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Universidad Mayor

Magíster en Ciencias de la Educación Mención Currículum y Evaluación


Electivo: Educación Inclusiva

Ley de Inclusión:
Críticas y desafíos a su implementación en un modelo tradicional
estandarizado

Ivonne Lagos R
Introducción

El presente ensayo pretende abordar, desde una perspectiva crítica la ley 20.845 Ley de inclusión
escolar, describiendo de forma general algunas prácticas que ha adoptado la escuela a raíz de su
implementación.

En este ensayo, el debate gira en torno a cómo la escuela adapta su proyecto educativo a las
exigencias de la ley 20.845, considerando los profundos ajustes que algunas instituciones han
tenido que hacer en su propuesta curricular y la natural resistencia de aquellas, que por mantener
su identidad y tradición, se oponen a los cambios que propone la legislación.

Los componentes fundamentales de esta ley son el cese del financiamiento compartido, la
eliminación del lucro y la prohibición de selección de estudiantes en establecimientos
subvencionados por el estado. En términos generales, busca regular la participación privada en
educación, junto con corregir prácticas que dificultan el acceso de los estudiantes más
vulnerables a una educación de calidad.

Sin embargo, a pesar de que la ley suena razonable, existen profundos desacuerdos ideológicos
sobre la forma en que se traduce esta ley en propuestas curriculares que favorezcan el
aprendizaje de todos los estudiantes.

Análisis de la Ley desde una perspectiva nacional

En Chile, se adopta la idea de que la escuela es un espacio público que iguala las oportunidades
de los sujetos que conforman una sociedad. Este fundamento valida las políticas públicas que se
generan en torno a la equidad, y se articula también con la idea de garantizar el acceso a la oferta
educativa de todos los niños y niñas, sin importar su origen o procedencia. En este sentido el
estatus socio-económico de las familias es un factor que no debiera influir en la posibilidad de
que un niño pueda estudiar en un establecimiento u otro, se resume en que la familia escoge
libremente la oferta disponible.

La constitución por su parte consagra el derecho a la educación, con el objetivo de alcanzar el


pleno desarrollo de la persona, en todas y cada una de las distintas etapas de su vida, de manera
que, por definición, el derecho a la educación tiene un carácter continuo y permanente que no se
agota en la niñez o juventud, sino que pretende acompañar a la persona a lo largo de toda su vida,
con el objeto de ir perfeccionando sus capacidades, en vías de alcanzar su máximo desarrollo.

Esta idea, también se encuentra recogida en los tratados internacionales ratificados por Chile y es
desarrollada más detalladamente en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza. En segundo
lugar, se reconoce el derecho de los padres y el deber de educar a sus hijos, y se establece, a
continuación, que es deber del Estado otorgar una especial protección al ejercicio de este
derecho.
Ahora bien, el derecho de los padres a educar a sus hijos de la forma que mejor les parezca es un
punto álgido de la discusión, ya que muchos argumentan que este derecho les faculta para
escoger el régimen escolar más adecuado para sus necesidades, por lo que la decisión de
matrícula es parte del ejercicio de la libertad de los padres y por lo mismo, resulta conveniente
ampliar y diversificar la oferta educativa. Al respecto, existen dificultades relacionadas con la
implementación de esta ley en establecimientos que por tradición le dan prioridad al resultado
por encima de otros aspectos formativos importante para el desarrollo de los estudiantes.

La inclusión por si misma no afecta la calidad, pero aun existen propuestas ideológicas que
sostienen que la calidad sólo puede ser alcanzada mediante la selección y segregación de los
estudiantes de una institución. Este argumento se encuentra avalado por el esquema neoliberal,
donde la competencia es un factor de mejora y por la práctica institucionalizada de medir la
efectividad de los procesos de aprendizaje, mediante pruebas estandarizadas. Esto último ha
provocado a lo largo de los años, consecuencias negativas e inesperadas que perjudican
precisamente la calidad de los aprendizajes de los estudiantes, ya que obliga a los colegios a
adoptar estrategias que mejoren los resultados, en vez de preocuparse por lograr objetivos
institucionales de carácter formativo y valórico, en resumen la calidad aún se mide por resultados
y esa práctica valida el argumento ideológico de las escuelas que antes seleccionaban, ya que es
posible suponer que un grupo de estudiantes seleccionados obtendrá un mejor resultado que otro
grupo más heterogéneo.

La diversidad que hoy existe y se promueve, beneficia directamente la calidad de los ambientes
de aprendizaje de la escuela, ya que fomenta un espacio más tolerante, justo y crítico, es por lo
anterior que es posible pensar, que el efecto que produce un ambiente parcelado, homogéneo y
selecto es más negativo que positivo.

Disminuir los factores de segregación en la escuela no garantiza la calidad, sin embargo favorece
la equidad y este es el punto de partida para acceder a una educación más justa y diversa, se
establece así la necesidad de parte de los centros educativos, de incorporar en su propuesta
curricular la enseñanza de valores relacionados con el respeto, la tolerancia, confianza y
pluralismo. Sin embargo muchos establecimientos, por tradición aun orientan su trabajo
pedagógico a la obtención de resultados y encuentran en esta ley, una imposición que los obliga a
cambiar la tradición educativa de su institución.
Análisis de la Ley a nivel de escuela

Una escuela polarizada despoja a los niños de la oportunidad de convivir en la diferencia. En


sistemas escolares de marcada polarización (como el Chileno) los estudiantes no aprenden
mucho sobre la diferencia cultural, y tampoco se familiarizan con los modos de expresión que
poseen otros grupos sociales.

Así mismo, se puede plantear que las escuelas que logran construir una sociedad de confianza,
permiten el desarrollo de las capacidades de sus niños en un ambiente heterogéneo, donde
interactúan con otras visiones de vida, muy diferentes a las que ven en su círculo familiar o
social lo que enriquece la vida, social, política y cultural de una comunidad.

En este sentido la integración en la escuela es un foco de cambio social, que puede orientarse de
forma estratégica mediante acciones de mejora articuladas con los lineamientos planteados por la
escuela en su Proyecto Educativo. Es en esencia un cambio político, no estructural, por lo que la
escuela no obtiene con esta ley nuevas herramientas de inclusión, si no que se somete a una
exigencia que se impone por encima de las visiones normativas del establecimiento. En síntesis,
se obliga a todos los colegios a aceptar la diversidad, lo que sin duda puede verse como una
imposición.

Sin embargo, los colegios que incluyen a sus alumnos de manera efectiva, y que valoran la
diferencia como un factor de aprendizaje, obtienen también mejores resultados en “otros
indicadores de calidad” medidos por el SIMCE, lo que es un factor importante para considerar.
En la practica, el paso más difícil para aplicar de forma efectiva esta ley, es aceptar que la
diferencia es una ventaja para el centro educativo.

Desde el equipo de gestión y pasando por docentes y administrativos, la lógica imperante debiera
ser la misma. Esto motiva cambios graduales en el reglamento de convivencia, y mediante las
acciones del PME, pero también requiere cambios sustanciales en los procesos de evaluación, ya
que si valoramos la diversidad, no podemos aplicar el mismo instrumento para todos los alumnos
esperando resultados óptimos y castigando a quién no logra cumplir con el estándar. En este
sentido las prácticas de evaluación también debieran incluirse como factor de inclusión en el
texto de la ley, ya que sólo considerando las capacidades del individuo podremos ayudarle a
mejorar sus competencias para que se integre de mejor manera a su comunidad. Situación que
cambia con la entrada en vigencia del Decreto 67, que establece entre sus principios
fundamentales que la evaluación es parte inherente de la enseñanza, ya que permite recolectar
información respecto a cómo progresan los estudiantes en el aprendizaje, lo que lleva a entender
y utilizar la evaluación desde un enfoque pedagógico.
Conclusiones

La escuela tiene todavía mucho trabajo por delante, antes de lograr la total inclusión de sus
alumnos, en este sentido existen aún muchas prácticas que segregan a los niños en vez de
incluirlos en un sistema abierto, tolerante y pluralista, estas prácticas le hacen daño al espíritu de
la ley, pero son difíciles de identificar, ya que forman parte de la estructura de la escuela
tradicional y muchas veces son valoradas por la efectividad que han demostrado en otras
condiciones. Pero es necesario asimilar que la realidad de la escuela de hoy es distinta que ayer,
hoy se exige un cambio.

La manera de orientar este cambio depende de cada establecimiento, pero el enfoque es uno solo,
la preocupación por el desarrollo integral de los estudiantes. Con este enfoque, el diseño de
instrumentos de evaluación cobra un valor fundamental. Ya que implica más que un cambio de
actitud, implica un cambio de método, y eso quiere decir que los profesores en la escuela deben
actualizar sus prácticas.

Fomentar el cambio metodológico, para orientar a los docentes hacia prácticas más inclusivas y
colaborativas debiera ser una prioridad para los líderes pedagógicos de cada centro educativo, es
también una responsabilidad legal, ética y profesional, de modo que independiente de la postura
de cada unidad educativa, la Ley 20845 asegura una transición necesaria, desde un sistema
segregado y punitivo a uno más abierto, heterogéneo y pluralista.
Bibliografía de consulta

Carrasco, A.(2014) Eliminación del lucro, selección y financiamiento compartido:


problemas, vacíos y posibles alternativas. Recuperado de: http://politicaspublicas.uc.cl/wp-
content/uploads/2015/02/eliminacion-del-lucro-seleccion-y-financiamiento-compartido.pdf

MINEDUC.(2015) Ley 20845. Santiago, Chile: Biblioteca del Congreso Nac.

Sepúlveda, M. (2015) Riesgos y desafíos frente a la implementación de la ley de inclusión


Escolar. Tesis para optar a grado de magister, Santiago, Chile: U. De Chile. Recuperado de:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/137595/Riesgos-y-desafios-frente-a-la-
implementacion-de-la-ley-de-inclusion-escolar.pdf?sequence=1

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