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Las tres teorías principales sobre las emociones discutidas en el documento son:
1) El psicoanálisis de Freud, que ve a las emociones como resultado de pulsiones inconscientes y conflictos entre pulsiones de vida y muerte.
2) El conductismo, que se enfoca en la conducta emocional observable en lugar de la experiencia subjetiva.
3) Las teorías fisiológicas, que ven a las emociones como resultado de cambios fisiológicos internos.
Las tres teorías principales sobre las emociones discutidas en el documento son:
1) El psicoanálisis de Freud, que ve a las emociones como resultado de pulsiones inconscientes y conflictos entre pulsiones de vida y muerte.
2) El conductismo, que se enfoca en la conducta emocional observable en lugar de la experiencia subjetiva.
3) Las teorías fisiológicas, que ven a las emociones como resultado de cambios fisiológicos internos.
Las tres teorías principales sobre las emociones discutidas en el documento son:
1) El psicoanálisis de Freud, que ve a las emociones como resultado de pulsiones inconscientes y conflictos entre pulsiones de vida y muerte.
2) El conductismo, que se enfoca en la conducta emocional observable en lugar de la experiencia subjetiva.
3) Las teorías fisiológicas, que ven a las emociones como resultado de cambios fisiológicos internos.
Concepto • Las emociones pueden considerarse desde cuatro perspectivas, de las que se derivan también cuatro teorías: El Psicoanálisis • En 1895 Freud publicó su libro Estudios sobre la histeria en el cuál describió el desarrollo de su nueva teoría sobre el origen de esta enfermedad, al mismo tiempo que sentó las bases para una teoría de la emoción. • A medida que creció su experiencia con los pacientes, llegó a la conclusión de que la represión de las memorias cargadas emotivamente era la base de todos los síntomas neuróticos, y no sólo de los asociados con la histeria. • Las ideas de Freud sobre los afectos (término psicoanalista de las emociones) se basan en su teoría de pulsiones, las cuales pueden ser de dos tipos: pulsiones de vida que incluyen los afectos positivos y buscan el placer y pulsiones de muerte la agresividad, destructividad y los afectos negativos. • Estas pulsiones debían considerarse como estímulos internos que afectan el comportamiento de cada individuo regulando la dirección y el tipo de acción (Plutchik, 1987). El Psicoanálisis • Freud presupuso, asimismo, que las emociones que intervenían estaban siempre relacionadas con conflictos respecto a la pulsión sexual.
• El psicoanalista David Rapaport (1950) ha
sintetizado estos conceptos al decir que la noción psicoanalítica de los afectos presupone: – Que ocurre un proceso inconsciente entre la percepción del estímulo que evoca la emoción y el cambio periférico autónomo o visceral; – Que el cambio autónomo periférico y el sentimiento de la emoción son ambos procesos de descarga de la misma fuente de energía impulsora; y – Las emociones son mixtas, ya que son expresiones de conflictos. El Conductismo • Calhoun y Solomon (1992) opinan que los filósofos que defienden la teoría de la sensación y la teoría fisiológica de la emoción hacen del sentimiento o experiencia subjetiva de la emoción el centro de sus análisis, mientras que los proponentes de las teorías conductuales se concentran en otro rasgo prominente de la emoción que es la conducta emocional.
• Para ellos, la conducta observable, y no la experiencia
privada, es la base para analizar la emoción: – Mientras se trate de llegar a lo que es una emoción pensando en las propias experiencias de la cólera, el amor y otras semejantes, parece natural pensar que la emoción es principalmente algo que se siente en el interior. – Se puede percibir la culpabilidad en el rostro de alguien, el fulgor de la hostilidad, o el enrojecimiento de la excitación; y quizá se escuche el temblor del pesar en la voz de otro o la cólera en la injuria verbal. – Es posible descubrir los verdaderos sentimientos observando las propias acciones; como estar hablando constantemente de otra persona y sólo entonces darse cuenta de que se está enamorado. Hay también buenas razones filosóficas para observar la conducta en vez de concentrarse exclusivamente en el sentimiento subjetivo, en el análisis de la emoción.