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Comparación
Ejemplo elemental:
Con esos datos plantaremos los siguientes supuestos:
Una persona natural declara por primera vez en el 2018 y declara un
patrimonio de $300.000.000 y una renta gravable de $100.000.000.
A primera vista encontramos que hay una diferencia de $200.000.000
que en términos del artículo 238 del estatuto tributario constituye renta
gravable.
Se puede interpretar que si la renta gravable es de $100.000.000, el
patrimonio debió haberse incrementado en ese mismo valor como
mucho, lo que significa que en el año anterior debió tener un patrimonio
de por lo menos $200.000.000, lo que significa que el año anterior debió
haber declarado renta por superar el tope de patrimonio.
Y si no tenía un patrimonio de 200 millones sino uno menor que no le
obligaba a declarar, como por ejemplo 100 millones, ¿cómo es que de
100 millones subió a 300 millones si solo obtuvo una renta de 100
millones? Son simples operaciones matemáticas que develan un
comportamiento extraño en el patrimonio que el contribuyente que debe
entrar a explicar o justificar.
De esta forma el legislativo ha logrado hacer un control al patrimonio de
los contribuyentes cuando estos en el pasado no declararon renta.
Lo anterior obliga a que las personas naturales hagan un manejo
responsable de su patrimonio y de sus ingresos, pues aparecer de un
momento a otro con un gran patrimonio llama la atención no solo de la
Dian sino de la fiscalía.
Renta por comparación no es una sanción tributaria
aunque de ella se deriven otras sanciones.
La renta por comparación patrimonial no es una sanción que el estado
imponga a un contribuyente que evade el impuesto a la renta, sino que
es la consecuencia de esa evasión, o de los errores en que incurre el
contribuyente en sus declaraciones tributarias.
La renta por comparación patrimonial no es más que el afloramiento de
un incremento patrimonial no justificado, y por lo tanto es tan solo un
reconocimiento de una realidad económica y tributaria del contribuyente,
que no tiene la naturaleza de sanción tributaria.
La sección cuarta del consejo de estado en sentencia 18329 del 18 de
octubre de 2012 dijo lo siguiente:
«Señala la apelante que la comparación patrimonial es ya una sanción
por lo que no procede otra sanción (por inexactitud), respecto de los
mismos hechos.
En coincidencia con el concepto del Ministerio Público y con la posición
del Tribunal, no acepta la Sala el carácter sancionatorio de la
comparación patrimonial.
Esta es, según el artículo 236 ya citado, un sistema especial de
determinación de la renta líquida gravable basado en la presunción legal
de que toda diferencia positiva entre el patrimonio líquido del período
gravable y de aquél inmediatamente anterior no explicado por las rentas
(gravables y exentas) y las ganancias ocasionales es capitalización de
rentas, por lo que debe tomarse como tal y servir de base para liquidar el
correspondiente impuesto.
Es un sistema especial, paralelo al de depuración ordinaria descrito en el
artículo 26 del Estatuto Tributario o al de renta presuntiva contenido en el
artículo 188 ib. para efectos de fijar el tope inferior de la renta líquida.
No sanciona sino permite al Estado contar con un procedimiento de
reajuste de los factores de cálculo del impuesto de renta a fin de acercar
las bases gravables de recaudación a la realidad financiera y de
operaciones de los contribuyentes.
Por tanto no hay dos sanciones; la única sanción aplicada en el presente
procedimiento es la de inexactitud. En consecuencia no existe
incompatibilidad alguna entre la aplicación de esta sanción y la
comparación patrimonial ni viola los derechos consagrados en el artículo
29 de la Carta Política.»
Lo que sucede como efecto secundario o indirecto cuando la Dian
determina renta por comparación patrimonial, es la imposición de
la sanción por inexactitud sin que por ello implique sancionar dos veces
al contribuyente por los mismos hechos debido a que la renta por
comparación patrimonial no es una sanción.