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ENSAYO

EL TRABAJO SOCIAL Y SUS MÉTODOS DE INTERVENCIÓN

YADIRA CASTRO GUERRERO.

INTRODUCCIÓN.

El ejercicio o práctica del Servicio Social tiene una larga data en la historia de la
humanidad, se aprecia cómo desde los primeros siglos de esta era aparecen
preocupaciones e iniciativas dirigidas al mejoramiento de las condiciones del ser
humano; pero las mismas tenían una expresión esporádica en contadas personas y
patrocinadas por instituciones poderosas como la Iglesia, siempre encaminadas a
sectores limitados de la población, esas formas de ayuda fueron evolucionando con el
tiempo para así formar los comienzos de la Asistencia Social organizada.

Estas acciones con magníficas intenciones, innegablemente resultaban


insignificantes para colmar la ayuda que recababan los males sociales, además nunca
atacaban las causas reales que daban origen a los disímiles problemas que se
presentaban. Es así como nos encontramos con Juan Luis Vives (1492-1540), San
Vicente de Paul (1576-1660), Tomas Chalmers (1780-1847), Federico de Ozaman
(1813-1853), Bartolomé de las Casas (1475-1566) y Mary Richmond (1871-1928),
entre otros. Todos ellos fueron creando una metodología de trabajo en torno a los
problemas sociales, metodología que en sus inicios se denomina Asistencia Social que
posteriormente con Mary Richmond fue transformándose en Servicio Social, ya que
estaba basada en una propuesta científica de trabajo, fundada en la investigación que
apuntaba a obtener una amplia información acerca de la persona y su problemática
social, o sea lo que hoy en día se denomina “Diagnóstico” en Trabajo Social. Y que
finalmente con la reconceptualización ha ido transformándose en lo que hoy se
denomina Trabajo Social.

.
ORIGENES DEL TRABAJO SOCIAL.

Según Ezequiel Ander Egg, en la historia del Trabajo Social se definen tres
momentos esenciales: Asistencia Social, Servicio Social y Trabajo Social; definiendo
este último sobre la base de una concepción operativa, expresando al respecto: "El
Trabajo Social tiene una función de concientización, movilización y organización del
pueblo para que en un proceso de formación del autodesarrollo, individuos, grupos y
comunidades realizando proyectos de trabajo social, inserta críticamente y actuando en
sus propias organizaciones, participen activamente en la realización de un proyecto
político que signifique el tránsito de una situación de dominación y marginalidad a otra
plena participación del pueblo en la vida política, económica y social de la nación que
cree las condiciones necesarias para un nuevo modo de ser hombre" .
El Trabajo Social es concebido como un modo superior de Asistencia y de Servicio
Social.

Como se mencionó en la introducción del presente ensayo, la Asistencia Social


tuvo sus inicios en la ayuda caritativa que prestaba la Iglesia a los pobres y desposeídos,
y que por medio de la limosna, la exhortación y la persuasión buscaba redimir las almas
y paliar las situaciones que producían los estados de carencia. Es así como nos
encontramos a Juan Luis Vives, pedagogo y humanista, quién escribe el libro “De la
Asistencia a los Pobres” (1526), cuyo libro estuvo basado en la experiencia de ir casa
por casa, (en el condado de Brujas, Bélgica), investigando las necesidades de sus
habitantes y las posibles causas de la miseria.

El libro está dividido en dos partes. La primera se encarga mediante


fundamentos teológicos y filosóficos, explicar el origen de la miseria y necesidad de los
hombres. La segunda parte se refiera al modo en que la sociedad y sus gobernantes
deben ocuparse de los necesitados. (Kisnerman, 1981). Esto demuestra que ya en esa
época, no es novedad que los necesitados son responsabilidad del Estado y que es él el
llamado a hacerse cargo, quizás implementando programas de ayuda y haciendo
eficiente y eficaces las redes de ayuda social. Por otro lado Vives resalta que los pobres
no deben estar ociosos, si está en condiciones de trabajar y que una de las maneras más
eficaces de ayudar es la capacitación en un oficio, de esta manera se alienta a la persona
en ser su propio agente de cambio.
Es así como Vives asentó las bases de la Asistencia Social en los siguientes
principios:

 El derecho del individuo a recibir asistencia social en caso de necesidad;


 La individualización de cada situación, que se refiere al simple hecho de que
cada persona es única al igual que su circunstancia;
 La aceptación del otro que solicita ayuda, sin mirar quién es;
 La rehabilitación y prevención a través del trabajo;
 La acción prolongada hasta resolver situación problema.

Más tarde, y en el seno de la Iglesia Católica surge el nombre de Vicente de Paul


quién siguiendo las bases de la Asistencia Social funda las Damas de la Caridad, entidad
integrada por damas aristocráticas, dedicadas a visitar a los enfermos en los hospitales y
a los pobres en sus domicilios, dicha organización finalmente derivó en la Hermanas de
la Caridad, a su vez Vicente de Paul fundó orfanatos, casas de tránsito para familias sin
hogar, talleres de capacitación en oficios, etc.

La ayuda brindada por la Iglesia Católica contrasta con la del protestantismo en


que la primera basa sus esfuerzos en acciones individuales, en cambio la segunda realiza
acciones tendientes a mejorar la situación de los indigentes mediante medidas de
alcance general a través de instituciones benéficas que atendiera a un mayor número de
personas.

Para el año 1805 Tomas Chalmers, siguiendo con el llamado Sistema de


Hamburgo organiza la acción asistencial en el ámbito de su parroquia, dividiendo la
ciudad en sectores a cargo de un responsable de distribuir la ayuda a los necesitados,
cuidar de los niños desprotegidos y fomentar la ayuda mutua entre los pobres. Chalmers
fue el primero en señalar que la ayuda a los indigentes debía convertirse en ciencia
basada en la observación, teniendo como objetivo el mejoramiento social. De allí parte
el estudio de las necesidades y se puso énfasis en la prevención y la rehabilitación
social.
Posteriormente en 1869, bajo el nuevo contexto histórico que se da con la Revolución
Industrial, se funda en Gran Bretaña, la Sociedad de la Organización de la Caridad
(COS), con Octavia Hill como una de sus fundadoras y que plantea fundamentalmente
la capacitación teórico-práctica de los agentes de la C.O.S, que el asistido debe ser
sujeto de su propio cambio, la creación de registros centralizados de asistidos y de
recursos institucionales, además de la coordinación interinstitucional. Luego, se genera
la creación de esta organización en E.E.U.U., entre cuyas integrantes se destacan Jane
Addams, (Premio Nóbel de la Paz, 1931) quién crea un centro de Asistencia Social en
un barrio industrial de Chicago, propicio la construcción de parques, logró medidas de
protección para inmigrantes, lucho contra la explotación laboral infantil.

Por su parte Mary Richmond propone la creación de una Institución para


capacitar al personal de la C.O.S. y a sus futuros agentes, misión concretada en 1898
con la escuela de Filantropía de Nueva York, primer antecedentes de formación en
trabajo social, la que fue evolucionando hasta que en 1918 se convierte en la Escuela de
Trabajo Social de la Universidad de Nueva York. Sin embargo la primera escuela de
formación teórico-práctica sistemática de servicio social fue fundada en Ámsterdam en
1899.

HACIA UNA METODOLOGÍA CIENTIFICA EN TRABAJO SOCIAL.

Estudio de Caso Individual.

El Servicio Social surge como respuesta a una situación compleja de la sociedad, como
fue la Revolución Industrial, y si en un
comienzo la Asistencia social
implementada por reformadores sociales
fue esencialmente empirista,
posteriormente, con la fundación de la
C.O.S. como hito histórico y con Mary
Richmond como una de sus precursoras,
se marca el inicio del Servicio Social
con bases científicas, fundada en la
investigación cuyo objetivo fue recopilar
toda la información necesaria acerca de la persona y su problemática social, herramienta
denominada diagnóstico, que llevaría al profesional a establecer una pauta de trabajo
orientada a la modificación de comportamientos, lo que hoy en día se denomina
intervención o tratamiento.

Es así como se puede hablar de una metodología del Servicio Social a partir de
la evolución de la actividad caritativa, voluntaria y apostólica, hacia una práctica social
profesional, con investigación y sistematización respecto a las experiencias vividas. Es
así como aparece el Case Work, o el estudio de caso, cuyo planteamiento estuvo a cargo
de Mary Richmond.

Para tener claro en que se basa una metodología, primero que todo se debe
establecer claramente a que se refiere cuando se habla de método, y esto se refiere al
orden que se debe poner en la serie de diferentes actos para alcanzar un fin determinado.
Como punto de partida para el ejercicio de la profesión tenemos la investigación, la que
puede comprender unas horas de trabajo en la entrevista o meses de investigación
exhaustiva en terreno. La investigación sitúa al individuo en un contexto histórico
familiar, en una profesión, estudia su forma de vida y a través de ello conoce de alguna
manera su personalidad. (De Robertis, 1988) Para ello el profesional debe ser empático
con el asistido. Como no existe causa simple o sola, sino múltiples u complejas la
investigación formal comienza con la formulación de una hipótesis.

Luego de realizada la investigación se analizan los datos de manera de poder


interpretar y cotejar los datos obtenidos, a lo que se llega entonces es a un diagnóstico
de la situación el que no solo debe definir claramente las dificultades, sino también debe
descubrir aquellos elementos de la situación que pueden llegar a ser obstáculos o
incluso ayudar al tratamiento, para ello debe incluir una definición de las dificultades,
así como una lista de los factores causales que tienen que ver con las dificultades y
posteriormente una enumeración de los elementos disponibles en la atención y los
riesgos sumados al tratamiento.

Por su parte Mary Richmond en el libro Diagnosis social plantea la


sistematización del diagnóstico, las que permite elaborar tipologías de diagnóstico y
tratamiento, de las cuales señala la acción directa al cliente y la acción indirecta ejercida
sobre el medio social, en lo que se refiere a esto último hace referencia a la necesidad de
“abordar al individuo por medio de sus relaciones sociales.

Cristina de Robertis (1988) se refiere al estudio de casos como el hecho que


representa el acceso al nivel del conocimiento científico del individuo, de manera que se
convertía en una actividad de tipo científico. (P.p.1

Servicio Social de Grupo.

Posteriormente, uno de los hechos más


significativos para clarificar el papel del
trabajo social de grupo, fue la crisis en los
sectores populares por la recesión
económica de 1930 en los Estados Unidos y
la aguda situación de la segunda guerra
mundial, que obligó a trabajar en grupo con
los afectados por estas situaciones. También
sirve de base el incremento del Fascismo en contraposición con la democracia, donde se
toma el grupo para perpetuar la democracia o para concretar el poder cerrado de las
elites. El trabajo social de grupo, como método específico del trabajo social para la
acción profesional se reconoce oficialmente en 1946 (en la conferencia nacional de
trabajo social en Búfalo Nueva York. Las luchas sindicales de mitad de siglo pasado
para conquistar la jornada de 8 hrs. de trabajo, 8 hrs. de estudio y 8 hrs. de descanso,
dieron las bases de la solidaridad, la ayuda mutua, el liderazgo de grupo, la unidad y la
lucha común de los desprotegidos para la conquista de sus reivindicaciones y bienestar.
En 1949, la asociación americana de trabajo de grupo publicó un informe definiendo el
trabajo social de grupo, delimitando sus objetivos, funciones y técnicas.

Los aportes de las Ciencias Sociales, especialmente la sociología, la psicología,


la ciencia política, la psiquiatría y la pedagogía. (la sociología, aporto la teoría del
grupo; la psiquiatría, el lenguaje de la terapia grupal; la pedagogía, instrumentaliza los
procesos para el manejo de grupos y las técnicas de enseñanza de aprendizaje colectivo.

En general la metodología de Intervención del trabajo social de grupo está


estructurada de la misma forma que para caso individual, o sea investigación, diagnosis,
pauta de tratamiento y tratamiento, pero trae consigo algunas características que denotan
la diferencia y entre ellas se encuentran el conocimiento del comportamiento individual
y de grupo, de las condiciones sociales y de las relaciones comunitarias.

El estudio social es la fase de recolección de datos del grupo en sí, de cada uno
de los integrantes y del medio circundante, empleando técnicas de dinámica individual y
grupal. Para ello se tiene en cuenta básicamente la observación, las entrevistas, los
cuestionarios, las visitas domiciliarias, los sociodramas, el juego de papeles y los
psicodramas.

Por su parte el diagnóstico y el plan de tratamiento parten de la sistematización


de datos obtenidos de la vida del grupo y los componentes individuales, los cuales
establecen los indicativos que caracterizan el problema o fenomenología del grupo, sus
relaciones y determinantes que dan lugar al establecimiento de alternativas y
prioridades.

El tratamiento es la búsqueda de soluciones a la problemática y conflictividad


del grupo, mediante la ayuda institucional, la autoayuda, la rehabilitación o la
promoción.

Trabajo Social de Comunidad.

Bases del Trabajo


social comunitario
son, en esencia, las
mismas que para la
intervención
individual o grupal.
Implica conocer la
comunidad con la que
se trabaja, mediante
una investigación previa, conocer a los miembros de la comunidad y sus necesidades e
intereses.

El concepto de comunidad no es sólo un «modelo» (patrón), es un «modelo


sociológico». Es un conjunto de interacciones, comportamientos humanos que tienen un
sentido, y expectativas entre sus miembros. No sólo acciones, sino acciones basadas en
esperanzas, valores, creencias y significados compartidos entre personas. Es por ello
que el trabajador social debe tener conocimiento de todas las ciencia humanas, como la
sociología y la psicología.

Posteriormente, cuando el Servicio Social llega a América Latina, alrededor del


año 1925 y hasta la década del 60, se desarrolla como una profesión destinada a
atender, orientar y socorrer a sectores sociales en situación carencial, que acudían a
diferentes instituciones en busca de apoyo. (De Robertis, 1988, P.p.29). En ese ámbito
de acción se produce lo que se conoce como reconceptualización, alrededor de 1965.
Este proceso surge de un profundo cuestionamiento del Servicio Social tradicional y una
revisión de las fuentes del Trabajo Social, el que por corresponder a un modelo creado e
instaurado en E.E.U.U. y Europa, dista mucho de la realidad Latinoamericana.

La reconceptualización se enfoca principalmente no al cambio psicológico y


actitudinal del sujeto, que busca el Trabajo Social tradicional, sino que más bien está
orientado al cambio social como objetivo final. Kisnerman (1981) la describe como, una
búsqueda, en el sentido de lograr alternativas científicas de intervención que
contribuyan a transformar básicamente las situaciones problemas en las que los
Trabajadores Sociales latinoamericanos trabajan. (P.p.45).

Dicho proceso tuvo su primera etapa en 1965-1969 se gesta en las escuelas de


Trabajo Social, donde la interdisciplinariedad de equipos hace un cuestionamiento
básicamente de los modelos aplicados en la práctica, los que no se ajustan a la realidad
latinoamericana, ello produjo un cambio actitudinal de los profesionales, reflejándose
un mayor compromiso con las clases sociales más desposeídas, una mayor crítica desde
una perspectiva histórica de la realidad latinoamericana y un desarrollo de la capacidad
creativa, lo que redundó en un esfuerzo por teorizar a partir de la propia práctica y no
desde la perspectiva de otras ciencias.
Un segundo momento surge en 1969, y en el se puso énfasis en la revisión
teórica y metodológica del Servicio Social, a partir de ellos se elaboraron tres
alternativas metodológicas distintas las que respondieron a tres corrientes, siempre
basadas en el método científico, del cual nunca debe apartarse.

 Una es el tecnicismo neopositivista, el que aplicaba el método hipotético


deductivo al Trabajo Social.
 La otra alternativa era concientizadora, que por medio de la educación pretendía
revalorizar al hombre dentro de su propia realidad, su base estaba dada por la
filosofía existencialista y personalista.

 Y finalmente la dialéctica, que ponía énfasis en la praxis científica, cuya


finalidad era transformar las situaciones problemas en los microsistemas
económicos.

Todos estos enfoques fueron llevados a la práctica en áreas comunitarias urbanas


y rurales, rechazando el trabajo en instituciones.

El movimiento reconceptualizador hace que el ser de la profesión salga del


aletargamiento de décadas y expresa esa necesidad latente de accionar en función de
cambios sociales significativos, de comenzar (o recomenzar) a jugar un papel en la
construcción de la realidad. (De Robertis, 1988, P.p.32).

METODOLOGÍA DE INTERVENCIÓN EN TRABAJO SOCIAL.

Aunque en sus inicios como ya se mencionó el trabajo social estaba ligado a la


intuición y la buena voluntad de las personas que lo desempeñaban, a lo largo de la
historia de la profesión se fueron formando diversas formas de encarar la intervención,
ya sea individual, grupal o comunitaria, de profesionalizarla y hacerla más metódica, de
allí que su base fundamental sea el método científico con el cual los profesionales deben
trabajar y desarrollar su accionar.

Por su parte la metodología del trabajo social surge a partir de la acumulación y


sistematización de experiencias prácticas, instancia que plantea en los inicios de la
profesión M. Richmond, y a su vez se nutre de diferentes ciencias humanas como son la
sicología, la sociología, la antropología, psicosociología, economía entre otras.
Para realizar la sistematización de la práctica y la elaboración metodológica De
Robertis (1988) plantea dos formas, la primera toma en cuenta una aproximación
pragmática, que dice relación con que el trabajador social opera por la acumulación de
experiencias y por la secuencia del ensayo y la posterior reflexión sobre los resultados,
sean estos positivos o negativos, Lo que demuestre producir resultados positivos será
nuevamente aplicado. La repetición acumulativa de esta forma de sistematización
permite después elaborar, sobre un plan general, las ideas fuerzas aplicables a diferentes
situaciones.

La segunda forma de sistematización utiliza una aproximación más científica,


utilizando las herramientas que utilizan las diversas ciencias humanas y particularmente
los métodos de investigación en Trabajo Social. (p. 64)

De Robertis (1988) considera al Trabajo Social alejado de la ciencia, lo


considera más bien un “arte” (P.p 65) que se va creando en el actuar, por su parte
Kisnerman (1981) plantea que el único método de acercamiento a la realidad es el
método científico, que implica el análisis objetivo de la realidad, buscando la esencia, el
contenido.(P. 176)

La metodología permite delimitar y estudiar las maneras de actuar de una


profesión, la forma de proceder según un orden determinado, la metodología en trabajo
social es la manera de hacer, pero no define los objetivos a alcanzar.

El trabajo social trabaja con el modelo médico y aséptico, donde se trataba una
“enfermedad” social y donde su metodología de intervención estaba basada en un
estudio o indagación de la situación, diagnostico social, tratamiento, evaluación y
finalización del tratamiento, fue un modelo de tratamiento social con fuerte influjo
médico. Posteriormente se modifica por influencia de las corrientes psicoanalíticas y ya
el tratamiento pasa a ser llamado terapia, de allí la terapia social, psicoterapia,
socioterapia, terapia de apoyo, etc.

A su vez existe otro modelo el de Intervención el que según De Robertis, está


reemplazando progresivamente al modelo médico, en este modelo el rol del trabajador
social es el de Agente de Cambio, ya sean estos personales, familiares o sociales. El
objetivo de cambio pasa a reemplazar al objetivo curativo, preventivo o paliativo del
modelo médico.

El trabajador social debe basar sus objetivos en la comprensión de la dinámica


social y psicológica en la que se haya el asistido, por medio del proyecto de
intervención, el concepto de intervención viene dado por el hecho de querer tomar parte
voluntariamente, hacerse mediador.

Dentro de la metodología de Intervención se manejan conceptos, como el


concepto de cambio, o sea modificación de una estructura o de un proceso, para ello se
debe descubrir la motivación del asistido para cambiar, el nivel de malestar que el
asistido siente en su situación actual y el grado de esperanza de lograr una mejor
situación. Concepto de contradicción, concepto de interdependencia, que nos permite
considerar a los individuos no como entidades autónomas sino más bien como unidades
de relación de interdependencia con otros individuos y grupos. Por otro lado se
encuentra el concepto de equilibrio dinámico, o sea que el equilibrio logrado en
cualquier momento puede perderse y luego volver a estabilizarse.

La metodología de la intervención planteada por De Robertis plantea las


siguientes fases: localización del problema social o de la solicitud, análisis de la
situación, evaluación preliminar u operativa, elaboración de uno o varios proyectos de
intervención, confrontación de dicho proyecto con los del asistido y los del organismo
empleador, con lo que se confecciona el contrato, puesta en práctica del proyecto común
y de las intervenciones escogidas, evaluación de los resultados y finalización de la
acción.

Por su parte el proceso metodológico, cualquiera sea el modelo adoptado, puede


describirse gráficamente como un movimiento en espiral con un punto de partida y un
punto de llegada, en donde las diversas fases del método se atraviesan sin confundirse ni
excluirse.

Los campos de aplicación del trabajo social son múltiples y variados y van
determinados por el objeto de intervención ya sea este individual, grupal o comunitario,
sin embargo según el campo de aplicación, los conocimientos que se apliquen son
variados, aún así la gestión metodológica en trabajo social es única y se aplica en los
diversos capos de intervención con ligeras modificaciones en cuanto al tipo de
problemática social abordada, el tipo de institución en la que se trabaje y el tipo de
legislación imperante.

Sumado a todo la metodología de intervención aplicada por el Trabajador social


debe estar atravesada por postulados éticos y principios operacionales que deben regir
su actuar, que son la dignidad de la persona, aceptándola tal cual es, reconocer la
capacidad de desarrollo del ser humano junto a otros hombres, reconocer la dimensión
social intrínseca del hombre, reafirmando el derecho de buscar y encontrar en la
sociedad en la que viven las condiciones para su realización, por otro lado se debe
estimular el ejercicio de la libre participación y elección de la responsabilidad de las
decisiones, se debe respetar los valores, patrones y pautas culturales del asistido, se les
debe brindar oportunidad para el cambio y finalmente se debe actuar dentro de una
perspectiva global de la realidad social. (Kisnerman, 1981, P.p. 179)

Modelo psicodinámico.

A medida que cambia y evoluciona la vida nos damos cuenta que todo parte de
la Psicología y la Psiquiatría para que se dé a conocer la importancia del enfoque del
Trabajador Social analizando y apoyando los problemas psicológicos y emocionales.
Freud propone “un modelo de desarrollo de la personalidad basado en la existencia de
fuerzas para conseguir el equilibrio dinámico” este modelo hace énfasis en la conducta
interna del ser humano, sus valores y características, algunos aspectos sobre la teoría o
modelo psicodinámico es determinar los aspectos que se encuentran ligados a la
personalidad.

El modelo Psicodinámico intenta estudiar más allá del puro comportamiento


externo del sujeto y como tal tienen un enfoque hacia el inconsciente a través del sueño,
determina siempre que los comportamientos son motivados por fuerzas y siempre por
conflictos internos, siempre se caracterizan porque tienen poca consciencia y control de
motivación en sí. El modelo se basa en la concepción de la existencia que se
desenvuelve por fases y por crisis, que se apoya en las fuerzas utilizadas y desarrolladas
durante una crisis para poder resolver la siguiente. El resultado del tratamiento es
apoyar a resolver la dificultad actual y facilitar un cierto aprendizaje del problema para
hacer frente a las sucesivas dificultades que presenta toda vida humana.
Al realizar el Estudio psicodinámico de un caso específico o una situación que
vamos a valorar, tenemos que tener en cuenta siempre los siguientes pasos:

Anamnesis (análisis del caso).

1. Estudio psicodinámico (Relación paciente-examinador. Forma global de la


relación de objeto).
2. Impresión del examinador.
3. Juicio diagnóstico (Estructura de la personalidad) tendencias predominantes –
defensa predominante.
4. Conclusiones.

Modelo de intervención en crisis.

Su metodología fue desarrollada por la psiquiatría americana y su adaptación


al Trabajo Social se debe a que la práctica de los Trabajadores Sociales se desenvuelve
en permanente contacto con personas en estado de crisis. Como individuos, miembros
de la familia o de un grupo, a lo largo de nuestra vida experimentamos crisis y
participamos en la crisis de otros; Es importante resaltar que algunos individuos suelen
tener la habilidad de solucionar sus crisis mientras que otros deben buscar apoyo
emocional y profesional. La intervención guiada por este modelo se clasifica en el
grupo de las terapias breves de intervención, ya que exige por lo general, una respuesta
inmediata y consejo dentro de un periodo corto de tiempo por parte del profesional,
debido a su inmediatez se pueden experimentar sentimientos de ansiedad, desamparo e
impotencia en el Trabajador Social, es primordial poseer un sólido conocimiento de los
conceptos y principios de esta teoría en función de que los Trabajadores Sociales hagan
frente a los cambios que ocurren en el proceso de intervención y evitar resultados
negativo e insatisfactorios.

Desde el contenido conceptual podemos decir que la intervención en crisis


consiste en apoyar en la situación vital a una persona y/o familia o grupo que está
experimentando una ruptura vital y apoyarla a movilizar sus propios recursos para
superar el problema y así recuperar el equilibrio emocional. Se han consolidado una
serie de conceptos básicos que son aceptados por quienes ejercen desde este modelo,
( Swanson y Carbon 1998):

1. Las crisis son experiencias normales en la vida. Reflejan una lucha en que la
persona intenta mantener en un estado de equilibrio entre sí mismo y su entorno.
2. El estrés desencadena la crisis que puede ser un acontecimiento externo o
interno. Puede ser un hecho catastrófico o el producto de una acumulación de
acontecimientos menos graves.
3. La gravedad de la crisis no se relaciona con la gravedad del estresor sino con la
de su percepción con la persona.
4. Puede existir un nexo (experimentado emocionalmente y no necesariamente
consciente) entre la situación actual y conflictos del pasado.
5. Las crisis son acontecimientos autolimitados (4-6 semanas) que se resuelven
adaptativa o desadaptativamente.
6. En las crisis, las defensas están debilitadas, por lo que la persona está más
receptiva al apoyo y los esfuerzos mininos conllevan resultados máximos.
7. La resolución adaptativa de la crisis ofrece una triple oportunidad: a) dominar la
situación actual, b) elaborar conflictos pasados, y c) aprender estrategias para el
futuro.
8. La resolución no está tan determinada por las experiencias o la estructura de la
personalidad como por procesos presentes.
9. Las perdidas anticipadas o reales suelen ser un factor importante a trabajar.
10.Con la resolución adaptativa emergen nuevas fuerzas y nuevas habilidades de
resolución de problemas para el futuro.

En la naturaleza de su intervención es pertinente resaltar algunos elementos:


Supone una intervención activa y directa en la vida de la persona (primera ayuda
social), El “focus” se centra en el presente, en el aquí y ahora, Propone la necesidad de
dar una respuesta rápida y breve, Es una intervención centrada y estructurada, es
Fundamental la disponibilidad del Trabajador Social durante la fase de crisis, Utiliza el
contrato y la Determinación de unos límites temporales. Desde el rol del Trabajador
Social se puede destacar el mayor poder y autoridad, que es otorgado por la crisis, la
cual pone al individuo en una situación de confusión y desequilibrio que le incapacita
para tomar decisiones correctas.

La autoridad debe ser utilizada en los momentos que el cliente se encuentre más
confuso y desestabilizado, su maestría profesional (Rapoport) le atribuye la capacidad
para percibir la realidad, organizar la acción y proponer consejos y decisiones, la actitud
del Trabajador Social “debe ser activa, decidida y entregada” (Golan, 1978: 82), a
través de la cual es necesaria la comunicación de optimismo y esperanza a lo largo de
todo el proceso, como regla fundamental en el proceso de intervención en crisis.
Aunque es un modelo centrado en el Yo (aspectos afectivos, cognitivos, de adaptación)
incorpora el entorno, el medio ambiente, como un factor relevante para la resolución de
la crisis.

Modelo centrado en la tarea.

Ha sido desarrollado por completo desde el Trabajo Social y para el Trabajo


Social, orientado en los problemas, desde los años 70, basado en trabajos realizados por
William Reid y Am Shyne donde sugieren que los trabajos realizados a corto plazo son
más productivos que aquellas intervenciones abiertas en el tiempo. Se basan en
desarrollar y llevar a cabo tareas que tengan que ver en la solución del problema que se
plantea por los propios usuarios
En teoría es un modelo orientado a proporcionar una respuesta práctica breve y
eficaz centrándose en la consecución de unos objetivos específicos.

La relación del Trabajador Social con el usuario se define por la intervención


basada no en dirigir sino en asesorar, acompañar y dar respeto a las capacidades y
posibilidades del usuario, llegando a una corresponsabilidad mutua, donde el eje central
está en la evaluación de los resultados de la intervención del problema.

Los conceptos básicos que se basa este modelo de intervención son los siguientes:

1. La selección de un problema.
2. La definición y utilización de la tarea para abordar el problema.
3. Relación entre sociedad afectada y trabajador social, donde hay una continua
revisión y negociación.
4. Utilización de límites temporales marcados en la solución del problema.

“Es un método que se ha demostrado especialmente eficaz en la intervención


con problemas causados por conflictos interpersonales, insatisfacción con las
relaciones sociales, problemas con organizaciones formales, problemas de toma de
decisiones, recursos insuficientes, problemas conductuales”.

Básicamente, los elementos principales en los que se apoya la práctica de la


intervención centrada en la tarea son: la delimitación del problema, los objetivos, el
límite del tiempo, las tareas a llevar a cabo y el contrato.

Modelo de modificación de conducta.

Este modelo se apoya en la teoría del conductismo que se desarrolla a


comienzos del siglo XX y como disciplina aplicada al trabajo social se produce a
mediados de los ochenta; Es una corriente de la psicología aplicada al objeto de estudio
y análisis de la conducta humana y aplicada al trabajo social ya que utiliza los principios
propios de la psicología experimental, el modelo de modificación de conducta consiste
en modificar los ¨problemas de conducta en el que el tratamiento puede ser ejecutado
en forma aislada o conjunta y consta de dos estrategias:
1. Modificar las respuestas del paciente de acuerdo a los factores que hay en su
ambiente.
2. Modificar factores de su ambiente

En este modelo se especifica que cuando el sujeto se mueve por su entorno


puede o no desarrollar la capacidad de aprender de él, de esta forma, nuestro carácter y
forma de pensar se van desarrollando poco a poco, en base a lo que vamos viendo en el
medio en que vivimos. Dicho de otra forma, nuestro entorno es el que hace que seamos
como somos. La aparición de las conductas o comportamientos sociales se determinan
por medio del aprendizaje mencionado anteriormente, por ejemplo, el consumo de
drogas en un adolescente se considera como un problema, la intervención del trabajador
social teniendo en cuenta el modelo de codificación de conducta sería examinar el
ambiente en el que se mueve el individuo ya que de este es de donde se genera el
aprendizaje de forma directa.

“El Trabajo Social conductista fija los objetivos de su intervención básicamente


en obtener, suprimir, disminuir o reforzar de forma duradera ciertas conductas”
(Viscarret, J. 2007), esto quiere decir, que parte fundamental de la intervención por este
modelo es una vez analizado el problema y sus causas externas directas del aquí y el
ahora, ya que en este modelo no se toman en cuenta las experiencias del pasado, se
procede a alterar el comportamiento del individuo utilizando refuerzos, es decir, aquello
que es necesario para adquirir un aprendizaje nuevo, generando así la extinción de una
conducta problema y la aparición de otra conducta.

En este modelo es importante destacar la relación que tienen el Trabajador


Social y el paciente ya que a pesar de que el Trabajador Social es guía de manera
profesional a la modificación de la conducta también se busca que el paciente sea
participe y autónomo dentro del proceso, considerando a ambos como agentes activos
en el proceso de cambio; todo esto teniendo en cuenta que nunca se le considera al
paciente como el problema a intervenir sino que se busca el problema en el ambiente
externo de este.

Modelo humanista/existencialista.
Al referirnos al modelo humanista, podemos tener presente la caracterización
que presenta Viscarret: “El trabajo social humanista respeta la diversidad, la
pertenencia étnica, la cultura, los estilos de vida y de opinión, denuncia las formas de
violencia y discriminación, rechaza la estandarización y el modelamiento del ser
humano, respetando la capacidad de acción y de elección de éste, impulsando la
cooperación, el trabajo comunitario y la comunicación”.

De manera hipotética podríamos aplicar este modelo de intervención en un


grupo concreto de desplazados que llegan a la ciudad. Es importante entonces conocer
cada familia, su lugar de origen, el motivo por el cual dejan el campo y llegan a la
ciudad, la cultura propia que poseen, como vivían antes de llegar a la ciudad, sus
costumbres, ya que todo esto permitirá poder hacer una intervención más desde lo que
son y lo que necesitan realmente. Al conocerlos se puede identificar si existen formas de
violencia, de discriminación y poder así, realizar las respectivas denuncias en el lugar
indicado.

Desde este modelo humanista del Trabajo Social, se puede llegar en este caso
concreto primero a la persona como un ser humano completo, que tiene sus
necesidades, sus opiniones, sus anhelos y a la cual es fundamental respetarle su libertad,
su dignidad y sobre todo su potencial o capacidad de elección. Puede ser que emigrar
del campo a la ciudad no sea una opción personal, sino que está mediado por situaciones
externas, generalmente de violencia que pueden llevar a esto, sin embargo, al realizar
una intervención en un grupo de desplazados, es necesario partir de lo que cada uno
espera en ese nuevo estilo de vida, y fundamentalmente, se tiene que llevar a que entre
ellos, se impulse la cooperación, el trabajo comunitario, ya que al tener una situación
similar que los une, también debe ser apoyo los unos a los otros y construir todos juntos
nuevas oportunidades, lo que hace que sea muy necesaria la comunicación para poder
lograrlo.
CONCLUSIONES.

El Trabajo Social a lo largo de su historia ha ido evolucionando y


perfeccionándose, buscando sus cauces en diferentes corrientes ideológicas y
científicas, formando y creando poco a poco una estructura de trabajo determinada,
llamada método, o sea un camino hacia…hacia algo mejor una salida a los problemas
que acontecen al ser humano individual, grupal o comunitario, para ello ha tomado
como suyo el método científico basándose en él para realizar de una forma metodología
el trabajo, para poder hacer teoría basado en la práctica.

Por su parte los profesionales deben buscar sus formas de intervenir en los
problemas de los asistidos, buscar un marco teórico que los guíe en el actuar, ya que la
forma en que lo lleve a cabo va a estar determinada en ello, a su vez la sistematización
de las prácticas profesionales, van creando nuevas teoría y formas de encarar los
problemas que se planteen en el ejercicio de la labor profesional, el asunto de la
metodología del actuar profesional no es un capítulo cerrado sino más bien un libro
abierto en permanente revisión y dependerá de cada profesional enriquecer con su
experiencia, análisis y critica la práctica del trabajo social.
BIBLIOGRAFIA.

 Ander-Egg, E. y Aguilar, M. (1995). Diagnóstico Social. Conceptos y


Metodología. Buenos Aires. Editorial Lumen.

 De Robertis, C. (1988). Metodología de la Intervención en Trabajo Social.


Buenos Aires. El Ateneo.

 Kisnerman, N. (1981). Introducción al Trabajo Social. Buenos Aires. Editorial


Hvmanitas.

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