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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


U.E. Gmo. Francisco de Miranda
GHC

EL FEUDALISMO:
ORIGENES,
ESTRUCTURA Y
DECLIVE.

Profesora: Alumno:
Marbella Torrealba Segovia Santiago
2do Año “C”

Diciembre 2023
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se basa en los eventos suscitados en la edad media donde se


desarrolló el feudalismo, el cual fue un sistema de organización política y social basado en
las relaciones entre los vasallos y los señores feudales los cuales tenían poder sobre las
tierras y gran parte del dinero de los campesinos.
El feudalismo surge, en primer lugar, con la decadencia del Imperio Romano, que al
perder grandes extensiones de tierra empezó a perder influencia sobre los pueblos la
inseguridad producto de las constantes invasiones bárbaras llevó a la decadencia de las
ciudades y a la formación de la estructura feudal, en la que vasallos se ponían a disposición
de un señor feudal y recibían protección tras los muros del castillo.

EL FEUDALISMO
Fue un sistema social que surgió en el reino franco en la Alta Edad Media y se
extendió por Europa occidental durante la Plena Edad Media (entre los siglos XI y XIII). El
mismo era, un sistema de organización política y social basado en las relaciones entre los
vasallos y los señores feudales; caracterizado por la descentralización del poder político
basada en la difusión del poder desde la cúspide (donde se encontraba el rey o el
emperador) hacia el poder local ejercido de forma más efectiva y con relativo alto grado de
autonomía por una aristocracia llamada nobleza, de varios niveles jerárquicos, que formaba
la base de la estratificación social de la época. Desde un punto de vista económico, fue un
régimen de tenencia de tierras que favoreció a la nobleza rural y estimuló la servidumbre.
Desde un punto de vista político, supuso una dispersión del poder a favor de señores
feudales con autoridad local y regional.
Las relaciones feudales eran contratos de obligaciones mutuas entre dos hombres
libres: un señor y un vasallo. El señor concedía protección y tierras (llamadas “feudos”) a un
vasallo a cambio de fidelidad y asistencia militar (u otras prestaciones). Los reyes tenían sus
propios vasallos que, a la vez, podían ser señores de otros vasallos, y así se fue
conformando una pirámide de distribución de tierras y obligaciones que involucró a buena
parte de la sociedad.
En el sistema feudal eran especialmente importantes los campesinos, pues la base
socioeconómica era rural. Por un lado, los siervos estaban atados a una tierra que no
poseían y debían pagar rentas a un señor. Una tierra cedida como feudo incluía siempre a
los siervos que la trabajaban. Por otro lado, los campesinos libres tenían sus propias tierras,
pero podían estar obligados a pagar tasas o tributos a un señor con poder jurisdiccional.
El término “feudalismo” también es empleado por algunos historiadores para
caracterizar a otras experiencias históricas, como China durante la dinastía Zhou, Japón en
las épocas de shogunato, y partes de Europa oriental en diversas etapas de la historia.

Según la definición institucionalista, el feudalismo era el conjunto de instituciones


que se creaba tras la relación establecida entre un hombre libre (vasallo) al que se le
concede un bien (el feudo) por parte de otro hombre (llamado señor) ante el que se
encomendaba en una ceremonia oficial (el homenaje) que formalizaba la aceptación del
contrato de obligaciones recíprocas. A través de dichas relaciones, el vasallo trabajaba la
tierra del señor, el cual extraía el excedente productivo del hombre que trabajaba la tierra.
Se producía una especie de pago (normalmente en especie) por parte del vasallo al señor
como adquisición del derecho a trabajar la mencionada tierra, pues la inexistencia de
monedas forzaba el uso del trueque como medio de pago.
¿QUÉ ES EL FEUDO?
Feudo es una tierra, bien o derecho otorgado por un señor feudal a su vasallo a
cambio de la prestación de una serie de servicios. El término feudo proviene del latín
feudum.
El feudo era comprendido por tierras cultivables, bosques, fincas, villas y varias
parroquias. La parte más importante del feudo era el castillo o fortaleza que lo delimitaba,
asimismo, contaba con edificios, patios, almacenes, talleres, establos, hornos y molinos. En
las cercanías del castillo se situaban las villas y humildes casas de los siervos y capilla.
En este «pacto» se establecían relaciones mutuas, el vasallo recibía una tierra
donde habitar y protección militar a cambio de una relación de dependencia con el señor
feudal. El vasallo debía administrar la tierra y tomar las armas en defensa de su señor en
caso de ser necesario. Además, debía pagar tributo de su cosecha o producción.
Dentro de esta estructura también existían los campesinos, que eran aquellos que
trabajaban la tierra y estaban bajo el dominio total del señor feudal, por lo que no eran
considerados hombres libres. Durante la época feudal la tierra era garante de dinero y, por
lo tanto, la posesión más preciada.
En referencia a lo anterior, debido a las grandes extensiones de tierra, la economía
feudal se basaba en la agricultura, ganadería, artesanado y comercio.
TIPOS DE FEUDALISMO
En el sistema feudal, los señores concedían el feudo a sus vasallos a cambio de
algún tipo de pago. Se denominaban tenencias feudales de la tierra, en las que los vasallos
eran arrendatarios de la tierra de su señor. Había dos tipos de tenencia: libre y no libre. La
tenencia libre y la no libre determinaban cómo debía pagar el vasallo por su tenencia de la
tierra.
 Tenencias libres: Las tenencias libres solían estar reservadas a las clases
más altas. Eran libres porque el vasallo pagaba al señor en forma de un
servicio predeterminado. Además, las tenencias libres venían acompañadas
de términos y condiciones. Por ejemplo, si un vasallo cometía un delito grave
o fallecía sin heredero, en virtud de la ley de sucesión, el feudo se devolvía al
señor. Si el vasallo fallecía con un heredero, éste podía pagar una cantidad
predeterminada de dinero en concepto de derechos de socorro al señor y
heredar la tierra.
 Tenencias no libres: Las tenencias no libres no tenían condiciones
predeterminadas. Esencialmente, los que tenían tenencias no libres no tenían
una descripción específica de su trabajo y sus señores podían exigirles que
hicieran cualquier cosa. Estas tenencias eran para los campesinos de clase
baja. Los villeins (o "siervos") eran campesinos que vivían dentro del sistema
señorial en régimen de tenencia no libre. No podían abandonar las tierras de
su señor sin su permiso, pero también podían ser expulsados de ellas en
cualquier momento, sin motivo. Se diferenciaban de los esclavos en que
éstos no estaban vinculados a la tierra y podían comprarse y venderse sin
relación alguna. Con el tiempo, cuando los tribunales reales se implicaron
más en las relaciones entre señores y vasallos en Inglaterra, dictaminaron
que los villeins no podían ser expulsados sin causa.
CONTEXTO HISTÓRICO DEL FEUDALISMO
Un antecedente del feudalismo fue el régimen de colonato en el Imperio romano. En
este régimen los grandes propietarios de tierras instalaban en ellas a colonos (esclavos
libertos o campesinos), que debían trabajarlas para su propio sustento y para pagar rentas a
su señor, del que obtenían, a cambio, protección.
Tras la caída del Imperio romano en el siglo V, Europa occidental se dividió en varias
unidades políticas más pequeñas hasta la conformación del breve Imperio carolingio. Este
implementó un sistema de recompensas a nobles leales que suponía la entrega de tierras a
cambio de servicios (especialmente militares).
Luego de la disgregación del Imperio carolingio en el siglo IX, varias zonas de
Europa occidental fueron atacadas por magiares, musulmanes y vikingos. La defensa
requería rapidez y recayó en los señores locales que tenían recursos para construir
fortificaciones y reunir fuerzas de combate sin esperar la llegada de tropas reales.
Esto incentivó un sistema de fragmentación política que otorgó poder a los señores
feudales y dio su forma a la Plena Edad Media. Aun así, a partir de fines del siglo XI algunos
reyes, duques y condes iniciaron un proceso de concentración del poder político que los
colocó en una posición de mayor autoridad en sus territorios, como el rey Luis VI de
Francia, el conde Ramón Berenguer I de Barcelona y el duque Guillermo II de Normandía
que llegó al trono de Inglaterra.
El sistema feudal fue perdiendo protagonismo a partir del siglo XIV, cuando las
epidemias, las revueltas campesinas y el creciente impulso de la burguesía urbana
disminuyeron el poder de la nobleza y abrieron el camino al surgimiento de monarquías
centralizadas.
ORIGEN DEL FEUDALISMO
El feudalismo surge, en primer lugar, con la decadencia del Imperio Romano, que al
perder grandes extensiones de tierra empezó a perder influencia sobre los pueblos.
La inseguridad producto de las constantes invasiones bárbaras llevó a la decadencia
de las ciudades y a la formación de la estructura feudal, en la que vasallos se ponían a
disposición de un señor feudal y recibían protección tras los muros del castillo.
Todo el ordenamiento social y moral de la época se explicaba bajo la figura de Dios,
ya que el rey había perdido poder político y no era más que el representante divino en la
tierra.
Ante la incompetencia de los monarcas para hacer frente a las invasiones y la
posterior crisis política y social, el poder pasó a estar en manos de los señores feudales,
que se convirtieron en los jefes sociales máximos. Ellos debían regular el orden y mantener
la paz dentro de su estructura, impartían justicia, cobraban impuestos y brindaban
protección a la población desde el castillo, que fue erigido como nuevo símbolo de poder.
CARACTERÍSTICAS DEL FEUDALISMO
Entre las principales características del feudalismo se destacan:
 El surgimiento de la relación de vasallaje entre un señor feudal y sus vasallos.
 Una sociedad dividida en tres clases sociales diferenciadas: la nobleza, el clero y el
Tercer Estado o el estado llano.
 La construcción de castillos amurallados.
 Una economía basada en la agricultura y la ganadería.
 Las guerras frecuentes por la disputa de los territorios.
 El pago de tributos.
 La Iglesia católica como una gran fuente de poder.
 La descentralización del poder político.

ESTRUCTURA DEL FEUDALISMO


Durante el feudalismo las clases sociales eran estáticas, es decir, era un sistema
social cerrado en el que no existía la movilidad social, sino que la sociedad se dividía en
estamentos. Dentro de esta estructura, que era piramidal, estaban:
 Nobleza: Los nobles poseían grandes extensiones de tierras, en general, recibidas
como retribución a sus esfuerzos militares u otros servicios (aunque en la práctica
también podían ser heredadas). Se organizaban en linajes y mantenían vínculos de
vasallaje con otros señores feudales o con el rey. Según sus títulos nobiliarios y su
ubicación en la estructura social, podían pertenecer a la alta nobleza (duques,
condes y marqueses) o a la baja nobleza (vizcondes, barones, caballeros, hidalgos,
entre otros).
 Clero: El personal eclesiástico, cuya autoridad máxima era el Papa con sede en
Roma, se ocupaba de los asuntos religiosos, que dominaban el comportamiento
humano de la época. Los eclesiásticos podían pertenecer al clero secular que
residía en iglesias y catedrales, o al clero regular que seguía la regla de una orden
religiosa y residía en conventos o monasterios. Pero además solían poseer
privilegios de señores feudales.
 Trabajadores, siervos o el tercer estado: En la concepción de la época, este
estamento lo integraban los siervos, pero algunos historiadores incluyen en él a
distintos tipos de trabajadores que más tarde conformarán el llamado “estado llano”.
Los siervos eran el estrato más bajo de la sociedad feudal, encargado de cultivar las
tierras y hacerlas producir. No eran esclavos, pero estaban atados de por vida a la
tierra de su señor, a quien debían pagar una renta en especie y, a veces, otras
prestaciones. Su condición era hereditaria. Los campesinos libres cultivaban sus
propias tierras, pero también debían pagar tributos u otras obligaciones al señor que
tenía jurisdicción sobre un territorio (generalmente llamado “señorío”). Los artesanos
y mercaderes habitaban en las ciudades y, si bien se relacionaban con los otros
sectores sociales, se mantenían al margen del régimen feudal.
La Iglesia y los nobles justificaban este orden argumentando que cada estamento tenía
una función determinada por Dios: orar (clero), luchar (nobleza) y trabajar (siervos y
campesinos).
La máxima autoridad en un reino era el rey o emperador, pero en la práctica este
también dependía de las relaciones de vasallaje con otros nobles. Los señores feudales
solían tener más poder fáctico que el rey dentro de los límites de sus propias tierras.
El señor feudal es amo de las tierras y de los campesinos, además, su estilo de vida,
mentalidad y valores eran determinados por la función militar.
Asimismo, los vasallos son plebeyos o un noble de categoría inferior que dependían del
señor feudal y su principal deber era guardarle fidelidad, así como, pagar impuestos,
tributos, ayudarlo en todas las labores que fuese necesario, sea político o militar y, en caso
de violar alguna obligación como: faltarle respeto al señor o a su mujer era acusado de
felonía. No obstante, los hijos de los vasallos podían ser educados en la corte señorial y en
el arte militar.
En relación a lo anterior, no debe confundirse la figura del vasallo con el siervo, ya que
el siervo era una persona que pertenecía al pueblo llano, con condiciones similares a los
esclavos, con la diferencia de que no eran vendidos junto a las tierras y jurídicamente era
un hombre libre. Los siervos en el momento de abandonar la tierra debían de solicitar
autorización al señor feudal.
El feudalismo en un principio tuvo un carácter vitalicio, extinguiéndose a la muerte de
cualquiera de las partes, pero a partir del siglo XI pasó a ser hereditario.
EL VASALLAJE
Una de las instituciones más importantes del feudalismo fue el vasallaje. Este
consistía en un contrato de obligaciones mutuas entre dos hombres libres: el “señor” y el
“vasallo”. El vasallaje era un compromiso de fidelidad y servicio por parte del vasallo
(principalmente en materia militar, aunque también podía ser un pago) y obligaciones de
protección o manutención por parte del señor.
De esta manera, el señor otorgaba a sus vasallos “feudos”, es decir, tierras (con los
siervos que las ocupaban) sobre las que los vasallos pasaban a tener derechos de
usufructo. Por su parte, los vasallos quedaban comprometidos a asistir a su señor cada vez
que este los convocara. Los caballeros también eran vasallos de un señor (noble o rey),
pero no siempre recibían un feudo a cambio de su servicio.
El vasallaje atravesaba a buena parte de la sociedad feudal. Un rey podía ser señor
de un vasallo noble a quien le entregaba un feudo, y este a su vez ser señor de otros
vasallos con similares compromisos. El contrato de vasallaje entre nobles se formalizaba
con una ceremonia de juramento que incluía el “homenaje” y la “investidura”. Un vasallo que
no cumplía con su juramento incurría en felonía y podía perder el feudo. Un señor que
faltaba a sus deberes podía fomentar la ruptura del juramento por parte del vasallo y la
exigencia de una reparación.
En esta clase de sociedad, un señor feudal con numerosos vasallos podía adquirir a
veces más poder que el propio rey.

El contrato del vasallaje se establecía entre 2 personas libres, por una parte, el señor
disponía de derechos sobre la tierra, por los que el campesino, desprovisto de una
tecnología solvente debía de pagar una renta en productos o en trabajo; por otra parte, el
señor contaba con una serie de privilegios que le proporcionaban ingresos económicos
como: el monopolio de los molinos, el establecimiento de peajes, entre otros.

LOS CABALLEROS

Durante los tiempos del feudalismo surgió la figura del caballero, que se convirtió en
motivo literario ya en los cantares de gesta medievales y en las novelas de caballería del
siglo XVI (parodiadas en la célebre novela de Miguel de Cervantes El ingenioso hidalgo Don
Quijote de la Mancha).

Los caballeros eran jinetes guerreros profesionales que estaban al servicio de un rey
o señor feudal. Algunos recibían un feudo en vasallaje. En general, antes de ser armados
caballeros debían cumplir una serie de etapas, comenzando como pajes y escuderos, y
debían poder adquirir su propio equipamiento militar (como la espada y la armadura).
La caballería fue un importante componente militar que ofrecía movilidad y fuerza de
ataque, pero también se convirtió en un ideal de honor y devoción religiosa. El caballero
debía seguir un estricto código de conducta. Su participación en las Cruzadas fue
especialmente importante, y algunas órdenes religioso-militares católicas, como los
caballeros templarios y los caballeros teutones, nacieron al calor de estas campañas
bélicas.

LA IGLESIA CATÓLICA

Uno de los hechos más importantes del siglo XI fue el cisma que separó a la Iglesia
católica occidental de la Iglesia ortodoxa oriental (1054). Pero en esos años, la Iglesia
católica experimentó además un movimiento de reformas provocado por las críticas a la
corrupción y a prácticas como la venta de oficios eclesiásticos y la investidura religiosa
realizada por laicos (de acuerdo con los principios del vasallaje, pero en contra de la
doctrina de la Iglesia).

Algunos de estos movimientos reformistas provenían de monasterios como el de


Cluny en Francia, pero la disputa por el nombramiento de clérigos (e incluso del Papa)
enfrentó a la Iglesia con el Sacro Imperio Romano Germánico en la llamada “querella de las
investiduras” (entre 1075 y 1122). Finalmente, se llegó al acuerdo de que los laicos no
podían investir clérigos ni escoger al Sumo Pontífice, y que este debía ser elegido por un
colegio de cardenales. Esto aseguró la supremacía papal en materia religiosa.

En la sociedad feudal, los eclesiásticos (sobre todo, obispos y abades) podían


disfrutar de los privilegios que les ofrecía su posición en el orden feudal: poseían tierras y
explotaban siervos. Pero además aportaban una justificación ideológica al sistema. Según
la Iglesia católica, los reyes gobernaban por la gracia de Dios, y el rígido orden social
imperante, que provocaba toda clase de padecimientos a quienes no pertenecían a los
estamentos privilegiados, emanaba de Dios y no debía ser cuestionado.

Una de las iniciativas más importantes de la Iglesia católica en los años del
feudalismo fue su auspicio de las Cruzadas. La primera de estas expediciones militares a
Tierra Santa nació de un llamado que hizo el papa Urbano II a toda la Cristiandad (que
incluía a los reinos y nobles del cristianismo occidental en acuerdo con el Imperio bizantino)
con el fin de expulsar al Imperio turco selyúcida de los “Santos lugares”.

Solo la primera de estas Cruzadas fue exitosa para la Cristiandad, pero tuvo
importantes consecuencias, como la creación de órdenes religioso-militares, el
afianzamiento del fervor religioso y la apertura de rutas comerciales a través del
Mediterráneo. Las derrotas en las siguientes Cruzadas tuvieron efectos adversos para la
Iglesia y otros sectores privilegiados.

ECONOMÍA EN EL FEUDALISMO

A lo largo del feudalismo no existió un sistema monetario con el cual comprar o


vender algún bien o servicio, ni un sistema industrializado. Por lo tanto, la economía se
media a través de la producción de la agricultura, cría de animales y el pago de tributos que
debían hacer los siervos.

1. Pago de tributos por parte de los siervos

Durante el feudalismo se implantó el pago de tributos para el señor feudal o el rey, el


cual debían hacer los siervos, “en especie”, como pago por el derecho de vivir en esas
tierras y para financiar las labores.

Este pago se realizaba con sacos de los granos cultivados, animales de cría, toneles de
vino, tinajas de aceite, entre otros.

Los vasallos, por su parte, también debían pagar con tributos de cuotas mucho mayores
que los siervos.

Asimismo, se debe mencionar el pago del diezmo, originariamente una contribución del
10 % de lo producido destinado a la manutención del clérigo.

2. Economía rural

La generación de riqueza durante los años del feudalismo provenía básicamente de la


agricultura y la ganadería, a cargo de los siervos y de los campesinos libres.

Era una economía rural que experimentó un crecimiento entre los siglos XI y XIII debido
a la expansión de tierras cultivables producto de las roturaciones y la rotación trienal, sobre
todo en Francia, Inglaterra, Alemania y Países Bajos. También fue importante la
incorporación de mejoras en el arado y el uso de molinos.

3. Ciudades y comercio

En los primeros años de la sociedad feudal, el comercio era muy limitado y el urbanismo
característico del Imperio romano había sido reemplazado por una ruralización casi absoluta
de la economía (con excepción de algunas ciudades italianas). Sin embargo, las ciudades y
el comercio vivieron un resurgimiento a partir de fines del siglo XI.

Las innovaciones agrícolas permitieron generar mayores excedentes productivos, que


eran orientados a la compra de productos artesanales, como telas o nuevas herramientas.
Estas, a la vez, mejoraban la producción y ampliaban los excedentes agrícolas, lo que
permitía expandir el ciclo.

Estas transacciones se realizaban habitualmente en “burgos” o ciudades que habitaban


artesanos y mercaderes (conocidos como “burgueses”). Estaban ubicadas junto a castillos o
en el cruce de caminos y solían estar amuralladas. Estas ciudades albergaban mercados
que solían recibir la protección de señores. El impulso comercial promovió también la
celebración de ferias estacionales que implicaban intercambios a mayor escala. En estos
espacios empezó a circular cada vez más la moneda y, con el tiempo, algunos mercaderes
y artesanos comenzaron a ofrecer préstamos y se convirtieron en los primeros banqueros y
financistas.

Los habitantes de las ciudades se organizaban en talleres y gremios por oficio y


gozaban de una creciente autonomía respecto a los señores feudales. Obtenían franquicias
y otras libertades garantizadas por el rey, y en algunas ciudades lograron la conformación
de un gobierno autónomo con sus propias ordenanzas municipales. Los sectores más
enriquecidos conformaban un patriciado urbano. Aun así, debieron hacer frente a conflictos
con algunos señores feudales, lo que explica en parte el uso de murallas defensivas y la
posterior conformación de ligas o confederaciones de ciudades.

Muchas ciudades tuvieron protagonismo en las rutas comerciales de largo alcance. Las
ciudades más importantes fueron las que se desplegaron en el norte de Italia, cuyos
comerciantes competían por el control del comercio mediterráneo. También las rutas de
peregrinación y las Cruzadas se convirtieron en importantes circuitos comerciales.

4. Sistema militar

El orden feudal surgió tras la disgregación del Imperio carolingio y los ataques de
vikingos, magiares y musulmanes. Los señores que ofrecían protección militar gracias a los
servicios de vasallos y a la construcción de castillos concentraron poder. Este sistema
militar también fue importante durante las frecuentes guerras entre reinos o señores, que
tomaron la forma de incursiones y asedios más que de batallas campales.

Este tipo de guerra hacía importantes las máquinas de asedio y la movilidad de la


caballería. Los caballeros también fueron importantes en las Cruzadas que enfrentaron a
combatientes cristianos con ejércitos musulmanes por el dominio de Tierra Santa.

La guerra en los años del feudalismo era un modo de zanjar disputas dinásticas o
territoriales, y permitía que quien venciera obtuviera ventajas económicas al ocupar las
tierras del vencido: aumentaba su cantidad de siervos (que estaban atados a la tierra) y su
posibilidad de producir alimento y sumar nuevos vasallos.
Sin embargo, la guerra también podía ser motivo de descontento entre los campesinos
que veían sus tierras frecuentemente saqueadas o debían pagar mayores tributos para
financiar las iniciativas bélicas de los nobles o reyes. Algunas de las revueltas campesinas
del siglo XIV pudieron deberse en parte a este hecho.

EL PODER DEL CLERO EN EL FEUDALISMO

En el feudalismo la iglesia católica era la única institución que tenía más poder que el
rey. La autoridad de la iglesia no se cuestionaba, tanto así que se creía que los reyes eran
impuestos por Dios y por tal razón tenían un derecho divino.

Solo el Papa, como representante de Dios en la Tierra, era quien podía sancionar o
destituir al rey. Por ello, en innumerables ocasiones, era el clérigo el que tomaba las
decisiones y no propiamente el rey.

Durante el feudalismo se impuso el cristianismo a través del poder influyente de la


iglesia católica, de hecho, solo quienes formaban parte del clérigo tenía derecho a diversos
conocimientos culturales.

Los nobles, por el contrario, solo podían instruirse en el área militar y de combate. Los
siervos y campesinos, generalmente, eran analfabetas y solo practicaban y profesaban la fe
cristiana.

DECLIVE DE FEUDALISMO

La crisis del feudalismo es el periodo de decadencia por el cual pasa el feudalismo, y


se caracteriza por el agotamiento de las tierras de cultivo y la falta de alimentos, lo que por
consecuencia produjo hambruna y una gran cantidad de muertos. A ello hay que añadir la
aparición de graves enfermedades infectocontagiosas o epidémicas, como las pestes. Tal
es el caso de la conocida peste negra, que disminuyó notoriamente la población europea.

A partir del siglo XIII, la mejora de las técnicas agrícolas y el consiguiente incremento
del comercio hizo que la burguesía fuera presionando para que se facilitara la apertura
económica de los espacios cerrados de las urbes, se redujeran los tributos de peaje y se
garantizaran formas de comercio seguro y una centralización de la administración de justicia
e igualdad de las normas en amplios territorios que les permitieran desarrollar su trabajo, al
tiempo que garantías de que los que vulnerasen dichas normas serían castigados con igual
dureza en los distintos territorios.

El feudalismo alcanzó el punto culminante de su desarrollo en el siglo XIII; a partir de


entonces inició su decadencia. El subenfeudamiento llegó a tal punto que los señores
tuvieron problemas para obtener las prestaciones que debían recibir. Los vasallos prefirieron
realizar pagos en metálico (scutagium, «tasas por escudo») a cambio de la ayuda militar
debida a sus señores; a su vez estos tendieron a preferir el dinero, que les permitía
contratar tropas profesionales que en muchas ocasiones estaban mejor entrenadas y eran
más disciplinadas que los vasallos. Además, el resurgimiento de las tácticas de infantería y
la introducción de nuevas armas, como el arco y la pica, hicieron que la caballería no fuera
ya un factor decisivo para la guerra. La decadencia del feudalismo se aceleró en los siglos
XIV y XV. Durante la guerra de los Cien Años, las caballerías francesa e inglesa
combatieron duramente, pero las batallas se ganaron en gran medida por los soldados
profesionales y en especial por los arqueros de a pie. Los soldados profesionales
combatieron en unidades cuyos jefes habían prestado juramento de homenaje y fidelidad a
un príncipe, pero con contratos no hereditarios y que normalmente tenían una duración de
meses o años. Este «feudalismo bastardo» estaba a un paso del sistema de mercenarios,
que ya había triunfado en la Italia de los condotieros renacentistas.

En la medida en la que se acelera el proceso de descomposición feudal se produjo


una diferenciación entre campesinos enriquecidos y braceros sin tierra, es decir empiezan a
aparecer relaciones burguesas de producción y eso es así porque poco a poco los
campesinos ricos fueron convirtiéndose en contratadores de trabajadores asalariados.

Un factor clave en la transición del feudalismo al capitalismo es el paso de la renta


en especie a la renta monetaria. La banca tuvo una existencia sustancial en la época
romana y declinó durante la Edad Media sobre todo al chocar el préstamo con la condena
religiosa de la usura. Con el fin del feudalismo resucitó al hacerlo el comercio y ceder
normalmente los escrúpulos religiosos a las ventajas pecuniarias.

Algunos autores introducen como uno de los factores clave del fin del feudalismo el
descubrimiento del Nuevo Mundo y con él el comercio de larga distancia

En resumen, entran en conflicto:

 La vieja nobleza cuyos beneficios dependían de la propiedad de la tierra


 La élite política, cuya posición dependía de la enorme burocracia estatal que
se creó inicialmente para proteger los intereses de la nobleza.
 Una nueva clase cada vez más poderosa de comerciantes que dependía del
nuevo sistema industrial de producción

La historia de estos cambios en el siglo XVI estaba vinculada al nuevo sistema


económico mundial que impulsó a las naciones más poderosas al conflicto en la economía
mundial, provocado con frecuencia por la cuestión de qué nación poderosa explotaría
colonialmente a qué otra nación o región entre las menos desarrolladas.
LA CONFIGURACIÓN DEL ESTADO MODERNO

A fines del siglo XV y principios del XVI, se configura el llamado Estado moderno al
producirse (en ciertos lugares) la aparición de las llamadas “monarquías autoritarias” que
conllevan la eliminación de la fragmentación feudal.

Este nuevo Estado moderno, significa frente a la monarquía feudal, el paso a un


nuevo tipo de Estado donde el poder estaba concentrado en los reyes, implantando la
autoridad monárquica y en el que se ha de producir la búsqueda de una hegemonía política
en el exterior.

Para que esta hegemonía pueda ponerse en marcha, hace falta un fuerte ejército, lo
cual dará lugar a la aparición de los ejércitos profesionales. El costo de estos ejércitos era
enorme; así, cuando España tenía el mayor imperio, donde nunca se ponía el sol, España
era el país más pobre. Por otro lado, hay que obtener recursos para mantener esos
ejércitos y las guerras. Esta necesidad lleva a un mecanismo político que va a favorecer el
desarrollo del capitalismo. Junto a estos tres factores, el Estado moderno hace posible la
aparición difusa de la llamada “economía nacional” en la que el estado sería pieza clave y
que supondría el afianzamiento de la burguesía.

Debido a las necesidades de recursos por parte del Estado, este llevará a cabo la
reorganización de la Hacienda, de forma que el Estado moderno creará una Hacienda más
moderna, que se nutre de las siguientes fuentes:

 Los impuestos directos (que pagan sólo los que trabajan, aunque no pagan ni
el estado, ni nobles, ni clero)
 Los impuestos indirectos (al consumo)
 Los impuestos aduaneros.

En ese momento se está desarrollando y afianzando una nueva clase social con
cada vez más poder económico y por tanto el capitalismo, mientras que por otro lado se
siguen manteniendo las formas feudales.

Esta contradicción se irá acentuando a medida que pasa el tiempo, estallando en un


determinado momento y terminando con el triunfo de la burguesía, en el caso inglés, esto se
produce a fines del s. XVII, en Francia y el resto de Europa occidental en el s. XVIII.

En conclusión, a finales del siglo XV y en el XVI se van a estructurar muchos


Estados modernos y en este proceso de construcción, junto al proceso de afianzamiento del
Estado está el proceso de afianzamiento del capitalismo
CONCLUSIÓN

Después de culminado el presente trabajo, es importante destacar que dicha época


fue un momento histórico que nos da presente a lo que es la economía de hoy en día, los
señores feudales se quedan con el dinero del trabajo duro de los campesinos y los trataban
de formas miserables que nos enseña el exceso de poder que se les otorgo a los señores
feudales que marco un antes y un después un Europa y en la economía.
BIBLIOGRAFÍA

Guerra Federal - Wikipedia, la enciclopedia libre

Guerra Federal monografia

Guerra Federal | Fundación Empresas Polar

Guerra Federal (1859-1863) – Venelogía

Coplé, batalla de | Fundación Empresas Polar

Tratado de Coche - Wikipedia, la enciclopedia libre

Guerra Federal - La Venciclopedia

La Guerra Federal - Venezuela Tuya

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