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Sobrepeso en pediatría.
¿Inicio del problema?
Mabel Ferraro
Médica Pediatra Especialista en Nutrición Infantil.
Jefa del Servicio de Nutrición y Diabetes del
Hospital General de Niños Pedro de Elizalde.
Coordinadora de la Residencia Pos básica de Nutrición
Infantil Hospital General de Niños Pedro de Elizalde.
Subdirectora de la Carrera de Médico Pediatra
Especialista en Nutrición. Facultad de Medicina UBA.
Sede Elizalde.
Objetivos
Enumerar los factores de riesgo para su desarrollo.
Esquema de contenidos
SOBREPESO
Conductas SÍ NO
Irán, India y Bangladesh presentan una frecuencia de sobrepeso que varía entre 1% a
un 20%. Una revisión sistemática, que reúne a países con datos epidemiológicos ta-
les como México, Chile, Brasil, Colombia y algunos datos de Argentina, informa que la
frecuencia de sobrepeso en niños y adolescentes varía entre 12% y un 24% siendo la
de obesidad entre un 3,5% a 17 %. Al menos 1 de cada 3 niños reportados en estos
países presenta sobrepeso u obesidad.
Según las curvas de la OMS el 10,4% (IC 95% 9,3%-11,5%) de los niños y niñas de
entre 6 y 60 meses de edad presentan obesidad. Es decir que uno de cada 10 niños y
niñas del país presenta obesidad siendo las regiones del Gran Buenos Aires y Pampea-
na las que presentan prevalencias por encima del valor nacional y la región del Noreste
la más baja.
Por otro lado la prevalencia de sobrepeso en el país es de 31,5% (IC 95% 30,2-32,9) y
esta proporción no varía con la edad.
Fisiopatología
El Sobrepeso depende de un disbalance entre la ingesta calórica y el gasto energético.
Este aumento del porcentaje de grasa con su particular distribución desencadena suti-
les alteraciones en el mecanismo de ingesta y saciedad que pueden contribuir a perpe-
tuar y aun aumentar el sobrepeso.
El tejido adiposo en los niños tiene mayor plasticidad estructural y funcional que en los
adultos. Muy tempranamente a las 6 semanas de gestación se identifican adipocitos
en el embrión particularmente diseñados para el consumo energético y la termogéne-
sis (tejido adiposo pardo). A lo largo de la gestación este tejido se va transformando el
tejido adiposo blanco una de cuyas funciones es el depósito de triglicéridos. Es funda-
mentalmente en el tercer trimestre de la gestación cuando se produce este cambio, de
ahí la importancia de la adecuada nutrición materna en este periodo.
α 1, α 2
Receptores de catecolaminas
β1 ,β2, β3
Insulina, glucagón, GH, TSH, ACTH, CRH, oxitocina, prolactina, leptina,
Receptores hormonales
adipolectina, angiotensina II, hormonas tiroideas,glucocorticoides,
(de membrana y nucleares)
andrógenos, estrógenos, progesterona y vitamina D.
Receptores de citoquinas Interleuquina 6 y factor de necrosis tumoral α
La leptina es un polipéptido de 16 KDA secretada sobre todo por el tejido adiposo pero
también por la placenta y glándulas mamarias entre otros órganos.
Su acción principal conocida hasta ahora es la de regular el apetito, con un efecto esti-
mulador de la ingesta. Los niveles de grelina se encuentran disminuidos después de la
ingesta, en respuesta a una señal de saciedad. Sus niveles plasmáticos son más altos
en el estado de ayuno, descendiendo postprandialmente. Además de su capacidad
para estimular la motilidad gástrica, la grelina estimula el apetito e induce un balance
energético positivo que conduce a la ganancia de peso corporal.
Como la leptina, la grelina actúa en una variedad de procesos fisiológicos que incluyen
la proliferación celular, el metabolismo, la protección celular, reproducción.
Mecanismos
Hormona Origen Funciones En obesidad
de acción
Puede haber lepti-
Anorexigena. En hipotálamo norresistencia. La
Células Estimula la AMP K disminuye la hiperleptinemia es un
Leptina
adiposas incrementando el producción de NPY y marcador negativo
gasto energético. proteína Agouti. para la disminución
del tejido graso.
Estimula la motilidad Los niveles de grelina
gástrica. Aumenta el En hipotálamo au- aumentan con el
Mucosa
Grelina apetito y favorece el menta la expresión de descenso de peso y
gástrica
balance energético NPY y Proteína Agouti. dificultan el manteni-
positivo miento del mismo.
Para resumir: las regiones del hipotálamo que tienen relación con el metabolismo basal
son el núcleo arqueado, el núcleo para ventricular, el área hipotalámica lateral, entre
otras. Los mediadores a destacar que se encuentran involucrados en la señalización del
metabolismo energético, son el neuropéptido Y (NPY), que es un neurotransmisor con
potente actividad de estimulador del apetito y la proteína relacionada con agouti (agRP),
que es otro neuropéptido, que se sintetiza en el núcleo arqueado que también actúa
como señal de apetito. De forma opuesta, en la regulación se encuentran señales cons-
tituidas por la liberación de propiomelanocortina (POMC) y el transcriptor relacionado
con la cocaína y anfetaminas (CART).
Recordemos que el Z score es una medida de dispersión que nos dice cuanto se dis-
tancia el valor que tenemos del de la mediana de la población.
El IMC es más específico para descartar sobrepeso que para diagnosticarlo si bien es
la mejor herramienta clínica con la que contamos. Para el diagnóstico correcto debe-
mos agregar:
••La contextura, diferente en cada niño
••La distribución grasa valorada por la circunferencia de cintura.
••El momento biológico considerando primero el rebote de adiposidad
y luego la pubertad. Hay momentos claves en los que el sobrepeso
puede aparecer con mayor frecuencia.
La referencia del IMC a las tablas existentes, si bien no es el único elemento a tener en
cuenta, nos permite una mirada objetiva y de seguimiento en la evolución.
Un niño que crece, mantiene o aumenta levemente de peso pero reduce su circunferen-
cia de cintura tiene buena evolución. La distribución grasa es de utilidad en mayores de
6 años de edad; valorar la relación cintura /talla que debe ser menor o igual a 0,5 (siem-
pre la cintura la mitad de la talla).
Fermín es traído a la consulta por su mamá derivado del Servicio de otorrinolaringología donde había
concurrido por una otitis media. Es un bebé de 6 meses de edad alimentado con lactancia exclusiva.
Su talla es de 70 cm, peso 11 kilos. Tiene una maduración y examen físico normal aunque aún no se
sienta con trípode. Recibe lactancia materna exclusiva. Lo derivan para su evaluación nutricional. Su
examen físico es normal. Talla en percentilo 90 para edad, Z score +1, peso en percentilo ≥ 97 para
edad. Z score +3.
COMENTARIO. La talla es normal lo mismo que el examen físico lo que nos orienta a
pensar en un sobrepeso multifactorial y no en uno secundario a otras patologías. En los
lactantes no hay un punto de corte específico que diagnostique obesidad pero la dife-
rencia en los percentilos de talla y peso y fundamentalmente en el score Z de ambos es
orientador.
Esta visión nos permite ser optimistas en cuanto a que podemos modificar la función de
algunos genes de riesgo mediante intervenciones determinadas en el momento oportuno.
El sobrepeso y la obesidad son indicadores críticos del ambiente en el que los niños
son concebidos, nacen y crecen. El concepto de la importancia de los 1.000 días que
La leptina podría considerase como un marcador del nivel de adiposidad y para algunos
un precursor del riesgo de sobrepeso a edades futuras.
El alto peso para la edad gestacional puede ser considerado factor de riesgo si es
consecuencia de situaciones perinatales condicionantes como sobrepeso materno y/o
diabetes gestacional, entre otras. Por otro lado, el alto peso para la edad gestacional si
no está asociado a diabetes gestacional puede ser un factor protector.
Alimentación temprana
La leche humana aporta gran cantidad de prebióticos, factores que favorecen su diges-
tión y probióticos, es decir, bacterias que influyen favorablemente en la constitución de
la microbiota.
Además, cuál sea la percepción de los padres sobre la imagen corporal de sus hijos y
cómo reaccionan los niños ante esta mirada puede tener diferentes efectos e influir de
manera positiva o negativa en cómo y qué se come. Las relaciones familiares tiene un
rol central en las practicas alimentarias, la alimentación del niño puede ser una oportu-
nidad, en las familias con dificultades de relación, de ejercer poderes o controversias
sobre qué come el niño, qué es mejor para él, o cuál es su deseo.
Las madres que trabajan fuera del hogar pueden sentir sus tiempos limitados para fun-
cionar como organizador y monitor de los hábitos de los niños. Por otro lado los padres
con poco trabajo y escasos recursos pueden tener limitadas las posibilidades de acce-
sibilidad a determinados alimentos más saludables.
Sobrepeso en la infancia y
enfermedades crónicas
Nos falta aún mucho por saber entre la verdadera relación del sobrepeso y los riesgos a
largo plazo de enfermedad crónica no transmisible. No es clara la relación entre el IMC
y este riesgo en rango de sobrepeso. Se debería tener en cuenta la distribución y canti-
dad de grasa, el sexo, edad, genética, ambiente y conducta.
En el caso del sobrepeso el aspecto del niño y la circunferencia de cintura son los ele-
mentos más orientadores.
Un valor de insulinemia elevado puede ser de interés para evaluar situación actual pero
de ninguna manera nos marca conducta terapéutica. A diferencia de los niveles de co-
lesterol, glucemia, triglicéridos, transaminasas que nos indican compromiso de órgano
blanco o que nos marcan indicaciones terapéuticas específicas, la insulinemia es solo
orientadora.
Para valorar este riesgo se debe tener en cuenta la historia familiar e individual: padres
con síndrome metabólico, historia familiar de enfermedad cardiovascular, hipertensión,
diabetes 2 o dislipidemia, pequeño para la edad gestacional o Catch up temprano.
Dislipidemia e hipertensión
Son elementos que pueden formar parte del Síndrome metabólico pero también pueden
aparecer aislados particularmente si hay antecedentes familiares.
En general la indicación del plan de alimentación con selección de alimentos (ver Ane-
xo 1) se acompaña con descenso del aporte de sodio ya que se limitan los productos
manufacturados reforzando el aporte de frutas y verduras. Recordar limitar enlatados,
snacks salados, salsa de soja, congelados y amasados de pastelería.
Es importante investigar los trastornos del sueño como apnea obstructiva en niños obe-
sos con tensión arterial elevada ya que esta asociación es muy frecuente.
Estrategias de
prevención y tratamiento
Estrategias de prevención
••Prevenir y tratar la obesidad en la población en general y en las ado-
lescentes mujeres en particular.
••Favorecer la programación oportuna del embarazo preparando a las
mujeres en edad fértil para que lleguen al embarazo con un estado
nutricional adecuado y una correcta educación alimentaria.
••Control médico durante el embarazo para favorecer un aumento
apropiado de peso entre 7 y 12 kg y detectar precozmente diabetes
gestacional.
••Propiciar la lactancia materna exclusiva hasta el 6° mes y luego
acompañando la introducción de alimentos diferentes de la leche hu-
mana. Evitar un aumento exagerado de peso durante el primer año
particularmente en los niños de bajo peso de nacimiento.
••No sobrealimentar al bebé y estar atento a los signos de saciedad.
••Utilizar agua como mejor bebida, no incorporar bebidas azucaradas.
••Incorporar desde la temprana infancia frutas y verduras diariamente.
••Trabajar en los hábitos alimentarios de los padres. Después del
primer año de vida es bueno que los chicos compartan la comida
familiar, de ahí la importancia de tener en cuenta los patrones ali-
mentarios de las madres y los padres ya que muchos alimentan a
sus bebés mientras ellos mismos comen.
••Disminuir el tiempo de exposición a pantallas evitándolas en los
dormitorios.
Estrategias de tratamiento
Una vez completado el diagnóstico de situación se pueden implementar las estrategias
de tratamiento.
••Consultas más frecuentes, permiten al niño y a la familia estar más
atentos a la evolución del sobrepeso.
••Indicar respetar los horarios de comida y no comer fuera de la mesa,
evitar el picoteo.
- Indicar un mínimo para escolares y adolescentes de 4 porciones
diarias de fruta y verdura, 2 a 3 en los más pequeños.
Hay que jerarquizar y valorar el modo de ser de cada familia tratando de hacer reco-
mendaciones apropiadas y que puedan ser llevadas a cabo.
1. Simón, 5 años y 4 meses. Fue un bebé que nació por cesárea a las 41 semanas. Peso de nacimiento:
4040 g Talla 51 cm. La mamá de 27 años tuvo un embarazo normal controlado y presentaba entonces
un leve sobrepeso. Simón recibió lactancia materna exclusiva hasta los 3 meses y durante su primer
año pasó rápidamente de percentilo 90 a 50 de talla y de percentilo 97 a 25 en peso. Estos valores
corresponden a los 6 meses de vida cuando se incorporó suplemento (leche de fórmula) y alimenta-
ción complementaria. En la consulta actual, a los 5 años y 4 meses, se registra Talla 105 cm (percen-
tilo 50) peso 16 kg (percentilo 10) IMC 14,5 (percentilo 25). Simón sólo toma agua, no acepta otras
bebidas. Si bien sus padres son ordenados con los horarios de comida últimamente preocupados por
el peso incorporaron alimentos hipergrasos como galletitas o snacks “para que coma”. Simón no se
muestra muy interesado por la comida, le gusta más correr y saltar.
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2. Felipe, 8 años y 6 meses. Matías y Florencia son dos jóvenes papás de 29 y 30 años, ambos docen-
tes que trabajan dos turnos diarios. Viven en un departamento de tres ambientes sin patio. Traen a
la consulta a Felipe de 8 años y 6 meses preocupados porque subió mucho de peso ya que siempre
era “flaquito”, incluso una preocupación para la familia extensa. Desde este año Felipe concurre a un
colegio de doble jornada, almuerza allí. En consultas anteriores había presentado talla en percentilo 50
e IMC en percentilo 25; en esta consulta se registra peso 32 kg, talla 130 cm, IMC 18,9. El percentilo
de talla se mantuvo en 50 y su IMC pasó de percentilo 25 a 90.
80 Ejercicio de Autoevaluación N º 2
2 Autoevaluación
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3. Mariela, 11 años. Mariela es una niña de 11 años de edad, que es traída a la consulta por su mamá
“porque la ve rellenita”. La mamá nos cuenta que aumentó mucho su apetito en los últimos meses y
ella no sabe cómo manejarla. Al examen físico tiene un IMC en percentilo 90, una circunferencia de
cintura en percentilo 75, presión arterial 90/40mm Hg.
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Ejercicio de Autoevaluación N º 2 81
Conclusiones
El sobrepeso es una situación frecuente en nuestro medio y la mayor parte de las veces
no es motivo de consulta pediátrico.
Si bien no está totalmente caracterizado el riesgo a largo plazo que esta situación impli-
ca, teniendo en cuenta su fisiopatología creemos que su presencia no es gratuita.
Lecturas recomendadas
• Ministerio de Salud de la Nación. Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Orientaciones para
su prevención, diagnóstico y tratamiento en Atención Primaria de la Salud. 1° ed. Buenos Aires:2013.
Ministerio de Salud de la Nación.
• World Health Organization (WHO). Consideration of the evidence on childhood obesity for the
Commission on Ending Childhood Obesity: report of the ad hoc working group on science and
evidence for ending childhood obesity. 2016. Geneva, Switzerland.
• Sociedad Argentina de Pediatría. Subcomisiones C. Guías de práctica clínica para la prevención, el
diagnóstico y el tratamiento de la obesidad. Consensos 2016.
• Victora Cesar. Los mil días de oportunidad para intervenciones nutricionales. De la concepción a los
dos años de vida. Arch Argent Pediatr 2012;110(4):311-317.
Páginas de consulta
http://www.msal.gov.ar/images/stories/bes/graficos/0000000257cnt-a08-ennys-documento-de-
resultados-2007.pdf.
http://www.funlarguia.org.ar/Herramientas/Manual-de-Maternidades-Seguras-y-Centradas-en-la-
Familia.
Conductas 1 2 3 4
Promover la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de
vida.
84 Clave de Respuestas N º 2
2 Clave de Respuestas
Independientemente de considerar los antecedentes perinatales de cada caso la evolución de estos ni-
ños no tuvo relación estricta con ellos. La influencia del ambiente y de las características de cada niño
son factores en estos casos determinantes de la evolución. El consejo es similar en ambos: respetar
los horarios de comida, insistir en el agua como bebida, evitar el picoteo. Los alimentos saludables
deben ser los mismos en los dos casos: lácteos, frutas, verduras, carne, huevo y cereales. En la niña
tener en cuenta el tamaño de las porciones y no repetir los platos (Ver propuestas de tratamiento).
En ocasiones los niños que sus madres ven como bajo peso o inapetentes son orientados al picoteo
y a la ingesta de comidas ricas en azúcares o grasas y estos hábitos pueden persistir más allá de la
recuperación del peso.
En este caso reforzar las conductas alimentarias saludable y prescribir específicamente actividad
física con los papás. Acordar un tiempo posible de actividad física que puede ser familiar en la plaza
o club dos a tres veces por semana. En el colegio en relación a las comidas beber agua, no repetir las
porciones. Teniendo en cuenta el menú diario complementar las cenas según lo que Felipe comió en el
almuerzo. Si comió muchas harinas elegir carne y verduras para la noche.
En este caso sería interesante recabar antecedentes familiares tanto de sobrepeso, como de otras
conductas relacionadas con la nutrición, reforzar pautas alimentarias saludables y evitar estigmatizar
a la niña que está en un momento biológico en el cual aumenta fisiológicamente el depósito de masa
grasa en relación al desarrollo puberal. Si bien esta situación no se asocia forzosamente a cambio de
percentilo de IMC. Una mirada poco cuidadosa tanto de los papás como del pediatra podría favorecer
el desarrollo, en familias predispuestas, de un trastorno de la conducta alimentaria.
Clave de Respuestas N º 2 85
ANEXO 1
Recomendaciones prácticas para selección de alimentos en escolares de acuerdo al
acceso alimentario en cada comunidad.
Porciones
Grupo de Tamaño de Nutriente Ejemplo de alimento
diarias
Alimento una porción a cubrir y sus intercambios
recomendadas
1 vaso de leche
o yogurt
3 (tres) Calcio Leche, yogur, quesos blancos
3 cucharas de
Lácteos Preferentemente Proteínas untables, queso fresco, postres
queso de pote
descremados completas de leche descremados.
1 trozo de
queso de 50 g
Hierro
1-2 (una a dos) La mano Vaca, pollo magro, pescados.
Carnes y Huevo Proteínas
Incluir variedad del niño Huevo 3 a 4 por semana.
completas
Frutas y vegetales anuales:
banana, lima, limón, manzana,
naranja, pomelo/acelga, apio,
Fruta mediana cebolla, escarola, lechuga,
Medio plato de remolacha, zanahoria
4 (cuatro) verdura cruda Frutas y vegetales de primavera
Elegir de 1 taza de
Frutas y Vitaminas y y verano: ananá, cereza, ciruela,
preferencia frutas verdura cocida
Vegetales A y B minerales damasco, durazno, melón,
y verduras de Se recomienda membrillo, sandía, uva/ají,
estación cubrir siempre berenjenas, chauchas, radicheta,
las 4 porciones tomate, zapallito.
como mínimo.
Frutas y vegetales de otoño
e invierno: kiwi, palta/coliflor,
espinaca, puerro.
El contenido
de una taza en Arroz blanco o integral, polenta.
cocido. Hidratos de
Cereales y Fideos o pastas, tarta de
Carbono, Fibra,
Legumbres 1-2 (una a dos) 1 empanada vegetales con una sola tapa.
Proteínas
Vegetales C 1/8 tarta Garbanzos, lentejas, porotos,
incompletas
1/8 de pizza papa, batata, choclo.
casera
4 galletitas
Panificados y 2 (dos) de agua (ver Hidratos de
similares Incluir integrales intercambios Carbono, Fibra
para colaciones)
Ácidos grasos
Aceites, frutas
1-2 (una a dos) 2 cucharitas esenciales y
secas, semillas
no esenciales
3. La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incor-
porar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en
particular, los músculos y huesos.
Sería apropiado comenzar con pequeñas dosis de actividad, para ir aumentando gra-
dualmente su duración, frecuencia e intensidad. Hay que señalar también que, si los
niños no realizan actualmente ninguna actividad física, la práctica de ésta en niveles
inferiores a los recomendados les reportará más beneficios que la inactividad.