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ELMAN R. SERVICE
LOS ORIGENES DEL ESTADO
Y DE LA CIVILIZACION

Capítulo 4
LA INSTITUCIONALIZACION
DEL PODER.

En todos los grupos humanos existen relaciones reales o Es ésta una concepción de la burocracia bastante más vaga
potenciales basadas en las diferencias de poder. Todas las fa- que la de Weber, especialmente porque no se citan criterios
milias, por supuesto, tienen relaciones de dominación-subor- modernos tales como plena regularización, salario, nom-
dinación internas, basadas fundamentalmente en las diferen- bramientos, etc. (Weber, 1946, pp. 196-204). En ésta se pone
cias de edad y sexo. En las relaciones interfamiliares que se el énfasis en una jerarquía graduada y en las correspondientes
dan en el seno de las bandas y tribus (segmentarias), la ideo- jurisdicciones que son los «cargos»; es decir, los puestos
logía y la etiqueta reinantes impelen hacia la igualdad en las instituidos para asegurar su continuidad más allá del período
interacciones sociales, de modo que no existe jerarquía ni de las competencias de los titulares individuales. Esto es sólo
autoridad formal, ni ningún otro poder por encima del plano una parte, aunque importante, de la concepción de Weber.
de las familias individuales. Como hemos visto en el capítulo
Jerarquía y autoridad
anterior, los líderes son efímeros, entran en acción sólo de
manera esporádica y normalmente sólo en el contexto de sus En algunas sociedades segmentarias encontramos tenden-
especiales esferas de competencia. El poder inherente a sus cias que, en determinadas circunstancias, pueden lógicamente
personas hace del original concepto de carisma de Max Weber llegar a agrandarse para crear al menos los inicios de una so-
una designación apropiada. La suposición por parte de la so- ciedad jerárquica. Parece probable, sobre todo, que un indi-
ciedad de que las capacidades de los líderes son realmente su- viduo que ha conseguido una carrera personal quiera que sus
periores es lo que les otorga el poder. Pero este tipo de poder propios descendientes gocen de la misma gloria. Una tribu de
es tan limitado y tan personal en la mayoría de las sociedades Nueva Guinea, descrita por Kenneth Read, ejemplifica parti-
primitivas que su mejor denominación es la de influencia. cularmente bien este punto.
¿Cómo llega a ocupar un cargo una persona influyente, de Entre los gahuku-gamas de las Tierras Altas del este, el
suerte que cuando su carisma mengüe el cargo pueda ser ocu- sistema normal de autoridad es el de la sociedad igualitaria es-
pado por otra persona? En otras palabras, ¿cómo se convierte tándar, la ancianidad entre los varones —una concepción fa-
un poder personal en un poder despersonalizado, corporativo e miliar basada en los status de edad-sexo—. Read dice (1.959,
institucionalizado? ¿De qué forma un alto status adquirido se p. 427):
convierte en un status adscrito? En términos más referidos a la Pero por encima de este nivel de segmentación se consigue la autoridad.
sociedad, la cuestión es: ¿Cómo una sociedad igualitaria, seg- Los hombres más importantes son los «grandes hombres» u «hombres con
mentaria, deviene una sociedad jerárquica con rangos diferen- un nombre», individuos que atraen seguidores y ejercen influencia porque,
ciales de status bajos y altos permanentemente adscritos? en primer lugar, poseen cualidades que sus seguidores admiran. Existe una
cierta expectativa de que un hijo suceda a su padre. La gente cree que el
Continuando en términos sociales: ¿De qué manera podemos carácter del padre se transmite a su descendiente, y puede ser probable que
explicar «el origen de la desigualdad de las clases sociales»?, un hombre de experiencia procure y aliente en su hijo las cualidades que
como titula Gunnar Landtman su obra sobre este problema inspiran confianza y dependencia. De hecho, el hijo de un «gran hombre»
(1.938). Todas estas preguntas hacen referencia a los distintos puede tener una ligera ventaja sobre los demás —por ejemplo, el acceso a
una mayor riqueza—, y presiones de diversos tipos pueden inducirle a
aspectos de la misma característica burocrática: cuando una emular a su padre.
forma de poder personal consigue finalmente establecerse e
institucionalizarse, con el tiempo aparecerán diversos cargos Sin embargo, la idea principal de Read es que el carisma
subsidiarios que formarán una jerarquía. Esta jerarquía de car- siempre gana, normalmente, porque en una sociedad que está
gos era hereditaria en términos de sucesión en todas las «gobernada por la tradición», según la terminología acostum-
sociedades de jefatura, y así surgieron los estratos sociales brada de Riesman, son los individuos «autónomos», superio-
permanentes. res en cuanto líderes, los que generalmente triunfan. La «for-
taleza» de un hombre puede manifestarse o probarse en diver-
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sos contextos, entre los que, en otros tiempos, la guerra fue
probablemente el más importante. La habilidad para la danza ¿Cómo puede un gran hombre convertir en real una apa-
y las donaciones, o regalos, han sido continuamente unas oca- rente sociedad de jefatura embrionaria? La respuesta, como
siones institucionalizadas importantes para demostrar superio- anteriormente veíamos que sugería Read, parece encontrarse
ridad. La donación «coloca al receptor en obligación con el en la tendencia del pueblo a creer que el carácter de un hom-
donante, que, de momento, tiene una cierta ventaja sobre la bre se transmite a sus hijos, y en particular a su primogénito.
otra persona. Esto se aplica igualmente —y quizás más cla- Un análisis de las conocidas sociedades de jefatura de Poli-
ramente— a la donación intergrupal» (íbid., p. 428). Read se nesia y Micronesia, del sudeste de los Estados Unidos, de las
extiende de forma interesante en la descripción de las ten- islas y costas del Caribe, de numerosas sociedades africanas y
siones y situaciones tirantes que se dan en un tipo de sociedad de las de pastoreo del Asia central pone de manifiesto que la
que todavía es esencialmente igualitaria (la «equivalencia» ri- herencia del status por primogenitura debe ser una caracte-
ge las relaciones de los individuos de la misma edad y los rística casi universal de las sociedades de jefatura 3. Es
contactos intergrupales) pero que otorga más prestigio al lide- totalmente razonable suponer que a medida que esta tendencia
razgo que las sociedades más igualitarias. natural hacia la primogenitura deviene estabilizada como una
En algunas tribus de Nueva Guinea el «gran hombre» es costumbre o norma, el grupo ha aumentado la estabilidad y el
denominado «hombre centro», concentrando así más atención poder de su liderazgo sobre el tiempo —y probablemente
en la circunstancia que más íntimamente asociada está con la también su dimensión— justo en la misma medida en que ha
casi lograda instilucionalización de esta forma de poder per- institucionalizado el poder del mismo.
sonal: la donación. Es un hombre centro en el sentido de que La redistribución parece también estar íntimamente aliada
atrae un enjambre de seguidores. Su grandeza se manifiesta de con el surgimiento y perpetuación del liderazgo. Y en la
diversas maneras, pero las más notables son las fiestas de medida en que la redistribución esté extendida y formalizada,
donaciones, que demuestran su habilidad para captar bienes puede estarlo también el poder del líder, ya que su posición
—especialmente cerdos— de sus seguidores, son objeto de como redistribuidor se hace más útil y necesaria. Y a la inver-
dar una lujosa fiesta a algún otro grupo. En esto —el aspecto sa, cuanto mejor sea el liderazgo, y cuanto más estable, más
competitivo y el hecho de que su grupo recibirá a su vez, en instrumental puede ser en la extensión y formalización del
algún otro momento, bienes para que el gran hombre los redis- sistema de trueque o intercambio. Y por supuesto, una vez que
tribuya— las fiestas se parecen al conocido potlatch de los la sociedad llega a depender fuertemente del sistema, depende
indios americanos de la costa del norte del Pacífico1. asimismo de la continuidad de su liderazgo.
En un momento dado, un gran hombre y sus seguidores Las sociedades de jefatura sedentarias habitan normal-
pueden parecerse a una sociedad de jefatura embrionaria, tal mente en áreas de variados recursos naturales, con numerosos
como se ha definido en el capítulo 2: el liderazgo está cen- nichos ecológicos que requieren una simbiosis local y regio-
tralizado, los status están ordenados jerárquicamente y hasta nal4. Algunas están situadas en valles de montañas con varia-
cierto punto existe un ethos aristocrático hereditario. El grupo ciones en la altitud, con exposición al norte o al sur, con acce-
del gran hombre es mucho más pequeño, generalmente está so a cursos de agua o a lagos, etc. Otras se encuentran en las
formado por unos cientos de individuos que no suelen llegar a regiones costeras, con tierras y recursos marítimos muy varia-
mil, pero una distinción más importante es que, dado que des- dos, necesitando de una gran coordinación y redistribución
cansa en una forma puramente personal de poder, tiene una para la caza efectiva de la ballena, la pesca con redes en los
vida corta, y como estructura resulta inestable. Y sobre todo, bancos de halibut, o para capturar, ahumar y empaquetar el
como el poder de un gran hombre reside en su magnetismo salmón (esto último, por ejemplo, durante las inmensas migra-
carismático, no dispone de medios formales para imponer su ciones de desove a la costa noroeste de Norteamérica). Lo que
autoridad, y sus órdenes sólo obtienen una respuesta volun- este tipo de distribución sugiere con fuerza allí donde se da es
taria por parte de sus seguidores2. que determinadas circunstancias geográficas favorecerán el
desarrollo de la redistribución, y cuando se combinan con
liderazgos rudimentarios, como es el sistema del gran hombre,
1 tenderán a promover el liderazgo hacia una jerarquía de status
La exagerada pugna de status manifestada en los potlatches de la costa con un sistema institucionalizado de poder central. Detalles
noroeste de Norteamérica parece haber tenido su origen en un derrum-
bamiento de la estructura social (que afectó a la primogenitura, al rango por
aparte, puede haber sucedido típicamente más o menos así5.
orden de nacimiento y a la forma de organización de la jefatura) que dejó
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vacantes numerosos status hereditarios. Las pérdidas de población debidas a Existen unas pocas sociedades de jefatura matrílineales con la herencia y la
las enfermedades europeas fueron un importante factor en este derrumba- sucesión transmitiéndose al hijo de la hermana, pero parece que lo normal es
miento. que sea al hijo primogénito de la hermana. La línea no importa demasiado,
Además, la cantidad de mercancías europeas que llegaron a la sociedad, en puesto que el rango por edad relativa es el que da al linaje su carácter distin-
trueque por bienes de nutria de mar, crearon las oportunidades para que consi- tivo básico.
guieran prestigio los potlatchers ambiciosos. Es totalmente posible que las 4
Los mayas de las tierras bajas pueden parecer excepcionales, pero su caso
zonas de Nueva Guinea en que la pugna de status de los de los grandes- será «explicado en detalle» en el capítulo 10. Se ha especificado la condición
hombres era fuerte fueran también áreas en las que se diera una cierta de «sedentarias» porque algunas sociedades de jefatura están formadas por
cantidad de derrumbamientos estructurales. pastores nómadas. Parecería que tales grupos de pastores-depredadores nece-
En Bohannan (1.958) se encuentra una buena discusión del sistema del sitan no sólo un buen liderazgo permanente para sus aventuras militares, sino
gran-hombre de los tives de Nigeria. también para la importante y frecuente redistribución de los rebaños y del
2 botín.
Un relato clásico de las actividades del gran-hombre en las islas Salomón es
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de recomendada lectura: véase A Leader in Action, de Douglas Oliver (1.955, Existen tantos ejemplos etnológicos de sociedades de jefatura instaladas
pp. 422-439). en esta clase de asentamiento ecológico, asentamiento que tanto estimula una
Para descripciones de las funciones de los potlatches en la costa noroeste, simbiosis regional, que elijo este modelo para la discusión ilustrativa que
véase Sutiles (1.960, 1.968), Piddocke (1.965) y Vayda (1.967). sigue (véase Sahlins, 1963; véase también la discusión por Patterson de los
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valles peruanos [1973, pp. 95-100]). Pero debe hacerse notar que la
diversificación y la especialización de las habilidades locales en un entorno
geográficamente homogéneo puede proporcionar el mismo impulso
redistributivo. Esto puede darse así específicamente cuando se combina con la
necesidad de un tráfico comercial de larga distancia, altamente organizado, de
artículos necesarios.
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La figura 1 muestra un valle entre montañas con un curso
de agua rápido que va gradualmente serenándose y serpen- sociedad— se acrecienta proporcionadamente. La aldea A es
teando sobre un rico suelo de aluvión, formando finalmente la aldea matriz. El jefe de A ha fundado la línea descendiente
un pantano en el extremo más bajo del valle. En el extremo de rango más alto, ¿por qué no iba a ser lo más natural que el
superior de éste existe un crestón de pedernal y cuatro millas hijo mayor del jefe de A sea guiado gradualmente hacia la
más adelante, en el extremo inferior del valle, el pantano sucesión? Matrimonios calculados con cónyuges procedentes
alberga una formación de finas cañaveras que sirven para de las otras aldeas establecen líneas de descendencia de alto
hacer las astas de las flechas, así como de alimento y cobijo rango segundonas, con la línea principal de B más alta que la
para las aves acuáticas migratorias. de C, la de C más alta que la de D, y así sucesivamente. El
Las tierras de aluvión han estado ocupadas continuamente que los primogénitos sean los de rango más alto parece ser un
por aldeas de hortelanos que cultivaban en ellas un surtido de principio aristocrático universal. Esta situación se ve inducida
maíz, judías, calabazas, cacahuetes, tabaco y algunas especias por una circunstancia que se encuentra normalmente en las
y hierbas. Esta aldea, la A, llegó a crecer hasta tal punto que sociedades de jefatura: la de que los hijos de las líneas
aguas abajo, donde el terreno, pantanoso, no era tan bueno aristocráticas altas pero con menores expectativas de herencia
para el cultivo del maíz, se fundó una aldea filial, la B, que en (un benjamín, por ejemplo) son los que fundan las nuevas
compensación obtenía un tabaco mejor, buena pesca, más aves aldeas o se casan con mujeres pertenecientes a éstas.
acuáticas y buenas cañas. Luego, un grupo emparentado subió A medida que el poder carismático se perpetúa en una
a la montaña y se le permitió pacíficamente establecerse en el línea familiar de descendencia, llegando a instituirse en forma
extremo norte. Este grupo, que fundó la aldea C, se encontró de una jerarquía de cargos hereditarios, no sólo puede incre-
con que el maíz, las judías y las calabazas se daban regular en mentar la efectividad de la especialización local y de la red de
el suelo rocoso, y el tabaco no se daba en absoluto. La proxi- redistribución, sino también ir asumiendo Paulatinamente
midad de buena caza forestal, en especial ciervos, resultó una otras tareas. Los jefes pueden subvencionar unas especiali-
compensación, al igual que lo fue la presencia del crestón de dades artesanales, de forma que una línea familiar de buenos
pedernal, del que podían obtenerse herramientas de piedra y labrantes de pedernal, por ejemplo, puedan ganar en habilidad
puntas para las armas arrojadizas. dedicando a ello más tiempo. Es probable también que una
Este simple esquema será suficiente. Dando por sentado línea familiar de jefatura se convierta en una línea familiar de
que prevalecen unas relaciones pacíficas, entre las familias de sacerdocio, que interceda ante sus dioses ancestrales en favor
las tres aldeas se intercambiarán regalos. La aldea A, sin de la sociedad. Las sociedades de jefatura etnológicamente
embargo, no es tan dependiente de éstos como lo son las otras, conocidas parecen ser típicamente, y tal vez universalmente,
ya que en las tierras que la circundan obtiene una mejor teocracias. La adoración de los antepasados es la forma típica
producción agrícola, y se encuentra equidistante entre la caza que adopta el culto sacerdotal, añadiendo este culto como una
y los yacimientos de pedernal localizados en la parte superior especie de capa cultural al chamanismo y la mitología origi-
del valle, y los patos, cañas y tabaco de la parte inferior del nales. La línea familiar de jefatura es considerada normalmen-
mismo. Estos deseables artículos se intercambiarían con te como los descendientes directos del fundador de la misma y
equilibrada reciprocidad entre las aldeas, pero la aldea A se de la sociedad como un todo, exaltado ahora en su status co-
encuentra en una posición particularmente ventajosa. No sólo mo la deidad principal. Tales concepciones fortalecen grande-
su status es más alto, al ser el emplazamiento original y tener mente la capacidad de la jerarquía gobernante para hacer
una producción más elevada a causa de su mejor ubicación en mejor algunas tareas adicionales necesarias y útiles. Un go-
los terrenos más ricos, sino que por estas razones puede tam- bierno centralizado puede hacer la guerra de manera más efec-
bién tener una mayor dimensión. Además, al estar situada en tiva, puede mantener la paz de manera más efectiva y puede
el centro, puede recibir más fácilmente que C los productos resolver los problemas internos de gobierno de formas que no
específicos de B, y recibir los de C mejor que los puede re- son posibles en una sociedad igualitaria. Es muy evidente que
cibir B. Aunque todo fuera igual, las reciprocidades proba- muchos gobiernos de este tipo han ordenado la realización de
blemente irán de A a B y viceversa, y de A a C y viceversa. trabajos públicos para la construcción de grandes y sólidos
Luego A, por el simple almacenamiento de los bienes adqui- monumentos.
ridos de B y dados posteriormente en parte a C (junto con Una sociedad de jefatura en buen funcionamiento parece
algunos procedentes de su producción propia), se convierte mantenerse porque puede cumplir bien las funciones anterior-
progresivamente, al menos en parte, en el «almacén» del va- mente descritas, en especial la industrialización; en ella se
lle, y en ese momento las reciprocidades de A se transforman encuentra, de hecho, el modelo orgánico de sociedad tan
en una verdadera redistribución. Si la aldea A tiene un gran estimado por los sociólogos clásicos. La sociedad de jefatura
hombre adecuado, la situación redunda en ventaja para él, constituyó una forma muy extendida de organización, posible-
elevando su status y contribuyendo a perpetuar su posición. mente porque, al ser tan próspera en comparación con las
Mientras tanto, la especialización local es tan ventajosa que se tribus igualitarias, transformó a sus vecinos, o sus vecinos se
incrementa de manera natural, de forma que las aldeas B y C transformaron a sí mismos por emulación. Es también posible
pueden desistir totalmente de cultivar maíz, dependiendo de A que una nueva sociedad de este tipo que fuera próspera pu-
para su abastecimiento, mientras que A puede renunciar al diera seguir expandiéndose tanto por adición como por creci-
cultivo del tabaco. miento interno hasta el punto en que no pudiese gobernarse
Incrementada de este modo la producción, la población prósperamente. Si un crecimiento y una disolución de tal clase
aumenta, es probable que se formen nuevas aldeas (tanto por fueron, de hecho, corrientes, ello podría contribuir a explicar
fisión como posiblemente por adición), y el poder de A —y, la difusión de las sociedades de jefatura: una sociedad de
sobre todo, la necesidad que de este poder experimenta la jefatura en expansión transforma sus partes nuevas, si eran
5
sociedades igualitarias, en réplicas a pequeña escala de la
sociedad central original, simplemente aceptando a sus líderes «tronco principal» (véase figura 2). Pero Kirchhoff estaba
en la jerarquía dominante. Si el todo se divide en partes, sean bastante acertado en su argumentación de que «clan cónico»
cuales fueren las razones para ello, todas las partes serán (ramaje) puede desarrollarse hasta un orden más alto, el
sociedades de jefatura, aunque pequeñas. Este es probable- Estado y la civilización arcaica. (Sin embargo, estaba equivo-
mente el ciclo de expansión y contracción que produjo la apa- cado en su suposición de que el clan igualitario constituía un
rición un tanto repentina y la difusión tan rápida de las socie- «callejón sin salida». La solución debe estar, sencillamente, en
dades de jefatura en la historia Arqueológica. que entre la sociedad igualitaria y el Estado se interpuso una
El liderazgo y el status redistributivo, estabilizado a través etapa de desarrollo de sociedad de jefatura.)
del tiempo por la primogenitura, transforma la estructura de Evidentemente, las sociedades de jefatura y sus estructuras
parentesco de la sociedad. Así, los linajes o clanes de la de parentesco en ramage constituyen, en determinados senti-
sociedad igualitaria devienen —en palabras de Paul Kirchhoff dos, gobiernos, diferenciándose de los pueblos en «estado de
(1.959)— «clanes cónicos», en los que todas las líneas cola- naturaleza». Resulta obvio que se produjeron algunas nuevas
terales de filiación, así como los individuos en las familias, invenciones políticas. Ya hemos mencionado la desigualdad
están alineados en términos del orden de nacimiento de los hereditaria, la primogenitura, el liderazgo permanente y la
fundadores y del orden de cada una de las sucesivas genera- autoridad jerárquica. En estos aspectos, como en algunos
ciones de los perpetuadores de la línea y de sus proliferantes otros, parece que las sociedades de jefatura se asemejarían a
líneas segundonas. Esta ordenación genealógica es común en las sociedades de la época feudal histórica de Europa. Te-
la historia entre los antiguos pueblos célticos de Gran Bretaña, niendo en cuenta que Marx en especial, pero otros también,
en las clases aristocráticas europeas y, aparentemente, entre han revestido esta época feudal de las características de una
las «tribus» semíticas del Antiguo Testamento. El uso por etapa evolutiva anterior a la nación-Estado capitalista, puede
Kirchhoff del término «clan» presenta dificultades semánticas resultar conveniente discutir brevemente las diferencias y
porque normalmente se emplea para el orden de parentesco similitudes existentes entre las sociedades de jefatura y las
igualitario de filiación «común» (de iguales o generalizada) sociedades feudales. De hecho, se dan algunos paralelismos
respecto de un fundador. Raymond Firth (1.936) denominaba interesantes, aunque sigue siendo importante la discontinuidad
ramage al grupo cónico, palabra del francés antiguo que sig- —principalmente porque el feudalismo europeo fue una
nifica «ramaje». Parece preferible este término porque su eti- variedad histórica particular de un tipo político, pero no una
mología atrae la atención hacia la «ramificación y re-rami- etapa en sí mismo.
ficación» de la genealogía, ordenada según la distancia del
6

Sociedades de jefatura primitivas y feudalismo Sin embargo, esta idea de vínculo personal, de carácter jerárquico y
sinalagmático [bilateral], dominaba el feudalismo europeo.
El feudalismo europeo, cuya forma clásica se considera
generalmente representada por el siglo XI en Francia, combi- El segundo rasgo del feudalismo, el sistema de posesión
naba tres características distintas, alguna de las cuales, y a basado en los feudos, como se halla implícito en la anterior
veces la combinación de dos de ellas, pueden encontrarse definición de Bloch, se encontraba estrechamente relacionado
abundantemente en el mundo de las comunidades primitivas y con el vínculo puramente personal del vasallaje. Sin embargo,
campesinas. Estas características son: 1) la formación de una para algunos escritores (especialmente para los marxistas), el
jerarquía de relaciones personales de tipo peculiarmente sistema de posesión de la tierra constituye en mayor medida la
voluntario, denominada generalmente vasallaje; 2) un régi- esencia del feudalismo, por muy relacionado que estuviera
men de posesión de la tierra de feudos, siendo la relación de con el vasallaje, porque remite a las relaciones de producción.
los trabajadores agrícolas con dicho régimen la de siervos, y Una autoridad tal como Maurice Dobb (1946), por ejemplo,
3) un sistema económico de subsistencia local, casi suficiente emplea el término servidumbre, forma no voluntaria de depen-
—generalmente denominado sistema señorial—, que, al igual dencia en la posesión de la tierra, como totalmente sinónimo
que el sistema político, siguió estando descentralizado des- de feudalismo.
pués del derrumbamiento del Imperio Romano. Pero la relación del vasallaje con el feudo y la servidumbre
El primer rasgo del feudalismo, el vasallaje, fue el resal- en el feudalismo europeo no es una relación necesaria en el
tado por la gran autoridad francesa en la materia Marc Bloch, resto del mundo. El sistema del gran hombre de Nueva Guinea
que dijo (1932, p. 204): y la relación patrón-cliente de numerosas áreas de África, por
ejemplo, recuerdan mucho el «acatamiento» voluntario del
En ausencia entonces de un Estado fuerte, de vínculos de sangre capaces vasallaje feudal, pero, sin embargo, no tienen nada, o muy
de dominar la vida en su conjunto y de un sistema económico fundado en
los pagos en moneda, en la sociedad carolingia y postcarolingia surgieron poco, que ver con cualquier clase de sistema dependiente de
unas relaciones de hombre a hombre de un tipo particular. Los individuos posesión de la tierra. Por otra parte, nos encontramos familia-
que gozaban de una posición superior otorgaban su protección a los que, rizados con muchos casos modernos de sistemas de posesión
directa o indirectamente, dependían de ellos, así como también diversos de la tierra semejantes al feudo, caracterizados por propie-
beneficios materiales que aseguraban la subsistencia de los mismos; éstos,
a su vez, se comprometían a realizar diversas prestaciones y servicios, y tarios privilegiados en riqueza y campesinos obligatoriamente
tenían la obligación general de prestar ayuda. Estas relaciones no siempre vinculados, a la manera de siervos (vienen a la mente los
fueron asumidas libremente ni implicaban un equilibrio satisfactoriamente sistemas de latifundios y haciendas de la Latinoamérica
universal entre las dos partes. Basado en la autoridad, el régimen feudal no colonial), pero que pueden no tener en absoluto ningún tipo de
dejó nunca de contener un gran número de coacciones, violencias y abusos.
vasallaje.
7
La tercera característica del feudalismo es la relativa auto-
suficiencia de los grandes señoríos, que se quedaron varados costumbres sociales, especialmente en la etiqueta: «la costum-
después del derrumbamiento de la estructura política y eco- bre es el rey».
nómica del imperio. Esta clase de reconstitución local que Primitive Law (La ley primitiva), de Sidney Hartland, es
sigue a la disolución de una comunidad política de mayor quizá el más interesante exponente de la idea de que la cos-
tamaño se ha dado en la historia muchas veces, con la posi- tumbre no coercitiva es la ley de los primitivos. En una típica
bilidad de una consiguiente reconstitución parcial. Si esto fue- exposición (p. 138), Hartland dice que el hombre primitivo
ra todo lo que definiera el feudalismo, podríamos llegar a la «está cercado, sin resquicio alguno, por las costumbres de su
conclusión de que constituye siempre una fase histórica muy pueblo, está ceñido por las cadenas de la tradición inme-
probable de cualquier imperio, pero ciertamente no una etapa morial..., el hombre primitivo acepta estas cadenas como algo
en el desarrollo de una comunidad política —en realidad, normal; nunca intenta hacerlas saltar».
puede mejor imaginarse como una degeneración (posible- Otro etnólogo, W. H. R. Rivers, en su obra Social Orga-
mente temporal) que como una evolución. nization (La organización social), dice (1.924, p. 169): «En
Esta peculiaridad histórica de la degeneración feudal de pueblos tales como los melanesios existe un sentimiento de
Europa, comparada con otras degeneraciones más simples, grupo que hace innecesario cualquier tipo de organización so-
como puede ser la del Japón del siglo XII, fue consecuencia cial definida para el ejercicio de la autoridad, exactamente de
de una anterior unión imperial de sociedades de dos tipos la misma manera que hace posible el funcionamiento armo-
diferentes, las sociedades de jefatura de Europa septentrional nioso de una propiedad comunal y asegura el carácter pacífico
(en especial la germánica) y las partes más meridionales de la de un sistema comunitario de relaciones sexuales.»
civilización clásica greco-romana. Exposiciones como éstas constituyeron una gran incomo-
El feudalismo europeo fue, pues, históricamente, de una didad para Bronislaw Malinowski (1.934), que cuestionaba la
especie muy compleja y quizás única. Por esta razón no puede idea de que los pueblos primitivos estuvieran tan esclavizados
ser considerado como una etapa en la evolución, y ni siquiera por la costumbre. Sorprendentemente, argumentaba que en la
como un caso normal de degeneración. Sólo uno de sus «sociedad salvaje» existen sanciones negativas eficaces, aun-
elementos, el vasallaje voluntario, tiene sus correspondencias que no son sanciones físicas6. Yo pienso que tenía razón al de-
esparcidas en el resto del mundo. El vasallaje parece típica- cir que existen sanciones negativas eficaces, tales como, esen-
mente —y quizás universalmente— un rasgo de las socie- cialmente, el apartamiento de las reciprocidades normales 7;
dades denominadas sistemas de gran hombre o de patrón- pero puesto que estas sanciones no están ni instituidas ni ad-
cliente. Y cuando estos sistemas llegan a institucionalizarse ministradas por una autoridad oficial que disfrute del privi-
como burocracias de poder en las sociedades de jefatura legio de la fuerza, hay muchos críticos de Malinowski que ne-
hereditarias, en determinados aspectos importantes se parecen garían que en las sociedades primitivas, preestatales, exista la
a las aristocracias hereditarias de la última época feudal o ley.
postfeudal europea. Pero ninguna de estas sociedades de jefa- Un especialista moderno, E. A. Hoebel, considera la ley
tura combina esos rasgos con los complicados sistemas de como un compuesto de tres elementos necesarios: el privilegio
posesión de la tierra, ni con la degeneración de la unidad de la fuerza, una autoridad oficial y una regularidad (1.954, p.
política del feudalismo europeo, de forma lo suficientemente 28). Robert Redfield, instruido en leyes al igual que Hoebel,
parecida como para ser clasificadas junto a éste. Esto no pero que ejerce la etnología, declara que «la ley es... recono-
quiere decir que las comparaciones carezcan de interés. cible en la forma: en la exposición formal de las normas y en
las formas de asegurar el cumplimiento de las normas o la
La ley
satisfacción o el castigo para la infracción de las mismas»
Como vimos en el capítulo anterior, «el hombre en estado (1.967, p. 5). Estas definiciones, sin embargo, no ponen de
de naturaleza» no es un hombre natural, un hombre sin ningu- manifiesto explícitamente que la coerción de la «fuerza pri-
na clase de trabas. A las pequeñas sociedades de relaciones vilegiada» y el «castigo» llegaran necesariamente con el adve-
presenciales les son propias unas fuerzas de control social más nimiento del Estado. No están concebidas en tales términos
poderosas; esto es especialmente así en las sociedades primi- evolutivos.
tivas, en las que el individuo pasa normalmente la vida entera
entre sus parientes. Puesto que resulta imposible la evasión, 6
Debería haber dicho en la sociedad salvaje que él estudió (los isleños
no puede recuperar, trasladándole a un nuevo grupo, la estima trobriandeses); Malinowski generaliza con demasiada frecuencia sobre el
que pudiera haber perdido por un error social cometido en el mundo primitivo, utilizando datos procedentes de esta sola sociedad —que,
suyo propio. Para la supervivencia de un individuo cualquiera puede ser importante registrarlo, fue una sociedad de jefatura de un nivel
en la sociedad primitiva son totalmente importantes la coo- bajo.
7
peración, la alianza, el amor, las reciprocidades de todas las Puede resultar útil citar una de las exposiciones de Malinowski sobre este
clases. Este debe ser el motivo de que tales pueblos parezcan punto (1.934, p. xxxvi):
«Este aspecto positivo de sumisión a la costumbre primitiva, el hecho de
tan extraordinariamente sensibles a las reacciones del grupo que la obediencia a las normas sea alentada con premios, de que sea recom-
ante cualquier acción social. Alabanza y reprobación, afecto y pensada con contrapartidas de servicio, es tan importante, en mi opinión, co-
privación de éste, y otras sanciones sociopsicológicas pare- mo el estudio de las sensaciones punitivas; y estas últimas no consisten en un
cidas constituyen reforzadores extremadamente poderosos en castigo ad hoc deliberadamente infligido, sino más bien en el natural desquite
de no cumplimiento de las contrapartidas de servicios, en crítica y descon-
las sociedades pequeñas constituidas por miembros estables, y tento en el seno de la relación y en el de la institución. Cualquier omisión de
numerosos observadores de las sociedades igualitarias han mala fide para descargarse de deberes se encuentra total y adecuadamente con
registrado repetidamente el cuidado con que se guardan las una serie completa de reproches, represalias e incumplimientos de servicios
que necesariamente acaba en una completa desorganización del grupo coo-
perativo, sea éste la familia, la fratría o la tribu.»
8
Pudiera ser que sólo los evolucionistas estuvieran conven-
cidos de la conexión entre la fuerza punitiva legal y el Estado. pleando siempre el calificativo sancionada cuando realmente
Walter Goldschmidt dice (1.959, p. 99): «Un verdadero una costumbre lleve consigo unas sanciones.
Estado lleva implícito el monopolio legítimo del poder en ma- Las costumbres sancionadas son formas de control social
nos de sus gobernantes.» Stanley Diamond separaría definiti- que están reforzadas de forma positiva o negativa. Las sancio-
vamente la costumbre de la ley, definiendo rigurosamente con nes positivas son normalmente algún género de aprobación
esta distinción la diferencia entre sociedades primitivas y por el público, o por una parte de éste. Las negativas son desa-
sociedades civilizadas: «La costumbre —espontánea, tradicio- probaciones de una infracción de la costumbre, normalmente
nal, personal, comúnmente conocida, corporativa, relativa- apartamiento de la amistad y de las esperadas reciprocidades,
mente inalterable— es la modalidad de la sociedad primitiva; en las que Malinowski ponía el acento. Al igual que en el caso
la ley es el instrumento de la civilización, de la sociedad polí- de las sanciones positivas, también la desaprobación consti-
tica sancionada por la fuerza organizada, presumiblemente por tuye un castigo social —por el público, o por una parte de éste
encima de toda la sociedad, y que sirve de apoyo a una nueva —. Es decir, las sanciones no son aplicadas por una auto-ridad
serie de intereses sociales. Tanto la ley como la costumbre su- oficial que se alce como «tercero»; el único tercero que existe
ponen la regulación del comportamiento, pero sus caracteres en una sociedad segmentaria es una persona o grupo que tiene
son enteramente distintos; no se ha descubierto ningún equi- una especie de autoridad familiar, como puede ser un pariente
librio evolutivo entre el desarrollo de la ley y el de la costum- anciano, prudente, que pueda actuar como conci-liador o
bre, ni tradicional ni emergente» (1.971, p. 47). árbitro.
Muchos otros han argumentado extensamente en este sen- Por otra parte, la ley implica una permanente autoridad
tido. Y podría parecer que la creencia en la importancia de la centralizada que se halla por encima de los status familiares8.
costumbre, anterior a Malinowski, puede estar tomando un El énfasis sobre la coerción violenta aplicada por el Estado se
nuevo auge. Simpson y Stone, historiadores del derecho, ex- originó al hacerse clara la distinción entre la norma consue-
ponen (1.948, p. 3): «A pesar de la reciente recusación de Ma- tudinaria en las sociedades segmentarias y la adición de la ley
linowski, la explicación ortodoxa de la efectividad del control a la costumbre en las sociedades jerárquicas. Como lo expone
social en una sociedad organizada por el parentesco parece el famoso historiador del derecho Paul Vinogradoff (1.920-22,
todavía la más satisfactoria. La presión de un cuerpo de cos- vol. 1, p. 95): «El Estado monopoliza la elaboración y el cum-
tumbres santificado por una creencia en su origen sobrenatural plimiento de las leyes mediante la coacción, y esto no existía
apunta a la opinión social y al temor de los dioses como las en los tiempos antiguos.» La fuerza y una estructura política,
dos armas principales en el arsenal del control social rudi- el Estado, que monopoliza su uso son generalmente, por tanto,
mentario.» elementos importantes en las definiciones de la ley que hacen
Algunos de los problemas relacionados con el argumento la distinción entre la costumbre sancionada y la ley.
de la costumbre versus la ley son problemas semánticos, de Pero ninguno de los que hacen esta distinción han adver-
modo que bien pueden dejarse de lado antes de confrontar los tido el problema planteado por las sociedades de jefatura que
datos etnológicos, que requerirán alguna nueva clase de enjui- aparentemente preceden al Estado. Entre la sociedad igualita-
ciamiento del argumento. En primer lugar, ¿qué significa la ria, segmentaria, y el Estado coercitivo se encuentra una etapa
palabra costumbre? No queremos cansar ahora explicando los de sociedad de jefatura. En este tipo de sociedad encontramos
hábitos individuales («Tengo la costumbre de dar un paseo an- algo esencial de la verdadera ley, la estructura de sociedad que
tes del desayuno»); nos estamos refiriendo a las convenciones puede actuar como tercero sobre el nivel familiar. Pero las
de la colectividad. Pero éstas pueden ser de dos clases distin- sociedades de jefatura carecen de las sanciones físicas coer-
tas. Morris Ginsberg era consciente de este problema cuando citivas relacionadas con el monopolio de la fuerza practicado
decidió que el término uso debía referirse a «aquellas acciones por los estados. Téngase en cuenta que este supuesto sobre las
habituales para los miembros de una comunidad que no po- sociedades de jefatura y los estados, y la cuestión de la
sean un carácter normativo o que carezcan de la sanción de la universalidad de la etapa de las sociedades de jefatura en la
coerción social», y que el término costumbre debe significar evolución, es algo «dado» en este punto de nuestra discusión.
«no meramente un hábito de acción o conducta predominante, Sus bases reales serán exploradas de forma más completa en
sino... un juicio sobre la acción o la conducta... La costumbre, los capítulos siguientes.
en otras palabras, es el uso sancionado» (1.921, pp. 106 y ss.). Parece útil dividir la ley en dos clases, la ley pública y la
Esta dicotomía sugiere algunas diferencias reales, pero ley privada. Con la expresión ley pública nos referiremos aquí
parece innecesariamente estricta, porque puede argüirse que a los problemas legales que los individuos o los grupos tienen
cualquier desviación de un uso convencional puede ser san- con la estructura de autoridad. Su contexto más importante
cionada en alguna medida en alguna sociedad por alguna clase para nuestros propósitos presentes es el del refuerzo, como en
de desaprobación por parte de alguien. Sería difícil predecir, los casos de traición o lesa majestad. La expresión ley privada
para todas las culturas, qué desviaciones del comportamiento hace referencia a las disputas legales entre los propios
normal serían las que atraerían unas sanciones negativas pú- individuos o grupos, que están mediadas por la estructura de
blicas y eficaces: cantar incorrectamente una canción tradi- autoridad. (Las funciones de la ley pública, y la ley privada en
cional; no llevar el cabello en el estilo «apropiado»; eructar; las sociedades de jefatura, con sus ejemplos, se discutirán con
destruir el tótem del clan propio. Una cualquiera de estas in- mayor amplitud en las secciones de este capítulo tituladas
fracciones, o de las mil más que puedan darse, sería severa- «Refuerzo» y «Mediación»).
mente castigada por la colectividad en una u otra sociedad. 8
Pero también algunas de esas mil costumbres podían ser igno- Aparentemente, esto es lo que el historiador del derecho William Seagle
1.946) consideraba cuando insistía en la importancia de un tribunal como el
radas en su infracción. Trataré de evitar este problema em- elemento central de la ley.
9
Teniendo en cuenta que en este momento estamos intere-
sados en las sociedades de jefatura, parece evidente que nece- una decisión legal.) Una dificultad que presenta este criterio
sitamos una definición de la ley que les sea aplicable, pero es la de descubrir su presencia (Lundsgaarde, 1.970).
que nos permita asimismo expresarnos sobre las diferencias La obligatio, el tercer atributo de la ley (íbid., pp. 22-23),
entre las sociedades de este tipo y los estados. Las experien- «se refiere a aquella parte de la decisión legal que define los
cias de Leopold Pospisil (1.927) en la etnología de la ley derechos del reclamante y los deberes de las partes obliga-
resultan útiles particularmente aquí, puesto que su importante das». Esto no es todavía una sanción, sino más bien una decla-
obra sobre los papúes kapaukúes (1.958) encara el problema ración referente a la naturaleza de la desequilibrada relación
del presente capítulo, ya que está dedicada a una sociedad de los litigantes. La sanción, a la vez que íntimamente relacio-
semejante a la de jefatura (aunque de un nivel bastante más nada, hace referencia a la resolución del conflicto mediante el
bajo). Pospisil describe como legales casos de resolución de restablecimiento de una relación equitativa. (En los términos
conflictos en que las decisiones poseen cuatro atributos: auto- modernos corrientes de las salas de justicia, cuando un tribu-
ridad, intención de aplicación universal, obligado y sanción nal llega a un veredicto positivo de «culpabilidad», esto es una
(1.972 y otros escritos). declaración de la alterada relación de obligatio entre los liti-
La autoridad legal requiere un individuo (o un grupo, gantes; la sentencia real es la imposición de la sanción.)
semejante a un consejo) lo suficientemente poderoso como El atributo obligatio resulta particularmente útil cuando se
para obligar a cumplir el veredicto mediante la persuasión o la discute la ley en una tecnocracia. Buena parte del refuerzo de
amenaza de la fuerza. (Debe añadirse que en una sociedad de las normas de una sociedad de este tipo y de sus ajustes
jefatura es probable que una autoridad legal combine esta sociales es religioso, y tiene que ver con la moral, la concien-
función con otras de naturaleza política, militar, económica o cia y especialmente con los tabúes. Las violaciones de estos
sacerdotal, y esto tiene posiblemente como objeto el propor- últimos son, por decirlo de alguna manera, «crímenes sin víc-
cionarle diversos poderes tendentes a hacer cumplir las leyes.) timas»; el castigo de estos crímenes, si lo hay, es imaginario y
En las disputas media a menudo una autoridad, que utiliza sus sobrenatural; y la relación litigiosa no se da entre personas vi-
facultades de persuasión para inducir a obedecer su intento de vas. Esto no quiere decir que cosas tales como los tabúes reli-
arbitraje. Tales, injerencias parecen más informales y «pri- giosos no sean importantes: pueden tener tanto éxito como
mitivas», o familiares, que si la autoridad fuera a producir una sistema de castigo-recompensa de una sociedad que sólo muy
decisión que los litigantes se vieran obligados a aceptar. Esto raramente se haga necesario imponer sanciones violentas. En
último nos parece a nosotros más legal, al implicar los usos otras palabras, la obligatio en las teocracias se halla muy
que nos son familiares de una autoridad que opera como si de apartada de la sanción, en contraste con la sociedad moderna,
un juez se tratara. Pero Pospisil señala (1.972, p. 16) que en en la que a menudo se confunden las dos.
cualquiera de los casos el generador de la solución no fueron Como ya hemos visto, algunos antropólogos consideran la
los disputantes, sino un «tercero», una autoridad legal. Pare- sanción puniti va que supone el uso de la fuerza como el
cería, sin embargo, que la capacidad de la autoridad legal para criterio exclusivo de la ley, pero parece claro que mientras que
obligar a cumplir las decisiones más que para actuar por per- tal tipo de sanción puede ser uno de los ingredientes usuales
suasión, como una especie de hombre bueno, constituye una de la ley moderna, no todos los usos de la sanción se dan en
medida del poder de la jerarquía, de su capacidad de mando. un contexto legal. Como ejemplo más importante, muchas de
Pero hay que hacer una importante observación limitativa. las decisiones políticas ad hoc llevan aparejadas sanciones,
Una decisión tomada por una autoridad no es necesariamente pero sin embargo dichas decisiones no constituyen leyes. Co-
legal porque lo haya tomado ésta; puede ser política y, por mo hemos expuesto anteriormente, las decisiones varían opor-
consiguiente, oportunamente variable de un contexto a otro. tunamente con las circunstancias, y por consiguiente no con-
La decisión tendrá una mayor legalidad si incorpora la «inten- tienen la intención de una aplicación universal, aunque puedan
ción de una aplicación universal». Siempre que puede encon- imponer sanciones.
trarse un caso previo resuelto de manera satisfactoria que sea Las sanciones no necesitan ser siempre, ni siquiera a menú-
similar al caso que está siendo considerado, se produce una do, de naturaleza física. Pueden ser económicas (como multas
tendencia normal a utilizarlo como precedente. Con fre- y daños y perjuicios); y especialmente en las sociedades teo-
cuencia, algunos casos confusos pueden solventarse rápida- cráticas pueden ser castigos psicológicos (por ejemplo, una
mente por una autoridad que simplemente llama la atención reprimenda pública por parte de un alto sacerdote), o social-
sobre el caso anterior. En otras palabras, el tercero en el caso mente negativas (como en los casos de excomunión, retirada
parece encontrar la solución informalmente, más que elabo- de recompensas, servicios y reciprocidades normales). Ni tam-
rando una decisión arbitral. Incluso si el caso «llega a un poco en la sociedad primitiva, y especialmente en las teo-
tribunal» y es una autoridad la que tiene que tomar una deci- cracias, los propios casos legales están necesariamente, y ni
sión de manera más formal, resulta también más fácil para ella siquiera mayoritariamente, relacionados con la violencia física.
obtener la acatación, forzar menos su poder, cuando ha exis- Los delitos privados son, con frecuencia, «abusos de confian-
tido alguna vez un precedente parcial. Pero el primer caso, el za» que incumben a las reciprocidades, y los delitos públicos,
que sienta el precedente, tuvo que ser una verdadera decisión, casos de lesa majestad. En una teocracia estos últimos delitos
y si se trató de una decisión legal, siempre lleva incorporada pueden ser considerados de dos maneras distintas: 1) delitos
la intención de una posterior aplicación en casos semejantes. (como en el caso de la violación de un tabú) contra la persona
(Por supuesto, puede haber sido una mala decisión que del jefe supremo, o, en menor grado, contra alguien con auto-
posteriormente no se haya seguido en absoluto, pero la inten- ridad pero situado más bajo en la jerarquía, y 2) un ataque
ción de sentar precedente tiene que haber existido si iba a ser contra cualquier costumbre o creencia tradicional, ataque que
de alguna manera supone una injuria o la autoridad del gober-
10
nante. (Algo como el quebrantamiento de un tabú sólo es una
ofensa legal cuando existe obligatio: un ofensor y una perso- Refuerzo no legal
na, como el jefe, que de alguna manera se siente «injuriado»
Las mismas sanciones familiares personal-sociales que carac-
por el acto.) Tales quebrantamientos de la ley son comun-
terizan a la sociedad igualitaria siguen existiendo en el seno de los
mente algo parecido a expresiones de desprecio, o una mal-
grupos residenciales de tipo presencial que componen una socie-
dición, y si quedaran sin castigo debilitarían en cierto modo el
dad de jefatura. Pero además existen nuevas normas, reglas y
sistema de autoridad, que en gran parte está basado en funda-
sanciones políticas que reflejarán, en estos grupos, los nuevos
mentos ideológicos, sobrenaturales, culturales.
rasgos del sistema social, en particular los relacionados con el
Como hemos visto en algunos de los ejemplos que hemos
mantenimiento de la nueva jerarquía de status y autoridad.
citado, el poner el énfasis sobre las sanciones coercitivas que
Existen también, puesto que las sociedades de jefatura son
implican violencia en los estados ha conducido a los escri-
mayores y más complejas que las tribus igualitarias, nuevos
tores a identificar la ley con la fuerza, y ambas con aquéllos.
problemas tocantes a la interrelación grupal.
Consideraremos esto en capítulos posteriores, analizando
Una forma importante de castigo/recompensa que permanece
algunos casos reales, pero en este momento necesitamos exa-
como una persistencia de la etapa anterior es la forma familiar de
minar un argumento de Pospisil que es teóricamente perti-
admonición/alabanza, mediante la cual las personas de mayor
nente. Si una ley es deseable para la mayoría de los miembros
edad guían y educan hacia la conformidad a los más jóvenes.
de un grupo y si éstos la consideran de obligado cumpli-
Pero existe un punto en que el status de los mayores sobre los
miento, con el tiempo puede parecerle a un observador que se
jóvenes se mezcla con el status más alto de una persona sobre
trata de una costumbre, en contraste con las leyes cuyo cum-
otra, cuando la primera proviene de una línea de filiación más
plimiento puede que tenga que ser exigido por el Estado, al
antigua, pero es de hecho una persona más joven que la otra.
menos algunas veces, contra la voluntad de buena parte del
Podría parecer que el joven simplemente evita la confusión de
pueblo. Según Pospisil (1.972, p. 30), una ley consuetudinaria
enfrentarse con una persona de mayor edad (más elevada que
es «interiorizada» de forma que no sólo el pueblo la siente
él en edad-status) cuando dicha persona está situada por debajo
como deseable, sino que cuando se quebranta, el malhechor
en el status de la línea de filiación. Resulta difícil confirmar
experimenta un sentimiento de culpa o de vergüenza. Si una
este juicio con suficientes ejemplos en la literatura etnográfica,
ley es muy nueva, o por alguna otra razón no está suficien-
pero la misma carencia de ejemplos puede ser un indicio de tal
temente aceptada e interiorizada, para imponerla puede nece-
evitación. Por otra parte, en algunas sociedades de jefatura —
sitarse una fuerte represión; pero posteriormente, o en alguna
me vienen a la mente las de Polinesia— los jóvenes aristócratas
otra sociedad, la misma ley puede mantenerse sólo por la
pueden ser deliberadamente crueles con los plebeyos de mayor
conciencia u opinión pública. Por ejemplo, en épocas de debi-
edad, lo que sugiere que quizás estos últimos son los que
litamiento social o demográfico, los delitos sin víctimas (co-
practiquen la evitación. Pero, sobre todo, el sistema de tabú de
mo puede ser la embriaguez en público), que en tiempos es-
la distancia social extrema entre rangos es el mejor ejemplo
tables no se hubieran dado en función de situaciones psico-
(que discutiremos en el capítulo 9).
lógicas de vergüenza, es posible que tengan que ser reprimi-
El desarrollo de un sistema redistributivo permanente no sólo
dos mediante castigos físicos o multas.
parece haber estado íntimamente asociado con el origen de las
Por tanto, la diferencia entre las dos clases de leyes no es
sociedades de jefatura, sino que también contribuye poderosa-
cualitativa, y no pueden tomarse éstas como caracterizaciones
mente al mantenimiento y refuerzo continuo de la jerarquía de
exactas o específicas de la diferencia entre el Estado y las
autoridad socio-política, como anteriormente hemos subrayado.
sociedades primitivas que no constituyen estados. Pero, con
Refuerza la estructura principalmente de dos formas impor-
vistas a una referencia posterior, debemos tener presente que
tantes: 1) la estructura de autoridad es también la estructura de
el origen del Estado puede estar acompañado por un súbito
los redistribuidores grandes y pequeños —es el sistema básico de
incremento en el número de leyes represivas, por una repre-
abastecimiento—, y por tanto es obviamente necesaria para toda
sión más severa y, quizás, por nuevas clases de leyes. Y es
la sociedad; 2) junto con este aspecto del sistema de abas-
muy probable que el nuevo Estado tenga una maquinaria
tecimiento está el hecho de que un redistribuidor puede castigar
judicial y punitiva más visible, más formal y más explícita. En
reteniendo los bienes de cualquier subjefe o grupo disidente. Todo
la medida en que las leyes sean nuevas, no estarán todavía
esto es bastante evidente.
interiorizadas o ni siquiera ampliamente aceptadas, lo que
Junto con la redistribución, uno de los más fuertes entre los
puede originar una adicional necesidad de represión. En este
nuevos elementos políticamente integradores es el ideológico: la
momento podemos continuar aceptando ese monopolio de la
jerarquía del sistema de autoridad se ha convertido en algo
fuerza y la presencia de un aparato judicial como un indica-
sobrenaturalmente sancionado en la mitología. El fundador
tivo de «estatalidad», pero no necesariamente de ley. Tanto los
original se transforma en un antepasado-dios, otros antepa-
estados como las sociedades de jefatura cuentan con el
sados son dioses menores, el jefe viviente es cuasi divino, los
elemento más necesario de la ley: una autoridad central que
jefes menores son menos divinos, y el mundo sobrenatural y el
pueda crear reglas de conducta, obligar a su cumplimiento y juzgar
las infracciones de las mismas.9
legal es supra-familiar. Nuestro presente capítulo lleva implícita otra posible en-
9
Morlón Fried (1.967, pp. 90-94) manifiesta su aprobación básica a la definición mienda: la de que la autoridad y las sanciones no son necesariamente sólo
de la ley dada por Pospisil, pero se muestra en desacuerdo con algunas de las seculares (como piensan Pospisil y otros); en las sociedades de jefatura, e indu-
aplicaciones que de dicha definición hace éste a las sociedades igualitarias dablemente en las civilizaciones arcaicas, la autoridad es típicamente sacerdotal y
simples. Estoy de acuerdo con Fried, pero pienso que el problema se remedia las sanciones son sobrenaturales. Nuestra perspectiva, más evolucionista, excluye
fácilmente si hacemos ahora explícito lo que se indicó en el capítulo anterior: así de los tipos formal-legales de sociedad a determinados ejemplos seg-
la autoridad familiar que media en las disputas domésticas se encuentra en todas mentarios, y admite a un mayor número de sociedades jerárquicas que la de
las sociedades y es ley. Añadamos, pues, la simple condición de que la autoridad Pospisil.
11
mundo de los vivos son reflejo uno de otro («así en la tierra
como en el cielo»). Los polinesios constituyen los ejemplos dicación a ello, pero estos templos y estos dioses siempre esta-
más sorprendentes de este tipo de jerarquización. Afirman in- ban al servicio de la burocracia dotada de autoridad, apoyán-
cluso la existencia de una especie de fuerza sobrenatural, el dola en todo momento. No hay que decir que en las socie-
mana, que fluye de los antepasados con cuantías variadas de dades de jefatura no existía ninguna otra religión. El chamán
poder, mayor para los primogénitos y en disminución con cada sanador de la sociedad igualitaria probablemente continuaba
nacimiento sucesivo. Por consiguiente, el jefe supremo es el ejerciendo esta «primera profesión», como también lo harían
«más santo» (el más calmado de mana), y cada escalón más los magos, los adivinos, las hechiceras y demás profesionales
bajo en la jerarquía de la autoridad está ocupado por una per- del supernaturalismo primitivo, pero éstos seguían estando
sona que tiene una cantidad de mana apropiadamente menor.10 considerablemente desorganizados, mientras que la jerarquía
Puede imaginarse que tales creencias dan una enorme estabilidad sacerdotal constituía una faceta importante de la organizada
a la estructura social, haciendo que cada status sea, en teoría, sociedad jerárquica de que nos venimos ocupando.
absolutamente hereditario, como de hecho lo son la mayoría En las sociedades de jefatura clásicas, las sanciones ne-
de ellos. gativas que servían de refuerzo para la integridad de la socie-
Dado que seres sobrenaturales apoyan la estructura existente, dad —las leyes públicas— eran típicamente castigos sobre-
mediante el miedo, el terrorismo sobrenatural, se crea induda- naturales tales como maldiciones o acusaciones por parte de
blemente una estabilidad adicional. A los antepasados puede una autoridad sacerdotal. El crimen, algo parecido a la traición
aplacárseles con sacrificios (humanos a veces) y en su honor de- en nuestra sociedad, era interpretado como un delito de lesa
ben celebrarse grandes ceremonias. Existen evidencias de la majestad, una ofensa contra la persona —de aquí la regla—
creencia de que los dioses pueden castigar impidiendo la lluvia del alto jefe o de los miembros de la jerarquía. En la mayoría
o las migraciones de caza, o enviando pestes y enfermedades. de las sociedades de jefatura, cualquier falta de obediencia a
Alternativamente, los dioses pueden enviar también benefi- las órdenes podía ser interpretada como una ofensa contra el
cios: pueden conceder buena suerte en la guerra, asegurar la jefe y, por consiguiente, contra los dioses. El sacrilegio o el
fertilidad, curar las enfermedades, enviar la lluvia, etc. Todos pecado pueden ser una concepción correcta de esta clase de
estos castigos y recompensas sobrenaturales, y también otros, infracción. Bien pudiera ser que las jerarquías de las primeras
están mediados por los sacerdotes-jefes, y, por consiguiente, sociedades de jefatura, al tener entre sus mayores preocu-
la importancia de éstos aumenta considerablemente.11 paciones la de perpetuar su régimen, suscitaran pronto el tipo
En sí mismo y por sí mismo, el ceremonialismo tiene un de ley de lesa majestad. Por consiguiente, el origen de la
gran efecto de integración social, especialmente cuando los ri- incoación de un código de leyes coincidió probablemente con
tuales y ceremonias suponen la asistencia de gran número de los problemas de mantenimiento de las nuevas sociedades de
personas y tienen como objeto las intenciones de toda la so- jefatura. A medida que este tipo de sociedades se expandían y
ciedad. Este último aspecto, en algún sentido, es una función se afirmaban, ¿qué podía ser más natural que el hecho de que
tecnológica del sistema de autoridad; el sacerdote-jefe está el liderazgo expandiera el campo de las acciones que serían
«consiguiendo algo que sirva» para, por ejemplo, obtener une consideradas como «ofensas contra la jerarquía y los dioses»?
buena cosecha, asegurando un aguacero tras la ceremonia. (Los sistemas de tabúes de los antiguos polinesios constitu-
Esto es bueno. Pero el sacerdote-jefe necesita la presencia de yen, de nuevo, el ejemplo más complejo de este proceso.12)
su pueblo y, quizá, la participación efectiva de gran número de
Liderazgo
sus miembros que bailen, canten, toquen las palmas o recen.
Todo esto constituye un esfuerzo común en pro del bien El liderazgo en acción, normalmente con respecto a pro-
común, pero conducido por la autoridad. Esta clase de cere- yectos grupales concertados, sólo puede ser esporádico en las
monia es, pues, orgánica en su naturaleza, lo mismo que el sociedades de jefatura. Pero como ya hemos indicado en otro
sistema redistributivo. Pero también tiene una importante contexto, en las sociedades de este tipo la actividad grupal más
dimensión sociopsicológica en la medida en que el pueblo importante es la de redistribución, la cual no sólo posibilita
colabora en grandes grupos con escasa probabilidad de que un líder llegue a ser un funcionario inamovible, sino que
fricción en tales circunstancias. Y aparentemente, cuanto también se requiere que desempeñe bien su tarea. Esto quiere
mayor sea el grupo, mayor es la embriaguez social de la decir que debe ser capaz de dirigir el trabajo en la producción
fusión del individuo en la colectividad. agrícola y artesana, y luego debe decidir de forma equitativa y
Los jefes supremos y los sumos sacerdotes fueron con fre- prudente el modo de asignación de los bienes producidos.
cuencia, aunque no siempre, las mismas personas. Pero siem- Entre los usos importantes de éstos está el de almacenar al-
pre el sacerdocio santificaba al jefe, solemnizaba sus ritos en gunos de ellos, no sólo para posteriormente subvencionar a
los momentos críticos de la vida, y, en general, sostenía la la mano de obra y los artesanos públicos, sino también como
jerarquía con recursos rituales y ceremoniales. En ocasiones, capital para ser empleado en contingencias, como puede ser
como en Polinesia, los sacerdotes pertenecían a órdenes espe- una guerra o una gran fiesta para visitantes importantes.
ciales que residían en determinados templos y eran custodios Tales poderes son económica y socialmente útiles, teniendo,
de éstos y de las imágenes de los dioses con una completa de- como ya se ha mencionado, un efecto políticamente integra-
dor. Pero el almacén de un jefe tiene todavía otro efecto
10
Concepciones semejantes al mana se encuentran extendidas entre las teocracias.
Una analogía particularmente cercana se encuentra en África, entre los tives
(véase Bohannan, 1.958), que creen en el tsav, un poder espiritual innato, del 12
A. M. Hocart decía (1936, p. 139): «El jefe fijiano sólo tiene que extender
que disponen los individuos en proporciones diversas. sus distritos e interpretar ampliamente las reglas tradicionales del compor-
11
Netting (1.972) ha escrito un análisis particularmente bueno de la primacía de la religión en tamiento ceremonial para conseguir una jurisdicción criminal y aumentar su
la institucionalización del poder en las sociedades sin Estado africanas. injerencia en la vida de sus súbditos.»
12
político. David Malo, un historiador nativo de Hawai, lo
describe de la forma siguiente (1.903, pp. 257-58): Los sistemas políticos avanzados de Polinesia estaban sobrecargados de
tributos. En las historias tradicionales aparecen ciclos de centralización-
Constituía una práctica de los reyes [estofes, de los jefes supremos de ca- descentralización en Hawai y otras islas: violentas disoluciones periódicas
da una de las islas] la edificación de almacenes en los que reunir víveres, de grandes sociedades de jefatura en pequeñas sociedades del mismo tipo
pescados, tapas [tejido de corteza], malos [taparrabos], paus [faldas para y, de la misma manera, periódicas reconstituciones de la gran sociedad. Syd-
mujeres] y toda clase de géneros. Estos almacenes fueron ideados por el Ka- ney Parkinson acompañó al capitán Cook a Polinesia y dejó una importan-
laimoku [el ejecutivo principal del jefe] como un medio de mantener con- te descripción de estos ciclos, pero Northcote Parkinson  no los habría in-
tento al pueblo para que no abandonara al rey, Eran como las nasas que se terpretado de otra manera. La expansión de una sociedad de jefatura pa-
usaban para coger el pescado llamado hinalea. El hinalea pensaba que rece haber ocasionado una expansión desmesurada del aparato adminis-
dentro de la nasa había algo bueno, y rondaba por el exterior de la misma. trativo y de su consumo conspicuo. La consiguiente sangría de la riqueza y
De la misma manera, el pueblo pensaba que en los almacenes había ali- expectativas del pueblo tuvo finalmente su expresión en disturbios que
mentos, y no se apartaba del rey. Lo mismo que la rata no abandonará la acabaron con el jefe y con la sociedad de jefatura.
despensa..., en la que imagina que está el alimento, así el pueblo no abando-
nará al rey mientras imagine que existen alimentos en su almacén. No hay forma de saber en qué medida ese tipo de distur-
Es evidente que, por su misma naturaleza, un sistema bios caracterizó a las sociedades de jefatura fuera de las gran-
redistributivo bien administrado contribuye a la solidaridad. des islas de Polinesia, ni tampoco si en estas islas fue siempre
Lo más obvio, y lo que con mayor frecuencia se observa, es su la causa primaria del derrumbamiento administrativo. Pero
cualidad orgánica: las partes especializadas dependen del ciertamente, en ocasiones, algunas sociedades de jefatura se
funcionamiento del todo. Pero lo que Malo indica es también deshicieron sencillamente por culpa del deseo que abrigaban
importante. Al cabeza de familia que cultiva un abundante los jefes secundarios de convertirse en jefes supremos en una
excedente de ñame, por ejemplo, probablemente no le impor- área propia independiente, cualquiera que fueran los motivos.
tará demasiado dar una parte de ese excedente al jefe, puesto Como veremos en capítulos posteriores, las sociedades de
que sabe que posteriormente precisará adquirir cosas que ne- jefatura que precedieron a los estados nativos en algunas
cesita pero que no produce. El intercambio parece necesario y partes de África fueron dadas a esta clase de movimiento. No
beneficioso para el cultivador de ñame, y su percepción de obstante, cuando todos los grupos potencialmente disidentes
beneficio no se realiza en términos de su propia dependencia se encontraban comprometidos en los esfuerzos conducentes a
con respecto a un sistema u organismo, sino con respecto al un engrandecimiento de la sociedad, la solidaridad del
propio jefe. De aquí que, en términos verdaderamente polí- conjunto salía beneficiada.
ticos, la «solidaridad orgánica» viene a parar en lealtades Uno de los resultados más visibles de la capacidad de las
personales hacia la administración. sociedades de jefatura teocráticas para la administración es el
Desde luego, los más dramáticos usos administrativos del empleo de mano de obra en la construcción de las obras públi-
liderazgo —y para los que el excedente redistributivo es muy cas. Las más imponentes y las más usuales de estas obras
conveniente— tienen lugar en la guerra. Pero los temas rela- públicas son los monumentos de orden teocrático, pirámides o
cionados con la guerra y la paz con el exterior los dejamos montículos sepulcrales y templos. Aparentemente, el lideraz-
para otra sección de este capítulo, «Relaciones exteriores»; en go puede exigir tan fácilmente una cierta cantidad de hom-
este punto sólo necesitamos referirnos al papel del liderazgo en bres-días por comunidad para realizar un proyecto público
la prevención de las rebeliones —es decir, de la guerra inter- como una cierta proporción de una cosecha —y quizás más
na, o «civil». fácilmente, puesto que el régimen de trabajo primitivo per-
Ya se ha mencionado el hecho de que las sociedades de mitía largas temporadas de inactividad entre la siembra y la
jefatura parecen tener una propensión a crecer hasta alcanzar recolección.13
el punto de desequilibrio o de excesiva tensión organizativa. La leva pública de mano de obra debe ser muy parecida al
Quizá sencillamente lo que ocurra es que se hacen demasiado alistamiento de un ejército; en ambos casos se trata de un re-
grandes para ser gobernadas por los aún relativamente pri- clutamiento. Por lo que respecta a los asuntos militares, pro-
mitivos medios de gobierno y comunicación de que disponen. bablemente es innecesario decir que las administraciones
Pero esto parece demasiado vago; uno, mal específicamente, centralizadas de las sociedades de jefatura tienden a tener
se pregunta cómo se disgrega una sociedad de este tipo. En ejércitos mucho más potentes —en tamaño y en coordinación
cualquier sociedad existen siempre algunos elementos insatis- táctica— de lo que son posibles en las sociedades igualitarias,
fechos, disidentes; están siempre actuando unas fuerzas cen- que dependen de una especie de voluntariado. Las sociedades
trífugas. En una sociedad de jefatura de grandes dimensiones, de jefatura, o al menos algunas de ellas, pueden reclutar una
los elementos constitutivos de la misma son sociedades de proporción bastante mayor de hombres robustos, a veces como
jefatura más pequeñas, réplicas de aquélla, y, por tanto, su- grados de edad; y en las sociedades de este tipo dedicadas al
ficientes como para tener su propio autogobierno jerárquico. pastoreo parecería que casi todos los hombres adultos pudie-
Algunas de ellas pueden estar regidas por jefes capacitados, ran estar obligados en determinadas estaciones del año a en-
arrogantes, ambiciosos, que quieran la independencia senci- contrarse disponibles para tomar parte en las correrías mili-
llamente para realizarse ellos mismos en una rivalidad afortu- tares, dado que los rebaños, cuando están en un lugar seguro,
nada; algunos pueden estar verdaderamente oprimidos o pueden ser custodiados por las mujeres y los niños.
explotados, y llenos de resentimiento por dicha circunstancia. Mediación
Shalins (1.968, pp. 92-93) recalca este factor, pensando en
Polinesia en el período de contacto con la civilización occi- 
Cyril Northcote Parkinson, historiador, publicista, periodista y economista británico, cono-
dental. Ofrece la visión de una especie de lucha de clases cido principalmente por sus «leyes» relativas al proceso de crecimiento y desarrollo de la
primitiva: burocracia. (N. de la T.)
13
Sobre experimentos interesantes en la construcción de monumentos, véase
Erasmus (1.965).
13
Puede tomarse como axiomática la afirmación de que las
sociedades de jefatura, al tener una mayor población y estar las comunidades aliadas. Lo primero que hacen es acuclillarse entre los es-
más centralizadas que las tribus igualitarias y las bandas, no pectadores y escuchar los alegatos. Tan pronto como el intercambio de
opiniones alcanza un punto demasiado cercano a un estallido de violencia,
sólo tendrán más ocasiones que éstas para la mediación, sino el poderoso jefe interviene y comienza su argumentación. Recomienda a
también una mayor capacidad para hacerlo así. Esto no quiere ambas partes que tengan paciencia y comienza a preguntar al demandado y
decir que creen cuerpos de leyes formales (o códigos), ni tam- a los testigos. En la escena del delito o en la casa del demandado busca las
poco que hayan establecido vistas y procedimientos judiciales pruebas que pueden incriminar a éste... Esta actividad de la autoridad se de-
nomina boko petai, que laxamente puede traducirse como «investigación in-
formales, sino solamente que encontramos en ellas una auto- diciaría». Una vez obtenidas las pruebas y formada su opinión sobre los an-
ridad que funciona en el contexto de la finalización de las que- tecedentes reales de la disputa, la autoridad comienza la actividad denomi-
rellas que amenazan la integridad de la sociedad. Supone una nada por los nativos boko duwai, el proceso que lleva a tomar una decisión
diferencia importante entre la sociedad jerárquica y la socie- y a persuadir a las partes en disputa a acatarla. La autoridad nativa pro nun-
cia un largo discurso en el que hace un resumen de las pruebas, apela a una
dad igualitaria el hecho de que la autoridad de la primera ten- norma, y luego dice a las partes lo que debe hacerse para dar por terminada
ga capacidad de intervención, en vez de que simplemente la disputa. Si los litigantes no están dispuestos a cumplirlo, la autoridad se
aflore una opinión pública generalizada gracias a una ocasión pone emotiva y comienza a vociferar reproches; pronuncia largos discursos
tal como un duelo de canciones o una lucha atlética. en los que las pruebas, las normas, las decisiones y las amenazas constitu-
yen elementos persuasivos. De hecho, la autoridad puede llegar tan lejos co-
Como hemos dicho anteriormente, esta discusión es esen- mo a iniciar el wainai (la danza loca), o cambiar de repente sus tácticas y la-
cialmente descriptiva, no un intento de poner fin a los debates mentarse amargamente sobre la conducta del demandado y el hecho de que
semánticos que tienen lugar entre los antropólogos, en cuanto se niegue a obedecer. Algunas autoridades nativas son tan maestras en el ar-
a si la ley, el derecho, existe en todas partes o sólo se encuen- te de la persuasión que pueden llegar a producir lágrimas verdaderas, que
casi siempre quebrantan la resistencia de la parte reacia a admitir la deci-
tra en los estados. Convengamos ahora que cuando un Estado sión. Un superficial observador occidental que se vea ante una tal situación
verdadero aplica un conjunto de leyes codificadas con pro- es muy probable que pueda considerar al plañidero jefe como si se tratara de
cedimientos formales y respaldadas por la fuerza, ha apare- un culpable al que se está juzgando. Desde el punto de vista formal hay,
cido una estructura institucional que es visiblemente muy pues, poca semejanza entre la sentencia de un tribunal occidental y la
actividad boko duwai de un jefe nativo. Sin embargo, el efecto que produce
distinta de un grupo de ancianos de una sociedad australiana la persuasión de éste es el mismo que el de un veredicto emitido en nuestros
que dan algún consejo o ayudan a poner fin a una disputa. tribunales. En mi material sólo había cinco casos en los que las partes
Nuestro problema es que la mediación en las sociedades de habían resistido y desobedecido abiertamente la decisión de la autoridad.
jefatura está situada en algún punto entre los modernos
tribunales institucionalizados y las primitivas costumbres Un rasgo notable de este ejemplo es el de que la autoridad
familiares con sus informales sanciones públicas. Todos ellos no dictó ella misma verdaderamente la sentencia de la mate-
tienen las mismas funciones mediadoras, pero los medios son ria, sino que empleó su buena influencia para conciliar las
distintos. Las sociedades de jefatura parecen contener los diferencias entre las dos partes, e incluso comprometer, en
inicios de unas instituciones semejantes a la ley, de forma que alguna medida, a la opinión pública. Al no tener una policía
incluso la definición más estricta de ésta puede admitir carac- que le respaldara, ejercía su poder, que era sólo un poder de
terizaciones tales como «ley incipiente» o «ley en bruto». Sin autoridad, con una considerable cautela —en absoluto como
embargo, nosotros deseamos hablar sobre el sistema de lo haría un líder «autoritario»—. Como un buen arbitro, trató
mediación tal como realmente es. Como repetidamente han de comprometer a ambas partes, mediante sus facultades per-
señalado los antropólogos, existe el peligro de etnocentrismo suasorias, en una solución aceptable. Esto puede tomarse como
cuando nos adherimos demasiado ajustadamente a la termi- un signo de que el poder inherente a su cargo particular no
nología legal moderna al hablar acerca de las sociedades era realmente muy grande. También por otras razones, me
primitivas. parece que la sociedad kapauku puede calificarse como una
En primer lugar, no debemos esperar encontrar en las so- sociedad de jefatura, pero en un nivel bastante bajo. Pero
ciedades de jefatura una formalidad y claridad extremas en la por este motivo resulta un caso interesante, que pone de ma-
ley y los procedimientos legales como las que en las socieda- nifiesto la esencia embrionaria de la jefatura.
des modernas nos permiten distinguir tan fácilmente entre «ir Sociedades de jefatura más avanzadas, como algunas de
a los tribunales» y «me chivaré a tu padre». Debemos tener las de los indios del sureste de los Estados Unidos, de los
cuidado de no permitir que nuestro único criterio de lo que es indios de las tierras bañadas por el Caribe, y de los africanos
un proceso judicial legal sea el puro formalismo. Como una y poli-nesios, fueron teocracias mucho más completas que la
muestra de un procedimiento relativamente informal que, sin kapau-ku; las posiciones de autoridad se concebían como
embargo, se ajusta a los criterios de Pospisil sobre la elabo- mucho más afianzadas por un poder sobrenatural. Los datos
ración de las leyes judiciales, tomemos un ejemplo de la socie- de que se dispone parecen mostrar que los jefes tenían más
dad papú de Nueva Guinea, investigada por el propio seguridad, e incluso arrogancia, al tomar las decisiones
Pospisil (1.968, pp. 49-50): referentes a culpabilidad, restitución o imposición de penas.
El «proceso legal» kapauku comienza normalmente como una querella. Relaciones exteriores
El «demandante» acusa al «demandado» de haber realizado un acto que
causa perjuicio a los intereses del primero. El demandado niega esta acu- Todos los ejemplos anteriores de refuerzo, liderazgo y
sación o aporta una nueva justificación de su acto. Generalmente, los alega-
tos están acompañados por un fuerte griterío que llama la atención de otras mediación tienen como función principal la preservación de la
personas, que se reúnen alrededor. Los parientes cercanos y los amigos de sociedad. En la medida en que tienen éxito —especialmente
las partes en disputa toman partido y presentan sus opiniones y testimonios en la prevención de disputas y otras tendencias hacia la fi-sión
mediante discursos emotivos o a gritos. Si esta clase de discusión, llamada — la sociedad puede crecer, mediante un incremento natural y
por los nativos mana koto, sigue adelante sin solución, normalmente acaba
en una pelea a garrotazos... o en una guerra... Sin embargo, en la mayor par- mediante adición. Y, desde luego, cuanto más gran-de sea y
te de los casos, aparecen en escena los hombres importantes de la aldea y de
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mejor gobernada esté una sociedad, mejor puede comprender
la guerra y procurar la paz en sus relaciones exteriores. zamiento de su autoridad. Como veremos en los siguientes
Una sociedad así puede, evidentemente, hacer la guerra de capítulos, la ascensión de las civilizaciones más allá de las
manera más efectiva, por lo muy considerablemente que los sociedades de jefatura dependió en gran medida de la solidari-
logros militares dependen del liderazgo y de la disciplina; pero dad orgánica conseguida por la simbiosis regional y el comercio
es menos evidente la importancia de la autoridad en la de mayor distancia que manipulaba la autoridad política.
consecución y preservación de la paz en los asuntos externos
de la sociedad. Si, por ejemplo, se hace una alianza entre dos Los límites de la organización política
sociedades de jefatura vecinas, esto puede significar normal-
mente que entre los individuos de los dos grupos prevalecen Debe recordarse que las sociedades segmentarias primitivas
las relaciones pacíficas, y que acudirán en ayuda mutua en tienden a reunir grupos variables en sus dimensiones, en
caso de un ataque por parte de un tercer grupo. Pero estas particular cuando la ocasión o las funciones de la reunión son
relaciones tienen que estar garantizadas; la autoridad puede diferentes. Por esta razón, los límites de tales sociedades son
hacer el tratado, pero esto no es eficaz si no puede imponer la confusos. Existen, por supuesto, numerosas excepciones a esta
obediencia a su pueblo en el apoyo individual al mismo. Ade- generalización, particularmente cuando la sociedad es una
más, y sobre todo, las relaciones entre sociedades están man- aldea hortícola relativamente sedentaria, encerrada en sí
tenidas típicamente por los intercambios de presentes, de per- misma (endógama). Aldeas de este tipo se encuentran a menú-
sonas (en el matrimonio) y de hospitalidad. Y si los dos gru- do en la selva tropical de América del Sur y en otros lugares, y
pos pueden intercambiar especialidades de los que el otro ca- tienen su origen probablemente en la tremenda despoblación y
rezca, están aseguradas unas relaciones amables. Todo lo ante- deculturación a que estas sociedades se han visto sometidas
rior depende de la capacidad del jefe para ordenar el trabajo y durante muchas generaciones (Wagley, 1.940).
los bienes de su sociedad. Una de las razones más importantes de la indeterminación
Si una sociedad con una autoridad central puede hacer tan- en los límites políticos de la sociedad segmentaria usual es la
to la guerra como la paz mejor que una sociedad igualitaria, efímera naturaleza del liderazgo. De ello se sigue que en la
¿cuál de ambas cosas predominará en su historia? ¿Hay más medida en que una sociedad de jefatura llega a tener un cargo
guerra o más paz en la etapa de sociedad de jefatura? Lógica- permanente de jefe supremo, en la misma medida su cargo
mente, cuando hay guerra, ésta debe darse en mayor escala será conocido y discernible «sobre el terreno». Esto no quiere
que entre los grupos igualitarios, y debe ser más decisiva en decir que los límites territoriales estarán fijados para siempre,
razón de que está más organizada. Esto mismo puede tender a porque pueden variar debido al tipo de economía —como
limitar el número de guerras. Además, este tipo de sociedades ejemplo obvio, las diferencias entre pastores y agricultores
tienen una mejor capacidad que las sociedades igualitarias para dedicados al cultivo intensivo—. Pero la sociedad en sí misma
conquistar (Otterbein, 1.964), en lugar de simplemente intimi- tiene un nombre, sus miembros son conocidos, y ocupa un
dar. En otras palabras, la guerra puede ser infrecuente en ra- espacio específico en un tiempo dado. En ocasiones, el
zón de que puede ser considerablemente más total; pero la nombre de una sociedad de jefatura sedentaria es también el
cuestión del número de guerras que se dan en las sociedades nombre de su territorio.
de jefatura sencillamente no puede resolverse de manera Una de las principales funciones de un sistema de auto-
concluyente. ridad es la de integrar la sociedad. En la medida en que cum-
Una manera importante de hacer la paz es por medio del ple esa función, el pueblo está integrado sobre unas bases rela-
comercio; de la necesaria coincidencia de la paz y el comercio tivamente permanentes, y por consiguiente la sociedad es más
surgen algunas veces instituciones bastante extrañas. Por ejem- perceptible. La territorialidad no tiene que ser el único criterio
plo, entre los kalingas de las Islas Filipinas, un intercambio de que defina a los miembros de una sociedad, pero es un criterio
géneros especializados entre las regiones independientes frecuente, y si no se da, también puede conocerse a los miem-
constituyó un poderoso elemento de disuasión. Los comer- bros por otros criterios. Una de las consecuencias de este fac-
ciantes (o mejor, los porteadores de las mercancías) elabora- tor es que se superan las tendencias hacia la fisión, como
ron una amplia red de socios comerciales, que les permitía sucede con la considerable espontaneidad que caracteriza a las
disfrutar de hospitalidad y seguridad en sus visitas. Se hicie- sociedades igualitarias con respecto a qué asociaciones o
ron a sí mismos hermanos ceremoniales, con obligaciones hermandades pertenecen los individuos.
rituales e incluso con prohibiciones de incesto como si fueran Debe recordarse que aunque una sociedad de jefatura bien
hermanos verdaderos (por ejemplo, sus hijos no podían organizada tiene unos miembros conocidos, esto sólo ocurre
casarse entre ellos). Esta institución llegó a ser la base de los en un tiempo dado, porque tiene unas crecientes tendencias a
pactos de paz entre las regiones, negociados por los socios la fisión a medida que va creciendo en tamaño. El crecimiento
comerciales, que así se convirtieron en una especie de embaja- y la decadencia de este tipo de sociedades sobre un largo
dores, de portavoces de sus propias regiones en relación con período de aumento de la población debe producir una amplia
las otras, listos pangats, como se les llamaba, llegaron tam- difusión de unas pautas culturales comunes, aunque finalmente
bién a ser importantes dentro de su propia región, como se manifiesten en numerosas sociedades políticamente distin-
mediadores de disputas. tas. Nos estamos refiriendo a uno de los problemas más serios
Dado que unas relaciones comerciales importantes entre del método transcultural, estadístico, en la antropología: ¿Cuál
dos sociedades constituyen un elemento disuasor de la guerra es la unidad que hay que contar? Resulta bastante difícil
entre ambas, podemos también suponer razonablemente que decidir lo que es una unidad sociopolítica, especialmente en las
los jefes están muy inclinados a alentar tales relaciones, sociedades igualitarias segmentarias. Tales unidades crecen en
puesto que la redistribución puede ser un importante afian- diferenciación y permanencia, al igual que en tamaño y
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complejidad, durante su evolución, pero ¿son también culturas
unitarias? Parece claramente obvio que una sociedad bien tabúes de Hawai, cambios que son mucho más propios de las
diferenciada presentará una cultura, pero que esta cultura no sociedades de jefatura y de los estados que de las sociedades
será necesariamente una cultura distintiva en la mayor parte igualitarias. Pero, por supuesto, tales cambios están limitados
de sus aspectos, no será una cultura peculiar de esa sociedad principalmente a los aspectos teocráticos de la cultura.
sola entre sus sociedades vecinas.
Pero existen situaciones en las que, como característicos
de una sociedad de jefatura particular, pueden surgir deter-
minados rasgos culturales nuevos. En materia de ideología y ELMAN SERVICE
ritual religiosos, el liderazgo teocrático puede añadir y quitar
casi a discreción determinadas particularidades. Por ejemplo, LOS ORIGENES DEL ESTADO
una nueva sociedad de este tipo puede querer distinguirse, y Y DE LA CIVILIZACION.
especialmente el linaje de su jefatura, de la sociedad y linaje
de origen exaltando nuevos dioses y empequeñeciendo o abo- EL PROCESO DE LA EVOLUCIÓN
liendo los antiguos, junto con los rituales con ellos asociados. CULTURAL.
Una sociedad puede cambiar en algunos aspectos determi- CAPITULO 4.
nados elementos de su cultura, e incluso su estructura social,
por razones políticas (Leach, 1.954). Como ejemplo excelente
MADRID.
dé .este poder podemos citar los cambios en el sistema de ALIANZA EDITORIAL.
1.984

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