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ATAPUERCA

Alba García Usón.


1ºBachillerato-CT.
2013/14

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SIERRA DE ATAPUERCA.
La Sierra de Atapuerca es un pequeño conjunto montañoso situado al norte de Ibeas
de Juarros, en la provincia de Burgos, que se extiende de noroeste a sudeste, entre los
sistemas montañosos de la cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico.
La sierra está compuesta de una pequeña colina formada por calizas, arenas y
areniscas de origen marino pertenecientes al Cretácico Superior, cubiertas por
materiales aportados por el río Arlanzón, que ha formado numerosas terrazas aluviales
en época Cuaternaria. La parte más elevada de esta colina está totalmente plana,
rasgo indicativo de que ha sufrido una fuerte erosión desde hace varios millones de
años.
Alrededor de la sierra existen materiales de origen continental más modernos,
correspondientes a la época terciaria. Sus componentes son conglomerados de caliza y
arcillas rojas del Oligoceno, bajo una secuencia de margas, arcillas, yesos y paquetes
calizos y margosos, propios del antiguo ambiente lacustre de la Cuenca del Duero.
Desde finales del Plioceno e inicios del Pleistoceno, empieza a formarse el valle fluvial
de Arlanzón, habiendo creado a su paso por la sierra, quince niveles de terrazas
cuaternarias muy asimétricas. Las subidas de las aguas del río y la estructura caliza han
dado lugar a un complejo con multitud de cuevas, muchas de ellas abiertas al exterior.
Por estas aberturas se han ido depositando diferentes sedimentos a lo largo de los
años hasta llegar, en algunos casos, a colmatar las entradas, y en otros, a quedar
cegadas por derrumbes posteriores, preservando el interior intacto hasta que
surgieron nuevas aberturas. Esto ha permitido la conservación de restos y fósiles de
homínidos en las numerosas cuevas bajo los bosques de Atapuerca, protegiéndolos de
cambios bruscos de temperatura y humedad.
YACIMIENTOS DE ATAPUERCA.
En la sierra de Atapuerca podemos encontrar diferentes yacimientos que van desde
principios del Pleistoceno al Holoceno y que han sido claves para la investigación del
origen del ser humano, encontrándose en ellos, restos de utensilios, animales
extinguidos, homínidos y restos de plantas fosilizadas, entre otros. Los yacimientos que
podemos encontrar en cuevas son la Galería, la Sima del Elefante, la Gran Dolina, el
Portalón, la Galería de Sílex, la Sima de los Huesos y la Cueva del Mirador; y los que
podemos encontrar al aire libre son el Valle de las Orquídeas, el Hundidero y el Hotel
California. Todos los yacimientos de Atapuerca son importantes, pero voy a hacer
hincapié en la Sima de los Huesos, la Galería, la Gran Dolina y la Sima del Elefante.
En 1976, Trinidad Torres se encuentra con estos yacimientos recogiendo restos de oso,
es ella quien da los nombres a cada uno de estos lugares. Recuperó, también, varios
fragmentos óseos humanos que entregó a Emiliano Aguirre, un arqueólogo español
que decidió investigar sobre el origen de estos restos, importantes para averiguar el
origen de la humanidad.

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LA SIMA DE LOS HUESOS.
La Sima de los Huesos pertenece al complejo de Cueva Mayor. Para acceder a este
yacimiento hay que recorrer durante 500metros Cueva Mayor hasta llegar a un pozo
de 13 metros de profundidad, al fondo del cual se encuentra albergado uno de los más
importantes depósitos de fosilíferos del mundo, con una cronología de unos 500.000
años. Se trata de la mayor acumulación de fósiles humanos de la historia.
En 1983 se comenzó a limpiar la Sima, que estaba convertida en un basurero con
sedimento revuelto, y no es hasta 1984 cuando se llegó a la parte intacta. Comenzaron
a salir decenas de fósiles humanos y se empezó a valorar la importancia de esta Sima,
ya que estos restos eran significativos tanto cualitativamente como cuantitativamente.
Se descubrió que los restos encontrados pertenecían a la especie Homo
Heidelbergensis y que databan de hace unos 500.000años. En 1992 se encontraron
varios cráneos completos, así como huesos del oído medio.
Hasta ahora se han recuperado más de 5.500 fósiles humanos de los que se han
podido obtener un gran número de individuos casi completos. No se sabía si se podría
extraer mucha información acerca de estos fósiles pero se descubrió que había dos
elementos esqueléticos relativamente abundantes en la colección de fósiles humanos
de la Sima de los Huesos que aportaban una información muy relevante. Por un lado
los dientes, cuyo estudio permitió establecer en veinte el número mínimo de
individuos (o de dentaduras, si se prefiere) representados por los restos recuperados
en el yacimiento. Pero, por otra parte, de poco sirve tener muchos individuos
identificados por sus dientes si no se conserva mucho más de sus esqueletos. Y aquí es
donde cobraba importancia el otro elemento esquelético relativamente abundante en
la muestra de la Sima de los Huesos: las falanges de manos y pies. Se encontraron,
también, varios cráneos humanos completos útiles para saber más sobre estos
homínidos. Gracias al estudio de estos sabemos que medían 1,75m los varones y
1,70m las hembras. Conocemos, también, algunas de las dolencias que padecieron
como el fuerte desgaste dental debido a la ingesta de frutos o vegetales sin cocinar, así
como los rasgos anatómicos, pudiéndose realizar un retrato bastante preciso de cómo
eran los individuos.
Se ha podido determinar el sexo de bastantes individuos, así como la edad,
aproximada, de su muerte. La explicación sobre la gran acumulación de cadáveres en
este sitio ha sido y va a ser muy debatida. Se han barajado varias hipótesis en la que
cabe destacar que la Sima de los Huesos es una acumulación intencional de cadáveres,
lo que significa que, posiblemente, nos encontremos frente al testimonio más antiguo
de un comportamiento simbólico, quizás funerario, de la historia de la humanidad.

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Hace relativamente poco, se descubrió en la Sima, un ADN de hace 400.000 años
extraído de un fémur. Se trata del ADN mitocondrial, un orgánulo de la célula que se
hereda solo por vía materna con un único cromosoma. Y ha proporcionado una gran
sorpresa a los investigadores porque, al compararlo con los genomas de humanos
modernos, neandertales, chimpancés y denisovanos, han descubierto que los
individuos de la sima están emparentados, no solo con el Homo Neanderthalensis,
como esperaban por los rasgos que comparten, sino con los denisovanos de Siberia, de
los que se han encontrado muy pocos fósiles datados de hace 40.000 años. Tan
desconcertante es el resultado que los investigadores plantean varias hipótesis para
explicar esta relación genética entre poblaciones tan distantes, los homínidos de la
Sima y los denisovanos, un linaje hermanado con los neandertales pero del este
eurasiático.
La muestra de la Sima de los Huesos ha permitido conocer en profundidad numerosos
aspectos de aquella humanidad y comprender mejor la evolución humana en el lapso
de tiempo comprendido entre los 500.000 y los 150.000 años de antigüedad. En los
más de 6.000 fósiles humanos de la Sima de los Huesos, no sólo tenemos dientes y
cráneos, sino que también hay huesos de las piernas, los brazos, las manos... Para
algunos de los huesos del cuerpo, los fósiles de este yacimiento son los únicos que
existen en el mundo, pertenecientes al periodo anterior a los neandertales. A partir de
este tesoro de información, los investigadores del equipo de la Sima de los Huesos han
podido, a lo largo de más de tres décadas, caracterizar exhaustivamente la anatomía
de todo el esqueleto de la especie humana a la que pertenece la muestra de la Sima de
los Huesos. Se trata de un auténtico hito en los estudios de evolución humana, pues no
hay ninguna otra especie humana fósil, ni siquiera los neandertales, de la que se tenga
un conocimiento tan completo.
Por otra parte el hallazgo más intrigante, y quizá el más trascendente, de todos los
realizados en la Sima de los Huesos no ha sido un fósil humano. En 1998 se descubrió,
en el mismo nivel que los fósiles humanos, la única herramienta lítica encontrada en
este yacimiento. Se trata de un hacha piedra, tallada en roca cuarcita de color rojo,
apodada con el nombre de Excalibur. El tipo de talla corresponde al denominado Modo
2, o Achelense, que es el correspondiente al tipo humano hallado en la Sima de los
Huesos. Las herramientas de este tipo de industria tienen lascas extraídas de toda la
superficie, lo que indica una mayor dedicación en su fabricación que el modo 1.
El descubrimiento apunta a una complejidad mayor de lo que se suponían en el
Pleistoceno medio.

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LA GALERÍA.
La Galería forma parte del Complejo Tres Simas, dentro de la Trinchera del Ferrocarril y
es uno de los yacimientos que quedó expuesto cuando se cortó la caliza de la Sierra de
Atapuerca para la construcción de un ferrocarril minero. Aquella obra se llevó por
delante varias toneladas de sedimentos con fósiles pero a cambio nos dejó al
descubierto el yacimiento de Galería. Se trata de una galería conectada a su vez con
otra galería (Cueva de Zarpazos) y un conducto vertical a modo de chimenea
totalmente colmatada con 16 metros de potencia rellenos de sedimentos ricos en
fósiles de animales, plantas, e industria lítica de hace más de 200.000 años.
Constaba de cinco niveles pero la cueva se abrió al exterior hace 400.000 años por lo
que el primer nivel sólo hay excrementos de murciélago. Cuando la entrada se amplió,
comenzaron a entrar humanos y animales durante cinco niveles de ocupación hasta
hace 200.000años, que es el momento en el que la cueva se colmata.
La Galería actuaba como una trampa natural. El conducto vertical a modo de chimenea
asoma al exterior como un agujero, por el que los animales caían, y los Homo
Heidelbergensis entraban para recoger los animales y alimentarse de ellos.
En 1984 aparecieron dos suelos de ocupación más, repletos de industria y fauna y se
tomaron muestras para conocer la edad de los yacimientos. En 1985 apareció un nivel
llamado GSU-11, repleto de restos óseos e industria lítica Achelense. Se procesaron las
muestras tomadas el año anterior y se supo que las capas inferiores de Galería
superaban los 350.000 años.
LA GRAN DOLINA.
La Gran Dolina presenta una secuencia de 16m dividida en 11 niveles. En este
yacimiento se comienza a excavar unos pocos metros cuadrados en TD11,
encontrándose restos de industria lítica y fauna, por lo que se preparó una superficie
de 100m para poder extraer mayor información sobre las ocupaciones. De TD1 a TD7
son niveles del Pleistoceno Inferior (entre 1.000.000 y 780.000 años) y de TD8 a TD11
corresponden al del Pleistoceno Medio (entre 780.000 y 120.000 años).
Se tuvo que intervenir en 1990/91 en el nivel TD4 ya que corría el riesgo de
desaparecer y perderse así información. Encontraron en él restos de fauna e industria
lítica datados en 900.000 años, por lo que se decidió realizar un sondeo desde TD11
hasta TD3.
El TD11 es el nivel más moderno de la Gran Dolina, y el más rico en industria lítica, en
el que aparecieron decenas de piezas. Por su morfología, se pudo establecer un
parentesco entre aquellos materiales y los que por entonces aparecían en el
yacimiento de Galería en un nivel llamado GSU11. Pero las características de las piezas
encontradas en Dolina eran diferentes. La presencia de distintos fragmentos
procedentes del mismo bloque original indicaba que era en la Dolina donde los
antiguos humanos habían fabricado sus herramientas.

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La industria lítica de Dolina está hecha de varios tipos de roca, como la cuarcita, el
cuarzo y la arenisca. La roca más usada es el sílex que aparece en dos variantes, una de
ellas de enorme fragilidad.
Entre el TD11 y TD9 se encontraron más restos de Homo Heidelbergensis. El TD8
pertenecía a una época glaciar y en el TD7 se apreció una inversión de los polos de la
Tierra, conocida como Matuyama/Brunhes.
La gran sorpresa fue en el TD6, en el que se descubrieron numerosos fósiles humanos:
varios dientes, un gran fragmento de cráneo y un fragmento de mandíbula,
pertenecientes a un homínido de unos 14 años de edad. Entre los fragmentos
humanos recuperados había, al menos, seis individuos, de los que se conservaban
fragmentos de la cara, huesos de manos y pies, vértebras… junto con piezas de
industria lítica del Modo 1 o Olduvaiense; consistía en fabricar herramientas mediante
una percusión directa al golpear con el núcleo contra una piedra sin retoque posterior,
lo que hizo suponer que fueron víctimas de un banquete caníbal. Esta zona del nivel
TD6 pasó a llamarse Estrato Aurora.
Una datación paleomagnética aseguraba que se había depositado durante una fase en
la que la polaridad de la Tierra estaba invertida, y la última vez que ocurrió eso, fue
hace 780.000 años.
Gracias a los fósiles encontrados en TD6 se publicó el hallazgo de una especie humana
nueva, el Homo antecessor que vivió durante el periodo del Pleistoceno Inferior.
Homo antecessor tenía una estatura media y una complexión grácil, con la
combinación de una cara moderna con un cráneo primitivo. Era cazador y recolector, y
tiene una característica especial: es el protagonista de la práctica de canibalismo más
antigua de la que tenemos evidencia.
En 1995, la Gran Dolina siguió ofreciendo datos espectaculares. Encontraron la cara de
un homínido de 900.000 años de antigüedad de un chico no mayor de los 10 años, al
que denominaron el Chico de la Gran Dolina. Lo más impresionante que se pudo
apreciar de dicho espécimen fue que su cara era igual a nuestra. Era una combinación
única e interesante de características primitivas en los dientes y una cara moderna.
Inmediatamente se comprobó que TD6 es uno de los estratos más ricos de la Dolina.
Desde el primer momento empezaron a aparecer fósiles humanos y piezas de industria
lítica en abundancia. Entre los de tamaño más reducido aparecían pequeñas esquirlas
de sílex y cuarcita procedentes de la talla de herramientas. Más de 100 piezas, algunas
de ellas diminutas esquirlas de roca que demostraban que las herramientas habían
sido fabricadas en TD6.
El hallazgo de cuatro piezas de industria lítica en TD4 era la prueba de que en la época
en que se formó TD4 ya había seres humanos en la Sierra de Atapuerca. Eso suponía
presencia humana en Burgos cerca de los 780.000 años de edad en los que estaba
datado este nivel.

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En el yacimiento de la Gran Dolina han sido descubiertas industria lítica Olduvaiense,
Achelense y Musteriense del Pleistoceno inferior y medio. La evolución y el cambio de
los sistemas técnicos nos permiten evaluar la complejidad de las comunidades de los
distintos homínidos que habitaron Atapuerca en el transcurso del Pleistoceno.
LA SIMA DEL ELEFANTE.
La Sima del Elefante se encuentra en la Trinchera del Ferrocarril. Recibió este nombre
debido a la aparición de unos fósiles que fueron atribuidos a elefantes, aunque más
adelante se confirmó que eran de rinocerontes. Más tarde se descubrió un astrágalo
que sí pertenecía a un elefante, confirmándose su presencia en este depósito
fosilífero. Hace más de 1.000.000 años este yacimiento quedó abierto al exterior; a
partir de aquí se rellenó y colmató hasta hace 120.000 años.
En el verano del 2000 se recuperó el primer vestigio de actividad humana, una
pequeña lasca de sílex que demuestra la presencia humana de este yacimiento hasta al
menos 1.000.000 años.
Se decidió comenzar la excavación en los niveles TE16 y TE17, donde apareció industria
lítica de modo 3 o Musteriense así como mucha industria lítica de modo 2 o Achelense,
y donde se pudo apreciar el cambio de polaridad magnética Matuyama/Brunhes; y en
los niveles TE13 a TE9 se hallaron herramientas líticas pertenecientes al modo 1 o
Olduvaiense, principalmente lascas en sílex de entre 1.200.000 y 1.400.000 años.
El 2007 llegó con una gran sorpresa, se descubrió, en el nivel TD9, una mandíbula
humana de más de 1.200.000 años de antigüedad asociada a la industria lítica
Olduvaiense. Se trata del europeo más antiguo de la historia encontrado hasta el
momento. En 2009 apareció un pequeño fragmento de húmero, tal vez del mismo
individuo, con marcas de descarnadura.
La anatomía de la mandíbula recordaba en muchos aspectos a las mandíbulas del
yacimiento de Dmanisi, en Georgia, y a las de los primeros representantes africanos
del género Homo. En particular, llamaba la atención la presencia de un esbozo casi
imperceptible de mentón así como el arco dental con forma en parabólica en V, que
caracteriza a todos los homínidos del último millón de años.
Estos fósiles se encuentran en una especie de limbo taxonómico y se asignaron a
Homo sp., porque hay una falta de datos para incluir a los homínidos de la Sima del
Elefante en una especie concreta.
Los homínidos encontrados en este yacimiento quizá formaron parte de uno de los
contingentes que intentaron colonizar Europa, desaparecidos sin dejar más rastro que
sus propios restos fosilizados. Por el contrario, esos homínidos pudieron resistir los
avatares climáticos y ecológicos durante miles de años y dieron lugar a otros
homínidos, como los hallados en el Estrato Aurora de la Gran Dolina.

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Hace relativamente poco, se ha hallado un cuchillo de 1.400.000 años en las
profundidades de la Sima del Elefante, se trata del material más antiguo de toda
Europa; sílex cretácico de industria Preolduvaiense que los arqueólogos han localizado
en el nivel TE8. Los científicos confían en descubrir los restos de los dueños de este
cuchillo.
LLEGADA DE LOS HOMÍNIDOS A ATAPUERCA.
Los homínidos llegaron a la Sierra de Atapuerca hace más de 1.200.000 años pero hay
varias hipótesis de su llegada. Podrían haber cruzado el mar Mediterráneo desde África
hasta Gibraltar en alguna época de glaciación o, lo que parece más probable, cruzando
el Corredor Levantino. Si la segunda hipótesis es la correcta, debería de encontrarse
más restos de homínidos por Europa aún más antiguos que los de la Sierra de
Atapuerca puesto que esta se encuentra muy alejada del Corredor Levantino, y el paso
de África a Eurasia también tendría que ser mucho más antiguo de lo que se ha
estimado. Sólo con el estudio y los años se logrará averiguar la llegada de los
homínidos a Europa y, por descontado, a la Sierra de Atapuerca, y será uno de los
hallazgos más importantes del mundo.
CONCLUSIÓN.
Hace unas décadas se decía que Europa empezaba de los Pirineos hacia arriba. Ahora,
con tantos descubrimientos arqueológicos tales como los de la Sierra de Atapuerca,
España ha cobrado gran importancia en esta rama de la ciencia. En estos yacimientos
queda un mundo prehistórico por descubrir y, quien sabe las maravillas que pueden
llegarse a encontrar. La Sierra de Atapuerca ha cambiado el estudio de la evolución
humana.

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