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-Patty
Traductoras
Alma16s VivianaG2509 Irupé Lucia BJ
Beth Rhys´ Darling Majo L Lixeto
Evares Vania Schweitzer Patty
CORRECCIÓN
Lucia BJ Evares Patty
LECTURA FINAL
Patty
DISEÑO
Evares
Sinopsis
Cuando Evelyn Dasher se cruzó con Luc, fue lanzada de
cabeza a su mundo, solo para descubrir que ya estaba mucho más
involucrada en él de lo que nunca había sospechado.
Origin#2, La Sombra
Ardiente.
Índice
Capítulo 1 Capítulo 16 Capítulo 31
Capítulo 2 Capítulo 17 Capítulo 32
Capítulo 3 Capítulo 18 Capítulo 33
Capítulo 4 Capítulo 19 Capítulo 34
Capítulo 5 Capítulo 20 Capítulo 35
Capítulo 6 Capítulo 21 Capítulo 36
Capítulo 7 Capítulo 22 Capítulo 37
Capítulo 8 Capítulo 23 Capítulo 38
Capítulo 9 Capítulo 24 Capítulo 39
Capítulo 10 Capítulo 25 Capítulo 40
Capítulo 11 Capítulo 26 Capítulo 41
Capítulo 12 Capítulo 27 Sobre la Autora
Capítulo 13 Capítulo 28 Sombra Literaria
Capítulo 14 Capítulo 29
Capítulo 15 Capítulo 30
1
Traducido & Corregido por: Patty
—S
olo ponlo en tu boca ya.
Parpadeando rápidamente, levanté mi
mirada del humeante tazón de sopa de
tomate a donde estaba mi mamá.
Esas eran unas palabras que nunca quiero escuchar salir de su boca
otra vez.
Su cabello rubio se encontraba en una corta y ordenada cola de
caballo, y su blusa blanca estaba impresionantemente libre de
arrugas. Ella no me estaba mirando a mí, estaba mirando al otro lado
de la isla.
—Bueno —dijo la voz profunda a mi lado—. Ahora me siento
súper incómodo.
La mujer que creía que era mi madre biológica hasta hace unos días
parecía muy tranquila a pesar del hecho de que el comedor aún
estaba en ruinas debido al épico combate a muerte que había tenido
lugar hace menos de veinticuatro horas. Esta mujer no soportaba
ningún tipo de desorden. Sin embargo, las tensas comisuras de sus
labios me dijeron que estaba a unos segundos de convertirse en la
Coronel Sylvia Dasher, y que no tenía nada que ver con la mesa del
comedor rota o la ventana destrozada en el piso de arriba.
—Tú querías una sopa de tomate y queso a la parrilla —dijo,
señalando cada alimento como si fuera una enfermedad recién
descubierta—. Yo Los hice para ti, y tú todo lo que has hecho es
sentarte y mirarlos.
Eso era verdad
—Estaba pensando —Dio una pausa elaborada—. Hacer que me
hicieras queso a la parrilla y sopa de tomate fue demasiado fácil.
Ella sonrió con demasiada fuerza, pero no llegó a sus ojos.
Ojos que eran marrones solo porque usaba contactos especialmente
diseñados que bloqueaban los drones deCRA 1. Sus ojos reales eran de
un azul vibrante. Solo los había visto una vez. —¿Te preocupa que la
sopa esté envenenada?
Mis ojos se ensancharon cuando bajé el pan con mantequilla
perfectamentetostado y el queso derretido a mi plato.
—Ahora que lo mencionas, me preocupa que haya arsénico o
quizás algo de suero de Daedalus2 sobrante al azar en él. Quiero decir,
siento que nunca puedes estar tan cien por ciento seguro.
Lentamente, miré al chico sentado a mi lado en un taburete.Chicono
era exactamente la palabra correcta para describirlo. Tampoco era
humano. Era un Origen, algo más que los Luxen y humanos.
Luc.
Tres letras, sin apellido, y pronunciadas como Luke, eraun completo
enigma para mí, y él era… Bueno, él era especial y lo sabía.
—Tu comida no está envenenada. —le dije, inhalando
profundamente mientras trataba de inculcar algo de sentido común
en esta conversación que se dañaba rápidamente. La vela cerca de mí,
una que me recordaba a las especias de la calabaza, casi me
abrumaba con su aroma único, algo que me recordaba a los árboles
de pino y el aire fresco.
—No sé nada sobre eso, Peaches 3. —Los labios llenos de Luc se
curvaron en una media sonrisa. Estos eran labios con los que yo me
había familiarizado muy recientemente. Labios que me distraían tanto
como el resto de él—. Creo que Sylvia aquí no amaría nada más que
deshacerse de mí.
—¿Eso es tan obvio? —respondió ella, su sonrisa delgada y falsa se
estrechó aún más—. Siempre pensé que tenía una cara de póquer
bastante buena.
—Dudo que alguna vez pudieras ocultar con éxito tu odio
desenfrenado por mí. —Luc se recostó, cruzando los brazos sobre su
amplio pecho—.Quiero decir, la primera vez que vine aquí, hace
muchos años, me terminaste apuntando con una pistola, y la última
1
Control de Retina Alienígena. En el Original es: RAC (Retinal Alien Check).
2
Daedalus (Dédalo) son una división de investigación dentro del DOD (Departamento de
Defensa) Los cuales llevan años haciendo experimentos con humanos, Luxen, híbridos...
Entre otros. Aparecen por primera vez y más ampliamente en el 2do libro de la serie Lux.
3
Melocotón. Hemos conservado el original porque, al igual que Peanut (personaje de
Storm and Fury), al pronunciarlo queda mucho mejor. Aunque en algunas ocasiones
usaremos su traducción al español, ya que Luc suele usar mucho ese apodo en una oración.
vez que vine aquí, me amenazaste con una escopeta. Entonces, creo
que lo has dejado bastante claro.
—Siempre podríamos ir por una tercera vez —espetó ella, con los
dedos extendiéndose sobre el granito fresco—. La tercera vez es la
vencida, ¿cierto?
Luc bajó la barbilla y esas gruesas pestañas bajaron, protegiendo
asombrosamente los ojos en tonos de joya Amatista. El color no era lo
único que revelaba el hecho de que se encontraba allí algo más que el
ADN del Homo-sapiens. La línea negra borrosa que rodeaba su iris era
también una muy buena indicación de que solo había un poco de
humano en él. —No habrá una tercera vez, Sylvia.
Oh querido.
Las cosas eran… Bueno, muy torpes entre ella y Luc.
Tenían una historia desordenada que tenía todo que ver con lo que yo
solía ser, pero pensaba que todo el asunto de la sopa de tomate y
queso a la parrilla era como una bandera blanca, una… extraña
ofrenda de tregua, pero una ofrenda. Sin embargo. Obviamente, me
había equivocado. Desde el momento en que Luc y yo habíamos
entrado en la cocina, las cosas habían ido cuesta abajo entre ellos
dos.
—Yo no estaría muy segura de eso —comentó, recogiendo un
paño de cocina—. Sabes lo que dicen sobre los hombres arrogantes.
—No, no lo hago. —Luc dejó caer el codo a la isla y apoyó la
barbilla en el puño—. Pero por favor, ilumíname.
—Un hombre arrogante todavía se sentirá inmortal. —Ella levantó
la mirada y se encontró con la de él—. Incluso en su lecho de muerte.
—Está bien. —salté cuando vi la cabeza de Luc inclinada hacia
un lado—. ¿Pueden ustedes dos dejar de intentar superarse
mutuamente para que podamos comer nuestros sándwiches y sopa
como seres humanos normales? Eso sería genial.
—Pero no somos seres humanos normales. —Luc me lanzó una
larga mirada de reojo—. Y yo no puedo ser superado, Peaches.
Rodé los ojos. —Sabes a lo que me refiero.
—Él tiene razón, sin embargo. —Ella frotó en un lugar en la isla
que solo ella podía ver—. Nada de esto es normal. Nunca lo va a ser.
Fruncí el ceño, tenía que admitir que ella tenía razón. Nada era lo
mismo desde el momento en que Luc entró, de hecho, volvió a entrar
en mi vida. Todo había cambiado. Mi vida entera había implosionado
en el momento en que me di cuenta de que la mayoría de las cosas
sobre mí eran una mentira total.
—Pero necesito algo de normalidad en este momento. Como,
realmente necesito que algo sea normal en este momento.
La mandíbula de Luc se cerró con fuerza cuando volvió a mirar su
emparedado, con los hombros extrañamente tensos.
—Hay una sola forma en la que volverás a la normalidad en tu
vida, cariño —dijo ella, y me estremecí ante el apodo dulce
Era algo que siempre me llamaba. Cariño. Pero ahora, sabiendo que
había estado en mi vida durante los últimos cuatro años, la palabra
simple y dulce parecía equivocada. Irreal, incluso.
—¿Quieres algo normal? Quita a este de tu vida.
Dejé caer mi sándwich, sorprendida de que ella dijera eso, no solo
frente a Luc sino que ella lo dijera en absoluto.
La cabeza de Luc se levantó. —Ya me la quitaste una vez. Eso no
va a pasar de nuevo.
—No te la quité —respondió ella—. La salvé.
—¿Y para qué, Coronel Dasher? —La sonrisa de Luc era de gran
nitidez—. ¿Para darte a la hija que ya perdiste? ¿Para tener algo que
sabías podrías usar contra a mí?
Mi corazón se apretó dolorosamente en mi pecho.
—Luc…
El paño de cocina se arrugó bajo los dedos de mamá cuando su mano
se apretó en un puño. —Tú crees que lo sabes todo...
—Sé lo suficiente. —Su voz era demasiado suave, demasiado
uniforme—. Y es mejor que no olvides eso.
Un músculo vibraba a lo largo de su sien, y me pregunté brevemente
sípodrían irse a los golpes. —No la conoces. Conociste a Nadia. Esta
es Evie.
El aire que inhalé se atascó en mi garganta. Ella teníarazón, pero ella
también estaba equivocada. Yo no era Nadia. Yo tampoco era Evie. No
tenía idea de quién era realmente.
—No son la misma—continuó—. Y si realmente te preocupas por
ella, por Evie, saldrías de su vida y la dejarías ir.
Me sobresalté. —Eso no…
—¿Crees que la conoces mejor que yo? —La risa de Luc pudo haber
congelado las tierras verdes de Alaska—. Si crees que es tu hija
muerta, entonces estás viviendo en un mundo de fantasía. Y si crees
que el que yo salga de aquí es lo mejor, entonces tú no sabes nada.
Mi mirada se lanzó entre ellos. —Sólo para su información, estoy
sentada aquí. Totalmente presente para este argumento que es obvio,
se trata de mí.
Ambos me ignoraron.
—Y para dejar realmente, dolorosamente claro —continuó Luc—.
Si crees que me iré de nuevo, entonces obviamente te has olvidado de
quién soy.
¿Ella estaba empezando a quemar el paño de cocina?
—No he olvidado lo que eres.
—¿Y eso es? —desafió Luc.
—Nada más que un asesino.
Santo cielo.
Luc sonrió. —Entonces tú y yo deberíamos llevarnos muy bien.
¡Oh Dios mío!
—Es mejor que tú recuerdes que solo eres parte de su vida ahora
porque lo estoy permitiendo —replicó ella.
Luc mantuvo los brazos cruzados. —Sinceramente me encantaría
verte tratar de alejarme de ella ahora.
—No me provoques, Luc.
—En caso de que no te hayas dado cuenta, te he estado
provocando.
La energía blanca azulada osciló sobre los nudillos de mamá. Todas
las violentas y crudas emociones se arremolinaban dentro de mí como
un ciclón, azotando cada parte de mi ser. Esto era demasiado,
demasiado.
—¡Paren! ¡Ustedes dos! —Me levanté de un salto, y el taburete de la
barra se volcó, cayéndoseal suelo y sobresaltándola tanto a ella como
a Luc—. ¿Realmente creen que algo de esto me está ayudando ahora?
¿En absoluto?
Luc se giró en el taburete, con sus extraños ojos ligeramente abiertos,
mientras que mamá se apartó de la isla y dejó caer el paño de cocina.
—¿Han olvidado que casi morí anoche porque un origen psicótico y
ligeramente suicida tenía un venganza del tamaño de un T-Rex
contigo? —señalé a Luc, y su mandíbula se endureció en respuesta—.
¿Y has olvidado que has pasado los últimos cuatro años pretendiendo
ser mi madre? ¿Qué es científicamente imposible porque eres una
Luxen, algo más en lo que me has mentido?
La cara de mamá palideció. —Sigo siendo tu madre...
—¡Me nombraste como a una niña muerta!—grité, levantando mis
manos—. Ni siquiera me adoptaste. ¿Cómo es eso incluso legal?
—Esa es una muy buena pregunta. —sonrió Luc.
—¡Cállate! —Me balanceé sobre él, mi corazón se aceleró y mis sienes
empezaron a palpitar—. Tú también no has hecho nada más que
mentirme. ¡Incluso hiciste que tu amiga se hiciera mejor amiga de mí!
—Bueno, no la hice exactamente ser tu mejor amiga —respondió
él, lentamente desplegando sus brazos—. Eso solo simplemente
sucedió, me gusta pensar eso.
—No traigas la lógica en esto—le dije, apretando mis manos en
puños cuando las líneas de su boca se suavizaron—. Ustedes dos me
están volviendo loca, y casi no me queda nada de cordura. ¿Debo
recordarles lo que sucedió en las últimas cuarenta y ocho horas?
Aprendí que todo lo que sabía sobre mí era una mentira y que
estoyllena de ADN alienígena, cortesía de un suero que apenas puedo
pronunciar, y mucho menos hacer. Y si eso no es lo suficientemente
desordenado, encontré a un compañero super-duper muerto. Los ojos
de Andy se salían de su cara, y luego, literalmente, me arrastraron por
el bosque y tuve que escuchar la extraña manifestación de un Origen
que tenía problemas de abandono.
Ambos me miraron fijamente.
Retrocedí, respirando pesadamente. —Todo lo que quería hacer era
comer un maldito sándwich de queso a la parrilla, comer algo de sopa,
y ser normal durante cinco segundos, pero los dos lo han arruinado
y... —Sin previo aviso, una ola de mareos me invadió, haciendo que mí
pecho de repente se sintiera hueco—. Whoa
La cara de mamá se puso borrosa cuando mis rodillas se debilitaron.
—Evie...
Luc se movió tan rápido que no podría haberlo seguido aunque no
estuviera viendo extrañamente doble en este momento. En lo que
pareció medio segundo, tenía un brazo fuerte y firme alrededor de mi
cintura. —Evie —dijo, ahuecando mi mejilla y levantando mi cabeza.
Ni siquiera me había dado cuenta de que la había bajado—. ¿Estás
bien?
Mi corazón latía demasiado rápido, y mi cabeza se sentía como si
estuviera pesada con algodón. La presión se asentó en mi pecho
mientras mis piernas temblaban.
Estaba viva y de pie, así que eso significaba que estaba bien. Tenía
que estarlo.
Simplemente no podía pronunciar palabras en este momento.
—¿Qué pasa? —La preocupación entrelazó cada sílaba de la voz de
mamá mientras se acercaba.
—Mareada —jadeé, cerrando los ojos con fuerza. No habíacomido
nada desde el día anterior, y solo pude conseguirun bocado de comida
antes de que empezaran a discutir,por lo que sentirme mareada no
era tan sorprendente.
Además, la última semana…. o el mes había sido demasiado.
—Solo respira. —El pulgar de Luc se arrastró sobre mi
mandíbula, haciendo movimientos largos y relajantes—.Tómate unos
momentos y solo respira. —Hubo una pausa—. Ella está bien. Es solo
que ella… Ella fue herida bastante mal la noche anterior. Va a tomar
un poco para que esté al cien por ciento.
Pensé que eso era extraño, porque esta mañana sentía que podría
haber corrido una maratón, y normalmente no tenía ganas de correr a
menos que una horda de zombies me persiguiera.
Pero lentamente, el peso se levantó de mi cabeza y el pecho, y el
mareo se desvaneció. Abrí mis ojos, y el siguiente aliento que tomé se
atascó en mi garganta. No me di cuenta de que él estaba tan cerca, y
estaba encorvado, así que estábamos al nivel de los ojos, su cara a
solo unos centímetros de la mía.
Una mezcla de emociones completamente desconcertante despertó
profundamente dentro de mí, luchando por llegar a la superficie, para
que les prestara atención, para que esto tuvieran sentido.
Su mirada brillante se encontró con la mía cuando un mechón de
cabello ondulado de bronce cayó hacia adelante, protegiendo uno de
esos asombrosos y anormales ojos púrpuras. Tomé cuenta de las
características que fueron creadas de una manerainhumanamente
perfecta, aquellas que los simples mortales realmente no podríamos
lograr sin una mano quirúrgica experta.
Luc era hermoso; tan parecido a una pantera, y eso era a lo que a
menudo me recordaba. Un depredador elegante y cautivador que
distraía con su belleza para atraer a su presa.
Había un atrevido giro en las comisuras de sus labios llenos,
inclinándolos hacia arriba. Estábamos a principios de octubre, la luz
del sol entraba por la ventana de la cocina, cayendo en los pómulos
afilados, resaltándolos y creando sombras seductoras debajo de ellos.
Yo estaba mirando sus labios de nuevo.
Cuando lo miré, quise tocarlo, y mientras más lo miraba tenía
más ganas de hacerlo, esa sonrisa burlona salía de nuevo.
Mis ojos se estrecharon.
Solo unos pocos Orígenes podían leer los pensamientos tan fácilmente
como lo era para mí leer un libro. Luc era, por supuesto, uno de ellos.
Él había prometido permanecer fuera de mi cabeza, y creo que lo
hacía la mayor parte del tiempo, pero siempre parecía estar
mirándome furtivamente cuando yo estaba pensando en la cosa más
vergonzosa posible.
Como ahora mismo.
Su media sonrisa se convirtió en una sonrisa completa, yun aleteo
paso por mi pecho. Esa sonrisa suya era tanpeligrosa como la Fuente.
—Creo que ya se está sintiendo mejor.
Me aparté de él, rompiendo el abrazo mientras el calor se deslizaba
por mis mejillas. No pude mirar a Sylvia. Mamá. Lo que sea. Yo
tampoco quería mirarla.
—Estoy bien.
—Creo que deberías comer algo—dijo ella—. Puedo calentar la
sopa...
—Realmente no quiero comer nada—interrumpí, mi apetito
inexistente en este momento—. Simplemente no quiero que ustedes
dos peleen.
Mamá miró hacia otro lado, su pequeña barbilla sobresalía mientras
cruzaba los brazos sobre su pecho.
—Yo tampoco quiero eso —dijo Luc, su voz era tan baja que no
estaba segura de que mamá lo escuchara.
Mi pecho se apretó cuando me encontré con su mirada. —¿De verdad?
Parecía que estabas más que dispuesto a pelear.
—Tienes razón —dijo, sorprendiéndome—. Estaba siendo
antagónico. No debería haberlo sido.
Por un momento, todo lo que pude hacer fue mirarlo, y luego asentí.
—Hay algo que necesito decir, y ambos necesitan escucharlo. —Mis
manos se curvaron en puños sueltos—. Ella no puede alejarme de ti.
Sus ojos se profundizaron en un tono violeta, y cuando habló, su voz
fue más áspera. —Es bueno escucharlo.
—Solo porque no puedo ser retenida ni obligada a hacer nada que
no quiera hacer —agregué—. Eso va para ti también.
—Nunca imaginaría eso. —Estaba más cerca, moviéndose hacia
mí tan silenciosamente como un fantasma.
Dejando salir una respiración superficial, me enfrenté a mamá. Su
rostro estaba pálido, pero más allá de eso, no podía leer nada en su
expresión. —Y sé que no quieres tratar de separarnos a Luc y a mí, no
ahora y no después de todo. Estaban locos Ustedes tienen una
historia desordenada. Entiendo eso, y sé que ustedes dos nunca se
gustarán, pero realmente los necesito para que finjan que lo hacen.
Aunque sea un poco.
—Lo siento —dijo mamá, aclarando su garganta—. Élpodría
haber estado dispuesto a discutir conmigo, peroesto fue por mí. Lo
invité a almorzar, y luego fuiinnecesariamente grosera. Él obviamente
tiene susrazones para no confiar en mí o aceptar cualquiera demis
acciones de buena fe. Si fuera al contrario, sentiríalo mismo que él. —
Ella respiró hondo—. Lo siento, Luc.
El shock me salpicó cuando mis ojos se agrandaron, y noera la única
que la miraba como si no entendiera laspalabras que salían de su
boca.
—Sé que tú y yo nunca nos vamos a gustar —continuómamá—.
Pero tenemos que tratar de llevarnos bien. PorEvie.
Luc estaba tan quieto como una estatua en uno de lospocos museos
que habían sobrevivido a la invasión alienígena. Luego asintió. —Por
ella.
—T
ócalo.
—No —le dije, centrándome en el libro de texto
abierto mientras estaba recostada de lado. Había
estado en el apartamento de Luc durante
aproximadamente una hora, y necesitaba estudiar porque tenía la
sensación de que iba a tener un cuestionario de historia, pero dentro
de esa hora que he estado acá, probablemente me las arreglé para leer
un párrafo.
Sí, sobre eso…
No solo Luc era una gran distracción, sino que seguía pensando en
Ryan. No lo conocía en absoluto, pero todavía se quedó en mis
pensamientos. ¿Morir de gripe a tan temprana edad? Eso era…
aterrador, aterrador y triste, y casi podía escuchar la voz de mi madre
en la parte de atrás de mi cabeza, dando conferencias sobre la
importancia de las vacunas contra la gripe.
La escuela ya había sufrido demasiadas pérdidas.
—Vamos, Evie, tócalo—me dijo Luc, y luché por la forma en que mis
labios se torcían en respuesta a su profunda voz mientras trazaba
círculos ociosos a lo largo de la suave manta.
—No, gracias.
—Soy mucho más interesante que lo que sea que estés leyendo.
Esa afirmación fue muy molesta. Leía sobre el discurso de Gettysburg,
algo que era obvio se leía en cada año en la escuela.
—Tócalo —insistió—. Solo un poco. Sabes que quieres, Peaches.
Perdí la batalla para ignorarlo y mi mirada pasó del libro de texto al
largo y delgado cuerpo estirado a mi lado. Él sonrió, y un aleteo se
colocó en mi pecho. Esa sonrisa suya era tan peligrosa como la
Fuente.
—Tócalo. —dejó caer su cabeza hacia un lado.
No debería tocar ninguna parte de Luc, porque las cosas con él tenían
una tendencia a girar espectacularmente fuera de control de la mejor
y la peor manera posible.
—Melocotón —murmuró.
—Qué es lo que tú… —Me detuve al ver lo que él quería que tocara.
La punta de un dedo brillaba en un blanco brillante como una mini
bombilla. Respiré hondo, decidiendo entre querer alejarme y
acercarme un poco más. —¿Eres ET4?
Luc se rio entre dientes. —Soy mucho más caliente que ET.
—Eso no es decir mucho, te das cuenta de eso, ¿verdad? ET escomo
esta cosa abultada de Play-Doh—dije, mirando su dedo. Loque vi no
fue luz. Era la Fuente, un poder no de esta Tierra sino traído aquí por
los extraterrestres. Solo los Luxen, los híbridos y los Orígenes podrían
aprovechar la energía en diversos grados. Algunos podrían curarse
con él. Algunos podrían mover objetos.Todos podrían matar con eso.
Y Luc era hábilmente experto en todos los usos de la Fuente.
—¿Por qué quieres que lo toque? —le pregunté.
—Es una sorpresa, Peaches —dijo—. Sé que me extrañaste mientras
estabas en la escuela.
—No te extrañé mientras estaba en la escuela.
—No deberías decir mentiras, Melocotón.
Le lancé una mirada, pero la verdad era que él apareció de forma
aleatoria en mis pensamientos a lo largo del día, y siempre fue seguido
por un movimiento de inmersión en mi estómago. No tenía idea de lo
que eso significaba, si era algo bueno o malo, pero era extraño. Pasé
una buena cantidad de tiempo con él, así que, ¿cómo podría
extrañarlo ya? Solía pasar los fines de semana completos sin ver a mi
ex, Brandon, y realmente no lo extrañaba. En realidad, si estaba
siendo honesta, no lo había extrañado en absoluto.
—Está bien —le dije después de un momento—. Te extrañe.
—Mucho.
—Un poco —corregí, luchando con una sonrisa mientras miraba el
brillo blanco alrededor de su dedo y luego levanté mi mirada hacia
esos ojos impresionantes—. ¿Por qué quieres que lo toque?
Estuvo callado por un momento, y la burla se alivió de sus rasgos.
4
Si aún no han visto E.T. (El Extraterrestre). Hay una escena de la película en la que él tiene
la punta de su dedo iluminada.
—Porque esto es algo que solías amar hacer.
Mi corazón se alojó en mi garganta. Quería decir que era algo que a
Nadia le encantaba hacer.
Cuando supe por primera vez quién era yo, escuchar ese nombre,
Nadia, me hizo sentir mal del estómago, pero ahora tenía sed de
saber, de saber qué le gustaba y qué no le gustaba, cuáles eran sus
sueños, qué deseaba ser cuando fuera mayor Si ella era como yo, si
tendría miedo de casi todo, o si era valiente. Quería saber qué había
sido de ella que había capturado el corazón de alguien como Luc.
Tomando una respiración corta, levanté mi mano, confiando en que
Luc no dejaría que la Fuente me hiciera daño. El cálido resplandor era
agradable, como tomar el sol, y enviaba una descarga de electricidad
bailando por mi brazo. En el momento en que presioné mi dedo contra
el suyo, la habitación explotó con luz. Jadeé, comenzando a
retroceder.
—Mira —urgió él suavemente—. Mira a nuestro alrededor.
Con los ojos bien abiertos, aparté mi mirada de donde nuestros dedos
habían desaparecido bajo el brillo, y cuando vi su habitación, no podía
creer lo que estaba viendo.
El apartamento de Luc era un gran espacio abierto, con la excepción
de un baño y un armario. Desde donde estábamos en la cama, podía
ver directamente a la sala de estar y a la cocina que parecía rara vez
utilizada.
Pero cada centímetro cuadrado; el gran sofá y el televisor seccional,
las mesas laterales, e incluso la guitarra que se ve en las ventanas del
piso al techo, parecían estar cubierto de luces navideñas blancas
brillantes, flotantes y cálidas.
—¿Qué es esto?
Vi como una de las luces deslumbrantes pasaba por mi cara. Era tan
pequeño, del tamaño de una punta de aguja.
—Son las moléculas en el aire que se iluminaron. —Su respiración se
deslizó sobre mi mejilla—. La Fuente puede unirse e interactuar con
esas moléculas y los átomos que crean las moléculas. Normalmente,
no podrías verlos porque son muy pequeños, pero la fuente los
magnifica, y cuando ves uno, en realidad estás viendo a miles de ellos.
Por todas partes que miraba, veía las pequeñas bolas de luz
danzantes. —¿Es así como puedes usar la Fuente para mover cosas?
—Sí.
—Es hermoso. —Asombrada, contemplé la impresionante vista que
tenía ante mí. Quería acercarme y tocar una de las luces
deslumbrantes, pero no quería molestarlas—. Creo que es la cosa más
hermosa que he visto en mi vida.
—No es la cosa más hermosa que yo he visto. —Su voz era diferente
ahora, más profunda y más gruesa. Como si no tuviera control sobre
mí misma, giré mi cabeza hacia él.
La mirada de Luc enganchó la mía, y una sensación de escalofrío se
extendió por mi piel. Cada centímetro de mi cuerpo se dio cuenta de
él.
Mi corazón se aceleró. —¿Solía… hacer esto contigo?
No asintió ni se movió, pero de alguna manera, parecía más cerca.
Inhalé el aroma único de pino y especias de él. —Solías hacerme hacer
esto al menos una vez al día.
—¿Una vez todos los días? Eso parece excesivo.
—Fue solo al principio —admitió, y no había ningún error en el cariño
que se había deslizado en su tono—. Cuando eras muy pequeña, muy
joven, me molestaba porque me seguíasdurante horas hasta que te
hicieraver las luciérnagas.
—¿Luciérnagas?
—Sí. —Gruesas pestañas bajaron, protegiendo sus ojos—. Eso es lo
que llamaste a las luces. Luciérnagas.
—Parecen lucir como luciérnagas en un frasco. —Con esos ojos
intensos no enfocados en los míos, fue más fácil concentrarse en lo
que él estaba compartiendo conmigo—. ¿Te enojabas conmigo cuando
te pedía que hicieras esto?
—Siempre estuve molesto contigo cuando éramos más jóvenes. —Él se
rió entre dientes mientras presionaba la palma de su mano contra la
mía. El contacto envió otra onda de electricidad a través de mí,
causando hormigueos en las puntas de mis dedos—. Cuando no hacía
esto por ti, ibas a donde Paris y luego me culparía por tener que
hacerlo a pesar de que podría haberlo hecho yo mismo.
—Ojalá me acordara de Paris. —Sobre todo porque Luc habla de él
como si fuera como un hermano o padre mayor para él y para mí.
—Puedo ayudarte a recordar. —Su pulgar se deslizó por el costado de
mi mano—. Porque muchos de mis recuerdos eran tuyos.
Tú eres todos mis buenos recuerdos.
La presión se apretó en mi pecho, amenazando con cerrar mi garganta
con emoción. Eso es lo que Luc me había dicho cuando le pregunté si
había sido parte de sus buenos recuerdos, y le creí.
Simplemente no podía reencontrar esos recuerdos.
A veces no podía conciliar los dos mundos muy diferentes y vidas
diferentes. La Nadia que Luc afirmó era audaz y valiente, amable y
fuerte. La Evie que pensó en Sylvia como su madre y no tenía idea de
lo que estaba haciendo la mitad del tiempo. El monstruo conocido
como Jason Dasher y el héroe que honraron en todos los Estados que
nunca habían sido mi padre. Tenía recuerdos del hombre, lloré su
muerte, y en realidad nunca lo conocí.
¿Qué tan mal es eso?
Peor aún, a veces ni siquiera me sentía real.
Al igual que, ¿realmente me encantaba tomar fotografías, o fue solo
porque era algo que a Nadia le gustaba? Y si ese fuera el caso,
¿importaba porque, al final del día, era Nadia? No sabía qué quería
hacer con mi vida porque no tenía idea de quién era realmente.
¿Podría confiar en algo que quisiera cuando no sabía si eran mis
deseos, los de la verdadera Evie o los de Nadia?
¿Llamó Luc a Nadia Peaches también?
—Vuelve a mí —susurró Luc contra mi mejilla, y yo aspiré
bruscamente.
Parpadeando, me centré en las características que eran dolorosamente
familiares y no desgarradoras. —Estoy aquí.
—Fuiste a otro lugar. —Levantando su otra mano, atrapó un mechón
suelto de mi cabello pálido y lo metió detrás de mí oreja. Su mano se
demoró, deslizándose hasta la nuca de mi cuello—. ¿Ves estas luces?
Mi frente se frunció en confusión. —Sí.
—¿Sientes mi mano contra la tuya?
—Lo hago.
—¿Y sientes esto? —Deslizó su mano alrededor de mi cuello,
presionando suavemente su pulgar hacia donde mi pulso comenzó a
latir con fuerza mientras sus ojos buscaban los míos.
—Siento eso. —Tendría que estar muerta para no sentirlo.
—Eres real, Evie. No importa quién eras antes o quién pensabas que
eras. Eres real, y te veo.
El aire quedó atrapado en mi garganta y mis pulmones se sintieron
como si pudieran explotar. —Y nunca, ni una vez, llamé a Nadia
Peaches.
Había estado leyendo mis pensamientos. —Luc…
—No pude evitarlo. Estabas transmitiendo tus pensamientos en voz
alta. —Su pulgar se movió, alisando la piel justo debajo de mi oreja.
Sería prudente alejarse y poner algo de distancia entre nosotros, pero
no me moví. No pude. Una emoción iluminó mis venas, y una
cantidad ridícula de calor se vertió en mi pecho. —Así que, es… ¿Es
todo mío, entonces?
La pregunta podría haber sonado ridícula para cualquier otra
persona, pero pensé que Luc entendía. —Sí. —Su voz era áspera
cuando levantó su mano, arrastrando su pulgar debajo de mi
mandíbula—. Es todo para ti.
Una exhalación pesada me dejó. No pude describir cómo me sentía.
Era solo un apodo basado en la loción que me encantaba usar, pero
aun así, no era algo que le pertenecía a la Evie antes de mí o a Nadia.
Fui yo, aquí y ahora, y me aferré a eso desesperadamente.
La mano de Luc inclinó mi barbilla hacia un lado. El calor bajó por mi
garganta, enrojeciendo mi piel. Luc tenía labios que eran tansuaves
como el satén y duros como el acero. No tenía idea decómo una cosa
podía ser ambas cosas, pero sus labios eran, y losabía, porque los
había tocado, los había probado. Esos labios estaban tan cerca de los
míos, lo más cerca que habían estado desde la última vez que nos
besamos, y eso parecía hace una eternidad, aunque solo habían
pasado unos días.
Había sido su primer beso, bueno, Nadia había sido su primer beso, y
confiaba en que había sido el último.
—Evie. —Luc dijo mi nombre como si fuera una oración y una
maldición.
Respiré, pero no fue a ninguna parte. Su frente tocó la mía, y juré que
mi corazón se detuvo allí mismo.
Luc estaba tan cerca que sentí que sus labios se curvaban en una
sonrisa cerca de mi boca, y si giraba mi cabeza apenas un centímetro,
nuestros labios se tocarían.
¿Él querría eso?
¿Yo quería eso?
No estaba segura. La noche que nos habíamos besado, habíamos
hecho más. Habíamos estado cuerpo a cuerpo, nuestros cuerpos
enredados y moviéndose juntos, pero Luc se había detenido antes de
que llegáramos más lejos, y no éramos novio y novia. No había
etiquetas, ni definiciones de las que hablar. No es que necesitábamos
estar juntos para estar juntos. Solo estaba la expectativa de que
podríamos ser más, podría ser todo si solo me acercaba y lo tomaba.
Quiero eso, pero yo…
Tengo miedo.
Miedo que Luc se diera cuenta de lo que yo temía ya saber. Que él
estaba enamorado de una chica que ya no existía, y en última
instancia, ¿no estaría decepcionado? Estaba aterrorizada de dejarme
sentir este tipo de emociones que podrían conducirme a un corazón
roto. Asustada de ser siempre la segunda opción, o peor aún, una
imitación barata de lo real.
¿Luc incluso me vio a mí cuando me miró a los ojos, o sólo vio al
fantasma de Nadia y todavía no se había dado cuenta? No estaba
segura de si él sabía lo que quería, si realmente quería esto conmigo,
quienquiera que fuera.
—Siempre voy a querer eso —susurró contra mis labios.
Sobresaltada, me eché hacia atrás y rompí el contacto. Los átomos
encendidos parpadearon y luego desaparecieron en una serie de
crepitaciones. Mi mirada se dirigió al rostro de Luc.
Un lado de su boca se levantó cuando su mirada chocó con la mía. —
Todo lo que tienes que hacer es preguntar, Peaches. Todo lo que
tienes que hacer es decirme lo que quieres y es tuyo.
Abrí mi boca mientras mis mejillas se calentaban, alcancé el refresco
en la mesita de noche, tomando un gran trago. Un ligero temblor
sacudió la lata cuando la coloqué de nuevo en la mesita de noche que
estaba vacía, excepto por una gran lámpara de plata.
—Así que… —Me aclaré la garganta, buscando algo que decir—
.¿Cómo conociste a Paris?
—Es una historia bastante divertida —respondió después de un
momento—. Trató de matarme.
—¿Qué? —Mi cabeza se volvió hacia él. No había estado esperando eso
—. ¿Cómo es eso gracioso?
Él sonrió. —Fue poco después de que me escapé de Daedalus. Tenía
como cinco años, ¿creo?
Lo miré fijamente. —¿Él trató de matarte cuando tenías cinco años?
—Bueno, yo a los cinco años era como un humano normal a los
dieciséis años para todos los propósitos, pero sí, había sido
chantajeado para cazarme con este otro grupo de Luxen. Se suponía
que debían capturarme y llevarme de vuelta. Sin embargo, no es así
como paso.
Tuve la sensación de que podía adivinar lo que sucedió.
—Ellos, por supuesto, no estaban tan preparados como deberían
haber estado cuando me encontraron. Todos, excepto París, no tenían
ningún problema con lo que se estaba haciendo. Podría decirlo. —Se
golpeó con el dedo por un lado de la cabeza—. Así que, salvé a Paris.
En otras palabras, él había matado al resto de ellos… a los cinco años
Parpadeé lentamente. —¿Cómo lo estaban chantajeando?
—Tenían a sus hermanos —respondió—. Un hermano y una hermana.
Oh Dios.
—¿Que les pasó a ellos?
Luc apartó la mirada entonces. —Tratamos de encontrarlos y
liberarlos, pero fueron asesinados una vez que Daedalus descubrió
que Paris se había unido a mí en lugar de matarme.
—Dios —susurré, pensando que había muchos momentos como este
para él. Las personas que intentan matarlo o controlarlo, lo
experimentan y lo usan—. ¿Estás seguro de tener buenos recuerdos?
—Muchos.
No estaba muy segura de eso, y estaba pensando que tal vez fue una
bendición que no pudiera recordar mi infancia. Y deseaba poder
hacerlo… cambiar eso por él.
Aparté la vista de Luc, mi mirada se posó en la cámara en mi mochila.
La había traído conmigo, planeando finalmente ir a través de las fotos,
pero estaba intacta.
Había algo que quería hacer, pero era algo extraño. Como, súper raro.
—Nada es extraño para mí.
Suspiré. —Estás en mi cabeza otra vez.
—Culpable. —Cuando lo miré, él arqueó una ceja, totalmente
impenitente—. ¿Qué es lo que quieres hacer, Melocotón?
—Quiero tomarte una foto. —Mi cara se sentía como si estuviera
enllamas—. Y sé que suena espeluznante...
El interés llenó su expresión. —Eso suena caliente.
—¡No ese tipo de fotos! —Ahora mi cuerpo entero estaba ardiendo—.
Yo solo… Tienes expresiones tan interesantes. Tu cara, quierodecir.
Quiero capturarla en las fotos. —Me levanté, limpiándome las palmas
repentinamente húmedas mientras me apartaba de él—. Dios, decir
eso en voz alta suena tan espeluznante como el infierno. Solo olvida…
—Puedes tomar tantas fotos como quieras.
—¿De verdad? —Lo enfrenté, juntando mis manos. La emoción cobró
vida—. ¿No crees que es raro?
Luc sacudió la cabeza, enviando olas desordenadas que caían en
todas direcciones.
Miré a mi cámara y luego a Luc. La pregunta salió antes de que
pudiera detenerme. —¿Dijiste que a Nadia…? ¿Dijiste que siempre me
interesó tomar fotos?
Él asintió esta vez. —Te gustaba tomar mucho al aire libre. El otoño
era tu favorito. Luego el invierno, pero solo cuando había nevado. De
lo contrario, no te gustaba tomar esas fotos, porque...
—Todo parece muerto en medio del invierno —susurré, y cuando él
asintió de nuevo, me sentí un poco mareada—. Es raro. ¿Ya sabes?
Que haya piezas de Nadia en mí. Supongo que siempre han estado
allí. —Caminé hacia mi bolsa y levanté la cámara, envolviendo la
correa alrededor de mi brazo—. ¿Crees que hay algo de Evie en mí?
Luc se quedó callado por un momento. —No lo sé. No la conocía.
Jugué con los botones de la cámara. —Anoche estaba pensando que
estaba mal reemplazarla, ¿sabes? Como si fuera un insulto a su
memoria. Me hace sentir asquerosa.
—Aunque no fue de tu elección. No te despertaste un día ydecidiste
apoderarte de su vida. Sylvia… —Se interrumpió cuandolo miré. Sus
hombros estaban tensos, la línea de su mandíbulaáspera, volviendo la
belleza de todas esas líneas más brutal quecálida.
Levanté la cámara y tomé una foto antes de perder el valor. Noparecía
importarle.
—No te pongas esa clase de culpa —dijo—. No hiciste esa elección.
Yo sabía lo que estaba diciendo. Mamá había hecho esa elección,para
reemplazar la verdadera Evie conmigo. Ella no habíanecesitado hacer
eso. Una parte de mí pensó que no era prudente hablar de mamá con
él, especialmente después de lo sucedido eldía anterior, pero las
palabras, la verdad de todo, brotaron. —Ellapodría haberme dado
cualquier otra identidad.
—Sí, ella podría haberlo hecho. —Luc se mantuvo quieto mientrasme
acercaba lentamente a él—. Algo así te hace preguntarte por qué hizo
eso.
Mis dedos se detuvieron a varios centímetros de su cara. —Lo hace —
Tomé aire y luego le toqué la barbilla. Su cuerpo enterodio el menor
temblor, y retiré mi mano—. Lo siento. Sólo iba a…
—No, está bien. Sus ojos eran de un tono violeta más brillantecuando
tomó mi mano y me llevó los dedos a su barbilla.Con la garganta
inexplicablemente seca, incliné su cabeza haciaatrás y hacia la
izquierda para que la luz del sol atrapara el costadode su cara
nuevamente.
—Creo que lo hizo porque extrañaba a laverdadera Evie.
—La gente hace las cosas más extrañas por amor.
Con cuidado, aparté un grueso mechón de pelo de su cara. Susojos se
cerraron cuando las puntas de mis dedos rozaron sufrente. El calor se
deslizó en mis mejillas cuando retrocedí. —No temuevas.
—Tus deseos son órdenes.
Mis labios se contrajeron cuando levanté mi cámara, ajustando
elenfoque hasta que tomé una foto de él. Tomé varias a medida
queavanzaba hacia los pies de la cama, intentando capturar todos
losángulos llamativos mientras me sentía increíblemente tímida.
Bajando la cámara, caminé hacia él, girando la barbilla para queme
mirara directamente. Quería pedirle que sonriera, pero medaba
mucha vergüenza hacerlo.
—¿Vas a ver las que acabas de tomar? —preguntó.
Negué con la cabeza. —No hasta que termine.
—Esto es diferente...
Levanté mi mirada hacia él, y vi que estaba sonriendo. No unagrande
Ese tipo de sonrisas era raro para Luc, pero esta era unasonrisa
torcida, y cuando esos mechones de cabello sedesplomaron sobre su
frente, había una adorable miradadescabellada en él.
Tomé una foto.
—Antes, quiero decir —aclaró—. Veías cada foto después detomarla.
Pero nunca tomaste retratos. ¿Tomas muchos de ellosahora?
—No muchos, pero he tomado fotos de Zoe y Heidi, incluso James.
Pero más como de sorpresa, ¿sabes? Como cuando no me prestan
atención. —Cambié el modo a blanco y negro—. Supongo que eso es
algo que es todo yo.
—Lo es.
Sonriendo, levanté la cámara y tomé otra foto de él en blanco y negro,
y luego me acerqué a él para reajustar su ángulo.
Luc atrapó mis dedos cuando atrapó mi mirada, y todo mi cuerpo se
estremeció. Los arrastró sobre la línea de su mandíbula, hasta sus
labios separados. Su cálido aliento bailaba sobre las puntas de mis
dedos. Presionó un beso en un dedo. Un estremecimiento fuerte y
caliente me llegó.
—Me gusta esto —dijo, besando mi siguiente dedo.
—¿Qué? —¿Sonaba tan sin aliento como me sentía?
—Estás tomándome fotos. —Otro beso en otro dedo—. Me gusta que
me involucres en algo que te gusta hacer.
Una increíble sensación de silbido recorrió mi pecho, más que un
aleteo, como una hinchazón increíblemente dulce. —Me gusta…
Me miró a través de las pestañas gruesas, su boca a centímetros de mi
último dedo. —¿Qué?
Me sentí tibia y mareada cuando él sostuvo mi mirada. —Me gusta…
Que estés involucrado.
Un lado de su boca se levantó. —Lo sé —dijo, y luego, antes de que
pudiera responder, mordió mi meñique, un mordisco rápido que envió
un rayo de conciencia a través de mí.
Mi estómago se ahuecó mientras tomaba aire el cual parecía no hacer
nada para aliviar el repentino e intenso latido. La sonrisade Luc se
volvió completamente malvada mientras bajaba mi mano. Su mirada
pasó por encima de mi hombro. —Tendremos que seguir más tarde.
Abrí la boca, pero un golpe en la puerta me hizo callar. Lo miré
tontamente mientras se levantaba, todavía sosteniendo mi mano.
—¿Cómo haces eso? ¿Sabes cuándo alguien está a punto de llegar?
—Soy así de especial. —Luc me guio por el escalón y entró en su sala
de estar—. Como un copo de nieve, único y puro.
Reí mientras soltaba mi mano y se dirigía hacia la puerta. Desde
donde estaba, vi el mohawk azul de Kent cuando Luc abrió la puerta.
—¿Qué pasa?—preguntó Luc, pasando una mano por su cabello.
—Tenemos un problema.
4
Traducido por: Rhys´ Darling
Corregido por: Patty
5
Fuerza de Respuesta Extraterrestre. Aunque, ya pudieron leer (Gracias a Evie) su
significado.
Daemon le disparo una mirada.
—Tampoco puedo soportar la idea de las lentillas. Meter eso pegado
en mi dedo, dentro de mi ojo… no gracias.—Me metí en la
conversación, y uno de los lados de la boca de Daemon se levantó.
—Eso es porque se supone que no debes meter tu dedo en tu ojo,
Peaches. —respondió Luc.
Ignore ese comentario. —¿Estás seguro que no debemos
preocuparnos por este oficial estando aquí?
—Todo está bien.—Se pavoneo hasta la puerta—. ¿Pensé que te ibas?
—le dijo a Daemon, y mientras ambos estaban ahí, ojo con ojo, me
preguntaba si Daemon pensaría que sería extraño si les tomaba una
foto.
Probablemente.
Así que, me resistí.
—Estoy en algo.—Él se paseó dentro del apartamento de Luc como si
fuera suyo—. No obstante, acompañaré a Evie mientras estas
ocupado.
Los ojos de Luc de estrecharon, y puedo jurar que la sonrisa de
Daemon aumento mientras se dejaba caer en el sofá al lado mío,
estirando su brazo en el espaldar.
—Estaré de vuelta pronto—dijo Luc, dando un último, largo vistazo
antes de enganchar un dedo en la parte posterior de su cuello,
haciéndolo dar la vuelta.
Kent hizo un gesto de despedida, y entonces la puerta se cerraba
detrás de ellos, y yo estaba sentada lado a lado con Daemon Black.
Con su ondulado cabello negro y esculpido rostro, él era tan
deslumbrante de ver como lo eran sus ojos verde-esmeralda.
El ADN alienígena hizo un buen trabajo.
Jugando con la correa de mi cámara, miraba la televisión, insegura de
que decir. La tele estaba encendida en un canal de noticias, pero el
volumen era tan bajo que no podía escuchar lo que decían. Había un
titular a lo largo del pie de pantalla, algo acerca de una cuarentena en
Boulder, Colorado.
—No tienes que preocuparte del oficial. —dijo Daemon, mirándome.
Esos ojos verde-esmeraldas eran tan brillantes, que era un poco
inquietante—. Luc lo tiene controlado. Este es solo otro lunes normal
para él.
—No creo que sea normal tener oficiales de la FRE apareciendo así. —
Baje mi cámara a mi regazo—. Quiero decir, ¿que si encontrara
pruebas sobre cualquier número de Luxen no registrados aquí?
—Entonces Luc se encargaría de eso.
—¿Encargarse de eso? ¿Así como ‗encargarse‘ del oficial?
—Probablemente no estés lista para esa respuesta.
Abrí mi boca, pero la cerré casi al instante. No era estúpida. No se
necesitaba ser un genio para darse cuenta a lo que Daemon se refería,
pero sospechar que Luc silenciaria al oficial de la manera ‗por siempre
y para siempre’ no era lo mismo que escuchar a Daemon confirmarlo.
Así que, cambie de tema.
—¿No has ido a casa aun? —pregunte.
Daemon sacudió su cabeza. —Me iré esta noche, una vez que
oscurezca. Me quedaría alrededor para asegurarme que todo esté bien
aquí después de lo sucedido con Micah, pero necesito estar en casa.
Mi chica está cerca de tener a nuestro primer bebe, y necesito estar
ahí con ella.
—¿Bebe? ¡Felicidades! —inmediatamente me imagine a Daemon
sosteniendo a un bebe, y mis ovarios pueden haber explotado un poco
—. Estar lejos ha tenido que ser realmente duro para ti.
—Lo es, venir aquí y obtener esos paquetes es algo que necesito hacer,
pero no me estoy perdiendo ni un segundo más del embarazo de Kat
—dijo. Paquete era la palabra clave para los Luxen no registrados.
Daemon y otros los movían de su escondite temporal, aquí en el club,
a algún lugar seguro, donde ellos puedan vivir sin miedo y sin ser
forzados a usar los brazaletes. A donde los movían, no tenía idea.
Nadie me ha puesto al corriente de esa parte aún—. Este es el último
viaje que hare por un tiempo, así que probablemente estés conociendo
a mi hermano pronto.
—Genial. —murmure, pensando en lo peligroso que era, lo que
hacían, y los riesgos que tomaban—. ¿He visto a tu…?
—Esposa. Su nombre es Kat, y sí, ustedes se han visto un par de
veces. —La mirada de Daemon desapareció a lo lejos—. Luc
probablemente se enfadará conmigo por decirte esto, pero la primera
vez que Kat y yo te vimos, estabas bailando.
Mi corazón tartamudeo. ¿Daemon me había visto bailar? No podía
creerlo. Amo bailar, pero solo lo he hecho en la privacidad de mi
habitación, donde podía dar vueltas como una marioneta bebe rota y
nadie podría juzgarme. ¿Pero Nadia bailo en frente de personas,
personas como Daemon?
—¿Lo estaba? —pregunte, con la garganta reseca.
Asintió.
Supongo que Nadia, la antigua no familiar yo, tuvo bragas más
grandes de las que yo tuve.
Imagínate.
Lo poco que sé de la vida de Nadia, me dice que ella era valiente,
fuerte y toda una versión más patea traseros que yo.
El asintió. —Fue en el Heraldo6, otro club de Luc. No existe ya,
fue destruido después de la invasión, pero te vimos ahí. Eras unos
años más joven que Luc, y estabas arriba del escenario bailando. Eras
realmente buena. Eso fue antes de…
Asentí lentamente, procesando este pequeño dato de información. Se
lo que antes significaba. Antes que los otros Luxen, los que no habían
vivido aquí por décadas desconocidas entre la población humana, nos
hayan invadido. Antes de que millones de personas y Luxen fueran
asesinados en una guerra total, antes, cuando era conocida como
Nadia Holliday, y antes cuando me puse tan enferma que estaba
muriendo por un cáncer en la sangre que ningún Luxen u Origen
podían curar.
No sabía que había habido otro club, y basados en la línea de tiempo
que conocía, rápidamente hice los cálculos. Mis ojos se abrieron de
par en par mientras sacudía mi cabeza. —¿Luc tuvo su propio club a
los trece o catorce años?
Una irónica sonrisa apareció.
—Sí, esa fue mi reacción cuando comprendí quien era Luc. Pero eso
era antes de siquiera saber que los Orígenes existían. De todas
maneras, más tarde esa noche, mientras Kat y yo hablábamos con
Luc, asomaste tu cabeza dentro de la habitación. La forma en la que el
reacciono a nosotros viéndote, a nosotros sabiendo que existías…Lo
supe justo en ese preciso momento, Luc y yo teníamos algo en común.
Fruncí el ceño. —¿Que? ¿Una buena apariencia adormecedora de
mentes?
La respuesta de Daemon fue una pequeña curva en sus labios que
mostro un indicio de profundos hoyuelos.
Un momento. ¿Dije eso en voz alta?
Como que quería golpearme a mí misma. Duro.
—Bueno, tenemos eso en común, pero no es eso en lo que estaba
pensando—respondió suavemente. Su sonrisa se desvaneció—.
¿Puedo darte algún consejo no pedido?
6
En el Original: Harbinger, en la traducción de Storm and Fury les mencioné que puede
significar: El Heraldo y también el Precursor. Además, recuerden que HARBINGER es el
nombre de la trilogía de Zayne.
—Seguro. —respondí, curiosa. Probablemente tenía que ver con mi
manera de conducir desde que casi caí encima de él una vez. Eso sí,
no fue totalmente mi culpa. Él había aparecido directamente en frente
de mi auto sin ninguna advertencia.
Daemon estuvo callado por un largo momento. —Luc y yo haríamos lo
que fuera para proteger a las personas que amamos.
Me detuve, incapaz de tomar más que un superficial respiro a la vez
que miraba al Luxen macho. No sabía cómo responder a eso.
—Yo mendigaría, imploraría, negociaría, y mataría para proteger a Kat
—el continuo, en voz baja, pero cada palabra me golpeo como un
trueno—. Nada en este mundo me detendría. Y no hay nada que no
haría…y es lo mismo para Luc cuando se trata de ti.
El siguiente respiro que tome se quedó atrapado en mi garganta
mientras que un resplandor daba vueltas y atravesaba mis venas. Una
indefinible cantidad de alegría se convirtió en una pelota en el centro
de mi esternón. Llenándome completamente. Sentía como si pudiera
flotar directamente al techo. ¿Ser amada de esa forma? He visto ese
tipo de poderoso amor que consume todo cada vez que Emery miraba
a mi amiga Heidi, así que sabía que era real, y saber que Luc sentía…
Luc sentía eso por Nadia, eso era.
El recordatorio pincho la pelota y me envió zumbando de vuelta a la
realidad.
Las cosas entre Luc y yo eran complicadas, y no tenía nada que ver
con el hecho de que yo era humana y Luc un Origen, y todo que ver
con quien yo solía ser.
Una chica que Luc había amado y perdido…una chica que aun ama.
Una chica que yo solía ser.
Una chica que no puedo recordar no importa cuánto lo intente.
—Luc ama a Nadia, y yo no soy ella—dije, deslizando mis
repentinamente sudadas manos sobre mis jeans—, pude haber sido
ella alguna vez y podría lucir como ella, pero no somos la misma
persona.
Daemon se quedó en silencio mientras me estudiaba. —Quizás ya no
tengas esos recuerdos, pero eso no significa que no eres ella y que Luc
no siente lo mismo por ti como lo sentía cuando te conoció como
Nadia. Y él era un niño en ese entonces, Evie, y él ya estaba dispuesto
a sacrificar a cualquiera a su alrededor para salvarte.
Algo acerca de eso tiro el borde de mis recuerdos. Había un destello de
familiaridad, pero se fue antes de poder agarrarlo. —¿Qué quieres
decir?
—¿De verdad quieres saber?
No estaba muy segura, pero asentí de todas formas. —Si.
Él se recostó, mirando hacia la televisión mientras que descansaba su
tobillo en su rodilla.
—¿Sabes que Kat fue capturada por Daedalus? —Daedalus había sido
una división secreta del Departamento de Defensa que fue
responsable de la asimilación de Luxen a la población humana mucho
tiempo antes que nos invadieran, y luego, de una serie atroz de
horríficos experimentos con ambos, Luxen y humanos—. ¿Sabes cómo
fue todo?
Sacudí mi cabeza.
—Estábamos tratando de liberar a la novia de mi hermano, y lo
hicimos yendo con información que Luc nos dio aun sabiendo que uno
de nosotros podría quedar atrapado y que los otros harían lo que
fuera por liberarlos. Todo el tiempo, él lo estuvo planeando.
Necesitaba a uno de nosotros adentro, uno de nosotros quien sería
expuesto a todos los diferentes sueros, especialmente a los nuevos
que estaban siendo desarrollados. En cierto modo, nos preparó.
Pensé que sabía a donde esto se dirigía, y también pensé que podría
estar enferma.
—Luc nos envió ahí para conseguir el último suero que él sabía que
Daedalus había creado, en un intento por curarte. Fue llamado el
suero Prometeo—siguió Daemon—. Ese suero era para ti. Kat y yo
podríamos haber muerto. No lo hicimos, pero personas murieron,
Evie, y te lo estoy diciendo ahora, el haría cualquier todo de nuevo
aun sabiendo cómo termina.
—¿Quienes murieron?—susurre, helada hasta los huesos.
—Muchas personas. Personas buenas murieron durante el proceso.
Un nombre vino a mi mente. —¿Paris?
—Fue uno de ellos.
Abrí mi boca, pero no supe que decir. No podía creerlo. Paris había
muerto por Luc.
Por mí.
Tanto como Luc hablaba de Paris, nunca menciono esto. Ni una vez.
—Si Luc fue la mente maestra detrás de todos ustedes siendo
capturados por Daedalus y de gente muriendo, ¿entonces cómo son
sus amigos ahora? —pregunte.
—¿Amigos de Luc?—rió Daemon por lo bajo, y debo admitir que fue
un lindo sonido aun estando segura que esto no era gracioso—.
Quieres decir, ¿cómo puedo dejar atrás el hecho de que Kat y yo casi
morimos? Fácil. Porque yo haría lo mismo si hubiera estado en esa
situación.
—¿En serio?—Lo mire boquiabierta.
—Claro que sí. Si fuera Kat la que estaba muriendo y hubiera alguna
oportunidad de que pueda salvarla, tiraría a cualquiera en este
edificio debajo de un bus, incluyéndote. —Se encogió de hombros
cuando parpadeé hacia él—. Luc y yo nos entendemos.
—Ese es un… interesante dato.—Empujando un mechón de cabello
fuera de mi rostro, mire hacia la televisión mientras escogía mis
siguientes palabras—. El hizo esas cosas por Nadia, porque la
amaba…creo que aún está enamorado de ella, y ella está básicamente
muerta, Daemon. Ella y yo no podríamos ser más diferentes.
Se inclinó hacia mí, brillantes ojos verdes se encontraron con los
míos. —Si Kat perdiera todos sus recuerdos mañana y no supiera
quien es ni quién soy yo, no cambiaría ni una jodida cosa acerca de
cómo me siento por ella. La seguiría amando tanto como lo hice el día
anterior.
Trague duro. —Eso no es lo mismo. Ustedes dos han estado
juntos. No es como que ella desapareció por años y luego apareció sin
recordar nada de su vida anterior.
Sus ojos se cubrieron con algo oscuro. —Kat desapareció de mi lado
una vez. Nada como lo que les paso a ti y a Luc, pero el tiempo no
hace que ese tipo de amor disminuya. Solo te vuelves más protector y
dispuesto a hacer cosas que otros no harían, solo para estar seguro de
que nada de eso vuelva a pasar otra vez.
Arrancado mi mirada de él, mire hacia abajo, a mis medias con
cuadros con pequeños fantasmas en ellas. No tenía duda que lo que
decía de sus sentimientos por Kat era ciento por ciento verdades, pero
las cosas eran diferentes entre Luc y yo.
—Y aquí es cuando mi consejo no solicitado entra en juego. Si crees
que Luc aún está enamorado de quien solías ser o de quien eres
ahora, no importa. El haría cualquier cosa para asegurarse que tu
estés a salvo en totalidad, y eso quiere decir que debes tener cuidado.
Me tomo un segundo formular una respuesta a eso. —¿Por qué
debería tener cuidado?
—¿Personas como Luc y yo? No somos los chicos malos, Evie, pero
tampoco somos los buenos. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?
—No realmente.
La mirada de Daemon volvió a la mía. —Tienes poder sobre él y sus
acciones, y como no te das cuenta de esto, solo lo hace a él más
peligroso.
Le lance una mirada escéptica. —No veo como tengo algún poder
sobre él, como eso lo hace peligroso, o como lo que haga o deje de
hacer sea mi responsabilidad.
—No estoy diciendo que sea tu responsabilidad. No lo es. Lo que Luc
haga, está todo sobre él. Lo que estoy diciendo es que necesitas saber
de lo que él es capaz.
—Lo sé. Lo he visto de primera mano.
—Has visto una parte de lo que es capaz. Yo también, y me gusta
pensar que soy un patea traseros. Mi legión de fans está de acuerdo
conmigo—Una rápida sonrisa apareció, mostrando sus profundos
hoyuelos—, pero él podría tirar todo este edificio abajo con el simple
tronar de sus dedos.
Mis ojos se ensancharon y mi estómago cayó. Había visto a Luc
arrancar de sus raíces tres arboles tan altos como un rascacielos,
¿pero tirar abajo todo un edificio? —Estas siendo un poco demasiado
dramático, ¿verdad?
Sacudió su cabeza, y se giró hacia la televisión. —Mi hermana.
Fruncí el ceño. —¿Qué?
—Mi hermana está en la tv.
El volumen aumentó sin que nadie tocara el control remoto, y me
imagine que eso era cortesía de Daemon y sus geniales dones
extraterrestres. Me gire hacia la tele.
Reconocí al hombre. El Senador Freeman apareció en la mitad de la
pantalla junto con la silueta de Nueva York. Él era senador de uno de
los estados del medio oeste. ¿Oklahoma? ¿Missouri? No lo sabía, pero
el hombre era totalmente anti-Luxen y en favor de endurecer las
políticas del PRA7, que el presidente estaba tratando de aprobar en el
Congreso, junto con la derogación de la Vigésimo Octava Enmienda,
que permite a los Luxen los mismos derechos básicos que los
humanos.
Él no estaba solo en la pantalla. Había una chica, una asombrosa
hermosa joven que era el reflejo femenino de Daemon.
—¿Dee? —dije, sacando el nombre de algún hueco de mi memoria.
—Sí, esa es Dee.
7
He colocado las siglas en español. El original en inglés es: ARP: Alien Registration Program
(Programa de Registro Alienígena).
—¿Qué está haciendo en la TV?—Asumí que ella era igual que su
hermano, una Luxen no registrado.
—Haciendo el trabajo de Dios. —dijo, y luego sonrió con suficiencia.
La hembra Luxen era absolutamente elegante, su cabello oscuro
como la noche estirado, lejos de su rostro, y sus ojos verde-esmeralda
asombrosamente brillantes. No podría decir donde se encontraba. El
fondo era una simple pared blanca.
El Senador Freeman estaba tenso sobre algo, sus mejillas enrojecidas
y labios en una línea. —Ustedes siguen diciendo que su raza no es
peligrosa, que son confiables, sin embargo, ha habido un incremento
constante de violencia de Luxen a humanos.
—No hay ninguna evidencia de que estos desafortunados ataques a
humanos hayan estado en manos de Luxen, solo son
especulaciones…
—Una familia entera en Charleston fue encontrada esta mañana,
quemada, de adentro hacia afuera —interrumpió agresivamente el
Senador Freeman, sus morenas mejillas enrojeciéndose aún más. —
¿Está diciendo que alguien de su gente no hizo eso?
No hubo mucho más que un parpadeo como respuesta en el rostro de
Dee mientras que calmadamente respondía—: Hay muchas cosas que
podrían explicar sus muertes, otras que un altercado con un Luxen…
—¿Cómo ser golpeado por un ser de luz?—Se burló.
Dee ignoró el comentario. —… ninguna de estas muertes sin
sentido han sido oficialmente vinculadas con algún Luxen, pero hay
abrumadora evidencia de violencia contra los Luxen…
—¿Oh, en serio?
Ella asintió. —Videos de golpizas has sido subidos a internet…
—Videos de ciudadanos americanos defendiéndose.
—Dios, ¿alguna vez la dejara terminar una oración?—murmuré—.
¿Cómo alguien puede tener una conversación con este tipo?
—La interrumpe porque no quiere escuchar nada de lo que ella pueda
decir —dijo Daemon, una mano golpeteando sobre su rodilla—.
Tampoco quiere que nadie la escuche.
—No sé cómo ella no pierde la cabeza y voltea una mesa.
—Me conoces, ¿verdad? Ella ha tenido veintidós años de práctica
lidiando con alguien que constantemente la interrumpe.
Sonreí. —La debiste preparar muy bien.
—Se ve como que lo hice.
Dee no se veía nerviosa en lo más mínimo mientras el senador se
deslizaba a otra diatriba acerca de cómo los Luxen cometían genocidio
a diestra y siniestra contra los humanos, lo cual era una completa
exageración, incluso si los Luxen o un grupo de ellos hayan sido
responsables por las recientes muertes…o las recientes muertes
causadas por Micah. El afirmó que no tuvo nada que ver con esas
muertes, pero nosotros lo sabíamos mejor.
—Ella es muy joven.—Peine mi cabello hacia atrás—. Estoy
sorprendida que ella este haciendo estas entrevistas.—Podría decir
que su juventud era otra cosa que irritaba al senador, simplemente en
la forma en la que él se dirigía a ella. Era la definición de
condescendencia y superioridad, y tenía la sensación que él les
hablaba así probablemente a todas las mujeres.
—Ya no quedan muchos Luxen adultos—dijo Daemon—. La mayoría
fueron asesinados durante la invasión y como daño colateral luego.
Dee se ha vuelto nuestra vocera no oficial.
—Eso es muy valiente de su parte.
—Lo es. Muchos Luxen no registrados quieren mantener un perfil
bajo, no queriendo que la gente vea sus rostros. Ella está bien
protegida, pero más importante aún, no tiene miedo.
—¿Protegida? ¿Por Archer? —pregunté—. ¿Por tí?
—Por todos nosotros.—Me dio un vistazo—. Toda una comunidad la
protege.
—No hay nada que temer a los Luxen—decía Dee, por lo que tenía que
ser la millonésima vez—. No somos más peligrosos que los humanos…
no más malvados o inocentes. Nosotros no somos monolíticos,
Senador Freeman, así como la raza humana no lo es. Si tuviéramos
que juzgar a toda la raza humana basados en el extraordinario
número de asesinos seriales, asesinatos masivos, violaciones, actos
racistas, y mucho más, ¿cómo lo haría sentir eso?
—Oh, buena pregunta.—Miré de vuelta a Daemon. Su cabeza estaba
inclinada hacia atrás, exponiendo su cuello—. Apuesto a que lo ignora
totalmente
—No estaría dispuesto a tomar esa apuesta.
—Si no hay nada que temer a los Luxen, ¿entonces por qué no
estamos teniendo esta conversación cara a cara? —preguntó el
Senador Freeman, con una muy practicada sonrisa, ignorando el
punto de Dee como sabía que lo haría—. En cambio, está lejos,
escondida en algún lugar desconocido.
La verde mirada de acero de Dee se centró en la cámara. —Porque
nadie necesita tener miedo de nosotros, pero no podemos decir lo
mismo de ustedes. Los humanos.
5
Traducido por: Rhys´ Darling
8
Chia Pet era una marca de piezas de arcilla con forma de mascotas a las que se les aplicaban,
sobre su cuerpo acanalado, semillas humedecidas de chia, una planta aromática de ciclo
anual.
Otra risa envió un estremecimiento a mi estómago de la manera
más placentera. —No odio las Chia Pets lo suficiente como para
otorgarte otra.
Fruncí el ceño.
—Espero que te guste ésta. —Sus manos fueron a mis hombros, y en
la oscuridad, él me giró. Sus manos permanecieron donde estaban, su
peso siendo reconfortante—. ¿Lista?
—¿Si? —Me esforcé por ver en la oscuridad.
Un momento después, la lámpara del techo se encendió,
aturdiéndome momentáneamente. Mis ojos tardaron un segundo en
enfocarse mientras escaneaba la habitación.
Y entonces lo vi.
Descansaba sobre la cama, una fotografía enmarcada que tenía
aproximadamente dieciséis por veinte. En el momento en que lo vi,
supe lo que era.
Una fotografía tomada desde el cementerio en Harpers Ferry, con
vistas a los exuberantes valles verdes y al río rocoso azul verdoso de
Shenandoah. Y supe en mis huesos y en cada célula de mi ser que
había tomado esa foto. No recordaba haberme acercado, pero mis
dedos se movieron a la foto de todos modos.
Mis labios se separaron al mismo tiempo que sacudía mi cabeza,
y una parte de mí pensó que, si Luc no hubiera tenido sus manos
sobre mis hombros, podría hundirme en el suelo.
—Yo…yo tomé esa foto.
—Lo hiciste. —Su voz cerca de mi oído, tranquila.
—No recuerdo haberla tomado, pero sé que lo hice. —dije—. ¿Cómo
eso tiene sentido?
—Desearía poder responder eso.
El siguiente aliento que tomé se quedó atorado mientras me
apoyé en él, dejando descansar mi espalda y cabeza sobre su pecho.
—¿Lo tuviste todo este tiempo?
Las manos de Luc se deslizaron de mis hombros por mis brazos,
deteniéndose justo antes de mis codos. —La tomaste una de las
últimas veces que fuimos, y amaste demasiado la foto, hablabas de
tenerla impresa y enmarcada, pero…
Cerré mis ojos y tragué duro. —¿Se nos acababa el tiempo?
—Sí… —fue su ronca respuesta. —Se nos acababa el tiempo.
—Pero aquí está.
Luc estuvo callado durante un tiempo. —Después de instalarme
aquí, comencé a revisar algunas cosas que había traído. Encontré tu
vieja cámara; todavía la tengo, si quieres verla. De todos modos,
comencé a mirar las fotos y vi ésta. La imprimí y enmarqué hace unos
tres años.
¿La tuvo por tres años? Mis ojos se abrieron y mis pestañas se
sentían húmedas.
—No la colgué. No sé por qué. La guardé en uno de los cuartos
adicionales aquí. —Levantó un hombro—. Pensé que deberías tenerlo,
ya que es tuyo. Puedes guardarlo aquí o puedes llevarlo a casa…
Dando la vuelta, no me detuve a pensar en lo que estaba
haciendo. Sólo lo hice. Probablemente fue como lo que hice ese día en
Jefferson Rock, cuando fui una chica diferente y él era el mismo chico.
Lancé mis brazos alrededor de su cuello y me estiré sobre las
puntas de mis pies. Sus manos se movieron a mis caderas,
sosteniéndome mientras llevaba mis labios a los suyos.
Y lo besé.
No fue tanto un beso. Un rápido roce a sus labios que de todas
maneras causó un corto circuito en mi sistema. Fue como tocar una
llama, y cuando me alejé y di un paso atrás, mis manos temblando
mientras bajaban por su pecho y luego lejos de él, estaba sorprendida
que mis labios no estuvieran en llamas, aunque sí hormigueaban.
Luc bajó su mirada hacia mí, sus labios separados y el centro de
sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas. Parecía que una pluma
podría derribarlo.
—Gracias. —dije, dando un paso atrás mientras juntaba mis manos—
. Me encanta esta sorpresa.
Por un momento, no hubo ninguna reacción de él. Sus rasgos y
cuerpo estaban impasibles como una estatua, y luego una amplia y
hermosa sonrisa rompió a través de su rostro. Al estar en el extremo
receptor, sentí que necesitaba sentarme y tomarme un momento para
absorberlo.
—En cualquier momento, Melocotón —murmuró—. En cualquier
momento.
l
a
E rostro pálido e incrédulo del Sr. Barker, mientras comenzó
retroceder, con las sillas rechinando en el suelo.
—Todo el mundo quédese tranquilo —dijo sin sonar tranquilo en
absoluto—. Necesito que todos mantengan la calma y se queden en
sus asientos.
Zoe ya estaba de pie, pero yo estaba quieta como una estatua en mi
silla, mi corazón palpitaba como un tambor.
Esto era imposible. La sirena del dron sonó mientras alguien gritaba
sobre el ruido.
—¡Algo anda mal con eso! ¡Coop es un humano!
Mas gritos de protesta se unieron al primero, pero el dron siguió
sonando. ¿Se equivocaba?, no tenía ni idea, nunca había oído hablar
si eso sucedía, pero tenía que ser eso, Coop era humano. No era un
luxen, un hibrido o un origen.
A menos que fuera como Zoe, escondiendo lo que era.
¿Pero por qué ella hubiese escondido lo que él era, si ese fuese el
caso?
El dron se movió mientras Coop se levantaba, se balanceo dejando
caer la cabeza hacia atrás. El sudor le inundo la cara, viajando por su
cuello en gotas. Un color rosado moto sus mejillas pálidas. Coop abrió
los ojos y el aire salió de sus pulmones, mientras alguien gritaba. La
sangre se filtraba de las esquinas de los ojos de Coop, corriendo por
sus mejillas y llegando a la comisura de su boca. Su pecho estaba
agitado como si no pudiera respirar.
Oh no.
No. No. No.
El señor Barker dejo de retroceder y sus labios se movieron sin
palabras. O tal vez estaba diciendo lo mismo que yo, pero el dron
estaba ahogando el sonido. Coop se rompió, liquido rojo y alquitrán
salía de su cuerpo. Salpicando el suelo y las piernas de la silla.
Jadeando por aire, Salí de mi asiento y di un paso atrás, chocando
contra Zoe. Su mano fría me agarro por la parte superior de mi brazo.
—Coop—susurre con mi corazón latiendo muy rápido—. Oh Dios mío
Coop—Fui hacia el sin pensar. Los dedos de Zoe se apretaron en mi
brazo.
—No lo hagas. Algo no está bien aquí.
Ese fue el eufuismo del año, en ese momento el señor Barker corrió
hacia Coop. Preocupación reemplazaba la confusión. Llego a él
agarrándolo del brazo.
—Que pasa Coop, dime que es esto…
Todo sucedió rápido. Coop levanto el brazo, golpeando el dron con su
antebrazo, el dron voló atraves de la habitación, golpeando el costado
de la cabeza de otro estudiante. El lamento de la sirena se detuvo.
Alguien grito cuando el chico cayo, con la cara haciendo un sonido de
agrietamiento enfermizo cuando se fue al suelo. La sangre se
acumulaba a su alrededor.
Barker estaba volando atraves de la habitación, salte hacia atrás
cuando nuestro maestro se estrelló contra la ventana y luego la
atravesó. Fragmentos de vidrio volaban como misiles, cortando la ropa
y la piel.
Coop lo había arrojado.
Eso no era normal.
Mierda, nada de esto era normal.
Gritos y gritos estridentes perforaron el aire y Coop enfureció,
recogiendo silla y mesas y lanzándolas, se partieron contra la pizarra,
aquellos al lado de la puerta corrieron, pero Zoe y yo y todos los que
estábamos cerca de las ventanas rotas quedamos atrapados.
—Tenemos que salir de aquí —dijo Zoe, mirando toda la habitación.
Coop estaba destrozando el aula.
—¿En serio? —dije gritando mientras una silla pasaba por sobre
nuestras cabezas—. Creo…
—¿Tienes alguna idea? Porque…
Coop le arranco la pata a una silla, destrozándola, rompiendo madera
y metal. Su fuerza era inhumana. Giro y la lanzo. La pata voló hacia
nosotros, hacia Zoe.
No pensé
Girando empuje a Zoe con fuerza. Ella se derrumbó a un lado y yo
seguí de pie. Lo que se sentía como un trozo de hielo golpeo mi mejilla
izquierda un segundo antes de que la pata de la silla se estrellara
atraves de la ventana, directamente donde Zoe había estado de pie.
Así fue como se sentía al principio, un hielo fue atravesado atraves de
mi mejilla y luego me quemo. El vidrio llovió sobre nosotros cayendo
en nuestro cabello.
—Evie—dijo, los ojos de Zoe se ensancharon—. Tu cara.
Agachada a su lado me toque la cara con una mano temblorosa y dije
—: Estoy bien.
—Sabes que no necesitas hacer eso —susurro atraves de los dientes
apretados, mientras agarraba mi muñeca, sacando mi mano. La
sangre me tiño los dedos. Ambas saltamos cuando algo se rompió
cerca de nosotras otra vez.
—Tengo que hacer algo—Zoe todavía se aferraba a mi mano—. Va a
herir a más gente, tengo que…
—No—dije, tirándola del brazo, balanceándome hacia ella—. No
puedes hacer eso, si lo haces… —No necesitaba terminar la frase, si
Zoe intervenía, la expondría a cada persona de la clase, el mundo no
sabía de los orígenes o híbridos. Pensarían que era una luxen no
registrada… desapareciendo.
Zoe apretó los ojos, mientras tomaba un aliento desigual. Algo más se
estrelló contra nosotros y ella abrió los ojos.
—Evie tengo que…
—Todos abajo. —Estallo una voz masculina—. Todo el mundo contra
el suelo ahora, las palmas contra el piso.
Oficiales vestidos como miembros del SWAT se presentaron en la
habitación, vistiendo todo de negro y cascos protegiendo sus rostros.
Llevaban rifles, de la clase larga y aterradora. No se parecía a la fuerza
de respuesta alienígena. Para nada.
Zoe me jalo y quede de rodillas de inmediato, en cuestión de segundos
nuestros vientres estaban en el suelo, nuestras cabezas abajo. Coop
se giró hacia ellos, aun de pie.
—Esta es nuestra última advertencia—volvió a aparecer la voz—.
Detente o te detendremos.
No, no, no. No podían dispararle a Coop, estaba enfermo. No podían.
Sonó como un ruido zapping, una sucesión de electricidad rápida.
Dispararon. Coop se sacudió, mientras los ganchos cavaban
profundamente en su hombro. Esperaba que se cayera, un Taser no
era broma.
Pero no lo hizo.
Coop dio un paso hacia los hombres
Otro teaser disparado, los ganchos le cayeron en el vientre y siguió
adelante, no se desacelero, dejando a un lado la silla incluso cuando
un tercer teaser lo golpeo en la pierna. Todavía estaba de pie, todavía
iba hacia ellos.
¿Cómo era posible?, los teaser y las pistolas de aturdimiento incluso
afectaron a un luxen.
Los compañeros de clase, estaban en el suelo, sus rostros pálidos,
algunos ensangrentados y todos ellos tenían los ojos apretados,
firmemente cerrados, vi las botas de los oficiales en la puerta de la
clase. Vi a Coop.
Tres disparos de teaser y todavía estaba de pie.
—Un paso más y te mataremos —grito uno de los oficiales
—Vamos compañero, no nos hagas hacer esto, detente.
—Por favor—le dije, con voz baja, apretando los dedos de Zoe hasta
que pude sentir los huesos de su mano—. Vamos Coop por favor
detente.
Coop no lo hizo
La sangre se filtraba de su nariz y sus ojos, y esa sangre no se veía
bien, había un tinte negro azulado, Dios mío.
Tiro la cabeza hacia atrás y rugió. El sonido me hizo temblar. Oí a Zoe
maldecir.
Coop grito tan fuerte y profundamente como si estuviera siendo
desgarrado desde el interior. Hubo un sonido de agrietamiento de
huesos rompiéndose.
Uno de los oficiales con rifle largo se acerco a la a la fila de agentes.
Sonó como un fuego artificial, un golpe rápido. Entonces un agujero
del tamaño de un centavo apareció en el centro del muslo derecho de
Coop, su pierna tembló y tropezó. Dos de los oficiales se lanzaron tras
las mesas volcadas, enfrentándose a Coop.
Lucho contra ellos, tirando a uno de ellos y liberándose. Se
necesitaron cuatro oficiales para derribarlo. Cuatro oficiales, tres
impactos de teaser y una bala en la pierna y el todavía estaba gritando
y todo el tiempo oí sus huesos rotos.
Nos mantuvieron en el suelo, boca abajo hasta después de que Coop
fue retirado el aula, se sentía como un éter, el silencio se extendió, a
pesar de que solo habían sido minutos, hasta que una voz
desconocida nos ordeno pararnos y salir de la habitación de manera
ordenada.
Nos escoltaron fuera de la escuela, no nos permitieron ir a nuestros
casilleros ni parar. Me quede cerca de Zoe, y no recordaba el paseo
hasta mi coche o como termine en el asiento del pasajero con Zoe
conduciendo, a pesar que ella tenía su propio coche, pero allí
estábamos. Sin preguntar sabía que Zoe conducía a Foretoken. Eso
tenía sentido porque después de lo que acabábamos de ver, Luc tenía
que saberlo, tal vez incluso sabría algo de aquello, porque yo no tenía
ni idea de lo que había pasado con Coop. Todo lo que sabía era que lo
que le pasaba a él seguro que no era por la gripe.
Sostuve mi bolsa de libros cerca de mi pecho y mire hacia adelante
como un pequeño robot, después de lo que había sucedido, los
edificios que llegan al cielo, el césped cuidado en frente de las casas y
los automóviles que llenaban la carretera se sentían un poco falsos.
¿La mujer de la furgoneta en el semáforo a nuestro lado tendría idea
de que Coop arrojo a un maestro por la ventana?, ¿y luego herido
gravemente a otro estudiante? El conductor del autobús de la ciudad
volando por la intersección sabría que Coop había vomitado sangre y
el señor ¿sabría que hay algo más antes de enloquecer como el
infierno?, ¿Barker estaría bien?, ¿o el tipo al que le había azotado la
cabeza? No lo sabía, desde que pensé que esto saldría en las noticias,
le envié un mensaje a mi mama y le dije que estaba bien, no había
vuelto a saber de ella, pero eso no era raro. Probablemente era ardilla
en un laboratorio de alguna parte.
La normalidad de hoy había sido demasiado breve.
Apretando mi bolso como si fuera una bolsa de estrés gigante,
exhale largo y duro. Dios, le había disparado con un teaser. Le
dispararon varias veces y con una bala real y aún no había caído.
—¿Estás bien? —pregunto Zoe mientras nos acercábamos a la calle
hacia Foretoken.
Asentí con la cabeza. —¿Tu?
—No, en realidad no
—Yo tampoco —admití—, no puedo creer que eso haya pasado.
Zoe no respondió y ninguna de nosotros hablo mientras estacionaba y
cruzábamos la concurrida calle.
Clyde nos recibió en la entrada principal, dándonos la bienvenida con
un gruñido de reconocimiento.
Un señor cara de papa se asomaba en la parte delantera de su
camisa, entre un par de monos de jeans azules. Me cogió del brazo, su
agarre sorprendentemente suave, para una mano tan grande. Lo mire
y me asintió.
—Rostro.
No sabía lo que decía.
Los pircings en sus mejillas y cejas brillaban por las luces del techo,
mientras sacudía la barbilla otra vez, soltando mi brazo.
—Tienes sangre en la cara, chica
Oh, me limpie la mejilla, había un rasguño que había olvidado. —
Es solo un rasguño.
—Si Luc lo ve, podría reaccionar como si fuera una herida de bala —
se quejó y Zoe resoplo en acuerdo.
Clyde se metió la mano al bolsillo trasero y saco un pañuelo rojo y
blanco.
—La ubicación no es excelente.
No tuve oportunidad de protestar. Clyde fue rápido mientras jugaba a
la enfermera, limpiando cuidadosamente el rastro de sangre.
—Gracias —le dije cuando termino
Se quejó de nuevo —Luc probablemente todavía lo vera.
Realmente esperaba que no.
Clyde se alejó desapareciendo en los recesos más oscuros del piso
principal del club.
Me di la vuelta después de Zoe hacia la entrada de empleados.
Siempre me extrañaba ver el club así, vacío, sin gente y las sillas
sobre las mesas.
Acabamos de llegar al piso de Luc cuando la puerta se abrió, y ahí
estaba él, vestido con jeans y una camisa de camuflaje que decía: NO
PUEDES VERME.
Me reí fuerte, con mucha intensidad que me dolió la garganta, porque
a la luz de las cosas, parecía inapropiado.
—Emery acaba de decirme lo que paso. Heidi se lo dijo. —anunció, su
mirada parpadeando de Zoe hacia mí—. ¿Estás bien?
—¿Qué sabes?
—Que un chico se volvió loco en clases y que lanzo a un profesor por
la ventana. —Nos abrió más la puerta para poder entrar.
—Realmente eso solo es una décima parte de la historia.
Zoe pasó por la puerta.
—¿Heidi está en camino?
—Supongo que si —Luc se congelo cuando lo supo.
En menos de un segundo, estaba frente a mí.
Tropezando maldecí. —Dios odio cuando haces eso.
—Estas herida. —dijo levantando la mano y colocando un dedo en mi
mejilla. Solo entonces se giró hacia donde Zoe estaba—. ¿Qué paso?
Maldición, Clyde tenía razón.
—No estoy herida.
—Tienes un corte. Su mandíbula era dura como su barbilla, inclino la
cabeza hacia abajo—. ¿Cómo es que esta herida?
—Estoy totalmente bien. —Unmusculo se flexiono en su mandíbula
—Ella me empujo fuera del camino de una pata de una silla que se
había convertido en un proyectil. —explicó Zoe—. Le dije que no era
necesario.
Alejándome de Luc me acerque a Zoe. —¿Cómo que no era necesario?,
podrías haber acabado con la pata de la silla incrustada en la cabeza.
—Habría salido de su camino antes de que eso sucediera. Hizo una
pausa—. Soy así de rápida.
—Ella no habrá salido lastimada. —Luc me jalo de la manga de mi
camisa y me enfrente a él—. Y aunque fue bastante admirable lo que
hiciste, ella debe cuidar de ti y estoy segura de que Zoe lo aprecia.
Zoe se encogió. —No era necesario Luc
—Sabes lo que pienso, si alguien lanza una pata de una silla a la
cabeza de alguien que me importa y yo puedo intervenir. Voy a
intervenir. No me quedare sin hacer nada.
—Peaches.
—Excepto por ti.—le dije—. Dejaría que te golpeara en la cabeza
porque tienes un cráneo duro.
Un lado de su boca se curvo. —Estoy bien con ello,Peaches.
Entornando los ojos. —Lo que sea Luc.
Colocando su mano en mi espalda se agacho y susurro—: Me llevaría
mil patas de silla si eso significara que te quedaras fuera de peligro.
No tenía ni idea de cómo responder a eso, afortunadamente no tuve
que hacerlo porque Zoe comenzó a contarle a Luc lo que había pasado
y entramos directo en la habitación suya. Un espacio abierto con sofás
gigantes y una tv que era obscenamente grande. Kent se unió a
nosotros. Coca-cola en la mano y su mohawk todo parado. Siguiendo
a Luc me senté en el sofá y Zoe y Kent ocuparon unos asientos clase
puff que nunca había visto antes en la habitación de Luc.
Para cuando Zoe termino de contar lo que sucedió, había bebido casi
toda mi Coca-Cola y Kent la observaba sacudiendo lentamente su
cabeza.
—Eso es imposible. —dijo—. Los drones CRA no atacan humanos.
—Lo sé. —respondió ella—. Pero eso fue lo que sucedió y si él llevaba
contactos y se escondía, lo habría sentido
—Era como si tuviera fiebre o algo así, dijo que se iría a casa después
de hacer el examen. Estaba hablando y luego se descompuso y
comenzó a vomitar esas cosas.
Descanse mi Coca-Cola en mi rodilla mientras miraba a Luc.
—Es posible que haya conocido a un luxen y fue curado por él y
comenzó a mutar.
Kent negó con la cabeza. —La mutación no se ve así, te enfermas
y todo eso pero no te enfureces así, ¿verdad Luc?
Luc que había estado muy callado durante toda la discusión se inclinó
hacia adelante y apoyo las manos en sus rodillas. —Cuando Daedalus
estaba tratando de recrear la mutación, estaban desarrollando sueros
que se administraban en humanos que habían sido mutados. LH-11
fue uno de ellos al igual que el suero Prometeo.
Los músculos de mi cuello se apretaron. Esos eran los sueros que Luc
había hecho que Daemon y Kat consiguieran para mí.
—Los sueros fueron diseñados para acelerar la mutación y mejorarla.
A menudo no funcionaban, lo que provocaba que el sujeto mutase
rápidamente y en algunos casos, enfurecía. —explico Luc—. Así que si
le dieron algo así, entonces podría explicar la fuerza y la rabia.
—Pero, ¿Cómo era eso posible? —pregunte—. Daedalus ya no existe,
así que incluso si de alguna manera un luxen lo hubiese sanado,
¿Cómo se lo habrían dado?
—Tenemos algunas muestras de ellos. —dijo calmado—. Solo en caso
de emergencia. —señalo
Realmente no quería saber que emergencia justificaría el uso de
aquello. Pero era Luc y esto era Foretoken.
—Puedo entender que ustedes tengan sus manos puestas en estos
sueros, pero ¿y los otros luxen?
Luc me miro.—No es imposible, pero si improbable. Si eso es lo que lo
hizo, entonces significa que alguien mástenía lazos con Daedalus.
—¿Qué tan malo sería si ese fuera el caso? —pregunto Kent,
balanceándose para quedar más cómodamente sentado.
—Si fue un luxen quien hizo la mutación y le dio el suero, entonces
realmente apesta para ellos. —explico Luc
—Espera, ¿si se curó no tendría un rastro? —pregunté mirando a Zoe
—. ¿Tú lo habrías visto?
—Los rastros pueden desaparecer durante la mutación. La fiebre lo
quema. —explico—. Pero no vi ni un rastro en él y creo que yo lo
habría notado.
Las cejas de Luc se alzaron. —Entonces no séqué podría causar
la mutación espontanea con ese tipo de resultados.
Lo mire, con atención a lo que Luc no sabía. Porque Luc parecía
saberlo todo.
—Tal vez estamos analizándolo mal, quizás no fuera una mutación lo
que podría haberlo causado. —Zoe me miro.
Nadie respondió.
Pero pensé en la gente del complejo de apartamentos, enfermados por
algún tipo de virus que los reporteros habían dicho que un luxen
había traspasado a un humano. Mama me había dicho que era
imposible, pero ¿y si se equivocaba? La gente de Kansas City se
enfermó y murió como Ryan hace unas semanas. Ryan podría haber
tenido la gripe, pero ¿y si había algo como la gripe que los humanos
estaban absorbiendo de los luxen?
9
Traducido por: Vania Sánchez Schweitzer
Corregido por: Patty
e
me M desperté con un sudor frío, jadeando por aire mientras
rascaba la garganta, buscando los dedos que aún podía
sentir clavándose en mi piel.
No es real. No es real. No es real.
Conteniendo respiraciones profundas y estremecedoras, aparté mis
manos del cuello. Nadie estaba aquí ahogándome. Fue una pesadilla.
Sabía eso, pero aún empujé la manta por mis piernas y me puse de
rodillas, con el corazón retumbando contra mis costillas mientras
revisaba la habitación.
La luz de la luna se filtraba bajo las cortinas y viajaba por el suelo y al
pie de la cama. Escaneé las estanterías familiares y los montones de
ropa. La televisión colocada en el tocador, estaba encendida pero a
bajo volumen porque había estado teniendo dificultades para conciliar
el sueño sin la luz, pasaba de una escena de crimen salpicada de
sangre a la siguiente.
Archivos forenses.
Realmente necesitaba dejar de dormirme con esa programación,
aunque encontraba que el tipo que narraba el programa tenía una voz
extrañamente relajante.
La puerta de mi habitación todavía estaba cerrada, al igual que la
ventana de la habitación, ambas cerradas aunque sabía que había
muchas criaturas que las cerraduras no podían mantener lejos.
Pero fue solo una pesadilla.
Lo sabía, pero todavía encendí la lámpara que estaba encima de la
mesita de noche. Vi a Diesel la roca sonriéndome.
Deslizándome de la cama, me lancé al baño, apretando el interruptor
en la pared. Una luz brillante se vertió en el espacio estrecho mientras
levantaba mi camisa con manos temblorosas.
Mi estómago estaba libre de rasguños o moretones, tal como lo decía
la parte racional y lógica de mi cerebro. Estaba bien, estaría bien,
Micah estaba muerto y yo estaba...
No sabía quién era.
Las náuseas se retorcieron bruscamente en mi estómago, poniéndome
de rodillas con un gruñido áspero. Agarrando la fría base de porcelana
del inodoro, perdí todo lo que había comido la noche anterior. Las
lágrimas brotaron de las esquinas de mis ojos mientras mi garganta y
mi pecho ardían con la fuerza de los temblores que sacudían mi
cuerpo. La enfermedad de las arcadas comenzó de forma rápida y
poderosa, terminando en dolorosos y secos tirones hasta que todos los
músculos se soltaron y mi cuerpo cedió.
Me encontré tendida de lado en el frío azulejo del piso del baño,
acurrucada fuertemente, temblando mientras cerraba los ojos. Apreté
los labios y conté cada respiración que inhalaba por la nariz. No tenía
idea de cuánto tiempo pasó. ¿Cinco minutos? ¿Diez? ¿Muchos más?
Lentamente, desplegué mis piernas y me moví sobre mi espalda,
abriendo mis ojos para mirar fijamente al techo.
Había escuchado su voz en la pesadilla. Micah. Había estado
despotricando sobre Luc y advirtiéndonos que todo ya había
terminado, tal como lo había hecho en el bosque.
Ni Luc ni yo teníamos idea de lo que estaba hablando, pero esas
palabras eran como fantasmas que permanecían en los recovecos de
mi mente. ¿Realmente había estado tratando de decirnos algo, o eran
solo las palabras de alguien que quería causar tanto dolor y terror
como fuera posible antes de morir?
Quería odiar a Micah, y lo hacía, pero también sentí... Dios, también
sentí lástima por él, y no me gustó la sensación cargada y fea que dejó
la pena. Me salpico la piel como una mancha de aceite. Lo odiaba por
eso y por lo que había obligado a Luc a hacer: matarlo. Sabía que eso
atormentaba a Luc, porque se había sentido responsable de Micah, de
todos esos Orígenes. Despreciaba a Micah por cómo me había
lastimado y aterrorizado.
Micah había sido un asesino, pero también había sido una víctima.
Creado en un laboratorio, fue criado de un Luxen y un híbrido para
ser el humano perfecto, el soldado perfecto. Dado que Dios sabe qué
tipo de drogas, Micah podría haber parecido tener mi edad, pero solo
tenía diez años. Pudo haber sido extremadamente inteligente y
extraordinariamente manipulador, pero también era solo un niño que
necesitaba sentirse querido y se había sentido abandonado y
traicionado por Luc.
Lo odiaba, pero aún lo compadecía. Me sentí mal por todos esos niños
que Luc tenía que... cuidar porque se habían vuelto malos.
Pero Micah definitivamente estaba muerto, y yo estaba acostada en el
piso del baño en medio de la noche.
Gimiendo, me senté y lentamente me puse de pie. Arrastrándome
hacia el tocador, abrí el agua y luego me incliné, recogí el agua helada
y me la eché en la cara. Contuve un jadeo agudo, pero lo hice de
nuevo, dejando que empapara mi piel y la mayor parte de mi cabello.
Alcancé el enjuague bucal, agitándolo hasta que desapareció el sabor
de la bilis. Luego levanté mis ojos hacia el espejo manchado de agua y
miré a la chica que me devolvió la mirada.
Reconocí la cara en forma de corazón y el cabello húmedo y rubio
pegado a las mejillas enrojecidas de un rosado pálido. Los grandes
ojos marrones eran míos, al igual que los labios separados y la
barbilla ligeramente puntiaguda que realmente no coincidían con el
resto de mi cara.
Esaera yo.
—Mi nombre es Evie —Me aclaré la garganta mientras ponía mis
manos sobre el tocador, estabilizándome—. Mi nombre es... ¿Nadia
Holliday? —Negué con la cabeza—. No. No soy ella. Soy Evie Dasher.
Yo tampoco era ella, ¿verdad?
Pero yo era Peaches...
Me pasé las manos por la cara mientras me alejaba del fregadero. Y
recordaba algo de Nadia. El beso. Nuestro primer beso. Puede que no
tenga ningún otro recuerdo de mi tiempo como Nadia, pero sabía en
mis huesos que también había sido mi primer beso.
Un sonido de mi teléfono me sobresaltó. Me aparté del espejo y apagué
la luz, corriendo a mi cama. Encontré el teléfono medio enterrado
debajo de una almohada y lo levanté, mi estómago se retorció y se
hundió cuando vi el nombre de Luc en la pantalla.
No puedo Dormir. ¿Tu?
Me senté en la cama. Una extraña mezcla de agitación anticipada y
trepidante reemplazó las náuseas agitadas, y no estaba segura de si
eso era mejor o peor.
Desde el día en Harpers Ferry, las cosas habían cambiado entre
nosotros. Lo que comenzaba a sentir por él, o lo que siempre había
sentido por él, estaba por todas partes. ¿Cómo podría desenredar esos
sentimientos de un pasado que no podía recordar y de un presente
que me dejó completamente confundida?
Tampoco puedo dormir,respondí el mensaje de texto.
Pasó un momento y luego: Déjame entrar.
¿Déjame entrar? ¡Mierda! Tiré de la cama, me di la vuelta y miré la
ventana de mi habitación. Estaba él…
Hubo un suave golpe.
Estaba realmente fuera de mi ventana.
Me apresuré antes de que uno de nuestros vecinos lo notara
encaramado en mi ventana como un pterodáctilo caliente.
—¿Evie? —vino la voz apagada—. ¿Diesel está durmiendo?
Una sonrisa tiró de mis labios. Probablemente no debería dejarlo
entrar, pero quería una distracción después de esa pesadilla.
Eso es lo que me dije a mí misma cuando aparté las cortinas y empujé
la ventana hacia arriba. Que dejarlo entrar no tenía nada que ver con
esa distracción siendo Luc. El aire fresco de la noche entró.
—Mi mamá está en casa.
—Lo sé —La luz de la luna cortó sobre su rostro llamativo.
—No deberías estar aquí.
Luc sonrió mientras me ofrecía una lata de refresco.
—Lo sé.
—¿Simplemente no te importa?
—¿Sobre qué te atrapen? No.
Lanzándole una mirada oscura, le quité la lata de la mano y luego
retrocedí.
—Si ella te atrapa, realmente no te vas a ganar ningún punto brownie.
—Ella no me atrapará.
Como un gato grande, entró por la ventana y aterrizó ágilmente,
silenciosamente sobre sus pies. Se enderezó a toda su altura. No era
exactamente baja, pero Luc aún se alzaba sobre mí. Se volvió y cerró
la ventana.
Con la lata de refresco en la mano, traté desesperadamente de
ignorar el aleteo profundo en mi pecho mientras revisaba la puerta del
dormitorio, asegurándome de que estuviera cerrada. Luego,
respirando hondo, lo enfrenté.
Llevaba una camiseta blanca lisa y un par de pantalones de franela
gris y burdeos. Su cabello era un desastre, las olas se alzaban en
todas direcciones, y se veía absolutamente adorable, que era una
palabra que nunca pensé que usaría para describir a Luc.
Pero había algo infantilmente encantador en él mientras estaba allí,
con los ojos llenos de telarañas de sueño. En ese momento, cuando
parecía que acababa de salir de la cama, casi podía olvidar lo que era.
—¿Has venido hasta aquí en pijama? —Mi mirada bajó—. ¿Y descalzo?
—Mis pies ni siquiera tocaron el suelo —Me dio una sonrisa descarada
mientras su mirada se desplazaba sobre mí en una lectura rápida—.
Me gusta la camisa.
Mirándome, fruncí el ceño. La camisa que llevaba era al menos tres
tallas más grande. Era una carpa sin forma, y mientras no comenzara
a hacer saltos, no había forma de que él supiera que no llevaba
sujetador. Una gran cantidad de pierna estaba en exhibición ya que la
camisa solo llegaba a la mitad de mis muslos.
Pero Luc había visto mucho más que mis piernas.
—¿Qué te gusta de eso? —pregunté.
Un lado de su boca se acurrucó.
—Hay una lista inconmensurable de cosas que me gustan de esta
camisa, pero la REINA DE LAS NAPS escrita en la parte delantera está
entre las tres primeras.
—Oh —Miré hacia abajo otra vez. Sí. Mi camisa decía eso.
Aparentemente, había olvidado cómo leer. Me preguntaba cuáles
serían las otras dos cosas, pero no tuve el coraje de preguntar.
Su mirada pasó de mí al espacio sobre mi cama. Apareció una lenta
sonrisa y supe que estaba mirando la fotografía enmarcada de la foto
que me había dado. Había decidido llevarla a casa esa noche, y
después de clavar varios agujeros en la pared sobre mi cama,
finalmente lo había nivelado.
Al menos, pensé que sí.
—Archivos forenses—dijo después de un momento, inclinando la
cabeza hacia la televisión mientras yo agarraba el borde de la camisa,
tirando de ella lo más lejos posible—. Creo que eres la única persona
que puede quedarse dormida con eso.
Mientras estaba de espaldas a mí, casi me lancé hacia la cama,
todavía agarrada del borde de mi camisa mientras me zambullía
debajo de las sábanas.
—Probablemente por eso tengo pesadillas.
Luc se volvió hacia mí y, aunque no podía ver sus ojos, podía sentir su
mirada mientras tiraba de la suave manta hasta mi cintura. Dio un
paso y luego se detuvo.
—No es por eso que tienes pesadillas.
Soltando la manta, lo miré con el pecho apretado.
—¿Por qué dices eso?
Levantó mi laptop de donde descansaba y se sentó a los pies de la
cama.
—Has pasado por muchas cosas, Peaches. Me has visto matar a
Luxens y te has encontrado con cadáveres. Micah te hirió y aprendiste
que toda tu vida fue una mentira. Seguro que tienes algunas
pesadillas.
—¿Tú las tienes?
—Casi todas las noches.
Un tipo diferente de presión se apoderó de mi pecho.
—¿Qué tipo de pesadillas tienes?
Estuvo callado por un largo momento.
—Cosas que ya han sucedido —dijo y luego siguió adelante
rápidamente—. ¿Qué te despertó?
—Micah —dije, diciendo la verdad en lugar de mentir o evitar su
pregunta como lo haría normalmente.
—Micah está muerto. Tú lo sabes —Su cabeza se volvió en mi
dirección y en las sombras de la habitación nuestros ojos se
encontraron—. Probablemente por eso tienes pesadillas.
—Sé que está muerto, es solo que...
—Has pasado por mucho —repitió—. Desearía que Micah estuviera
vivo para poder matarlo de nuevo.
—No digas eso. Sé que no querías matarlo, y sé que matarlo te
molestó.
Luc inclinó la cabeza hacia un lado.
—¿Por qué piensas eso?
—Porque recuerdo lo que me dijiste sobre los otros Orígenes, y pude
ver que lo que tenías que hacer es algo que se quedó contigo.
—Lo fue, pero Micah fue diferente.
—¿Cómo?
—Porque Micah hizo algo que ninguno de los otros hizo —Se levantó
con la computadora portátil en la mano y caminó hacia la cabecera de
la cama. Se sentó a mi lado, al otro lado, en su lado. No es que él
tuviera un lado, pero sí que lo hizo—. Te lastimó. No me arrepiento de
nada de lo que le hice.
Respiré profundamente.
—No quieres decir eso.
—Lo hago. No hay ni una pizca de arrepentimiento en mí. Se lo
merecía, merecía algo peor. Te lastimó, Evie.
—También mató a otras personas, pero...
—No me importa eso.
Mi boca se abrió cuando un mechón de cabello cayó sobre mi mejilla.
—Cuando te rompió el brazo, ya tenía en su ataúd —Se apoyó contra
la cabecera y estiró sus largas piernas—. ¿Él atacándote de nuevo y
lastimándote como lo hizo? terminó de poner los clavos finales.
Mi mirada se alzó hacia la suya, respiré hondo y dije la verdad.
—No sé qué decir a eso.
Me miró un momento más y luego asintió.
—No necesitas decir nada.
Me estiré para apartarme el pelo de la cara, sin saber si le creía o no.
Luc giró bruscamente hacia mí, sus largos y cálidos dedos rodearon
mi muñeca.
—¿Qué le pasó a tu brazo? —El contacto de sus dedos envió una
sacudida agradable por mi brazo. Seguí su mirada mientras él
levantaba mi brazo, examinándolo. Al principio, no sabía de qué
estaba hablando, pero luego vi las manchas azules que estropeaban el
interior de mi antebrazo.
—Estas son huellas digitales —Su boca se tensó—. ¿Quién hizo esto?
Sacudí mi cabeza.
—Hubo algunos idiotas que protestaban contra los Luxen en la
escuela hoy, y las cosas se calentaron.
Su cabeza ladeó a un lado.
—¿Quién hizo esto, Evie?
Mi mirada se dirigió a la suya. La violencia apenas desatada se agitó
en sus ojos, igualando su tono. No había forma de que le contara lo
que sucedió, y de inmediato comencé a pensar en cachorros con colas
esponjosas que meneaban y gatitos persiguiendo pelotas.
Los ojos de Luc se entrecerraron.
—No es nada —le dije.
—Como el infierno que no es nada —finalmente miró hacia otro lado
mientras bajaba mi brazo hacia su muslo—. Nadie debería tocarte de
una manera que deje un moretón atrás.
Tenía que estar de acuerdo con esa última parte…
—Estoy seguro de que los Luxen aprecian que los hayas defendido,
pero debes tener cuidado.
—Lo hago.
Él cruzó la mano sobre los moretones.
—Esto me dice que no eres lo suficientemente cuidadosa —Su palma
comenzó a calentarse—. Hay personas por ahí que están tan
controladas por su odio y su miedo que no pensarán dos veces antes
de dañar a alguien en nombre de lo que crean. Incluso personas que
creías conocer.
El calor rodó por mi brazo y me lavó el codo.
—¿Me estás curando? —Cuando él no dijo nada, mis ojos se abrieron
—. Luc, no deberías hacer eso. Es solo un hematoma — mantuve mi
voz baja mientras tiraba de mi brazo—. ¿Y si…?
—Nada va a suceder después de una rápida curación —Su otra mano
se había doblado sobre la mía, y su pulgar se deslizó hacia adelante y
hacia atrás a lo largo del centro de mi palma—. No vas a mutar.
—¿Cómo lo sabes?
Una sonrisa torcida apareció cuando sus pestañas se levantaron.
—Lo sé todo, Peaches. ¿No has aprendido nada?
—Tú no eres omnipresente —Un agradable cosquilleo recorrió mi piel.
Se rio entre dientes.
—Eso es omnisciente, Melocotones.
—Lo que sea —murmuré, dejando caer mi cabeza hacia atrás contra
la cabecera. Necesitábamos hablar más sobre Micah y cómo se sentía
realmente Luc, pero el calor hormigueante fue más que una
distracción.
Sus dedos se deslizaron lejos del área magullada, y supe sin mirar que
los moretones habían desaparecido, pero sus dedos seguían
buscando, acariciando.
—No tendrás el rastro. Por el…
—Suero de Andrómeda —terminé por él—. Lo recuerdo, pero solo
porque no tengo rastro, ¿eso significa que no puedo ser mutada?
Su mano se alisó sobre mi brazo, enviando un estremecimiento por mi
columna vertebral. Mi pierna derecha se curvó.
—No a través de mí sanándote.
Giré mi cabeza hacia él.
—¿Los orígenes no pueden mutar a los humanos?
—Correcto —Su palma, callosa, se deslizó por mi brazo. Besó el centro
de mi mano y luego la volvió a poner en mi regazo—. ¿Recuerdo que
mencionaste hace un par de días que te gusta BuzzFeed Unsolved?
—Lo hice —Heidi me había presentado a BuzzFeed Unsolved, y Ryan y
Shade se estaban convirtiendo rápidamente en mis dos humanos
favoritos, bueno, supuse que eran humanos y no Luxen. Hoy en día,
realmente no podías decirlo. No cuando había muchos Luxen por ahí,
no registrados y usando esos contactos para ocultar sus ojos de los
drones CRA.
Humano o Luxen, realmente podría ir por la dramática narración de
cuentos de Ryan y el hilarante ingenio irónico de Shade.
—¿Quieres ver algunos episodios? —preguntó, recogiendo mi
computadora portátil.
—Sí —Extendí la mano, presionando mi dedo hacia el lector para
desbloquearlo.
Me acurruqué mientras Luc buscaba el episodio que tenía algo que
ver con el Hombre Polilla en West Virginia. Luché por ignorar lo cerca
que estábamos, hombro con hombro, muslo con muslo. De alguna
manera sus piernas estaban debajo de las mantas ahora, y el material
suave de la parte inferior de su pijama raspaba contra mis piernas
desnudas, dejándome la sensación de que tenía que quitarme las
mantas para cuando comenzara el video.
Traté de prestar atención, pero en cuestión de minutos, mis
pensamientos me llevaron a una de las muchas cosas que me habían
arrodillado en el baño. ¿Había hecho algo así con Nadia? ¿Se quedó y
vio videos porque ella, yo, no podía dormir?
Lo miré, odiando y amando el movimiento de tirón en mi pecho
cuando vi la leve sonrisa en su rostro mientras veía a Ryan y Shane 9
atravesar un bosque. De alguna manera, él sabía que estaba
despierta, y aunque había una parte de mí que quería saber cómo,
también tenía miedo de averiguarlo.
Porque, ¿qué pasaría si fuera algún tipo de vínculo, algún extraño
vínculo alienígena que había forjado con Nadia que lo había guiado a
mi habitación esta noche, por todas las veces que había tratado de
curarme como Nadia? Tal vez no pudo mutarme, pero ¿podría haberse
creado algún vínculo?
¿Cómo sabía Luc que estaba teniendo pesadillas? Mamá ni siquiera
sabía que yo pasaba muchas noches a la semana así. No quería que
se preocupara o se sintiera más culpable de lo que ya lo hacía.
Y ella ya tenía suficiente para sentirse culpable.
Por lo que deduje de Emery, las curaciones repetidas podrían vincular
a un humano a un Luxen o un Origen en algún tipo de nivel
metafísico. No tenía idea, pero realmente esperaba que Luc y yo no
estuviéramos conectados así, porque parecía súper extraño e invasivo.
—Hola —dijo Luc.
Alejándome de mis pensamientos, lo miré.
—¿Sí?
—¿Eres un mago?
—¿Qué? —me reí en voz alta mientras miraba la pantalla del portátil.
Shade estaba de pie al lado de un camino oscuro cerca de Point
Pleasant, West Virginia, haciendo ruidos fuertes y extraños de
animales.
—Porque cada vez que te miro, todo lo demás desaparece10.
—Oh, Dios mío —dije, rodando los ojos.
—Alguien necesita llamar a la policía.
Me mordí el labio.
—Porque tiene que ser ilegal parecer tan sexy como yo, espera. Me
refería a ti. Debe ser ilegal lucir tan bella como tú.
9
Error (Aunque no sé por parte de quién) Ya que en el pdf en inglés del libro aparece Shane,
pero ya Evie había mencionado que era Shade.
10
Pickud Lines (Frases para coquetear en el idioma inglés).
Riendo por lo bajo, me puse de espaldas. Luc dijo las peores frases
para coquetear que había escuchado en toda mi vida, y aun así nada
me distrajo más que sus ridículas frases.
—Eres un idiota.
—Tengo una aún mejor —Se deslizó hacia abajo para que nuestras
cabezas descansaran sobre almohadas—. ¿Tu padre era un
extraterrestre?
—No quiero ver a dónde vas con esto.
—Porque no hay nada como tú en la tierra.
—Por favor deja de…
—Nunca —hubo una breve pausa—. Debes ser una escoba, porque
me has puesto de pie.
—Eres una bola de maíz de proporciones épicas de bolas de maíz.
Estaba más cerca, nuestras bocas a centímetros de distancia.
—Pero me extrañas cuando no estoy aquí.
Cerrando los ojos, dejé escapar un pequeño suspiro. Extrañaba sus
estúpidas camisas que siempre eran tan aleatorias. Echaba de menos
la forma en que podía irritarme un segundo y hacerme estallar en
carcajadas al siguiente. Extrañaba la tonta y misteriosa media sonrisa
que siempre parecía estar en su rostro, como si estuviera en todos los
secretos del universo. Lo extrañaba antes de aparecer al azar en la
ventana de mi habitación como un bicho raro con una lata de Coca-
Cola fresca y fría. Extrañaba la forma en que a veces parecía que no
podía quitarme los ojos de encima. Extrañaba la forma en que me
miraba, porque nadie, especialmente Brandon, me miraba como si
fuera la única persona importante para él en todo el mundo.
Extrañaba…
—Te extraño cuando no estás aquí, Peaches.
Incluso extrañaba ese apodo idiota.
Respiré hondo, abrí los ojos y vi que los suyos estaban cerrados, esas
gruesas pestañas abanicaban sus mejillas.
—Te echo de menos.
11
Traducido por: Irupé
Corregido por: Patty
Eran poco antes de las cinco cuando Luc respondió. No preguntó por
qué le estaba enviando mensajes de texto.
Su respuesta fue:Encuéntrame en Walkers.
Walkers era una hamburguesería no muy lejos de mi casa, y servía
hamburguesas fritas increíbles. Como hamburguesas de la vieja
escuela, ni siquiera remotamente saludables. No había estado allí en
años, pero siempre les daba una mirada de anhelo cada vez que
pasaba por el estacionamiento generalmente lleno.
Cuando agarré mi bolso pequeño del asiento delantero y salí del viejo
Lexus que había pertenecido al hombre que pensé que había sido mi
padre, sentí como si un nido de mariposas revoloteara en mi pecho.
¿Por qué demonios estaba tan nerviosa?
No tenía ni idea.
Bueno. Eso fue una mentira.
Estaba nerviosa porque lo había besado hace dos días. No lo fue,
pero casi lo hice. Aunque lo había visto desde entonces, estaba...
estaba enamorada de Luc.
A pesar del hecho de que estaba 100 por ciento segura de que le había
roto la mano a Brandon. No es que Brandon no lo mereciera, pero Luc
no podía simplemente correr rompiendo las manos de la gente.
Cerrando la puerta, me subí a la acera y me dirigí a la puerta de
cristal. Había volantes pegados a lo largo de las ventanas delanteras
del restaurante. La mayoría parecía que habían estado allí un tiempo
y estaban ofreciendo cosas en venta o gratis. Alguien tenía una
camada de adorables gatitos en blanco y negro.
Pero uno de los volantes se destacó. Es difícil no notarlo ya que estaba
justo en el centro de la puerta y usaba letras grandes y audaces.
LUXEN NO BIENVENIDOS AQUÍ.
Debajo de las palabras estaba la cara alienígena estándar, la cabeza
ovalada y los grandes ojos negros. El símbolo de la barra invertida del
círculo estaba sobre él11, supongo, ¿para los extraterrestres que no
podían leer?
Eso tenía que ser nuevo. La última vez que estuve aquí, no le
prohibieron a los Luxen comerse sus pedazos de cielo que obstruyen
las arterias.
¿Por qué elegiría Luc un lugar que discriminara a los Luxen?
Por otra parte, no estaba exactamente sorprendida por eso.
Al abrir la puerta, fui inmediatamente rodeada por el aroma digno de
grasa de carne frita y cebolla, una combinación que solo funcionaba
en los comensales. Sosteniendo mi bolso, escaneé las mesas redondas
en el medio mientras daba un paso adelante. No lo vi. ¿Y si todavía no
estuviera aquí? Y si…
Ahí.
Vi a Luc
11
El círculo y la línea roja son el símbolo universal de ´PROHIBIDO´.
El hecho de que todo lo que necesitaba ver era un poco de su cabello
sobre las cabinas de vinilo rojo y sabía que era él, me hizo querer
golpearme la garganta. Ugh Los enamoramientos eran estúpidos.
Pasé alrededor de una mesa llena de niños y comencé a caminar
hacia la parte de atrás del restaurante. A la derecha de donde estaba
sentado, había una televisión encendida, transmitiendo alguna
estación de noticias.
Luc no levantó la vista cuando me acerqué a la mesa. Estaba
concentrado en algo en su teléfono.
—Peaches —dijo—. Incluso en este lugar lleno de grasa, todavía puedo
oler los duraznos.
Con el ceño fruncido, me deslicé en la cabina frente a él, colocando mi
bolso a mi lado.
—¿Te das cuenta de lo extraño que es eso, tu fascinación por los
duraznos?
—No es mi fascinación por los duraznos. Es mi fascinación con los
melocotones. Tú. ¿Eso es espeluznante?
—Sí —dije, alargando la voz mientras esta horrible parte de mí que
existía en lo más profundo, muy profundo en el interior se puso un
poco... vertiginosa.
—Tampoco me importa que sea raro. Estoy viviendo mi mejor vida por
aquí —Finalmente levantó la vista, y yo... Dios, mi aliento hizo esta
pequeña cosa atrapada. Esos ojos. El color violeta era sorprendente,
sin importar cuántas veces los vi. Él era…
—¿Extraordinariamente guapo? ¿Tanto es así que te preguntas cómo
es que un espécimen tan perfecto podría estar sentado frente a ti?
Mi mandíbula se contrajo cuando el calor me infundió las mejillas.
—¿Tan ardiente que casi no puedes creer que soy real? —continuó—.
Lo sé. También me cuesta creer que soy real.
—Eso no es…
Se inclinó, apoyando la barbilla en la palma de su mano. Un mechón
de cabello ondulado cayó hacia adelante, rozando sus cejas.
—¿Eso no es lo que estás pensando?
Respiré profundamente. No estaba pensando eso exactamente, pero sí,
algún tipo de variación.
—Sal de mi cabeza, Luc.
Se rio por lo bajo.
Mis ojos se entrecerraron.
—¿Necesito recordarte que dijiste que no leerías mis pensamientos?
Solo hemos tenido esta conversación un millón de veces.
—Dije que en su mayoría no leería tus pensamientos. Y como he dicho
antes, a veces eres tan ruidosa que no puedes pararlo —Él se encogió
de hombros mientras su mirada parpadeaba sobre mi hombro—. Ya
era hora. Estoy sediento.
Apareció una mujer mayor, colocando refrescos altos frente a cada
uno de nosotros, junto con pajitas.
—Dos golpes —ella le guiñó un ojo a Luc—. Tus pedidos saldrán en
breve.
Esperé hasta que la camarera se fue y luego me incliné hacia
adelante.
—¿No te preocupa estar aquí ya que son anti-Luxen? —pregunté. No
podía distinguir un Origen aparte de un Luxen, así que dudaba que
los propietarios de Walkers pudieran. Y dudaba que vieran una
diferencia entre los dos, incluso si lo supieran. Luc no llevaba lentes
de contacto. Si un avión no tripulado CRA entrara aquí, la mierda
golpearía al ventilador.
Un lado de su boca se levantó.
—¿Me veo preocupado?
—No. Te ves pomposo y arrogante.
La sonrisa se extendió en una sonrisa.
—Creo que esas son dos descripciones geniales para mí.
—Lo pomposo no se ve bien en nadie, amigo —le respondí secamente
—. Y solo para tu información, no estaba pensando en que estuvieras
caliente.
Eso fue, de hecho, una mentira total.
Luc sonrió mientras arqueaba una ceja.
Dios mío, lo estaba haciendo de nuevo.
—Luc…
—Te pedí una hamburguesa con queso y tocino, sin tomate y sin
pepinillos —interrumpió, recogiendo una de las pajitas.
Completamente desprevenida, comencé a preguntarle cómo sabía
que no me gustaban los encurtidos o los tomates en mis
hamburguesas, pero luego me di cuenta.
—¿Entonces antes tampoco me gustaron?
Su mirada se dirigió a la mía y luego se alejó.
—No. Te gustaba comerlos por separado. Tomates de jardín...
—¿Cortado y con sal? —susurré.
Esos ojos se encontraron con los míos de nuevo.
—Sí. Los encurtidos estaban bien siempre que...
—No estén en nada —sentándome, dejé caer mis manos en mi regazo
—. Wow.
Pasó un largo momento.
—Entonces, ¿querías verme? Sé que me extrañas aunque anoche te
acurrucaste contra mí.
—No estaba acurrucada contra ti —¿Lo estaba? Sinceramente, no lo
recuerdo. Se había ido cuando desperté esta mañana.
Metió la pajita en mi bebida.
—Estabas envuelta a mí alrededor como un pulpo.
Lo fulminé con la mirada.
—Por cierto, solo voy a recordarte que anoche me dijiste que me
extrañaste.
Lo hice.
—Debo haber estado drogada.
—Es solo mi presencia.
Resoplando, tomé el envoltorio de paja y comencé a doblarlo en
pequeños cuadrados.
—Te envié un mensaje de texto porque necesitamos hablar de
Brandon.
—¿Quién es ese?
Le lancé una mirada insípida.
—Sabes exactamente quién es él. Especialmente desde que le
rompiste el brazo esta mañana.
—Oh, ese tipo —me miró, concentrándose en mis dedos—. Le rompí la
mano, en realidad. No su brazo. ¿Qué hay de él?
Mis dedos se detuvieron.
—¿Qué hay de él? Le rompiste la mano.
Luc asintió, tomando un sorbo de su bebida.
—Eso hice.
Lo miré por un momento.
—Eso no estuvo bien, Luc.
—¿No lo fue?
La camarera apareció justo entonces, colocando dos platos apilados
con hamburguesas y papas fritas frente a nosotros.
—¿Algo más que ustedes dos necesiten?
Sacudí la cabeza y Luc dijo—: No por el momento, pero gracias.
La señora mayor asintió y luego se dio la vuelta, corriendo hacia otra
mesa.
Luc agarró la botella de ketchup y luego procedió a ahogar su
hamburguesa en ella.
—No debería haberte agarrado en primer lugar —me ofreció la botella
—. Y definitivamente no debería haberte agarrado lo suficientemente
fuerte como para dejar moretones.
Tomé la salsa de tomate.
—Estoy de acuerdo, pero eso no significa que el que le rompas la
mano está bien. Esta no es una sociedad ojo por ojo.
—Tienes razón. Es una sociedad de mano por un moretón —Luc
mordió su hamburguesa y, milagrosamente, nada del ketchup se filtró
y golpeó su camisa. Eso solo tenía que ser el resultado de
superpoderes alienígenas—. Vamos a tener que aceptar estar en
desacuerdo.
Suspiré.
—Luc.
—¿Sabes que mucha gente pronuncia mi nombre para la Suerte? —
preguntó mientras yo daba un mordisco más pequeño.
Ketchup golpeó la mesa. Suspire nuevamente.
—No. No lo sabía. Y no intentes cambiar de tema.
La mitad de su hamburguesa ya se había ido.
—¿Sabías que a veces, cuando estás dormida, haces pequeños ruidos
de animales?
Bajando mi hamburguesa, fruncí el ceño.
—¿Qué?
Sus labios se fruncieron cuando una expresión pensativa se asentó en
su rostro.
—Anoche, cuando te quedaste dormida una vez que Shane y Ryan
llegaron a la cervecería, estabas haciendo estos pequeños ruidos como
de cachorro.
Mi cabeza se inclinó lentamente hacia un lado.
—¿De verdad?
—Deveras.
El calor se deslizó en mi cara.
—Estás mintiendo.
—Nunca haría tal cosa —sus ojos brillaron—. Por cierto, me fui
alrededor de las cuatro, y juraría que Sylvia ya había salido de la casa.
—Ha estado yendo a trabajar temprano —rodando los ojos, tomé un
bocado de mi hamburguesa—. Y deja de intentar cambiar de tema,
loco. No puedes correr y romper las manos de la gente, Luc.
Terminando su hamburguesa, pasó a sus papas fritas.
—Puedo correr y hacer lo que quiera.
—Voy a arrojarte esta hamburguesa en la cara.
Sus labios se torcieron.
—Por favor apunta a mi boca.
—Eres ridículo.
—Entre muchas otras cosas —levantando una papa, me señaló—.
Mira, sé que mi reacción al enterarme de que un chico te agarró lo
suficiente como para dejar moretones puede verse como excesiva, pero
si te toca otra vez, lo haré peor.
—Luc, en serio...
—Odia a los Luxen, ¿verdad? ¿Piensa que no se merecen los derechos
básicos y que no hay nada mejor que un Luxen muerto? —Él se
inclinó hacia delante con la voz baja—. Sienten lo mismo por aquellos
que apoyan a los Luxen, interactúan con ellos y los protegen. Él siente
lo mismo por ti, y lo demostró cuando te agarró.
Se me revolvió el estómago.
—Entonces, necesitaba una muy buena advertencia para mantenerse
alejado de ti —Luc se metió la papa en la boca—. Y si no lo hubiera
hecho, Connor lo habría hecho, y dado que Connor está registrado y
rastreado, eso no habría terminado bien para él.
—Puede que no termine bien para ti. Puede que no estés registrado,
pero no es que seas invisible —cogí la servilleta para limpiarme los
dedos—. Demonios, estás aquí sin contactos, y no tengo idea de cómo
nadie se da cuenta de lo que eres.
—Porque las apariencias pueden ser engañosas, Peaches.
Mis ojos se entrecerraron mientras limpiaba mis dedos.
—¿Cómo es eso?
—Bueno, puede haber un letrero anti-Luxen en la puerta de entrada
de este elegante y grasiento establecimiento, pero ¿nuestra camarera?
Uno de los raros Luxen más viejos. No registrado y oculto a plena
vista.
Lo miré fijamente.
—¿Y ese feliz grupo de adolescentes de allí? Ninguno de ellos es
humano —cuando comencé a mirar detrás de mí, me detuvo—. No
seas obvia, Melocotones. ¿Los propietarios?
—¿Luxen? —susurré.
—Una mujer Luxen y su esposo híbrido. La pareja mayor que todos
piensan que los dueños son, en realidad son señuelos. Son solo dos
humanos que conocen a los verdaderos dueños desde hace más de
una década.
Colocando la servilleta sobre la mesa, recogí mi Coca-Cola mientras
reflexionaba sobre esto.
—Realmente están ocultos a la vista.
Luc sonrió.
—Estamos a salvo aquí.
Mi mirada se conectó con la suya, y un extraño aleteo comenzó en lo
profundo de mi pecho como si hubiera un nido de colibríes intentando
zumbar para salir. Lo cual fue muy estúpido, porque me molestó tanto
como me gustaba.
Que era mucho.
Luc recogió una papa frita y se la metió en la boca. No rompió el
contacto visual. Ni una sola vez.
El calor pinchó mi piel cuando los labios de Luc se levantaron. Una
conexión zumbante y ardiente se encendió a la vida. El zumbido en mi
pecho se extendió a mi estómago. Más intenso que antes, y sabía que
eso solo podía significar una cosa.
Problemas.
Grandes problemas.
12
Traducido por: Beth
Corregido por: Patty
O al
M ientras crecía, amé Halloween—Halloween y Navidad.
menos pensé que lo hacía. Quién sabía si realmente lo
hacía desde que no tenía recuerdos reales antes de los últimos cuatro
años, pero cada Halloween que podía recordar, amaba disfrazarme y
ver películas de terror mientras me llenaba de dulces.
Este año era diferente. Todo se sentía mal, y no era sólo porque
de hecho estaba en un club en lugar de la casa de Zoe o Heidi,
sentada junto a Luc y mirándolo como…
—Peaches…
Me sentía como si tuviera que estar ahí afuera, bailando con mis
amigas y divirtiéndome, en lugar de sentarme aquí, demasiado
asustada, demasiado controlada, demasiado lo que sea para sólo
dejarlo ir y ser quien solía ser.
—Lo juro por Dios, estoy diciendo la verdad, mi pequeña sexy Big
Bird.
—Creativo.
—¿Belle Star?
—Ella fue una famosa forajida que se creía estuvo con Jesse
James —explicó, y ahora que sabía que nos disfrazamos de forajidos,
pensé que sonaba adorable—. Ninguno de nosotros realmente sabía
12
Personajes de la franquicia: Star Wars
quiénes eran. Fue idea de Clyde. Tú… estuviste enferma un año y no
fuiste. —Su voz se calmó—. Habías estado tan emocionada de ir.
Halloween y Navidad eran tus festividades favoritas, pero estabas tan
enferma. —Hubo una pausa—. Eso fue antes de que supiéramos qué
estaba mal contigo. Paris pensó que era la gripe.
Rodé mis ojos. —No son asquerosas. Son un delicioso cielo hecho
de coco y chocolate.
—Sí y no. Pensabas que James Bond debió haber sido Janet
Bond.
Todo lo que sabía era que no me sentía como ella justo ahora.
—Okay.
—¡Eres Pennywise!13
—Algo así. —Se echó hacia atrás, bajando las cejas mientras
señalaba las lágrimas debajo de sus ojos—. Soy Pennywise Emo.
—Me gusta pensar que soy la versión de Pennywise que aún come
niños pero se siente mal después de eso. No sólo porque imagino que
los niños pueden dar indigestión sino porque comer niños podría
hacerme sentir como un glotón y soy intolerante al gluten. Siento que
los niños estarían llenos de gluten —explicó mientras Luc parpadeaba
13
Personaje del escritor Stephen King. Pueden leer su historia IT (Aunque el nombre del
personaje aparece en varias de sus historias). Técnicamente es un payaso asesino con
extraños poderes que sale en busca de sangre.
lentamente—. Y sería agotador, ya sabes, tener que atraer a los niños
a las alcantarillas para ñom ñom en ellos. Imagino que cuando no
estuviera comiendo niños, me deprimiría, lamentando lo difícil que es
mi vida y cómo todos me malentendían.
—Lo he hecho.
—Eso soy. —sonrió Kent felizmente, lo que era una vista extraña
con las lágrimas y todo—. ¿Dónde está Grayson?
Era algo que solía hacer como Nadia, así que ¿por qué no podía
hacerlo ahora?
Era Grayson.
Grayson arqueó una ceja hacia él. —Todo el mundo parece estar
pasando un momento increíble. —Su tono podría haber congelado
más a los glaciares—. Me alegro mucho de haber venido aquí.
No me moví.
Demonios.
Me congelé.
Luc nunca me había pedido hacer eso. Una vez había preguntado
si él esperaba que confiara en él, y él había respondido que nunca
había pedido eso de mí.
¿Y ahora lo hacía?
Luc caminó alrededor para estar parado frente a mí. Había una
curvatura secreta en sus labios, una que causó que mi estómago se
enroscara. Sin decir una palabra, él quitó cuidadosamente el gorro y
los lentes de esquí que usaba, dejándolos en el sofá.
Sin tener idea de lo que planeaba, le dejé tomar mis manos en las
suyas. Un momento después, un ritmo constante resonó desde su
teléfono, solo el sonido de la batería, junto con los riffs de la guitarra.
Don’t fret, precious, I’m here… (No te preocupes, preciosa, estoy aquí…)
—No tienes que ser como eras. —Sus labios rozaron mi oreja—.
Sólo necesitas ser tú.
Me dejé ir.
Que aún era ella, porque eso era de lo que se había tratado.
Bésame.
Me gustas.
Te deseo.
—Tú —habló él—. Sólo has sido tú. Ahora. Antes. No ha habido
nadie más. Sólo… no puede haberla.
Whoa.
Luc vaciló.
—Tal vez, pero es más que eso. Eras parte de este mundo antes,
pero ya no más. Lo que está pasando aquí no te toca. Lo que yo hago
no te toca.
—Ella está aquí porque quería estarlo. —El tono de Luc no dejaba
espacio para argumentos, y resistí la urgencia de sacarle la lengua a
Grayson—. ¿Cuál es su condición?
—¿Sí?
—Cállate.
Dawson miró a Luc antes de hablar, y supuse que lo que sea que
vio en la expresión de Luc fue interpretado como permiso.
Todos siempre veían primero a Luc antes de hacer
¡Oh por Dios! Mis manos se cerraron en puños, pero antes de que
pudiera gritarle, Dawson estaba hablando de nuevo.
Luc lo ignoró. —Lo sé. Es por eso que deberías volver a la cama,
así puedes mejorar.
Sarah se levantó.
Sarah levantó su cabeza. Sus ojos, Whoa, sus ojos eran orbes
negros con un centro que era…
Miré a Grayson.
Las pupilas de Sarah eran como las de los Luxen, como las de
Grayson, cuando estaban a punto de tomar su verdadera forma. Sus
pupilas eran como dos estrellas en la oscura noche.
No se detuvo.
Me tensé. —Ella va a…
Lo miré.
—No creo que haya nada que cause eso —dijo Heidi.
—Era muy similar a lo que pasó con Coop —dije—. Pero tampoco
fue lo mismo. Como, él no levitó o tenía venas negras, pero era
superfuerte.
—Haya sido como lo que pasó con ese chico Coop o no, nunca
había visto algo como eso. —Kent pateó con una pierna rayada en el
sofá a nuestro lado, asustada del tipo salir corriendo del edificio
gritando y agitándome. ¿Tres meses atrás? Totalmente lo habría
hecho. ¿Ahora? Estaba perturbada por lo que había visto, pero
también había visto muchas cosas raras y perturbadoras desde que
Luc había vuelto… a mi vida.
Kent cruzó los brazos. —Ella era tan humana como lo soy yo, a
pesar de lo que Grayson pueda decir sobre mí.
—Sé que ustedes chicos dijeron que las mutaciones no lucen así,
pero tal vez eso es lo que es —dijo Heidi—. Y nadie sabe con seguridad
si esos sueros que el Daedalus utilizó aún están allá afuera.
Luc era… él era un chico quien, un poco más de una hora antes,
había bailado conmigo y me había dicho que yo sólo tenía que ser
quien ya era, no quien solía ser. Él podía hacerme reír con sus
ridículas sorpresas y terribles piropos, distraerme cuando me perdía
en el pasado que no podía recordar o el miedo residual del ataque de
Micah. Él era un chico quien vestía absurdas playeras y refugiaba
Luxen y humanos por igual que estaban en necesidad, recogiendo
gente a su alrededor como uno tomaría y cuidaría animales callejeros.
Él ayudó a Emery a limpiarse. Luc era amable.
Lo había visto con mis propios ojos, cuando tres Luxen se habían
presentado y uno de ellos me había atacado. Lo había visto cuando él
finalmente terminó el reinado asesino de Micah. Había visto la
precisión brutalmente fría de sus asesinatos, y también había visto la
mirada embrujada en esos impresionantes ojos amatista después. No
había matado a Brandon, pero había roto la mano del tipo sin ningún
remordimiento.
Un estremecimiento me atormentó.
¿Pero no lo hacía?
—No creo que lo que Luc ha tenido que hacer está mal. Sin
embargo, todos ustedes hablan de matar como si no fuera nada, pero
sé que es algo para Luc —para todos ustedes—, y que es una parte
cotidiana de sus vidas. —Dejé de jugar con mi cabello—. Para ser
honesta, no sé qué pensar al respecto porque… todo esto es nuevo
para mí.
Este era un mundo del que solía ser parte, antes cuando había
sido Nadia. No tenía idea de si había aceptado fácilmente la
implacable naturaleza de la supervivencia o si me había angustiado
también entonces.
Resoplé.
—¿Crees que lo que sea que le haya pasado es lo mismo que le pasó a
Coop? —pregunté.
—No lo sé, Peaches. —Su mirada se deslizó hacia mí, y sentí sus
dedos moverse entre los mechones de mi cabello, encontrando el
centro de mis hombros. Luc estaba siempre… tocándome, siempre
que estaba sentado cerca, pasando su mano sobre la mía o jugando
con mi cabello. El acto parecía casi inconsciente, como si no notara su
necesidad de probar de que yo estaba, de hecho, sentada junto a él.
No me importaba. Si lo hiciera, no lo dejaría. Para ser honesta, me
gustaba porque había esta parte profundamente escondida dentro de
mí que necesitaba el recordatorio de que él estaba también ahí.
De ninguna manera.
—Es como por lo que algunos de esos sujetos pasaron, pero no.
Los que vi fueron más… sangrientos. —Dawson exhaló pesadamente—
. Y el Daedalus ya no existe, así que no puede ser eso.
—O tal vez —Dios, no puedo creer que esté diciendo esto—, pero
tal vez es algún tipo de enfermedad —dijo Emery, exhalando
pesadamente—. No pensamos que haya algo que podamos pasarle a
los humanos, pero las cosas evolucionan, ¿cierto? O tal vez es algo
humano que no hemos visto aún. Todos ustedes vieron las noticias
acerca de la gente que se enfermó con algo que parecía la gripe,
¿cierto? Los mató rápidamente y supuestamente tenía síntomas que
ninguno de los doctores había visto antes. Ustedes chicos ya tuvieron
a alguien muriendo en la escuela, y luego el otro chico se enfermó.
La emoción golpeó a través de mí. Por una vez, podría ser útil
cuando se trataba de uno de sus problemas en lugar de ser parte de
su problema. —Puedo hablar con, um, mi mamá. Es decir, si alguien
sabe cualquier cosa sobre el Daeda…
Sus ojos se movieron a los míos, esos ojos con tonos de joya tan
duros como el granito. —No quiero que discutas nada de lo que ves
aquí con Sylvia Dasher.
—Bien.
Luc no respondió.
Presioné mis manos entre mis rodillas. —Ella no. Lo juro. Sé que
trabajó para ellos, pero ustedes no lo entienden.
—No va a pasar. —Luc se puso de pie una vez más—. Lo que pasó
en la escuela no es lo mismo que está pasando aquí.
Luc bajó la barbilla hacia mí, con voz baja. —Ni remotamente. No
confiaría en ella con un ratón de laboratorio —dijo, y jadeé, porque
eso parecía excesivo—. Ni siquiera confiaría en ella con Diesel.
—¿Cómo qué?
—Aún no me dices sobre Sarah o lo que pasó con los otros Luxen.
Aún no me dices el 99 por ciento de las cosas que haces aquí incluso
cuando tienes oficiales apareciendo al azar, y apuesto a que eso pasa
seguido incluso cuando yo sólo sé de esa única vez.
—No te digo a donde voy con esos Luxen o donde son recogidos
porque conocimiento como ese te pone en peligro, y también te vuelve
peligrosa.
—Sylvia no es tu madre.
Porque al final del día, ella era mi madre. Ella mantenía un techo
sobre mi cabeza y mi estómago lleno. Ella me cubría de amor y
aliento, y era mi madre en cada sentido de la palabra.
Eran del tono más pálido de azul que hubiera visto alguna vez,
como si los irises hubieran sido drenados de casi todo el color.
Oh no.
Nunca había visto a uno, pero sabía que eso era lo que estaba
mirando, y eso significaba que tenía que salir como el infierno de aquí.
Espera.
Pero si él podía captar eso en mí, ¿el dron RAC no habría detectado el
ADN? ¿O eran los Arum más sensibles?
¿Lore?
Lore levantó las manos, dando otro amplio paso lejos de mí. —No
toqué ni un solo pelo de su cabeza. Todo lo que hice fue sorprenderla.
Accidentalmente. No a propósito. Estoy comportándome bien.
15
Enfermedad de Transmisión Sexual.
¿Había sido un Arum?
Grayson estaba repentinamente frente a mí. Era casi tan alto como
Luc, y se alzaba sobre mí. Cada instinto que poseía me gritó para dar
un paso atrás, y pensaba que sintió eso basada en su sonrisa
burlona.
Resoplé mientras jugaba con un popote. —No puedo creer que ella
esté sólo desaparecida. Como, ¿a dónde demonios se fue?
—Emery parecía pensar que ella había atrapado algún virus extraño
que vimos en TV, pero si los Luxen no pueden enfermar a los
humanos, e incluso si fuera algo relacionado…
—No hace que todos ustedes hagan eso. —Asintió Zoe—. A menos que
sea algo totalmente loco. Quiero decir, algo que alguien ha creado,
pero con el Daedalus desaparecido, eso no tiene sentido.
Moví mi muffin sobre uno de sus lados. —Vi la cosa más rara cuando
me fui anoche, no tan extraña como lo que le pasó a Sarah, pero rara.
—Estoy un poco confundida. Pensé que los Arum eran, como, los
chicos malos. Los archienemigos de los Luxen.
Había una parte ingenua de mí que quería creer que los Luxen que
eran capturados estaban ahí afuera, en algún lugar seguro, porque
era más fácil vivir con eso. Pero la ingenuidad no igualaba la
estupidez. Después de todo lo que había aprendido, lo sabía mejor.
Zoe sonrió hacia mí mientras un rizo caía sobre su mejilla. —Ya estás
ayudando.
—¿Cómo?
Me recliné.
—Sabes que fue ella quien mató a Jason, ¿cierto? Fue ella. No Luc. Su
matrimonio entero se desmoronó cuando se enteró de lo que él
formaba parte.
—¿Pero qué?
Abrí mi boca.
—Esta es la cosa. Ella pudo haber estado hasta las rodillas en todas
las cosas de Daedalus y después tuvo un cambio de corazón. O pudo
no haber tenido nada que ver con esos horribles experimentos.
Nosotros sólo no lo sabemos.
—¿Y te daría recuerdos falsos de la Evie real?—Su voz era baja, pero
sus palabras me golpearon como un rayo—. ¿Por qué hizo eso?
—No. Es decir, él me dijo que me llevó con ellos y que hizo el trato,
pero no tuve una línea del tiempo de eventos o algo.
Comencé a decir que sí, ¿pero eso era cierto? Mis recuerdos después
de la invasión eran breves y vagos. Recordaba… quedarme adentro
mucho tiempo, acurrucada con libros… mirando televisión cuando
comenzó a funcionar otra vez. Sin embargo, mientras más pensaba en
esos recuerdos, más frágiles se volvían. Aparecían agujeros, largos
periodos de tiempo donde no podía decir exactamente qué había
estado haciendo. Sólo vistazos de sentarme frente a la ventana o en el
sofá con un libro y el sentimiento de… espera.
Antes de averiguar quién era yo, recordaba lo suficiente para no
cuestionar la vaguedad de mis recuerdos, ¿pero ahora?
Antes de que Luc y yo nos fuéramos, miré a Heidi. Las dos chicas
estaban dormidas, y no quería despertarlas, así que me escabullí,
diciéndome que volvería al día siguiente.
Una vez que estaba en el auto, con Luc detrás del volante,
agarramos hamburguesas y respondí la cadena de textos de James.
Quería saber dónde habían desaparecido todos después de la alarma
de incendios, y odiaba ser evasiva.
—Sé que no puedo decirle a James la verdad, pero esto apesta. —
Volví a poner mi teléfono en mi bolso y lo dejé junto a mis pies—. Es
como tener una vida alternativa.
Él arqueó una ceja. —Será más fácil.
—¿En serio? —Me quedé mirando el oscuro tramo de árboles. La
subdivisión en la que vivía estaba rodeada de espesos bosques a
ambos lados de la carretera, y eso me gustaba. Ahora parecía oscuro y
lleno de pesadillas—. No estoy segura de si eso es algo bueno.
Él me miró. —Depende de cómo lo mires.
No estaba segura de qué otra forma podría mirarlo, pero si era
bueno o malo, ahora era mi vida y tenía que lidiar con eso.
Cuando llegamos a la entrada, supe de inmediato que mamá
todavía no estaba en casa. No era tan tarde, pero la única luz
encendida estaba en el pasillo de arriba, indicando que aún no había
regresado de Frederick.
Miré a Luc mientras él apagaba el motor. —Gracias de nuevo...
—No me agradezcas por esto.
—Lo acabo de hacer.
—No lo acepto —Abriendo la puerta del lado del conductor,
desplegó su largo cuerpo y salió.
Me apresuré a salir del auto, casi olvidando mi mochila.
Arrancándolo, me lancé sobre la hierba, haciendo que se encendieran
los detectores de movimiento. Luc estaba esperando en el porche
delantero. —¿Qué estás haciendo?
Su rostro estaba ensombrecido bajo la luz del porche. —
Esperando a que abras la puerta.
Ladeé la cabeza. —Me imaginé eso, pero ¿vienes?
—No te quiero aquí sola. No cuando April está afuera y no
tenemos idea de dónde está. —Hizo una pausa—. Si no me quieres
aquí, puedo volver a llamar a Zoe o...
—No, está bien —Excavando las llaves de mi casa, abrí la puerta
principal, esperando que no se diera cuenta de cómo me temblaban
los dedos—. Solo tenemos que tener cuidado.
—Sylvia se enloquecerá si llega a casa y me encuentra —Se rió
por lo bajo mientras me seguía—. Ella no sabrá que estoy aquí.
Aunque mamá no había dicho nada sobre la última visita
nocturna de Luc, no estaba segura de que eso significara que no tenía
idea de que él había estado aquí. De pie en el vestíbulo, cambié mi
bolso por mi brazo.
—Necesito darme una ducha rápida —Aunque estaba usando
una de las térmicas de Luc que olía a él, sabía que había sangre en
lugares donde Luc no había limpiado—. Si todavía tienes hambre o
quieres tomar una copa, hazlo.
Su mirada se dirigió hacia mí y asintió, con las manos en los
bolsillos.
Dudé y luego giré sobre mis talones, subiendo corriendo las
escaleras. Una vez en mi habitación, cerré la puerta y dejé mi bolso
junto a mi escritorio. Cogiendo un par de pantalones de dormir, me
desvestí rápidamente, enrollando mis jeans en una bola y
arrojándolos al cesto. Empecé a agarrar una camisa pero decidí traer
la camisa prestada de Luc conmigo.
Después de pasar un cepillo por mi cabello, arrancando Dios sabe
cuántos mechones en el proceso, lo levanté con un moño y luego me
metí en la ducha.
El agua caliente me picó el pecho y el estómago, haciéndome
estremecer al estar debajo del rocío. Respiré hondo, pero no fue a
ninguna parte. Lentamente, levanté mis manos, colocándolas sobre mi
cara.
Algo crujió dentro de mí. Había una pared que nunca supe, y no
era una pequeña fisura, sino una fractura que sacudía cada hueso de
mi cuerpo. Las lágrimas corrieron por mi garganta y brotaron detrás
de mis ojos cerrados. No había forma de detenerlas, y las dejé salir,
apretando fuertemente la mandíbula para no emitir ningún sonido.
Lloré por Heidi y lo cerca que había estado de morir hoy. Lloré por
el pánico que Emery debió sentir cuando la vio. Lloré por lo asustada
que Zoe y yo habíamos estado esperando saber si Heidi iba a estar
bien. Y lloré porque no quería que Luc estuviera enojado todo el
tiempo. Lloré porque tenía el afecto de Luc, su lealtad, pero no tenía
su confianza y, la verdad era que lo dudaba, una y otra vez. Estar
juntos.
De nuevo juntos.
Aparté mis manos temblorosas de mi cara y tomé mi esponja
rosa, enfocándome en restregarme la piel hasta que se volvió rosa y el
agua que rodeaba el desagüe estaba limpia. Para cuando me sequé y
me puse mis pantalones cortos para dormir y la térmica de Luc, el
vapor había cubierto el espejo y lo había juntado. Abrí la puerta y mi
corazón se lanzó a mi garganta.
Luc estaba en mi habitación, parado frente al panel de corcho de
fotos. Miró por encima del hombro, su mirada recorría desde la punta
de los dedos de mis pies, dedos de los pies que aún necesitaba
quitarme el esmalte o rehacerlo, hacia los mechones de cabello
húmedo que se enroscaban alrededor de mis mejillas. Una suave
sonrisa apareció.
—Lo siento —dijo, volviendo a las fotos clavadas—. Pensé que
debería esperar aquí por si Sylvia llega a casa.
—Tiene sentido. —Tocando el borde de la térmica gris, me
acerqué a la cama y me senté—. Espero que no te importe que llevo
puesta tu camisa.
Luc se volvió hacia mí. —En realidad, es exactamente lo
contrario.
No sabía qué decir a eso. Se enfrentó de nuevo al panel de corcho.
—Grayson llamó mientras estabas en la ducha. Acaban de visitar la
casa de April. Ella no estaba allí, y no parecía que nadie más hubiera
estado allí por un tiempo. No hay padres.
—Eso es realmente extraño. April tiene una hermana pequeña.
—Grayson dijo que Zoe también lo señaló, pero no había nadie
allí.
El miedo se formó como una hierba en la boca de mi estómago. —
Esa actualización no podría ser buena en absoluto.
—Probablemente no.
Se acercó a la mesita de noche, metiendo la mano en el bolsillo de
sus pantalones. Inmediatamente reconocí el pequeño objeto negro.
Una pistola paralizante.
—Tomé algunas cosas antes de venir aquí. Mantenla contigo.
Quién sabe si funcionará contra April, pero vale la pena tenerlo.
Asentí.
—Y también te traje esto. —En su palma había un objeto negro
largo, brillante, con forma de colgante que estaba cincelado hasta un
punto fino. Estaba asegurado a una cadena de plata—. Esto es
obsidiana. ¿Recuerdas lo que hace?
—Sí, es mortal contra los Arum.
—Una vez más, no tengo idea si funcionará contra April, pero
quiero que sigas teniendo esto en todo momento. Incluso cuando te
duchas. —Levantó el collar, y yo me incliné, con el corazón latiendo
con fuerza mientras me pasaba el collar por los hombros,
asegurándolo detrás de mí cuello. Las puntas de sus dedos rozaron mi
piel mientras enderezaba la cadena—. ¿Bueno?
—Está bien —Cogí el pedazo de obsidiana. El collar no era tan
pesado como pensé que sería. El vidrio volcánico tenía
aproximadamente tres pulgadas de largo, y la cadena plateada era
delicada, girando en espiral sobre la parte superior de la obsidiana—.
¿Esto detendría a un Arum? Estaba imaginando algo... más grande y
más grueso.
—Eso es lo que dices.
Levantando mi cabeza, lo miré fijamente. —¿De Verdad?
—Quiero decir, lo configuraste perfectamente —respondió con
una sonrisa maliciosa—. Una pieza muy pequeña de obsidiana puede
causar un daño importante a un Arum. Apúñalos en cualquier parte
con eso, y van a caer. Y el final es perversamente agudo, así que
intenta no apuñalarte a ti misma.
Esa fue una promesa que no estaba segura de poder cumplir.
Solté la obsidiana, y se apoyó entre mis senos, en el exterior de la
camisa prestada de Luc.
Luc regresó al tablero de corcho. —¿Puedo admitirte algo y no te
enojarás?
Levantando mis piernas y cruzándolas, tomé mi almohada y la
planté en mi regazo. —Depende de lo que sea.
—He visto algunas de estas fotos antes, y no estoy hablando de
cuándo estuve aquí antes.
—¿Qué quieres decir?
Inclinando su cuerpo hacia un lado, colocó la punta de un dedo
contundente contra una imagen. Era de Zoe y de mí, de primer año en
casa. —Vi esto hace casi cuatro años. Solo habían pasado unos
meses, tal vez cuatro, desde... desde que te convertiste en Evie. Nunca
te había visto con un vestido antes. Pensé que... eras tan bonita.
Llevaba un vestido de color morado oscuro con cintura imperio, y
no estaba segura de si me veía bonita. Sin embargo, parecía que
alguien había arrojado brillo sobre mí.
Pero Luc había pensado que me veía bonita, y a pesar de todo,
eso trajo una pequeña sonrisa a mis labios.
—¿Y éste? Víspera de Todos los Santos. Hace tres años. —Señaló
una foto mía con Heidi y Zoe mientras me cortaba la respiración.
Sabía el año exacto. Estábamos vestidos como los Heathers de la
película Heathers—. Un disfraz tan oscuro. Me encantó. ¿Y éste? La
primera vez que te vi en una foto con James, yo...
—¿Qué?
Luc sacudió la cabeza. —Pensé que era tu novio.
—¿James? ¿Qué? —Me reí suavemente—. No es así; nunca ha
sido así con nosotros.
-—Lo sé. Zoe dijo lo mismo.
Se me ocurrió algo. —¿Viste fotos de Brandon y yo?
—Sí. Podrías haberlo hecho mejor —Me tragué otra risa,
principalmente porque eso era cierto teniendo en cuenta su retórica
anti-Luxen. Dios, si supiera lo que era April.
Luc volvió a estar conmigo otra vez. —¿Lo amaste?
Mis ojos se abrieron cuando sentí mis mejillas sonrojarse. —Yo...
creo que lo hice al principio. Quiero decir, él fue mi primer novio real.
Sus hombros parecían tensarse. —¿Crees? ¿Entonces eso
significa que no lo hiciste?
—Pensé que lo hice por un segundo caliente, pero no lo hice. —
Hablar de mi ex con Luc fue extraño—. Me gustó, pero siempre sentí
que debería haber sido más —Agarré la almohada—. Entonces, ¿viste
la mayoría de ellos en tiempo real?
—Tengo que verte crecer sin que lo sepas. —Cruzó los brazos
sobre el pecho—. Eso sonó más espeluznante de lo que pretendía.
—No lo es —Y no lo fue, no para mí, no para nosotros. Fuera de
contexto, claro. Pero sabía cómo había visto esas fotos. Solo otras dos
personas tenían copias de ellos—. ¿Zoe?
Él asintió distraídamente.- —No pedí verlas. Se sintió mal
hacerlo, y ya era espeluznante que hiciera que Zoe te vigilara. Pero
quería verlas. Quería verte, y Zoe lo sintió, y ella periódicamente me
las mostraba o se aseguraba de que obviamente estuvieran expuestas
en su casa. Por favor, no te enojes con ella.
—No lo haré —Probablemente hubiera hecho lo mismo.
Lo observé por unos momentos, sabiendo que no tenía ninguna
de sus propias fotos.—¿Alguna vez quisiste eso?
—¿Qué?
—¿Una vida adolescente normal? ¿Fiestas de Halloween y
amigos? ¿Fotos en paneles de corcho? ¿Cuentas de Instagram? —Me
reí un poco y el sonido se desvaneció rápidamente—. Ir a la escuela.
Odiándolo. Queriendo ir a la universidad, pero... teniendo miedo de
crecer. ¿Alguna vez quisiste algo de eso?
Luc gradualmente me enfrentó.—¿Honestamente?
Asentí.
—Mi respuesta podría... molestarte.
—Recientemente he visto muchas cosas que me han molestado,
así que dudo que tu respuesta sea peor.
Luc caminó hacia el otro lado de la cama y se sentó.- —Nunca
quise nada de eso hasta que lo tuviste. —Se apoyó contra la cabecera
—. Nunca hubo una parte de mí que quisiera ir a la escuela o fiestas
hasta que vi esas fotos. Entonces lo hice.
Un dolor me atravesó el pecho. - —Te aburrirías tanto en la
escuela.
—No si hubieras estado allí —Apareció una sonrisa torcida—.
Incluso lo consideré una vez, ¿sabes? Inscribirme para estar cerca de
ti. Pero no podía arriesgarme. Entonces, me quedé en la ciudad, y una
vez que comenzaron a registrar Luxen, obligándolos a usar
Discapacitados, abrí Foretoken.
—¿Y eso es todo? ¿Nunca quisiste hacer otra cosa?
—¿Cómo qué? —Levantó la mano, y el control remoto voló del
tocador a su mano—. ¿Vivir como si fuera un adolescente normal? —
Me entregó el control remoto—. No.
—Quise decir ser alguien más. Alguien que no tiene que
preocuparse de que la gente descubra que no eres exactamente
humano.
—No me preocupo por eso —comentó levantando el hombro—. ¿Y
por qué querría ser otra persona? Soy increíble.
—Wow —murmuré, pensando que él no estaba siendo sincero.
¿Cómo podría serlo cuando admitió antes que estaba enojado todo el
tiempo?
Él sonrió, pero se desvaneció rápidamente. —No quise hacerte
llorar.
—¿Qué? —Casi dejo caer el control remoto.
El tono de sus ojos se profundizó. —Sé que estabas llorando
antes.
—Cómo... —Sacudí mi cabeza—. Estaba en la ducha. ¿Podrías
oírme?
Su mirada parpadeó sobre mí. —No te escuché, Peaches. Me di
cuenta cuando saliste. Tus ojos.
—Oh. —Eso tenía sentido—. No me hiciste llorar. Ha sido un…
—¿Un día duro? Sé que lo ha sido, y sé lo que dije sobre no
confiar completamente en que no ayudaste. No quería... hacer eso. Y
sí confío en ti, Evie. Es solo que tu relación con Sylvia complica las
cosas. Solo tenemos que encontrar una manera de trabajar con eso.
Un nudo se formó en mi garganta. Si estaba siendo honesta
conmigo misma, su falta de confianza no tenía mucho que ver
conmigo, sino que entraba en juego cuando mi madre estaba
involucrada. —Lo sé. Es solo que... hoy fue aterrador, y hay muchas
cosas en mi cabeza. Todo el día, en realidad. Por eso estaba en la
biblioteca. Es por eso que estaba tratando de distraerme.
—¿De qué? —Arrastrando el control remoto sobre el edredón,
pensé en lo que Zoe me había dicho el domingo mientras colocaba mi
cabeza contra la cabecera. Las palabras que necesitaba pronunciar
me llenaban la garganta, pero no quería darles voz. Sentí que una vez
que daba vida a los pensamientos y las sospechas, no podía
recuperarlos.
Pero necesitaba hacerlo.
—Ayer hablé con Zoe, y ella dijo algunas cosas que tenían
sentido.
—¿Zoe teniendo sentido? Nunca.
Mi sonrisa fue breve y mi estómago lleno de nudos. —Es extraño
que mamá me haya dado la vida de Evie Dasher —susurré, mirando el
ventilador del techo que se agitaba lentamente.
—Creo que lo hizo porque simplemente extrañaba a Evie, la
verdadera, pero lo que hizo no fue justo.
Luc estaba tan callado, tan quieto que tuve que mirarlo. Me
estaba mirando, las pupilas ligeramente dilatadas.
—No fue justo para mí en absoluto. Tuve una vida. Tenía amigos
—dije, pensando que lo que había dicho Zoe estaba tan lleno de
verdad que dolía—. Tenía amigos que eran mi familia. Tenía
recuerdos, y simplemente no estaba bien.
Sus ojos cerrados, pestañas gruesas abanicando su piel. —No. No
lo estaba.
Tragué fuerte. —¿Por qué no me dejó ser yo? ¿Por qué hacerme
ser otra persona?
Volvió la cabeza, con la garganta trabajando. —No sé,
melocotones.
—Empecé a enviarte mensajes de texto ayer, porque ¿y si esa no
fuera su razón? ¿Qué pasa si solo estoy siendo deliberadamente
ingenua? No confías en ella. Ella trabajó para el Dédalo. ¿Y si hubiera
una razón diferente?
El nudo en mi garganta se hinchó, amenazando con ahogarme.
—Zoe me dijo algo que no puedo sacar de mi cabeza. Ella dijo que me
llevaste a los Dashers alrededor de junio y que no me volvieron a ver
hasta que fui a la escuela, que fue en noviembre. Y no sé por qué me
molesta tanto, pero lo hace —Los ojos de Luc se abrieron y sus labios
se separaron, pero no dijo nada.
—¿Es verdad? —La humedad se acumuló en mis pestañas
mientras miraba su perfil—. ¿Nadie me vio durante ese tiempo? ¿Ni
una sola vez?
Se pasó los dientes por el labio inferior, y la inquietud aumentó a
medida que pasaron varios momentos. —No te vi. Nadie lo hizo. Yo...
—Me miró, colocando las puntas de sus dedos contra mi mejilla—. No
creo que estresarte por esto te vaya a hacer ningún bien.
—Pero...
—Hay muchas cosas que no se explican. Cosas de las que no sé
las respuestas, pero en este momento, no sigas ese camino.
Mi mirada buscó la suya. —¿Y si quiero ir por ese camino? Como,
¿quiero correr por ese camino?
—Si quieres, tendrías que ir con ella, pero quiero estar allí si lo
haces. ¿De acuerdo? —preguntó Luc, con voz suave mientras su
pulgar se movía a lo largo de la línea de mi mandíbula—. Necesito
estar ahí.
—Está bien —susurré, inquieta.
Sintiéndolo inclinarse, me tensé y luego, un instante después,
sentí sus labios rozar el centro de mi frente. —Ahora, intentemos
relajarnos y ver lo que hay en la TV.
No estaba segura de cómo podría relajarme de nuevo, pero asentí,
viéndolo alejarse, y luego levanté el control remoto. Encendí el
televisor y comencé a pasar sin pensar por los canales borrosos. —
Detente —dijo—. Es Dee.
Luc tenía razón.
Ella estaba en la pantalla, junto con el senador Freeman, que
parecía segundos de volar un vaso sanguíneo importante a lo largo de
su sien. —El presidente McHugh tiene todo el derecho de derogar la vigésimo
octava enmienda.
—¿Estás diciendo que está facultado para despojar los derechos de los
ciudadanos de Estados Unidos? —desafió Dee—. Una vez que comienza con el
Luxen, ¿quién puede decir que se detiene allí?
—Los Luxen no son ciudadanos estadounidenses.
—La vigésimo octava enmienda dice de manera diferente —lo corrigió Dee—. Lo
que el presidente quiere hacer es desmesurado.
—Lo que los Luxen han hecho a nuestro planeta es desmesurado, Sra. Black —El
senador sacudió la cabeza—.Los Luxen ha matado indiscriminadamente, y ahora hay
evidencia que sugiere que su especie está portando algún posible virus que no solo
está infectando sino matando humanos. ¿Qué tienes que decir al respecto?
Había una grieta en la compostura de Dee, un rubor de tono de piel de oliva. —
No hay forma de que un Luxen sea responsable de ningún virus o enfermedad.
Ninguno en absoluto.
—Entonces, ¿estás sugiriendo que no solo nuestros gobiernos locales mienten,
sino también los CDC?
—No sería la primera vez, ¿verdad? —respondió Dee—. Si algún informe afirma
que los Luxen está enfermando a los humanos, es una mentira, biológicamente
imposible. Entonces, lo que debes hacer y lo que todos los espectadores en casa
deben hacer es preguntarse, ¿ por qué alguien mentiría sobre eso?
19
Traducido por: Lucia BJ
Corregido por: Patty
Lo que dijo Dee encajó las cosas para mí. Pensé en cómo Heidi
había cuestionado el odio de April hacia los Luxen y la feroz defensa
de los derechos humanos. Qué irónico era, teniendo en cuenta que
April obviamente no era humana.
April había matado a Andy y a la familia que había sido local en
el área, y aunque ella no había admitido un motivo, se hizo bastante
obvio para mí cuando escuché al senador continuar despotricando
sobre lo violentos y atemorizantes que eran los Luxen.
—Ella quería que la gente pensara que era un Luxen —espeté.
—¿Qué? —Luc me miró con las cejas levantadas.
—¡April! Ella mató a Andy y a esa familia de una manera que te
haría pensar que un Luxen lo hizo. O un origen. Pero nadie sabe que
ustedes existen, así que lo que sea —continué—. De todos modos, ella
también estaba allí, volviendo a la gente contra los Luxen en la
escuela. Quiero decir, ella ha acumulado muchos seguidores. Nada de
esto es casual, Luc. Estaba matando y haciendo que la gente pensara
que era un Luxen. ¿Por qué?
Luc echó un vistazo a la televisión donde el senador Freeman
ahora estaba discutiendo con uno de los defensores de los derechos
humanos de Luxen.
—¿Y si esa familia de la que hablaba el senador no fue asesinada
por un Luxen sino por algo que puede hacer que parezca que lo fue?
April no puede estar haciendo esto sola. Asesinar gente y hacer que
pareciera que los Luxen eran los responsables. Hacer que la gente los
odie y tema. Hay que involucrar a más personas, tal vez incluso a sus
padres.
—Siempre hay más personas involucradas.
—Entonces tiene que haber evidencia de eso. Tal vez hay alguna
evidencia en su casa. Podría haber algo allí que podría señalarnos
hacia quien sea responsable de esos asesinatos y tal vez decirnos qué
demonios es April.
Me miró fijamente.—Probablemente tengas razón, pero usaste el
real nosotros y no estamos haciendo nada. No irás a ninguna parte
cerca de la casa de April.
La irritación pinchó mi piel. —Luc...
—Es demasiado arriesgado.
—¡Todo es arriesgado! —Casi grité mientras me movía,
poniéndome de rodillas a su lado—. Estar viva me está poniendo
locamente arriesgada.
—Peaches...
—¡Ves! Como dijiste antes, soy un milagro andante. Un raro
ejemplo de los sueros que trabajan para humanos sin mutarlos. Vivo
con un Luxen no registrado y soy amigo de ellos y de tí, ¡y de Zoe!
Cada día es un riesgo.
—Tienes razón, así que no agreguemos nada más a esos riesgos
—Esos ojos violetas brillaron.
Golpeé con mis manos mis muslos.—¿Solo quieres que haga qué?
¿Quedarme encerrada en mi casa o en la escuela?
—Uh. —Frunció el ceño—. Sí.
—No es justo. Todos ustedes están ahí afuera tomando riesgos
mientras yo estoy sentada sin hacer nada o lastimando a la gente...
—No lastimaste a Heidi.
Ignoré eso. —Y entiendo que no hay mucho que pueda hacer.
Ustedes tienen súper poderes. Soy bastante inútil, un nueve de cada
diez...
El ceño se profundizó. -—Nunca eres inútil.
También ignoré eso. —Pero puedo ayudar aquí. Puedo mirar a
través de las cosas. Esto es algo que puedo hacer.
Sacudiendo la cabeza, miró hacia otro lado. Un músculo a lo
largo de su mandíbula vibró.
—Necesito poder hacer algo —razoné, mi mirada buscó en su
rostro mientras me estiraba entre nosotros, colocando mi mano sobre
su brazo—. Por favor, comprende que tengo que hacer algo y ayudame
en lugar de tratar de detenerme.
Luc echó la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados mientras
apretaba los labios. Luego hizo lo más extraño. Él rió, una risa
profunda y retumbante.
Ahora era mi turno de fruncir el ceño. —¿Qué?
Sacudió la cabeza y luego abrió los ojos, deslizándome una larga
mirada. —¿Quieres saber algo sobre... Nadia?
Me tensé, sin esperar que dijera eso.
—Ella era la única persona que podía hacerme hacer algo que no
quería o que no creía que fuera una buena idea. No importa cuánto
temiera que fuera a irse de lado, ella me haría hacerlo. En realidad,
me tenía envuelto alrededor de su meñique. —Las pestañas gruesas
bajaron—. Iremos a la casa de April mañana, después de la escuela.
Mis labios se separaron en una inhalación aguda. Una vez más,
Luc estaba diciendo tanto mientras decía tan poco. Me mordí el labio,
pero realmente no había forma de detenerlo.
Sonreí.
Tensión reptó por mis músculos. Era humana. Solo tenía un poco
de ADN alíen en mi interior, pero Grayson no sabía eso.
—¡No puedes hacer esa promesa de nuevo! ¡Me dijiste que nunca
ibas a dejarme, y la rompiste! —en el momento de que esas palabras
salieron de mi boca, respiré profundamente. Una ola de mareo me
invadió.
—Pero lo hice.
—Sí.
—¿Qué? —retrocedió.
Él dejó caer sus manos sobre mis rodillas. —La adrenalina puede
hacer que las personas hagan lo que parece imposible. Puede
aumentar los sentidos, incluso sentir que se ralentizan las cosas.
—La voz de un hombre diciendo algo así como: 'Coge el arma, puedes
matar'. La voz era familiar, pero no sé a quién escuché decir eso o... si
tal vez lo escuché en la televisión o algo así —sacudí mi cabeza—. Ni
siquiera estoy segura de que sea real o de lo que podría significar.
Querido Dios.
16
Nota de la traductora: En español “poof” significa maricón. Nota de Patty: También puede
significar el típico POOF Cuando algo o alguien se desvanece… creo que eso es lo que paso
acá.
17
“Show and tell” es una “exposición”. (Puede ser: `Mostrar y contar ).
—¿Una nueva forma armada de PEM? Sí. Lo son —respondió él, y
mi estómago cayó.
Maldita sea.
Yo también.
Mamá.
Pero sabía que no debía sugerir eso. —Así que aquí están los
hechos. Todavía no tenemos idea de qué es April, pero obviamente
está trabajando con la mujer que estaba en su casa, que tenía una
caja llena de algún tipo de suero que puede o no haber causado lo que
le sucedió a Sarah y posiblemente a Coop, y a quien sea que ustedes
chicos... incineraron, eran personas que tenían armas PEM
especialmente diseñadas.
—Destruí todos los lugares que pude encontrar, y pensé que ese
era el final de ellos, pero obviamente estaba equivocado.
Luc retiró el brazo del respaldo del sofá. —No creo que hayan
vuelto —dijo—. Estoy empezando a pensar que nunca se fueron.
Actuar normal.
Eso fue más fácil decirlo que hacerlo, porque cada vez que alguien
miraba en mi dirección, confiaba en que lo sabían todo.
Como ahora.
Sonaba paranoica.
Zoe levantó las cejas. —¿De verdad? ¿No dijiste ayer que mono era
una noticia falsa?
18
Abreviación para la enfermedad “mononucleosis infecciosa”.
—No creo que sea mono —le dije, resistiendo la necesidad de
alejarme de él al mismo tiempo que surgió la preocupación—. A menos
que estuvieras besándote con Heidi o Emery.
—Eres malo.
Huh.
Incluso sabiendo que April era algo más que humano, no podía
imaginar cómo había usado ese baño.
Ugh.
Había una parte tonta de mí que quería gritar desde los tejados.
—No deberías.
Mi mente estaba corriendo un millón de millas por segundo
mientras luchaba por mantener la calma. Tenía mi Taser en el bolsillo
delantero de mi mochila y el collar de obsidiana debajo de mi suéter.
No estaba sin armas. Solo tenía que llegar a ellos. ¿Y qué? ¿Podría
apuñalar a April?
—¿O un Origen?
Mi corazón se detuvo.
—¿El Daedalus?
—Por supuesto que no soy humana. Quiero decir, duh —ella se rió
como si le hubiera sugerido la cosa más ridícula del mundo—. Sabes,
primero pensé que era Heidi.
Aguanté.
Mi mundo explotó.
271
24
Traducido por: Evares
Corregido por: Evares &Patty
El dolor... oh Dios.
El dolor era tan intenso que podía ser atropellada por un camión de
basura y no me importaría.
Demonios, lo agradecería.
Va a estar bien ahora. Eso es lo que había dicho. Recordé. Justo como
lo prometí.
Verdad.
—La Ola Cassio solo afecta a las personas con un cierto código genético
que proviene del suero de Andrómeda —decía April, y la escuché, pero las
palabras no estaban conectadas ni tenían sentido—. El suero es un código
que espera ser accedido.
Me vi a mi misma. Vi una versión más joven de mí misma. ¿Trece, más
o menos? Era yo con el pelo recogido en una cola de caballo. Yo en
pantalones negros, camisa negra. Una pistola, una pistola en mi mano y
una voz en mi oído
273 Sus palabras. Los ojos marrones oscuros se centraron en los míos. No
eres como ellos. Era un milagro que no fuera así. Lo sabía. Él lo sabía.
Yo sabía que...
Otra voz se entrometió, una que creí reconocer. Ellos vendrán por ti. Y
cuando lo hagan, no sabrán qué les golpeó.
Nada.
¿Dónde estaba?
Levanté la mirada para ver a una chica parada frente a mí, sus ojos
negros y sus pupilas blancas.
Me puse de pie.
No iba a pasar.
—No es genial —ella escupió sangre cuando la tiré hacia atrás—. Estás
cometiendo un error. Enorme error...
275 Salté del fregadero, limpiando la sangre de la cuchilla con mis jeans.
Luego levanté mi otra mano, pasé mis dedos por mi cabello, alisé los
mechones mientras me giraba hacia el espejo roto.
Me vi a mi misma.
Vi mis ojos, y los iris eran negros, las pupilas blancas. Yo vi...
Yo hice eso.
Saltando a la acción, corrí hacia la puerta del baño y casi lloré de alivio
cuando vi que tenía una cerradura en el interior. Me aseguré de que aún
estuviera cerrada y luego corrí de regreso a mi mochila. No tenía idea de
cuánto tiempo tenía antes de que alguien intentara entrar aquí.
Agarrando mi teléfono, intenté primero con Zoe. Ella estaba aquí y
podía llegar a mí más rápido, pero cuando sonó el teléfono y no respondió,
me di cuenta de que probablemente lo tenía en silencio.
—Estaré ahí.
277
¿ temblorosa para limpiarme. Rojo manchó mis dedos. Me sangraba la nariz.
Cóm Me volví hacia el espejo, medio asustada de ver mis ojos.
o lo
habí Eran normales, lisos, viejos y marrones. No ese espeluznante en blanco
a y negro. Para nada como Sarah y April. Tal vez lo había imaginado. Algo
llam había sido...
ado
Vi el cuerpo de April en el espejo, acostada allí
ella?
¿La —Está bien —susurré, y tragué saliva—. No te imaginaste a Jack.
Ola Saltaste a este fregadero como un asesino y la apuñalaste en la cabeza.
Cassi
o? Al darme la vuelta, vi la mano abierta de April. El llavero descansaba
Hice en su palma. Me sumergí, se la quité de la mano y la metí en mi bolsillo.
una
muec Agarrando el teléfono, me acerqué al fregadero, manteniéndome alejada
a de las piernas de April. Probablemente no debería haberla matado. Tenía
cuan preguntas, muchas, pero, una vez más, no había tenido exactamente el
do el control de mí misma. Tan pronto como su mano tocó la mía, reaccioné
dolor con... una precisión bastante mortal. Yo quería matarla. Necesitaba
punz sacarla, y aunque en ningún momento bromeé acerca de querer matarla
ante después de lo que le hizo a Heidi, realmente no pensé que fuera capaz de
me hacerlo.
apuñ
Tampoco había pensado que era capaz de levantar un arma y
aló
dispararle a alguien en la cabeza.
detrá
s de Su voz volvió a sonar débil, pero allí, en el fondo de mi mente. Tienes
los que ser más rápida y más fuerte que él.
ojos.
La Era la misma voz que había escuchado después de dispararle a la
hum mujer en la casa de April: su controladora.
edad
se —Evie? —vino una voz apagada desde el otro lado de la puerta del
acu baño. —¿Puedes dejarnos entrar?
muló
Corriendo hacia la puerta, rápidamente tiré la cerradura y abrí la
debaj
puerta. En el momento en que vi a Luc en la puerta, me lancé hacia él,
o de
mi
nariz
, y
exten
dí
una
man
o
envolviéndolo con mis brazos y piernas. Me atrapó fácilmente, caminando
hacia adelante mientras pasaba su mano por mi cabello.
278 Una risita que sonaba histérica se elevó a través de mí cuando enterré
mi rostro en su cuello. —Eso no es divertido.
—¿Estás segura?
—¿Qué...?
279
L fresco, supe que estábamos afuera, y solo unos segundos después él
uc se estaba disminuyendo la velocidad, deteniéndose y abriendo una puerta.
dio
vuelt —Estamos en tu auto —ni siquiera estaba sin aliento cuando me bajó
a, y al asiento del pasajero, y luego sus manos estaban en mis mejillas,
luego inclinando mi cabeza hacia atrás—. Tu nariz todavía está sangrando.
se
—Está bien —sentí que su palma comenzaba a calentarse, pero agarré
fue,
su muñeca y aparté su mano—. No creo que debas hacer eso más.
y
supe —Puedo arreglar lo que sea que esté haciendo que tu nariz sangre...
que
estab —No creo que puedas —susurré.
a
corri —Creo que me conoces mejor que eso.
endo
No lo estaba entendiendo. Me balanceé hacia él, mis dedos cavando en
,
la piel de su muñeca. —Algo me pasó a mí.
movi
éndo —¿Qué? —los ojos de Luc buscaron los míos mientras aplanaba su
se palma contra mi mejilla.
tan
rápid —Creo que me convertí en el Terminator.
o que
no Sus cejas se alzaron. —¿Tu qué?
sería
—Sí. Le pateé las piernas debajo de ella como si supiera jujitsu, y luego
nada
salté, Luc, salté al fregadero y giré como una bailarina. Agarré su cabeza y
más
la apuñalé con la cuchilla de obsidiana.
que
un Ladeó la cabeza hacia un lado. —Eso es... algo caliente.
borró
n —Luc, estoy hablando en serio.
para
cualq Sus ojos violetas brillaron. —Y de nuevo, no estoy bromeando.
uiera
—Yo tampoco. Hice algo que era imposible para mí, y es más que eso.
que
Mucho más que eso —mis uñas estaban cavando en la piel de su muñeca.
pudi
Podía sentirlo, pero él no se estremeció—. Creo que, oh Dios, creo que soy
era
como ellos, como April y Sarah.
verlo.
En el
mom
ento
en
que
sentí
aire
Sus labios se separaron. —Evie...
—No lo entiendes. Hay algo en mí que April abrió —me estremecí—. Fui
yo, pero no lo era.
—Duh —espeté, frotando mis palmas sobre mis rodillas—. Pero hay
algo allí, porque además del dolor mortal, tenía imágenes, Luc. Como
vislumbros de recuerdos. Vi a un hombre; parecía colgado, y olía a orina
de gato... y a moho.
281 —Entonces supe lo que estaba diciendo, lo que significaba, pero ahora
no tengo idea de cómo o por qué lo sabía. Entonces ella me dijo: ‗Ven. Él nos
está esperando’.
Sus dedos se curvaron sobre el llavero. —¿Y entonces fue cuando esta
voz dijo que no eras como los demás?
—Sí, y él dijo algo más. Como si necesitara ser más rápida y más
fuerte. No recuerdo exactamente —hice una mueca cuando un estallido de
dolor atravesó mi cráneo.
—No puedo parar. Nada de esto tiene sentido, y estoy segura de que
no lo entenderé si no lo intento —me aparté, pasé las manos por el pelo y
aparté los mechones de mi cara—. April actuó como si una vez que
presionara el botón, sería diferente, que iría voluntariamente con ella o
algo así. Pensé…
Temblando, cerré los ojos. —No sé lo que hizo, pero hizo algo, Luc.
Esa Ola de Cassio o lo que sea, desbloqueó algo en mí y lo vi, Luc.
—Pero lo que hice hoy no fue algo que alguien como yo pudiera hacer
—me humedecí los labios—. Tal vez por eso no tengo rastro. No es tanto el
suero sino lo que había en ese suero, y ahora... ¿Qué va a pasar? ¿Qué
pasa si empiezo a mutar como Sarah o Coop? Porque aceptemos el hecho
de que Coop probablemente estaba pasando por alguna versión de lo que
le estaba sucediendo a Sarah. ¿Y si...? —respiré profundamente—. Cuando
Sarah se enfermó, se había escapado como si no tuviera idea de quién era,
como si estuviera corriendo hacia alguien. ¿Y si me vuelvo a perder? ¿Qué
pasa si muto y no recuerdo nada de esto...
S
i Luc tenía miedo, entonces debería estar aterrorizada. Estaba
asustada, pero al mismo tiempo, me sentía... alejada de eso.
Sabía lo que me estaba pasando, pero me sentí normal cuando vi
a Luc separarse de la ventana y mirarme.
Me sentí como Evie, lo que sea que eso signifique.
—Nunca me pareciste el tipo de persona que tenga miedo—le dije, siendo
honesta.
—Por lo general, no lo soy, pero cuando se trata de ti...—Se detuvo,
mirando hacia otro lado. Un músculo se flexionó a lo largo de su
mandíbula. Inhaló profundamente—. Resolveremos esto.
—¿Lo haremos?
—Lo haremos.—Se me acercó y me tomó la mano. Se sentó, tirando de mí
hacia su regazo, y yo fui, levantando mis piernas y cubriéndolas con las
suyas. Su aguda mirada parpadeó sobre mi cara—. Hay mucho de lo que
tenemos que hablar. Las cosas van a cambiar ahora.
El aire se alojó en mi garganta. Las cosas tenían que cambiar ahora. Lo
sabía. Pequeños nudos se formaron en la boca de mi estómago mientras
bajaba la mirada. El miedo y la incertidumbre echaron raíces. No tenía que
preguntar para saber que esas cosas cambiaban la vida.
Dos dedos presionaron contra mi barbilla, inclinándola hacia arriba. —
Pero hay dos cosas que debemos atender primero que son más
importantes.
—¿Qué podría ser más importante que eso?
—Esto.
Los dedos debajo de mi barbilla se curvaron cuando acercó mi boca a la
suya, deteniéndose a solo una pulgada de sus labios tocando los míos. La
mano a lo largo de mi barbilla se deslizó hasta la nuca. Pasó un latido y
luego me besó. Hubo una chispa innegable que pasó entre nosotros en el
momento en que nuestros labios se unieron. El beso comenzó lentamente,
solo un roce de sus labios, pero tan pronto como los míos se separaron,
286 hizo este sonido que causó una ondulación en mi estómago. Me besó más
fuerte y luego aún más fuerte, y tuve que pensar que solo Luc tenía el
poder de besar el miedo y la incertidumbre, el conocimiento contaminado
de que había algo drásticamente mal en mí.
Todos esos problemas seguían ahí, pero por un momento no pudieron
tocarnos. Cuando volvió a levantar la cabeza, estaba un poco aturdida.
—Todavía hay una cosa más.
—Mmm. —Mis labios todavía hormigueaban, partes de mi cuerpo aún
latían en sintonía con el latido de mi corazón.
—Mi sorpresa.
Me había olvidado de eso. —¿Estás seguro de que no es una mascota
Chia?
Se rio entre dientes mientras levantaba su mano. Un momento después,
apareció una caja en su mano, proveniente de algún lugar fuera de la línea
de mi visión. Estaba envuelto en un papel que misteriosamente hacía
juego con sus ojos. Él me lo entregó.
Lo miré y luego a él. —¿Qué es esto?
—Ábrelo.
Ninguna de las sorpresas era envuelta antes. Deslicé mi dedo a lo largo del
espacio y aparté el papel brillante.
—Oh, Dios mío —susurré, mirando a una cámara nueva –una cámara cara
como el infierno. Una Canon T6 Rebel con todos los accesorios, accesorios
que nunca tuve el dinero extra para comprar o usar—. Luc.
—Tu cámara vieja se arruinó, y sé cuánto te gusta tomar fotos.
Las lágrimas nublaron mi visión mientras miraba la cámara.
—Además, debes volver a tomar esas fotos de mi rostro increíblemente
guapo.
—Luc—susurré, agarrando la caja.
Estuvo en silencio por un momento. —¿Vas a llorar? Por favor no llores.
No me gusta cuando lloras. Me dan ganas de freír cosas, y hoy ya he
derribado dos lámparas...
287
Rien a que te guste.
do,
—Me encanta. —Pasé mi mano sobre la caja, y luego me reí—. Hoy me
me
convertí en un maestro asesino y maté a April. Puedo o no ser algún tipo
lancé
de Señor qué sé yo, pero yo... me siento bien. No es la cámara o los besos,
hacia
aunque ambos ayudaron—agregué cuando levantó sus cejas—. Pero fuiste
él y
tú. Gracias.
lo
besé. Sonriendo, miró hacia otro lado y dejó caer la mano. —No es nada... —Su
—No teléfono sonó, y buscó en su bolsillo para comprobarlo—. Han vuelto... con
tenía el cuerpo de April.
s que
hace
r
esto,
pero
la
estoy Una parte de mí no quería saber por qué habían traído el cuerpo de April
mant y, sin embargo, sentí una curiosidad mórbida mientras seguía a Luc al
enie piso principal del club, donde todos esperaban.
ndo. Zoe fue en línea recta hacia mí, seguida rápidamente por Heidi. Ambas me
Siem abrazaron, y cuando Zoe se retiró, ella dijo—: No puedo creer que lo hayas
pre. hecho, y tengo preguntas. Estoy un poco enojada porque no pude hacerlo.
Él —Únete al club—comentó Emery mientras caminaba, dirigiéndose hacia el
sonri pasillo del que acabamos de llegar.
ó
mien —¿Cómo la mataste? —demandó Heidi, prácticamente saltando de un pie
tras al otro—. Bueno. Eso salió mal, pero ¿cómo sucedió todo esto? Tengo
se muchas preguntas.
pasa Miré a Luc. —Bueno, esa es una especie de larga historia...
ba
los —Muéstrame tu mano—dijo Grayson, apareciendo de la nada.
dedo
Medio temerosa de que me dejara caer una tarántula en la mano, hice lo
s por
que me pidió.
el
pelo. Grayson dejó caer mi colgante de obsidiana en mi palma, limpia de sangre
—Me y la cadena había sido reemplazada. Antes de que pudiera agradecerle o
alegr preguntarle cómo reemplazó la cadena tan rápido, ya se estaba alejando de
mí, dirigiéndose a la cocina.
Mi mirada se encontró con la de Luc, y había una pequeña sonrisa secreta
en sus labios mientras inclinaba la cabeza. Envolví mis dedos alrededor
del colgante. Eso fue amable de Grayson.
Todavía no me gustaba.
—¿A dónde van todos? —pregunté.
297
demo que yo sepa. Los sueros pueden mutar, pero no te convierten en un
nios especialista en artes marciales cinco segundos después —respondió Luc.
pasa
Zoe se apartó de la parte superior de la barra, y cuando su mirada se
ste
encontró con la mía, tuve que pensar que estaba considerando lo mismo
de
que yo.
trope
zar Esos meses de verano perdidos de los que no tenía memoria real. ¿Y si no
con hubiera estado en la casa? Pensé en cómo había manejado esa arma en la
el casa de April. La voz masculina que había escuchado. ¿Y si?…
aire
Ni siquiera pude terminar el pensamiento, porque ¿cómo podría ser
a
posible? ¿Cómo podría ser entrenada y luego borrar todo recuerdo de eso?
sacar
¿Cómo podría una onda de sonido desbloquear eso?
a
April ¿Y cómo demonios no estaba involucrada mi madre?
como
un —Me preguntaste... si sabía por qué Sylvia te dio la vida de Evie, y te dije
asesi que no —dijo Luc en el silencio.
no a Me puse rígida. No sabía que había hablado con ella sobre esto. No tuve la
sueld oportunidad de contarle todo lo que había sucedido.
o
entre —Quería creer que era porque extrañaba a esta otra chica. El corazón,
nado incluso el de un Luxen, puede hacer que la gente haga cosas locas. Pero
? nunca pude obligarme a creerlo —continuó, su mirada púrpura se clavó en
la mía—. Cuando me preguntaste si sabía dónde estabas el verano
Apreté después de que te curaron, no mentí. Quería creer que estabas allí, dentro
mis de esas paredes, siendo atendida. Tenía que creer eso en ese momento.
labios
.— Un escalofrío me atravesó y sentí todos los ojos sobre nosotros.
Buen
—¿Quieres saber por qué no confío en ella? Es por esto. Aquí mismo.
a
pregu Ahora mismo. Puede que no sepa lo que te hicieron, pero hay una persona
nta. que tiene que hacerlo. Esa es Sylvia.
—
¿Pued
e un
suero
hacer
todo
eso?—
Heidi
se
volvió
hacia
Luc.
—
Ning
uno
298
26
Traducido por: VivianaG2509
Corregido por: Patty
i
M casa estaba vacía cuando Luc y yo aparecimos una hora más
tarde, lo que tenía sentido ya que la escuela acababa de
terminar. Mamá no volvería por al menos tres horas más, y
eso sería si llegara a casa a tiempo.
—¿Le enviaste un mensaje de texto? —preguntó Luc mientras me seguía,
llevando mi mochila y mi nueva cámara.
Asentí. —Traté de llamar, pero fue directo al correo de voz. —La energía
nerviosa zumbó a través de mí cuando fui a la cocina—. Eso es normal,
299
pero —me di cuenta cuando abrí la nevera y agarré una botella de agua—.
le ¿Quiero una?
envié
Luc se paró en la puerta, sacudiendo la cabeza.
un
mens —Quiero decir, ella ha estado trabajando tan tarde. Lo sabes, así que no es
aje tan sospechoso, pero... —Cerré la puerta, volviéndome hacia él—. Te vas a
de enojar conmigo.
texto
—Dudoso.
,
dicié Me arrastré hacia él. —Hablé con ella la mañana después de que Heidi se
ndole lastimó, sobre... sobre el verano antes de comenzar la escuela. Sé que
que dijiste que querías estar allí, pero yo...
nece
sitab —¿No podías esperar?—Comenzó a caminar hacia atrás. Sacudiendo mi
a cabeza, le di una sonrisa tímida mientras lo seguía—. ¿Qué dijo ella?
habl —No mucho. Ella pensó que me habías dicho algo y luego preguntó qué
ar me dijiste.
con
ella y Su mirada se agudizó cuando llegamos a las escaleras. —Por supuesto que
que lo hizo.
era Empecé a subir los escalones. —Le dije que era algo que surgió en una
una conversación con Zoe, y ella me dijo que estaba aquí, pero que no era apta
emer para salir en público. Que algunos días no recordaba nada, ni siquiera que
genci era Evie, y otros estaba bien. Y le pregunté por qué lo hizo –darme los
a. recuerdos de Evie.—Doblamos el rellano y supe que Luc estaba
— disminuyendo considerablemente sus pasos para que pudiera seguirle el
Perfec ritmo—. Ella dijo lo que me había dicho antes. Que echaba de menos a la
to. verdadera Evie.
300
Luc eció una media sonrisa. —Creo que eres valiente… Me reí
no
por eso. —No soy valiente.
respo
ndió, Él levantó las cejas. —Dices eso a pesar de que hace unas horas recibiste
y otro golpe que te cambió la vida.
tampo
—Oh, puede parecer que estoy lidiando con eso, pero probablemente voy a
co
necesitar años de terapia intensiva. —Hice una pausa—. Si existe tal cosa
parecí
para posibles experimentos alienígenas.
a
engreí Experimento.
do al
respec Eso es lo que era, ¿no?
to. En Dios, eso era tan difícil de procesar como aprender la verdad de quién era
vez de yo.
eso,
cambi Luc no se desanimó. —No solo eso, tenías que defenderte. Hoy tomaste
ó de una vida y tenías que hacer eso, pero sé que no es algo fácil de procesar.
tema. Él lo sabría, ¿no? Un escalofrío me recorrió. La verdad era que no podía
—Sé permitirme pensar en el hecho de que había matado a alguien...o el hecho
que de que no sentía culpa. ¿Eso significaba que algo estaba mal conmigo?
estab Como, ¿no debería sentir…?
as
moles —No hay nada malo contigo—respondió Luc, escuchando a escondidas mis
ta pensamientos—. Hiciste lo que necesitabas hacer.
conmi Me paseaba delante de él, jugueteando con la pieza de obsidiana. —¿Como
go tú lo haces?
antes.
Luc asintió. —Hay veces que no siento culpa. Ninguna. No siempre es así.
—
¿Qué Pensé en los jóvenes Orígenes. —Eres valiente, Luc. Haces cosas que
delató nadie más querría hacer para que otros estén protegidos.
eso?
—Y te ofreciste voluntariamente para pasar por lo que suena como el peor
A dolor posible de nuevo—insistió—. Y estás lista para enfrentar a Sylvia,
sabiendo lo que eso podría significar.
p
No podía decirnos nada o podía contarnos todo, y si fuera lo último, no
a
sabía qué haría.
r
Pero definitivamente no sería bonito.
—Si eso no te hace valiente, no sé qué lo hace.
Eso me hacía...desesperada por saber qué demonios era y qué podía
pasar.
—No.—Luc extendió la mano, agarrando mi mano. Me tiró sobre su regazo.
Su mirada atrapó la mía—. Te pareces mucho a quien eras cuando te
conocí. No tienes idea. Siempre has sido valiente. Siempre has sido fuerte.
301
Me iste una o dos veces? Sí. —Soltando mi mano, extendió sus dedos a lo
relajé largo de mi mejilla—. Pero te levantaste todos los días y lo enfrentaste. Al
con igual que te has levantado todos los días desde que supiste quién eres
él. realmente. Esa es la fuerza, Peaches. Del tipo real.
—Te Eso fue lo que dijo Zoe. —Simplemente siento que no tengo control
enfre sobre nada. Ninguno de nosotros sabe lo que va a suceder.—Mi voz bajó
ntast como si me preocupara que me escucharan—. Podría mutar. Podría...
e al cualquier cosa es posible.
diag
nósti Deslizando su mano hacia la parte posterior de mi cabeza, atrajo mi frente
co de hacia la suya. —Si sucede algo así, voy a estar aquí. No te dejaré escapar.
cánc No te dejaré olvidar.
er de —¿Promesa?—susurré.
la
mis —Promesa —juró, su nariz rozando la mía—. Y sé que lo superarás. No por
ma mí, no por tus amigos, sino por ti.
man El siguiente aliento que tomé fue tembloroso. Tal vez... solo tal vez ambos
era. teníamos razón. Quizás fui valiente a mi manera. Era fuerte, y si eso era
Simp cierto, si lo que él decía era correcto, entonces podría enfrentar lo que
leme estaba por venir... lo que fuera.
nte
trata Permitirme creer en eso aflojó un poco, no toda, la tensión en mis
con hombros, y no estaba segura de si él sabía cuánto significaba eso para mí.
ellos. Cerré la pequeña distancia entre nosotros y lo besé, esperando que él
¿Te pudiera sentir lo que hice, incluso si no tuviera el coraje de decirlo, o
enoja pensarlo, porque aunque podría ser tan valiente como él dijo que era,
ste? todavía había algunas cosas que me aterrorizaban.
Si.
¿Te Lo que sabía que comenzaba a sentir por él era una de ellas.
romp
Su mirada se cruzó sobre mi hombro, hacia la televisión. —Oh diablos.
—¿Qué? —Seguí su mirada hacia la televisión. El volumen subió y, a
menos que el televisor se haya vuelto consciente de sí mismo, supuse que
sabía quién era el responsable—. Él de nuevo.
Una sonrisa irónica torció sus labios. —Está mucho en la televisión.
—En serio. No creo que haya habido un presidente en la televisión tanto
como el Presidente McHugh—comenté.
302 Luc resopló.
El presidente estaba dando algún tipo de información afuera, en lo que
supuse que era la rosaleda de la Casa Blanca. A lo largo de la parte
inferior había otra pancarta de BREAKING NEWS, que anunciaba que la
Cámara no había aprobado el proyecto de ley que cambiaría el Programa
de Registro Alienígena, o la Vigésimo Octava Enmienda que reconocía y
otorgaba a los Luxen los mismos derechos que los humanos.
El grandes estados, lo hice con la promesa de que haría que Estados Unidos
presid estuviera a salvo una vez más, y la votación de hoy es una decepción.—
ente Miró directamente a la cámara, haciendo esa cosa espeluznante de mirada
obvia sin parpadeo—. Estos cambios en el PRA son necesarios e inevitables. Solo
mente en las últimas cuarenta y ocho horas, hubo un ataque en Cincinnati por
no dos terroristas Luxen no registrados –y no se equivoquen, eso es lo que
estab
son. Terroristas.
a
conte Un músculo se flexionó a lo largo de la mandíbula de Luc mientras sus
nto dedos trabajaban rápidamente con los pequeños botones de mi suéter.
con
eso. Nada te sacaba del estado de ánimo más rápido que ver al presidente en la
televisión.
—
Cuan —Hay Luxen que quieren jugar según las reglas –los cambios en el PRA los
do mantendrán a salvo. Hay Luxen que no quieren jugar según las reglas y
hice que quieren hacernos daño —continuó el presidente McHugh—. Y es por
camp eso que no puedo, en buena conciencia, esperar y no hacer nada para
aña proteger a las personas por las que fui elegido para proteger. Estoy
para emitiendo una orden ejecutiva que implementará estos cambios en el
ser el Programa de Registro Alienígena.
Presi Me deslicé del regazo de Luc hacia la cama.
dent
e de —No solo eso, estoy emitiendo una orden ejecutiva para restablecer la Ley
estos Patriota y la Ley Luxen, permitiendo que todas las ramas del gobierno,
incluidos los militares, tomen medidas sin precedentes.
¿Podría hacer esto? No tenía ni idea. Quiero decir, sabía cómo funcionaban
los niveles básicos del gobierno. Todo el asunto de los controles y
equilibrios. La casa. El Senado. El poder judicial. ¿Podría el presidente
emitir una orden y seguirla?
El presidente seguía mirando directamente a la cámara cuando dijo—:
Estos cambios entrarán en vigencia de inmediato y tendrán toda la fuerza
303 de la ley, de conformidad con la Constitución de los Estados Unidos de
América.
Luc se puso rígido mientras murmuraba—: Así comienza.
—Evie, despierta.
Gimiendo, me puse de rodillas y planté la cara en la almohada. Aún no
puede ser de mañana. No había escuchado sonar mi alarma.
La mano de mamá cayó sobre mi hombro, sacudiéndome. —Necesito que
te amá me sacudió de nuevo. —Cariño, necesito que te levantes.
despi Ahora.
ertes
Algo sobre su tono llegó a través de las telarañas del sueño, y todo lo que
.
había sucedido antes se estrelló contra mí. April. Las preguntas. El
Sacud presidente en televisión y luego Luc recibiendo una llamada de Grayson
í su una hora después. El oficial había regresado –el oficial Bromberg, haciendo
mano, cumplir una mezcla de la Ley Luxen y la Ley Patriota. Había exigido acceso
empuj al club y quería ver a Luc. Quería ir con él, pero Luc no me quería allí
ando hasta que supiera lo que Bromberg estaba haciendo.
mi
brazo Había prometido volver, y esperé toda la noche por él y por mamá,
debaj eventualmente me puse el pijama y luego me quedé dormida. Una parte de
o de mí no podía creer que lo hubiera hecho, después de todo.
mi
almoh ¿Había pasado algo?
ada.
Mi corazón golpeó contra mi pecho mientras rodaba sobre mi costado. La
M habitación estaba oscura, pero pude distinguir el contorno de mamá.
Estaba inclinada sobre mí, con una de sus manos plantadas en la cama a
mi lado. Algunas de las telarañas del sueño se despejaron. Claramente,
todavía era de noche.
—¿Es Luc? —pregunté, frotando mi mano por mi cara.
—No—respondió ella—. Necesito que te levantes.
—¿Qué hora es?
304 —Son poco más de las dos. —Mamá retrocedió de la cama cuando dejé
caer mi mano—. Necesito que te levantes —repitió.
Un segundo después, se encendió la luz del techo, inundando la
habitación con un brillo blanco y crudo. Con una mueca, alcé el brazo
para protegerme los ojos del resplandor brillante. Mamá se apresuró hacia
mi tocador y se agachó frente a él, agarrando lo que parecía ser mi ropa
interior.
¿Que en el…?
—¿Qué estás haciendo?—Me levanté sobre mis codos—. Recibiste mi
mensaje…
—No hay mucho tiempo para explicar—dijo sin mirarme—. Y necesito que
hagas exactamente lo que te digo, Evie, porque ellos vienen por ti.
27
Traduci miedo helado me paralizó. Algún tipo de instinto primario me dijo
do por: quiénes eran ellos, y lo supe, solo lo supe.
Viviana
G2509 —¿El Daedalus? —pregunté.
Corregi Mamá se levantó rápidamente de la cómoda y se apresuró a mi lado.
E
do por:
Arrodillándose, agarró mi mano entre las suyas frías. La miré, mi pecho
Patty
subía y bajaba pesadamente. —Lo siento—dijo con la cara pálida. Las
delgadas líneas en las comisuras de sus ojos parecían más profundas de lo
normal, más notorias—. Lo siento mucho.
l
—¿Que está pasando? ¿Dónde está…?
—Oh, Evie.—Mamá cerró la boca y sacudió la cabeza antes de apretar mi
mano—. Las cosas en el trabajo se han salido de control.
—¿Sabes lo que pasó hoy?—le pregunté.
Sus ojos buscaron los míos mientras apretaba mis mejillas. Sus manos
eran como bloques de hielo. —Las cosas están a punto de comenzar a
suceder, y cuando lo hagan, todo sucederá rápidamente. ¿Entiendes?—
305 Dejándome ir, ella se levantó—. La gente ni siquiera se dará cuenta hasta
que sea demasiado tarde.
—¿La gente no se dará cuenta de qué?
Ella dejó escapar un suspiro tembloroso mientras tragaba con dificultad.
—Era parte del plan. Desde el principio. Dejaron que todo esto sucediera,
pero perdieron el control y tenemos que irnos.
—¿Qué plan? ¿De qué estás hablando? —Las náuseas me retorcieron el
estómago—. ¿Sabes que…?
—Si. Lo sé. Y ellos también.
La miré desde donde estaba sentada. Si ella lo sabía y ellos lo sabían, eso
significaba que ella siempre lo había sabido. Y luego había mentido.
—Explicaré lo que pueda, pero necesito que te levantes y te prepares. —
Mamá se volvió hacia mi escritorio. Vi mi bolso morado del fin de semana
colocado allí, el lindo con los lunares azules. Parecía lleno—. Solo haz lo
que te pido. Por favor.
Levantándome sobre piernas temblorosas, la vi caminar hacia mi armario.
Cogió un par de jeans oscuros del estante. —Aquí. Póntelos.
Sintiéndome fuera de eso, le quité los jeans y los dejé caer sobre la cama.
Ella agarró un suéter. La percha giró y cayó al fondo del armario. El hecho
de que ella no levantara la percha o comentara lo desordenado que estaba
mi armario me asustó más que nada. Había mentido –ella había estado
mintiendo, pero la forma en que estaba actuando...
Algo malo estaba en marcha.
Me necesito que te vistas ahora.
entreg
ó el Por unos segundos, no pude moverme, y luego tomé el suéter. Las manos
suéter de mamá temblaban mientras se alisaba el pelo suelto de la cara. Estaba
.— vestida como si acabara de llegar a casa del trabajo. Pantalones oscuros y
Evie, una blusa blanca. Incluso llevaba puesto lo que llamaba sus zapatos
realm cómodos, zapatos negros con tacón bajo. Obviamente había venido
ente directamente de Fort Detrick.
Mamá se detuvo frente a mí nuevamente, ahuecando mi mejilla con una
mano y cepillando mi cabello hacia atrás con la otra. —Dios, Evie, nunca
quise que llegara este día.
El aire se me enganchó en la garganta cuando dejé caer la camisa sobre la
cama y apreté sus muñecas. —¿Sabes lo que me pasó?
—Por favor, Evie. No hay tiempo. —Sus ojos, esos contactos marrones, se
306 encontraron con los míos. Estaban acuosos—. Estará bien, te lo prometo,
pero necesito que te prepares.
No le creí ni por un segundo.
Incluso si todo lo que sucedió hoy nunca hubiera sucedido, ser despertada
así en medio de la noche no significaba que las cosas iban a estar bien.
Inclinándose, mamá presionó sus labios en el centro de mi frente. —Sé que
tienes preguntas, pero necesito que confíes en mí.
Mi labio inferior tembló cuando di un paso atrás. —Pero no lo hago.
Ella se encogió como si la hubiera golpeado, bajando las manos. —Me lo
merezco. Lo hago. Pero por favor, prepárate.
De repente queriendo llorar y gritar a la vez, me obligué a asentir mientras
mi estómago se revolvía y se desplomaba. Sacudiéndome fuera de mi
pijama, agarré los jeans y me los puse.
¿Dónde estaba Luc?
Mamá caminó hacia los pies de la cama mientras sacaba su teléfono
celular y lo miraba. —Vamos—murmuró, presionando sus labios mientras
su dedo tocaba la pantalla—. Venga.
Con un ojo en ella, agarré un sujetador de mi tocador y enganché el
pequeño broche en el frente.
Sabía sin lugar a dudas que no iría a ningún lado con ella.
Mi pie, el izquierdo, comenzó a golpear nerviosamente mientras me ponía
el suéter que era más que una camisa pesada sobre mi cabeza, la
inquietud formando como bolas de plomo en mi estómago. Todo se sentía
surrealista mientras enderezaba el algodón desgastado.
Caminando hacia donde estaban mis planos junto al escritorio, me los
puse. a un sobre grueso al lado de la bolsa. Lo recogí y lo abrí. — Santo cielo.
Habí
Billetes de cien dólares estaban perfectamente alineados en el sobre. Tenía
que haber más de mil dólares allí. Probablemente incluso un par de miles.
Una billetera verde oscuro estaba al final del fajo de billetes. Un pasaporte.
Lo saqué y casi me caigo.
Una foto mía me devolvió la sonrisa. La misma imagen de mi licencia de
conducir, pero el nombre debajo no era Evie Dasher.
307 Ni siquiera era el nombre de Nadia.
La inquietud se extendió como una hierba nociva. —¿Quién demonios es
Stephanie Brown? —Me volví hacia ella—. Es una identificación falsa y
dinero.
—Solo prepárate —repitió, tomando el dinero de mí y colocándolo junto a
la bolsa—. Ahora.
La miré fijamente. —Necesitas decirme qué demonios está pasando en
este momento.
—Evie…
—¡Me has estado mintiendo desde el principio!—le grité con el corazón
acelerado—. Si sabes lo que me pasó hoy, siempre has sabido que
hay...hay algo dentro de mí.
—Por favor, explicaré…
—¿Me quitaste la vida y esperas que confíe en ti?
—Y estoy tratando de devolverte la vida.
El vidrio explotó.
El cuerpo de mamá se sacudió como si alguien la hubiera empujado. Ella
tropezó hacia adelante. El celular rebotó en la alfombra. Ella abrió la boca
cuando su barbilla cayó.
Todo pareció ralentizarse.
Vi la ventana rota y las cortinas ondulantes detrás de ella, y luego seguí su
mirada. Estaba mirando la parte delantera de su bonita blusa blanca –la
bonita blusa blanca con una mancha roja de un cuarto de tamaño en el
centro.
Dio un paso y sus rodillas cedieron. Se dobló como un saco, cayendo de
espaldas antes de que pudiera respirar otra vez.
La mancha roja se extendió tan rápidamente que todo su pecho se cubrió
en segundos.
Estaba arraigada a donde estaba parada, y luego cada músculo reaccionó.
Salté hacia adelante. —¡Mamá! ¡Dios mío, mamá!—Me arrodillé junto a ella
—. ¡Mamá!
Abrió la boca mientras parpadeaba rápidamente, sus manos revoloteando
en el aire. Esa no era una mancha en su blusa. Era sangre, mucha sangre.
—Evie...
308 El horror me inundó cuando presioné mis manos sobre su pecho, una
horrible sensación de estar atrapada en un círculo vicioso me abrumaba.
Heidi. Luc. Mamá. La sangre empapó mis palmas.
—No. No, esto no está sucediendo.—Un nudo se hinchó en mi garganta,
amenazando con ahogarme—. ¡Esto no está sucediendo!
El cuerpo delgado de mamá se contrajo cuando me agarró. Sus dedos se
arrastraron sobre mi brazo. Sus ojos se abrieron de par en par.
No. No. No. No.
Presioné su pecho, pero no sirvió de nada. Pensé que podría haber
empeorado las cosas, porque el calor húmedo se derramó entre mis dedos.
Un temblor se apoderó, haciéndome difícil mantener las manos firmes.
—Vas a estar bien—le dije, con voz gruesa. ¡Teléfono! Necesitaba llamar a
Luc. Él podría curarla—. Va a estar bien. Necesito llamar…
Me agarró la muñeca cuando levanté las manos y tomé el teléfono que
había dejado caer. —Lo intenté. —Una delgada mancha de sangre salió de
la esquina de su boca, y sabía, oh Dios, sabía que eso era malo. Había
visto suficientes repeticiones de Life in the ER para saber eso—. No
importa...qué, Evie. —Su respiración vibró mientras tomaba aire que no
parecía ir a ninguna parte, no parecía ayudar en absoluto—. Te amo...te
he amado como si fueras mía, y yo... intenté hacer esto... bien, pero es... es
demasiado tarde. Él viene... por ti. Lo siento.
—No —susurré, y no sabía a qué le estaba diciendo que no.
Me soltó la muñeca y su mano cayó al suelo. Su pecho se levantó, pero eso
fue todo, y su mirada fija en mí, pero sabía que no me estaba viendo.
Una sensación punzante bailaba sobre mi piel. Fue como estar dividida en
dos. Una parte de mí era lógica y sabía lo que estaba sucediendo.
Acababan de dispararle a mamá por la ventana de mi habitación y se
había ido, la bala la golpeó en algún lugar donde ni siquiera un Luxen
podía sobrevivir, o era una bala diseñada para matar un Luxen. No estaba
segura, pero sabía que ella estaba salvando el pasado y, sin embargo, no lo
hice porque no podía aceptarlo.
La agarré del hombro y la sacudí ligeramente. Mis dedos mancharon de
sangre sobre el cuello de su blusa. —¿Mamá?
310
Algui borroso cuando mi visión se sumergió. Ni siquiera podía pensar en cómo
en se veía su cuerpo en este momento, qué podría significar eso. ¿Qué debo
estab hacer? ¿Qué debo hacer? Al darme la vuelta, vi la bolsa y el fajo de billetes.
a en
Sal de la casa y llama a Luc. Ocultarse era una estupidez. Había visto
la
Taken suficientes veces para saber que eso nunca terminó bien.
casa.
Contraatacar no era una opción a menos que milagrosamente me
El
convirtiera en Terminator nuevamente, y no me sentía como ruda en este
insti
momento.
nto
me Moviéndome como si estuviera atrapada en un sueño, agarré el sobre y lo
gritó metí en mi bolso, haciendo una mueca cuando dejé huellas de sangre.
que
Limpié mis palmas a lo largo de mis caderas y luego volví a la cama,
me
agarrando mi teléfono celular. Comencé a girar, pero luego me detuve,
levan
agarrando a Diesel. Me di la vuelta, sin tener idea de dónde estaba mi
tara
cargador. ¿Tal vez en mi mochila? No había tiempo. Regresé corriendo a la
y me
bolsa mientras marcaba el número de Luc. Sonó...y sonó, y eso fue malo,
movi
porque Luc siempre respondía al primer o segundo timbre.
era.
¿Y si hubieran venido por él también?
Con
el La presión se cerró sobre mi pecho cuando colgué el teléfono y lo dejé caer
cuer en mi bolso. No podría pensar en eso en este momento. No podía pensar
po en...en mamá. Agarrando la correa, la puse sobre mi hombro.
temb
land Inhalando profundamente, me arrastré hacia la puerta abierta. No miré
o, me hacia atrás. No podía mirar hacia atrás. Tenía que concentrarme. Eso es lo
levan que Luc me diría. Centrarse. Pero fue difícil, porque cuando salí a la
té y madera dura, cada paso que daba sonaba como un rebaño de vacas
me pisoteando sus pies. Los temblores sacudieron cada miembro de mi
alejé cuerpo. Salí al pasillo, manteniéndome cerca de la pared.
de La luz del vestíbulo estaba apagada, pero había un suave resplandor
mam proveniente de la sala de estar. No escuché nada, pero sabía que alguien
á. Su tenía que estar en la casa. La única salida era bajar las escaleras.
cuer
po se No quería mirar.
volvi No quería moverme.
ó
Pero tuve que hacerlo.
20
Seeeh, frase de la película TERMINATOR 2.
—¿Eres fanático de Arnold? —preguntó Luc de nuevo, esta vez dirigiéndose
al chico.
El tipo con aspecto de comando giró el rifle hacia Luc. Un punto rojo
patinó en la pared, aterrizando en el centro del pecho de Luc. Se me cortó
la respiración cuando me aparté de la pared. No otra vez…
—Voy a tomar eso como un no. —Luc disparó a un lado, agarrándome
313 mientras el hombre disparaba. La bala se estrelló contra la pared.
Luc estaba borroso cuando soltó mi brazo y se lanzó hacia adelante,
sacando el rifle de la mano del tipo. —Ya me dispararon esta semana. No
busco una repetición.
Un instante después, el comando salió volando por la barandilla. Su grito
de sorpresa terminó en un ruido sordo y carnoso.
Dos segundos.
Eso fue tal vez cuántos segundos pasaron.
Santo cielo.
Retrocediendo, di media vuelta, preparada para correr, pero tropecé al ver
a Zoe…
Abajo, la puerta principal se abrió de golpe y se arrancó de las bisagras,
chocando contra uno de los hombres del vestíbulo. Estaba inmovilizada en
el son, que parecía normal durante unos cinco segundos, pero luego se
suelo encendió desde el interior. Una red de brillantes venas blancas apareció
como debajo de su piel. Estática llenó el aire.
un
—Evie... —Zoe no me miró mientras avanzaba—. Necesitas correr.
insec
to Corrí.
aplas
Fui directamente a la habitación de mi madre, la pesada bolsa golpeó mi
tado.
muslo. Alguien gritó de dolor detrás de mí, pero no miré cuando entré en
De
la habitación, atrapé la puerta y la cerré de golpe.
pie
en la Tropezando con mis propios pies, me di la vuelta y me aparté el pelo de la
puert cara. La habitación de mamá estaba oscura –demasiado oscura. Golpeé a
a lo largo de la pared, presionando el interruptor. La luz inundó la
estab habitación. La cortina frente a la ventana se balanceaba con la brisa.
a
Sabía que no estaba pensando con claridad. Más tarde, odiaría haber
Gray
corrido, pero por el momento, nada tenía sentido en mi cabeza. Nada…
—Oh Dios—susurré, tragando saliva mientras escaneaba la habitación de
mamá. Sus zapatillas de deporte estaban metidas debajo del banco al pie
de la cama. Junto a ellos estaban sus zapatillas de gatito borrosas que
eran tan ridículas. Se los había comprado para ella en su último
cumpleaños.
Mi garganta se contrajo cuando las lágrimas llenaron mis ojos. Oh Dios,
314 ella estaba muerta en el piso de mi habitación, y no podía hacer esto. El
amargo mordisco de la pérdida consumía todo, absorbía energía y…
Cortando esos pensamientos, me dije a mí misma que necesitaba unirme.
Tenía que hacerlo, porque solo había dos caminos frente a mí. Sobrevivir o
rendirme, y no quería morir. No quería esconderme. Yo quería pelear.
Para eso estás entrenada...
La voz me dobló cuando un dolor sordo estalló detrás de mis ojos. Era él,
el hombre.
La puerta del dormitorio se abrió, y la intensa mirada de Luc me recorrió
la cara y luego la bajó, deteniéndose en mis brazos y manos. —¿Estás
herida?
—No.—Mis manos temblaban—. La sangre no es... no es mía.
—Entonces, ¿quién…?—La comprensión brilló en su rostro, y él maldijo
rápidamente—. Evie...
La forma en que dijo mi nombre, lleno de tristeza, casi me rompió, porque
era pesado y genuino, y él lo sabía.
—Ella dijo...dijo que vendrían por mí.
Un golpe tocó la pared fuera de la habitación mientras me miraba.
— ndiste.
¿Cóm
o Luc se movió antes de que pudiera rastrearlo. Se sintió como si hubiera
supist pasado un latido del corazón, y luego él estaba justo en frente de mí,
e que apretando mis mejillas. —No tenemos tiempo para nada de eso en este
debías momento.
venir?
Él estaba en lo correcto.
Te
llamé, Me deslicé, poniendo distancia entre nosotros. —Pero...
pero
no —Sylvia me llamó hace una hora, pero estaba...ocupado. Llegué tan pronto
respo como recibí el mensaje, aparentemente en el mejor o el peor momento,
dependiendo de a quién le preguntes.
Eso fue literalmente lo último que esperaba que dijera.
—Ahora, necesito que seas valiente, Evie, como sé que puedes ser, porque
tenemos que largarnos de aquí. Estamos casi fuera de tiempo.
Con el cuerpo temblando, asentí. —Estoy lista.
Algo ruidoso se estrelló fuera de la habitación, y salté, casi esperando que
315 alguien o algo derribaran la puerta.
Luc giró, acechando hacia la ventana. Con un movimiento de su mano, las
cortinas volaron por la habitación. —Esta es nuestra única salida.
—¿La ventana? ¿Cómo se supone que salga de la casa por esa ventana?
El miró por encima de su hombro. —Tú saltas.
Mi boca se abrió. —Sé que fui toda patea traseros sobre April, pero no
creo que pueda saltar por esta ventana.
Giró la cintura y me extendió la mano. —Me aseguraré de que aterrices
con seguridad.
Mi mirada pasó de su rostro a su mano. Sabía que se aseguraría de que no
me rompiera el cuello, pero saltar por una ventana... —¿Qué pasa con
Zoe?
—Ella estará bien—dijo—. Dame tu bolso.
Lo levanté de mi hombro y se lo entregué. Luc lo tomó. —¿Qué tienes en
esto? ¿Un bebé?
—No lo sé. Mamá… —Me quedé sin aliento—. Ella lo empacó.
Él no respondió a eso y dejó caer la bolsa por la ventana. Ni siquiera lo
escuché golpear el patio de abajo –el duro patio de cemento a una
distancia que rompe el cuello. Estaba agachado en el alféizar de la ventana
en menos de un nanosegundo, encaramado allí como si tuviera toda la
habitación del mundo. —Lánzate.
Mi na y luego a su mano. Aturdida, puse mi mano en la suya.
mirad
Porque confiaba en él.
a
rebotó Irrevocablemente
de él
Los dedos de Luc estaban calientes mientras se envolvían alrededor de los
a la
míos. Subí una pierna mientras agarraba el marco de la ventana. Miré
venta
hacia la oscuridad, sintiendo que no podía recuperar el aliento.
Luc se movió, rodeando con un brazo mi cintura. Sus labios rozaron la
curva de mi mejilla. –—Tú vas a estar bien.
Luego se movió.
No hubo tiempo para reaccionar. Se apartó de la ventana. Un segundo
después, estábamos en el aire. Ni siquiera hubo un momento para gritar.
La noche se extendió y nos tragó enteros, arrastrándonos tan rápido que el
316 viento atrapó mi cabello y me lo puso en la cara.
El impacto fue discordante.
Aterrizando sobre sus pies, Luc tomó la peor parte de la caída –una caída
que habría partido las piernas de un humano por la mitad. Ni siquiera
tropezó. Enderezándose, todavía tenía mi mano mientras levantaba mi
bolso. —Tenemos que irnos.
Luc comenzó a correr, y fui con él, sin una oportunidad real de pensar en
el hecho de que acababa de saltar de una ventana de dos pisos y sobreviví.
Los perros ladraron mientras cruzábamos varios metros más. Estaba
jadeando mientras él cortaba el costado de una de las casas a varias de la
mía, corriendo hacia la calle. El sudor se derramó y sentí que mi corazón
iba a salir de mi pecho.
Un SUV oscuro esperaba en la acera. Luc me soltó la mano y abrió la
puerta trasera, y no lo dudé. Trepando al asiento trasero, me sentí aliviada
de ser recibida con el mohawk azul de Kent.
Pero algo estaba mal.
Bajo el resplandor de la luz del techo, pude ver que su labio estaba roto.
Tenía un moretón oscuro y feo en la cara, sobre el pómulo izquierdo.
Agarré el respaldo de su asiento cuando Luc arrojó mi bolso a mi lado. —
¿Estás bien?
—He visto días mejores, dulce conejita.
Luc estaba a mi lado, cerrando la puerta de golpe. —Vamos.
Me giré hacia él. —¿Y qué hay de Zoe? ¿Grayson?
—Saben dónde encontrarnos. —Inmediatamente encontró el cinturón de
seguridad, arrastrándolo sobre mí y enganchándolo—. No vamos a repetir
la Kent se apartó de la acera, disparándose mientras miraba detrás de
últim nosotros, casi esperando ver coches persiguiéndonos. La calle estaba vacía
a y oscura.
vez.
—¿Qué pasó?—Me volví hacia Luc, pensando en la cara de Kent, la
llamada que lo envió al club. Nudos llenaron mi estómago—. Algo pasó.
¿Qué?
Luc se echó hacia atrás, exhalando pesadamente en el silencio. No hubo
argumentos. No hay música a todo volumen. Esto estaba mal. —No fue
solo el oficial Bromberg quien vino. Era él y un maldito ejército cercano de
317 oficiales delGOCA.
Mis manos se deslizaron del respaldo del asiento de Kent.
—La orden ejecutiva —continuó, mirando por la ventana—. No solo
atacaron Foretoken, sino que lo arrasaron. Tomó a todos antes de que yo
llegara allí, y aquellos que no fueron de buena gana...
No.
—¿Quién? —susurré.
—Chas.—La voz de Luc era plana—. Clyde. Ellos… se fueron. Muertos.
No.
—Kent salió. Grayson también.
Pero –siempre había un pero.
—Se llevaron a Emery y Heidi —dijo, con voz aguda mientras sentía que mi
interior comenzaba a ceder—. Por eso estaba ocupado. No en el club sino
en un área de espera. Las saqué. Fue bastante... explosivo, y estoy seguro
de que serán los titulares de las noticias de la mañana.
El alivio me invadió, pero no duró mucho. ¿Titulares mañana? ¿Clyde?
¿Chas? No los conocía bien, al menos no como Evie, pero su pérdida...
Y mamá...
Contuve el aliento tembloroso. —¿Dónde están? Emery y Heidi.
—En algún lugar seguro por ahora. No podemos preocuparnos por ellas en
este momento. —Luc me miró y no estaba segura de cómo se suponía que
no debía preocuparme por ellas, por Zoe. Incluso Grayson—. Ellos sabían.
Se aseguraron de que estuviera ocupado, y luego hicieron su movimiento
por ti. Esto fue una trampa, Evie.
318
28
Traducido por: VivianaG2509
Corregido por: Patty
P
ero ellos fallaron.
Esta fue una configuración masiva, dirigida al lugar de Luc y
al mío, pero no pudieron capturarme ni matarme.
Traté de resolverlo todo. —¿El club? ¿Dijiste que fue arrasado?
—Nada más que humo y brasas ahora —respondió Kent desde el frente—.
Pero ese era Luc.
Luc ya no me miraba. Estaba concentrado en la oscuridad fuera de la
ventana. —Una vez que llegué allí, vi lo que estaba sucediendo y me
aseguré de que no quedara nadie, me enojé un poco. Sin embargo, era
necesario deshacerse de él. Fuimos cuidadosos, pero eso no significa que
no haya evidencia.
¿Cómo el cuerpo de April?
319
Me alrededor del aire vacío. —No fue hasta que llegué a las instalaciones que
acerq tenían a Emery y Heidi en que supe lo que estaba sucediendo en tu casa.
ué,
—¿Cómo? —Retiré mi mano, sosteniéndola contra mi pecho.
coloc
ando —Transmisiones de radio. —La risa de Kent fue sin humor—. Estúpidos
mi comandos. Los escuchamos hablar. Escuché tu dirección.
man
—Y luego vi el mensaje de Sylvia —agregó Luc—. Ella dijo que necesitaba ir
o
a sacarte. Que venían por ti.
sobre
su Me sacudí. —¿Solo sacarme a mí y no a ella?
brazo
. — El silencio de Luc fue suficiente respuesta, y me pregunté si ella incluso
Yo había planeado salir de esa casa. Si ella supiera...
estoy Alejándome de esos pensamientos, me froté las manos con las piernas. —
... lo ¿Era el Daedalus?
sient
o por —Sí—gruñó Luc, y la luz blanca parpadeó sobre sus nudillos—. Fue el
Chas Daedalus.
y
Clyd
e.
Sobr
e
todo.
El camino era un borrón de árboles sombríos y luego casas. Todo lo que
Él sabía era que cuando la camioneta se detuvo en un callejón estrecho
movi detrás de una hilera de casas oscuras, estábamos fuera de Columbia.
ó su
Seguí a Luc fuera del asiento trasero, jadeando y tropezando hacia el
braz
costado de la camioneta cuando Grayson apareció de repente junto a Luc,
o
solo.
hacia
su Saboreé el miedo en mi lengua. —¿Dónde está Zoe?
piern
—Ella está bien—respondió, y quería escuchar más que eso. Necesitaba
a, y
verla.
mis
dedo Luc puso una mano sobre mi hombro, guiándome lejos del SUV unos
s se segundos antes de que Kent se fuera. —¿A dónde va? —le pregunté.
curv
—Para encontrarse con Zoe para conseguir suministros —respondió Luc,
aron
dándome la vuelta—. Él estará de vuelta. Ambos.
320
¿Lo son estaba adelante, desbloqueando y abriendo una puerta. Lo seguimos
haría en silencio, entrando en una pequeña cocina que olía a manzanas
n especiadas. Se adelantaron. Se encendió una lámpara que proyectaba una
ellos? luz mantecosa sobre muebles gastados colocados esporádicamente en toda
—Sí la habitación cerrada.
— Grayson fue a la ventana, deteniéndose para pararse de espaldas a
respo nosotros. Estaba tan quieto como una estatua, casi como si fuera parte de
ndió la habitación, un mueble.
Luc,
capt —¿Por qué no te sientas? —ofreció Luc.
ando Por una vez, no discutí. Me senté y luego me di cuenta de lo débiles que se
mis
sentían mis piernas. Me miré las manos. Cubierta de sangre. De nuevo.
pens
amie La sangre de mamá.
ntos
Apreté mis ojos cerrados. —¿Dónde estamos?
mien
tras —Estamos en una casa segura por el momento.
me
cond —Una casa segura...—Al abrir los ojos, dejé que mi mirada barriera la
ucía habitación de nuevo. Mi cerebro estaba lleno de pelusas, como si se
a hubiera frotado contra una toalla—. ¿Qué están consiguiendo Kent y Zoe?
travé Grayson suspiró tan fuerte que podría haber sacudido las paredes, y luego
s de finalmente nos enfrentó. —Ojalá algo de alcohol muy fuerte.
un
cami No estaba segura si quería ver a un Grayson borracho.
no Mi mirada se enfocó en una foto enmarcada en la mesa al lado de mí.
de Estirándome, lo recogí. Era una foto de una familia –una mamá y un papá,
grava y dos niños pequeños sonriendo con sus caras de querubines.
y
luego ¿Casa segura? ¿O acabamos de entrar en la casa de alguien?
a un
—Necesito saber qué, si acaso, te dijo Sylvia.—Luc se sentó frente a mí al
pequ
borde de una mesa de café de madera rayada—. ¿Puedes decirme?
eño
patio El fondo de mi garganta ardía, pero asentí. —Esperé que regresaras.
. Estaba preocupada y todo, pero terminé quedándome dormida. Lo
siguiente que supe fue que ella estaba allí, sacudiéndome para despertar.
Gray
Eran poco más de las dos.
—Entonces, probablemente ni siquiera treinta minutos antes de llegar allí
—dijo Grayson.
—¿Entonces qué?—Luc se frotó la palma de la mano contra el pecho.
Lo miré con la boca abierta. —Ella me dijo que teníamos que irnos, que
iban a venir y que lo lamentaba. Que las cosas se habían salido de control.
321 Su mirada chocó con la mía, y luego se arrodilló para que estuviéramos a
la altura de los ojos. —¿Dijo ella lo que se le fue de las manos?
S ba asustada. — Me di cuenta de que Grayson se había vuelto hacia
acud nosotros—. Ella dijo que dejaron que esto sucediera, pero perdieron el
í mi control. Ella nunca dijo quiénes eran ellos y le dije que yo...
cabe
Vi mis manos otra vez. Eran más de color óxido que rosa. Tanta sangre. El
za.
siguiente aliento que tomé se atascó mientras bajaba mis manos a mi
—No,
regazo. La mirada de Luc siguió mis movimientos. Estaba vagamente
pero
consciente de que él estaba de pie y alejándose, dejándome en la
ella
habitación con Grayson.
dijo
que Lo cual era como estar sola.
este
Grayson volvió a mirar por la ventana otra vez, y se veía tranquilo en este
ha
momento, relajado, pero la tensión se derramó de él. El aire entraba y salía
sido
de mis pulmones. Casi esperaba que la familia propietaria de esta casa
el
entrara en cualquier momento y se asustara. Llamarían a la policía, y
plan
luego Grayson se convertiría en una bombilla alienígena y la gente saldría
todo
lastimada nuevamente.
el
tiem La gente moriría.
po.
Ella Más personas morirían esta noche.
estab Apreté mis ojos cerrados, los apreté hasta que comencé a ver manchas
a blancas de luz. Tal vez esto fue una especie de pesadilla.
divag
ando Todavía estaba en la cama y me iba a despertar. La vida sería denueva
. normalidad. Mamá estaría abajo, preparándose para el trabajo en sus
Nunc zapatillas tontas, y yo le preguntaría sobre el suero y la Onda Cassio, y ella
a la tendría una explicación lógica para ello. Ella siempre lo hacía.
he Pero esto no era una pesadilla, y era una tontería incluso entretener el
visto pensamiento, porque la realidad se acercaba rápidamente, en la cantidad
así. de tiempo que se tardaba en apretar un gatillo invisible.
Esta
No habría despertar de esto.
Esta era la vida.
Estaba sucediendo
Demasiados pensamientos estaban corriendo, todos ellos compitiendo por
la atención. Lentamente, abrí los ojos. La habitación se nubló un poco
cuando las palabras de mamá volvieron a mí.
s
e
e
c
h
ó
r
e
í
r
.
—
W
o
w
.
D
e
s
e
a
r
í
a
h
a
b
e
r
l
a
Los minutos pasaron mientras esperábamos a que regresaran Zoe y Kent,
y cada minuto parecía una hora en esa sala de estar. Grayson había vuelto
a mirar por la ventana y no habló. Tampoco Luc.
326 Pero en algún momento, Luc regresó a donde estaba sentado en el sofá, y
se quedó callado cuando me acercó a su regazo y cruzó sus brazos a mí
alrededor. No hubo palabras mientras guiaba mi mejilla hacia su pecho y
apoyaba su barbilla sobre mi cabeza.
Todo lo que él podía ofrecerme en estos momentos eran las mismas cosas
que yo podía ofrecerle. Estar allí. Comodidad. Cercanía. No cambiaba nada
de lo que sucedió, no disminuyó la pena o la confusión o la ira que corrían
por mis venas como ácido de batería, pero ayudó. No estaba sola. Tampoco
él.
Un temblor me recorrió, rodando desde la punta de mis dedos hasta los
dedos de los pies. Mi garganta pareció encogerse. Mantenlo junto. Lo repetí
una y otra vez hasta que sentí que podía respirar de nuevo. Necesitaba
priorizar y concentrarme. Las cosas tenían que hacerse.
El aliento que tomé se sintió tan frágil como el cristal. —Tenemos que
llamar a alguien para que cuide a mamá.—Levanté la mejilla—. No puedo
dejarla allí. Tenemos que llamar a alguien.
—Está bien.—Las manos de Grayson estaban en sus caderas—. Esta es
probablemente una pregunta retórica, pero ¿eres una idiota?
—Cuidado—advirtió Luc, su mirada se estrechaba en el Luxen—. No estoy
de humor para explicar lo imprudente que sería irritarme en este
momento.
Las fosas nasales de Grayson se dilataron.
—No soy una idiota. —Me giré hacia él—. No puedo dejar a mi madre
simplemente acostada allí. Sé que suena loco, pero no lo entiendes. Ella
estaba…
—¿Crees que no entiendo lo que es dejar que los cuerpos de mis seres
queridos se pudran? —Un resplandor blanquecino rodeó a Grayson y
contuve el aliento—. ¿Que eres la única que ha tenido que vivir sabiendo
que no puedes hacer nada para darle a tu familia el más mínimo respeto?
Odio decírtelo, pero no eres la primera ni la última en pasar por eso.
327
— eso.
Eso
No podía ver a Grayson, pero sabía que se había alejado de Luc, porque
es
estaba junto a la ventana otra vez, y sacudí la cabeza. —Lo siento —
sufici
susurré—. No lo sabía.
ente.
—En El silencio me saludó.
un
Enderezando mis manos, presioné las puntas de mis dedos en mis
segu
rodillas. Tendría que dejarla allí. Nadie que la quisiera para cuidarla. No
ndo,
hay funeral. Nada. Eso era mucho con lo que lidiar. Incluso para mí.
me
dejar —Lo es. —Luc estaba a mi lado otra vez—. Pero piensa de esta manera.
on Sylvia te quería a salvo. Ella no quiere que hagas nada para poner en
en el peligro eso.
sofá
y Luc Antes de que pudiera responder, Luc se volvió, mirando la parte trasera de
estab la casa. Grayson dio un paso adelante. Me tensé cuando escuché una
a puerta cerrarse y me relaje cuando vi que eran Zoe y Kent.
frent —¿Cómo te sientes? —Ella vino inmediatamente a donde estaba sentada
e a mientras Kent se dirigía a Luc, hablándole con una voz que era demasiado
mí—. baja para que yo la escuchara. La preocupación llenó su expresión
Sabe mientras colocaba sus manos sobre mis hombros—. ¿Evie?
s de
prim Podía sentirlo, esto desmoronándose dentro de mí. Lo atrapé a tiempo,
era volviendo a juntar todas esas piezas. –—Estoy bien.
man No parecía que ella creyera eso en absoluto.
o
cómo —¿Y tú?—le pregunté—. ¿Te lastimaste cuando aparecieron en el club?"
es Zoe sacudió la cabeza. —No. Estoy bien. Salí, pero...
ver
la luz —¿Has visto a Heidi? ¿Emery? ¿Están bien?
apag —Si. Lo están. Heidi está asustada, pero está bien. —Miró a Grayson, que
arse. había vuelto a mirar por la ventana como un perro esperando al cartero—.
Ella Fui a tu habitación...
solo
acab Aire alojado en mi garganta.
a de —Lo siento mucho, Evie. Si hubiéramos llegado más rápido...
pasa
r por Si hubieran llegado antes, ¿habría cambiado algo? No lo sabía. Nunca lo
sabría.
328
—¿A nte, si hubiera dicho que íbamos a la luna, no me habría sorprendido más.
dónd
Una risa seca se me escapó. —¿Qué?
e
vamo —Vamos a Houston." Luc dio un paso adelante—. Ese es el lugar más
s seguro que conozco. Hay personas allí que pueden ayudarnos a descubrir
ahor qué ha sucedido.
a? —
La confusión se apoderó. —La zona 3 no es nada. Es un páramo —
preg
dije. Houston fue una de las ciudades absolutamente destruidas por las
unté,
bombas de pulso no nucleares. Fueron evacuados y amurallados—. ¿Por
mira
qué demonios estaríamos yendo allí?
ndo
alred —No tienes idea de lo que hay más allá de los muros, en esas ciudades.—
edor Luc inclinó la cabeza—. Es donde tomamos los Luxen no registrados.
de la Bueno, uno de los lugares. También es donde viven Daemon y Dawson.
habit
ación No entendí —¿Cómo? Ellos dijeron…
. Toda la ventana de la sala delantera explotó, enviando fragmentos de
Kent vidrio volando. Zoe gritó cuando fue golpeada hacia atrás.
se
sentó Un terror cegador rugió a través de mí mientras me disparaba hacia
en el adelante. —¡Zoe!
braz De la nada, un brazo me enganchó alrededor de la cintura y me arrastró
o del contra un arcón duro. Luc. Ni siquiera lo había visto moverse.
sofá.
Me esforcé, agarrando su brazo. —¡Déjame ir! Zoe está…
—
Vam —Ella está bien—dijo, abrazándome fuertemente a él—. Mira, ella está
os a bien.
la Estaba buscando, pero me tomó largos segundos para que todo tuviera
Zona sentido visual. Zoe estaba agachada. Grayson sostenía algo en su mano.
3 — Estaba mirando por encima de la mesa de café, frotándose el hombro.
respo
ndió —Una roca —dijo Grayson, sonando desconcertado—. ¿Una roca?
Zoe, Kent estaba boca abajo, en el suelo. Su mirada pasó de Grayson a
y nosotros. —Estoy tan confundido.
since
rame —Eso dolió—dijo Zoe, y mis piernas casi se rindieron.
—Bueno...—El brazo de Luc era como una banda de acero alrededor de mi
cintura. Su pulgar se movió a lo largo del costado de mi costilla en un
círculo lento y relajante—. Eso es inesperado.
Todavía estaba agarrando su brazo. —¿Tú crees?
Grayson se puso de pie lentamente, y luego no fue más que un borrón.
Terminó en la puerta principal, la mayor parte de su cuerpo oculto
329 mientras miraba por la pequeña ventana. —No veo nada… ¡Oh, mierda!—
Se deslizó en su forma Luxen, convirtiéndose en una bombilla con forma
hum a. Una ráfaga de aire caliente se estrelló contra nosotros. Sentí que mis
ana pies abandonaban el piso cuando un grito se atoró en mi garganta. Las
en el paredes temblaron. Polvo empolvado en el aire. Las ventanas explotaron y
mom ya no podía sentir a Luc detrás de mí.
ento
Golpeé el suelo sobre mis rodillas. El instinto estalló en la vida. Lancé mis
exact
brazos hacia arriba, sobre mi cabeza, justo cuando algo cayó sobre mí.
o en
¿Pedazos de la pared? Paneles de yeso. Gruñí cuando me golpeó la
que
espalda, derribándome. El aire se volvió espeso de inmediato, cubriendo mi
la
garganta y dificultando la respiración.
puert
a ¿Acabamos de ser bombardeados?
explo
Con las orejas sonando, me asomé por el espacio entre mis brazos. El
tó
humo blanco entró en la sala de estar y no pude ver más de un pie delante
por
de mi cara. Con el corazón palpitante, comencé a gritar, pero mis
sus
pulmones se apretaron. Toses profundas y estremecedoras me
bisag
consumieron cuando me moví de lado. Los escombros se me deslizaron.
ras.
Con los ojos llorosos y espasmos en el cuerpo, me aclaré la garganta. —
Luc ¿Zoe? ¿Luc? —Pensé que había gritado, pero el sonido seguía siendo muy
mald fuerte.
ijo
Al examinar la habitación destruida, vi dónde había estado la mesa de
cuan
café. Estaba hecha pedazos, con las piernas arrancadas. No se encontraba
do
a Zoe por ninguna parte. Miré a la derecha y creí ver a alguien tropezar
me
con sus pies. Era solo una forma.
agarr
ó, El pánico se apoderó con garras afiladas mientras yo trepaba por el suelo,
presi buscando a Luc. ¡Ahí! Algo estaba extendido por el suelo cerca de las
onán escaleras. No podría ser él –de ninguna manera.
dome
contr —Luc—gruñí, comenzando a levantarme, tratando de levantarme.
a el
suelo
. Un
segu
ndo
desp
ués,
otra
explo
sión
sacu
dió la
casa
–la
casa
enter
Del humo espeso y nublado, una figura alta vino hacia mí. Al principio
pensé que era Grayson, tal vez incluso Kent, pero a medida que la forma se
acercaba, separando el humo, vi lo que tenía en la mano y me señaló.
El cañón de una pistola.
330
29
Traducido por: Lixeto
Corregido por: Patty
l
E hombre tenía una máscara negra de ski, cubriendo su rostro
por completo. Todo mi ser se concentró en la punta del arma
mientras mi corazón parecía detenerse en mi pecho.
Iba a morir, y la gente mentía.
No vi mi vida pasar frente a mis ojos. No hubo un álbum mental de fotos,
resaltando los mejores momentos. Todo lo que veía era el cañón del arma.
La mano enguantada que la sostenía. Una mano que no se sacudía. Ni
siquiera un temblor. Él la sostenía como si hubiese apuntado un arma a
una chica adolescente cientos de veces.
Un estremecimiento rodo sobre mi piel, mientras veía que su dedo índice
se sacudía, y entonces, apretó el gatillo mientras bajaba el arma,
apuntando al centro de mi pecho. El disparo sonó como un trueno.
Levanté mi mano por puro instinto, como si mi mano pudiera de alguna
manera detener la bala.
Esperé el dolor. El sangrado, y el dolor final.
Pero, no llegó.
El hombre estaba observando el arma. ¿Había fallado?
—¿Qué demonios?—preguntó con voz apagada.
No cuestioné mi suerte.
Agarrando el pesado trozo de paneles de yeso que había caído sobre mí,
331 me puse de pie y balanceé el pedazo de la pared tan fuerte como pude. Se
conectó con su brazo, rompiéndose por la mitad. El hombre gruñó y el
arma volvió a disparar, esta vez la bala atravesó el suelo junto a mí.
Di un paso hacia atrás con las manos vacías, mientras el humo y
polvo caían. Mi mirada salvaje buscó alrededor buscando otra arma. Su
mano se extendió, y ni siquiera vi venir el golpe.
El dolor al rojo vivo estalló a un lado de mi cabeza. Vi estrellas detrás de
mis ojos. Gritando, me tambaleé a un lado, mareada y con náuseas. Mis
rodillas golpearon el suelo.
Santo cielo, el hombre golpeaba como un boxeador profesional.
Un rugido invadió mis sentidos, y por un segundo, pensé que tal vez un
tanque entraba por la casa. En este punto, todo era posible, pero el
sonido... era en parte animal, en parte humano. Un sonido de pura rabia
primitiva que se desata. La electricidad llenó el aire, explotando y
crujiendo.
Levanté la cabeza, haciendo una mueca cuando la habitación pareció girar
y girar. Sin previo aviso, una figura apareció frente a mí, parada como un
centinela furioso, hombros anchos y piernas extendidas.
EraLuc.
Él era la fuente del sonido—La fuente de esa furia devastadora. La
casa comenzó a temblar de nuevo. Jadeando, caí contra la pared
destruida.
—Eso fue un gran error —gruñó Luc.
Las tablas del suelo se sacudieron. Partículas de polvo se elevaron en el
aire, seguidas de trozos rotos de pared. Una luz blanca y luminosa llenó
las venas a lo largo de los antebrazos de Luc. Estática cargó el aire. Se
levantaron piezas de muebles, succionados hasta el techo.
Ese era Luc, todo Luc, y ese tipo de poder era insondable.
El hombre enmascarado tenía un deseo de muerte. Giró el arma hacia Luc,
y Luc... se echó a reír. Una risa profunda y desafiante que me pusó los
pelos de punta. Las palabras de Micah volvieron a mí a toda prisa.
Todos éramos estrellas negras, pero Luc era la más oscura…
332
El No creo que necesites esto.
arma
Entonces Luc abrió su mano.
salió
volan Nada más que polvo tamizado a través de sus largos dedos, cayendo
do de silenciosamente al suelo.
la
—Cristo.—El hombre enmascarado retrocedió un paso.
man
o del Hice eco del sentimiento.
hom
bre La luz blanca parpadeó sobre los nudillos de Luc, saliendo y escupiendo
enm electricidad. Avanzando, me empujé con las manos y me puse de pie.
ascar Luc levantó su brazo. Un poderoso rayo de energía surgió de su palma,
ado, golpeando el pecho del hombre. La explosión lo levantó en el aire y lo hizo
aterri girar hacia el suelo a varios metros de distancia.
zand
o en El hombre enmascarado aterrizó en un montón deshuesado y humeante.
la de Sin espasmos. Sin gemidos. El hombre estaba muerto en el momento en
Luc. que la luz lo golpeó.
Los
músc Luc comenzó a girarse hacia mí, pero escuché a Zoe gritar su nombre. Se
ulos detuvo justo cuando varios hombres, más de media docena, entraron por
se donde una vez estuvo la puerta principal y se extendieron por la
flexio habitación.
naro Estos hombres se parecían a los que habían entrado en mi casa, vestidos
n a de negro, con los mismos rifles de cañón largo.
lo
largo Zoe salió de la nada, saltando sobre el sofá volcado como una maldita
de su gimnasta olímpica. Era rápida, nada más que una mancha de rizos y
espal extremidades largas cuando apareció frente al asesino más cercano.
da y Arrebatando el rifle de las manos sorprendidas del hombre, lo giró como
hom un bate de béisbol, golpeando al pistolero enmascarado en la cabeza. El
bros. hombre cayó y dudé de que volviera a levantarse.
Meta Como un rayo, se hundió mientras otro disparaba. Su mano salió
l disparada, agarrando la pantorrilla del hombre. Gritó, dejando caer el rifle.
moli Se le doblaron las rodillas cuando se convirtió en una radiografía viva. Sus
do huesos se iluminaron debajo de su piel.
junto
. — Un rayo de pura energía atravesó la habitación y se estrelló contra otro
pistolero. Vino de Grayson. Estaba de pie, en modo Luxen, pero Luc...
333
Se os del suelo.
levan
Nunca lo había visto hacer eso.
taba
del —¿Han visto la primera película de los X-Men?—preguntó Luc, hablando
suelo como si estuviera discutiendo sobre el clima—. Es vieja, pero una de mis
por favoritas. Si me preguntan, una de las mejores escenas cinematográficas
vario en toda la historia del cine estuvo en esa película.
s
Lo miraron fijamente, retrocediendo lentamente mientras en algún lugar, a
metr
lo lejos, las sirenas sonaban.
os.
Me Pude escuchar la sonrisa en la voz de Luc cuando dijo—: Voy a recrearla.
trope
cé Luc levantó las manos.
con Todos los fusiles volaron de las manos de los atacantes, luego se
pane detuvieron en el aire. Los fusiles se voltearon y se volvieron contra sus
les dueños.
de
yeso Había visto esta película.
rotos Yo conocía esta escena.
, con
la Dudaba mucho que hubiera un profesor X que entrara aquí.
boca —¿Zoe? —dijo Luc.
abier
ta. Una cálida mano se curvó alrededor de la mía y miré. Zoe ahora estaba
Esta parada detrás de mí, su cara y cabello cubiertos de polvo. Ella habló, pero
ba no pude escuchar las palabras saliendo de su boca, sobre el golpeteo de mi
susp sangre. Cuando ella comenzó a moverse, comenzó a tirar de mí hacia
endi adelante, y fui con ella.
do Esquivando muebles caídos y paredes destruidas, entramos en lo que
en el quedaba de una cocina. Las puertas del armario estaban abiertas, e
aire, incluso aquí, los artículos habían subido al techo. Ollas y sartenes.
flota Utensilios, todo el metal estaba doblado por la mitad, como si tratara de
ndo ser absorbido por el techo.
a
vario —Tenemos que irnos. —Kent apareció, abriendo la puerta de malla, y esta
s se desprendió de sus bisagras, colgando torcida. La sangre manchaba la
metr piel debajo de su labio inferior, y no estaba segura de sí era de antes o no.
Me alegré de verlo aún de pie.
Zoe salió corriendo de la cocina, agarrándome fuertemente de la mano. Sin
embargo, busqué, mirando hacia atrás a través del desastre. —¿Qué pasa
con Luc?
—Estará bien. —Zoe salió al aire fresco de la noche, pero me aferre al piso
con mis pies.
—No lo voy a dejar—le dije.
334 —Estará bien. Te lo juro… ¡Cristo! —jadeó cuando liberé mi brazo de su
agarr una serie de lo que sonó como fuegos artificiales, una rápida sucesión de
e, estallidos y golpes, uno tras otro.
hacié
No sabía qué sentir mientras estaba parada allí. ¿Simpatía por estos
ndol
hombres? ¿Empatía? No. No sentí nada de eso. Estaban aquí para
a
matarnos.
trope
zar. Luc estaba de repente frente a mí, apareciendo del polvo. Las pupilas de
sus ojos ardían brillantemente cuando su mirada se clavó en la mía.
Me
di la Con el corazón palpitando, levanté la mano con la palma hacia arriba.
vuelt
Su mano se cerró sobre la mía, y luego estábamos corriendo por un patio
a y
trasero estrecho, empujando a través de la maleza y la hierba. Pasamos
estab
por un cobertizo deteriorado, apareciendo en un callejón.
a a
medi Zoe se detuvo repentinamente adelante. Un SUV de gran tamaño estaba
o estacionado detrás, encendido. Pintado de blanco y definitivamente lo
cami suficientemente grande como para acomodar a un equipo de béisbol, sabía
no que este no era en el que me había metido antes. Este era un Yukon. No
de sabía mucho sobre autos, pero sabía que estas cosas eran
regre extremadamente caras.
so a
travé —¿Cómo conseguiste este auto? —le pregunté.
s de —Utilicé habilidades y mi increíble cuenta de crédito. —Kent se subió al
la asiento del conductor y se pasó la mano por el labio—. Entra.
puert
a —¿Tu habilidad es robo de autos?
cuan Zoe abrió la puerta de atrás, indicándome que subiera. —Entre otras
do cosas.
escu
ché Por el momento, robar un automóvil era definitivamente la menor de mis
preocupaciones. Entré, y segundos después, Zoe estaba a mi lado,
cerrando la puerta de golpe, y Luc estaba cruzando el otro cuando
Grayson se situó en el asiento delantero.
Nadie dijo nada cuando el SUV salió del callejón y salió a la carretera
principal, disminuyendo la velocidad cuando varios autos de policía
pasaron junto a nosotros y se dirigieron a la pobre y destruida casa
Dejamos atrás los barrios silenciosos y tranquilos y salimos a la carretera,
335 acelerando.
Miré a Luc. Estaba mirando por la ventana, su perfil como si estuviera
hecho de piedra. La tensión irradiaba de él.
—Debería haber mantenido vivo a uno de ellos —se quejó Grayson,
moviéndose en el asiento—. Me imagino que podríamos haber hecho
hablar a uno de ellos.
Mi cabeza se giró en dirección a Grayson. —No creo que hayamos tenido
tiempo para eso.
Luc tartamudeó mientras colocaba suavemente su mano sobre mi mandíbula,
me sus dedos fríos rozaban mi sien, justo donde el dolor estalló por el golpe
miró que había recibido.
lenta
El toque apenas estaba allí, no exactamente no deseado, pero
ment
definitivamente provocando un alboroto de respuestas en mí. Respiré
e. En
hondo y luego lo sentí. El calor irradiaba de la punta de sus dedos, y
la
retrocedí, chocando con Zoe. Me estaba curando, y no era necesario.
oscu
Estaba bien, pero él estaba pensando en mí, siempre pensando en mí, y
ridad
me incliné, colocando mis dedos a lo largo de su mandíbula.Pasó un
del
momento, y luego sus dedos desaparecieron de mi mejilla. Me aparté,
SUV,
escaneando su rostro. Las sombras se deslizaron por las facciones de Luc
su
cuando se retiró, mirando por la ventana una vez más, y no hubo nada
mira
más que silencio por kilómetros y kilómetros.
da
recor Fue Kent quien rompió el silencio, primero al intentar jugar un juego de I
rió Spy21 con Grayson, lo cual era imposible por dos razones. Uno, afuera
mi estaba completamente oscuro y no podíamos ver nada, y dos, Grayson no
rostr estaba interesado. Ni remotamente. Estaba bastante segura de haber
o. Mi escuchado a Grayson amenazar con golpear a Kent en un área que
coraz garantizaría que Kent tenga dificultades para ir al baño.
ón
Entonces Kent encendió la radio.
21
Yo espió (También conocido en varios países como: Veo Veo) Consiste en mirar a tu alrededor y
la otra (u otras) personas han de adivinar qué es lo que espías.
Para consternación de todos, se instaló en una estación que tocaba música
country.
Huh. Nunca lo habría adivinado.
Se produjo una discusión, que terminó cuando Grayson amenazó con
matarlo, y entonces la radio fue apagada, y entonces todo estuvo silencioso
de nuevo, e intenté no enfocarme en 4 cosas:
336 Mi mamá.
El silencio anormal y estoico de Luc.
El paradero de Heidi y Emery.
La necesidad abrumadora de ir al baño.
Mire a Luc, deseando que estuviéramos en un lugar más privado donde
pudiéramos hablar. Algo estaba mal con él, y sabía que eso tenía que ver
con lo que sucedió en la casa y en su club. Él había asesinado a esos
hombres, él había tenido que hacerlo, pero sabía que eso lo estaba
molestando, como también lo hacía la perdida que sufrió esa noche. Él me
había dicho que algunas muertes no lo afectaban, sin embargo, otras sí lo
hacían, y yo tenía la sospecha de cómo lo estaban afectando los sucesos
recie ud se enfrentó con la necesidad de encontrar un orinal. Habían
ntes.
estado viviendo, personas respirando.
L
Personas que probablemente tenían familias. Personas, imaginé, que se
a levantaban todas las mañanas, tal vez tomaban café y miraban las
noticias. Gente que probablemente le gustaba el pastel de chocolate y el
bistec. Gente que quería acabar con mi vida.
i
Gente que había acabado con la vida de mi madre antes de que tuviera la
n oportunidad de conocerla realmente, porque cuando me senté en el Yukón,
encajada entre Zoe y Luc, me di cuenta de que nunca la conocí.
q
Realmente no.
u
Solo supe lo que mamá me había mostrado.
i
Y ya era hora de admitir que la mayoría de lo que mamá me había
e
mostrado era una mentira, como April. ¿Cómo había llamado April a la
t mujer que pensé que había sido su madre? Su manipuladora. ¿Era eso lo
que también era mi madre? ¿Una manipuladora?
Un bulto se formó en mi garganta haciendo que me esforzara mientras
miraba el perfil de Luc, dejando de lado mis propios problemas. Estas
muertes lo estaban afectando, y esas personas... no habían sido buenas.
Lo creía en mi corazón.
Aclarándome la garganta, me froté las rodillas con las manos. —
Entonces... um, ¿a dónde vamos? Quiero decir, sé que dijiste Houston,
337 pero ¿cuánto tiempo tomará eso?
—Conducir sin parar tomaría un poco más de veinte horas. —Zoe levantó
una pierna y la apoyó contra la puerta. Ella bostezó y supuse que tomar
un vuelo estaba totalmente fuera de discusión—. Tomará unas cuantas
horas, dependiendo del tráfico
—La hora pico nos alcanzará en algunas de las ciudades grandes. —
intervino Kent desde el volante.
—No vamos a ir directamente por ese camino —dijo Luc, y probablemente
fue la primera vez que dijo en más de una hora—. No podemos.
Me giré hacía él. —¿Puedes explicarte mejor?
No me miró y pensé que tenía los ojos cerrados. —No podemos
simplemente pasar a la Zona 3 y llamar a la puerta.
Kent se rio entre dientes. —¿Hay incluso una puerta para llamar?
—¿Has estado allí? —le pregunté.
—Vengo de allí.
Tantas preguntas salieron a la superficie, pero Luc volvió a hablar. —
Tenemos que hacer unas... llamadas. Asegurarnos de que se sepa sobre
nues mantener un bajo perfil durante un par de días.
tra
—Vamos al ATL. —La cresta de Kent se balanceaba—. A Hot-lanta 22, que
llega
rima con Mylanta. Y santa. Ah, y con Fanta 23. —Hizo una pausa—. Dios,
da.
haría cosas sucias y desagradables por algunas Fanta en este momento.
Tend
¿Y tú, Evie? Nunca he preguntado ¿Te gusta la Fanta?
remo
s que Lo miré fijamente. —No la he probado.
22
Canción de The Allman Brothers Band
23
Fanta es una marca de refresco con gas, propiedad de la compañía The Coca-Cola Company
—¿Qué? Eso es lo primero que haremos cuando lleguemos a Peach tree 24.
Voy a conseguirte un poco de Fanta. Es como un orgasmo de fruta
carbonatada en la boca.
Mis ojos se abrieron. Las imágenes que estaban en mi cabeza…
—Dios—murmuró Zoe por lo bajo—. En realidad no vamos a Atlanta, sino
a uno de los suburbios.
338 Mi estómago tomó ese momento para recordarme que en realidad había
cinco cosas que estaba tratando de ignorar.
Luc levantó la cabeza de la ventana e inclinó su cuerpo hacia el mío. —
¿Hambrienta?
No tenía sentido mentir. —Sí.
—Detente en la próxima estación de servicio o paradero —ordenó.
—Sí, señor. —lo saludó Kent.
—¿Seguro que es una buena idea? —Grayson retiró las piernas del tablero
—. Solo estamos en Virginia. No tan lejos.
—Hacemos una parada rápida y volvemos a la carretera. —Luc se inclinó
hacia delante y apoyó los brazos sobre los muslos—. Deberíamos estar
bien.
Deberíamos no sonaba exactamente tranquilizador.
—Lo haremos bien—dijo Zoe.
A partir de ese momento, la conversación giró en torno a los diferentes
tipos de Fanta que Kent insistió en que debía probar, y honestamente,
Dios, solo pensé que había un tipo. Unos quince minutos después, tomó
una salida cerca de Richmond, y terminamos en el estacionamiento de un
gran Exxon abierto toda la noche. Solo había otro auto en el
estacionamiento.
Zoe e el brazo, llamando mi atención. Ella ya había salido y estaba inclinada
me sobre el asiento. —Tu bolso está en la parte de atrás. Es posible que
tocó desees tomar una camisa limpia antes de dirigirte allí.
ligera
Al principio no le entendí, pero luego miré mi camiseta y vi las manchas
ment
oscuras en mi pecho y estómago. Sangre.
24
Dos opciones probables: Es un árbol conocido como: melocotonero. Pero, parece que también es
un restaurante/Tienda de regalos cerca de Main Street.
Sí. Eso atraería atención no deseada.
Reprimiendo un estremecimiento, asentí y salí. Al levantar la vista, vi que
Grayson y Kent ya estaban cruzando el estacionamiento, entrando al
lugar. Zoe se demoró al otro lado, dándome la espalda mientras miraba el
camino. Mis piernas se sentían temblorosas mientras caminaba hacia la
parte trasera del Yukón. La escotilla ya estaba abierta, y mi bolso morado
339 estaba allí.
La bolsa que mamá había empacado.
Parpadeé rápidamente, luchando contra la humedad que se acumulaba en
mis ojos mientras abría con cuidado la cremallera y abría los costados. El
sobre de dinero todavía estaba allí, al igual que el pasaporte... y Diesel.
Tratando de no pensar en las manchas a lo largo del sobre o en cómo todo
se metió en esta bolsa, saqué la primera camisa que vi. Después de
asegurarme de que la costa estaba despejada, me quité rápidamente la
camisa arruinada, planeando tirarla al basurero más cercano o tal vez
quemarla. Uno de los dos. Me puse la camisa nueva, inhalando el aroma
del detergente.
El dolor se apoderó de mi pecho, tan real y tan fuerte. Casa. Mi camisa
olía a casa, a mamá.
Corté esos pensamientos y comencé a cerrar la bolsa, deteniéndome de
repente cuando pensé en mi teléfono. ¿No lo había dejado caer en mi
bolso?
—No encontrarás tu teléfono —dijo Luc.
Jadeando, me di la vuelta, colocando una mano contra mi pecho. —Cristo,
me vas a dar un ataque al corazón.
—No quisiera que eso suceda. En serio. —Dio la vuelta por la parte trasera
del SUV—. Destruimos tu teléfono cuando llegamos a la casa en Columbia.
Probablemente no lo suficientemente pronto. Después de todo, nuestra
ubicación fue descubierta con una rapidez que fue impresionante.
Meses atrás, me habría vuelto loca si mi teléfono hubiera sido destruido.
Quiero decir, mi teléfono tenía todo. Incluso un juego de Candy Crush que
había estado jugando durante aproximadamente dos años seguidos,
alcan 935. ¿Pero hoy?
zand
Solo suspire. —Bueno.
o un
nivel Luc apoyó su cadera contra el SUV. Estaba callado mientras yo
de acomodaba la ropa. —Tenía que hacerlo —dijo finalmente.
Cerrando mi bolso, lo enfrenté. Sabía exactamente de qué estaba
hablando. —Sé que lo tenías que hacer. Sé que eso suena duro, pero tenía
que suceder. Nos iban a matar…
—El hombre que tenía su arma contra ti no tenía balas cargadas en su
arma. —Sus brazos se cruzaron sobre su pecho—. Era una especie de
tranquilizante. No estaban planeando matarte.
340 La conmoción me recorrió. —¿Por qué eso se siente peor que ellos
queriendo matarme?
—Porque lo es.
Un escalofrío me atravesó. Daedalus no me quería muerta.Solo me querían,
y sabiendo lo que sabía, eso sería peor que la muerte. Aparté esos
pensamientos, porque ¿qué podría hacer al respecto ahora? Nada. Di un
paso hacia Luc. —¿Estás bien?
Luc no respondió por un largo momento. —No son sus muertes las que me
molestan, Evie. En el momento en que vinieron por ti, eso fue todo para
ellos. No iban a salir de ahí. Ni siquiera es lo que sucedió en Foretoken.
Perder a Chas y a Clyde me va a comer, no hay duda en ello, pero lo que te
está sucediendo ahora es mi culpa.
Se me revolvió el estómago.
—Te hice esto —dijo—. Te hice esto para salvarte, y todo lo que he hecho
es ponerte en la mira del Daedalus.
341
30
Traducido por: Lixeto
Corregido por: Patty
342
estir debí haberlo hecho, porque después de un tiempo, me encontré
ándo acurrucada al lado de Luc. La luz del día entraba por las ventanas cuando
se todos mis sentidos se activaron y comenzaron a funcionar nuevamente.
mien
El pecho de Luc subió y cayó profundamente debajo de mi mano. Estable.
tras
La mano sobre mi cadera estaba quieta. Estaba dormido y no quería
yo
despertarlo. No me atreví a moverme o respirar demasiado fuerte. Mi
mira
mirada se movió desde el respaldo del asiento.
ba
por Y directo a los ojos azules ultra-brillantes de Grayson.
la
Contuve el aliento, pero logré no moverme.
venta
na, Grayson estaba mirando alrededor de su asiento, mirándome, a nosotros.
obser Whoa ¿Cuánto tiempo había estado haciendo eso?
vand
o los —Espeluznante —articulé.
valle Él sonrió y mi nariz se arrugó. La amplia sonrisa de oreja a oreja era aún
s más espeluznante. Su mirada se alzó, y luego comenzó a darse vuelta,
cubie dejándome para pensar cómo sentarme sin despertar a Luc. Solo tendría
rtos que ser sigilosa, como un...
de
árbol El pulgar unido a la mano en mi cadera se movió. El aire se enganchó en
es mi garganta. El movimiento no fue una contracción. Oh no, fue un
pasa deslizamiento lento y muy controlado del pulgar sobre la curva de mi
r cintura, provocando una serie aguda de hormigueo en mis piernas y en mi
borro costado.
sos. Volví a mirar el asiento frente a mí, mi respiración ahora era rápida y
No superficial.
recor Luc estaba... estaba dibujando... ¿símbolos? Un círculo perezoso.
daba Una estrella. ¿Una… &?
habe
rme Definitivamente estaba despierto.
qued Cada parte de mi ser se centró en ese pulgar, sin dejar espacio para
ado pensar por qué estaba aquí, a dónde nos dirigíamos o qué había sucedido.
dorm Mi cerebro se había retirado oficialmente, entregando el control a mi
ida, cuerpo, y mi cuerpo estaba lleno de curiosidad.
pero
Luc dibujó un chulito.
Una tensión cálida y embriagadora me invadió, y dentro de mis zapatos,
mis dedos de los pies se curvaron. Luc apenas me tocaba y mi corazón
seguía acelerado.
Mis ojos se cerraron e inmediatamente la vi, mi madre en su verdadera
forma, yaciendo muerta en el piso de mi habitación. La tristeza atravesó la
agradable bruma. Me puse rígida mientras mis pensamientos vagaban de
343 eso a otro choque de trenes. Después de lo que sucedió con April, supe que
pasaría un tiempo antes de que mi vida volviera a la normalidad. Si es que
algu esas dos vidas. Pero mientras yacía allí, acurrucada contra Luc, escapando
na a una ciudad en la que nunca había estado y luego a otra que creía
vez destruida, me di cuenta de que tal vez sabía por qué Luc no había querido
lo incluirme en lo que hacía en el club.
hací
No había lugar entre esos dos mundos. Estabas dentro o fuera, y ahora no
a.
había otra opción. Ahora lo sabía muy bien.
Supu
se Su mano se detuvo.
que
Respirando lentamente, respiré hondo, volví la cabeza y miré hacia arriba.
tenía
algu Sus ojos color amatista se encontraron con los míos. —Oye.
na
—Hola—gruñí.
esper
anza —Lo siento —susurró, y supe que estaba hablando sobre cómo no había
de tenido opción en esta situación. Tal vez ni siquiera necesitaba echar un
pode vistazo a mis pensamientos para saber a dónde iban.
r
volve Me incorporé, apartándome el pelo de la cara, sin sorprenderme al
r a la descubrir que se sentía como si una ardilla hubiera anidado en él.
escu Mirando por encima de mi hombro, vi que Zoe todavía estaba dormida,
ela, acurrucada en el asiento trasero. Dándome la vuelta, junté mis manos.
ver a
Jame —Muy amable de su parte que finalmente se unan a nosotros —murmuró
s y Kent desde el asiento del conductor.
grad No podía creer que aún condujera, pero me di cuenta de que el moretón y
uarm el labio partido se habían ido. Eché un vistazo al asiento del pasajero.
e. ¿Grayson lo había curado?
Que
podrí Miré por la ventana, entrecerrando los ojos. No tenía idea de dónde
a estábamos. Estábamos rodeados de árboles gruesos y altos, divididos
tener esporádicamente por lindas casas de aspecto antiguo. Kent dobló por un
camino angosto, y esos robles antiguos finalmente cubrieron la calle,
creando una espeluznante cubierta que me recordó a dedos huesudos y
alargados.
Así no era como me imaginaba un suburbio de Atlanta. —¿Dónde
estamos?
—A unos cinco minutos de donde necesitamos estar, Evie Beanie—
respondió Kent, y fruncí el ceño—. Estamos en Decatur.
344 ¿Evie Beanie? Creo que prefería pastelito. —¿Qué tan lejos está de
Atlanta?
—No muy lejos en absoluto. Unas pocas millas —respondió—. El sistema
ferroviario MARTA va desde Atlanta hasta aquí. Muchos viajeros. Mucha
gente que no nos va a prestar atención.
Mis —Decatur es una ciudad vieja, fundada antes de la Guerra Civil. —Luc se
man movió en el asiento a mi lado. Un segundo después, golpeó su mano contra
os se el respaldo del asiento, haciéndome saltar.
retor
—¿Qué demonios? —Zoe se levantó, deteniéndose a escasos centímetros
ciero
de golpearse la cabeza contra el techo del automóvil. Se giró hacia Luc con
n
los ojos entrecerrados—. Imbécil.
junta
s Él sonrió mientras levantaba su mano, arrastrando sus dedos a través de
nervi las ondas desordenadas. —Casi estamos allí.
osam
—Sabes, podrías haberme despertado de una manera agradable —
ente.
respondió ella.
—
Los... Se rio por lo bajo. —Me conoces mejor que eso.
los
árbol —Cierto—murmuró, sentándose. Su mirada parpadeó hacia la mía—.
es ¿Cuánto tiempo has estado despierta?
son —Solo unos momentos.
herm
osos. —Apuesto a que no te despertó así. —suspiró Ella.
Espel Sonreí un poco, y me sentí rara cuando miré hacia adelante. Soltando un
uzna suspiro tembloroso, volví a mirar por la ventana, porque eso era más fácil
ntes que, bueno, pensar en todo en este momento. El Yukón disminuyó la
pero velocidad y luego giró a la derecha, subiendo una colina empinada. La luz
herm del sol se asomó a través de los árboles cuando algunos de los robles se
osos. despejaron. Una casa apareció a la vista.
Una gran casa de madera, como una cabaña, pero mucho más grande.
Dos pisos con un porche elevado, el lugar parecía un refugio. Me incliné
hacia adelante, mi mirada patinando sobre las muchas ventanas. —¿De
quién es esta casa?
—Mía —respondió Luc.
31
Traducido por: Lixeto
Corregido por: Patty
349
Mi cado mi crema hidratante.
alient
o Las lágrimas quemaron el fondo de mis ojos cuando coloqué el tubo sobre
jadeó. la cama y luego saqué a Diesel, colocándolo en la mesita de noche.
Parpadeando para contener las lágrimas, retrocedí y me dirigí al baño.
Mam
á Me quité la camisa, junto con los jeans, mirando hacia abajo. Me quedé
habí helada. Manchas cobrizas marrones estaban en mi estómago, mis
a muslos…
empa Mis manos colgaban sin fuerzas a mis costados.
cado
mi La sangre me había empapado, secándose en mi piel. No lo había notado
crem porque los jeans eran oscuros. Por otra parte, no estaba segura de haberlo
a notado de todos modos. Un dolor sordo en mi pecho me dejó sin aliento.
hidra Miré hacia arriba, captando mi reflejo en el espejo sobre el tocador.
tante Casi no me reconocí.
favor
ita. Cuando me detuve para usar el baño en la estación de servicio, no me
No lo había mirado. No sé por qué. Simplemente no pude. No quería mirarme a
podí mí misma ahora, pero no podía mirar hacia otro lado.
a Sombras tenues se formaron bajo mis simples ojos marrones que parecían
creer cansados. Mi cara estaba más pálida de lo normal, casi como si estuviera a
. Las punto de enfermarme. ¿Era yo? Pensé en Sarah y la bilis negra que había
cosa vomitado. Era posible. ¿Quién sabía lo que pasaría? Las pecas estaban allí,
s siempre ahí. Mis labios se veían un poco secos, y eso fue un poco
locas asqueroso.
habí
an Me toqué la mejilla, donde el hombre me había golpeado. No había marca.
estad Nada.
o
Parecía que siempre lo hacía. ¿Cuántas veces me había parado frente al
suce
espejo de mi baño, tratando de averiguar si era más Evie o Nadia?
dien
¿Cuántas veces me había quedado despierta por la noche, luchando por
do, y
llegar a un acuerdo con quién solía ser y quién era ahora? Incontables
mi
veces.
madr
e Demasiadas.
habí
Porque ahora me parecía tan claro que no importaba. Era una mezcla de
a
ambas, y tampoco era ninguna de ellas.
empa
También parecía que no había dormido en una semana.
350
Tal en ella, conteniendo un gemido cuando el agua golpeó mi piel. Músculos
vez que ni siquiera sabía que tenía gritando de alivio cuando me di la vuelta,
un dejando que la corriente me bañara. Bajé la vista a mis pies y una
mes. bocanada de aire salió de mis labios.
Alejá El agua rosada corría entre mis dedos de los pies, yendo el desagüe.
ndo Sangre. La sangre de mamá.
me
del Me golpeé la cara con las manos, cerré los ojos y apreté los labios,
espej conteniendo la respiración.
o, Mamá.
abrí
la La incredulidad me recorrió, esa parte de mi cerebro que todavía no podía
duch creer que ella se hubiera ido. Solo habían pasado dieciséis horas más o
a y, menos desde la última vez que hablé con ella.
en Dieciséis horas. Tal vez un poco más, pero hace solo unas horas, ella
unos había estado viva…
insta
ntes, Ahora ella se había ido.
se Y ahora me había ido, ¿no?
estab
a Diminutas luces blancas se formaban detrás de mis párpados. Una
form quemadura comenzó en mis pulmones.
ando
¿La gente me estaba buscando ahora? ¿Dejaron a mamá allí para que la
un
policía la encontrara? La situación tuvo que haber sido reportada.
vapo
¿Alguien había encontrado a mi madre y había comenzado a hacer
r
preguntas? ¿Era una persona desaparecida, asumida... muerta? ¿O el
cálid
público ni siquiera sabía lo que pasó? Tal vez nos habían borrado.
o y
enca Mi cabeza comenzó a nadar y mi cuerpo comenzó a sentirse destrozado.
ntad
Un temblor sacudió mis brazos y luego mis piernas. Empecé a quebrarme,
or.
pero me contuve. Apartando las manos de mi cara, abrí los ojos y la boca,
Me
arrastrando profundos tragos de aire, tan profundo que me ahogué y luego
quité
me tambaleé. Lanzando un brazo, golpeé mi mano contra la pared de
la
azulejos y me estabilicé.
ropa
resta Mantenerme entera y tranquila. Eso es lo que necesitaba hacer.
nte y Mantenerme tranquila. Yo podía hacer esto. Tenía que hacerlo.
entré
Así que lo hice.
351
Abrí roto antes?
los
La inquietud se deslizó a través de mí mientras levantaba mi rostro hacia
ojos
el agua, pero forcé mi mente en blanco, y luego cosí cada parte rota de
y me
nuevo. Me lavé el pelo dos veces, me froté el cuerpo dos veces con el
ende
maravilloso gel de baño con aroma a madera que estaba segura de que
recé,
pertenecía a un hombre. Incluso me froté la planta de los pies y entre los
quité
dedos de los pies. Cuando terminé de ducharme, mi cuerpo estaba rosado
la
por todo el lavado, y pensé que lo había arreglado.
man
o del Agarré una de las toallas grandes y esponjosas y la envolví alrededor de
azule mí, apretando las dos mitades sobre mis pechos. Al encontrar un peine,
jo, el me puse a desenvolver todos los enredos ridículos mientras me miraba los
azule pies, porque evitar el espejo parecía contraproducente para mantenerme
jo cuerda.
roto.
Satisfecha con mi cabello, abrí la puerta del baño, salí e inmediatamente
Mi
me encontré cara a cara con un pecho bien esculpido, dorado y húmedo.
cabe
za se El pecho de Luc.
incli
Jadeando, retrocedí un paso mientras mis manos volaban hacia mi toalla,
nó
aferrándola por mi vida. Mi mirada se disparó hacia la suya.
hacia
un Todo el oxígeno huyó de mis pulmones, mi cuerpo y mi cerebro al ver su
lado expresión, su mirada.
mien
tras Sus ojos estaban muy abiertos, y el tono púrpura estaba literalmente
mira agitándose, arremolinándose con una potente emoción que chamuscó las
ba puntas de mis oídos. Sus rasgos eran marcados y agudos, llenos de
entre tensión. Los labios se separaron, no parecía que estuviera respirando en
ella y absoluto mientras me miraba, y él...
mi Luc parecía... hambriento.
palm
a. Un fino escalofrío patinó sobre mi piel. Las demandas se elevaron hasta la
¿Habí punta de mi lengua. Abrázame. Tócame Bésame. Quédate conmigo, porque
a entonces no tendría que pensar en otra cosa, y sabía que Luc podía
hecho hacerlo posible.
eso?
Su mirada bajó, cayó a donde mis dedos apretaron la toalla y luego bajó.
¿O se
La toalla era grande, pero no era larga. Apenas cubría todas mis partes de
había
chica, y su mirada era lenta y pesada como una caricia.
352
Mi toalla.
coraz
Me sentí desnuda.
ón
come Nuestras miradas chocaron y me di cuenta de lo cerca que estábamos
nzó a parados. Solo unos cuantos metros nos separaban.
latir
Su pecho se levantó. —Eres... —Se interrumpió, pero esa palabra fue
con
profunda, áspera.
fuerz
a en Esa palabra se sintió desnuda.
mi
pech Una mano se levantó de su costado. Una pierna se movió hacia adelante,
o, y hacia mí, y un cálido rubor se extendió por mi piel. Las pupilas de sus ojos
esas se convirtieron en diamantes.
pesta Humedecí mis labios cuando una sensación nerviosa me inundó, y un
ñas sonido profundo y gutural salió de él, haciendo que los músculos bajos de
impo mi estómago se contrajeran.
sible
ment Sabía que, si me tocaba ahora, estaría perdida. Él estaría perdido.
e Luc parpadeó y fue como un interruptor que se enciende. Él dio un paso
grue atrás. Sus mejillas parecían profundizarse en color. ¿Se estaba
sas sonrojando?
se
levan Dios mío, Luc estaba sonrojado.
taron —Lo siento—dijo, su voz áspera y cruda—. Me di una ducha en la otra
cuan habitación y venía a buscar la guitarra. Iba a entrar y salir. —Él tragó
do él saliva—. No tenía la intención de que esto sucediera.
levan
tó su Le creí, pero surgió la confusión. —Está bien.
mira Luc abrió la boca pero pareció cambiar de opinión. Por un segundo,
da. pareció completamente nervioso. Se giró, con movimientos más rígidos que
Sentí su gracia fluida normal, y salió de la habitación sin mirar atrás. Y me
que quedé en el mismo lugar durante varios momentos, preguntándome qué
ni demonios había pasado. ¿Qué estaba pasando con él?
siqui
era Miré hacia donde la guitarra todavía estaba recostada.
lleva Luego me cambié rápidamente. Descalza, crucé la habitación y salí al
ba pasillo. Vi la puerta abierta a la habitación al otro lado del pasillo. De
una alguna manera sabía que él estaba allí.
353
Me la cabeza. Cuando su cabeza se liberó del cello, se quedó quieto, dejando
acerq que el dobladillo flotara.
ué y
Luc sabía que estaba allí.
miré
aden —Olvidaste la guitarra.
tro.
—Sí, más o menos lo hice. —Se giró muy lentamente, y tal alivio parpadeó
Luc
en su rostro cuando me vio que me pregunté si había pensado que todavía
estab
estaba usando solo la toalla.
a
para Sintiéndome insegura, me quedé en la puerta. —Vi que tenías una guitarra
do en tu departamento. Supongo que tocas y no fue solo para alardear.
frent
e a Esa declaración sonó tan estúpida en voz alta como lo hizo en mi cabeza.
una Luc asintió con la cabeza.
cama
ango —¿Es esa habitación normalmente tuya?
sta, —Sí, pero la habitación es toda tuya. —Luc me miró por completo, su
con mirada recorría mi rostro—. Probablemente deberías descansar un poco.
todos Grayson y Zoe se dirigieron a la tienda de comestibles para recoger algo de
los comida. Estarán afuera por mucho tiempo.
músc
ulos —No creo que pueda dormir ahora mismo. Hay demasiadas cosas en mi
largo cabeza. —La incertidumbre se arraigó en mi pecho. Quería preguntarle por
s y qué no se quedaba conmigo, pero no podía pronunciar las palabras. Tal
delga vez solo quería darme mi espacio o tener algo de espacio para él. No era
dos gran cosa.
de su —Comprensible —dijo.
espal
da La energía ansiosa zumbó a través de mí mientras juntaba mis manos. —
expu ¿Kent todavía está desmayado en el sofá?
estos —Sí. Se podría arrojar una bomba nuclear y no se despertaría.
mien
tras —Debe ser agradable. —Justo en ese momento, se me acabaron las cosas
se que decir, bueno, cosas que tuve el coraje de decir. Empecé a irme—. Está
poní bien, um. Supongo que intentaré descansar un poco…
a —Mi verdadero nombre es Lucas.
una
cami Pensando que estaba escuchando cosas, me di la vuelta.
sa
Luc se sentó en el borde de la cama. —Bueno, al menos así me llamaban
sobre
cuando estaba con Daedalus. Nunca tuve un apellido. Yo solo era Lucas.
354
Cami Una sonrisa irónica torció sus labios—. Ya nadie me llama así. Demonios,
nand la mayoría ni siquiera se da cuenta de que Lucas es mi nombre. Ni
o siquiera Zoe. París lo hacía, sin embargo. Tú…—Él exhaló pesadamente—.
hacia Tú lo hacías. Te lo dije cuando éramos más jóvenes.— Hubo una pausa—.
él, Ni siquiera sé qué me hizo comenzar a pensar en ello, pero solo quería que
me lo supieras de nuevo.
detu
La simpatía aumentó mientras lo observaba, a pesar de que ahora estaba
ve
descubriendo que me habían dado algo que tenía la posibilidad de
justo
mutarme aún más, algo que me había dado la capacidad de luchar y
antes
matar brevemente. Hubo brechas de tiempo que no se pudieron explicar,
de
un verano completo que simplemente faltaba, y me enfermaba pensar
tocar
demasiado al respecto. Era un experimento, pero aún no tenía idea de
lo.
cómo era crecer como él y Zoe. Al final del día, no importaba lo poderosos
Un
que fueran. Todavía tenían emociones y pensamientos humanos, deseos y
insti
necesidades, y todo les había sido despojado, incluso un apellido.
nto
innat Mi corazón se rompió por él, por todos ellos y por nosotros. —Podrías darte
o me un apellido, ¿sabes?
dijo
—Parece un poco tarde para eso.
que
no —¿Por qué?—Me apoyé en una cómoda—. No creo que haya un límite de
querr tiempo para elegir un apellido.
ía
eso. Él inclinó la cabeza. —Sabes, tienes un buen punto.
— —Por supuesto que sí. —Sonreí débilmente—. Elige uno.
Los
apelli Sus cejas se alzaron. —¿Ahora mismo?
dos —¿Por qué no? No es que tengamos algo mejor que hacer.
están
sobre Estirando sus largas piernas, las cruzó por los tobillos. —Tenemos que
valor averiguar qué te hicieron.
ados. Me tensé.—Tenemos que hacerlo, pero ¿tenemos que hacerlo ahora?
— Un lado de su boca se inclinó hacia arriba. —No. Solo porque no hay
Supo mucho que podamos descubrir mientras estamos aquí. Cuando lleguemos
ngo a la Zona 3, habrá personas allí que pueden saber. O sabrá a dónde ir. —
que Hizo una pausa—. Es raro.
sí.—
—¿Qué es raro?
355
— Bueno, es un mal momento para que tus habilidades que todo lo saben no
Que intervengan.
no sé
—Eso es verdad. —Me miró.
lo
que —Tampoco sabes lo que son Sarah y April, o eran, lo que probablemente
te sea lo que soy—señalé.
hicie
—Gracias por mostrar mis defectos.
ron—
respo Sonreí. —Eso es para lo que estoy aquí.
ndió,
cruz —Eso y decirme que elija un apellido.
ando Asentí.
los
braz La mirada de Luc se alzó hacia la mía. Pasó un momento y luego palmeó el
os espacio a su lado. —Siéntate. Necesito tu ayuda, y tu cercanía me
sobre inspirará.
el —Eso no tiene sentido. —Pero me aparté de la cómoda y me acerqué,
pech sentándome en la cama. No había mucho espacio, por lo que nuestros
o—. muslos estaban presionados uno contra el otro—. ¿Feliz?
Sigo
pens Me miró con una sonrisa misteriosa. —Casi. Está bien. —Cruzó los tobillos
ando —. Creo que sé cuál quiero que sea mi apellido.
en —¿Cuál?
eso.
Lo sé —Creo que será un apellido apropiado. Te gustará.
todo. —Solo el buen Señor sabe lo que va a ser —respondí secamente.
Siem
pre. —King25.
¿Per —¿Qué?—Arqueé una ceja.
o
esto? —King. Me voy a poner el apellido King.
No
—Wow.—Me reí—. Ni siquiera sé qué decir al respecto.
tengo
ni —Luc King. Creo que suena increíble.
idea.
—Creo que parece que deberías ser un jefe de la mafia.
—
—Como dije, completamente apropiado.
25
Al español significa: Rey…
356
Pasé yo. —Sabes que eres rudo. Puedes flotar en el suelo.
los
—¿Es un requisito para ser rudo?
dedo
s por —Estoy bastante segura de que lo es. —Me puse el cabello detrás de la
la oreja y dejé de mover los pies—. Entonces, todo esto de la Zona 3.
alfo Realmente no lo entiendo. Esas ciudades son básicamente inútiles,
mbra ¿verdad? Sin electricidad. Nada. Y todos han sido evacuados.
suav
Luc inhaló profundamente. —Las ciudades no están vacías. Nunca lo
e y
han estado.—Se giró hacia mí, apoyando una mano en la cama detrás de
sonr
él—. El público en general cree que el agradable y atento gobierno entró
eí. —
allí y evacuó a todos después de que se arrojaron las bombas EMT y todos
Tiene
los Luxen estaban muertos, ¿verdad?
un
sonid Mi frente se arrugó. —Tenían que hacerlo, ¿verdad? Porque allí no
o funciona nada: no hay luces, no hay refrigeración ni calefacción. No hay
agra estufas ni equipo médico. Podría seguir, pero creo que entiendes el punto.
dable
. Luc Me estudió de cerca. —No lo hicieron.
King, La incredulidad dio paso al puro shock. —¿En serio me estás diciendo que
rudo dejaron gente allí... amurallada en esas ciudades, y luego le dijeron al
extra mundo que evacuaron a todos los humanos de allí?
ordin
ario. —Si. Eso es lo que te estoy diciendo.
M
Traducido por: Lixeto
Corregido por: Patty
e reí.
33
Traducido por: Majo L
S
Corregido por: Patty
368 Dios mío, quería pisotear mi pie, como pisotear legítimamente mi pie
en su cara.
—No fui ahí. Abrí la puerta y el subió las escaleras como si saliera de
una película de terror.
Luc arqueó una ceja. —Creo que el Arum encontrará esa descripción
un poco ofensiva.
Mi boca se abrió mientras la ira hervía, mezclándose con la
frustración por todo.
—Lo que sea. No hablare contigo.
—En realidad, si me estás hablando a mí.
Levantando una mano, la mantuve mientras pasaba junto a él. —
Habla con eso.
—Eso es muy maduro.
Levanté la otra mano y extendí el dedo medio. —Especial de dos por
uno.
369
— es verdad, pero por si las dudas, déjenme decirlo nuevamente. Cállate. Y
No déjame agregar a eso. Vete.
pued
Sus labios se separaron. —Eres tan...
o
pens —¿Qué?
ar en
Estaba callado mientras su mirada se movía de mí hacia la mesita de
la
noche, y me pregunté si estaba mirando a Diesel. —Eres hermosa cuando
últim
te enojas
a vez
que —¿Sabes qué? Puedes irte… Espera. —Todo mi sistema se sacudió—.
algui ¿Qué?
en
me La cabeza de Luc se inclinó hacia un lado, enviando varios mechones
dijo de cabello hacia un lado. —Dije que eres hermosa cuando estás enojada. Y
que eres hermosa solo de pie allí. Incluso eres hermosa cuando estás triste. Y
me cuando eres feliz, eres impresionantemente hermosa.
calla Me quedé atónita en un silencio absoluto. Mis manos se pusieron
ra y flojas
no
termi —No esperaba que dijeras eso —dije con voz ronca. El aleteo estaba
nó allí, en lo profundo de mi pecho, pero también había un movimiento
con agrietado en mi pecho. Como si un mazo me golpeara las costillas. La
una emoción cruda y potente se estrelló contra mí con la fuerza de un veloz
marc tren de carga—. No me digas eso ahora mismo. Es un mal momento.
a de —¿Mal momento? Me gusta pensar que no hay mal momento para decirle
que a alguien que es hermosa. —dijo, en voz baja—. Especialmente cuando a
mad menudo las personas, sin importar si son humanas o no, tienden a
ura quedarse sin tiempo antes de decirle eso a alguien
en el
suelo —Dios —susurré.
. La sensación de la grieta se extendió, cortando profundamente. Me
— frote la cara con las manos cuando el nudo de emoción se hinchó,
Por amenazando con ahogar todo pensamiento racional. Las lágrimas
algu quemaron la parte posterior de mi garganta y me subieron a los ojos.
na Hubo silencio, y luego los cálidos dedos de Luc me rodearon las
razó muñecas. —No dije eso para molestarte.
n,
sient No fue lo que dijo lo que me molestó.
o que Tampoco fue como lo había dicho.
370
F soltó, y cuando abrí los ojos, él buscó los míos con atención. —Vas a
ue necesitar dejarlo salir. No puedes seguir sin pensar ni sentir.
porq
Presionando mis labios, sacudí mi cabeza.
ue
me —Te quemará por dentro como una fiebre. Tienes que dejarlo salir.
hizo
Un sonido roto dividió el aire, y me tomó un momento darme cuenta
senti
de que había sido yo quien había hecho ese sonido.
r y
me —Dijiste que era valiente y fuerte, y eso es lo que estoy tratando de ser
hizo ahora mismo. Necesito mantenerlo así.
pens
ar, y Él bajó la barbilla. Nuestros ojos no estaban al nivel, no con lo alto
en que era, pero estábamos cerca. —Eres valiente y fuerte, pero te estoy
este diciendo que no lo seas ahora.
mom El pánico se apoderó. No podía dejarlo salir, porque no podía
ento, enfrentar lo que le había sucedido a mi madre, no ahora, porque entonces
comb sería cierto y sería real.
inar
esas Aparté mis manos de las suyas. —Estoy enojada contigo, así que deja
dos de intentar ser solidario. Es confuso. —Las cejas de Luc se arquearon—.
cosa ¡Que, sí! Estoy enojada y me estás confundiendo. En primer lugar, estabas
s era actuando como un imbécil conmigo, abajo. No abrí esa estúpida puerta del
pelig sótano, y has estado actuando raro, desde mí... desde que todo sucedió
roso. —Evie...
L —Has estado distante y sé que has pasado por cosas malas. Estoy
uc tratando de ser comprensiva. Perdiste a Clyde, Chas y el club, pero yo... —
suav Mi voz se quebró, y me tomó un momento hablar de nuevo—. Vi a mi
emen madre morir frente a mí. Su sangre empapó mis manos y mi ropa. Y no me
te importa que ella realmente no fuera mi madre o que tuviera algo que ver
apart con lo que me hicieron; ¡ella seguía siendo mi madre! No tengo idea de lo
ó mis que realmente está sucediendo, lo que sucederá dentro de cinco minutos.
man Y perdiste a las personas que te importan, que has protegido y cuidado, y
os de sé que te está haciendo daño, lo admitas o no. Quiero estar aquí para ti,
mi pero me excluiste y no entiendo.
cara.
No Su boca se cerró de golpe cuando miró hacia otro lado. No tuve
me respuesta, y eso no fue lo suficientemente bueno. Ahora no. No después de
todo.
371
D brillaban con un deslumbrante violeta. —Y no lo he hecho.
i un
—Pero lo has hecho —susurré—. -Mental y emocionalmente, me has
paso
dejado totalmente, y no consigo lo que quieres de mí. Dices que solo puedo
hacia
ser yo. Como si yo fuera lo único...
él
con —Lo eres. —Estaba más cerca, a un pie de mí—. Eres lo único para
las mí; siempre has lo sido. Fuimos hechos el uno para el otro.
man
—Entonces, ¿por qué me has dejado afuera, Luc?
os
temb Miró hacia otro lado, sacudiendo su cabeza una vez más.
loros
as. Con el pecho hundiéndose, sacudí la cabeza. No tenía espacio para
—Me esto además de todo lo demás. —Sal. Por favor. Es tarde, y yo...
dijist —Te hice esto —dijo, su voz tan baja que no estaba segura de haberlo
e que escuchado bien al principio.
no
me Pero lo hice.
ibas Me sacudí. —¿Qué?
a
dejar —Hice esto. Todo esto, porque era egoísta y débil y no podía soportar
. pensar en vivir en un mundo en el que ya no existieras. —Mi corazón se
Nunc detuvo—. Cuando ese bastardo Jason Dasher hizo una oferta para curarte
a a cambio de su vida, lo supe. En el fondo, sabía que tenía que haber una
más. trampa, porque siempre hay una trampa, pero estaba desesperado. Haría
cualquier cosa, así que te llevé allí y acepté que te dieran Dios sabe qué.
S Entonces me alejé. Hice mi parte del trato y me alejé mientras quién sabe
u lo que te estaban haciendo. Hice esto, Evie.
cabe
za La emoción me obstruyó la garganta. —Luc.
giró —Y ahora mira. Me aseguré de que vivieras, ¿y para qué? Para que
brus experimentes la destrucción de tu vida. Para que encuentres cadáveres y
came seas objetivo de un Origen. Para que veas morir a tu madre y para que
nte todo tú futuro sea arrancado de ti y para que seas perseguida por puras
en personas jodidamente malvadas, porque eso es lo que es Daedalus. Hice
mi esto y la gente murió. Eso fue lo que hice. Eso es lo que pienso cuando te
direc miro, porque yo...
ción,
sus —Me dio la vida —susurré. Todo su cuerpo se sacudió—. Eso es lo
ojos que hiciste. Te aseguraste de que yo viviera. No sabías que esto iba a
suceder.
372
— ojos se pusieron blancas—. Porque debería haberlo sabido. Que estaría
Eso intercambiando tu muerte por...
no
—¡Por la vida! —repetí—. Sí, las cosas están muy desordenadas en este
impo
momento, pero si no hubieras corrido ese riesgo, no estaríamos parados
rta.
aquí. No tendríamos esta segunda oportunidad, algo que muy poca gente
—
tiene. Lo tenemos por ti.
Las
pupil —¿Y esa segunda oportunidad eclipsa todo? ¿Lo que ha sucedido a Sylvia?
as de ¿Para ti? ¿Es...? —se estremeció—. No importa. No creo que sea digno de
sus ti.
Eso me sorprendió, y me llevó un momento darme cuenta de que
había dicho algo similar antes. —¿Cómo puedes pensar eso?
—No lo pienso. —respondió, bajando las pestañas gruesas—. Lo sé
—Estás equivocado. —Crucé la distancia entre nosotros. Él se puso
rígido y puse mis manos en sus mejillas—. Me mereces, y desearía que
todas estas cosas malas no hubieran sucedido, pero no te culpo. Nunca
podría culparte, porque creo que te amo, y no quiero que te arrepientas de
estar aquí conmigo...
Luc se sacudió de mis manos, su pecho subía y bajaba rápidamente.
—¿Qué? ¿Qué dijiste?
Bajé mis manos. —Dije que no quiero que te arrepientas de estar aquí
conmigo.
—Lo que dijiste antes de eso.
Repasé mis pensamientos y... Dios mío, dije que lo amaba. Esas
palabras salieron de mi boca, una declaración de lo que ni siquiera me
permitiría reconocer. Una proclamación que no había estado lista para
sentir, pero estaba lista para decir. Porque era la verdad. Me enamoré de
Luc y ni siquiera sabía exactamente cuándo. Si era en algún lugar entre la
primera línea de recogida terrible y las extrañas sorpresas que no tenían
sentido. Tal vez fue la primera vez que me besó en el armario de Foretoken
o la primera vez que me tomó de la mano. O tal vez siempre había estado
enamorada de él, porque estaba segura de que lo había hecho antes,
incluso si no podía recordarlo.
—Te amo —le dije, temblando—. Estoy enamorada de ti, Luc.
373
34
Traducido por: Majo L
Corregido por: Patty
uc L se movió tan rápido que no lo vi. Solo sabía que lo había hecho
cuando su boca tocó la mía y sus brazos se cruzaron a mí
374
alrede e decir eso —dijo contra mis labios, sus manos deslizándose por mi
dor. espalda—. Ver tus labios moverse alrededor de esas palabras. Puede que
El no las merezca, pero soy codicioso. Todavía soy egoísta. No puedes
beso recuperarlas.
me
—No lo haría. —jadeé cuando él me levantó y se giró, llevándome a la
dejó
cama para que estuviera en su regazo, sentándome a horcajadas sobre él—
sin
. Y me mereces.
alient
oy Sus manos llegaron a mi cara. Sus dedos trazaron mis labios y mi
llego a mandíbula, y por un largo momento, solo me miró, y luego sus labios
mi estuvieron sobre los míos. Nuestros besos tomaron una vida diferente, se
alma. llenaron de una urgencia que nunca antes había experimentado. Me
La enderecé en sus brazos, colocando mis manos sobre sus hombros. Se
feroci deslizaron por su duro pecho, quedando atrapados entre nosotros cuando
dad él me tiró más cerca. Algo sobre la forma en que me besó se convirtió en
me desesperación, incluso en pánico.
destro
Me estaba besando como si se nos acabara el tiempo.
zó y
me En el momento en que ese pensamiento cruzó por mi mente, sentí la
recon misma oleada de desesperación a pesar de que me dije que no lo
struyó estábamos. Me moví para liberar mis manos, y el gemido de Luc puso rojas
. las puntas de mis orejas. No disminuí la velocidad, a pesar de que sabía
que había mucho en lo que debíamos concentrarnos. Ambos
—
necesitábamos estos minutos en medio de la confusión y la falta de
Se
respuestas, la sangre... y la muerte.
sient
e No sé si fue él o yo o los dos, pero sus manos estaban en mis caderas,
como abriéndose y cerrándose, meciéndolas mientras me mordía los labios y la
si garganta. Luego, los pequeños botones de mi suéter se abrieron y el
hubi material se separó, pero sus manos nunca dejaron mis manos.
era
esper Aturdida, me aparté y miré hacia abajo, viendo un simple encaje rosa.
ado —Ese es un talento ingenioso.
toda —¿Lo es? —Pinchazos de luz blanca llenaron sus pupilas cuando un lado
mi de su boca se levantó.
vida
para Su boca volvió a la mía y luego se alejó. El camino de los besos abrió
escu un sendero por mi garganta, sobre la pendiente de mi clavícula, y luego
chart más abajo. Sentí sus dedos a lo largo de mi hombro, enganchándolos bajo
una correa, guiándolos hacia abajo y hacia abajo hasta que la copa se
375
aflojó húmeda cuando mi cabeza cayó hacia atrás, mi boca se abrió en un jadeo
y agudo.
esos
Luc levantó la cabeza y se recostó. Había un brillo perverso en sus
dedo
ojos, un giro atrevido en sus labios mientras me miraba.
s,
esos Nunca antes me había expuesto así, y no sabía lo que pensaba
labio cuando me miraba, al ver que el rubor se extendía desde mi cuello y
s se bajaba. —Eres hermosa, Evie —dijo, con voz ronca y reverente—. Te lo
desli dije, pero no importa. Ya sé que no te lo he dicho lo suficiente. Eres tan
zaro hermosa que me lleva a la distracción. Perfecta. —Esos ojos se alzaron
n hacia los míos, y había una expresión de asombro en su rostro.
sobre
Puse mis manos en sus mejillas y lo besé, esperando que de alguna
la
manera él pudiera sentir lo que pensaba de él cuando sabía que las
piel
palabras no serían suficientes. Luc era digno y eso no tenía nada que ver
sensi
con todo lo que había hecho por mí, sino con lo que había hecho por
ble.
innumerables Luxen, por Emery y Grayson, por Kent y Zoe, y por más.
Lo
mis Tiré de su camisa, y él se movió, inclinándose hacia atrás y
mo le levantando los brazos para que pudiera quitársela por encima de su
suce cabeza. La dejé caer en la cama a mi lado y me empapé con toda la piel
dió a desnuda y dura.
la
No hay moretones a la vista.
otra
corre Luc se curó por completo de recibir tres disparos, pero aun así me
a, a incliné, besando cada punto que había sido golpeado. No necesitaba un
la moretón para saber dónde habían estado; Recordaría esos lugares hasta
otra que muriera. Un centímetro debajo del hombro derecho. El centro, entre
copa, los pectorales definidos. Centímetros a la izquierda de su corazón.
y la
piel Escuché su inhalación irregular mientras mis manos bajaban por su
de estómago, hacia su ombligo y luego hacia el botón de sus jeans, y aún más
gallin abajo. Lo sentí tensarse contra mi mano. —¿Puedo?
a se —SI. Totalmente —dijo—. Definitivamente.
exten
dió Una suave risa me llego cuando alcancé el botón de sus jeans y luego
sobre su cremallera, y cuando no me detuvo, agarre valor. Al primer toque de
mi mis dedos en él, su espalda se inclinó como si lo hubiera quemado, y
piel rompió el beso cuando todo su cuerpo se volvió imposiblemente tenso. Abrí
fría y los ojos, preocupada de haber hecho algo mal. Abrió la boca y luego la
cerró, y por primera vez parecía que no tenía palabras.
376
O rlo. —Eres hermoso y digno. —Sacudió la cabeza con la mandíbula
tr apretada—. No entiendo cómo puedes pensar que no lo eres, y yo... no
a quiero que pienses eso. No me gusta.
p
ri Luc contuvo el aliento. —Dios. Evie, no... —Bajó la cabeza sobre mi
m hombro. Sus labios besaron mi cuello—. No es necesario que hagas esto.
e
—Quiero hacerlo. —Enrosqué mis dedos alrededor de su cabello
r
a mientras lo rodeaba.
v Esto no era algo que había hecho a menudo en mi vida. ¿Una vez, tal
e vez? No tenía idea de lo que estaba haciendo, pero basándome en el
z siguiente aliento de Luc, pensé que estaba haciendo algo bien. Y cuando
p
sus caderas se sacudieron, levantando su cuerpo y a mí de la cama, tuve
a
la sensación de que no estaba decepcionado en absoluto.
r
a Apoyé una mano sobre su pecho mientras él se recostaba una vez
él más, esos ojos brillantes brillaban sobre mi cara y más abajo, hacia donde
. se separaba mi suéter y hacia donde se movía mi mano. Sus labios se
P separaron mientras su pecho subía y bajaba rápidamente. —Evie.
asé Él gimió mi nombre, y algo... algo comenzó a suceder. Sus pupilas se
los volvieron blancas y aparecieron puntos finos y débiles debajo de su piel, en
dedo toda su cara y garganta, y aún más abajo. Una luz blanca brillaba dentro
s de él. El aire a nuestro alrededor se cargó. La estática crujió: Luc se
sobre levantó, una mano agarrando la parte posterior de mi cabeza, los dedos
él enredados en mi cabello. Tiró y se estiró, y nuestras bocas chocaron.
mien Labios. Dientes. Lenguas La energía salto, atravesándome. Se hinchó, y
tras luego todo su cuerpo pareció ponerse rígido, cada músculo bloqueándose
mira mientras jadeaba en nuestros besos. El aire a nuestro alrededor parecía
ba electrificado, y luego sentí que la tensión desaparecía lentamente.
hacia
abajo Luc me abrazó con fuerza, pero mantuvo un pequeño espacio entre
, nosotros mientras continuaba temblando debajo de mí, su cuerpo grande y
sonr poderoso tiembla. Cuando finalmente se calmó, me aparté y abrí los ojos.
oján Me estaba mirando si como nunca antes me había visto, y esa era una
dome mirada extraña para él, porque siempre me miraba como si supiera
antes exactamente quién era.
de Había una suavidad en su rostro, y por varios momentos, nos
volve miramos el uno al otro. —Dame un segundo, ¿de acuerdo? No te muevas.
r a
mira Cuando asentí, me levantó otra vez, dejándome en la cama mientras
se levantaba, desapareciendo en el baño.
377
U r eso.
sand
—Lo sé. Lo miré—. Yo quería.
o el
tiem —Te lo agradezco. Mucho. Como, mucho, mucho. —Una pequeña
po de sonrisa apareció—. Yo nunca…
man
Mis cejas se alzaron. —Nunca... ¿qué?
era
sabia Su mirada se encontró con la mía. —Nunca había experimentado eso
, con alguien.
arreg
lé mi —Pensé que habías dicho que hiciste cosas.
sosté —Cosas, sí. Pero nunca eso con alguien. —Levantó un hombro,
n completamente avergonzado de hablar de esto.
cuan
do —¿Contigo mismo?
escu —Si. Más veces de las que probablemente quieras saber
ché
que Una lenta sonrisa comenzó a tirar de mis labios. —Probablemente.
el —Pero tú eres la primera. Sabía que podía sentirse así, pero yo...
agua tampoco tenía idea. —Abrió la boca, la cerró y luego pareció intentarlo de
se nuevo—. No te hice daño, ¿verdad?
abría
. Luc —No. —Me incliné hacia adelante, besando su mejilla—. ¿Por qué
reap piensas eso?
areci —Perdí un poco de control allí, si no lo notaste. ¿La fuente? —Mis ojos
ó. Se se abrieron. ¡Mierda, estaba en lo cierto! Sonreí, bastante engreída porque
sentó le había causado hacer eso.
a mi
lado, Se movió hacia mí, devolviéndome el beso, lenta y débilmente. Sentí
tranq sus dedos rozar mi estómago. —Sabes lo que esto significa, ¿verdad?
uilo —¿Qué? —Mis cejas se fruncieron.
por
un —Si juegas, yo también. —Me guío sobre mi espalda, con los
largo músculos girando y flexionando a lo largo de la piel desnuda de sus
mom hombros y brazos.
ento. Oh.
—No
tenía Oh mí.
s que
Luc me besó como si estuviera bebiendo de mis labios, y luego su
hace
boca estaba patinando por mi garganta, alrededor de la cadena de plata
378
mien do sus manos se movían más abajo, sobre mi ombligo y luego hacia la
tras banda de mis pantalones cortos para dormir.
tirab
Hizo una pausa, levantando la mirada hacia la mía. —¿Puedo?
a del
colga Con el corazón acelerado, asentí.
nte
Luc arrastró la banda una pulgada. —Tengo que escucharte decirlo,
de
Peaches.
obsid
iana. —¿En serio?
Sus
labio Un lado de su labio se levantó. —En serio.
s y —Sí —le dije—. Puedes.
dedo
s —Entonces lo haré.
estab Besó la piel debajo de mi ombligo, y luego lo hizo. Una emoción llenó
an mis venas cuando levanté mis caderas, ayudándolo a quitarme los
en pantalones cortos, balanceándome hacia atrás mientras lo hacía.
todas Aterrizaron en algún lugar del suelo. Aunque él todavía tenía los jeans
parte puestos, no tenía nada más que quitarme.
s a la
vez, —Tengo una pregunta muy importante —dijo, mirándome con los
tiran labios entreabiertos—. ¿Tienes alguna idea de cuánto me deshaces?
do y Mi pecho se apretó y luego se hinchó. —¿Cómo... cómo te ... deshago?
acari
cian Las puntas de sus dedos se arrastraron sobre el pliegue entre mi
do, muslo y la cadera, haciendo que mi respiración se detuviera.
lamie —En todos los sentidos. —El aire atrapado en mi garganta por una
ndo razón completamente diferente ahora.
y
mord Bajó su dedo por mi muslo, y luego lo vi bajar la cabeza. Su cabello
isque rozó la piel debajo de mi ombligo. Mi corazón se lanzó a mi garganta.
ando —Yo... nunca he hecho esto antes, —susurré, abriendo y cerrando las
. manos sobre las sábanas.
Cada
puls Su boca siguió su dedo. —Yo tampoco.
o
—Eso... eso no parece verdad. —Todo mi cuerpo se sacudió cuando
vibra sentí sus labios sobre mi piel—. Parece que sabes lo que estás haciendo.
ba
cuan —Realmente no. —Separando mis piernas, se instaló allí—. -Solo
estoy haciendo lo que se siente bien. —Su cálido aliento bailaba sobre una
379
parte —Voy a tener que hacerlo mejor que eso.
extra
Estaba de acuerdo con eso.
ordin
aria Él se rio entre dientes y supe de inmediato que había captado mis
ment pensamientos.
e
Su dedo se acercó nuevamente antes de alejarse. Mis caderas se
sensi
levantaron por instinto, en un instante de silencio.
ble
mien —¿Sabes a qué me recuerda esto? —dijo, levantando su mirada hacia la
tras mía una vez más. Respirando en pantalones cortos y poco profundos,
desli sacudí la cabeza—. Cuando estabas pensando en querer escalarme como
zaba un...
un
—No —le dije.
dedo
por —Cachondo…
mi
musl —Luc
o—. —Pulpo —terminó.
¿Lo
estoy —Te odio.
hacie —No, no lo haces. —Luc me sonrió entonces, y fue real y hermoso,
ndo suavizando las líneas duras y llamativas de su rostro—. Me amas.
bien?
Y luego estaba bebiendo de mí otra vez, esta vez de mi piel, y cada
— parte de mí se estremeció. Su lengua. Sus dientes. Sus manos. Me estaba
Y moviendo con él, girando y girando, jadeando por aire. Mi ritmo se aceleró
o cuando mis dedos se clavaron en su cabello suave y rebelde. Todo sobre
.
mí se volvió frenético. Mis jadeos La forma en que me moví. Los sonidos
.
que vinieron de mí. La forma en que dije su nombre, una y otra vez, y
.
c luego fue como cuando toqué la Fuente. La electricidad ondulaba sobre mi
r piel. La luz me llenó, y Luc estaba conmigo a través de la luz, hasta que
e mis piernas estaban flojas y mis dedos se habían deslizado de su cabello.
o Luc se relajó, estirándose a mi lado. Me rodeó la cintura con un brazo
q
y tiró de mi cuerpo contra su pecho. La manta se dobló sobre nosotros y
u
e supe que no la había tocado.
s —Eres tan perezoso —murmuré.
í
. —Estás celosa.
380
— erlo sabido.
L
o —¿Qué?
e Besó el espacio debajo de mi oreja.
st
o —Debería haberlo sabido cuando vi a Diesel. —Por un momento no
y. supe de qué estaba hablando, pero mi mirada se desvió hacia la cara
sonriente de la roca de forma ovalada—. Debería haber sabido que me
L
amabas.
u
c
e
st
u
v
o
e
n
si
le
n
ci
o
p
o
r
u
n
m
o
m
e
35
n
t
o.
—
D
e
b Traducido por: Majo L
e
Corregido por: Patty
rí
a
L
h
a
b uc y yo nos quedamos callados y en silencio por un momento, sus
381 dedos trazando formas ociosas a lo largo de mi estómago. Un círculo
alrededor de mi ombligo. Un triángulo encima de él. Una cara sonriente
cerca de mi cadera mientras mis pensamientos pasaban de una cosa a
otra, evitando cosas que destrozarían la paz que había invadido mi alma.
—Me acabo de dar cuenta de que no te pregunté sobre el Arum —dijo
Luc, con los dedos sobre la curva de mi cintura—. ¿Dijo o hizo algo.
—Nada realmente, pero... —Me moví sobre mi espalda, haciendo que
las mantas se deslizaran sobre mi pecho, y sus dedos encontraron su
camino al centro de mi estómago una vez más—. En realidad, él habló... en
mi mente.
Un ceño fruncido comenzó a aparecer en su boca bien formada. —Así
es como se comunican en su verdadera forma. ¿Qué dijo él?
Me estremecí ante el recuerdo. —Dijo que no era... normal. Y sabes,
esa no es la primera vez. Lore, el otro Arum, dijo lo mismo.
Sus ojos se entrecerraron. —¿Qué?
Me di cuenta de que no le había dicho a Luc lo que Lore había dicho
cuando me vio fuera del club. —Lore me preguntó qué era. Como si
pudiera sentir algo... dentro de mí. Pensé que era el suero de Andrómeda,
pero ahora...
—No podría sentir el suero. —La pereza desapareció de sus rasgos
mientras me miraba—. Y no deberías haberlo escuchado hablar.
Digerí eso. —Sabes, él sonaba como Sarah, ¿y recuerdas cuando la
escuché hablar? Ella dijo que le habían hecho algo, y nadie más escuchó
eso. Tal vez porque estaba en mi cabeza, al igual que el Arum. Sé que
suena loco, pero...
—No lo hace. —Inclinó la cabeza hacia abajo, pasando sus labios
sobre mi frente.
—Simplemente no sé lo que significa todavía. Todo lo que considero
es imposible. —Los músculos a lo largo de su brazo se tensaron—. O no
tiene sentido. —Vi las sombras parpadear en su rostro—. No te gusta no
saber, ¿verdad?
Él resopló—: ¿Es tan obvio?
—Totalmente.
Apareció una breve sonrisa. —No estoy acostumbrado a no saber,
Peaches. No es un súper poder. ¿Sabes cómo se las cosas?. Puedo leer
pensamientos, así que muy poco se me oculta.
Me pareció un súper poder. —Cuando me reuní con Jason y Sylvia,
indagué en sus pensamientos. No fue fácil —dijo después de un momento
—. Ambos tenían escudos levantados. Sabían que podía leer sus
382 pensamientos, por lo que fueron cuidadosos.
—¿Qué quieres decir con escudos?
—Muchos de los que trabajaron en Daedalus, especialmente aquellos
que estuvieron involucrados en el desarrollo de Orígenes, aprendieron a
bloquear sus pensamientos. Principalmente por desviación, pensando en
cosas al azar, pero otros podrían hacer que pareciera que sus cabezas
estaban simplemente... vacías. Jason y Sylvia fueron buenos en eso, pero
nadie es perfecto. Ni siquiera ellos. Miré a su alrededor y no encontré nada
que me hiciera pensar...
Le hiciera pensar que iban a convertirme en un experimento. No tuve
que leer su mente para saber dónde habían ido sus pensamientos.
Rodé sobre mi costado, frente a él, y luego me acurruqué cerca,
forzando su barbilla hacia arriba mientras ponía mi mejilla contra su
pecho y movía un brazo debajo de la manta, alrededor de su cintura. Me
acercó aún más, enredando sus piernas con las mías.
—¿Luc? —susurré después de unos momentos.
—¿Peaches?
—Gracias.
—¿Por qué me estás agradeciendo?
—Estar aquí. —Besé la cálida piel de su pecho—. Gracias por estar
aquí.
383
C ra casi como si sus palabras tuvieran algún tipo de impulso, porque me
omen tranquilicé y me dormí antes de que él saliera de la habitación.
cé a
Cuando abrí los ojos nuevamente, la habitación estaba llena de luz
levan
brillante y cálida, y la cama estaba vacía. Me tomó un par de minutos
tarm
recordar que Grayson había llamado de alguna manera a Luc. ¿Había
e,
llamado a la puerta y yo estaba tan fuera de sí que no me había
pero
despertado hasta que Luc se levantó?
su
man Dudaba que Luc hubiera permitido que Grayson entrara a la
o en habitación.
mi
Mis pensamientos fueron a la deriva la noche anterior, y me enganché
mejill
en algún lugar entre la euforia y el dolor, sintiéndome completa y aún
a me
vacía. Era un lugar extraño para estar, tener la alegría de darse cuenta de
detu
lo que sentía por Luc, admitir eso y ver cómo lo había afectado, y también
vo.
tratar de procesar la pérdida de mi madre, de la vida como la conocía.
—Es
temp Pero podría lidiar con esto. Sabía que podía, como Evie y como Nadia.
rano Cuando me levanté, mis músculos estaban menos apretados y doloridos, y
— pensé que eso tenía que ver con finalmente descansar un poco.
dijo,
sus Quizás un poco demasiado.
ojos Eran casi las once de la mañana. Me apresuré a prepararme, a darme
violet una ducha rápida y luego a ponerme un par de jeans y una camisa suelta
as se de rayas rosa y blanca que no recordaba haber tenido en mi armario.
enco
ntrar Girando hacia la puerta, di un paso y luego tropecé cuando el piso se
on balanceó debajo de mí y las paredes se tambalearon. La casa se estaba
con moviendo, no, no la casa. Era yo. Respiraba con dificultad el aire dentro y
los fuera de mí mientras me doblaba.
míos Una poderosa oleada de mareos me invadió cuando apreté las rodillas
—. y cerré los ojos. La luz blanca explotó detrás de mis ojos. No hubo dolor,
Nece solo estática hasta que se formó una imagen de mí parado sobre un
sitas cuerpo. Un cuerpo de niño no mayor que yo. Se le escapó lo que parecía
desc tinta negra de las orejas y la nariz mientras estaba allí... esperando más
ansa instrucciones
r.
—Impecable —dijo una voz—. Estoy tan orgulloso de ti. Eso
E fue completamente perfecto Nadia.
Fui absorbida cuando la imagen se desvaneció y la casa dejó de
moverse. El mareo se disolvió. Lentamente, abrí los ojos, y cuando no
sentía que iba a caer, me enderecé.
¿Qué demonios fue eso? ¿Un recuerdo? Si es así, ¿de qué? Porque
seguro que parecía… sonaba como si yo...
Había matado a alguien.
384
H a por ello. Y me había llamado
a Nadia.
b Limpiándome las manos sudorosas en las caderas, di un paso hacia la
puerta y luego otro.
í
Sabía que la voz en mi cabeza no había sido la de Luc. Había sido el
a
que seguía escuchando en esos breves recuerdos aleatorios, y nadie me
llamaba Nadia excepto Luc. Necesitaba decirle esto de inmediato, porque
tenía que significar algo.
s
Al salir de la habitación, caminé deprisa por el pasillo y estaba a
i
medio camino de las escaleras cuando escuché la voz de Luc. —¿Cómo
d está Katy? —preguntaba.
o —No del todo feliz de que no estoy con ella, debe llegar en cualquier
momento, así que necesito estar en casa —una voz profunda que reconocí
respondió inmediatamente. Daemon—. Pero lo sabías cuando dejaste tu
r mensaje.
e Apreté los labios. La última vez que hablé con Daemon, dijo que no
dejaría a su esposa otra vez, pero aquí estaba. —Necesitaba tu ayuda —fue
c la respuesta de Luc—. De todos ustedes. No pido eso a menudo. —Hubo
o una pausa—. Nunca he preguntado, para ser honesto.
P ensé que estaba gritando, pero no era yo. Era Zoe. Ella pasó
junto a mí con velocidad cegadora, llegando al lado de Kent
cuando Grayson salió disparado de la cocina, pero ya era
demasiado tarde.
—¿Qué demonios? —gritó Daemon un segundo antes de cambiar a su
verdadera forma. Un segundo más tarde, Dawson se unió a él. Eran luces
gemelas brillantes con forma de humanos.
Me dirigí hacia Kent aturdida, pero Luc me atrapó con un brazo
alrededor de mi cintura. Me levantó de mis pies y se dio la vuelta. La
habitación se volvió borrosa mientras toda la ventana delantera explotó.
Los hombres avanzaron, las botas primero, y aterrizaron con sus
rifles gruesos apuntados. La puerta voló por las bisagras, cayendo en la
pared. La puerta trasera la siguió, golpeándose contra la estufa. Hombres
con equipo táctico directo entraron a la casa junto con la lluvia, con las
armas desenfundadas.
No armas normales.
El terror me dejó sin aliento cuando agarré el brazo de Luc,
reconociendo las armas modificadas por PEM
Los hombres se extendieron rápidamente, apuntando con sus armas a
cada criatura viviente en la habitación. Podrían matar fácilmente con solo
un movimiento del gatillo. Mi mirada salvaje recorrió la habitación
mientras Luc me sostenía cerca de su pecho. Archer tenía los puños
apretados a los costados. Los gemelos estaban volviendo a sus formas
humanas; cada uno de ellos tenía un arma apuntando sobre ellos. Zoe y
Grayson se estaban levantando, la furia grabada en sus rasgos.
Todos los hombres, más de una docena, llevaban el mismo tipo de
pasamontañas que tenían los hombres que habían entrado a mi casa.
Eran el mismo grupo que nos había seguido hasta la casa en Columbia.
Nos encontraron aquí.
Uno de los hombres habló—: Todo lo que queremos es a la chica.
El aliento de Luc bailaba a lo largo de mi mejilla. —A riesgo de sonar
cliché, sobre mi cadáver.
—Eso se puede arreglar fácilmente.
Me tensé.
El pecho de Luc retumbó contra mi espalda mientras se reía. —Sí, eso
no va a ser fácil.
—Bueno, podemos hacerlo fácil o podemos hacerlo difícil. —El hombre
393 que hablaba inclinó la cabeza hacia un lado—. Preferimos la manera fácil.
Danos a la chica, o comenzaremos a derribar a cada una de estas
personas, una por una.
El aire crujió alrededor de Daemon.
—Y tal vez eliminarán a algunos de nosotros en el proceso —agregó el
hombre, con voz inquietantemente tranquila—. Pero definitivamente
eliminaremos a muchos de ustedes. ¿Dispuesto a arriesgarte a eso?
Sabía la respuesta de Luc. Sí, se arriesgaría a eso.
Mi corazón latía con fuerza mientras miraba el arma apuntando a Zoe.
Era rápida, increíblemente, pero ¿sería lo suficientemente rápida? ¿O sería
ella como Kent? ¿Se fue antes de que él siquiera golpeara el suelo? Lo
mismo para Grayson, aunque estaba segura de que todavía me odiaba, no
quería verlo morir.
¿Y qué hay de los demás? No los conocía muy bien, pero me gustaban
cuando no parecían tener miedo de mí, y quería que llegaran a sus
familias, a sus futuras esposas.
Me estremecí cuando la parte de atrás de mi garganta ardía. ¿Y Luc?
Lo amaba, estaba enamorada de él, no podría tratar con él muriendo.
No podría lidiar con más personas muriendo por mi culpa.
Y algunos de ellos o todos estaban a punto de morir por mi culpa.
Estas armas los matarían a todos. Una sorprendente realización flotó a la
superficie. Solo había una salida de esto para mí.
—Déjanos tener a la chica y todos ustedes saldrán de aquí —dijo el
hombre nuevamente—. Vivos y enteros.
Los dedos de Daemon se movieron a su lado. —Ahora tengo mucha
curiosidad de por qué querrían una chica humana, pero nos dejarían vivir.
Tenía bastante confianza en este punto, Daemon sabía que no era un
humano común, pero se estaba haciendo el tonto.
El hombre que estaba hablando no apartó sus ojos de Luc y de mí. —
No tenemos problemas con los Luxen o los Origines.
Se me cortó la respiración cuando los ojos de Zoe se abrieron.
—Bueno, obviamente no trabajas para el gobierno, entonces —
respondió Daemon, en su tono casual.
La energía aumentó en el interior de Luc. Podía sentirlo zumbando a
través de él. Su cuerpo vibró con poder. Se movió un poco, y reconocí mi
oportunidad cuando la tuve. Él aflojó su brazo para moverme y estar
detrás de él. Tenía segundos para decidirme, pero no los necesitaba.
Pensé en Kent tirado en el piso.
Pensé en mamá.
Pensé en Chas y Clyde y Dios sabe cuántos otros murieron por mi
culpa.
Y pensé en cómo Luc había salvado mi vida, probablemente más veces
de las que podría contar, y ahora era el momento de salvar la suya.
Me liberé, solo vislumbrando la conmoción que ondeaba en la cara de
Luc.
—¡Está bien! —grité, levantando mis manos—. Ustedes me tienen a mí.
Estoy aquí. No necesitas lastimar a alguien más.
El horror llenó los ojos de Zoe. —Evie.
—Está bien. —Di un paso adelante, hacia el hombre que había
hablado. —. Voy a estar bien.
394 Sabía que no sería así.
Sabía que no estaría bien cuando uno de los hombres me agarró del
brazo y me empujó hacia adelante. Las cosas no iban a estar bien, ya que
fui impulsada hacia la puerta abierta. Y sabía que había una buena
posibilidad de que aún trataran de matar a todos en esa habitación, pero
tenía que hacer algo. Ya no podría permanecer al margen
Me zumbaron los oídos cuando puse un pie delante del otro. Un
entumecimiento se apoderó de mí cuando salí al porche.
Luc no dijo una palabra, pero aún podía sentir el inmenso poder
acumulándose detrás de mí, estirando las costuras de la casa.
Tres hombres más esperaban allí. Uno dio un paso adelante,
agarrando mi otro brazo en un apretado agarre. Quería decir algo
sarcástico mientras me sacaban del porche. Quería demostrar que era
valiente y no tenía miedo, pero estaba temblando tanto que no podía
formar palabras.
La lluvia empapó mi cabello, tirando de los mechones libres mientras
caminaba sobre piernas débiles. Esto realmente estaba sucediendo, y
sabía lo que venía. No me llevaban afuera para conversar conmigo. No me
conducían a través del camino de entrada, empujándome a través de la
gruesa línea de árboles para llevarme a un picnic.
—Detente —gritó un hombre.
Empapada y temblando, obedecí, mirando al frente. Debajo de los
árboles pesados, la lluvia no caía tanto, pero los troncos de los árboles se
nublaron frente a mí. Voy a morir. No podía entrar suficiente aire a mis
pulmones. Iba a morir antes de vivir mi vida, incluso antes de saber cuál
era realmente mi vida, quién era realmente.
—De rodillas —ordenó el hombre.
Mi cuerpo reaccionó por instinto, comenzando a seguir la orden, pero
me detuve. —No —susurré.
—¿Qué dijiste?
—No voy a hacer que esto sea fácil para ti —dije, recuperando el
aliento. —Empecé a enfrentarlo, porque me condenaría si les permitía
dispararme en la parte posterior de la cabeza—. Estoy…
El dolor estalló en mi mandíbula, deslumbrante. Dicho esto, casi me
caigo cuando levanté la mano hacia mi palpitante mandíbula. Probé
sangre en mi boca.
Una mano se estrelló contra mi espalda, empujándome hacia
adelante. —No dejes que se dé la vuelta. Ella no puede verlo venir, o no
funcionará.
Otra mano aterrizó en mi hombro, obligándome a arrodillarme. Con
los ojos muy abiertos, caí hacia adelante, mis dedos cavaron en el suelo
húmedo y suelto. Abrí la boca. La sangre goteó, golpeando mi mano.
395 Era de color rojo. Llanura, sangre normal.
Una llamarada de dolor sordo cruzó la parte posterior de mi cráneo
cuando me volví a ver, de pie en una habitación blanca, rodeada de
hombres.
Muéstrales antes de que te lastimen, la voz del hombre me susurró al
oído, y me habían lastimado una y otra vez. Tuve los moretones para
demostrar eso, los dolores que iban más allá de los huesos.
Muéstrales de lo que eres capaz. Demuéstrame que vales este regalo de
la vida. ¡Muéstrales! la voz gritó en mis recuerdos.
Fue como un interruptor que se activa en algún lugar dentro de mi
subconsciente.
El miedo se convirtió en rabia, y estaba al rojo vivo y poderoso cuando
surgió a través de mí y luego hacia afuera, una onda de choque que se
extendió.
—Mierda —dijo alguien—. Ponla abajo. Bájala ahora…
Levanté la cabeza al hombre que estaba frente a mí, con el rifle en la
mano.
Sentí el suelo bajo mis manos hundirse y ceder. El suelo retumbó
cuando imaginé al hombre ante mí siendo tragado por la tierra y la lluvia.
Quería que se fuera.
Una tierra rica y oscura se extendió de la punta de mis dedos como
mil serpientes. Llegó a sus pies pateados en segundos, formando
enredaderas gruesas y grumosas. Gritó, levantando el cañón del rifle
mientras lo empujaban hacia atrás. El arma disparó, disparando hacia el
cielo cuando el suelo se derrumbó debajo de él, absorbiéndolo.
Y luego él se fue.
Me levanté, dando la vuelta hacía el hombre enmascarado detrás de
mí. Levanté la mano. —Vuela.
Una ráfaga de viento ardiente lo levantó de arriba abajo, por encima
de los árboles y aún más alto, hasta que se perdió en las espesas nubes.
Bajé la mano. El hombre lo siguió, golpeando la tierra húmeda con un
golpe carnoso.
Me volví hacia un hombre que retrocedía mientras bajaba su rifle, y
levanté la mano.
—No —dijo, levantando la mano—. No…
Enrosqué mis dedos en mi palma.
Su cabeza giró hacia la derecha y sus hombros se derrumbaron. Su
pecho crujió y sus piernas se doblaron cuando sus brazos se rompieron y
retorcieron. No era más que un desastre arrugado.
Un arma disparó, y me di la vuelta. La bala no me golpeó. Una luz
blanca brillante iluminaba el claro. Un grito de dolor partió el aire. Una
ráfaga de viento golpeó el claro, y el hombre frente a mí cayó hacia
396
adela aba, y esa no había sido yo. Ladeé mi cabeza a un lado
nte, mientras esperaba.
colap Sonó otro disparo, un destello azul, y el suelo tembló. Vi las armas
sand volar hacia arriba, arrancadas de las manos de los hombres.
o en Desaparecieron entre los árboles.
el Él avanzó como si no le importara el mundo. —Estoy realmente
suelo molesto porque tuve que venir aquí bajo la lluvia —miró en mi dirección y
. El tenía unos extraños ojos púrpuras— Después de ti.
arma Fruncí el ceño. —No te necesito.
toda El movimiento llamó mi atención. Estiré el brazo y los hombres a mi
vía izquierda giraron en el aire, hacia las ramas. Regresaron a la tierra a la
estab velocidad de la luz.
a Alguien cargó contra el chico de ojos púrpuras, él inclinó la cabeza
agarr hacia un lado. —¿De Verdad?
ada El hombre no disminuyó la velocidad, y Ojos púrpuras entró al
en ataque y lo agarró por el cuello. Hubo un crujido repugnante justo cuando
su otro se apresuraba hacia él.
man Riendo, giró hacia la izquierda y pateó, barriendo las piernas debajo
o. del hombre. Al atraparlo por la parte delantera de su camisa, El chico lo
E estrelló contra el suelo. Una luz blanca salió de su mano.
l Me detuve, mirándolo. El hombre que sostenía en el suelo echó la
cabeza hacia atrás, gritando cuando el brillo lo cubrió. En cuestión de
c segundos, la cabaña se llenó con el olor a carne quemada y tierra.
u Ojos Púrpuras era fuerte.
e Peligroso.
r Poderoso.
p Una amenaza.
o Pero yo lo era más
Levanté ambos brazos y el temblor en el suelo se convirtió en un
d rugido. A su alrededor, los árboles se sacudían y se retorcían cuando se
e levantaba un gran viento que me agitaba el pelo. Las ramas rotas se
l alzaron del suelo. Una atravesó el claro, perforando al hombre más
cercano a mí directamente en el pecho. Otros dos cayeron de esa manera,
h empalados profundamente en el suelo.
o La energía cargó el aire. El olor a ozono quemado aumentó. Me levanté
m del suelo, y los árboles continuaron temblando y el suelo rodó debajo de
b mí, cediendo cuando los rayos cayeron cerca, demasiado cerca.
r Los árboles se arrancaron del suelo, exponiendo raíces largas y
e nudosas. Una nube de rica y húmeda tierra rociada.
—Santa Mierda —susurró alguien.
h Aplaudí mis manos juntas.
u Los árboles volaron a través del claro, y ojos púrpuras se agachó,
m golpeando el suelo cuando sonaron gruñidos carnosos, seguidos de gritos
e conmocionados que terminaron abruptamente. Hubo un fuerte estruendo.
397
Y té la mano.
l Se detuvo, sus ojos se abrieron ligeramente mientras su cabello
u mojado se enroscaba en su frente.
e —Peaches...
g Lo miré fijamente.
o Lentamente, levantó las manos como si se rindiera.—Evie, está bien...
si Nombres
le Los nombres aparecieron en mis pensamientos. Nadia. Evie. Peaches.
n Tenían significado, llevaban peso, pero él era poderoso. Podía lastimarme,
ci y no podía permitir eso. No otra vez. Nunca de nuevo.
o. —Soy yo. —Su voz era suave—. Evie, soy yo.
B —¿Estás haciendo paisajismo? —Escuché que alguien preguntaba, y me
ajé volví hacia el sonido de la voz.
los Era un hombre de cabello oscuro con ojos verde esmeralda. Detrás de
brazo él, vi una réplica idéntica de él, y había dos rubias, y una niña con piel de
s a color marrón oscuro. Había hombres enmascarados aún vivos,
los sobrevivientes, tambaleándose sobre sus pies. Se giraron, lanzándose
costa entre los árboles.
dos Uno de los hombres de cabello oscuro y la rubia alta se fueron,
mien desapareciendo tras ellos. Los hombres enmascarados podían correr, pero
tras un... Luxen siempre, siempre sería más rápido. Eran Luxen. Los dos que
exten corrieron tras esos hombres. Sabía lo que eran, y también eran amenazas.
día —Ese no fui yo —dijo el que había venido a pelear a mi lado. Ojos
los púrpuras—. Esa fue ella.
dedo El Luxen de cabello oscuro maldijo por lo bajo, y sentí el poder
s y ondular dentro de mí nuevamente mientras movía mi cabeza de lado a
me lado. Un resplandor blanco comenzó a formarse a su alrededor, una
tirab muestra de su fuerza.
a al Un reto.
suelo Una amenaza.
. Se —Daemon —dijo Ojos púrpuras—. Voy a necesitar que hagas lo que
romp digo y corras.
ió —¿Qué? —dijo el Luxen llamado Daemon.
una —Ahora —ordenó el otro—. Maldición, corre, ahora.
ramit Demasiado tarde.
a y Levanté la mano y convoqué la ira dentro de mí, dejándola salir y
me encontrar su objetivo.
conc
entré
en
Ojos
púrp
uras.
Él
mero
deó
hacia
mí y
yo
levan
37
U
398 Traducido por: Alma16s
Corregido por: Patty
400
D dedos estaban ahora en mi mejilla, recogiendo el cabello mojado—. Evie,
e abre los ojos para mí.
repe No quise hacerlo. No quería ver lo que le había hecho.
nte —Evie, por favor —suplicó, y Luc nunca suplicaba.
las —Lo siento —susurré, apretando los ojos con fuerza—. No sé qué está
man mal conmigo. Lo siento.
os —Está bien —dijo Luc, deslizando una mano debajo de mi mejilla,
estab levantándome de la hierba empapada a sus brazos—. Estoy bien. Mira.
an Estoy bien.
sobre Sacudí la cabeza, tratando de alejarme, de poner algo de distancia
mí, entre nosotros porque había algo muy mal conmigo, y no se podía confiar
un en mí.
toqu —No hay nada malo contigo.
e Una risa áspera se desprendió de mí. —Hay algo muy mal conmigo.
suav —Está bien. —Sus manos se extendieron por mis mejillas—.
e en Probablemente hay algo un poco mal contigo.
mi —¿Un poco mal conmigo? ¿Un poco? ¡Intenté matarte! ¡Y Daemon! —Me
hom estremecí cuando sus labios presionaron mi frente—. Casi lo hice.
bro y —Pero no lo hiciste. Estoy aquí. —Sus labios se deslizaron sobre mi
cade mejilla—. Estoy aquí, y también Daemon. Abre los ojos y mira.
ra, Tomando varias respiraciones profundas, hice lo que me pidió. No
pero estábamos solos El Luxen estaba a varios metros de distancia, en su forma
todav humana. Estaba vivo, pero no parecía exactamente emocionado.
ía me —No me importa cómo se ve —dijo Luc, guiando mi mirada hacia él—.
estre Mírame. Por favor.
mecí. Lo miré
Tem Donde su piel había comenzado a despegarse, no había nada más que
blé tenues marcas rosadas a lo largo de sus mejillas. Parecía que tenía una
de la quemadura de sol, pero aún podía verlo en mi mente. Delgadas tiras de
cabe carne cediendo, rasgando…
za a —Detente. —Ahuecó mis mejillas—. Estoy bien. ¿No lo ves? Estoy
los bien, Peaches.
pies. —Pero te lastimé a ti y a Daemon —susurré, cruzando mis dedos
— temblorosos alrededor de sus muñecas—. Los iba a matar a los dos. Me
Evie detuve, pero...
— —Te detuviste, y eso es todo lo que importa.
susu No estaba segura si eso era cierto. Parar no era todo lo que
rró la importaba. No borró el dolor que les había causado. ¿Qué pasa si sucedía
voz. nuevamente y no pueda parar? ¿Entonces qué?
Luc Luc hizo este sonido en el fondo de su garganta mientras me miraba a
Los los ojos. —Resolveremos esto. Sigo diciendo eso, pero te prometo, Evie, que
lo resolveremos. ¿Está bien? Cree en eso. En mí.
401
T n el estómago. Había hecho eso, y había tratado de hacerle algo peor a
enía Luc, quien era la cosa más poderosa en esta Tierra, y, sin embargo, se
muc había estado rompiendo debajo de mí.
has No entendí cómo era posible.
gana —Realmente no tengo idea de cómo hice algo de eso. Uno de ellos me
s de golpeó y me tiró al suelo, y vi mi sangre, y fue como si se lanzara un
hace interruptor —le dije, deslizando mis manos por sus brazos—. Escuché su
rlo, voz en mi cabeza, ordenándome que demostrara que valía... una vida. Yo
pero creo que…
esto —¿Qué? —Sus pulgares acariciaron mis mejillas, alejando mi mirada de
estab los cuerpos rotos.
a —Creo que he hecho esto antes... en una habitación blanca llena de
más hombres que me habían hecho daño. —Sacudí la cabeza de nuevo—. No lo
allá entiendo. Solo sabía qué hacer. Imaginar y hacer que suceda.
de él, Luc estuvo callado por un largo momento. —Estos hombres que crees
más que te lastimaron... ¿recuerdas lo que te hicieron?
allá Sacudí mi cabeza en su agarre suelto.
de —¿Sabes lo que les pasó?
noso Yo lo sabía. —Los maté.
tros. —Bueno.
Mi Mi mirada se disparó hacia la suya.
mira —¿Están bien, chicos? —gritó Zoe—. Porque todos estamos empezando a
da preocuparnos mucho.
pasó —¿Estás bien? —preguntó Luc en voz baja.
de la Asentí, aunque no estaba segura, pero no podía sentarme aquí bajo la
suya lluvia decreciente.
a los Luc tomó mis manos y se levantó, ayudándome a levantarme. Dejé
cuer que me llevara a donde estaban Daemon y Zoe.
pos —Lo siento —le dije a Daemon—. No sé lo que me pasó. Lo siento.
espa Sus labios estaban presionados en una delgada línea mientras miraba
rcido a Luc y luego asintió.
s a No esperaba que aceptara mis disculpas.
nues Daemon miró a Luc y había mil palabras no dichas en su expresión
tro dura e implacable.
alred —Lo sé —dijo Luc, obviamente captando los pensamientos de Daemon
edor. —. Hablaremos.
Las Daemon inclinó la cabeza. —Sí, lo haremos.
náus Mirando a Zoe y descubriendo que me estaba mirando como si no
eas supiera qué decir, contuve un estallido de vergüenza y aparté la mirada,
me mi mirada se desvió sobre los cuerpos, algunos todavía...
retor Uno de ellos todavía estaba vivo, de costado y estirando la mano hacia
ciero su muslo, donde podía ver claramente un arma todavía atada allí.
402
L de dolor del hombre fue cortado por la mano de Luc alrededor de su cuello.
uc lo Levantando al hombre de sus pies, Luc lo sostuvo en el aire. La cara
vio al del hombre se puso rojiza. El escupitajo voló mientras clamaba por el
mis agarre de Luc con su mano buena. Sus pies patearon, pero Luc lo sostuvo
mo allí como si no fuera más que una bolsa de comestibles.
tiem —Cada parte de mí quiere alargar esto —dijo Luc, su voz
po terriblemente tranquila—. Quiero que tengas miedo cada último segundo
que que te queda. Quiero el último pensamiento sobre cuán precioso fue ese
yo. último aliento de aire que tomaste.
Se Al retroceder, me topé con un tronco de árbol. Miré hacia abajo, un
dispa poco perdida en los bordes quemados y desiguales.
ró —Detente —ordenó Daemon, haciendo a un lado la rama de un árbol
hacia como si fuera una bolsa de papel mientras avanzaba—. Luc, para.
dela —Ahora, ¿por qué haría eso, Daemon?
nte, —Porque sería prudente mantenerlo con vida. Saben lo que es ella.
agarr Mojando mis labios, tragué fuerte. —Luc, él tiene un punto. Podría
ando decirnos por qué siguen viniendo... y tal vez lo que soy.
el Los ojos del hombre se hincharon cuando Luc aumentó la presión
braz sobre su cuello. No iba a parar. Pensé en Kent. No lo culpo si no se
o detiene. Por mucho que quisiera saber por qué seguían viniendo por mí,
derec todavía podía entenderlo.
ho Podría haber aguantado la respiración.
del Con lo que parecía ser una gran moderación, Luc retiró los dedos de
hom la garganta del hombre y lo dejó caer. Golpeó el suelo rocoso en un montón
bre. desordenado, arrastrando el aire y escupiendo.
El Un silencio tenso siguió cuando Zoe cruzó el claro, sus ojos llenos de
chas ira apenas contenida. —¿Hay más de ustedes por ahí? ¿Vienen más
quid equipos?
o de —No. —El hombre tosió—. Nosotros... éramos el único equipo, pero
los ellos sabrán... que algo pasa si... no hablamos por radio de noche.
hues Daemon miró a Archer, pero el Origen se centró en Luc. En ese caso,
os sabía que Archer apoyaría a Luc, si Luc decidía terminar con la vida de
era este hombre en ese mismo momento. Una parte de mí pensaba que Luc
como podría, aunque había dejado ir al hombre. Violencia mortal grabada en sus
rama rasgos, una promesa de retribución.
s —¿Cómo te llamas? —preguntó Luc.
secas Rodando sobre su costado, el hombre se atragantó mientras luchaba
que por respirar. —Steve—gruñó—. Steven Chase.
se Los labios de Luc se curvaron. —Vas a hablar Steve, y tal vez, solo tal
romp vez puedas respirar un poco más.
en. Esperaba que el hombre peleara, porque parecía que era del tipo
El militar. En todas las películas que había visto, las personas que se veían
grito
403
como como un canario.
él —No queríamos ningún problema con ustedes. Realmente no lo
requ hacíamos —gruñó.
erían —¿En serio? —Burla goteó del tono de Luc mientras se inclinaba,
un agarrando al hombre por la parte delantera de su camisa. Arrastrándolo
mont por la camisa, levantó al hombre, como si fuera un gatito, para ponerse de
ón de pie—. Mira alrededor. Tienes muchos problemas.
convi —Lo sé —Steven estaba temblando, con el brazo roto colgando sin
ccion fuerzas—. Pero no teníamos otra opción. Teníamos un trabajo que hacer.
es y Todos ustedes... estaban en el camino. Solo la queríamos a ella. Esas
tortu fueron nuestras órdenes. Sacarla y luego nos iríamos a casa.
ras Archer arrastró al tipo hasta la casa. Literalmente. Lo arrastró por la
antes piel de su cuello. Luc se mantuvo cerca, pero no habló. No hasta que
de llegamos a la casa y Grayson y Dawson regresaron.
come —¿Los atraparon? —preguntó Luc, haciendo referencia a los que habían
nzar corrido, y cuando asintieron, no me sentí nada mal por esos hombres. Se
a giró hacia Daemon. —Asegura a él imbécil.
revel Seguí caminando, siguiendo a Zoe, pero Luc extendió la mano y me
ar agarró del brazo. —Oh no. No tú. Te quedarás aquí conmigo por un
secre momento.
tos. Zoe dudó, y pensé que era por mí, pero luego me di cuenta de que
S estaba dando vueltas por Luc. Ella estaba preocupada por él.
te —Está bien —dije, solo queriendo terminar con esto, pensando que
v sabía por qué quería hablar conmigo—. Solo me va a gritar...
e —Maldita sea —gruñó Luc.
n Mis ojos se entrecerraron sobre él. —Y no voy a matarlo.
C —¿Estás segura? —preguntó ella.
h Me sentí mal porque ella tuviera que preguntar eso. —Sí. —suspiré—.
a Estoy segura.
s Delante de Zoe, los labios de Daemon se torcieron mientras nos
e miraba. —Vamos, Zoe. Ayúdame a encontrar algo con lo que atar este
n imbécil.
o. Zoe no se movió por un segundo, y luego finalmente se dio la vuelta,
É alejándose hacia los chicos. Observé hasta que todo el grupo se fue antes
l de soltar un suspiro irregular y profundo. Me giré hacia donde estaba Luc,
c registrando vagamente la furia hirviendo grabada en su rostro fríamente
a impactante, y me di cuenta de cuánto había estado conteniendo hasta que
n se aseguró de que no iba a matar a nadie.
t Respiró hondo y lento. —Voy a tratar de mantener la calma sobre
a esto, debido a lo que acaba de suceder, pero necesito sacar esto de mi
b pecho, porque si no lo hago, podría explotar.
a Me crucé de brazos. —Lo sé…
404
— os establecido varias veces.
No Parpadeé —Bueno, eso es completamente…
sabe Luc se lanzó hacia adelante, moviéndose tan rápido que no tuve
s oportunidad de reaccionar. Sus manos apretaron mis mejillas, inclinando
una mi cabeza hacia atrás. En un latido tartamudeado, su boca estaba sobre la
mier mía.
da — El beso fue profundo y repentino, hermoso en su crudeza, y mi cuerpo
dijo, reaccionó sin pensar en las emociones casi brutales que se vertían en el
hirvi beso. Mis manos aterrizaron en su pecho y mis dedos se clavaron en su
endo camisa. Le devolví el beso, y llegó a lo más profundo de mí, quemándose en
mien mi alma.
tras Esto fue mucho mejor que ser sermoneada.
daba Para cuando ambos tomamos aire, el pecho de Luc estaba subiendo
un irregularmente bajo mis manos. Apoyó su frente contra la mía, y ninguno
paso de nosotros se movió. Ni siquiera abrí los ojos. Nos quedamos allí en
adela silencio mientras la lluvia comenzaba a caer nuevamente, un fino brillo
nte que se asentó en nuestra piel.
—. —Debes saber que no pensé que ibas a poder hacer lo que hiciste
Creo cuando te llevaron afuera.
que —Yo tampoco —admití.
es —Y esto empeora. No sabía si llegaría a tiempo —dijo, enviando un
algo escalofrío a través de mí—. Pensé que esta vez, esto sería todo. No más
que negociaciones ni milagros.
hem Respirando el aroma de la lluvia y el bosque, abrí los ojos. —No fue
así.
—Pudo haber sido. —Sus manos se deslizaron de mis mejillas,
deslizándose hacia la parte superior de mis brazos. Él retrocedió y mis ojos
se abrieron. Las gotas de lluvia se aferraron a sus gruesas pestañas—.
Nunca vuelvas a hacer algo así. No me importa lo que puedas hacer.
—Yo... tuve que hacer algo. Yo tenía…
—No tenías que hacer nada. —El tono de sus ojos se hizo más
profundo que el violeta—. Lo tenía controlado. Eso es lo que hago.
—Mataron a Kent. —Mi voz se quebró—. Iban a matar a cada uno de
ustedes por mi culpa. No podría simplemente quedarme allí y dejar que
eso sucediera.
Su mandíbula se endureció. —Te quedarás allí y permitirás que eso
suceda si eso es lo que se necesita para sobrevivir.
Lo miré boquiabierta. —¿En serio? No puedes estar hablando enserio.
—Estoy hablando muy enserio.
—¡Y hubieras estado muerto! —Al soltarme, di un paso atrás, ignorando el
hecho de que casi lo había matado a yo misma—. Zoe habría estado
muerta. Todos en esta casa habrían muerto. No me importa cuán
especiales sean ustedes. No eres inmortal. No eres intocable, y si algo le
sucedió a... —Me interrumpí, limpiándome la niebla que se acumulaba en
405
mi a manejado la situación.
rostro —¿Poniendo en peligro la vida de todos allí? ¿Es así como lo habrías
—. Sé manejado?
que lo Los labios de Luc formaron una línea delgada y dura.
que —Así es como lo has manejado antes, ¿verdad? ¿Con París?
hice —Alguien ha estado hablando. —Sus hombros se tensaron.
fue Sabía que era difícil mencionarlo, pero tenía que hacerlo. —Lo has
peligr hecho antes. Poner a otros en riesgo por mí. Hubieras sacrificado a todos
oso. en esa habitación, y no puedes seguir haciendo eso, Luc. —Luchando por
Sabía mantener la calma, aparté mi cabello mojado de mi cara—. Esa fue mi
que elección...
cuand —No fue tu elección. —La ira llenó su voz—. Sé que te dije esto antes,
o pero siento que necesito repetirme solo para que estés claro. ¡No pasé la
tomé mitad de mi vida olvidada de Dios tratando de mantenerte con vida para
la que solo lo tires todo!
decisi —¡No lo estaba tirando! —grité, con las manos en alto—. Estaba tratando
ón de de salvar la vida de las personas que me importan. Si honestamente crees
irme que habría estado esperando y permitiría que más personas murieran por
con mi culpa, entonces no me conoces en absoluto.
ellos,
podría
morir.
No
tomé
esa
decisi
ón a
la
ligera.
S
us
ojos
se
entrec
erraro
n. —
Fue
una
elecci
ón
estúpi
da,
descui
dada
e
impru
dente.
Yo
habrí
38
406 Traducido por: Alma16s
Corregido por: Patty
26
Iniciales de: Hijos de la Libertad (Pero en inglés).
Luc hizo exactamente eso. Agarrando el cuello de la camisa negra, la
apartó a un lado, revelando lo que parecía ser un tatuaje con una
serpiente enrollada sobre una bandera estadounidense. Era todo un color,
408 sombreado en negro.
Mis cejas se alzaron.
—Todo lo que prueba es que tienes un tatuaje de culo feo. —Luc soltó la
camisa y Steve se dejó caer en la silla de madera—. Todo esto suena como
una mierda, pero he escuchado cosas más extrañas, así que estoy
escuchando. ¿Por qué los chicos de Liberty estarían interesados en ella?
Steven tragó mientras su mirada parpadeaba entre Luc y Daemon. —Crees
que somos enemigos. No lo somos.
—Lo somos—corrigió Luc.
—Al menos no deberíamos serlo—insistió Steven mientras la frustración se
elevaba en su voz—. Está a punto de suceder, y sucederá rápidamente si
no lo detenemos. Terminará antes de que alguien supiera que incluso
comenzó.
Aire frío me provocó la nuca. —Mi madre dijo algo similar. —Miré a
Luc—. Justo antes... Ella estaba diciendo algo así.
—Sylvia Dasher?—Steven dijo su nombre con un rizo de desdén—. Ella era
parte de eso, parte del Proyecto Poseidón.
Dawson gimió mientras se deslizaba detrás de la silla y echaba la cabeza
hacia atrás. —¿Qué pasa con los nombres griegos?
Su hermano se quedó muy quieto. —¿Qué es el Proyecto Poseidón?
—Fue el mayor logro de Daedalus—explicó Steven, sus labios se
estrecharon de dolor—. Y fue su creación más horrible.
Dando un paso atrás, froté mis manos sobre mis caderas. —¿Sabes sobre
Daedalus?
—Por supuesto lo hacemos. Los monitoreamos lo mejor que pudimos.—Su
mirada pasó de Daemon a Luc—. No estamos de acuerdo con lo que están
haciendo. Están jugando a ser Dios. Todos ustedes saben exactamente lo
que son.
—¿Son? —Preguntó Dawson—. Daedalus ya no existe.
Steven sacudió la cabeza y recordé que no sabían lo que sospechábamos,
lo que sabíamos. —No, todavía están activos, mucho. Pensaste que los
sacaste—dijo, fijando su mirada de pánico en Luc—. Pero no lo hiciste.
—Obviamente—murmuró Luc.
—Espera un segundo. —Las manos de Daemon se abrieron y cerraron a
sus costados—. ¿Estás diciendo que Daedalus todavía está activo?
—No tuvimos la oportunidad de decirte eso, porque estos imbéciles nos
interrumpieron—dijo Luc—. Chicos, sé que todos quieren concentrarse en
Daedalus, y lo entiendo, pero tratemos con una cosa jodida a la vez. Por lo
tanto, un poco más de detalle sobre el Proyecto Poseidón sería genial.
—Wow. —resopló Daemon—. ¿Esas son dos cosas que no sabes?
Luc miró a Daemon. —Estoy literalmente en el peor estado de ánimo
posible que puedas imaginar en este momento.
409
— acabo de enterarme de que la organización responsable de cada una de las
¿Ent pesadillas de Kat sigue funcionando.
once Luc exhaló pesadamente. —Estoy empezando a pensar que no debería
s? Yo haber detenido a Evie.
tamb —Bien. —Daemon puso los ojos en blanco—. Eso realmente está ayudando
ién con mi estado de ánimo.
estoy —¿Me veo como que me importa?
de —¿Chicos, en serio? —Alcé las manos con exasperación, y la mitad de la
mal habitación se agachó como si esperaran ser arrojados al techo—. ¿No
hum pueden hacer esto ahora?
or. Ninguno de los dos parecía que fuera algo que pudieran controlar, pero
En ambos guardaron silencio.
caso Me concentré en Steven. —Dinos qué es eso.
de —El Proyecto Poseidón fue su programa más largo, nada parecido a lo que
que habían trabajado antes. ¿Híbridos? ¿Orígenes? —Él sacudió la cabeza,
lo haciendo una mueca—. Esto, si tiene éxito, haría que cada creación que se
haya haya presentado antes parezca un juego de niños.
s No había duda de que Steven sabía exactamente qué había estado
olvid haciendo Daedalus, pero en realidad no nos estaba diciendo nada.
ado, —Me estoy aburriendo —advirtió Luc.
tu —Los registros indican que habían estado trabajando en el Proyecto
novia Poseidón desde que llegaron los Luxen, desde que el primer Arum llegó
solo aquí. Sí —dijo cuándo Dawson dejó escapar un improperio—. El proyecto
inten estuvo plagado de tantos fracasos que creímos que lo que intentaban era
tó imposible, ni siquiera una preocupación. Tenía que ser imposible: la
mata combinación de ADN de Luxen y Arum.
rme —¿Qué? —gritaron Daemon y Grayson al mismo tiempo. Fue Daemon
desp quien continuó—: Eso es imposible. Nuestro ADN no es compatible.
ués —¿No es así?—desafió Steven—. ¿Sería imposible dentro de un recipiente
de humano?
que Luc desplegó sus brazos. —Nada es imposible.
tú —Lo lograron. No nos dimos cuenta hasta después de la guerra, pero
inten tuvieron éxito en formas que nunca imaginamos, mucho antes de que
taste pudiéramos haberlo adivinado. Las cosas que han creado, son imparables,
mata ejercen las habilidades de Luxen y Arum, más poderosas que su origen
rme más fuerte. —Su mirada se dirigió a Luc—. No son vulnerables a la
a mí obsidiana ni al ónix armado.
— Eso fue lo que roció en el aire en una niebla invisible. Al igual que el
señal Discapacitador causó el dolor extremo de Luxen.
ó —Las armas modificadas por PEM no los dañan—continuó, su pecho subía
Dae y bajaba pesadamente—. Una vez que se completa su mutación, solo un
mon disparo en la cabeza los derribará, pero son rápidos, más rápidos que una
—. Y maldita bala. Lo he visto.
410
— ar. Sus huesos se rompen y reforman, sus vasos sanguíneos gotean.
Sant Fiebre. Vómitos.—Cerró los ojos—. Todo su cuerpo y mente cambian. No
a son como los híbridos. No son lo mismo después. Son asesinos
mier programados e imparables.
da— —Sarah. —Zoe se volvió y se pasó la mano por el pelo—. April.
mur Posiblemente incluso Coop y...
muró Ella no necesitaba decirlo.
Zoe, Yo.
con —¿Has visto las noticias? ¿Sobre los brotes de los que los medios culpan a
los los Luxen?—La risa de Steven era seca como huesos viejos—. No eran
ojos personas enfermas. Eran humanos mutantes.
muy —¿Cómo?—susurré, y Zoe se dio la vuelta rápidamente—. ¿Cómo están
abier mutando las personas? ¿Por qué?
tos —Algunos de ellos fueron creados en los laboratorios. Estamos bastantes
—. seguros de que tuvo lugar en el complejo en Frederick—dijo, haciendo
¿Diji referencia a Fort Detrick, donde trabajaba mi madre—. Eran como los
ste Orígenes. Crearon durmientes y los llamaron Troyanos, y al igual que su
cuan homónimo, se han infiltrado en todos los niveles de la sociedad. Pero otros
do son... eran humanos normales que fueron mutados.
su —¿Cómo?—exigió Daemon—. ¿Cómo podrían los humanos normales
muta mutar?
ción —Es una gripe—dijo, mientras la garganta trabajaba para tragar—.
está Daedalus mutó una cepa de gripe común para portar esta mutación, y la
comp liberaron. No sabemos cuándo, pero es por eso que algunos humanos
leta? comienzan a mutar.
¿Có El horror combinado con incredulidad crecía dentro de mí.
mo —Esto es imposible—murmuró Zoe.
se ve —No lo es—insistió Steve—. Los agentes biológicos armados no son nada
su nuevo, y Daedalus ha tenido décadas para perfeccionar esto.
muta —Si lo que dices es cierto, ¿cómo es que no tenemos miles de estos
ción? humanos mutantes corriendo? —pregunté.
— —Vacunas contra la gripe. Las personas que recibieron vacunas contra la
Com gripe aún pueden contraer la gripe, pero debilita la cepa mutada en el
o un virus. No mutarán—explicó, y sentí que el piso se movía debajo de mí
espe mientras pensaba en cómo mamá había mencionado la importancia de las
ctácu vacunas contra la gripe. Tanto es así que a menudo bromeaba que ella
lo de debe estar recibiendo sobornos de los creadores—. Los que no recibieron la
terro vacuna contra la gripe, o morirán durante la mutación, o mutarán, y los
r. que recibieron la vacuna tendrán la peor gripe en su vida.
Está El silencio llenó la habitación, y pensé en Ryan. Con la gripe normal, las
a personas morían si tenían problemas de salud no diagnosticados, como
nivel problemas cardíacos o enfermedades autoinmunes. Personas cuyos
celul cuerpos probablemente no pudieron soportar la mutación.
411
—No Sentí que necesitaba sentarme.
cree —De ninguna manera. —respiróDawson—. Esto es... esto es demasiado
mos para creer.
que Archer avanzó, llegando a pararse al otro lado de Luc. —Nunca he
haya escuchado o visto algo así, ni una sola vez durante todo mi tiempo en
n Daedalus.
lanza —No lo hubieras hecho. —Steven torció el cuello de lado a lado—. Fue
do el demasiado secreto. Por lo que pudimos reunir, solo unos pocos tenían
virus autorización para el proyecto o para la clave que creó la mutación.
a —¿Y cómo se llamaba eso? —preguntó Daemon—. ¿Bola de Mierda 101?
gran El miedo goteó en la mirada de Steven. —No es una mierda. Nada de esto
escal es. Tenían tres sueros. Algunos de ustedes los conocen bien. LH-11.
a Prometeo y Andrómeda: Andrómeda crea los troyanos.
todav Mis manos cayeron a mis costados. Traté de hablar, pero mi garganta se
ía, cerró.
pero —No—dijo Luc, avanzando bruscamente. Agarró la camisa del hombre,
no levantándolo del suelo y de la silla—. Estás mintiendo.
hay —¿Por qué iba a hacerlo? —gritó—. ¿Qué punto tendría eso?
form Miré a Luc, preguntándome por qué no le creía a este hombre y luego me
a de di cuenta rápidamente de que no quería hacerlo.
estar —No tiene motivos para mentir, Luc. —Archer se volvió hacia él—.Lo que
segu dice suena increíble, pero tú y yo sabemos que Daedalus era capaz de casi
ros. cualquier cosa.
Al —Tiene razón—apretó Steven con los dientes apretados—. Hemos estado
men rastreando a los troyanos, tratando de llegar a ellos antes de que se
os activen y sacarlos después, como hicimos en Kansas City y Boulder. Algo
todav viene, algo grande. Los que no hemos podido capturar han desaparecido.
ía no No sabemos por qué, pero sabemos que no es para vivir sus días en una
— granja. Cualquiera sea la razón por la que fueron creados, está sucediendo
conti ahora.
nuó Parecía que Daemon fue el primero en darse cuenta, porque se giró
Steve lentamente, mirándome directamente. —¿Y por eso estás aquí?
n—. Luc dejó caer a Steven y la silla cayó con un ruido sordo. —No lo digas —
Pero ordenó, pronunciando las palabras en voz tan baja que apenas lo escuché.
es Steven lo ignoró. —Ella es un Troyano. Viste lo que ella hizo allí
viral. afuera. ¿Alguna vez has visto algo así? No, ninguno de ustedes lo ha
Solo hecho.
será No pude hablar.
cuest —Si no me crees, puedo probarlo—interrumpió, su amplia mirada fija en
ión Daemon—. Intenta dispararle.
de —¿Qué? —exclamé.
tiem Archer ladeó la cabeza hacia un lado. —No creo que ninguno de nosotros
po. vaya a caer en eso.
412
—¡No de dispararme en la cabeza afuera!—grité una frase que nunca pensé que
me tendría que decir.
están —Desde atrás—aclaró Steven—. Si no puedes verlo venir, no puedes
escu detenerlo.
chan Respirando pesadamente, lo miré fijamente. —No se puede decir la verdad.
do! Sé que hice algunas cosas bastante rudas y aterradoras, pero no puedo
— detener mágicamente las balas.
gritó —Yo puedo—dijo Luc.
Steve Lo miré con las cejas levantadas.
n—. —Hazlo. —La mirada de Steven se desvió alrededor de la habitación—.
Si Hazlo y verán que no estoy mintiendo.
inten —Nadie le está disparando a Evie—dijo Luc—. Lo siento.
tas —Bueno—dijo Daemon—. Si lo hacemos y ella detiene la bala, entonces
dispa sabemos que está diciendo la verdad.
rarle, —¿Te perdiste todo el Dark Phoenix afuera? —exigió Zoe—. Realmente no
no creo que debamos arriesgarnos a dispararle para demostrar lo que está
suce diciendo.
derá, Luc se enfrentó a Daemon. —No estamos disparando a Evie.
inclu —Solo digo que tal vez podríamos apuntar a su pierna o algo así —sugirió
so si Daemon con mucha ayuda—. Eso no la mataría si resulta que está lleno
ella de basura, y ella probablemente lo matará.
no Mi boca se abrió. —No hay razón para dispararme. Estoy…
ha Mientras todos a mí alrededor discutían sobre si estaba bien o no
sido dispararme, pensé en mamá y mi corazón se abrió de par en par. La poca
activ esperanza que me quedaba de que ella no había sido parte de lo que me
ada. habían hecho se había ido. Ella tenía que haber sabido...
Lo —Necesitas sacarla —dijo Steven, rompiendo el silencio—. Debes hacerlo
que antes de que sea demasiado tarde.
hay Luc se dio la vuelta lentamente, frente a todos en el grupo. —Nadie la está
dentr tocando. ¿Todos entienden eso? Porque usé lo último de mi generosidad
o de para no matar a este hombre cuando sacó un arma afuera. Ese tanque
ella está vacío.
la Nadie respondió. Hubo asentimientos, algunas miradas largas
prote intercambiadas, y luego Steven habló una vez más—: Llegará un momento
gerá. en que te arrepentirás de esto. —Steven levantó la barbilla—. Llegará un
— momento en que desearás haberla dejado y, para entonces, será
¡Uste demasiado tarde.
des Eso fue lo mismo que Micah nos había dicho, y cuando miré a Luc, supe
estab que estaba pensando lo mismo.
an Micah lo había sabido.
trata Él sabía lo que era.
ndo No había más información que Steven pudiera proporcionar, y cuando salí
de la casa, no esperaba que Steven viviera mucho más.
413
Y no calor. —Eso no debería haberle sucedido a Kent.
lo —No, no debería.
hizo. —Sé que no lo conocí tanto como ustedes, pero me gustó. —Abrí los ojos y
Sabí mis pestañas estaban húmedas—. Era divertido, y era...
a que —Bueno. Kent fue bueno en general —Luc terminó por mí, y luego tomó mi
se mano—. Vamos.
habí Luc me llevó fuera del porche, hacia donde Grayson y Zoe habían
a ido caminado. No habían ido donde estaban los otros cuerpos sino detrás de la
cuan cabina, cerca de un banco de piedra.
do No hablamos sobre lo que Steven nos había dicho o confirmado. No creo
Gray que ninguno de nosotros estuviese pensando en eso cuando Zoe levantó la
son mano y tocó la Fuente. Grayson se unió. Luc también, y cuando ya no
llevó quedaban más que cenizas, se nos unieron los gemelos y Archer.
a Kent no fue enterrado en la niebla, y no se pronunciaron palabras, ni
Kent, lápidas para marcar su tumba. Solo un parche de tierra quemada y un
que silencio pesado y palpable.
habí Si Kent estuviera aquí, probablemente no habría silencio. Él contaba una
a broma inapropiada. Probablemente me llamaría con un apodo extraño y
sido luego nos haga reír a todos.
envu Todo lo que podía decirme era que no lo había visto venir. No había habido
elto dolor. Había tomado un respiro... y luego no lo hizo, y tuve que pensar que
en eso era al menos un consuelo. No le dolió, pero no fue justo y no fue
una correcto, porque, como dijo Luc, Kent era bueno.
mant Mis lágrimas se unieron a la niebla en mis mejillas.
a. No sé cuánto tiempo estuvimos allí parados antes de que Daemon hablara.
Zoe —Tenemos que irnos antes de que lleguen más—dijo—. Antes de que sea
sigui demasiado tarde.
ó al
Luxe
n y
cerré
los
ojos
al ver
la
cara
de
Kent.
Sentí
la
prese
ncia
de
Luc
sin
escu
charl
o.
Sentí
su
39
414 Traducido por: Alma16s
Corregido por: Patty
o
N había tiempo para ducharnos o cambiarnos, así que nos
amontonamos en dos vehículos nuevos que habían sido
estacionados en el garaje. Ambos eran modelos más
antiguos, un Jeep Cherokee indescriptible y un Taurus de cuatro puertas.
Daemon se subió al volante del sedán y yo me subí al asiento trasero con
Zoe. Luc estaba en el asiento del pasajero. Dawson y Grayson se unieron a
Archer en el Jeep. Fue más que extraño ver a Daemon conduciendo. Me
había acostumbrado tanto a ver a Kent allí en un corto período de tiempo
que simplemente me sentí mal.
Él debería estar aquí.
No debería ser polvo y cenizas.
Tirando de la manta que había sacado de la habitación a mí alrededor,
apoyé la mejilla en la ventana fría. Mis jeans estaban fríos y rígidos en
algunos lugares, pegados a mi piel en otros. Estaba sucia, pero estaba
viva.
Seguí reproduciendo todo lo que Steven nos había dicho. Había un virus
súper aterrador que podía mutar a los humanos en esta cosa o podría
matarlos. James había estado estornudando la última vez que lo habíamos
visto. ¿Se estaba enfermando? ¿O se había vacunado contra la gripe?
No dudaba de lo que Steven había dicho. Que fui el resultado del Proyecto
Poseidón, algo tan increíblemente peligroso que una sociedad secreta
centenaria me había perseguido. Que yo era un Troyano, mutado por mi
madre y escondido en la sociedad para que eventualmente me despertaran
a realizar algunos actos nefastos.
Excepto que obviamente algo había salido mal con mi mutación. No era
como April.
Pero me sentí... mal en mi piel. Como si no supiera qué haría a
continuación, de lo que era realmente capaz, y no podía dejar de pensar en
el Troyano, en Daemon y la tripulación que se nos habían cruzado en el
camino. Había tratado de matarlos.
Había tratado de matarlos.
¿Volvería a suceder eso? Me llevaban a un lugar donde vivían sus familias,
a un lugar donde los traumatizados Luxen y los humanos ya habían
pasado lo suficiente, y yo...
Yo era capaz de cualquier cosa.
Contuve el aliento y lentamente lo dejé salir.
Lo estaba sosteniendo.
415 Once horas. Ese es el tiempo que tomaría este viaje. Tanto Daemon como
Luc querían hacer el viaje con descansos mínimos en el baño, lo que se
tradujo en uno, y yo completamente entendí eso. Ser visto por alguien era
peligroso, especialmente yo, ya que mi cara había sido cubierta por las
noticias.
Pero deseé haber salvado algunos de los tranquilizantes de la casa de
seguridad para poder noquearme.
Los minutos se convirtieron en horas, y en algún momento, Zoe se había
quedado dormida a mi lado mientras miraba a Luc y Daemon, algo
cautivados por su... ¿amistad? No tenía idea de cómo los dos podían pasar
de amenazarse y estrellarse contra las paredes a conversar y reírse como si
nada hubiera pasado.
Todavía me sentía como una mierda por lastimar a Daemon, pero parecían
haber olvidado su escaramuza. ¿O tal vez ya que amenazarse mutuamente
era algo que había sucedido mucho, era solo un día normal para ellos?
Probablemente lo último.
Varias veces, Luc me miró como si estuviera comprobando que yo estaba,
de hecho, en el asiento trasero. No habíamos tenido la oportunidad de
hablar realmente después de nuestro pequeño enfrentamiento fuera de la
cabaña.
Me miró de nuevo ahora, esos ojos color amatista se posaron sobre mí.
Deseé en ese momento poder leer sus pensamientos.
—¿Estás bien allí? —preguntó—. ¿Necesitas parar o algo?
Sacudí mi cabeza y miré a Zoe. —Ella está fuera.
—Bueno. Ella necesita descansar.—Luc miró hacia el frente—. Estamos
haciendo buen tiempo.
Dejé caer la manta hasta la cintura. Mi camisa ya estaba seca y mis
pantalones estaban húmedos. Con la voz baja, pregunté—: ¿Cómo será
este lugar?
—Has estado imaginando tiempos medievales, ¿no?—Daemon miró por el
espejo retrovisor.
Presionando mis labios, asentí. —Eso o algo post-apocalíptico con perros
salvajes deambulando por la calle y personas recolectando lluvia para
beber agua.
Luc se volvió hacia mí, una lenta sonrisa tirando de sus labios.
—¿Qué?—Estoy bastante segura de que había visto esas dos cosas en al
menos una docena de películas del fin del mundo.
—No es tan post-apocalíptico —respondió Daemon, y pude escuchar la
sonrisa en su voz—. Mucha naturaleza ha recuperado grandes porciones
de la ciudad. Es una locura lo rápido que sucedió eso, pero nos estamos
adaptando. Kat y yo hemos estado allí por casi dos años. Lo mismo para
Dawson y Beth. Archer y mi hermana han estado allí más tiempo,
ayudando a los que se quedaron atrás.
Una gran parte de mí todavía no podía creer que la gente acabara de
quedarse atrás. No debería sorprenderme que ese fuera el estado de la
humanidad, pero aun así era inquietante.
416 —Y todavía hay algo de electricidad utilizada en emergencias, como si
hubiera que realizar un procedimiento médico—explicó Daemon—. Los
encendemos usando la Fuente. No es algo que hacemos a menudo. Se
pueden rastrear las principales salidas de energía. Entonces, hemos hecho
un montón de búsqueda. Las baterías valen su peso en oro. Como lo son
los suministros para acampar.
Nunca había estado acampando, así que esto debería ser interesante.
—Al menos no es verano—comentó Luc—. Se puede obtener más de cien
grados y no hay aire acondicionado.
Mis ojos se abrieron. —¿Qué tiempo hace ahora?
Daemon se rio entre dientes. —En los setenta durante el día,
cincuenta en la noche. No tuvimos un verano tan malo como pudimos
haber tenido. Parte de mí se pregunta si tiene que ver con la falta de
contaminación y máquinas, pero tenemos formas de mantener las casas
algo frescas. Proporcionar flujo de aire es esencial, como lo es la sombra.
Para las casas que no tenían porches o árboles para bloquear el sol, se han
construido toldos. Permanecer en los niveles más bajos de los hogares
ayuda. Los sótanos son pocos y distantes entre sí debido a la piedra caliza,
y las casas que tienen sótanos se usan para personas mayores o personas
sensibles al calor. Pero cuando hace mucho calor, todo lo que puedes
hacer es fingir que no hace tanto calor.
—¿Qué hacen todos en la ciudad?
—Todos los que pueden trabajar, trabajan. Mucha gente cultiva y dirige
ranchos ganaderos que nunca antes habían tenido experiencia con él. La
comida es algo de lo que no tenemos que preocuparnos tanto como lo
hicimos al principio—explicó—. La vida dentro del muro no es muy
diferente del exterior. Hay leyes y personas para hacerlas cumplir. Las
escuelas funcionan durante los días a pesar de que no hay muchos niños.
Muchos no sobrevivieron el primer año.
Tragué fuerte.
—Tenemos médicos, Luxen e híbridos que vinieron a la ciudad — continuó
—. La ciudad es más una comunidad ahora. Todos ayudan a todos. Es la
única forma en que sobrevivirán.
—¿Cuántas personas están ahí?
Fue Luc quien respondió—: En el área metropolitana, antes de la
población, superaba los dos millones. ¿Ahora es qué, Daemon?
—Un poco más de veinte mil, y alrededor de cinco mil de ellos son
trasplantes de Luxen —respondió.
—¿Eso significa que el resto salió antes de que las ciudades fueran
amuralladas?
Ninguno de los dos respondió por un largo momento, y luego Daemon
habló—: Nadie lo sabe realmente. Hubo muchos disturbios civiles y caos
después de la invasión y cuando se lanzaron las bombas PEM. Cientos de
miles tuvieron que haber muerto en las semanas y meses posteriores, la
mayor parte de violencia entre humanos. Otros que tenían los medios y la
salud salieron.
417 Me recosté, girando la manta entre mis dedos. —¿Por qué no se han ido los
humanos ahora? ¿Cómo pueden no tener miedo de que alguien se vaya y
los exponga a todos allí?
—Es una amenaza con la que viven a diario —dijo Luc, mirando por el
parabrisas—. Pero muchos de ellos simplemente no quieren ser parte de
un mundo que los descartó.
—Puedo entender eso, pero todavía tiene que ser un gran riesgo.
—Todas las salidas están muy controladas y no queremos estar en la
posición en la que tengamos que impedir que alguien se vaya. Hasta
ahora, no ha sido un problema. —Daemon hizo una pausa—. Tendremos
que cruzar ese puente si llegamos a él.
Parecía un puente bastante grande para cruzar más tarde.
—Pero esperamos nunca llegar allí. —La voz de Daemon se endureció—.
No planeamos quedarnos escondidos para siempre. La ciudad no es solo
un santuario para aquellos olvidados o cazados. También es la zona cero
para la resistencia.
418
— Asentí.
Subu —Entonces vámonos—dijo Archer desde algún lugar en las sombras.
rbios Luc tomó mi mano y la apretó. Mi estómago se revolvió como un abanico
. — en alto cuando salimos por la parte trasera del lavadero de autos y
Dae atravesamos patios vacíos cubiertos de maleza.
mon Nadie habló mientras nos apresurábamos a través de la oscuridad, y sabía
apar que todos ellos podían moverse un millón de veces más rápido que yo, pero
eció estaban disminuyendo la velocidad, ejerciendo mucha más energía para
por hacerlo.
la Podría intentar ir más rápido, y teniendo en cuenta lo que había hecho en
parte el bosque, probablemente podría ser tan rápida como ellos, tal vez incluso
de más rápida.
atrás Pero ni siquiera sabía cómo aprovechar lo que había dentro de mí, y si lo
cuan hiciera, ¿me daría la vuelta y trataría de matar a todos a mí alrededor?
do Parecía que cada vez que me convertía en un asesino rudo, iba tras
los cualquier cosa que percibiera como una amenaza, y como todos los que
otros estaban cerca eran un Luxen o un Origen, no pensé que eso terminaría
tres bien.
se Entonces, caminé tan rápido como pude, sosteniendo la mano de Luc con
unier un agarre mortal.
on a —Lo estás haciendo perfectamente—dijo Luc mientras atrapaba un cable
noso que colgaba bajo, levantándolo del camino.
tros —Gracias—susurré.
—. La milla parecía extenderse por una eternidad mientras cruzábamos calles
Todo vacías y extensos rancheros, pasando piscinas que olían a musgo y juncos
aquí balanceándose hasta las rodillas.
está En cualquier momento, esperaba que un chupacabras saltara de la nada.
aban Luc se rió entre dientes mientras me miraba por encima del hombro. —Los
dona chupacabras no son reales, Peaches.
do. —No sé sobre eso.
Tene —Kat probablemente estaría de acuerdo contigo—dijo Daemon desde el
mos frente—. Está convencida de que son reales. Ella dice que puede oírlos
apro aullar de noche.
xima —Eso probablemente sería un perro—comentó Luc.
dame —O un coyote—dijo Zoe—. Definitivamente creo que hay coyotes por aquí.
nte Mis ojos se abrieron. —Espero que sea un coyote amigable.
una Alguien se rio entre dientes. Quizás Dawson. Entonces Archer dijo—:No lo
milla descubramos.
a pie. Finalmente, después de una eternidad, limpiamos un espeso matorral y lo
¿Ere vi a la luz plateada de la luna.
s —Mierda—susurré.
buen Una pared de acero estaba delante de nosotros hasta donde alcanzaba la
a con vista. Tenía que tener cerca de cien pies de altura, y cuando nos rodeamos,
eso?
419
mant deslizarse en su forma Luxen, convirtiéndose en un brillante faro blanco.
enié —¿Qué está haciendo?
ndon —Haciéndoles saber que estamos aquí —respondió Luc.
os Un instante después, el Luxen volvió a su forma humana y escuché el
cerca suave gemido del acero rozándose contra sí mismo.
del —¿Daemon?—Vino una voz baja y masculina.
culti —Aquí —respondió el Luxen, y luego estábamos cruzando la zanja de
vo de tierra, en dirección a una abertura que ni siquiera podía ver. Los gemelos
árbol desaparecieron en la pared, y luego perdí de vista a Zoe y Grayson.
es Mi corazón se aceleró en mi garganta cuando mis pies se desaceleraron.
pesa Realmente no tenía idea de lo que me esperaba al otro lado de la pared.
dos, Una ciudad olvidada Gente que nos daría la bienvenida o sería cautelosa.
no vi Alguien allí podría saber lo que me iba a pasar.
ning Podría decirme qué esperar.
una Meses antes, no hubiera querido saber la verdad. Preferiría esconderme de
abert eso. Pero ya no era así.
ura. —Evie.—La voz de Luc era tranquila pero fuerte.
¿Cóm Respirando profundamente, asentí. —Estoy bien. Estoy lista.
o en Y luego di un paso adelante, de la mano con Luc, hacia lo desconocido.
el
mund
o
constr
uyero
n
esto,
sabie
ndo
que
había
gente
adent
ro?
—No
les
impor
taba.
—Luc
me
arrast
ró.
Más
adela
nte,
vi a
uno
de
los
geme
los
40
420 Traducido & Corregido por: Patty
422
D mano torpemente, sin saber qué decir.
aemo
Ella sonrió mientras extendía una mano, agarrando la mía con cariño.
n se
—Estoy encantada de verte. A ambos. —Ella miró a Luc y luego a mí—.
habí
Daemon dijo que no te acuerdas de la reunión... pero sólo quiero decir que
a
me alegro de verte aquí.
movi
do —Gracias. Lo mismo. Quiero decir, no te recuerdo, pero estoy
para contenta de estar aquí —divagué, sonando como una idiota mientras
parar dejaba caer su mano—. Voy a dejar de hablar ahora.
se
Luc puso su brazo sobre mis hombros mientras se inclinaba,
detrá
susurrándome en el oído—: Lo estás haciendo bien.
s de
su No estaba tan segura de eso.
espo
sa, Pero Kat me sonreía -a nosotros- y había un secreto en su sonrisa
dos cuando dijo—: Sabes, Luc. Siempre lo supe.
man —Silencio —murmuró, apretando un beso rápido debajo de mi oreja.
os
desc Daemon le susurró algo a Kat, y su sonrisa vaciló cuando su mirada
ansa se fijó en mí. —Lo siento mucho —dijo ella—. Oí hablar de lo que le paso a
ndo tu madre. Sé que eso no cambia nada o lo hace mejor, y lo sé. Sólo quiero
sobre decir que lo siento.
un El siguiente aliento que tomé fue tembloroso. —Gracias. Te lo
estó agradezco.
mago
muy Su sonrisa estaba llena de la clase de dolor que yo sabía que venía de
hinc una experiencia de primera mano.
hado —¡Hola! —se oyó una voz alegre, y me giré a mi derecha.
.
Inmediatamente reconocí a la impresionante mujer de pelo negro que
— estaba allí de pie junto a Archer. —Tú eres Dee —le dije.
H
ol Parpadeó. —Lo soy.
a.
—¿La recuerdas? —preguntó Kat.
—
Ag —No. No lo sé. Acabo de verla en la tv. —Me volví hacia Dee—.
ité Siempre te he visto... —Me callé, haciendo una mueca de dolor.
la
Archer sonrió.
Luc murmuró—: No te preocupes. Eso no sonó para nada
espeluznante.
Le di una mirada oscura que sabía que podía ver.
Zoe se rió.
—Entonces, ¿me has visto básicamente hablar con una pared? —
423 preguntó ella sonriendo.
— ces sí.
S
i Dee se rió mientras se inclinaba hacia Archer, y no pude evitar notar
e cómo ambos hermanos miraban a Archer como si quisieran golpearlo
s hacía otra galaxia.
a
—¡Tío Luc! Tío Luc! —gritó una niña.
p
a Volviéndome hacia el sonido, vi a una niña pequeña, de unos cuatro
r años de edad, sobre la cadera de Dawson, estirando los brazos mientras
e ella agitaba sus manos. Había una mujer de pie junto a ellos, su pelo
d oscuro recogido en un desordenado moño. Tenía una mano en la espalda
e de Dawson.
s
el ¿Tío Luc?
S
e Mis ojos casi se me salen de la cabeza mientras Luc caminaba hacia
n la chica, levantando sus manos.
a La niña prácticamente se empujó de los brazos de Dawson a los de
d
Luc. Ella le envolvió sus pequeños brazos alrededor del cuello.
o
r De repente recordé lo que Luc había dicho cuando Dawson se dio
F cuenta de quién era yo, o con quién había estado conectada.
r
e No quiero que Bethany se quede viuda y sin padre.
e
Esta era la esposa y la hija de Dawson.
m
a Lo que significaría que como Dawson era un Luxen y Beth era una
n híbrido, la niña era una.....Origen.
,
e La mujer sacudía la cabeza con asombro. —No lo ha visto en años,
n pero lo recuerda. —Me sonrió, extendiendo una mano—. Lo siento. Soy
t Beth. La esposa de Dawson.
o
n Le estreché la mano, preguntándome si la había conocido antes o no.
—Encantada de conocerte.
—¿Cómo está mi Ashley favorita? —preguntó Luc, inclinando la cabeza
hacia atrás.
—¡Soy tu única Ashley! —Ella plantó sus manos en su pecho,
inmovilizándolo con una mirada bastante seria para una niña tan
pequeña.
Sólo le sonrió de una manera un poco triste. —Estás creciendo, casi
424 tan alta como yo.
Su cabeza se inclinó hacia un lado. —¡No soy tan grande!
—Uh-huh —dijo.
—¡Nuh-uh!
Mi corazón... bueno, hizo esta pequeña cosa extraña mientras miraba
a s de ningún tipo, verle con ella....
Luc
Suspiré.
con
esta —Eso debería ser ilegal, ¿no? —murmuró Zoe en mi oído—. Un tipo
niña. tan ardiente sosteniendo un niño.
Se
Asentí con la cabeza mientras Luc seguía discutiendo con la niña
apret
sobre si ella o no, se estaba volviendo tan alta como él.
ó y
se Doblando los brazos sobre mi pecho, miré a mí alrededor y me di
hinc cuenta de que Grayson desapareció. —¿Dónde está Grayson? —le susurré
hó, y a Zoe.
aunq
ue Ella suspiró, metiendo sus manos en los bolsillos de sus vaqueros. —
no Creo que sólo necesitaba un tiempo a solas.
estab Kent. El dolor amargo surgió como un pozo sin fin. Sabía que lo que
a ni sentía no era nada comparado con lo que los demás estaban
remo experimentando.
tame
nte —Quiero presentarte a alguien muy especial para mí, Ash. —Luc se
pens volvió hacia mí.
ando —Esta es...
en la
idea —Nadia —dijo la niña.
de Uh.
bebé
—No, esta es Evie —la corrigió Luc gentilmente.
—No, no lo es. —La niña me estudió, arrugando su pequeña nariz—.
Ella es Nadia.
Um.
—De acuerdo. —La madre de la niña se abalanzó sobre ella, sacando
hábilmente a su hija de los brazos de Luc—. Ya ha pasado tu hora de
dormir. Te dejé quedarte despierta para ver a tu papá, pero es hora de que
425 te acurruques con las chinches.
—Las horas de dormir son estúpidas —refunfuñó la niña mientras se
arrojaba por encima del hombro de Beth de modo que estaba frente a mí—
. Y no quiero acurrucarme con bichos.
A mí tampoco me gustaría.
Beth se dio la vuelta. —Fue muy agradable verlos a ustedes. Estoy
segura de que los veremos por la mañana.
—Sí. —Luc se me unió.
Dawson asintió a Luc y luego me dio una pequeña media sonrisa. —
Tranquilos esta noche, niños.
— en los brazos de su padre. Ella nos saludaba y yo le devolví el saludo.
¿Niño
s? — —Lo siento por eso —dijo Daemon—. Ash puede ser... diferente.
resopl —Está bien, ¿pero cómo lo supo? Basado en su edad, no podría
ó Luc. haberme conocido antes. ¿Verdad? ¿Me leyó la mente o algo así? —
B pregunté, y luego fruncí el ceño—. Bueno, eso no tiene sentido, porque no
eth y estaba pensando en ser Nadia o algo así.
Daw —Puede leer los pensamientos —explicó Dee—. Pero Ash es... muy
son diferente. A veces espeluznante, pero de una manera adorable.
se
fuero Las cejas de Zoe se levantaron.
n, y —Bueno, eso explica por qué ama al tío Luc —le dije.
la
pequ Luc me dio un codazo con su brazo. —No te pongas celosa.
eña
—¿Tuvieron problemas de camino aquí? —preguntó Kat, frotando una
Ash
mano a lo largo de su vientre.
termi
nó —No al llegar, pero al salir, lo hicimos. —Archer dejó caer su brazo
sobre los hombros de Dee—. Hablaremos luego. Se está haciendo tarde.
Luc levantó la vista, más allá del grupo. Su brazo se apretó sobre mis
hombros. —General Eaton —anunció—. ¿Debería saludarte?
Un hombre se adentró en el resplandor de las linternas, un hombre
mayor con el pelo blanco. Estaba vestido con una camisa blanca de
algodón.
—Como si alguna vez hubieras saludado a alguien en tu vida. —El
426 hombre era casi tan alto como Luc y Archer, y aunque parecía tener más
de sesenta años, estaba en forma.
Entonces recordé a Luc diciendo que planeaba ver si Eaton sabía lo
que era la Onda Cassio. Este era el hombre que posiblemente tenía todas
las respuestas
—Esta es Evie... —empezó Luc.
—No, no lo es. —El general me miró por encima de la larga y torcida
pendiente de su nariz—. Sé exactamente quién es ella. Nadia Holliday.
Todo dentro de mí se cerró mientras Zoe intercambiaba una mirada
con Archer y Dee.
Que te llamaran Nadia dos veces en un par de minutos era raro.
—Bueno —dijo Luc mientras miraba al general—. Eres un infierno
para romper el hielo.
El hombre mayor sonrió con fuerza. —Hablaremos más tarde. —
Escaneó el grupo—. Me alegro de que todos hayan llegado a salvo. Archer,
quiero un informe ahora.
A envidia. Besó la mejilla de Dee antes de que se retirara. —Esto no debería
rcher llevar mucho tiempo —le dijo.
suspi
—No lo hará. —Eaton me asintió con la cabeza antes de girar
ró
bruscamente, caminando por la oscura calle, como si estuviera actuando
tanto
para un ejército que no podíamos ver.
que
Gray —Nos vemos más tarde —dijo Archer, y luego se fue corriendo,
son poniéndose al día fácilmente con el hombre mayor.
habrí
Kat levantó las cejas. —Ha estado de mal humor últimamente. Estrés.
a
tenid —Me lo imagino —murmuré, más que nerviosa mientras veía
o desaparecer al general en la oscuridad.
—Vamos, estoy segura de que están hambrientos y exhaustos —dijo
Kat—. Puedo mostrarles la casa que les tenemos lista.
—Yo lo haré —dijo Dee—. Daemon, llévatela a la cama antes de que dé
a luz delante de nosotros y traumatice a todos.
Kat se volvió hacia ella lentamente.
427 La sonrisa en la cara de Dee era angelical. —Sólo me preocupo por ti.
—Uh huh —murmuró.
—Perfecto. —Daemon empezó a alejarla—. Quiero meter a Kat en la
cama.
—Nadie quiere saber eso —comentó Dee.
—Para descansar —enfatizó, y luego miró a Luc—. No olvides que
necesitamos hablar.
—No lo haré —contestó Luc, y un fino escalofrío me recorrió la
columna vertebral.
Tenía la sensación de que sabía de qué quería hablar.
Nos despedimos, y entonces Dee nos guiaba por la calle oscura,
iluminada sola por la lámpara que Zoe llevaba ahora.
—Hay dos casas junto a la nuestra que están vacías y son perfectas —
decía Dee—. Podrán tomar una ducha rápida, pero hará frío.
Estuve a punto de gemir. —Una ducha sería increíble, frío o no.
—¿Cómo tienen el agua corriendo? —preguntó Zoe, siguiendo el paso de
Dee—. No todos ustedes tenían eso antes.
—Encendimos algunos de los generadores en anticipación a que les
gustaría refrescarse. El viaje es ridículamente largo —explicó—. Y sé que
eso sería lo primero que querría.
—Eres magnífica —le dijo Zoe.
D e rió. —Lo intento.
e A medida que avanzábamos, podía oír el lejano zumbido de las
conversaciones bajas. La gente estaba definitivamente aquí, escondida en
e
las casas o bajo las marquesinas.
—¿Ha llegado alguien más? —pregunté, pensando en Heidi y Emery.
s
—Ustedes son los primeros.
—Emery y Heidi probablemente no estarán aquí por varios días más
—explicó Luc.
Asentí con la cabeza, preocupándome.
—Por cierto, Evie está enamorada de ti, Dee —anunció Luc al azar.
—¡Luc! —jadeé mientras Zoe se reía. Lo golpeé, pero se apartó corriendo.
428 Dee se giró, su largo pelo girando a su alrededor. —Lo tomaré como
un cumplido.
Iba a golpear a Luc en la garganta. —Lo es. Quiero decir, espero que lo
sea. Es sólo que creo que salir en la tele y hablar con el senador y
mantener la calma es realmente admirable.
—Gracias. —Ella caminó hacia mí, pasando su brazo por el mío—. No
es fácil. A veces, quiero voltear una mesa o encontrar al senador y
golpearle la cara. —Su frente se arrugó—. Lo que reforzaría todas las cosas
terribles que dice de nosotros, así que desafortunadamente, no puedo
hacer eso.
—Lástima —dije, ganando una sonrisa rápida.
—Tomar el camino más inteligente no es divertido.
—¿Filmas aquí? —le pregunté.
Ella agitó la cabeza. —Podríamos encender todo el equipo necesario,
pero existe la posibilidad de que nos rastreen. Nos vamos de aquí para
hacer las entrevistas.
Zoe se detuvo repentinamente, su mirada siguiendo un área de
madera. —¿Me están poniendo en la casa de ladrillos con las persianas
blancas? En la que normalmente me quedo —preguntó, y me sorprendió
de nuevo lo poco que sabía de Zoe.
—Sí —respondió Dee.
—Genial. Voy a ir a ver a dónde fue Grayson —dijo, apareciendo a mi
lado—. ¿A menos que quieras que me quede un rato?
—No, estoy bien. —Deslizándome de Dee, abracé a Zoe—. ¿Nos vemos
por la mañana?
—Suena como un plan. —Se volvió hacia donde Luc estaba a mi lado.
— e a buscar a Grayson —dijo en voz baja, quitándole la lámpara—.
V Asegúrate de que esté lidiando con todo.
—Haré lo mejor que pueda —dijo, y luego se fue en un borrón.
—Perdiste a alguien. —Dee se pasó la cola de caballo sobre el hombro
—. Kent. —Esa palabra, sólo un nombre, estaba llena de dolor—. No está
con ustedes.
—Sí, fue Kent. —La mano de Luc encontró la mía, y yo apreté la suya
—. Ellos eran más.
429 —Lo siento —dijo, suspirando con fuerza al empezar a caminar—.
Nunca es más fácil. Después de todo lo que hemos pasado, lo que
probablemente seguirá pasando, nunca será más fácil.
Siento mucho toda tu pérdida. Él era.....era Kent.
—Gracias —murmuró Luc.
Dee nos llevó más allá del área de madera hasta una calle a nuestra
izquierda. —Aquí es donde todos vivimos, donde podemos meternos en los
asuntos de los demás. Esta casa está lista.
La seguimos por un camino agrietado hasta una pequeña casa estilo
ranchero. Se detuvo frente a la puerta, abriéndola, y luego se acercó
encendiendo lámparas de gas a medida que avanzaba.
—Todo de ladrillo. Mantengan cerradas las puertas de las
habitaciones extra, las persianas cerradas durante el día y las ventanas
abiertas por la noche, y se mantendrá fresco en esta época del año. —
Señaló al techo—. También obtienen un buen flujo cruzado que incluso
hace girar a los ventiladores.
El ventilador estaba girando perezosamente. Miré a mi alrededor,
espiando varios muebles cómodos y una cocina.
—Asumí que ustedes dos están de acuerdo en quedarse en el mismo
lugar. —Dee se detuvo, poniendo sus manos en sus caderas—.
Probablemente debería haber comprobado eso primero.
Luc me miró, la suave luz de la lámpara iluminaba sus rasgos. Esperó
a escuchar lo que yo diría, dejándome la decisión a mí.
Asentí con la cabeza. —Eso está perfecto. Quiero decir, está bien.
Totalmente.
Una sonrisita se dibujó en los labios de Luc y sentí que mis mejillas se
sonrojaban.
430
— —Dee esperó en la puerta.
Bien.
—Eso sería perfecto —respondió Luc.
Hay
algu Ella asintió y se zambulló fuera de la puerta, desapareciendo en la
nos noche.
artíc
Durante unos momentos, Luc y yo nos quedamos allí parados, y luego
ulos
dijo—: Averigüemos dónde está la ducha.
de
tocad Pasamos por el estrecho y corto pasillo y entramos en un dormitorio
or que olía a lavanda y aire fresco. Luc puso mi bolso en la cama y luego se
fresc acercó a la mesita de noche. Había una lámpara de gas que cobró vida. La
os en ducha terminó en un pequeño y pintoresco baño detrás de una de las
el puertas.
baño
. Luc colocó la lámpara que había traído al lado en el lavabo. El suave
Traer resplandor le devolvió un golpe a las sombras. —¿Por qué no te duchas
é primero?
algo —¿Estás seguro?
de
ropa Asintió, retrocediendo mientras miraba a su alrededor. —Estás súper
extra asquerosa.
que Me reí, el sonido áspero pero estaba ahí. —Bonito.
debe
ría Una sonrisa apareció. —Aquí hay algunas toallas, y hay una bata en
qued la parte de atrás de la puerta. —Recogiendo la toalla, la colocó en el
arles tocador junto a la lámpara—. ¿Estás bien?
y —Sí. —Me quedé mirando la toalla. Era rosa o blanco rosado. Había
algo una especie de dibujo en ella.
de
comi —¿Estás segura?
da Me forcé a asentir con la cabeza mientras miraba alrededor del baño.
en Había cepillos de dientes y enjuague bucal, champús y acondicionadores
unos en la ducha. Todo esto había sido colocado aquí por Dee, pero la gente
minu definitivamente había vivido aquí. —¿Crees que lo lograron?
tos,
¿de —¿Quién?
acue —La gente que vivía aquí.
rdo?
—No lo sé. Esperemos que lo hayan hecho.
431
D Todo se sentía pesado, y yo... no quería pensar más en la muerte.
ecidí
—Estaré justo afuera —dijo Luc, cerrando la puerta tras él.
que
eso Mirando la ducha, sabiendo que iba a hacer frío, no me di tiempo
era para pensar en ello. Me quité la ropa cubierta de barro y luego abrí el
lo agua. Murmurando una maldición en voz baja, me puse bajo la regadera.
que
—Mierda —jadeé, el aire saliendo de mis pulmones mientras el rocío
yo
helado golpeaba mi piel. Por un momento, me sorprendió la inmovilidad,
esper
pero la superé. Tomé una botella de champú y luego tomé la ducha más
aba,
rápida y fría de mi vida.
porq
ue si Salí, temblando mientras agarraba la toalla y me frotaba la piel helada
no lo y mi pelo se sentía como si estuviera cubierto de hielo. Congelada, agarré
habí la bata y pasé mis brazos a través de ella, sujetándola con fuerza alrededor
an de mi cintura. Encontré un peine y luego abrí la puerta del baño. Luc
logra estaba entrando al dormitorio, llevando un plato de comida. Mi estómago
do, y refunfuñó.
ya no
estab —Pareces un cubo de hielo.
an —Me siento como uno. —Salté de un pie al otro—. Pero me alegro de
aquí, estar limpia.
en
su —Yo también.
propi —Cállate.
a
casa, Se rió mientras colocaba el plato en un tocador, junto con un agua
eso embotellada. —Dee trajo algo de ropa junto con esto. Tenemos todo un
signif surtido de quesos y verduras.
icaba —Yum.
que
simp Se acercó a una silla en la esquina y cogió algo de ropa. —Hay más
leme agua embotellada en la cocina. No estoy seguro de dónde la consiguieron,
nte pero vamos a asumir que es seguro beberla.
no lo Sonreí un poco por eso.
hicie
ron. —Voy a ir a congelarme hasta morir. ¿Estás bien?
—Sí.
Luc dudó, y luego fue al baño, y yo me concentré en comer tantos
trozos de apio y trozos de queso como pude sin asfixiarme. Luego busqué
en mi bolso y me di cuenta de que había dejado mis calzoncillos de dormir
en la cabaña. No hay nada que pueda hacer al respecto ahora.
Pero no me había olvidado de Diesel.
Saqué la piedra y lo puse en la mesita de noche, junto a la lámpara.
432 Entonces cogí una de las botellas de agua y me bebí el líquido.
L caderas, y nada más. Mi mirada se fijó un poco en toda la piel dura,
a húmeda y desnuda que se exhibía.
puert
Realmente necesitaba dejar de mirarlo.
a del
baño —No me importa —dijo.
se
—Sal de mi cabeza. —Tomé el plato y me acerqué a la cama—. Ni
abrió
siquiera pareces tener frío.
no
más —Me estoy congelando, pero valió la pena.
de
cinco Me senté en la cama, cruzando los tobillos. —Supongo que es algo a lo
minu que nos acostumbraremos.
tos —Imagínatelo.
desp
ués, Le eché un vistazo mientras levantaba la mano para empujar las
y Luc hebras húmedas de pelo hacia atrás de su cara.
salió —Así que... ¿cuándo deberíamos ver a este general? —le pregunté—.
con Él es el que crees que será capaz de responder algunas de nuestras
un preguntas, ¿verdad?
mon
o de —Sí. Mañana por la mañana, si quieres.
dorm Asentí con la cabeza mientras le ofrecía a Luc una zanahoria.
ir Colocando sus dedos alrededor de mi muñeca mordió la zanahoria y luego
que se sentó a mi lado en la cama.
colga
ba Revisó el plato de verduras y queso. —¿Quieres algo más para comer?
indec —No, estoy llena. Deberías comer, sin embargo.
ente
ment —Luego. —Movió la bandeja de mi regazo y la colocó en la mesita de
e de noche, descansando junto a la lámpara de gas y Diesel. Me tiró del brazo y
sus me puso de rodillas. Enroscó un brazo alrededor de mi cintura, y me
empujó hacia su regazo—. ¿Cómo estás procesando todo?
—No lo sé. —Me relaje en su contra, un poco sorprendida por la
facilidad de estar tan cerca de él. Pero se sentía bien, incluso natural—.
Me sorprende que hayamos llegado hasta aquí. Me mantuve pensando que
nos íbamos a encontrar con una emboscada o algo así; sigo esperando que
pase algo.
—Estamos a salvo aquí. —Me quitó el pelo mojado de la cara y luego
433 dejó caer su mano al espacio por encima de mi rodilla, donde terminaba la
bata.
Por ahora no habíamos hablado entre nosotros.
Y había algo más no dicho que no podía seguir así. —¿Están a salvo
de mí?
—Evie...
— quiere aquí, y no lo culpo. No sabe de lo que soy capaz. Ni siquiera lo sé, y
Es tú tampoco.
una
—Realmente no me importa lo que Daemon quiera.
preg
unta —Luc. —suspiré.
válid
—Eso no significa que no entienda sus preocupaciones —agregó,
a —
apretando mi rodilla—. Lo hago. También entiendo por qué sentiste que
dije
tenías que hacer algo para detener todo en la cabaña, aunque yo no
—.
estuviera de acuerdo. Te conozco, Peaches. Entiendo que tú también estás
¿Y
preocupada. No sabemos lo que va a pasar dentro de una hora, mucho
no es
menos un día o una semana, pero lo que sí sé es que estamos juntos.
eso
¿Verdad?
de lo
que —Correcto.
Dae
mon —Pase lo que pase, vamos a enfrentarlo juntos, y no permitiré que le
quier hagas daño a cualquiera que no se lo merezca —dijo—. Tienes que creer en
e eso. Te detuve antes. Te detendré de nuevo.
habl Pero casi lo mato cuando trató de detenerme antes.
ar
conti —Confía en mí —susurró Luc contra mi frente—. Necesito que confíes
go? en que no dejaré que lastimes a nadie aquí.
Sé Cerré los ojos, temblando. Confió en él. Irrevocablemente. Y eso
que significaba que iba a tener que actuar en base a esa confianza. Respirando
no hondo, asentí. —De acuerdo.
me
—De acuerdo —repitió, besando mi mejilla.
Pasaron varios momentos mientras descansaba en su abrazo, los
escalofríos filtrándose en mi piel. —Cuando Kat dijo lo de mi madre, me
hizo pensar que ella, ya sabes, que había pasado por algo así.
—Lo ha hecho. —Levanté la cabeza, y en la lámpara parpadeante, me
encontré con su mirada—. Kat perdió a su madre durante la invasión.
—Oh. —La pesadez regresó, asentándose en mi pecho—. Eso es muy
434 triste.
—Sí, lo es.
El peso de su mano en mi rodilla atrajo mi mirada. Coloqué mis
manos sobre él, trazando el hueso de un dedo y su nudillo. Entonces
levanté la vista, mirando la habitación desconocida.
—Todo ha cambiado. Supongo que ha sido un flujo continuo de
cambios.
—Lo ha sido. —Su pulgar se movió sobre mi rodilla—. Ha sido mucho.
Había sido tanto que pensé en el día en que me llevó a Harpers Ferry.
Esa tarde se sintió como si fuera hace una vida. —¿Qué pasa después? —
Me mañana y él tiene todas las respuestas? Él puede decirme por qué paso
volví esto y qué va a pasar, ¿pero luego qué? No podemos...
hacia
—¿No podemos qué?
él,
enco Respiré superficialmente. —No podemos quedarnos aquí para
ntra siempre, escondidos. Esa no es la clase de vida que quiero.
ndo
—Esa no es la clase de vida que yo tampoco quiero.
su
mira —Entonces, ¿qué pasa ahora?
da
en la —Bailamos.
luz Parpadeé. —¿Qué? ¿Ahora mismo?
tenu
e—. —Sí. —Me levantó de su regazo y me puso de pie. Se levantó,
¿Y si extendiendo su mano.
habl —Pero no hay música.
amos
con —Haremos la nuestra.
Eato Levanté las cejas. —Eso fue...
n
—¿Extremadamente romántico y encantador? —sugirió.
—Eso fue muy cursi.
—Aunque el queso27 es increíble.
—Sí, lo es. —Sonreí—. Pero también fue muy inesperado.
—La mayoría de las mejores cosas lo son. —Movió los dedos—. Baila
conmigo, Evie.
435 Sacudiendo mi cabeza, puse mi mano en la suya, y él me tiró hacía él.
Uno de sus brazos me rodeó la cintura, y luego me levantó para que yo
estuviera de pie descalza. Mis manos cayeron sobre su pecho. Su piel
estaba fría por la ducha.
Luc comenzó a balancearse, y en unos momentos estábamos
bailando a pesar de que no había música. Hizo todo el trabajo mientras yo
lo miraba, preguntándome si alguna vez no había estado enamorada de él.
¿Y no era eso la cosa más loca? Estaba segura de que me enamoré de
él cuando era Nadia, y aquí estaba yo como Evie, y estábamos en el mismo
lugar. Yo lo amaba.
Levanté la mano y puse mi palma en su mejilla y moví su boca hacia
la mía. Al principio lo besé lentamente, y cuando sus labios se separaron,
tomé el beso más profundamente. Mi lengua se movió contra la suya, y me
encantó cómo se sentía, cómo sabía. El beso era vertiginoso en su
intensidad, y cuando me eché para atrás, me sentí desnuda. ¿Siempre
sería así?
T el presentimiento de que sí.
e Siempre
n Dejamos de bailar.
í —¿Me preguntaste qué haremos ahora? —Los labios de Luc rozaron los
míos, y me quedé sin aliento—. Encontramos a los responsables de esto, y
a
luego quemamos todo su mundo. Nada nos detendrá.
27
En el original: Chessy. Puede significar tanto ´Queso´ y ´Cursi´.
41
436 Traducido & Corregido por: Patty
438
P esa vida. Todavía.
e —Peaches —murmuró Luc, sorprendiéndome—. Ojalá hubieras traído
tu cámara. Podrías tomar una foto. —Su brazo a mí alrededor se apretó—.
r
Duraría más tiempo.
o
—Idiota. —Sonreí—. No quise despertarte.
—Está bien. —Un ojo dormido se abrió—. Nunca podría quejarme de
n que me despertaras así.
439
pesa . Miré en esa extraña y hermosa mirada suya, y lo supe. De repente lo
dame supe.
nte
Esto era todo.
mien
tras Él. Yo. Sin ropa. Juntos. Como, realmente juntos. No sería mi primera
me vez, pero sería la suya, y esta vez, en una cama y una casa que pertenecía
mira a otra persona, se sentía mucho mejor que antes.
ba
Los ojos de Luc se iluminaron con una intensa amatista. —¿Evie?
con
las Fue uno de esos raros momentos en los que no me importaba que él
pupil se hubiera dado cuenta de mis pensamientos. —Sí —susurré—. Quiero
as de decir, si tú...
un
blan Nunca llegué a terminar la pregunta, porque Luc me besó y esta vez
co había algo completamente diferente. Era lento y profundo, y hermoso, y
brilla luego se volvió más. Tomó la camisa que me había puesto antes de
nte e acostarme y la empujó con sus manos.
inten Un golpe en la puerta principal nos paralizó. Mis ojos volaron a los
so. suyos mientras me aferraba a la banda de sus pantalones. Tenía mi
Habí camisa en la mitad del pecho.
a
una —Es nuestra imaginación —dijo, la voz áspera como una lija—. No
tensi oímos nada.
ón —No oí nada. —Levanté mi cabeza contra la suya, besándolo. Su
en gruñido me atravesó. Fue a por mí camisa de nuevo, y le tiré de los
su pantalones mientras arqueaba la espalda. Sus manos, su mirada estaba
boca tan cerca.
que
hizo El golpe llegó de nuevo, esta vez seguido por la voz apagada de Kat. —
que Chicos, ¿están todos despiertos?
mi El gemido que salió de Luc no se parecía en nada al de antes. Dejó
coraz caer la cabeza en mi cuello. —Podríamos ignorarla.
ón
salta —Podríamos. —Le solté los pantalones, doblando mis brazos a su
ra alrededor.
por —Ella se irá. —Sus labios se posaron sobre mi cuello—.
todos Eventualmente.
lados
Giré mi cabeza hacia la suya, buscando su boca. —Tiene que hacerlo.
440
— si se acercara a otra ventana—. Quiere verlos y está muy impaciente. —
Defin Una pausa—. Como de costumbre.
itiva
Luc suspiró.
ment
e. — Una risita se me metió por la garganta. —No creo que se vaya a ir.
Me
—Creo que tienes razón. Desafortunadamente, nunca he estado más
besó,
decepcionado en mi vida. —Luc levantó la cabeza y gritó—: Danos veinte
presi
minutos.
onan
do —Creo que también voy a estar decepcionada —murmuré.
su
cuer Luc me miró, con las cejas levantadas y los ojos ligeramente abiertos. —
po Peaches.... —La risa estalló en mí antes de que pudiera detenerla, y me
contr sentí bien al reírme, y me sentí incluso mejor cuando silenció esa risa con
a el otro beso.
mío
en la
cama
.
—
¡Eato
n me A lo lejos, el centro de Houston se asomaba, un cementerio de
envió edificios construidos de acero y piedra. Fue lo primero que vi después de
! — que Luc y yo nos unimos a Kat, que nos estaba esperando en el porche.
La Había algo desconcertante en ver una ciudad de ese tamaño
voz completamente estancada, y me hizo recordar los tenues recuerdos de lo
de tranquilas que habían estado las cosas después de la invasión. No tenía
Kat idea si esos recuerdos eran reales o algo que se había implantado, pero la
reso ciudad parecía embrujada, un fantasma del pasado...
nó,
esta —Siento haberte hecho esperar. —Luc cerró la puerta—. No
vez esperábamos ser convocados tan temprano.
más
—Nosotros tampoco. —Kat se levantó del asiento de madera en el que
cerca
había estado sentada, con una mano sobre la parte baja de la espalda, la
,
otra agarrando un sombrero de color crema. Mientras ella no se
como
miraba remotamente cómoda, se veía muy linda con la simple tela azul
pálida de un vestido con manga larga—. Pero Eaton estaba golpeando
nuestra puerta al amanecer, haciendo que Daemon entrara en el Yard28.
—¿El Yard? —pregunté, saliendo del porche. Desearía haber cogido una
camisa más gruesa, ya que estaba más fresco de lo que pensaba.
—Está a unas cuadras, cerca de la vieja escuela secundaria. —Se
puso el sombrero, con los bordes flexibles cubriendo la mayor parte de su
441 cara—. Es donde... bueno, no importa. Por cierto, no creo que Eaton
durmiera en toda la noche.
N mon le había hablado de mí? No se necesitó un salto de lógica para asumir
o me que lo había hecho. Sería lo primero que le diría a Luc. ¿Qué le pareció?
pasó ¿Estaba preocupada? Incómoda, arrastré mi mirada desde ella hasta la
por calle de enfrente. Casas casi idénticas a la que teníamos frente a mí. Era lo
alto mismo tanto a la izquierda como a la derecha, pero no había señales de
que vida en su interior, ni voces bajas de conversación silenciosa. El único
Kat sonido era el suave chasquido de la brisa que atrapaba las copas de los
habí árboles. Era temprano, pero no tanto.
a
—¿Vive la gente en estas casas? —pregunté, pensando que todo el lugar
camb
me recordaba a la primera temporada de ese show de zombis.
iado
de La mano de Luc se dobló alrededor de la mía, atrayendo mi mirada.
tema Estaba observando a Kat mientras ella caminaba a nuestro lado.
en
—Muchos están trabajando en los mercados o haciendo lo que hacían
lugar
antes de que todo esto sucediera —dijo, guiándonos por la calle. Me di
de
cuenta de que estábamos caminando hacia el camino por el que habíamos
decir
entrado—. Los niños están en la escuela, no en la antigua, sino en una
me
casa que ha sido construida para las diferentes edades. Otros aún pueden
para
estar en la cama.
qué
se No quería pensar en el hecho de que una casa era lo suficientemente
estab grande para todos los niños en edad escolar.
a
usan Las calles estaban limpias, mientras que la mayoría de los patios estaban
do el ocupados por pastos altos y de junco, lo que tenía sentido. Dudaba de que
patio se necesitara un combustible preciso para mantener el césped a una cierta
. altura. Sólo había unos pocos coches aparcados en las entradas. Tal vez
¿Dae cinco. Todos eran al menos un década de edad, y me di cuenta de que era
porque se habrían hecho pre-eléctricos de ignición. A medida que
28
El Patio.
avanzábamos, la sensación distintiva de ser... observado se deslizaba
sobre mí, y por cada ventana oscura que pasábamos, la sensación crecía.
—¿Está Eaton en el mismo lugar? ¿La casa azul cerca del parque?
Kat asintió.
—¿Por qué no regresas y descansas? —dijo Luc, deteniéndose—. Conozco
442 el camino.
—No está mal que camine. Creo que se supone que debería estar
haciéndolo, en realidad, pero termino jodidamente cansada. —Se rió,
acariciando su barriga—. ¿Quién iba a decir que cocinar un bebé podría
ser tan agotador?.
Me sonrió por eso. —Tendrá que salir en cualquier momento,
¿verdad?
— es normal. O la gente sigue diciéndome que lo es. Es sólo que...
Creo
—Vas a estar bien. Los dos van a estar bien—le aseguró Luc, y yo me
que
preguntaba si estaba leyendo sus pensamientos o no.
en
reali —Lo sé. —Cuando levantó la barbilla, pude ver la sonrisa en su rostro. Era
dad débil y cansada—. Lo sé —repitió—. Voy a regresar. Ven a buscarme
llevo cuando terminen. Tenemos que ponernos al día.
un
—Lo haremos.
día o
más Me quedé callada mientras veía a Kat volver por donde vinimos. —Si
de llegan a tener que inducir el parto o... hacer algo como una cesárea,
retra ¿tienen las cosas que necesitarían para eso? ¿O médicos que puedan hacer
so — eso aquí?
dijo
Luc se quedó callado durante un largo momento. —Hay unos pocos
ella,
doctores, y creo que uno o dos cirujanos. Hay suministros médicos, cosas
preoc
que dejaron atrás y cosas que otros han escarbado. —Él inclinó la cabeza
upac
hacia el cielo—. Es una híbrido y tiene a Daemon, tiene a su familia.
ión
Ninguno de ellos dejará que pase cualquier cosa.
en
su Sus palabras debían ser un alivio, pero yo seguía preocupada por la chica
voz que no conocía. Con o sin habilidades extraterrestres especiales, las
—. mujeres han muerto dando a luz desde el principio de los tiempos, incluso
Pero cuando tenían acceso a todas las medidas que salvan vidas.
eso
—Ella estará bien. —Su voz era más suave.
Asentí con la cabeza, y luego empezamos a caminar de nuevo, cruzando la
calle. Por el rabillo del ojo, vi a alguien junto a uno de los porches de una
pequeña casa, y cuando miré hacia arriba, se movió bajo el dosel,
pareciendo desaparecer entre las sombras. Pensé en que Kat no había
querido decirme lo que estaba pasando con lo que fuera el Patio, y tenía la
sospecha de que no todo el mundo estaba en el trabajo o en la escuela.
Estaban en sus casas o escondidos, porque…
443 —Es por nuestra culpa.
Le eché un vistazo
—Sé lo que estás pensando, y no, no porque esté leyendo tu mente. —Me
apretó la mano—. Bueno, lo hice, pero sólo un poco.
—De verdad —le contesté secamente.
—Fue una lectura mental accidental.
—Uh huh.—Un pequeño perro salió trotando de una de las estrechas
calles, meneando la cola, corriendo de un lado a otro—. La gente se
esconde por nuestra culpa.
—Porque no nos conocen —explicó.
— eso que ella no me dijo para qué se usa el Patio y cambio de tema.
Pue
—No es personal.
do
ente —¿Cómo es que eso no es personal?
nder
—De la misma manera en que no se puede confiar en nadie que se
lo.
presente aquí, en un lugar que es uno de los pocos espacios seguros para
—Y
todos, y especialmente cuando se cree que esa persona ha muerto —dijo,
lo
siendo todo lógico—. Todos han pasado por mucho. La confianza no se da
hací
y rara vez se gana cuando se la pides a gente que ha sido traicionada una
a—.
y otra vez.
No
conf Me quedé callada, porque Luc tenía razón. No es que no haya pensado
ía en eso originalmente. No podía culpar a ninguno de ellos por ser cauteloso
en a mí alrededor cuando yo también era cautelosa conmigo misma, pero era
mí, difícil saber que no se confiaba en ti.... y que había una buena idea, razón,
¿ver para ello.
dad
? Es A unas dos manzanas por una calle más estrecha, vi el parque más
por adelante. La brisa estaba balanceando los columpios sin asiento y jugando
con las malas hierbas que eran muy altas. La casa azul se situaba entre lo
que parecía haber sido una vez un mercado de la esquina y una casa que
era idéntica en su forma pero lo que pintaba de rojo se había desvanecido.
Luc me condujo a lo largo del cemento agrietado de la pasarela y a los
escalones de madera que sonaron bajo nuestro peso. Llamó a la puerta, y
no fueron más que unos segundos más tarde que se abrió.
—Pensé que ustedes dos estarían aquí a primera hora de la mañana. —El
444 General Eaton se hizo a un lado, revelando una pequeña habitación que
olía raro y estaba iluminada por una lámpara de gas en la esquina—. No
pensé que tendría que enviar a alguien a buscarte.
Luc simplemente sonrió. —Fue un largo viaje hasta aquí.
El general se enfadó como respuesta.
—¿Te has portado bien?—preguntó Luc, soltando mi mano y dejándome
entrar primero. Cerró la puerta detrás de mí.
—He estado mejor y he estado peor. —Se giró, caminando de vuelta a un
sofá de cuero que tenía una abertura en la parte de atrás. Cogió una
botella de líquido de color ámbar—. Te ofrecería algo para beber, pero todo
lo que tengo ahora mismo es cerveza caliente y ustedes dos son menores
de edad.
Luc resopló. —¿En serio? ¿Todavía seguimos las leyes por aquí?
—Si no lo hacemos, perderemos la civilización. —Se sentó—. Y no podemos
perder eso.
—No, no podemos —murmuró Luc mientras yo trataba de averiguar si el
gene mañana.
ral
Escaneando la habitación, vi montones de libros y mapas enrollados
norm
apilados contra la pared. Era como si hubiera saqueado una biblioteca o
alme
una librería, lo que era totalmente posible. Esta casa no se asemeja a la
nte
bebía nuestra, donde todavía quedaban los restos de la anterior personalidad del
cerve propietario. Esta casa, al menos esta habitación, estaba destripada y
za desolada, con un aspecto muy parecido al de un hogar después de un
tan apocalipsis.—Sé por qué querían hablar conmigo. Especialmente tú. —Eso
temp me lo dijo a mí.
rano El cuero crujió bajo su delgado cuerpo mientras se recostaba contra el
por cojín. —Quieres preguntar sobre lo que eres.
la
Asentí con la cabeza, y me gustó que fuera directo al grano.
Luc se sentó en varias cajas reforzadas. —Algo que tengo que decir. Estaba
por aquí después de la invasión, pero nunca la conociste cuando era
Nadia.
—Tienes razón. Nunca la conocí oficialmente, pero conocí a la verdadera
Evie Dasher —respondió.
Eso no me lo esperaba.
445 Luc se enderezó. Aparentemente él tampoco se lo esperaba. —¿Cuándo
ocurrió eso?
—Cuando era una niña, unos años antes de su muerte. —Tomó un sorbo
de su cerveza.
—La semejanza entre ustedes es extraña.
—Yo... no estaba segura de lo mucho que me parecía a ella. Vi fotos suyas,
pero...
—Pudieron haber pasado como primas. Tal vez incluso hermanas. El
parecido era pura suerte. —dijo.
—¿De verdad? —le pregunté
Asintió con la cabeza. —Fuiste parte del Proyecto Poseidón, la mezcla
de ADN humano con el de un Luxen y un Arum. Eras un durmiente, un
troyano, viviendo como un humano hasta que se activara. Al igual que lo
que está sucediendo en todos los Estados Unidos mientras hablamos. No
pueden ser detectados, ni por los drones del CRA ni por ninguna
tecnología desarrolladas.
—Bueno, definitivamente sabes lo que es.—Luc descansaba sus brazos
sobre sus rodillas dobladas—. ¿Qué es el propósito del Proyecto Poseidón?
—No la dominación del mundo —respondió Eaton, tomando otro trago—.
Pero si, la dominación del universo.
— tan seco como el desierto—. ¿Nos resbalamos y caímos en una película de
¿De los Vengadores?
verda
—¿Cuándo ha sido otra cosa para Daedalus? ¿Cuándo han tenido alguna
d? —
vez un propósito diferente?—respondió el general, y me crucé de brazos—.
El
Quieren ser grandes titiriteros, tirando de los hilos de todo el mundo,
tono
desde los líderes mundiales hasta los funcionarios de los ayuntamientos, y
de
lo que sea que exista ahí fuera, en la inmensidad que es el universo… En
Luc
sus mentes, están esforzándose por crear un mundo mejor. No son los
era
villanos. Al menos ellos no lo creen. Ellos creen que son los héroes de la
historia. Ese siempre ha sido Daedalus, y sabes eso, Luc, mejor que la
mayoría.
—¿Cómo es posible?—pregunté, recordando lo que April me había dicho—.
¿Cómo es que no saben que lo que están haciendo está mal?
—A lo largo de la historia, muchas personas muy inteligentes se han
convencido a sí mismas de que lo que creen, lo que son sus ideologías, es
446 mejor para las masas en general. Esto ha ocurrido mil veces. Esto no es
nada nuevo.
—¿Cómo exactamente planean hacer del mundo un lugar mejor forzando a
los Luxen a mutar en híbridos de Luxen-Arum?—pregunté, pensando que
era una maldita pregunta válida.
Así que no tenía ni idea de por qué se rió.
—Porque al final del día, aquellos que controlan Daedalus y que dirigen
nuestro gobierno, y el mundo, son el uno por ciento de los uno por ciento.
Eso tampoco es nada nuevo. Todo lo que sucede en este mundo sucede en
beneficio de ellos, multimillonarios y CEOs, dinero viejo y nuevo, y están
en los bolsillos de todos los políticos desde el principio del tiempo.
Luc apretó los labios y asintió. —Gracias por la apestosa pero precisa
historia de La educación cívica no se enseña en las escuelas, pero eso no
responde a nuestras preguntas.
—Pero lo hace. Estos hombres poderosos, sus familias y sus compañías
nunca han visto cuestionado su rígido control del mundo. Eran humanos
de carne y hueso, la persona común y corriente, eran dioses. Nada podía
desafiar su poder. No hasta que el Luxen llegó por primera vez. Todo
cambió entonces. —Eaton bajó la botella a su pierna—. De repente
estaban estos seres que podían parecer humanos, podían adaptarse
rápidamente, más avanzados en casi todos los sentidos que un humano, y
eran armas ambulantes. No hace falta dar un salto de lógica pensar que si
los Luxen se desmarcaban, eventualmente tomarían el control. Demonios,
las cosas podría ser mejor si eso sucediera. Tal vez la raza humana en sí
misma no es la mejor.
—Posiblemente. —Luc se detuvo—. Excepto por losLuxen
invas —Sí, excepto por ellos.—Eaton sonrió, y yo parpadeé—. Estas personas
oresa fundaron Daedalus, lo colocaron dentro del Departamento de Defensa con
sesin la función de asimilar al Luxen, pero también para estudiarlo. Conoces la
os. historia de Daedalus, así que no te aburriré con eso. —Su dedo golpeó la
botella—.Sólo hay que recordar que querían poder crear algo mejor y más
fuerte que el Luxen, algo que pudiera ser controlado. Comenzaron con
híbridos y se dirigieron a Orígenes, pero no se detuvieron allí. Querían
crear algo que pudiera ser programado genéticamente, y como saben, los
Orígenes todavía tenían demasiado sentido de sí mismos para que eso
funcionara.
Luc inclinó la cabeza. —Eso es lo que hacemos.
447 —Nancy no podía dejar ir el Proyecto Origen. Era su mascota —dijo, y la
mandíbula de Luc se endureció inmediatamente. No sabía quién era Nancy
e hice una nota mental para preguntar sobre eso más tarde—. Mientras
tanto, otros dentro de Daedalus estaban desarrollando el Proyecto
Poseidón, con la mentalidad de colmena que tienen tanto Luxen como
Arum—continuó Eaton—. Su primer éxito fue en los noventa. Así de lejos
va esto. Fue un montón de ensayo y error, como lo fue con los híbridos y
los Orígenes,pero tuvieron suficiente éxito como para saber que a través de
los troyanos, podrían ganar el control real. Sólo necesitaban el escenario
adecuado para que todo esto se juntara.
Luc pareció darse cuenta antes que yo. —¿La invasión?
Asintió con la cabeza.—Daedalus sabía que se acercaba, había
interceptado la comunicación entre los Luxen y los que aún no habían
llegado. Además, trabajaron con suficiente Arums para saber que los
Luxen, al igual que los humanos, no eran pacíficos.
—Sabían lo que vendría. ¿Por qué? —Respiré, horrorizada y enferma—.
¿Por qué iban a hacer eso? Tanta gente murió.
—Y la manada se adelgazó. La sobrepoblación es un problema real. Bueno,
lo era. —Tomó un sorbo de su cerveza—. Pero también sirvió para otro
propósito. La invasión creó miedo y luego hostilidad.
Pensé en lo que Dee había dicho en la tele, y luego en April. —¿Y es por
eso que continúan incriminando a los Luxen por cosas que están llevando
a cabo?
Asintió una vez más
—Porque los humanos no pueden estar de acuerdo con el Luxen.—Luc se
inclinó hacia atrás, empujando una mano a través de su pelo—. Los Luxen
son más numerosos, pero hay más que suficientes en este planeta para
tomar un control considerable, tal vez incluso un control completo. Maldita
sea. —Agitó la cabeza—. Ellos realmente quieren erradicar a los Luxen, y
lo están haciendo volviendo a los humanos completamente contra a ellos.
—No sólo al Luxen en este momento. Quieren que los híbridos y la mayoría
de los Orígenes se vayan. —añadió Eaton—. Están usando el miedo y la
ignorancia, que son las más grandes y poderosas armas de destrucción
masiva jamás creadas.
Sintiéndome un poco mareada, me di la vuelta a mitad de camino
mientras me quitaba el pelo de la cara. —Esto es lo que mamá quiso decir,
448 ¿no? Cuando ella dijo que dejaron que esto pasara, pero se le escapó de las
mano. ¿Estaba hablando de la invasión?
—Me lo imagino —contestó—. Si tienen éxito en erradicar a los Luxen y al
resto, entonces no hay nada que impida que los troyanos tomen el poder.
—¿Y qué pasa entonces? —Me enfrenté a él.
—Imagino que será presentado como una utopía. En realidad, será algo así
como un distopía, pero mucho peor.
—Pero no te estás escondiendo aquí sin ningún propósito—le recordó Luc
—. Esta no es la única zona llena de Luxen lista para irrumpir en las
puertas. El Yard no está siendo usado para jugar a la lucha. Ustedes se
están entrenando y preparando.
El Yard.
Para eso se usaba el Yard.
—¿Cuánto tiempo más crees que estamos a salvo aquí? Es sólo cuestión
de tiempo antes de que nos descubran.
—Entonces peleamos —dijo Luc, y me encontré asintiendo—. ¿No es eso
para lo que la mayoría de nosotros ha sidocreado?
Los descoloridos ojos azules de Eaton me siguieron. —Quiero saber lo que
sabes sobre tus habilidades, cuando empezaron. Todo.
Así que le dijimos todo lo que sabíamos sobre lo que me habían hecho, sin
dejar nada fuera. Cuando terminé, estaba exhausta a pesar de que Luc y
yo habíamos compartido la tarea.
—Eres diferente al resto. Imagino que tiene que ver con que te hayan dado
diferentes sueros de antemano. La mentalidad de la colmena programada
en los troyanos no se ha afianzado del todo. —dijo—. Pero tú dijiste que
cuando atacaste a los hombres que vinieron por ti, Los de Liberty. ¿No eras
tú misma?
—No, era como si estuviera allí, pero estaba viendo las cosas de otra
manera, como si fuera una tarea que había que llevar a cabo. Esaes la
mejor manera de explicarlo. —Empecé a caminar el estrecho espacio entre
las pilas de libros—. Y no sé por qué sucedió. Era como un interruptor que
se activó.
449 —¿Es posible que se haya usado otra arma de ondas sonoras cerca? —
preguntó Luc—. ¿La Onda de Cassio?
—No lo creo. Como dije, lo más probable es que fueran los múltiples
sueros. Eres una casualidad en una manera. ¿Esos sueros que confiscaste
de la casa de la chica? Habría estado interesado en verlos.
—Sí, se han ido —dijo Luc.
Eaton se quedó callado por un momento y luego miró hacia donde yo
estaba. —A Daedalus realmente le encantaría poner sus manos sobre ti.
No eres como los otros, y ellos querrían llevarte aparte, poco a poco, para
averiguar exactamente por qué.
Bueno, esa declaración no me hizo sentir cálida y tranquila.
—Vas a necesitar tener tus habilidades bajo control —dijo, aún
mirándome, y luego, después de una pausa—, si puedes.
¿Si puedo?
Vaya, eso fue motivador.
—Ella puede —insistió Luc—. Yo la ayudaré.
El General Eaton tomó un trago de su botella. —Por supuesto que lo
harás.
Luc frunció el ceño. —¿Qué se supone que significa eso?
—Ustedes dos son un desastre en potencia, ¿cómo es que no lo ven?—
Eaton miró la botella que sostenía mientras Luc y yo intercambiábamos
una larga mirada. Entonces Eaton se rió—. Bueno, uno de ustedes vería la
verdad si dejara de distraerse por las emociones y el pasado.
Bueno, eso podría ser honestamente a cualquiera de los dos.
—Creo que es hora de que dejes la bebida—sugirió Luc.
Eaton levantó la mirada hacia Luc. —¿Crees que esto no fue planeado
desde el principio? Eres más listo que eso, Luc. Ya sabes cómo funciona
Daedalus. Saben cómo funciona.
Luc se cerró la boca con una llave.
—¿De qué está hablando?—exigí.
450
Eato Luc, recordando que él me había dicho lo mismo. Estamos hechos el uno
n no para el otro.
le
—¿Crees que no fue diseñado desde el momento en que dejaste Daedalus,
quitó
Luc? ¿Que no sabían que eventualmente encontrarías a alguien por quien
la
harías cualquier cosa? Ya sabes cómo manipularon a los Luxen que
mira
estaban cerca de los humanos. Mira a Daemon y Dawson. Daedalusdiseño
da de
sus relaciones con la esperanza de que mutaran a un humano.
enci
ma a Se me levantaron las cejas. ¿Diseñó sus relaciones?
Luc.
—Un agente de Daedalus estaba conectado tanto con Bethany como con
—
Kat —explicó Luc—. No las coloco con Dawson o Daemon, pero fue capaz
Uste
de informar sobre ellos y ayudar a que las cosas siguieran su curso, ya sea
des
en el último paso de la mutación o en la transformación.
dos
fuero —Dios —susurré.
n
hech —¿Y crees que no te hicieron lo mismo? —desafió Eaton, y la cabeza de
os el Luc se dirigió hacia él—. ¿Alguna vez se te ocurrió que sabían de ella desde
uno el momento en que se escapó de su casa y se fue a tus brazos? ¿Que no los
para estaban siguiendo a los dos, vigilándoos? Sólo tuvieron suerte cuando ella
el se enfermó.
otro. La mandíbula de Luc se apretó mientras miraba al general, y sentí que
Un necesitaba sentarme.
fino —Su cáncer era su oportunidad perfecta. Sabían que estabas tratando de
escal conseguir los sueros para dárselo a ella. LH-11. Prometeo. Eso no era la
ofrío cura, sino que la preparaba para el suero final. Andrómeda. Sólo tenían
patin que esperar hasta que estuvieras lo suficientemente desesperado para
ó correr ese riesgo y llevarla a con ellos.
sobre
mi Los rasgos de Luc se volvieron ásperos, y tuve que hablar en su defensa. —
piel No me llevó a Daedalus. Me llevó...
mien —¿A Sylvia Dasher? Niña, sé que creías que esa mujer era tu madre, tal
tras vez de alguna manera, lo era, pero era parte de Daedalus hasta el
me momento en que decidió que no podía hacer lo que se le pedía —dijo, y si
volví pensaba que mi corazón se había roto cuando Steven empezó a hablar, me
a había equivocado. Se estaba rompiendo ahora—.Esas cosas que dijiste que
hacia podías hacer... La lucha. El tiroteo. ¿Lo qué les hiciste a esos hombres
fuera de Atlanta? Fuiste entrenada por Daedalus, entregada por Sylvia, y
luego tus recuerdos fueron borrados.
Me senté entonces, en una silla de ordenador desgastada y chirriante.
—¿Qué quieres decir con que sus recuerdos fueron borrados, después del
entrenamiento? —preguntó Luc—. El suero…
451 —Causó fiebre, pero nunca le quitó los recuerdos. Sylvia te mintió. Ella te
dio el suero y luego mutaste. Una vez que Sylvia supo que ibas a sobrevivir
te tu banco de memoria a corto y largo plazo —dijo, y supe en ese momento
entre que si mamá... si esa mujer no hubiese muerto, Luc la habría cazado.
gó a
Y la hubiera matado.
Daed
alus. Lo sabía, porque estaba en la forma en que se giraba y me miraba, en el
Hubi horror que se deslizaba en sus rasgos cuando se dio cuenta de que yo
eras había sido Nadia cuando me desperté del suero y que había seguido siendo
sabid Nadia cuando yo... me había entrenado.
o
Luc palideció, y aunque no podía leer su mente, sabía que aunque no
exact
podía recordar lo que era ser entrenado en Daedalus, él sí lo hacía.
ame
nte —Por alguna razón, Sylvia cambió de opinión. Fue la única cosa que
quié Daedalus no había planeado. —Eaton miró entre Luc y yo—. Amor. —Se
n rió entonces, sacudiendo su cabeza—. No se habían anticipado a que
eras Sylvia te cuidara como una madre cuidaría a su hijo. Ella puede que haya
hast cambiado de opinión y haya intentado sacarte, pero no te equivoques, ella
a que sabía lo que había en esos sueros. Ella misma creó el Suero de
termi Andrómeda. Trabajó en los primeros de sus fracasos y de sus éxitos. El
nara Suero de Andrómeda no existiría si no fuera por ella.
s el
entre Presioné mi mano contra el centro de mi pecho, sobre mi corazón. No
podía hablar.
nami
ento. —No fuiste su primer éxito, ni mucho menos.—Volvió a mirar la botella—.
Ento Pero eras diferente. No sólo por tu mutación, sino por él.—Asintió con la
nces cabeza en la cabeza de Luc, sin mirar hacia arriba. Cuando volvió a
la hablar, su voz estaba cansada y amarga—. Tenías que saber, Luc, que
Ola encontrarían alguna forma de hacerte volver.
de
Cassi —Nunca me harán volver —dijo Luc, con un tono tan frío como el del
o se Ártico—. Eso puedo prometerlo.
usó El General Eaton levantó la vista entonces. —¿Estás tan seguro de eso? —
para Su mirada me miró fijamente—. No lo reconociste en el bosque, ¿verdad?
freír
—No —susurré—. Lo vi como...
—Lo veías como una amenaza y un desafío y necesitabas dominarlo. Las
tres cosas para las que estabas codificada. —Las esquinas de sus labios se
volvieron hacia abajo—. Estabas codificada para una sola persona, y ese
no es ese chico sentado aquí.
—¿Qué demonios significa eso? —preguntó Luc.
452 Tenía una pregunta mejor. —¿Estás diciendo que lo que pasó en el
bosque podría pasar de nuevo, y no me acordaré de él? ¿Otra vez? ¿No
podrá regresarme?
La tristeza se deslizó en los ojos viejos del general. —Estabas codificada
para responder sólo a una persona...
— utadora! Soy una persona...
¡Deja
—No, tú eres la Sombra Ardientey él es la Estrella más Oscura, y juntos,
de
traerán la Noche más brillante.
decir
eso! Me tambaleé.
—Me
—¿Qué?—dijo Luc.
levan
té de Eaton se rió roncamente. —Palabras clave. Así es como él solía
un llamarlos a los dos.
salto,
mi —¿Estrella más oscura? ¿Sombra Ardiente? Eso suena como un montón
pech de mierda —gruñó Luc.
o —No. No lo es.—Agité la cabeza—. Micah... te llamó La Estrella más
subie Oscura. No creí que fuera un nombre, pero... —Respiré superficialmente—.
ndo ¿Quién demonios es él? ¿Y cómo sabes todo esto?
y
baja —Sé todo esto, porque traté de cerrar el Proyecto Poseidón cuando me di
ndo cuenta de ello. Fallé.—Sus nudillos estaban blanqueados por lo apretado
—. que estaba agarrando la botella—. Lo subestimé. No lo volveré a hacer.
¡No —¿Quién?—Luc se levantó y se acercó al hombre, y pensé que podría
soy estrangularlo si no respondía—. ¿A quién se supone que está codificada?
una ¿Quién está detrás de esto? Dímelo para que yo sepa a quién necesito
mald matar.
ita
comp —Ya lo hiciste —contestó Eaton—. Al menos, creías que lo habías hecho.
Eso es lo que te hicieron creer.
Un escalofrío explotó a lo largo de mi nuca y me bajó por la columna
vertebral. —No. No. De ninguna manera.
—Dasher —dijo Eaton, su brazo retorciéndose con una velocidad que
traicionó a su edad. La botella se lanzó a través de la habitación,
rompiéndose al impactar con la pared—. Jason Dasher.
453
Fin.
SOBRE LA AUTORA
454 Jennifer L. Armentrout
ar a las personas sobre los diversos grados de ceguera se ha convertido en
una pasión para ella, junto con la escritura, lo que planea hacer todo el
tiempo que pueda.
Jennifer vive en Shepherds town,
Nuestro blog:
El Rincón de Winnie