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EN LO PRINCIPAL: Nulidad procesal de todo lo obrado; PRIMER OTROSÍ:

Suspensión del procedimiento; SEGUNDO OTROSÍ: Téngase presente; TERCER


OTROSI: Téngase presente

S.J.L. CIVIL (25°)

FRANCISCO OXA LARRONDO, abogado, por su representado JUAN


EDUARDO GONZALEZ GONZALEZ, representante legal de la sociedad SEGURIDAD
JUAN EDUARDO GONZALEZ E.I.R.L, demandado en autos sobre juicio
ejecutivo caratulados "BCI FACTORING CON SEGURIDAD JUAN EDUARDO
GONZALEZ”, rol Nº C-1348-2022, cuaderno principal, a S.S. respetuosamente
digo:

1.- Antecedentes previos.

Que frente al hecho evidente que en la especie se han cometido


gravísimas faltas por parte de la demandante y en concomitancia con una
receptora judicial que ha faltado a su deber de Ministro de Fe, de
conformidad a lo dispuesto en los artículos 83 y 84 del Código de
Procedimiento Civil, y en la representación que invisto, vengo en deducir
incidente de nulidad de todo lo obrado en autos, toda vez que mi
representado ha sido notificado por exhorto en calle Tucapel Nº 504,
departamento 401, comuna y ciudad de Concepción siendo este domicilio
parcialmente correcto toda vez que la sucursal que mantiene mi
representado en la dicha ciudad no es efectivo la oficina donde el receptor
estampa las búsquedas y posterior notificación por el artículo 44 de CPC a la
oficina, ya que como según se acreditara mi representado mantiene su
domicilio la ciudad de Concepción en calle Tucapel Nº 504, departamento
XX, desde hace más de un año aproximadamente

2.- Motivo de esta presentación.

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En representación de los intereses de la demandada, la empresa
SEGURIDAD JUAN EDUARDO GONZALEZ GONZALEZ E.I.R.L, debidamente
representada por don Juan Eduardo González González, vengo en deducir
incidente de nulidad procesal de todo lo obrado en estos autos, basado en el
ilegal, ilegítimo, incompleto y agraviante emplazamiento de que ha sido objeto la
referida sociedad, vicio que se ha reiterado en cada uno de los actos procesales
esenciales del juicio, como ha sido la notificación de la demanda y requerimiento
de pago, vicio que ha originado a la demandada un perjuicio grave y manifiesto,
reparable únicamente con la declaración de nulidad y con el efecto de retrotraerse
la causa al estado de válida notificación de la demanda de autos, como la
exclusiva manera de asegurar a esta parte su legítimo derecho a defensa en
juicio, tal como se expresará a continuación.

3.- Oportunidad de la acción de nulidad procesal impetrada.

Es del caso hacer presente S.S que mi representado a tomado


conocimiento del presente juicio el día XXX del presente año al consultar sus
antecedentes en sistema de causas del poder judicial, no habiendo sido nunca
antes notificado de diligencia judicial alguna relacionada con esta causa, por
cuanto el inmueble en el cual se llevo a cabo la eventual notificación de la
demanda y correspondiente requerimiento de pago no corresponde al domicilio
del demandado
Es útil destacar que las copias de la demanda ejecutiva y del mandamiento
de ejecución y embargo, ni la cédula de espera JAMÁS HAN LLEGADO A MIS,
pues como se dijo, no resido en el domicilio donde le fue notificada la demanda en
las fechas que aparecen en los atestados receptoriales ya señalados.

Por consiguiente y como lo demostraré a SSa. en el probatorio


del presente incidente, NO HE ESTADO EN EL LUGAR DEL
JUICIO LOS DÍAS QUE LA RECEPTOR JUDICIAL DOÑA
ALEJANDRAO PATRICIO CID SERRANO SEÑALA EN SU
CERTIFICACIÓN DE BÚSQUEDAS, NI TAMPOCO CUANDO
SUPONE HABER DEJADO LAS CÉDULAS A QUE SE
REFIEREN LOS ARTÍCULOS 40 Y 44 DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTO CIVIL, POR LO QUE NO SE CUMPLE EL
PREPUPUESTO EXIGIDO POREL LEGISLADOR EN EL CITADO
ARTÍCULO 44.

Para acreditar todo lo anterior ofrezco probar a SSa. con

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documentos irrefutables y testigos que declararán en el probatorio de la
presente incidencia que NO he estado en el domicilio de Calle Tucapel
N° 504, departamento 401, Concepción, los días que se suponen
hechas las búsquedas en el mes de agosto de 2022, específicamente
los días 04 del mismo mes y año, ni cuando se notificó por cédula la
demanda el mismo día 04 y se dejó una cédula de espera.

En todo caso, y como se acreditará responsablemente en su oportunidad,


SS., necesariamente tendrá que declarar la nulidad de todo lo obrado en la causa,
por cuanto es un hecho cierto que mi mandante nunca fue emplazado válidamente
en ésta causa.

Conforme a todo lo indicado, en la especie se configura en forma manifiesta


un vicio de nulidad procesal que SS. debe advertir y subsanar, por cuanto se corre
el riesgo que éstas actuaciones viciadas sigan contraviniendo disposiciones de
orden público, con lo que, junto con verse afectada mi parte por tal irregularidad,
se pone en riesgo el sistema judicial y con ello se atenta contra el ordenamiento
jurídico y la sociedad toda, perjuicio que de todas maneras trasciende a éste sólo
proceso.

4.- Fundamentos de la nulidad impetrada.

Las normas jurídicas que regulan los procedimientos disfrutan de una


característica fundamental que las dota de ciertos rasgos de solemnidad y
formalidad imposible de ser obviadas, alteradas o modificadas por las partes, esto
es, son normas de Orden Público. De esta manera, las normas procedimentales
no sólo ordenan sino que mayormente imponen e imperan, debido a la
imposibilidad que, salvo ciertos casos excepcionales, puedan ser manejadas a
voluntad por la autonomía de las partes, intervinientes o auxiliares.
Dentro de ello S.S., cobra aún mayor envergadura de solemnidad y
formalidad aquellas etapas o diligencias de un proceso que tienen por objeto
determinar su avance y materializar sus resultados, es decir, adquieren una
relevancia casi sacramental las normas que regulan la tramitación de una causa.
El juicio S.S. consta de diversos actos procesales desarrollados en un orden
armónico y preestablecido en la ley. Pues bien, el elemento más simple del juicio es
el acto procesal aislado; por ejemplo, la notificación de la demanda, la declaración de
un testigo, la sentencia, etc. Pero estos actos procesales no se llevan a efecto de
conformidad al mero capricho de las partes o del juez; por el contrario, su ejecución
se ajusta a claros requisitos o condiciones de orden legal, los que a veces son

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generales para toda clase de actos procesales, y otras, especiales, para
determinada clase de ellos.
Ahora bien, establecido que los actos procesales deben ajustarse a
determinados requisitos o condiciones legales, cabe preguntarse: ¿qué sanción
tienen estos actos procesales ejecutados con omisión de tales requisitos o
condiciones legales?
Desde un punto sustantivo o material, la sanción no puede ser otra que la
nulidad del acto, puesto que sabemos que es nulo todo acto o contrato a que falta
alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato,
según su especie y la calidad o estado de las partes; nulidad que todavía puede ser
de dos clases, absoluta o relativa (art. 1681 C.C.).
En derecho procesal, la sanción a aplicar también tendrá que ser la nulidad
del acto, ya que por nulidad se entiende el hecho de privar de todo efecto jurídico al
referido acto como si jamás hubiere existido; pero buen cuidado hemos de tener en
precisar que se trata de una nulidad procesal y no civil, las cuales no es posible
confundir.
Razones de orden doctrinario y legal, en todo caso, abonan y justifican la
existencia de la nulidad procesal. Los actos humanos no producen efectos jurídicos
por sí solos; es la ley la que viene a atribuirles determinados efectos siempre y
cuando en su ejecución se ajusten a ella. La ley, en consecuencia, se encarga de
señalar para acto en particular los elementos o condiciones de existencia e
igualmente los necesarios para su validez, otorgándoles la correspondiente
protección jurídica solamente a aquellos actos que se ciñan a ella.
Por el contrario, los actos ejecutados con prescindencia de los preceptos
legales carecen de protección jurídica, se les desconoce eficacia legal y terminan por
considerárseles como jamás ejecutados, o sea, nulos.
Si esta sanción, llamada nulidad, opera de manera indiscutible en materia
civil, no se ve la razón por la cual tampoco deba aplicarse en materia procesal, tal
vez más formalista que la ley sustantiva al señalar los requisitos o condiciones
esenciales de los actos que reglamenta. A mayor abundamiento, la ley procesal es
fundamentalmente imperativa, de suerte que su infracción llevará siempre implícita la
sanción de nulidad para el acto realizado sin sujeción a los requisitos o condiciones
que ella señala o exige.
Conforme a todo lo expuesto S.S., en esta causa ha existido una actuación
o diligencia judicial defectuosa del procedimiento, que ha ocasionado a esta parte
un perjuicio reparable únicamente con la declaración de nulidad, única forma en
que mi representada podía ser legalmente emplazada en juicio en protección de
su patrimonio y de sus intereses.
La voz "nulidad" deriva de la palabra Nulo, vocablo cuyo origen etimológico
proviene de nullus que debe entenderse como falta de valor y fuerza para obligar o

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tener efecto, por ser contrario a las leyes o por carecer de las solemnidades que
se requieren en su substanciación o en su modo. Entre las definiciones clásicas
podemos citar al procesalista Hugo Alsina, para quien la nulidad "Es la sanción por
la cual la ley priva a un acto jurídico procesal de sus efectos normales, cuando en
su ejecución no se han guardado las formas prescritas para ello."1
Por su parte, Eduardo J. Couture afirma que "La nulidad consiste en el
apartamiento de las formas necesarias establecidas por la ley".2
A su vez las nulidades procesales pueden ser extrínsecas e intrínsecas. Las
primeras atañen al quebrantamiento de las formalidades procesales; las
segundas, a los vicios del consentimiento, como la simulación o el fraude procesal.
De otro lado, necesariamente debe hacerse presente que resultan
aplicables a las nulidades procesales extrínsecas los principios de trascendencia,
legalidad, conservación, protección, convalidación, subsanación e integración.
De acuerdo a la primera de estas máximas, "no hay nulidad sin perjuicio",
de manera que resulta ser un elemento esencial para la procedencia de
declaración de nulidad la concurrencia de un perjuicio cierto e irreparable, como lo
es también el interés jurídico en su reclamación. Y como decía Eduardo J.
Couture: "… No existe impugnación de Nulidad, en ninguna de sus formas, sino
existe un interés lesionado que reclame protección. La anulación por anulación no
vale."
Este principio está recogido y normado en el artículo 83 del Código de
Procedimiento Civil, que establece en su inciso primero: "La nulidad procesal
podrá ser declarada, de oficio o a petición de parte, en los casos que la ley
expresamente lo disponga y en todos aquellos en que exista un perjuicio reparable
sólo con la declaración de nulidad."
La exigencia de "perjuicio" o "interés afectado" es un presupuesto que
especialmente diluye la posibilidad de incurrir en nulidad por nulidad misma.
De lo anterior resulta que, constituyendo el agravio una exigencia de
procedencia de la nulidad, corresponde determinar el perjuicio que origina la
resolución impugnada, la forma como éste se concreta en el caso particular y las
razones por la cuales se produce, lo que en el caso de marras cobra vital
importancia.
Sentadas que han quedado las premisas esenciales sobre las cuales
emerge la nulidad procesal, corresponde observar las actuaciones realizadas a la
luz de las normas que reglan el procedimiento ordinario civil, de acuerdo al cual se
regulan las formalidades de este pleito.

1
Alsina Hugo "Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial", Editorial Justicia, Buenos
Aires, Argentina, 1963.

2
Eduardo J. Couture. Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Cuarta Edición Póstuma, Buenos Aires.
Euros Editores 2002.

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Al efectuar el ejercicio anunciado, se revela de forma evidente, que se ha
omitido efectuar el debido emplazamiento a la demandada, considerando que el
domicilio en el cual se llevaron a efecto las actuaciones receptoriales, la
notificación de la demanda y el respectivo requerimiento de pago, constituye a un
sitio eriazo y abandonado por mucho tiempo. La primera notificación que se realiza
al demandado en el juicio, importa el objetivo esencial de ponerle en conocimiento
de la demanda, de la resolución recaída en ella y de los antecedentes necesarios
para su adecuada inteligencia, para que pueda defenderse. Es decir, desde el
punto de vista del sujeto pasivo de la litis, el planteamiento de su defensa
presupone, ineludiblemente, su emplazamiento que, a su vez, presenta dos
aspectos fundamentales, a saber: el conocimiento de la demanda, que se cumple
por la notificación de la misma, y el transcurso del plazo para acudir al llamamiento
del tribunal, lo que se aviene con las exigencias de un procedimiento racional y
justo, entendido como uno de los presupuestos de la garantía constitucional del
debido proceso, al cual deben sujetarse los tribunales.
Lo anterior conduce necesariamente a concluir que se está en presencia de
una inobservancia que debe necesariamente ser sancionada con la nulidad,
cuando una persona jurídica es citada, llamada o emplazada de manera
incompleta, impidiéndole así ser debidamente representada en juicio.
Examinados en el caso de marras tales elementos, aparece palmario que la
única forma de reconducir válidamente este proceso en contra de la demandada, a
fin de profundizar el consecuente perjuicio que se deriva de la indefensión a que
puede quedar sometido por haberse omitido el legítimo emplazamiento de mi
representado, es la declaración de nulidad y, considerando el grave defecto de
que adolece la tramitación del proceso amerita que aquel sea subsanado de la
manera en que se solicita.
Pues bien S.S. y resumiendo el fundamento mismo de la nulidad procesal
que se impetra, es indispensable repasar punto por punto, los requisitos que los
artículos 82 y sgtes. del Código de Procedimiento Civil establece para que U.S.
efectúe tan importante declaración de invalidación.
En primer lugar es preciso analizar el tema del plazo. El inciso 2º del
artículo 83 del cuerpo legal citado, señala que la nulidad debe impetrarse dentro
de 5 días, contado desde que aparezca o se acredite que quien deba reclamar de
la nulidad tuvo conocimiento del vicio. Pues bien, el único momento en que estos
comparecientes han tomado conocimiento de la circunstancia de existir un juicio
en contra de la persona jurídica que dirigen, en conjunto y con iguales facultades,
ha sido con la gestión de fecha xx de xx del presente, al revisar los antecedentes
en sistema de causas del poder judicial, concordante con la fecha de
requerimiento de pago en rebeldía efectuado por el Receptor Judicial. Ha sido ésta
S.S. la primera noticia que hemos tenido acerca de la existencia y secuela del

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juicio y por ende la primera noticia del vicio que se viene en este acto en
denunciar. Siendo así, la presente solicitud de nulidad de todo lo obrado ha sido
interpuesta dentro de plazo legal.
En segundo lugar, es ésta la primera gestión que realiza esta parte después
de la existencia, concurrencia y materialización del vicio, de manera que no puede
estimarse que ha convalidado expresa o tácitamente el o los actos nulo/s (art. 83
inc. 2º parte final C.P.C.).
En tercer lugar S.S., es preciso la concurrencia de un vicio, y que éste vicio
haya irrogado a esta parte un perjuicio, daño o detrimento que sólo sea reparable
mediante la declaración de nulidad. He aquí S.S. la piedra angular de la presente
manifestación de reclamo y de urgencia, desde el momento que el vicio que se
viene en acusar, esto es, falta de notificación y legítimo emplazamiento, trasciende
el simple ámbito procesal, para internarse en el ámbito del derecho constitucional
de mi representada a defensa jurídica en juicio, tal como lo consagra el N° 3 del
art. 19 de la Constitución Política de la República.
Existe este perjuicio, por el hecho que la inobservancia de la forma legal en
que debe comunicarse un proceso a la demandada, ha impedido que la misma
haya comparecido o compareciera legalmente en juicio, en atención a que la única
forma de hacerlo era mediante la correspondiente notificación, infracción que ha
atentado contra las posibilidades de actuación de esta parte en resguardo y
legítima defensa de sus derechos al habérsele declarado rebelde en el esencial
trámite de contestación de la demanda y en todos los subsecuentes.
Tome como ejemplo S.S. lo dispuesto en el artículo 160 del Código
Procesal Penal (aplicable en sede civil por los principios transversales que
consagra), que señala que se presume de derecho la existencia del perjuicio
desde el momento que la infracción antes descrita, ha impedido el pleno ejercicio
de las garantías y de los derechos reconocidos en la Constitución a esta parte,
especialmente el derecho a defensa jurídica en juicio y el derecho a la igualdad
ante la ley.
Lo realmente trascendente S.S. es que esta nulidad no se sanea de
ninguna manera e, incluso más, obliga a S.S. ha actuar de oficio anulando todas
las diligencias que se relacionen directamente con el vicio cometido, lo que se
desprende de lo establecido en los artículos 83 y sgtes. del Código de
Procedimiento Civil.
Siendo así carecen de validez por el mérito de la nulidad que deberá
declararse, todo lo obrado en estos autos, debiendo retrotraerse al estado de
válida notificación de la demanda de autos, por haberse materializado un vicio
procesal grave atentatorio a los derechos de esta parte y reparable sólo con la
nulidad procesal de todo lo obrado, configurándose así un verdadero estado de
indefensión hacia mi representada ya que este proceso no ha sido legalmente

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tramitado desde el momento que se ha violentado en su perjuicio un derecho
constitucional básico, cual es el derecho de igual protección de la ley en el
ejercicio de sus derechos del N° 3 del art. 19 de la Constitución Política de la
República. En efecto, al privarse a esta parte de su derecho a defensa, se ha
privilegiado al demandante por sobre la dignidad de mi representada,
generándose artificialmente un desequilibrio procesal al posibilitarse accionar a
uno y no al otro y permitiéndose así la consumación del vicio que se persigue
reparar con esta declaración de nulidad. En este proceso entonces ha existido una
persona privilegiada y una arbitraria diferencia entre partes que no puede quedar
incólume.
Siendo así, el objetivo de la notificación jamás pudo materializarse, en cada
uno de estos actos, porque la comunicación entre la parte y el Tribunal no pudo
producirse en manera alguna. La notificación por cédula S.S. no es una
notificación ficta o simbólica, es real, material, de manera que si se acredita que
por alguna razón la documentación no llegó efectivamente a manos del notificado,
la misma no ha producido ningún efecto legal.
POR TANTO: A S.S. PIDO que en conformidad a lo establecido por los
arts. 82 y 83 y 52 del Código de Procedimiento Civil, tenga por deducido incidente
de nulidad procesal de todo lo obrado en estos autos, esto es búsquedas
positivas, notificación de la demanda y el respectivo requerimiento de pago,
basado en el ilegal, ilegítimo, incompleto y agraviante emplazamiento de que ha
sido objeto la referida sociedad, vicio que se ha reiterado en cada uno de los actos
procesales esenciales del juicio, vicio que ha originado a la demandada un
perjuicio grave y manifiesto, reparable únicamente con la declaración de nulidad
que deberá someterse a tramitación y acogerse en definitiva, ordenando S.S.
retrotraerse la causa al estado de válida notificación de la demanda de autos, con
costas.
PRIMER OTROSÍ: A S.S. PIDO, ordenar la suspensión del presente
procedimiento, en tanto no se resuelva el incidente de nulidad procesal de todo lo
obrado deducido en lo principal de esta presentación.
SEGUNDO OTROSI: Sírvase S.S tener presente que para acreditar la
presente incidencia de nulidad de todo lo obrado por falta de emplazamiento,
señalada en lo principal de esta presentación, mi parte se valdrá en su
oportunidad de todos los medios de prueba que confiere la ley, en especial:
documentos e instrumentos de toda clase, testigos, confesión, oficios a personas e
instituciones públicas o privadas, inspección personal del tribunal, informes de
peritos, presunciones y cualquier otro medio de prueba admitido por la ley.
TERCER OTROSI: Ruego a US. tener presente que el patrocinio y poder
en virtud del cual actúo en éste juicio consta de presentación aparte que se
acompaña conjuntamente con éste escrito.

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