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a) Contexto Social y Político: A fines del Siglo XIX comienzan a crearse todas las
instituciones del país, y entre ellas la escuela como una de las aristas de este Estado
Nacional. Este período se da en un marco de un ESTADO LIBERAL, el cual considera a la
educación no sólo como un derecho individual, sino también una garantía para el
funcionamiento del sistema político.
Fue un estado hegemónico, centralizado, con fuerte estructura jerárquica vertical,
monopolizador de la educación.
El Período desde 1880 a 1916 se considera fundacional del derecho educativo.
Además de producirse dos grandes cambios a nivel político y social que cambiarán la Argentina
para siempre, con la inmigración europea, fuerte mano de obra y el avance del ferrocarril que
propiciará el traslado de la gente del interior hacia Buenos Aires centralizando así más mano de
obra, población y surgiendo la necesidad social y política de alfabetizarlos.
a) Antecedentes:
c) Características.
Hubo un primer proyecto presentado por Mariano Demaría y apoyado por los católicos que fue
rechazado y un segundo proyecto, alternativo, presentado por la mayoría liberal y que fue
aprobado con algunas modificaciones.
Estableció:
Educación primaria obligatoria.
Educación religiosa en calidad de optativa, fuera del horario de clases y con autorización
de los padres.
Qué el Estado es el responsable de la educación pública
Que el gobierno es colegiado a través del Consejo Nacional de Educación y los Consejos
de Distritos
Se financia la educación primaria (Fondo Escolar permanente)
Se estimula la creación de jardines de infantes, escuelas para adultos y en caso de
necesidad, escuelas ambulantes
Se establecen contenidos mínimos de lengua nacional, historia nacional y geografía
nacional
Se Normatiza la construcción de edificios escolares y cuestiones de sanidad escolar
Se Normatiza la actividad docente, asegurando formación, estabilidad y derecho al retiro.
Se promueve la creación de bibliotecas populares.
Se establece la Inspección Estatal sobre escuelas particulares.
1.3. - Ley Lainez
Extraído del trabajo "A cien años de la Ley Lainez" de Pablo Pineau.
La Ley N° 4878, surgida de un proyecto presentado por el Senador por la Provincia de Buenos
Aires, el Dr. Manuel Láinez en septiembre de 1905 en su Cámara, fue sancionada el 17 de
octubre de ese año, y reglamentada el 13 de febrero de 1906.
Autorizó al Consejo Nacional de Educación a fundar escuelas en las provincias que así lo
solicitasen.
Como efecto de esta ley, de a poco, se produjo una nacionalización “de hecho” de la escuela
primaria, ya que hasta avanzado el siglo XX en muchas jurisdicciones la cantidad de escuelas
nacionales superaba a las provinciales.
El resultado fue la creación de un doble sistema escolar en cada provincia, dependiente una
rama de la Nación y la otra de la jurisdicción local, con fuertes contradicciones y diferencias
entre ambas (Por ejemplo, la dependencia burocrática y financiera, el pago o no de matrícula,
los sueldos docentes, o las propuestas curriculares). A su vez, en muchos casos se produjo una
desatención de la función educativa zonal, ya que algunas provincias cerraron las escuelas de
su dependencia o las transfirieron a la Nación.
1.6.- Reforma Universitaria es el nombre que recibe una serie de movimientos político-
culturales o de políticas públicas cuya finalidad es la reforma de las estructuras, contenidos y
fines de la universidad.
En Argentina, el movimiento de reforma universitaria se inició en la Universidad Nacional de
Córdoba en 1918, y se extendió luego a las demás universidades del país y de América Latina.
Entre sus principios se encuentran la instauración del gobierno con representación de los tres
claustros, la autonomía, el concurso y periodicidad de las cátedras.
Reseña histórica del nivel secundario: de su carácter elitista a una escuela secundaria
para todos/as los/as adolescentes y jóvenes
El nivel medio de enseñanza surgió en nuestro país hacia 1863, cuando el entonces
presidente Bartolomé Mitre promulgó un decreto creando el Colegio Nacional de Buenos Aires
sobre la base del Colegio de Ciencias Morales y el Colegio Seminario. Hasta ese momento, lo
que hoy conocemos como escolarización secundaria integraba los estudios superiores.
A diferencia de países europeos como Alemania, Francia o Inglaterra, la escuela
secundaria en nuestro país nació formalmente abierta al conjunto de la población, sin exámenes
o restricciones visibles para el ingreso y la permanencia, ni circuitos diferenciados. Sin
embargo, a partir de sus características, prácticas, contenidos, jerarquía de saberes y rasgos
organizativos propios, la educación media constituyó en sus inicios un espacio profundamente
excluyente de la mayoría de los sujetos que podrían haber ingresado en ella, convirtiéndose en
un nivel elitista al que accedían unos pocos.
Este carácter elitista estaba estrechamente ligado a los propósitos del nivel hacia fines del
siglo XIX. En este sentido, podemos decir junto con Tedesco (1986) que la educación
secundaria no cumplía tanto una función económica –de preparación de mano de obra que la
Argentina agroexportadora necesitara- sino más bien un papel político: formar a ese grupo
selecto de población que luego accedería a los estudios superiores en la universidad y llegaría,
por medio de ella, a desempeñar funciones de gobierno.
Excluyente y sólo reservada a los hijos de la elite para formar a la futura clase dirigente,
la escuela media distribuía un conjunto de saberes de carácter eminentemente humanista y
enciclopedista. Las materias de la escuela secundaria abarcaban las Letras, las Humanidades,
las “Ciencias Morales” (Filosofía; Historia y geografía general, Historia de América y de la
República Argentina; Historia sagrada, antigua, griega y romana) y las Ciencias Exactas
(Dussel, 1997). Años más tarde, las concepciones modernas de las humanidades y las
disciplinas científicas irían ganando terreno, sin que las orientaciones prácticas o productivas
lleguen a alcanzar un lugar de importancia en los contenidos, consolidándose así el perfil
“preparatorio” de la escolarización secundaria para los estudios universitarios1.
El currículum humanista sobrevivió a lo largo de todo el siglo XX, y la escolarización
secundaria nunca terminó de articularse a la formación para el trabajo, prevaleciendo así su
carácter preparatorio para la universidad. Sólo durante el peronismo, y sin que se afectara el
bachillerato de raíz mitrista, se intentaron circuitos alternativos por fuera de la órbita del
Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (luego Ministerio de Educación), como las escuelas
fábrica, que promovían el vínculo educación´-trabajo, tomando este elemento en sus
dimensiones formadoras y transformadoras (Bernetti y Puiggrós, 1995). Esa introducción de
1
Debemos también mencionar que, paralelamente desde 1870 comenzaron a crearse Escuelas Normales, que durante 100 años pertenecieron
al nivel medio de enseñanza. Allí se formaban a los futuros maestros, “ejemplos morales”, “servidores públicos” y “funcionarios del Estado”
(Birgin, 1999) que difundirían los valores, principios y comportamientos impulsados por el proyecto civilizador estatal asociado a los patrones
culturales y políticos de los grupos dominantes en nuestro país (Puiggrós, 1990).
otros contenidos redundó en una ampliación considerable de la matrícula de la escuela
secundaria. Pasado este período, el valor del trabajo se reformularía hacia el desarrollo
económico de la sociedad y la formación de “recursos humanos”, en el marco del desarme de
buena parte de las reformas desarrolladas por el peronismo.
Durante la última dictadura militar, el nivel medio fue explícitamente objeto de la brutal
política represiva por ella llevada adelante. Secuestros, torturas, desapariciones forzadas de
personas configuran sólo aquello que las palabras pueden describir de lo que implicó el
terrorismo de Estado que fuerzas militares y policiales llevaron a cabo con el apoyo de parte de
la sociedad civil. El campo educativo no estuvo exento de ello, las reformas tendientes a
asociar al currículum con las demandas del entorno. Lejos de recuperar al trabajo como valor
central en la formación, las propuestas en su mayoría se redujeron a un mayor énfasis de los
contenidos de orden contable-empresarial (Vassiliades, 2008)
La historia de nuestro sistema educativo nos enseña que no basta con las declaraciones
de obligatoriedad o de universalidad del derecho a la educación. Como hemos visto, el nivel
medio en nuestro país –que había nacido formalmente abierto a todos y todas, sin restricciones
visibles para el ingreso y permanencia- incorporó características, prácticas, contenidos,
jerarquía de saberes y rasgos organizativos que produjeron la exclusión de la mayoría de los
sujetos que podrían haber accedido a ella, convirtiéndolo en un nivel elitista al que accedían
unos pocos.
A lo largo de las últimas décadas, más estudiantes accedieron a la educación secundaria,
que progresivamente fue perdiendo su carácter exclusivo. Sin embargo, entendemos que esto
no significa que haya perdido también su carácter excluyente. Por un lado, porque aún una
gran cantidad de adolescentes y jóvenes continúan sin acceder y finalizar su escolarización
secundaria. Por otro, porque, aún para quienes la transitan en su totalidad, ésta en muchos
casos no proporciona una formación integral e igualitaria ni promueve posiciones de ciudadanía
democrática, articulaciones sustantivas con el mundo del trabajo ni condiciones para el acceso
efectivo a niveles superiores de formación.
Enseñar en contextos complejos, difíciles, desfavorables, críticos... Estos términos dan cuenta
de las diferentes formas en que nombramos las condiciones actuales en las que, como
educadores, nos toca llevar adelante la transmisión de un universo simbólico y cultural a las
nuevas generaciones.
¿De qué hablamos cuando decimos que hoy los educadores se enfrentan al desafío de
educar en contextos críticos? ¿Cuáles son estos contextos? ¿Cómo se visualizan
actualmente? ¿Qué tiene de complejo nuestro presente? ¿Dónde radica su dificultad?
La complejidad de este tiempo quizás radique, sobre todo, en la densa trama de múltiples y
variadas transformaciones sociales, políticas, culturales y económicas que desde hace tres
décadas se vienen sucediendo en todo el mundo, y que han asumido en los distintos países
latinoamericanos rasgos particulares.
Así pues, las sociedades actuales se enfrentan con viejos y nuevos problemas que, por
supuesto, no afectan del mismo modo a todos los países y regiones. Estos problemas
involucran, entre otras cuestiones, la profundización de la inequidad en la distribución de la
riqueza, el debilitamiento de los estados nacionales en la regulación del orden social, la
reconfiguración de las jerarquías y relaciones de poder entre los países centrales y los
periféricos, dramáticos cambios en el mundo del trabajo que trajeron consigo la disolución de
las protecciones sociales para un amplio conjunto de la población y, junto con ello, un aumento
de grandes porcentajes de desempleados, la agudización de la pobreza y de la brecha entre
pobres y ricos. En otras palabras, se trata de la acentuación de procesos de fragmentación
social que se evidencian en el arrojamiento de grandes sectores de la población a situaciones
extremas de exclusión y vulnerabilidad social.
En estas condiciones de desigualdad social, los sujetos se encuentran ante la urgencia de
organizar sus vidas en el día a día, en situaciones de profunda incertidumbre acerca de lo que
vendrá. El futuro se presenta como un tiempo difícil de proyectar. Se produce, entonces, un
cuestionamiento de los marcos de referencia que nos orientaban y, junto con ello, una pérdida
de horizontes que nos enfrenta al desafío de construir otras referencias y sentidos.
En este escenario, la escuela no ha permanecido inalterada. Por el contrario, las consecuencias
y efectos de las transformaciones antes mencionadas la interrogan profundamente:
¿Cuál es el papel que les cabe a las escuelas en la transformación del presente que vivimos?
¿Cuáles son sus funciones sociales en este turbulento y complejo contexto? ¿Cuáles son las
respuestas y concepciones que sostenemos sobre el oficio de enseñar en el presente? ¿Con qué
herramientas contamos los educadores para educar en contextos de agudización de la brecha
social entre pobres y ricos?
Vamos a empezar a responder a estas preguntas situando, en primer lugar, cómo es que la
escuela se hace parte del paisaje social. No debemos olvidar que la escuela es una institución
relativamente reciente: consigue instaurarse como un espacio obligatorio hace poco más de
cien años, en un contexto de consolidación de los estados nacionales, que echaron mano de ella
para alfabetizar a la vez que para hacerse visibles en una población heterogénea. La escuela
habilitó y consolidó, a su vez, un modo específico de enseñar, coherente con otras instituciones
de la sociedad, que consiguió ser efectivo y reemplazar formas previas de transmisión de la
cultura. Nos ocuparemos, entonces, de indagar en qué consiste esta forma específica, qué es lo
que dio sentido a su expansión y universalización, con qué lógica operó y qué transformaciones
viene sufriendo en los últimos años.
INTRODUCCIÓN
Las instituciones educativas en el Siglo XXI asisten a cambios sociales, económicos, políticos y
culturales que le imprimen nueva impronta a la lógica escolar. En este escenario los sistemas
organizacionales posibilitan y sostienen los cambios institucionales necesarios para asumir los
desafíos en la sociedad del conocimiento. La coordinación del cambio organizacional requiere de
procesos de intervención capaces de reconocer los diferentes recorridos históricos y los cambios
de paradigmas que interpelaron al campo de la Organización Escolar. Si bien los enfoques se
matizan en la realidad práctica, su conocimiento y análisis permitirá procesos de asesoramiento
y de intervención pertinentes con los objetivos y con la realidad organizacional del contexto.
Ante toda esta dinámica, el sistema educativo tiene un reto muy importante al repensar el
currículum, sus principios y objetivos. La globalización ha provocado cambios sociales,
económicos, culturales, comunicacionales y educativos. Cambios que se han visto signados por
la prioridad de lo económico frente a lo político y por supuesto, como también frente a lo
educativo. La educación y la escuela en particular deben responder en el siglo XXI a este
desafío. El desempeño profesional de los equipos directivos en las Organizaciones Escolares se
configura a partir del contexto de cambios, de transformaciones y de complejidad que
caracteriza actualmente el desarrollo organizacional en las instituciones educativas.
El papel que desempeña el sistema educativo en un gobierno es sumamente importante y
cumple un papel esencial en la formación del ciudadano de la Argentina actual y la del futuro.
El saber cambia el mundo, y nuestro mundo está cambiando con la prontitud de los saberes
nuevos. En la sociedad del conocimiento, la ciencia y la tecnología van conquistando los
distintos ámbitos que comprenden la vida de las personas. En un sistema que atribuye una
significación fundamental a la participación, y que espera que la participación sea posible
para todos, se exige un ciudadano educado y esto supone que la educación también sea para
todos el principal aporte de los sistemas educativos a la gobernabilidad democrática, lo que
está vinculado a su capacidad de brindar sin exclusiones las competencias necesarias para el
ejercicio de una ciudadanía integral. Ello implica la construcción de políticas educativas
tendientes a dotar a los futuros ciudadanos de las condiciones requeridas para pugnar por una
participación plena.
EJE 1.
La Institución Educativa en el contexto del Siglo XXI
“Terminé 7° grado, los recursos de mi padre no daban para más y no pude seguir, lo mío era
estudiar dactilografía, pero no pude seguir, pero nadie se preocupó en la escuela de que yo no
siga, ahora todo es distinto, ahora hay más acompañamiento, más atenciones, te daban las
tareas y no se podía conversar con los profesores, en cambio ahora uno puede conversar,
contar a los profesores, a veces uno viene preocupado y ya se desahoga un poco con los
profesores.”
2
Relato-testimonio de una alumna, Flavia
Es preciso tener en cuenta que antes que alumnos/as los protagonistas de las escenas son
niños/as, adolescentes y jóvenes. Al no desconocer esto que puede resultar tan obvio,
estaremos comprendiendo que nuestras prácticas y la forma de vinculamos con los sujetos de
aprendizajes estará determinada por supuestos y modos de entender y comprender la infancia,
adolescencia y juventud.
Gimeno Sacristán (2003) plantea que: La categoría alumno es una forma social por
antonomasia de ser menor o de vivir la infancia y la adolescencia. No es del todo universal pero
sí dominante para todos los individuos que, por su edad, reconocemos como menores. La
escolaridad crea toda una cultura en torno a cómo vemos y nos comportamos con los menores
(las maneras de verlos, pensarlos y quererlos). Ser alumno supone acumular la doble carga
semántica de ser menor más la de ser escolarizado, existiendo variaciones culturales tanto en
las formas de concebir a los menores como en las formas de ser alumno.
Al mismo tiempo Ricardo Baquero (2006) afirma que: La investigación histórica mostró con
claridad que las formas modernas de percibir la niñez –el sentimiento de infancia– no eran
“naturales” sino productos históricos específicos. Esto es denominar infancia a la forma
particular de procesar la niñez que se produce en la modernidad. De tal modo, la imagen de los
niños aparece atribuyéndoles como propio de su naturaleza rasgos como la dependencia, la
necesidad de protección, la heteronomía y la necesidad de un acceso gradual a la cultura o
prácticas adultas. Si hasta la revolución industrial y previamente a las grandes migraciones del
campo a la ciudad, podía percibirse a los niños fijados al dispositivo económico y educativo
familiar, compartiendo actividades y posiciones con los adultos, ahora se percibía como
necesaria una segregación de la cultura infantil. Se requiere para los niños que vagaban por las
calles y no habían sido alcanzados por el re definen la posición de alumno en el espacio escolar
moderno. El alumno está situado en una posición de heteronomía, dependencia y de acceso
gradual a los saberes adultos, está colocado en una posición de infante. Estas indagaciones
históricas se dan la mano con las revisiones de la psicología del desarrollo recién comentadas.
Esto es, existe un común denominador destacable. La producción histórica de la infancia
moderna deja al desnudo, nuevamente, su carácter no natural. Recalquémoslo: las formas de
percibir y vivir la niñez a la manera de la infancia son producciones históricas que nada dicen
del desarrollo “natural” de los niños. Esto es, aquella concepción evolutiva moderna que hemos
descripto, muy probablemente no refiere a un supuesto niño natural sino a este infante
moderno, esta manera ideal de vivir la niñez de acuerdo a la percepción de la modernidad.
Como hemos visto, este ideal normativo se naturaliza, se expresa y pone en práctica un criterio
de normalidad con el que se juzga, evalúa, mide y compara a los sujetos. La escuela resultará
el laboratorio social de producción de la infancia normal y la superficie de emergencia de la
posibilidad de analizar de modo comparado, precisamente, a la población infantil.
EJE 2.
La Organización Escolar como contexto de acción institucional
a) Etapa precientífica
b) Etapa de transición
Este período coincide con los primeros intentos de fundamentar científicamente los
conocimientos, no siendo ajeno a él el desarrollo que tienen ciencias como la Biología,
Antropología o Psicología. La Biología y Antropometría apoyaron la construcción de edificios y
mobiliarios con investigaciones y estudios variados; la Psicología y la Higiene posibilitarían, por
su parte, la producción de horarios, agrupaciones y técnicas de enseñanza más racionales.
La escuela a la medida de Claparède puede ser un ejemplo del conjunto de realizaciones
mencionadas. Sin embargo, desde una perspectiva actual, aún no podemos hablar de una
concepción de la escuela como organización.
La característica principal de esta etapa será, pues, la incipiente sistematización de la
Organización escolar como disciplina. Asimismo, la investigación se puede considerar como
parcial y se dirige al análisis de los elementos u órganos de la escuela apoyada en el aporte que
las demás Ciencias de la Educación le ofrecen.
c) Etapa científica
El análisis hasta ahora realizado, aunque sea escueto, permite deducir un desarrollo de la
Organización escolar muy reciente. Quizá por ello cabe justificar, como ya se señaló, las
lagunas que en su estudio de encuentran.
Por otra parte, no puede identificarse la Organización escolar como un apéndice de la
Organización empresarial, pues si bien es cierto que han tenido planteamientos parecidos en
algún momento, no siempre ha existido esa identificación o más bien similitud por utilizar una
misma fuente de información. Cabe, asimismo, apuntar la diferencia de objetivos que presenta
una escuela y una empresa, diferencia que supone estructuras distintas y sistemas relacionales
también distintos.
Al decir de Ciscar y Uría:
“Ahora bien, las diferentes teorías no han ido influyendo en la Escuela de una manera sucesiva,
según han ido apareciendo; algunas marcan su huella simultáneamente y con diferente
intensidad, lo que hace que la evolución de la Organización escolar presente líneas diferentes a
las de la empresarial”. (1986:82)
Particularmente resulta clarificador, ante los intentos de conectar la Organización escolar y la
Organización empresarial, recordar obras y autores significativos en ambos campos. Si
consideramos, como la mayoría de los tratadistas, a Taylor (1911) y Fayol (1931) como los
iniciadores de la organización racional del trabajo, fundamentalmente orientada a las empresas,
podemos dar cuenta de preocupaciones, estudios y tratados anteriores y paralelos que hablan
de la necesidad de organizar las realidades educativas. Al respecto, pueden recogerse dos casos
altamente significativos en España (Pozo Pardo, 1984:16):
1. Laureano Figuerola (1844) clasifica a las autoridades de quienes depende la escuela como
directivas o inspectivas y como administrativas o gubernativas, mucho antes de aparecer la
Dirección de las escuelas.
2. Pedro de Alcántara (1879), que dedica uno de sus tomos (IX) a las instituciones españolas y
extranjeras, presenta una definición de Organización escolar: “conjunto de disposiciones por las
que se rigen las Escuelas”.
Obras más recientes de autores de principios del siglo XX, como las de Rufino Blanco (1927),
Antonio Ballesteros y Fernando Sainz (1934) o la de Hernández Ruiz y otros (1954), podrían
añadirse a la lista anterior.
No parece necesario señalar la variedad de estudios que aparecen a partir de las obras
indicadas. Sin embargo, sí que consideramos conveniente apuntar algunos de los factores que
justifican el desarrollo cada vez más creciente que tiene la Organización escolar. Algunos
factores que lo justifican son:
a) La institucionalización de lo educativo. La creciente intervención del Estado en los
procesos educativos deriva en un aumento del sistema escolar y en la necesidad de establecer
criterios de racionalidad.
b) La creciente complejidad de las instituciones educativas. El sistema escolar no sólo
aumenta el número de centros educativos sino también su tamaño y funciones. Este factor,
unido a la complejidad de las relaciones que los sistemas democráticos impulsan, genera la
necesidad de buscar bases científicas de actuación que permitan atender adecuadamente las
exigencias que impone la nueva realidad.
c) El desarrollo industrial, que ha potenciado los estudios sobre procesos organizativos e
impulsado la Ciencia de la organización y, paralelamente, la preocupación por su incidencia en
la realidad escolar.
d) El desarrollo de las Ciencias Sociales. Fundamentalmente la Sociología y la Psicología
han aportado nuevas orientaciones al estudio del comportamiento de los grupos y de las
personas dentro de las organizaciones, facilitando así nuevas perspectivas en la búsqueda de
modelos propios de la Organización escolar.
e) La experimentación pedagógica, que ha suministrado un tratamiento más científico a la
educación y ha proporcionado nuevos instrumentos (mediciones psicopedagógicas, paradigmas
de intervención, etc.) de actuación a las organizaciones.
f) Los cambios legislativos, que han impulsado en nuestro país modelos de dirección
determinada y, consecuentemente, el desarrollo de determinados estudios.
g) Los procesos de descentralización y desconcentración, que han vitalizado los centros
educativos al proporcionar una mayor autonomía de funcionamiento.
Aportaciones y limitaciones
Este enfoque parte de una visión de la escuela y de la organización más personalista y centrada
en los procesos. Conocido bajo nombres como paradigma Interpretativo considera a las
organizaciones como una creación social, producto de la interacción de personas que se
movilizan de acuerdo a sus concepciones y presupuestos personales.
El paradigma interpretafivo-simbólico se interesa por el significado de las acciones sociales,
al considerar que la realidad está constituida por imágenes que la mente de las personas crean
y a las que les conceden autoridad.
Se delimitan algunas aportaciones:
a) Una contribución conceptual significativa es el planteamiento sobre las relaciones entre
cultura y organización: “cómo esta forma parte de una cultura que la posibilita y condiciona;
cómo y en qué modos son diferentes las organizaciones en las diversas culturas espacio-
temporales; cómo la organización contribuye a la elaboración y cambio de cultura” (pág. 166).
b) Se mira a la organización como creadora de una cultura propia. Ritos, ceremonias,
convenciones, etc., lejos de no tener sentido y de parecer realidades improductivas, se
revitalizan como un medio importante de comunicar, difundir y reforzar los valores comunes.
c) El enfoque cultural descubre elementos irracionales en principios consagrados de la teoría
racional de la organización. De esta forma, procesos y contenidos de planificación, ejecución o
control adquieren sentido aunque no tengan mucho que ver con una ejecución racional de los
fines de la organización.
d) El enfoque cultural aporta nuevas metodologías, cualitativas, etnográficas o naturalistas,
aplicables al estudio de las organizaciones.
La nueva perspectiva ha contribuido, por otra parte, a restablecer la importancia de los
sentimientos y de determinadas actuaciones (símbolos, fiestas, ...) cuando no se participa de
una cultura común. También a mejorar el conocimiento entre la cultura social y el
funcionamiento institucional.
Las limitaciones que puede advertirse son de carácter conceptual, metodológico y operativo.
Desde la perspectiva conceptual, llama la atención la falta de acuerdo sobre lo que se ha de
entender por cultura y por manifestación de cultura; también, sobre las dificultades para evitar
degenerar en estereotipos y prejuicios de base cuando se realizan estudios superficiales o se
hace un uso indebido de los análisis culturales.
Desde el punto de vista metodológico, además del insuficiente desarrollo y difusión de las
técnicas naturalistas y etnográficas, se plantean problemas de ejecución como el que afecta la
ambivalencia a que puede dar lugar la interpretación de símbolos.
Desde lo operativo, el peligro está en el fomento de “culturas potentes”. Su desarrollo puede
favorecer la implicación personal y mejorar la producción, pero no puede hacerse en base a la
represión de culturas minoritarias o el aislamiento del entorno.
También encuentra problemas operativos Bush (1986) cuando señala la dificultad de este
enfoque en aspectos como los siguientes:
a) Conciliar su carga de ambigüedad con las estructuras que se encuentran en la mayoría de
escuelas y universidades, donde varios aspectos del modelo burocrático están funcionando
(responsabilidades clasificadas, unos horarios, unas normas,...).
b) Los modelos ambiguos no se acomodan bien a las organizaciones de carácter estable y en
períodos de estabilidad, cuando parece que padres y profesores reclaman una cierta estabilidad
en las instituciones.
Los modelos políticos participan por tanto de las características que Bush (1986) menciona:
a) Se centran más en los grupos que en la institución como unidad.
b) Se basan en los intereses y grupos de interés.
c) Hay con frecuencia conflictos en las organizaciones.
d) Los fines de la organización son ambiguos y perseguidos de muchas formas.
e) Las decisiones surgen después de un proceso de negociación.
f) El concepto de poder es central.
g) Tiene importancia la influencia externa en la toma de decisiones.
h) Son particularmente apropiados para entender la distribución de recursos en las instituciones
educativas.
Sin duda, estas consideraciones, que están en la base de todo proceso de cambio, implican un
compromiso con la mejora de la formación que la escuela brinda a los alumnos. Todo intento
debe estar orientado por esa finalidad e involucra a la institución como una comunidad de
aprendizaje, que reflexiona y actúa en función de la mejor alternativa de resolución posible a
los problemas que enfrenta.
A. La Gestión
Para definir a la ciencia o disciplina -la Administración- desde hace mucho tiempo, en gran
cantidad de países y ámbitos se utilizan las palabras “Administración”, “Organización” y
“Organizaciones”. Últimamente, también se ha popularizado el término “Gestión”, término
este, el que nos interesa y atañe, el cual profundizaremos en esta unidad.
La palabra “Gestión” de origen latino, es muy usada cuando se trata de evaluar los resultados
de las acciones y decisiones de un administrador – sea este un individuo, un grupo colegiado,
un consejo o un gobierno- o cuando se hace referencia a la “buena administración de
recursos” o la actividad de un mandatario, director o gestor, o sea, de alguien que administra
o realiza acciones en nombre de otros. De allí que la expresión “control o evaluación de
gestión” se haya popularizado para medir la calidad de las acciones y decisiones de los
responsables superiores de una organización.
Nótese que la palabra gestión posee una connotación asociada a buenos resultados, de mayor
dinámica que el término “gobierno”. Recuérdese la frase: “La gestión de Belgrano y Rivadavia,
antes de 1.816, frente a los gobierno europeos y para favorecer la causa de los criollos, no
tuvo mayor éxito”
¿Tan sorprendente es esto? Formular y, si es posible, marcar objetivos y luego medir los
resultados obtenidos en la consecución de estos objetivos: he aquí la finalidad de toda
herramienta de gestión. Ante todo, dirigir es disponer los medios de “saber” (en particular de
saber si se es eficiente en la prosecución de objetivos precisos); seguidamente disponer de los
medios de “entender” (en particular, por qué se es o no se es eficiente) ; y, finalmente,
disponer de los medios de orientar la acción hacia la mejora permanente de los resultados.
La gestión es la medida y el análisis, la visión y la comprensión, para la acción. La medida y el
análisis son la base de la acción, puesto que la acción se hace muy incierta si no se puede ver
o no se puede comprender. Por tanto, es evidente que la gestión y sus instrumentos están en
el núcleo de las organizaciones económicas de los mercados y en una sociedad; unos buenos
instrumentos abren la vida de una acción eficiente, basada en la medición fiable y un análisis
seguro; unos malos instrumentos conducen a una navegación a través de la niebla entre
obstáculos de los cuales se ignora todo.
Resulta curioso, sorprendente e increíble como en nuestro país haya habido tan poco interés
en el “control de gestión” y sus instrumentos durante un período de tiempo tan prolongado.
Por supuesto, la gestión no ha dejado de inventar métodos y conceptos en ámbitos tan
diversos como ser: la estrategia, la calidad o gestión del personal. Pero el soporte de base
sobre el que, en definitiva, se apoya el conjunto, la racionalidad económica de las
organizaciones públicas, expresada a través del control presupuestario, es decir, la medida en
que se basan las decisiones, el soporte de base, apenas cambiado desde décadas en nuestra
República.
Este sistema viejo de control de gestión, llamado “principios Tayloriano” es un sistema genial,
porque ha sobrevivido un siglo y ha contribuido al más espectacular período de crecimiento
industrial, comercial y educativo, y de prosperidad de la historia. Estos principios son:
Tiempo
C1 C2 C3 Ci Cj
Con relación a esta generalización evidente, el sistema tayloriano, aporta una simplificación
sustancial, traduciendo el objetivo “maximizar” (V-C) por el objetivo “minimizar C”, como si el
valor V viniese dado y no pudiese plantear ningún problema.
Resumiendo: Como vemos los cuatro principios tayloriano, que rigen en todo tipo de
organización en la actualidad han quedado invalidados por los nuevos datos de la aceleración
de los ritmos de cambios, complejidad, calificación del personal y la imposibilidad de
identificar un recurso netamente dominante. A partir de ahora, es necesario recurrir a
sistemas que:
no administrar solamente el presupuesto, los gastos, la burocracia del sistema educativo
sino también el valor , a través de los indicadores de eficiencia;
Administrar el cambio, y no la estabilidad, reconstruyendo de manera continua la norma
de eficiencia y ejerciendo una función de diagnóstico permanente (despliegue de la
estrategia en la escuela, o control);
Asegurar de manera continua la adecuación de las acciones y de los comportamientos a
los objetivos de la escuela (despliegue de la estrategia en la organización, o control);
Sean distribuidos, es decir, apropiados y utilizados por todos, de la misma manera que
los conocimientos operativos están repartidos entre los diferentes actores de las
organizaciones educativas.
1. Estructura:
El proceso de gestión produce los acontecimientos, acciones, decisiones, operaciones en el
mundo real de las transacciones, por ello la gestión transforma objetivos en resultados.
Ahora, la capacidad de gestión es un recurso estratégico para las organizaciones porque está
compuesto por la dinámica del conjunto de actividades interrelacionadas entre actores,
tecnologías, procesos, resaltando como atributo sustantivo de la gestión: “la decisión”
La descripción del proceso de gestión debe iniciarse a través de la evaluación de la estructura
administrativa, que es la base sobre las que se sustentan las interrelaciones de las
actividades, de las comunicaciones, del alcance del control, de la asignación del poder para la
toma de decisiones.
En definitiva, la estructura es la apoyatura de la organización para el desarrollo de la gestión
mediante la fijación de funciones y demás áreas.
En una estructura es importante observar la distribución de los niveles jerárquicos que
determinan la dimensión vertical o piramidal, pues esto influye sobre las operaciones, así
como también el agrupamiento de funciones que dan la dimensión horizontal.
La estructura sigue a la estrategia organizacional, y habrá una solución por cada organización
bajo análisis, de acuerdo con su propia cultura y la realidad con la que conviva.
A través de la estructura de la organización se determinan y agrupan los distintos tipos de
trabajo; hay diversas opciones disponibles, según las necesidades de la organización.
2. Diseño Laboral:
Tal como se manifestó en párrafos anteriores se describió el enfoque tradicional que surge con
Frederick Taylor a principios del siglo XX, donde proponer la división del trabajo para lograr un
alto grado de especialización, lo que permitía alcanzar una mayor productividad, instauraba
procedimientos estandarizado y establecía, además, que esa mayor productividad sólo era
recompensado económicamente.
La excesiva rigidez y el creciente ejercicio del control hicieron que se agruparan tareas bajo
otros criterios, de modo que el individuo fuera responsable por la realización de todo un
producto o un servicio, y ampliara su visión de la organización; con esos parámetros, dicha
visión ya no estaría tan estrecha como cuneado se ejecutaba una pequeña parte de un
trabajo.
En caso de una expansión horizontal, la secuencia del proceso íntegro queda en mano de un
individuo. En la expansión vertical, se asignan más actividades de planificación y control.
Los estudios de la década del ´80 convergen en que son necesarias la expansión horizontal y
la vertical para lograr que el empleado esté involucrado, a través de una mayor motivación
del trabajo, dado que ésta le brinda más satisfacción en el desempeño laboral.
Para alcanzar estos perfiles, es preciso que los individuos reúnan ciertas características de
valoración propia; además, el enriquecimiento personal debe estar apoyado por capacitación
continua, de modo de retribuir a la organización con sus mejores aptitudes. Otro factor
importante es la definición de los sistemas de remuneración, pues esto también afecta a la
cultura organizacional, a la motivación y a la permanencia del personal en la organización.
3. Conducción Directiva:
Fainstein dice: “esta situación se constata, generalmente, en la medida en que los líderes
forman parte de la conducción de la organización y se ubican en la estructura en lugares
clave, donde combinan su función de conducir (administrar) con su rol de líder”.
El líder debe tener cualidades personales y reconocerse a sí mismo como tal; debe saber
comunicar, valorar los atributos ajenos, compartir ideas, generar y demostrar confianza y
respeto hacia los otros, saber identificar los requerimientos de sus seguidores, estar dispuesto
a aprender y a escuchar a los demás, admitir errores y estar abierto a la autocrítica para
mejorar sus actitudes.
El hecho de decir que el directivo debe ser líder no invalida la necesidad de la organización de
contar, en sus distintos niveles, con líderes, para producir el cambio.
Kotler al respecto manifiesta: “En las organizaciones el liderazgo, cada vez más, no proviene
de una sola persona; tiene que venir de muchas personas. Las organizaciones son demasiado
complicadas, y el medio se está moviendo demasiado rápido para una persona”.
Con respecto al término “liderazgo”, describe aquellos procesos destinados a fijar rumbo y a
motivar a los demás para que lo sigan.
Es indispensable que el líder tenga capacidad negociadora. La negociación es tan antigua
como el intercambio humano; es un proceso permanente que se hace en forma individual o en
grupo, dentro de la organización y de ésta hacia fuera.
Dado que la negociación es un proceso de regateo en sí misma, cada uno trata de lograr un
cierto beneficio para sí. Se define un área de aceptación que establece los límites del
comportamiento –qué es lo que cada uno está dispuesto a dar y a recibir, y cuáles son los
acuerdos a fijar -, que son importantes en el análisis de gestión de las organizaciones.
Si bien en una negociación las partes tienen como meta ganar- ganar, eso no implica hacer
concesiones ni dejar de realizar el máximo esfuerzo, sino un acercamiento gradual que
permite trabajar conjuntamente para buscar la solución a problemas compartidos o encontrar
una oportunidad, proceso que define a la negociación.
Es fundamental que los directivos, entonces, sepan compartir información referida a las
metas, objetivos y planes de la organización, para que los empleados conozcan el rumbo.
Deben estar permanentemente incrementando el conocimiento y la pericia de sus subalternos,
a través de su propia enseñanza, o bien, respaldando los planes de capacitación.
Asimismo, deben permitir la participación en el proceso decisorio sobre temas que afecten la
tarea diaria, dado que cuanto más participativo sea el proceso, más aceptación tendrá y
mayor satisfacción producirá.
Por último, deben procurar que todos los docentes reciban su reconocimiento, aun de tipo
informal, demostrando que posee la capacidad de valorar los méritos del personal.
Autoridad por consenso en cada proceso. Acuerdo horizontales para el desarrollo de cada faz
del producto. Comunicación horizontal que debe ser fluida. Empowerment (delegación) hacia
abajo y Asignación de un líder a cada proceso.
Proceso 1:
Proceso 2:
Proceso 3:
2) Pone de manifiesto que el hombre está motivado por un complejo de factores de los
cuales uno es lo económico, pero no el único; el resto de los elementos que inciden, en
especial los sociológicos y psicológicos, asumen muy diversa de presentación
3) La participación permite distender el conflicto y motivar la conducta en sentido
cooperativo.
4) Lo mismo sucede con la supervisión flexible, en lugar de los clásicos moldes de
capataces duros y autocráticos.
5) El foco de atención no es individuo sino el grupo, el mundo social del adulto esta
organizado alrededor del trabajo y dentro de éste en forma grupal.
6) Cada grupo elabora norma de conducta y su correspondiente código de sanciones.
7) El grupo está dirigido por una figura aún desconocida: el lider
8) El trabajador actúa como tal, condicionado por las demandas sociales de interior y del
exterior de la organización.
Generalidades: Los conflictos pueden ser de orden intrapersonal (propios del “yo”) o
interpersonal (propios de un grupo de personas que forman una organización). Existen
algunas condiciones que predisponen para el conflicto:
1) Diferenciación de actividades: “Los objetivos e intereses diferentes (inclusive los
antagónicos) tienden a provocar conflictos. (Chiavenato, 1994).
2) Los recursos compartidos: la necesidad de repartir recursos que de por sí son escasos
pueden generar luchas de intereses ante la necesidad de cumplir metas u objetivos.
C. El conflicto en la Organización
Por conflicto se entiende aquella situación en la que dos o más partes están en desacuerdo
entre sí. El desacuerdo puede ser multicausal y dentro de una organización, dicho conflicto
genera dos consecuencias básicas: ineficiencia e inefectividad. La ineficiencia puede abarcar
desde una interferencia mínima en las operaciones de la organización, hasta la aparición de
serias disfunciones que atentan contra la efectividad de la organización (obstaculización en el
logro de los objetivos propios de la organización a través de los procesos internos que le son
propios.)
Con respecto a las dimensiones del conflicto laboral, existe una cierta confusión en cuanto a
las causas y las manifestaciones, y en ciertos casos estas tienden a confundirse. De cualquier
modo, dentro de este trabajo dicha dificultad será obviada y se expondrá cada tipo de
conflicto de acuerdo a su contexto particular y a las implicaciones que encierran las
interacciones de las partes envueltas en la confrontación.
D. Resoluciones de conflictos
Especialistas como Simon, March y Guetzkow son coincidentes en opinar que el análisis de los
conflictos, cuando existen objetivos compartidos, puede realizarse a partir de los llamados
“modelos analíticos”, que presentan dos alternativas:
En los casos en que se verifiquen diferencias de objetivos, la solución puede alcanzarse por los
modelos de negociación, entre los cuales se distinguen:
Aun para decir la frase más dura, el trato debe ser cordial, tranquilo y respetuoso.
Una vez que hemos conversado con el docente acerca del problema, y cuando la situación está
encaminada, es importante reconectar con ese docente una relación normal. Una sonrisa, una
charla distendida ayudarán a recomponer y fortalecer el vínculo. El objetivo es evitar que se
reiteren las situaciones no deseadas. Una vez enderezada la situación, no tiene sentido volver
sobre ella.
Largas, aburridas y sin sentido. Así definen muchos docentes a las reuniones de personal.
Si las reuniones de personal en tu institución no son demasiado populares, es el momento de
replantear cómo las estás encarando.
Cuando las reuniones son satisfactorias, los participantes salen motivados, con energía y
ganas de seguir aprendiendo.
Si existe alguna manera de reemplazar la reunión de personal, ya sea por un acta, una
llamada o un correo electrónico, lo mejor es hacerlo. Los docentes, en general, trabajan
muchas horas por día y reúnen diversas actividades por fuera de su horario laboral. Es muy
difícil hacer coincidir a todo el personal en el mismo día y horario. Las reuniones deben ofrecer
un atractivo, un núcleo de interés que motiva a los participantes.
Si el objetivo de la reunión de personal es trasmitir una información, esto se puede realizar
por medio de un correo electrónico, por ejemplo, pero si el objetivo es enseñar algún
contenido o debatir sobre alguna cuestión institucional, se torna necesario un encuentro
presencial. Veamos como obrar para que la reunión funcione.
Es importante elegir un lugar adecuado para realizar el encuentro y programarlo con
anticipación. Se envía una invitación que indique el lapso de duración, hora de comienzo y
finalización, y la agenda con los asuntos que se tratarán. En algunas ocasiones, podemos
considerar una apertura del temario e invitar a los colegas a que sugieran algún tema en
particular que consideren interesante para incluir en la reunión. La pertenencia de estas
sugerencias será evaluada por el directivo a fin de incluirlas o no en el encuentro.
La reunión consta de tres momentos: introducción, desarrollo y conclusión. En otras palabras,
se presenta el tema, se profundiza y finalmente se sintetiza lo acontecido.
En todo momento es importante que cuidemos nuestro aspecto personal ya que es
fundamental que en la reunión se destaque nuestro mensaje sin provocar distracciones con
nuestro atuendo.
Algunos directivos se disculpan con los docentes por haberlos convocado fuera de horario
habitual. Esto debería evitarse ya que sugeriría implícitamente que el propósito de la reunión
no es interesante. Por el contrario, debemos comenzar la reunión de una manera positiva y
entusiasta.
La sorpresa siempre es bienvenida, para lo cual podemos optar por realizar reuniones no
convencionales que incluyan juegos y utilicen todo tipo de recursos de apoyo como cuentos,
videos, frases, citas, humor gráfico, etcétera. Los ejercicios de reflexión son siempre
productivos.
GESTION DE LA DIVERSIDAD
Con el tiempo, las motivaciones van cambiando. Algunos cambios son generacionales.
Pensemos en la Generación “Y”: los jóvenes nacidos aproximadamente entre 1980 y 1992. Su
nombre proviene de la expresión en inglés Generation Why, por la analogía fonética entre
Why y la letra “Y” en inglés.
Why, que significa “por qué” y designa del pensamiento
Algunos jóvenes de la crítico y la constante interrogación al orden establecido por
Generación “Y” pueden parte de esta generación.
enviar un mensaje de texto Las nuevas generaciones no son mejores ni peores que lo
para avisar que renuncian, o que fuimos nosotros a esa edad. Son sencillamente
comunicar que no podrán diferentes. Atesoran diferentes motivaciones y diferentes
asistir al trabajo al día ambiciones.
siguiente porque estarán Pensemos en esto: los abuelos de los jóvenes encontraban
muy agotados después de en su empleo la estabilidad y establecían un vínculo de
concurrir a un recital de su lealtad con las organizaciones en las que trabajaban.
banda favorita. ¿Situaciones Mostraban fidelidad, trabajaban horas extras y, por
como esta eran concebibles supuesto, creían en el esfuerzo personal para consolidar una
tarea o profesión.
hace quince años?
La situación laboral fue diferente para los hijos de estos abuelos, que perdieron sus trabajos
cuando las empresas dejaron de necesitarlos por cuestiones económicas, y se vieron en la
calle de un día para el otro. Así, la idea del empleo para toda la vida se fue desdibujando para
los hijos de estas personas.
Estos jóvenes guardan un concepto del trabajo diferente a la generación que actualmente se
encuentra en los cargos jerárquicos.
Estos jóvenes no están dispuestos a “pagar el derecho de piso” ni avalan las relaciones
jerárquicas. Si no respetan a su jefe, se desmotivan rápidamente y buscan otro empleo.
La generación “Y” concibe el trabajo en la organización como un medio para alcanzar un fin,
es decir, alcanzar la libertad personal y el placer, comprarse un auto o pagar el alquiler de su
casa. Cuando estos jóvenes se aburren se marchan de las organizaciones, y buscan en otra
institución beneficios que los motiven.
Cuando se entrevista a un joven de esta generación siempre conviene preguntarle con qué va
a contribuir, para desafiarlo desde el principio.
Los directivos deben tener las herramientas para poder motivarlos y convocarlos para
proyectos que los entusiasmen y comprometan.
Una buena opción es pensar en estrategias de “enseñanza entre pares”.
Esta generación posee sólidos conocimientos en tecnología asociada a la diversión. Conocen
todas las aplicaciones, pero es muy posible que si les solicitamos que elaboren una planilla de
cálculo con fórmulas, no lo sepan hacer. Persiguen trabajos que generen desafíos, están
abiertos al cambio y rechazan la rutina. Quieren crecer rápido y recibir todos los beneficios.
Son jóvenes que no tienen la idea de trabajar toda su vida en la misma empresa u
organización; si el empleo no los satisface, renuncian. Se hallan más motivados en el trabajo
cuando logran feedback constante con su jefe, necesitan que les indiquen que están haciendo
las cosas bien y que no se las corrijan.
Para incentivar a los jóvenes actuales es importante ofrecerles tareas en las que demuestren
sus habilidades, buscarles un mentor o proponerlos a ellos como mentores. Necesitamos
herramientas para motivar a los jóvenes de esta generación. Al entenderlos, reduciremos su
frustración y atenuaremos a su resistencia.
EL LIDERAZGO PEDAGOGICO
En este capítulo abordaremos una dimensión fundamental de la gestión. Para comenzar,
veamos algunas citas que nos acercan desde diferentes vertientes a la idea de liderazgo:
1. Potencia. La energía básica para comenzar y sostener la acción que traduce la
intención en realidad, cualidad sin la cual los lideres no pueden liderar (Warren
Bennis).
2. Todos los hombres sueñan pero no de la misma forma. Aquellos que sueñan de
noche en los huecos polvorientos de sus mentes, despiertan para encontrar que
era vanidad; pero los soñadores del día son hombres peligrosos, ellos pueden
actuar su sueño con los ojos abiertos para hacerlo posible (Thomas Edward
Lawrence).
3. Si deshonra a las personas, ellos no lo honrarán a usted; pero de un buen líder,
que habla bien, cuando su trabajo está hecho y su objetivo se cumplió, ellos
dirán “nosotros lo hicimos” (Lao Tzu).
4. Los líderes del futuro necesitan conocer las preguntas y necesitan entender la
necesidad de compromiso de la gente (John Naisbitt).
5. Pregúntale a su caballo. Usted puede llevar su caballo a beber agua, pero no
puede obligarlo a beber. (Atribuida a John Maynard Keynes).
6. Liderazgo significa: visión, aliento, pasión, obsesión, consecuencia, creación de
héroes, entretenimiento (Tom Peters).
7. El liderazgo de transformación es la capacidad para traducir la intención en la
realidad y sostenerla (James Mc Gregor Burns).
8. Alice: - Por favor, ¿me diría qué camino debo tomar desde aquí?
El Gato Cheshire: - Eso depende adónde usted quiera ir. (Lewis Carroll).
9. Si lo puedes soñar, lo puedes hacer (Walt Disney).
10. Yo tengo un sueño (Martin Luther King).
11. Para liderar, uno debe seguir (Lao Tzu).
12. Los líderes que no han logrado trasladar visión, sentido y confianza a sus
seguidores han fracasado en fortalecerlos (Warren Bennis).
13. Nada que valga la pena puede lograrse sin determinación (Hyman Richover).
14. Los líderes deben concebir y articular metas de manera que alzarán a las personas
fuera de sus pequeñas preocupaciones y los unirán hacia metas mayores (John
Gardner).
15. Estos son tiempos difíciles en los que in genio desearía vivir. La gran necesidad
requiere de los grandes líderes (Abigail Adams).
16. Liderazgo es acción, no posición (Donald H. McGannon).
17. El líder real no tiene necesidad de liderar, le alcanza con señalar el camino (Henry
Miller).
18. La prueba final de un líder es la que deja en otros hombres la convicción y la
predisposición para continuar (Walter Lippman).
19. Es difícil admirar a un líder que no se deja ver (James H. Boren).
20. La razón y el juicio son las cualidades de un líder (Tacitus).
21. Nunca le diga a las personas cómo hacer las cosas. Dígales qué hacer y ellos lo
sorprenderán con su ingenio (George Patton).
22. Si la vida le da un limón, haga limonada. (Anónimo).
23. Debo seguirlos, porque soy su líder (Alexandre Ledru-Rollin).
Como podemos ver, liderazgo es influencia. Ni más ni menos que influencia. Líder es aquel
que vive su vida o alguna parte de su vida de tal manera que genera una influencia en el otro.
Los grandes líderes son personas que saben manejar las emociones. Su éxito no depende
tanto de lo que hacen como del modo en que lo hacen.
Los líderes que rodean a los otros líderes, y forman comunidades de líderes. Es decir, de
personas de que trasciende a través de los otros.
Muchos se preguntan si los líderes nacen o se hacen. Creo fervientemente que todos tenemos
potencial para desarrollar el liderazgo: puede ser en el plano profesional, laborar, deportivo,
social o familiar. Pero todos encontraremos algo en lo que nos destacamos y donde podemos
poner en práctica la habilidad de motivar o movilizar. Algunas características asociadas al
liderazgo pueden estar asociadas a un “don” natural, pero existen otras que podemos
desarrollar a lo largo de nuestras vidas. También las condiciones y el entorno influyen. Hay
personas que son líderes en una institución determinada y en otra no encuentran terreno fértil
para desarrollar su potencial y generar una influencia positiva en la gente que los rodea. Los
que piensan que el liderazgo es sinónimo de “imponer autoridad” están equivocados. Si quien
ejerce un rol de autoridad no desarrolla la empatía ni interpreta adecuadamente las
emociones ajenas genera un clima deficiente, movilizando emociones negativas y originando
en el equipo sentimientos de frustración, malestar y desconexión.
El líder es aquel que logra que su equipo trabaje desde el entusiasmo y no desde la carga del
deber.
Investigaciones científicas han demostrado que al comienzo de una determinada interacción
los ritmos corporales de dos personas que comparten una actividad son diferentes pero al
cabo de unos minutos acaban sincronizándose. Ese fenómeno se denomina en inglés
mirroring, generalmente definido como el contagio emocional que se produce cuando se imita
subconsciente el gesto, forma de hablar o la actitud de otro, y se encuentra tanto en
situaciones conflictivas como en las placenteras aun cuando las personas, estando próximas,
no mantengan contacto verbal. Por eso es tan importante que el directivo conozca el poder de
sus emociones.
La capacidad del líder para inducir estados positivos y cooperativos de ánimo resulta
fundamental para determinar el éxito del equipo. Como con cualquier actividad, el liderazgo
se desarrolla a medida que se lo entiende y practica.
Para ser un buen líder, el directivo debe empezar por esperar lo mejor de sí mismo. Tiene que
ser un reflejo de lo que espera de sus
Un relato para la reflexión colaboradores. Y para eso debe trabajar
profundamente en su persona para
convertirse en el estímulo que generará
Un grupo de trabajadores y sus líderes cambios positivos en su entorno.
trabajaban con sus machetes limpiando un
camino ubicado dentro de una densa selva en ESTRATEGIAS DE PARTICIPACION Y COMUNICACIÓN
una isla remota, para llegar a la costa donde LA BUENA COMUNICACIÓN
un estuario iba a ser el perfecto lugar para un La historia muestra cómo algunas
puerto. Los líderes organizaban el trabajo a suposiciones erróneas pueden conducirnos a
través de unidades eficientes y monitoreaban serios problemas para comunicarnos con los
la distribución y la utilización de los recursos. demás. La comunicación pareciera ser una de
El progreso era excelente. Los líderes las habilidades más importante de la vida. Si
continuaban monitoreando y evaluando el nuestro objetivo es ser buenos
avance, haciendo ajustes s medida que iban comunicadores tenemos que tratar de
avanzando para asegurar que se mantuviera entender qué siente la otra persona. Sin
el progreso y que fuesen más eficaces a importar que tan claro seamos, lo único que
medida que avanzaban en el trabajo. De estamos realmente comunicando es nuestra
pronto, en medio del bullicio de la actividad, percepción.
un trabajador se sube a un árbol y observa la Tratemos, al comunicarnos, de pensar si lo
escena desde la copa del árbol. Y le grita al que estamos diciendo aporta algo, si es
grupo que los mira desde abajo:
positivo y si ayuda.
Si el directivo no sabe comunicarse bien con
“¡Era para el otro lado!”.
todos los integrantes de la institución, el
trabajo diario le resultará muy complicado.
Por lo general, los directores muy hábiles y formados en cuestiones técnicas y profesionales
fracasan en la gestión debido a la falta de empatía en la comunicación.
¿Alguna vez te ocurrió que ingresaste a la sala de profesores y todos se callaron? Si no
les das a tus docentes la posibilidad de decirte lo que piensan, lo van a hacer a tus
espaldas.