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Diferencias entre DSM-5 y CIE-10.

Resumen de las diferencias entre los dos manuales médicos DSM-5 y


CIE-10, los cuales son muy utilizados en la psicología y la psiquiatría.

Son muchas las alteraciones y problemáticas psíquicas que existen en el


mundo y que precisan de tratamiento. Depresión y ansiedad son algunas de ellas,
pero también podemos encontrar otras como la esquizofrenia, el trastorno bipolar.

Si conocemos estos trastornos es porque tienen un nombre, una etiqueta


diagnóstica que nos permite denominar la presentación conjunta de una
serie de síntomas vinculados entre sí. Y a veces determinar qué problema tiene
la persona en cuestión puede ser complicado de valorar, dado que distintos
profesionales pueden valorar diferentes aspectos e ignorar otros.

Afortunadamente, para sortear esta dificultad algunos profesionales han ido


realizando a lo largo de la historia sistemas clasificatorios de los trastornos
mentales, siendo los más conocidos y utilizados en la actualidad el DSM-5 y la
CIE-10. Pero pese a que se trata de sistemas clasificatorios con grandes
semejanzas entre sí, no son iguales. ¿Cuáles son las principales diferencias
entre DSM-5 y CIE-10?. Veámoslo a lo largo de la siguiente exposición.

DSM-5 y CIE-10: ¿qué son?

Antes de pasar a hablar de las diferencias existentes entre el DSM-5 y la


CIE-10, tal vez sería recomendable en primer lugar hacer una breve mención a
qué hacen referencia estas siglas, conocidas por todos los psicólogos y
psiquiatras.

Cuando hablamos de DSM-5 estamos hablando de la quinta edición del


“Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales”, uno de los
manuales y sistemas clasificatorios de los trastornos y alteraciones
psíquicas más conocidos y relevantes. Esta edición fue publicada en el año
2013 por la American Psychiatric Association (en adelante APA) mediante el
consenso de expertos y la realización de múltiples investigaciones.

Este sistema clasificatorio, a pesar de que resulta cada vez más


controvertido debido a la patologización de cada vez más comportamientos y
modos de funcionamiento y por las acusaciones de la existencia de intereses
comerciales detrás de la formulación y sobrediagnosticación de algunos de dichos
trastornos, es uno de los más relevantes ya que ofrece un marco desde el que
poder determinar si los pacientes manifiestan síntomas y criterios propios de un
trastorno concreto, de tal manera que se facilita diagnóstico y tratamiento tanto
para el profesional que lo atiende como para futuras interpretaciones por parte de
otros profesionales.

En cuanto a la CIE-10, en este caso las siglas hacen referencia a la décima


edición de la “Clasificación Internacional de las Enfermedades”. Se trata de otro de
los grandes manuales y sistemas clasificatorios que existen, si bien esta vez no
analiza únicamente los trastornos mentales sino el conjunto de todas las
enfermedades, trastornos y alteraciones que existen. En ella los trastornos
mentales únicamente ocupan un capítulo, el quinto (o F).

Fue publicada en 1992 por la Organización Mundial de la Salud. Aunque en


2018 se publicó la siguiente edición, la CIE-11, lo cierto es que aún en el día de
hoy sigue siendo más utilizada y se encuentra más extendida la versión CIE-10 e,
incluso, la anterior a esta (CIE-9).

Principales diferencias entre DSM-5 y CIE-10.

Si bien DSM-5 y CIE-10 tienen múltiples semejanzas e incluyen en su


interior problemáticas psíquicas/psiquiátricas muy parecidas entre sí, lo cierto es
que se trata de dos manuales de referencia distintos y con varias diferencias a
tener en cuenta. A continuación veremos algunas de las diferencias más claras
entre ambos.

1. Nivel de especificidad: trastorno mental o clasificación general de


las enfermedades.

Uno de los principales aspectos en los que podemos encontrar elementos


diferenciales entre DSM-5 y CIE-10 se encuentra en el hecho de que mientras el
DSM es un manual de referencia centrado en los trastornos mentales, la CIE es la
Clasificación Internacional de Enfermedades, incluyendo no sólo las alteraciones
de la psique sino el conjunto de trastornos y enfermedades médicas que pueden
aparecer en el ser humano.

Así, mientras que en el DSM-5 solo vamos a encontrar problemáticas y


trastornos mentales, estos son solo uno de los capítulos o apartados de la CIE-
10, la cual a pesar de que incluye en el capítulo V (o F) a los trastornos mentales
también recoge cualquier enfermedad o problemática médica.
2. Diferentes objetivos.

A pesar de que ambos son sistemas clasificatorios de gran utilidad en el


ámbito sanitario y sus contenidos son altamente parecidos entre sí, se puede
encontrar una diferencia en el objetivo concreto que tiene cada uno de ellos.

Aunque ambos se orientan al diagnóstico, mientras que el DSM tiene como


objetivo una descripción sistemática y precisa de los criterios diagnósticos y
características propias de un trastorno, la CIE se orienta más a realizar un
registro y análisis de las características presentes del trastorno. En este
sentido, el primero resulta también ligeramente más preciso en su descripción de
los síntomas.

3. Organización que las genera.


Una diferencia también bastante relevante entre ambos sistemas se
encuentra en la organización que las ha generado, así como el reconocimiento
que poseen.

El DSM-5 ha sido elaborado por la American Psychiatric Association,


una de las organizaciones americanas más relevantes del mundo en lo que
respecta al estudio de los problemas de salud mental. Por otro lado la CIE-10 ha
sido elaborada por la Organización Mundial de la Salud, la cual repercusión de
nivel mundial.

4. Nivel de reconocimiento.
Aunque probablemente el DSM-5 sea el sistema clasificatorio más conocido
y es sin duda el más utilizado en América, una gran mayoría de los psiquiatras
del mundo y especialmente de Europa emplean la CIE-10.
5. Número de grandes categorías.
Ya dentro de lo que sería propiamente el contenido o la clasificación
realizada entre los diferentes trastornos mentales, una de las diferencias que
podemos encontrar es el número de grandes secciones o categorías.

Mientras que la CIE-10 incorpora un total de 10 secciones diferenciadas en


el capítulo dedicado a los trastornos psíquicos, de las cuales tres se dedican a
trastornos infantiles, en el DSM podemos encontrar un total de 21 grandes
categorías diagnósticas. Hay que tener en cuenta que hablamos de grandes
grupos de trastornos, existiendo diversos trastornos en la mayoría de cada uno de
los grupos.

6. Diferentes trastornos o presencia de un mismo trastorno con


diferentes denominaciones.
Tal vez la diferencia que resulta más notoria se encuentra en el hecho de
que tanto DSM-5 como CIE-10 clasifican los trastornos psiquiátricos con
diferentes nombres, incluyen criterios que pueden ser divergentes entre sí (por
ejemplo pueden tener en cuenta períodos temporales en los que se debe
presentar el síntoma distintos entre sí). Incluso existen algunos que directamente
no existen o no son considerados como entidades diagnósticas en uno de los
sistemas clasificatorios, como ocurre con el trastorno mixto ansioso-depresivo.
La mayoría de estas diferencias son poco relevantes y hacen referencia a
las mismas realidades, siendo altamente arbitrarias.

7. Transculturalidad.
Otro elemento diferencial entre ambas clasificaciones, y esto es algo que
resulta aún más evidente entre el DSM-5 y la reciente CIE-11 es que a pesar de
que ambos sistemas clasificatorios tienen pese a las críticas que suscitan gran
utilidad, el DSM-5 está basada en una perspectiva y un entendimiento de la psique
basado en la mentalidad y cultura occidental, mientras que en el caso del CIE-
10 se tienen más en cuenta la existencia de diferentes problemáticas más
propias de otras culturas.

Así, mientras que en el DSM es posible que algunas problemáticas no se


acaben de ajustar a los criterios diagnósticos debido a elementos culturales
divergentes con respecto a los occidentales la CIE resulta más transcultural y
permite mayor aplicabilidad en otras regiones del mundo con diferentes
circunstancias y maneras de entender la realidad.

8. Un sistema... ¿multiaxial?
A lo largo de su historia tanto el sistema clasificatorio del DSM como el de la
CIE han empleado un sistema multiaxial, con diferentes ejes que permiten la
anotación de diferentes tipos de problemáticas de tal forma que se facilita el
diagnóstico y clasificación de las diversas problemáticas. Sin embargo, con la
llegada del DSM-5 esta característica ha pasado de ser algo común a ser un
elemento diferencial.

Y es que la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los


Trastornos Mentales ha prescindido de la multiaxialidad que caracterizaba a
su versión anterior (DSM-IVR poseía un total de cinco ejes), mientras que en la
CIE-10 se mantienen tres ejes principales: (diagnóstico clínico, discapacidades y
elementos contextuales).
Referencias Bibliográficas.

American Psychiatric Association (APA). (2013). Diagnostic and statistical


manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric
Publishing.

Asociación Americana de Psiquiatría (APA). (2013) Manual diagnóstico


y estadístico de trastornos mentales (5ª ed.). Arlington, VA: American
Psychiatric Publishing.

Gómez, R., A. (2015). Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE):


Descifrando la CIE-10 y esperando la CIE-11. Superintendencia Nacional de
Salud, 7, 66–73.

Organización Mundial de la Salud (1992). International Classification of


Diseases and Healt Related Problems, Tenth Revision (ICD-10). Geneva.

Organización Mundial de la Salud (1992). Clasificación internacional de


enfermedades y problemas relacionados con la salud, Décima revisión (CIE-
10). Ginebra.
DSM-V vs CIE-10

Los trastornos mentales y del comportamiento son uno de los mayores


problemas de la salud mental pública, así como se clasifica para facilitar el registro
sistemático, la recopilación, el análisis y la interpretación (Gómez, 2015). Debido a
esto, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) y la Organización Mundial
de la Salud (OMS) han creado los criterios de clasificación. Estas organizaciones
toman en cuenta la cultura y el ambiente para la creación de dichos manuales.

Dichos criterios de clasificación son denominados Manual diagnóstico y


estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) creado por la APA y la Clasificación
internacional de enfermedades (CIE-10). El DSM-V tiene como objetivo una
descripción detallada de las categorías diagnósticas para facilitar el diagnóstico, la
comunicación, el estudio y la atención a las personas con diversos trastornos
mentales. Mientras que el CIE-10 permite el registro sistemático, el análisis, la
interpretación y la comparación de datos de mortalidad y morbilidad recolectados
en diferentes países o áreas.
La CIE-10 y el DSM-V tienen las diferencias en los diagnósticos y los
psicólogos clínicos (CIE-10) y el otro por psiquiatras (DSM-V).

Por ejemplo, Gómez (2015) señala que en el CIE-10 utilizamos los ejes
principales para la clasificación de las enfermedades que se pueden utilizar para la
mejor manera de hacer las cosas: 1. Criterios Manifestacionales (Grupo de
pacientes que tienen en 3. Criterios topográficos (3. Criterios topográficos). 3.
Criterios topográficos ("Grupo de pacientes que tienen la misma atención") (Pág.
69).

La CIE-10 es descriptiva y diagnóstica con resultados para cada uno de


ellos, y por otro lado, el DSM-V utiliza los criterios de diagnóstico y es más
completo y preciso, que se ha realizado con base en la experiencia clínica y en los
avances de la investigación.

Mientras que el DSM.V proporciona descripciones claras de las categorías


diagnóstico que contiene síntomas, y otros criterios diagnósticos mentales, los
cuales se organizan en 21 categorías diagnósticas. Cada trastorno se describe en
las siguientes subcategorías: diagnósticas; características y trastornos asociados;
características relacionadas con la edad, cultura y género; prevalencia, incidencia y
riesgo; evaluación; complicaciones predisponentes; Patrón familiar y diagnóstico
diferencial.
Estos son los criterios de los diagnósticos y los diferentes profesionales de la
salud (psiquiatras, psicólogos clínicos e investigadores de las ciencias de la salud)
que se dedican a la psicopatología, que ayudan a establecer los criterios que
responden y ayudan a que el diagnóstico del mar preciso y consistente (Fundación
CADAH, 2012).

Los medios de comunicación de la psicología fueron mejorados en todo el


mundo y la ciencia psicológica, los psicólogos se cuestionaron cada vez más, y los
productos y los procesos para las necesidades de atención médica. De igual
manera, con el fin de identificar los comportamientos de las personas que nos
inducen a una práctica inadecuada y antiética profesional. Es más probable que
tengamos en nuestra cuenta que nuestro objetivo como Psicólogos es evaluar,
mejorar, diagnosticar, intervenir, promocionar, desarrollar, planear, prevenir y
documentar para la resolución de problemas inherentes y emergentes (García &
Amador, 2016).
Referencias.

Asociación Americana de Psiquiatría (2011). DSM-5: el futuro del


diagnóstico psiquiátrico. Disponible en: http://www.dsm5.org

Echeburúa, Enrique, Salaberría, Karmele, y Cruz-Sáez, Marisol. (2014).


Aportaciones y limitaciones del DSM-5 desde la Psicología Clínica. Terapia
psicológica , 32 (1), 65–74. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082014000100007

Fundación CADAH (2012). ¿Qué es el DSM? ¿Afectará la nueva versión del


DSM-5 al TDAh?. Disponible en https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/que-
es-el-dsm-iv-tr-afectara-la-nueva-version-dsm-5-al-tdah.html

García, M. y Amador, R. (2016). Oferta laboral para el psicólogo recién


egresado. RUDICS, 7 (2), 1–18.

Gómez, R., A. (2015). Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE):


Descifrando la CIE-10 y esperando la CIE-11. Superintendencia Nacional de
Salud, 7, 66–73.

Organización Mundial de la Salud. CIE-10 Capítulo V: Pautas diagnósticas y


de actuación ante los trastornos mentales en Atención Primaria. Ginebra: OMS;
1998.

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