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La gastronomía molecular es la aplicación de la ciencia a la preparación de alimentos y a las

prácticas de la cocina en general. Se estudian y analizan las propiedades físico-químicas de los


productos alimenticios y de los procesos a los que son sometidos como:

Gelificación.

Batido

Viscosidad

Los alimentos que se utilizan comúnmente son compuestos orgánicos como proteínas, vitaminas,
hidratos de carbono, lípidos, además de minerales, que cuando son sometidos a ciertos procesos se
transforman en emulsiones, geles, espumas, y muchas más estructuras.

Alimentos en hielo en esferas y alimentos transformados que se transparentan son solo un par de
ejemplos de resultados en la cocina molecular que se traducen en innovadoras y novedosas
experiencias gastronómicas, que surgen a partir de estudiar el comportamiento de los alimentos
bajo diferentes presiones, temperaturas y muchas otras condiciones científicas.

La cocina molecular es un estilo en el que se exploran opciones culinarias con herramientas y


procesos de laboratorio generando sabores, texturas, presentaciones y colores nuevos, mezclados
con componentes sociales, técnicos y artísticos en todos los fenómenos culinarios actuales.

Algunos cocineros modernos piensan que el término “gastronomía molecular” es elitista y


excluyente, haciendo pensar al comensal que necesita una gran cantidad de conocimientos y de
dinero para disfrutar y entender esta tendencia.

Por lo que prefieren llamarla “cocina experimental”, “cocina modernista” o “cocina de vanguardia”,
que independientemente de cómo se prefiera llamar, está basada, en resumen, en explorar la alta
gama de ingredientes, herramientas y técnicas que existen en el mundo, este es el deseo de los
cocineros modernos.

A partir de estos experimentos en cocina molecular se han creado nuevos e innovadores platos
como:

Caviar de imitación.

Raviolis esféricos.

Espiral de aceite de oliva.

Gelatina caliente.

Helado de cangrejo.

La gastronomía molecular tiene un gran potencial y revoluciona la cocina tradicional pues tiene la
capacidad de envolver al comensal en una experiencia, sensorial y emocional inimaginable.

Sin embargo, muchas personas cuando oyen el término “cocina molecular” la imaginan poco
saludable, química, no natural o sintética. Esto es normal ya que como parte del show de su
presentación están los frascos de nitrógeno líquido, luces LED, jeringas, medidores de PH,
productos químicos, etc.
Nada más alejado de la realidad, la cocina molecular es saludable, por ejemplo, los productos
químicos utilizados son de origen biológico aprobados por normas internacionales para consumo
humano, por citar un caso.

En los más lujosos restaurantes y en la alta cocina esta tendencia gastronómica ya es aplicada, sin
embargo, en las casas no se ubica del todo, debido tal vez, a la complejidad de los materiales en
general.

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