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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE

4:
ANÁLISIS DE LA COMPETENCIA PARENTAL A
PARTIR DE UN CASO

Pedagogía Familiar
Rocío Fernández Ribera
Índice

1. Marco teórico………………………………………………………………….pág. 3

1.1. La competencia parental……………………………………………..pág. 3

1.2.Concepto de Apego……………………………………………………pág. 4

1.3. Tipos de Apego……………………………………………………….pág. 5

2. Desarrollo de la actividad…………………………………………………….pág. 7

2.1.Aspectos de la competencia parental…………………………………pág. 7

2.2.Propuesta de mejora del caso……………………………………….pág. 10

3. Análisis crítico……………………………………………………………….pág. 12

4. Bibliografía………………………………………………………………..…pág. 13

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1. Marco Teórico
1.1. La competencia parental

Ser padres no es una tarea fácil, sino más bien una tarea en constante desarrollo
mediante la que los padres y las madres cuidan, educan, inculcan valores a sus hijos e
hijas al mismo tiempo que promueven su socialización. Es, por lo tanto, una tarea
complicada que cabe realizarla óptimamente para que los niños y las niñas se desarrollen
de forma adecuada en la sociedad. No obstante, hay familias en las que las actitudes no
son las adecuadas/esperadas y los niños y niñas no se desenvuelven del modo que se
espera.
Por este motivo se habla de la competencia parental, refiriéndose a la capacidad
para cuidar de los hijos y dar respuestas adecuadas a sus necesidades. Masten y Curtis
(2000, citado en Salles y Ger, 2011, p.28), definen la competencia como: “un concepto
integrador que se refiere a la capacidad de las personas para generar y coordinar
respuestas (afecto, cognición, comunicación, comportamiento) flexibles y adaptativas a
corto y a largo plazo ante las demandas asociadas a la realización de sus tareas vitales y
generar estrategias para aprovechar las oportunidades que se les brindan”.
En la misma línea, Rodrigo, Máiquez, Martín y Byrne (2008, citado en Salles y
Ger, 2011, p.29) definen las competencias parentales como: “el conjunto de capacidades
que permiten a los padres afrontar de forma flexible y adaptativa la tarea vital de ser
padres, de acuerdo con las necesidades evolutivas y educativas de los hijos/as y con los
estándares considerados como aceptables por la sociedad, y aprovechando todas las
oportunidades y apoyos que les ofrecen los sistemas de influencia de la familia para
desarrollar estas capacidades”.

En suma, la labor de los padres debe ser la de educar y criar a los niños en un
ambiente seguro, en un ambiente de aceptación, de respeto, de afectividad, de
estimulación, tratando de que se desarrollen de forma correcta física y mentalmente.
Además de satisfacer las necesidades que tengan sus hijos, deben atender sus propias
necesidades. Así pues, se deberán ir adoptando respuestas diversas a las necesidades que
se vayan planteando, necesidades de los propios progenitores y necesidades de los hijos
en cada etapa del ciclo vital.

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1.2. Concepto de Apego

Las dos figuras que representan los orígenes de la teoría del Apego son John
Bowlby y Mary Ainsworth. El punto de partida de este primer psicoanalista (Bowlby)
fueron las observaciones que realizó en niños separados de sus padres y colocados en
hospitales y hogares infantiles, en un entorno desconocido, no familiar. Las
consecuencias de estas separaciones determinaron síntoma de ansiedad y ambivalencia
respecto a los progenitores de los menores.

La psicóloga Mary Ainsworth fue quien protagonizó más tarde la etapa del
desarrollo acerca del Apego. Realizaba observaciones naturalistas intensivas de la
interacción entre la madre y el menor. A partir de algunos trabajos de esta psicóloga en
Baltimore (1970) diseñó su conocida situación experimental: “Situación del Extraño”,
dónde se examinaba el equilibrio entre las conductas de apego y de exploración, bajo
condiciones estresantes.

Pero interesa destacar el concepto de Apego, definido por Gimeno (2008, citado
en Cánovas y Aroca, 2014, p.87) como una relación afectiva en la que una de las personas
retiene la proximidad de la otra, de quien recibe apoyo, protección, cuidados y a la que
considera más sabia o más fuerte. También se define como “la relación especial que el
niño establece con un número reducido de personas, y que se llama apego, es un lazo
afectivo que se forma entre él mismo y cada una de estas personas, un lazo que se impulsa
a buscar la proximidad y el contacto con ellas a lo largo del tiempo” (Ortiz y Yarnoz,
1993, 16, citado en Cánovas y Aroca, 2014, p.87).

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1.3. Tipos de Apego

En las investigaciones de la psicóloga Ainsworth de Uganda, mencionadas en


líneas anteriores se extrajo información relevante para el estudio de las diferencias de la
calidad de la interacción establecida entre madre-hijo y su influencia, sobre la
información del apego, identificó por primera vez dos patrones principales de apego:
apego seguro, en el cual los niños lloraban poco y se mostraban alegres cuando
exploraban en presencia de la madre; apego inseguro, en el cual los menores lloraban
con mayor frecuencia, incluso estando en brazos de la madre y, niños que aparentemente
no mostraban conductas diferenciadas hacia sus madres.

En el año 1978, Mary Ainsworth y otros autores investigaron mediante un test, el


Test de la Situación Extraña (un procedimiento controlado). Se observaba en esta prueba
la reacción del menor cuando la madre abandonaba a su hijo y volvía a entrar a la
habitación donde estaba el niño. Los investigadores observaron diferentes tipos de apego,
según el grado de seguridad que mostraba el niño en relación con su madre. De este modo,
los autores extrajeron tres tipos de apego, los cuales se van a desarrollar a posteriormente.
Los tres tipos de apego son: apego seguro, apego inseguro evitativo y apego inseguro
ambivalente-resistente. Más tarde, Main y Solomon (1986) destacaron otro tipo de apego,
apego desorganizado/desorientado, también conocido como apego ansioso-
desorganizado.
Las características de cada uno de estos tipos de apego son:

i. Apego seguro: los niños con este tipo de apego tienen un sistema de apego activo
que funciona de forma adaptada a las diferentes situaciones. Cuando la madre está
en la habitación junto al niño, este explora sin ningún tipo de problema. Cuando
la madre lo abandona decae la exploración del entorno y aparece la angustia por
la separación. Al aparecer de nuevo la madre, el niño expresa su alegría y activa
sus conductas de apego hacia ella. En poco tiempo vuelve a explorar el entorno
puesto que se reconforta con facilidad.

ii. Apego inseguro con evitación o rechazo: se caracteriza por no manifestar


protestas ni inquietud durante la separación de la madre. El niño continúa
explorando y jugando. Al regresar la madre, ésta dirige más interés en los juguetes

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del niño que en él. Él, por su parte durante el reencuentro con su madre, la evita o
la ignora. Ante la aparición de personas extrañas, el niño no se incomoda o
intranquiliza.

iii. Apego inseguro con ambivalencia: no se utiliza la figura de la madre como figura
de seguridad desde la que explorar el ambiente y los juguetes. El niño no se aleja
de ella demostrando un bajo interés ante la exploración física y social del entorno.
Su nivel de ansiedad ante la ausencia de la madre es muy alto. Durante su
reencuentro, el niño se muestra ambivalente con su madre, pues por un lado se
preocupa por mantener proximidad y contacto con ella, pero, por otro lado,
cuando la madre inicia el contacto, muestra oposición o rechazo.

iv. Apego desorganizado-desorientado: en este tipo de apego se encuentran los niños


que aparecen en el apego ambivalente y en el apego evitativo.

2. Desarrollo de la actividad

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2.1. Aspectos de la competencia parental

Tras el visionado del documental “Padres difíciles, niños con problemas” se va a


tratar de analizar la situación del mismo. Se trata del día a día de Peter, un niño de una
edad de 6-7 años quien presenta problemas graves de conducta. Por este motivo, los
padres de Peter intentan introducir estrategias en su vida diaria para modificar la conducta
de su hijo y la de ellos mismos.

En primer lugar, cabe destacar las necesidades del menor. Peter no dispone de
conceptos sociales, por lo tanto, no es consciente de lo que es una conducta adecuada y
una conducta inadecuada. Presenta un comportamiento muy diferente a los de otros niños
de su misma edad, puesto que está totalmente descontrolado y desde corta edad tiene un
comportamiento negativo, pegando y amenazando a sus compañeros y compañeras de
clase y a su propia madre.
En el progreso de su día a día se vuelve más violento, aunque estos
comportamientos violentos disminuyen si su padre Bob está en casa, puesto que Peter
sabe que hay ciertos límites que no puede sobrepasar, aunque, se observa que no hay
relación padre-hijo. Además, guarda mucho rencor hacia sus progenitores, hasta el punto
de llegar al asesinato en una escena que interpretaba con muñecos al hospital dónde
acudían, tema que trataremos en líneas posteriores.
Desde mi punto de vista como pedagoga, a grandes rasgos, creo que Peter podría
presentar un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Se puede ver
a lo largo del documental que es un niño inquieto, que necesita estar en constante
movimiento, jugando en todo momento, y es esto lo que reclama en cada ocasión. La
atención de sus progenitores para que jueguen con él, puesto que es un niño muy
agitado.
Es en este momento cuando el menor entra en cólera, puesto que sus padres no le
prestan la atención que Peter reclama. El niño requiere atención de los adultos con los
que convive, y tras intentar captar su atención y no conseguirlo es cuando trata de imponer
sus propias normas. Normas y comportamientos negativos que finalmente, captan la
atención de sus padres. Pero, es en este momento cuando los padres del menor actúan
agresivamente hacia él, obligándole a no molestar o a realizar/pedir tareas de formas no
adecuadas, es decir, sus padres actúan de forma violenta, y así, Peter ha aprendido que la

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violencia y/o las agresiones son formas de tratar y de relacionarse con los demás. Estas
agresiones causan problemas continuos en el desarrollo del menor.

En segundo lugar, las capacidades parentales, ante la situación del menor, los
padres (Bob y Lynn) deciden iniciar una terapia grupal en un hospital con otros padres
que tienen hijos con características similares a las que presenta Peter.
Peter sabe que no puede sobrepasar los límites cuando está con su padre, aunque
no hay una relación afectiva entre padre e hijo, como hemos mencionado anteriormente.
Por el contrario, la relación con la madre es totalmente nula. Ambos se gritan e insultan,
Peter no muestra afecto hacia su madre ni tampoco Lynn hacia Peter.
A la terapia dónde acuden los padres de Peter les proporcionan unas estrategias
para aplicar con los menores. Inicialmente los padres de Peter lo ponen en marcha y se
involucran con su hijo, incluso llegan a felicitarle y reconfortarle positivamente, pero
“tiran la toalla” y regresan a los ciclos violentos, a las amenazas y a los insultos.

Según la clasificación de los estilos educativos que nos ofrece Baurmind (1967),
podríamos destacar que los padres de Peter son autoritarios, resaltando características
como; controladores, controlan cada actividad de exploración que realiza el menor
(cuando quiere salir a jugar al jardín, cuando abre la nevera y le caen varios
productos…); no fomentan el diálogo, en cualquier circunstancia los padres de Peter no
tratan de dialogar con el menor, simplemente tratan de amonestar agresivamente al niño;
aparece una carencia de afectividad. Esta es una característica muy importante en este
documental. Peter es un niño que necesita una mayor atención, la cual no le dan. No
aparecen conductas afectivas de los padres, nunca le dan refuerzos positivos al menor
cuando realiza algo de forma correcta/adecuada, lo que conlleva que el niño sea
conflictivo o irritable, que se enfade con facilidad, que se quede insatisfecho…

Por otro lado, es importante destacar la clara incompetencia parental que


presentan los padres de Peter. Uno de los motivos de esta incompetencia, podría ser por
los sucesos que los padres de Peter sufrieron cuando eran pequeños. Estos sucesos
han marcado el estilo parental hacia su propio hijo. Bob, pese a sus esfuerzos de mejorar
su práctica parental cree que es más efectivo ser un padre estricto y violento (como fue
su padre con él). También Lynn se cree incapaz de tratar con ternura a su hijo ya que no
tiene el recuerdo de una madre, y en todo momento interpone gritos, insultos y

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comportamientos agresivos hacia Peter. Las carencias afectivas en los padres de Peter
cuando eran menores, ahora se ven reflejadas en su hijo.

Otro de los elementos importantes en el análisis del documental, es el contexto


donde se desarrollan los hechos.

Inicialmente Peter acudía a la guardería y al jardín de infancia, lugares de los


cuales fue expulsado por su mal comportamiento y sus malas conductas (agresiones a sus
compañeros), así que, sus progenitores deciden buscar asesoramiento en un hospital. En
una de las escenas en el hospital, la cual se ha planteado en líneas anteriores, Peter
representa una situación entre sus dos progenitores. La respuesta es completamente
violenta: Peter mata a su padre por perder unas llaves y posteriormente, los considera
fallecidos. Seguidamente, después de esta prueba, (también en el hospital) Peter y su
madre juegan juntos hasta que se acaban enfrentando. Observamos que entre Lynn y Peter
no hay lazos afectivos puesto que confunden el juego con un enfrentamiento, no presentan
seguridad.
Lynn no puede controlar a su hijo, siempre que trata con él lo hace de forma
agresiva y violenta (llegándole a pegar un bofetón), por este motivo, siempre pide a Bob
que trate de controlar al menor, aunque el modo de hacerlo tampoco es el correcto, puesto
que le da órdenes directas y rígidas que el menor posteriormente adquiere y trata de
utilizar a la inversa (hacia sus padres).
Así pues, tras las estrategias que se les ofrecen en el hospital tratan de ponerlas en
marcha, “ignorando” las conductas negativas de Peter y parece tener un buen resultado.
El menor, en esta escena, empieza con una simple “pataleta” y su conducta negativa es
ignorada y logra integrarse de nuevo en el juego con sus padres. Observan resultados
positivos, pero, Bob se cansa de jugar con su hijo continuamente y provoca un descenso
de la mejora del comportamiento que habían conseguido. Por lo tanto, la conducta del
menor empeora.
También se pueden mencionar algunos comportamientos como: momento cuando
a Peter se le caen objetos del armario, su madre le grita e insulta porque le han caído todos
los objetos; Peter pide permiso para salir a jugar al jardín, su madre le insiste
continuamente en que el menor le implore como ella quiere escuchar que le pida permiso
para salir a jugar al jardín; Peter coge el bastón y golpea a su abuelo, le amenaza y golpea
hasta que finalmente acaba aplaudiendo y riéndose por haberle ganado a su abuelo,

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seguidamente, cuando Bob se entera decide castigarle con el mismo acto que él ha tenido
hacia su abuelo.
Tras los actos negativos del menor, se dan por vencidos y siguen con su mismo
estilo autoritario e incluso peor, no dan cariño ni afecto a su hijo.

Hay que señalar, el desperdicio que hacen Bob y Lynn sobre las técnicas y
estrategias que aprenden en el hospital donde acuden. No son capaces de tener constancia
con el menor y utilizar las técnicas para mejorar las conductas de su hijo. Sin embargo,
otros de los padres que acuden a este mismo hospital, sí que han podido modificar la
conducta de sus hijos, haciendo un uso adecuado de las estrategias que les han
enseñado/ofrecido. Así aparece claramente en el documental. La mayoría de los padres
están felices porque han logrado modificar/mejorar las conductas de sus hijos.

El tipo de apego que posee el menor, Peter. Se trata de un apego inseguro, pues
los padres del niño no se implican en mejorar su conducta, no son competentes y no logran
poner en marcha las estrategias que se les ofrecen. Además, la madre del menor huye del
contacto corporal y verbal de su hijo en casi todos los momentos que se observan en el
documental. El niño necesita más atención y cuidado de sus progenitores, lo cual no le
dan, es decir, no hay afectividad por parte de los padres, como se ha mencionado. Sin
embargo, Peter pide esas muestras de afecto constantemente. Y, además la interacción
entre los padres y el niño es en todo momento controladora, intentando que la conducta
del niño no sea negativa, pero no lo consiguen debido a su forma de dialogar. Por lo tanto,
el apego del menor es un apego inseguro “resistente”, también conocido como
ambivalente, ya que los padres se muestran finalmente indiferentes en las conductas de
su hijo, no son capaces, como veníamos diciendo, de aprovechar los recursos que les
ofrece la comunidad ni de implicarse en cambiar su propia conducta con el menor.

2.2. Propuestas de mejora del caso

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Se observa en el documental la puesta en práctica de varias medidas para cambiar
las conductas de Peter. Estas medidas se llevan a cabo en un hospital donde acuden los
padres del menor, pues les enseñan técnicas y estrategias para modificar la conducta del
niño. Pues como todo proceso de cambio conlleva un tiempo determinado, es un proceso
lento, pero bien aplicado mejora la situación. El problema es que los padres de Peter “tiran
la toalla”. Logran introducir algunas de las medidas que les han ofrecido y, además,
consiguen ver una disminución de conductas negativas en su hijo, pero no es todo lo que
esperaban. Por este motivo, vuelven a usar con el menor actitudes coercitivas, imposición
y autoridad del modelo parental, lo cual agrava la situación.

Una de las medidas que deberían haber adoptado Bob y Lynn sería ser constantes
con estas estrategias, intentarlo una y otra vez. Tener, en primer lugar, una comunicación
padre-hijo fluida, focalizada y afectiva (sin usar palabrotas, ni levantar la voz).
También deberían ser empáticos. Ser capaces de ponerse en el lugar de un niño de
corta edad quien, constantemente necesita estar en contacto con sus familiares,
explorando su entorno, jugando. Deberían tener relaciones familiares, sobretodo,
afectivas.
Por otro lado, los padres, como progenitores de un niño que está desarrollándose
y creciendo, deben imponer unos límites y/o medidas para llevar a cabo conjuntamente,
marcando las directrices que Peter debe seguir, sin ser confusas. Por ejemplo, si el niño
requiere atención de sus padres y éstos no le hacen caso, el menor intenta llamar la
atención mediante malas conductas (golpea objetos, levanta la voz…). Es en este
momento cuando los padres deben pedir al niño con buenas palabras que cambie su
comportamiento. Si esto no funciona, se deben tomar otras medidas (en ningún caso
negativas, agresivas), pedirle que cambie su comportamiento con un tono más alto, o
dejarlo en un sitio seguro, pero a la misma vez aburrido, dónde pueda reflexionar y
comprender que su comportamiento no es el adecuado. Podrían practicar otras técnicas,
cómo técnicas de relajación, de reflexión…

Cabe decir, que los padres de Peter deberían dar refuerzo positivo al menor en
todas sus buenas conductas, lo cual no hacen (o muy pocas veces). Si el niño juega
tranquilamente, se le debe elogiar y decir lo orgullosos que están de ello; darle

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recompensas por realizar sus tareas (deberes del colegio, lavarse los dientes, poner la
mesa) … Un ejemplo de recompensas podría ser:
Tener una tabla con pegatinas de los siete días de la semana, si al menos consigue
cinco pegatinas buenas, el fin de semana, podría visitar el parque, el cine, un
museo, el zoo… o tener un regalo que realmente desee. Esto podría motivarle a
comportarse de forma adecuada.

Concluyendo, los padres deberían cambiar en primer lugar su actitud hacia su hijo.
Deberían hablarle con afectividad, pautarle unas normas y límites (dentro y fuera de casa),
darle refuerzo positivo en todo momento y, seguir las estrategias que se les ofrecen,
saberlas aprovechar de forma eficaz, trabajar conjuntamente con terapeutas y pedagogos
y poner en práctica estas metodologías.

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3. Análisis crítico

Educar a los hijos no es una tarea fácil, y menos todavía en la sociedad en la que
vivimos actualmente. Para muchos padres, la educación de sus hijos es lo más
importante, y sí, lo es.
El desarrollo de los niños, sus conductas y actitudes dependen de la educación que
han recibido. Si los niños presentan conductas agresivas y violentas dentro de casa,
también lo van a hacer en el colegio, en la calle… entonces, hay que frenar estas
conductas y/o comportamientos porque, de no hacerlo, el niño va a crecer con las mismas
conductas agresivas, lo cual implica que, cuando sea adulto o adolescente, pueda llegar a
cometer hechos delictivos.
Es habitual que los padres y madres que tienen hijos y en su infancia no han
crecido con unos modelos de referencia claros, ahora no pueden imponer estos modelos
a sus propios hijos. Por lo tanto, el problema son los progenitores. Si no han tenido una
infancia donde han desarrollado lazos afectivos sanos y normales es al tener hijos cuando
(de forma inconsciente) lo arrojan sobre el niño y esto da lugar a estos comportamientos.
Además, es totalmente necesario, tener una comunicación amena, fluida y
constante, donde se traten los problemas, las formas de afrontarlos, las posibles
soluciones y establecer límites y poner normas, cómo venía diciendo en el apartado
anterior.
Por otro lado, como pedagoga, creo que, ante una situación de un menor con
conductas problemáticas, se podría ayudar mediante técnicas y estrategias para ello. Se
elaboraría un programa de modificación de la conducta, realizando así una evaluación
inicial del menor y una final, comprobando y asegurándonos de su progreso y mejora.

Finalmente, si los menores que presentan o han presentado conductas problemáticas


en su infancia y no han conseguido modificarlas, podrían acceder a centros específicos
para ello, es decir, podrían acudir a centros donde se ofrecen talleres, cursos y técnicas de
para poder cambiar sus comportamientos, de modo que, adquieran actitudes positivas y
eliminen definitivamente las negativas.

4. Bibliografía

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Cánovas P. y Aroca, C. (2014). Teorías acerca de la familia en P. Cánovas y P.
Sahuquillo (Coord,). Familias y menores. Retos y propuestas pedagógicas. (45-113)
Valencia: Tirant Humanidades.

Sallés, C. y Ger, S. (2011). Las competencias parentales en la familia contemporánea:


descripción, promoción y evaluación. Educación Social, 49, 25-57. Recuperado de
http://www.raco.cat/index.php/EducacioSocial/article/viewFile/250177/369142 en
11/11/2017.

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