Está en la página 1de 24

En un sistema real existen diferentes mecanismos que producen

oscilaciones, siendo raro que se pueda describir un sólido real como


un solo oscilador armónico. Esas diferentes formas de oscilación
(modos) pueden superponerse y si son no lineales, incluso afectarse
mutuamente.

En la respuesta a una excitación oscilante, un sistema real puede


mostrar diferentes frecuencias de resonancia, según el modo que se
excite.

Consideremos, como ejemplo sencillo, el caso de dos


masas m1 y m2 de las cuales la primera está unida a una pared por un
resorte horizontal de constante k1 y la segunda a la primera por uno
de constante k2.

Es fácil ver que este sistema puede tener conductas muy diferentes
dependiendo de los valores de los parámetros.

 Si el primer muelle se convierte en una varilla rígida y


no deja moverse a la primera masa.
 Si es el segundo muelle el que se comporta como una
barra y las dos masas se mueven al únisono.
 Si la inercia de la primera masa le impide moverse.
 Si los dos resortes en serie se comportan como uno
solo.
Este caso posee una solución general que se puede hallar de forma
sistemática, como veremos, pero que no es trivial. Consideraremos
previamente un sistema más sencillo para ilustrar los aspectos
principales.

2 Sistema simétrico
Supongamos dos masa iguales, m, situadas sobre una superficie
horizontal sin rozamiento, unidas a paredes enfrentadas que
distan b por resortes también iguales de constante k y longitud
natural l0. Las dos masas están unidas entre si por otro resorte de
constante K y longitud natural L0.

Se trata de estudiar la dinámica de este sistema para distintos


valores de las constantes y diferentes condiciones iniciales.

2.1 Ecuaciones de movimiento


Puesto que el movimiento es a lo largo de la recta que une las dos
masas, podemos prescindir de los vectores y emplear magnitudes
escalares.
La masa de la izquierda (masa 1) experimenta una fuerza por cada
resorte conectada a ella, de forma que

y de manera análoga ocurre con la masa 2

2.2 Posición de equilibrio


En primer lugar determinamos las posiciones de equilibrio de las
dos masas. Para ello suponemos que se anulan las aceleraciones y
queda el sistema

Sumando las dos ecuaciones obtenemos

que nos dice que el punto medio entre las dos masas es el central del
sistema y que están situadas simétricamente respecto a este punto.
Despejando de aquí y sustituyendo

Podemos, a modo de comprobación, tomar límites destacados.


 Si esta posición tiende a

que nos dice que los muelles exteriores son rígidos y las masas
están a una distancia fijada
 Si el límite es
que nos dice que la masa se queda a una distancia L0 / 2 del
centro y por tanto el muelle central tiene una longitud fijada
igual a L0.
2.3 Ecuaciones para las elongaciones
Definimos ahora las elongaciones como las diferencias respecto a las
posiciones de equilibrio

En términos de las elongaciones las ecuaciones de movimiento


quedan en la forma

2.3.1 Solución artesanal


Este sistema de ecuaciones diferenciales puede resolverse de forma
sencilla por simple manipulación de las ecuaciones. Sin embargo,
esta técnica no es fácil de extender al caso general, por lo que luego
daremos un procedimiento más sistemático.
Si sumamos las dos ecuaciones (lo que equivale a averiguar el
movimiento del CM) nos queda

que es la ecuación de un oscilador armónico de


frecuencia con solución

Esto nos dice que el CM del sistema oscila con la frecuencia


correspondiente a los resortes exteriores (de constante k), lo cual es
lógico, pues el resorte interior ejerce una fuerza interna que no
afecta a la posición del CM.
Si en lugar de sumar, restamos nos queda
que es también la ecuación de un oscilador armónico, pero con una
frecuencia diferente.

El valor de la elongación de cada masa será una combinación de


estas dos oscilaciones

Como solución particular consideremos el caso de una respuesta


impulsiva en la que a la masa 1 se le comunica una velocidad
inicial v0 estando en la posición de equilibrio, mientras que la 2 se
encuentra inicialmente en reposo en su posición de equilibrio.

Imponiendo las condiciones iniciales

resultan los coeficientes

y las elongaciones

Así tomando unas unidades tales que v0 = 1 ω = 1 y Ω = 2ω queda


mientras que si tomamos un valor de K pequeño, de forma que Ω =
1.1ω
Para un valor de K grande (muelle central muy rígido) podemos
hacer Ω = 20ω, por ejemplo

2.3.2 Solución sistemática


El método anterior vale si a simple vista podemos determinar una
combinación lineal de las variables de forma que en el primer
miembro y en el segundo aparezca la misma combinación, pero eso
no siempre es evidente. Por ello, conviene sistematizar el método.
La base es admitir que las soluciones particulares van a ser
oscilantes, ambas con la misma frecuencia y por tanto se pueden
escribir en términos de amplitudes complejas

donde aquí ω es una frecuencia desconocida por ahora. La solución


general será una combinación lineal de las diferentes soluciones
posibles.

Si sustituimos estas soluciones en las ecuaciones de movimiento nos


queda
Agrupando términos

Esto es un sistema de dos ecuaciones con dos incógnitas pero


homogéneo. Para que tenga solución no trivial el determinante de
los coeficientes debe anularse

lo cual conduce a la ecuación

Si desarrollamos, nos dará una ecuación de cuarto grado que en


realidad es una ecuacion de segundo grado en ω2. las soluciones
serán dos pares de soluciones que nos dan las frecuencias de
oscilación posible.
En este caso, podemos resolver sin necesidad de desarrollar

Despejamos la frecuencia al cuadrado

Para cada valor de la frecuencia al cuadrado habrá unos valores para


los coeficientes. Tomando una cualquiera de las dos ecuaciones
resulta

Cuando ω2 = k / m nos da y cuando ω2 = (k + 2K)


/ m resulta . Puesto que la solución sompleta es una
combinación lineal de las funciones base, podemos escribir ésta
como
donde “c.c.” significa complejo conjugado (ya que la solución debe
ser real) y los subíndices s y f representan lento y rápido (en inglés),
ya que la menor frecuencia implica oscilaciones más lentas y la
mayor oscilaciones más rápidas.
Matemáticamente, lo que hemos hecho es calculas los autovectores y
autovalores de la matriz y expresar la solución como combinación de
los autovectores.
Cada una de estas soluciones base se denomina un modo normal de
vibración y la solución completa es una combinación de los modos
normales.

En este caso concreto, los dos modos poseen interpretación sencilla.

 El modo lento, de frecuencia es un modo


antisimétrico en el que cuando una masa se mueve hacia el
centro del sistema la otra se aleja de él.
 El modo rápido, de frecuencia es un modo
simétrico, en el que las dos masas se acercan o s alejan del centro
simultáneamente.
3 Caso general de dos osciladores
A partir del caso simétrico anterior puede generalizarse a un
sistema de dos osciladores más general.
La idea es que las ecuaciones de movimiento para las elongaciones,
una vez calculadas las posiciones de equilibrio, se pueden poner en
la forma

Así, por ejemplo, para el problema con el que iniciamos este artículo
tenemos las ecuaciones de movimiento

que nos dan los coeficientes


Entonces, suponiendo soluciones armónicas llegamos a que debe
anularse el determinante

que produce una ecuación de segundo grado en ω2

cuya solución nos da las dos frecuencias. Una vez que las tenemos
calculamos las relaciones entre los coeficientes y escribimos la
solución general como una combinación de estos modos normales.

4 El caso con rozamiento


Si los resortes tienen rozamiento viscoso, podemos generalizar el
método anterior incluyendo nuevos términos en las ecuaciones.
Volviendo al ejemplo simétrico, supongamos que los muelles
exteriores tienen una constante de amortiguamiento γ y el resorte
central una constante Γ. En ese caso, las posiciones de equilibrio no
cambian y las ecuaciones de movimiento para las elongaciones
quedan en la forma

o, agrupando términos,

Vemos que la diferencia con el caso sin rozamiento es la aparición de


términos proporcionales a las velocidades.

4.1 Solución artesanal


De nuevo podemos resolver este problema sumando y restando las
ecuaciones. Si las sumamos queda

que es la ecuación de un oscilador armónico amortiguado con


frecuencia propia y factor de amortiguamiento
Si en lugar de sumar restamos nos da

que es de nuevo la ecuación de un oscilador amortiguado de


constantes

Entonces, podemos tener diferntes casos, según los valores de los


parámetros:
 Que los dos osciladores sean subamortiguados
 Que uno sea subamortiguado y el otro sobreamortiguado
 Que los dos sean sobreamortiguados
Esto da una amplia variedad de soluciones aunque todas serán
combinaciones de exponenciales decrecientes.

4.2 Solución sistemática


El procedimiento general es el mismo que para el caso sin
rozamiento, suponemos soluciones oscilantes

aunque ahora ω será una cantidad compleja. Llevando esta solución


al sistema de ecuaciones de movimiento obtenemos el sistema

y, agrupando términos

De nuevo, para que este sistema tenga solución, debe anularse el


determinante. El resultado en el caso con rozamiento es una
ecuación de cuarto grado en el que las cuatro raíces son complejas y
distintas. La solución general del problema será una combinación
lineal de las cuatro soluciones.

5 Oscilaciones forzadas
Si suponemos un sistema de osciladires acoplados amortiguados
sometidos a una fuerza oscilante

el tratamiento es similar al caso de un solo oscilador, pero


resolviendo ahora un sistema de ecuaciones algebraicas para las
diferentes amplitudes.

Cuando realizamos la gráfica de la amplitud de las oscilaciones como


función de la frecuencia de la fuerza aplicada obtenemos varios
picos, correspondientes a las diferentes frecuencias propias. Cuando
aplicamos una fuerza oscilante podemos excitar un modo u otro,
dependiendo de la frecuencia de la excitación.
Oscilaciones.
Las oscilaciones son un concepto muy importante en física formal. Hay de
hecho quienes dicen que se puede reducir todo a ellas y, en efecto, si la teoría
de cuerdas es correcta, todo lo que percibimos sería debido a las oscilaciones
de cuerdas diminutas entre diversas dimensiones. Pero sin necesidad de ir tan
lejos, la mecánica cuántica también tiene en su núcleo matemático el concepto
muy presente.
Una oscilación es armónica si, además de ser una oscilación, se repite
exactamente del mismo modo en el tiempo y su forma es sinusoide. Al tiempo
que dura cada oscilación se le denomina periodo.
El ejemplo más cotidiano de oscilador armónico son los muelles, los cuales al
ser estirados se comprimen, y una vez comprimidos tienden a expandirse de
nuevo vibrando entre un tamaño mínimo y un tamaño máximo. Por supuesto,
los muelles reales acaban dejando de oscilar debido a pérdidas por calor, pero
aquí los consideraremos de forma aproximada y sin dichas pérdidas.
La energía potencial armónica.
Como ya vimos en el capítulo acerca de conservación de la energía, cualquier
valle en la gráfica de una energía potencial conllevará un equilibrio estable, y
al desplazar un poco un cuerpo de su posición de equilibrio estable conllevará
oscilaciones. Podemos, por supuesto, pensar en muchas funciones diferentes
que sean continuas, derivables y presenten mínimos, pero analizar todos los
caso posibles sería imposible ya que son infinitos.
En su lugar, apelando a la aproximación en serie de Taylor vista en el capítulo
anterior, diremos que todos los mínimos existentes son aproximables a orden 2
por una parábola, y trabajaremos con dicha aproximación. Es decir, que siempre
que consideremos que aplican las condiciones de oscilación armónica tenemos
que asegurarnos de que el movimiento no se aleje en exceso de la posición de
equilibrio. “Alejarse mucho”, por supuesto, es relativo y depende del error que
cada uno esté dispuesto a aceptar.
La ecuación de una parábola centrada en el origen de coordenadas x0=0 m, que
será nuestra posición de equilibrio de muestra, es un número
cualquiera k multiplicado por el cuadrado de x. En el caso del oscilador
armónico, llamaremos a dicha constante la constante de elasticidad, y la
denotaremos como kH, en honor al físico inglés Robert Hooke, coetáneo de
Newton y primer físico en analizar en detalle los muelles, enunciando la ley de
Hooke para los mismos. La expresión matemática quedaría así:
Ejemplo de gráfica de energía potencial elástica para un cierto valor kH.

El 2 dividiendo se introduce, sin afectar al concepto, para que al derivar la


expresión se cancele con el 2 que está en la potencia de la x. Esta energía
potencial tiene varias propiedades relevantes:

 Si el cuerpo está en la posición de equilibrio x0=0 m no hay energía


potencial.
 Si el cuerpo se desplaza de la posición de equilibrio a la izquierda o la
derecha, aumenta su energía potencial. Esta aumenta más cuanto más se
aleje. Como consecuencia, surgen fuerzas que lo empujan de vuelta a dicha
posición, mayores cuanto más alejado esté.
 La forma en la que aumenta la energía potencial a cada lado es simétrica.
No es más fácil incrementarla por uno que por el otro.

Ecuaciones del oscilador armónico.


Como vimos en los capítulos 4 y 5, a partir de la ecuación de la energía potencial
es posible obtener tanto la fuerza como todo el resto de ecuaciones del
movimiento dependientes del tiempo. Comenzaremos por el cálculo de
la fuerza de Hooke como opuesta a la derivada de la energía potencial:

A partir de ella, es posible obtener la aceleración a en función de la posición x:

Aquí podemos observar que la aceleración, que es la derivada segunda con


respecto al tiempo de la posición, es opuesta a la posición en sí (se relacionan
con un signo menos). Esto, en resumen, simboliza que si el cuerpo se desplaza
a la derecha la aceleración tira de él hacia la izquierda y, por otra parte, si el
cuerpo se desplaza hacia la izquierda la aceleración tira de él hacia la derecha.
Ahora bien, ¿qué relación tiene que haber entre la posición y el tiempo para que
al derivarla dos veces se obtenga lo mismo cambiado de signo? Pues justamente
eso fue una actividad propuesta el capítulo anterior. La respuesta resultaba ser
que dicha propiedad la cumplían las funciones trigonométricas coseno y seno,
y también las exponenciales imaginarias. Podemos escribir (sin involucrar
números imaginarios) tres ecuaciones que representarían nuestro oscilador
armónico:

Cuál emplear es cuestión de gustos, y aquí tenemos mucho que comentar, pero
vayamos por partes:

 A es la amplitud de la oscilación, es decir, cómo de lejos de la posición de


equilibrio llegará el cuerpo en cualquier sentido.
 x0 es la posición inicial en la que se encuentra el cuerpo. Positiva si es a la
derecha, negativa a la izquierda.
 v0 es la velocidad inicial que tiene el cuerpo. Positiva si es hacia la derecha y
negativa hacia la izquierda.
 Todo lo que va dentro del paréntesis, en cualquiera de las tres expresiones, es
el ángulo de oscilación. Debe medirse en radianes (donde 1 vuelta equivale a 2
π radianes) y representa en qué punto de la oscilación se encuentra el sistema,
aunque su interpretación exacta dependerá de la ecuación que estemos
usando. En la primera ecuación, el ángulo 0 se corresponde con la posición
más alejada hacia la derecha. En la segunda ecuación, el ángulo 0 se
corresponde con la posición de equilibrio. Por último, en la tercera
ecuación el ángulo 0 se corresponde con la posición inicial del cuerpo. Esto
es, en esencia, lo que las diferencia.
 α0 es, en la primera ecuación, el ángulo que lleva girado inicialmente el
cuerpo con respecto a la posición más alejada hacia la derecha. También se
le denomina fase inicial.
 β0 es, en la segunda ecuación, la fase inicial con respecto a la posición de
equilibrio, si inicialmente se movía hacia la derecha.

Existe una última magnitud muy importante, la velocidad angular ω, que no


aparece directamente tal y como están escritas las ecuaciones, pero sí
indirectamente como una raíz:

La velocidad angular mide los radianes por cada segundo que oscila el cuerpo,
es decir, es la derivada del ángulo de giro con respecto al tiempo:

Empleando la velocidad angular, las ecuaciones quedan así:

Una expresión que es mucho más sencilla que las vistas arriba, aunque en
esencia sean equivalentes.

Relación entre fases iniciales.


La posición inicial x0 representa el lugar donde comienza el movimiento del
cuerpo que estemos analizando, y en las tres ecuaciones debe ser equivalente.
Esto se traduce en que al cambiar t por 0 en las tres ecuaciones tiene que
obtenerse el mismo resultado:
De aquí podemos extraer una relación entre α0 y β0 aplicando relaciones
trigonométricas, que es la siguiente:

De este modo es posible pasar de forma sencilla de la primera ecuación a la


segunda o viceversa. Por otra parte, despejando de ambas se obtiene:

Relación entre amplitud, posición y velocidad.


Si derivamos las tres ecuaciones, podemos obtener la relación entre la velocidad
y el tiempo. Para realizar estas derivadas es muy importante recordar que la
derivada del coseno es el seno con signo negativo y que la del seno es el coseno.
También es necesario aplicar la regla de la cadena del siguiente modo:

Veamos cómo quedarían entonces las velocidades:

Y, teniendo en cuenta que el coseno al cuadrado de un angulo más el seno al


cuadrado de ese mismo ángulo siempre dan 1, podemos comprobar con las 3
ecuaciones (combinándolas con sus parejas de x) que la siguiente igualdad
siempre es cierta:

Esta relación es la que surge, de hecho, del teorema de conservación de la


energía, ya que la suma de la cinética y la potencial tiene que ser constante:
La energía se conserva y además es proporcional al cuadrado de la
velocidad angular y al de la amplitud de las oscilaciones. Recordar eso, como
siempre, nos podrá simplificar diversas operaciones.

Aceleraciones.
Podemos derivar todas las velocidades para verificar, por último, que en todos
los casos obtenemos la siguiente relación fundamental:

Y con ello cerrar el círculo, ya que era nuestro punto de partida: que al derivar
dos veces teníamos que obtener algo proporcional a la posición, pero con el
signo opuesto.

Ecuaciones del movimiento a partir de las fuerzas vivas.


En esta sección plantearemos la forma de llegar de la conservación de la energía
a las ecuaciones de movimiento, la cual requiere de una integral algo más
compleja que las que hemos hecho hasta ahora pero lleva a cualquiera de los
resultados que indicamos antes. Partamos de la ecuación para la velocidad que
llevamos viendo desde el capítulo de conservación de la energía:

A partir de aquí, teníamos que resolver la siguiente ecuación integral (con t0=0
s):

Para integrar, primero está bien hacer los siguientes cambios:


Y aquí, la expresión final que hemos obtenido es de una función tipo arco.
Podemos probar a hacer un cambio de variable, como con la gravedad de
Galileo, de la forma:

Y a partir de aquí el sendero es directo:

Como se puede ver, hemos obtenido la segunda ecuación. Habríamos obtenido


una equivalente a la primera haciendo el cambio empleando un coseno en lugar
de un seno (aparecería un signo negativo arreglable).
La tercera ecuación es más raro conseguir que aparezca y se puede hacer
razonando con trigonometría a partir de cualquiera de ellas, aplicando
el teorema del coseno de la suma o el del seno de la suma, según si se parte
de la primera o la segunda ecuación. Dichos teoremas se resumen así:
Y se aplicarían del siguiente modo:

Frecuencia y periodo.
Para concluir con las propiedades del oscilador, solo resta hablar de
la frecuencia y el periodo. Ambas son magnitudes relacionadas con el tiempo
de las oscilaciones, y de hecho son inversas:

 La frecuencia f mide la cantidad de vueltas que se llevan a cabo


en 1 segundo.
 Por el contrario, el periodo T mide la cantidad de segundos que se tardan en
dar 1 vuelta.

La frecuencia es, en realidad, equivalente a la velocidad angular, y únicamente


difieren en las unidades. Mientras que una está en vueltas por segundo, la otra
en radianes por segundo. Esta distinción constituye, para mi gusto, una de las
cosas menos elegantes en física, ya que sería como decir que a una longitud la
llamaremos longitud si está medida en metros, pero sin embargo la llamaremos
distancia si se mide en millas. De hecho, es frecuente al hablar o incluso en
artículos técnicos mezclar los conceptos de velocidad angular y frecuencia.
Todas estas magnitudes se relacionan mediante la siguiente ecuación:

Problemas típicos.
Veamos, llegados a este punto, los modelos de problemas estándar se pueden
resolver con todo lo que hemos visto hasta ahora durante el capítulo, y que
suelen aparecer en las pruebas para la universidad. En todos ellos es importante
tener en cuenta que se suele considerar que a los muelles se les acoplan masas
en los extremos y que ellos en sí no pesan. Una aproximación razonable si la
masa acoplada es muy superior, como una bola de hierro. También es
importante tener en cuenta que la constante elástica, en el SI, se mide en julios
por metro cuadrado (J/m^2), en newtons por metro (N/m) o en kilogramos por
segundo cuadrado (kg/s^2).
Colocamos una masa de 3 kg en el extremo de un muelle cuya constante
elástica es de 2 N/m. El muelle es estirado con una deformación inicial
de 0,02 my se suelta en reposo.
a) ¿Cuál será la velocidad angular de las oscilaciones?
b) ¿Cuál será el periodo?
c) ¿Cuál será la velocidad máxima que alcance la masa?
d) ¿En qué posicion estará pasados 4 s?
Todos los apartados se resuelven por simple sustitución en las ecuaciones. Son,
de hecho, problemas muy mecánicos en el sentido de que no tienen mucha
novedad cuando aprendes a hacer uno. Simplemente expondré las operaciones.
Por otra parte, todos los resultados serán indicados con 2 cifras significativas
(explicamos lo que eran el capítulo anterior).
El único detalle relativamente novedoso es la pregunta acerca de la velocidad
máxima, para calcular la cual debemos tener en cuenta que se alcanzará cuando
la energía cinética sea máxima y la potencial sea mínima. ¿Dónde se minimiza
la energía potencial? En el centro, donde vale 0 J y solo hay energía cinética.
Esto se corresponde con que el seno/coseno de la primera/segunda ecuación de
la velocidad valga 1.

Vamos a ver ahora otra versión del mismo problema con datos diferentes:
En el instante en que comenzamos a observar, un cuerpo está oscilando con
el extremo de un muelle a razón de 2 vueltas por segundo. Sabemos que el
muelle tiene una constante elástica de 1 N/m. Si inicialmente está en la
posición x0=-0,15 m, y su velocidad inicial es de v0=0,95 m/s, calcula:
a) La masa del cuerpo.
b) La amplitud del movimiento.
c) La energía mecánica.
d) La velocidad máxima.
e) La aceleración máxima.
Lo novedoso en esta ocasión es que hay que darse cuenta de que la aceleración
máxima se consigue cuando el muelle está en su amplitud máxima, ya que es
cuando más se aleja de la posición de equilibrio y con más fuerza intenta
regresar a ella.

El siguiente resume una práctica de laboratorio por la que se suele preguntar:

Para calcular la constante elástica de un muelle por el método dinámico le


acoplamos una masa de 0,5 kg, lo estiramos y lo soltamos inicialmente en
reposo. Después cronometramos cuánto tiempo tarda en
realizar 10 oscilaciones y observamos que resulta ser de 17 s. ¿Cuál es la
constante elástica?
Si sabemos que el muelle realiza 10 oscilaciones en 17 s, dividiendo ambos
datos obtenemos el periodo:

Y con este dato y la masa ya podemos calcular la constante elástica:

Y podemos concluir con su problema hermano:


Para calcular la constante elástica de un muelle por el método estático lo
colocamos en vertical y le acoplamos una masa de 2 kg. Cuando deja de
oscilar y permanece en reposo, el muelle está estirado 0,3 m hacia abajo
por encima de su longitud en equilibrio. ¿Cuál es su constante? Puedes
usar el dato de que g=9,8 m/s^2.
Este problema combina dos tipos de energía potencial: la gravitatoria de Galileo
y la elástica de Hooke. Cuando ambas actúan en conjunto, hay que tener en
mente que sus propiedades se combinan. La gravedad intentará que la masa
acoplada al muelle llegue hasta el suelo. Sin embargo, como contrapartida, el
muelle no querrá estirarse y tirará de la masa hacia arriba. Cuando esta se quede
quieta, estaremos en una posición de equilibrio.
Ahora bien, los equilibrios hemos visto que se alcanzan en mínimos de energía
potencial, con lo que tenemos que buscar el mínimo de la energía potencial
constituida por la suma de ambas.
Dado que el valor exacto de la energía potencial da igual y solo es relevante
cómo varía, consideraremos que ambas se anulan cuando el muelle está en
equilibrio, en x=0 m. Establecida esa condición, tan solo tenemos que derivar
la energía potencial respecto a x y encontrar en qué valor es mínima derivando
e igualando a 0. Ese lugar será xeq, la nueva posición de equilibrio:

Y a partir de esta expresión, sabiendo por el enunciado que xeq=-0,3 m,


podemos despejar la constante:

Péndulo.
Breve esquema del péndulo donde se ve la longitud del cable l, el ángulo de apertura φ y la profundidad del péndulo l Cos(φ)

Otra forma frecuente de combinar la gravedad de Galileo con la física de oscilaciones es trabajar
con péndulos. Cuando colgamos de un péndulo de longitud l una cierta masa, la gravedad hace que este
tienda a quedarse colocado rígidamente en vertical. A partir de esa posición, si le damos un golpe hacia
algún lado comenzará a oscilar. En ese caso, su energía potencial sería únicamente gravitatoria, y la altura
del péndulo dependería del ángulo de apertura de la cuerda.

Concretamente, si llamamos φ al ángulo de apertura del péndulo, ω a la


velocidad angular de su extremo, y fijamos que la energía gravitatoria valga 0
en el punto de agarre superior del péndulo, tenemos la siguiente energía:

Derivando respecto al tiempo y haciendo los trucos habituales, en particular el


empleo de la regla de la cadena, llegamos a la conclusión de que la aceleración
angular α es opuesta al seno del ángulo de apertura del péndulo:

Ahora, aproximando por series de Taylor a orden 1, podemos aplicar que el


seno de un ángulo, si este es próximo a 0 rad, es muy parecido a dicho ángulo
en sí, y obtenemos:

Y esto debe recordarnos a la ecuación de la aceleración de un oscilador, aunque


en el caso del péndulo solo sea aproximadamente correcta si lo estiramos poco
y lo dejamos oscilar durante poco tiempo. La velocidad angular de oscilación
del péndulo vendría dada por la siguiente ecuación, en analogía con el caso del
oscilador armónico:

Y a partir de aquí el resto de las ecuaciones (las de la posición, la velocidad, el


periodo…) serían idénticas usando esta velocidad angular.
Como decíamos arriba, si el péndulo oscila es en principio por la gravedad, y el
efecto debería disiparse rápido. No obstante, en nuestro planeta los péndulos
pueden seguir oscilando debido a la rotación de la Tierra, tal y como mostró
al mundo el físico León Foucault a mediados del siglo XIX.

Conclusiones.
Las oscilaciones suponen un pilar para casi todos los modelos físicos, ya que
están presentes en circuitos, en las órbitas de los planetas y hasta en la estructura
del espacio-tiempo. Dominar las funciones trigonométricas y los conceptos de
velocidad angular, frecuencia y periodo resulta de vital importancia. Por otra
parte, los problemas relacionados suelen ser sencillos y resolverse siempre del
mismo modo.
En el próximo capítulo analizaremos la gravedad de Newton, y veremos en qué
sentido la de Galileo es una aproximación en serie de Taylor y por qué es
imposible obtener una expresión para la posición de los cuerpos que caen en
función del tiempo, además de resolver algunas cuestiones elementales sobre
física de cohetes.

También podría gustarte