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ADULTO MAYOR

Ø ESPERANZA DE VIDA
Según el informe de ' Estadística poblacional 2018' realizado por Ipsos con
fuentes del INEI demuestra que la población peruana sigue en aumento. Al 2018
se estima que la población total del Perú es de 32'162,184, de los cuales un
52.1% pertenecen a la población adulta de entre 21 a 59 años, quienes han
mostrado un crecimiento progresivo estos último dos años. Sin embargo, la
esperanza de vida promedio es de 75 años.

Ø PORCENTAJE DE LA POBLACION ADULTO MAYOR


Como resultado de los grandes cambios demográficos experimentados en las
últimas décadas en el país, la estructura por edad y sexo de la población está
experimentando cambios significativos. En la década de los años cincuenta, la
estructura de la población peruana estaba compuesta básicamente por niños/as;
así de cada 100 personas 42 eran menores de 15 años de edad; en el año 2018
son menores de 15 años 27 de cada 100 habitantes. En este proceso de
envejecimiento de la población peruana, aumenta la proporción de la población
adulta mayor de 5,7% en el año 1950 a 10,4% en el año 2018. En este informe
técnico se considera como personas adultas mayores a la población de 60 y más
años de edad, en concordancia con el criterio adoptado por las Naciones Unidas.

Ø INDICADORES DE MORBILIDAD
El 82,6% de la población adulta mayor femenina presentó algún problema de
salud crónico. En la población masculina, este problema de salud afecta al
69,9%, habiendo 12,7 puntos porcentuales de diferencia entre ambos. Por otro
lado, las mujeres de Lima metropolitana (84,9%) son las que más padecen de
problemas de salud crónico, en tanto que en resto urbano y el área rural, son el
82.1% y 80,2% , respectivamente. En todos los ámbitos geográficos, menor
proporción de hombres que de mujeres adultas mayores padecen de problemas
de salud crónico.
Tipo de problema de salud y razones de no asistencia a establecimiento de salud
En el primer trimestre de 2018, el 48,0% de adultos mayores del país han
padecido algún síntoma o malestar y el 37,5%, alguna enfermedad o accidente.
Comparando con similar trimestre del año anterior, se observa un incremento de
2,1 y 1,7 puntos porcentuales en Síntoma/Malestar y en la categoría
Enfermedad/ Accidente, respectivamente. La mayor proporción de personas de
60 y más años de edad, con algún tipo de problema de salud, no asistió a un
establecimiento para atenderse porque no lo consideró necesario, u optó por
remedios caseros, o se autorecetó (72,7%). La cuarta parte (25,6%) no acudió a
un establecimiento de salud porque le queda lejos, o no le genera confianza o
se demoran en la atención. Estos son factores a tomar en cuenta para
incrementar los niveles de asistencia, prevención y cuidado de la salud de los
adultos mayores.
Ø ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES
Estudios realizados demuestran la prevalencia referida de enfermedades no
transmisibles en adultos mayores, de 60 años y más años de edad. La
enfermedad referida con mayor prevalencia fue la hipertensión arterial (42,4 %),
seguida de las enfermedades del corazón (23,5) y la diabetes mellitus (14,7), las
cuales predominaron en el sexo femenino. El grupo de 60 a 69 años fue el más
afectado con la hipertensión arterial y el de 80 y más con la enfermedad
cerebrovascular.
Tener una buena salud ayuda a los adultos mayores a asegurar su
independencia, seguridad y productividad continua a lo largo de su vida. Pero las
enfermedades no transmisibles (ENT) como el cáncer, las enfermedades
cardiovasculares y la diabetes pueden disminuir su calidad de vida, aumentar los
costos de los cuidados de salud e incrementar la presión sobre los miembros de
la familia que son responsables de su cuidado.
Las Américas enfrentan desafíos crecientes en torno a la vejez y a las ENT, al
ser la región de más rápido crecimiento del envejecimiento en el mundo. La
Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud
(OPS/OMS) está apoyando los esfuerzos de sus países miembros para afrontar
estos desafíos a través de políticas y programas que fortalezcan la prevención,
aumenten la detección temprana, y aseguren el acceso sostenible y universal a
cuidados apropiados de calidad, inclusive los de largo plazo.
La cooperación técnica de la OPS/OMS enfatiza los marcos de políticas
intersectoriales y el manejo integrado de las ENT, al igual que un abordaje desde
la atención primaria de la salud. Las metas claves pasan por desarrollar
mecanismos financieros para apoyar la atención preventiva en salud, facilitar el
ahorro para la atención a largo plazo, y crear vínculos entre los sistemas de
salud, los servicios sociales y los recursos comunitarios.
También es importante involucrar a las comunidades, a los empleadores, a las
familias y a los individuos, especialmente a las propias personas mayores, en los
esfuerzos por promover y proteger la salud de los adultos mayores.
- Obesidad:
El sobrepeso y la obesidad representan un problema de salud que afecta a la
población en general. Los adultos mayores (≥60 años, según la OMS y la
legislación peruana) no están exentos de este problema, lo cual es motivo de
preocupación nacional y mundial. Se asocian a los procesos mórbidos y a las
enfermedades crónicas no transmisibles que afectan frecuentemente a este
segmento poblacional, lo cual limita y acorta su calidad de vida. Por ello es muy
importante prevenirla, detectarla a tiempo y tratar de solucionarla.
En el Perú, la población adulta mayor está estimada en 9,7% de la población
general, alrededor de 3 millones de peruanos, y de acuerdo al informe técnico
‘Estudio nutricional en el Perú por etapas de vida; 2012-2013’ publicado en el
2015 por el Ministerio de Salud, se encontró sobrepeso en esta población adulta
mayor en 21,4% (IC95%: 19,6 a 23,2) y obesidad en 11,9% (IC95%: 10,6 a 13,2),
cifras menores que las encontradas en los adultos jóvenes (30,7% y 9,9%,
respectivamente) y en los adultos (44,7%; IC95%: 19,6 a 23,2 para el sobrepeso
y 23,1%; IC95%: 21,9 a 24,2% para la obesidad).
Debemos tener en cuenta que los puntos de corte que se utilizaron para la
definición de sobrepeso y obesidad según el índice de masa corporal (IMC)
fueron 28,0 a 31,9 para sobrepeso y ≥ 32,0 para obesidad, de acuerdo a la Guía
Clínica para la atención primaria a las personas adultas mayores (OPS, 2002).
A la obesidad la definimos como el exceso de tejido adiposo o grasa corporal,
resultante del desequilibrio entre una ingesta excesiva y un gasto bajo de
energía, lo cual conduce a riesgos aumentados sobre la salud humana,
asociándose a hipertensión arterial, dislipidemia, accidente cerebrovascular,
diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria, algunos tipos de
cánceres, enfermedad de Alzheimer.
También se conoce que la edad promedio de vida disminuye en las personas
con sobrepeso u obesidad, según se demostró en el estudio de los Adventistas
del Séptimo Día.
Un problema adicional en los adultos mayores es la presencia de la obesidad
sarcopénica, la cual no es infrecuente en este grupo poblacional y está definida
como la ocurrencia simultánea de un exceso de grasa corporal y de una pérdida
significativa de la masa muscular y de la fuerza, lo cual incrementa la
morbimortalidad. En estos casos aumenta la grasa alrededor y dentro del
músculo, acompañando a la disminución de las fibras musculares.

- Cancer:
El factor de riesgo individual más importante para el cáncer es el envejecimiento.
De hecho, más del 60% de los casos de cáncer en los Estados Unidos ocurren
en las personas de 65 años o más. Dado que los adultos mayores con cáncer y
sus familias a menudo tienen necesidades distintas que en el caso de los adultos
jóvenes y los niños, las personas de este grupo etario deben tener en cuenta
dichas necesidades al tomar decisiones sobre su atención médica y su
tratamiento.
Esta enfermedad se presenta como la segunda causa de muerte en las personas
mayores de 65 años, luego de las afecciones cardiovasculares. En los últimos
10 años se ha dado una declinación de la mortalidad originada por las
enfermedades cardiovasculares pero, sin embargo, la cantidad de fallecimientos
por cáncer se mantiene estable. Si esta tendencia actual continúa, entonces el
cáncer se convertirá en la principal causa de muerte en este grupo etario en los
próximos 20 años. Al mismo tiempo, estudios recientes demuestran que esta
afección es más frecuente en el anciano con buen estado funcional y bajo nivel
de comorbilidad. Por lo tanto, el control del cáncer podría mejorar
significativamente la expectativa de vida de esta población; las personas de esa
edad entienden que los efectos del cáncer son tan importantes como la cantidad
de años que esperan y desean vivir. Actualmente, el 43% de los adultos mayores
de sexo masculino desarrollarán cáncer mientras que sucederá lo mismo con el
30% de las mujeres.
El 35% de las muertes por cáncer en el mundo son atribuibles a factores de
riesgo potencialmente modificables: tabaco, alcohol, dieta, exposición solar,
radiaciones ionizantes, contaminación atmosférica, agentes infecciosos,
herencia, nivel socioeconómico y diversos aspectos de la vida sexual y
reproductiva.

Ø PROBLEMAS OCUPACIONALES:
Las perspectivas de abordar la edad madura en las relaciones laborales pueden
ser variadas: como reacción a la discriminación por ese rasgo (etarismo), como
factor en las medidas de fomento de empleo, el influjo de la edad avanzada, del
envejecimiento por expresarlo con mayor corrección, en la prevención de la salud
y seguridad de los trabajadores. Para comenzar subrayaremos que los términos
empleados en las normas, intervenciones técnicas y reflexiones doctrinales
resultan ambiguos y los límites temporales difusos. Así, por ejemplo, se han
utilizado con un valor similar expresiones como trabajadores maduros (ya en
antiguo Decreto 2431/1966, de 13 de agosto, sobre ese colectivo), trabajadores
de tercera edad—o de edad avanzada— (Recomendación 162 OIT) o
trabajadores veteranos.
Desarrollo económico del país donde se encuentran los trabajadores y de
actividad concreta donde prestan sus servicios, pues no es posible señalar una
edad única y general, al margen de estas y otras circunstancias que concurren
en la determinación de las condiciones del trabajador.
Los 65 se han percibido como barrera de la ancianidad y como momento de
despedida del mercado laboral, pero los planes para retrasar la edad de
jubilación conllevarán un cambio en ese umbral que se retrasará hasta el que se
haya fijado como límite de la edad laboral normal.
Además es pertinente distinguir la edad como requisito de la jubilación ordinaria,
ahora mismo situado aún en los 65 años, y la ancianidad como situación
incapacitante para el trabajo, no necesariamente coincidente con el anterior; en
ciertas actividades los trabajadores pueden jubilarse con una edad menor (hasta
los 52 años) mientras que en ámbitos de la función pública es posible
mantenerse en el empleo hasta los 70 años, momento de la jubilación forzosa.

Ø CONSUMO DE DROGAS, ALCOHOL, TABACO:


El uso de alcohol, tabaco y otras drogas en las personas adultas mayores (PAM),
ha cobrado importancia ante el incremento de la población envejecida. Cada
persona representa un diferente conjunto de retos, fortalezas y situaciones
especiales a considerar por el personal de salud. Las consecuencias físicas,
mentales y sociales que resultan de esta patología, se hacen más evidentes a
mayor edad.
El trastorno por consumo de sustancias en las PAM, se refiere sobre todo a
alcohol y tabaco, pero en la población aludida, las benzodiacepinas, analgésicos,
laxantes y antidiarreicos, son fármacos de los que también se abusa.
Se observa que algunas drogas ilícitas (marihuana, cocaína, crack, estimulantes
tipo anfetamínicos entre otros), son utilizadas por sujetos mayores de 55 años,
situación que se incrementa debido a que los “Baby Boomers” (nacidos entre
1946 y 1964) tuvieron mayor experiencia con el uso “recreacional” de estas
drogas. Respecto a la marihuana ha prosperado el debate acerca de su
despenalización tanto para uso médico como recreativo.
El alcohol sigue siendo la sustancia de mayor consumo. Su aceptación es
entusiasta y socialmente cotizada en la mayoría de las celebraciones, de ahí la
popularidad de los “brindis”. Su abuso se ha justificado por épocas históricas en
muchas culturas, aunque justo es decir que esporádicamente han surgido grupos
que cada vez lo toleran menos.
También el tabaco ha tenido su “época de oro”; su aliciente social en el pasado
se deja ver en películas y canciones inspiradas en su evocación. Se descuidó su
consumo aún en los adolescentes y esto dio lugar al desarrollo de hábitos
lamentables que han terminado en diagnosis de enfermedades graves.
En la práctica clínica, la prescripción de benzodiacepinas todavía es frecuente y
más en las PAM. En sus inicios, la opción de prescribir y usar benzodiacepinas
fue preferida, al parecer, porque sus efectos adversos eran menores que los de
los opiáceos, estimulantes y barbitúricos. Mamdani y cols en 2005 estimaron que
en Ontario, la prevalencia del uso de benzodiacepinas en personas mayores de
65 años fue de 15%.
Las benzodiacepinas a pesar de mostrar un descenso en su uso, siguen siendo
el fármaco más prescrito en todos los trastornos relacionados a la salud mental.
Su uso prolongado en PAM se asocia a depresión, ansiedad residual,
alteraciones cognoscitivas, sedación diurna, ataxia, mareos, caídas y salud física
precaria.
Se ha reportado mayor frecuencia de trastorno de la personalidad, ansiedad en
las personas mayores de 70 años con uso crónico de benzodiacepinas, aunque
la causa-efecto no es clara en todos los casos. El riesgo de sufrir caídas y
fracturas, aparte de las de benzodiacepinas, también se asocia con el uso de
antidepresivos, antihipertensivos, diuréticos, beta-bloqueadores, sedantes,
hipnóticos, antipsicóticos y esteroides antiinflamatorios.
La correlación más consistentemente documentada del uso de psicotrópicos en
las PAM, es: mala salud y sexo femenino. Entre las mujeres mayores, el uso de
psicofármacos se relaciona con circunstancias adversas como el divorcio en esta
etapa de la vida, la viudez, una educación baja, problemas somáticos crónicos,
pérdidas económicas o de soportes sociales, depresión y ansiedad.
Factores asociados a problemas de salud mental o abuso previo de alcohol o
drogas, parecen incrementar también la vulnerabilidad para el mal uso o abuso
de fármacos psicotrópicos.
Ø CARACTERISTICAS PSICO-PSIQUIÁTRICOS:
La principal tarea de las personas mayores es la de comprender y aceptar su
propia vida y hacer uso de su experiencia para hacer frente a los cambios
personales o pérdidas. Las personas han de adaptarse a la disminución de la
fortaleza y salud física, a la jubilación o retiro del trabajo y a su propia muerte.
Ha medida que tratan estos temas, sus motivaciones pueden variar, de esta
forma se presentan diversas teorías:

- Ultimo Estadio de Erikson: ”Integridad versus desesperación” Constituye la


culminación de la resolución triunfante de las siete crisis previas en el desarrollo
a lo largo de la vida, por lo que pudo haber sido o por lo que debería haberse
hecho en forma distinta. Implica la aceptación de los propios progenitores como
personas que hicieron lo mejor que pudieron, haciéndose merecedoras de
nuestro amor, aún cuando no fueron perfectas. También consiste en la cercanía
de la propia muerte como fin inevitable de la existencia de la vida.. Quien ha
fallado en tratar de resolver la crisis “teme desesperadamente a la muerte
expresado en el sentimiento de que el tiempo es ahora corto para volver a
comenzar otra vida y buscar caminos alternativos hacia la integridad”.

- Teoría de la Actividad: cuanto más activa permanezca una persona mayor,


más satisfactoriamente envejecerá y los papeles que constituyen principalmente
su satisfacción son: trabajo, cónyuge, padre, madre, y la máxima pérdida es
debido a la viudez y la enfermedad. Según Lemon, Bengstom y Peterson existen
3 tipos de actividad: interacción social con familiares, amistades y vecinos;
formal: participación en organizaciones voluntarias; solitaria: leer, ver televisión
y mantener algunos pasatiempos.

- Teoría de la Desvinculación: El envejecimiento se caracteriza por una mutua


separación, por parte de la persona mayor, la cual voluntariamente disminuye
sus actividades y compromisos, lo cual ayudaría a las personas mayores a
mantener su equilibrio, siendo benéfico tanto para la persona como para la
sociedad.

Ø CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS:

- Pérdida de la autoestima:
Muchos adultos llegan a la edad de la jubilación y aún se sienten en plenitud
para la realización de sus trabajos. Frecuentemente nos encontramos con
personas de edad avanzada que están plenamente en forma, totalmente
vigentes, lúcidas, llenas de iniciativas y planes de trabajo. Muchos hombres y
mujeres científicos , literatos, escritores, investigadores, políticos, hombres de
campo, mujeres de casa, etc. Aunque ven disminuidas sus potencialidades
físicas al llegar a los 65-70 años sienten, sin embargo, que su mente está lúcida
y sus ganas de hacer buenas cosas permanecen inalteradas. A pesar de que
ellos se ven bien, la sociedad les dice por medio de la jubilación y otras señales,
que ya deben dejar el puesto a gente más joven y nueva, y que deben retirarse.
En una palabra, es decir, que ya no le necesitan, que prescinden de él o ella.

Una de las primeras necesidades de todo ser humano es la de sentirse aceptado,


querido, acogido, útil y capaz, reconocido, digno, perteneciente a algo y a
alguien, todos ellos sentimientos en los que se basa la autoestima. Por lo tanto
no puede haber autoestima en el individuo si éste percibe que los demás
prescinden de él. Maslow ya lo decía así en su famosa pirámide de necesidades,
donde describe la autorrealización y que consiste en el desarrollo integral de las
posibilidades personales. Autoestima consiste en las actitudes del individuo que
éste mantiene hacia sí mismo. Cuando éstas son positivas hablamos de buen
nivel o alto nivel de autoestima. Al nombrar la palabra actitudes ya hemos
incluido el mundo de los afectos y sentimientos y no de los conocimientos, pues
los componentes de la actitud encierran gran variedad de elementos psíquicos.
Un buen nivel de autoestima es garantía de que la persona podrá hacer frente
con dignidad a importantes contrariedades de la vida y no decaerá su ánimo
fácilmente.

La persona mayor que se siente bien, saludable y con fuerzas y se le dice que
ya se puede prescindir de ella, es muy probable que influyamos en el deterioro
de su autoestima y sienta que se piensa que ya no puede aportar nada a pesar
de ella sentirse bien y capaz.

Después de todo, la autoestima, insertada en el sistema actitudinal de la


personalidad es un todo muy complejo. Todo el valor afectivo-emotivo que ella
encierra no se limita a sólo afectos anímicos sino que proyecta sus múltiples
consecuencias también hacia lo físico como hacia lo somático.

Los nuevos estudios indican que las emociones positivas y negativas influyen en
la salud más de lo que se suponía hace algunos años y que si no tenemos un
desarrollo óptimo afectivo no se desarrolla la inteligencia (Existe una relación
directa entre el afecto y el desarrollo cerebral, intelectual). El ser humano actúa
y toma decisiones no tan sólo por su intelecto sino por la calidad e intensidad de
los sentimientos que le embargan en ese momento (pérdida del trabajo, de los
compañeros de éste mas jóvenes pero que ya no lo frecuentan, pérdida de
amigos y seres queridos que van muriendo, pérdida de estatus, etc.)

Los Parámetros y valores culturales actuales favorecen poco la autoestima del


Adulto Mayor. La ideología físico-biologista siempre imagina la vida en términos
de comienzo, plenitud y decadencia. Esta ideología debe ser superada: la
afectividad y la razón no decaen al ritmo de la decadencia biológica sino que
crecen y se fortalecen en al adulto mayor saludable hasta el último día de su
vida. Por eso la organización Mundial de la Salud define al “adulto mayor sano”
como aquel individuo cuyo estado de salud se considera, no en términos de
déficit, sino de mantenimiento de capacidades funcionales.

Por otro lado es importante recordar que las células cerebrales se envejecen
más lentamente que las otras del organismo si se les mantiene activas por lo que
es bueno aprender “una gimnasia intelectual”.

- Pérdida del significado o sentido de la vida:


Eric Erikson nos enseña que la personalidad y el desarrollo se halla siempre en
proyecto y que nunca termina de crecer, considera a la última etapa de la vida
como la de integración versus la desesperación. La integridad vista como la
disposición a defender la dignidad del propio estilo de vida contra la amenaza
física y económica. Alcanzar la integridad consiste en haber logrado un especial
estado del espíritu que Sherman dice que es la aceptación de la realidad de uno
mismo y de la propia vida, resultante del abandono de ilusiones. Sin embargo
quienes siguen acariciándolos sin ser realistas desarrollan los sentimientos de
fracaso, frustración y decepción de uno mismo que resultan inevitablemente en
un sentimiento de desesperación.
Dice Frankl que el vacío existencial es la neurosis masiva de nuestro tiempo, ella
se produce en el propio ser. La propia existencia carece de significación. Esto
puede desencadenar una serie de síntomas depresivos. Esto le sucede con más
facilidad al adulto mayor. Uno podría preguntarse..¿qué es primero, la depresión
o la pérdida del sentido de la vida? Esto no se aprecia en adultos mayores
mentalmente activos. Ellos son también capaces de enfrentarse a la muerte con
más serenidad que aquellos quienes perciben que su vida carece de sentido.

- Pérdida de la facilidad de adaptación:


Al llegar a una mayor edad la persona va viendo cómo los ambientes van
cambiando para ella y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen menos
interés. En realidad esto ha pasado siempre y en cada una de las etapas
evolutivas del individuo.
A esta edad el problema se agudiza pues viene sazonado de otros tintes de
marginación social. Por eso el anciano se encuentra sin las herramientas que le
permitan un trabajo de adaptación: son las motivaciones o refuerzos sociales. Al
carecer de dichas herramientas le es difícil adquirir hábitos nuevos, y por lo tanto,
adaptarse a las nuevas circunstancias.
Así puede parecer como persona algo rígida, chapada a la antigua, aferrada a
su sola experiencia tan importante para él o ella, pero que siente que la sociedad
no se la valora en la forma en la que la persona quisiera o considera que sería
lo justo. La agresividad, la fácil irritabilidad (verbal o gesticular) que muestran
algunas personas mayores, podría estar relacionada con este sentimiento de la
difícil adaptación, sentimiento que se ve agravado por la pérdida de autonomía
económica sufrida por muchos ancianos.

- La aflicción o tristeza por una pérdida:


Esta clase de dolor es una respuesta normal y saludable a diferentes tipos de
pérdidas. Una puede ser la de la pareja de tantos años, o de la salud, o del
trabajo. Para calmarla, la persona tiene que aceptar los términos finales de esta
pérdida. Para ello se pasa por diferentes estadios: Shock o confusión por
sorpresa desagradable o confusión, negación, enojo o molestia por el abandono,
amargura, fingimiento de haber vuelto a la normalidad, enfrentamiento a la
realidad depresión, sin esperanza, culpa, hasta que va pasando. Es aconsejable
hablar de esto con otras personas, seguir con sus actividades acostumbradas
dentro de lo posible, dormir bien, evitar el alcohol, tabaco o drogas, no tomar
decisiones importantes de inmediato y pedir ayuda psicológica si se necesita.

- Insomnio: es muy común en las personas mayores de 65 años pues los


patrones de sueño cambian al envejecer. Las causas pueden ser físicas,
ambientales o de comportamiento (ruido, comer tarde en la noche, dormir
durante el día, etc.), ingerencia de cafeína, alcohol, nicotina, algunos
antidepresivos, medicinas estimulantes, horario de las medicinas, mentales
como ansiedad o depresión; estrés como problemas familiares, financieros, de
salud. El insomnio puede ser tratado eficazmente.

- Estrés: es causado por el instinto del cuerpo de defenderse a sí mismo. Es


bueno en emergencias pero puede causar síntomas físicos si perdura por mucho
tiempo. Se puede presentar en la edad avanzada ante la inminencia de la
jubilación, problemas familiares, problemas financieros. Se puede aprender el
manejo adecuado del estrés.
- Pérdida de la Memoria: La edad va asociada a la pérdida normal de la
memoria. (perder un objeto, no recordar nombres, fechas, o las cosas por las
que había ido a la tienda, una cita, etc). Otra muestra puede ser la charla
repetitiva sobre un solo tema, una y otra y otra vez. La pérdida de memoria
asociada a un deterioro leve de las funciones mentales es más delicada pues
corren un alto riesgo a la enfermedad de Alzheimer. También se puede dar una
pérdida anormal de la memoria. Se caracteriza por problemas como la
desorientación, incapacidad de recordar hechos muy recientes, y confusión.
Puede ser el desarrollo de una demencia. Es necesario un buen diagnóstico
diferencial pues también algunos medicamentos u otros trastornos pueden
ocasionar estos síntomas. Un diagnóstico oportuno permite un tratamiento
temprano.

- Transformaciones en la sexualidad:
La sexualidad nace y muere con el ser humano. De acuerdo a cada edad se
transforma como se transforma la mente y el organismo . La sexualidad incluye
todas las formas de expresión, desde la aproximación, el tacto, la intimidad
emocional, la masturbación o estimulación erótica manual u oral y no solamente
el coito. En ella influye la educación desde la infancia hasta la muerte, las
actitudes de la sociedad y el conocimiento y experiencia adquiridos. La intimidad
con la pareja adecuada permite que la exploración, la creatividad y el desempeño
vayan de la mano hacia una ejercicio de la sexualidad óptimo.
Desde el punto de vista biológico, en la mayoría de los hombres (no en todos)
disminuye la producción de espermatozoides, el tamaño testicular, el fluido
seminal y la fuerza de las contracciones. La respuesta de excitación es más
lenta, a veces la erección menos firme, la duración del orgasmo es disminuida y
el aumento del tiempo de volver a la estimulación. Cuando la pareja enriquece,
sustituye o complementa la actividad sexual con actividades más allá del coito
como las caricias eróticas, la masturbación, el sexo oral, etc, se sobrellevan más
fácilmente estas dificultades.

En la mayoría de las mujeres (no en todas) se produce una respuesta más lenta
a la estimulación, una reducción de la lubricación que puede ocasionar un coito
doloroso, menor intensidad en el orgasmo pero persiste la capacidad
multiorgásmica. En quienes ya la tenían. Cuando la pareja enriquece con la
experiencia, sustituye o complementa la actividad sexual con actividades más
allá del coito, se sobrellevan fácilmente estas dificultades.
Las disfunciones masculinas más comunes son el orgasmo prematuro o
retardado y la disfunción eréctil que actualmente se está beneficiando de
técnicas y medicamentos que facilitan la erección si existe la excitación. En las
mujeres la dispareunia y la anorgasmia así como la disminución de su libido si
no han tenido terapia de remplazo hormonal y si no utilizan jalea lubricante o
vaseline, o medicamentos recomendados por los especialistas.
Sin embargo la actitud hacia la propia sexualidad se ve influenciada por lo que
aprendieron de jóvenes acerca de la sexualidad del adulto mayor y cómo la
sociedad ve en ese momento la sexualidad en personas de la 3ª y 4ª edades.

Ø CARACTERÍSTICAS PSICOSOCIALES:
- Cambio social:
Los adultos mayores de los países desarrollados, se han dado cuenta de que el
ser mayor es diferente desde que sus padres llegaron a los 65 años. Tienen
aspecto más juvenil, están más sanos y vigorosos que sus homólogos de hace
varias generaciones. Es más probable que sean dueños de sus casas, vivan por
encima del nivel de pobreza y tengan menos hijos adultos. En los países en
desarrollo estas características no se dan siempre o porque no ha habido una
educación hacia la planificación familiar oportuna o para el ahorro para los años
finales o porque la situación económica de los países no lo ha permitido. No
todos tienen derecho a la jubilación o ésta es muy raquítica.

- Estrés:
Un alto estrés puede lastimar la autoestima y deteriorar física y mentalmente a
la persona que lo padece.
- Trabajo y jubilación:
En la transición del trabajo a la jubilación puede desarrollarse un alto estrés por
lo que se recomienda que se vaya haciendo poco a poco, para que se vaya
viviendo por fases hasta aceptar su finalización. Quienes no tienen derecho a la
jubilación están en alto estrés pues trabajan temiendo perder su empleo en
cualquier momento o tendrán que seguir trabajando si se los permiten o tendrán
que pasar a ser dependientes de sus familiares o de programas
gubernamentales.

- Matrimonio:
El evento más importante en muchos matrimonios es la jubilación del hombre y
de la mujer si es que ella trabajaba. Cuando es el hombre quien trabajaba, afecta
a la mujer en su independencia, al estar él todo el día en casa. La mayoría de
otros problemas ya han sido solventados en etapas anteriores y si no lo hicieron
ya se divorciaron antes.

- El divorcio y volver a casarse:


Cuando las parejas que han estado casadas durante 40 años se divorcian es
probable que demuestren más estrés psicológico que las parejas jóvenes que se
divorcian. La pérdida de sus papeles conyugales al igual que los profesionales
puede quebrantar su identidad. El número de personas mayores que se divorcian
va en aumento. En el hombre es porque ha estado enfrascado en su trabajo y
su jubilación coincide con el matrimonio con otra mujer. En la mujer es porque
su marido es alcohólico, tirano o mujeriego. Los hombres se casan con más
facilidad que las mujeres pues hay más mujeres divorciadas que hombres
disponibles.

- Viudez:
La situación de viudez en las mujeres es más frecuente pues sus maridos eran
mayores y porque la esperanza de vida del hombre lo es también. El proceso de
recuperación implica, desarrollar una explicación satisfactoria por la que ha
muerto el otro, neutralizar los recuerdos y asociaciones y crear una nueva
imagen de uno mismo. Las mujeres parecen adaptarse a una vida solitaria mejor
que los hombres quienes padecen depresión, angustia y hasta reacciones
fóbicas. Aún después de la recuperación el dolor continúa.
- Relaciones familiares en los Adultos Mayores:
La tendencia es “envejecer en el lugar”, donde educaron a sus hijos, en donde
está lleno de recuerdos, y al conocerlo bien les da competencia y el ser
propietarios confiere estatus a la persona mayor. Son menos propensos a
traslados o emigraciones. Existe la emigración de ayuda que es cuando se
mudan con algún hijo o a una residencia especial o a una institución que ofrecen
cuidados personales pero raras veces médicos, psicológicos, sociales, ni
sanitarios a nivel profesional.

- No jubilación:
Existen gran cantidad de adultos mayores que no tienen jubilación, ya sea
porque en su trabajo nunca se la dieron, porque estaban en trabajos informales
o no trabajaban a base de sueldo (muchas mujeres están en este caso). Estos
adultos mayores pasan a depender de sus familiares, de las instituciones
gubernamentales que en México casi no existen o piden y viven de la limosna
que les da la gente. El Sector Salud, el Gobierno del D. F. empiezan a desarrollar
algunas acciones pero como sociedad falta mucho por hacer.
Ø CARACTERÍSTICAS BIOLÓGICAS

- Cambios orgánicos y sistémicos


Los cambios en el funcionamiento orgánico y sistémico son sumamente
variables, entre individuos y dentro de éstos. Algunos sistemas corporales
declinan con rapidez, otros los hacen difícilmente. El envejecimiento, junto
con el estrés crónico, deprimen el funcionamiento inmunológico haciendo a
la gente vieja más susceptible a los resfriados, la neumonía y otras
infecciones respiratorias y menos probable protegerse de ellas. Por otro lado,
el sistema digestivo permanece relativamente eficiente. Encuentran los que
afectan el corazón. Su ritmo tiende a hacerse más lento e irregular, a su
alrededor se acumulan depósitos de grasa que interfieren con su
funcionamiento, y la presión sanguínea a menudo aumenta.
Otro cambio importante que afecta la salud es la declinación en la capacidad
de reserva, una capacidad de respaldo que ayuda a los sistemas corporales
a funcionar hasta sus límites en momentos de estrés. Con la edad, los niveles
de reserva tienden a caer y muchos ancianos no logran responder a las
demandas físicas adicionales con tanta rapidez, o eficiencia como antes.
- El envejecimiento del cerebro
En los ancianos normales y saludables, los cambios en el cerebro por lo
general son modestos e implican poca diferencia en el funcionamiento.
Después de los 30 años, el cerebro pierde peso, al principio ligeramente,
luego con mayor rapidez, hasta que, a los 90 años, quizás haya perdido hasta
el 10% de su peso. Esta disminución se atribuye a la pérdida de neuronas en
la corteza cerebral, la parte del cerebro que maneja las tareas cognoscitivas.
La nueva investigación sugiere que la causa no es una reducción
generalizada en el número de neuronas, si no más bien un encogimiento en
el tamaño neuronal debido a la pérdida de tejido conectivo: axones, dendritas
y sinapsis. Este encogimiento empieza temprano y avanza con mayor rapidez
en la corteza frontal, la cual es importante para la memoria y funcionamiento
cognoscitivo de alto nivel. La formación de lesiones en la materia blanca de
los axones afecta el desempeño cognoscitivo.
Los cambios en el cerebro varían de manera considerable de una persona a
otra. Ciertas estructuras cerebrales, incluyendo la corteza cerebral, se
encogen con mayor rapidez en los hombres que en las mujeres. La atrofia
cortical también ocurre más rápido en la gente con menor educación. El
ejercicio aeróbico hace más lenta la pérdida de tejido cerebral.
- Funcionamiento sensorial y psicomotor
Aunque algunos ancianos experimentan declinación agua en le
funcionamiento sensorial y psicomotor, otros encuentran que su vida diaria
prácticamente no cambia. Los deterioros tienden a ser más severos entre los
viejos de edad avanzada. Los problemas visuales y auditivos pueden
privarlos de actividades, relaciones sociales e independencia; y los deterioros
motores pueden limitar las actividades cotidianas. Las nuevas tecnologías,
como la cirugía correctiva para las cataratas, los aparatos para mejorar la
audición o los implantes cocleares para corregir la pérdida auditiva, ayudan
a muchos ancianos a evitar las limitaciones sensoriales.
§ Visión
Mucha gente anciana tiene problemas para percibir la profundidad o el
color o para realizar actividades diarias como leer, coser, hacer compras
y cocinar. Las pérdidas en la sensibilidad visual de los contrastes causan
dificultades para la lectura de caracteres muy pequeños o muy claros. Los
problemas de visión también ocasionan accidentes y caídas.
Los problemas visuales moderados a menudo pueden ser atendidos con
lentes correctivos, tratamiento médico o quirúrgico, o con cambios en el
ambiente. Sin embargo, casi uno de cada cinco adultos de 70 años o más
tiene pérdidas visuales que no es posible corregir con anteojos o lentes
de contacto. La mayoría de problemas visuales son causados por
cataratas, degeneración macular relacionada con la edad, glaucoma o
retinopatía diabética.
§ Audición
Cerca de 43% de los ancianos tienen pérdidas de audición, causadas a
menudo por la presbiacusia, una reducción en la capacidad para escuchar
sonidos de tono que se relaciona con la edad. La presbiacusia hace difícil
escuchar lo que otra gente dice, en especial cuando existe la competencia
de ruido de la radio, la televisión o de varias personas hablando a la vez.
Otras causas de la pérdida de audición son la exposición extrema o
crónica a ruido fuerte, tabaquismo, una historia de infecciones del oído
media y una larga exposición a ciertos químicos. Asimismo, las pérdidas
de audición contribuyen a la falsa percepción de la gente anciana como
distraída, despistada e irritable.
§ Gusto y olfato
Con frecuencia el gusto depende de lo que se puede oler. Las pérdidas
en ambos sentidos son una parte normal del envejecimiento, pero también
pueden ser causadas por una amplia variedad de enfermedades y
medicamentos, pero también pueden llegar a ser causadas por una
amplia variedad de enfermedades y medicamentos, por cirugía o por
exposición a sustancias nocivas en el ambiente.
Cuando la gente anciana se queja de que su comida no sabe bien, quizá
sea porque tiene menos papilas gustativas en la lengua o porque los
receptores del gusto no trabajan de manera adecuada. También puede
ser porque el bulbo olfatorio, el órgano en el cerebro que es responsable
del sentido del olfato, u otras estructuras cerebrales relacionadas están
dañadas. La sensibilidad a los sabores ácidos, salados y amargos resulta
más afectada que la sensibilidad dulce.
§ Fortaleza, resistencia, equilibrio y tiempo de reacción
Por lo general, los adultos pierden entre 10 y 20% de su fuerza a los 70
años y la pérdida aumenta después de esa edad. La resistencia disminuye
de manera continua con la edad, en especial entre las mujeres, en
comparación con otros aspectos de la condición física como la flexibilidad.
Las disminuciones de la fuerza y poder muscular pueden ser resultado de
una combinación del envejecimiento natural, la disminución de la actividad
y la enfermedad.
En parte, esas pérdidas parecen ser reversibles. En estudios controlados
con personas de entre sesenta y noventa años, los programas de
entrenamiento con pesas, potencia o resistencia que duraban de ocho
semanas a dos años incrementaban la fuerza, el tamaño y la movilidad
muscular; la velocidad, resistencia y potencia muscular de las piernas; y
la actividad física espontánea. Aunque esas ganancias pueden resultar
en cierta medida del incremento de la masa muscular, es probable que en
los adultos mayores el factor principal sea una adaptación inducida por el
entrenamiento en la capacidad del cerebro para activar y coordinar la
actividad muscular.
§ Funcionamiento sexual
El factor más importante para mantener el funcionamiento sexual es la
actividad sexual continua a lo largo de los años. En una encuesta
nacional, 53% de los adultos estadounidenses de 65 a 74 años y 26% de
los de 75 a 85 años dijeron ser sexualmente activos. Los hombres tienen
una probabilidad mucho mayor que las mujeres de mantener la actividad
sexual en la vejez, lo que en gran medida se debe a que, por constituir
una población menos numerosa, es más factible que tengan pareja.
En la adultez tardía el sexo es diferente de lo que era antes. A los hombres
por lo general les lleva más tiempo desarrollar una erección y eyacular,
quizá necesiten más estimulación manual y pueden experimentar
intervalos más largos entre erecciones. En las mujeres, la congestión
mamaria y otras señales de excitación sexual son menos intensas que
antes, y pueden experimentar problemas de lubricación. En la encuesta
mencionada, casi la mitad de hombres y mujeres que eran sexualmente
activos indicaron problemas sexuales (Lindau et al., 2007). Es más
probable que los problemas de salud afecten la vida sexual de las mujeres
que la de los hombres, pero la mala salud mental y la insatisfacción con
la relación se asocian con disfunción sexual tanto en hombres como en
mujeres.

Ø MALTRATO EN EL ADULTO MAYOR:


El maltrato de las personas mayores es un acto único o repetido que causa daño
o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para
evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza. Este tipo de
violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato
físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o
materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la
falta de respeto.
El maltrato de las personas mayores es un problema importante de salud pública.
Aunque hay poca información sobre el alcance del maltrato en la población de
edad avanzada, especialmente en los países en desarrollo, se calcula que 1 de
cada 10 personas mayores ha sufrido malos tratos en el último mes.
Probablemente la cifra esté subestimada, puesto que solo se notifica 1 de cada
24 casos de maltrato a personas mayores, en parte porque los afectados suelen
tener miedo de informar a sus familiares y amigos o a las autoridades. En
consecuencia, es probable que todas las tasas de prevalencia estén
subestimadas.
Aunque los datos rigurosos son escasos, un estudio ha aportado estimaciones
de la prevalencia de los tipos más frecuentes de maltrato en países de ingresos
elevados o medios:
· maltrato físico: 0,2-4,9%
· abuso sexual: 0,04-0,82%
· maltrato psicológico: 0,7-6,3% (basado en criterios liminares
sustantivos)
· abuso económico: 1,0-9,2%;
· desatención: 0,2-5,5%.
Los datos sobre el alcance del problema en establecimientos institucionales
como hospitales, hogares de ancianos y otros centros asistenciales de largo
plazo son escasos. Sin embargo, en una encuesta realizada al personal de
hogares de ancianos en los Estados Unidos de América se apunta la posibilidad
de que las tasas sean elevadas:
· un 36% había presenciado al menos un incidente de maltrato
físico contra un paciente de edad avanzada en el año precedente;
· un 10% había cometido al menos un acto de maltrato físico
contra un paciente de edad avanzada;
· un 40% admitió haber maltratado psicológicamente a
pacientes.
Más escasos todavía son los datos sobre el maltrato de las personas mayores
en establecimientos institucionales de los países en desarrollo.
En tales establecimientos se cometen actos abusivos como maniatar a los
pacientes, atentar contra su dignidad (por ejemplo, al no cambiarles la ropa
sucia) e impedirles que tomen sus propias decisiones en los asuntos de la vida
cotidiana, negarles premeditadamente una buena asistencia (por ejemplo, al
permitir que se les formen úlceras de decúbito), ofrecerles una medicación
excesiva o insuficiente y retener la medicación que necesitan, y desatenderlos o
someterlos a malos tratos emocionales.
El maltrato de las personas mayores puede conllevar lesiones físicas –desde
rasguños y moratones menores a fracturas óseas y lesiones craneales que
pueden provocar discapacidades– y secuelas psicológicas graves, a veces de
larga duración, en particular depresión y ansiedad. Para las personas mayores
las consecuencias del maltrato pueden ser especialmente graves porque sus
huesos pueden ser más frágiles y la convalecencia más larga. Incluso lesiones
relativamente menores pueden provocar daños graves y permanentes, o la
muerte. Un estudio de seguimiento durante 13 años reveló que los ancianos
víctimas de maltrato tienen una probabilidad de morir dos veces mayor que
aquellos que no refieren maltrato.
En el ámbito mundial, se prevé que el número de casos de maltrato de personas
mayores aumente habida cuenta del rápido envejecimiento de la población en
muchos países y de la posibilidad de que sus necesidades no puedan atenderse
plenamente por falta de recursos. Se calcula que para el año 2050, la población
mundial de mayores de 60 años se habrá duplicado con creces, de 900 millones
en 2015 a unos 2000 millones.

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