se ha desarrollado este en la actualidad.

Objetivos

- Demostrar cómo se desarrolla el concepto de la ‘autoficción’ en la novela Casablanca

la bella de Fernando Vallejo

- Definir el concepto de “autoficción”

- Identificar las estrategias narrativas que constituyen la ‘autoficción’ en la novela

Casablanca la bella de Fernando Vallejo

Estado del arte

Al realizar recorrido documental por las obras que están relacionadas con Fernando Vallejo y

Casablanca la bella se ha encontrado el siguiente material.

Son numerosas las reseñas que sobre Casablanca la bella se han escrito, tanto en

medios y revistas internacionales como nacionales, sin embargo, vale la pena rescatar un

video publicado por el periodista Nelsón Fredy Padilla en el diario El Espectador el 6 de

octubre de 2013, en el cual Fernando Vallejo responde a las diferentes preguntas planteadas

por el periodista, el video está compuesto únicamente por la voz de Fernando y visualmente

lo apoyan fotografías suyas.

Se encontraron dos artículos dos artículos sobre Casablanca la bella,

Fiel a su corriente: las repeticiones de Vallejo en Casablanca la bella es un artículo

de Juanita Aristizábal publicado en los Cuadernos de Literatura Vol. XIX, número 37, en el

año 2015, en él la autora enfrenta las críticas que se le han hecho a Fernando Vallejo

comparando su tono con el de un "disco rayado", aquella defiende al autor manifestando:

Al contrario de la repetición superflua, este cuidadoso examen de la voz narrativa de

Vallejo arguye que la repetición en sí es lo que le da la arquitectura resonante a la


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crítica social de Vallejo y concluye que el marco temático y espacial de sus libros

evoluciona junto con el desarrollo de Colombia. (Aristizábal, p. 2)

Se realiza entonces un análisis de las diatribas recurrentes de Fernando Vallejo en

mencionada obra y finaliza detallando la figura provocativa del “dandi” que Vallejo

construye, esta vez, bajo la sombra de los edificios de Medellín. Este artículo le es útil a la

presente investigación en la medida en que existe un análisis sobre los usos de la voz

narrativa y cómo ella le da sentido a la estructura crítica de Vallejo, ya que son estas medidas

las le dan límite al presente estudio, cómo el narrador encaja en la dinámica narrativa de

Fernando Vallejo.

El artículo Fiesta de difuntos en Casablanca la bella de Fernando Vallejo escrito por

María Luisa Martínez fue publicado en la revista Alpha (No. 45) de la Universidad de Los

Lagos (Osorno, Chile), en el año 2017. En este artículo la autora determina el texto como una

continuación de las obsesiones que trae el autor desde sus primeras publicaciones: "la

devastación que el tiempo impone, la soberanía de la muerte y la defensa de los animales,

nuestro otro prójimo" (Martínez 15) y serán estos los ejes de su artículo, un acercamiento a

tales obsesiones dentro del ambiente de Casablanca la bella. Habla pues la autora de

violencia, del olvido, de la muerte y del amor hacia nuestro otro prójimo, pero también

propone la novela como un espacio paradigmático que fluctúa entre el mundo real y el de los

muertos, con la única esperanza de volver a lo que siempre se quiso:

El anhelado reencuentro con los animales y los muertos, las presencias privilegiadas

por el narrador, sólo es posible en el deseo que domina Casablanca la bella y que

adquiere dimensiones revolucionarias y políticas al expresar la intención utópica de

trascender los lindes entre vida y muerte, y habitar un espacio imposible que sea

resistencia contra el olvido. (Martínez 14)


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Este trabajo le aporta una nueva perspectiva al trabajo que se viene desarrollando, aunque no

se mueve en el campo de la autoficción (que es el que le interesa a este investigación), sí

recurre a los elementos que hay en la novela como el "autor-narrador-protagonista" y la

manera en que este va hilando sus discursos en ocasiones violentos, en otros cargados de odio

o de lógica (cuando habla del lenguaje), es a través de esta trinidad que se manifiestan los

temas que la autora aborda, por ende es un apoyo más a la presente investigación.

Uno de los estudios más completos que se han realizado sobre la obra de Vallejo es el

que publica Alba Clemencia Ardila Jaramillo en su libro El segundo grado de la ficción:

estudio sobre los procesos metaficcionales en la narrativa colombiana contemporánea

(Vallejo, Abad Faciolince y Jaramillo Agudelo). Este libro contiene un capítulo dedicado al

análisis del proceso autoficcional existente en la obra de Vallejo, que inicia con Los días

azules, primer libro de Los ríos del tiempo, no sin antes hacer un pare en el concepto de

"autoficción" para explicarlo. Ardila Jaramillo se acerca primero a los elementos

metaficcionales rastreables en la obra de Vallejo como lo es la metalepsis, evidenciándose

con citas textuales de diferentes novelas.

Luego, aborda la autora el tema del narrador y su identidad en el texto, apoyándose no

sólo la narración de Vallejo (utiliza citas de diferentes libros para sustentar sus argumentos)

sino también de teóricos como Phillipe Lejeune, Manuel Alberca y Umberto Eco. De esta

manera, se va haciendo evidente la manera que opera la autoficción en la obra Fernando

Vallejo, por ello en la medida que la autora analiza la frontera entre autobiografía y

autoficción advierte la relevancia de la ambigüedad en los textos de Vallejo y la necesidad de

reconfigurar un nuevo pacto ambiguo que involucre estos dos niveles.

Ardila Jaramillo realiza también una distinción de los tipos de autor existentes en la obra de

Vallejo:
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se configura un personaje-narrador-autor que bien puede considerarse en estas tres

dimensiones y decir entonces que la figura de autor que se representa es tripartita: un

"yo" que realiza la acción de narrar, otro que domina el lenguaje y otro más, quien

expone y defiende una concepción particular del mundo. [...]. Cada uno de esos

"yoes", cuyas funciones no siempre son de fácil distinción, configura la

representación de autor que en estas obras se inventa. (Ardila Jaramillo 161)

Es por esto que la autora realiza tres clasificaciones: el autor-narrador (es quien relata,

organiza y comenta la historia), el autor-gramático (decide cómo se habla y prescribe acerca

del uso del idioma) y el autor-escritor (enuncia una postura ética e ideológica frente a la

muerte).

Diana Diaconu: Fernando Vallejo y la autoficción. Coordenadas de un nuevo género

narrativo, parte desde los inicios del concepto y lo conecta con la obra de mencionado autor.

No solo analiza aspectos formales y estructurales de su obra, sino que transgrede a su

contexto socio-político y piensa su forma de composición como un medio propicio para la

crítica que, para el autor, es indispensable por la realidad que vive:

La motivación inicial en esta investigación ha sido desentrañar y dar cuenta del

significado complejo de la obra de Fernando Vallejo dentro de su contexto histórico y

sociocultural. Me ha movido a emprenderla principalmente el gran desajuste existente

entre la calidad literaria excepcional de la obra y la crítica que, a mi parecer, dista

mucho de estar a la altura, e incluso frecuentemente propone lecturas erradas e

injustas. (Diaconu 341)

Marco teórico

Luego de una lectura sobre los antecedentes encontrados para este trabajo se ha encontrado

que resulta fundamentalmente realizar un acercamiento teórico sobre el concepto de la

autoficción pues en derredor de este se mueven numerosas investigaciones que se han


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realizado sobre la obra de Vallejo. Sin embargo, no ha sido posible encontrar hasta el

momento un artículo investigativo que trate explícitamente el fenómeno de la autoficción en

Casablanca la bella. Se verá pues a continuación un acercamiento teórico a la autoficción.

El neologismo "autoficción" es un concepto relativamente nuevo, aparece por primera vez en

1977, gracias a Serge Doubrovski, quien emplea el término para definir su novela Fils: "una

ficción de acontecimientos estrictamente reales", dicha novela nace para contribuir a la tesis

que el crítico francés, Phillipe Lejeune, expone en El pacto autobiográfico (publicado en

1975, en el número 14 de la revista Poétique). Pero, más que una contribución, Dubrovsky,

experimenta en la novela a partir de una posibilidad que menciona Lejeune: "El héroe de una

novela ¿puede tener el mismo nombre que el autor? Nada impide que así sea y es tal vez una

contradicción interna de la que podríamos deducir efectos interesantes. Pero en la práctica no

se me ocurre ningún ejemplo." (Lejeune en Casas, 10)

Luego de su aparición, son numerosos los investigadores que han teorizado a partir de

este concepto, pero, con el fin de proponer una posible definición (que sirva también de base

teórica para el trabajo que se pretende llevar a cabo), se habrá de acudir a los estudios de los

críticos franceses Marie Darrieusecq y Vincent Colonna.

Ana Casas publica dos libros dedicados a la escritura del yo (La autoficción.

Reflexiones teóricas (2012) y El yo fabulado. Nuevas aproximaciones críticas a la

autoficción (2014)) en los que compila las investigaciones de diversos autores que se han

dedicado largamente al estudio crítico del yo novelado. Para esta autora la autoficción se

define dentro del reino de la ambigüedad, pues en un primer momento este concepto parecía

estar apegado a la autobiografía, como una especie de deriva posmoderna, sin embargo,

siguiendo la evolución de tal concepto, encuentra este sus márgenes entre la autobiografía y

la novela.
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Marie Darrieussecq es una de las autoras que compila Ana Casas en su primer libro,

donde publica La autoficción, un género poco serio (originalmente publicado en la revista

Poétique en su número 107, en el año 1996) En este artículo se proponen los alcances de la

autoficción y la manera en que se desmarca de la autobiografía, partiendo de la diferencia

entre los pactos de lectura que se presentan en textos de corte autobiográfico y autoficcional.

En el pacto autobiográfico el autor-narrador le solicita al lector confianza para que crea la

historia narrada, mientras que en el pacto autoficcional no se le solicita al lector que crea sino

que imagine la historia contada aunque esta no sea real.

En este análisis pragmático de la autoficción la autora acude, en principio, a la

definición dada por otros teóricos que han tenido preocupaciones similares respecto al

término, para, luego, construir una percepción propia sobre lo que puede ser "autoficción" y

cuáles serían sus alcances. Para Darrieusecq entonces "la autoficción aceptará

voluntariamente -por lo tanto, estructuralmente- la imposible sinceridad y objetividad,

integrando la parte de mezcolanza y ficción debida en particular al inconsciente."

(Darrieusecq en Casas, 79) Por esto, en el pacto autoficcional le pide al lector que imagine lo

que será contado mas no que lo crea. Para la autora "autoficción es una aserción que se

presenta como fingida y al mismo tiempo como seria" (Darrieusecq en Casas, 79; 2012), es

decir solicita ser creída pero también solicita no ser creída.

Por otro lado, Manuel Alberca, también ahonda en el fenómeno que ha significado la

"autoficción" en las últimas décadas (aunque algunos críticos lo vean ya como algo

desgastado), proponiendo dos posibilidades interpretativas a partir de la etimología del

concepto mismo, como un punto de partida para el análisis de tal:

¿se trata de una autobiografía sensu latu con la forma y el estilo de una novela (que

bien podría introducir incluso algunos elementos ficticios)? O, por el contrario, ¿se

trata de una ficción (novela del yo), en la que el autor, con su propio nombre, se
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convierte en el protagonista de una historia totalmente fabulada? (Alberca en Casas,

144)

Tales preguntas obligan a realizar una distinción entre autobiografía y autoficción, cuál es la

frontera, a pesar de la condición de ambigüedad que hay en la autoficción, y, así como

Darrieusseqc, basará esta distinción en los pactos de lectura: "En la medida que no disfraza la

relación con el autor, como lo hace la novela autobiográfica, la autoficción se separa de esta,

y en la medida que reclama e integra la ficción en su relato se aparta radicalmente de la

propuesta del pacto autobiográfico." (Alberca en Casas, 146) A lo que se refiere con esto el

autor es que, al ser la autobiografía condicionada en su totalidad por la realidad, las

posibilidades de ficción son limitadas; se aparta radicalmente del pacto autobiográfico puesto

que el pacto que se propone en la autoficción es el de una mentira que espera ser convertida

en verdad a través del pacto con el lector.

Para Alberca para que se de la autoficción no basta con reconocer elementos

biográficos o con identificar personajes novelescos con el autor, sino que se debe crear una

estrategia para auto-representarse ambiguamente, en este sentido, para este autor

la autoficción se representa como una novela, pero una novela que simula o aparenta

ser una historia autobiográfica con tanta transparencia y claridad que el lector puede

sospechar que se trata de una pseudo-autobiografía, o lo que es lo mismo que, que

aquel relato tiene 'gato encerrado'." (Alberca en Casas, 145)

Es Vincent Colonna uno de los críticos que más profundiza en los dominios de la autoficción,

dedica, aparte de una de sus tesis, un libro: Autofiction et autres mythomanies littéraires, en

un capítulo de este último llamado "Cuatro propuestas y tres deserciones (tipologías de la

autoficción). Colonna realiza una clasificación dentro de la autoficción, para realizar tal

clasificación el autor se basa en ejemplos de novelas y autores concretos, crea pues cuatro
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variaciones de la autoficción. De esta manera amplía las posibilidades pragmáticas del

concepto.

La primera es la autoficción fantástica, aquí el escritor es el protagonista (está en el

centro del relato), pero su existencia, su identidad se incrustan dentro de una historia

totalmente irreal, inverosímil:

El doble proyectado se convierte en un personaje extraordinario, en puro héroe de

ficción, del que nadie se le ocurriría extraer una imagen del autor. (...), esta no se

limita a adaptar la existencia real, sino que la inventa; la distancia entre la vida y la

escritura es irreductible, (...), la ficción del yo es total. (Colonna en Casas, 85)

un ejemplo que puede contar dentro de esta tipología es “El Aleph” de Jorge Luis Borges.

La segunda, autoficción biográfica: el autor continúa en el centro del relato, a partir de

él se ordena la narración, pero su existencia es imaginada a partir de datos reales,

permaneciendo cerca de la verosimilitud, aunque para hacerlo se valga de verdades

subjetivas: "evita lo fantástico; lo hace de tal modo que el lector comprende que se trata de

una 'mentira verdadera', de una distorsión al servicio de la verdad" (Colonna en Casas, 95).

Un buen ejemplo que puede ponerse a consideración de esta tipología es David Copperfield

de Charles Dickens.

La tercera, Autoficción especular: ya la posición del autor no está obligatoriamente en

el centro, pero interviene constantemente en el desarrollo de la narración, interpelando al

lector con un mensaje directo para él o con soliloquios en los que la historia narrada quede

momentáneamente en segundo plano para darle un breve espacio al autor. Debe pensarse el

autor como un espejo: "Al apoyarse en un reflejo del autor o del libro, esta orientación de la

invención del yo recuerda la metáfora del espejo. El realismo del texto, su verosimilitud, es

un elemento secundario." (Colonna en Casas, 103)


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Este tipo de autoficción se vale de las figuras de la metalepsis y del mise en abyme, la

primera refleja sobre todo al autor (o al lector) y la segunda, refleja principalmente la obra,

sendos conceptos serán ampliados más adelante en el marco conceptual. El ejemplo que cabe

perfectamente aquí es La insoportable levedad del ser de Milan Kundera.

Por último, está la autoficción intrusiva, en este tipo, el escritor es tan solo un relator,

un comentarista de la historia que se mantiene al margen de la trama: "la transformación del

escritor no tiene no tiene lugar por mediación de un personaje; su intérprete no pertenece a la

intriga propiamente dicha." (Colonna en Casas, 115) Aquí Papá Goriot de Honoré de Balzac

podría configurarse como ejemplo.

En lo que concierne al marco conceptual y habiendo delimitado el concepto sobre el

cual se construye el presente artículo, se procede a realizar una definición de varios términos

de suma importancia para procurar entender en su totalidad los alcances de la autoficción,

como lo son la metalepsis y el mise en abyme.

Se entiende pues por autoficción como esa incursión ambigua que realiza el autor en

la diégesis de su obra, ya sea como un narrador o protagonista. Aquí, la figura del narrador

puede ser la misma del autor, y esta a su vez, puede ser la misma figura del protagonista, este

ente tripartito es el que caracteriza la autoficción.

La metalepsis, por su parte, se hace presente, cuando "algún personaje y/o narrador

abandona su marco diegético, [es decir, su papel dentro del devenir de la historia] y se inserta

en otro que no le corresponde." (Alarcón en Casas, 114), como se ha dicho anteriormente es

el reflejo del autor (o el lector) dentro de la diégesis, o mejor dicho, cuando un personaje o un

narrador es capaz de romper el límite que lo separa de la realidad.

La figura del mise en abyme ya no va a reflejar algún personaje o al narrador, sino el reflejo

del conjunto del relato dentro del mismo relato, es decir, un metarrelato que se reproduzca
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dentro de la diégesis (poema dentro de poema, teatro dentro del teatro, novela dentro de

novela).
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Referencias

Ardila, Alba. El segundo grado de la ficción. Estudio sobre los procesos metaficcionales en

la rotativa colombiana contemporánea. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2014.

Impreso.

Aristizábal, Juanita. “Fiel a su corriente: las repeticiones de Vallejo en Casablanca la bella”.

Cuadernos de Literatura vol. XIX. Enero - junio. 2015: 204-218. Digital.

Casas, Ana. El yo fabulado. Nuevas aproximaciones críticas a la autoficción. España:

Iberoamericana - Vervuert, 2014. Impreso.

Casas, Ana. La autoficción. Reflexiones teóricas. Madrid: Arco/Libros, 2012. Impreso.

Diaconu, Diana. Fernando Vallejo y la autoficción. Coordenadas de un nuevo género

narrativo. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2013. Impreso.

Martínez, María Luisa. “Fiesta de difuntos en Casablanca la bella de Fernando Vallejo”.

Alpha. Dic. 2017: 201-216. Digital.

Padilla, Nelson. “Bienvenidos a ‘Casablanca la bella’”. El Espectador. 6 oct. 2013. Cultura.

Impreso.

Vallejo, Fernando. Casablanca la bella. Bogotá: Alfaguara, 2013. Impreso.

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