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DSM-5 estamos hablando de la quinta edición del “Manual Diagnóstico y Estadístico

de los Trastornos Mentales”, uno de los manuales y sistemas clasificatorios de


los trastornos y alteraciones psíquicas más conocidos y relevantes.

Esta edición fue publicada en 2013 por la American Psychiatric Association (en
adelante APA) mediante el consenso de expertos y la realización de múltiples
investigaciones.

ofrece un marco desde el que poder determinar si los pacientes manifiestan


síntomas y criterios propios de un trastorno concreto, de tal manera que se facilita
diagnóstico y tratamiento tanto para el profesional que lo atiende como para futuras
interpretaciones por parte de otros profesionales.

Son muchas las alteraciones y problemáticas psíquicas que existen en el mundo y


que precisan de tratamiento. Depresión y ansiedad son algunas de ellas, pero
también podemos encontrar otras como la esquizofrenia, el trastorno bipolar.

Si conocemos estos trastornos es porque tienen un nombre, una etiqueta


diagnóstica que nos permite denominar la presentación conjunta de una serie
de síntomas vinculados entre sí. Y a veces determinar qué problema tiene la
persona en cuestión puede ser complicado de valorar, dado que distintos
profesionales pueden valorar diferentes aspectos e ignorar otros.

Afortunadamente, para sortear esta dificultad algunos profesionales han ido


realizando a lo largo de la historia sistemas clasificatorios de los trastornos
mentales, siendo los más conocidos y utilizados en la actualidad el DSM-5 y la CIE-
10. Pero pese a que se trata de sistemas clasificatorios con grandes semejanzas
entre sí, no son iguales.

¿Cuáles son las principales diferencias entre DSM-5 y CIE-10?


DSM-5 y CIE-10: ¿qué son?

Antes de pasar a hablar de las diferencias existentes entre el DSM-5 y la CIE-10,


tal vez sería recomendable en primer lugar hacer una breve mención a qué hacen
referencia estas siglas, conocidas por todos los psicólogos y psiquiatras.

Cuando hablamos de DSM-5 estamos hablando de la quinta edición del “Manual


Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales”, uno de los manuales y
sistemas clasificatorios de los trastornos y alteraciones psíquicas más
conocidos y relevantes. Esta edición fue publicada en 2013 por la American
Psychiatric Association (en adelante APA) mediante el consenso de expertos y la
realización de múltiples investigaciones.

Este sistema clasificatorio, a pesar de que resulta cada vez más controvertido
debido a la patologización de cada vez más comportamientos y modos de
funcionamiento y por las acusaciones de la existencia de intereses comerciales
detrás de la formulación y sobrediagnosticación de algunos de dichos trastornos, es
uno de los más relevantes ya que ofrece un marco desde el que poder determinar
si los pacientes manifiestan síntomas y criterios propios de un trastorno concreto,
de tal manera que se facilita diagnóstico y tratamiento tanto para el profesional que
lo atiende como para futuras interpretaciones por parte de otros profesionales.

En cuanto a la CIE-10, en este caso las siglas hacen referencia a la décima edición
de la “Clasificación Internacional de las Enfermedades”. Se trata de otro de los
grandes manuales y sistemas clasificatorios que existen, si bien esta vez no analiza
únicamente los trastornos mentales sino el conjunto de todas las
enfermedades, trastornos y alteraciones que existen. En ella los trastornos
mentales únicamente ocupan un capítulo, el quinto (o F).

Fue publicada en 1992 por la Organización Mundial de la Salud. Aunque en 2018


se publicó la siguiente edición, la CIE-11, lo cierto es que aún a día de hoy sigue
siendo más utilizada y se encuentra más extendida la versión CIE-10 e, incluso, la
anterior a esta (CIE-9).
1. Nivel de especificidad: trastorno mental o clasificación general de las
enfermedades

Uno de los principales aspectos en los que podemos encontrar elementos


diferenciales entre DSM-5 y CIE-10 se encuentra en el hecho de que mientras el
DSM es un manual de referencia centrado en los trastornos mentales, la CIE es la
Clasificación Internacional de Enfermedades, incluyendo no sólo las alteraciones de
la psique sino el conjunto de trastornos y enfermedades médicas que pueden
aparecer en el ser humano.

Así, mientras que en el DSM-5 solo vamos a encontrar problemáticas y


trastornos mentales, estos son solo uno de los capítulos o apartados de la CIE-
10, la cual a pesar de que incluye en el capítulo V (o F) a los trastornos mentales
también recoge cualquier enfermedad o problemática médica.

2. Diferentes objetivos

A pesar de que ambos son sistemas clasificatorios de gran utilidad en el ámbito


sanitario y sus contenidos son altamente parecidos entre sí, se puede encontrar una
diferencia en el objetivo concreto que tiene cada uno de ellos.

Aunque ambos se orientan al diagnóstico, mientras que el DSM tiene como objetivo
una descripción sistemática y precisa de los criterios diagnósticos y características
propias de un trastorno, la CIE se orienta más a realizar un registro y análisis de
las características presentes del trastorno. En este sentido, el primero resulta
también ligeramente más preciso en su descripción de los síntomas.

3. Organización que las genera

Una diferencia también bastante relevante entre ambos sistemas se encuentra en


la organización que las ha generado, así como el reconocimiento que poseen.
Son muchas las alteraciones y problemáticas psíquicas que existen en el mundo y
que precisan de tratamiento. Depresión y ansiedad son algunas de ellas, pero
también podemos encontrar otras como la esquizofrenia, el trastorno bipolar.

Si conocemos estos trastornos es porque tienen un nombre, una etiqueta


diagnóstica que nos permite denominar la presentación conjunta de una serie
de síntomas vinculados entre sí. Y a veces determinar qué problema tiene la
persona en cuestión puede ser complicado de valorar, dado que distintos
profesionales pueden valorar diferentes aspectos e ignorar otros.

Afortunadamente, para sortear esta dificultad algunos profesionales han ido


realizando a lo largo de la historia sistemas clasificatorios de los trastornos
mentales, siendo los más conocidos y utilizados en la actualidad el DSM-5 y la CIE-
10. Pero pese a que se trata de sistemas clasificatorios con grandes semejanzas
entre sí, no son iguales.

¿Cuáles son las principales diferencias entre DSM-5 y CIE-10? Veámoslo a lo


largo del siguiente artículo.

DSM-5 y CIE-10: ¿qué son?

Antes de pasar a hablar de las diferencias existentes entre el DSM-5 y la CIE-10,


tal vez sería recomendable en primer lugar hacer una breve mención a qué hacen
referencia estas siglas, conocidas por todos los psicólogos y psiquiatras.

Cuando hablamos de DSM-5 estamos hablando de la quinta edición del “Manual


Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales”, uno de los manuales y
sistemas clasificatorios de los trastornos y alteraciones psíquicas más
conocidos y relevantes. Esta edición fue publicada en 2013 por la American
Psychiatric Association (en adelante APA) mediante el consenso de expertos y la
realización de múltiples investigaciones.

Este sistema clasificatorio, a pesar de que resulta cada vez más controvertido
debido a la patologización de cada vez más comportamientos y modos de
funcionamiento y por las acusaciones de la existencia de intereses comerciales
detrás de la formulación y sobrediagnosticación de algunos de dichos trastornos, es
uno de los más relevantes ya que ofrece un marco desde el que poder determinar
si los pacientes manifiestan síntomas y criterios propios de un trastorno concreto,
de tal manera que se facilita diagnóstico y tratamiento tanto para el profesional que
lo atiende como para futuras interpretaciones por parte de otros profesionales.

En cuanto a la CIE-10, en este caso las siglas hacen referencia a la décima edición
de la “Clasificación Internacional de las Enfermedades”. Se trata de otro de los
grandes manuales y sistemas clasificatorios que existen, si bien esta vez no analiza
únicamente los trastornos mentales sino el conjunto de todas las
enfermedades, trastornos y alteraciones que existen. En ella los trastornos
mentales únicamente ocupan un capítulo, el quinto (o F).

Fue publicada en 1992 por la Organización Mundial de la Salud. Aunque en 2018


se publicó la siguiente edición, la CIE-11, lo cierto es que aún a día de hoy sigue
siendo más utilizada y se encuentra más extendida la versión CIE-10 e, incluso, la
anterior a esta (CIE-9).

Principales diferencias entre DSM-5 y CIE-10

Si bien DSM-5 y CIE-10 tienen múltiples semejanzas e incluyen en su interior


problemáticas psíquicas/psiquiátricas muy parecidas entre sí, lo cierto es que se
trata de dos manuales de referencia distintos y con varias diferencias a tener en
cuenta. A continuación veremos algunas de las diferencias más claras entre ambos.

1. Nivel de especificidad: trastorno mental o clasificación general de las


enfermedades

Uno de los principales aspectos en los que podemos encontrar elementos


diferenciales entre DSM-5 y CIE-10 se encuentra en el hecho de que mientras el
DSM es un manual de referencia centrado en los trastornos mentales, la CIE es la
Clasificación Internacional de Enfermedades, incluyendo no sólo las alteraciones de
la psique sino el conjunto de trastornos y enfermedades médicas que pueden
aparecer en el ser humano.

Así, mientras que en el DSM-5 solo vamos a encontrar problemáticas y


trastornos mentales, estos son solo uno de los capítulos o apartados de la CIE-
10, la cual a pesar de que incluye en el capítulo V (o F) a los trastornos mentales
también recoge cualquier enfermedad o problemática médica.

2. Diferentes objetivos

A pesar de que ambos son sistemas clasificatorios de gran utilidad en el ámbito


sanitario y sus contenidos son altamente parecidos entre sí, se puede encontrar una
diferencia en el objetivo concreto que tiene cada uno de ellos.

Aunque ambos se orientan al diagnóstico, mientras que el DSM tiene como objetivo
una descripción sistemática y precisa de los criterios diagnósticos y características
propias de un trastorno, la CIE se orienta más a realizar un registro y análisis de
las características presentes del trastorno. En este sentido, el primero resulta
también ligeramente más preciso en su descripción de los síntomas.

3. Organización que las genera

Una diferencia también bastante relevante entre ambos sistemas se encuentra en


la organización que las ha generado, así como el reconocimiento que poseen.

El DSM-5 ha sido elaborado por la American Psychiatric Association, una de


las organizaciones americanas más relevantes del mundo en lo que respecta al
estudio de los problemas de salud mental. Por otro lado la CIE-10 ha sido elaborada
por la Organización Mundial de la Salud, la cual repercusión de nivel mundial.
4. Nivel de reconocimiento

Aunque probablemente el DSM-5 sea el sistema clasificatorio más conocido y es


sin duda el más utilizado en América, una gran mayoría de los psiquiatras del
mundo y especialmente de Europa emplean la CIE-10.

5. Número de grandes categorías

Ya dentro de lo que sería propiamente el contenido o la clasificación realizada entre


los diferentes trastornos mentales, una de las diferencias que podemos
encontrar es el número de grandes secciones o categorías.

Mientras que la CIE-10 incorpora un total de 10 secciones diferenciadas en el


capítulo dedicado a los trastornos psíquicos, de las cuales tres se dedican a
trastornos infantiles, en el DSM podemos encontrar un total de 21 grandes
categorías diagnósticas. Hay que tener en cuenta que hablamos de grandes grupos
de trastornos, existiendo diversos trastornos en la mayoría de cada uno de los
grupos.

6. Diferentes trastornos o presencia de un mismo trastorno con diferentes


denominaciones

Tal vez la diferencia que resulta más notoria se encuentra en el hecho de que tanto
DSM-5 como CIE-10 clasifican los trastornos psiquiátricos con diferentes
nombres, incluyen criterios que pueden ser divergentes entre sí (por ejemplo
pueden tener en cuenta períodos temporales en los que se debe presentar el
síntoma distintos entre sí). Incluso existen algunos que directamente no existen o
no son considerados como entidades diagnósticas en uno de los sistemas
clasificatorios, como ocurre con el trastorno mixto ansioso-depresivo.

La mayoría de estas diferencias son poco relevantes y hacen referencia a las


mismas realidades, siendo altamente arbitrarias.
7. Transculturalidad

Otro elemento diferencial entre ambas clasificaciones, y esto es algo que resulta
aún más evidente entre el DSM-5 y la reciente CIE-11 es que a pesar de que ambos
sistemas clasificatorios tienen pese a las críticas que suscitan gran utilidad, el DSM-
5 está basada en una perspectiva y un entendimiento de la psique basado en la
mentalidad y cultura occidental, mientras que en el caso del CIE-10 se tienen más
en cuenta la existencia de diferentes problemáticas más propias de otras
culturas.

Así, mientras que en el DSM es posible que algunas problemáticas no se acaben


de ajustar a los criterios diagnósticos debido a elementos culturales divergentes con
respecto a los occidentales la CIE resulta más transcultural y permite mayor
aplicabilidad en otras regiones del mundo con diferentes circunstancias y maneras
de entender la realidad.

8. Un sistema... ¿multiaxial?

A lo largo de su historia tanto el sistema clasificatorio del DSM como el de la CIE


han empleado un sistema multiaxial, con diferentes ejes que permiten la anotación
de diferentes tipos de problemáticas de tal forma que se facilita el diagnóstico y
clasificación de las diversas problemáticas. Sin embargo, con la llegada del DSM-5
esta característica ha pasado de ser algo común a ser un elemento diferencial.

Y es que la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos


Mentales ha prescindido de la multiaxialidad que caracterizaba a su versión
anterior (DSM-IVR poseía un total de cinco ejes), mientras que en la CIE-10 se
mantienen tres ejes principales: (diagnóstico clínico, discapacidades y elementos
contextuales).

Diferencias principales entre el DSM-IV TR y el CIE 10

» En el DSM hay una única versión diagnóstico (la CIE tiene versiones diferentes)
» En la CIE 10 en su versión inicial hay un solo eje (se propuso desde su edición la
publicación de un esquema multiaxial para ser utilizado en atención primaria) a
diferencia del DSM que originalmente es un sistema de evaluación multiaxial. Estos
ejes son:

Para la CIE 10
» Diagnósticos clínicos: mentales y no mentales. Todos los problemas del individuo
deben enumerarse de acuerdo a los capítulos I al XX.

» Incapacidades: Valora cuatro dimensiones o áreas.

1. Cuidado personal

2. actividades ocupacionales (trabajo remunerado, escolaridad o actividades


domésticas)

3. Actividades familiares (regularidad y calidad de las interacciones con familiares y


miembros de la casa) y

4. Comportamiento social más amplio (interacción con otros individuos, la


comunidad y actividades del tiempo libre)

» Factores contextuales: problemas relacionados con la familia o el grupo de apoyo


primario, ambiente social en general, educación, empleo, vivienda y circunstancias
económicas, temas legales, antecedentes médicos familiares. Enfoque de la
existencia y estilo de vida.

Su estructura se fundamenta en el capítulo XXI de la CIE 10 (12)

Para el DSM– IV TR

EJE I: Trastornos clínicos. Otros problemas que puedan ser objeto de atención
médica.

EJE II: Trastornos de la personalidad. Retraso mental. Rasgos y mecanismos de


defensa particulares
EJE III: Enfermedades médicas, que son potencialmente relevantes para la
comprensión o abordaje del trastorno mental del sujeto. Se codifica por CIE. Pueden
estar en ejes I y III.

EJE IV: Problemas psicosociales y ambientales que contribuyen de manera


significativa al desarrollo o exacerbación de los síntomas. (Ver tabla 1)

EJE V: Es la opinión del clínico sobre el nivel general de actividad del sujeto. Puede
realizarse utilizando la escala de evaluación de la actividad global (EEAG)

Tabla 2. (9)

» En el DSM tiene mayor importancia la evidencia empírica que el consenso de


expertos, al revés que en la CIE.
» La CIE es una clasificación de todas las enfermedades, siendo el capítulo V ó F
sólo una parte. Respeta los mismos criterios que para enfermedades orgánicas. (3)
.
» Algunas trastornos no figuran con el mismo nombre y en el DSM pueden
directamente no figurar (Ej.: neurastenia, los términos neurosis y psicógeno, etc.)
» La CIE es un texto realizado por la OMS, por lo que la realizó un grupo de expertos
de distintos países. El manual diagnóstico y estadístico es de EUA. Esto produjo
que el primero tuviese definiciones más amplias para poder ser compatibilizadas
con las situaciones de diversos países.

Por Dr. Tenconi Juan

Los Grupos de Trabajo informaban al Comité Elaborador del DSM-IV, que constan
de 27 miembros, muchos de los cuales presidían asimismo algún Grupo de Trabajo.
Cada uno de los 13 Grupos de Trabajo se componía de 5 (o más) miembros, cuyas
opiniones eran analizadas por un grupo de entre 5 y 100 consejeros, escogidos por
representar experiencias clínicas y de investigación, disciplinas, formación y
ámbitos de actuación muy diversos. La participación de muchos expertos
internacionales ha asegurado que el DSM-IV posea la más amplia gama de
información y pueda aplicarse y usarse en todo el mundo. Se han realizado multitud
de conferencias y reuniones con el fin de proporcionar una guía conceptual y
metodológica para la elaboración del DSM-IV. Entre ellas, muchas han estado
dedicadas a consultas entre los realizadores del DSM-IV y los de la CIE-10,
con el fin de aumentar la compatibilidad entre los dos sistemas. Asimismo, han
tenido lugar otras reuniones centradas en el papel de los factores culturales en el
diagnóstico de las enfermedades mentales, en el diagnóstico geriátrico y en el
diagnóstico psiquiátrico en los centros de asistencia primaria.

Psicomed

Pues es básicamente lo expuesto anteriormente, pero yo siempre prefiero mirar los


dos manuales porque el CIE-10 da versiones más elaboradas y completas de los
trastornos mentales que clasifica, y donde taxativamente incluye o excluye otras
patologías mentales que no hace el DSM-IV

Mirando esta web, cuya ventaja fundamental es que dando sólo un click vemos la
diferencia de contenido entre versiones nosológicas, comodidad y rapidez.

Por ejemplo en el DSM-IV para la esquizofrenia paranoide:

Criterios para el diagnóstico de

F20.0x Tipo paranoide de esquizofrenia (295.30)

Un tipo de esquizofrenia en el que se cumplen los siguientes criterios:

A. Preocupación por una o más ideas delirantes o alucinaciones auditivas


frecuentes.
B. No hay lenguaje desorganizado, ni comportamiento catatónico o desorganizado,
ni afectividad aplanada o inapropiada.

Codificación del curso de la esquizofrenia en el quinto dígito:

.x2 Episódico con síntomas residuales interepisódicos

.x3 Episódico con síntomas residuales no interepisódicos

.x0 Continuo

.x4 Episodio único en remisión parcial

.x5 Episodio único en remisión total

.x8 Otro patrón o no especificado

.x9 Menos de 1 año desde el inicio de los primeros síntomas de fase activa

En el CIE 10

F20.0 Esquizofrenia paranoide

Es el tipo más frecuente de esquizofrenia en la mayor parte del mundo. En el cuadro


clínico predominan las ideas delirantes relativamente estables, a menudo
paranoides, que suelen acompañarse de alucinaciones, en especial de tipo auditivo
y de otros trastornos de la percepción. Sin embargo, los trastornos afectivos, de la
voluntad, del lenguaje y los síntomas catatónicos pueden ser poco llamativos.

Las ideas delirantes y alucinaciones paranoides más características son las


siguientes:

a) Ideas delirantes de persecución, de referencia, de celos, genealógicas, de tener


una misión especial o de transformación corporal.
b) Voces alucinatorias que increpan al enfermo dándole órdenes, o alucinaciones
auditivas sin contenido verbal, por ejemplo, silbidos, risas o murmullos.
c) Alucinaciones olfatorias, gustatorias, sexuales u de otro tipo de sensaciones
corporales. Pueden presentarse también alucinaciones visuales, aunque rara vez
dominan.

El curso de la esquizofrenia paranoide puede ser episódico, con remisiones


parciales o completas, o crónico. En esta última variedad los síntomas floridos
persisten durante años y es difícil distinguir episodios aislados. El comienzo tiende
a ser más tardío que en las formas hebefrénica y catatónica.

Pautas para el diagnóstico

Deben satisfacerse las pautas generales para el diagnóstico de esquizofrenia y


además deben predominar las alucinaciones o las ideas delirantes y ser
relativamente poco llamativos los trastornos de la afectividad, de la voluntad y del
lenguaje y los síntomas catatónicos. Normalmente las alucinaciones son del tipo
descrito en b) y c). Las ideas delirantes pueden ser casi de cualquier tipo, pero las
más características son las ideas delirantes de ser controlado, de influencia, de
dominio y las ideas de persecución de diversos tipos.

Incluye:

Esquizofrenia parafrénica.

Excluye:

Estado paranoide involutivo (F22.8).

Paranoia (F22.0).

Pues eso aunque el DSM-IV se utiliza más, es conveniente siempre mirar también
el CIE-10

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