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Voces: APORTES Y CONTRIBUCIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL ~ DELITO ~ DELITO

PREVISIONAL ~ EVASION FISCAL ~ EVASION FISCAL AGRAVADA ~ PARTICIPACION CRIMINAL


~ PARTICIPE NECESARIO ~ PARTICIPE SECUNDARIO ~ PRESIDENTE DEL DIRECTORIO ~
PROCESAMIENTO ~ PRUEBA ~ REGIMEN PENAL TRIBUTARIO ~ RESPONSABILIDAD PENAL DEL
PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ~ SINDICO ~ SOCIEDAD COMERCIAL
Tribunal: Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba(CFedCordoba)
Fecha: 22/12/2003
Partes: De La Fuente, Eduardo y otros
Publicado en: DJ2004-1, 594 - LLC2004, 1232
Cita Online: AR/JUR/3836/2003
Hechos:
Se apeló la sentencia de primera instancia por la cual se sobreseyó al presidente de una sociedad en orden al
delito de evasión agravada de recursos de la seguridad social en concurso real y se procesó al tesorero y síndico
como partícipes secundarios y al secretario como partícipe primario. La Cámara estableció el procesamiento de
todos ellos como partícipes secundarios, revocando el sobreseimiento del presidente y modificando el grado de
participación del secretario de la sociedad.
Sumarios:
1. Cabe procesar al presidente de una sociedad en orden al delito de evasión agravada de recursos de la
seguridad social en concurso real en calidad de partícipe secundario -arts. 8° y 14, ley 24.769 (Adla, LVII-A,
55), arts. 46 y 55, Có. Penal y art. 306, Cód. Procesal Penal- desde que su actuar fue relevante al firmar
innumerable documentación -en el caso, libros societarios, así como certificados y notas dirigidas a la
Administración Fed. de Ingresos Públicos- que permite inferir que su función dentro de la empresa era de una
importancia vital y no la de ser una figura secundaria o de simple apariencia formal.
2. Corresponde procesar al tesorero de una sociedad por el delito de evasión agravada de recursos de la
seguridad social en concurso real en calidad de partícipe secundario -arts. 8° y 14, ley 24.769 (Adla, LVII-A,
55), arts. 46 y 55, Cód. Penal y art. 306, Cód. Procesal Penal- desde que no era ajeno al manejo social y tenía
cabal conocimiento de las obligaciones previsionales así como de los montos que se adeudaban al fisco, y en
tanto el resultado de las declaraciones juradas cuestionadas, que indudablemente favorecía a la sociedad, hace
presumir, "prima facie", que no podía pasar desapercibido para él por las funciones que ejercía dentro de la
empresa.
3. Debe procesarse al síndico suplente de una sociedad por el delito de evasión agravada de recursos de la
seguridad social en concurso real en calidad de partícipe secundario -arts. 8° y 14, ley 24.769 (Adla, LVII-A,
55), arts. 46 y 55, Cód. Penal y art. 306, Cód. Procesal Penal- pues además de integrar la sindicatura
efectivamente desarrolló tareas ante la Administración Fed. de Ingresos Públicos, que le fueron encomendadas
por sus conocimientos especiales en materia de planes de facilidades de pago, circunstancia corroborada por
distintos testigos, lo cual denota su participación responsable en el injusto investigado.
4. Cabe confirmar el procesamiento del secretario de una sociedad en orden al delito de evasión agravada de
recursos de la seguridad social en concurso real, modificándose el grado de participación de primaria a
secundaria -arts. 8° y 14, ley 24.769 (Adla, LVII-A, 55), arts. 46 y 55, Cód. Penal y art. 306, Cód. Procesal
Penal- pues si bien tuvo poderes de administración y representación, conocía la verdadera situación previsional
de la empresa y poseía un paquete accionario importante que lo posicionaba como la persona que más se habría
beneficiado con las conductas ilícitas investigadas, todo ello no es prueba suficiente para demostrar su
participación en el hecho investigado en la calidad de partícipe necesario.
Texto Completo:
2ª Instancia.- Córdoba, diciembre 22 de 2003.
Considerando: I. Omissis...
II. Omissis...
III. Omissis...
IV. Ahora bien, a los fines de lograr una mayor prolijidad y claridad en el análisis de los hechos sometidos a
este proceso y una correcta valoración del material probatorio incorporado, es que trataremos por separado las
distintas situaciones procesales de las personas aquí imputadas.
1) Situación procesal del imputado Eduardo De La Fuente:
Se imputa a Eduardo De La Fuente la supuesta comisión del delito de "evasión agravada de recursos de la
seguridad social reiterado", cuatro hechos en concurso real, previsto y penado en los arts. 8° y 14 de la ley
24.769 y arts. 45 y 55 del Cód. Penal.Por tales hechos el inferior, ha dispuesto con fecha 27 de junio del
corriente año a fs. 1118/1134, el sobreseimiento del mismo en los términos de los arts. 334 y 336, inc. 4°, del
CP. Dicho sobreseimiento ha sido apelado tanto por el fiscal actuante (ver fs. 1159/1161 como así también por

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los representantes legales de la AFIP (ver fs. 1157/vta.).
Antes de entrar al fondo de la cuestión traída a estudio, debemos destacar que esta sala en su anterior
conformación, al momento de resolver la situación procesal de De La Fuente con motivo de un anterior recurso
de apelación, dispuso la falta de mérito del mismo por considerar que los elementos de juicio incorporados en el
expediente -a esa altura de la investigación- no eran suficientes para homologar el decisorio impugnado, no
conformando las probanzas reunidas un cuadro cargoso que autorizara a confirmar el procesamiento y prisión
preventiva de De La Fuente y que la labor desplegada no permitió lograr el grado de probabilidad exigido por el
art. 306 del CPPN, en cuanto a poder determinar si De La Fuente era culpable como partícipe del hecho
denunciado.
En esa oportunidad se tuvo en cuenta los estatutos de la sociedad y las actas del directorio no pudiendo
perfilarse con claridad que De La Fuente haya intervenido en las maniobras investigadas. Se dijo que no se trata
de incriminar a quienes ejercen determinados cargos -en este caso de presidente de la empresa- sino a quienes
en razón de sus funciones hayan tenido de algún modo participación en las conductas reprochadas por la ley. Si
bien por la condición jerárquica que ostentaba De La Fuente en la empresa, era garante del correcto
funcionamiento de la misma, a esa altura de la instrucción y con las probanzas incorporadas, no existía
semiplena prueba de que el encartado haya obrado con el conocimiento y voluntad de cometer los delitos
motivo de investigación.
Así se dijo, que el encartado atento a su calidad de presidente de la sociedad, manejaba y representaba a la
empresa, por lo que debía estar al tanto de su política comercial. Pero el hecho de que ejerciera las mayores
responsabilidades dentro de la empresa, no autorizaba a presumir que él conocía el resultado de las
declaraciones juradas cuestionadas. Asimismo, se tuvo en cuenta que él no era accionista de la empresa por lo
que no resultaba un directo beneficiario de estas maniobras.
Ahora bien, desde aquel pronunciamiento hasta el presente, se ha desarrollado e incorporado nuevo e
importante material probatorio, el cual analizado de manera sistemática y exhaustiva nos lleva a la conclusión
de que el auto recurrido debe ser revocado parcialmente, ordenándose ahora el procesamiento del imputado
Eduardo De La Fuente en calidad de partícipe secundario en orden al delito de evasión agravada de recursos de
la seguridad social reiterado (cuatro hechos) en concurso real, ello por los argumentos que seguidamente se
desarrollarán.
Dicha medida tiene su fundamento legal en el hecho de que para el dictado de ese acto procesal se requiere
el estado intelectual de "probabilidad" de la comisión del delito, estado que se ha configurado con la
incorporación del nuevo material probatorio antes aludido.
En primer lugar debemos destacar que a fs. 674/677 obra un escrito, en el cual se ha afirmado en la parte
final que: "los datos consignados en el presente son correctos y completos y que se ha confeccionado sin omitir
ni falsear dato alguno, siendo fiel expresión de la verdad". Dicho escrito habría sido presentado ante la AFIP a
los fines de solicitar un Régimen de Asistencia Financiera y fue firmado por el imputado De La Fuente en su
calidad de presidente de la empresa Siglo 21 SACIF.
De su lectura se puede extractar que De La Fuente realiza un raconto de la situación institucional que
vincula a la empresa que representa en relación al transporte público de pasajeros de la Municipalidad de
Córdoba. Además de ello explicita las condiciones de trabajo de la empresa, la situación de crisis económica del
país y su incidencia en el transporte público.
Pero lo más importante de dicho escrito es que De La Fuente admite que la empresa de transporte Siglo 21
SACIF mantiene una deuda impositiva y previsional por distintos períodos y conceptos, por lo cual solicita un
plan de facilidades de pago (ver fs. 676).
Ello es una prueba concluyente que De La Fuente no era una "figura decorativa" en la empresa que actuaba
y firmaba sin tener conocimiento de lo que hacía o de las responsabilidades que ello traía aparejado.
Ello nos permite afirmar que De La Fuente tenía un cabal conocimiento del movimiento impositivo y
previsional de la empresa que representaba y que no era ajeno a esta temática, como también de la existencia de
una deuda fiscal y previsional al tiempo de solicitar acogerse al Régimen de Asistencia Financiera.
Asimismo, debemos valorar el escrito obrante a fs. 821, en el cual De La Fuente declara: "bajo fe de
juramento que los datos relacionados a continuación responden a la realidad y detallan de manera fehaciente los
antecedentes personales del suscripto que 'acreditan la experiencia e idoneidad' en su vinculación con la
actividad desplegada 'en el transporte público de pasajeros'" (las comillas simples nos pertenecen), suscripto
ante escribano público con fecha 7 de marzo de 2000.
Dicho elemento probatorio hecha por tierra cualquier intento de posicionarlo como que "no tenía formación
técnica, facultades materiales o directivas" para intervenir en el injusto investigado a tenor de su propia
declaración y reconocimiento de experiencia e idoneidad.

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No debemos olvidar que De La Fuente formaba parte del directorio de la empresa Siglo 21 SACIF y que
dentro de la estructura societaria, es imprescindible llevar a cabo o concretar un conjunto de actos y actividad
que al conformar la transición de los elementos estáticos a la dinámica de la empresa, constituyen el medio por
el cual se cumple el objeto social; esto es, lo que se denomina "administración societaria", que se diferencia del
concepto de "administración" habitualmente utilizado por el derecho civil, en donde se contrapone los actos
llamados "de administración" con los de disposición. Consecuentemente, dentro del derecho societario, el
concepto de "administración" será opuesto al de "gobierno", identificando con uno y otro, respectivamente, los
actos propios del directorio o de la asamblea de la sociedad anónima, a pesar de que no hay una diferenciación
categórica entre "administración" y "gobierno" como nociones, ni los respectivos órganos ejercen, en puridad,
únicamente tales funciones (conf. Ernesto Eduardo Martorell, "Sociedades Anónimas", Ed. Depalma, Bs. As.,
1988, ps. 301/302).
Este mismo autor ha expresado que la otra misión esencial del directorio es la "representación", que le
permite al sujeto ideal entrar en contacto y actuar en el mundo jurídico exterior, llevando a cabo las decisiones
tomadas en el ámbito interno. Va de suyo, entonces, que la característica especial de la representación y de la
administración, en la sociedad anónima, es la del organismo necesario, frente al autoorganicismo de las
sociedades personalistas. El directorio es el órgano de administración insustituible en este tipo societario (autor
y obra citados, p. 302).
De esta manera se evidencian dos situaciones diversas: la primera referida a la actuación de De La Fuente
con anterioridad a la formación del presente proceso, en la cual más allá de su calidad de presidente, era una
persona entendida en la materia por su experiencia laboral previa, y que habría adquirido desde que fue
conductor (año 1975 a 1986), luego en la administración (año 1986 a 1990), inspector (año 1990 a 1993), jefe
de tráfico (año 1993 a mayo de 2000), hasta que fue designado presidente (mayo de 2000 a marzo de 2001)
además de ello, cabe destacar que el nombrado ante escribano público ha declarado que los datos antes
mencionados: "... responden a la realidad y detallan de manera fehaciente los antecedentes personales del
suscripto que 'acreditan la experiencia e idoneidad en su vinculación con la actividad desplegada en el transporte
público de pasajeros'" (las comillas simples nos pertenecen) (ver fs. 821/vta.); la segunda referida con
posterioridad a la imputación penal que nos ocupa en la que "se cargan culpas" al coimputado Peralta Cassini y
se pretende desincriminar las conductas del mismo aduciéndose falta de conocimiento, falta de formación
intelectual, etc., pretendiéndose que su actuación en la empresa era la de un mero empleado administrativo.
Además de ello debemos valorar el testimonio brindado por el testigo José Luis Manuel Maldonado, quien a
fs. 260/261 manifestó: "... todas las decisiones pasaban por De La Fuente, era el director de la orquesta, era
unipersonal. Se llevó esta impresión por las pocas veces que pudieron hablar con ellos, él era el que
prácticamente digitaba todo...".
Todos estos elementos conforman el grado de probabilidad de la supuesta comisión del hecho imputado,
requerido para esta etapa procesal y justifican el dictado del auto de procesamiento.
Por otro lado y en lo que se refiere a la participación criminal de De La Fuente en el hecho investigado la
misma debe ser fijada en carácter de partícipe secundario, ya que consideramos que el partícipe se halla en una
posición secundaria respecto del autor, aquél no realiza el tipo principal, sino un tipo dependiente de éste.
Auxiliar como cómplice consiste en prestar auxilio al hecho doloso. En la interpretación de la prestación de
auxilio hay dos extremos discutidos: en primer lugar, si es necesaria la causalidad para el resultado delictivo y si
basta un "favorecimiento" y, en segundo lugar, si basta cualquier causalidad o bien "favorecimiento". En
relación con la primera cuestión, se trata de si constituye complicidad consumada el apoyo del autor cuyo fruto
"ex post" cuando menos no es demostrable, o incluso cuando se puede demostrar que no tuvo ninguno. La
segunda cuestión se refiere al problema de las aportaciones reemplazables, es decir, de si han de tenerse en
cuenta o no los procesos causales hipotéticos (conf. Günter Jakobs, "Derecho Penal - Parte General", 2ª edición
corregida, Marcial Pons Ediciones Jurídicas S.A., Madrid 1997, p. 811).
Participación es intervención en un hecho ajeno. El partícipe se halla en una posición secundaria respecto
del autor. El hecho principal pertenece al autor, no al partícipe. Éste no realiza el tipo principal, sino un tipo
dependiente de aquél. El desvalor de la participación procede del desvalor del hecho principal, no es un desvalor
autónomo (conf. Santiago Mir Puig, "Derecho Penal - Parte General", 6ª edición, Ed. Reppertor, Barcelona,
2002, p. 388).
En este sentido se ha afirmado que dos teorías principales tratan de explicar el fundamento del castigo de la
participación: la teoría de la corrupción o de la culpabilidad y la teoría de la causación o del favorecimiento.
Según la primera, el partícipe es castigado por convertir a otra persona en delincuente o contribuir a hacerlo.
Esta teoría considera esencial que el partícipe haga o contribuya a hacer al autor "culpable" del hecho. La teoría
de la causación, ve el desvalor de la participación en el hecho de que causa o favorece la lesión no justificada de
un bien jurídico por parte del autor. Esta es la concepción dominante en Alemania (conf. Santiago Mir Puig, op.
cit., p. 389).

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En la complicidad importa, como en toda intervención, las aportaciones psíquicas y físicas que hay que
llevar a cabo para la realización del tipo. Quien lleva a cabo una de esta aportaciones es, al menos, cómplice. A
estos efectos son iguales tanto la causalidad psíquica como la física. Es cómplice quien realiza una aportación
reemplazable, pues una garantía no decae porque haya otro que esté dispuesto a no respetarla (conf. Günter
Jakobs, op. cit., ps. 813/814).
Nuestra ley, como otras, distingue el cómplice primario (también llamado por algunos necesario) del
secundario, que se diferencian, en principio, por el carácter -o si se quiere "valor"- del aporte. El primero
contribuye con su aporte a la ejecución del delito, que tiene que ser de tal naturaleza que, sin él dicho delito "no
habría podido cometerse" (art. 45, Cód. Penal); esta expresión de nuestra ley se interpreta en el sentido de que,
eliminando el aporte, si bien el delito se podría igualmente haber perpetrado, no se habría cometido tal como se
lo cometió (en sus formas, modalidades, mecánica causal, etc.) (conf. Carlos Creus, "Derecho Penal - Parte
General", 4ª edición, 1ª reimpresión, Ed. Astrea, Bs. As., 1999, p. 404).
Este mismo autor señala que el cómplice secundario en nuestra ley es tanto el que realiza un aporte para la
ejecución que no tenga la naturaleza del que caracteriza a la intervención del primario, como el que hemos
denominado auxiliador "subsequens", es decir, el que presta una ayuda posterior a la ejecución cumpliendo una
promesa anterior. En cuanto al primero, el aporte debe haber sido determinante de la configuración de la acción
típica tal como ella se realizó, es decir, de la forma, modo o mecánica del concreto delito (autor y obra citados,
p. 405).
Al consistir la participación secundaria, de acuerdo al principio de accesoriedad limitada que la gobierna, en
la mera intervención en un hecho ajeno, nada importa la falta de demostración de la culpa del autor si se
encuentra perfectamente delimitado, clara y precisamente, el hecho ejecutado. La culpabilidad es una cuestión
ajena por ser individual a cada interviniente en el suceso delictuoso. De ahí se explica que el art. 47 del Cód.
Penal faculte al juez a limitar subjetivamente la responsabilidad del cómplice por el hecho realmente cometido
por el autor (CNCP, sala III, voto del doctor Mitchell, registro N° 416.01.3, "Escobar Maydub, Jorge Omar
Mohamed s/recurso de casación", 3/07/01, causa N° 2848).
De esta manera podemos afirmar -con los elementos probatorios incorporados- que el actuar de De La
Fuente ha favorecido a la comisión del hecho penalmente reprochable, por ello la exigencia de su
responsabilidad penal.
Finalmente, debemos destacar que a esta altura de la investigación y teniendo especialmente en cuenta la
forma en que se habría cometido el ilícito -que torna dificultosa la tarea de investigación a los fines de
determinar quien firmó y presentó las DD.JJ.- es relevante el actuar que ha tenido De La Fuente en su carácter
de presidente de la empresa Siglo 21 SACIF, ya que el mismo ha firmado innumerable documentación (Libro de
actas de directorio, Libro de actas de asamblea, Libro de depósitos de acciones y Registro de asistencia,
certificados y declaraciones juradas presentadas en la licitación de la Municipalidad de Córdoba, notas dirigidas
a la AFIP, etc.), todo ello nos permite inferir que la función de De La Fuente en la empresa era de una
importancia vital y no la de ser una figura secundaria o "decorativa" o de simple apariencia formal.
Por ello, corresponde revocar el auto apelado y en consecuencia dictar el procesamiento de Eduardo De La
Fuente en orden al delito de evasión agravada de recursos de la seguridad social en concurso real (cuatro
hechos) en calidad de partícipe secundario (conf. arts. 8° y 14, ley 24.769; arts. 46 y 55, CP y art. 306, CPPN).
2) Situación procesal del imputado Jorge Eduardo Barone:
Se imputa a Jorge Eduardo Barone la supuesta comisión del delito de "evasión agravada de recursos de la
seguridad social reiterado", cuatro hechos en concurso real, previsto y penado en los arts. 8° y 14 de la ley
24.769 y arts. 45 y 55 del Cód. Penal.Por tales hechos el inferior, ha dispuesto con fecha 27 de junio del
corriente año a fs. 1118/1134, el cambio de participación en el hecho del mismo, pasando de partícipe necesario
a partícipe secundario en los términos del art. 306 del CPPN y arts. 46 y 55 del CP. Dicho procesamiento ha
sido apelado por el fiscal actuante (ver fs. 1159/1161).
Antes de entrar al fondo de la cuestión traída a estudio, debemos destacar que esta sala en su anterior
conformación, al momento de resolver la situación procesal de Barone en un anterior recurso de apelación según
sentencia de fs. 351/359vta., estableció que José Eduardo Barone no era ajeno al manejo de la sociedad y que
tenía cabal conocimiento de las obligaciones previsionales de la empresa, de los montos que se adeudaban al
organismo y por ende de los salarios que se abonaban a los trabajadores.
En dicho pronunciamiento se agregó que se contaba en la empresa con todos los elementos y los datos
técnicos y contables como para poder confeccionar correctamente las declaraciones juradas.
Y que siendo Barone uno de los principales accionistas de la empresa, se constituye en uno de los
beneficiados patrimonialmente con el incumplimiento de las obligaciones previsionales, razón por la que a esa
altura no existían motivos para desincriminarlo; ello en virtud de que el resultado de las presentaciones de las
declaraciones juradas cuestionadas, indudablemente favorecía a la sociedad, por lo que se presume -"prima

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facie"- que no podía pasar desapercibido para él, que ejercía las funciones de tesorero en la empresa.
En esa oportunidad procesal se dijo que estando acreditada la existencia del elemento objetivo del tipo, y
surgiendo de las pruebas reunidas que el encartado habría actuado "prima facie" con el conocimiento y voluntad
de participar en los delitos achacados correspondía responsabilizar a quien fuera tesorero de la sociedad
anónima al momento de los hechos denunciados, sin descartar la posible participación de terceros en las
maniobras investigadas.
Con posterioridad al dictado de procesamiento de Barone, hay que destacar los dichos vertidos por el mismo
en oportunidad de ampliar su declaración indagatoria (fs. 890/891vta.), en esa oportunidad habría dicho que
antes del nacimiento de la empresa en el año 1999 era conductor de un taxi, que no tiene conocimiento técnico,
ni siquiera el básico para manejar una empresa, que no sabe cómo presentar una DD.JJ., que lo pusieron en ese
lugar (en la empresa) para representar una parte de los accionistas de otra empresa, que su función era la de
pagar a los proveedores, que tenía un sueldo inferior al de un empleado administrativo, que en todo esto "sólo
fue un tonto que prestó la firma, que realizaba tareas administrativas", que Peralta Cassini actuaba como dueño,
que en la licitación cumplió el rol de cadete llevando cajas, que no sabía los porcentajes finales que se recibirían
si ganaban la licitación, que desconoce quién firmó las DD.JJ. observadas, que él siempre firmaba y ponía su
sello, que en la fecha que se presenta la primera DD.JJ. él estaba en Brasil, que firmó otras DD.JJ. en total
convencimiento de que su contenido estaba bien, que no sabe quién era el que confeccionaba las DD.JJ. pero
supuestamente tendría que haber sido Quadri Cuadros, que tanta era la participación de Peralta Cassini que éste
le prestaba plata, que representaba algunos socios de la empresa Belgrano, que no le dijeron quiénes eran las
personas a las que representaba, que controlaba que en las actas de directorio no se dijera ninguna "barbaridad"
y luego firmaba, que niega el contenido del acta de fecha 3/11/02 del Libro de actas de directorio, que pusieron
eso porque tenía el cargo de tesorero.
Todos estos dichos extractados y otros en los que le asigna la responsabilidad de la dirección de la empresa
al coimputado Peralta Cassini, fueron efectuados en oportunidad de ejercer su defensa material, por lo que
deben tenerse por verdaderos siempre y cuando prueba independiente así lo confirme.
En este sentido entendemos que "el juez tiene, de una manera general, una triple tarea que cumplir en la
determinación y apreciación de las pruebas, especialmente en material penal: 1) Fijar, cuando no descubrir, con
ayuda de sus auxiliares investigadores y cuando es necesario con expertos especialistas, los diversos elementos
de pruebas, y determinar, por sí mismo en cuanto sea posible, por medio de los informes obtenidos, de los
interrogatorios y exámenes, los elementos psicológicos y morales que pertenecen más particularmente a su
dominio propio; 2) Controlar entre sí estos diversos elementos, verificarlos en cuanto sea posible o por lo menos
apreciar su verosimilitud; 3) Reunir y relacionar todos los elementos pertinentes en un conjunto sintético,
coherente y concluyente, es decir, ponerlos en estado de que se pueda extraer de ellos una conclusión en uno u
otro sentido" (conf. Francois Gorphe, "La apreciación judicial de las pruebas", Ed. LA LEY, Bs. As., 1967, p.
151).
En este marco adquiere especial relevancia el hecho de los conocimientos especiales que tiene el autor de los
presuntos hechos ilícitos.
Así debemos destacar la formación intelectual con la que cuenta el incurso, ya que ha quedado demostrado
que tiene estudios universitarios terminados -licenciatura en Administración- (ver fs. 895) y que en un primer
momento, en el acta constitutiva del Libro de actas de asamblea, se hizo constar en los datos personales de
Barone que era "Administrador de Empresas".
Si a ello le sumamos que ocupó dentro de la empresa un cargo protagónico y de importancia como lo es el
cargo de tesorero y a ello le sumamos el hecho de que representó un importante paquete accionario (40 %) en la
sociedad, esto nos lleva a desvirtuar sus propios dichos y por ende restarle valor probatorio. No resulta
admisible el argumento defensivo de desentenderse de sus responsabilidades funcionales y pretender minimizar
las mismas señalando en su descargo que "... sólo fue un tonto que prestó su firma...".
Por ello no es creíble su argumentación de "falta de conocimiento" cuando justamente por su formación
intelectual ese conocimiento se presume adquirido.
Asimismo no es creíble que represente intereses de terceros ajenos a esta sociedad, y que desconozca
"quiénes eran las personas a las que representaba", máxime si esta modalidad o representación es totalmente
lícita.
Tampoco es creíble que siendo él la persona que firmaba las DD.JJ. que se presentaban ante la AFIP que
desconozca cómo se confeccionaban y lo más importante, quién las confeccionaba y presentaba. Es poco seria
esta postura defensiva para desincriminarlo y deslindar responsabilidades en otros en el hecho investigado.
También hay que destacar que en el Libro de actas de directorio (folio 32) se hizo constar que Barone tomó
la palabra en la reunión e hizo presente que "a los fines de abordar el pago de los haberes correspondientes al
mes de abril de dos mil resultará necesario requerir asistencia financiera exterior para tal cometido", lo que fue

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sometido a consideración de los presentes y fue aprobado por unanimidad, facultándose en tal forma al mismo a
iniciar las gestiones del caso ante las entidades crediticias que ofrezcan la menor carga financiera para encarar
una línea crediticia. Estos dichos y propuestas realizadas por Barone al directorio en esa ocasión, revelan el
conocimiento pleno del mismo de la situación económico financiera de la empresa Siglo 21 SACIF y que sus
tareas en la misma no eran aparentes o sólo formales.
En la reunión del directorio del día 2/10/00 Barone en su calidad de tesorero de la empresa, informó a los
presentes que a la brevedad sería necesario gestionar una moratoria para atender el pago de la deuda previsional
(aportes y retenciones), para lo cual se solicitó a sindicatura que elabore los cálculos correspondientes, punto
éste que fue aprobado por unanimidad. Seguidamente continuó informando que en lo referente al pago de las
obligaciones cuota sindical (UTA) y el aporte empresarial de ley se encuentran al día no adeudando concepto
alguno. En esta oportunidad Barone informó que a los fines de encarar el pago de sueldos del personal de la
empresa se necesitará una suma aproximada a los doscientos cuarenta mil pesos, importe que será efectivizado
con recursos genuinos y auxilio financiero que se solicitará a entidades de crédito. Sobre el particular Barone
alertó a los presentes sobre la mecánica en que se obtienen dichos préstamos y la cesión de crédito que se
efectúa para su devolución (ver Libro de directorio folios 36/38).
En la reunión de directorio del 3/11/00 (folios 42/44) se aprecia que Barone en su calidad de tesorero de la
empresa informó a los presentes que en relación al tema previsional con la AFIP se solicitó y presentó
documentación vinculada a la moratoria para atender los compromisos de pago correspondientes al mes de abril
de 2000. Y que en relación a los meses de mayo, junio, julio, agosto y setiembre de 2000 los mismos no se
incluyen en la moratoria antes citada y que ante ello se iniciará gestión en Capital Federal a los fines de incluir
dichos períodos en un régimen de facilidades de pago.
Las circunstancias expuestas, denotan que José Eduardo Barone no era ajeno al manejo de la sociedad y que
tenía cabal conocimiento de las obligaciones previsionales de la empresa, de los montos que se adeudaban al
organismo y por ende de los salarios que se abonaban a los trabajadores. Incluso se contaba en la empresa con
todos los elementos y los datos técnicos y contables como para poder confeccionar correctamente las
declaraciones juradas. Para mayor abundamiento y siendo Barone uno de los principales accionistas de la
empresa, se constituye en uno de los beneficiados patrimonialmente con el incumplimiento de las obligaciones
previsionales, razón por la que a esta altura no existen motivos para desincriminarlo; ello en virtud de que el
resultado de las presentaciones de las declaraciones juradas cuestionadas, indudablemente favorecía a la
sociedad, por lo que se presume -"prima facie"- que no podía pasar desapercibido para él, que ejercía las
funciones de tesorero en la empresa.
A ello debemos agregarle lo dicho por el propio Barone a fs. 891vta. en cuanto a que a las actas de
directorio: "se las llevaban luego y el dicente las 'leía' y 'controlaba' que no dijeran ninguna barbaridad" (las
comillas simples nos pertenecen), ello es revelador de que efectivamente tenía conocimiento del contenido de
esas actas y no sólo tenía conocimiento sino que además las firmó avalando su contenido.
En lo que a este tema se refiere no debemos olvidar que el art. 913 del Cód. Civil establece que ningún
hecho tendrá el carácter de voluntario sin un hecho exterior por el cual se manifieste. De esta forma el mundo de
las ideas e intenciones, no se toma en consideración por el derecho hasta tanto no reciban su expresión verbal o
escrita.
En esta tesitura se ha expresado que "todo el desarrollo y actividad de la persona jurídica societaria,
regularmente constituida, gira entre otros aspectos, en función de la palabra escrita. Los estados contables,
actuación de los órganos de administración, gobierno, contralor interno, tienen estrecha vinculación con las
constancias escritas" (conf. Mariano Gagliardo, "Sociedades Anónimas", Ed. Abeledo Perrot, Bs. As., 1990, p.
274).
Este mismo autor al analizar el valor probatorio de las actas en la sociedad anónima sostiene que las mismas
"constituyen un medio de prueba que hace fe de su contenido, si bien puede ser desvirtuado por falsedad o
inexactitud, aducida por los accionistas, administradores o terceros interesados... La ley aspira a garantizar la
veracidad de la voluntad corporativa a través de la exactitud formal y material, asignándole el valor de un
instrumento de garantía" (autor y obra citados, ps. 275/276).
Así y en lo que respecta a la posición exculpatoria del imputado, se ha afirmado que: "la forma como el
inculpado intenta explicar los hechos invocados en su contra, contribuye a su interpretación. Si da una
explicación plausible, hace caer el indicio. Por el contrario, si da una explicación mala o contradictoria, refuerza
el indicio permitiendo atribuir un sentido desfavorable al hecho sospechoso" (conf. Francois Gorphe, op. cit., p.
356).
De esta manera y analizando la totalidad del plexo probatorio incorporado hasta el momento surge que José
Eduardo Barone era el tesorero de la empresa Siglo 21 SACIF, que firmaba las actas del Libro de actas de
directorio, que firmaba las actas del Libro de actas de asamblea, que firmaba las actas del Libro de depósitos de
acciones y Registro de asistencia, que tuvo el 40 % del capital accionario de esa empresa, que tuvo

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conocimiento de las dificultades financieras de la empresa y de las deudas previsionales, que tuvo conocimiento
de todo el devenir empresarial de Siglo 21 SACIF, que era una persona intelectualmente preparada para la
función que cumplía y que firmaba habitualmente las DD.JJ. que se presentaban ante la AFIP.
Todo ello no hace más que conformar el grado de probabilidad exigido para esta etapa procesal que justifica
el dictado del auto de procesamiento en su contra y en cuanto al grado de participación, entendemos que es
ajustado a derecho la calidad de partícipe secundario asignado por el inferior, por lo que debe confirmarse
parcialmente el auto recurrido en lo que se refiere a su situación procesal.
3) Situación procesal del imputado José Ignacio Quadri Cuadros:
Se imputa a José Ignacio Quadri Cuadros la supuesta comisión del delito de "evasión agravada de recursos
de la seguridad social reiterado", cuatro hechos en concurso real, previsto y penado en los arts. 8° y 14 de la ley
24.769 y arts. 45 y 55 del Cód. Penal.
Por tales hechos el inferior ha dispuesto, con fecha 27 de junio del corriente año a fs. 1118/1134, el
procesamiento del mismo por los hechos imputados en calidad de partícipe secundario en los términos del art.
306 del CPPN y arts. 46 y 55 del CP. Dicho procesamiento no fue apelado por su defensa técnica, no obstante
ello, esa defensa adhirió al recurso de las restantes partes e informó en los términos del art. 454 del CPPN a fs.
1207/1224.
Efectuado un prolijo y minucioso análisis de la documentación obrante en los presentes actuados, somos de
la opinión que debe confirmarse la resolución apelada en lo que se refiere a la situación procesal del imputado
Quadri Cuadros, ello por los argumentos que seguidamente se esbozarán.
En lo que respecta a la participación del imputado Quadri Cuadros en el devenir de la empresa Siglo 21
SACIF, se encuentra plenamente acreditado que el mismo fue designado como síndico suplente mediante Acta
de asamblea N° 1 de fecha 28/12/1999.
Este hecho es de vital importancia por cuanto la tutela de los accionistas requiere el reconocimiento del
derecho de control de éstos sobre la vida social, no sólo porque han aportado bienes para la explotación
económica, sino también porque -en cuanto inversores- se hallan a la espera de los eventuales beneficios que
puedan obtener como resultado de la gestión social (conf. Manuel Broset Pont, "Reflexiones sobre la reforma de
las censura de cuentas en la ley de sociedades anónimas y la verificación contable en el Código de Comercio"
en "Estudios de derecho mercantil en homenaje a Rodrigo Uría", p. 54) y esta función es ejercida por la
sindicatura privada.
El instituto de la sindicatura fue introducido en el Cód. de Comercio en virtud de la reforma de 1889 (arts.
335 a 346) y a partir de ese momento fue objeto de feroces críticas, a causa de la ineficacia demostrada por el
sistema, a punto tal que se sostuvo que antes de su recepción en nuestro derecho el accionista gozaba de mayor
protección, porque podía ejercer a título individual las acciones correspondientes en defensa de sus derechos.
Dicha situación cambió radicalmente al ser introducida en el plexo esta figura, en la medida en que ella,
supuestamente, iba a mejorar el sistema de autodefensa vigente hasta entonces (conf. Ernesto Eduardo
Martorell, op. cit., p. 398).
Atendiendo a la naturaleza jurídica de este instituto, está muy claro que se trata de un órgano básicamente de
control, de carácter técnico, principalmente orientado a fiscalizar al órgano ejecutivo: el directorio (conf. Efraín
H. Richard; Ignacio Escuti (h) y José Ignacio Romero, "Manual de Derecho Societario", Ed. Astrea, Bs. As.,
1980, p. 309).
De esta manera queda fehacientemente demostrado que Quadri Cuadros formaba parte de un órgano de
singular importancia en la empresa Siglo 21 SACIF.
Además de que formalmente haya pertenecido a la sindicatura de la empresa en cuestión, debemos analizar
la real participación del incurso en el hecho investigado.
Así, debemos tener en cuenta en primer lugar, los dichos efectuados por el propio imputado con anterioridad
a la actual imputación, dichos que fueron efectuados en calidad de testigo. Para ello y a los fines de no vulnerar
el legítimo derecho de la defensa en juicio del mismo, es que efectuaremos dicho análisis de manera
absolutamente formal y objetiva.
A fs. 193/194vta. Quadri Cuadros declaró que: "... fue requerido por la empresa por las dificultades que
comenzaban a tener por los juicios que le iniciaba la DGI ... que tenía conocimientos en el manejo de planes de
facilidades de pago ... Que a raíz de un montón de multas que había impuesto la DGI le pidieron que por favor
le avisaran por lo menos la fecha de los vencimientos ... que se lo convocó para la parte impositiva...".
Todos estos elementos evidencian que el contador Quadri Cuadros, además de integrar la sindicatura
efectivamente desarrolló tareas para la empresa Siglo 21 SACIF ante la AFIP, es más dichas tareas le fueron
encomendadas por sus "conocimientos especiales" en materia de planes de facilidades de pago.

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Pero además de sus propios dichos, en lo que a este tema se refiere, dicha circunstancia ha sido igualmente
corroborada por distintos testigos citados al efecto. Así contamos con el testimonio brindado por el contador
Marionsini quien a fs. 144, al ser preguntado quién llevaba las tareas relacionadas con la previsión social dijo:
"que esa área estaba atendida por el contador José Quadri ... que es un profesional experto en eso...".
A fs. 200 Carlos Hugo García -encargado administrativo- manifestó que: "... el tema AFIP no era su tarea.
Lo que hacía (sic), porque era el único que conocía de computación, era generar la declaración jurada en el
entorno SIAP. La gente de Copir lo instruyó en la forma de manejo. Copiar enviaba todos los meses con la
liquidación de sueldos el archivo para generar la DD.JJ. Esto se hacía a veces con diskette o por módem. El
dicente desde el programa específico de AFIP importaba ese archivo que generaba la DD.JJ. que correspondía.
La imprimía, generaba el diskette y allí terminaba su función ... Que normalmente las DD.JJ. se las hacían llegar
al contador Quadri ... Que las DD.JJ. eran remitidas a Quadri que supuestamente era el que las controlaba ... que
el único dato que el dicente modificaba o tildaba era el tema de la reducción. Que esta información la daba
normalmente Quadri...".
A fs. 916/917 se le receptó nuevamente declaración testimonial a García, en esa oportunidad manifestó que:
"... ya confeccionada y generada la DD.JJ., y si no tenía ningún tipo de problemas que le indicaba el mismo
sistema, imprimía el formulario y se la entregaba a Arias o Barone, a veces no precisamente en mano, sino que
quedaba en su oficina. Que a veces se hacía horas antes de la fecha límite de presentación, entonces Arias o
Quadri los esperaban en el centro para luego presentar la DD.JJ. ... Que no sabe si el contador Quadri controlaba
la DD.JJ. luego de que el dicente se la entregaba, cree que esa era su función. Que el contador Quadri no tenía
oficina en la empresa ... Que la mayoría de las veces el dicente realizó las DD.JJ., otras veces podría haberlas
realizado la gente de Copir, Alberto Martínez, junto al contador Quadri...".
En igual sentido se ha expresado Lucas Emilio Arias, quien a fs. 910/912 prestó declaración testimonial,
pero dicha testimonial no puede ser tenida en cuenta hasta el momento porque si bien es cierto que a fs.
904/905vta. fue beneficiado por un auto de sobreseimiento, dicha resolución no se encuentra firme por no
haberse notificado al representante legal de la fiscalía actuante ni a los querellantes.
A fs. 914/915 Ramona Estela Santillán dijo: "... lo que sí sabe es que el contador Quadri estaba en el tema
impositivo, y entrando en el terreno de las suposiciones debería haber sido su tema las DD.JJ. ..."
A fs. 674/677 obra una copia del pedido de acogimiento al Régimen de Asistencia Financiera, solicitada por
De La Fuente a la AFIP, en la que se consigna que el encargado del diligenciamiento de la misma es el contador
Quadri.
A fs. 919/vta. Juan Carlos Marionsini -síndico titular- dijo, bajo juramento de decir verdad, que: "... Quadri
estaba en la empresa Cacorba, y que como conocía la parte impositiva, el dicente lo fue vinculando con
diferentes empresas de transporte...", luego al serle preguntado por el tribunal acerca de si sabía en cuántas
empresas de colectivos se desempeñó Quadri, dijo: "... Que trabajó en ciudad de Córdoba; en Siglo XXI y La
Perla S.R.L., llevando siempre la parte impositiva y previsional en general...".
Todos estos elementos son reveladores del trabajo realizado por el contador Quadri Cuadros para la empresa
Siglo 21 SACIF y los mismos denotan -con el grado de probabilidad exigido en esta etapa procesal- su
participación responsable en el injusto investigado, en la calidad de partícipe secundario correctamente asignado
por el instructor, por el favorecimiento que habría permitido la realización del hecho típico.
Por ello corresponde confirmar su procesamiento, por considerarlo partícipe secundario de evasión agravada
de recursos de la seguridad social, cuatro hechos concursados materialmente entre sí (arts. 8° y 14, ley 24.769;
arts. 46 y 55, CP y art. 306, CPPN).
4) Situación procesal del imputado Julio Argentino Peralta Cassini:
Se imputa a Julio Argentino Peralta Cassini la supuesta comisión del delito de evasión agravada de recursos
de la seguridad social, cuatro hechos concursados realmente entre sí, en calidad de partícipe necesario (arts. 8° y
14, ley 24.769 y arts 45 y 55, CP). Por tales hechos con fecha 27 de junio del corriente año a fs. 1118/1134, se
ordenó su procesamiento y prisión preventiva (conf. arts. 306 y 312, CPPN).
Entre las características más particulares del derecho penal aplicado a la actividad económica, se encuentra
el criterio escogido por el legislador para resolver los problemas de autoría en los casos de delitos especiales
cometidos en el marco de actuación de personas de existencia ideal. En este sentido, se plantea la necesidad de
superar las exigencias constitucionales impuestas por el principio de legalidad, en virtud del cual nadie puede
ser condenado por la acción típica descripta en la ley si no reúne en sí mismo todas las condiciones y cualidades
exigidas por el tipo penal para poder ser considerado autor del delito (conf. Juan María Rodríguez Estévez, "El
Derecho Penal en la actividad económica", Ed. Abaco de Rodolfo Depalma, Bs. As., 2000, ps. 215/216).
Este mismo autor enseña que en materia penal económica surgen las dificultades cuando la persona física
que actúa en nombre o representación de una persona jurídica no presenta esas condiciones específicas, mientras

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que las mismas sí concurren en la persona de existencia ideal en cuyo nombre se actúa (autor y obra citados, p.
216).
En este marco conceptual es que analizaremos los argumentos brindados por el inferior al tratar la situación
procesal de Peralta Cassini en el auto de fs. 1118/1134.
En aquella oportunidad se trató de establecer cuál era la real situación de Peralta Cassini dentro de la
empresa y se trató de determinar el grado de conocimiento que el imputado tendría sobre las maniobras
investigadas.
De esta manera se le dio importancia a que el endilgado era el poseedor del 53 % del paquete accionario,
que mediante un "poder amplísimo" que se habría "autootorgado" manejaba realmente la empresa, que conocía
"perfectamente" la situación previsional de Siglo 21 ya que mediante una acta (fs. 43 Libro de actas de
directorio) así lo evidenciaba, que según los estatutos de la sociedad, del contrato de UTE y del análisis de las
actas de directorio surge que Peralta Cassini era el responsable de que Siglo 21 reuniese todos los requisitos
establecidos en el pliego licitatorio a los fines de presentarse en la licitación de la Municipalidad de Córdoba, y
que todos los conocimientos especiales que carecía De La Fuente los poseía Peralta Cassini por su condición de
abogado.
De esta manera, aunque si bien es cierto que el instructor no lo dice de manera explícita, se ha efectuado el
análisis del material probatorio desde el punto de vista de la tesis del "levantamiento del velo societario".
Una de las mayores dificultades que presenta la investigación de delitos económicos cometidos a través de
personas jurídicas es el despliegue de medios fraudulentos tendientes a ocultar la "realidad económica" de la
corporación a través de la cual se cometen (conf. Juan María Rodríguez Estévez, op. cit., p. 320).
Así se ha afirmado que la "teoría del levantamiento de velo societario" como técnica de investigación
judicial, además de contar con sustento normativo, se constituye en una herramienta capaz de solucionar
muchos de los problemas prácticos que la realidad presenta a la hora de investigar delitos complejos. Ello se
legitima en que para la comisión de dichos actos ilícitos, en muchas oportunidades, la persona jurídica aparece
como "fachada" que permite ocultar la realidad económica del grupo y lograr la impunidad de diversos fraudes
cometidos a través de ella (autor y obra recién citados, p. 320).
El concepto de persona jurídica tal y como ha llegado hasta nuestros días es obra del afán sistematizador del
pandectismo alemán. La construcción de la categoría "derecho subjetivo" y la necesidad de dilucidar el tipo de
titularidad que corresponde a los miembros de una corporación sobre los bienes y derechos destinados a la
consecución de fines corporativos llevan a colocar, al lado de la persona física, como otra especie,
pertenecientes ambas al género persona --sujeto de derechos, centro de imputación de relaciones jurídicas- a la
persona jurídica. La sociedad anónima llega a considerarse, de ese modo, la persona jurídica típica, puesto que
es la que guarda mayor semejanza con la persona física: tiene un nombre, una nacionalidad, un patrimonio
personal y hasta derechos de la personalidad. (conf. Carmen Boldó Roda, "Levantamiento del velo y persona
jurídica en el Derecho Privado Español", Ed. Aranzadi, Pamplona, 1997, p. 29).
El afianzamiento de la concepción formalista de la sociedad anónima, y del dogma del "hermetismo" de la
persona jurídica por ella impulsado, va a ser el presupuesto fundamental de la crisis del concepto de persona
jurídica y de los abusos del mismo. La reducción de ésta a una mera figura formal, a un mero recurso técnico, va
a permitir su utilización para otros fines, privativos de las personas que las integran, y distintos a los de la
realidad social para la que nació. Uno de los campos donde más claramente se ha manifestado dicho "abuso" ha
sido el relativo a la utilización de la figura de la sociedad anónima para aprovechar las ventajas de la limitación
de la responsabilidad (autor y obra recién citados, p. 30).
Frente a esta situación, se va a producir una importante reacción a nivel doctrinal y jurisprudencial. Su
manifestación más trascendental viene de manos de la jurisprudencia norteamericana a través de la elaboración
de la doctrina del "disregard of the legal entity". Se trata de una doctrina basada en la equidad, en virtud de la
cual los jueces pueden prescindir de la forma externa de la persona jurídica para, penetrando a través de ella,
alcanzar a las personas que se amparan bajo su cobertura. Será un autor alemán, Serick, quien divulgará con su
obra dicha doctrina en Europa, planteándose su utilización en un sistema totalmente distinto: para él, la decisión
de desestimar o no la forma de la persona jurídica dependerá de que con ayuda de la misma se trate de burlar
una ley, de quebrantar obligaciones contractuales o de perjudicar fraudulentamente a terceros; en otras palabras,
de la efectiva constatación de un "abuso" de dicha figura. Pero sin embargo, se han formulado numerosas
críticas a dicho planteamiento. El argumento principal está constituido por la dificultad de encontrar un criterio
rector firme que permita averiguar en qué casos puede prescindirse o no de la forma de la persona jurídica. Esta
incertidumbre lleva a considerar la aplicación de esta doctrina como algo excepcional (conf. autor y obra recién
citados, p. 30).
En cuanto al sustento normativo que ha recibido la citada teoría del "levantamiento del velo societario" en
nuestro país, cabe destacar que ha tenido un reconocimiento general en la cláusula específica del Cód. Civil que

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consagra el abuso del derecho, pero además de ello el art. 54 de la "ley de sociedades comerciales" (ley 19.550)
introduce el principio de la inoponibilidad de la persona jurídica, señalando que: "La actuación de la sociedad
que encubra la consecución de fines extrasocietarios constituya un mero recurso para violar la ley, el orden
público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los
controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios
causados".
Pero como ya lo hemos reseñado la aplicación de esta teoría tiene un ámbito muy restringido y es
excepcional por el hecho de que es de difícil determinación cuándo se la puede prescindir del "ropaje jurídico"
en el cual está investida una sociedad.
Así las cosas y luego de un profundo y detenido análisis de las constancias obrantes en autos, estimamos que
debe confirmarse parcialmente el procesamiento del imputado Peralta Cassini, modificándose el grado de
participación del mismo la que deberá quedar fijada en el carácter de partícipe secundario, por los argumentos
que seguidamente expondremos.
Ha quedado demostrado la existencia del hecho investigado y la participación responsable de Peralta Cassini
en el mismo, por lo que se constituye en el ánimo de los suscriptos el grado de probabilidad requerido para el
dictado de la medida procesal que propugnamos.
En primer lugar, debemos destacar que Peralta Cassini poseía el 53% del paquete accionario de la empresa
Siglo 21 SACIF, ello surge de las constancias obrantes en el Libro de depósito de acciones y Registro de
asistencia.
Esta situación si bien lo posiciona como la persona que más se habría beneficiado con las conductas ilícitas
investigadas, ello por sí solo no lo hace responsable del hecho ya que no basta la mera comprobación de la
situación objetiva en al que se encuentra el incurso, sino que es menester la concurrencia del elemento subjetivo
en virtud del principio fundamental de que sólo puede ser reprimido quien sea culpable, es decir, aquel a quien
la acción punible le pueda ser atribuida tanto objetivamente como subjetivamente.
En esta tesitura, y conforme los elementos probatorios incorporados, no surgen hasta el momento
constancias de que Peralta Cassini haya actuado como partícipe primario del hecho, sino que por el contrario se
puede colegir que su actuar habría facilitado la comisión del injusto.
Con respecto al "poder especial de administración" y al "poder especial de administración y representación"
otorgados a Peralta Cassini a fs. 26/27 del Libro de actas de directorio, debemos destacar que dicha modalidad
es común en todas las sociedades y que de la lectura del contenido de esas actas surge que esos poderes se han
conferido en iguales términos a los coimputados De La Fuente y Barone.
La existencia formal y objetiva de esos poderes son una prueba más que irrefutable que permiten colegir que
Peralta Cassini -al igual que De La Fuente y Barone- podían representar a la empresa Siglo 21 SACIF en
asuntos vinculados al giro comercial y operativo de la misma, pero ello no es suficiente para afirmar que
subjetivamente haya participado en el grado de autor, coautor y/o partícipe primario en el hecho investigado.
Sí podemos afirmar, que su participación ha sido secundaria, ya que como lo hemos afirmado anteriormente
su conducta habría facilitado la comisión del injusto.
Debemos destacar que los dichos del coimputado Barone (ver fs. 890/891vta.), más los dichos del padre del
imputado Barone (fs. 827/828) son los elementos probatorios más fuertes que señalan que Peralta Cassini era la
persona más importante de la empresa y la que tomaba todas las decisiones.
Esos dichos deben ser cuidadosamente analizados ya que fueron emitidos por un imputado en ejercicio de su
derecho de defensa, en el cual no presta juramento de decir verdad, y por el padre del mismo, que si bien ha
prestado juramento de decir verdad, su parcialidad en la causa es más que evidente.
A ello debemos agregar que otros testigos de la causa han depuesto en sentido contrario a los antes
nombrados (ver testimonios de Santillán a fs. 914/915, de García a fs. 916/917, y de Marionsini a fs. 919/vta.).
Conforme todos estos elementos probatorios analizados, surge que Peralta Cassini habría tenido una
actuación protagónica en el desarrollo comercial de la empresa Siglo 21 SACIF, ya que fue secretario de la
misma, tuvo un paquete accionario importante, tuvo poderes de administración y representación, tuvo un "poder
especial" para representar a la empresa Siglo 21 SACIF en la firma del contrato de UTE a los fines de participar
en la licitación de la Municipalidad de Córdoba, era la persona que más se beneficiaba y que conocía la
verdadera situación previsional de la empresa, pero todo ello no es prueba suficiente para demostrar su
participación en el hecho investigado en la calidad de partícipe necesario.
Por ello consideramos que debe confirmase su procesamiento en orden al delito de evasión agravada de
recursos de la seguridad social, cuatro hechos concursados realmente entre sí, modificándose el grado de
participación de primaria a secundaria (conf. arts. 8° y 14, ley 24.769; arts. 46 y 55, CP y art. 306, CPPN).

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V. Omissis...
Por todo ello; se resuelve: I. Revocar parcialmente la resolución dictada con fecha 27 de junio del corriente
año por el juez federal N° 1 de Córdoba y en consecuencia dictar el procesamiento de Eduardo De La Fuente en
orden al delito de evasión agravada de recursos de la seguridad social en concurso real (cuatro hechos) en
calidad de partícipe secundario (conf. arts. 8° y 14, ley 24.769; arts. 46 y 55, CP y art. 306, CPPN). Sin costas.
II. Confirmar parcialmente la resolución dictada con fecha 27 de junio del corriente año por el juez federal N° 1
de Córdoba, en relación al procesamiento de José Eduardo Barone en orden al delito de evasión agravada de
recursos de la seguridad social en concurso real (cuatro hechos) en calidad de partícipe secundario (conf. arts. 8°
y 14, ley 24.769; arts. 46 y 55, CP y art. 306, CPPN). Sin costas. III. Confirmar parcialmente la resolución
dictada con fecha 27 de junio del corriente año por el juez federal N° 1 de Córdoba, en relación al
procesamiento de José Ignacio Quadri Cuadros en orden al delito de evasión agravada de recursos de la
seguridad social en concurso real (cuatro hechos) en calidad de partícipe secundario (conf. arts. 8° y 14, ley
24.769; arts. 46 y 55, CP y art. 306, CPPN. Sin costas. IV. Confirmar parcialmente la resolución dictada con
fecha 27 de junio del corriente año por el juez federal N° 1 de Córdoba, en relación al procesamiento de Julio
Argentino Peralta Cassini en orden al delito de evasión agravada de recursos de la seguridad social en concurso
real (cuatro hechos), modificándose el grado de participación del mismo que se fija como partícipe secundario
(conf. arts. 8° y 14, ley 24.769; arts. 46 y 55, CP y art. 306, CPPN). Sin costas. V. Deberá tenerse en cuenta, por
parte del juez federal N° 1 de Córdoba, lo ordenado en el considerando V de la presente resolución en lo que se
refiere a la producción de las pruebas allí señaladas a los fines de la prosecución de la presente causa. - Ignacio
M. Vélez Funes. - Humberto J. Aliaga Yofre. - Gustavo Becerra Ferrer.

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