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Simposio
sobre Daníel
ESTUDIOS INTRODUCTORIOS Y EXEGETICOS
Frank B. Holbrook
EDITOR
Título de la obra original en inglés:
Symposium on Daniel
Copyright© 1986 by the Biblical Research Institute,
6840 Eastern Avenue, NW, Washington, D.C. 20012. All rights reserved.
Spanish language edition published by permission of the copyright owner.
APIA
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ciones, diagramación), su tratamiento informático y su transmisión, ya sea electrónica, mecáni-
ca, por fotocopia o por cualquier otro medio, sin permiso previo y por escrito de los editores.
La relación de versiones de la Biblia usadas en esta obra, y sus respectivas siglas, figuran en
la página i x .
Impresión y encuademación
Panamericana Formas e Impresos S.A.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
I edición: mayo d e 2010
a
CLÁSICOS DEL ADVENTISMO
Al lector xix
I
Estudios introductorios sobre Daniel
Capítulo 1 3
Autoría, teología y propósito de Daniel
Arthur J. Ferch
¿Orígenes en el siglo VI a.C. o en el II a.C? 3
¿Autoría única o múltiple? 21
Teología y propósito 51
Capítulo II 85
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel
Gerhard F. Hasel
Cuestiones históricas 85
Lingüística 125
Asuntos misceláneos 147
vi
II
Estudios exegéticos sobre Daniel
Capítulo V 335
El reino de la roca de Daniel 2
Douglas Bennett
Capítulo VI 383
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin:
estudio de Daniel 8: 9-14
Gerhard F. Hasel
El "cuerno pequeño" — Aspectos paganos (vers. 9-10) 383
El "cuerno pequeño" — Aspectos papales (vers. 11-12) 405
La audición sobre el santuario 433
Siegfried J. Scbwantes
Capítulo IX 505
Dimensiones espaciales en la visión de Daniel 8
William H. Shea
Capítulo X 535
Significación del lenguaje ritual de Daniel 8: 9-14
Ángel M. Rodríguez
índice general alfabético 559
vii
Nota sobre esta edición en español
A menudo, traducir un texto de una lengua a otra conlleva más
que una mera conversión de las palabras. En el caso que nos ocupa
ha sido necesario, además, realizar las siguientes adaptaciones:
1. En las citas bíblicas, utilizar, de entre todas las traducciones de pres-
tigio disponibles en español, aquella que se aproximase más a la
manera en la que vertía los versículos oportunos al inglés la versión
utilizada por los autores en cada caso. No obstante, el lector debe
ser consciente de que, aunque hay varias traducciones excelentes de
la Biblia al español, al inglés y a muchos otros idiomas, no siempre
resulta posible encontrar una versión que transmita exactamente los
mismos matices que otra dada, en el mismo idioma o en cualquier
otro. En el caso que nos ocupa, en esta traducción se han emplea-
do las siguientes versiones españolas de la Biblia: Reina-Valera de
1995 (RV95), Versión Moderna (VM), Nueva Versión Internacional
(NVI), La Biblia de las Américas (LBA), Biblia de Jerusalén (BJ),
Nueva Biblia Española (NBE), las versiones de Serafín de Ausejo
(SA), Nácar-Colunga (NC), Cantera-Iglesias (CI) y, por último, tam-
bién se ha usado la versión Dios Habla Hoy (DHH).
ix
en español decidió que en esta traducción se utilicen tipografías
especializadas que representen fielmente el alefato hebreo (con la
puntuación masorética correspondiente) y el alfabeto griego. Los
vocablos así representados siempre van seguidos por una trans-
cripción a caracteres latinos dotados a menudo de diversos signos
diacríticos encima o debajo de la letra oportuna, que sirven para
diferenciar entre sonidos parecidos. En estas transcripciones no
se representan los acentos politónicos griegos. Cuando el lector
vea tales tipografías especializadas, debe saber que representan
un añadido, o una sustitución de lo que en la versión original se
representaba mediante una transcripción menos completa. A con-
tinuación se explican las equivalencias entre los signos originales
y los transcritos, y se presenta también una equivalencia fonética
aproximada de los mismos.
El alefato hebreo.
Transcripción y pronunciación aproximada
Conso- Nom- Trans-
nante bre cripción Pronunciación aproximada
Más o menos equivalente a una hache muda,
X álef
como en honesto
2 b B, como en burro
bet
a b V francesa o inglesa, como en very
3 g G, como en gato
Un sonido algo más suave que la pronunciación
guímel
3 i castellana de la g de gente, similar a las erres
guturales francesas o alemanas
í| d D, como en dátil
dálet El sonido consonante inicial del artículo inglés
~í d
the
Observaciones básicas:
1. En hebreo no hay distinción entre mayúsculas y minúsculas.
2. Como indica la tabla anterior, el puntito central, denominado
daghes lene, encontrado en el seno de las consonantes 2, 3 , 1 , 2,
3 y H, confiere un sonido suave a las consonantes 2, 3 , 1 , 2, 2 y n,
respectivamente.
xi
3. Normalmente, un puntito puesto dentro de cualquier otra conso-
nante recibe el nombre de daghes forte. Dicho signo no altera el
sonido de la consonante, pero sí la dobla. Así, £3 se transcribe tt.
4. Un puntito puesto dentro de la consonante ¡1 recibe el nombre
de mappiq. Se da al final del posesivo femenino y otorga a las
palabras que acaban en H una pronunciación final de j castellana,
transcrita, dependiendo de la vocal que anteceda, por los grupos
á, a, e, e, y d.
h h h h h
Trans-
Tipo Vocal Nombre cripción Ejemplo
tsere malé é [bétó], la casa de él
Extra largas
jíreq malé j p l^
,r
[saddiq], justo
xii
Trans-
Tipo Vocal Nombre cripción Ejemplo
• pata] a I"Q [bat], hija
jatef qamets 0 ,l
pn [Aó/í], enfermedad
Observaciones básicas:
1. Obsérvese que, aunque la vocal jíreq se escriba siempre igual en
hebreo, puede ser larga o corta dependiendo del contexto en el que
aparezca, y que se transcribe de dos maneras distintas.
2. El sonido teórico á (denominado en algunas gramáticas qamets
gadol malé y resultado de una qamets seguida por una álef) es
muy raro en hebreo, y no suele considerárselo una vocal propia.
Así, la primera palabra de Ose. 10: 14, DX¡?1 («y se levantará») se
transcribe waqñ^m.
El alfabeto griego.
Transcripción y pronunciación aproximada
Mayús- Minús- Transcripción Pronunciación
cula cula Nombre hispánica aproximada
A a alfa a A, como en ave
B P beta b B, como en burro
xiii
Mayús- Minús- Transcripción Pronunciación
cula cula Nombre hispánica aproximada
r Y gamma G , c o m o e n gato
A Ô delta d D , c o m o e n dátil
E e epsilon e E breve
El s o n i d o ds, c o m o en adscrip-
Z c zeta z
ción
H 1 eta ê E larga
El sonido consonante inicial de
0 e teta th la p a l a b r a inglesa thing, c o m o
u n a zeta castellana
I L iota i I, c o m o en ir
K K cappa k K, c o m o en kilo
A X lambda l L , c o m o e n león
M mi m M , c o m o e n mesa
N V ni n N , c o m o e n novia
í xi X X, como e n xilófono
0 0 omicron 0 O breve
II TT Pi P P, c o m o en pan
R, c o m o en ratón o c o m o en
P P ro r
cara
E 0 sigma s S, c o m o en sal
T T tau t T, c o m o en taza
C o m o la ü a l e m a n a o la u
y francesa, se a r t i c u l a c o m o u n a
Y U ipsilon
u en d i p t o n g o s i d i s p o n i e n d o los l a b i o s p a r a
decir u
* fi / F, c o m o en fuego
X X j J castellana, c o m o en juicio
La pronunciación culta al p r i n -
* psi ps
cipio de psicología
Q 0) oméga ô O larga
Observaciones básicas:
1. Aparte del alfabeto, hay otros signos en la escritura griega que
conviene conocer. Entre ellos, destacan los llamados espíritus sua-
ve y rudo (' y ' , respectivamente). Ambos se aplican a vocales o dip-
tongos iniciales. El segundo puede aplicarse también a una p ini-
cial. El primero equivale a una pausa en la pronunciación y no se
xiv
pronuncia ni se transcribe; el segundo representa una aspiración
de la letra afectada y, salvo en el caso de la p, se transcribe por h.
2. La sigma final se representa con <;. Su transcripción es la misma en
cualquier caso.
3. En el griego arcaico había otras letras que no aparecen reflejadas
en la tabla anterior.
4. La letra u, como último componente de los diptongos au, eu y r)u, se
pronuncia como la u. El diptongo ou se pronuncia u.
5. La y delante de las guturales y, K, x y £ se pronuncia como si fuese
una v. Así, ayyfloc, [agge/os] se pronuncia "ánguelos". De ahí viene
la palabra española 'ángel'.
xv
Capítulo I
Esquema de la sección
I . Introducción
I I . La tesis exílica
I I I . La tesis macabea
IV. Evaluación de la tesis macabea
V. Resumen
Autoría, teología y propósito de Daniel 5
Introducción
Que las premisas de un investigador influyen en sus conclusiones
es un dictamen axiomático. Esto tiene un clarísimo exponente en lo que
respecta a los orígenes, la estructura y la teología del libro de Daniel.
En este capítulo deseamos realizar una breve presentación y evalua-
ción de las premisas sostenidas por la erudición histórico-crítica en
contraposición al enfoque conservador.
La tesis exílica
Hasta el siglo XLX de nuestra era, tanto la sinagoga como la iglesia
aceptaron las afirmaciones hechas en el libro de Daniel. Según las mis-
mas, el autor de los relatos autobiográficos (caps. 7-12) no fue otro que el
Daniel que, según la primera mitad del libro, fue llevado a Mesopotamia
junto con otros prisioneros judíos. Durante el período del exilio, tanto él
como varios de sus colegas judíos, accedieron a importantes posiciones
administrativas al servicio de los gobiernos neobabilónico y medopersa.
Ese mismo Daniel afirmó que le fue concedido recibir por iniciativa
divina varios sueños y visiones. Estos, junto con sus interpretaciones,
describían acontecimientos que se extendían desde la época de la que
era contemporáneo hasta el momento en que todos los imperios hu-
manos habrán acabado su devenir y se establezca el reino de Dios.
Esta convicción referente al libro de Daniel, sostenida durante casi
dos milenios tanto por los judíos como por los cristianos, se ve apo-
yada por las afirmaciones explícitas del libro (1: 1-2, 21; 2: 1; 7: 1-2;
8: 1; 9: 1; 10: 1, etc.). Esta explicación ha recibido el nombre de tesis
exílica, por cuanto sitúa el origen del documento en el siglo VI a.C.
Desde esta perspectiva, el origen, la autoría, la composición y el pro-
pósito de libro están razonablemente claros. 1
La tesis macabea
Según K. Koch, la tesis exílica, que se había tomado las afirma-
ciones del libro de Daniel sin cuestionarlas, desde 1890 viene siendo
Este y otros factores que mencionaremos más tarde han llevado a los
eruditos a adoptar el punto de vista de que en el libro de Daniel tuvo lu-
gar un desarrollo partiendo de una etapa original (posiblemente oral) y
que pasó por varias redacciones de capítulos individuales antes de que
ocurrieran la recopilación de los capítulos 1-6 y la fusión de las dos
mitades del libro. Lo que proporciona al menos un grado de unidad a
6
Problemas lingüísticos
En el libro hay varios términos lingüísticos de procedencia persa
y griega. Se cree que estas palabras extranjeras indican una fecha
Y o r k , 1960), p. 508.
20. S . H . H o r n , " T h e A r a m a i c Problem o f the Book o f D a n i e l " [El problema
a r a m e o d e l l i b r o d e D a n i e l ] , N ° 1 " , Ministry, m a y o d e 1 9 5 0 , p p . 5 - 8 ; j u n i o
d e 1 9 5 0 , p p . 3 5 - 3 8 ; j u l i o d e 1 9 5 0 , p p . 3 4 - 3 6 ; véase t a m b i é n K . A . K i t c h e n ,
" T h e A r a m a i c of D a n i e l " [ E l a r a m e o de D a n i e l ] , Notes on Some Problems
in the Book of Daniel [ N o t a s sobre a l g u n o s p r o b l e m a s del l i b r o de D a n i e l ] ,
eds. D . J . W i s e m a n e t a l . ( L o n d r e s , 1 9 6 5 ) , p p . 3 1 - 7 9 .
2 1 . R . I . V a s h o l z , " Q u m r a n a n d the D a t i n g o f D a n i e l " [ Q u m r á n y l a d a t a c i ó n
de D a n i e l ] , JETS 21 (1978): 315-21.
Autoría, teología y propósito de Daniel 13
22. K o c h , p. 37.
23. G a m m i e , " C l a s s i f i c a t i o n " , p . 1 9 8 , a t r i b u y e D a n i e l 3 , c a p í t u l o e n e l que apa-
recen las p a l a b r a s griegas, a un p e r í o d o a n t e r i o r a A n t í o c o y, s i n m a y o r e s
p r o b l e m a s , señala que sümpónyá representa u n a glosa p o s t e r i o r .
h
14 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
33. K o c h , p. 136.
34. J . G . B a l d w i n , " I s T h e r e P s e u d o n i m i t y i n the O l d T e s t a m e n t ? " [<|Hay seudo-
n i m i a en el A n t i g u o T e s t a m e n t o ? ] , Themelios 4 ( 1 9 7 8 ) : 8.
35. Ibid., p . 1 1 .
Autoría, teología y propósito de Daniel . 1 9
Resumen
Cualquier interpretación del libro de Daniel que niegue el tes-
timonio explícito en cuanto a cuándo se escribió, a la vez que base
sus teorías por entero o fundamentalmente en indicaciones implí-
citas de una fecha de origen diferente, es igual de inadecuada que
una explicación que ignore los datos implícitos y preste atención
únicamente a las afirmaciones explícitas del libro. Wenham tie-
ne razón cuando señala que «quienes creemos que toda Escritu-
ra es inspirada divinamente deberíamos estar atentos tanto a los
Esquema de la sección
I. Introducción
I I . Reseña histórica del debate sobre la unidad de Daniel
I I I . Repaso de los argumentos en contra de la unidad
IV. Indicaciones de unidad
V. Conclusión
Introducción
El libro de Daniel, igual que otros libros de la Biblia, es una obra
literaria. Como composición literaria que es, puede ser analizado en
cuanto a género (tipo de literatura), tono, forma, estructura, estilo, vo-
cabulario, etcétera. Aunque rozaremos todos estos aspectos, nos limi-
taremos fundamentalmente a la estructura del libro. Por lo general, los
estudios sobre la estructura abordan fundamentalmente el conjunto
de las relaciones mutuas existentes entre las partes no formales de una
composición literaria. Los planteamientos sobre el estilo tienen que ver
con las partes formales. En este capítulo el término 'estructura' abarca
tanto los elementos formales como los no formales.
Las composiciones literarias varían mucho en naturaleza. Así, una
creación literaria puede ser producto de un autor y haber sido com-
puesta en un tiempo relativamente breve y dirigirse a una audiencia
concreta sobre una temática específica. Puede ser una colección de
discursos, de documentos o memorias concebida para su difusión
entre cierto público o ciertos públicos. Sus varias partes se han pro-
ducido a lo largo de los años o de toda una vida. En el primer caso,
el lector podría esperar mayor grado de cohesión y de unidad. En el
último, el tono, el vocabulario, la estructura y el género podrían va-
riar, aunque seguirían viéndose evidencias de características mentales
y literarias similares.
Por otra parte, las obras literarias pueden estar constituidas por
ensayos aportados por personas diferentes, pero seleccionados y or-
denados por un redactor. En tal caso, pueden ser evidentes los reto-
ques y posiblemente hasta la filosofía del redactor, que dio forma
definitiva a la composición, sin oscurecer por ello por completo las
características de las aportaciones individuales.
En la investigación del libro de Daniel, el análisis de la estruc-
tura se centra generalmente en la cuestión de la unidad del libro.
Autoría, teología y propósito de Daniel 23
capítulo 7 y su relación con los demás capítulos del libro era crucial
para gran parte de ese debate. 10
Según este punto de vista, el autor o los autores de esta última etapa
incorporaron en la obra material oral o escrito (consistente sustan-
cialmente en los pasajes de los capítulos 3-6) que se registraron mu-
cho antes de la época de Antíoco IV Epífanes y que se escribieron con
un propósito diferente. Estos capítulos anteriores fueron modificados
con las cambiantes circunstancias históricas de la comunidad judía y
fueron añadidos al libro. La intención era hacer que estas secciones
anteriores sirvieran el mismo propósito que se alega para los capítulos
7-12. Puesto que no puede verse que todas las características de ese
material anterior se ajusten a los fines de los últimos capítulos, se ha
considerado que apenas cumplen objetivo alguno en el libro tal como
10 conocemos.
Es representativo de este planteamiento un reciente análisis de crí-
tica formal realizado por Gammie, quien postula tres fases en el de-
sarrollo del libro de Daniel. Gammie propone que (1) 2: 4b - 7: 18
11
1 1 . J . G . G a m m i e , " T h e C l a s s i f i c a t i o n , Stages o f G r o w t h , a n d C h a n g i n g I n t e n -
t i o n s i n the B o o k o f D a n i e l " [Clasificación, etapas d e d e s a r r o l l o e i n t e n c i o -
nes c a m b i a n t e s e n e l l i b r o d e D a n i e l ] , / B L 9 5 ( 1 9 7 6 ) : 1 9 1 - 2 0 4 .
12. Davies desestima los a r g u m e n t o s de G a m m i e a f a v o r de la p r i m e r a etapa
s e ñ a l a n d o que e r a n u n a « n o t a b l e c o m b i n a c i ó n de e s p e c u l a c i ó n de escasa
f u n d a m e n t a c i ó n y d e a r g u m e n t a c i ó n inválida» ( " E s c h a t o l o g y i n D a n i e l "
[ E s c a t o l o g í a e n D a n i e l ] , p . 4 2 , n . 13).
13. K o c h , p p . 65-76.
26 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
pese a la c o n d e n a expresada p o r R o w l e y de t a l p l a n t e a m i e n t o .
19. Rowley, p p . 237-68.
20. Ibtd.,p.268.
30 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
IV Epífanes porque:
«Esta posición se apoya principalmente en el argumento de que
los capítulos 1-6 no contienen referencia manifiesta alguna a An-
tíoco Epífanes o a sus tiempos [ . . . ] . Los relatos de los capítulos
1-6 se enmarcan en la diáspora. No hay ninguna referencia obvia
a acontecimientos en la tierra de Judá [ . . . ] . Rowley ha demostrado
perfectamente cómo alguien que leyera estos relatos en la época de
Antíoco podría aplicarlos a su propia situación. Ello, sin embargo,
no demuestra que los relatos se escribieran teniendo presente esa
situación. De hecho, si consideramos los relatos en su conjunto y no
simplemente elementos dispersos aislados extraídos de los mismos,
descubrimos que son del todo inapropiados para el período maca-
beo [ . . . ] . En resumen, la diferencia entre Daniel 1-6 y las visiones
del resto del libro supera con mucho los detalles en que los relatos
podrían parecer apropiados para los tiempos macabeos. Los rela-
tos no solo no fueron escritos por el autor de las visiones, sino que
ni siquiera fueron editados para mostrar una clara referencia a la
persecución de Antíoco o para expresar la misma teología que el
resto del libro». 23
2 1 . Ibid., p . 2 6 4 .
22. J . J . C o l l i n s , " T h e A p o c a l y p t i c V i s i o n o f the B o o k o f D a n i e l " [ L a visión
a p o c a l í p t i c a del l i b r o d e D a n i e l ] , HSM 1 6 ( 1 9 7 7 ) : 1 1 .
23. Ibid., p p . 8-10; cf. D a v i e s , " E s c h a t o l o g y o f D a n i e l " , p . 3 5 ; K o c h , p . 4 7 .
Autoría, teología y propósito de Daniel 31
canónico de Daniel.
35. La evidencia de t r a d i c i o n e s textuales diferentes m i l i t a a f a v o r de u n a fecha
p a r a e l l i b r o d e D a n i e l a n t e r i o r a l o que p e r m i t e l a erudición h i s t ó r i c o -
c r í t i c a . F. Cross observa que «las f a m i l i a s textuales diferenciadas t a r d a n
siglos e n d e s a r r o l l a r s e » ( c i t a d o e n H a r t m a n a n d D i L e l l a , p . 7 7 ) . U n a fecha
a n t e r i o r a m e d i a d o s del siglos I I a . C . p a r a e l l i b r o d e D a n i e l q u e d a c o r r o b o -
r a d a , a d e m á s , p o r 1 M a c a b e o s 2 : 5 9 - 6 0 , t e x t o según e l c u a l M a t a t í a s , e n s u
lecho de m u e r t e , a c o n s e j ó a sus hijos p a r a que emulasen los hechos de los
héroes b í b l i c o s , e m p e z a n d o c o n A b r a h a m y a c a b a n d o c o n D a n i e l y sus tres
a m i g o s en el foso de los leones y en el h o r n o a r d i e n t e . O b v i a m e n t e , el c o n -
t e x t o a t r i b u y e c o n d i c i ó n c a n ó n i c a a D a n i e l 3 y 6, y considera los c a p í t u l o s
h i s t o r i a pasada.
36 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
36. M o n t g o m e r y , p. 37.
37. Ibid.
38. D a v i e s , " E s c h a t o l o g y o f D a n i e l " , p p . 3 3 - 5 3 ; obsérvese t a m b i é n A . L a c o c q u e ,
The Book of Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l ] , tr. D. Pellauer ( A t l a n t a , 1 9 7 9 ) , p.
10.
Autoría, teología y propósito de Daniel 37
Baldwin observa con acierto: «El libro de Daniel es, desde todo punto
de vista, uno de los primeros ejemplos de este género; de hecho, podría
considerarse que es un prototipo o modelo del que autores posteriores
sacaron su inspiración». 42
externo que abra una brecha entre las dos mitades del libro.
Indicaciones de unidad
Los argumentos enumerados hasta ahora no nos imponen el punto
de vista de que el libro tenga una autoría múltiple. Sin embargo, por 48
evidencia que sugiera que la autoría única sea una alternativa más
convincente?
Los elementos individuales de una obra literaria son esenciales y
significativos, y ningún producto literario puede existir sin vocabu-
lario y sintaxis. Tales unidades individuales pueden ser comparadas
con ladrillos en el edificio de la comunicación. En último término, no
obstante, el análisis detallado de estas partes diferenciadas transmite
tan poco de la estructura y del significado globales de una obra lite-
raria como lo que nos dice un examen de los ladrillos individuales en
cuanto al propósito y la naturaleza del edificio del que forman parte.
Por esta razón, pasamos ahora a una investigación del edificio en su
conjunto.
1. Los capítulos posteriores presuponen material más antiguo. Está
claro que el autor de los capítulos 1-6 ha entretejido con ellos una
unidad coherente. Así, el capítulo 2 presupone la presentación de
Nabucodònosor, Daniel y sus amigos, tal como se encuentran en el
capítulo 1. Asimismo, la imagen de oro del capítulo 3, erigida en
honor del rey, guarda relación con la estatua del capítulo 2, en la
que la cabeza de oro representa al rey. Los acontecimientos de
la última noche de Belsasar, registrados en el capítulo 5, presupo-
nen la historia de Nabucodònosor del capítulo 4, y el reinado de
Darío en el capítulo 6 da por sentada la caída de Babilonia narrada
en el capítulo anterior. 49
Por otra parte, locuciones corno «los cuatro vientos del cielo» (7:
2; 8: 8; 11: 4), «libro(s)» del juicio (7: 10; 12: 1) y la excepcional
expresión «pueblo de los santos» (7: 27; 8: 24) unen entre sí los
últimos cinco capítulos. 53
Conclusión
En suma, aunque los mensajes de los relatos y las visiones no son
idénticos, la relación de las dos secciones del libro es más que me-
ramente una relación de combinación o yuxtaposición literaria. 65
6 2 . ANE, 3 e d . rev. ( 1 9 6 5 ) , p p . 8 3 - 8 4 .
a
U n i v e r s i r t ^ Linda Vist
48 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
capítulos está datada, y ello permite que el lector sepa el año en que
ocurrieron los acontecimientos consignados. Aunque 1: 7 establece la
identidad entre Daniel y Beltsasar, el detalle se repite en 2: 26; 4: 8-9,
19; 5: 12 y 10: 1. Tal repetición de su identidad puede indicar relatos
independientes en su origen.
Daniel 1 comienza con acontecimientos fechados en el año 605
a.C, pero acaba con una referencia a la circunstancia de que la
actividad de Daniel se extendió hasta el primer año de Ciro, unos
setenta años más tarde (vers. 21). Esto indicaría que el capítu-
lo 1 podría ser una introducción deliberada, escrita algún tiempo
después del año primero de Ciro, pero antes que los capítulos
10-12. Daniel 10: 1 data la última visión de Daniel en el tercer
68
Teología y propósito
Sinopsis editorial. Como hilo conductor de los relatos y las visio-
nes se encuentra la presentación que el profeta hace de Dios como
Soberano eterno, omnisciente, justo, misericordioso y perdonador. La
descripción que Daniel hace de la Deidad está caracterizada por una
perspectiva global o internacional. Es el Dios de las naciones al igual
que el de Israel. Gobierna en los reinos de los hombres. No solo reve-
la el futuro, sino que interviene en la historia. No permite que nada
frustre su propósito ni su meta final.
Los ángeles son prominentes. Presentados como «los santos», «los
vigilantes» de la actividad humana, componen el séquito celestial que
asiste al Anciano de días en el juicio celeste. A veces son enviados
para proteger y librar a los siervos de Dios. Lo más llamativo del
libro es que aparecen como intérpretes de las visiones. Uno es desig-
nado por nombre.
La fragilidad humana (la dependencia de Dios para nuestra existen-
cia) se contrapone al orgullo y la arrogancia humanos, que, en ocasio-
nes, se jactan de nuestra autosuficiencia, hasta que somos humillados
por el decreto divino. Las experiencias de Daniel y sus compañeros
presagian la experiencia profetizada para los santos. Son igualmente
amenazados con el sufrimiento, distinguidos por su lealtad y, en último
término, liberados. El nombre de Daniel ("Dios es mi juez") es un re-
cordatorio constante de que los seres humanos deberemos dar cuenta
de nuestras acciones. Llegará el día en que se abrirán los libros y se
dictará sentencia; los hallados en el libro de la vida serán librados.
A diferencia de las concepciones circulares paganas, Daniel presenta
una visión lineal de la historia. El eje horizontal se expresa en la cro-
nología del libro y se extiende desde la época del profeta, pasando por
reinos históricos sucesivos, hasta el establecimiento del eterno reino
de Dios en la tierra. Dios ha determinado el curso del futuro, pero no
la suerte del individuo. El hombre es libre de servir o de rechazar la
voluntad divina dentro del curso de los acontecimientos determinados
por Dios. En el libro también es prominente un eje vertical o espacial
de la historia. Hay un vínculo definido entre los dos planos del cielo
y de la tierra. Las actividades o los acontecimientos de cualquiera de
los dos planos tienen que ver con los del otro, y tienen su efecto en
ellos. La conexión entre el cielo y la tierra es estrecha; Dios mantiene
el control pleno.
52 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Esquema de la sección
I. Introducción
I I . La descripción que Daniel hace de Dios
I I I . La función de los ángeles
IV. La naturaleza del hombre
V. Dimensiones de la historia
V I . La escatología de Daniel
VIL Propósito del libro de Daniel
Introducción
Desde el mismo comienzo deberíamos reconocer que Daniel ja-
más se propuso escribir una teología ordenada de forma sistemá-
tica y que lectores posteriores pudieran usar como compendio de
doctrina. En este sentido, el libro de Daniel es como otros escritos
canónicos. No obstante, el propio libro invita al lector a descubrir
en sus páginas al Dios de Daniel y sus relaciones con el mundo. Hay en
él un caudal y una variedad de concepciones que pocos libros de la
Biblia ofrecen.
poética, ofrecen algunas de las ideas más exaltadas sobre Dios. La de-
claración de alabanza hecha por Nabucodònosor es paradigmática.
Tras la recuperación de sus facultades mentales, el monarca caldeo
bendijo al Altísimo, y alabó y glorificó «al que vive para siempre: "Su
dominio es sempiterno; su reino, por todas las edades. Considerados
como nada son los habitantes todos de la tierra; él hace según su vo-
luntad en el ejército del cielo y en los habitantes de la tierra; no hay
quien detenga su mano y le diga: '¿Qué haces?'"» (4: 34-35).
La supremacía de Dios hunde sus raíces en el hecho de que solo
él vive para siempre (cf. 4: 34; 6: 26), en que su dominio es inaca-
bable (2: 44; 4: 3; 6: 26; 7: 9) y en que no debe rendir cuentas ni a
las potencias del cielo ni a los pueblos de la tierra. En realidad, los
habitantes de la tierra son contados como nada ante su majestad. La
magnificencia de Dios es revelada mediante los nombres que le son
atribuidos en este libro.
Los apelativos usados por los israelitas y los extranjeros inclu-
yen los siguientes: «Dios del cielo» (2: 18-19, 37, 44), «Rey del
cielo» (4: 37), «cielo» (4: 26), «Altísimo» (4: 17, 25; 7: 25), «Dios
Altísimo» (3: 26; 4: 2; 5: 18,21), «Dios de dioses, Señor de los reyes»
(2: 47), «Dios de los dioses» (11: 36), «Dios viviente» (6: 20), «Dios
de mis padres» (2: 23), «Yahveh» (9: 2,4,13-14,20, SA), «Señor» (1:
2; 9: 3, 7, 8, 19, etc.), «príncipe de los ejércitos» (8: 11) y «Anciano
de días» (7: 9,13).
Para Daniel, igual que para Isaías y Jeremías, no hay más que un
Dios verdadero cuya morada está en el cielo. Los dioses falsos y su
culto no son más que vanidad (2: 18, 37). La arrogante rebeldía de
Nabucodònosor expresada en sus palabras «¿Qué dios será el que os
libre de mis manos?» (3: 15) solo recalca el contraste existente entre
el potentado terrenal y el Señor divino cuando el rey de Babilonia
se ve forzado por fin a inclinarse en homenaje al Dios de todas las
naciones (3: 29).
La soberanía divina se demuestra también mediante la sabiduría
sin parangón de Dios. Del Dios del cielo «son el poder y la sabidu-
ría. [...] Da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los entendidos. El
revela lo profundo y lo escondido, conoce lo que está en tinieblas
y con él mora la luz» (2: 20-22; cf. vers. 47; Isa. 45: 1-7). Los hombres
más entenoídos y safjiós defreiño reconocen sus imitaciones cuanao
Nabucodònosor les pide que repitan su sueño. No hay hombre en la
tierra capaz de repetir el sueño del rey ni de dar su interpretación (cf.
4: 18). «El asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo
pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no está entre los
hombres» (2: 11; la cursiva es nuestra).
La Fuente de la sabiduría revela misterios y conoce «lo que ha de
acontecer en los últimos días» (2: 28-29,45). El conocimiento divino
se manifiesta en la capacidad derivada que tiene Daniel de evocar el
sueño real y presentar su significado (2: 30; cf. 5: 11). Daniel pue-
de interpretar la visión del capítulo 4 y la escritura en la pared del
capítulo 5 únicamente porque habita en él «el espíritu de los dioses
santos» (4: 18; 5: 11-12). Asimismo, en las visiones que comienzan
con el capítulo 7 Dios hace saber lo que acaecerá en el futuro y lo
que sobrevendrá al «pueblo en los últimos días» {cf. 8: 17, 19; 10:
14; 12: 9).
La eterna y sabia Majestad del cielo también posee un poder sin
parangón. Aquel a quien todo el «poder» pertenece hace lo que le pla-
ce con los habitantes del cielo y la tierra (2: 20; 4: 35). La libertad de
acción que Dios tiene es reconocida por Daniel y sus colegas (3: 17-
18; 4: 27). El Eterno fija límites predeterminados a la existencia de los
imperios mundiales y controla su ejercicio y su ámbito del poder. Pre-
cisamente el Dios del cielo muda «los tiempos y las edades» y «quita
reyes y pone reyes» (2: 21).
Todo el señorío, toda la grandeza, toda la majestad, todo el poder
y toda la gloria derivan del Altísimo (2: 37; 4: 25; 5: 18). Los monar-
cas terrenos, buenos o malos, paganos o israelitas, ejercen su dominio
únicamente por la gracia divina, y no meramente por "derecho legal"
o conquista (1: 2; 4: 36; 5: 28; 7: 6; 9: 1). Incluso el personaje del que
se dice que era «uno como un hijo de hombre» recibe su «dominio,
gloria y reino», como el «pueblo de los santos del Altísimo», del An-
ciano de días (7: 13-14, 27).
Por lo tanto, Dios puede limitar el número de los días del poten-
tado cuyo reino ha sido hallado falto, llevarlo a su fin, y entregárselo
a otro (5: 26-28). Es capaz de humillar a los soberbios (4: 37) hasta
que «conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los
hombres, que a quien él quiere lo da y sobre él constituye al más
Autoría, teología y propósito de Daniel 55
2. lbíd.,pA\.
3. Ibíd.,p. 40.
56 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
25; 8: 10, 24; 11: 33; 12: 1). ¿Eran el repetido saqueo de Jerusalén
por parte de Nabucodònosor y la destrucción del tempo prueba de
que el Dios de Israel hubiera demostrado ser demasiado pequeño o
de que hubiese abandonado a su pueblo?
La respuesta de Daniel es a la vez realista y alentadora. No niega la
persecución injusta, ni siquiera la muerte de los piadosos. El profeta
sencillamente pide a sus lectores que disciernan tras sus imágenes y
visiones, y más allá de las mismas, las pruebas de la presencia de Dios.
En el momento de escribir, la visión del vidente es abierta para que
contemple a los emisarios celestiales enzarzados en un combate cósmi-
co a favor del pueblo de Dios (capítulo 10). El Todopoderoso se niega
a imponer su voluntad directamente a los emperadores, pero está al
mando de la historia.
La liberación del pasado avala la salvación definitiva en el futuro.
Aunque la resurrección es fundamentalmente una demostración de la
soberanía divina, es también una defensa y de la bondad y el poder de
Dios. Asegura a los piadosos que la ignominia, la injusticia y hasta la
muerte presentes o futuras no pueden eclipsar la meta que Dios tiene
para ellos. Al final, «recibirán el reino los santos del Altísimo, y po-
seerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre» (7: 18).
En resumen, Daniel enseña que el Dios verdadero es un Soberano
celestial eterno, sabio, poderoso, justo, misericordioso y perdona-
dor. El Dios de Daniel gobierna sobre Israel. Más aún: gobierna las
naciones del mundo. Esta perspectiva más amplia, internacional,
global, domina el libro. El Dios del cielo, quien controla toda la his-
toria y determina el futuro es también el Dios fiel al pacto conocido
por todos los israelitas. Con majestad inigualable, y rodeado por las
huestes celestiales, interviene en la historia y no permite que nada
frustre su propósito ni su meta final.
Dimensiones de la historia
En Daniel las perspectivas celeste y humana se encuentran en el
contexto de la historia. Aunque Dios está por encima de la histo-
ria y la controla, también interviene en la historia, escenario de los
acontecimientos humanos. En realidad, la intervención sobrenatural
en los asuntos de Israel libró a esta nación de la servidumbre a las
concepciones politeístas circulares de la realidad y le dio un sentido
único de historia lineal que discurría entre un claro comienzo y una
meta igualmente diferenciada. 7
(2: 29), «después [de esto]» (7: 6, 7; 9: 26), «otra» (7: 3, 5-6, 24),
« diferente [s]» (7: 3, 7,19), «momento señalado», «momento del fin»
o «momento preciso» (8: 19; 11: 27, 35, N V I ) , «tiempo del fin» (8:
17; 9: 26; 10: 14; 11: 40; 12: 4, 9, 13), «últimos días» (2: 28; 8:
23; 10: 14), ]"p [qes] (literalmente, " f i n " , pero traducido de maneras
distintas en 11: 6,13,27, 35,40,45; 12: 4, 6, 9,13), así como el pro-
gresivo desfile de reyes y reinos en el capítulo 11 transmiten todos un
sentido de sucesión temporal. El reino de Dios es aún futuro cronoló-
gicamente y, como tal, no gobierna aún el mundo actual.
La esquematización de la historia (la división del mundo en pe-
ríodos sucesivos que avanzan hacia el final de una era de estabili-
dad) puede calificarse de teología de la historia. El esquema de los
cuatro imperios es un nuevo modismo no usado por los profetas.
Los eruditos han sugerido que se tomó prestado de distintas fuen-
tes, entre las que se incluirían orígenes babilónicos, persas, griegos y
romanos. Pero las dificultades de datación y del contenido hacen
11
J. Barr comenta:
«La idea de la división de la existencia del mundo en períodos es
muy habitual. Sin embargo, en consonancia con el interés israelita en
la historia, los períodos no son estados legendarios sucesivos de la
humanidad (Hesíodo), ni estados cosmológicos sucesivos de las cosas
creadas (religión iraní); son períodos históricos de dominio imperial.
Daniel no tiene "cuatro períodos mundiales"; no se imagina que la
historia comience con Nabucodònosor. La serie comienza a partir del
exilio de los judíos y lleva al reino de su Dios. [...] El esquema no es
cíclico, porque el reino divino no termina». 13
"Determinismo" e historia
Puesto que toda la historia ha sido objeto de una compartimen-
tación divina —postura bíblica repulsiva al moderno sentimiento
empírico—, el futuro está, necesariamente, predeterminado en cierto
sentido. Así, según la profecía del carnero y el macho cabrío (capítu-
lo 8, dada durante los últimos años de supremacía babilónica, hacia
548/547 a.C), se dice que las potencias explícitamente identificadas
de Medopersia y Grecia suceden a Babilonia y anteceden a la activi-
dad del cuerno pequeño (8: 20-21). El período cubierto por Medo-
persia y la vida de Alejandro Magno abarca al menos doscientos años
más allá de la muerte de Daniel.
Según el capítulo 8, este período era tan inevitable como las sema-
nas de años anunciadas en 9: 24-27. Del mismo modo que animales 15
9-14. La visión del vidente pasa del mar agitado por los vientos y de
la confusión de la tierra descritos en los versículos anteriores al orden
y la tranquila dignidad de la esfera celeste, donde el Anciano de días
preside una escena de juicio. Asimismo, la fraseología de 8: 9-12 y
11: 36-39 transmite una dimensión tanto horizontal como vertical.
El contraste espacial es puesto en evidencia en la expansión territo-
rial horizontal por parte del cuerno pequeño. Su acometida vertical
se ve en su actividad contra el «ejército del cielo» y el «príncipe de los
ejércitos». El vil cuerno hace que parte del ejército y de las estrellas
24
La escatología de Daniel
El libro de Daniel también contiene un dualismo temporal, es de-
cir, una contraposición entre «este siglo» y «el siglo venidero». La 28
pone fin y se convierte en «un gran monte» que llena «toda la tierra».
¡amenté, en estos versículos hay una alusión a acontecimientos
catastróficos. 33
Temas escatológicos
En el libro de Daniel los pasajes que se centran en el fin son sor-
prendentemente pocos y están limitados fundamentalmente a los ca-
pítulos 2, 7, 9 y 10-12. Los temas escatológicos que se dan en estos
capítulos incluyen: (1) la idea de un fin del pecado y el establecimien-
to de la justicia perdurable; (2) el papel del Mesías, la llegada de «uno
como un hijo de hombre» y la figura de Miguel; (3) el concepto de
juicio; (4) los ayes apocalípticos, la liberación y la resurrección; y (5)
el fin del siglo y el reino escatológico.
Doukhan, en una presentación de las setenta semanas de Daniel
9, comenta que este pasaje está «cargado de escatología». Man-
34 35
tiene que la idea del fin del siglo (el escatón) está indicada explíci-
tamente por el contenido de los versículos 26-27, en particular por
locuciones como " f i n " o "consumación" (f¡? [qes] y [kála ], h
33. D e s g r a c i a d a m e n t e , en la i n t e r p r e t a c i ó n d e l r e i n o e s c a t o l ó g i c o D a v i e s ("Es-
c h a t o l o g y i n D a n i e l " , p . 4 3 ) p i e r d e d e vista e l c o n t e x t o g l o b a l d e D a n i e l 2 ,
que i n c l u y e aspectos trascendentes.
34. J . D o u k h a n , " T h e Seventy Weeks o f D a n 9 : A n E x e g e t i c a l S t u d y " [Las seten-
ta semanas de D a n . 9: E s t u d i o e x e g é t i c o ] , AUSS 17 ( 1 9 7 9 ) : 1-22.
35. Ibtd.,p. 21.
72 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
36. Ibt'd.
37. V é a s e A . J . F e r c h , " T h e A p o c a l y p t i c 'Son o f M a n ' i n D a n i e l 7 " [ E l " h i j o
d e h o m b r e " a p o c a l í p t i c o e n D a n i e l 7 ] (tesis d o c t o r a l , A n d r e w s U n i v e r s i t y ,
1979), p p . 40-107.
Autoría, teología y propósito de Daniel 73
c
al] «de parte de los hijos de tu pueblo» (12: 1).
Tal como Miguel luchó contra «el príncipe del reino de Persia»
en el pasado (10: 13, 21), volverá a estar activo en el futuro. Pre-
cisamente es Miguel quien, actuando a favor de su pueblo, pondrá
fin al «tiempo de angustia» sin precedentes. Los capítulos 10 y 11
llegan a su culminación en 12: 1-3. Daniel 11: 45 - 12: 2 presenta un
retrato del «tiempo del fin», que anuncia el fin del siglo (el escatón).
El pueblo de Dios es rescatado y sus enemigos son destruidos porque
Miguel interviene durante este tumultuoso período.
Daniel 12: 1-3 también atribuye un papel judicial a Miguel. Esto
puede deducirse de la referencia al «libro» y de la subsiguiente resu-
rrección parcial (vers. 1-2). Nickelsburg concluye con acierto que «la
defensa de Israel por parte de Miguel es no solo militar, sino también
judicial. La guerra que libra tiene el carácter de un juicio». Unica- 42
mente son librados los que están inscritos en «el libro», es decir, los
hallados en el censo de los ciudadanos del nuevo Israel.
En resumidas cuentas, Miguel es un ser celestial que ha defendido
y guiado a Israel en el pasado y que volverá a hacerlo en el escatón. Se
interesa vivamente por el bien de su pueblo, especialmente cuando su
suerte está sujeta a mayores peligros. La intervención de Miguel, sea
militar, judicial o ambas a la vez, lleva a la destrucción del enemigo y
al rescate y resurrección del pueblo de Dios. Así, los santos reciben la
garantía de la vindicación y la restauración a una nueva comunidad.
Los paralelismos entre el capítulo 7 y los capítulos 10-12 sugieren
similitudes significativas entre Miguel y el ser que era «como un hijo
de hombre» del capítulo 7. Aunque el autor del libro de Daniel no
43
sirvientes celestiales. El jurado celestial se reúne una vez que han trans-
currido el «tiempo, tiempos y medio tiempo» (vers. 25) y antes de que
se establezca el reino del «siglo [venidero]».
Se abren libros ante el tribunal. Aunque esas actas no son identifi-
cadas, parece por el uso generalizado de tales libros (celestiales) en el
AT que tienen que ver con el pueblo de Dios y que se centran en dicho
pueblo. En el pasaje paralelo de 12:1 la referencia a «todos los que se
48
t o n , D C , 1 9 8 2 ) , p p . 1-24, 9 4 - 1 3 1 . V é a s e t a m b i é n F . G u y , " C o n f i d e n c e i n
S a l v a t i o n : T h e M e a n i n g o f the S a n c t u a r y " [ L a c o n f i a n z a e n l a s a l v a c i ó n : E l
s i g n i f i c a d o d e l s a n t u a r i o ] , Spectrum 11 ( n o v i e m b r e de 1 9 8 0 ) : 4 4 - 5 3 .
46. C o l l i n s , " S o n o f M a n " , p . 5 7 , n . 3 6 ; i d e m , " A p o c a l y p t i c V i s i o n " , p . 136;
Nickelsburg, p. 27.
47. C o l l i n s , " A p o c a l y p t i c V i s i o n " , p p . 1 0 1 , 160.
48. V é a n s e É x o . 3 2 : 3 2 - 3 3 ; Sal. 5 6 : 8 ; 6 9 : 2 8 ; 1 3 9 : 1 6 ; D a n . 1 2 : 1 ; M a l . 3 : 16;
F i l . 4: 3; A p o c . 3: 5; 20: 12; 2 1 : 27.
49. N i c k e l s b u r g , p . 14, 2 3 .
Autoría, teología y propósito de Daniel 77
1980), p p . 157-58.
51. La p r e p o s i c i ó n b [h] p r e f i j a d a a «los santos d e l A l t í s i m o » en 7: 22 puede ser
t r a d u c i d a d e varias m a n e r a s , entre las que f i g u r a n " c o m o " , " p a r a " , " a f a v o r
d e " , " r e f e r e n t e a " , e t c é t e r a . Esta a m b i g ü e d a d c o m p l i c a l a exégesis d e 7 : 2 2 .
Sin e m b a r g o , está c l a r o que los santos aparecen en el j u i c i o .
52. U . W o l f señala que «la escena d e j u i c i o d e 7 : 9-14 n o e s necesariamente u n
j u i c i o final, p e r o sí entrega el r e i n o a los s a n t o s » ( " D a n i e l a n d the L o r d ' s
P r a y e r " [ D a n i e l y el P a d r e n u e s t r o ] , Int 15 [ 1 9 6 1 ] : 4 0 8 ) .
53. N i c k e l s b u r g , p . 15.
54. Cf. H . H . R o w l e y , " T h e M e a n i n g o f D a n i e l f o r T o d a y " [ E l s i g n i f i c a d o d e
D a n i e l p a r a h o y ] , Int 1 5 ( 1 9 6 1 ) : 3 9 5 - 9 6 .
Autoría, teología y propósito de Daniel 77
1980), p p . 157-58.
5 1 . La p r e p o s i c i ó n b [te] p r e f i j a d a a «los santos del A l t í s i m o » en 7: 22 puede ser
t r a d u c i d a d e varias m a n e r a s , entre las que f i g u r a n " c o m o " , " p a r a " , " a f a v o r
d e " , " r e f e r e n t e a " , e t c é t e r a . Esta a m b i g ü e d a d c o m p l i c a l a exégesis d e 7 : 2 2 .
Sin e m b a r g o , está c l a r o que los santos aparecen en el j u i c i o .
52. U . W o l f señala que «la escena d e j u i c i o d e 7 : 9-14 n o e s necesariamente u n
j u i c i o final, p e r o sí entrega el r e i n o a los s a n t o s » ( " D a n i e l a n d the L o r d ' s
P r a y e r " [ D a n i e l y el P a d r e n u e s t r o ] , Int 15 [ 1 9 6 1 ] : 4 0 8 ) .
53. N i c k e l s b u r g , p . 15.
54. Cf. H . H . R o w l e y , " T h e M e a n i n g o f D a n i e l f o r T o d a y " [ E l s i g n i f i c a d o d e
D a n i e l p a r a h o y ] , Int 1 5 ( 1 9 6 1 ) : 3 9 5 - 9 6 .
78 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
67. B a l d w i n , p . 17.
Biblioteca "Sara E. Ocampo*
Universidad Linda Vista
Capítulo II
Cuestiones históricas
Sinopsis editorial. Aunque la fecha macabea para el libro de Daniel
se ha convertido en una posición arraigada, no es menos cierto que este
consenso histórico-crítico últimamente se enfrenta a un número cada
vez mayor de problemas. El siglo XX, particularmente en las décadas
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, produjo muchos estudios
que apoyan un origen del libro en el siglo V I . La acumulación de datos
ha rebajado las afirmaciones críticas y ha dado nuevos puntos de vista
y soluciones a supuestos problemas que en el pasado se presentaban
como evidencia de una fecha tardía. En este capítulo se resumen algu-
nas de las cuestiones históricas relativas a personas y a la cronología.
Por ejemplo:
Los antiguos autores de Grecia y Roma nunca se refieren a Nabu-
codònosor como edificador de la nueva Babilonia. Sin embargo, los
registros cuneiformes de la época corroboran plenamente el alarde
que hizo el rey y que quedó registrado en el libro de Daniel. Una ta-
blilla babilónica en estado fragmentario puede por vez primera pro-
porcionar evidencia de la locura temporal de Nabucodònosor. Un
nuevo análisis de los datos aportados por los registros contemporá-
neos y la Biblia indica que la experiencia de los tres héroes hebreos
en la llanura de Dura puede datarse con exactitud en 594/593 a.C.
No se ha encontrado ningún texto cuneiforme que califique a Belsa-
sar de "rey". Sin embargo, los registros sí afirman que era el primogé-
nito de Nabonido, rey de Babilonia. La historia asiría y babilonia nos
facilita la información de que la corregencia (normalmente un padre
86 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Esquema de la sección
I. Significación de la fecha
I I . Consenso de la erudición histórico-crítica moderna. Disiden-
cias con respecto al mismo
I I I . Cuestiones históricas relativas a personas
IV. Cuestiones históricas relativas a cronología
Significación de la fecha
El establecimiento de la fecha de composición del libro de Daniel es
de suma importancia por distintas razones. En primer lugar, el cono-
cimiento del momento en que se compuso cualquier libro de la Biblia
permite al lector verlo en un contexto y en un marco históricos concre-
tos. Normalmente, ello arroja luz sobre las circunstancias que coadyu-
varon al origen del libro y, por ello, sirve para iluminar su entorno
teológico, social e histórico.
En segundo lugar, el libro de Daniel pretende contener relatos de
acontecimientos (caps. 1-6) protagonizados por Daniel y sus ami-
gos como exiliados judíos en Babilonia, la nación que conquis-
tó Judá en tres etapas (605, 597 y 586 a.C). Los relatos presen-
tan a estos cuatro fieles protagonistas en situaciones de prueba
severa por parte de algunos reyes durante los inicios y finales del
Imperio neobabilónico, al igual que de los comienzos del Impe-
rio persa, o sea, aproximadamente entre 605 y 536 a.C. a juzgar
por ciertos hitos cronológicos (1: 1; 2: 1; 5: 30-31). Los sueños o
acontecimientos relativos a Nabucodònosor (caps. 3-4) o a Belsa-
sar (cap. 5) pretenden ser relatos contemporáneos de los tiempos
88 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
de los del futuro lejano? Si tal cosa es posible, la naturaleza de ese Dios
y del mensaje del libro de Daniel para sus lectores, desde el pasado hasta
la actualidad, es radicalmente diferente del de la perspectiva crítica. Si
Dios es capaz de predecir el futuro de forma tan meticulosa, el libro de
Daniel no es simplemente un estímulo para los judíos perseguidos en
medio de una crisis con Antíoco IV en el siglo II a.C. Antes bien, está 13
la que se dijo 150 años más tarde que, en ella, el autor «negaba la
autenticidad del libro de Daniel tan minuciosamente que la crítica
más reciente solo ha añadido algunos accesorios». Collins hacía 32
defendía que el libro proviene del siglo II a.C. y que contó con varios
autores. En 1824 J. G. Eichhorn expandió esos puntos de vista por
39
34.1bíd.,p. 157.
dS.Ibtd.
3 6 . Ibid., p. 155.
37. L. Bertholdt, Daniel aus dem Hebräisch-Aramäischen neu übersetzt und erklärt
mit einer vollständigen Einleitung und einigen historischen und exegetischen
Excursen [ D a n i e l , t r a d u c i d o nuevamente del hebreo y el a r a m e o , y e x p l i c a d o ,
c o n u n a introducción c o m p l e t a y excursos históricos y e x e g é t i c o s ] , 2 t o m o s
(Leipzig, 1806-1808).
3 8 . S c h m i d t , p . 4 0 , n . 12.
39. Betholdt, t o m o 1, p p . 49-55.
4 0 . J. G. E i c h h o r n , Einleitung ins Alte Testament: B a n d I I I [ I n t r o d u c c i ó n al A n -
tiguo Testamento: T o m o I I I ] , 4 ed. (Leipzig, 1824), p p . 515-20.
a
96 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
dos autores o más entre los siglos I I I y II a.C. Un redactor final plas- 58
( O x f o r d , 1965), p p . 260-80.
5 7 . H a r t m a n y Di L e l l a , p. 16, a f i r m a n que la edición final se p u b l i c ó en 140
a.C.
5 8 . V é a s e e n p a r t i c u l a r C o l l i n s , Daniel, p p . 2 7 - 4 0 ; T o w n e r , p p . 5-7; D a v i e s ,
p p . 121-26.
Biblioteca "Sara E. O c a m p o
Universidad Linda Vista
98 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
5 9 . B e r t h o l d t , t o m o 1 , p p . 4 9 , 83.
6 0 . M . N o t h , " Z u r K o m p o s i t i o n des Buches D a n i e l " [Sobre l a c o m p o s i c i ó n del
l i b r o de D a n i e l ] , ThStKr 98/99 ( 1 9 2 6 ) : 1 4 3 - 6 3 .
6 1 . G . H ö l s c h e r , " D i e E n t s t e h u n g des Buches D a n i e l " [El o r i g e n del l i b r o d e
D a n i e l ] , ThStKr 92 ( 1 9 1 9 ) : 113-38.
6 2 . A . B a r t o n , " T h e C o m p o s i t i o n o f the B o o k o f D a n i e l " [ L a c o m p o s i c i ó n del
l i b r o de D a n i e l ] , / B L 18 (1898): 62-86.
6 3 . G a m m i e , " C l a s s i f i c a t i o n , Stages o f G r o w t h " , p p . 1 9 1 - 9 4 ; í d e m , " O n the
I n t e n t i o n a n d Sources o f D a n i e l I - V I " [Sobre l a i n t e n c i ó n y las Fuentes d e
D a n i e l 1-6], V T 3 1 (1981): 282-92.
6 4 . H . L . G i n s b e r g , Studies i n Daniel ( 1 9 4 8 ) y s u " T h e C o m p o s i t i o n o f the
B o o k o f D a n i e l " [ L a c o m p o s i c i ó n del l i b r o d e D a n i e l ] , V T 4 ( 1 9 5 4 ) : 6 8 6 - 8 7 .
6 5 . J. J. C o l l i n s , Daniel, 1-2 Maccabees, p. 4.
66.Ibid., p . 17; i d e m , " A p o c a l y p t i c Genre a n d M y t h i c A l l u s i o n s i n D a n i e l "
[ A l u s i o n e s de g é n e r o a p o c a l í p t i c o y m í t i c a s en D a n i e l ] , JSOT 21 ( 1 9 8 1 ) :
83-100.
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 99
7 0 . Eissfeldt, p . 5 1 7 .
7 1 . H. A. C. H ä v e r n i c k , Kommentar über das Buch Daniel [Comentario sobre
el l i b r o de D a n i e l ] ( H a m b u r g o , 1 8 3 2 ) ; í d e m , Neue Kritische Untersuchun-
gen über das Buch Daniel [ N u e v a s investigaciones críticas sobre el l i b r o de
Daniel] (1838).
7 2 . C. A. A u b e r l e n , Der Prophet Daniel und die Offenbarung Johannis [El pro-
feta D a n i e l y el A p o c a l i p s i s de J u a n ] (Basilea, 1 8 5 4 ) .
7 3 . E. B. Pusey, Daniel the Prophet [ D a n i e l el p r o f e t a ] ( N u e v a Y o r k , 1 8 6 4 ) .
7 4 . T. K l i e f o t h , Das Buch Daniel ( L e i p z i g , 1 8 6 8 ) .
7 5 . R. K r a n i c h f e l d , Das Buch Daniel ( 1 8 6 8 ) .
7 6 . C. F. Keil, Biblischer Commentar über den Propheten Daniel [Comentario
b í b l i c o sobre e l p r o f e t a D a n i e l ] ( L e i p z i g , 1 8 6 9 ) ; existe u n a t r a d u c c i ó n i n g l e -
sa c o n el título The Book of the Prophet Daniel ( E d i m b u r g o , 1 8 9 1 ) .
7 7 . J. Knabenbauer, Commentarius in Danielem Prophetam [Comentario sobre
e l p r o f e t a D a n i e l ] (París, 1 8 9 1 ) .
7 8 . E. W. H e n g s t e n b e r g , Die Authentie des Daniel und die Integrität des Sachar ja
[ L a a u t e n t i c i d a d de D a n i e l y la i n t e g r i d a d de Z a c a r í a s ] (Berlín, 1 8 3 1 ) .
7 9 . D. Zündel, Kritische Untersuchung über die Abfassungszeit des Buches Da-
niel [Investigación crítica sobre la é p o c a de la r e d a c c i ó n d e l l i b r o de D a n i e l ]
(Leipzig, 1861).
80. E Düsterwald, Die Weltreiche und das Gottesreich nach den Weissagungen
des Propheten Daniel [ L o s r e i n o s del m u n d o y el r e i n o de D i o s en las p r o -
fecías del p r o f e t a D a n i e l ] ( F r i b u r g o d e B r i s g o v i a , 1 8 9 0 ) .
8 1 . A. C. Gaebelein, The Prophet Daniel [El p r o f e t a D a n i e l ] ( N u e v a Y o r k , 1911).
8 2 . G. C. Aalders, Het bock Daniel [El l i b r o de Daniel] ( 1 9 3 5 , 4 ed., K a m p e n , 1975).
a
C. Boutflower (1923). 87
es notablemente realista.
Nabucodònosor consigna que edificó diversos muros, enormes
puertas de acceso a la ciudad, palacios, templos, canales, diques
1 0 6 . La s e c c i ó n sobre N a b u c o d ò n o s o r , Belsasar y D a r í o el m e d o es u n a a m p l i a -
c i ó n d e m i a r t í c u l o " T h e B o o k o f D a n i e l : Evidences r e l a t i n g t o Persons a n d
C h r o n o l o g y " [ E l l i b r o de D a n i e l : Pruebas relativas a personas y a la c r o n o -
l o g í a ] , AUSS 19 ( 1 9 8 1 ) : 3 7 - 4 9 .
107. C. E Pfeiffer, The Biblical World [ E l m u n d o b í b l i c o ] ( G r a n d R a p i d s , 1 9 6 6 ) ,
p . 126.
108. E s c r i t o e n e l C i l i n d r o d e G r o t e f e n d , K B i i i , 2 , p . 3 9 , c i t a d o e n J . A . M o n t -
g o m e r y , The Book of Daniel, I C C [ 2 3 ] ( 1 9 2 7 ) , p. 2 4 3 .
109. M o n t g o m e r y , p . 2 4 4 .
1 0 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
La locura de Nabucodònosor
El relato de la locura de Nabucodònosor en Daniel 4 lleva algún
tiempo siendo objeto de controversia. R. H. Pfeiffer dijo de dicho
relato que era «un cuento contrario a la historia», «una confusa re-
miniscencia de los años que Nabonido pasó en Teima [Tema], en
Arabia». Esta afirmación ha recibido el apoyo de otros eruditos
116
timo rey de Babilonia, que padeció dicho mal «durante siete años» 119
hasta que acudió «un adivino [o exorcista], que era un [varón] 120
adivino o exorcista.
1 2 2 . A d a p t a d o d e ATQ, p p . 1 2 7 - 1 2 9 .
1 2 3 . M i l i k , p. 4 1 1 ; W. H. B r o w n l c e , The Meaning of the Scrolls for the Bible [F.l
s i g n i f i c a d o d e los r o l l o s p a r a l a B i b l i a ] ( L o n d r e s , 1 9 6 4 ) , p . 3 7 ; R . M e y e r ,
Das Gebet des Nabonid [ L a o r a c i ó n de N a b o n i d o ] (Berlín, 1962); D e x i n -
ger, Das Buch Daniel und seine Probleme, p. 20; etcétera.
1 2 4 . ATQ, p . 123.
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 1 0 7
durante «diez años», no siete, y que se trasladó allí por razones políti-
cas. Ahora estos hechos ponen en tela de juicio la historicidad de la
125
134. H a r r i s o n , p p . 1117-20.
1 3 5 . F. M. Cross, Jr., The Ancient Library of Qumrán [ L a a n t i g u a b i b l i o t e c a de
Q u m r á n ] , 2 ed. (Nueva Y o r k , 1961), p. 167.
a
una referencia a una revuelta en el décimo año del reinado del mo-
narca babilonio, o sea, en 595/594 a.C. Este dato lo pone en relación
1 4 0 . Cabe l l a m a r la a t e n c i ó n al r e l a t o de la p o s e s i ó n de N a b u c o d ò n o s o r c o n -
signado p o r A b i d e n o (siglo I I a . C ) , c o n s e r v a d o e n E u s e b i o , Praeparatio
evangelica i x . 4 1 .
1 4 1 . W . H . Shea, " D a n i e l 3 : E x t r a - b i b l i c a l Texts a n d the C o n v o c a t i o n o n the
Plain of D u r a " [ D a n i e l 3: Los textos extrabíblicos y la convocatoria en la
l l a n u r a d e D u r a ] , AUSS 2 0 ( 1 9 8 2 ) : 3 0 .
1 4 2 . D. J. W i s e m a n , Chronicles of the Chaldaean Kings (626-556 B.C.) in the
British Museum [ C r ó n i c a s de los reyes caldeos ( 6 2 6 - 5 5 6 a.C.) en el M u s e o
Británico] (Londres, 1956).
110 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Darío el medo
Inmediatamente después de la muerte de «Belsasar, rey de los cal-
deos» en octubre de 539 a.C, se afirma en 5: 31 que Darío, de Me-
dia, «tomó el reino». Esto puede querer decir que fue hecho «rey sobre
el reino de los caldeos» (9: 1). Este Darío era «de la nación de los
medos» (9: 1) y, por lo tanto, no era de ascendencia persa.
actualidad hay registros del mundo antiguo que arrojan nueva luz sobre
este asunto. Por lo tanto, procede indicar las sugerencias principales que
se han presentado para identificar a Darío el medo con algún personaje
histórico del pasado. ¿Quién es el enigmático Darío el medo?
I. ¿Es Darío el medo el rey Astiages? Astiages fue el último de los reyes
de Media. Herodoto y Jenofonte explican que Ciro nació de la unión
entre Cambises y la hija de Astiages, Mandane. Sin embargo, el 166
1 6 4 . H. H. Rowley, Darius the Mede and the Four World Empires in the Book
of Daniel: A Historical Study of Contemporary Theories [Darío el medo y
los c u a t r o i m p e r i o s m u n d i a l e s del l i b r o d e D a n i e l : E s t u d i o h i s t ó r i c o d e las
teorías contemporáneas] ( C a r d i f f , 1935; reimpreso en 1964), p. 9.
165. V é a s e , p o r e j e m p l o , C o l l i n s , Daniel, p . 6 9 :
166.Ibid., pp. 30-31.
167.Ibid., p. 31.
168. Jerome's Commentary on Daniel, p. 55.
169. B . A l f r i n k , " D e r letzte K ö n i g v o n B a b y l o n " [ E l u l t i m o r e y d e B a b i l o n i a ] , B i b
9 (1928): 187-205.
1 7 0 . R o w l e y , Darius the Mede, pp. 33-36.
1 7 1 . K o c h , Das Buch Daniel, p p . 191-92.
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 11 5
con Darío el medo, otros (como que su padre fuera Ciro y no Asuero,
o la edad de 62 años) no cuadran. Salvo en la corregencia de Cambi-
179
1 8 3 . B a l d w i n , Daniel, p p . 2 6 - 2 8 .
1 8 4 . M i l l a r d , p . 73.
1 8 5 . G . " w e n h a m , " D a n i e l : T h e Basic Issues" [ D a n i e l : Cuestiones b á s i c a s ] , Theme-
lios 212 ( 1 9 7 7 ) : 5 0 .
1 8 6 . B a l d w i n , Daniel, p p . 2 6 - 2 7 .
1 8 7 . Así señala M a i e r , Der Prophet Daniel, p. 3 8 .
188.Shea, " D a r i u s the M e d e " , p p . 2 3 2 - 3 3 .
1 8 9 . E . B a b e l o n , " N o u v e l l e s r e m a r q u e s sur l ' h i s t o i r e d e C y r u s " [ N u e v a s obser-
vaciones sobre la historia de Ciro], Annales de philosophie chrétienne 4
(1881): 674-83.
1 9 0 . R o w l e y , Darius the Mede, p. 19, m e n c i o n a a E D e l i t z s c h , G. Pinches, J. D.
W i l s o n , R. D. W i l s o n , T h i l o , Môller y otros.
1 9 1 . W . E A l b r i g h t , " T h e D a t e a n d P e r s o n a l i t y o f the C h r o n i c l e r " [Fecha y per-
s o n a l i d a d del C r o n i s t a l J B L 4 0 ( 1 9 2 1 ) : 1 0 4 - 1 2 4 .
1 9 2 . J. C. W h i t c o m b , Darius the Mede, 2 e d . ( F i l a d e l f i a , 1 9 6 3 ) .
a
de más allá del Río». (Este Gubaru no debe confundirse con el Gu-
baru/Ugbaru que era general del ejército de Ciro y que conquistó
Babilonia según la Crónica de Nabonido).
Hay varias características atractivas en esta identificación, que ha
encontrado seguidores en fechas más recientes. Pero la identifica- 196
o c o m o Ug/uq/uk = U g b a r u , línea 22 de la C r ó n i c a de N a b o n i d o en S m i t h ,
Babylonian Historical Texts, p. 121.
2 0 0 . W . H . Shea, " A n U n r e c o g n i z e d Vassal K i n g o f B a b y l o n i n the E a r l y A c h a e -
m e n i d P e r i o d " [ U n rey vasallo d e B a b i l o n i a n o r e c o n o c i d o hasta a h o r a a l
c o m i e n z o del p e r í o d o a q u e m é n i d a ] I V , AUSS 10 ( 1 9 7 2 ) : 1 7 6 .
1 1 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
mos que durante la mayor parte del primer año que siguió a la caída
de Babilonia Ciro no se arrogó el título "rey de Babilonia", lo que
indica que otra persona actuaba como rey en calidad de vasallo del
rey persa. Shea sostiene que Gubaru/Ugbaru murió un año y tres se-
manas después de la caída de Babilonia, según una forma de cómputo
consecutiva de los datos cronológicos de la Crónica de Nabonido. 203
2 0 5 . B a l d w i n , Daniel, p . 2 8 .
2 0 6 . E n c o n t r a d e l o d i c h o p o r D e x i n g e r , p . 16; Pfeiffer, p . 7 5 7 ; R o w l e y , Darius
the Mede, p p . 5 4 - 5 6 .
2 0 7 . M o n t g o m e r y , p. 2 5 6 , sugirió u n a r e l a c i ó n entre el a r a m e o "^FOfí [íaití] de
D a n i e l 5 : 7 o NHITA [talta^ de los versículos 16, 29 c o n el a c a d i o salsu, " d i r i -
g e n t e " , e n e l s e n t i d o d e u n " t e r c e r " ( d i r i g e n t e ) d e l o que s e c o n t e m p l a c o m o
un t r i u n v i r a t o . Lacocque, p. 90, traduce «estará en el t r i u n v i r a t o de gobier-
n o d e l r e i n o » . C o n t r a esta sugerencia s e h a n p r e s e n t a d o v a r i a s objeciones
m o r d a c e s . Lo de " d i r i g e n t e salsu" i b a l i g a d o al rey o al príncipe h e r e d e r o ,
p e r o n o p a r a g o b e r n a r c o m o u n " t e r c e r o " del r e i n o . N o r m a l m e n t e , n o sería
d e esperar e l c a m b i o f o n é t i c o d e f e n a r a m e o a s e n a c a d i o . A s í l o s e ñ a l a
Shea, " N a b o n i d u s , Belshazzar, a n d the B o o k o f D a n i e l " , p p . 1 3 8 - 3 9 .
2 0 8 . H e r o d o t o , H i s t o r i a s 1 : 1 8 5 - 1 8 8 . E n las fuentes c u n e i f o r m e s n o s e h a en-
c o n t r a d o n i n g ú n n o m b r e p a r a la r e i n a . Cf. Shea, " N a b o n i d u s , Belshazzar,
a n d the B o o k o f D a n i e l " , p p . 1 3 7 - 3 8 ; M i l l a r d , p . 7 2 ; G u e n t h a n e r , p . 4 2 4 ;
H a r r i s o n , p . 1120; D o u g h e r t y , p p . 193-94.
1 20 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Daniel 1: 1?
La fecha de la campaña de Nabucodònosor contra Jerusalén —«en
el tercer año del reinado de Joacim, rey de Judá» (1: 1)— contradice
la información facilitada por Jeremías 25: 1-9. Este pasaje se refiere
al «año cuarto de Joacim», que es «el año primero de Nabucodo-
nosor». Esta invasión tuvo lugar en 605 a.C. Así, el «año cuarto de
Joacim» es el año 605 a.C, y su «tercer año» es también 605 a.C.
El lector perspicaz preguntará: Pero, ¿cómo pueden el "cuarto" y el
"tercer" año de un rey ser el mismo año? Se trata de una pregunta
válida y crucial. ¿Se equivocan los autores, o la respuesta está en el
sistema de cómputo?
Edwin R. Thiele, autoridad de fama internacional en el campo de
la cronología hebrea, nos informa de que «se empleaban dos sistemas
de cómputo para los reyes hebreos: el cómputo con año ascensional
(posdatación) y el cómputo sin año ascensional (antedatación)». 214
Método
Año
con año 1 año 2 año 3 año Dan. 1: 1e r o er
ascensional
ascensional:
Método
sin año 1 año 2 año 3 año 4° año Jer. 25: 1-9; 46: 2
e r o er
ascensional:
En 1956 D. J. Wiseman publicó la famosa Crónica Babilónica de los
reyes caldeos, que indica que en Babilonia se empleaba el método con
año ascensional. Jeremías parece haber seguido el método sin año
215
car el año 605 a.C. con el tercer año de Joacim y con el año ascensional
de Nabucodònosor como «rey de Babilonia». Por otro lado, Jeremías
podía designar el mismo año como cuarto año de Joacim y como pri-
mer año de Nabucodònosor siguiendo el método sin año ascensional.
Además, ahora existe evidencia astronómica indiscutible proce-
dente de eclipses de que el tercer/cuarto año de Joacim, que fue tam-
bién el año ascensional/primero de Nabucodònosor, fue realmente
el año 605 a.C, y no 606 a.C. o 604 a.C. La historicidad de la
219 220
Escala a.C.
608 607 606 605 604 603 602 601
Datos de Joacim
Judá
Años de íisri
Jer.25:l,9 1 2 3 4 5 6 7 8
(otoño)
Jer.46:2
Sitio de Jerusalén
por parte de Nabucodònosor
(Dan. 1:1; Jer. 25: 1-9)
Lingüística
Sinopsis editorial. A lo largo de los decenios, los eruditos han dado
considerable atención a las lenguas en que está escrito el libro de
Daniel. Se han analizado meticulosamente las formas y la gramática
del hebreo y del arameo, al igual que ciertos términos y vocablos de
procedencia extranjera (griega y persa). Los primeros estudios con-
cluyeron que diversos rasgos lingüísticos objeto de estudio suponían
claros indicadores internos que señalaban a un origen del libro en el
siglo II en la tierra de Israel.
El estudio continuado y el acumulo de nuevos datos procedentes de
la investigación arqueológica han cambiado la imagen de conjunto.
En buena medida, la nueva evidencia lingüística ha minado los argu-
mentos más antiguos y los ha vuelto insostenibles. Por otro lado, ha
servido para apoyar un origen del libro en el siglo VI en un contexto
mesopotámico.
Ya no puede decirse de términos como 'caldeos' como descripción
de una casta profesional, o de los nombres de los amigos de Daniel
(Sadrac, Mesac y Abed-nego), que sean anacrónicos o que sean con-
fusos —supuesta evidencia de un autor del siglo II poco familiarizado
con los tiempos neobabilónicos que lo precedieron—. Cuadran perfec-
tamente con lo que ahora se sabe de la situación del siglo V I .
Puede demostrarse ahora que los vocablos de procedencia persa son
específicamente palabras del persa antiguo, lo que apunta a un mo-
mento de escritura anterior más que posterior, como sería el caso en
una redacción del siglo I I . La cultura griega penetró en el Próximo
Oriente antiguo mucho antes del período neobabilónico, hecho que
anula cualquier tentativa de defender una fecha tardía para el libro
sobre la base de sus vocablos de origen griego.
Los argumentos a favor de una redacción en el siglo II para Daniel
que se basaban en las formas y la gramática de sus secciones arameas
han sido invalidados por completo por documentación nueva sobre la
historia y el cambio de la lengua aramea. Ahora hay que descartar una
composición en el siglo I I . Teniendo en cuenta los nuevos datos, puede
afirmarse que el arameo de Daniel pertenece a la forma del lenguaje
conocido como "arameo oficial", que se hablaba en el siglo VI a.C.
Asimismo, no hay ninguna prueba lingüística convincente que pue-
da negar una redacción del libro en el siglo VI por el hebreo que se
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 1 25
Lingüística
Sinopsis editorial. A lo largo de los decenios, los eruditos han dado
considerable atención a las lenguas en que está escrito el libro de
Daniel. Se han analizado meticulosamente las formas y la gramática
del hebreo y del arameo, al igual que ciertos términos y vocablos de
procedencia extranjera (griega y persa). Los primeros estudios con-
cluyeron que diversos rasgos lingüísticos objeto de estudio suponían
claros indicadores internos que señalaban a un origen del libro en el
siglo II en la tierra de Israel.
El estudio continuado y el acumulo de nuevos datos procedentes de
la investigación arqueológica han cambiado la imagen de conjunto.
En buena medida, la nueva evidencia lingüística ha minado los argu-
mentos más antiguos y los ha vuelto insostenibles. Por otro lado, ha
servido para apoyar un origen del libro en el siglo VI en un contexto
mesopotámico.
Ya no puede decirse de términos como 'caldeos' como descripción
de una casta profesional, o de los nombres de los amigos de Daniel
(Sadrac, Mesac y Abed-nego), que sean anacrónicos o que sean con-
fusos —supuesta evidencia de un autor del siglo II poco familiarizado
con los tiempos neobabilónicos que lo precedieron—. Cuadran perfec-
tamente con lo que ahora se sabe de la situación del siglo V I .
Puede demostrarse ahora que los vocablos de procedencia persa son
específicamente palabras del persa antiguo, lo que apunta a un mo-
mento de escritura anterior más que posterior, como sería el caso en
una redacción del siglo I I . La cultura griega penetró en el Próximo
Oriente antiguo mucho antes del período neobabilónico, hecho que
anula cualquier tentativa de defender una fecha tardía para el libro
sobre la base de sus vocablos de origen griego.
Los argumentos a favor de una redacción en el siglo II para Daniel
que se basaban en las formas y la gramática de sus secciones arameas
han sido invalidados por completo por documentación nueva sobre la
historia y el cambio de la lengua aramea. Ahora hay que descartar una
composición en el siglo I I . Teniendo en cuenta los nuevos datos, puede
afirmarse que el arameo de Daniel pertenece a la forma del lenguaje
conocido como "arameo oficial", que se hablaba en el siglo VI a.C.
Asimismo, no hay ninguna prueba lingüística convincente que pue-
da negar una redacción del libro en el siglo VI por el hebreo que se
1 26 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Esquema de la sección
I. Cuestiones lingüísticas relativas a los nombres y términos extran-
jeros
I I . La lengua aramea del libro de Daniel
I I I . La lengua hebrea del libro de Daniel
IV. El uso de dos idiomas en el libro de Daniel
Nombres babilonios
Hay varios nombres que han captado la atención y precisan inves-
tigación ulterior.
1. El término 'caldeos'. El término 'caldeos' (Dan. 2: 2; 4: 7; 5: 7-11)
ha sido fuente de preocupación en su contexto para distintos ex-
pertos. Según una teoría, la igualdad entre 'caldeos' y magos, en-
cantadores y adivinos (es decir, un término profesional, aparte del
significado étnico que tiene en 3: 8; 9: 1) es un «anacronismo in-
dudable» para la época de Nabucodònosor (siglo VI a.C). Se afir-
2
3 . H e r o d o t o , Historias 1: 181-83.
4 . E . Y a m a u c h i , " T h e A r c h a e o l o g i c a l B a c k g r o u n d o f D a n i e l " [ E l c o n t e x t o ar-
q u e o l ó g i c o d e D a n i e l ] , B S 1 3 7 ( 1 9 8 0 ) : 5-6; A . R . M i l l a r d , " D a n i e l 1-6 a n d
H i s t o r y " [ D a n i e l 1-6 y l a h i s t o r i a ] , EvQ 4 9 ( 1 9 7 9 ) : 6 9 - 7 1 ; J . G . B a l d w i n ,
" S o m e L i t e r a r y A f f i n i t i e s o f the B o o k o f D a n i e l " [ A f i n i d a d e s l i t e r a r i a s d e l
l i b r o de D a n i e l ] , Tyndale Bulletin 30 ( 1 9 7 9 ) : 2 9 ; J. M c D o w e l l , Daniel in
the Critics' Den. Historical Evidence for the Authenticity of the Book of
Daniel [ D a n i e l en el foso de los c r í t i c o s . Prueba h i s t ó r i c a de la a u t e n t i c i -
d a d d e l l i b r o d e D a n i e l ] (San B e r n a r d i n o , C a l i f o r n i a , 1 9 7 9 ) , p p . 5 5 - 5 9 ; R .
K. H a r r i s o n , Introduction to the Old Testament [Introducción al A n t i g u o
Testamento] ( G r a n d R a p i d s , 1 9 6 9 ) , p . 1 1 1 3 ; G e r h a r d M a i e r , Der Prophet
Daniel [ E l p r o f e t a D a n i e l ] ( W u p p e r t a l , 1 9 8 2 ) , p p . 4 0 - 4 1 .
5. B a l d w i n , p. 29.
6. R. D. W i l s o n s e g ú n c i t a de G. L. A r c h e r , Reseña crítica de una introduc-
ción al Antiguo Testamento (Grand Rapids, 1 9 8 1 ) , p. 420. «El parecido
entre este gal-du o kaldu y el t é r m i n o é t n i c o kaldu c o m o f o r m a secundaria
de kasdu sería p u r a m e n t e a c c i d e n t a l » ( A r c h e r , A Survey, p. 3 7 0 ; cf. G. C.
Aalders, " T h e B o o k of D a n i e l " [El l i b r o de D a n i e l ] , E v Q 2 [1930]: 244.)
Las silbantes s,sy scambiaban a m e n u d o a / antes de las dentales (véase W.
von Soden, Grundriss der akkadischen Grammatik [Esbozo de gramática
acadia] [Berlín, 1 9 5 2 ] § 3 0 g ) , y así se e x p l i c a el c a m b i o de las consonantes
en kal/sdu.
1 28 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Según esta tesis, el autor del libro de Daniel empleó este título como
designación de una clase de profesionales que pertenecían al grupo de
sacerdotes astrólogos. Si es así, entonces es un homónimo de un tér-
mino que también designa a una etnia. Hay suficiente evidencia como
para indicar que 'caldeos' podría referirse a una clase de profesionales
durante el Imperio neobabilónico y tras el mismo.
2. Los nombres Sadrac, Mesac y Abed-nego. Los tres amigos de Daniel
recibieron nuevos nombres de su superior babilonio a su llegada a la
capital mesopotámica. Los filólogos del pasado han sido incapaces
de explicar debidamente esos nombres. Se ha supuesto o sugerido
una y otra vez que tales nombres eran confusos o que eran formas
transmitidas deficientemente de nombres babilónicos que en su ori-
gen contenían nombres de dioses paganos. Recientemente, un asi-
riólogo alemán ha demostrado que esos nombres pueden explicarse
satisfactoriamente a partir de la onomástica (estudio del origen y las
formas de los nombres propios) babilónica sin suponer una transmi-
sión deficiente o una alteración intencional.
R R. Berger muestra que el nombre Sadrac (hebreo ^TTCf [sadrak])
se corresponde con el asirio y babilonio Sáduráku, que significa "He
sentido un gran temor". Se trata de una forma abreviada en la que
7
Al igual que otros nombres acadios del libro de Daniel, estos nom-
bres se corresponden tan estrechamente con lo que se conoce de la
onomástica babilónica que Berger sugiere que no le sorprendería
que los nombres de Daniel y sus compañeros se descubrieran algún
día en los textos babilónicos. Estos nombres acadios encajan per-
13
Palabras persas
Hay aproximadamente 19 vocablos procedentes del persa en la
parte aramea de Daniel. Basándose en la estadística, H. H. Rowley
defendió que ello es indicación de que el arameo bíblico de Daniel es
mucho más cercano al arameo de los tárgumes de los siglos II y I a.C.
que a los papiros árameos del siglo V a.C. Una investigación mi- 14
11. M i l l a r d , p. 72.
12. V é a s e E. J. Y o u n g , The Prophecy of Daniel; A Commentary [ L a p r o f e c í a de
Daniel: Comentario] (Grand Rapids, 1949), p. 43.
13. Berger, p . 2 3 4 .
14. H. H. R o w l e y , The Aramaic of the Old Testament [El a r a m e o del A n t i g u o
Testamento] (Londres, 1929), p. 139.
15. K . A . K i t c h e n , " T h e A r a m a i c o f D a n i e l " [ E l a r a m e o d e D a n i e l ] , Notes o n
Some Problems in the Book of Daniel [ N o t a s sobre p r o b l e m a s del l i b r o de
D a n i e l ] , ed. D. J W i s e m a n , et al. (Londres, 1965), p. 36.
1 30 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
tan una fecha para el origen de las palabras persas posterior a 300
a.C. Los vocablos persas apuntan a una fecha temprana para el libro
de Daniel, no a una fecha tardía.
Palabras griegas
Poco antes de que comenzara el siglo XX, S. R. Driver afirmó que
«las [tres] palabras griegas exigen [...] una fecha [para Daniel] poste-
rior a la conquista de Palestina por Alejandro Magno (332 a.C.)». Los 17
C. Torrey, quien dató la parte aramea de Daniel en los siglos III/II a.C. 37
Las réplicas contra una fecha tardía del arameo de Daniel vinieron
de eruditos conservadores de gran prestigio, como R. D. Wilson, W. St.
Clair Tisdall y Charles Boutflower. El resultado de tales estudios, que
38
54. P. Winter, "Das aramäische ' G e n e s i s - A p o k r y p h o n " ' [El "Génesis apócrifo"
arameo], T L Z 4 (1957): 258-62.
5 5 . K u t s c h e r , " L a n g u a g e o f the 'Genesis A p o c r y p h o n ' " , p p . 1-35.
5 6 . G . L . A r c h e r , Jr., " T h e A r a m a i c o f the 'Genesis A p o c r y p h o n ' C o m p a r e d w i t h
the A r a m a i c o f D a n i e l " [ E l a r a m e o del " G é n e s i s a p ó c r i f o " c o m p a r a d o c o n
el a r a m e o de D a n i e l ] , New Perspectives on the Old Testament [ N u e v a s pers-
pectivas sobre el A n t i g u o T e s t a m e n t o ] , e d . J. B. Payne ( W a c o , Texas, 1 9 7 0 ) ,
p p . 160-69.
57.Ibid., p. 169.
58. G. L. Archer, " A r a m a i c Language" [ L e n g u a a r a m e a ] , Zondervan Pictorial
Encyclopedia o f the Bible, e d . M . C . Tenney ( G r a n d R a p i d s , 1 9 7 5 ) , 1 : 2 5 5 .
5 9 . J. P. M. v a n der Ploeg y A. S. v a n der W o u d e , eds., Le Targum de Job de la
grotte XI de Qumrán [ E l T á r g u m de J o b de la C u e v a 11 de Q u m r á n ] ( L e i -
den, 1971).
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 1 37
6 0 . P o r e j e m p l o , T . M u r a o k a , " T h e A r a m a i c o f the O í d T á r g u m o f J o b F r o m
Q u m r á n Cave X I " [ E l a r a m e o del a n t i g u o T á r g u m d e J o b p r o c e d e n t e d e l a
C u e v a 1 1 d e Q u m r á n ] , / / S 2 5 ( 1 9 7 4 ) : 4 4 2 ; S . A . K a u f m a n , " T h e J o b Tár-
g u m F r o m Q u m r á n " [ E l T á r g u m d e J o b d e Q u m r á n ] , JAOS 9 3 ( 1 9 7 3 ) : 3 2 7 ;
Jongeling, p. 5; y Vasholz, "A Philological C o m p a r i s o n of the Q u m r á n Job
T á r g u m a n d Its I m p l i c a t i o n s f o r the D a t i n g o f D a n i e l " [ C o m p a r a c i ó n f i l o l ó -
gica del T á r g u m de J o b de Q u m r á n y sus i m p l i c a c i o n e s p a r a la d a t a c i ó n de
D a n i e l ] (tesis d o c t o r a l , U n i v e r s i d a d d e Esellenbosh, 1 9 7 6 ) , p p . 3 1 8 - 2 0 .
6 1 . V a n der Ploeg y v a n der W o u d e , p . 4 .
62. K a u f m a n , p. 327.
63. Ibíd.
64. Ibid., p. 317.
65. K i t c h e n , p. 32.
1 3 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
cumentos tardíos.
3. El uso de la preposición b [te] no puede emplearse como evidencia
para datar el arameo de Daniel, dado que está presente en ciertos
papiros árameos tempranos y ausente de otros, y presente tam-
bién en otros materiales de Qumrán, mientras que está ausente en
otros. 77
Valoraciones actuales
A partir de la presentación precedente, es evidente que los proble-
mas clásicos de sintaxis y ortografía del arameo de Daniel (usados
en el pasado por los eruditos críticos como apoyo de una supuesta
datación macabea y de una procedente occidental o israelita) apare-
cen ahora con una luz enteramente nueva. La nueva evidencia y la
revaluación actual señala a un origen anterior al siglo II a.C. y a un
origen oriental (babilonio). G. L. Archer señala sobre este extremo
que «tan solo atendiendo al orden de los vocablos, es seguro concluir
79.lbíd.,pp. 116-18.
80. Ibtd.,p. 119.
8 1 . V é a s e la n. 33 supra, d o n d e se c i t a el e s t u d i o de K a u f m a n , a p a r e n t e m e n t e
d e s c o n o c i d o p a r a C o x o n . E . Y . K u t s c h e r , " A r a m a i c " [ E l a r a m e o ] , Current
Trends in Linguistics [Tendencias actuales en la lingüística] 6 (1970): 400
(véase t a m b i é n la cita de la n. 49 supra), ha s u g e r i d o que el o r d e n l é x i c o del
a r a m e o b í b l i c o es de t i p o o r i e n t a l . Esta c o n c l u s i ó n es a p o y a d a p o r C o x o n ,
q u i e n c o n c l u y e que t a l c a m b i o f u n d a m e n t a l e n l a e s t r u c t u r a d e las frases
« a p u n t a r í a s i n d u d a a u n a fecha a n t e r i o r a l siglo I I a . C . » (véase " S y n t a x " ,
p p . 1 2 1 - 2 2 ; y " A P h i l o l o g i c a l N o t e o n D a n 5 : 3 f . " [ N o t a filológica sobre
D a n . 5 : 3 s . ] , ZAW 8 9 [ 1 9 7 7 ] : 2 7 5 - 7 6 . )
82. P. W. C o x o n , " T h e Problem of Consonantal M u t a t i o n s in Biblical A r a m a i c "
[ E l p r o b l e m a de la m u t a c i ó n c o n s o n a n t i c a en el a r a m e o b í b l i c o ] , ZDMG
129 (1979): 2 2 .
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 141
en el hebreo del libro no hay nada que «hable contra una fecha en la
época macabea». 92
m a d a m e n t e 20 y 50 d . C .
1 0 6 . 0 , Plóger, Das Buck Daniel ( G ü t e r s l o h , 1 9 6 5 ) , p p . 2 6 - 2 7 .
1 4 6 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Asuntos misceláneos
Sinopsis editorial. La presencia de al menos ocho ejemplares del l i -
bro de Daniel (conservadas únicamente de manera fragmentaria) entre
los Rollos del Mar Muerto sugiere que fue uno de los libros más po-
pulares en Qumrán (compárese: catorce ejemplares de Deuteronomio,
doce de Isaías y diez de los Salmos). La referencia al «libro del profeta
Daniel» por parte de otro documento (4QFlor) indica que a Daniel se
10 consideraba un profeta canónico. Dos fragmentos muestran los mis-
mos cambios de hebreo a arameo, y la vuelta al hebreo, en sitios idén-
ticos a los encontrados en nuestra Biblia hebrea (masorética) actual
(2: 4b y 8: 1). En estos materiales fragmentarios no aparecen añadidos
apócrifos. Un ejemplar de Daniel, escrito con la caligrafía propia de fi-
nales del siglo II a.C, plantea un problema para los partidarios de una
fecha macabea para la composición del libro. Tal manuscrito limita el
tiempo necesario para la distribución generalizada del libro, así como
para el reconocimiento de su canonicidad.
La posición de Daniel en la tercera división del actual canon he-
breo es una base insuficiente para deducir de ello un origen tardío. La
evidencia sugiere que, en su origen, los judíos enumeraban a Daniel
entre los profetas. Parece que el cambio a la tercera división, pro-
movido por un punto de vista minoritario, se dio a finales del siglo
11 d.C. Es probable que Daniel fuera omitido de la lista de personas
presentadas en el Eclesiástico (escrito hacia 180 a.C.) no porque el
profeta o su libro fueran desconocidos, sino porque no encajaba en
los criterios del autor de los héroes palestinos del pasado que habían
desempeñado un papel en el establecimiento y el mantenimiento de
las instituciones judías.
En lo referente a los ángeles y la resurrección, puede verse que la
teología de Daniel se amolda al contexto del siglo V I . No proporcio-
nan argumento alguno a favor de una redacción en el siglo I I . Con-
siderando la nueva evidencia procedente de Mesopotamia, tampoco
es posible defender que el autor sacase de fuentes griegas y persas su
modelo de cuatro imperios mundiales.
El argumento fundamental de la erudición histórico-crítica en pro
de una datación macabea en el siglo II para la autoría de Daniel se
basa en las profecías del capítulo 11. Sin embargo, puede demos-
trarse que los datos del capítulo, en realidad, están en conflicto con
lo que se sabe de los tiempos de Antíoco IV. En último término la
1 48 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
•*
Esquema de la sección
I. Daniel y los rollos del Mar Muerto
I I . Daniel y el canon
I I I . Daniel y el Eclesiástico
IV. La teología de Daniel y su fecha
V. Cuestiones relativas a la secuencia de imperios mundiales
V I . El capítulo 11 y la fecha de Daniel
VIL Apocalíptica y pseudonimia
V I I I . Conclusiones
1107.
12. G. R. D r i v e r , The Hebrew Scrolls [ L o s r o l l o s hebreos] ( O x f o r d , 1 9 5 1 ) , p. 9,
n . 5.
13. S. Z. L e i m a n , The Canonization of the Hebrew Scriptures [La canonización
de las Escrituras hebreas] ( H a m d e n , C o n n e c t i c u t , 1 9 7 6 ) .
14. F. M. Cross, Jr., The Ancient Library of Qumrán [ L a a n t i g u a b i b l i o t e c a de
Q u m r á n ] , e d . rev. ( G a r d e n C i t y , N u e v a Y o r k , 1 9 6 1 ) , p . 4 3 .
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 1 51
Esto plantea un serio problema para una datación del libro de Da-
niel en época macabea. En consecuencia, los materiales de Qumrán
sugieren en realidad una fecha anterior para la autoría de Daniel,
teniendo en cuenta (a) el gran número de ejemplares disponibles
(ocho manuscritos diferentes del libro), (b) la datación inusualmente
temprana de uno de los ejemplares de la Cueva 4, y (c) el hecho de
que el "Florilegio" cita a Daniel de una forma que indica su estatus
canónico.
Resumen
Por las siguientes razones, difícilmente puede exagerarse la impor-
tancia de los rollos del Mar Muerto para el libro de Daniel:
1. Los fragmentos publicados de tres rollos distintos de Daniel, que
datan de tiempos anteriores al cristianismo, tienen sustancialmente
el mismo texto que el tradicional conservado en el texto (maso-
rético) hebreo del que se traducen todas nuestras Biblias. Pode-
mos tener mucha confianza en la exactitud esencial del texto con-
servado, tanto hebreo como arameo, de la parte canónica del
17
libro de Daniel.
2. La temprana (precristiana) condición canónica del libro de Daniel
parece segura, si se tiene en cuenta el "Florilegio", que cita a Da-
niel como Sagrada Escritura al mismo nivel que los libros de Isaías
y de Ezequiel. Ello suscita cuestiones muy serias en cuanto a la
supuesta datación del libro de Daniel en el siglo I I . 1 8
t a 4 : 7 7 2 . L o s o t r o s f r a g m e n t o s d e 6 Q D a n f u e r o n estudiados p o r e l a u t o r
de este c a p í t u l o .
18. G o r d o n J . W e n h a m , " D a n i e l : T h e Basic Issues" [ D a n i e l : Cuestiones b á s i c a s ] ,
Themelios 2/2 ( 1 9 7 7 ) : 5 1 .
1 52 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
I
Daniel y el canon
En todas las traducciones antiguas y modernas de la Biblia, el libro
de Daniel se sitúa detrás (pocas veces antes) del libro de Ezequiel, o
sea, dentro de la parte profética del canon. Puesto que esta coloca-
ción se ve reflejada en las versiones de la Septuaginta, de Teodoción
y Siriaca de los tiempos antiguos, se da por sentado por lo general
que esa ubicación tuvo un origen anterior al cristianismo. Ello se ve 19
19. K. Koch, Das Buch Daniel. Unter Mitarbeit von Till Niewisch und Jür-
gen Tubach [ E l l i b r o d e D a n i e l . C o n l a c o l a b o r a c i ó n d e T i l l N i e w i s c h y
Jürgen Tubach] (Erträge der Forschung, B d . 144; D a r m s t a d t , 1980), p.
28.
20. V é a s e A. M e r t e n s , Das Buch Daniel im Lichte der Texte vom Toten Meer [ E l
l i b r o d e D a n i e l a l a l u z d e los t e x t o s d e l M a r M u e r t o ] ( S t u t t g a r t , 1 9 7 1 ) , p .
28.
2 1 . Josefo, Antigüedades de los judíos x.x.l-é; x.xi.7.
El establecimiento de una fecha para el libro de Daniel 1 53
del canon, es decir, parte de los Profetas, igual que hacen todas 25
las demás listas antiguas del AT. Esto indica que, en su origen, el
libro de Daniel perteneció a los "Profetas", y que solo una opinión
minoritaria judía lo atribuyó en tiempos poscristianos (finales del
siglo II d.C.) a la tercera parte, donde se encuentra en la actualidad en
las Biblias hebreas impresas.
En tercer lugar, hay poderosas indicaciones de que el canon de los
"Escritos" ya estaba cerrado allá por 160-150 a.C. Si es así, casi no 26
Daniel y el Eclesiástico
Un documento que recibe el nombre de Eclesiástico, o la Sabiduría
de Jesús, hijo de Sirá, datado aproximadamente en 180 a.C., contie- 32
32. Véase B. M. Metzger, ed., The Apocrypha of the Old Testament. Revised
Standard Version [ L o s a p ó c r i f o s del A n t i g u o T e s t a m e n t o . V e r s i ó n e s t á n d a r
revisada] ( N u e v a Y o r k , 1 9 6 5 ) , p . 1 2 8 .
33. S. R. D r i v e r , An Introduction to the Literature of the Old Testament [Intro-
d u c c i ó n a la l i t e r a t u r a del A n t i g u o T e s t a m e n t o ] 2" e d . ( C l e v e l a n d , 1 9 6 5 ) , p.
498.
34. Recientemente, t a m b i é n G. Fohrer, Introduction to the Old Testament [In-
t r o d u c c i ó n a l A n t i g u o T e s t a m e n t o ] ( N a s h v i l l e , 1 9 6 8 ) , p p . 4 7 2 - 7 3 ; O . Eiss-
feldt, The Old Testament: An Introduction [El A n t i g u o T e s t a m e n t o : Intro-
d u c c i ó n ] ( N u e v a Y o r k , 1 9 6 5 ) , p . 5 2 1 ; cf. H a r t m a n y D i L e i l a , p . 2 5 .
35. W i l s o n , Studies in the Book of Daniel, Second Series [ E s t u d i o s sobre el l i b r o
d e D a n i e l . Segunda c o l e c c i ó n ] , p . 86.
1 56 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Hay mucho que podría decirse sobre el tema de los ángeles en el AT.
Los ángeles actúan en el AT como portadores de mensajes a Abraham,
Moisés, Josué, Gedeón, Isaías, Zacarías y Ezequiel. Ya en el Pentateu-
co, los ángeles protegen al pueblo de Dios, destruyen a sus enemigos y
revelan la voluntad de Dios. 39
40. R. D. W i l s o n , p. 154.
4 1 . Véase M a r t e n s , - p p . 112-13.
42. S. R. D r i v e r , p. 5 0 8 .
43. Para un e s t u d i o de Isaías 2 6 : 19, véase el e s t u d i o de G. F. H a s e l , " R e s u r r e c -
t i o n i n the T h e o l o g y o f O T A p o c a l y p t i c " [ L a r e s u r r e c c i ó n e n l a t e o l o g í a d e
l a a p o c a l í p t i c a d e l A T ] , ZAW 9 2 ( 1 9 8 0 ) : 2 6 7 - 7 6 .
44. Ibid., p p . 2 7 6 - 8 1 .
1 58 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
conceptos babilónicos.
La recién publicada "Profecía dinástica" babilónica contiene una
descripción de la secuencia de cuatro imperios mundiales: Asiría, Ba-
bilonia, Persia y Grecia. En nuestro estudio previo de esta nueva
49
ya había afirmado que Grecia era el cuarto imperio. Esa opinión aca- 52
y qué no lo es.
Algunos eruditos histórico-críticos toman como axioma que se in-
voca «la esfera de lo sobrenatural» si Daniel presenta una «predic-
ción acertada, en el siglo VI a.C, del curso de la historia hasta el siglo
II a.C.». Sin embargo, insiste R. H. Pfeiffer, quien escribió en 1948
64
65. Ibid.
66. C o l l i n s , p p . 1 1 - 1 2 (la c u r s i v a es suya).
67. Ibid., p. 12.
68. Ibid., p p . 1 2 - 1 3 .
1 64 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
¿podría ello ser indicación de que mucho más de Daniel 11, si no esen-
cialmente todo el capítulo, o todo él en realidad, prevé algo totalmente
distinto de Antíoco Epífanes?
Además, se ha señalado con pleno acierto que «la abominación de-
soladora» mencionada por Jesús (Mat. 24: 15) se tomó de Daniel 11:
31. El hecho de que su actividad desoladora fuera aún futura para Je-
sús indicaría que se describía a algo distinto de Antíoco Epífanes. 70
Apocalíptica y pseudonimia
Procede presentar algunas observaciones en cuanto al género
"apocalíptico" y la pretendida pseudonimia del libro de Daniel. ¿Es
77
74. Ibid., p p . 3 4 , 4 0 .
7 5 . Ibid., p p . 1 2 4 - 2 5 .
76. F e r c h , p . 136.
77. H a y u n a a m p l i a b i b l i o g r a f í a sobre e l g é n e r o d e los " a p o c a l i p s i s " . V é a s e
K. K o c h , The Rediscovery of Apocalyptic [El redescubrimiento de la apo-
calíptica] (Naperville, 1 9 7 2 ) ; K . K o c h y J . M . S c h m i d t , eds. Apokalyptik
[ A p o c a l í p t i c a ] ( D a r m s t a d t , 1 9 8 2 ) ; L . H a r t m a n , " S u r v e y o f the P r o b l e m o f
A p o c a l y p t i c G e n r e " [ E s t u d i o del p r o b l e m a d e l g é n e r o a p o c a l í p t i c o ] , Apoca-
lypticism iñ the Mediterranean World and the Near East [El apocalipticis-
mo en el m u n d o mediterráneo y en el P r ó x i m o O r i e n t e ] , ed. D. H e l l h o l m
(Tubinga, 1 9 8 3 ) , p p . 3 2 9 - 4 2 ; J. J. C o l l i n s , Daniel, With an Introduction to
Apocalyptic Literature [ D a n i e l , c o n u n a i n t r o d u c c i ó n a la l i t e r a t u r a apoca-
líptica] ( G r a n d R a p i d s , 1 9 8 4 ) , p p . 2 - 2 4 .
78. P. D. H a n s o n , The Dawn of Apocalyptic [ L a a u r o r a de la a p o c a l í p t i c a ] (Fila-
d e l f i a , 1 9 7 5 ) , p p . 2 7 , 3 1 3 - 1 4 ; H . R i n g g r e n , " S o m e O b s e r v a t i o n s o n the Style
a n d S t r u c t u r e in the I s a i a h A p o c a l y p s e " [Observaciones sobre el estilo y la
e s t r u c t u r a del apocalipsis de I s a í a s ] , ASTI 9 ( 1 9 7 4 ) : 1 0 7 - 1 1 5 .
1 66 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
I
No hay razón alguna para creer que porque partes del libro de
Daniel sean de factura y naturaleza apocalíptica deban ser tardías.
El profesor E M. Cross sugirió que el origen de la apocalíptica debe
buscarse ya en el siglo VI a.C. Dado que no hay aún una definición
82
Conclusiones
La hipótesis de la fecha macabea, con su forma final para el libro
de Daniel en el siglo II a.C, cuenta en la actualidad con una enorme
popularidad entre la erudición histórico-crítica. No obstante, que-
dan muchos problemas por resolver. Los argumentos fundamentales
a favor de esa hipótesis, investigados en esta sección y en las dos
anteriores basándonos en evidencia nueva, han sido examinados y
hallados faltos.
Los supuestos "errores" y problemas históricos relativos a Nabu-
codònosor, sus logros arquitectónicos, su locura, o que se llame hijo
suyo a Belsasar se resuelven sobre la base de la nueva información.
La' información disponible pone las partes oportunas de Daniel que
hablan de ese rey en el sólido contexto histórico del siglo V I I y co-
mienzos del VI a.C. La idea de Belsasar como "rey" de Babilonia se
corresponde con los acontecimientos de la época, como demuestra
83. B a l d w i n , p. 46.
1 68 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
La unidad de Daniel
William H. Shea
Capítulos 2 y 7
Sinopsis editorial. En las tres secciones de este capítulo el autor
aborda con detalle el tema de la unidad del libro de Daniel. ¿Es el
libro el producto conjunto de autores múltiples que escribieron du-
rante el transcurso de varios siglos, como afirma la erudición crítica,
o hay indicadores en el documento que apuntan a una única autoría,
como mantienen los eruditos conservadores?
El testimonio en pro de la unidad de un libro bíblico puede derivarse
de su estructura literaria evidentemente integrada, de temas teológicos
comunes que se extiendan por toda la obra y de diversos elementos
lingüísticos —a modo de diminutos tuercas y tornillos— que sirven
para integrar el conjunto. En un análisis paso a paso de las secciones
proféticas del libro se exploran estos tres ámbitos de investigación.
La armonía demostrada en cuanto a pensamiento y relaciones en los
bloques menores de material en el libro da testimonio de la armonía
en el todo integrado.
En este capítulo el autor se centra en la clara correlación entre el
sueño y la visión de los capítulos 2 y 7. Los capítulos están estrecha-
mente unidos por (1) varios vínculos lingüísticos; (2) su esquema co-
mún de cuatro grandes reinos; (3) una división final del cuarto reino;
y (4) el establecimiento del reino eterno de Dios en algún momento
posterior a la división del cuarto reino. Existen paralelos entre las
secuencias de metales y de bestias. Los primeros se van degradando
desde un valor elevado (el oro) hasta una gran resistencia (el hierro).
De modo similar, la jerarquía de las bestias pasa de un gran honor (el
león, rey de los animales) a un poder aplastante (la bestia indescripti-
ble, más salvaje que cualquiera conocida en la naturaleza).
Biblioteca "Sara E . O c a m p o
U L V Universidad Linda Vista
1 70 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Esquema de la sección
. I. Introducción
I I . Relación entre Daniel 2 y Daniel 7
I I I . Aspectos especializados de Daniel 7
Introducción
Cuando se examina un libro de la Biblia para determinar el grado
de su unidad, se utilizan varios aspectos diferentes de su contenido.
Estructura literaria. En primer lugar, podemos hablar de la unidad
de su estructura literaria. Por ejemplo, podemos citar el libro de La-
mentaciones como ejemplo de obra dotada de una estructura literaria
La unidad de Daniel 1 71
Daniel 2 Daniel 7
1. El cuarto reino había de ser 1. Cuarto reino «fuerte» en gran
«fuerte» manera
Arameo ^¡pr ffaqg/p], 2: 40 Arameo ^"¡pR [taqqip], 7: 7
2. Fuerte como el «hierro» 2. Dientes de «hierro» de la cuar-
ta bestia
Arameo b n S [parzel], 2: 40 Arameo ^HS [parzeí], 7: 7,19
3. El cuarto reino «desmenuza» 3. El cuarto reino «desmenuza»
Arameo pp^I [dsqaq], 2: 40 Arameo p p l [doqaq\, 7: 19,23
4. El cuarto reino, «dividido» 4. No se emplea la palabra, pero
Arameo rTT/S [po/igá ], 2: 41
4
los diez cuernos significan las
divisiones, 7: 7
5. Divisiones = «reyes», 2: 44 5. «Reyes» = diez cuernos, 7: 24
Debería observarse que la presencia de exactamente cuatro reinos
mundiales en ambas secuencias (sección A) no depende de nuestra
enumeración solamente. El propio autor realizó la enumeración en
esos términos específicos. Ya nos ha dicho que habría exactamente
cuatro grandes reinos mundiales en cada una de estas profecías. No
hace falta que las contemos por nuestra cuenta. Puesto que en ambas ha-
blamos de cuatro grandes reinos, y dado que el cuarto ha de ser seguido
por el reino definitivo de Dios (2: 44, cf. 7: 13-14, 27), los cuatro
reinos presentes en estos dos esquemas tienen que ser los mismos.
Esta conclusión se ve confirmada mediante un examen de la se-
gunda mitad de la lista de correspondencias lingüísticas que acaba-
mos de dar (sección B). Demuestran que el cuarto reino de las dos
profecías es descrito con terminología común (comparte un adjetivo,
dos sustantivos y dos verbos). Por lo tanto, dado que el cuarto reino
1 76 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
•%
cista y la futurista. Por otro lado, la escuela preterista sostiene que estos
cuatro reinos deberían ser identificados con Babilonia, Media, Persia y
Grecia. Esta interpretación de las profecías se deriva de una interpreta-
ción de los capítulos históricos del libro.
El rey que gobernó Babilonia tras su conquista fue un medo llama-
do Darío (5: 31). En consecuencia, el punto de vista preterista de-
duce que el autor de Daniel identificó indebidamente con Media al
poder que conquistó Babilonia y que se puso a gobernar allí. Este error
(hallado supuestamente en los capítulos históricos de Daniel) es en-
tonces superpuesto al esquema de los reinos de los capítulos profé-
ticos. Se arguye que el autor debería haber cometido también ahí el
mismo error.
Aunque Daniel hubiese cometido un error en sus capítulos históri-
cos, el bosquejo de las naciones en los capítulos proféticos sigue corres-
pondiéndose con lo que tuvo lugar en la historia. Hay también pasajes
de Daniel que contradicen este punto de vista preterista. Por ejemplo,
5: 28 indica que los medos y los persas deben ser identificados como
conquistadores conjuntos de Babilonia. Daniel 8: 20 indica que los dos
cuernos del único carnero que se presenta representaban a Media y
Persia conjuntamente. Además, la única traducción lingüísticamente
justificable del verbo pasivo y causativo de 9: 1 indica que Darío «fue
constituido rey» (LBA) sobre el reino de los caldeos por mediación de
otra persona, o sea, Ciro. Además, el punto de vista preterista no tiene
en cuenta plenamente la evidencia de precisión histórica en Daniel en
cuanto a estos extremos, como queda atestiguada en las tablillas neo-
babilónicas, escritas en la época en que tuvo lugar el paso al gobierno
persa. Puesto que el punto de vista crítico sobre este tema resulta insa-
3
tisfactorio por varias razones, debería ser rechazado, y habría que man-
tener el esquema estándar de Babilonia, Medopersia, Grecia y Roma.
Estructura literaria
Hay tres aspectos adicionales del capítulo 7 que deberían ser consi-
derados como base de comparación con otros pasajes proféticos del l i -
bro. El primero tiene que ver con la estructura literaria de la descripción
que el profeta hace de su visión en los versículos 2-14. Lo que sigue a la
descripción es el diálogo que Daniel mantiene con su ángel intérprete
y la explicación que este da a Daniel de la visión. Esa explicación es
especialmente importante para su delincación de las características del
cuerno pequeño y la garantía de su enjuiciamiento. Gracias a la labor
de un tribunal celestial, el cuerno pequeño sería juzgado y los «santos
del Altísimo» recibirían su herencia en el eterno reino de Dios.
Sin embargo, antes de considerar esos aspectos de la explicación,
debería examinarse la estructura literaria de la propia visión. Una
cuestión básica en cuanto a esta estructura literaria es que los ele-
mentos de la visión descritos en los versículos 2-14 aparecen siguien-
do un orden quiástico. Es decir, primero aparecen en orden consecu-
tivo, y luego vuelven a aparecer en orden inverso. El quiasmo puede
esquematizarse como sigue: 4
/ \ /
Visión del proteta: / \ j
// \
\
3 bestias — 4" bestia — cuerno pequeño /
Identificación histórica
Dado que el cuerno pequeño ocupa un lugar tan destacado en la
profecía del capítulo 7, resulta apropiado proponer una identifica-
ción basada en las características en él consignadas. Tales caracterís-
ticas incluyen:
1. Surge de entre los diez cuernos de la cuarta bestia, lo que indica
que su llegada se da tras la división de la cuarta potencia.
2. Habían de ser arrancados tres cuernos delante de él.
3. Tiene ojos como un hombre.
4. Tiene una boca que habla cosas insolentes contra el Altísimo.
5. Persigue a los santos del Altísimo.
6. Tiene dominio específicamente durante un período de 3 Vi tiempos.
6. Ferch, p. 192.
7. G . F . H a s e l , " T h e I d e n t i t y o f ' T h e Saints o f the M o s t H i g h ' i n D a n i e l 7 " [ L a
i d e n t i d a d de «los santos del Altísimo» en D a n i e l 7 ] , Bib 56 ( 1 9 7 5 ) : 1 7 3 - 9 2 .
La unidad de Daniel 1 83
Dadas las dos primeras conexiones entre estos pasajes, parece ra-
zonable identificar su tercer elemento como referencia a lo mismo. Es
decir, «los tiempos y la ley» de 7: 25 equivalen a «los mandamientos de
Dios» en Apocalipsis 12: 17. Ambos cuadran perfectamente como re-
ferencia a la gran ley de Dios dada en el Sinaí: los Diez Mandamientos.
El sábado destaca aquí como el cuarto de esos Diez Mandamientos. La
referencia a los «tiempos» que habían de ser alterados en 7: 25 hace
que tal conexión resulte tanto más plausible.
La unidad de Daniel 1 8 7
Capítulos 7 y 8
Sinopsis editorial. Aunque las visiones de los capítulos 7 y 8 es-
tán consignadas en arameo y hebreo, respectivamente, hay estrechas
vinculaciones entre ellas. La más obvia es la correlación que puede
hacerse entre las identidades históricas y sus símbolos.
Por ejemplo, el león (cap. 7) deriva su identidad babilónica de una
correlación con la cabeza de oro de la imagen (cap. 2), pero el oso y el
leopardo subsiguientes están vinculados directamente con el carnero
y el macho cabrío del capítulo 8. Estos son identificados específica-
mente como los reinos de Medopersia y Grecia (8: 20-21).
Puede verse una segunda vinculación importante en la carrera de
los cuernos pequeños presentados de forma tan prominente en am-
bas visiones. El autor presenta una lista de once similitudes entre los
cuernos, lo que indica claramente que ambos simbolizan la misma
entidad, o sea, Roma. En sus fases pagana y papal, Roma está repre-
sentada por la cuarta bestia y su cuerno pequeño en el capítulo 7,
mientras que en el capítulo 8 ambas fases son representadas en las
actividades de su cuerno pequeño.
Ambas visiones tienen una dimensión vertical, y se centran en la
celestial morada de Dios. De hecho, varios detalles señalados en el
capítulo 8 orientan claramente esa visión en torno al santuario ce-
lestial. También resulta útil en esta coyuntura reconocer el patrón
hebraico de pensamiento en la secuencia de estas dos visiones. Cro-
nológicamente, están dadas en orden inverso. Es decir, el ataque del
cuerno contra el santuario celestial (8: 11-12) precede, en realidad, a
la celebración del juicio previo al advenimiento en ese mismo entor-
no (7: 9-10, 26).
En cierto sentido, la visión del capítulo 8 es una forma abreviada
de la visión del capítulo 7. Se centra en el santuario celestial, en su
príncipe y en la intromisión del cuerno pequeño. El capítulo 8 da más
detalles sobre el ataque del cuerno. Describe en términos simbólicos la
precipitación a tierra de algunas estrellas del cielo por parte del cuerno,
la eliminación del ministerio sacerdotal del príncipe en el santuario
celestial, la demolición de los cimientos de su santuario y el echar por
tierra la verdad y pisotearla.
Aunque el capítulo 8 añade nuevos elementos a la imagen compues-
ta, las dos visiones coinciden en sus aspectos finales. De la destrucción
1 88 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Esquema de la sección
I. La relación entre Daniel 7 y Daniel 8
I I . Aspectos especializados de Daniel 8
La unidad de Daniel 1 8 9
pequeño al fin de la visión del capítulo 8, igual que había hecho al final
de la visión del capítulo 7. Este rasgo común en cuanto a la representa-
ción sugiere que se ha usado el mismo símbolo para referirse al mismo
poder en ambos casos. Se trata del símbolo más prominente que estas
dos visiones tienen en común.
La descripción de estos cuernos en el capítulo 7 y en el 8 como "pe-
queños" es más llamativa en las lenguas originales que en la traduc-
ción. Las palabras usadas para ello en las secciones aramea y hebrea
son términos afines o cognados. La diferencia principal entre ellos es
un simple cambio fonético consistente en el paso de T a U (arameo
i"ITJJT [zQ éra ]; hebreo ¡TT1J2Í [s9 ira ]). Este vocablo hebreo espe-
c h c h
Oriente y (2) la aparición del papado entre las potencias que surgie-
ron del fragmentado Imperio romano. En el capítulo 7 el símbolo
del cuerno pequeño incluye únicamente la fase religiosa de Roma,
dado que la fase imperial quedaba representada por el cuerpo de la
cuarta bestia. Por otro lado, en el capítulo 8 ambas fases de la obra
de Roma están representadas con este símbolo del cuerno pequeño
único. Se alude a la fase imperial en su extensión al Próximo Oriente
—el oriente, el sur y la tierra gloriosa (vers. 9)—. Su fase religiosa es
puesta de manifiesto por la naturaleza específicamente religiosa de
las obras que vienen a continuación (vers. 10-12). 1
Secuencia abreviada
En la conclusión que acabamos de presentar puede verse que lo
que estaba representado en el capítulo 7 por una bestia y un cuerno
está representado en el capítulo 8 únicamente por el cuerno. Así, el
cuerno pequeño del capítulo 8 tiene dos fases en su cumplimiento
histórico. Aunque simbolice estas dos fases, pertenecen en realidad a
un solo poder: Roma (pagana/papal).
Cuando se compara todo el contenido de las dos visiones, no debe-
ría interpretarse que lo incompleto de esta representación simbólica
sea algo inusual. El capítulo 8 es una explicación de detalles adi-
cionales no presentados en el capítulo 7. El capítulo 7 proporciona
simplemente el bosquejo básico a partir del cual se elaboran esos
detalles.
La primera omisión notable en el capítulo 8 es Babilonia, que esta-
ba representada en el capítulo 7. El segundo hiato es el que acabamos
de presentar, en el que las dos fases de Roma (representadas por la
bestia y el cuerno del capítulo 7) están representadas por un solo
cuerno en el capítulo 8. Sin embargo, la omisión más llamativa al
final de la visión del capítulo 8 es la falta de referencia al estableci-
miento del reino de Dios. En el capítulo 8 no hay descripción alguna
de la llegada de un reino de Dios ni del triunfo definitivo, mientras
que esa descripción es doble y muy explícita en el capítulo 7 (cf. vers.
13-14,27).
La purificación (o restauración) del santuario en 8: 14 no es equi-
valente al establecimiento del definitivo reino de Dios, tal como apa-
rece descrita en el capítulo 7. Esa restauración está relacionada con lo
que sucedió al santuario antes en el capítulo 8 (cf. vers. 11-13).
La unidad de Daniel 1 9 7
3. Véase la n. 1.
1 98 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
caigan a tierra desde el ejército del cielo. Así, aquí tenemos presente
un movimiento a lo largo del eje cielo-tierra; y el movimiento a lo
largo de ese eje se describe mediante el empleo de la forma causativa
del verbo 'caer' (^fb [nápal]).
El verbo empleado para indicar el movimiento en esa dirección es
aún más gráfico en la siguiente sección de este pasaje (vers. 11-12).
El fundamento del santuario es «echado por tierra» C ]?^ [sálak]) y
1
«hasta p ¡ J [ ad])»
c
«echó (^22 [napa!])»
«frente H? LVD» «fue echado HP2Í [salak])» «fue echada 0j7ítf [salak])»
«se engrandeció»
Resolución
Hasta ahora nuestra atención se ha dirigido principalmente al con-
tenido de la visión del capítulo 8 (vers. 2-12). Ahora deberíamos dar
alguna consideración a la resolución del problema planteado en la vi-
sión. Antes de que se desvaneciese del recuerdo del profeta, la visión
concluía con una escena final que mostraba que el cuerno pequeño
seguía prosperando y practicando sus engaños. Ello había de abor-
darse, no obstante, pues el ángel intérprete explicó: «Será quebranta-
do, aunque no por mano humana» (8: 25).
En el diálogo mantenido entre los dos ángeles descrito en 8: 13-14
se revela más en cuanto al proceso que daría fin al cuerno pequeño.
Al final del lapso aquí mencionado (los 2.300 días proféticos y sim-
bólicos), el santuario había de ser pl^D [nisdaq] (hebreo, 8: 14b). Este
verbo pasivo (forma nifal) proviene de la raíz p"!^ [sadaq], "ser recto,
justo". El abanico semántico de esta raíz es muy amplio. En conse-
cuencia, el matiz preciso aquí deseado es algo difícil de determinar. Se
han sugerido varias traducciones: (1) "restaurado", (2) "purificado",
(3) "justificado", (4) "vindicado", (5) "[salir] victorioso".
En el AT podemos encontrar testimonio de la mayoría de estos
matices, si no de todos. Además, todos encajan relativamente bien
en la situación descrita en el capítulo 8. La palabra que abarca la
mayoría de estos y otros significados probablemente sea el término
"restaurado".
La traducción que se elija para su uso aquí debería referirse, al
menos en parte, a la obra del cuerno contra el santuario. Ello no
significa que su ataque sea la única cuestión a la que se circunscribe
nisdaq ("restaurado"). Sigue siendo verdad que la verdadera obra
en el santuario celestial trasciende cualquier efecto negativo que el
cuerno haya tenido sobre el mismo. Los paralelos del capítulo 7 se
centran en el hijo de hombre y en los santos del Altísimo tanto como
en el cuerno.
, ., echado . ,
se engrandeció . quitado p"TJ2 [nisdaq]
por tierra
o quitar las partes de la víctima animal que sería usada en el ritual del
sacrificio. Dado que los primeros siete capítulos de Levítico presentan
las descripciones principales de estos ritos, el uso del verbo de esta
manera está limitado a esa sección del libro.
Estas referencias a rüm deberían ser consideradas junto con las que
están directamente relacionadas e imbricadas con los usos de la raíz
110 [sur]. Los casos del uso de estas dos raíces de esta manera en es-
tos capítulos de Levítico pueden tabularse como sigue:
Acción Emplazamiento
Texto Objeto sacrificial de rüm de la acción final
2: 9 porción de la ofrenda de "tomar" quemada sobre el altar
cereales
4: 8 grasa del sacrificio por el "tomar" quemada sobre el altar
pecado de un sacerdote
4: 10 grasa de un sacrificio de "quitar" quemada sobre el altar
paz
4: 19 grasa del sacrificio por el "quitar" quemada sobre el altar
pecado de un ciudadano
común
6: 10 cenizas del holocausto "recoger' puestas junto al altar
6: 15 porción de la ofrenda de "tomar" quemada sobre el altar
cereales
Acción Emplazamiento
Texto Objeto sacrificial de sur de la acción final
1: 16 porción del holocausto "quitar" puesta junto al altar
3: 4 porción del sacrificio de "quitar" quemada sobre el altar
paz
3: 9 porción del sacrificio de "cortar" quemada sobre el altar
paz
3: 10 porción del sacrificio de "quitar" quemada sobre el altar
paz
3: 15 porción del sacrificio de "quitar" quemada sobre el altar
paz
4: 9 porciones del sacrificio por "quitar" quemada sobre el altar
el pecado de un sacerdote
La unidad de Daniel 209
Acción Emplazamiento
Texto Objeto sacrificial de sur de la acción final
4: 31 grasa del sacrificio por el "quitar" quemada sobre el altar
pecado de un ciudadano
común
4: 35 grasa del sacrificio por el "quitar" quemada sobre el altar
pecado de un ciudadano
común
7: 4 porciones del sacrificio por "quitar" quemadas sobre el altar
la culpa
Con esta lista de comparaciones resulta evidente que esas dos pa-
labras transmiten el mismo significado cuando se usa para describir
las manipulaciones de las partes de las ofrendas sacrificiales. Aunque
rüm y sur no son sinónimos, hay un solapamiento entre ambos ver-
bos. Estas acciones se centran en torno al altar sobre el que se que-
maban las partes de aquellos animales sacrificiales.
El verbo sur puede usarse como sigue: puede emplearse para des-
cribir el simple acto físico de llevarse objetos ordinarios. También
puede usarse (al menos en 17 casos en el AT) para describir el acto
especializado de retirar objetos rituales ilegítimos, como altares y lu-
gares altos idólatras. Lo más común es que, en este sentido, se dé para
describir las reformas efectuadas por los buenos reyes de Judá.
Estos casos incluyen las reformas realizadas por Asa (2 Crón. 14:
3, 5), Josafat (2 Crón. 17: 6), Ezequías (2 Crón. 30: 14, 22; 32: 12;
Isa. 36: 7), Manases (2 Crón. 33: 15) y Josías (2 Rey. 23: 19; 2 Crón.
34: 33). A veces se refiere al hecho de que esas instalaciones rituales
no fueron eliminadas cuando deberían haberlo sido (1 Rey. 22: 43;
2 Rey. 14: 4; 2 Crón. 15: 17; 20: 33). Hay un único caso atestiguado
en el que se refiere tal acción al reino del norte (Ose. 2: 17). El con-
traste aquí puede haber sido especialmente con el auténtico templo
de Jerusalén.
Es estos casos el verbo sur parece haber tenido un significado adi-
cional que no se usaba para rüm. Este nunca se usa para transmitir la
idea de quitar o eliminar objetos rituales de la apostasía. Sin embar-
go, cuando se usan para describir funciones aprobadas por Dios en el
sistema sacrificial levítico, sus significados parece ser casi idénticos.
210 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
y el verbo sur aparece en los otros dos ejemplos. Los últimos dos casos
aparecen en pasajes que son paralelos al primero y explicativos del
mismo. El empleo de estos verbos directamente relacionados vincula
mucho más estrechamente entre sí esas correspondencias. Estos casos
pueden enumerarse como sigue con sus comparaciones en Levítico:
Daniel
Pasaje Objeto Sujeto Verbo Acción
8:11 el tamid el cuerno pequeño rüm "quitado"
11:31 el tamid el rey del norte sur "quitar"
12: 11 el tamid (los dos anteriores combinados) sur "quitado"
Levítico
Pasaje Objeto Sujeto Verbo Acción
6 pasajes porciones de 5 tipos de sacri- el sacerdote rüm "quitar"
2: 9ss. ficio
9 pasajes porciones de 5 tipos de sacri- el sacerdote sur "quitar"
li 16ss. ficio
En aras de la comodidad, en la lista anterior dada para Daniel he
puesto en activa el verbo pasivo de 8: 11. A partir de estas compa-
raciones rituales, parece evidente de dónde proviene este tipo de ter-
minología usado en Daniel. Estas comparaciones también indican el
tipo de conexión con los ritos del santuario que denota el empleo de
estos verbos.
Las comparaciones también explican por qué el significado de rüm
en 8: 11 no es tan inusual como parece al principio (cuando se lo
compara con el significado de su raíz). Se trata de un uso especiali-
zado propio de un significado adicional de ese verbo. Servía así de
término técnico para las funciones rituales objeto de atención en esta
profecía. Por lo tanto, resulta del todo apropiado usar este verbo (en
el sentido de "quitar") en el capítulo 8, donde están en juego el san-
tuario y sus funciones. Estas conexiones vuelven a recalcar el carácter
medular que tiene el santuario en la profecía de Daniel 8.
Aunque los símbolos del hierro mezclado con la arcilla del capítu-
lo 2 indicaban únicamente que su cuarto reino sería dividido, el cuer-
no pequeño que apareció entre las diez divisiones del cuarto reino
del capítulo 7, indicadas por los cuernos, identificaba a una entidad
nueva que surgiría de él. Puede decirse lo mismo de las dos dimen-
siones de la obra —la horizontal y la vertical— del cuerno pequeño
en el capítulo 8. También se profetizó que ocurrirían otros aconte-
cimientos tras la aparición y la obra de esos cuernos pequeños de
los capítulos 7 y 8. En el capítulo 7 al profeta se le mostró la escena
del tribunal celestial. En el capítulo 8 el profeta escuchó un diálogo
entre dos ángeles que hablaban de cómo abordaría Dios el problema
del cuerno pequeño mediante una labor en el santuario celestial. Los
puntos adicionales pueden añadirse ahora al esbozo anterior para
disponer de una comparación completa entre los capítulos 7 y 8:
frecuente (Exo. 15: 1, 21; Jer. 4: 29; Sal. 78: 9), pero, cuando lo hace,
también tiene el significado de "arrojar, tirar, disparar". Por lo tanto,
esta consideración de la evidencia afín lleva a la misma conclusión
La unidad de Daniel 21 5
que sigue en el pasaje y que aborda el efecto simbólico del cuerno pe-
queño sobre el santuario celestial. Cuando el texto llega a ese punto
21 6 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
arrojar. Pero dos acciones son llevadas a cabo por poderes diferentes.
En el capítulo 8 el que realiza la precipitación es el cuerno pequeño, y
es el fundamento del santuario lo que arroja simbólicamente a tierra.
Por otro lado, en el capítulo 7 los agentes del Anciano de días reali-
zan la precipitación. En este caso lo arrojado es el trono de Dios, con
el fin de que se siente en él para comenzar su juicio.
Una de las acciones de ese juicio (pero no la única) es juzgar al
cuerno pequeño. Además, el cuerno pequeño ha de ser juzgado por
las acciones terrenales simbolizadas por su acción de precipitar el
fundamento del santuario celestial. En otras palabras, el trono de
Dios es "precipitado" en el santuario celestial cuando llega el mo-
mento de juzgar al cuerno pequeño que previamente había "precipi-
tado" el fundamento de ese mismo santuario. Por ende, una acción
de precipitación da respuesta a la otra acción de precipitación. Esta
conexión ideológica puede proporcionar una explicación del porqué
fue elegido ese verbo inusual para expresar esta acción en 7: 9. Res-
pondía al problema planteado por una acción similar y expresada de
forma afín en 8: 11.
Lo que hay que recalcar para los fines de este estudio es que las
nubes que vienen con el hijo de hombre complementan el fuego que
rodea al Anciano de días —Dios el Padre—. Las nubes y el fuego se
derivan de la imaginería y los fenómenos relacionados con la ma-
nifestación de la presencia divina sobre el santuario terrenal. Estas
manifestaciones de Dios se ven en el santuario celestial. Este santua-
rio tiene una obra especial que hacer al final del período simbólico
de las tardes y las mañanas. Ahora se ven manifestaciones del mismo
tipo relacionadas con el Padre y el Hijo en el santuario celestial en el
momento que emprenden allí una obra especial de juicio.
Por ello, puede verse una vinculación fenomenológica entre la co-
lumna de fuego, que marcaba la tarde de aquellos antiguos días del
santuario, y la "columna" de fuego que rodea al Anciano de días
cuando aparece en el tribunal del santuario celestial en ese momento
para realizar una labor de juicio. Puede verse también una vincula-
ción entre la columna de nube que cubría el santuario terrenal duran-
te el día y la "columna" de nube que rodea al hijo de hombre cuando
aparece en el mismo tribunal celestial. Las manifestaciones físicas de
la presencia divina empleadas en su origen con el santuario terrenal
se manifiestan ahora nuevamente en el tiempo del fin en el santuario
celestial cuando se emprende esta obra de juicio.
Capítulos 8, 9 y 11
de ese punto, a la recepción de su reino eterno por parte del Mesías. Así,
en el capítulo 9 es presentado como sacrificio con el título de «Mesías
Príncipe». En el capítulo 8 es presentado como sacerdote con el título
«príncipe de los ejércitos». En el capítulo 7 es presentado como rey con
el título de «hijo de hombre». En la visión de los capítulos 11-12 es
presentado como «Miguel, el gran príncipe», que representa a su pueblo
e interviene en su favor. En nuestra forma occidental de pensar —y en
los cumplimientos históricos reales—, los acontecimientos del capítulo 9
deberían ocurrir antes (y lo hicieron) que los del capítulo 8, seguidos a su
vez por el juicio final y la recepción del reino del capítulo 7.
Se puede demostrar que Daniel 9: 24-27 es un pasaje compuesto por
dos estructuras cuidadosamente diseñadas cuyos elementos están dis-
puestos de tal modo que se enfatiza la muerte expiatoria del Mesías y su
resultado, consistente en la consecución de la justicia perdurable. Hay
tres pasajes fundamentales en la visión de los capítulos 11-12 que se en-
lazan con las visiones previas de los capítulos 7-9 (11: 22 con 9: 25-27;
11: 31 con 8: 11-13; 11: 33-34 con 7: 25 y 12: 7). Esos pasajes entrela-
zados proporcionan otra evidencia de la unidad interna del libro.
Por último, el autor llama la atención a la estructura literaria do-
blemente quiástica del libro. Los capítulos 1-7 (la sección aramea del
libro) forman un quiasmo, mientras que los capítulos 8-12 (la sección
hebrea) forman otro. Ambos enlazan entre sí historia y profecía. Los
elementos minuciosamente equilibrados del libro como obra literaria
y el entrelazado de sus temas comunes —especialmente el central,
que crea un tapiz de presentación del Mesías— indican claramente la
unidad del libro de Daniel y señalan a su autoría única por el profeta
en el siglo VI a.C.
Esquema de la sección
I. Aspectos especializados de Daniel 9
II. Duración de las profecías de Daniel 7, 8 y 9
III. Relaciones entre los personajes de Daniel 7, 8 y 9
IV. Estructura literaria de Daniel 9: 24-27
V. Estructura quiástica de Daniel 9: 24
VI. Relaciones entre Daniel 11 y Daniel 7, 8 y 9
VIL La estructura literaria global y la unidad temática del libro de
Daniel
V I I I . Nota final: Fuentes para la datación de los años sabáticos pos-
exílicos.
2 2 6 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Cronología
1. Las setenta semanas como años sabáticos. Como se ha menciona-
do con anterioridad, las fechas históricas de los acontecimientos
que dieron cumplimiento a esta profecía se presentan con cierto
detalle en el estudio exegético del tomo 3. Las fechas determinadas
allí son 457 a.C. para el comienzo de las setenta semanas, 27 d.C.
para el comienzo de la septuagésima semana y 34 d.C. para el final
de la septuagésima semana. No se dispone de ninguna información
histórica nueva sobre estas fechas, pero ha salido a la luz nueva
información sobre las unidades temporales que miden.
En el estudio exegético del capítulo 9 se muestra que varias líneas
independientes de evidencia lingüística convergen para indicar que
el plural de la palabra 17^1327 [sábú ] (empleada para las unida-
ac
Por lo tanto, la teología que hay tras los años sabáticos puede añadir
alguna significación a los acontecimientos profetizados en el capí-
tulo 9. En los años sabáticos los esclavos tenían que ser liberados.
Puede verse tal conexión en los acontecimientos de 457 a.C, al ini-
cio de las setenta semanas. En aquel momento volvieron algunos
exiliados más de su cautiverio babilónico, y regresaron a la tierra
a la que pertenecían de antaño ellos y su familia.
Otro ejemplo de esto puede encontrarse en relación con la ocasión
en que Jesús leyó Isaías 61 en la sinagoga de Nazaret (Luc. 4: 16,
21). Ese acontecimiento adquiere tanta más importancia cuando
nos damos cuenta de que Jesús leyó ese tipo de texto, propio de
años sabáticos, en un año sabático —27 d.C.— y de que se lo apli-
có a sí mismo al comienzo de su ministerio. Al obrar así, se anunció
como el gran Libertador de los judíos y de toda la humanidad. No
era ningún accidente que hiciera tal anuncio en aquel momento.
Dadas sus conexiones con Levítico, Isaías y Daniel, parece que ello
se hizo en aquel momento por designio divino.
2. La conexión entre los períodos proféticos de Daniel 8 y 9. He pu-
blicado anteriormente un estudio más detallado sobre el tema de
la relación entre las setenta semanas del capítulo 9 y los 2.300 días
del capítulo 8. Aquí solo mencionaremos un breve resumen de
3
res) favorecen, pero no prueban del todo, que este verbo habría
que traducirlo "cortadas" en este pasaje. El sentido indicaría que
las setenta semanas habían de estar "cortadas" de los 2.300 días.
En resumidas cuentas, los lapsos de estas dos profecías pueden
ser puestos en relación directa (1) en lo relativo a su ubicación en la
estructura literaria de Daniel, (2) a partir del período histórico en el
que ambas comienzan, (3) mediante la terminología profética que
las conecta, y (4) por medio del significado del verbo con el que se
inicia la segunda profecía. Con estas evidencia es seguro llegar a la
conclusión de que las setenta semanas estaban directamente relacio-
nadas con los 2.300 días y cortadas de los mismos. Además, la fecha
específica de comienzo de las primeras debería emplearse también
para acotar la fecha de comienzo de los últimos.
amplia que el capítulo 8. Por ello, puede decirse de este que consti-
tuye una profecía abreviada, o de duración intermedia con respecto
a la primera.
Ahora podemos incluir el capítulo 9 en esta comparación. Cuando
lo hacemos, puede verse que la duración del capítulo 9 no se extiende
tanto como el capítulo 8. Cuando Gabriel dio a Daniel la profecía del
capítulo 9, llamó la atención del profeta «sobre tu pueblo y sobre tu
santa ciudad», es decir, los judíos de Judá y la ciudad de Jerusalén. En
lo que respecta a estos dos elementos, la profecía acaba con la ciudad
en ruinas y con el Mesías rechazado por los judíos.
Así, esta profecía alcanzó su cumplimiento histórico en el siglo I
d.C, bajo la Roma imperial. Por otra parte, el capítulo 8 se extiende
mucho más allá de ese punto. La visión de este capítulo adentra el cur-
so de la historia profética hasta la segunda fase de la obra de Roma, la
fase más claramente religiosa desarrollada en la historia de la iglesia
medieval.
En relación con su destrucción del templo de Jerusalén, la Roma
imperial no estableció un nuevo ministerio. El ataque del cuerno con-
tra el príncipe y su santuario va más allá de la función de un templo
terrenal (8: 11-12). El simbolismo empezó a encontrar su cumpli-
miento cuando el sistema sacerdotal de salvación desarrollado por
la iglesia medieval ocultó de la vista de la humanidad el verdadero
ministerio celestial de Jesús, nuestro gran Sumo Sacerdote. Este, y no
la destrucción del templo de Jerusalén, es el tipo de acción que cumple
el control del támid y la precipitación simbólica del fundamento del
santuario celestial.
celestial. Por eso hay un cambio en estas dos profecías, pasando del
templo terrenal a concentrarse en el templo celestial.
Los elementos cronológicos de estas dos profecías complementan lo
anterior. Los 2.300 días del capítulo 8, obviamente, comprenden un
período del tiempo profético más prolongado que las setenta sema-
nas del capítulo 9. Cuando se convierten en tiempo histórico por
medio del principio día-año, el lapso más breve, el de los 490 años,
nos lleva únicamente desde la época persa hasta la de la Roma impe-
rial. Los 2.300 días, en cambio, nos adentran decididamente hasta la
época moderna.
Por estos motivos, es razonable decir que el capítulo 9 constituye
la profecía de duración breve en este ciclo de tres profecías. El capí-
tulo 8 extiende su ámbito, constituyendo una profecía de duración
intermedia. El capítulo 7 tiene un ámbito más prolongado que el 8;
por ende, merece ser tildado de profecía de duración plenaria entre
las tres. Así se ha montado la secuencia diagramada más arriba: el
capítulo 9 como la profecía de duración breve, el capítulo 8 como la
profecía de duración intermedia, y el capítulo 7 como la profecía de
duración plenaria o a largo plazo. Se encontrará confirmación adi-
cional de estas relaciones en sus relaciones respectivas con el capítulo
11, que examinaremos más adelante en este estudio.
4 bestia. 7:9a
a
cuerno pequeño, 7; 9b Tras 3 1/2 tiempos, 7:25-26
cuerno pequeño, 8: 9 dcsolador.S: 10-12 Fin de los 2,300 días, 8:13-14
desoíador, 9: 27
Daniel 11:
vers. 22 ven. 31
I
vers. 32-34 (- 12: 7)
íil principe del pacto Eliminación del continuo; Perseci i ci on de los santos
es quebrantado es tableci ni ien lo- (3 W tiempos)
de la abominación desoladora
2 5 0 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Señalamos antes que las visiones de los capítulos 7-9 estaban pre-
sentadas en orden inverso, pasando del juicio/reino final (7) a una
lucha por el santuario celestial y su ministerio (8) y a la fecha de la
expiación del Mesías (9). Ahora el capítulo 11 alinea esas visiones
y los acontecimientos en que presentan en el orden histórico y cro-
nológico correctos. Esto confirma el punto de vista de que el orden
inverso era intencional.
de Daniel, los capítulos 2-7. Percibe que consiste en tres pares de rela-
tos que mantienen entre sí un patrón quiástico A:B:C: :C':B':A'.
En este patrón, se han emparejado las dos profecías (caps. 2, 7)
que esbozan la historia universal mediante símbolos (A + A'). A con-
o los reyes de Persia en el tercer año de Ciro, tenga que ver con la
suspensión de la construcción del templo en Jerusalén debido a la opo-
sición (cf. Esd. 4: 1-4).
Dos profecías en cuanto a dos monarcas neobabilónicos aparecen en el
centro del quiasmo de la primera mitad del libro (caps. 4, 5). La segunda
mitad del libro no presenta relatos completos de naturaleza similar, pero
sí contiene algunas declaraciones proféticas en cuanto a la obra de gober-
nantes individuales o potencias extranjeras. La obra de un gobernante
persa concreto envió a Esdras y Nehemías a Jerusalén para que comen-
zaran y completaran su reconstrucción. La tarea de la destrucción de la
ciudad de Jerusalén el año 70 d.C. fue obra de un general y César romano
concreto. Así, estos elementos afines siguen equilibrándose entre sí en sus
respectivas secciones del libro.
A pesar de semejanzas diversas entre las estructuras quiásticas en-
contradas en las mitades primera y segunda de Daniel, sobresale una
diferencia llamativa. No hay cúspide en la pirámide literaria quiás-
tica de la primera mitad del libro. Sin embargo, sí hay cúspide en el
quiasmo de la segunda mitad. El primer quiasmo está compuesto de un
número par de elementos en equilibrio: tres pares en total. El segun-
do quiasmo está formado de un número impar de elementos. Ello da
pie a que haya un vértice o bloque central. Así, la estructura literaria
de la segunda mitad del libro se concentra en el Mesías, especialmen-
te en su muerte y el rechazo que sufre a manos de su pueblo.
Dado que uno de los objetivos principales de las estructuras quiás-
ticas es recalcar sus elementos centrales, resulta aquí un énfasis pro-
minente por parte de la estructura literaria del libro. Dominando la
ruina de los siglos, levantado entre el cielo y la tierra, se halla el Me-
sías, muriendo solo y rechazado, pero realizando la expiación y tra-
yendo justicia perdurable con esa muerte solitaria. Aquí está el monte
Everest, la cumbre literaria del libro de Daniel, y aquí encontramos a
Jesucristo como en Mesías sufriente y moribundo.
Se ha dicho en ocasiones que el libro de Apocalipsis podría de-
nominarse con total justicia el libro de Cordero, dada la frecuencia
con la que se da en él esa designación. Como paralelo, este libro, el
libro de Daniel, podría titularse el libro del Príncipe. Primero lo en-
contramos como un ser de tipo divino en el contexto terrenal de 3:
25. Luego, a modo de contraposición, lo encontramos como un ser
semejante a un hombre en el contexto celestial de 7: 13-14.
La unidad de Daniel 253
Conclusión
Los bloques literarios de material y sus temas y su disposición en-
trelazados, examinados en nuestros tres estudios, suponen argumen-
tos favorables a la unidad literaria del libro de Daniel. Ninguna teoría
crítica que intente disgregar esta obra en diversos fragmentos indi-
viduales, distribuyéndolos entre autores distintos en momentos dife-
rentes, puede explicar de forma adecuada estos fenómenos estructu-
rales.
La unidad del libro también puede verse desde la perspectiva de la
progresión mutuamente relacionada de sus temas proféticos. Un gran
subtema que se desvela en estos capítulos proféticos tiene que ver con
el gran protagonista divino en el conflicto contra el mal. Es el hijo
de hombre del capítulo 7, el príncipe de los ejércitos en el capítulo
8, el Mesías en el capítulo 9 y Miguel en los capítulos 10-12. En el
libro de Daniel, Dios está detrás de todo ello [cf. 2: 21, 28). Pero ha
proporcionado un representante principesco para llevar adelante la
ejecución de su voluntad. Por ello, el libro de Daniel puede ser descri-
to con mucha propiedad como el libro del Príncipe.
Nota final
con Antíoco Epífanes. Aun así, es curioso que sustituya los 2.300 días
dados en el texto (8: 14) con 1.296 días. Evidentemente, se trató de
\UCL_ actxtseíuA c a o j a e l e ^ t e q o r < m Qaxte de llevar la qrafecía a una corre-
lación más estrecha con la suspensión de los ritos del templo, que, en
realidad, duró tres años.
No se ha encontrado ningún autor cristiano que escribiese sobre
profecías antes de Hipólito (fallecido en 236 d.C.) que identifique
a Antíoco con ninguna profecía de Daniel. Se repasan siete fuentes.
Tanto Ireneo como Orígenes identificaron al cuerno pequeño del ca-
pítulo 8 con un anticristo futuro.
Se considera que Hipólito, alumno de Ireneo que más tarde ejerció
de obispo cerca de Roma a comienzos del siglo I I I , es todo un hito de
la interpretación profética. Si viviera hoy, le sería fácil encontrar pun-
tos en común con las tres grandes escuelas de interpretación profética.
Era historicista en su interpretación de Daniel 2 y 7. En cambio, era
futurista en su interpretación de Daniel 9, siendo el primer expositor
conocido en separar la septuagésima semana de las 69 anteriores y en
ubicar su cumplimiento en el fin del mundo.
Sin embargo, en su interpretación de Daniel 8 y 11, Hipólito fue
preterista. Identificó al cuerno pequeño del capítulo 8 y diversas por-
ciones del capítulo 11 (de una forma un tanto caprichosa) con An-
tíoco Epífanes. Comparando sus comentarios con 1 Macabeos puede
demostrarse que usó ese libro como clave para interpretar Daniel 8.
Fue el primer comentarista cristiano que identificó el cuerno pequeño
(cap. 8) con Antíoco IV Epífanes.
2. Intérpretes posteriores
A. Tritón
B. Interpretaciones rabínicas
I I . Primeros intérpretes cristianos
1. Epístola de Bernabé
2. Justino Mártir
3. Ireneo
4. Tertuliano
5. Clemente de Alejandría
6. Julio Africano
7. Orígenes
I I I . Hipólito, expositor crucial
Introducción
Según la escuela preterista de interpretación, Antíoco IV Epífanes,
octavo gobernante de la dinastía real seléucida (175-164 a.C.) es la
figura dominante en el cumplimiento de las profecías del libro de Da-
niel. Se afirma que está representado, a la vez, por los cuernos peque-
ños de los capítulos 7 y 8, y que es la figura final de 9: 24-27, y que
ocupa la mayor parte del capítulo 11 (vers. 16-45). Únicamente en
el capítulo 2 hay algún desacuerdo significativo entre los intérpretes
preteristas en cuanto al grado de su presencia. Los intérpretes más
antiguos mantenían que también ahí estaba presente. Los intérpretes 1
1. R e p r e s e n t a t i v o de la g e n e r a c i ó n m á s a n t i g u a de esa escuela de i n t e r p r e t a -
c i ó n es H. H. R o w l e y , Darius the Mede and the Four World Empires in the
Book of Daniel [ D a r í o el m e d o y los c u a t r o i m p e r i o s m u n d i a l e s del l i b r o de
Daniel] (Cardiff, 1935), p p . 93-97.
2. L a p a u t a e n recalcar este n u e v o c a m b i o d e o p i n i ó n l a m a r c ó H . L . G i n s b e r g ,
Studies in Daniel [ E s t u d i o s sobre D a n i e l ] , Texts a n d Studies of the J e w i s h
Theological Seminary of A m e r i c a , t o m o 14 (Nueva Y o r k : Jewish T h e o l o g i -
cal S e m i n a r y o f A m e r i c a , 1 9 4 8 ) , p p . 6 - 1 0 .
2 6 0 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
un hiato de dos milenios. Así, mantienen que los versículos 36-45 se apli-
can a un anticristo personal que ha de aparecer en los últimos días. 3
Intérpretes judíos
propia familia, «aunque, tras dejar [3] una raíz, que [4] el Destruc-
tor cortará de entre los diez cuernos, echará [5] una raíz lateral. [5]
Talará [4] al progenitor guerrero de la raza púrpura y él mismo [5] a
manos de [6, 7] sus nietos perecerá en una suerte de la guerra simi-
lar. Y entonces [8] un cuerno parásito tendrá el dominio». 10
serie, se han hecho enmiendas a dos líneas. En una serie que de-
bería contener diez reyes, únicamente han sido identificados ocho.
Otro rey —Antíoco VI Dioniso— ha sido omitido de la serie, y el
último no llegó al trono.
Aparte de estos problemas, hay considerable diferencia entre la
forma en que el símbolo del cuerno es empleado en este pasaje y
la manera en que es usado en el capítulo 7. Dado que hay en jue- 13
17. M i l i k , p. 48.
18. Ibid.
19. Para e l t e x t o g r i e g o del T e s t a m e n t o d e L e v i , véase M . d e Jonge, Testamenta
XII Patriarch arum [Testamentos de los D o c e Patriarcas] ( L e i d e n , 1 9 6 4 ) , p p .
2 0 - 2 1 ; R. H. C h a r l e s , The Greek Versions of the Testaments of the Twelve
Patriarchs [Las versiones griegas de los Testamentos de los D o c e Patriarcas]
( L o n d r e s , 1 9 1 7 ) , p p . 45ss.
Inicio del desarrollo de la interpretación de Antíoco Epífanes 2 6 7
Intérpretes posteriores
1. Trifón. Podemos examinar algunos de los puntos de vista del apo-
logista judío Trifón gracias al diálogo que Justino Mártir tuvo con
él a mediados del siglo II d.C. Una cuestión en disputa entre ellos
es relevante para el punto de vista que ha relacionado a Antíoco
con el cuerno pequeño de Daniel 7.
En Daniel 7: 25 el período de dominio del cuerno pequeño figura
como tres tiempos y medio. Tanto Justino como Trifón mantenían
que el cuerno pequeño que había de gobernar durante ese período
era aún futuro, lo que (desde su punto de vista) descarta a Antíoco
como cumplimiento. Trifón también mantenía que el tiempo pro-
fético representaba tres siglos y medio, lo que habría dificultado
aún más amoldar a Antíoco a esa especificación. 27
2 7 . J u s t i n o M á r t i r a T r i f ó n : « P e r o t ú , siendo i g n o r a n t e d e c u á n t o t i e m p o tendrá
d o m i n i o , sostienes o t r a o p i n i ó n . P o r q u e t ú i n t e r p r e t a s que " t i e m p o " s i g n i f i -
ca cien a ñ o s . Pero si eso es así, el h o m b r e de pecado debe, c o m o m u y p o c o ,
r e i n a r trescientos c i n c u e n t a a ñ o s p a r a que p o d a m o s c o m p u t a r l o que e s
d i c h o p o r e l santo D a n i e l , s u p o n i e n d o que " y t i e m p o s " sea ú n i c a m e n t e dos
tiempos» (Diálogo con Trifón, c a p . 3 2 , en A N F , 1: 2 1 0 ) .
Inicio del desarrollo de la interpretación de Antioco Epífanes 271
tura, el rabí Ammi, contemporáneo del rabí José, solía decir: «Ahí
va un oso errante». En el nombre del rabí Hanina, que vivió a
29
28. M e g i l l a h l i a ; K i d d u s h i n 7 2 a ; A b o d a Z a r a 2 b ; Y a l k u t , Isaías, 4 5 2 ; L e k a h
T o b a Ester 4 4 a ; Y a l k u t , P r o v e r b i o s , 9 6 2 ; Y a l k u t , D a n i e l , 1 0 6 4 . Para es-
tas referencias y las que siguen en las notas que siguen i n m e d i a t a m e n t e a
esta deseo expresar mi g r a t i t u d a J. B a v e r m a n , Jerome's Commentary on
Daniel [ C o m e n t a r i o d e J e r ó n i m o sobre D a n i e l ] , C B Q M o n o g r a p h Series n °
7 (Washington: Catholic Biblical Association in America, 1978), p p . 84-96.
29. Kiddushin 72a.
30. P r o e m i o a Esther R a b b a h , 5 ; M i d r á s T e h i l l i m 18: 1 1 ; Y a l k u t , Amos, 5 4 5 ;
Y a l k u t , Ester, 1 0 4 5 .
31. Braverman, p. 86.
43. Ibid., l i b r o 2 5 , p . 5 5 4 .
44. T e r t u l i a n o , An Answer to the Jews [Respuesta a los j u d í o s {sie}], cap. 8, en
A N F , 3: 159-60.
45. C l e m e n t e , Stromata o M i s c e l á n e a s , l i b r o 1 , caps. 2 1 - 2 3 , e n A N F , 2 : 3 2 4 - 3 6 .
V é a s e e n especial l a p á g i n a 3 2 9 p a r a D a n i e l 9 : 2 4 - 2 7 .
2 7 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
dos interpretaciones.
Resumen. Podemos resumir ahora las interpretaciones de estos
autores. Hemos encontrado tres autores cuyas observaciones tienen
que ver de forma muy directa con los capítulos 2 y 7. Todos reco-
nocían que el cuarto reino de Daniel era la Roma de sus tiempos.
Hemos encontrado cuatro autores cuyas observaciones tienen que
ver más directamente con el capítulo 8. Julio Africano situaba sus
2.300 días en el período persa, y Clemente los ubicaba en el perío-
do romano. Tanto Ireneo como Orígenes identificaban el cuerno
pequeño del capítulo 8 con un anticristo futuro. Hemos señalado
cuatro autores cuyas interpretaciones tienen que ver directamente
con el capítulo 9. Todos entendían que las setenta semanas llegaban
al siglo I d.C. Ninguno de esos autores hizo referencia a Antíoco
Epífanes en el sentido de que desempeñase un papel significativo en
el cumplimiento de ninguna de esas profecías.
8, que nos ocupa, cuando interpreta las actividades del cuerno pe-
queño. Esta relación puede observarse comparando el texto del
comentario de Hipólito con el texto de 1 Macabeos en columnas
paralelas:
Hipólito 55
1 Macabeos (SA)
Después de que [Antíoco Epífa- Cuando Antíoco estimó que ya
nes] hubo reinado en Siria, tenía consolidado el reino [ 1 :
161,
y puesto bajo su yugo todo concibió el proyecto de apoderar-
Egipto, se de Egipto, para ser rey de los
dos reinos. [...] Después de de-
rrotar a Egipto [1: 16,20],
subió a Jerusalén, Subió contra Israel y llegó a Je-
rusalén con un poderoso ejérci-
to [1:20].
y entró en el santuario, y se apo- Entró con insolencia en el san-
deró de todos los tesoros de la tuario, se llevó el altar de oro, el
casa del Señor, y del candelabro candelabro de la luz [...], la mesa
54. E n s u e x p o s i c i ó n d e D a n i e l 1 1 , presentada m á s a b a j o , i n t e r r u m p i ó l a e n u -
m e r a c i ó n u l t e r i o r de a c o n t e c i m i e n t o s macabeos p o s t e r i o r e s a la m u e r t e de
M a t a t í a s c o n l a o b s e r v a c i ó n : « e t c é t e r a , según está escrito e n los M a c a b e o s » .
" S o b r e D a n i e l " , f r a g m e n t o I I , cap. 3 5 , e n A N F , 5 : 1 8 3 . E n o t r o l u g a r d e j ó l a
descripción de la m u e r t e de A n t í o c o c o n la o b s e r v a c i ó n : «quien desee i n q u i -
r i r e n c u a n t o a e l l o c o n m á s d e t a l l e , l o e n c o n t r a r á r e g i s t r a d o e n los l i b r o s
de los M a c a b e o s » . — Treatise on Christ and Antichrist, cap. 4 9 , en A N F , 5:
2 1 4 . Se refiere e s p e c í f i c a m e n t e a 2 M a c a b e o s 9, p e r o el hecho de que a l u d a
a l i b r o s en p l u r a l i n d i c a que estaba f a m i l i a r i z a d o c o n el h e c h o de que h a b í a
m á s de un l i b r o de esas c a r a c t e r í s t i c a s .
55. " S o b r e D a n i e l " , f r a g m e n t o I I , cap. 10, e n A N F , 5 : 1 8 0 .
2 8 2 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
018 W
2 8 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
nunca luchó contra Antíoco en Siria, y las batallas que peleó con-
tra él en la frontera de Egipto las perdió.
Acto seguido, Hipólito se refiere a la segunda campaña de Antíoco
contra Egipto. Dice que fue victorioso sobre Ptolomeo, pero no
menciona que fue obligado a retirarse de esas conquistas debido
a una intervención romana. En ese punto vuelve al relato de los
Macabeos. Basándose en esa fuente describe la primera fase de las
hostilidades contra los judíos y, desde el punto de vista de estos,
habla de la muerte de Matatías y la sucesión de Judas Macabeo.
En ese punto interrumpe el relato de esta sucesión histórica con la
observación: «etcétera, según está escrito en los Macabeos». 60
Comentario de Hipólito 62
1 Macabeos 11: 13-18 (SA)
Alejandro resultó muerto. En- Tolomeo entró en Antioquía y
tonces Ptolomeo llevó dos coro- se ciñó la diadema de Asia, de
nas: la de Siria y la de Egipto, y modo que llevaba en la cabeza
murió al tercer día de ceñirlas. dos diademas: la de Egipto y la
de Asia. [...] Alejandro huyó a
Arabia para buscar allí refugio
[ . . . ] . El árabe Zabdiel le cortó la
cabeza a Alejandro y se la envió
a Tolomeo. Pero el rey Tolomeo
había muerto al tercer día [ . . . ] .
Hipólito no siguió 1 Macabeos lo bastante de cerca como para
evitar caer en el error. Traspuso la muerte de Alejandro para que
precediera la referencia a la coronación de Ptolomeo; así, se sal-
tó la descripción de Macabeos en cuanto a los acontecimientos
aplicó los 1.300 [sic] días del mismo versículo a los tres años que
Antíoco profanó el templo de Jerusalén. 66
ello significa que iniciaba las siete semanas y las sesenta y dos sema-
nas aproximadamente a la vez y que discurrían de forma simultá-
nea, no consecutivamente. Por último, la septuagésima semana de
la profecía en su conjunto (9: 24) era desgajada y transferida hasta
el tiempo del fin. El anticristo había de poner su abominación de la
desolación durante la última mitad de esa semana. Hipólito fue el
primer comentarista de Daniel que insertó un prolongado hiato en
los períodos cronológicos de esa profecía.
Antes de resumir las interpretaciones de Hipólito sobre Daniel, de-
ben presentarse algunas críticas de las mismas:
1. Hipólito se tomaba muchas licencias en la forma en que citaba el
texto bíblico. 70
De Porfirio a Jerónimo
Sinopsis editorial. Un documento emblemático en la historia de la
interpretación de Daniel es el libro duodécimo de una obra mayor
titulada "Contra el cristianismo", escrita por el filósofo neoplatónico
pagano Porfirio (233-ca. 304 d.C). Esa duodécima sección abordaba
las profecías de Daniel. Porfirio adoptó la postura de que el libro de
Daniel no se escribió en el siglo VI a.C. Antes bien, se trataba de una
historia que pertenecía a la era macabea, escrito en forma de profecía
después de acaecidos los acontecimientos.
Pero, ¿de dónde sacó su idea este antagonista de la fe cristiana?
En esta sección el autor demuestra la familiaridad de Porfirio con los
escritos de Hipólito sobre el libro de Daniel. Hipólito (fallecido en
236 d.C), se recordará, fue el primer autor cristiano en identificar
el cuerno pequeño de Daniel 8 con Antíoco Epífanes. También veía
en Antíoco y sus actividades el cumplimiento de la mayor parte de
Daniel 11. De la evidencia disponible, el autor deduce con razón que,
sin querer, el cristiano Hipólito dio al pagano Porfirio el arma (una
interpretación basada en Antíoco) con la que este intentó refutar la
significación profética del libro de Daniel.
Recogiendo la idea de ese Padre de la iglesia, Porfirio propugnó un
marco macabeo para el libro de Daniel y elaboró un cumplimiento
de la mayor parte de sus profecías en la persona de Antíoco. No solo
afirmó que Antíoco era el cuerno pequeño de Daniel 8, sino que fue
el primero en expresar el punto de vista de que Antíoco estaba re-
presentado también por el cuerno pequeño de Daniel 7. Asimismo,
defendió que Antíoco cumplía una parte de Daniel 11 mayor que la
propuesta por Hipólito, y extendió la presencia de Antíoco hasta el
capítulo 12. Aunque no se sabe lo que propuso para Daniel 9 (su
obra sobre Daniel nos ha sido legada en parte solo por Jerónimo),
puede inferirse que tenía una interpretación para Daniel 2 basada
en Antíoco.
Una paradoja que aflora en esta obra anticristiana es que, en rea-
lidad, el pagano Porfirio corrigió y mejoró la interpretación histórica
de Hipólito para la primera parte de Daniel 11. Con algunas correc-
ciones de importancia secundaria, todos los intérpretes modernos
—preteristas, futuristas e historicistas por igual— siguen su modelo
hasta el versículo 13. Los preteristas y los futuristas siguen sus puntos
de vista hasta el versículo 20.
2 9 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
6. lbtd.,p. 129.
Inicio del desarrollo de la interpretación de Antíoco Epífanes 2 9 9
1. Vers. 21-24
a. «Se levantará» (LBA): ascenso de Antíoco IV al trono
b. «Las fuerzas enemigas serán barridas» (RV95): derrota de
Ptolomeo VI
c. «Príncipe del pacto» (LBA, N V I , RV95): Judas Macabeo o
Antíoco
d. «Actuará con engaño» (LBA): en las negociaciones con los
egipcios
e. «Atacar[á] las ciudades fortificadas» (NVI): en su campaña
contra Egipto
Inicio del desarrollo de la interpretación de Antíoco Epífanes 3 0 1
8. Ibid.,p.l35.
9. H i p ó l i t o , Fragments From Commentaries [Fragmentos de comentarios],
" S o b r e D a n i e l " , f r a g m e n t o I I , cap. 3 2 , e n A N F , 5 : 1 8 3 .
Inicio del desarrollo de la interpretación de Antíoco Epífanes 303
HIPOLITO
Daniel 2 y 7 Daniel 8 Daniel 9 Daniel 11
Babilonia Persia Mesianocéntrico: Persia
cumplimiento
dividido
Medopersia Grecia Hiato insertado Grecia
Grecia Divisiones
de Grecia Divisiones de Grecia
Roma Antíoco
hasta el Antíoco
final
Divisiones Anticristo posterior
de Roma a Antioco del vers.
36 hasta el final
Reino defi-
nitivo de
Dios
PORFIRIO
Daniel 2 y 7 Daniel 8 Daniel 9 Daniel 11
Babilonia Probablemente Desconocido Persia
igual que
Hipólito
Medopersia Grecia
Alejandro Divisiones de Grecia
Divisiones Antíoco desde el vers.
de Alejan- 21 hasta el final
dro
Antioco
Reino maca-
beo
3 0 6 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
La fuente de Porfirio
Esbozados y resumidos los puntos de vista de Porfirio sobre Da-
niel, podemos ya abordar la cuestión de cuál fue el origen y el estímu-
lo de las ideas que tuvo. Su ataque general contra el cristianismo no
supone razón suficiente para este ataque específico contra Daniel. 10
Hay pocos indicios de que ninguna de esas ideas sobre Daniel deri-
vara de Celso. Jerónimo acusó a Porfirio de atacar a Daniel porque
11
esto puede ser cierto, esa motivación no explica por qué siguió la
interpretación de Daniel que adoptó.
Se ha sugerido que Porfirio sacó sus ideas sobre Antíoco en Daniel
porque ese tipo de interpretación circulara ya en la iglesia oriental
antes de su época. Sin embargo, ello parece improbable, dado que
13
toda la evidencia para tal punto de vista proviene de autores que es-
cribieron con posterioridad a Porfirio. También es posible que Porfi-
rio se hiciera con sus municiones contra Daniel en distintas fuentes. 14
del debate filosófico parece más que una coincidencia. Es fácil ver
que la obra de Porfirio es una tentativa de refutar la obra de Hipólito
sobre la interpretación de las mismas profecías.
Sin embargo, ¿cómo habría de atacar Porfirio ese punto de vista
concreto de la profecía expresado en dos de las influyentes obras de
Hipólito que circulaban en el lugar y en la época en los que ejerció su
labor? Al presentar a Antíoco Epífanes como el cumplimiento funda-
mental de la mayor parte de los capítulos 8 y 11, el propio Hipólito
parece haberle dado el instrumento con el que atacar su posición en
cuanto a los capítulos 2 y 7.
Es probable que no hubiera diferencia significativa entre Porfirio e
Hipólito en cuanto al capítulo 8. Hipólito encontraba a Antíoco en toda
esa profecía desde la aparición del cuerno pequeño en adelante. En lo
referente al capítulo 11, Porfirio parece haber sido la persona responsa-
ble de rectificar las principales dificultades exegéticas e históricas plan-
teadas por la obra de Hipólito. La obra de Hipólito es manifiestamente
inferior en este sentido, dado que sus interpretaciones se saltaban sus-
tanciales hiatos históricos y, en ocasiones, invertían el orden del texto.
Partiendo de la presencia de Antíoco en los capítulos 8 y 11, pro-
puesta ya por Hipólito, parece entonces que Porfirio sencillamente
llevó esta idea derivada a su conclusión final. Llevó la aplicación de la
profecía a Antíoco en el capítulo 11 hasta el final del capítulo y hasta
el final de toda esa profecía en el capítulo 12. Después, habiendo de-
fendido la presencia de Antíoco hasta el final mismo de los capítulos
8 y 11-12 tras la ruptura del imperio de Alejandro, Porfirio parece
haber dado el paso adicional de inyectar una interpretación basada
en Antíoco en la profecía del capítulo 7, y probablemente en la del
capítulo 2. No tenemos forma de saber lo que hizo con el capítulo 9.
22. Ibíd.
23. P o r f i r i o ú n i c a m e n t e m a n t e n í a que los diez reyes representados p o r los diez
cuernos eran u n c o n j u n t o d e los m á s m a l v a d o s , n o que r e m a r a n sucesiva-
mente, como dijo Afraates.
24. Ibíd., cap. 2 0 , p . 3 5 9 .
25. Su referencia a este lapso c o m o de diez a ñ o s y m e d i o en vez de tres a ñ o s
es s u m a m e n t e l l a m a t i v a puesto que es o b v i o que c o n o c í a los l i b r o s de M a -
cabeos r a z o n a b l e m e n t e b i e n , y ahí precisamente se señala que ese p e r í o d o
d u r ó tres a ñ o s e x a c t a m e n t e . Parece que lo m á s p r o b a b l e es que t a l a d a p t a -
c i ó n se h a y a hecho en este caso p a r a que c u a d r e en su t e o r í a i n t e r p r e t a t i v a .
En la p r e s e n t a c i ó n de la n o t a a n t e r i o r c i t a b a 2 M a c a b e o s siete veces d i f e r e n -
tes, lo que da t e s t i m o n i o de lo a d e c u a d o de su c o n o c i m i e n t o de esa f u e n t e .
26. Estas incluían la e j e c u c i ó n de los j u s t o s , la suspensión de las p r á c t i c a s de la
ley y del p a c t o , la i n t r o d u c c i ó n de la p r o s t i t u c i ó n r i t u a l en los r e c i n t o s del
t e m p l o y la a b o l i c i ó n de la o b s e r v a n c i a s a b á t i c a y de la c i r c u n c i s i ó n .
Inicio del desarrollo de la interpretación de Antíoco Epífanes 3 1 1
diez cuernos del capítulo 7 con los reyes seléucidas entre Alejan-
dro y Antíoco. Fue más allá de Afraates en la identificación de los
tres cuernos arrancados con los egipcios, los judíos y los persas. 38
36. F e r c h , p . 195.
37. P o l i c r o n i o , ln Danielem [ E n D a n i e l ] , en A n g e l o M a i , Scriptorum Veterum
Nova Collectio [ N u e v a c o l e c c i ó n d e escritos a n t i g u o s ] , t o m o 1 , 2 a
pagina-
ción, p. 1 1 1 .
38. Ibíd.,p. 126.
39. Ibtd., p. 1 5 6 .
40. Ferch, p. 196.
41. P o l i c r o n i o , p . 129.
42. Ibíd.,p. 133.
3 1 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Intérpretes no porfirianos
Í.Cipriano. Este clérigo fue obispo de Cartago ( 2 0 0 - 2 5 8 d.C.) y
contemporáneo de Hipólito. Escribió con cierto detalle sobre An-
tíoco Epífanes, pero no relacionó esa información con las profe-
cías de Daniel. En vez de ello, extrajo lecciones alegóricas de las
43
Dado que este pasaje forma parte de una oración dada en honor
de Constantino, es posible que Eusebio simplemente estuviese ha-
ciendo un uso homilético de esa expresión, aunque su forma de
plasmarlo sea una afirmación en términos inequívocos. Aunque es
posible que Eusebio haya encontrado cabida para Constantino en
la profecía, no consta que haya dado a Antíoco trato tan favorable.
4. Cirilo. Cirilo (315-386 d.C), obispo de Jerusalén, siguió el modelo
estándar de Asiría (Babilonia), «los medos y los persas conjunta-
mente», los macedonios y los romanos para la interpretación de las
cuatro bestias del capítulo 7. Hasta dijo de este punto de vista que
representaba «la tradición de los intérpretes de la iglesia». Roma 51
final, surgirían diez reyes. Serían seguidos por el cuerno pequeño del
anticristo, quien subyugaría a tres de ellos y quien gobernaría durante
tres años y medio literales. Las setenta semanas eran 490 años conce-
didos a Jerusalén hasta el tiempo en que Cristo fue crucificado. 58
6 1 . Ibid.,p. 85.
62. Ibíd., p p . 8 5 - 8 6 . J e r ó n i m o a f i r m a que A n t í o c o h a b í a d e echar p o r t i e r r a
e l l u g a r d e l s a n t u a r i o , y a u n q u e n o e x p l i c a esa e x p r e s i ó n , parece a p l i c a r l a
figurativamente a la p r o f a n a c i ó n d e l t e m p l o , no a n i n g ú n a t a q u e f í s i c o
c o n t r a él. Esto o c u r r i ó no solo p o r el poderío m i l i t a r de A n t í o c o , sino t a m b i é n
a causa de los pecados d e l p u e b l o . A s í , A n t í o c o e c l i p s ó la v e r d a d de D i o s
y la p r á c t i c a de su religión v e r d a d e r a .
63. Ibíd., p. 86.
Inicio del desarrollo de la interpretación de Antíoco Epífanes 31 9
guiente, esto duró tres años solamente. Para hacer que ese período
de seis años fuera la respuesta a la pregunta que acaba de formular
basándose en el texto bíblico, añadió tres años más, retrotrayén-
dolos a la "devastación" de Jerusalén. Sin embargo, si acudimos
a 1 Macabeos 1: 21-24, resulta evidente que entonces no ocurrió
ninguna devastación de Jerusalén. 68
ninguno de ellos cuadra con esos datos, ninguno de los dos puede
tomarse como válido si queremos ser coherentes en esto.
Siguiendo su conclusión en cuanto a estos asuntos cronológicos,
Jerónimo introdujo la idea de que este pasaje puede haber tenido
una aplicación dual tanto a Antíoco como al anticristo futuro por
medio de la tipología. «La mayoría de nuestros comentaristas atri-
buyen este pasaje al anticristo, y sostienen que lo que ocurrió bajo
Antíoco fue, solo a modo de símbolo, lo que se cumplirá bajo el
anticristo». 71
7 1 . Tbíd.,p. 87.
72. E n sus c o m e n t a r i o s sobre D a n i e l 1 1 : 2 1 , 2 5 , 2 7 , 3 1 , 3 4 , 3 6 , 4 0 y 4 5 .
3 2 2 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Se trataba de una aplicación dual más cabal que la que había he-
cho en el capítulo 8, donde la aplicación simbólica de esa profecía
se mencionó únicamente al final de su comentario. En el caso del
capítulo 11, detalló la aplicación dual de cada pasaje según se iban
presentando en orden.
Resulta de interés aquí la forma en que Jerónimo expresó sus dis-
crepancias con Porfirio. No descartó tajantemente las aplicaciones
helenísticas. En vez de ello, las aceptó sin más, si bien matizó su
aceptación al considerarlas un símbolo del anticristo. Sus comenta-
rios en ese sentido siguieron una fórmula en el resto del capítulo: (A)
Primero daba la aplicación helenística. (B) Luego presentaba una
declaración de transición en cuanto a la aplicación simbólica de esos
versículos. (C) Ello era seguido por la aplicación al anticristo.
do llegó por fin al capítulo 12, Jerónimo era ya del todo inflexible
en su rechazo de la aplicación helenística (vers. 7): «Pero es perfec-
tamente evidente que semejante argumento no se sostiene». 82
Resumen general
Podemos resumir ahora los cambios en la interpretación de las pro-
fecías de Daniel desde el siglo II a.C. hasta el siglo V d.C. Esto puede
hacerse yendo capítulo por capítulo. La interpretación estándar de
Daniel 2 sostenida por todos los comentaristas judíos y cristianos
conocidos anteriores a Porfirio adoptaba la secuencia de Babilonia,
Medopersia, Grecia y Roma, seguida por el reino definitivo de Dios.
Aun después de Porfirio hubo únicamente una o dos figuras secun-
darias en la iglesia siria que se apartaron de este formato. La línea
dominante de los comentaristas cristianos posporfirianos siguió con
el modelo preporfiriano.
También puede decirse que la interpretación estándar del capítulo
7 sostenida por todos los comentaristas judíos y cristianos conocidos
anteriores a Porfirio seguía la misma secuencia de Babilonia, Medo-
persia, Grecia y Roma. Se entendía que, después, aparecería el anti-
cristo como cuerno pequeño, y se sostenía que su aparición era aún
futura. Había de ser destruido por Dios, quien establecería entonces
su reino eterno. Los comentaristas modernos han intentado encon-
trar una variación de esta posición estándar en las primeras fuentes,
pero no han logrado demostrar la existencia de tal punto de vista
antes de Porfirio.
Por lo tanto, Porfirio fue el originador del punto de vista que pro-
yectaba a Antíoco Epífanes en el capítulo 7. En esto fue seguido fun-
damentalmente por tres Padres de la iglesia siria. Esto lo hizo especial-
mente Afraates mediante una aplicación dual de la cuarta bestia tanto
a los sucesores seléucidas de Alejandro como a los cesares romanos.
Porfirio interpretó que los diez cuernos eran una colección de reyes
malvados de las cuatro divisiones del imperio de Alejandro, mientras
que Afraates fue el primero en sugerir que esos diez cuernos represen-
taban diez gobernantes seléucidas entre Alejandro y Antíoco Epífanes.
Excurso
Traducción de nisdaq
Dimensiones verticales/espaciales
Lenguaje ritual en el marco del santuario
Interpretaciones cronológicas
El edicto de Artajerjes y Esdras 4
Daniel 9/Enfasis mesiánico
Significado de kipper
La interpretación cristiana
Ireneo, obispo de Lyon, en el siglo I I , estuvo entre los primeros
autores cristianos que respaldaron la interpretación judía estándar
de los cuatro reinos. También creía que la piedra representaba a Cris-
to, quien devastaría los reinos de este mundo después de la división
romana. 1
l.LeRoy Edwin Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers [La fe profética
d e nuestros padres] 1 ( W a s h i n g t o n , D C , 1 9 4 0 ) , p . 2 4 5 .
l.Ibíd.
3 3 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
3.1bíd.,p. 272.
4.1btd.,pp. 331-48.
5.Ibíd., p . 3 4 9 . O r í g e n e s fue m u y i n f l u i d o p o r l a a l e g o r i z a c i ó n d e F i l ó n y ,
q u i z á , e n m e n o r g r a d o , t a m b i é n l o f u e r o n I r e n e o , T e r t u l i a n o , C i p r i a n o , Lac-
t a n c i o , J e r ó n i m o y Agustín (véase F r o o m , t o m o 2 , p . 1 8 6 ) . L a c t a n c i o (ca.
2 5 0 - 3 3 0 ) , pagano converso, se convirtió en t u t o r de Crispo, hijo m a y o r
de C o n s t a n t i n o , y c o n ello C o n s t a n t i n o recibió una influencia favorable
al c r i s t i a n i s m o p o r m e d i o de los escritos y las e n s e ñ a n z a s del m a e s t r o de
s u h i j o . J u n t o c o n H i p ó l i t o , C i p r i a n o y V i c t o r i n o , L a c t a n c i o e n s e ñ a b a que
R o m a se dividiría en diez reinos c o n t e m p o r á n e o s , que serían seguidos p o r
la a p a r i c i ó n del a n t i c r i s t o y el e s t a b l e c i m i e n t o del r e i n o de D i o s (ibíd., t o m o
1 , p. 356).
Eusebio de P a n f i l i a (ca. 2 6 0 - 3 4 0 ) , p a d r e de la h i s t o r i a eclesiástica y o b i s p o
de C e s á r e a , disertó sobre las p r o f e c í a s de D a n i e l y llegó a la c o n c l u s i ó n de
que « D a n i e l 2 [ . . . ] n o d i f i e r e e n m o d o a l g u n o d e l a v i s i ó n [ . . . ] d e D a n i e l
7 » . — Ibtd., p . 3 6 3 . R e c o n o c i ó , a d e m á s , que R o m a sería sucedida p o r e l r e i -
n o d e D i o s , que vendría p o r i n t e r v e n c i ó n d i v i n a (ibíd., p . 3 6 4 ) . Sin e m b a r g o ,
tras la " c o n v e r s i ó n " de C o n s t a n t i n o y la e x a l t a c i ó n de la iglesia, Eusebio d i o
m a r c h a atrás e n s u p o s i c i ó n , m á s e n c o n s o n a n c i a c o n los a c o n t e c i m i e n t o s
c o n t e m p o r á n e o s (ibíd., c a p . 1 7 ) . Sin e m b a r g o , debe señalarse que, en el p r i -
m e r c o n c i l i o general d e l a iglesia c e l e b r a d o e n N i c e a e n 3 2 5 d . C . fue m u y
El reino de la roca de Daniel 2 3 3 9
advenimiento. 8
7.Ibid., p. 466.
8. Ibid., p. 4 7 0 .
9.1bíd.,p. 476.
W.Ibíd.
1 1 . N P N F ( G r a n d R a p i d s , 1 9 7 9 ) , t o m o 2 , L a ciudad d e Dios, l i b r o 2 0 , cap. 5 ,
p. 424.
12. F r o o m , t o m o 1 , p . 4 8 8 .
El reino de la roca de Daniel 2 3 4 1
Joaquín de Fiore (1130 d.C.) fue uno de los más sobresalientes estu-
diosos de las profecías bíblicas durante la Edad Media. Su postura profé-
tica supuso un reto para la tradición ticoniana. Después de que el papa,
a petición propia, lo liberara de sus obligaciones abaciales, se lanzó a un
estudio profundo de las Escrituras. Su investigación llevó a la recupera-
ción de la perspectiva histórica de la profecía otrora expuesta por los
apóstoles y los primeros Padres de la iglesia. Aplicó también el principio
día-año a los períodos temporales de la profecía. Joaquín abandonó el 15
En vez de eso, entendía que el reino simbolizado por la roca era aún
futuro y que descendería «del cielo, [...] para llenar toda la tierra». 16
La Reforma
La Reforma del siglo X V I fue como un glorioso amanecer después
de una noche lúgubre. Fundada sobre la recuperación de la Biblia y la
verdad sobre la salvación en contraste con el anticristo, se dio ímpetu
a las artes y a las ciencias, así como a la emancipación de la mente
de los hombres para que pudieran sondear, cuestionar y examinar
posiciones en su búsqueda de la verdad. Enfurecidos por el yugo de
esclavitud espiritual e intelectual que, durante siglos, había estado
impuesto sobre la humanidad con la bendición y el designio de la
iglesia, era completamente natural, una vez que la Biblia estuvo al al-
cance de todos, que los reformadores no solo alzasen su voz contra su
iglesia, que era singularmente responsable de su condición, sino que
también se volvieran a las profecías para descubrir cumplimientos y
evidencias coadyuvantes.
U.Ibíd., p. 702.
1 7 , P u e d e n consultarse d i a g r a m a s que e n u m e r a n los diversos p u n t o s de vista en
ibíd.,pp. 456-57,894-95.
El reino de la roca de Daniel 2 343
La Contrarreforma
Como una fiera herida, la Iglesia Católica se levantó del gran revés
asestado por la vigorosa predicación y los escritos de los reforma-
dores protestantes para contrarrestar a los dardos encendidos de la
palabra profética, que la habían dejado abochornada e impotente. La
acción de los reformadores provocó una intensa reacción por parte
de la representación papal, que previamente había evitado todo in-
tento de realizar en una exposición de Daniel y el Apocalipsis.
18.Ibíd., t o m o 2 , p p . 2 6 7 - 6 8 .
1 9 . I b í d . , p . 2 8 9 . V é a n s e A n d r e a s R . O s i a n d e r ( 1 4 9 8 - 1 5 5 2 ) , ibíd., p . 3 0 8 ; D a -
v i d Chytraeus (1530-1600), p. 330; Tobías Stimmer (1539-1584), p. 347;
George Joye ( f a l l e c i d o e n 1 5 5 3 ) , p . 3 6 2 ; y W i l l i a m F u l k e (ca. 1 5 3 8 - 1 5 8 9 ) ,
p u r i t a n o inglés, t o m o 2 , p . 4 2 3 . J u a n C a l v i n o fue e x c e p c i ó n a esta regla. Fue
el m e n o s d e f i n i d o de t o d o s los líderes protestantes en c u a n t o a las p r o f e c í a s .
C o n respecto a D a n i e l 2 siguió el c o n c e p t o de Agustín, o sea, que la p i e d r a
representa a la iglesia, que t r i u n f a r á sobre t o d o s los r e i n o s terrenales. Sin
e m b a r g o , esta p o s i c i ó n es n o t o r i a m e n t e c o n t r a p u e s t a a la de m u c h a s voces
e n c o n t r a . Para u n análisis m á s e x h a u s t i v o , véase ibíd., p . 4 3 6 .
344 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
por William Burgh, John Darby, James Todd y John Henry Newman.
Dirigieron la atención a un anticristo futuro que estaría más relacio-
nado con lo judío que con la iglesia gentil. Este grupo denunciaba
que la teoría del anticristo papal se desarrolló de forma tardía con los
valdenses, los cataros y los albigenses, así como a partir de las órde-
nes católicas de los franciscanos, los fratricelli y los joaquinitas.
22
20.iMí.,p.484.
2 1 . Frooni, t o m o 3, p p . 541-43.
22.Ibíd.,p.661.
El reino de la roca de Daniel 2 3 4 5
23.Ibíd., t o m o 2 , p . 510.
24. Ibíd.
2 5 . Para u n a l i s t a de las posiciones m á s destacadas sobre D a n i e l sostenidas p o r
los e x p o s i t o r e s d e l a R e f o r m a , véase ibíd., p p . 5 2 8 - 2 9 . H a s t a e l siglo X I X ,
el p u n t o de vista m á s i m p o r t a n t e siguió siendo el de la escuela h i s t ó r i c a .
2 6 . Ibíd., p . 5 4 5 . Joseph M e d e , b r i l l a n t e e r u d i t o d e C a m b r i d g e , e n s e ñ a b a que l a
p i e d r a significaba que D i o s p o n d r í a t é r m i n o a l a h i s t o r i a h u m a n a d u r a n t e e l
t i e m p o d e las naciones d i v i d i d a s que seguirían a l r e i n o d e h i e r r o (B. W . B a l l ,
The English Connection [ L a c o n e x i ó n inglesa] [ C a m b r i d g e , 1 9 8 1 ] , p. 2 0 6 ) .
346 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
2 7 . F r o o m , t o m o 2 , p . 5 7 1 . E l m i s m o p u n t o d e vista fue s u g e r i d o p o r T h o m a s
Beverley ( 1 6 7 0 - 1 7 0 1 ) , p a s t o r e n G r a n B r e t a ñ a , p . 5 8 5 ; M o i s e A m y r a u t
( 1 5 9 6 - 1 6 6 4 ) , t e ó l o g o , p . 6 3 3 ; Sir Isaac N e w t o n ( 1 6 4 2 - 1 7 2 7 ) , p p . 6 6 0 - 6 1 ;
C h r i s t i a n G o t t l o b T h u b e ( p . 7 7 7 ) ; R i c h a r d M a t h e r ( 1 5 9 6 - 1 6 6 9 ) , p . 133;
C o t t o n M a t h e r ( 1 6 6 3 - 1 7 2 8 ) , q u i e n fue t e ó l o g o , e r u d i t o y a u t o r e n Bos-
t o n , p. 148; Nicholas Noyes (1647-1717), pastor de Connecticut, t o m o 3,
p p . 157-58; W i l l i a m Burnet (1688-1729), gobernador de N u e v a Y o r k , p.
1 7 0 ; B e n j a m í n Gale ( 1 7 1 5 - 1 7 9 0 ) , m é d i c o y a u t o r d e C o n n e c t i c u t , p . 2 1 6 ;
Samuel O s g o o d ( 1 7 4 8 - 1 8 1 3 ) , d i r e c t o r general d e C o r r e o s , p . 2 2 2 ; Joshua
Spalding ( 1 7 6 0 - 1 8 2 5 ) , pastor, p p . 2 3 4 - 3 5 ; M a n u e l d e L a c u n z a (1731-
1 8 0 1 ) , sacerdote jesuita, p . 3 1 8 ; W i l l i a m H a l e s ( 1 7 4 7 - 1 8 2 1 ) , pastor, p .
3 4 8 ; A d a m C l a r k e ( 1 7 6 2 - 1 8 3 2 ) , p r e d i c a d o r y c o m e n t a r i s t a , p . 3 5 5 ; Samuel
T o o v e y ( 1 8 1 3 ) , clérigo, p . 3 5 9 ; W i l l i a m C u n i n g h a m e ( 1 7 7 6 - 1 8 4 9 ) , r e c t o r
del N e w College d e E d i m b u r g o , p . 3 6 6 ; James Frere ( 1 7 7 9 - 1 8 6 6 ) , autor, p .
3 8 7 ; J o h n B a y f o r d , p r o m o t o r del c r i s t i a n i s m o entre los j u d í o s , c o l a b o r a -
d o r d e Joseph W o l f f y H e n r y D r u m m o n d , p . 4 0 9 ; L e w i s W a y ( 1 7 7 2 - 1 8 4 0 ) ,
a b o g a d o , negaba que e l r e i n o p é t r e o p u d i e r a referirse a l p r i m e r a d v e n i -
m i e n t o , p . 4 2 1 ; W i l l i a m G i r d l e s t o n e ( 1 7 8 6 - 1 8 4 0 ) , e d u c a d o r y pastor, p .
4 3 3 ; H e n r y D r u m m o n d ( 1 7 8 6 - 1 8 6 0 ) , b a n q u e r o y d i p u t a d o , p . 4 3 8 ; Joseph
W o l f f (1795-1862), misionero judeocristiano al m u n d o , p. 475; John Fry
( 1 7 7 5 - 1 8 4 9 ) , p á r r o c o , p . 4 9 0 ; W i l l i a m Jones ( 1 7 6 2 - 1 8 4 6 ) , a u t o r r e l i g i o s o
bautista, p. 5 1 1 ; E d w a r d I r v i n g (1792-1834), predicador, p. 5 2 1 ; Gerard
N o e l (1782-1851), pastor y autor, p p . 5 3 0 - 3 1 ; A l f r e d A d d i s (nacido en
1 8 0 6 ) , a u t o r , p . 5 5 7 ; James Begg ( 1 8 0 0 - 1 8 6 8 ) , a u t o r e s c o c é s sobre p r o f e -
cías, p p . 562-63; E d w a r d H o a r e ( 1 8 0 2 - 1 8 7 7 ) , pastor episcopal, p p . 580-82;
W i l l i a m A n d e r s o n ( 1 7 9 9 - 1 8 7 3 ) , pastor presbiteriano y autor, p. 598; John
C o x ( 1 8 0 2 - 1 8 7 8 ) , p a s t o r b a u t i s t a , p . 6 2 8 ; J o h n Sirr ( 1 7 9 4 - 1 8 6 8 ) , b i ó g r a f o ,
p . 6 3 1 ; Frangois Gaussen ( 1 7 9 0 - 1 8 6 3 ) , c a t e d r á t i c o f r a n c o s u i z o , p p . 6 9 1 ,
6 9 4 ; J o h a n n H e r i n r i c h R i c h t e r ( 1 7 9 9 - 1 8 4 7 ) , secretario d e l a Sociedad M i -
sionera R e n a n a , p . 7 0 2 ; T h o m a s R . B i r k s ( 1 8 1 0 - 1 8 8 3 ) , t e ó l o g o , p p . 7 0 8 ,
7 1 0 ; Joseph Baylee ( 1 8 0 8 - 1 8 8 3 ) , a u t o r y educador, p. 7 2 4 ; Joseph T y s o ,
autor, p . 7 3 2 ; Elias S m i t h , e d i t o r y pastor, t o m o 4 , p . 1.099; e l D r . George
B i s h o p , presidente d e l a A s a m b l e a G e n e r a l R e f o r m a d a H o l a n d e s a , p . 1.189;
y el D r . A d o n i r a m Frost, pastor bautista, p. 1.192.
El reino de la roca de Daniel 2 347
•*
Daniel 8-9. El punto final de los 2.300 días parecía señalar el estable-
cimiento del reino de Cristo.
El Movimiento de Oxford, de comienzos del siglo X I X (1833—
1841), era una iniciativa prorromana. Los principales autores fue-
ron Newman, Pusey, Keble, Froude y Williams, quienes publicaron
una colección de noventa "Tracts for the Times" [Opúsculos para los
tiempos], en los que los conceptos futuristas de Maitland y Todd eran
aplicados a las profecías. En vez de remitirse a la iglesia apostólica y
posapostólica en busca de un modelo, extraían sus datos de los siglos
IV y V para restaurar el respeto hacia el obispo de Roma. John Henry
Newman, clérigo anglicano que se convirtió al catolicismo, volvió a
aplicar el reino pétreo de Daniel (cap. 2) al reinado presente de la
iglesia sobre la tierra. 28
28. F r o o m , t o m o 3, p. 668.
2 9 . Este p u n t o d e vista fue a b r a z a d o p o r F i r m a n A b a u z t ( 1 6 7 9 - 1 7 6 7 ) , J o h a n
Semler (1725-1791), Johann Gottfried Eichhorn (1752-1827), Johann
Gottfried Herder (1744-1803), George Ewald (1803-1875), Frederick
Bleek ( 1 7 9 3 - 1 8 5 9 ) , W i l h e l m M a r t i n d e W e t t e ( 1 7 8 0 - 1 8 4 9 ) ; M o s e s S t u a r t
( 1 7 8 0 - 1 8 5 2 ) y Samuel D a v i d s o n ( 1 8 0 7 - 1 8 9 8 ) . V é a s e F r o o m , t o m o 2 , p p .
7 0 6 - 8 . Para u n a lista m á s c o m p l e t a , véase el d i a g r a m a de las p á g i n a s 7 8 4 -
85.
3 0 . E x p r e s i ó n t é c n i c a e m p l e a d a p a r a designar e l e m p e ñ o d e los e r u d i t o s p a r a
d e t e r m i n a r la fecha de c o m p o s i c i ó n , la a u t o r í a , el l u g a r de o r i g e n , el p r o p ó -
s i t o y la n a t u r a l e z a de cada l i b r o de la B i b l i a . En el h a b l a c o m ú n ha v e n i d o
a designar un e n f o q u e d e l e s t u d i o de las Escrituras que ha d e b i l i t a d o la
h a b i l i d a d de las m i s m a s y que puede llegar a conclusiones q u e , en ocasio-
nes, están e n c o n f l i c t o c o m o a f i r m a c i o n e s b í b l i c a s . Spinoza ( 1 6 3 2 - 1 6 7 7 ) h a
sido a p o d a d o " p a d r e d e l a alta c r í t i c a " , p o r q u e n e g ó l a a u t o r í a m o s a i c a del
Pentateuco y l o a t r i b u y ó a Esdras. D e t r á s v i n i e r o n o t r o s , c o m o H . B . W i t -
ter ( 1 7 1 1 ) , Jean A s t r u c ( 1 7 5 3 ) , E i c h h o r n ( 1 7 8 0 - 1 7 8 3 ) , H a r m a n H u p f e l d
3 4 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
embargo, los autores entienden que con el reino que llena la tierra se
habla no del cielo, sino se aplica, más bien, a que la tierra será llena
del conocimiento de Yahveh. Por otro lado, los autores coinciden en
32
(1853), K. H . G r a f ( 1 8 6 6 ) , H e r m a n G u n k e l ( 1 9 0 1 - 1 9 1 7 ) , e t c é t e r a . Para
un estudio m á s d e t a l l a d o , véase E v e r e t t F . H a r r i s o n , G e o f f r e y W . B r o m i l e y
y C a r l F. H. H e n r y , eds., Baker's Dictionary of Theology ( G r a n d R a p i d s ,
1969), p p . 150-52.
3 1 . L o u i s F. H a r t m a n y A l e x a n d e r A. Di L e i l a , The Anchor Bible: The Book of
Daniel ( G a r d e n C i t y , N u e v a Y o r k , 1 9 7 8 ) , p . 1 4 9 .
32. Ibid.
33.Ibid.
3 4 . El Pulpit Commentary entiende que la p i e d r a es la o b r a de la iglesia c r i s t i a -
na en el m u n d o , p. 73.
El reino de la roca de Daniel 2 3 4 9
Análisis de Daniel 2
La excepcional profecía de Daniel 2 surge de una situación impuesta
por Dios a Nabucodònosor, un monarca pagano. En esta experien-
cia vemos intensamente presentada la verdad neotestamentaria de
que el Señor «quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad» (1 Tim. 2: 4). Dios tiene en el corazón
la inquietud por los perdidos, como se demuestra con claridad en
este capítulo. Debido a su violación del pacto, Israel había ido al
cautiverio. Ahora Dios deseaba rehacerlo y usarlo para alcanzar a los
paganos, a quienes había "descuidado".
Para captar la atención del rey, Dios le habló a través de un sueño.
El sueño se dio en el año segundo de Nabucodònosor (603 a.C). El
año anterior sus tropas habían experimentado dificultades conside-
rables para destruir Ascalón. Sin duda, estaba inquieto por lo que el
37
4 0 . TDOT, 1 : 2 1 1 . T a m b i é n H a r t m a n y D i L e l l a c o i n c i d e n e n que l a e x p r e s i ó n
aramea ba'ahárítyómayyá'se corresponde con la hebrea bg'ahárít hayyámim
(Ose. 3: 5; Isa. 2: 2 ; D a n . 10: 14; 8: 19, 2 3 ; N ú m . 2 4 : 14; Jer. 2 3 : 20) y en
que es u n a e x p r e s i ó n t í p i c a m e n t e e s c a t o l ó g i c a .
4 1 . S. R. D r i v e r , The Book of Daniel ( C a m b r i d g e at t h e U n i v e r s i t y Press, 1 9 0 5 ) ,
p. 26.
4 2 . E d w a r d J. Y o u n g , The Prophecy of Daniel [ L a p r o f e c í a de D a n i e l ] (Grand
Rapids, 1949), p. 70.
354 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
El reino de la roca
El reino de la roca, que demolió la imagen, ocupa un lugar medu-
lar en la profecía. Sería natural que un lector se preguntase cuándo
ocurriría el establecimiento de ese reino. Las opciones parecen ser
tres: (1) durante el ministerio terrenal de Jesús, (2) en su segunda
venida o (3) con un cumplimiento parcial en el primer advenimiento
y un cumplimiento pleno en el tiempo del fin. Las tres han tenido sus
partidarios. En consecuencia, es preciso que examinemos minuciosa-
mente el contexto de este sueño profetice
En primer lugar, aparece el elemento temporal para el reino simbo-
lizado que «hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido»
(2: 34). Lógicamente, el lector llegaría a la conclusión de que el reino
llegaría a la existencia después de que hubieran desaparecido los cua-
tro reinos dominantes, y no durante la existencia de ellos. Además, el
elemento temporal nos garantiza que este reino pétreo sería estable-
cido «en los días de estos reyes» representados por la división de los
dedos y los pies (2: 43-44). Históricamente, esos reinos no llegaron a
la existencia antes de la vida terrenal de Jesús, ni durante la misma.
En consecuencia, que entonces se cumpliera el establecimiento de este
reino no es una opción plausible.
Ginsberg entiende que la expresión «en los días de estos reyes»
(2: 44) se aplica a los cuatro grandes reinos de la imagen, y no a las
naciones que surgirían más tarde. Sin embargo, tal posición parece
45
La piedra = El Mesías
Era inevitable que esta piedra llegase a ser interpretada mesiáni-
camente, porque es paralela al celestial hijo de hombre de 7: 13. 49
53, Ibíd.
5 4 . Cf. M a t . 2 4 : 3 7 - 4 4 ; 4 5 - 5 1 ; 2 5 : 3 1 - 4 6 ; 2 Tes. 2 : 8 ; 1 Tes. 1 : 7 - 1 0 .
3 6 0 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
«Estos reyes»
En 2: 44 falta un antecedente inequívoco para «estos reyes». En con-
secuencia, es posible encontrar diferentes posicionamientos al respecto.
Algunos expositores creen que la expresión «estos reyes» es sinónima
del «todos estos reinos» del final de ese versículo, e interpretan que se
refieren a los cuatro reinos precedentes mencionados de la imagen. 55
La piedra
Dado que la profecía de Daniel 2 culmina en el establecimiento del
reino simbolizado por la piedra, resulta imprescindible para este estu-
dio descubrir el empleo y el significado que la Biblia da de las palabras
'roca' o 'piedra'. A menudo, la "roca" del AT es un nombre de Yahveh. 61
63.1bíd.
6 4 . En el A T , Sirá y los t e x t o s de Q u m r á n , el v e r b o h e b r e o 1PI3 [báhan] significa
" p r o b a r " ( o sea, p o n e r a p r u e b a ) . E n l a L X X e s t r a d u c i d o p o r e l v e r b o grie-
go 5oKi.p.á(u [dokimazó], " p o n e r a p r u e b a , e x a m i n a r " . — TDOT, 2: 69.
El reino de la roca de Daniel 2 367
entrada del templo, usa fuentes de la última mitad del siglo I I , lo que
debilita su argumento. En Isaías 28: 16 la L X X identifica la piedra
65
Asimismo, el rabí Lagish (250 d.C.) interpretó que la piedra era el rey
Mesías. Jesús fue el primero en aplicar a sí mismo la metáfora de la
75
piedra del Salmo 118: 22 en Lucas 20: 17-18: «¿Qué, pues, es lo que
está escrito?: "La piedra que desecharon los edificadores ha venido a
ser cabeza del ángulo". Todo el que caiga sobre aquella piedra, será
quebrantado; pero sobre quien ella caiga, lo desmenuzará».
Pedro también se refiere al Salmo 118: 22 en Hechos 4: 11. Aquí el
rechazo de la piedra tiene que ver con la muerte de Jesús. Sin embar-
76 .Ibid., p. 2 7 5 .
7 7 . Cf. R o m . 9: 3 2 - 3 3 ; ! Ped. 2: 8; L u c . 2: 3 4 .
3 7 0 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
4. Isa. 8: 14 « R o c a de e s c á n d a l o » ( L B A ) . L X X = lithos
5. Isa. 2 8 : 16 « U n a p i e d r a , p i e d r a p r o b a d a » . L X X = lithos
en los días de Jesús se cantaba ante las puertas del templo en un día
señalado durante la fiesta de la Pascua por un grupo constituido por
sacerdotes, peregrinos y prosélitos. El empleo de las dos metáforas
82
por la audiencia. Los tres sinópticos señalan que los oyentes enten-
dieron que la parábola había sido dirigida contra ellos.
La segunda parábola tiene vínculos con una verdad significativa
de la primera; concretamente, con el rechazo de la autoridad que
residía en Juan el Bautista. Ahora, en el segundo relato, tenemos
representado el rechazo del Mensajero definitivo en cuanto a auto-
ridad se refiere. La enseñanza teológica de esta parábola es la abne-
gada paciencia de Dios extendida de forma gratuita hacia quienes
se oponen a él. Sin embargo, el rechazo decidido del Hijo de Dios
conlleva una retribución segura e indudable.
Habiendo logrado una confesión de los propios labios de su
audiencia, Jesús cita un pasaje reverenciado y familiar para todos, lo
que equivalía a decir: Vuestra respuesta cuenta con apoyo bíblico.
«Jesús les preguntó: "¿Nunca leísteis en las Escrituras: 'La piedra que
desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. El
Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?'"» (Mat.
21: 42). 84
Acto seguido, Jesús aplica la lección obvia a sus oyentes: «Por tan-
to, os digo que el reino de Dios será quitado de vosotros y será dado a
gente que produzca los frutos de él» (Mat. 21: 43). En relación con 88
más claridad que el uso que el NT hace de pasajes del AT sigue a me-
nudo un enfoque midrásico. A veces es por medio de una parábola,
96
que está vinculada a otros textos mediante una palabra clave, como
'piedra'. Con frecuencia, las citas midrásicas pueden involucrar citas
completas de diversos pasajes del AT, que se convierten más en un
juego de palabras que en un empeño calculado de presentar un nuevo
significado exegético a un pasaje del AT. 97
Más que dar por sentado que la afirmación de Cristo fuera una
interpretación de la piedra de Daniel aplicable a su época, estaríamos
más en consonancia con los hechos conocidos si la consideramos un
uso tipológico midrásico de una combinación de pasajes para demos-
trar la autoridad soberana del Salvador. Que Jesús junte un pasaje 100
Conclusión
En nuestro estudio hemos perseguido adquirir una mayor compren-
sión del reino de la roca de Daniel 2 para poder descubrir el cumpli-
miento propuesto. Nuestra indagación nos ha llevado a examinar los
registros históricos de otros intérpretes de la Biblia, empezando con
los Padres antenicenos y posnicenos y de tiempos posteriores. La in-
terpretación más antigua y persistente ha sido que dicho reino repre-
senta el establecimiento del reino de Cristo en su segunda venida. Las
enseñanzas discrepantes se señalaron como excepciones engendradas
por el preterismo o el futurismo.
Como profecía apocalíptica genuina, Daniel 2 recalca el escatón, el
fin de la historia humana. En consecuencia, no hay por qué sorpren-
derse de que Daniel 2, como Daniel 7, culmine en el derrocamiento
de todos los reinos terrenales y el establecimiento de un reino celes-
tial eterno. Un estudio minucioso del uso del símbolo de la piedra en
el NT nos permite concluir que esta metáfora se refiere a Cristo y su
reino.
Nuestro estudio también investigó la parábola neotestamentaria de
los labradores malvados para determinar si Jesús había aplicado la pro-
fecía del reino pétreo a su primer advenimiento. Sin embargo, la eviden-
cia negaba esta posibilidad. En consecuencia, parece acertado concluir
que la interpretación tradicional dada al reino representado por la pie-
dra es viable, y que podemos aguardar con confianza su cumplimiento
en el regreso de Cristo.
Esquema de la sección
I. Introducción
II. Contexto
III. Autenticidad del pasaje
IV. Traducción
Introducción
La investigación de un pasaje tan preñado de significado como Da-
niel 8: 9-14 debe seguir sólidas pautas hermenéuticas si queremos que
nuestras conclusiones tengan validez. En consecuencia, nuestra me-
todología incluirá: (1) un estudio filológico de términos clave, (2) un
análisis de los patrones terminológicos (gramática) y fraseológicos
(sintaxis) del texto hebreo, con comparaciones de traducciones mo-
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 3 8 5
ciernas cuando sea aconsejable, (3) los contextos más cercanos y más
globales dentro del libro de Daniel y de la Biblia en su conjunto, y
(4) se mostrarán las sugerencias y las conclusiones de las grandes es-
cuelas de interpretación y de sus principales exponentes. También se
prestará atención a materiales extrabíblicos cuando sea relevante.
Dado que en una investigación previa hemos abordado el tema
de la estructura literaria de Daniel 8, presentaremos aquí un breve 1
Contexto
La tentación de estudiar un pasaje de las Escrituras aislado de su
contexto es un peligro que debe evitarse. Por lo tanto, será esencial
prestar atención al contexto de los versículos 9-14 en la visión del
capítulo 8 y en el libro de Daniel en su conjunto.
Los seis versículos forman parte de la revelación del capítulo 8.
Esta revelación tiene una introducción (vers. 1-2) y una conclusión
(vers. 27) claramente delimitadas. La propia revelación consta de
tres partes principales: (1) la visión (vers. 3-12), (2) la audición
(vers. 13-14), y (3) la explicación de la visión por parte de Gabriel (vers.
2
15-26).
La visión describe: (a) a un carnero y sus actividades (vers. 3-4);
(b) a un macho cabrío y sus actividades (vers. 5-8); y (c) a un "cuerno
pequeño" (vers. 9-12), su origen (vers. 9a), su expansión (vers. 9b) y
su pasmosa actividad (vers. 10-12).
La audición es también parte de la revelación sobrenatural dada
a Daniel. Tiene lugar mientras los ojos del vidente están fijados en
la actividad del cuerno pequeño en la tierra. Sin embargo, está se-
parada de la porción precedente de la revelación por un importante
3. U n d i á l o g o d e seres celestiales s e d e s c r i b e t a m b i é n e n Z a c a r í a s 1 : 1 2 - 2 1 .
A d i f e r e n c i a d e Z a c a r í a s , e l pasaje d e 8 : 1 3 - 1 4 n o t i e n e d i á l o g o a l g u n o
e n t r e el á n g e l y el v i d e n t e .
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 3 8 7
AUDICIÓN C E L E S T I A L
"Oír"
8: 13-14
VISION HORIZONTAL
•Ver-
Si 2-12
sear para que sea convincente. Está claro que en el texto, tal como lo
tenemos, la interpretación sí hace referencia a 8:13-14 en los versícu-
los 16 y 26. Así, los versículos 13-14 se dan por supuestos, y se hace
referencia a ellos en la interpretación subsiguiente (vers. 15-26).
Es preciso abordar ahora el argumento de que no existe motiva-
ción alguna para la audición de los versículos 13-14. Entre otras co-
sas, 8: 13-14 tiene que ver con el elemento temporal. La visión apo-
calíptica del capítulo 7 contiene un elemento temporal (vers. 25), y la
visión apocalíptica de los capítulos 11-12 también tiene referencias
a elementos temporales (12: 7,11-12). Esto indica que también cabe
esperar que la visión apocalíptica paralela del capítulo 8 tenga una
referencia a un elemento temporal. En efecto, Daniel 8: 13-14, 26
contiene referencias al esperado elemento temporal, lo que indica 19
Traducción
El lector de diversas traducciones modernas de 8: 9-14 (españolas
y no españolas) observará que hay diferencias notorias en la forma
de verter el pasaje, que en algunos casos son sustanciales. Esto se
debe a que los traductores han intentado una y otra vez armonizar
el texto hebreo con el modelo de interpretación basado en Antíoco
IV Epífanes. Se han realizado numerosos intentos de reconstruir el
texto hebreo introduciendo enmiendas eruditas con cambios de gé-
neros, verbos, nombres, sujetos de oraciones, omisiones de palabras,
etcétera. Esas reconstrucciones se proponen poner el texto hebreo
en armonía con lo que se conoce de los acontecimientos históricos
relacionados con Antíoco IV y su época. Ello se debe a que la escuela
histórico-crítica de interpretación cree que el "cuerno pequeño" debe
ser identificado con ese gobernante seléucida.
Los eruditos bíblicos conservadores no han seguido esas tenden-
cias. Han estudiado minuciosamente el texto hebreo que nos ha lle-
gado, el cual, como hemos señalado más arriba, está perfectamente
conservado en este pasaje. Por lo tanto, daremos una traducción l i -
teral de estos versículos basada en el texto original. La exposición
detalla de la parte siguiente de nuestro estudio presentará su apoyo
exegético:
Daniel 8: 9-14
o femenino], igual que los sustantivos y los numerales, que debe tener
concordancia con sus antecedentes.
Uno de los dos antecedentes que se han sugerido en 8: 8 ("cuernos"
o "vientos") se ve mejor cuando se vuelve a traducir, de nuevo literal-
mente, indicando los géneros entre corchetes: «Y crecieron la conspi-
cuidad de cuatro [masculino] en su lugar» (¡TITIA J73"1X rfiTn ^71711]
[watta álena Mzüt °arba tahteyhá]).
c h c
B A
hassamáyim rúhót h°arba c
•T T _
J72n*6 Daniel 8: 8
los [vientos ; hacia
cielos. ' de los
cuatro
B A
mehem ha ahat
3
umm-
1 Daniel 8: 9
de uno Y
ellos de
sentido de la lectura
tada de la expresión "a los cuatro vientos de los cielos" sería "a los
cuatro puntos cardinales". Precisamente por esto, el sufijo plural
33
2 8 . Shea, p . 6 6 .
29. Ibid.: «Así, resulta s i n t á c t i c a m e n t e i m p o s i b l e que el c u e r n o p e q u e ñ o de D a -
n i e l 8 represente a A n t í o c o E p í f a n e s » .
30. M. Süring, Horn-motifs in the Hebrew Bible and Related Ancient Near
Eastern Literature and Iconography [ L a t e m á t i c a del c u e r n o en la B i b l i a he-
brea y en la l i t e r a t u r a y la i c o n o g r a f í a afines del P r ó x i m o O r i e n t e a n t i g u o ]
(tesis d o c t o r a l , A n d r e w s U n i v e r s i t y , 1 9 8 0 ) , p . 4 1 0 .
3 1 . L. K ö h l e r y W. B a u m g a r t n e r , Lexicon in Veteris Testamenti libros [Diccio-
n a r i o d e los l i b r o s del A n t i g u o T e s t a m e n t o ] ( L e i d e n , 1 9 5 8 ) , p . 8 7 7 , e n l o
sucesivo c i t a d o c o m o KBL.
32. W. L. Holladay, A Concise Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Tes-
tament [ D i c c i o n a r i o conciso h e b r e o y a r a m e o del A n t i g u o T e s t a m e n t o ]
( G r a n d R a p i d s , 1 9 7 1 ) , p . 3 3 4 , e n l o sucesivo c i t a d o c o m o CHAL.
33. R. A l b e r t z y C. W e s t e r m a n n , " R ü h G e i s t " [ R ü h e s p í r i t u ] , THAT, 2: 7 2 9 ; cf.
a a
CHAL, p. 334.
34. E. K a u t z s c h y A. E. Cowley, Gesenius' Hebrew Grammar [La gramática
hebrea de Gesenius], 2 e d . ( O x f o r d , 1 9 7 0 ) , p. 4 4 0 ; la c u r s i v a es suya.
a
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 397
ciendo referencia a los cuatro cuernos que salen o crecen en lugar del
gran cuerno que fue quebrado.
En contraposición con la idea de desarrollo de á~la está el movi- c h
p l u r a l femenina.
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 399
pequeño». 41
con razón que tales cambios son arbitrarios, al carecer del apoyo
textual de algún manuscrito hebreo conocido. 45
trata de un verbo muy común, que aparece 785 veces en qal, 278
en hifil, y 5 veces en bofal, lo que arroja un total de 1.068 veces.
El énfasis de este término está en el movimiento — i r , desplazarse,
avanzar—, pero la idea no es el crecimiento.
Hay diversas conexiones que indican estas ideas. La "salida"
del Señor es tan cierta como la aurora (Ose. 6: 3). El agua "bro-
t a " del manantial (2 Rey. 2: 21; Isa. 41: 18; 58: 11; Sal. 107: 33,
35; 2 Crón. 32: 30). Un renuevo "sale" del tronco de Isaí (Isa.
11: 1), y los descendientes "salen" de las entrañas del antepasado
(Gen. 15: 4; 17: 6; 25: 25-26). En no menos de 76 ocasiones, el
verbo yasa significa la "salida" de los israelitas de Egipto (Éxo.
3
13: 3, 9, 14, 16; Núm. 20: 16; Deut. 5: 6, 15; Dan. 9: 15; etc.).
Estos ejemplos son algunas de las muchas conexiones y demues-
tran que la idea de movimiento está en el primer plano, y con fre-
cuencia ello implica despliegues militares. 47
significarían: "Y el cuerno hizo que parte del ejército, es decir, que
algunas de las estrellas, cayeran a tierra".
una profanación del santuario celestial por parte del cuerno. Lo que
sí aparece en lugar de ello es un ataque —de formas diferentes—
contra el pueblo de Dios, contra el fundamento del santuario y el
ministerio de Cristo, y, por ende, contra el propio Dios y su verdad.
Son usurpadas las prerrogativas que pertenecen a Dios, y se hace que
el servicio continuo y divino de mediación de Cristo pierda eficacia.
Los matices cósmicos y universales de este ataque reciben atención
adicional en el diálogo que sigue entre dos personajes santos (vers.
1 3 - 1 4 ) , que el autor reseña en la sección siguiente.
Esquema de la sección
I. Introducción
I I . Exégesis d e Daniel 8 : 1 1
III. Exégesis de Daniel 8: 12
IV. Nota final: El uso de la palabra hebrea tamid en Qumrán y el Anti-
guo Testamento
Introducción
Como se mencionó en la sección anterior, los eruditos histórico-
críticos han argumentado que los versículos 1 1 - 1 2 , junto con los ver-
sículos 1 3 - 1 4 , deberían ser considerados como interpolaciones poste-
riores. Hemos estudiado este asunto más arriba y encontramos que
1
Exégesis de Daniel 8: 11
El versículo 11 revela un cambio importante en la estructura (sin-
taxis) de las oraciones con respecto a los dos versículos anteriores.
Las formas verbales del texto hebreo de los versículos 9-10 son fe-
meninas, salvo en el caso del primer verbo del versículo 9 ("sale"). 3
Aunque no hay ningún apoyo textual ni de otro tipo para ese pun-
to de vista, el cambio de género del sujeto es posible que revele otros
cambios. Sugiere que se ha abandonado la metáfora del símbolo del
cuerno (de género femenino) y que ahora se contempla directamente
la realidad representada por el símbolo metafórico. Puede proponer-
se una idea adicional: El cambio de género puede reflejar un cambio
de las fases de las dos entidades representadas por el símbolo meta-
fórico.
Algunos intérpretes historicistas intentan encontrar un cumplimien-
to paralelo para cada una de las especificaciones de 8: 9-12 para las
dos fases de la Roma política, o pagana, y la eclesiástica, o papal. 6
Primera oración
La traducción literal de la primera oración en el versículo l i a es:
«Y se hizo grande incluso ante el Príncipe del ejército». El verbo 8 9
Segunda oración
Literalmente, la segunda oración del versículo 11 afirma: «Y de él
fue quitada la continuidad». Todas las partes de esa oración plantean
dificultades. La expresión hebrea [mimmennü] no debe tradu- 19
cirse "por él", sino "de él". ¿Quién es el antecedente de "él"? Grama-
ticalmente, el antecedente más próximo y más natural es «el Príncipe
del ejército». Esto cuenta con el apoyo de las versiones antiguas. 20
en este texto se usa (igual que en 11: 31; 12: 11) como un adjetivo
sustantivado. 24
manente en los santos ritos del culto divino. Sugiere que el "cuerno 39
3 8 . P o r e j e m p l o , M a r t i , p . 5 8 ; M o n t g o m e r y , p . 3 3 6 ; Bentzen, p . 7 0 ; C h a r l e s , p .
2 0 7 ; Plóger, p . 1 2 6 ; H a r t m a n y D i L e i l a , p . 2 3 6 ; L a c o c q u e , p . 1 5 9 ; N . W .
P o r t e o u s , Daniel ( L o n d r e s , 1 9 6 5 ) , p. 125.
3 9 . E n t r e los c o m e n t a r i s t a s m á s a n t i g u o s se c u e n t a n E. W. H e n g s t e n b e r g ( 1 8 4 8 ) ,
H. C. Haevernick (1832), R. K r a n i c h f e l d (1868), T. K l i e f o t h (1868) y C.
F. Keil, Biblical Commentary on the Book of Daniel [Comentario bíblico
sobre e l l i b r o d e D a n i e l ] ( G r a n d R a p i d s , 1 9 4 9 ) , p . 2 9 8 . E n t r e los e x p o s i t o -
res m á s recientes f i g u r a n Y o u n g , p . 1 7 2 ; L e u p o l d , p p . 3 4 7 - 4 8 ; L . W o o d , A
Commentary on Daniel [ C o m e n t a r i o sobre D a n i e l ] (Grand Rapids, 1973),
p . 2 1 5 ; J . B a l d w i n , Daniel ( D o w n e r s G r o v e , I l l i n o i s , 1 9 7 8 ) , p . 1 5 7 : « C o n
esa sola p a l a b r a se i m p l i c a t o d o el sistema s a c r i f i c i a l » ; C. B o u t f l o w e r , In
and Around the Book of Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l y su e n t o r n o ] (Londres,
1 9 2 3 ) , p . 17, n . 2 .
41 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Sin ser injustos con esa posición, tendrá que reconocerse, no obs-
tante, que los exégetas que favorecen esa interpretación normalmente
toman el modelo de la persecución de Antíoco y enmiendan, cam-
bian, reconstruyen, traducen e interpretan el texto de forma que lo
ponen más o menos en armonía con el modelo histórico que se ha
seleccionado. El reciente comentario sobre Daniel en la colección An-
chor Bible es un ejemplo típico.
La interpretación historicista del "cuerno pequeño" entiende que
el símbolo representa a Roma en el lapso total de sus fases política,
45
túa también como Intercesor celestial (Rom. 8: 34; Heb. 9: 24; 1 Juan
2: 1), y desempeña su actividad intercesora «en la presencia de Dios en
favor nuestro» (Heb. 9: 24, SA). En consecuencia, el hattámid ("la con-
tinuidad") que prosigue sin interrupción y que el poder representado
por el "cuerno pequeño" quita «de él» es ese ministerio y ese servicio
de mediación e intercesión continuas.
La usurpación por parte de la fase eclesiástica de Roma refleja el
tipo de actividades llevadas a cabo por el cuerno que hacen que pier-
dan eficacia el ministerio y el servicio continuos del celestial «Príncipe
del ejército», cuyo ministerio forma parte del plan de la salvación. Esto
es lo que parece que se contempla en la segunda parte de 8: 11.
De momento, si nuestro análisis del texto es correcto, no se ha di-
cho nada que implique una profanación del santuario o templo de
Jerusalén. " Q u i t a r " algo al «Príncipe del ejército» no es un acto
de profanación. Aún no ha aparecido la fraseología de profanación
o de contaminación en el capítulo 8, ni lo hará, sin prejuzgar la cues-
tión de las oraciones restantes de 8: l l c - 1 4 .
Tercera oración
Volvemos ahora nuestra atención a la tercera oración de 8: 11, y
consideraremos en primer lugar la relación existente entre las tres
oraciones de ese versículo. Técnicamente, la tercera oración del ver-
sículo 11, la última, es una oración verbal. Es posible que sea co- 50
te el posesivo 'su'.
Estas traducciones modernas siguen una tendencia entre los intér-
pretes histórico-críticos. No es inusual que el sujeto (fundación, ci-
mientos, lugar —NBE, RV95, LBA, CI, BJ, etc.—) se omita por com-
pleto y que el término hebreo í£Hp*? [miqdás] ("santuario"), que
ocupa una posición atributiva genitiva, se convierta en objeto, de 53
5 9 . R . K i t t e l , e d . , Biblia Hebraica, 3 e d . ( S t u t t g a r t , 1 9 6 6 ) ; K . E l l i g e r y W . R u -
a
No hay ejemplo alguno entre los 125 usos de este verbo que sugiera
o insinúe —ya sea en sentido literal o metafórico— que su significado
tenga nada que ver con la profanación, el sacrilegio o cosas por el esti-
lo. No es posible exagerar la importancia de este hecho. Un "derribo"
no comunica un acto de profanación, sino, más bien, un acto de des-
trucción, o de hacer que algo resulte infructuoso.
Por lo tanto, el verbo huslak del versículo 11c significa "fue de-
r r i b a d o " . A veces hay una mezcla de énfasis tanto literales como
69
el mismo texto. 86
favor de su pueblo.
La dimensión cósmica de la precipitación del fundamento celes-
t i a l del santuario comunica la realidad de la tentativa de anular el
88
Exégesis de Daniel 8: 12
Nuestra atención debe concentrarse ahora en el siguiente texto de
nuestro pasaje (vers. 12). El lector de este versículo que haya compa-
rado las diversas traducciones se habrá percatado de una gran varie-
dad de maneras de verterlo. La primera oración puede entenderse de
dos maneras fundamentales, aunque los significados resultantes sean
un tanto similares.
Primera oración
1. La oración puede traducirse literalmente, de modo que diga: «Y fue
dado un ejército sobre [contra] la continuidad en transgresión». El
sustantivo 'ejército' (S02t [saba ]) precede al verbo en la estructura
3
9 1 . ' K B L , p p . 642-43.
9 2 . 1 Rey. 8 : 3 2 ; 2 C r ó n . 6 : 2 3 ; Eze. 7 : 3-4, 9 ; 9 : 1 0 ; 1 1 : 2 1 ; 1 6 : 4 3 ; 2 2 : 3 1 ; cf.
J . L a b u s c h a g n e , " N Í K g e b e n " [Ntn d a r ] , THAT, 2 : 1 2 2 .
9 3 . C f í A L , p . 32.
94.Ibíd.;KBL,p. 104.
95.CHAL, p. 32.
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 4 2 5
Segunda oración
La segunda oración del versículo 12 puede traducirse literalmente
así: «Y arroja la verdad a la tierra». El verbo ("arroja") vuelve a estar
escrito en la forma femenina. Su sujeto podría ser el cuerno o el ejér-
cito (al que se alude en la primera oración), dado que ambos sustan-
tivos son femeninos. Sin embargo, es más natural contextualmente
97
no debe hacerse mucho hincapié en ella. En cuatro de las seis veces 102
quinto uso revela que la calamidad que sobrevino a Israel fue cumpli-
miento de lo que había sido «escrito en la ley de Moisés» (9: 13a); no
obstante, no se habría producido un arrepentimiento y no se prestaba
atención a la «verdad» de Dios (vers. 13b).
Teniendo en cuenta estos usos, puede entenderse que la «verdad»
del versículo 12 se refiera a la revelación de Dios en su sentido ex-
haustivo, que incluye tanto «la ley de Moisés» como la revelación 104
9 8 . Así, M o n t g o m e r y , p . 3 3 7 ; L a c o c q u e , p . 1 6 3 ; Plóger, p . 1 2 2 .
9 9 . M o n t g o m e r y , p . 3 3 8 . C o n c u r r e n J . M e i n h o l d , Das Buch Daniel [ E l l i b r o
d e D a n i e l ] ( N o r d l i n g e n , 1 8 8 9 ) , p . 3 0 9 ; A . Jeffery, " T h e B o o k o f D a n i e l " [ E l
l i b r o de Daniel], IB (1956), p. 475; L e u p o l d , p. 349; Aalders, p. 178; M.
D e l c o r , Le livre de Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l ] (París, 1 9 7 1 ) , p. 1 7 5 ; H a r t -
man y Di Lella, p. 226.
100. Lacocque, p. 163.
1 0 1 . M a r t i , p. 59; Y o u n g , p. 173: «La verdad objetiva, manifestada en la adora-
ción a D i o s » .
1 0 2 . El a r t í c u l o delante de émet ( " v e r d a d " ) aparece ú n i c a m e n t e en siete oca-
D
Tercera oración
El versículo 12 concluye con dos verbos escuetos que pueden ser
traducidos literalmente como «y tuvo éxito y prosperó». La idea está
clara. El poder opuesto a Dios, simbolizado por el "cuerno pequeño",
tuvo éxito en su empeño; prosperó en su rebelión. En las visiones del
libro de Daniel, "prosperar" es siempre la experiencia de las potencias
contrarias a Dios. Sin embargo, el mensaje profético es palmario.
105
1 0 5 . P e r o n o e n los relatos á r a m e o s d e D a n i e l 3 : 3 0 ; 6 : 2 8 .
4 2 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Nota final
El tercer documento entre los Rollos del Mar Muerto en que apa-
rece támíd (y de nuevo como adverbio) es el Rollo de la guerra de
los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas (1QM), datado 9
Los restantes usos están en un contexto ritual y tienen que ver con
instrucciones a los dirigentes de los clanes familiares en cuanto a lo
que debían hacer al inicio de la guerra.
Los jefes de los sacerdotes deben «oficiar continuamente [támíd]
ante Dios», y los jefes de los levitas también deben «oficiar continua-
12
una descripción del edificio del templo, de las leyes sacrificiales, del
Día de la Expiación e instrucciones diversas. En esta obra el término
tamid aparece cuatro veces. En dos ocasiones, sigue el típico uso ad-
22
rece solo como sustantivo. (4) La palabra tamid nunca aparece como
término técnico o como expresión elíptica abreviada en la literatura
de Qumrán. (5) El uso de tamid como adverbio o adjetivo en la lite-
ratura de Qumrán que está a nuestra disposición advierte contra in-
terpretar hattamid en Daniel como término técnico o abreviado. Este
uso aparece de hecho en el Talmud, obra compuesta cuatrocientos o
quinientos años dentro de la era cristiana. Sin embargo, el procedi-
miento de atribuirle un significado técnico que se desarrolló muchos
11: 31; 12: 11), y en ningún otro sitio, esta palabra es usada como
adjetivo sustantivado, al aparecer solo con el artículo definido ("el"),
y sin calificar a ninguna otra palabra.
Una investigación minuciosa del uso del término tamid en el AT re-
sulta reveladora, y cabe esperar que arroje luz sobre su uso en el libro de
Daniel. El uso típico del término tamid en el AT es el de adverbio. Apare-
ce como tal en no menos de 62 ocasiones de los 103 casos, y significa 27
o «incesancia». 45
in \ r
4 3 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Esquema de la sección
I. Introducción
I I . Exégesis de Daniel 8: 13-14
I I I . Contenido de la pregunta (vers. 13)
IV. Contenido de la respuesta (vers. 14)
Introducción
Nuestra investigación de las palabras, las expresiones y las oracio-
nes de Daniel 8: 9-12 ha sido lenta y laboriosa. Ha revelado muchos
detalles de la actividad del "cuerno pequeño". Ha resultado evidente
una y otra vez que no se dice nada en cuanto a la profanación del
santuario, o de su lugar, como tal. No aparecen los términos hebreos
normales para hablar de profanación o contaminación. Lo que sí 1
Exégesis de Daniel 8: 13
La pregunta de 8: 13 comienza con las palabras hebreas n?2""lS) ,
c
ad-mätay. ¿Qué significan esas palabras? La primera palabra, "11J
[ ad], es una preposición temporal que debería traducirse "hasta".
c 3 4
fica "cuándo". 6
(TEV) traduce la respuesta del versículo 14 como «Ir tvill continué for
1,150 days, during which evening and morning sacrifices will not be
offered», o sea, «Continuará durante 1.150 días, durante los cuales
9 . H A L , p p . 248-49.
10. A . Bentzen, Daniel ( T u b i n g a , 1 9 5 2 ) , p . 7 1 ; d e m o d o s i m i l a r , K . M a r t i , Das
Buch Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l ] ( T u b i n g a y L e i p z i g , 1 9 0 1 ) , p. 6 0 ; J. A.
M o n t g o m e r y , The Book of Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l ] ( E d i m b u r g o , 1 9 2 7 ) ,
p . 3 4 3 ; N . W . P o r t e o u s , Daniel. A Commentary [ D a n i e l . C o m e n t a r i o ] (Fila-
d e l f i a , 1 9 6 5 ) , p p . 1 2 6 - 2 7 ; O. Plòger, Das Buch Daniel ( G a r d e n C i t y , N u e v a
Y o r k , 1 9 7 8 ) , p . 1 2 7 ; M . D e l c o r , L e livre d e Daniel [ E l l i b r o d e D a n i e l ]
(París, 1 9 7 1 ) , p. 1 7 7 ; A. L a c o c q u e , The Book of Daniel ( A t l a n t a , 1 9 7 9 ) ,
p. 1 6 4 : « L a respuesta del vers. 14 es 2 . 3 0 0 tardes y m a ñ a n a s , c o n lo c u a l
d e b e r í a m o s entender 2 . 3 0 0 sacrificios p e r p e t u o s c o t i d i a n o s o 1.150 d í a s » ;
H a r t m a n y D i L e i l a , p . 2 2 7 ; J . B a l d w i n , Daniel ( D o w n e r s G r o v e , I l l i n o i s ,
1978), p. 158.
4 3 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
carece de justificación.
2. Es complicado entender que la secuencia de «tardes y mañanas»,
figurando las tardes antes que las mañanas, se refiera a sacrifi-
cios tamid. Los sacrificios tamid siempre son designados con una
secuencia que pone a la mañana antes que a la tarde: «los holo-
caustos de la mañana y la tarde». No hay excepción a esta se- 14
86, r e i m p r e s o en el c a p í t u l o 7 de este l i b r o .
1 4 . É x o . 2 9 : 3 9 ; Lev. 6 : 1 2 - 1 3 ; N ú m . 2 8 : 4 ; 2 Rey. 1 6 : 1 5 ; 1 C r ó n . 1 6 : 4 0 ; 2 3 :
3 0 ; 2 C r ó n . 2 : 4 ; 13: 1 1 ; 3 1 : 3 ; Esd. 3 : 3 .
1 5 . 1 Esdras 5 : 5 0 : « O f r e c í a n [ . . . ] h o l o c a u s t o s a l S e ñ o r p o r l a m a ñ a n a y p o r l a
t a r d e » ; cf. Schwantes, p. 3 8 1 , o las p á g i n a s 4 7 9 - 8 0 de este t o m o .
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 439
68, n . 3 .
4 4 0 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
27. M o n t g o m e r y , p. 3 4 1 .
2 8 . C h a r l e s , p . 2 1 0 ; H . C . L e u p o l d , Exposition o f Daniel [ E x p o s i c i ó n d e D a -
niel] ( G r a n d Rapids, 1969), p . 3 5 1 ; Y o u n g , p . 173; H a r t m a n y D i Leila, p .
226.
4 4 2 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
macho cabrío, que pasa por las actividades del "cuerno pequeño" y
que llega hasta el tiempo del fin (vers. 17, 19).
Así, está claro más allá de toda duda que en el capítulo 8 se halla
presente el principio día-año. Las 2.300 tardes (y) mañanas tienen
que abarcar todo el período de los acontecimientos simbolizados,
empezando en algún momento durante el período del carnero. Una
interpretación de las 2.300 tardes y mañanas como días literales no
cuadra con el contexto de la pregunta. Por ende, el profeta demuestra
que esta inusual expresión —que carece de artículo, no está en plural
y no tiene conjunción— equivale simbólicamente a "años". El propio
profeta da la clave para el principio día-año, que opera atendiendo
a las relaciones contextúales, lingüísticas, filológicas y sintácticas de
8: 12-14.
Esta conclusión es de importancia crucial con respecto a todo el
significado del capítulo 8. Si es verdad que "la visión" mencionada en
el versículo 13 se refiere a la visión entera —aludida por vez primera
en los versículos 1-2, descrita en los versículos 2-14 y aludida nueva-
mente en el versículo 15—, Antíoco IV Epífanes no puede ser nunca
ni la conclusión ni el término del capítulo 8 . Ello se debe a que el
elemento temporal va mucho más allá de la propia época de ese hom-
bre. Esta constatación de que la visión hazón abarca todo el devenir
de la experiencia de la visión en su conjunto (vers. 2-14) —incluida la
"aparición" (marV ) de de los versículos 13-14, segmento menor de la
1
Entre los vínculos que unen los capítulos 8 y 9 se cuentan los si-
guientes:
1. Terminología similar. La designación de la "visión" con el térmi- 30
2 9 . V é a s e la p r e s e n t a c i ó n de los v í n c u l o s e n t r e D a n i e l 8 y 9 en G. F. H a s e l ,
" R e v e l a t i o n a n d I n s p i r a t i o n i n D a n i e l " [ L a revelación y l a i n s p i r a c i ó n e n
D a n i e l ] , Ministry 4 7 ( o c t u b r e d e 1 9 7 4 ) : 2 0 - 2 3 .
3 0 . La d e s i g n a c i ó n n o r m a l de " v i s i ó n " en D a n i e l es el t é r m i n o házon, p a l a b r a
de p o s i b l e origen arameo ( M . Wagner, Die lexikalischen und grammatika-
lischen Aramäismen im altestamentlichen Hebräisch [Los arameísmos léxi-
cos y gramaticales en el h e b r e o v e t e r o t e s t a m e n t a r i o [ [ N u e v a Y o r k , 1966],
n u s
9 3 - 9 8 ) , q u e aparece e n D a n . 1 : 17; 8 : 1 - 2 ( 3 veces), 1 3 , 1 5 , 1 7 , 2 6 ; 9 : 2 1 ,
2 4 ; 10: 14; 1 1 : 14.
3 1 . D a n . 8 : 1 5 - 1 6 , 2 6 - 2 7 ; 9 : 2 3 ; 1 0 : 1 , 6-7 ( 2 veces), 8 , 16, 1 8 , t e x t o s e n los que
se e m p l e a n n X l E [mar'ä ] o TIUIO [ m a r V ] . Esta se usa solo en 8: 16, 2 6 -
11 1
año 1844 d.C. Este instante, y más allá, es el centro de atención del ca-
pítulo 8. Por ello, resulta crucial para el libro de Daniel en su conjunto.
Continuidad
La primera expresión que requiere nuestra atención es "la con-
t i n u i d a d " . Este término se dio con anterioridad en los versículos
39
3 6 . E l p r i n c i p i o d í a - a ñ o d e i n t e r p r e t a c i ó n h a sido v i n c u l a d o c o n 4 : 16, 2 3 - 2 5 ,
3 2 , d o n d e los «siete t i e m p o s » s e e n t i e n d e n c o m o "siete a ñ o s " . N o r m a l m e n -
t e , s o n i n v o c a d o s N ú m e r o s 14: 3 4 y Ezequiel 4 : 5-6 p a r a que p r o p o r c i o n e n
l a clave d e l m o d e l o d e i n t e r p r e t a c i ó n del día p o r a ñ o . C o m o hemos s e ñ a l a -
do antes, D a n i e l 8 demuestra la f u n c i ó n de este p r i n c i p i o . D a n i e l 9: 2 4 - 2 7 ,
d o n d e las setenta semanas se c o n v i e r t e n en 4 9 0 días l i t e r a l o a ñ o s p r o f é t i -
cos, da o t r a clave. L o s i n d i c a d o r e s f u n d a m e n t a l e s están d e n t r o de los l i b r o s
de D a n i e l y el A p o c a l i p s i s .
3 7 . La secuencia ad... wa significa " h a s t a . . . l u e g o " ; cf. Jue. 16: 2, DBD, p. 7 2 4 .
c
Transgresión
La expresión "y la transgresión que causa horror" (Cp© ÜKfSrn
[w9happesa sómém]) carece de variantes textuales en los manuscri-
c 43
en los que «uno rompe con Dios quitando lo que es suyo, robando,
mente rituales y de juicio son, desde luego, parte del término 'trans-
50
Buck Daniel [ E l l i b r o d e D a n i e l ] [ G o t i n g a , 1 8 9 4 ] , p . 5 5 ; M a r t i , p . 5 9 ; C h a r -
les, p. 2 1 0 ; CHAL, p. 3 7 6 ) . Para la t r a d u c c i ó n " q u e causa h o r r o r " , véase S.
R. D r i v e r , The Book of Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l ] ( C a m b r i d g e , 1 9 0 1 ) , p p .
150-51; BDB, p. 1.031.
5 2 . H. H. C o w l e y , Darius the Mede and the Four World Empires in the Book
of Daniel [ D a r í o el m e d o y los c u a t r o i m p e r i o s m u n d i a l e s del l i b r o de D a -
n i e l ] ( C a r d i f f , 1 9 6 4 ) , p . 1 2 5 . N ó t e n s e las d i f e r e n c i a s : Btítí " ^ E H [happesac
11: 3 1 . "
En resumen, la actividad descrita en Daniel 8: 13 con la expre-
sión «la transgresión que causa horror» no es idéntica a lo que Jesús
describe en Mateo 24: 15 como «la abominación desoladora», po-
siblemente mejor traducida como «la abominación atroz». Jesús 62
5 7 . Ibid., p. 918.
5 8 . Véase la n o t a 5 2 , d o n d e se t a b u l a n las diferencias en h e b r e o .
5 9 . W. Bauer, W. F. A r n d t y F. W. G i n g r i c h , A Greek-English Lexicon of the New
Testament and Other Early Christian Literature [Diccionario griego-inglés
del N u e v o T e s t a m e n t o y otras obras cristianas p r i m i t i v a s ] ( C h i c a g o , 1 9 6 0 ) ,
p . 137.
6 0 . W . Foerster, " B d e l u s s o m a i " , TDNT, 1 : 6 0 0 .
6 1 . Burnett, p . 303, n . 1 .
62.Ibid., p . 303. Sobre la expresión "abominación d e s o l a d o r a " , véase B.
R i g a u x , " B D E L U G M A T É S E R E M Ö S E Ö S M e 13, 14; M t 24, 1 5 "
[ B D E L U G M A T É S E R E M Ö S E Ö S M a r . 13: 14; M a t . 2 4 : 1 5 ] , Bib 4 0
( 1 9 5 9 ) : 6 7 5 - 7 6 ; S . B . F r o s t , " A b o m i n a t i o n T h a t Malees D e s o l a t e " [ L a
a b o m i n a c i ó n d e s o l a d o r a ] , IDB ( N a s h v i l l e , 1 9 6 2 ) , 1 : 1 3 - 1 4 ; G . R . Beasley-
Murray, Commentary on Mark Thirteen [Comentario de Marcos trece]
( L o n d r e s , 1 9 5 7 ) , p p . 5 9 - 7 2 ; W . C . Kaiser, " D e s o l a t i n g Sacrilege" [ E l sacri-
legio desolador], International Standard Bible Encyclopedia, rev. (Grand
Rapids, 1979), t o m o 1 , p p . 930-31.
6 3 . Se emplea la f o r m a hitpael.
64. CHAL,p. 376.
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 451
tuvo en él. Aquí parece que ocupan un primer plano los significados
de estar "espantado" o de sufrir "consternación", u "horror".
Los diversos usos de palabras derivadas de la raíz smm expresan
tres ideas: (1) una condición psicológica de horror espantoso en una
persona; (2) una devastación o una desolación en lo relativo al
65
Dios. 67
6 5 . D a n . 8 : 2 7 , c o n u n a f o r m a hitpael. V é a s e u n uso s i m i l a r e n e l a r a m e o d e 4 :
19; t a m b i é n Eze. 3: 15.
6 6 . D a n . 9 : 17, c o n u n a f o r m a qal. V é a s e t a m b i é n e l " a s o l a m i e n t o " del santua-
r i o que se p r e d i j o c o m o castigo de la desobediencia en Lev. 2 6 : 3 1 .
6 7 . Sobre la amenaza del j u i c i o , véase Eze. 2 0 : 2 6 ; 3 2 : 10; Isaías 6: 1 1 ; Jer. 4: 2 7 ;
10: 2 2 . E Stolz, "Smm óde l i e g e n " [Smm quedar desierto], THAT, 2: 9 7 0 - 7 4 .
6 8 . El qal i n f i n i t i v o fin [tet], d e r i v a d o de ]nD [natan], ha sido e n m e n d a d o a TT13
[nittán] (nifal), " f u e e s t a b l e c i d o " (cf. B H S ) y ha sido asociado c o n los tér-
m i n o s a n t e r i o r e s , d e m o d o que p o n g a « y u n a a b o m i n a c i ó n d e s o l a d o r a fue
e s t a b l e c i d a » (así V o n G a l l , p . 5 2 ; seguido p o r M a r t i , p . 5 9 ; Bentzen, p . 5 6 ;
BHS). M o n t g o m e r y , p. 3 4 1 , enmienda a inri [tito], y t r a d u c e «que él haga a l
s a n t u a r i o [ . . . ] » . Ploger, p . 1 2 2 , sugiere nri*] [watét], «y la e x p o s i c i ó n de san-
t i d a d » . L a t r a d u c c i ó n «la p r o f a n a c i ó n d e » , d e H a r t m a n y D i L e l l a , p p . 2 2 2 ,
2 2 6 , p a r a tet sigue careciendo de a p o y o l e x i c o g r á f i c o (cf. KBL, p p . 6 4 2 - 4 3 ;
CHAL, p p . 2 4 9 - 5 0 ; B D B , p p . 6 7 8 - 8 1 ) .
4 5 2 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
6 9 . M a r t i , p . 5 9 ; Plóger, p . 1 2 0 ; Hasslberger, p p . 1 0 6 - 7 .
7 0 . M a r t i , p . 59.
7 1 . Hasslberger, p . 1 0 7 .
7 2 . M ü l l e r , c o l . 5 9 4 ; KBL, p . 8 2 7 .
73. Müller,col. 592.
7 4 . É x o . l 5 : 1 1 ; Sal. 7 7 : 13; cf. Isa. 5 2 : 10; A m o s 4 : 2 ; Jer. 2 3 : 9 ; e t c é t e r a .
7 5 . É x o . 3 6 : 1 , 3 - 4 , 6 ; Lev. 4 : 6 ; 1 0 : 4 , 17-18 ( 2 veces); N ú m . 3 : 2 8 , 3 1 - 3 2 , 4 7 ,
5 0 ; 4: 15 (3 veces), 16; 8: 19; 18: 3, 5; 3 1 : 6; 1 C r ó n . 2 2 : 19; 2 3 : 2 8 , 3 2 ; 2 4 :
5 ; 2 C r ó n . 3 0 : 19; Isa. 4 3 : 2 8 ; 6 2 : 9 ; M a l . 2 : 1 1 ; Sal. 6 8 : 2 4 ; 7 4 : 3 ; 2 0 : 2 ; 2 8 :
2 . V é a n s e t a m b i é n É x o . 3 0 : 13, 2 4 ; 3 8 : 2 4 - 2 7 ; Lev. 5 : 15; 2 7 : 3 , 2 5 ; N ú m .
7 : 13, 1 9 , 2 5 , 3 1 , 3 7 , 4 3 , 4 9 , 5 5 , 6 1 , 6 7 , 7 3 , 7 9 , 8 5 - 8 6 ; 1 8 : 16. N ó t e s e e n
p a r t i c u l a r el uso de qodes en el pasaje d e d i c a d o al D í a de la E x p i a c i ó n , Lev.
16: 2 - 4 , 1 6 - 1 7 , 20, 23-24, 27, 32-33.
7 6 . V é a n s e Sal. 6 0 : 6; 6 8 : 5; 1 0 2 : 19; 1 5 0 : 1; cf. la « s a n t a m o r a d a » de D i o s en el
cielo, D e u t . 2 6 : 15; 2 C r ó n . 3 0 : 2 7 ; Sal. 6 8 : 5; Jer. 2 5 : 3 0 ; Z a c . 2: 13. BDB,
p. 871.
7 7 . É x o . 2 6 : 3 3 - 3 4 ; 2 8 : 2 9 , 3 5 , 4 3 ; 2 9 : 3 0 ; 3 1 : 1 1 ; 3 5 : 19; 3 9 : 1 , 4 1 ; 1 Rey. 8 :
4, 8,10.
7 8 . Lev. 16: 2 ; cf. Eze. 4 1 : 2 1 , 2 3 .
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 453
y los levitas, quienes, junto con sus vestimentas, han de ser santos.
80 81
7 9 . L e v . 2 1 : 6.
8 0 . 2 C r ó n . 2 3 : 6; 3 1 : 17-18; Esd. 8: 2 8 .
8 1 . L e v . 16: 4 , 3 2 ; É x o . 2 8 : 2 , 4 ; Eze. 4 2 : 14.
82.1sa. 6 2 : 1 2 ; 6 3 : 1 8 ; D a n . 1 2 : 7 .
8 3 . I s a . 6: 1 3 ; G. E H a s e l , The Remnant [El r e m a n e n t e ! , 3 e d . ( B e r r i e n Springs,
a
M i c h i g a n , 1980), p p . 232-48.
84. Sal. 1 1 4 : 2 ; M . D a h o o d , Psalms [Salmos] I I I ( G a r d e n C i t y , N u e v a Y o r k ,
1 9 7 0 ) , p . 1 3 4 , sugiere que e l d o b l e t e p o é t i c o «su s a n t u a r i o . . . s u s e ñ o r í o »
expresa « u n a idea c o m p u e s t a : " s a n t u a r i o de s e ñ o r í o " » , sin preferencia de
J u d á p o r e n c i m a d e Israel.
4 5 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
c
elyónin]). S6
21, 22, LBA). Acto seguido, los santos reciben el reino de manos del
hijo de hombre. La escena está muy clara. Los "santos" han sufri-
88
(12: 7).
En el libro de Daniel estas asociaciones terminológicas y concep-
tuales de qodes con el santuario, los santos y el juicio difícilmente
pueden tomarse como si fueran accidentales. Evidentemente, en 8: 13
se pretendía que el término qodes evocara vínculos terminológicos y
una forma adjetiva. Las últimas dos formas aparecen juntas no me-
102
9 9 . H a r t m a n y Di Lella, p. 227.
1 0 0 . Qal (22 veces), bifil (12 veces), piel (5 veces), hitpael (1 vez). Véase K. K o c h ,
"Sdq g e m e i n s c h a f t s t r e u / h e i l v o l l s e i n " \Sdq ser fiel a la comunidad/estar
s a n o j , THAT, 2: 5 0 7 - 5 3 0 .
1 0 1 . E l s u s t a n t i v o m a s c u l i n o p T J [sedeq], " j u s t i c i a , é x i t o " (CHAP, p . 3 0 3 ) , apa-
rece 119 veces; el s u s t a n t i v o f e m e n i n o n¡?"1i¡ [sadáqa ], " j u s t i c i a , l i b e r a c i ó n ,
11
1 1 3 . V e r s í c u l o 6 e n h e b r e o : p"lSn//n3TFl [tisdaq//tizke ]. A l g u n a s t r a d u c c i o n e s
h
Dios. Sin embargo, el marco de juicio del capítulo 8 tiene que ver con
el tiempo del fin (vers. 17, 19) y se ve iluminado de forma muy con-
tundentemente por la visión de juicio paralela de 7: 9-19, 13-14.
Estas consideraciones, basadas en evidencias diversas, señalan en
la dirección de entender que, en 8: 14, nisdaq es una designación po-
lícroma que incluye en su abanico semántico significados como " l i m -
piar, vindicar, justificar, rectificar, restaurar". Con independencia de
cómo se vierta el término hebreo al lenguaje moderno, la "purifica-
ción" del santuario incluye la limpieza real, al igual que las activida-
des de vindicar, justificar y restaurar.
Parece que Daniel eligió el término nisdaq —palabra derivada de
una raíz con ricas y amplias connotaciones, muy empleada en contex-
tos judiciales y procesos legales— para comunicar de una forma efec-
tiva los aspectos mutuamente relacionados de la "purificación" del
santuario celestial en el marco cósmico del juicio escatológico. Los
aspectos estrechos y limitados de otros términos disponibles parecían
1 2 3 . N ó t e s e que el consenso en la t r a d u c c i ó n es u n i v e r s a l , c o n la e x c e p c i ó n de
solo a l g u n o s e x é g e t a s .
1 2 4 . A. v o n G a l l , Die Einheitlichkeit des Buches Daniel [ L a u n i f o r m i d a d del
l i b r o de D a n i e l ] (Giessen, 1 8 9 5 ) , p. 5 3 , sugiere el s i g n i f i c a d o de " a l t a r " , y
señala e n a p o y o d e s u o p i n i ó n los pasajes d e É x o . 2 9 : 3 7 ; 3 0 : 2 0 , 2 9 ; 4 0 : 10.
Sin e m b a r g o , debe señalarse, y en ello c o n c u r r i m o s c o n Hasslberger, p. 1 0 7 ,
n. 5 3 , que en esos pasajes al a l t a r no se lo designa c o n el t é r m i n o qodes, sino
c o n la p a l a b r a natfp [mizbe h] ( " a l t a r " ) . E n el A T el t é r m i n o qódes n u n c a se
a
oyera t£Hp p"HÜ¿3 [nisdaq qódes] ("el santuario será purificado"), aso-
ciaría esta función con su concepto del Día de la Expiación. También 131
tenemos que señalar que el término qódes está ligado directamente con
"purificar" (taher) en otro lugar. La fraseología empleada en 8: 14 en
132
1 3 3 . L e v . 16: 1 6 , 2 1 ; D a n . 8 : 1 2 - 1 3 ; 9 : 2 4 .
4 6 6 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
santos del Altísimo» (vers. 22b). Estos vienen a juicio en el tiempo del
fin; tras ello, «llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino» (vers.
22c; cf. vers. 27). Ese juicio celestial tiene lugar antes de que los santos
reciban el reino. Por ende, se trata de un juicio previo al advenimiento
que conlleva investigación y purificación. Daniel 8: 13-14 complemen-
ta la escena del juicio del capítulo 7 aportándole el proceso del propio
juicio.
La actividad judicial y redentora descrita en 8: 14 detalla de forma
precisa el inicio de los acontecimientos que han de comenzar al final
de las 2.300 tardes y mañanas o años en el "santuario" celestial. Los
compara con las actividades del Día de la Expiación simbólico (Lev.
16). Esta actividad judicial y redentora del tiempo del fin ante las
inteligencias del universo ( 7 : 9-10) restaura su eficacia al santuario
(8: 14) que fue atacado y suplantado por el sistema rival del "cuerno
pequeño".
Sobre la base de la actividad judicial y redentora en el santuario
en favor del pueblo de Dios, «Miguel, el gran príncipe que está de
parte de los hijos de tu pueblo» (12: l ) puede surgir victorioso en 1 3 7
139.Lacocque, p. 165.
El "cuerno pequeño", el santuario celestial y el tiempo del fin 4 6 9
Siegfried J. Schwantes
1 . A . B e n t z e n , Daniel ( T u b i n g a , 1 9 7 2 ) , p . 7 1 .
2. J. M o n t g o m e r y , The Book of Daniel [ E l libro de D a n i e l ] (Edimburgo,
1 9 2 7 ) , p . 3 4 3 ; Jean S t e i n m a n n , Daniel ( P a r í s , 1 9 5 0 ) , p . 1 2 4 ; N . W . P o r t e o -
us, Das Danielbuch [ E l l i b r o d e D a n i e l ] ( G o t i n g a , 1 9 6 2 ) , p . 1 0 4 ; O . P l o -
ger, Das Buch Daniel [ E l l i b r o d e D a n i e l ] (Gütersloh, 1965), p. 127; M.
D e l c o r , Le livre de Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l ] ( P a r í s , 1 9 7 1 ) , p. 1 7 7 ; A n d r é
L a c o c q u e , Le livre de Daniel ( P a r í s , 1 9 7 6 ) , p. 4 9 .
Repaso de ereb boqer en Daniel 8:14 4 7 3
c
1 . A . B e n t z e n , Daniel ( T u b i n g a , 1 9 7 2 ) , p . 7 1 .
2. J. M o n t g o m e r y , The Book of Daniel [El l i b r o de Daniel] (Edimburgo,
1 9 2 7 ) , p . 3 4 3 ; Jean S t e i n m a n n , Daniel ( P a r í s , 1 9 5 0 ) , p . 1 2 4 ; N . W . P o r t e o -
us, Das Danielbuch [ E l l i b r o d e D a n i e l ] ( G o t i n g a , 1 9 6 2 ) , p . 1 0 4 ; O . P l ó -
ger, Das Buch Daniel [ E l l i b r o d e D a n i e l ] (Gütersloh, 1965), p. 127; M.
D e l c o r , Le livre de Daniel [ E l l i b r o de D a n i e l ] ( P a r í s , 1 9 7 1 ) , p. 1 7 7 ; A n d r é
L a c o c q u e , Le livre de Daniel ( P a r í s , 1 9 7 6 ) , p. 4 9 .
474 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
E l h e c h o d e q u e e l v i n o y e l g a n a d o n o sean m e n c i o n a d o s e s p r o -
b a b l e q u e s e d e b a s e n c i l l a m e n t e a l o i n c o m p l e t o d e l p l a n . Esta debe
d e ser t a m b i é n l a r a z ó n d e q u e n o s e a l u d a a m á s o f r e n d a d i a r i a q u e
la del príncipe: un cordero para el holocausto cada m a ñ a n a c o n u n a
o f r e n d a d e p r o d u c t o s a g r í c o l a s y aceite. [ . . . ] T e n e m o s p r u e b a s m á s
que suficientes de que, en r e a l i d a d , el sacrificio vespertino d i a r i o fue
conservado en tiempos posexílicos. 5
evidente que, incluso en los días del rey Acaz, el ritual diario incluía
más cosas que «el holocausto de la mañana y la ofrenda de cereal
de la tarde». Los comentarios del profeta Isaías, contemporáneo de
Acaz, sobre el ceremonialismo de la época dejan la nítida impresión
de que el número de sacrificios ofrecidos en el templo en sus días era
enorme (Isa. 1: 11-13). No faltaba el celo por las ceremonias, pero
8
Como ejemplo de este sentido más amplio, Snaith alude al olat tamíd c
1 1 . Plóger, p . 1 2 7 . Sin e m b a r g o , P o r t e o u s , p . 1 0 4 , e s m e t i c u l o s o a l o b s e r v a r
el o r d e n m a ñ a n a - t a r d e : «wdhrend dieses Zeitabscbnittes w'áre das támíd-
Opfer 2.300mal am Morgen oder Abend dargebracbt worden» [en este l a p -
so, se h a b r í a n l l e v a d o v í c t i m a s támid m a t u t i n a s o vespertinas 2 . 3 0 0 veces].
12. APOT, 1: 3 9 . Según R. H. Charles, la fecha de 1 Esdras sería de «finales de la
era g r i e g a » . La e x p r e s i ó n ó/LoKoarccó|j,aTa tü Kupíco to i r p u i v o v K O C ! TÓ 8eiXtvóv
[holokautdmata tó kyrió topróinon kai to deilinon] de 1 Esdras 5: 49 en la L X X no
c o n t i e n e n i n g ú n t é r m i n o t é c n i c o n u e v o , c o m o sugiere M o n t g o m e r y , p . 3 4 3 ;
s i m p l e m e n t e r e p i t e los t é r m i n o s y a e m p l e a d o s e n É x o d o 2 9 : 3 9 L X X .
Repaso de ereb boqeren Daniel 8:14
c
479
emplea diez veces (Mat. 4: 2; 12: 40; Luc. 18: 7; Hech. 9: 24; 26:
7; Apoc. 5: 8; 7: 15; 12: 10; 14: 11; 20: 10). Además, tal como ha
señalado C. H. Borenstein, la expresión "día y noche" se emplea en
muchos pasajes del Talmud. Y parece haber poca correlación entre
20
bóqer] («y fue la tarde y fue la mañana» [LBA]) para cada día del
relato de la creación (Gen. 1: 5, 8,13,19, 23, 31). R. de Vaux acierta
cuando llama la atención al hecho de que en Génesis 1 ereb señala c
creadora que tiene lugar durante la parte diurna del día más que en
la noche de descanso.
Sea como fuere, sigue siendo verdad que esta forma de designar
un día completo no se encuentra en ningún otro lugar del AT, con
la excepción de Daniel 8: 14, 26. La práctica habitual es designar al
día de 24 horas con la fórmula "día y noche", o, con mucha menor
frecuencia, con su opuesta, "noche y día". Se colige que si el autor del
libro de Daniel tomó de Génesis 1 la expresión ereb bóqer, como la c
Traducción de nisdaq/katharisthésetai
en Daniel 8: 14
Niels-Erik Andreasen
profanado por Antíoco IV. Sin embargo, los mismos traductores tam-
bién vertieron la raíz sdq en Job 4: 17 con KaGapóc, [katharos], forma
adjetiva de la misma palabra que emplearon para indicar la purifica-
ción de Daniel 8: 14. El uso tardío de la raíz sdq en los tárgumes ára-
meos indica que el término, en efecto, amplió su abanico semántico,
de forma que llegó a contener significados como " l i m p i o " y "puro".
En los escritos apocalípticos, el énfasis de sdq parece estar en el matiz
de "justicia" y cualidades afines.
Así, la evidencia es que no es posible forzar la limitación de nisdaq
a un abanico semántico restringido. Su raíz, sdq, era susceptible de
expresar un gran abanico de significados que iban más allá de sus
simples matices de "justo" y "recto" y que incluían marcos jurídicos
y acciones como la "restauración", la "purificación" y la "vindica-
ción". El autor sugiere que debería hacerse una distinción entre una
traducción estricta de la palabra y la interpretación de su significado
pleno dentro del contexto de Daniel 8.
Puede añadirse que su plena interpretación debería estar dentro
del contexto tanto del capítulo 7 como del 8. El capítulo 8 es una
pormenorización de algunos aspectos de la visión del capítulo 7, y la
limpieza/restauración del santuario en el capítulo 8 se da en la misma
posición paralela que el juicio celestial del capítulo 7.
El problema
Uno de los problemas de Daniel 8: 14 tiene que ver con la pala-
bra hebrea nisdaq. El término es traducido por "ser purificado" en
la RV95 y muchas otras versiones que, según parece, dependen de la
Septuaginta (traducción al griego de las Escrituras hebreas producida
Traducción de nisdaq/katharisthésetai en Daniel 8:14 485
1 . E l t e m a h a sido r e s e ñ a d o d e f o r m a s u c i n t a e n u n a p u b l i c a c i ó n d e l a A s o -
ciación General, Problems in Bible Translation [Problemas de traducción
bíblica] ( W a s h i n g t o n , D C , 1954), p p . 174-77.
2. V é a s e R . W . O l s o n , e d . , " A H i s t o r i c a l Survey o f the H e a v e n l y S a n c t u a r y "
[ E s t u d i o h i s t ó r i c o del s a n t u a r i o celestial], E . G . W h i t e Estate, 1 9 8 0 .
3. Véase Comentario bíblico adventista del séptimo día (Montemorelos, Méxi-
co, 1981), 4: 8 7 0 - 7 1 .
4 8 6 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
La raíz sdq
La raíz de la que se deriva la palabra nisdaq, sdq, es una raíz se-
mítica occidental. Ello quiere decir (para fines comparativos) que no
podemos obtener ninguna ayuda en los abundantes textos acadios y
babilónicos. Sin embargo, la raíz sí aparece en varias lenguas semíti-
cas occidentales. 4
divide entre las diversas formas como sigue: sedeq (119), S9dá~qa h
(157), saddiq (206), sadaq (41). Es más usada por los Salmos (139),
Proverbios (94), Isaías (81), Ezequiel (43) y Job (35).
El verbo sadaq es lo que más interés tiene para nuestro estudio.
Es usada 22 veces en la forma activa del verbo (qal), 5 veces en la
intensiva (piel), 12 en la causativa (hifil), 1 en la reflexiva (hitpael)
y 1 en la pasiva (nifal). Este último caso se encuentra en Daniel 8:
14, de ahí la forma nisdaq. Por desgracia, esta forma pasiva de la
raíz verbal sdq es un hapax legomenon (una palabra que aparece
solo una única vez en la Biblia). Ello suscita la pregunta de cuál es
la debida forma de traducirla.
Según los diccionarios, nisdaq es, sencillamente, la forma pasiva de
sdq, y tiene el significado de "ser hecho recto", "ser hecho justo" o si-
milares. Del mismo modo, la forma causativa (hifil) significa "hacer
7
que sea recto", "hacer que sea justo". La forma reflexiva (hitpael)
8
6. THAT,2:511.
7. K-B 794; BDB 842-43.
8. K-B 794; BDB 8 4 2 - 4 3 ; 2 Sam. 15: 4; D e u t . 2 5 : 1; Isa. 5 3 : 1 1 .
9. K-B 294; Gen. 4 4 : 16.
4 8 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
o "limpieza" (Sal. 51: 4; Job 25: 4; 15: 14) y "iHtp [taher], que denota
"pureza" o "limpieza" (Job 4: 17; 17: 9) convertirse en significados
extendidos de sdq} ÍS
Dado que esta pregunta ha sido debatida con intensidad, una res-
puesta a la misma tiene que empezar con algunas consideraciones
metodológicas. Por ejemplo, ¿resulta adecuado considerar que el sig-
nificado de palabras individuales sea idéntico en lo que se denomina
paralelos sinonímicos de la poesía hebrea? Consideremos Job 25: 4:
A. ¿Cómo, pues, se justificará (sdq) el hombre delante de Dios?
B. ¿Cómo será puro (zkh) el que nace de mujer?
Está claro que las dos líneas están relacionadas, dado que ambas
hablan de la debilidad y la fragilidad del hombre. Sin embargo, ¿son
idénticas en significado? 16
justo a la vista de Dios (¡TlvS [ éló h]). Aquí se usan dos términos
3 a
bre, que es tan débil, puede ser justo a los ojos de un Dios que es
tan fuerte.
La segunda línea prosigue el mismo argumento, pero usa un ra-
zonamiento alternativo. Ahora se trata de cómo el hombre ("133
21
dicar" (ÜD© [spt]), "responsable" ("131 [d&r],TU? [ a ]), " f i e l " (nflOK c h
Una de estas parece tener una relación especial con sdq, concreta-
mente el verbo'juzgar' (spt) y el sustantivo 'juicio' (UEítfp [mispat]). No
solo encontramos spt y sdq en relaciones paralelas frecuentes del tipo
presentado más arriba (Sal. 82: 3; Isa. 32:1; Jer. 22:13), lo que indica
que sdq amplía su significado en la dirección de spt —igual que en
la dirección de thr/zkh (limpiar)—, sino que sdq y spt están también
relacionadas de otras maneras.
Por ejemplo, varias referencias hablan de "justicia" y "juicio" sin
solución de continuidad, por así decirlo (cf. Sal. 97: 2; 106: 3; Isa.
59: 14; Amos 6: 12). Ello sugiere que incluso cuando no existe cons-
trucción paralela, esos dos términos se conciben a menudo conjun-
tamente.
A esto puede añadirse que 'justicia' {sdq) aparece en muchos pasa-
jes que tienen connotaciones legales (como Sal. 82: 3; Isa. 43: 9; 45:
24; 50: 8; 59: 14; 63: 1). Ello resulta de cierto interés para nuestro
estudio, dado que el libro de Daniel contiene varios entornos y ex-
presiones legales, especialmente 7: 10, 22, 26, hablando del cuerno
pequeño. Esos contextos legales de sdq dan alguna indicación de la
relación existente entre sdq y spt (consabido término legal), y eso nos
lleva a lo medular del asunto.
Parece que esas palabras están relacionadas no meramente median-
te un solapamiento de significados, como ocurre en los paralelismos,
sino también de forma causal. Es decir, la rectitud {sdq) es consecuen-
cia de la justicia (spt). O, dicho de otro modo, los actos individuales
de justicia (spt) llevan a un estado general de rectitud (sdq). Así, Isaías
43: 9 presenta un marco legal en el que se cita a testigos para que
ciertos acusados «se justifiquen», lo que supone que el proceso legal
de los testigos lleva a la justificación (sdq). En Isaías 50: 8 el acusado
se siente confiado ante su juicio porque Dios lo vindicará (sdq). Isaías
63: 1 anuncia una vindicación tras el juicio. El Salmo 82: 3 puede
constituir un paralelismo dinámico que enseña lo mismo.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿qué podemos decir de la traduc-
ción de sdq en Daniel 8: 14? En primer lugar, que el significado bá-
sico de sdq ("recto", "justo") no es el más ideal para el contexto de
8: 14, como queda indicado por la variedad de formas en que dicha
palabra es vertida en varias traducciones recientes de la Biblia. En
segundo lugar, sdq es una palabra polisémica, que se extiende a dis-
tintos ámbitos, algunos de los cuales acabamos de señalar. En tercer
lugar, al determinar los significados extendidos concretos adecuados
para entender sdq en este caso, es preciso que consideremos la temá-
tica del santuario y el contexto inmediato del versículo.
Traducción de nisdaq/katharisthésetai en Daniel 8 : 1 4 495
La traducción de Daniel 8: 14 en la L X X
La L X X , antigua traducción griega de las Escrituras hebreas, se ha
transmitido con dos versiones diferentes del libro de Daniel. Está la
traducción griega más antigua del libro, seguida por una traducción
posterior denominada versión de Teodoción. Para traducir nisdaq en
8: 14, ambas versiones usan el verbo K a G a p í í c j [katharizó] en su forma
pasiva futura de tercera persona (Ka9apia9f|a€ica [katharisthésetai]). 14
Por otro lado, es preciso reconocer que en otro pasaje (11: 31)
la versión griega más antigua de Daniel (a diferencia de la versión
posterior de Teodoción de la LXX) parece denotar una orientación
macabea, algo que puedo al menos ser también posible en el caso de
Daniel 8: 14, aunque aquí el texto de Teodoción no contiene discre-
30
tárgum de 8: 14, sdq se habría vertido por zkh. Sin embargo, en este
caso la L X X rompió los patrones que cabía esperar usando katharizo
en vez de SIKCUÓG) [dikaioó].
¿Adonde nos lleva tal análisis? ¿Significa que ahora se haya demos-
trado que sdq tiene a "purificar" y "limpiar" entre sus significados y
que, de alguna manera, este significado debiera retroalimentarse en
Daniel 8: 14? Sí parece que en arameo y en hebreo tardío sdq pasó
(al menos en sus formas sustantivas) a adquirir los significados de
" v i r t u d " , "misericordia", "pureza" e incluso "limosna". Por otro 33
El contexto de Daniel 8: 14
Hemos descubierto que sdq (como muchas otras palabras hebreas)
posee una amplia gama de significados. Como la mayoría de tales
palabras, esos significados se centran en torno de algunos conceptos
básicos, o se derivan de ellos. Los significados medulares de sdq son
"recto", "justo" y similares. Podemos decir que son los significados
limitados "de diccionario" de la palabra.
Alrededor de esos significados básicos se hallan los significados ex-
tendidos, conceptos con los que está claro que la palabra mantiene
una asociación en cuanto a significado, fenómeno que podemos ilus-
trar con un diagrama de círculos que se solapan. En el transcurso de
la historia, la propia raíz recibió un significado ampliado, como se
ilustra en las traducciones tardías hebras y arameas de la Biblia (tár-
gumes). Los traductores de la L X X también parecen familiarizados
con los significados extendidos y ampliados.
Estas observaciones ponen a nuestra disposición muchas posibilida-
des en lo referido a la traducción y la interpretación de nisdaq en 8: 14.
Entre los muchos significados extendidos y ampliados, ¿en qué direc-
ción se mueve aquí la palabra sdq} Únicamente el contexto inmediato
puede ayudarnos a responder esa pregunta. El contexto inmediato de
8: 14 es el versículo 13, en el que se plantea la pregunta contestada en
el versículo 14.
La naturaleza y el alcance de esa pregunta son importantes, pues
nos darán una indicación de la exhaustividad de la respuesta que se
le da. Por ejemplo, podríamos preguntarnos cuánto se incluye en la
visión (vers. 13). ¿Se trata únicamente de los versículos 9-12, que
contienen la descripción del cuerno pequeño, o es todo el capítulo
8 (8: 1 también habla de una visión, ]t?n [hazón])? Sin embargo, 35
Conclusión
¿Qué traducción de nisdaq seguiremos en Daniel 8: 14: la de las
versiones antiguas y las de algunas traducciones más viejas al espa-
ñol, o la de la mayoría de las traducciones recientes al español y a
otros idiomas? Las siguientes conclusiones tienen peso por sí mismas
en vista de este repaso de la cuestión:
1. El punto de inicio de cualquier estudio del asunto debería ser la
lectura hebrea {sdq), no la forma de verter el vocablo en una ver-
sión posterior.
2. La idea básica de sdq es "justo", "recto" o algún término similar. La
idea general de esta traducción demuestra que nisdaq, en Daniel 8:
14, es un una respuesta adecuada para la pregunta formulada en el
versículo 13.
3. La raíz sdq no está restringida a un significado limitado. Se trata
de un término dinámico que se prodiga en diversas áreas de la vida
y de la fe bíblicas. Por lo tanto, su perspectiva siempre es amplia,
e incluye varios significados extendidos. Además, su ámbito expe-
rimentó un desarrollo, de modo en los escritos apocalípticos como
Daniel llegó a referirse a la restauración de todas las cosas en el
tiempo del fin.
Dimensiones espaciales
en la visión de Daniel 8
William H. Shea
Introducción
Hay varios puntos de vista diferentes desde los que se puede exa-
minar una profecía apocalíptica como Daniel 8. Por ejemplo, se pue-
de abordar directamente la descripción de esta profecía y esquemati-
zar los sucesivos elementos que presenta. O, en el ámbito del mayor
detalle, se puede avanzar con un análisis versículo por versículo, o
incluso palabra por palabra, es decir, con la exégesis del pasaje. En
otro procedimiento distinto —atendiendo a comparaciones a gran-
des trazos—, es posible buscar diferentes elementos en la profecía
que sean especialmente característicos de la apocalíptica. Este es el
enfoque que seguiremos en este capítulo.
Se ha señalado que las características de la apocalíptica que han
sido dilucidadas en estudios previos hasta ahora incluyen: (1) un 1
1. L a b i b l i o g r a f í a sobre l a a p o c a l í p t i c a e s a m p l i a . E l l e c t o r deseoso d e c o n o c e r
algunas referencias útiles sobre las c a r a c t e r í s t i c a s de la a p o c a l í p t i c a puede
r e c u r r i r a K. S t r a n d , Perspectives in the Book of Revelation [Perspectivas d e l
l i b r o de Apocalipsis] (Worthington, O h i o , 1975), p p . 41-43; P. D. Hanson,
The Dawn of Revelation [ L a a u r o r a del A p o c a l i p s i s ] (Filadelfia, 1975), p p .
6-7; K . K o c h , " W h a t I s A p o c a l y p t i c ? A n A t t e m p t a t a P r e l i m i n a r y D e f i n i -
t i o n " [ ¿ Q u é es la a p o c a l í p t i c a ? Ensayo de definición p r e l i m i n a r ] , en Vision-
aries and Their Apocalypses [ L o s v i s i o n a r i o s y sus a p o c a l i p s i s ! , e d . P. D.
H a n s o n (Filadelfia, 1983), p p . 16-36.
5 0 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
El carnero persa
La primera actividad tiene que ver con las acciones del carnero de
cuernos asimétricos, que representaba colectivamente el reino de Me-
Dimensiones espaciales en la visión de Daniel 8 511
Norte
Carnero persa
Oeste Este
D a n i e l 8: 2-4
Sur
M a c h o cabrío griego
Oeste Caí
D a n i e l 8: 5-7 Este
persa
Dimensiones espaciales en la visión de Daniel 8 5 1 3
El cuerno pequeño
El cuerno pequeño entra en escena en el versículo 9. Hay dos pro-
blemas importantes relacionados con su aparición: su origen y su
identificación histórica. Aunque estos dos problemas no son el objeto
de interés fundamental de este estudio, tienen que ver hasta cierto
punto con la dimensión espacial de la visión que estamos analizan-
do. Por ello, es preciso presentar algunas respuestas preliminares a
estas cuestiones que sirvan de base a la exploración más detallada de
nuestro pasaje.
1. Origen. El origen del símbolo del cuerno está enredado en una
crux interpretum relacionada con la sintaxis del final del versículo
8 y el comienzo del versículo 9. ¿Procede el cuerno pequeño de uno
de los cuatro cuernos o de uno de los cuatro vientos? Teniendo en
cuenta que me he expresado sobre la cuestión en otro lugar, no es 2
3. El c u e r n o p e q u e ñ o d e b e r í a ser i d e n t i f i c a d o h i s t ó r i c a m e n t e a p a r t i r del c o n -
j u n t o d e l c u m p l i m i e n t o de t o d a s sus c a r a c t e r í s t i c a s , no solo de la de d ó n d e
p r o v i e n e . H a y m á s d e m e d i a docena d e c a r a c t e r í s t i c a s del c u e r n o p e q u e ñ o
en D a n i e l 8 que es preciso a n a l i z a r p a r a establecer u n a identificación h i s t ó -
r i c a , y, a p a r t e de e l l o , h a y pasajes p a r a l e l o s en o t r a s p r o f e c í a s de D a n i e l en
c u a n t o a l m i s m o p o d e r que t a m b i é n d e b e n ser t e n i d o s e n c u e n t a .
4. V é a s e Shea, c a p . 2 , p p . 2 5 - 5 5 .
Dimensiones espaciales en la visión de Daniel 8 5 1 5
oeste, dado que se desplazó hacia el sur, hacia el este y hacia la tierra
gloriosa (vers. 9). Esa fue también la dirección de la que procedía la
Roma imperial cuando se abrió camino por la cuenca mediterránea
oriental.
Hay un número suficiente de correspondencias entre las caracte-
rísticas de los cuernos pequeños del capítulo 7 y del capítulo 8 para
entender que representan un mismo poder. Sin embargo, hay algunas 6
Cuerno pequeño
(¿Oeste?)
Pe/] (hacia) el este
D a n i e l 8: 9
6. V é a s e Shea, p p . 2 7 - 3 4 .
51 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Examinados estos aspectos del versículo 10, las acciones del cuer-
no pequeño descritas en esta parte de la visión pueden diagramarse
como sigue:
«hasta p l J [ ad])»c
e c h ó p S ] [napa/])»
Versículo 11
Al comienzo del versículo 11 se invierte la secuencia terminológica
habitual para poner el énfasis en la importante posición que ocupa
el príncipe del ejército. Su relación con la hueste de las estrellas (vers.
10) hace hincapié en su papel político como Jefe del ejército de los
santos. Pero en esta tercera escena (introducida con el versículo 11)
se recalca concretamente su papel sacerdotal a causa de su relación
con el santuario celestial y con su ministerio.
En la descripción de esta escena (vers. 11-12), todas las acciones
del cuerno describen ataques contra el príncipe. El culmen de la vi-
sión es su interés en el conflicto entre el príncipe y el cuerno pequeño.
El objeto que se disputan específicamente es el santuario, así como
su ministerio. Aunque el cuerno pequeño no es capaz de infligir daño
personal corporal a este príncipe celestial, se ve que su actividad afec-
ta a su ministerio sacerdotal.
El primer efecto del trastorno causado por el cuerno pequeño en
la tarea del santuario celestial está relacionado con el tamid (térmi-
no traducido en nuestras versiones habituales como "sacrificio coti-
diano "/"holocausto perpetuo"). Esta palabra se usa como adverbio o
como adjetivo en otros lugares del AT y se refiere a una actividad que
está en curso o que es recurrente de forma regular, a una actividad
que es "continua" o que ocurre "a diario". De ahí las traducciones
habituales de esta palabra en este pasaje.
Por lo común, esta palabra modifica un sustantivo, pero aquí apa-
rece sola con el artículo definido (el tamid). Por lo tanto, resulta ob-
vio que debe entenderse que va acompañada de una idea adicional.
En el AT tamid se usa habitualmente (treinta veces) en relación con
varios tipos diferentes de actividad en el santuario por parte de los
sacerdotes (cf. Éxo. 25: 30; 27: 20; 29: 38; 30: 8; etc.). El denomi-
nador común de todos estos tipos de actividad es el del ministerio
(sacerdotal).
Así, la traducción preferible de esta palabra en Daniel es "el (mi-
nisterio) continuo/diario". La relación de tamid con el santuario
es recalcada en especial por su aparición en el versículo 12. Así, la
palabra tamid, usada tanto en el versículo 11 como en el 12, flan-
quea la palabra usada para decir "santuario" al final del versículo
11. Por ello, el orden de estas relaciones es: rámíd-santuario-fámía'.
La estrecha e íntima relación entre estos conceptos subraya el hecho
522 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
de que ese ministerio tamid del príncipe está relacionado con este
santuario celestial.
Durante un tiempo, el cuerno usurpa precisamente el ministerio
del príncipe, o, al menos, lo intenta. El verbo que acompaña a esta
afirmación aparece en pasiva («fue quitado»). Sin embargo, como este
pasaje tiene que ver en conjunto con las acciones del cuerno pequeño,
resulta evidente que es el poder responsable de quitar el ministerio
tamid del príncipe.
La siguiente afirmación del versículo 11 tiene que ver con el propio
santuario. El verbo está en pasiva («fue echado por tierra»). Nueva-
mente, no puede haber duda de que el cuerno pequeño es el agente
responsable de este efecto sobre el santuario. El lugar del fundamento
de este santuario sería «echado por tierra», lo que significa del cielo a
la tierra. La raíz verbal presente en este caso es [sálak].
Se usa, por lo común, en otros pasajes del AT para hablar del acto
de arrojar. La traducción "derribado" (LBA) no capta completamente
esta idea. Es inferior a la traducción "echado por tierra". Ello queda
ratificado con el uso del mismo verbo en el versículo siguiente. En él
está la verdad que sería echada por "tierra".
Debería observarse que el propio santuario no fue el objeto que se-
ría echado por tierra aquí. Lo fue, más bien, el "lugar del fundamen-
t o " del santuario. La palabra hebrea usada para esta expresión no es
la habitual para "lugar" (CÍp?2 [maqóm], cuatrocientas veces). En vez
de ella, el profeta empleó el término "pCft [makón], que proviene de
la raíz ]12 [kün] ("erigir, fundar, establecer").
Este término aparece dieciséis veces en el AT fuera de Daniel. En
quince de esos casos, se refiere al lugar de la morada de Dios, ya sea
el santuario terrenal o el celestial. El Salmo 104: 5 es la única excep-
ción; en él se emplea para hablar de los cimientos de la tierra que Dios
fundó en la creación. En los quince casos circunscritos al santuario,
dos tercios de los pasajes se refieren al santuario celestial y un tercio
al santuario terrenal.
Así, este término es usado en el AT esencialmente como una pala-
bra para el santuario. Hace referencia o bien al santuario terrenal o
al celestial como lugar de morada de Dios, el asiento de su trono y el
lugar desde el que actúa. Se refiere al santuario celestial de forma más
habitual que al terrenal.
Dimensiones espaciales en la visión de Daniel 8 5 2 3
Versículo 12
En la siguiente oración de la profecía (vers. 12a), la descripción de la
visión vuelve al tema del támíd. En el versículo 11 se afirma que el
támíd le fue quitado al príncipe del ejército. Se deja implícito que
el cuerno pequeño fue responsable de esa supresión. Sin embargo, el
texto no dice adonde fue llevado el támíd, ni lo que se hizo con él. La
segunda de esas dos cuestiones es respondida aquí en esta declara-
ción paralela en cuanto a la suerte del támíd.
Hay presentes en esta afirmación algunas dificultades de traduc-
ción, pero yo la traduciría, con bastante literalidad, «Y fue dado [al
cuerno pequeño] contra el támíd por la transgresión».
Ha sido mencionado un ejército antes del ataque del cuerno contra
las estrellas (vers. 10). Podemos preguntarnos si aquí se contempla
el mismo ejército de estrellas. Sin embargo, la sintaxis de esta difícil
declaración parece indicar que se alude a otro ejército. El verbo está
5 2 4 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Así, igual que el príncipe del ejército tenía su ejército, al que el cuerno
perseguía, también el cuerno pequeño cuenta aquí con su propio ejér-
cito. Aunque esta palabra es usada en el AT para referirse a un grupo
colectivo de tropas, el conflicto aquí es espiritual más que literal; por
ello, no es preciso esperar que se trate de un ejército literal.
Precisamente mediante su ejército, el cuerno pequeño llega a ejer-
cer control sobre el tamid. Dado que el tamid tiene que ver con el
ministerio sacerdotal del príncipe (véase la presentación anterior), lo
más natural es que el ejército fuera un ejército espiritual, un sacer-
docio, a través del cual actuase el cuerno pequeño. A diferencia de la
justa actividad del príncipe y de su ejército, esta actividad por parte
del cuerno pequeño y su ejército es injusta o rebelde contra Dios
[bapasay.
Así, la actividad sacerdotal del príncipe, de la que se dijo previamen-
te que le fue quitada, ha sido sustituida ahora por el cuerno pequeño
y las actividades de su hueste. No se menciona ninguna dirección
concreta en relación con esta actividad. No se dice explícitamente
que el tamid fuera echado por tierra, como el lugar del santuario. Sin
embargo, probablemente pueda pensarse que lo acompañe, dado que
el ministerio del tamid tiene lugar en el santuario y conlleva la esencia
misma de las actividades salvíficas del cielo.
La siguiente oración del versículo 12 afirma que la "verdad" fue
echada por tierra. La tercera escena que trata del cuerno pequeño
comenzaba con la visión de que alcanzaba al cielo para batallar con-
tra el príncipe. De modo que ahora acaba con la verdad echada por
tierra como resultado de la actividad del cuerno. La acción sobre la
dimensión vertical viaja en ambos sentidos en esta escena, igual que
en la anterior del versículo 10. El verbo ("echar por tierra") es el
mismo que se empleó para la precipitación del lugar del santuario en
el versículo 11 (sálak).
Esta correlación lingüística, la posición de esta declaración como
resumen de la escena final de la visión, y la estructura literaria de su
Dimensiones espaciales en la visión de Daniel 8 5 2 5
«se engrandeció»
Diagrama resumen
Ahora también podemos diagramar las cinco escenas y sus elemen-
tos para representar las dimensiones espaciales de la visión de los
versículos 8-12. Obsérvese que el diagrama está estructurado en tor-
no a las cinco apariciones de gadal ("hacerse grande") y las acciones
direccionales del sujeto de cada escena. Véase el diagrama de la pá-
gina siguiente:
Dimensiones espaciales y estructura literaria de la visión de Daniel 8
santuario
príncipe verdad
estrellas
del ejército -ran -ron
[tamid]
pisoteadas
pisoteado pisoteada
. J
carnero
sur
macho
cabrío
n o r t e
oeste —
_
i norte
este •
~~S sur
o e s t e
tierra gloriosa -
Peí] (hacia el)
peí] (hacia el)
CD
Escena I Escena II L III Escena IV Escena V
Resumen y conclusión
Tal como acabamos de esquematizar, la descripción de la visión
de 8: 2-12 contiene cinco escenas principales. En algunos casos, esas
escenas presentan acciones diferentes (escenas I-III). En otros casos,
describen acciones diferentes llevadas a cabo por el mismo actor
(escenas III-V). Las escenas diferenciadas por estos distintos actores
o por estas diversas acciones son diferenciadas también mediante
delimitadores lingüísticos, especialmente por el verbo gadal, que se
emplea en cada presentación. El término gadal se da como palabra
resumen o de conclusión en las dos primeras escenas y como pala-
bra introductoria en las tres últimas. Las preposiciones que gobier-
na en estos casos añaden énfasis a la función de este verbo.
En el estudio presente he diagramado las tres escenas que presentan
la actividad del cuerno pequeño como si estuvieran un tanto diferen-
ciadas mutuamente. En un sentido muy real, son una descripción de
una visión continua en movimiento que pasó ante la mirada del profe-
ta. Hay varias formas posibles en las que podemos relacionar entre sí
estas tres escenas finales. En un estudio previo inédito sobre este tema,
diagramé las tres conjuntamente como una sola labor continua.
Otra posibilidad es que se diagramaran, por un lado, como una
escena terrenal y, por otro, como una visión celestial que contiene
dos acciones sucesivas. Este tipo de distinción acentuaría la división
entre las acciones terrenales y las celestiales. En este caso, se contem-
plaría que las acciones del cuerno pequeño contra las estrellas y luego
contra el príncipe y su santuario fueran una continuidad de acciones
en gran medida no interrumpidas en la esfera celestial por parte del
cuerno pequeño.
Aunque estas alternativas siguen siendo posibilidades viables, me
parece que los delimitadores lingüísticos presentes en el texto han
dividido estas escenas en nuestro beneficio. Por esa razón, habría
que pensar que están un tanto diferenciadas entre sí. Esa es la razón
por la que las hemos diagramado así.
La profecía paralela del capítulo 7 también contiene una serie de
escenas. Asimismo, los delimitadores lingüísticos diferencian entre sí
sus escenas sucesivas. Sin embargo, los delimitadores empleados se
derivan de la experiencia del profeta en la visión: " V i , miré, he aquí",
etcétera. En cambio, en el capítulo 8, los delimitadores lingüísticos de
las nuevas escenas provienen de la descripción de las acciones de la
Dimensiones espaciales en la visión de Daniel 8 5 2 9
U L V
Capítulo X
Significación del lenguaje ritual
de Daniel 8: 9-14
Ángel M. Rodríguez
Introducción
Una lectura analítica del texto hebreo de Daniel 8: 9-14 revela el
importante hecho de que el profeta hace uso de terminología ritual.
Es decir, emplea vocabulario tomado del sistema israelita de culto en
el santuario. Esa terminología se usa en especial en relación con la ac-
tividad del cuerno pequeño. En lo que sigue, analizaremos los modos
5 3 8 SIMPOSIO SOBRE DANIEL
Terminología ritual
1.E1 lugar de su santuario ( i t t n p p ]1372 [makón miqdásó]) (Da-
niel 8: 11). En Daniel 8: 11, tanto makón ("lugar") como miqdás
("santuario") son términos rituales. El término makón ("lugar")
es usado en el AT aproximadamente diecisiete veces. En catorce
de los casos, se usa en conexión con el santuario. En dos de los
otros tres casos, se usa en relación con el trono de Dios, lo que
sugiere una relación indirecta con el santuario: «Justicia y juicio
son el cimiento [makón, "fundamento"] de su trono» (Sal. 89:
14; 97: 2).
La palabra makón se usa para designar el santuario. Así aplicada,
podría significar "morada" (Éxo. 15: 17; 1 Rey. 8: 13; 2 Crón. 6: 2;
Isa. 18: 4). La idea de "fundamento" también podría ser expresada
con makón (Sal. 104: 5). La palabra parece designar una base. La 1
forma hofal o pasiva causativa del verbo rüm. Cuando se usa la for-
mación verbal en contextos rituales se designa el acto de eliminar
del sacrificio la parte que pertenecía de manera especial a Dios
(Lev. 4: 10; cf. 22: 15) o a los sacerdotes (Exo. 29: 27). La respon-
sabilidad de eliminar esas partes de los sacrificios fue asignada a
los sacerdotes.
5. Cuerno, verdad, rebelión (qeren, émet, pesa ) (Daniel 8: 9-14). 3 0
perpetuo (Exo. 29: 42; Núm. 28: 3; Neh. 10: 33). Sin embargo, en
Daniel támid no actúa como adjetivo o adverbio. Tiene delante el
artículo definido ("el"): hattámid ("el támid"). Por lo tanto, actúa
como un sustantivo. Este uso absoluto del término es exclusivo de
Daniel.
Dado que Daniel no usa el término H^U [ ólá ] ("holocausto") c h
Resumen parcial
Detengámonos por un momento para ver cómo la terminología r i -
tual que hemos estudiado hasta ahora nos ayuda en la interpretación
de 8: 9-14.
En primer lugar, la fraseología ritual encontrada en la perícopa que
estamos considerando pone de manifiesto que hay, al menos, una "co-
nexión terminológica" (mismos términos) entre este pasaje y el sis-
tema de culto ritual o del santuario. Por lo tanto, resulta apropiado
remitirse a Levítico en nuestro empeño por entender lo que el profeta
intenta decirnos.
En segundo lugar, deberíamos tener presente también que la ter-
minología se usa para transmitir ideas y conceptos. En este caso, el
concepto del santuario. Siendo ello así, es también correcto postular
una "conexión conceptual" entre 8: 9-14 y el ritual hebreo. El profe-
ta presupone que sus lectores están familiarizados con el sistema de
culto, de modo que usa un vocabulario ritual sin explicarlo.
En tercer lugar, la terminología ritual ayuda a entender la natura-
leza y la actividad del cuerno pequeño. El pasaje ignora las inquie-
tudes políticas del cuerno pequeño. Lo que se recalca de verdad es la
actitud del cuerno hacia el ritual y la comunidad ritual (el pueblo de
Dios). El cuerno pequeño es, en esencia, un poder contrario al ritual.
Pero no es opuesto, sin más a cualquier práctica ritual. El cuerno ac-
túa contra el ritual de Yahweh. Se engrandece en una dirección en la
que ninguna de las demás bestias se engrandeció: hacia arriba.
El cuerno pequeño ataca el «ejército del cielo». Este ejército (sába ) 3
probablemente designe una guardia ritual, algo así como una guardia
levítica. Entre los deberes de los levitas estaba la responsabilidad de
proteger el santuario de la intrusión de personal no afecto al ritual
(Núm. 3: 5-10; 18: 1-10; 1 Crón. 9: 23-27). Era una de sus respon- 13
13. P a r a u n a i m p o r t a n t e p r e s e n t a c i ó n d e este t e m a , v é a s e J a c o b M i l g r o m ,
Studies in Levitical Terminology [Estudios sobre terminología levítica] 1
(Los Á n g e l e s , 1 9 7 0 ) , p p . 5 - 5 9 .
Significación del lenguaje ritual de Daniel 8 : 9 - 1 4 543
sería como sigue: "Y fue dado un ejército contra el támid". Esto sig-
nifica que, una vez que el cuerno quita el támid al príncipe, pone a su
propio ejército al mando del támid.
El cuerno pequeño tiene completo control sobre el tamid. También
tiene una guardia ritual para "proteger" el támid. Este poder con-
trario a Yahveh es capaz de hacer esto «a causa de la transgresión
(<K$íD3 [bopása ])» (LBA). El cuerno se rebeló contra Dios. En este
0
16: 16), no puede ser expiada porque el cuerno pequeño ataca los
instrumentos mismos de la expiación. Se trata de rebelión en sumo
grado.
El control que el cuerno ejerce sobre el támid implica que también
controla la i l l i n [tórá ] ("instrucción"). Este enemigo del santuario
b
de los príncipes» (8: 25), «el Mesías Príncipe» (9: 25) y «Miguel, el 20
gran príncipe» (12: 1). Es probable que este Príncipe sea el mismo ser
denominado «hijo de hombre» en el capítulo 7. Estos títulos tienden 21
existe una relación íntima entre los Salmos y el culto en el santuario. Por
ello, es del todo natural descubrir que en los Salmos se usa la raíz sdq
con claras asociaciones rituales y expresando ideología ritual.
Quizá los salmos que expresen con mayor claridad la relación r i -
tual de sdq sean los que pertenecen a la clase denominada "liturgias
de entrada" o "tora de admisión". Esos salmos definen las condi-
11 24
éticas del pacto, una confesión de lealtad similar incluye también lo que
podemos denominar "requisitos rituales" (Deut. 26: 13-15). Para tener 27
justicia no era algo que el adorador llevara al templo, sino algo que
le era concedido en el templo. Allí recibía «bendición de Jehová [la
32
11), «es limpiow/Xín "fiíHÁ [tahórhü ] (Lev. 13: 13, 17), son declara-
3
Hasta ahora hemos sugerido que el Señor, por medio del sacerdote,
declara justo al hombre que es leal al pacto. Esa persona podía ser
también aquella cuyos pecados eran perdonados. También ella reci-
bía la justicia del santuario. A veces, la declaración de justicia era un
acto de vindicación. En los "salmos de inocencia" nos encontramos
declaraciones como la siguiente:
Júzgame, Jehová, conforme a mi justicia [sedeq] y conforme a mi
integridad.
Termine ahora la maldad de los malvados, mas establece tú al jus-
to [saddiq) (Sal. 7: 8-9; cf. 35: 24-25).
Según parece, el salmista ha sido acusado con falsedad de un deli-
to. Acude al santuario a buscar al Señor. Quiere ser declarado justo.
Así, sería vindicado.
Los Salmos indican que la persona que visitaba el santuario bus-
cando justicia/vindicación recibía tales beneficios por medio de una
declaración sacerdotal de justicia. El hombre del que se declaraba tal
cosa tenía acceso al templo.
Resulta de interés, y es muy importante, observar que, según el libro
de Levítico, lo que se necesitaba para tener acceso al santuario era
"pureza" (táhór). Esa pureza se obtenía mediante la labor sacerdotal.
Encontramos, por ejemplo, que el leproso, una vez declarado impuro,
no podía acudir al santuario (Lev. 13: 46). Únicamente después de que
el sacerdote lo declaraba "puro, limpio" (táhór) volvía a ser posible
para él acceder al santuario (Lev. 14: 1-20). Lo que en Levítico era una
dos justos porque sean justos, sino porque el Siervo los limpió. La de-
claración ritual de justicia y la limpieza del pecado son una sola cosa.
Por lo tanto, parece haber una conexión teológica entre justicia y
pureza; una conexión de tal naturaleza que ambos conceptos prácti-
camente han llegado a ser sinónimos, al menos en contextos rituales.
Estudios recientes realizados sobre la raíz sdq han demostrado que
es usada, efectivamente, en paralelismo sinonímico con formas de la
raíz -inü [thr], "ser limpio, puro" (Job 4: 17; 17: 9) y con "12 [bor],
"pureza" (Sal. 18: 20). En otros pasajes es sinónimo de [zaka ], h
"ser puro, limpio" (Sal. 51: 4; Job 15: 14; 25: 4). Está claro que el 40
«de justicia» (Sal. 4: 5; 51: 19; Mal. 3: 3); y el sacerdote, vestido «de
justicia» (Sal. 132: 9), intercede a favor del oferente ante Yahveh, el
Dios de la justicia (Sal. 11: 7). En consecuencia, el adorador recibe en
el templo la «justicia del Dios de salvación» (Sal. 24: 5). Por medio
del sacerdote, Dios declara justa a la persona. Puesto que el creyente
ha sido declarado justo/purificado/vindicado, puede participar plena-
mente del ritual y regocijarse ante el Señor.
de su profecía apocalíptica.
Daniel 8: 14 señala un momento en que el santuario sería declara-
do justo/purificado/vindicado. ¿Había un momento tal dentro del ca-
lendario ritual hebreo? El único momento en el ritual hebreo en que
podía ser realidad tal pronunciamiento sería el Día de la Expiación.
Esa, nos parece, es la única conclusión lógica a la que podía llegar
cualquiera que estuviera familiarizado con el ritual israelita.
El Día de la Expiación era el único día del ritual en que el santua-
rio era purificado/vindicado. Además, el contexto de Daniel 8 apo-
yaría nuestra conclusión. Ya hemos señalado que, en los versículos
precedentes, se hace referencia únicamente a la actividad sacerdotal
en el lugar santo. Sería del todo lógico que hubiera también una refe-
rencia a la actividad sacerdotal en el lugar santísimo. Esa referencia
se encuentra en 8: 14.
Muy a menudo se da por sentada una relación entre nisdaq y el
cuerno pequeño. Se piensa que la purificación del santuario es nece-
saria debido a la actividad del cuerno pequeño. Deberíamos proceder
a explorar este asunto teniendo en cuenta la fraseología ritual em-
pleada en 8: 9-14.
Hemos visto que la actividad del cuerno pequeño es contraria al r i -
tual. Logra vencer al ejército, invadir el santuario y controlar el tamid,
la labor sacerdotal realizada en el lugar santo. En todo ello, el cuerno
prosperó (8: 12). La pregunta obvia era: «¿Hasta cuándo?» (8: 13).
Llegó la respuesta: «Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; lue- 43
4 2 . Justesen, p . 6 1 .
43. L a e x p r e s i ó n «tardes y m a ñ a n a s » n o e s u n a e x p r e s i ó n r i t u a l . N o debería
e q u i p a r a r s e c o n el tamid. Sobre este t e m a , véase S. J. Schwantes, " ereb c
Conclusión
Nuestro estudio ha demostrado que Daniel emplea una fraseolo-
gía ritual en todo el pasaje de 8: 9-14 con el propósito de expresar
ideas rituales. Por ende, hay una conexión entre esta perícopa y el
ritual. Un estudio de la palabra támid ha indicado que el término
designa la labor mediadora sacerdotal realizada a favor del pueblo
en el lugar santo del santuario. Nuestra investigación de la raíz sdq
reveló que se emplea en contextos rituales y que era un concepto
clave dentro del ritual. El empleo de sdq, especialmente en los Sal-
mos, indica que expresaba en el ritual la misma idea expresa por
táher en Levítico. Daniel era consciente de este hecho y se sintió
Agustín de H i p o n a C
autor de " L a ciudad de D i o s " ,
canon, AT, l i b r o de Daniel, posición
340-341 en el, 152-154
empleó el método espiritualizan- Cipriano, 314
te/alegórico, 3 4 0 sobre el segundo a d v e n i m i e n t o ,
identifica el reino de Dios con 338
el r e i n o presente de la Iglesia Cirilo, 315
romana, 340-341 Clemente de Alejandría, 277-278
identifica la piedra (Dan. 2) con Contrarreforma,
la iglesia a p a r t i r del p r i m e r nuevos métodos de interpreta-
advenimiento, 340-341 ción profética introducidos
Alcázar, L u i s de, 345 por la, 344-345
alta crítica s o b r e p a s ó y debilitó la i n t e r p r e -
efectos d e l a , e n l a i n t e r p r e t a c i ó n tación protestante, 345
N C o m e n t a r i o de Jerónimo, único