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Sindicato

Profesional
Consejería de Educación,
Independiente Juventud y Deportes
Docente

EDUCAR LA AUTOESTIMA
DE LOS ALUMNOS:
Mejora de las relaciones
profesor/alumno.
Educar la Autoestima de los Alumnos

INSTRUCCIONES
Para superar este curso de modalidad ON LINE es necesario tener en cuenta las siguientes
consideraciones y recomendaciones:

Este curso tiene un tiempo límite de 15 días para completarlo.

Este curso se divide en capítulos que contiene:

➢ Archivos PDF con texto de contenidos. Realizar una lectura detenida de los mismos.

➢ Evaluación tipo test sobre los contenidos de cada capítulo:


• Todas las preguntas tienen 1 sola respuesta correcta de 4 posibles.
• Cada pregunta tiene 2 intentos para contestar correctamente.
• Se necesita al menos un 70% de aciertos del total de preguntas para aprobar cada cuestionario.
• Una vez abierto el cuestionario, hay un tiempo máximo de 30 minutos para responder las preguntas.

➢ Videos complementarios. Visionar con atención el video para poder cumplimentar los trabajos
complementarios sobre el video.

➢ Trabajos complementarios sobre el video:


• Contestar por escrito a preguntas sobre el video o búsqueda de información en la web

➢ Trabajo Práctico: Es la última fase del curso


• Realización de un Trabajo Práctico sobre un supuesto Real o Ficticio.

RECOMENDACIONES
Evaluación Test:
✓ Puesto que sólo dispone de 30 minutos para contestar todas las preguntas de cada cuestionario tipo
test, se recomienda descargar el PDF que contiene los contenidos necesarios y tenerlo de apoyo y
consulta para contestar las preguntas tipo test.

Trabajo sobre los videos:


✓ Las preguntas sobre los videos no tienen tiempo límite (el curso dura 15 días).

Para completar el curso es OBLIGATORIO realizar TODAS las actividades:


Presentación, Foro, Video, Cuestionarios, Trabajo Práctico y
Cuestionario de Satisfacción Personal

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Educar la Autoestima de los Alumnos

INDICE
Capítulo 1.- La autoestima
1.1. Definición de autoestima.
1.2. Formación y desarrollo de la autoestima.
1.2.1. ¿Cómo se desarrolla la autoestima?
1.2.2. Etapas de la autoestima.
1.2.3. Escalera de la autoestima.
1.3. Aspectos de la autoestima.
1.4. Clases de autoestima.
1.4.1. Autoestima negativa: indicadores y características.
1.4.2. Autoestima positiva: características.
1.5. Autoestima y educación.
1.5.1. La autoestima en el Centro Educativo.
1.5.2. Aspectos generadores de autoestima.
1.5.3. La autoestima en los alumnos.
Cuestionario de Evaluación.
Capítulo 2.- La autoestima desde un punto de vista cognitivo
2.1. Motivación, interés y objetivos vitales.
2.2. La relevancia.
2.3. “Locus de control” y autodirección.
2.4. El efecto “demonio” y la profecía autocumplida.
2.5. Autopresentación.
2.6. Aplomo y confianza en sí mismo.
2.7. Estrategias para el desarrollo del componente cognitivo
de la autoestima.
2.7.1. Estrategias de reflejo.
2.7.2. Estrategias de dramatización.
2.7.3. Estrategias de modelado.
Cuestionario de Evaluación.
Capítulo 3.- La autoestima desde un punto de vista conductista
3.1. Tratamiento de los problemas de autoestima.
3.1.1. Registro de observaciones.
3.1.2. El contexto.
3.1.3. La frecuencia.
3.2. Modificación de conductas inhibidoras de autoestima.
3.2.1. Refuerzo.
3.2.2. Recompensas y castigos.
3.2.3. Moldeado.
3.3. Tratamiento conductista aplicado a un grupo.
3.4. Objeciones al tratamiento conductista.
Cuestionario de Evaluación.

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Capítulo 4.- La asertividad


4.1. Concepto de asertividad.
4.1.1. Estilo de conducta asertivo.
4.1.2. Estilo de conducta agresivo.
4.1.3. Estilo de conducta no asertivo.
4.2. Efectos del estilo de conducta.
4.3. Entrenamiento asertivo.
4.3.1. Estilos de relacionarse.
4.3.2. Derechos personales.
4.3.3. Discriminación de respuestas asertivas.
4.3.4. Asertividad positiva.
4.3.5. Asertividad negativa.
4.3.6. Asertividad: defensa de los derechos personales.
Cuestionario de evaluación.
Capítulo 5.- Las Habilidades Sociales
5.1. Concepto de Habilidades Sociales.
5.2. Características y fundamento.
5.3. Componentes.
5.4. Entrenamiento.
5.5. Formato del entrenamiento.
5.6. Procedimientos cognitivos.
5.7. Contenido del entrenamiento.
Cuestionario de Evaluación.
Capítulo 6.- La motivación en el centro escolar
6.1. La motivación de los alumnos.
6.2. Motivación y rendimiento escolar.
6.3. Teorías sobre la motivación.
6.3.1. Atribución causal.
6.3.2. Comparación social.
6.3.3. Motivación intrínseca.
6.3.4. Modelo de eficacia.
6.3.5. Motivación de logro.
6.4. Mejorar la motivación.
Cuestionario de Evaluación.
Capítulo 7.- La motivación en el profesor
7.1. Teorías sobre la motivación.
7.1.1. Maslow: la jerarquía de las necesidades.
7.1.2. Herzberg: la teoría de los dos factores.
7.1.3. Vroon: la teoría de las expectativas.
7.1.4. Estudios recientes.
7.2. Motivaciones personales y motivaciones de los otros.
7.3. El director como agente motivador.
7.4. Sugerencias para motivar al profesorado.
7.5. Supuestos prácticos de motivación del profesorado.
Cuestionario de Evaluación.
BIBLIOGRAFIA
TRABAJO PRÁCTICO

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Capítulo I. LA AUTOESTIMA
Desde la óptica de la psicología clínica, para lograr la comprensión de un concepto
sobre autoestima es importante señalar que todos los seres vivos cuentan con un
principio que los impulsa a mantenerse en equilibrio. En biología este término se conoce
como “homeostasis” y su equivalente en psicología es el “autoconcepto”.

El autoconcepto es lo que consciente o inconscientemente se piensa de uno


mismo (que puede o no estar apegado a la realidad) y es en torno a ello que el individuo
ordena su conducta con la finalidad de protegerse psicológicamente y mantenerse en
equilibrio. El autoconcepto se construye desde la niñez. A partir de las enseñanzas de
los antepasados biológicos y culturales, además de la propia experiencia.

Para Branden (1993) la autoestima es la suma de la autoconfianza y el


autorespeto. De este modo, la autoestima está formada por los sentimientos de
competencia y autovaloración, razón por la cual cuando un individuo tiene la autoestima
alta se siente competente y valioso, mientras que al tenerla baja se siente inconforme
con su vida.

Delgado Machado (1989) considera la autoestima como la actitud que tiene una
persona hacia sí misma, lo cual es producto de un proceso dinámico en el cual influyen
muchos factores a lo largo de la vida: “En términos psicológicos la autoestima tiene una
significación múltiple al depender de la confluencia de muchas funciones, conscientes
unas, inconscientes otras”. De las conscientes se puede destacar cómo el individuo
percibe la aceptación por parte de los demás y la capacidad de reconocer las propias
virtudes y defectos. Las inconscientes son aquellas experiencias pasadas que se
relacionan con el entorno íntimo y familiar. Por todo ellos se dice que la autoestima de
una persona puede variar de acuerdo con las circunstancias y las personas que la
rodean.

La formación y el correcto desarrollo de la autoestima tiene su origen en las


relaciones familiares primarias, desde el mismo momento que el niño se siente amado,
querido y respetado por sus padres. Los acontecimientos positivos refuerzan la
autoestima positiva y los fracasos activan la negativa, y esto puede suceder de modo
simultáneo en la vida cotidiana ya que ciertos aspectos de la misma son satisfactorios y
otros son insatisfactorios, razón por la cual no se puede decir que una persona goce de
una autoestima alta o baja de manera permanente.

En definitiva, el autoconcepto es un aspecto funcional de la vida, ya que los rasgos


de la personalidad son los que se mantienen en el tiempo y caracterizan a cada uno,
mientras que la autoestima, al cambiar de un momento a otro, define los momentos
psicológicos del individuo. Es decir, hay experiencias que bajan dramáticamente la
autoestima de la persona o que la elevan considerablemente.

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Un factor muy ligado a la autoestima es la autoimagen, la cual depende en gran


medida de las experiencias personales y de la manera de interpretarlas. La actitud de
padres, amigos y otros adultos representativos pueden favorecerla. Los padres
contribuyen positivamente a la autoestima de sus hijos al alentarlos a correr los riesgos
necesarios para alcanzar retribuciones, al favorecer la progresiva independencia con la
capacidad de asumir responsabilidades y evitar la crítica destructiva. Los amigos juegan
un importante papel por la lucha que libra el niño, y en mayor medida el adolescente, por
ser autónomo le genera agobios y dudas que pueden ser suavizadas por el grupo de
iguales.

1.1. DEFINICIÓN AUTOESTIMA.


Definir la autoestima implica confrontar cientos de opiniones y descripciones diferentes:

W. James (1963) define la autoestima como: “El valor de los sentimientos hacia sí
mismo”, los cuales están determinados por el área que va del talento actual a las
potencialidades supuestas.

Jersil (1965) la define como: “Las actitudes que la persona tiene hacía sí misma,
incluyendo sus creencias, convicciones, ideales, aspiraciones y compromisos”.

Coopersmith (1967) la define como: “La evaluación que el individuo hace y mantiene
cotidianamente con respecto a sí mismo, o sea, sus expresiones y actitudes de
aprobación o desaprobación”. Indica la amplitud de la cual el individuo se cree capaz,
importante, feliz y digno.

Y más recientemente:

Branden (1993) define la autoestima como: “Una sensación fundamental de eficacia y un


sentido inherente de mérito”, y la explica como la suma integrada de confianza y respeto
hacía sí mismo.

F. Voli (1994) la define como: “Apreciación de la propia valía e importancia y toma de


responsabilidad sobre sí mismo y sobre la relación consigo mismo y los demás”

Gil (1997) la define como: “Respeto que debemos sentir por nosotros mismos y refleja
el juicio de valor que cada uno hace de su persona para enfrentarse a los desafíos que
presenta nuestra existencia”.

Podemos resumir todas estas definiciones diciendo que la autoestima es un


sentimiento valorativo de nuestro ser, de quienes somos nosotros, del conjunto de rasgos
corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad.

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Educar la Autoestima de los Alumnos

fuente: La autoestima en la construcción. Leticia Bravo Torres Febrero 2011

La autoestima es el concepto que tenemos de nuestra propia valía y que se basa


en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre
nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida: creemos que somos torpes
o inteligentes, nos sentimos simpáticos o antipáticos, nos gusta o no nuestra forma de
ser, etc. Todas las impresiones, evaluaciones, experiencias reunidas de este modo se
conjuntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismo. O, por el contrario, en un
molesto sentimiento de no ser lo que esperábamos.

Fuente: Genoveva Tapia Alarcón https://es.slideshare.net/genovevatapiaalarcon/autoestima-y-control-de-emociones

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La autoestima es el último proceso que realiza una persona en el largo trayecto


para integrar las valoraciones que recibe de su entorno: familia, escuela, amigos y
ambiente en general. De todos los procesos que sigue el individuo: conocerse a sí
mismo, autoevaluarse, valorarse y autoestimarse, éste último es el que mejor explica la
influencia que recibe el sujeto de la valoración del medio y en como traduce dicha
valoración en experiencias de éxitos o fracasos.

Este proceso se puede explicar de la siguiente forma:

1º.- La persona conoce el mundo exterior.

2º.- De la interacción con el medio conoce el “yo personal” como diferente del medio.

3º.- Se conoce a sí mismo: autoconcepto.

4º.- Percibe las características personales a modo de su propia valoración:


autovaloración.

5º.- Percibe la autovaloración de forma positiva o negativa, se autoaprecia o no y actúa


en consecuencia: autoestima (o autoaborrecimiento).

La autoestima, así considerada, hace referencia a una actitud hacia sí mismo,


generada en interacción con los otros, que abarca la percepción y estima que uno tiene
consigo mismo, e implica un desarrollo de la propia identidad y valoración personal, del
sentido de seguridad y pertenencia, del dominio de habilidades de comunicación social
y del sentimiento de ser útil y valioso.

En definitiva, la autoestima es un estado del ser. Es un acontecimiento dinámico


y subjetivo de nuestro cuerpo y nuestra mente, más que algo estático y tangible que
pueda observarse y medirse directamente.

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1.2. FORMACION Y DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA.


A partir de una determinada edad (de 3 a 5 años) el niño recibe opiniones,
apreciaciones y (también hay que decirlo) criticas, infundadas o no, acerca de su persona
o de sus actuaciones. Su primer bosquejo de quién es él proviene desde fuera, de su
realidad intersubjetiva.

Hacia los 6 años, edad en la que aún los niños dependen exclusivamente de los
adultos para sobrevivir y formarse idea de lo que son, empiezan a ser más consciente
de su individualidad afectiva lo que les permite avanzar en su idea de “lo que somos”, de
“lo que valemos” y de “lo que hacemos”.

La familia, como primera fuente de transmisión de ideas y sentimientos, va


conformando la autoestima en los hijos de ambos sexos. Más tarde también influyen el
resto de familiares, los amigos, los maestros y compañeros del aula, quienes van
mejorando estas ideas y conceptos. Todas estas influencias irán formando un
sentimiento de autoaceptación o autorrechazo. Los elogios, regaños, miradas, estímulos,
castigos les están transmitiendo mensajes positivos o negativos, según la forma o
intención con que se les transmitan. Estos mensajes serán portadores de sentimientos
de seguridad, aceptación, de cariño; o por el contrario, de rechazo, inseguridad o de
desánimo.

No obstante, durante la infancia, los niños no pueden hacer la distinción de


objetividad y subjetividad. Todo lo que oyen acerca de sí mismos y del mundo constituye
una realidad única.

En la composición de la valía personal o autoestima, hay un aspecto fundamental


que se relaciona con el afecto o las emociones. El menor se siente más o menos
confortable con la imagen de sí mismo, puede agradarse o sentir miedo, sentir rabia o
entristecerse; pero sea cual sea su sensación manifestará una respuesta congruente con
su percepción de sí mismo.

Sólo en la adolescencia, a partir de los 11 años aproximadamente, con la


instauración del pensamiento formal, podrá conceptualizar su sensación de placer o
displacer, adoptando una sensación de distancia respecto de lo que experimenta,
reconociendo la fidelidad de los rasgos que él mismo, sus padres, sus amigos o su
entorno le han conferido de su imagen personal.

Siendo la identidad un tema central de esta etapa, el adolescente explorará quién


es y querrá responder en forma consciente a preguntas sobre su futuro y su lugar en el
mundo. La respuesta a estos planteamientos será más favorable cuanta mayor
valoración positiva de sí mismo posea.

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La obtención de una valoración positiva de sí mismo, que opera de forma


automática e inconsciente, permite en el niño o adolescente un desarrollo psicológico
sano y armónico con su medio y en su relación con los demás. En la situación contraria,
el niño o adolescente, no hallaran terreno propicio (el de la afectividad) para aprender,
enriquecer sus relaciones y asumir mayores responsabilidades.

1.2.1. ¿Cómo se desarrolla la autoestima?

El autoconcepto y la autoceptación, es decir, la percepción que uno tiene de sí y


cómo vivencia esta percepción de forma positiva y negativa, son las bases en las que se
sustenta la autoestima que tiene una persona.

De este modo la autoestima adquiere un carácter evaluativo sobre la idea que


tenemos acerca de quiénes somos, qué pensamos, cómo somos física o psíquicamente,
qué cualidades poseemos, qué defectos...Pero este autoconcepto no surge de forma
aislada por valoración objetiva del sujeto, sino que es fruto de experiencias vividas a
través de la propia experiencia, de la propia competencia, y de la valoración que
personas significativas realizan del propio sujeto.

El autoconcepto está conformado por una serie de percepciones y valoraciones


susceptibles de cambios, originadas por las relaciones interpersonales, e incluye:

• Ideas, imágenes y creencia que uno tiene de sí mismo.


• Imágenes que los demás tienen del sujeto.
• Imágenes de cómo el sujeto cree que debería ser.
• Imágenes que al sujeto le gustaría tener de sí mismo.

fuente: La autoestima en la construcción. Leticia Bravo Torres Febrero 2011

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La autoestima, recordémoslo, se desarrolla a partir de la interacción con el medio


ambiente. Cuando el individuo nace, no tiene pasado ni experiencia de comportamiento
y carece de una escala de comparación para valorarse a sí mismo.

Según Coopersmith, los niños y niñas forman imágenes de sí mismos


fundamentadas en la forma en que son tratados por las personas allegadas que le son
significativas (padres, maestros, amigos y compañeros), y determina que los factores
para desarrollar la autoestima son:
• Aceptación del niño o niña con sus cualidades y defectos.
• Respeto hacia el niño o niña y a sus intereses.
• Límites muy claros y consistentes en la familia.
• Apoyo a sus decisiones para que llegue a conseguir sus metas.
• Comunicación y relación con la familia y seres cercanos.

V. Satir afirma que “los sentimientos positivos siempre pueden florecer en un


ambiente donde se toman en cuenta:
➢ Las diferencias individuales
➢ Se toleran los errores
➢ La comunicación es abierta
➢ Las reglas son flexibles”.

Además de los factores que son determinantes en la infancia, hay otros que
también tienen que ver con la forma en la que la persona desarrolla su autoestima:
➢ Ejecutar tareas importantes para sí mismo.
➢ Lograr estándares morales y éticos.
➢ Tener un alto grado de influencia en las decisiones sobre su propia vida.

Fuente: Mª.Eugenia Patlán López (Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social)


https://es.slideshare.net/colegioskinner/autoestima-11220450

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1.2.2. Etapas de la autoestima.

Erikson menciona siete etapas por las que la persona pasa en el proceso de desarrollo
de su vida y en la formación de su autoestima:

1. Etapa de “confianza básica contra desconfianza” (primera infancia): Es la


etapa en que la autoestima queda conformada según sea ésta. Así, de ser el caso,
llevará a la confianza, la aceptación de sí mismo, la aceptación hacia los demás...
La satisfacción de obtener logros da la seguridad necesaria para “arriesgarse” a
dar el siguiente paso. En esta etapa se está preparado para recibir, no para dar.

2. Etapa de “autonomía contra vergüenza” (de 2 a 3 años): En esta etapa la


persona se da cuenta de que puede dar, empieza a tener autocontrol y fuerza de
voluntad. Es importante alentar, desde el exterior, lo positivo frente a lo negativo.

3. Etapa de “iniciativa contra culpabilidad” (de 4 a 6 años): La persona dirige su


voluntad a un propósito (juego) hace y deshace, construye y destruye, compone
y descompone... todo eso le va dando seguridad.

4. Etapa “competencia contra inferioridad” (de 8 a 10 años): La autoestima lleva


a la persona a ser responsable, cooperativa en grupo y despierta el interés por
aprender. Es importante reforzar, desde el exterior cada logro obtenido.

5. Etapa de “identidad contra confusión” (inicio de la adolescencia): Es un


periodo de crisis donde se cuestionan todas las etapas anteriores. La persona se
vuelve egoísta, solitaria. Cambia con frecuencia de carácter (alegría/enojo). Es en
esta etapa que aclara, recupera y fortalece su autoestima. Dándole comprensión,
respeto y ayuda se le facilitará la superación de esta etapa.

6. Etapa de la “intimidad contra el aislamiento” (adolescencia tardía): La persona


madura y busca trascender. Es creativa, productiva, consolida su vínculo familiar,
hay una proyección a la relación social. De no ser así, la persona se estanca y no
se “encuentra a sí misma”. Su autoestima es baja con todas sus consecuencias.

7. Etapa de “productividad contra estancamiento” Esta etapa guarda relación


con los años cercanos a los 40, período dedicado a la crianza de los niños
(adultez), y donde se suele producir la llamada 'crisis de la edad ... Por tanto, la
tarea fundamental aquí es lograr un equilibrio apropiado entre la productividad y
el estancamiento

8. Etapa de “integridad contra desesperación” Esta es la última etapa y tiene


lugar en la vejez. Es de gran importancia ya que es la que cierra la vida y es
relevante llevarla a cabo de la mejor forma posible, pues nos jugamos una vejez
feliz y tranquila. Hablamos de la necesidad de integración, de aportar coherencia
y de hacer una totalidad de lo que ha sido la vida.

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Educar la Autoestima de los Alumnos

Fuente: Anita Wolpolk: Psicología Educativa, 6ª Edición, 1996

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1.2.3.- Escalera de la autoestima.

Para poder conocer y desarrollar la autoestima es necesario conocer y reflexionar


sobre los siguientes conceptos, previos a la configuración de la misma y necesarios para
obtener una autoestima positiva consolidada y permanente. La ausencia o distorsión de
alguna de estas componentes de la autoestima repercutirá en la manera en que el adulto
se verá a sí mismo y a los demás, así como en el modo en que se relacionará e integrará
socialmente, y será aceptado y respetado en su entorno social inmediato (familia,
amigos, escuela, instituto, centro de trabajo, etc.)

1. Autoconocimiento: Me permite ser consciente de mis virtudes, defectos y


sobretodo posibilidades para seguir desarrollándome. Me doy cuenta de que
tengo habilidades, destrezas y capacidades, pero sobretodo me defino como
persona.

2. Autoconcepto: Es una serie de creencias que se tienen acerca de sí mismo y


que se manifiestan en la conducta. Es determinante del comportamiento de una
persona que actuará conforme a sus creencias acerca de lo que es.

3. Autoevaluación: Es la capacidad interna de evaluar las cosas como buenas, si


lo son para el individuo, si le satisfacen, si le son enriquecedoras o interesantes,
si le hacen sentir bien y si le permiten crecer y aprender. O bien, considerarlas
como malas, si lo son para la persona, si no le satisfacen, si carecen de interés,
si le hacen daño y no le permiten crecer.

4. Autoaceptación: Es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como la


forma de ser y sentir, ya que solo a través de la aceptación se puede transformar
lo que es susceptible de ello.

5. Autorespeto: Es atender y satisfacer las propias necesidades y valores. Es


expresar y manejar en forma conveniente sentimientos y emociones, sin hacerse
daño ni culparse. Buscar y valorar todo aquello que haga sentirse a la persona
orgullosa de sí misma.

6. Autoestima: Es el conjunto de todos los conceptos anteriores. Si una persona se


conoce y es consciente de sus cambios, crea su propia “escalera” de valores y
desarrolla sus capacidades. Y, si se acepta y se respeta, tendrá una autoestima
alta. Si una persona no se conoce, el concepto se sí misma es pobre, no se acepta
ni respeta, su autoestima será baja.

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fuente: http://revistaindependientes.com/cronica-revista-independientes/escalera-de-autoestima/

fuente:http://8ymedia.com/lienzo-en-blanco/aumenta-autoestima-cambia-tus-pensamientos-cambiara-
vida/7283/attachment/escalera-autoestima

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1.3.- ASPECTOS DE LA AUTOESTIMA.


Hemos visto que la autoestima se desarrolla correctamente cuando, niños y
adolescentes, han satisfecho adecuadamente las necesidades primarias de la vida y
debido a ello experimentan, de forma positiva, cuatro aspectos (Branden. 1993):

Fuente: Mª.Eugenia Patlán López (Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social)


https://es.slideshare.net/colegioskinner/autoestima-11220450

A) Vinculación: Es el resultado de la satisfacción que obtiene el niño, pero en especial


el adolescente, al establecer vínculos que son importantes para él, y que los demás
también reconocen como importantes.
El niño y el adolescente necesitan sentirse parte de algo, ya sea de su familia,
sus hermanos o una pandilla. Para él es necesario saber que hay alguien que se
preocupa de él, que es necesario e importante para otro. La vinculación se relaciona
también con sentir que tiene objetos significativos para él y que le pertenecen.
Necesita ser escuchado, tomado en cuenta, que le permitan participar y dar sus
opiniones. El grado de vinculación va a estar en estrecha relación con la calidez, la
apertura para aceptarlo y brindarle seguridad, comprensión e incluso con el sentido
del humor que manifiestan las personas que le rodean y que él considera importantes.
La vinculación es necesaria, a la vez, con lugares y circunstancias que al niño o al
adolescente le producen satisfacción.

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Educar la Autoestima de los Alumnos

B) Singularidad: Es el resultado del conocimiento y respeto que el niño o el adolescente,


siente por aquellas cualidades o atributos que le hacen especial o diferente, apoyado
por el respeto y la aprobación que recibe de los demás por esas cualidades.
Corresponde a la necesidad de saberse alguien en particular y especial, aunque
tenga muchas cosas parecidas a sus hermanos o amigos. La noción de singularidad
implica espacio, para que el niño o el adolescente se expresen a su manera, pero sin
sobrepasar a los demás. Conlleva también, el respeto que los demás le manifiestan.
Una característica más en la que relaciona singularidad con imaginación. El hecho de
permitirle crear e inventar le sirve para reconocer lo distinto que de él puede aportar,
fomenta su flexibilidad y la valoración de sus propias habilidades.

Fuente: Mª.Eugenia Patlán López (Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social)


https://es.slideshare.net/colegioskinner/autoestima-11220450

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C) Poder: Es la consecuencia de la disponibilidad de medios, de oportunidades y de


capacidad del niño o adolescente, particularmente, para modificar las circunstancias
de su vida de manera significativa.

La sensación de poder implica que el niño, o el adolescente, cree que puede


hacer lo que se planea, y que en la mayoría de las veces obtendrá éxito. En las
excepciones, cuando no logra lo que se propone, será de importancia capital que
comprenda la verdadera razón de los impedimentos y de como ellos se relacionan con
propósitos futuros. Necesita disponer de medios básicos, sobre los cuales él está a
cargo. El niño, o el adolescente, desarrolla confianza en sí mismo cuando se le permite
decidir sobre cosas que están a su alcance y que considera importantes. El poder se
relaciona, igualmente, con saber controlarse ante determinadas circunstancias, como
puede ser la situación de frustración o de agobio. Cuando aprende una nueva
habilidad es necesario que se le dé la oportunidad para practicar lo que ha aprendido.

Fuente: Mª.Eugenia Patlán López (Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social)


https://es.slideshare.net/colegioskinner/autoestima-11220450

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D) Modelos o pautas: Son puntos de referencia que dotan al niño, principalmente al


adolescente, de los ejemplos adecuados (humanos, filosóficos y prácticos) que le
sirven para establecer su escala de valores, sus objetivos, sus ideales y sus modales
propios.
Se relacionan con el sentido que el niño, o el adolescente, le otorga a su
existencia y a lo que realiza. Requiere modelos positivos de los que, cuando los imite,
obtenga resultados satisfactorios y alentadores, a través de los cuales aprenda a
distinguir los buenos de lo malo. La forma en que los modelos interactúan, lo que dicen
y como lo dicen, dejará una marca indeleble en su carácter. Los patrones éticos, los
valores, los hábitos, y las creencias se transmiten a través de figuras de apego
(padres, amigos, adultos significativos).
Conocer por qué ocurren las cosas y sus cambios, qué sentido tiene el trabajo
y qué cosas se valoran a la hora de decidir, le permitirán desenvolverse con confianza,
prediciendo que si actúa de determinada manera logrará lo que se propone. El orden
y las reglas, desde una perspectiva razonable, son importantes para crear en el niño
la sensación de pautas y guías, que le permitirán conducirse, organizar el tiempo,
planificar y resolver problemas.

Fuente: Mª.Eugenia Patlán López (Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social)


https://es.slideshare.net/colegioskinner/autoestima-11220450

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Los modelos (humanos, filosóficos o prácticos) adecuados ayudan a resolver


cuestiones como las planteadas en la tabla siguiente:

Modelos HUMANOS Modelos Modelos PRACTICOS


FILOSOFICOS
• ¿Cómo debo ser? ¿A • ¿En qué creo? ¿Cuáles • ¿Cómo hago esto?
quién debo parecerme e son mis ideas políticas,
• ¿Cómo resuelvo este
imitar? religiosas, etc.?
problema?
• ¿Cómo debo actuar? • ¿Qué es lo que está bien?
• ¿Cuánto me exijo?
¿Qué comportamientos ¿Hay que decir la
debo simular? verdad? ¿Se pueden • ¿Qué cantidad de veces
romper las promesas? he de repetir algo hasta
• ¿A quién respeto? ¿Qué
lograr éxito?
cualidades de las personas • ¿Qué es verdad? ¿Cómo
que respeto he de lograr? puedo saberlo? • ¿Saldrá bien lo que me
propongo? ¿Cómo he de
• ¿A quién debo pedir • ¿Qué sentimientos
planearlo?
ayuda? ¿Quién me puede tengo?
informar verazmente • ¿Qué reglas debo seguir?
• ¿Qué es importante para
cuando lo necesito? ¿Son las leyes iguales
mí? ¿Necesito amor?
para todos?
• ¿Que se espera de mí?
• ¿Cuál es el significado de
¿Qué se me exige? ¿Qué
la vida y de las cosas que
me exijo yo?
pasan, o que me pasan?

Coopersmith (1967) planteó algunas condiciones diferentes, con ciertos aspectos


similares, y que complementan a los modelos enunciados:

A) El niño, o el adolescente, experimenta una aceptación de sus sentimientos, de sus


pensamientos y del valor de su existencia.

B) El niño, o el adolescente, se mueve dentro de límites bien definidos, justos, razonables


y negociables. De este modo experimenta una sensación de seguridad. Estos límites
implican normas de conducta posibles de alcanzar, por lo que el niño, o adolescente,
tiene la confianza de que podrá actuar y evaluar su comportamiento según esa vara
de medir. No goza de una libertad ilimitada.

C) El niño, o el adolescente, siente respeto por su dignidad como persona. Los padres,
así como otros adultos significativos, se toman en serio sus opiniones o demandas.
Se encuentran dispuestos a negociar las normas de convivencia familiares o
escolares, dentro de ciertos límites. Ejercen autoridad. Se interesan por él
constantemente y están dispuestos a dialogar con él cuando éste quiere hacerlo.

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En las tablas siguientes se enumeran conductas problemáticas que pueden presentar


niños y adolescentes, relacionadas con los cuatro aspectos citados, y posibles modos
de relacionarse con ellos para ayudarles a superarlas.

El niño o el adolescente con escasa Con niños o adolescentes que


vinculación presentará alguno de los presentan escasa vinculación hay
siguientes comportamientos : que relacionarse del siguiente
modo :

• No puede comunicarse con facilidad, es incapaz • Prestándoles atención cuando lo


de escuchar a los demás y comprender sus necesite.
puntos de vista
• Demostrándoles afecto en lo que se le
• Es tímido, tiene pocos o ningún amigo, y elude diga o haga.
de forma activa las situaciones sociales. Es
• Elogiándoles de manera concreta.
poco consciente de los intereses o necesidades
de los demás. • Demostrándoles a ellos nuestra
aprobación cuando se relacionen bien
• Habla negativamente de su familia, su grupo
con los demás.
étnico o su raza.
• Respetando sus amistades, dándole la
• Rara vez, o nunca, se ofrece para ayudar a los
oportunidad de que las reciba en casa
demás.
y aprobándolas.
• No cae bien a sus compañeros.
• Compartiendo con ellos sus
• Resulta incómodo a los adultos o, por el sentimientos, haciéndoles ver que nos
contrario, intenta captar su atención siempre. afectan sus cosas.
• Quiere ser siempre el centro de todo y/o de • Compartiendo sus intereses, aficiones
forma continua intenta atraer hacia sí la y algunas de sus preocupaciones.
atención de los demás.
• Pasando algún tiempo con ellos, sin
• Suele relacionarse más con cosas y con que las necesidades de otros nos
animales que con personas, lleva un montón de distraigan.
“cachivaches” en el bolsillo y los valora en
exceso.
• Tiene dificultades para expresar sus ideas y
sentimientos de manera directa y para pedir lo
que necesite.
• Le molesta tocar, o que los demás le toquen

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El niño o adolescente con escaso Con niños o adolescentes que


sentido de la singularidad presentará presentan escasa singularidad hay que
alguna de estas conductas : relacionarse del siguiente modo :

• Hablará negativamente de sí mismo y de • Resalte y confirme sus dotes y


sus logros. características especiales.
• Se enorgullecerá poco o nada de su • Acepte que exprese sus propias ideas,
apariencia. animándole a ello.
• Demostrará poca imaginación y rara vez • Transmítale su aceptación, aun cuando haya
propondrá ideas originales. que censurar su comportamiento.
• Hará las cosas como se le digan, sin • Descubra sus aspectos positivos en la ideas
aportar ideas propias. y conductas no habituales que manifieste, y
alábeselas.
• Se sentirá incomodo cuando se le
destaque o pregunte en clase. • Acepte la experimentación por parte de él,
en sus distintos trabajos, actividades o ideas.
• Buscará con frecuencia el elogio, pero
cuando lo consiga se sentirá confuso y lo • Respete sus puntos de vista, su
negara. singularidad, su intimidad y sus
pertenencias.
• Hará alardes cuando no sea el momento.
• Déjele llevar a cabo tareas que supongan
• Se adaptará a las ideas de otros, Sigue,
responsabilidad, de forma que vaya
pero raramente guía.
adquiriendo conocimiento de sus habilidades
• Clasificará a los demás de modo simple, y singulares.
será crítico con sus características
personales.

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El niño o adolescente que no Con niños o adolescentes que poseen


desarrolle una sensación firme de una inadecuada sensación de poder hay
poder presentará alguna de estas que relacionarse del siguiente modo :
conductas :

• Puede eludir afrontar la responsabilidad. • Estimule su responsabilidad personal.


No hará nada por su cuenta y habrá que
recordarle constantemente los deberes • Ayúdelo a ser consciente de su propio
que se le han marcado. Renunciará a las proceso de toma de decisiones.
tareas que le supongan un reto.
• Evalúe su procedimiento para resolver las
• Puede tener habilidades muy limitadas en situaciones problemáticas.
muchas áreas, la típica respuesta sería
“no sé cómo hacerlo”. • Reafirme los éxitos que obtenga.
• Puede actuar, con frecuencia, dando la
sensación de estar desvalido y evitará • Respete su grado actual de competencia.
hacerse cargo de los demás.
• Facilítele estímulos para que se fije objetivos
• Puede carecer de control emocional. Una personales, tanto a corto como a largo plazo.
demostración continua de miedo, furia o
incapacidad para enfrentarse a la • Reafírmele cuando influya en otros de
frustración. Escaso control personal. manera positiva.
• Puede ser en exceso exigente o terco.
• Puede querer siempre ser líder, hacer las
cosas a su manera. Será inflexible, se
negará a discutir opciones y a compartir
su autoridad.

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El niño o adolescente que no cuestione Con niños o adolescentes que


su actuación conforme a los modelos carezcan de modelos hay que
presentará alguna de estas conductas relacionarse del siguiente modo :

• Recuerde que usted, como adulto, es un


• Suele confundirse con facilidad. Malgasta
modelo que es imitado.
el tiempo en actividades que, en
apariencia, no tienen ningún objeto. • Ayúdele a entender bien las cosas en las
Pueden obsesionarse con actividades que que cree. Háblele de su escala de valores.
no tengan relación con sus obligaciones. Si le pregunta a usted por sus creencias
explíqueselo con honradez.
• Se organiza mal, tanto en ideas como en
• Haga que se proponga objetivos de
comportamiento. Puede ser desaliñado en
comportamiento y aprendizaje que sean
su persona y en sus cosas.
realistas. Que razone los pasos que ha de
dar para lograrlos. Que decida que
• Confunde lo bueno y lo malo.
aprender y en qué medida ha de hacerlo.
• Le cuesta decidirse a hacer o decir algo. • Que afronte las consecuencias de su
comportamiento. Déjele bien clara la
• Responde a las instrucciones que se le relación causa/efecto en lo que se refiere
dan de modo confuso o rebelde. a su comportamiento y las consecuencias
del mismo.
• Se muestra inseguro en los métodos y en
los objetivos que elige cuando trabaja en • Ayúdelo a que entienda como puede hacer
equipo. sus tareas. Dígale las cosas claras y
demuéstreselo si es necesario.
• Haga esfuerzos para comprender las
condiciones que influyen en su
comportamiento. Comprender no significa
aceptar permisivamente conductas
destructivas.
• Intente llegar a decisiones comunes o a
normas de comportamiento mediante el
intercambio de opiniones.

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1.4. CLASES DE AUTOESTIMA.


Una persona con autoestima demostrará sus sentimientos positivos hacia sí y hacia
los demás de muchas maneras sutiles: sonreirá, mirará a los ojos, se mantendrá erguida,
alargará la mano para saludar y, en general, creará a su alrededor un ambiente “positivo”.
Los demás responderán a esa persona de modo parecido: la aceptarán, se sentirán
atraídos, se encontrarán cómodos en su presencia, etc. Por el contrario, una persona
con poca autoestima emitirá vagas señales de angustia al proyectar sus propios
sentimientos de inadaptación sobre los demás.

La autoestima influye mucho sobre el comportamiento, que suele confirmar la


imagen que de nosotros tenemos. Es un círculo cerrado que refuerza nuestras actitudes
y nuestros puntos de vista básicos.

Cuando la imagen que tenga de sí sea positiva y posea suficiente autoestima, el


niño, o el adolescente, se sentirá capaz y se mostrará confiado. Se comportará de
manera que todo lo que haga reafirme el sentido de su propia valía.

Cuando la imagen sea negativa y posea poca autoestima, se creerá incapaz para
hacer cosas, y se cerrará en banda ante diferentes planteamientos y posibilidades para
tener éxito.

1.4.1.- Autoestima negativa : Indicadores y características.

Todos tenemos sentimientos no resueltos, aunque no seamos conscientes de los


mismos. Los sentimientos ocultos de dolor suelen convertirse en enojo y, con el tiempo,
volvemos ese enojo contra nosotros mismos transformándolo en depresión. Estos
sentimientos pueden asumir muchas formas: odiarnos a nosotros mismos, ataques de
ansiedad, cambios repentinos de humor, culpas, reacciones exageradas,
hipersensibilidad, encontrar el lado negativo en situaciones positivas o sentirse
impotentes y autodestructivos.

La autoestima es importante porque es nuestra manera de percibirnos y valorarnos,


y moldea nuestras vidas. Una persona que no tiene confianza en sí misma, ni en sus
propias posibilidades, puede que sea por experiencias que así se lo han hecho sentir o
por mensajes de confirmación o desconfirmación que son transmitidos por personas
importantes en la vida de ésta, que la alientan o la denigran. Otra causa de
desvalorización puede ser la comparación con los demás, destacando de éstos las
virtudes en las que son superiores y, en consecuencia, creyendo que su propia existencia
no tiene una finalidad, un sentido. Estas personas no llegan a comprender que las
personas son diferentes, únicas e irrepetibles, por lo que se consideran menos que los
demás.

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1.4.1.1.- Indicadores de una baja autoestima.


La persona que carece de un grado normal de autoestima manifiesta alguno de
los síntomas que se citan:

A) Autocrítica rigorista y desmesurada que la mantiene en un estado de insatisfacción


consigo misma.

B) Hipersensibilidad a la crítica por la que se siente exageradamente atacada o herida.


Echa la culpa de sus fracasos a los demás o a la situación. Cultiva resentimientos
pertinaces contra sus críticos.

C) Indecisión crónica, no por carecer de información, sino por un miedo exagerado a


equivocarse.

D) Perfeccionismo, autoexigencia esclavizadora de hacer “perfectamente” todo lo que


intenta, lo que implica frustración al no lograrlo.

E) Deseo innecesario de complacer, por el que no se atreve a decir NO, por miedo a
desagradar y a perder la benevolencia o buena opinión del peticionario.

F) Culpabilidad neurótica, por la que se acusa y se condena por conductas que no


siempre son objetivamente malas.

G) Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún por
cosas de poca monta, propia del supercrítico a quién todo sienta mal, todo le
disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.

H) Tendencias depresivas, un negativismo y una inapetencia generalizados del gozo


de vivir y de la vida misma.

Fuente: Genoveva Tapia Alarcón https://es.slideshare.net/genovevatapiaalarcon/autoestima-y-control-de-emociones

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1.4.1.2.- Características de las personas con bajo nivel de autoestima.


Se pueden observar comportamientos verdaderamente diferenciados y opuestos,
pero en los que siempre está como causa de origen la falta de autoestima y el evitar de
asumir su propio desarrollo y madurez personal, en definitiva, su autorrealización.
Así encontramos personas con una actitud de “víctima”, con la creencia de que la
vida solo les aportará desencanto y sin ánimo de afrontar cualquier proyecto, totalmente
pasivas. Pero también hallamos el extremo opuesto, personas que creen ser y actuar
siempre con la absoluta perfección, sin concienciarse de sus limitaciones, sin aceptar
ningún tipo de críticas; algo que también inmoviliza e impide el desarrollo personal.
En las personas con bajo nivel de autoestima podemos encontrar:
a) No existe la autoaceptación, rechazándose a sí mismas a nivel físico, mental y
emocional. Considerando que no posee ningún rasgo positivo y todo lo que valora
en sí son defectos o errores. Alto nivel de sentimiento de inferioridad.
b) Dependencia de la opinión y valoración de los demás, su “locus de control” es
externo, sintiendo siempre el temor de perder el afecto o consideración de los
demás.
c) Susceptibilidad y excesiva sensibilidad a la crítica. Los fracasos y errores los
magnifican y los utilizan como reafirmantes de su falta de competencia y valía.
d) Indecisión y falta de iniciativa para tomar una decisión o responsabilidad, con
dudas continuas.
e) Visión negativa de su entorno, sus vivencias y de sí mismos que le sumen en la
depresión, la tristeza y la amargura.

fuente: Fátima García https://es.slideshare.net/fatiimitasgarcia/la-autoestima-42068068

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1.4.2.- Autoestima positiva: Características.


No se suele hablar, de modo genérico, de una alta autoestima, sino de narcisismo
y de buena autoestima. El narcisismo es el amor excesivo hacia uno mismo o hacia algo
hecho por uno mismo. Por eso se dice que una persona es narcisista cuando está
enamorado de sí misma, de lo que piensa, de lo que hace, de cómo es, de cómo se viste,
etc., pero no del propio ser, sino de la imagen del yo. En relación al narcisismo hay que
tener en cuenta dos elementos, uno la imagen, que es como se ve exteriormente la
persona, y la otra es el amor, que es el amor excesivo de la persona hacia sí misma.
En cuanto a la buena autoestima, la persona que la tiene no necesita competir, no
se compara, no envidia, no se justifica por todo lo que hace, no actúa como si “pidiera
perdón por existir”, se da cuenta de que los demás tienen sus propios sentimientos,
problemas, soluciones, etc.

1.4.2.1.- Características de la persona con alto nivel de autoestima.


a) Cree firmemente en ciertos valores y principios, está dispuesta a defenderlos aun
cuando encuentre fuerte oposición colectiva, y se siente lo suficientemente
segura como para modificar esos valores y principios si nuevas experiencias
indican que estaba equivocada.
b) Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio juicio, y sin
sentirse culpable cuando a otros le parece mal lo que haya hecho.
c) No emplea demasiado tiempo preocupándose por lo que haya ocurrido en el
pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.
d) Tiene confianza en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin
dejarse acobardar por los fracasos y dificultades que experimente.
e) Se considera, y realmente se siente, igual como persona a cualquier otra
persona, aunque reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio
profesional o posición económica.
f) Da por supuesto que es una persona interesante y valiosa para otras, por lo
menos para aquellos con quienes se asocia.
g) No se deja manipular por los demás, aunque esté dispuesta a colaborar si le
parece apropiado o conveniente.
h) Reconoce y acepta en sí misma una variedad de sentimientos e inclinaciones,
tanto positivas como negativas, y está dispuesta a revelarlas a otra persona si le
parece que vale la pena.
i) Es capaz de disfrutar diversas actividades como trabajar, jugar, descansar,
pasear, estar con amigos, etc.
j) Es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia
generalmente aceptadas, reconoce sinceramente que no tiene derecho a medrar
o divertirse a costa de los demás.

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fuente: Fátima García https://es.slideshare.net/fatiimitasgarcia/la-autoestima-42068068

Fuente: Mª.Eugenia Patlán López (Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social)


https://es.slideshare.net/colegioskinner/autoestima-11220450

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1.5.- AUTOESTIMA Y EDUCACION.


La autoestima se toma en consideración, en al aula, cuando el docente tiene en
cuenta las diferencias individuales de cada alumno, tanto las habilidades como las
limitaciones. Para ello hay que tener en cuenta que cada persona es el resultado de la
interacción dinámica de una serie de factores que le permiten expresarse como un ser
único, con características propias. Cada persona tiene maneras distintas y particulares
de percibir y reaccionar ante situaciones similares.

El hecho de aceptar la individualidad del alumno estimula la confianza en sí


mismo, lo que le hace sentirse valorado e importante. Por consiguiente, se sentirá más
libre de expresar sus sentimientos e ideas. Además, se sentirá querido y respetado.
Otros aspectos que favorecen la autoestima en el alumno son permitir la expresión de
sus ideas y tomarlas en consideración, estimular el trabajo autónomo y creativo.

1.5.1.- La autoestima en el Centro Educativo.

El niño, al ingresar en la escuela, descubre un mundo diferente y establece


relaciones diferentes a las familiares. De estas nuevas relaciones obtendrá nuevos
juicios de sí mismo. La escuela se convierte en un factor reforzador de la autoestima o
el autorrechazo, en un espacio en donde compañeros y profesores influirán sobre la
totalidad de la personalidad del alumno.

Las actitudes, iniciativas, expectativas y conductas del docente tienen efecto no


solo en el aspecto intelectual, sino que llegan a tener un fuerte impacto en el aspecto
emocional de los alumnos. En consecuencia, el profesor tiene un papel fundamental en
el ambiente del aula.
Muchas veces, las actitudes inconscientes o subjetivas tienen mucho más peso
que las “razonadas” o voluntarias. Las primeras se manifiestan en juicios, reflexiones,
mímicas despreciativas, olvido, abandono, abusos o falta de respeto. Por eso las
apreciaciones que tenga el profesor de sus alumnos contribuirán a desarrollarse en ellos
maneras de sentir, pensar, comunicarse, actuar y autovalorarse o desvalorizarse.
La estructura grupal del aula está determinada por la interrelación que los
alumnos establecen entre sí, en la que éstos ocupan diferentes posiciones. La vida del
aula posibilita una diversidad de experiencias, interacciones, actividades y creatividades
en las que están en juego las diversas personalidades de los demás.
Ante la importancia del desarrollo de una adecuada autoestima desde el ámbito

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Educar la Autoestima de los Alumnos

de la intervención educativa, cabe plantearse una pregunta:


¿Cómo intervenir desde el sistema educativo y desde el entorno del sujeto, para
conseguir que cada individuo alcance su propia identidad y una autoestima positiva ?

Siguiendo a D. Carkille (1989), la autoestima se puede enseñar a partir de:

a) Adquirir cada vez más conocimientos de sí mismo. Es decir, conocer


acerca de nuestro cuerpo, nuestros sentimientos, deseos, pensamientos,
aptitudes, etc.

b) Promover la autoaceptación, o lo que es lo mismo, aprender a no


rechazar su experiencia y a no rivalizar con uno mismo.

c) Potenciar la autoafirmación, que es igual a aprender a expresarse en la


acción diaria.

Si en la práctica educativa promovemos acciones encaminadas al


autoconocimiento, a la autoaceptación y a la autoafirmación, no estamos más que
educando la autoestima de los alumnos. Para educar en la autoestima a los alumnos,
los docentes pueden:

a) Ofertarles actividades o vivencias en las que puedan experimentar su propia valía y la


posibilidad de obtener el éxito.

b) Corregir los errores, evaluando estos, pero no infravalorando o criticando a la persona,


y dando pautas para una correcta actuación.

c) Fomentar la independencia de la responsabilidad.

d) Ayudarles a entender que el fracaso y la frustración pueden aparecer, en cualquier


persona, y que se puede y debe aprender de ello, no abandonándose al desánimo ni
la apatía.

e) Ser, los profesores, un adecuado modelo de conducta.

En el proceso educativo cualquier momento es adecuado para fomentar la


autoestima, pero dada la evolución psicofísica y vivencial del propio alumnado, pueden
darse etapas evolutivas de desarrollo y experiencias vitales de crisis en las que la
autoestima entre en declive y se afecte negativamente. En estas situaciones el educador
debe estar alerta e intervenir adecuadamente.

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Educar la Autoestima de los Alumnos

Por ello, el docente, ha de reflexionar sobre la idoneidad de utilizar distintas


estrategias o de potenciar diversas situaciones de relación interpersonal, y tratar de dar
respuesta a la cuestión de ¿cómo mejorar o potenciar la autoestima? Gil (1997)
responde que el profesorado debe:

a) Liberarse progresivamente de los sentimientos negativos, de las ideas erróneas y


de “mascaras de interpretación”, para llegar a aceptarse a sí mismo.

b) Reconocer que “no es” la autoestima.

c) Aprender a evaluar la conducta propia sin caer en sentimientos de culpabilidad o


neurosis de angustia.

d) Aceptar que las apariencias no son lo más importante.

e) Vivir activamente y asumir responsabilidades.

f) Perder el miedo a revelar los sentimientos y debilidades propios a los amigos.

g) Desarrollar habilidades sociales.

h) Suscitar conductas asertivas.

i) Vivir según el propio sistema de valores, no dejándose invadir.

j) Derribar barreras internas para tener éxito en el trabajo y las relaciones.

k) Ser autentico y consecuente en las relaciones.

l) Fomentar la autoestima de otros.

m) Tener el coraje de autoaceptarse.

n) Practicar la autorelajación y la autosugestión positiva.

o) Aprender a tomar decisiones.

p) Entrenarse en la solución de problemas.

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1.5.2.- Aspectos generadores de autoestima.

1.5.2.1.- Lo que el profesor dice a sus alumnos.

La conducta del profesor tiene una gran influencia sobre el alumno. Diversos
estudios han demostrado que cuando el profesor manifiesta explícitamente los aspectos
positivos del alumno, ya se refieran a cualidades físicas, académicas o personales, se
producen mejoras en las autoimagenes de los alumnos.
Es difícil pensar en un profesor que no sea capaz de encontrar, en la personalidad
del alumno, algo digno de ser destacado y alabado. El poner de manifiesto lo positivo
sobre lo negativo (aunque lo negativo se haga explícito), permite ofrecer elementos de
referencia adecuados para asumir las propias deficiencias personales.
El profesor, a través de sus mensajes verbales, ha de ayudar al alumno a verse
con realismo, pero siempre como una persona valiosa y agente de su propio proceso
educativo y no como simple receptor pasivo y sometido a continuas presiones y
descalificaciones como alumno y como persona.

1.5.2.2.- El tipo de refuerzo empleado por el profesor.

Suele asumirse, con demasiada frecuencia, que como el deber del alumno es
“hacer bien las cosas”, tan sólo debemos actuar cuando éstas no se hacen como se
debe. La consecuencia inmediata es que la utilización de “refuerzos negativos” se erige
como práctica habitual. ¿Por qué dar punto por haber hecho los deberes si ésta es la
obligación? Lo lógico es “quitarlos” cuando no se han hecho. Esta y muchas más
cuestiones manifiestan el inadecuado uso que el profesor hace de la crítica positiva y de
la alabanza.
Asumir la idea de que la crítica negativa espolea la consecución de mejores
resultados es ignorar que el mecanismo del refuerzo de la conducta está mediatizado
por cada situación y por las características particulares de cada individuo y grupo. Así,
siempre produce mejores efectos la alabanza que la crítica. Además, cuando ésta última
se utiliza en público es mejor hacerla sutilmente dirigida al grupo, que no individualmente.
No obstante, si se utiliza a nivel particular, por el efecto de “personalización”, tanto la
alabanza como la crítica tienen sus mayores efectos.
El uso del refuerzo adquiere mayor importancia en cuanto a su influencia en el
desarrollo de un positivo autoconcepto de los alumnos. Horas de trabajo, ansiedad y
expectativas merecen algo más que una simple nota (en la evaluación). El juicio
impersonal de una nota sirve para muy poco, se lograría mucho más si la fría nota de un
examen diese paso al comentario oral (al individuo o al grupo) en donde se resaltasen
los logros alcanzados y las orientaciones para solucionar las dificultades existentes.
Cuando tal práctica se lleva a cabo, el alumno busca con interés el comentario que su
profesor le dirige a él.

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Educar la Autoestima de los Alumnos

1.5.2.3.- Las expectativas que tiene el profesor.

El hecho de que el profesor crea y confíe en el alumno tiene una importancia capital.
Es necesario creer en el valor del otro para poder transmitirle un sentimiento de valía y
de reconocimiento personal que de calidad a la interacción personal entre profesor y
alumno. Son demasiados los alumnos que sienten que sus profesores no creen en ellos,
que no cuentan con ellos, que no les invitan a participar. Ni tan siquiera les preguntan en
clase por aquello de no perder el tiempo, ya que no van a contestar correctamente.

Las expectativas que el profesor ha generado a partir de situaciones y experiencias


anteriores de diversa índole (hermanos, familiares, cursos anteriores...) tienden a ser
volcadas en el nuevo alumno y en la nueva situación de aprendizaje. Se ha comprobado
que los profesores proyectan sus expectativas positivas sobre los alumnos que han
funcionado bien en asignaturas de cursos anteriores o que han tenido alumnos con buen
rendimiento escolar, y viceversa. Está demostrado que el rendimiento académico es
mayor en aquellos alumnos sobre los que el profesor tiene expectativas positivas.

Ahora bien, el modo en que actúan las expectativas del profesor es complejo y está
sujeto a ciertos condicionantes. Puede afirmarse, en general, que cuando están
claramente definidas, puede servir como importante marco de referencia para la propia
autoevaluación del alumno, y puede ayudar a comprender la existencia de un “marco
social” con cuyas restricciones y demandas debemos aprender a convivir. Es igualmente
claro el mensaje al alumno de que él tiene la capacidad suficiente para llevar a cabo la
tarea exigida.

Uno de los mayores problemas que se presentan en este punto es el que se refiere
a lo inconsciente de las conductas del profesor que transmiten bajas expectativas. El
hecho de que el profesor no le dé importa a ciertos comportamientos propios no es
debido a una actitud negativa o mal intencionada, sino a la ignorancia que tiene acerca
de la dinámica del alumno como ser humano. Conductas como, a modo de ejemplo,
esperar menos tiempo para que nos responda un alumno el que no esperamos
respuestas correctas, situar al final de la clase a los alumnos que “no siguen”..., ponen
de manifiesto el carácter trivial que los profesores conceden a la relación
profesor/alumno.

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Educar la Autoestima de los Alumnos

1.5.2.4.- Actitudes de los profesores que favorecen el fortalecimiento y el


desarrollo de la autoestima.

Hemos visto, a lo largo de esta unidad, que la autoestima viene determinada por el
autoconcepto. Y también que éste último se conforma y elabora a partir de los distintos
juicios valorativos sobre la persona. En este sentido la valoración y actitud que los
educadores tengan respecto al alumno influirá de forma determinante en el autoconcepto
que éste vaya configurando y, por consiguiente, en su autoestima.
La idea o concepto que el individuo forma sobre su propia competencia académica,
personal, etc., se construye al interaccionar con los otros, teniendo como referenciales
significativos a aquellas figuras parentales, orientadoras, formadoras o iguales de su
entorno.
Es evidente, en consecuencia, que determinadas actitudes, conductas y opiniones
del profesor pueden favorecer o entorpecer el desarrollo y consolidación de un nivel
óptimo de autoestima. Siguiendo a Gil (1997), se citan una serie de las conductas y
actitudes que contribuyen a desarrollar y educar la autoestima de los alumnos:

• Conocer y aceptar al alumno cono ser único, importante y digno de atención y


respeto.
• Llamarle por su nombre.
• Elogiarle de forma realista, sin adulación, poniendo de manifiesto sus actitudes
positivas.
• Evitar comparaciones innecesarias.
• Insistir más en las metas a conseguir que en los fallos a corregir.
• Ayudarle a encontrar satisfacción consigo mismo y a elogiarse, interiormente y
ante los demás, cuando proceda.
• Ofrecer, junto a la crítica, alternativas y valoración positiva.
• Crear un ambiente de confianza y tranquilidad, exento de agresividad.
• No utilizar como recurso el miedo, que fomenta la inseguridad.
• No ridiculizarlo. Suscita timidez e inferioridad.
• Estimularlo, comprenderlo, animarlo y motivarlo.
• Valorar todo lo positivo del alumno cuando lo necesite.
• Mostrarles solidaridad o empatía, no compasión ni lástima.
• Ayudarles a plantearse objetivos realistas.
• Ser acogedor y dialogante.
• Despertar una orientación hacia la acción.
• Ser coherentes en nuestra forma de hablar y actuar.

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1.5.3. La autoestima en los alumnos.

Para terminar, y centrándonos en los alumnos, conviene describir las características de


la alta y baja autoestima. tal y como se indica en la siguiente tabla.

LA AUTOESTIMA EN LOS ALUMNOS


Alumnos con alta autoestima Alumnos con baja autoestima

• Actuará con independencia: Elegirá y • Desmerecerá su talento: Dirá “no puede


decidirá como emplear su tiempo, sus hacer esto...”, “no sé cómo se hace...”
ocupaciones... Buscará amigos y • Sentirá que los demás no le valoran: Se
entretenimientos por sí sólo. sentirá inseguro o negativo hacia el
• Asumirá responsabilidades con apoyo o afecto que le prestan los
facilidad: Actuará con prontitud y demás.
seguridad, no será preciso pedírselo. • Se sentirá impotente: Sus actitudes y
• Afrontará nuevos retos con entusiasmo: actos estarán faltos de seguridad
Le interesaran tareas desconocidas y • Se dejará influir por los otros con
actividades nuevas. facilidad: Cambiará de ideas o de
• Estará orgulloso de sus logros: Se comportamientos con frecuencia, será
sentirá contento al finalizar un trabajo y fácilmente manipulable.
mostrará motivación intrínseca. • Tendrá pobreza de emociones y
• Demostrará amplitud de emociones y sentimientos: Repetirá una y otra vez
sentimientos: Expresará sus unas pocas expresiones emocionales.
sentimientos de forma espontánea y no Sus respuestas serán predecibles.
reprimirá emociones.
• Evitara las situaciones que le provoquen
• Tolerará bien las frustraciones: ansiedad: Presentará escasa tolerancia
Manifestará diferentes estrategias de ante las situaciones que le provoquen
afrontarlas. angustia, falta de control...
• Se sentirá capaz de influir en otros: • Se pondrá a la defensiva: Será incapaz
Tendrá confianza en el efecto que de aceptar las críticas, podrá excusas
produce en los otros. para justificar sus comportamientos.
• Echará la culpa a los otros de sus
debilidades: Rara vez admitirá los
errores y atribuirá a los otros, o a la
mala suerte, la causa de sus
dificultades.

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Educar la Autoestima de los Alumnos

BIBLIOGRAFIA.
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autoestima. (1996) Los seis pilares de la autoestima. Editorial Paidós.
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➢ Caballo, V. (1993). Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades


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➢ Morganett, RS. (1995). Técnicas de intervención psicológica para


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➢ Voli, F. (1994) Autoestima para padres. Manual de reflexión y acción


educativa. (1997) Autoestima para profesores. Editorial San Pablo. MADRID

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