Está en la página 1de 18

Signos y síntomas del cáncer de hígado

A menudo, los signos y síntomas del cáncer de hígado no aparecen sino hasta que la
enfermedad se encuentra en etapas más avanzadas, aunque a veces pueden
presentarse más temprano. Si acude al médico cuando comienza a notar los síntomas,
es posible que el cáncer se diagnostique más temprano, cuando es más probable que el
tratamiento sea útil. Algunos de los síntomas más comunes del cáncer de hígado son:

 Pérdida de peso (sin tratar de bajar de peso)


 Pérdida de apetito
 Sensación de llenura tras comer poco
 Náuseas o vómitos
 Un agrandamiento del hígado (se siente como una masa debajo de las costillas
del lado derecho)
 Un agrandamiento del bazo (se siente como una masa debajo de las costillas del
lado izquierdo)
 Dolor en el abdomen o cerca del omóplato derecho
 Hinchazón o acumulación de líquido en el abdomen
 Picazón
 Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia)

Algunos otros síntomas pueden incluir fiebre, venas agrandadas en el abdomen que se
pueden observar a través de la piel, y sangrado o moretones anormales.

Las personas que tienen hepatitis crónica o cirrosis pueden sentirse peor de lo habitual
o solo presentar cambios en los resultados de los análisis de laboratorio, tal como en los
niveles de alfafetoproteína (AFP).

Algunos tumores del hígado producen hormonas que actúan en otros órganos aparte del
hígado. Estas hormonas pueden causar:

 Altos niveles de calcio en la sangre (hipercalcemia), lo que puede causar nausea,


confusión, estreñimiento, debilidad o problemas musculares
 Bajos niveles de azúcar en la sangre (hipoglucemia), lo que puede causar
cansancio o debilidad
 Aumento del tamaño de los senos (ginecomastia) y/o reducción del tamaño de los
testículos en los hombres
 Altos niveles de glóbulos rojos (eritrocitosis), lo que puede causar enrojecimiento
y sensación de rubor
 Altos niveles de colesterol

Muchos de los signos y síntomas de cáncer de hígado también pueden ser causados por
otras afecciones, incluyendo otros problemas hepáticos. No obstante, si tiene cualquiera
de estos problemas, es importante que consulte con su médico de inmediato para que
se pueda determinar la causa y recibir tratamiento de ser necesario.

Etapas del cáncer de hígado

Después del diagnóstico de cáncer hígado, los médicos tratarán de averiguar si el cáncer
se ha propagado y si es así, a qué distancia. Este proceso se llama estadificación (o
determinación de la etapa). La etapa (estadio) de un cáncer describe cuánto cáncer hay
en el cuerpo, y ayuda a saber qué tan grave es el cáncer, así como la mejor manera de
tratarlo. Los médicos también usan la etapa del cáncer cuando hablan sobre estadísticas
de supervivencia.

La etapa del cáncer de hígado van desde la etapa I (1) a IV (4). Por regla general,
mientras más bajo sea el número, menos se ha propagado el cáncer. Un número más
alto, como la etapa IV, significa una mayor propagación del cáncer. Si bien la experiencia
del cáncer de cada persona es única, los cánceres con etapas similares suelen tener un
pronóstico similar, y a menudo son tratados de manera muy similar.

¿Cómo se determina la etapa?

Existen varios sistemas de clasificación por etapas para el cáncer de hígado, y no todos
los médicos utilizan el mismo sistema. El sistema de estadificación que se emplea con
más frecuencia en los Estados Unidos para el cáncer de hígado es el
sistema TNM del American Joint Committee on Cancer (AJCC) que se basa en tres
piezas clave de información:
 La extensión (tamaño) del tumor (T): ¿Qué tan grande ha crecido el cáncer? ¿Hay
más de un tumor en el hígado? ¿Ha alcanzado el cáncer las estructuras cercanas,
como las venas en el hígado?

 La propagación a los ganglios (nódulos) linfáticos adyacentes (N): ¿Se ha


propagado el cáncer a los ganglios linfáticos adyacentes?
 La propagación (metástasis) a sitios distantes (M): ¿Se ha propagado el cáncer a
ganglios linfáticos distantes o a órganos distantes como los huesos o los
pulmones?

El sistema descrito a continuación es el sistema AJCC más reciente, en vigor desde


enero de 2018.

Los números y las letras después de la T, N y M proporcionan más detalles sobre cada
uno de estos factores. Los números más altos significan que el cáncer está más
avanzado. Una vez que se han determinado las categorías T, N y M de una persona,
esta información se combina en un proceso llamado agrupación por etapas para
asignar una etapa general.

Por lo general, la etapa del cáncer de hígado se determina según los resultados del
examen médico, las biopsias, y los estudios por imágenes (ecografía, CT o MRI, etc.),
también llamada etapa clínica. Si se realiza una cirugía, la etapa patológica (también
llamada la etapa quirúrgica), se determina mediante el examen del tejido extirpado
durante una operación.

Tratamiento del cáncer de hígado

Después de diagnosticar y clasificar el cáncer de hígado, el equipo que atiende su cáncer


hablará de las opciones de tratamiento con usted.

¿Qué tratamientos se utilizan para el cáncer de hígado?

Al crear su plan de tratamiento, se deben considerar factores importantes que incluyen


la etapa (extensión) del cáncer y la salud del resto de su hígado. Sin embargo, usted y
el equipo de profesionales que atiende su cáncer también quieren tomar en cuenta los
posibles efectos secundarios del tratamiento, su estado de salud general, y los cambios
de la curación de la enfermedad, extensión de la vida o alivio de los síntomas. Según
estos factores, sus opciones de tratamiento pueden incluir:

 Cirugía (hepatectomía parcial o trasplante hepático).


 Ablación del tumor
 Embolización del tumor
 Radioterapia
 Terapia dirigida
 Inmunoterapia
 Quimioterapia
¿Qué médicos tratan el cáncer de hígado?

Dependiendo de su situación, puede que usted tenga diferentes tipos de médicos en su


equipo de tratamiento. Estos médicos pueden incluir:

 Un cirujano: un médico que trata las enfermedades con cirugía.


 Un oncólogo especialista en radiación: un médico que trata el cáncer con
radioterapia.
 Un médico oncólogo: un doctor que trata el cáncer con medicinas, como
quimioterapia.
 Un gastroenterólogo: médico especializado en tratar enfermedades del sistema
digestivo, incluyendo el hígado.

Puede que muchos otros especialistas formen parte de su atención, incluyendo


enfermeras practicantes, enfermeras, especialistas en nutrición, trabajadores sociales, y
otros profesionales de la salud.

Decisiones sobre el tratamiento

Es importante hablar con el médico sobre todas sus opciones de tratamiento, incluyendo
sus objetivos y posibles efectos secundarios, para ayudarle a tomar la decisión que mejor
se ajuste a sus necesidades. Algunos factores que se deben considerar son:

 Su edad y expectativa de vida


 Cualquier otra afección médica grave que tenga
 La etapa (extensión) de su cáncer
 Si se puede o no extraer el cáncer con cirugía (resecar)
 La probabilidad de que ese tratamiento cure el cáncer (o sea útil de alguna otra
manera)
 Sus opiniones sobre los posibles efectos secundarios del tratamiento

Es posible que usted sienta que debe tomar una decisión rápidamente, pero es
importante que se tome el tiempo de asimilar la información que acaba de conocer.
También es importante que haga preguntas si hay algo que no entiende bien. Para
algunas sugerencias, lea "¿Qué debe preguntar a su médico sobre el cáncer de
hígado?”.

Una segunda opinión

Si el tiempo lo permite, puede que también quiera obtener una segunda opinión de otro
doctor o equipo de atención médica que le ofrezca más información y le ayude a sentir
más confianza sobre el plan de tratamiento que escoja. Si usted no sabe adónde acudir
para obtener una segunda opinión, pídale ayuda a su médico.

Si está considerando participar en un estudio clínico

Los estudios clínicos consisten en investigaciones minuciosamente controladas que se


llevan a cabo para estudiar con mayor profundidad nuevos tratamientos o procedimientos
promisorios. Los estudios clínicos son una forma de tener acceso a la atención más
avanzada para el cáncer. Algunas veces, puede que sean la única manera de lograr
acceso a tratamientos más recientes. También es la mejor forma de que los médicos
descubran mejores métodos para tratar el cáncer. Aun así, no son adecuados para todas
las personas.

Si está considerando métodos complementarios y alternativos

Es posible que escuche hablar acerca de métodos complementarios y alternativos que


su médico no ha mencionado para tratar su cáncer o aliviar los síntomas. Estos métodos
pueden incluir vitaminas, hierbas y dietas especiales, u otros métodos, como por ejemplo,
la acupuntura o los masajes.
Los métodos complementarios consisten en tratamientos que se usan junto con su
atención médica habitual. Por otro lado, los tratamientos alternativos son los que se
usan en lugar del tratamiento indicado por el médico. Aunque algunos de estos métodos
pueden ser útiles para aliviar los síntomas o ayudar a sentirse mejor, muchos de ellos no
han demostrado ser eficaces. Algunos incluso podrían ser peligrosos.

Al considerar sus opciones, busque “señales de advertencia” que pueden sugerir fraude.
¿Promete el método curar todos los tipos de cáncer o la mayoría de ellos? ¿Le indican
que no debe recibir tratamiento médico habitual? ¿Es el tratamiento un “secreto” que
requiere que usted visite determinados proveedores o viaje a otro país?

Asegúrese de consultar con los miembros de su equipo de atención médica contra el


cáncer sobre cualquier método que esté considerando usar. Ellos pueden ayudarle a
averiguar lo que se conoce (o lo que no se conoce) del método y así ayudarle a tomar
una decisión fundamentada. Lea Métodos complementarios y alternativos para la
atención del cáncer para más información al respecto.

Si decide suspender el tratamiento o no recibir ningún tratamiento

Cuando los tratamientos empleados ya no controlan el cáncer, puede ser momento de


sopesar los beneficios y los riesgos de continuar intentando nuevos tratamientos.
Independientemente de si opta por continuar el tratamiento o no, hay medidas que puede
tomar para ayudar a mantener o mejorar su calidad de vida. Para más información, lea If
Cancer Treatments Stop Working.

Es posible que algunas personas no quieran recibir ningún tratamiento, especialmente si


el cáncer está avanzado. Usted puede tener muchas razones para optar por no recibir
tratamiento contra el cáncer, pero es importante consultar con sus médicos antes de
tomar esta decisión. Recuerde que incluso si decide no tratar el cáncer, aún puede recibir
ayuda para combatir el dolor u otros síntomas.

Ayuda para recibir tratamiento

Su equipo de atención médica contra el cáncer será su primera fuente de información y


apoyo, aunque hay otros recursos para ayudarle cuando usted lo necesite. Los servicios
de apoyo del hospital o que se ofrecen en las clínicas constituyen un aspecto importante
de su atención médica, y éstos podrían incluir servicios de enfermería o trabajo social,
asistencia financiera, asesoría nutricional, rehabilitación o consejo espiritual.

¿Se puede prevenir el cáncer de hígado?

Muchos cánceres de hígado podrían prevenirse al reducir la exposición a factores de


riesgo conocidos para esta enfermedad.

Evitar y tratar las infecciones por hepatitis

En todo el mundo, el factor de riesgo más significativo para el cáncer de hígado es la


infección crónica con el virus de la hepatitis B (HBV) y el virus de la hepatitis C (HCV).
Estos virus se pueden propagar de una persona a otra cuando se comparten agujas
contaminadas (por ejemplo, entre usuarios de drogas) y se tiene sexo sin protección. Por
lo tanto, algunos de estos cánceres podrían prevenirse al evitar el intercambio de agujas
y adoptando prácticas sexuales más seguras (como el uso consistente de condones).

Desde principios de los años 80’, ha estado disponible una vacuna para ayudar a prevenir
la infección por HBV. Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de
los Estados Unidos (CDC) recomiendan que todos los niños, así como los adultos, en
riesgo reciban esta vacuna para reducir el riesgo de hepatitis y cáncer de hígado.

Para HCV, no existe una vacuna. El prevenir la infección por HCV y HBV en las personas
que no están inmunizadas se basa en comprender cómo estas infecciones ocurren.
Estos virus se propagan por compartir agujas contaminadas (entre usuarios de drogas),
sexo sin protección, o durante el nacimiento.

En el pasado, las transfusiones de sangre también eran una fuente principal de infección
por hepatitis. Sin embargo, debido a que los bancos de sangre en los Estados Unidos
realizan pruebas en la sangre donada para detectar estos virus, el riesgo de contraer una
infección por hepatitis mediante una transfusión de sangre es extremadamente bajo.
Se les debe hacer pruebas a las personas en alto riesgo de HBV o HCV para determinar
si tienen estas infecciones, de tal manera que se pueda vigilar en ellas el desarrollado
de una enfermedad del hígado, y ser tratada si es necesario.

De acuerdo con el CDC, usted está en riesgo de hepatitis B si:

 Tiene sexo con alguien que está infectado


 Tiene muchas parejas sexuales
 Tiene una enfermedad de transmisión sexual
 Es un hombre que tiene sexo con otros hombres
 Se inyecta drogas
 Vive con una persona que tiene HBV crónica
 Viaja a países donde muchas personas están infectadas con HBV
 Está expuesto a sangre en el lugar del trabajo
 Recibe hemodiálisis de largo plazo

Un bebé de una madre que está infectada con HBV también está en riesgo de ser
infectado.

El CDC recomienda que usted se haga pruebas de HCV si cualquiera de las siguientes
afirmaciones aplica a usted:

 Nació entre 1945 y 1965 (debido a que la mayoría de las personas en los Estados
Unidos que están infectadas con HCV nacieron en esos años)
 Se ha inyectado drogas alguna vez (aun cuando haya sido una sola vez o hace
mucho tiempo)
 Necesitó medicamentos para un problema de coagulación de la sangre antes de
1987
 Recibió una transfusión de sangre o un trasplante de órgano antes de julio de
1992 (cuando se comenzaron a realizar pruebas para detectar HCV en la sangre
y los órganos)
 Recibe hemodiálisis a largo plazo
 Está infectado por VIH
El tratamiento de la infección crónica por HCV puede eliminar el virus en muchas
personas.

Se usan varios medicamentos para tratar la HBV crónica. Estos medicamentos reducen
el número de virus en la sangre y disminuyen el daño al hígado. Aunque no curan la
enfermedad, estos medicamentos reducen el riesgo de cirrosis y pueden disminuir el
riesgo de cáncer de hígado.

Limitar el alcohol y el uso de tabaco

El consumo de alcohol puede ocasionar cirrosis, lo que a su vez puede dar lugar a cáncer
de hígado. Evitar el alcohol o consumir alcohol con moderación podría ayudar a prevenir
el cáncer de hígado.

Debido a que el fumar también aumenta el riesgo de cáncer de hígado, no fumar también
prevendrá algunos de estos canceres. Si fuma, dejar el hábito ayudará a reducir su riesgo
de este cáncer, así como de muchos otros cánceres y enfermedades que pueden
amenazar la vida.

Logre y mantenga un peso saludable

Evitar la obesidad podría ser otra manera de ayudar a protegerse contra el cáncer de
hígado. Las personas que son obesas tienen más probabilidad de padecer enfermedad
de hígado graso y diabetes, afecciones que han sido asociadas al cáncer de hígado.

Limitar la exposición de químicos que causan cáncer

El cambiar la manera en que se almacenan ciertos granos en los países tropicales y


subtropicales puede reducir la exposición a las sustancias causantes de cáncer como las
aflatoxinas. Muchos países desarrollados ya tienen leyes para prevenir y vigilar la
contaminación de los granos.

La mayoría de los países desarrollados también tienen reglamentos para proteger a los
consumidores y los trabajadores de ciertos químicos que se sabe causan cáncer. Por
ejemplo, la Agencia para la Protección Ambiental (EPA) redujo el nivel permitido de
arsénico en el agua potable en los Estados Unidos. Sin embargo, esto puede seguir
siendo un problema en áreas del mundo donde el arsénico llega naturalmente hasta el
agua potable.

Tratamiento de enfermedades que aumentan el riesgo del cáncer de hígado

Ciertas enfermedades hereditarias pueden causar cirrosis hepática y aumentar el riesgo


de una persona de padecer cáncer de hígado. El detectar y tratar estas enfermedades a
tiempo en la vida puede reducir este riesgo. Por ejemplo, a todos los niños en familias
con hemocromatosis se les debe hacer las pruebas para detectar la enfermedad y tratarla
si la tienen. Como parte del tratamiento se extraen regularmente pequeñas cantidades
de sangre para reducir la cantidad excesiva de hierro en el cuerpo.
Descripción general del tratamiento
En la atención del cáncer, a menudo trabajan juntos distintos tipos de médicos para
crear un plan de tratamiento integral de los pacientes que combine distintos tipos de
tratamientos. Esto se denomina equipo multidisciplinario(en inglés) Los equipos de
atención del cáncer incluyen una variedad de otros profesionales de la atención
médica, por ejemplo, auxiliares médicos, enfermeros de oncología, trabajadores
sociales, farmacéuticos, asesores, dietistas y otros.
Las opciones y recomendaciones de tratamiento dependen de varios factores:

 qué porcentaje del hígado está afectando el cáncer;

 si el cáncer se ha diseminado;

 las preferencias del paciente y su estado de salud general;

 el daño en el área restante del hígado sin cáncer.

Cuando un tumor se detecta en un estadio temprano y el hígado del paciente funciona


bien, el objetivo del tratamiento es tratar de eliminar el cáncer. El plan de atención
también puede incluir tratamiento para síntomas y efectos secundarios, una parte
importante de la atención del cáncer. Cuando el cáncer de hígado se detecta en un
estadio más avanzado o el hígado del paciente no funciona correctamente, el paciente
y el médico deben hablar sobre los objetivos de cada recomendación de tratamiento.
En este punto, los objetivos del tratamiento pueden concentrarse en retardar el
crecimiento del cáncer y aliviar los síntomas, a fin de mejorar la calidad de vida.

Las diversas opciones de tratamiento dirigido a la enfermedad pueden agruparse según


si pueden curar el cáncer o si mejorarán la supervivencia del paciente, pero lo más
probable es que no eliminen el cáncer. A continuación se describen las opciones de
tratamiento más frecuentes, tanto de las opciones de tratamientos dirigidos a la
enfermedad, como aquellas que tienen como objetivo el manejo de los efectos
secundarios y síntomas. Tómese el tiempo para conocer sus opciones de tratamiento y
asegúrese de hacer preguntas si tiene dudas sobre cosas que no están claras. Hable
con su médico acerca de los objetivos de cada tratamiento y lo que puede esperar
mientras recibe el tratamiento. Obtenga más información sobre cómo tomar
decisiones sobre el tratamiento (en inglés).
Tratamientos dirigidos a la enfermedad para eliminar y potencialmente curar el HCC

Por lo general, estos tratamientos se recomiendan cuando el tumor se ha detectado en


un estadio temprano. Puede que no se los recomiende para tratar pacientes en los
estadios más avanzados de la enfermedad. Estos tratamientos son cirugía, ablación
por radiofrecuencia, inyección percutánea de etanol y radioterapia.

Cirugía
La cirugía es la extirpación del tumor y de parte del tejido circundante sano durante una
operación. Es probable que este sea el tratamiento dirigido a la enfermedad más
satisfactorio, particularmente para pacientes con buena función hepática y tumores que
se pueden extraer de manera segura de una porción limitada del hígado. Quizás la
cirugía no sea una opción si el tumor abarca demasiado el hígado, si el hígado está
demasiado dañado, si el tumor se ha diseminado fuera del hígado o si el paciente tiene
otras enfermedades graves. Un oncólogo cirujano es un médico especializado en el
tratamiento para el cáncer mediante cirugía. Un cirujano hepatobiliar también cuenta
con capacitación especializada en cirugía del hígado y el páncreas. Algunas veces,
cirujanos especialistas en trasplantes de hígado intervienen en estas operaciones.
Antes de la cirugía, hable con el equipo de atención médica sobre los posibles efectos
secundarios de la cirugía específica a la que se someterá. Obtenga más información
sobre los conceptos básicos de la cirugía de cáncer.
Se utilizan dos tipos de cirugía para tratar el HCC:

 Hepatectomía. Cuando se extirpa una porción del hígado, la cirugía se


denomina hepatectomía. La hepatectomía se puede realizar únicamente si el
cáncer se encuentra en 1 parte del hígado y si el hígado funciona bien. La
sección restante del hígado asume las funciones de todo el hígado. El hígado
puede crecer nuevamente a su tamaño normal al cabo de unas semanas. Es
posible que no se pueda realizar una hepatectomía si el paciente tiene
cirrosis avanzada, incluso aunque el tumor sea pequeño.
Los efectos secundarios de la hepatectomía pueden incluir dolor, debilidad,
fatiga e insuficiencia hepática temporal. El equipo de atención médica observará
si aparecen signos de sangrado, infección, insuficiencia hepática u otros
problemas que requieran tratamiento inmediato.

 Trasplante de hígado. En ocasiones, se puede realizar un trasplante de hígado.


Este procedimiento es posible solo cuando el cáncer no se ha diseminado fuera
del hígado, se encuentra un donante adecuado y se cumplen criterios muy
específicos en lo que respecta al tamaño y a la cantidad de tumores. Estos
criterios normalmente son un solo tumor de 5 cm o menos, o 3 tumores o
menos, todos los cuales son de menos de 3 cm. Es importante que comprenda
que la cantidad de hígados disponibles provenientes de donantes es muy
limitada, por lo que el trasplante no siempre es una opción.
Después de un trasplante, se observará al paciente cuidadosamente para detectar
signos de que el cuerpo podría estar rechazando el nuevo hígado o de que el tumor
haya vuelto a aparecer. El paciente debe utilizar medicamentos a fin de evitar el
rechazo. Estos fármacos pueden provocar efectos secundarios como hinchazón de la
cara, presión arterial alta o aumento del vello corporal. El trasplante de hígado tiene
riesgos significativos de complicaciones graves, que incluyen la muerte por infección o
rechazo del hígado del donante.

El trasplante de hígado es un tratamiento particularmente eficaz para las personas con


un tumor pequeño, ya que este procedimiento permite extirpar el tumor y el hígado
dañado. Sin embargo, son pocos los donantes, y es posible que las personas a la
espera de un trasplante de hígado deban aguardar mucho tiempo antes de que haya
un hígado a su disposición. Durante este período de tiempo, la enfermedad puede
empeorar. El centro de trasplante le indicará el tiempo de espera aproximado y las
reglas que se aplican para determinar la prioridad de las personas en lista de espera.
Ablación por radiofrecuencia (RFA)
La RFA y la terapia con microondas utilizan calor para destruir las células cancerosas.
Se pueden administrar a través de la piel, por laparoscopia o durante una cirugía
mientras el paciente está bajo sedantes. La sedación consiste en administrar
medicamentos que provoquen sensación de mayor relajación, tranquilidad o
somnolencia. Este tratamiento también se denomina ablación térmica.

Inyección percutánea de etanol


La inyección percutánea de etanol es cuando se inyecta alcohol directamente en el
tumor hepático para destruirlo. Los efectos secundarios incluyen fiebre y dolor después
del procedimiento. Sin embargo, en general el proceso es simple, seguro y
particularmente efectivo para un tumor que mide menos de 3 cm. Sin embargo, si el
alcohol sale del hígado, una persona podría tener un dolor breve pero intenso. Esta
opción se usa con muy poca frecuencia y se ha reemplazado en gran medida por la
RFA (consulte más arriba).

Radioterapia
La radioterapia es el uso de rayos X u otras partículas con alta potencia para destruir
las células cancerosas. El médico que se especializa en administrar radioterapia para
tratar el cáncer se denomina radioncólogo.

 Radioterapia estereotáctica del cuerpo (Stereotactic Body Radiation


Therapy, SBRT). SBRT es un término que describe varios métodos de
administración de dosis altas de radiación en un tumor mientras se limita la
cantidad de exposición a la radiación de los tejidos sanos. Esto es importante ya
que el tejido hepático sano puede dañarse con la radiación. La SBRT trata
efectivamente los tumores que miden unos 5 cm o menos. Sin embargo, aún se
la considera un método que se encuentra en fase de investigación, en
comparación con la RFA (consulte más arriba), ya que existe poca información
disponible sobre su efectividad a largo plazo.
Los efectos secundarios pueden incluir daño al estómago y a los pulmones. Sin
embargo, esos efectos secundarios a menudo se pueden prevenir. Hable con su
equipo de atención médica sobre cómo evitar y controlar los posibles efectos
secundarios. Obtenga más información sobre los conceptos básicos de la radioterapia.
Los tratamientos dirigidos a la enfermedad ayudan a los pacientes a vivir más tiempo

Si el médico considera que el cáncer no se puede curar con los tratamientos


mencionados anteriormente, es posible que recomiende 1 de las siguientes opciones
para reducir el tumor y/o retardar el crecimiento del tumor. Si bien es más probable que
estos tratamientos no eliminen el cáncer, se ha demostrado que aumentan el tiempo
que el paciente podrá vivir.
Quimioembolización y radioembolización
La quimioembolización es un tipo de tratamiento de quimioterapia que es similar a la
infusión arterial hepática (consulte más abajo). La quimioterapia es el uso de fármacos
para destruir las células cancerosas, generalmente al poner fin a su capacidad para
crecer y dividirse. Durante este procedimiento, se inyectan los fármacos en la arteria
hepática y se bloquea el flujo de sangre de la arteria durante un período breve, de
modo que la quimioterapia permanezca más tiempo en el tumor. El bloqueo de la
irrigación sanguínea al tumor también destruye las células cancerosas.

Además de su uso como tratamiento primario para el HCC, la quimioembolización se


puede utilizar para ralentizar el crecimiento del tumor en las personas en lista de
espera para un trasplante de hígado.

La radioembolización es similar a la quimioembolización, salvo que, durante la


radioembolización, un médico coloca cuentas radiactivas dentro de la arteria que irriga
sangre al tumor. Las cuentas liberan radiación directamente dentro del tumor cuando
quedan atrapadas en los vasos sanguíneos pequeños del tumor.

Terapia dirigida
La terapia dirigida es un tratamiento con fármacos que apunta a los genes o a las
proteínas específicos del cáncer, o a las condiciones del tejido que contribuyen al
crecimiento y a la supervivencia del cáncer. Este tipo de tratamiento bloquea el
crecimiento y la diseminación de las células cancerosas y, a la vez, limita el daño a las
células sanas.

Estudios recientes demuestran que no todos los tumores tienen los mismos objetivos.
Para determinar cuál es el tratamiento más eficaz, el médico puede realizar pruebas
para identificar los genes, las proteínas y otros factores involucrados en el tumor. Esto
ayuda a que los médicos puedan encontrar el tratamiento más eficaz que mejor se
adapte a cada paciente, siempre que sea posible. Además, se están realizando
muchos estudios de investigación para obtener más información sobre objetivos
moleculares específicos y tratamientos nuevos dirigidos a ellos. Obtenga más
información sobre los conceptos básicos de los tratamientos dirigidos.
Para el HCC, los fármacos antiangiogénicos son el tipo de terapia dirigida más
frecuente. La terapia antiangiogénica (en inglés) se centra en detener la
angiogénesis, que es el proceso de formación de vasos sanguíneos nuevos. Dado que
un tumor necesita los nutrientes transportados por los vasos sanguíneos para crecer y
diseminarse, el objetivo de las terapias antiangiogénicas es “matar de hambre” al
tumor. Se cree que el sorafenib (Nexavar) actúa a través de este proceso. El sorafenib
se usa para tratar el HCC avanzado que no puede extirparse por completo con cirugía.
Se lo toma en forma de un comprimido que se debe tragar (por vía oral). Los efectos
secundarios de sorafenib incluyen diarrea y ciertos problemas cutáneos.
En abril de 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug
Administration, FDA) de EE. UU. aprobó el uso de otra terapia dirigida, el regorafenib
(Stivarga), para tratar a personas con HCC que fueron tratadas previamente con
sorafenib. El regorafenib también inhibe la angiogénesis y ya se lo utiliza para tratar el
cáncer colorrectal y tumores estromales gastrointestinales.

Hable con su médico acerca de los posibles efectos secundarios de un medicamento


específico y cómo se pueden manejar.

Otras opciones de tratamiento


Inmunoterapia
La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, está diseñada para estimular las
defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el cáncer. Utiliza materiales producidos
por el cuerpo o fabricados en un laboratorio para mejorar, dirigir o restaurar la función
del sistema inmunitario. Actualmente, la inmunoterapia se está estudiando en ensayos
clínicos para el HCC y no se considera como una opción de tratamiento estándar.

Los efectos secundarios de la inmunoterapia pueden ir de muy pocos efectos en


muchos pacientes a peligrosas afecciones autoinmunitarias en algunos pacientes. En
las afecciones autoinmunitarias, el sistema inmunitario ataca partes normales del
cuerpo, como el colon o los pulmones. Hable con el equipo de atención médica sobre
los posibles efectos secundarios de la inmunoterapia recomendada para usted.
Obtenga más información sobre los conceptos básicos de la inmunoterapia.
Otros ensayos clínicos
Además de las opciones de tratamiento antes descritas, el médico puede sugerir la
participación en un ensayo clínico que evalúe un nuevo enfoque de tratamiento para
el HCC. Esto es de especial importancia para una enfermedad como el HCC, donde las
opciones de tratamiento de la enfermedad avanzada son muy limitadas y existe una
investigación en curso para encontrar más opciones de tratamiento. Obtenga más
información sobre las Últimas investigaciones y áreas de investigación actuales del
HCC.
Cómo obtener atención para los síntomas y efectos
secundarios
A menudo, el cáncer y su tratamiento provocan efectos secundarios. Además de los
tratamientos elaborados para ralentizar, detener o eliminar el cáncer, un aspecto
importante de la atención del cáncer es aliviar los síntomas y los efectos secundarios
de la persona. Este enfoque se denomina cuidados paliativos o atención de apoyo e
incluye brindarle apoyo al paciente con las necesidades físicas, emocionales y sociales.

Los cuidados paliativos son cualquier tratamiento que se centre en reducir los
síntomas, mejorar la calidad de vida y brindar apoyo a los pacientes y sus familiares.
Cualquier persona, independientemente de la edad o del tipo y estadio de cáncer,
puede recibir cuidados paliativos. Los cuidados paliativos actúan mejor cuando
comienzan lo más pronto posible en el proceso del tratamiento del cáncer. A menudo,
las personas reciben tratamiento para el cáncer al mismo tiempo que reciben
tratamiento para aliviar los efectos secundarios. De hecho, los pacientes que reciben
ambos tratamientos al mismo tiempo con frecuencia tienen síntomas menos graves,
mejor calidad de vida e informan que están más satisfechos con el tratamiento.

Los tratamientos paliativos son muy variados y a menudo incluyen medicamentos,


cambios nutricionales, técnicas de relajación, apoyo emocional y otras terapias. Usted
también puede recibir tratamientos paliativos similares a los utilizados para eliminar el
cáncer, como quimioterapia, cirugía o radioterapia. Hable con su médico sobre los
objetivos de cada tratamiento en su plan de tratamiento.

Antes de comenzar el tratamiento, hable con su equipo de atención médica acerca de


los posibles efectos secundarios de su plan de tratamiento específico y las opciones de
cuidados paliativos. Durante el tratamiento y después de este, asegúrese de informar a
su médico o a otro integrante del equipo de atención médica si experimenta un
problema, de modo que pueda abordarse tan pronto como sea posible. Obtenga más
información sobre los cuidados paliativos.
HCC metastásico
Si el HCC se ha diseminado a otros lugares del cuerpo, se denomina cáncer
metastásico. Se aconseja a las personas con este diagnóstico que hablen con médicos
experimentados en el tratamiento de este estadio del cáncer, dado que puede haber
diferentes opiniones respecto del mejor plan de tratamiento. Obtenga más información
sobre la búsqueda de una segunda opinión (en inglés) antes de comenzar el
tratamiento, a fin de sentirse cómodo con el plan de tratamiento elegido. Este análisis
puede incluir ensayos clínicos que estudian tratamientos nuevos.
Su plan de tratamiento puede incluir una combinación de quimioterapia, terapia dirigida,
radioterapia y/u otras opciones. En este estadio, el objetivo del tratamiento es
habitualmente ralentizar el crecimiento del cáncer. Los cuidados paliativos también
serán importantes para ayudar a aliviar los síntomas y los efectos secundarios.

Para la mayoría de los pacientes, un diagnóstico de cáncer metastásico es muy


estresante y, a veces, difícil de sobrellevar. Se alienta a los pacientes y a sus familias a
hablar acerca de cómo se están sintiendo con los médicos, el personal de enfermería,
los trabajadores sociales u otros integrantes del equipo de atención médica. También
puede ser útil hablar con otros pacientes, incluso a través de un grupo de apoyo.

Remisión y la probabilidad de recurrencia


Una remisión se produce cuando el cáncer no puede detectarse en el cuerpo y no hay
síntomas. Esto también puede denominarse “sin evidencia de enfermedad” (no
evidence of disease, NED).

Una remisión puede ser temporal o permanente. Esta incertidumbre hace que a
muchas personas les preocupe que el cáncer regrese. Aunque muchas remisiones son
permanentes, es importante hablar con su médico sobre la posibilidad de que el cáncer
regrese. Comprender el riesgo de recurrencia y las opciones de tratamiento puede
ayudar a que usted se sienta más preparado si, en efecto, el cáncer regresa. Obtenga
más información sobre cómo sobrellevar el temor a la recurrencia (en inglés).
Si el cáncer regresa después del tratamiento original, recibe el nombre de cáncer
recurrente. Puede reaparecer en el mismo lugar (lo cual se denomina recurrencia
local), en las cercanías (recurrencia regional) o en otro lugar (recurrencia a distancia).

Cuando esto sucede, comenzará otra vez un nuevo ciclo de pruebas para obtener la
mayor cantidad de información posible sobre la recurrencia. Después de realizadas
estas pruebas, usted y su médico hablarán sobre sus opciones de tratamiento. A
menudo, el plan de tratamiento incluirá los tratamientos descritos anteriormente, como
cirugía y radioterapia, pero quizás se combinen de un modo diferente o se administren
con una frecuencia diferente. Su médico puede sugerir ensayos clínicos que estén
estudiando métodos nuevos para tratar este tipo de cáncer recurrente. Sea cual fuere
el plan de tratamiento que usted elija, los cuidados paliativos serán importantes para
aliviar los síntomas y los efectos secundarios.

Con frecuencia, las personas con cáncer recurrente experimentan emociones tales
como incredulidad o temor. Se alienta a los pacientes que hablen con el equipo de
atención médica respecto de estos sentimientos y que consulten sobre servicios de
apoyo que los ayuden a sobrellevar la situación. Obtenga más información sobre cómo
afrontar la recurrencia del cáncer (en inglés).
Si el tratamiento no funciona
Recuperarse del cáncer no siempre es posible. Si el cáncer no se puede curar o
controlar, a la enfermedad se la puede denominar avanzada o terminal.

Este diagnóstico es estresante y, para muchas personas, hablar sobre el cáncer


avanzado resulta difícil. Sin embargo, es importante que mantenga conversaciones
abiertas y sinceras con su médico y el equipo de atención médica a fin de expresar sus
sentimientos, preferencias e inquietudes. La función del equipo de atención médica es
ayudar, y muchos de sus integrantes tienen habilidades especiales, experiencia y
conocimientos para brindar apoyo a los pacientes y a sus familias. Asegurarse de que
una persona esté físicamente cómoda y que no sienta dolor es extremadamente
importante.

Es posible que los pacientes con cáncer avanzado y con una expectativa de vida
inferior a los 6 meses quieran considerar un tipo de cuidados paliativos denominado
cuidados para enfermos terminales. Los cuidados para enfermos terminales están
pensados para proporcionar la mejor calidad de vida posible para las personas que
están cerca de la etapa final de la vida. Es recomendable que usted y su familia hablen
con el equipo de atención médica respecto de las opciones de cuidados para enfermos
terminales, que incluyen cuidados domiciliarios para enfermos terminales u otros
lugares de atención médica. El cuidado de enfermería y los equipos especiales pueden
hacer que permanecer en el hogar sea una opción factible para muchas familias.

También podría gustarte