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“El autismo es una condición de origen neurológico que se aprecia a edad

temprana generalmente durante los tres primeros años de vida, puede estar
asociado o no a otras patologías. Las personas con autismo presentan como
características, dentro de un continuo, desviaciones en la velocidad y secuencia
del desarrollo, desviaciones en la relación social, desviaciones en el lenguaje y la
comunicación, además de problemas sensoperceptivos y cognitivos que
ocasionan rutinas, estereotipias, resistencia al cambio e intereses restringidos,
todo lo cual interfiere en su interacción con las otras personas y con el ambiente.”

Las personas con autismo presentan desviaciones en la velocidad y secuencia del


desarrollo las cuales comprenden una desorganización en la coordinación de los
principales ejes del desarrollo: motriz, socio-adaptativo y cognitivo, evidenciándose
retrasos, detenciones y/o regresiones en el desarrollo de los mismos.

En cuanto a las desviaciones en la relación social se deben considerar el


reconocimiento social, la comunicación social y la imaginación y la comprensión
social. En el reconocimiento social los educandos con autismo en condiciones más
severas presentan aislamiento e indiferencia hacia las demás personas, evitando
el contacto físico. Otros no realizan contacto social espontáneo pero admiten
acercamientos y no se resisten al contacto físico y a la interacción, volviendo a su
aislamiento cuando finaliza la actividad en la que fueron incluidos. Otros pueden
mostrar un acercamiento social activo de forma peculiar e idiosincrática. En
aquellos con mayor integridad las alteraciones en el reconocimiento social son
difíciles de detectar ya que son capaces de captar algunas reglas de interacción
social pero no captan otras. Con respecto a la comunicación social están aquellos
con ausencia de propósito comunicativo, otros que la expresión de necesidades
constituye el único nivel de comunicación, otros cuyo lenguaje está presente pero
las verbalizaciones no forman parte de intercambio social y generalmente están
fuera del contexto comunicativo hasta aquellos que logran desarrollar lenguaje
comunicativo pero sin una verdadera reciprocidad en la comunicación. En relación
a la imaginación y la comprensión social hay un grupo de educandos con autismo
que no juegan, otros tan sólo hacen una copia mecánica de las acciones de los
juegos de otros niños sin comprensión real de los mismos, otros logran asumir
roles pero en forma repetitiva y estereotipada sin variación ni empatía y aquellos
con mayor integridad cognitiva pueden tener la capacidad inclusive de reconocer
los pensamientos de otras personas pero no alcanzar el nivel de comprensión.

En las desviaciones del lenguaje y la comunicación, muy relacionadas con las


desviaciones en la relación social, tampoco las personas con autismo conforman
un grupo homogéneo. Algunos pueden presentar mutismo (selectivo o no), otros
presentan ecolalia inmediata y/o tardía, comienzo inmaduro de la sintáxis,
articulación inmadura, problemas con la prosodia del lenguaje. En cuanto al
lenguaje comprensivo pueden evidenciar capacidad para la memoria mecánica
pero incapacidad simbólica y fracaso en el uso de términos abstractos, conceptos
y razonamientos. Hay educandos con autismo que pueden conservar los
elementos sintácticos del lenguaje pero tener alterados los componentes
semántico y pragmático. En la comunicación no verbal se puede evidenciar que
algunos se retrasan en el desarrollo de la misma o no usan los gestos en forma
apropiada, otros presentan disociación de gestos y lenguaje y fracasan en la 2
asignación de significado a los gestos. De ahí que el lenguaje gestual en aquellos
educandos con autismo y además con deficiencias auditivas severas presenta
muchas dificultades.

En cuanto a los problemas sensoperceptivos también se dan dentro de un


continuo que va desde la hiposensibilidad a los estímulos sensoriales hasta la
hipersensibilidad. La mayoría de los educando con autismo son aprendices
visuales ya que hay mayor integridad de esta modalidad sensorial. La modalidad
auditiva es la que generalmente está más afectada donde se puede observan una
respuesta inconsistente a los sonidos (parece sordo pero no es; a veces responde
y/o se orienta a los sonidos y otras no), hipo o hipersensibilidad ante algunos
sonidos y diferentes frecuencias tonales, lo que puede hacer que escuchen de
manera distorsionada y procesen inadecuadamente la información sensorial.
En relación con los problemas cognitivos, cabe destacar que en lo relacionado a la
integridad cognitiva los educando con autismo tampoco conforman un grupo
homogéneo. Se puede señalar que a mayor integridad del Sistema Nervioso
Central hay mayor flexibilidad del pensamiento y una disfunción en el mismo
puede alterar los procesos de recepción, codificación, integración y, por ende, de
interpretación de la experiencia lo que conduciría a disfunciones en el nivel
conductual y afectaría la capacidad de aprendizaje del individuo y de construcción
de su conocimiento. Los educandos con autismo aún cuando presentan
características cognitivas, sociales y de comunicación diferentes a los educandos
con retardo mental, como ya se señalara, hay de un 75% a un 90% de los
educandos con autismo que presentan asociado retardo mental. Del 10% al 25%
restante tienen una mayor integridad cognitiva. En este grupo pueden existir
educandos con autismo y talento aún cuando también puedan presentar
dificultades específicas en el aprendizaje. Cabe destacar que en las personas con
autismo con mayor integridad cognitiva sus intereses también se circunscriben a
un área específica donde entonces pueden desarrollar talento. En ambos grupos
de personas con autismo con o sin retardo mental asociado parece existir un estilo
cognitivo característico al cuadro de autismo que los diferencia claramente de
otras entidades con las cuales pueden tener en común algunos aspectos. Así
mismo, estos educandos con autismo de ambos grupos pueden además presentar
un talento específico que se puede manifestar en una memoria prodigiosa,
habilidades excepcionales para las matemáticas, en el área musical, pictórica,
manual o en cualquier otra expresión de las artes o de los oficios. Los educandos
con autismo con mayor integridad cognitiva pueden presentar habilidades para la
lectura y la aritmética y un ajuste social relativamente mejor que muchos otras
personas con autismo. Aquellos con menor integridad cognitiva individuos autistas
evidencian ninguna o pocas habilidades para la lectura o la aritmética y un ajuste
social muy pobre Rutter, 1978). La mayoría de los educandos con autismo, en
especial los de condición más severa, tienen un repertorio limitado de respuestas,
su propósito comunicativo está disminuido y pueden estar poco “conectados” con
su ambiente
En relación a la situación actual de los modelos de atención dirigidos a la
población con autismo existente en Venezuela, el primer modelo claramente
identificable es el que se basa en el Modelo TEACCH de la Universidad de
Carolina del Norte. A través del tiempo se observa una reorientación conceptual
con mayor énfasis en los aspectos educativos con apoyo de los aspectos clínicos
inherentes a las características de la población atendida. Se observa mayor
claridad en los conceptos expuestos aún cuando persisten elementos del enfoque
clínico asistencial. Se logró una reorientación más centrada en el educando, en el
hecho educativo en sí mismo y en la promoción tanto del funcionamiento
independiente como de la integración social de la población. Cabe destacar la
planificación cuidadosa de las experiencias de aprendizaje y el desarrollo de
nuevas estrategias educativas que facilitan el desarrollo del funcionamiento
independiente del educando, favorece la comunicación espontánea y la
socialización y previene o reduce los problemas de conducta. En el área de la
investigación neuropsicobiológica y educativa han dado aportes importantes que
han apoyado el quehacer educativo.

El segundo modelo de atención es aquel basado en la Teoría del Apego cuyos


postulados se han actualizado en el marco de los avances en la investigación a
nivel internacional. Ubican al autismo dentro de los trastornos profundos del
desarrollo siguiendo los criterios de la DSM-IV. A las personas con autismo las
clasifican según su nivel de funcionamiento en: Alto, Medio y Bajo Nivel de
Funcionamiento considerando las características de interacción social recíproca,
comunicación y actividades imaginativas. Actualmente llevan a cabo un
“Tratamiento Psico-Educativo” en el cual han diseñado un “programa médico-
psicológico dentro de una estructura escolar”. Consideran que la educación
implica aprendizaje y no sólo escolarización, donde el aprendizaje es un proceso
acumulativo en el cual lo que se ha aprendido previamente es la base para el
aprendizaje posterior. Buscan desarrollar la integración de tareas
sensoperceptivas a fin de que la persona con autismo logre organizar un
procesamiento de información adecuado. A través del apego desarrollan
habilidades para que la persona con autismo “aprenda a aprender”. Plantean
diversas estrategias para lograr sus objetivos psicoeducativos. Para la
planificación de las actividades parten de aquello que le gusta hacer al niño, de lo
que puede hacer y de aquello que sabe hacer.

El tercer modelo de Atención es el que se basa en la Organización Neurológica


Sensorial. En este modelo se mantuvo la situación planteada en la restrospectiva
no existió coherencia entre los planteamientos teóricos cayéndose en un
eclecticismo práctico cuyos resultados deben ser cuidadosamente evaluados.
Dentro de las líneas de investigación en las cuales se crearon estas unidades
operativas se dió más énfasis a la investigación que a lo educativo perdiéndose el
hecho pedagógico en sí mismo y el educando dentro de un enfoque rehabilitatorio
y asistencial. Aspecto de mucha importancia que habrá de considerarse en los
convenios de investigación a subscribirse con otros organismos públicos o
privados. Así mismo, ya que dichas unidades operativas pertenecen al sector
oficial y debido a que se creó la Unidad programática de Autismo responsable del
diseño de la conceptualización y política para la atención educativa integral de
esta población tuvieron que ser reorientadas en congruencia con la
conceptualización y política de la modalidad de Educación Especial.

El educando con autismo, así como cualquier educando, ha de considerarse como


una unidad biopsico-social indivisible y eje central del hecho educativo donde sus
características son el producto de una interacción compleja y dinámica entre la
integridad de su Sistema Nervioso (bio), sus emociones y cogniciones (psico) y su
medio familiar, educativo y comunitario (social). Si el sistema nervioso del
individuo con autismo está afectado y, por ende, funciona de manera diferente,
esta persona tendrá una forma particular de enfrentarse y aprender del medio que
lo rodea

Las personas con autismo presentan desviaciones en la velocidad y secuencia del


desarrollo las cuales comprenden una desorganización en la coordinación de los
principales ejes del desarrollo: motriz, socio-adaptativo y cognitivo,
En conclusión, queda evidenciado que los educandos con autismo tienen
características específicas al cuadro, que aún cuando puedan mejorar, los
acompañan durante toda su vida, por lo tanto, constituyen un grupo dentro de la
población con necesidades educativas especiales que justifican el diseño de un
programa de atención integral diferenciado con métodos y recursos especializados
que permitan satisfacer sus necesidades y promover su desarrollo integral como
personas en una sociedad cambiante a la cual deben integrarse en la medida de
sus posibilidades.

En el Sistema Educativo Venezolano se concibe a la Educación de la persona con


autismo como un proceso integral (LOE, Artículo 1) de formación, continuo,
sistemático, dinámico y permanente que busca el desarrollo pleno del individuo
como ser bio-psico-social en las distintas fases de su ciclo vital (LOE, Artículo 33;
Ministerio de Educación, Resolución Nº 123, 1994) para lo cual se promueve la
participación de la familia, de la comunidad y de todas las instituciones que sean
necesarias en el proceso educativo (LOE, Artículo 13).

El educando es ahora el centro de gravedad de la vida pedagógica (Prieto, 1990).


En tal sentido, Pérez de Hernández (1995) considera al educando como: “...un ser
activo, ente bio-psico-social en interacción con sus pares, con el medio, a quien el
hecho pedagógico debe garantizar su formación ciudadana y capacitarlo para
transformarse a sí mismo y a su sociedad.

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