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Reseñas/CeLeHis

Año 5, número 13, agosto - noviembre 2018


ISSN 2362-5031

Nicolás Lucero
La vuelta incompleta. Saer y la novela
Buenos Aires: Santiago Arcos Editor
2017
290 páginas

De lo incompleto como forma de la felicidad crítica

Claudia A. Roman1 intervenciones críticas y ensayísticas y


da forma a algunos de sus poemas,
Habría que ver por qué resultan indica una tarea, refiere al modo
inolvidables Ángel, Delicia, el Gato, perceptual de encararla y lleva, en su
Tomatis, Pichón o la poetisa Adelina repiqueteo irónico y en su intención
Flores. O incluso Nula, ese protagonista refutativa, una marca distintiva de su
tardío. Cada quien tendrá su propia lista. orientación hacia otras palabras. Los
Lo cierto es que los personajes de Saer lectores de Saer conocen bien ese tono.
conforman, para quienes los hayan Recortadas y recontextualizadas por la
frecuentado, una zona de evocaciones a mirada crítica en la apertura de La
la que resulta difícil renunciar, dentro y vuelta incompleta, esas tres palabras se
fuera de la lectura. Habría que ver: la transforman en una clave que permite
expresión, que vuelve, en boca de varios pensar vínculos inéditos del corpus
de sus personajes, de una a otra saeriano con diversas tradiciones
narración, se insinúa en sus literarias y críticas, en un balanceo que
–como lo prueban su objeto y la
1
Profesora regular adjunta de Literatura selección de sus instrumentos– no
Argentina II, FFYL-UBA. Investigadora renuncia ni a la ambición filosófica ni al
Adjunta, Universidad de Buenos Aires. Consejo close reading como medio de
Nacional de Investigaciones Científicas y indagación.
Técnicas. Instituto de Historia Argentina y El ensayo de Lucero reúne las
Americana "Dr Emilio Ravignani" (IHAYA). conclusiones de su investigación
Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, doctoral en la Universidad de Iowa,
Argentina. Mail de contacto: bajo la dirección de Daniel Balderston.
claudiaroman@hotmail.com La tesis fue defendida en 2006. Su
Claudia A. Roman

hipótesis central parte de la insistente ensaya a sí mismo” (15). En el pasaje de


formulación de Saer respecto de la sustancia a atributo, así, lo novelístico
novela como forma histórica agotada e revela tanto las capacidades y la
imposible de practicar frente a la potencia de la literatura moderna para
narración como objeto y como indagar el mundo, como sus
problema. Lucero vuelve ese instrumentos específicos para hacerlo.
interrogante sobre la forma novelística y La “utopía de la forma”, “la creación
propone partir de ella como impulso de del objeto irrepetible” (20) resultan así
la escritura saeriana. El desplazamiento menos un programa orientado por un
de la sustancia de la novela como ideal de originalidad o de belleza que un
género a la formulación de un ejercicio signado por el fracaso y la
“pensamiento novelístico” se define así insatisfacción (18) que supone la alerta
en la literatura de Saer “un modo ensayística, disciplinada, rigurosa y
específico de pensar (…) un método permanente para no abandonarse a las
inmanente en sus textos” (9). Si la estructuras (convenciones, filiaciones,
novela realista es el blanco evidente de categorías o poéticas) disponibles o
esa caída tanto del género como de “la recibidas. La exploración técnica o
autoridad del novelista”, también la microtextual de esta impronta de las
novela modernista (Joyce, Kafka, lecturas de Adorno que Saer ha
Proust, Beckett), de la que Saer sería, explicitado con frecuencia y que buena
especula Lucero, un heredero “tardío”, parte de su crítica recupera permite
así como el noveau roman, invocado advertir los contornos que definirían la
con frecuencia por la sincronía y unidad del corpus saeriano más allá de
aparente sintonía de su emergencia con su archipiélago de textos y de las
algunas de las narraciones de Saer, emergencias de los géneros: lo
resultarían cuestionados por una incompleto como motivo –en el sentido
particular puesta en práctica de lo musical del término–, como condición
novelístico como campo de de posibilidad y como síntesis de su
problemáticas tanto estéticas como programa de vanguardia negativa.
filosóficas en sentido amplio.2 No se Tras esta presentación de las
trata de un mero cambio de acento o de premisas que rigen “La escritura del
focalización. En ese desplazamiento, novelista” en la primera de sección, La
consecuentemente, la lectura de Lucero vuelta incompleta dedica las siguientes
deja en claro que si hay un género que a dos elementos clásicos de la novela: el
permite leer el conjunto de la obra personaje y el diálogo, que considera no
saeriana no es la novela sino el ensayo, como categorías previamente
entendido desde su definición en estructuradas y propias del género cuyas
Adorno (1962: 11-36): por su particularidades se actualizarían de uno
“plasticidad” para albergar asuntos, u otro modo en la literatura de Saer,
ideas, procedimientos; pero también sino como modos de exploración
como un ejercicio sin tragedia ni épica, heterogéneos que el pensamiento
sin fin por incesantemente novelístico convoca y moviliza.
recomenzado, este sería el género que En “Las vueltas del personaje,
permite construir una obra bajo la las vueltas del narrador”, Lucero
premisa de que sea “un proyecto que se convoca dos categorías acuñadas por
Mijail Bajtín: la “extraposición” y su
2 efecto derivado, la “exotopía”. Estas
Lucero destaca en el inicio de su propia lectura
su deuda crítica con María Teresa Gramuglio, dos nociones, que Bajtín desarrolla en
quien apuntó tempranamente una tradición
crítica que piensa la novela como género
experimental (Lucero 2017 8, n. 1).

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De lo incompleto como forma de felicidad crítica

diversos escritos,3 buscan responder a incompleta, reubica en una serie


preguntas elementales en torno a la conceptual nueva un espectro
construcción de personajes y heterogéneo de rasgos reconocibles para
narradores. Se trata de interrogantes que cualquier lector de Saer: la recurrencia
imponen decisiones concretas a un al walking around de sus personajes y
escritor: qué es un personaje, cómo de sus narradores (a través del puente
narrar sus emociones y percepciones colgante, en auto y por la bruma, en el
desde su perspectiva y, a la vez, cómo desierto o navegando por el río, de
exceder esa perspectiva para poder Europa a América a Europa a…); las
observarlo como una unidad en órbitas, círculos y conos de luz
funcionamiento en el texto; cómo representados, que son a la vez
identificar a un personaje y hacerlo metáforas metanarrativas de la forma de
identificable para otros y para el lector; sus novelas; la circularidad imperfecta
cómo exponer las percepciones que de algunas narraciones y la del sentido
tiene el narrador sobre los personajes y de algunos versos que, como la cuarteta
sobre sí; entre otras. El movimiento de que es epígrafe de Glosa y termina
“extraposición”, es decir, el paso de la (¿termina?) borroneándose en un papel
visión interna del héroe, que supone la doblado en el bolsillo de uno de sus
empatía del autor, a la externa, que protagonistas; el recurrente murmullo
permite “concluirlo”; y la relación de incomprensible e intransmisible que en
“exotopía”, dada por el “excedente de sus novelas anima la conciencia común
visión” que, por definición, tiene sobre de los personajes y del mundo.
ellos el autor explican para Bajtín la La ceguera supone la
díada “héroe”-“narrador” de modo exploración, el tanteo y, por ende, la
relacional y proveen una serie de inestabilidad y el movimiento de los
analogías antropológicas que la personajes, que son definidos como
proyectan hacia lo extratextual (señala puntos de vista en constante
Bajtín, y recuerda Lucero: “no podemos desplazamiento. La narración es
asistir a nuestra propia muerte; no entonces el campo vectorizado por esas
podemos ver nuestra propia nuca; si no miradas que, por definición, son
nos olvidamos de nosotros mismos invisibles unas a otras, no coinciden y
cuando caminamos, tropezamos” (17)). difícilmente puedan encontrarse. Cada
En su reelaboración por el mismo personaje es, a su vez, lo que diseña la
Bajtín, la noción de “conclusividad” confluencia de miradas de los otros y de
cambia de valor y, como subraya puntos ciegos que portan esas miradas.
Lucero, termina por descubrir la Ocasionalmente, efímera y al azar,
potencia estética de la novela moderna puede ocurrir la coincidencia (entre los
justamente en la inconclusividad. Pero personajes, entre ellos y el narrador, o
si, como quiere el pensamiento entre todas o algunas de las instancias
novelístico de Saer, la literatura debe textuales y el lector, que en ese
ser para el escritor una exploración a la movimiento se ve inscripto, por un
intemperie y en un estado de instante, en el texto). La felicidad surge
somnolencia, de rigurosa incertidumbre, entonces como efusión poética que
el “excedente de visión” bajtiniano debe reúne sensaciones, sentimientos,
reformularse como “excedente de algunas palabras y razones. La escena
ceguera” (31). Esta noción, uno de los final de Nadie nada nunca es para
aportes más interesantes de La vuelta Lucero un ejemplo maestro.
Esa misma perspectiva permite
3
Muy especialmente, en “Autor y personaje en explicar la dinámica del “elenco de
la actividad estética”, Estética de la creación amigos” que circula de un texto a otro,
verbal, México. Siglo XXI, pp. 13-190.
Claudia A. Roman

y que pone en cuestión las categorías este modo, no como categoría a priori,
fundantes del realismo, como sino como “zona propicia para la
“narrador” y protagonista. Si tales estos investigación narrativa” (77) y, más
vínculos pueden pensarse bajo la forma precisamente, como “unidad de
de la extraposición, es porque esta pesquisa” (103), el “personaje de
noción supone una topología, es decir, escritor”, que se reitera de diferentes
un haz de relaciones espaciales. Las modos en la narrativa saeriana, así
hipótesis de Lucero habilitan entonces como los personajes de escritor que a
la posibilidad de pensar la imaginación menudo examinan las intervenciones
de la “zona” menos como un territorio ensayísticas y críticas del escritor Saer
que un mapa o un diagrama de las se descubren como instancias
conversaciones y diálogos. Esos particularmente aptas para ensayar los
intercambios organizan constelaciones límites de la extraposición. Descartada
de puntos de vista móviles, cuya como categoría convencional del relato,
intensidad dispar no determina una la del personaje ha pasado a mostrarse
posición en un sistema de prelaciones como capaz de habilitar sus desarrollos
para la narración (protagonista, testigo o más extremos y experimentales.
“secundario”) sino focos de enunciación “Narrar el diálogo”, la tercera
–fugaces o sostenidos por un tiempo– parte del libro, se preocupa por el
eminentemente dirigidos hacia los lenguaje de narradores y personajes. El
demás. Una forma particular de esos diálogo se sostiene, funciona como
vínculos está dada por la “exotopía principio constructivo de las narraciones
interior” (97) que experimentan algunos y –como en Onetti– de articulación de
personajes (el Ángel de Cicatrices, por la obra. Lucero distingue cuatro
ejemplo) que explica la emergencia de modalidades del diálogo saeriano, no
los dobles, sosías, amigos-gemelos excluyentes entre sí, y que resultan
(Gato y Pichón Garay, Tomatis y todas ellas muy distantes de su
Pichón, Leto y el Matemático, Tomatis convencional concepción subordinada o
y el Matemático, Barco y …), o de instrumental en términos de portador de
personajes que se afantasman en la informaciones necesarias para el
repetición de nombres o en la confusión desarrollo de la trama narrativa. Más
de las referencias que los identifican (el allá de su “autotematismo” en torno a
“Él” de la primera lectura de “Algo se los asuntos filosóficos o literarios sobre
aproxima”; los dos “Ángel”). Antes que los que giran más de una vez, en Saer
la recurrencia a un motivo de la los diálogos están por fuera de la
tradición literaria, estos dobles narración o son, en todo caso, lo que se
apuntarían la insistente irrupción de una narra (La pesquisa); o bien resultan
epifanía negativa: la de la ruptura de la asediados, fragmentados y
relación sujeto-objeto, a través del deshilvanados por la narración
parecido y –la palabra es de Saer y, una minuciosa de gestos y por la descripción
vez más, Lucero la subraya– la “co- de datos sensoriales (“Me llamo Pichón
incidencia”. Complementariamente, la Garay”); o se ofrecen en versión
extraposición interior da lugar también barroca, como “diálogo dentro del
al desfasaje entre sujeto e historia. En diálogo” (Glosa); o vuelven, finalmente,
un arco que va de Responso a bajo la forma de la lectura como diálogo
Cicatrices, la epifanía negativa consiste diferido (“Recepción en Baker Street”).
entonces en el quiebre de la relación Lucero encuentra en el simposio
entre el sujeto y la identificación (spoudogaloion) rasgos que permiten
política por la que se sentía interpelado pensar al diálogo como a través de un
o reclamado. Definido el personaje de dispositivo genérico y de una tradición

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De lo incompleto como forma de felicidad crítica

que incorpora dos elementos frecuentes progresión en la escritura ni en su


en la literatura de Saer. Por un lado, la análisis crítico. La construcción del
dimensión filosófica que entrama poema en “Sombras sobre un vidrio
temáticamente muchos de los diálogos esmerilado” o las caminatas en la playa
en sus relatos; por otro, la confluencia del río en Nadie nada nunca, y algunas
de una serie de rasgos asociados a la conversaciones de Responso y de La
reunión de su “elenco de amigos”: la vuelta completa, por ejemplo, son
conversación, la risa, la “efusión física” referencia convocadas a examen por
e incluso la negatividad (encarnada en Lucero en diferentes momentos y por
el habla en esa réplica que comparten renovados motivos; el repaso de
narrador y personajes, poniendo en lecturas y de tópicos que la crítica ha
suspenso lo dicho, y que se reitera de establecido como indudables aportes o
uno a otro relato: “¿no?”). Como en su trazos de estilo saerianos (la emergencia
versión griega, Lucero encuentra de la “zona”, la narración de la
además en el simposio saeriano una percepción, el trabajo sobre la
ocasión para considerar las relaciones temporalidad y las epifanías poéticas y
entre sujeto político e historia, porque el sensoriales que de él derivan, las
diálogo –diferido, deshilvanado, tensiones entre regionalismo y
infinitamente mediado, sujeto a ironía o antirregionalismo…) no se recuentan ni
incluso al malentendido– es un discuten sistemáticamente, sino que
emergente singular de esa narración constituyen referencias en suspenso y
coral y común de la “experiencia de la en disputa a la vez reiterada e
incertidumbre” (154) que atraviesa esta incompleta.
narrativa. Por eso, La vuelta incompleta
Como resulta evidente, las dos opera produciendo encuentros bellos e
grandes secciones que se acaban de inesperados: entre Bajtin y Adorno
comentar sumariamente no se sobre la mesa de disección saeriana; y
complementan entre sí. Si bien entre entre las lecturas amigables y
ambas se sostiene una tenue cronología, pendencieras de Onetti, Walser, Arlt,
que acuerda (y fundamenta) la Faulkner, Tolstoi e incluso García
ubicación ancilar de Cicatrices (1969) y Márquez. Se trata de encuentros que no
Glosa (1985) en el conjunto –novelas necesariamente se producen bajo la
que supondrían, respectivamente, la forma de citas textuales, sino como
recapitulación de los problemas inflexiones diversas del pensamiento
desplegados en la propia obra como novelístico que el ensayo de Lucero ha
posibilidad de explorar otros nuevos, y comenzado por definir. El ensayo de
su extremo más original–, es evidente Lucero abre, en suma, la muy
que tal periodización no resulta estimulante invitación a pensar en todo
explicativa por sí misma ni implica una lo que habría que volver a ver (y leer).

Referencias bibliográficas
Adorno, Theodor (1962). “El ensayo
como forma”. Notas de Literatura.
Madrid: Ariel.
Bajtín, Mijail (2008). Estética de la
creación verbal. México: Siglo XXI.

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