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HENRI EY- DELIRIOS PASIONALES.

Lo que en 1921 cataloga como el síndrome de la erotomanía, lo conduce a la


disociación del grupo paranoico. Es un delirio amoroso basado sobre el postulado
fundamental de “el objeto es el que ama al sujeto”, lo que Freud lo resumirá con la
fórmula “él me ama”. Este delirio se se despliega en tres estados:

★ Ideas de persecución generadas por la esperanza, las cuales no


tienen otro objetivo que separar al sujeto del objeto.

★ Estados de despecho donde el sujeto impaciente termina sintiéndose


humillado.

★ Estado de rencor y resentimiento debido a la falta de


correspondencia.

Bajo la rúbrica de las psicosis pasionales, él recubre este síndrome con los
delirios de celos y reivindicación, de este modo, este grupo paranoico queda
disociado de forma mucho más específica que lo que concebía Capgras. Tenemos
entonces:

● por un lado, las psicosis pasionales, donde las pasiones morbidas


desproporcionadas producen una sistematización delitantes,

● y por otro lado, tenemos el delirio interpretativo, con una espíritu


mucho mas acotado y reflexivo que puede confundirse con la personalidad
del sujeto.

Así mismo, la obra de Clerambault se destaca por el modo en el que prosigue el


estudio de la psicosis alucinatoria crónica, introducida por Balet a partir del concepto
de automatismo mental.

Vemos cómo en estos clásicos franceses, la homogeneidad que logró


Kraepelin se va desarmando y se producen diferentes matices y tipos de delirios
dentro del campo de la paranoia (delirios de interpretación, de reivindicación, las
psicosis pasionales/erotomanía, y el automatismo mental).

La psiquiatría clásica abarca desde fines del siglo XVIII hasta principios del XX.
Clerambault es uno de los últimos clásicos, según Bercherie, es el último que
representa cierto valores y metodologías de la psiquiatría clásica. Sistematiza y
escribe sobre la Erotomanía como nadie lo hizo hasta la época, ésta se encuentra
dentro de los delirios crónicos sistematizados.

Los delirios pasionales se tratan de cuestiones que tienen que ver con pasiones
generales de la vida, pero que las ubica de manera delirante (delirio crónico
sistematizado). Cuestiones alucinatorias casi no se ven, sino que los fenómenos son
del orden de la interpretación. Las características generales son:
➔ Exaltación: se presentan con exuberancia, hipertimia e
hiperestesia (sensaciones)

➔ Idea prevalente: subordina todos los fenómenos psíquicos y


todas las conductas a un postulado fundamental, el de una convicción
inamovible, como un punto de certeza sobre el cual se subordina toda
su existencia (en la erotomanía es “ser amado por objeto”, en la
celotipia es “el otro me engaña”).

➔ Desarrollo en sector: el delirio constituye un sistema parcial, es


una experiencia delirante que afecta únicamente a lo que tiene que ver
con la idea prevalente que penetra en la realidad.

CELOTIPIA: es el delirio de celos, si bien se presentan ciertas dificultades de


establecer una clara determinación de qué es delirante y qué no, él se vale de tres
caracteristicas con las que se debe cumplir.

EROTOMANÍA: es la vivencia delirante de ser amado (idea prevalente). El objeto


siempre es de una posición social superior que el sujeto, y si el sujeto llega a amarlo
es porque él lo amó primero. Si el objeto llega a tener una relación establecida, para
el sujeto esto es falso o por conveniencia. El objeto envía señales de amor al sujeto
que sólo él las sabe interpretar. Evoluciona en tres fases:

1. Esperanza: se caracteriza por los sentimientos de enamoramiento del


sujeto a raíz de las señales de amor que le envía el objeto, donde se
albergan sentimientos de esperanza hacia el amor que será. Es un momento
muy optimista, donde se exalta el ánimo.

2. Despecho: se produce una confrontación donde el objeto lo rechaza,


y la expansión del humor se torna hacia lo depresivo, melancólico, el
retraimiento y demás. Empiezan además los sentimientos de bronca hacia el
objeto.

3. Rencor: fase terminal del delirio, donde el sujeto muchas veces toma
venganza hacia el objeto con actos violentos, agresivos o autoagresivos.

CLERAMBAULT-

Veníamos hablando de la psiquiatría clásica, decíamos que llegaba hasta la


aparición de los medicamentos y tratamiento psiquiátricos que cambian la clínica.
Antes de la aparición de los medicamentos, la psiquiatría se ocupaba de la
clasificación minuciosa de los cuadros. A partir de la utilización de los
medicamentos, cambia la clínica en el sentido de que deja de ser una clínica de la
observación y el detalle, y pasa a ser la clínica de los seguimientos del tratamiento
con medicamentos. Empieza a armar sus clasificaciones en torno de los efectos de
los medicamentos frente a los síntomas y los cuadros. Esto da como resultado a lo
que hoy conocemos como DSM y CIE. En este sentido se presenta la gran
diferencia entre la psiquiatría clásica y la moderna.

Clerambault es considerado por Bercherie como el “último de los clásicos”, no solo


por una cuestión cronológica (anterior a los medicamentos), sino también por su
estilo de la observación clínica y los detalles,

Lacan toma de Clerambault el SÍNDROME DEL AUTOMATISMO MENTAL y dice


que está centrado sobre la producción espontánea, involuntaria y mecánica
(influencia de la teoría mecánica-orgánica) de impresiones, ideas y recuerdos que
se imponen a la cc del sujeto a pesar suyo, “fuera de él, aunque en el centro de él
mismo” (no se reconoce como parte de eso).

Hay que pensar que la obra de Clerambault se da en el periodo entre guerras (20-
30), y es de una generación de psiquiatras anteriores a Lacan, Henry Ey, etc, era
sumamente organicista. Son fenómenos muy sutiles en general, que se van a
presentar de forma automática. Por eso lo va a llamar como síndrome de
automatismo mental, sin una serie de fenómenos automáticos que se impone.
Aparecen entonces, en el orden de la imposición. Utiliza todos estos términos, cómo
mecánica. Como si fuera una máquina que anda sola.

Pequeño automatismo o Síndrome de pasividad: cuando se le imponen todos


estos fenómenos, el sujeto queda situado de manera pasiva, queda anonadado.
Estas son las características:

★ Neutro: no tiene tonalidad afectiva.

★ No sensorial: tiene que ver más con el pensamiento que con los
sentidos.

★ No temático: es anideico, no se trata de nada.

Todos estos fenómenos prolegómenos (anteriores a la aparición del delirio), son las
primeras manifestaciones de la psicosis. Son fenómenos sutiles y “del detalle” que
aparecen antes de los delirios psicóticos.

Triple automatismo o Gran automatismo: se llama así porque se tiene que dar en
tres esferas.

★ Automatismo ideoverbal: voces, enunciación, comentario, eco,


adivinación de pensamiento y estribillos verbales.

★ Automatismo sensitivo: alucinaciones visuales, gustativas, olfativas y


cenestésicas.
★ Automatismo motor: sensación de imposición de movimientos (como
el síndrome de Tourette), de articulación verbal forzada.

La característica esencial, que los automatismos mentales se presentan siempre


antes que se manifieste toda la fenomenología delirante.

Para Clerambault existe una diferencia entre el automatismo mental y el delirio. El


automatismo (fenómeno primario) es una producción patológica que responde a
algún tipo de lesión, además este viene impuesto, es decir que no tiene que ver con
la personalidad del sujeto. El delirio es una formación secundaria del automatismo
mental, es una superestructura que se monta sobre la primera y viene a darle
alguna temática o sentido a ésa; además, ya se aprecia cómo tiene que ver con algo
de la personalidad del sujeto.

EL ÓRGANODINAMISMO:

Este es un psiquiatra francés que propone esta teoría como punto de


encuentro entre concepciones organicistas y el psicoanálisis. Trata de crear una
teoría dinámica que se encuentra entre las corrientes organicistas y dinámicas.
Toma elementos de Jackson (neurología) y de la filosofía existencial. La mayor
parte de su obra se da en los 50 y 60.

“La psiquiatría tiene por sólo objetivo ayudar al hombre enfermo mental a
reencontrar la libertad, porque la enfermedad mental es la patología de la libertad.”

1. Un análisis existencial que trate de alcanzar el sentido y la esencia de


la Neurosis y de la Psicosis.
2. Una interpretación constante de la actividad simbólica. Ninguna
psiquiatría es posible si no integra el psicoanálisis.
3. Una búsqueda multidimensional de los factores patogénicos.
4. El establecimiento de una nosografía de los niveles de
desestructuración del campo de la cc y de la desorganización de la
personalidad que recuse a la vez entidades de tipo kraepeliano.
5. Una perspectiva terapéutica que excluya toda elección o rechazo
sistemático de un método exclusivamente psicológico o físico.

La posición de Henry Ey, la toma de la biología, evolucionista que tomó de un


actor que se llamó Jackson que plantea la teoría de la evolución de la formación del
sistema nervioso central, que plantea que el sistema nervioso se va constituyendo
de manera evolutiva, en donde en el nivel basal van a estar las estructuras
anatómicas más elementales y menos evolucionadas. Y a medida que va
evolucionando, donde los niveles inferiores sin más rudimentarios y los niveles
superiores son los de mayor complejidad y evolución del sistema nervioso central.
Hay una matriz evolutiva en términos orgánicos que explica la estructuración del
sistema humano.

La patología, entonces, para la evolución. Implica la contrario para la


evolución normal de los sistemas. Por lo que sería una involución hacia una etapa
anterior. Esa es la manera de explicar Jackson la patología. Esa idea toma Henry Ey
para hablar de las patologías psíquicas.

La patología es la desestructuración progresiva del campo de la conciencia,


cuanto más desestructurado está, más involucionado al nivel de patología.
Entonces en la patología, se manifiestan niveles inferiores que si no habría dicho
patología se manifestarían niveles superiores.

Por lo tanto la idea de Henry Ey de organodinamismo, como un punto


intermedio, si bien es cierto que toma elementos de teorías que están posicionadas
de diferentes maneras, los integra, pero de alguna manera lo que se revela es que
la posición de el tiene un basamento orgánico, ya que lo toma a Jackson, es decir
que sigue teniendo una referencia orgánico evolutivo que determina que la
patología, según él, estén fundamentadas en concepciones biológicas.

En el gráfico (pág 7) La primera es dualista en él se todo que hay un


dualismo que no se tocan, lo psíquico por un lado lo orgánico por otro. El segundo
es un planisno, en tanto que la conducta es el resultado de una causa que es un
estímulo fisiológico, en tanto que psíquico y orgánico serían las dos caras de una
misma moneda. En tanto que ni habría diferencia. Antes estas dos posiciones,
dualismo y planisno, el propone la idea de la pirámide funcional que demarca
niveles de estructuración del campo de la conciencia y la patología sería la
destrucruracion. Por eso se habla de libertad, en relación a contar con todas las
facultades como ser voluntad y demás… (Relación con los criterios del principio
teleológico, Henry Ey es medio teleológico en cuanto lo normal es el pleno
desarrollo de la evolución. Y lo patológico es la involución cuando algo de eso se ha
perdido o no se ha alcanzado)

La vida psíquica, para Henry Ey articula el comportamiento y la personalidad


en el a ti se conciencia, entendida como adaptación presente a una forma de lo real.
Cómo vamos a dividir y trabajar el campo de las psicosis. Que comprenden las
formas delirantes crónicas, se presentan a lo largo de la vida del sujeto, es decir que
son formas delirantes que una vez que se presentan se instalan en la vida del
sujeto.

Psicosis delirantes crónicas:

Caracterizada por ideas delirantes permanentes. Tienen el delirio (crónico)


incorporado a la personalidad. Este lleva a una alineación del yo; clasificación:

1) sin evolución deficitaria:


a) Paranoia (psicosis delirantes sistematizadas/ delirios crónicos
sistematizados)
● sistematizados porque están prendidos en el carácter y la personalidad; y
porque se desarrollan con orden, coherencia y claridad.
● son construcciones lógicas, a partir de elementos falsos
● poder de convicción
● orgullo, desconfianza, falsedad del juicio, psicorigidez.
● delirios: pasionales (celotipia, erotomanía), de reivindicación (querellantes,
inventores, apasionados, idealistas), y de interpretación (locura razonante e
interpretación delirante; de una percepción exacta un concepto erróneo)
b) Psicosis alucinatorias crónicas (delirio alucinatorio)
● fenómenos psicosensoriales
● delirio alucinatorio
● basado en el automatismo mental
● comienzo repentino
● periodo de estado:

1ª automatismo ideoverbal: alucinaciones acusticoverbales y robo de pensamiento.

2ª automatismo sensorial y sensitivo: alucinaciones visuales, gustativas, olfativas y


cenestésicas. Falsas sensaciones.

3ª automatismo psicomotor: impresiones cenestésicas.

c) Psicosis fantásticas (delirios fantásticos). Parafrenia.


● yuxtaposición de los mundos, ausencia de sistemas.
● parafrenia (kraepelin): se intrincan act. Alucinatoria y fabulatoria. Es
sistemas., expansiva, confabuladora, fantástica. Su comienzo es muy
variable. Periodo de estado:

1ª pensamiento. Paralogico: pensamiento. Mágico está desbordado; fabulas


delirantes.

2ª megalomanía

3ª fabulación prima por sobre las alucinaciones.

4ª integridad de la unidad de la síntesis psi.

Evolución: termina en un delirio crónico tipo fantástico e irreversible.

2. Con evolución deficitaria: van a ser asistematizado, delirio no sistematizado

1. esquizofrenias

2. formas “paranoides” de la Esquizofrenia. (Es la más sistematizada de la


esquizofrenia)

Un factor muy determinante en esa evolución va a ser la posibilidad de


estructurar un delirio. Cuando mayormente logrado este la sistematización de un
delirio, menor evolución deficitaria. (Delirios sistematizado: es un delirio que
responde a una coherencia y una lógica interna, son formas de delirio en donde
existe una lógica y un desarrollo ej.: el persecutorio, no son incoherentes, va a venir
la policía porque escuchó la sirena. Construcción sistemática, en cambio los no
sistematizado: son los incoherentes, que por ejemplo no saben día/ hora, linyera)

LA ANTIPSIQUIATRÍA.
Es un movimiento iniciado por David Cooper (psiquiatra sudafricano) junto
con R. Laing en 1967. Durante la década del 70 tuvo su auge en Europa. Es un
movimiento que cuestiona las prácticas “tradicionales” y la idea de la salud mental.
Los principales exponentes de la antipsiquiatría son:
➔ Inglaterra: Cooper, Esterson y Laing. Postulaban a la locura como forma
natural y positiva de enfrentarse a la patología social.
➔ Italia: Franco Basaglia. Se da la reforma radical de la atención psiquiátrica.
Se aprueba la ley desmanicomial y se produce una reestructuración de los
servicios psiquiátricos. El objetivo principal era la reconstrucción de la
persona, su identidad social y jurídica.
➔ Francia y España: si bien llegó allí, no logró tener la misma relevancia que en
los países anteriores.

Los postulados principales de este movimiento son:


★ Rechaza el modelo médico tradicional del asilo-manicomio por ser un
auténtico productor de trastornos irreversibles.
★ En su formación, se decía que el psiquiatra debe estar preparado para luchar
contra el sistema que permite las condiciones nefastas de asistencia.
★ El enfermo mental no es un ser anormal que deba ser cambiado, sino que es
la víctima inocente de un sistema patógeno que proviene de un medio que
manifiesta constantemente las contradicciones y conflictos de la sociedad
(recordemos Malestar en la Cultura de Freud).
★ La enfermedad mental es una invención oportunista y opresiva de la sociedad
y de la psiquiatría. La familia y el grupo, después de perturbar al sujeto, los
declara enfermos y los aniquila con el tratamiento.
★ La psiquiatría tradicional es un mecanismo de represión que constituye una
disfrazada violencia institucional.
★ No debe existir fronteras entre el personal y el paciente.
★ Más que la locura, merece cuestionamiento el lugar social en que se
“desarrolla” la enfermedad.
★ La solución se enfoca a través del compromiso y las prácticas políticas que
corren en paralelo al desmantelamiento de la psiquiatría tradicional.

HISTORIA DE LA ANTIPSIQUIATRÍA

El término antipsiquiatría lo acuñó David Cooper en 1967, pero el comienzo


de este movimiento se da en 1957 cuando T. Szasz pone en duda la realidad de la
enfermedad mental. Podemos definir antipsiquiatría como un movimiento crítico que
se cuestiona las prácticas psiquiátricas tradicionales y la noción de enfermedad
mental sobre la cual se apoya desde mediados del siglo XIX. Pero, Cooper extiende
la definición proponiendo que la antipsiquiatría es política y subversiva, por su
misma naturaleza, con respecto al represivo orden social burgués. Es una parte
necesaria y urgente de la revolución permanente, de lo contrario no es nada.
Antipsiquiatra es quien está dispuesto a correr los riesgos involucrados en alterar
progresivamente y radicalmente la forma en la que vive.

Vallejo propone sintetizar las ideas básicas del movimiento:

● La enfermedad mental tiene una génesis fundamentalmente social


● La psiquiatría tradicional ha sido culpable, a través de su doctrina y de sus
actuaciones prácticas, de la perpetuación de un estado de represión ante el
paciente psíquico.
● Consecuentemente, rechazo hacia la estructura que sustenta y se deriva de
la psiquiatría tradicional: clasificaciones psiquiátricas, terapeutas ortodoxas
(biologistas, conductistas psicoanalíticas), fenomenología clínica, hospitales
psiquiátricos, etc.
● La solución se enfoca a través del compromiso y praxis política que corre en
paralelo al desmantelamiento de la psiquiatría tradicional.

Otro de los factores determinantes que confluyen en esa época, es la publicación


de Historia de la locura en la época clásica de Foucault (1961). Sostiene que son las
presiones que la sociedad ejerce sobre el sujeto las que producen la alienación,
condenándole posteriormente a la reclusión y al abandono. El análisis que hace este
autor de la evolución y el pensamiento de cada época, ayudó a la construcción de
las teorías antipsiquiátricas.

ANTIPSIQUIATRÍA INGLESA: Cooper, Esterson y Laing como


representantes de la corriente en su país. La locura es ponderada como una forma
natural y positiva de enfrentarse a la patología social (la familia como una estructura
portadora y continuadora de las contradicciones sociales).

La patogenia familiar y social: Esterson y Laing pusieron el acento sobre la


causalidad esencialmente social y familiar de la enfermedad mental y dirigían sus
investigaciones hacia el proceso dialéctico e histórico que se ha desarrollado a
través del juego de las relaciones interpersonales. El estudio de las familias permite
entender la sintomatología del enfermo mental como la adaptación dramática de un
individuo al que las condiciones familiares fuerzan, de alguna manera, a una
verdadera situación de supervivencia.

Este movimiento tiene la necesidad de presentar una alternativa terapéutica


al conjunto de prácticas clínicas que atacaban y frente al hospital psiquiátrico
clásico, surge la figura del “antihospital”. En las instituciones psiquiátricas clásicas,
el sujeto internado es concebido siempre como objeto y no como sujeto activo y
participativo de la comunicación. El enfermo vive en un panóptico donde es visto
pero no ve.

Cooper expone que, sin la aplicación de shocks, con un uso muy reducido de
tranquilizantes y con una terapia conjunta de familia y medio, se consiguen iguales o
mejores resultados terapéuticos que con cualquier otro medio.

Antipsiquiatría y política: este movimiento nació como una lucha dentro de las
instituciones, frente a la represión y la violencia que existía dentro de los
manicomios. Pero los antipsiquiatras vieron las necesidades de salir de las
instituciones y politizar la locura. Veían en el cambio social un factor determinante
de su lucha, y entendían al loco no sólo como un posible beneficiario de los cambios
sociales, sino como participante activo de las insurrecciones. No se trata de obtener
tolerancia para la locura, sino de hacer comprender que la locura es la expresión de
las contradicciones sociales contra las que debemos luchar. Sin transformación de
la sociedad no hay posibilidad de una psiquiatría mejor, sino sólo de una psiquiatría
opresora. Es un movimiento de liberación de los psiquiatras en sus prácticas.

LA ANTIPSIQUIATRÍA ITALIANA: con Franco Basaglia como pionero. En


1978 se aprueba la ley en el Parlamento italiano, la cual preveía el progresivo
desmantelamiento de los manicomios (ley de desmacomialización) y la creación de
servicios descentralizados de acogida y apoyo en estricta colaboración con la
comunidad, además de que se buscaba la gradual reinserción de los ingresados en
la comunidad y el cierre total de los manicomios. Basaglia llegó a la conclusión de
que el internamiento psiquiátrico únicamente agravaba la enfermedad mental. Él
decía que el objetivo de la acción no debe ser la lucha contra la enfermedad mental,
ni tampoco la afirmación según la cual la enfermedad mental no existe sino como
producto social, sino que la verdadera lucha debería dirigirse contra la ideología que
tiende a cubrir toda contradicción natural convirtiéndola en una modalidad adaptada
a los instrumentos de gestión y control.

Otro pionero es Antonucci, cuya crítica no solo rechaza los internamientos,


sino que identificaba la psiquiatrización como una forma de estigmatización social.
Decía que el manicomio era sólo una consecuencia; la verdadera trampa era el
mismo juicio psiquiátrico.

En 1971, Basaglia y sus colaboradores abandonan el hospital de Gorizia y se


trasladan al Hospital de Triestem donde se llegó a cristalizar la experiencia de
negación del manicomio que perseguían. Hubo dos fases en este suceso:

● Primera fase: el objetivo prioritario en los primeros pasos de la transformación


institucional era la reconstrucción de la persona y su identidad social y
jurídica. Se procede a la apertura interna de los pabellones, eliminándose las
medidas de contención (celdas de aislamiento, rejas de separación), se
suprimen las terapias de shock, se crean espacios internos de relación social,
se dejan las separaciones entre hombres y mujeres, se sustituye el uniforme
por ropa personal, se estimula la comunicación y exposición de críticas hacia
la institución. Más adelante comienza a funcionar como hospital de día y se
empieza a desarrollar un trabajo de prevención y detección de prácticas de
exclusión social. También se hace una tarea de sensibilización pública ante
los problemas “psiquiátricos”, mediante debates, fiestas, con participación en
las actividades culturales de la ciudad.
● Segunda fase: el equipo de Basaglia se reparte por diferentes instituciones
asilares italianas para iniciar experiencias similares. Se comienza a salir del
manicomio, se implementan más bien la creación de los “comités para la
casa”, cuya función es buscar alojamientos para pacientes que van saliendo
del hospital. Esto es para que los pacientes puedan alcanzar un nivel de
autonomía compatible con la vida social normal, se buscaron puestos de
trabajos acordes a las posibilidades de los pacientes.
ANTIPSIQUIATRÍA EN FRANCIA: las ideas del movimiento tuvieron gran
difusión entre los intelectuales franceses en 1968 pero no consiguió cristalizar en
proyectos concretos. En París se organizó un coloquio sobre psicosis, donde
Cooper y Laing expusieron, peor el entusiasmo no fue general, y Henry Ey, junto
con otros psiquiatras críticos de la antipsiquiatría, veía en estas teorías una
peligrosa “tendencia psiquiatricida”, que no beneficiaba en absoluto a la lucha frente
a la enfermedad mental.

ANTIPSIQUIATRÍA EN ESPAÑA: las teorías antipsiquiátrica llegaron con


cierto retraso aquí, pero fueron importantes en el desarrollo de la asistencia
psiquiátrica, ejerciendo una determinante influencia en la Reforma Psiquiátrica, que
recogió muchas reivindicaciones planteadas por los antipsiquiatras.

Reforma psiquiátrica: hasta los años 70, la seguridad social solo cubría
precariamente la asistencia ambulatoria de los enfermos mentales y se resistía
asumir la hospitalización psiquiátrica como uno de sus servicios. Esta función la
llevaban a cabo las instituciones manicomiales. En 1985 se indica que la
administración pública debía promover la integración de la salud mental en la
asistencia sanitaria general y proponían: ordenación de los servicios asistenciales
en base a su delimitación territorial, la protección de la salud mental en atención
primaria, la hospitalización psiquiátrica debe evitarse en lo posible, los hospitales
psiquiátricos deben disminuir progresivamente sus camas, facilitando la
externalización de la mayoría de los pacientes y su reintegración al medio
sociofamiliar.

Sin embargo, la Reforma ha recibido duras críticas, ya que se ha orientado hacia


un asistencialismo pragmático, dejando de lado la prevención comunitaria y la
rehabilitación de enfermos crónicos.

Una de las experiencias más relevantes que se llevaron a cabo en España


fue el hospital de día en la que el psiquiatra González Duro hizo un trabajo con una
línea paralela a la de otras experiencias comunitarias. Los pacientes iban
voluntariamente (30 personas, ambos sexos, promedio de edad bajo). Las
decisiones se tomaban comunitariamente (profesionales y pacientes) en una
asamblea general, donde hacían sesiones de grupo de psicopintura, psicodrama
psicoterapias individuales y familiares, etc. Se proponía que este fuera un lugar de
encuentro, un espacio de verificación de la locura.

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