Está en la página 1de 9

Descubrimiento del fuego

El descubrimiento del fuego es uno de los hechos más importantes en la historia de la


humanidad, ya que nos ha permitido evolucionar hasta lo que hoy somos y desarrollar
nuestra inteligencia. En la actualidad se sabe que el Hombre descubrió el fuego hace
800.000 años, a pesar de que investigaciones anteriores decían que el Homo
Erectus había aprendido a manipular y usar el fuego, pero no se sabía si
verdaderamente podía crearlo o lo tomaba de otros sitios por ejemplo, fenómenos
naturales.

¿Cómo averiguar si los Homo Erectus sabían manejar con exactitud el fuego? La
respuesta parece haberse encontrado la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel),
mediante el análisis de los restos fósiles de poblaciones encontradas a lo largo del río
Jordán. Allí se han encontrado las pruebas necesarias para afirmar que hace 790.000
años los Hombres tenían un alto control del fuego.

Aunque no queda muy claro tras la investigación cómo hacía el Homo Erectus para
generarlo, se puede suponer por los restos que no todos sus fuegos se generaban a
partir de fenómenos naturales como un rayo y luego se ampliaban -por ejemplo,
mediante el transporte de una rama encendida.

El sitio a analizar por los arqueólogos incluye 12 capas, y en todas ellas -que
comprenden un período de 100 mil años de historia en total- se ven signos claros de la
utilización del fuego: herramientas de metal, un sílex prehistórico o madera carbonizada,
por lo cual es poco probable que todos los pueblos que existieron en ese período de
tiempo hayan tenido acceso a un fuego producido de forma natural.
Pruebas del Dominio del Hombre:
África oriental
Las primeras evidencias de uso del fuego por seres humanos provienen de diversos
sitios arqueológicos en África Oriental, tales como Chesowanja, cerca del Lago
Baringo, Koobi Fora, y Olorgesailie en Kenia. Las pruebas halladas en Chesowanja
consisten en fragmentos de arcilla roja de una antigüedad de 1,42 millones de años.
Ensayos realizados en los fragmentos encontrados en el lugar muestran que la arcilla
debió ser calentada a 400 °C para endurecerse.
En Koobi Fora, existen evidencias del control del fuego por parte del Homo erectus hace
1,5 millones de años, con el enrojecimiento de sedimentos que solo puede provenir de
un calentamiento a una temperatura de entre 200 y 400 °C. Existe una especie de
agujero de chimenea en un yacimiento en Olorgesailie, Kenia. Se han encontrado
algunos restos microscópicos de carbón vegetal, pero pueden ser el resultado de un
incendio de matorrales debido a causas naturales.
En Gadeb, Etiopía, se han hallado fragmentos de toba volcánica que parecen presentar
signos de quemaduras; es posible que algunas de las rocas puedan haber sufrido los
efectos de actividad volcánica local. Estos se han encontrado junto con artefactos
achelenses creados por H. erectus.
En el centro del valle medio del río Awash se han encontrado unas depresiones de
forma cónica de arcillas rojas que podrían haberse producido a temperaturas de unos
200 °C. Se piensa que estas características podrían haber quemado tocones de árboles
lejos de su lugar de origen. Se han encontrado rocas quemadas en el valle Awash,
aunque en la zona también se encuentran trozos de toba volcánica.

Sudáfrica
La evidencia concluyente más antigua sobre control del fuego por parte de humanos se
encontró en Swartkrans, Sudáfrica. El hallazgo consiste de varios huesos quemados,
hallados en compañía de herramientas achelenses, herramientas de hueso y huesos
con marcas de incisiones producidas por homínidos. En este sitio también se han
encontrado algunas de las evidencias más antiguas de comportamiento carnívoro del H.
erectus. Los depósitos quemados encontrados en la Cueva de los fogones en Sudáfrica
se remontan de 200.000 a 700.000 años, al igual que la evidencia recolectada en otros
sitios como la cueva Montagu (fechados con antigüedades de 58.000 a 200.000 años)
y la desembocadura del río Klasies (120.000 a 130.000 años).
Le evidencia más contundente proviene de Kalambo Falls en Zambia, donde se han
excavado varios artefactos relacionados con el uso del fuego por parte de seres
humanos, incluidos troncos chamuscados, carbón, zonas enrojecidas, tallos de pastos
y plantas carbonizadas, y herramental que ha sido endurecido mediante el fuego. Este
sitio ha sido fechado utilizando técnicas de fechado por radiocarbono en unos 61.000 a
110.000 años mediante racemización por aminoácidos.
El fuego fue utilizado para tratar piedras de silcreta para mejorar sus propiedades antes
de ser convertidas en herramientas por la cultura Stillbayense. Este trabajo identifica el
uso de esta técnica no solo en los sitios de Stillbay fechados con una antigüedad de
72.000 años, sino también en sitios que se remontan a 164.000 años.

Oriente Medio
En el sitio de Bnot Ya'akov Bridge, Israel, se ha encontrado evidencia de fuegos
realizados por H. erectus o H. ergaster hace unos 790.000 a 690.000 años. En la cueva
Qesem a 12 km al este de Tel-Aviv la evidencia permite afirmar el uso regular del fuego
desde antes de 382.000 años hasta hace unos 200.000 años a finales del Pleistoceno
inferior. Las grandes cantidades de hueso quemado y hornillos de tierra con
temperaturas moderadas indica que el desposte y trozado de las presas se realizaba en
proximidades de los sitios donde se hacía el fuego.
Lejano Oriente
En Xihoudu en la provincia de Shanxi, hay pruebas de la combustión por la decoloración
negra, gris y gris-verdosa de huesos de mamíferos. Otro lugar en China es Yuanmou,
en la provincia de Yunnan, donde se han encontrado huesos ennegrecidos de
mamíferos.
En Trinil, Java, se han encontrado entre los fósiles de H. erectus huesos ennegrecidos
similares y depósitos de carbón.

Zhoukoudian
En Zhoukoudian, China, las evidencias sobre el uso del fuego se remontan a 500.000 y
1.000.000 de años de antigüedad. El uso del fuego en Zhoukoudian está sustentado por
la presencia de huesos quemados, restos de industria lítica con quemaduras,
carbón, ceniza, y hogares en torno a los restos fósiles de H. erectus en el nivel 10
del yacimiento 1. Esta evidencia proviene del yacimiento 1 en Zhoukoudian donde se
encontraron diversos huesos ennegrecidos u oscurecidos de forma uniforme. Se
determinó que los restos óseos eran características de huesos quemados y no de
una tinción de manganeso. El análisis de estos restos por medio de espectroscopia de
infrarrojos también reveló la presencia de óxidos, y en el laboratorio se consiguió
producir el mismo resultado de coloración turquesa calentando algunos huesos
encontrados en el nivel 10. Este mismo efecto se podría haber producido en el sitio
debido al calentamiento natural, ya que en el laboratorio se consiguieron coloraciones
tanto en huesos blancos, amarillos y negros. El nivel 10 se caracteriza por su contenido
de cenizas conteniendo silicio, aluminio, hierro y potasio de origen biológico, sin
embargo no se detectaron restos de cenizas de madera tales como agregados de
silíceo. Entre éstas hay posibles restos de hogares "representados por sedimentos
finamente laminados de arcilla y limos intercalados con fragmentos de materia orgánica
de color rojizo-marrón, marrón y amarillo; y a nivel puntual mezclados con fragmentos
de piedra calcárea y limos, arcillas y materia orgánica de color marrón oscuro finamente
laminados". El sitio en sí no demuestra que se realizaron fuegos en Zhoukoudian, pero
la asociación de los huesos ennegrecidos y los artefactos de piedra, al menos, muestra
que los humanos controlaban fuegos en el momento que habitaron la cueva de
Zhoukoudian.
Cuevas de Zhoukoudian, Patrimonio de la Humanidad en China.
Europa
En diversos lugares en Europa se presenta evidencia del uso del fuego por parte de H.
erectus. El más antiguo Samu (Homo erectus), fue encontrado en Vértesszls, Hungría,
donde se han hallado restos de huesos pero no se han encontrado restos de carbón.
En Torralba y Ambrona, España, se ha encontrado carbón y madera entre restos de
herramientas de estilo achelense con una antigüedad de entre 300.000 y 500.000 años.
En Saint-Estève-Janson, Francia, hay evidencias de 5 hogares y suelos enrojecidos en
la cueva de Escale. Estos hogares se han fechado con una edad de 200.000 años.
La mayoría de los restos descubiertos hasta la fecha permiten establecer, con
prudencia, que la expansión del control del fuego empezó hace unos 125.000 años.
Cambios en el comportamiento
El control del fuego y la luz que genera produjeron cambios importantes en el
comportamiento de los humanos. La actividad ya no quedaba restringida a las horas
diurnas. Además, algunos mamíferos e insectos evitaban el fuego y el humo. El fuego
también produjo una mejora en la nutrición al incorporarse proteínas cocidas a la dieta
alimenticia.
Richard Wrangham de la Harvard University sostiene que el cocido de comidas con
vegetales puede haber disparado el aumento de la capacidad cerebral al permitir que
los carbohidratos complejos de alimentos con almidones, fueran más fácilmente
digeribles y por lo tanto permitiendo que los humanos absorbieran más calorías.
Cambios en la dieta
Ciertas partes de las plantas tales como tallos, hojas maduras, raíces gruesas,
y tubérculos no habrían formado parte de la dieta de los homínidos antes de que este
controlara el fuego, ello se debe a los componentes no digeribles que contienen las
plantas, tales como celulosa en bruto y almidón. Por ello, la dieta consistía
principalmente de aquellas partes de las plantas que estaban conformadas por azúcares
simples y carbohidratos tales como semillas, flores, y frutos carnosos. La existencia
de toxinas en las semillas y fuentes similares de carbohidratos también influenciaban la
dieta, tales como los glucósidos cianogénicos que se encuentran en las semillas de
lino y mandioca que se transforman en alimentos no tóxicos mediante la cocción. La
estructura y el desgaste de los dientes del H. erectus son evidencia del consumo de
alimentos tales como carnes duras y raíces vegetales.
La cocción de la carne, de la cual quedan rastros en los huesos de mamíferos quemados
o ennegrecidos, facilita la ingesta de carnes y la incorporación de proteínas al facilitar
la digestión de la carne. La cantidad de energía necesaria para digerir una porción de
carne cocida es menor que la energía necesaria para digerir un trozo similar de carne
cruda, y además la cocción gelatiniza el colágeno y otros tejidos conectivos, "abriendo
moléculas de carbohidratos fuertemente entrelazadas y facilitándose el proceso de
absorción de nutrientes”. La cocción también mata a los parásitos y a las bacterias que
envenenan la comida.
Consecuencias del descubrimiento del fuego:

Luz y calor

El fuego se convirtió en una fuente de luz y calor. Mientras la vida de esto homínido era
diurna y al caer la noche se retiraba a dormir o a estar sentado en silencio en su nicho,
una vez que apareció el fuego puedo tener una vida nocturna. Además, tenía una forma
nueva de protegerse de las bajas temperaturas del invierno, que podía utilizar dentro de
su caverna o a la intemperie.

Comida cocida

Con la aparición del fuego, llegó a la vida de nuestros antepasados un suceso único
dentro del mundo natural: la comida cocida. Con ello se ampliaba el número de
productos que se podían comer; se almacenaba comida para el invierno; se preparaba
alimento de consistencia suave, ideal para individuos mayores ya sin dientes pudieran
comer, entre otras facilidades. La cocción de los alimentos duplicó los años de vida y
trajo a la tribu una nueva experiencia.

Empero, dos cosas esenciales ocurrieron: se incrementaron las calorías obtenibles por
el sistema digestivo y se redujo el costo energético de la digestión. De ahí que hubiera
más energía metabólica para que el organismo realizara otros procesos. El sistema
nervioso se vio así considerablemente favorecido.
Protección de los depredadores y cacería

Una vez que el hombre dominó el fuego, pudo protegerse mejor de sus depredadores.
Recordemos que en su época había muchas criaturas salvajes. Observemos por
ejemplo al tigre dientes de sable: este animal le teme, y con razón, al poder del fuego.

Junto a la defensa, el Homo Erectus encontró una nueva manera de obtener alimentos:
la cacería. El fuego no solo ahuyenta bestias como los mamuts, haciéndolos caer por
abismales acantilados, sino que ayuda a mejorar las herramientas para la caza.

Salud

El fuego permitió cuidar de la salud. Con él se esterilizaban instrumentos y heridas. Otro


uso dado fue al hervir las plantas para obtener brebajes con poderes curativos; al inhalar
el vapor se descongestionaban las vías respiratorias. Un dato interesante es que, tan
solo hirviendo la corteza de sauce, se obtenía una sustancia cuyo ingrediente activo es
la aspirina.
Camino a la humanización:

Si lo pensamos bien, una vez que nuestro ancestro obtuvo el fuego, comenzó su carrera
desenfrenada hacia la humanización. Tanto la vida en comunidades, fortalecida al
amparo del hogar y enriquecida con interacciones sociales, como la influencia de la dieta
en su anatomía, especialmente en el cerebro, crearon las condiciones para que una
nueva era surgiera, emergiendo de ella otro eslabón más de nuestra evolución.

También podría gustarte