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basa su educación superior pública en el modelo europeo:

financiamiento con fondos públicos y gratuidad para los


estudiantes con el objetivo de garantizar el acceso equitativo,
Las universidades públicas venezolanas siguen este mismo
modelo de gratuidad para el estudiante. Frente a la caída en
términos reales de su presupuesto y el estancamiento de los
salarios de los docentes, el resultado inicialmente era la
disminución de cantidad y calidad de insumos y servicios básicos
de apoyo, pero con el incremento de la inflación que golpea de
forma drástica los salarios, la pérdida comienza a ser también del
capital humano que habían formado las universidades durante
lustros. Profesores que se jubilan, cambian de empleo o emigran.
Sin ellos, es imposible que la universidad pueda cumplir con sus
tareas de investigación y docencia.
En el caso de las universidades privadas, también hay un
momento de crisis. Si bien allí se cobra al estudiante una
matrícula, los controles del Ministerio de Educación Superior y el
bolsillo de las familias golpeado por la inflación, impiden que se
pueda cobrar una matrícula suficiente para cubrir los costos reales
de la enseñanza universitaria. En definitiva, este panorama genera
importantes preguntas: ¿cómo podemos avanzar en el desarrollo
del país sin generación de conocimiento?, ¿cómo vamos a
financiar las universidades de excelencia que necesitamos?

Si quisiera enumerar los problemas de la Educación Superior en Venezuela,


diría:
 Pérdida de Autonomía Universitaria.
 Falta de Presupuesto para Infraestructuras.
 Exclusión de los grupos más desposeídos.
 Falta de contacto entre la formación de Profesionales y los verdaderos problemas de las
comunidades.
 Deterioro de la Calidad Académica.
 Profesionales mal pagados.
 Fuga de Talentos.
 Incertidumbre en el campo laboral a desarrollarse.

Habría un sinfín de problemas que enumerar, pero la historia nos dice que ni con los mejores
presupuestos, ni en los momentos de plena autonomía, la Educación Superior Venezolana ha
logrado su plenitud; para reforzar esto basta sólo con saber que con 417 años de historia la
Educación Superior aún no tiene su propia Ley Orgánica de Educación Superior.

Si quisiera detallar la mejor forma de hacer Educación Superior,


diría:
 Incentivar al participante a sentir el gusto por el trabajo bien hecho, en lugar de la
inspección y el control.
 Reemplazar el miedo por la creatividad.
 Formar integralmente a las personas y profesionales, para que sean capaces de pensar y
actuar críticamente, valorando social y éticamente sus propias acciones.
 Mantener una memoria colectiva crítica, aunado al verdadero análisis y compresión del
presente.
 Concientizarnos que lo que realmente alimentamos en lo más íntimo de nuestra soledad,
debe ser lo mismo que queremos reflejar al mundo, a nuestros seres queridos y a nuestro
entorno social; por lo tanto lo que debemos desarrollar en las aulas de clases.

Sería también interminable la lista; pero esto lo hemos hablado muchas veces en nuestras aulas de
clase, lo hemos discutido en nuestras reuniones de representantes y representados; y
particularmente pienso que el tiempo se nos va en hablar y no en hacer.
El verdadero problema en la Educación Superior Venezolana, es que cada uno de los
participantes en el proceso educativo no ha dado el 100% de su capacidad Intelectual y Humana;
si todos estos problemas y todas estas soluciones existentes ambas, pudiesen ser tomadas en
cuenta al menos por el 90% de los Participantes de la Educación Superior, muchos seríamos los
Hombres y Mujeres para transformar éste pobre País Rico en un verdadero País enriquecido; y
entonces la Educación Superior alcanzaría su verdadero objetivo de integración.

Particularmente pienso que estamos viviendo un momento importante de nuestra historia (como
muchos otros desde hace 417 años cuando en la época de la Colonia fue fundada por españoles la
Cátedra de Dramática y un Colegio Seminario, sólo para la instrucción de sus hijos), pero que
desafortunadamente lo vamos a dejar pasar por la misma indiferencia, búsqueda de intereses
personales, apatía, etc; que nos ha caracterizado.
La historia seguirá cobrando sus intereses, ayer a nuestros abuelos y padres, hoy a nosotros y si
no lo hacemos bien, mañana a nuestros hijos y nietos; es por ello que debemos empezar a
protagonizar nuestros propios cambios educativos; desde los más sincero y puro de nuestros
verdaderos valores.

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