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Caso de Ética.

Un estudiante en formación profesional de Psicología lleva a cabo sus prácticas en una fundación
apoyada por una entidad religiosa que trabaja apoyando familias. La institución participará en
una movilización como reacción a una propuesta del Ministerio de Educación, alegando que tal
propuesta afectaría los valores de la familia establecidos, por lo cual se vería afectada la
fundación si se implementa, el estudiante fue convocado y rechazo tal actividad.
En otra ocasión, la fundación vuelve a convocar al estudiante para participar en una movilidad,
pero este se niega, ya que estas actividades no representan un escenario de intervención de
psicología social, y no constituía una actividad liderada por la fundación ni a su proceso
formativo. Esto ha causado cierto problema por parte de la fundación y el estudiante.
¿El estudiante estaría faltando en su lugar como practicante de psicología social? ¿El acto implica
un dilema ético o una inconsciencia ética?
Primeramente, este caso nos muestra por un lado una parte legal y otro claramente una falta ética.
La parte legal se ve afectada por las obligaciones, derechos y deberes que tiene el estudiante
como la fundación establecidas mediante el convenio que se realizó por parte de la Universidad
con respecto a la práctica profesional en dicha fundación. Si en el convenio se tiene establecido
que el estudiante debe seguir las posiciones ideológicas o dogmáticas del sitio de prácticas dando
acompañamiento en actividades como movilidades, declaraciones públicas o aspectos similares,
esto quiere decir que el estudiante estará en obligación de acatar con la actividad, pero dado el
caso que en el convenio no este tácitamente el acompañamiento a este tipo de proyectos, el
estudiante no estará obligado a su cumplimiento ya que no tiene relación con su práctica de
psicología social como precaución el estudiante podrá comunicarse con el profesor a cargo de su
supervisión de práctica y dialogar sobre la situación y que no se vea afectada su nota académica.
En cuanto a la cuestión ética, al ser estudiante no se le aplica el Código Deontológico y Bioético
de Psicología contenido en la ley 1090 de 2006, por lo que las reglas que lo rigen son de la
Universidad. Por la parte moral tenemos un problema de imprudencia con respecto a la diferencia
de creencias, ya que la institución se impone, no por ello esta se encuentra justificada para obligar
a sus creencias. Finalmente, esta situación deberá resolverse con respectos a los acuerdos en los
convenios establecidos por ambas partes entre la Universidad y la institución.

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