Tres características comunes y necesarias de identificar para definir conceptualmente qué es y

cuál es la frontera del nacionalismo político Estado Nación.

1- Estado Nacional: Transpersonalismo político. La Nación está por encima de los individuos. Esta
constituye una categoría superior al hombre, los intereses nacionales están por encima de los
derechos individuales. Esto es una afirmación básica, cualquiera que tome por referencia al estado
nacional, si no cree, no tiene una concepción de transpersonalismo político, es difícil que pueda
adherir a un ideario nacional.

2- Sentido de pertenencia del hombre al Estado y a la sociedad nacional. Nuestra época se

caracteriza por un individualismo extremo. El profesor Nacionalista francés, Jacques de Mahieu, ya
decía que el gran error, la gran distorsión de la sociedad moderna es extrapolar el individuo a al
nivel de las relaciones sociales. Afirmaba acertadamente, allí hay un error, “el individuo no explica
a la sociedad, la sociedad explica al hombre”. Es un poco la frase que trae a colación el gral Perón
cundo vuelve del exilio en 1972, ya lo había anticipado en su trabajo en “La comunidad
organizada” de base Aristotélica “El hombre se realiza en función de la sociedad del Estado”. Por
eso Perón decía “Nadie se realiza verdaderamente dentro de una sociedad nacional que no se
realiza”. Esto es importante porque justamente es Nacionalismo político Peronista quien define
una postura clave en las relaciones internas e internacionales, la tercera posición.

3- Socialismo Nacional. Pero la tercera posición no era solamente una postura distintiva del Estado
Argentino con respecto a los dos grandes bloques hegemónicos Estadounidense y Soviético que
dividieron al mundo en el acuerdo de Yalta de 1945. La tercera posición era algo más que eso, era
una definición ideológica distinta del liberalismo capitalista y del Marxismo bolchevique. Esto es
muy relevante porque esto lleva la tercera gran diferenciación, la frontera entre Nacionalismo e
internacionalismo, la frontera entre aquellas concepciones que nacen y se aplican a la realidad
nacional, frente las doctrinas universalistas e internacionalistas para las cuales no cuentan como
espacio de referencia central de Estado/Nación, sino determinados principios ideológicos no
empíricos o prácticos de las relaciones en la sociedad a nivel mundial. Es un poco la contradicción
del mensaje socialista, El socialismo Marxista o cualquiera de sus variantes, invoca una serie de
valores pero a nivel internacional, ¿puede haber un Socialismo que no sea nacional? Porque el
ámbito de aplicación práctica del socialismo es el Estado Nación, no existe un Socialismo
universalista lirico, sino uno concreto, por ello las reformas que se dieron en la Argentina con el
gobierno Peronista o como la fue la reforma laboral social y política en Italia, es decir eran formas
socialistas de base Nacional.

Lo que define el concepto de Estado nación son por lo menos estos tres elementos:

Transpersonalismo político que afirma la supremacía del Estado Nacional sobre los intereses y
derechos individuales. El necesario sentido de pertenencia del hombre a esa sociedad nacional. La
clara diferenciación entre lo que es de valores tradicionales que son parte constitutiva de la
Nacionalidad comunitaria, frente a las doctrinas y construcciones ideológicas internacionalistas.
Esto es lo que hace avanzar o perder el vitalismo nacional. Los valores existen en la medida que el
hombre o la población tenga la voluntad de lucha para mantenerlos. Cuando la comunidad no
pelea por esos valores, quiere decir que la semilla de la destrucción del estado ya está sentada,
porque se rompe el sentido de pertenencia del individuo al Estado. La lucha es la razón de ser de
todas las cosas, y la lucha es la razón de ser y el origen del Estado, el Estado Nacional existe,
mientras su pueblo tenga la voluntad de lucha para sostenerlo. La gran crisis, el gran peligro y
patología que estamos sufriendo en Argentina como en gran parte del mundo, es ese
debilitamiento de la consciencia nacional, es ese oscurecimiento de esa idea de Estado Nación.

Hector Giuliano (Historiador, investigador, experto en economía, finanzas y deuda externa

Argentina).

La política de un gobierno de Tercera Posición radica en que basa su cosmovisión en un sistema

jerárquico que ve por las voluntades del pueblo en su conjunto y las unifica. Es un sistema de
gobierno que vela más por los intereses del pueblo en general, independientemente de las clases
sociales, que incluso desaparecen pues una de sus premisas básicas es la distribución equitativa de
la riqueza generada como fruto de nuestro trabajo. En este sistema no hay un parlamento con
múltiples partidos, porque aquí lo que importa es unificar a todo un pueblo de manera que éste
obtenga la fortaleza y el espíritu de lucha requeridos para sacar al país adelante. De hecho es un
sistema que involucra una economía totalmente independiente y autosustentable y
autosuficiente, basada en la naturaleza propia de la vida de los seres humanos en la sociedad y
ésta, regida bajo los principios y valores morales y espirituales de un sistema de Tercera Posición
logra en poco tiempo, la estabilidad y bienestar social, económico y político de todo su pueblo en
su conjunto, y más todavía el avance y evolución que requiere la civilización para evolucionar. La
Tercera Posición unifica, la izquierda marxista y derecha capitalista dividen para debilitar y vencer
no solo al ser humano sino a la sociedad en la qué forma parte intrínseca. Siempre se ha dicho que
la unión hace la fuerza, y un Sistema de gobierno de Tercera Posición nacionalista, patriótico y en
donde los individuos se sienten parte de ese sistema, cumple con dicha característica.