Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Edgar Bayley
Me pregunto si será necesario recordar que los conceptos psicoanalíticos se infieren de la clínica
por lo que resulta conveniente validarlos en ese terreno. Los instalados en la metapsicología
pueden eludir esa remisión, ya que requieren ser solidarios y articulables con otros conceptos,
que, a su vez, pueden ser puramente teóricos o pueden referirse a la base empírica clínica.
Hay conceptos que tienen distintos vértices o sentidos. Por ejemplo, “proyección” es un
concepto que, en un primer momento, alude a una función cuya actividad libre o regulada es
subjetivante (constitución del yo de placer y del yo de realidad, S. Freud, 1911) y, en otro
momento, apoyado sobre la actividad defensiva de la represión, opera como un otro mecanismo
de defensa, que desaloja y externaliza en el no-yo incompatibilidades que no pueden ser
interrogadas o juzgadas.
Veamos una viñeta clínica que pueda ilustrar esta propuesta. Se trata del fragmento de una
sesión que llevan a cabo un niño gravemente perturbado y su terapeuta. En un momento el niño
le anuncia que va a hacer una película, y que la terapeuta la puede ver. Dispone entonces varios
animales de su caja para realizarla. Uno de ellos, la jirafa, tiene algo de plastilina sobre los ojos
(¿Anteojos oscuros o una venda?). A su alrededor varios animales pequeños producen
situaciones de ruidos y mucha acción sin que la jirafa se percate de ello.
Es probable que el niño haya interceptado, resistido, una intervención de la terapeuta que haya
juzgado no pertinente o estimulante. Necesitaba dar continuidad a sus escenas y ese comentario
le resultaba disruptivo. La mirada interesada, atenta, receptiva y silenciosa de la terapeuta era,
para el niño, una pieza importante del dispositivo subjetivante que sostenía su elaboración
creativa sobre la base de asegurar una “…continuidad discontinua entre los yoes” (I.
Berenstein,2007). No dudó el paciente en reconocer que su película era el “hijo”que había
gestado junto a su analista. La terapeuta, en este análisis, no es sólo representación, es también
presencia notarial, testimonio que resalta el valor y la validez de ese jugar. ”El testimonio rescata
funciones vinculares perdidas y convierte el clima de sordomudos en un espacio en el cual la
palabra y la escucha recobran su potencialidad vital”. (J. Puget, op.cit.) .
Estas reflexiones se acercan a los criterios freudianos (S. Freud, 1937) cuando expresaba que, en
su experiencia, un “no” de un paciente no había que tomarlo necesariamente como un cerrado
rechazo defensivo sino como una indicación, al terapeuta, que su intervención era errónea por
su forma, contenido o timing, y que, de esa manera, su potencial validez parcial, no podía ser
aceptada e introyectada por el paciente.
Así como los vínculos pueden ser rotos, la exploración lúdica es frágil. Puede ser dañada de
muchos modos. El paciente pudo, por ejemplo, haberse atrincherado en su mundo interno, y,
en su introversión, le pudo haber dado la espalda a la terapeuta, si la sintiera como una
presencia disruptiva y amenazante. También pudo haber pasado que la terapeuta,
embanderada en sus exigencias de ser escuchada, o de ser jerárquicamente validada, hubiera
podido insistir e interpretar esa situación bajo el signo de la transferencia negativa- “Me estás
amordazando del mismo modo en que vendaste a la jirafa…”, etc.-y entonces la película
contratransferencial hubiera sustituído a la que el paciente estaba elaborando. Ambas
posibilidades podrían ser consideradas reacciones defensivas, resistencias a la vincularidad. La
rectificación del paciente, a la que la terapeuta hizo lugar, permitió que el juego prosiguiera. Eso
lleva a una conclusión y a un interrogante. Un analista no necesita ser perfecto para ayudar al
paciente, pero sí mostrar que es “suficientemente bueno”. ¿Además, no debería un análisis
acompañar, equipar y estimular el autoanálisis del paciente? ¿Luego de esa creación lúdica, no
son, cada uno, más ellos mismos?
BIBLIOGRAFÍA
Urman, F. (2016) “Ellos tienen las armas…”. Notas sobre la violencia y dominación en la clínica
vincular. Una versión más abreviada se presenta en el X Congreso Argentino de Psicoanálisis.