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IMRE LAKATOS y ALAN MUSGRAVE (eds.)

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COLECCIÓN ~ r S.:.J s. p0 ~ t-CD_s
«TEORIA Y REALIDAD»
( \
LA CRITICA
Estudios críticos de filosofía y ciencias sociales
Dirigida por Jacabo Muñoz Y EL DESARROLLO
l. LA DISPUTA DEL POSITIVISMO EN LA SOCIOLOGÍA
ALEMANA, por T heodor W. Adorno y otros
DEL CONOCIMIENTO
2. SOCIEDAD ANTAGÓNICA Y DEMOCRACIA POLfTICA,
Actas del Coloquio Internacional de Filosofía
3. Y1-11 f as, !
de la Ciencia celebrado en Londres en 1965

4.
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.'\L», DE MARX,
F~TOCÜPÍAÜORAl 1 Traducción castellana d e

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\lfíA POLfTICA,
'ó 1'1A CEHCE FRANCISCO HERN.~N
Introducción por
... . ................................................ . .
~· -~·· ·" .................. JAVIER MUGUERZA
. 1
7. \llIENTO, ~ v.:-.r:ir.id.1t.i S/F A
8. >NOCIMIENTO, O/F tl' j
COLECCIÓN ~TEORÍA Y REAUDAD,.
9. J
rtafsson
10. 'íA
8
1

11 . SESENTA,

12. SOCIOLOGÍA Y LINGÜÍSTICA, por Frithjof Hager,


Hortmut Haberland y Rainer París
13 . EL PENSAMIENTO POLfTICO DE GRAMSCI,
por F. Fernández Buey (ed.)
14. IDEOLOGfA Y CIENCIAS SOCIALES,
por Robín Blackburn (ed.) ' EDICIONES GRIJALBO, S. A. -
y otros \ BARCELONA - BUENOS AIRES - MÉXICO, D. F.
1975
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80 I. Lakatos & A. Musgrave '\:-!

103. N. R. Hanson, Observation and Explanation (ed. póstuma Y prefacio


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de S. Toulmin), N. York-Londres, 1971, págs. 49 y sigs.
104. Hanson, op. cit., págs. 58-59. ·
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105. Interpretado desde esta perspectiva, el perspicaz trabajo de Ulises !
Moulines «Lo analítico y lo sintético: dualismo admisible», Teorema, III, 1, '1-i
1973, pá~s. 89-97, podría entenderse más bien como una puntualizac;=ión a -y ~-¡
hasta en cierto sentido como una generalización de- la tesis de Qume que no
como' un intento de ;efutarla (véase una observación análoga ª· ésta en José tlr!
Ferrater Mora, Cambio de marcha en filosofía, Madrid, Alianza, 1974, III par- ¿Lógica del descubrimiento o psicología '1-·
te, § 3 ).
106. Lakatos, op. cit., Apéndice, págs. 291 y sigs. de la investigación? (ll ~-,
107. Sobre la trascendencia de la «tesis de Condillac» para la epistemología
positivista -y, generalizando, la filosofía analítica de la cienc;=i~ .en su casi. tota- t i¡
THOMAS S. KUHN !
lidad-· puede verse el capítulo III de mi libro Adversus Pos1tzv1stas, Madnd, en
Universidad de Princeton ~:
prensa.
108. · Debo la mayor ·parte de mi información acerca de estos extremos, Y en ti
especial· la relativa a la anunciada obra de J. M. Lévy-Leblond Y A. Jaubert,
Autocritique de la Science, a una ponencia presentada por mis compañeros .de ~a ~
Facultad de Cie;icias José Luis Montesinos y Antonio Martinón en el Semmano
de Cie~cias y Humanidades del . Departamento de Filosofía de la Universidad de Me propongo oooner en estas páginas el punto de vista del desarrolJ.9 ~!
La Lag1.1na. ·científico, cuyas líneas generales se encuentran en mi libro La Estruc-
¡¡¡;¡¡·rezas Revoluciones Cientí icas a l~;-- untos d~-~ist~ d~~stro
presidente, Sir Karl Popp_~_r, que son mejor conocí os. 2 De ordinari;,

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yo declinaría tal empresa porque no soy tan optimista como Sir Karl o
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acerca de la utilidad de las confrontaciones. Además, he admirado su ~:
obra durante demasiado tiempo para que pueda ahora convertirme fá-
cilmente en crítico. No obstante, estoy convencido de que por esta vez ti-!
debe hacerse el intento. Aun antes de que mi libro se publicase hace tJJ· '
dos años y medio, había yo empezado a descubrir características espe-
ciales y frecuentemente enigmáticas de la relación entre mis puntos de
vista y los suyos. Voy a decir por qué pienso que ocurre así.
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Eit~-~ª~L~~-9-~.~- _!~~ _oc.~~i_o~s__~!l_ ,,,<I!-1~--S~r . K~i:l .Y. yo_. ~-~füjgjJ,JJ,9s__e~~
ftlícitamente al mismo problema, _sus pu.J;ltQs_d~_yi~ta,_f!S~J_C_a__d{!)¡t 5=Íen-
cia y los míos son muy apr9zj,n:¡adamente idéntico,s. 3 Ambos estamos •,
§12¡idos más_con la din~mic~ d~léo~eso ~~liii,~~ ' eL~~~LJ~.)!ª'9.~~~~.
~e dcoi:io~iil)iento c!~nt~co_ q,];1~~~-con]( ~sti;uct:i.iia"" lógic:a de. los produc~ .

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Fos-Je la investigación ·e:réi:itífica:"tfaaa 'eSt:a-·oc1ipadon:: ambos ¡)Oiiemos


Üifa~°S; c~mo,Cl~tos..le&~ti~~;n los h:~~~s y también -~-~cl~~p0lli:-~$~
la~g~_C.l.entífic.a__x_e.al;cy _ambos a menuéfo nos volvemos a la histona--~·
~ busca de elfoS:-"Aparti.r de .es te 'fondo .de datos . c'Omúnes, exfraemos-
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muehas -éoñclusfones idénticas. Ambos rechl!Zamos el punto__de _:vJ~t_a
d~_gg_~__l_LQ~1l~,_.12J"_Qgresa p_or acumulación; ' en lugar (fo -ello- ~rñPü:i-

6 - CRÍTICA Y CONOCIMIENTO
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82 I. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 83

ponem~s eL~rifasis en elproceso revolucionario me_9.i.ante_~Lqµ~a res ajenos al círculo popperiano dejan incluso de observar que el acuer-
yieja teoría . es rechazada y sustituida por un_a nueva inc()II1Pªtible ~~11 do existe, y son estos lectores los que con más frecuencia reconocen
<¡ll~~ y flmbos subrayamos con fuerza el papel que en este proceso (no necesariamente con simpatía) los que me parecen ser los puntos
}~eg-a el e-;entual frac~s~ -¿~· 1~ ~ieja teoría en liicer frente los desa- a centrales. Mi conclusión es que un cambio de gestalt divide a los lec-
fíos que le dirigen la lógica, la experimentación o la º-~~~~~ci~n:-Po-r tores de mi libro en dos o más grupos . El deseo de entender cómo
último, Sir Karl y yo estamos unidos en oposición a algunas de las puede ocurrir esto es lo que motiva la presente comparación de mi
tesis más características del {2.QS.Í.Ú.'lÍS.:tu.P.-J:l~ic~. Ambos subrayamos, punto de vista con el de Sir Karl.
por ejemplo, la tr~bazón _íntima e inevitable de la Q'füep.¡:_~ión dentíti<a. La comparación no debe ser, sin embargo, una nueva yuxtaposición
_con la t~9_i;:!_a_ c:i~11tífica~)or consiguiente, somos escépt~~gs__ ante _lqs punto por punto. Lo que requiere atención no es tanto el área peri-
:esfuerzos para producir""un lengg~~--Qpse;r:vacignal__IJ.eu trc:i ;,;:y J_o~ _ dos férica en la que han de aislarse nuestros eventuales desacuerdos de
fo_:ilii.Lill..oS:en:::que_lo_s científicos pueden con toda propieda'fr' tratár de . segunda importancia, sino la región central en la que parecemos estar
Tnventar teorí~~ q1!1?~J!liqE.~l00_:~-,J~_Ó.menos~ohs_e_cra_d.9_Ly_lo_hag.a,n. de acuerdo. Sir Karl y yo recurrimos a los mismos datos; hasta un
en" tétiñiñós"de " 6fü~tos_r.f_4~s;~<;ualquiera
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que sea el significado que. esta extremo poco común, estamos viendo las mismas líneas sobre el mis-
ultima frase pueda tener. .' mo papel; preguntados acercá de esas líneas y esos datos, con frecuen-
. Esta lista, aunque de ningún modo agota los puntos en los que cia damos respuestas virtualmente idénticas, o al menos respuestas que
Sir Karl y yo coincidimos, & es ya lo bastailte amplia como para situar- inevitablemente parecen idénticas vistas en el obligado aislamiento del
nos .en la misma minoría entre los :filósofos de la ciencia contemporá- modo pregunta-y-respuesta. No obstante, experiencias como las arrih!I
neos. Ésta es, presumiblemente, la razón por la que los seguidores de mencionadas me convencen de que cuando decimos las mismas cosas
Sir Karl han constituido con cierta regularidad el público :filosófico nuestras intuiciones son a menudo muy diferentes. Aunque las líneas
que ha sido más comprensivo conmigo, y al que sigo estando agrade- sean las mismas, las :figuras que de ellas emergen no lo son. Por eso
cido . Pero mi gratitud es de diversos tipos. El mismo acuerdo que pro- es por lo que, ~s que un desacuerdo, yo llamo a lo que nos se~a .1:1f.1 .
voca la solidaridad de este grupo, muy a menudo dirige su interés cimbia··¿¿·-gestalt, y por eso estoy también perplejo e intrigado sobre.
erróne;:imente . Con fre.cuencia, los seguidores de Sir Karl leen muchas <Q.~o-exl)§j_a.r: _
_mejor .en _esa. ?eparación. ¿Cómo voy a persuadir a Sir
partes de mi libro como capítulos de una revisión tardía (y, para al- Karl, que sabe todo lo que yo sé acerca del desarrollo científico y
gunos, drástica) de su ya clásico The Logic of Scientific Discovery. que de un modo u otro ya lo ha dicho él, de que lo que él llama pato
Unos de ellos pregunta si el punto de vista de la ciencia que está deli- puede ser visto como un conejo? ¿Cómo voy a mostrarle lo que su-
neado en mi Estructura de las Revoluciones Científicas no ha sido pondría llevar mis gafas cuando él ya ha aprendido a mirar a través
durante largo tiempo conocimiento común. Otro, más caritativamente, de las suyas todo cuanto yo pueda señalar?
limita mi origillalidad a la demostración de que los descubrimientos- En esta situación se requiere un cambio de estrategia, que viene a
de-hechos tienen un ciclo vital muy similar al que muestran las inno- la mente por sí solo. Releyendo una vez más varios de los principales
vaciones-de-teoría. Otros hay que se encuentran satisfechos en general libros y ensayos de Popper, vuelvo a encontrar una serie de frases
con el libro, pero discuten los dos puñtos de___imgQrta.p.gg_:;_~Q.J_I?-: que se repiten y que, aunque las entiendo y no estoy en total desacuer-
4aria en los que mi de~acuerdo con Sir Ka.fULtn~ts_e.x1.2.lícito: ~el én~ do con ellas, son expresiones que yo nunca emplearía en los mismos
fasis q~.~ poi:.ig_o en la i~2orta~ia - -~el _c:_oml2!.0.1Il.iso prnfund<?. con.Ja__t.r:'.l:- lugares. Indudablemente estas frases sirven muy a me~udo como metá-
Cf1cióri' y mlclescontento con las . im iicaciones que conlleva . el "térffiino foras que se aplican retóricamente a situaciones para las que Sir Karl
,, "fa sac10n . íc o brevemente, todas· estas personas1eenmCiifri:o--a ha dado en algún otro lugar descripciones admirables. Sin embargo,
j traves··ae unas gafas muy especiales, pero hay otro modo de leerlo. La para el presente propósito estas metáforas, que me chocan por ser pa-
mirada a través de esas gafas no está equivocada (mi acuerdo con Sir tentemente inapropiadas, puede que sean más útiles que descripciones
Karl es real y sustancial) . Sin embargo, casi invariablemente los lecto- más francas y directas. Es decir, pueden ser síntoma de diferencia:s
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84 I. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 85

contextuales que una cuidadosa expres1on literal oculta sin embargo. experimentales se debe a un componente específico en su dieta, o que
Sí esto es así, entonces· esas locuciones puede que funcionen no como el modelo espectral recientemente descubierto debe entenderse como
lineascsobre-un-papel sino como la oreja-de-conejo, la toquilla, o la un efecto del espín nuclear. En cada caso, los pasos siguientes en la in-
cinta-a-la-garganta que uno aísla cuando enseña a un amigo a transfor- vestigación tendrán como objeto contrastar la conjetura o hipótesis.
mar su manera de ver un diagrama como un todo. Eso es al menos Si la conjetura o hipótesis logra pasar suficientes contrastaciones o con-
lo que yo espero de ellas. Tengo en la mente ~~ de esas pf~r~ncias t~i?tadoii~s §!cl#ciépi:-~jñ.ente---s~ei~~;s~ ~i ·~i~~!fficü--l1abtr1lecho mi-de_
¿_
ge~xpresiÓ.t\ y las trataré una tras otra. cub1i~!i.nto Q.aLm.enos...ha.b_ní reg1elt9_~l ro~~<:;a_b~_Z.ª-~f.QP_eLcwe ~~ - ~11:
fr~~taba_. ?i_Qfl,__o__~iepe q_l?-~ -ªp~g~9_p~~~l_~omQecap~~~-Eº_r completo o
tie_r.i~- ql,l~_i.ntelltlir. resolverlo _.c.0n Ja .ayuda_de_ algup.a, _()!_.J:'ª-_hiP.~iisis~--Mu-
éhos problemas de investigación, aunque desde luego no todos, tienen
I esta forma. Las contrastaciones de esta especie son un componente típico
de lo que en otra parte he llamado "dencia normal''. o "investigación
normal", una actividad que da cuenta de la inmensa mayoría del tra-
Uno . de los puntos más importantes de coincidencia entre Sir bajo que se hace en la ciencia básica. Sin embargo, tales contrastacio-
Karl y yo es el de nuestra insistencia en que el análisis del- qe~_~frQ­ g_es nQ. tienen p.or_ob_kt;o la teorÍ:'!E~ab_kc!qa. Por el sontrario, cuando
llo del .conocimiento cien:tífi_c__o_~d.~bl!~er en cuenta _e_L J:?O<:l_<Lf.9.!!J.Q. está ocupado en un problema de investigación normal,- el científico debe
...
~--de~d~~~t¡~;¡;_~ii~ir:i i~iu9.ª4;·sreñdó 'estC>--así, me sorp;ende'ñ.' álgu-· contar con una teoría establecida que tiene como misión sentar las
nas de sus repetidas generalizaciones. Una de éstas aparece al prin- reglas del juego. El objeto del científico es resolver un rompecabezas,
cipio del primer capítulo -de su The Logic of Scientific Discovery: «El preferiblemente U'no en el qu~~~~-h~y~~-fi:~-c~-s~<l~; ug~_.QQdeuidin,ir
científico -escribe Popper-, sea teórico o experimental, progone ese rompecabe;?:_as y garantizar que, si se tiene suficiente inteligencia, pue-
enunciados, y los contrasta paso a paso. En particular, en el campo da resolverse, se requiere una teoría establecida.7 Desde luego que quien
de las ciencias empíricas, construye hipótesis, o sistemas de teorías, y lleve'á li·pacricitaI empresa debe contrastar con frecuencia la conjetu-
las contrasta con la experiencia mediante observaciones y experimen- ra que su ingenio le sugiere como solución al rompecabezas. Pero es sólo
tos». 6 Esta afirmación es virtualmente un clisé, pero al aplicarla su conjetura personal la qut se contrasta. Si fracasa en la contrastación,
·presenta tres problemas. Es ambigua porque po aci('!rta_a__especificar_si sólo su propia capacidad es impugnada, no el corpus de la ciencia
son los "enunciados.'.:_o_las "teorías" quienes son contrastados. Es ver- establecida. Dicho brevemente, ~g__que_!~~ -~..9!1~ras~~cicmes _ son frecuen-
dad que esta ambigüedad- pued.e-eliñiinarse-remítieñdüñéis.-a-- otros pa- tes en la ciencia normal, estas c9[1t_!:~s_taCÍ()IJ.es SQP, __d_e__P,n.ll espe;c;ie_ pare
sajes de la obra de Sir Karl, pero la generalización que resulta es Úcular, puesto que en el análisis
final, más que la teoría vigente, quien
históricamente errónea. Además, el error es importante, porque la for- es sometido a contrastac1ón es etcientífico---e:-onsiderado 'l!idlvidüal-·
ma inambigua de la .descripción omite justamente la característica de mente.
la práctica cientifíca que mejor distingue la ciencia del resto de los ~s ésta, sin embargo, la clase de contrastación en la que _Sir_Karl
trabajos de creación. ~ . p;~~~li· Él está sobre todo futeres;Jo-en-ro;-p.t;c~d.i~i~~os mediante
Hay un tipQJ!.e_'.'._enunciado_'.'.._o_'.'.hlp_á_tesis_'.'.__queJos __científicos repe- los cuales la cíencia crece, y está convencido de que ese "crecimiento"
ticG.mente_someten_ a:__contrastadó_~__s_g;!e~g tica. M~--~-e~e!-9 a los enu~- no tiene lugar fundamentalmente por acumulación sino por el "derro-
ciados que expresan l::i~ .. <::~;_lje~!a_s___ de -~~ _in~A\'.tdu_a.~~~rca ..4~Lm:9do camiento revolucionario" de una teoría aceptada y su reemplazamiento
más apropiado de relacionar el propio problema de inves.tigación con por otra mejor. 8 (Que el "crecimiento" incluye el "repetido derroca-
el corpus Cf~rconqcf@.ep_I9:.:_-¡:i~·ijijfi¿q~ql!._~~iiC~_2ri~~~~ia ·válido: El ·cien- miento" es por sí mismo una rareza lingüística cuya raison d'étre se
tfficopú.eC:Ie,-por ejemplo, conjeturar que cierto elemento químico des- hará más visible cuando estemos un poco más adelante.) Desde este
conocido contiene la sal de una tierra rara, que la obesidad de sus ratas punto de vista, l_as contrastaciones a las que Sir Karl da énfasis son
86 J. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 87

aquellas que se realizaron para exgJ9ri!Llas__limitadonia de la_teqría_ ta el tipo de contrastación de Sir Karl, _la__ que con_másj11~-!~~_a__ distin-
aceptada o para amenazar lo más posible a una teoría vigente. Entre ~ue la ciencia de las otras actividades. Si existe un criterio de demarca- ·
sus ejemplos favoritos, todos ellos sorprendentes y -destructivos en ~ión (no pienso que debamos buscar""" uno muy tajante o decisivo),
su resultado, están los experimentos de Lavoisier sobre la oxidación, puede que esté precisamente e~- es~p-~_!~c_k__ la ci~~'=ia qui:__5-ir ~ar~
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la expedición al eclipse de 1919, y los recientes experimentos sobre la ignora.
conservación de la paridad. 9 Todas, desde luego, son contrastaciones -- En uno de sus ensayos más sugerentes, Sir Karl remonta el origen
clásicas, pero al emplearlas para caracterizar la actividad científica Sir de «la tradición de la discusión crítica Da cual] representa el único
Karl omite algo extremadamente importante acerca de ellas: el hecho modo practicable de ampliar nuestro conocimiento» a los filósofos
de que episodfos___c_omo éstos son muy raros en el desarro_füi_d._u_a_d~n­ griegos de Tales a Platón, que fueron quienes, a su juicio, estimularon
c~ Cµando ocurren, son generalmente causados o bien por una crisis la discusión crítica tanto entre escuelas como entre los componentes de
previa en el camQ.o correspondienti (!Os experimentos de Lavoisier o cada escuela. 12 La descripción que Sir Karl hace del pensamiento de
los de Lee y Yang 10 ) o bien por la existencia de i,g:i_a teorfa._q_u_e___e_s_t_á_e_n_ los presocráticos es muy atinada, pero lo descrito no se parece en
~onflicto con los cánones de investigación existentes (la relatividad nada a la ciencia. Se trata más bien de la tradición de propuestas,
general de Einstein). ~~sin embargo, aspectos de, u ocasiones para, contrapropuestas y debates sobre los fundamentos que, quizás ex-
lo que en otro lugar he llamado "-~!lyesti~i_ón extraordinaria ~a cepto durante la Edad Media, han caracterizado a la filosofía y a gran
empresa en la que los científicos sí que hacen akrde de~-ñIDC:has de las parte de la ciencia social desde entonces. Y a en el período helenístiéo
características que señala Sir Karl, pero también una empresa que, al las matemáticas, la astronomía, la estática y las partes geométricas de
menos en el pasado, sólo se ha hecho presente de manera intermitente la óptica habían abandonado este tipo de discurso para pasar a la re-
y bajo circunstancias muy especiales en toda especialidad científica. 11 solución de rompecabezas. Otras ciencias, en número creciente, han expe-
Sugiero, pues, que Sir Karl ha cara~tetizad_o_toda___fa____ g_~ cien- rimentado desde entonces la misma transición. En cierto sentido, por
tífica en términos que sólo se aplican a sus partes revolu_QPJlf!rias)i__\ie poner cabeza abajo la opinión de Sir Karl, es precisamente el abandono ·
se presentan de cuando en cuan@. Su énfasis es natural y común: d_d discmso crítico____ lo_qµ~marca la transición a la ciencia. uO:a vez
: los brillantes resultados- de Copérnico o Einstein se dejan leer mejor que determinado campo ha - h~~h-; ~ransición;-scs10 se-. vuel-y_e; __al -
que los de Brahe o Lorentz; no sería Sir Karl el primero que tomase ~enJ.os-momentos____de_____crisis_ep__lm;_qy~foA.._bases_de_ ese.
equivocadamente lo que yo llamo ciencia normal por una actividad in- campo están d~_nuevo ___s:ri_peligro..; 13 Los científicos solamente se com-
trínsecamente carente de interés. Sin embargo, es probable que ni portan como filósofos cuando deben decidir entre teorías en conflicto.
la ciencia tú el desarrollo del conocimiento puedan entenderse si la A mi juicio, es por esto por lo que la brillante descripción que hace
investigación se ve exclusivamente a través de las revoluciones que Sir Karl de las razones para elegir entre sistemas metafísicos se parecen
produce de cuando en cuando. Por ejemplo, aunque la contrastación tanto a la descripción que hago yo de las razones para elegir entre
de los presupuestos básicos sólo tiene lugar en la ciencia extraordina- teorías científicas. 14 Intentaré mostrar brevemente que la contrastacíón
ria, es la ciencia normal quien pone al de~c~bierto tanto los puntos 1 -
gg puede jngar 1m papcl_ muy decisivo en !}ingt.1_n~ ____elecci_qp..
específicos que hay que contrastar como el modo de realizar la contras- j Hay, sin embargo, una buena razón que explica por qué la con-
tación. Digámoslo otra vez, es para la práctica normal y no para la ~ trastación ha parecido jugar ese papel, y cuyo examen atento puede al
práctica extraordinaria de la ciencia para lo que los científicos están fin hacer que el pato de Sir Karl se convierta en mi conejo. No puede exis-
-,
_,
entrenados; si, no obstante, consiguen desplazar y reemplazar las teo-
rías de las que depende la práctica normal, esto es ·algo raro que es
tir ninguna actividad de resolución de rompecabezas salvo que quienes
la practiquen compartan criterios que, para ese grupo y ese momento,
preciso explicar. Por último, y éste es por el momento mi punto prin- determinen cuándo puede darse por resuelto un determinado rompeca-
cipal, una atenta mirada a la empresa científica sugiere que, mejor bezas. Los mismos criterios determinan necesariamente cuándo se ha
que la ciencia extraordinaria, e,s__la_ciencia normal, en la que no se presen- fracasado en hallar una solución, y todo aquel que haga una elección pue-

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88 I. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 89

de considerar ese fracaso como el fracaso de una teoría en pasar una con- cionar un criterio de demarcación, son imposibles de sustentar. La his-
trastación. Como ya he dicho repetidamente, por lo general no se con- toria de la astrología durante los siglos en que tuvo buena reputación
sidera de este modo. Se ecba la culpa a quien ha trabajado, y no a intelectual contiene muchas predicciones que fracasaron categóricamen-
18
sus herramientas. Ahora bien, en circunstancias especiales que induzcan te. Ni siquiera los exponentes más vehementes y convencidos de la
a una crisis en la profesión (por ejemplo, un fracaso de mucho bulto, astrología ponían en duda que esos fracasos se repetirían. La astrolo-
o el repetido fracaso de los profesionales más brillantes) la opinión del gía no puede dejarse fuera de las ciencias por la forma en que hacía
grupo puede cambiar. Lo que previamente había sido un fracaso perso- sus predicciones.
nal, puede llegar entonces a ser considerado como el fracaso de la Ni tampoco se la puede dejar fuera por el modo que tenían de ex-
teoría que está bajo contrastación. Después de esto, como la contrasta- plicar el fracaso quienes la practicaban. Los astrólogos indicaban, por
ción surgió a partir de un rompecabezas y conllevaba por tanto unos cri- ejemplo, que, al contrario de las predicciones generales acerca de,
terios establecidos para su solución, se muestra más estricta y más di- pongamos por caso, las tendencias naturales de un individuo o una ca-
fícil de evadir que las contrastaciones utilizables en una tradición cuyo tástrofe natural, el pronóstico del futuro de un individuo era una tarea
estilo normal es el discurso crítico más que la resoluciói+ de rompe- inmensamente compleja, que exigía la mayor habilidad, y una tarea
cabezas. · extremadamente sensible a los más pequeños errores en los datos per-
Por Io tanto, en cierto sentido, el rigor c;ltlQs.._oitednLd~ontras­ tinentes. La configuración de las estrellas y los ocho planetas estaba
tación no es más ue una cara de la m-- a de la u~ la otra~.t:_!!_~s la. cambiando constantemente; las tablas astronómicas=- utilizadas para el
tra 'ción de resolución de rompecab~Za..l>. Es por esto por lo que la línea cálculo de la configuración en el momento del nacimiento de un indi-
de demarcación de ~k_K;~..r.Ly_J~u:nfa_¡;:_oin..d.Q.en. con tanta frecuencia-. viduo eran notablemente imperfectas; pocos hombres saben el instante
Esta coincidencia, sin embargo, no lo es más que ~p,__ §U resultadQ; _eJ de· su nacimiento con la debida precisión. 19 No hay que extrañarse,
proceso por el que se aplican aml?as líneas q~_d~~?_!:~CÍ~~-s- muy por tanto, de que los pronósticos fallasen con frecuencia. Sólo cuando
d1fe'renie, ~moc_~s.o_delimitaJos.. distintos_ asp~ctq~ _g~J.a. g~ti~i4~sl la astrología misma llegó a carecer de plausibilidad, empezaron estos
acerca de la cual ·debe decidirse si es o no es ciencia. Considerando los argumentos a dar la impresión de que daban por cierto precisamente lo
casos diífcne;;--¡;;~- ~i;~pl~~ ~Cpsi~;;-;~áüs-i~- -~-y~- historiografía mancis- · ' 2 º A rgu.rpentos como estos
que estaba en cuestlon. ' se emp1ean hoy d'ia
ta, para los cuales nos dice Sir Karl que elaboró inicialmente su cri- regularmente cuando, por ejemplo, se trata de explicar los fracasos en
terio, 15 también soy de la opinión de que no puede llamárseles "cien- medicina o en meteorología. Y en las épocas difíciles también se los
cia". Pero yo llego a esta conclusión por un camino mucho más direc- encuentra en las ciencias exactas, en campos como la física, la química
to que el suyo. Un breve ejemplo puede que sirva para sugerir que de y la astronomía. 21 No había nada anticientífico en las explicaciones que
los dos criterios, contrastación y resofo.ción de rompecabezas, el último los astrólogos daban de sus fracasos. ·
~s el menos eguív_q<;:_o_y_eLmás_fündª'p;i.~nrnl_. . ··-------·· - --·- ·--·· · No obstante, la astrología no fue una ciencia. Más bien fue un
· Para evitar controversias contemporáneas que no son del caso, voy oficio, una de las artes prácticas, con estrechas semejanzas con la in-
a considerar la astrología, en lugar de, por ejemplo, el psicoanálisis. geniería, la meteorología y la medicina tal como estQ.s campos se prac-
La astrología es el ejemplo que más frecuentemente cita Sir Kar!- corno ticaron hasta hace poco más de un siglo. A mí juicio hay un estrecho
"pseudociencia". 16 Dice: «Al hacer suficientemente vagas sus interpre- paralelismo con la vieja medicina y el psicoanálisis contemporáneo. En
taciones y profecías, los astrólogos eran capaces de explicar todo aque- cada uno de estos campos, la teoría aceptada sólo servía para establecer
llo que, si la teoría y las profecías hubiesen sido más precisas, pudiera la plausibilidad de la disciplina y para dotar de cierto sello de raciona-
haber constituido una refutación de la teoría. Tratando de escapar a la lidad a las varías reglas del oficio que guiaban la práctica. Estas reglas
falsación destruían la contrastabilidad de la teoría». 17 Esa; generali- habían demostrado su utilidad en el pasado, pero nadie suponía que
zaciones captan algo del espíritu de la actividad astrológica. Pero. to- fuesen suficientes para impedir los fracasos repetidos. Se deseaban unas
madas al pie de la letra, como ha de hacerse si es que han de propor- reglas más potentes y una teoría más articulada, pero habría sido ab-
'90 J. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 91

surdo abandonar una disciplina plausible y muy necesaria con una tra- en la ciencia le impide ver cuál es la razón más poderosa pa~a ha-
dición de éxitos parciales por la simple razón de que estos desiderata cerlo así.
no estuviesen todavía próximos a alcanzarse. En ausencia de ellos, sin Este hecho, a su vez, puede explicar otro rasgo extraño de la his-
embargo, ni el astrólogo ni el médico podían investigar. Aunque tuvie- toriografía de Sir Karl. Si bien subraya repetidamente el papel de las
ran reglas que aplicar, no tenían ningún rompecabezas que resolver y contrastaciones en el reemplazamiento de teorías científicas, se ve
por tanto ninguna ciencia que practicar. 22 también obligado a reconocer que muchas teorías, por ejemplo la de
Compárense las situaciones del astrónomo y el astrólogo. Si la pre- Ptolomeo, fueron reemplaz::idas antes de haber sido efectivamente con-
24
dicción de un astrónomo fallaba y sus cálculos se revisaban, podía trastadas. En algunas ocasiones, al menos, las contrastaciones no son
esperar corregir los errores. Quizá los datos fuesen erróneos: podían un requisito para las revoluciones a través de las cuales avanza la cien-
volverse a examinar las antiguas observaciones y podían hacerse nuevas cia. Pero esto no es cierto de los rompecabezas. Aunque las teorías que
medidas, tareas ambas que presentaban una gran cantidad de rompecabe- cita Sir Karl no hubieran sido sometidas a contrastación antes de su
zas instrumentales y de cálculo. O quizá la teoría necesite ajustes, sea eliminación,' ninguna de ellas fue reemplazada antes de que hubiese cesa-
mediante la manipulación de epiciclos, excéntricas, ecuantes, etc., sea do de sostener adecuadamente una tradición de resolución de rorppeca-
mediante reformas más fundamentales de la técnica astronómica. Duran- bezas. El es.tado en que se encontraba la astronomía era un escándalo
te más de un milenio hubo rompecabezas te_óricos y matt:máticos en tor- a principios del siglo XVI. Sin embargo, la mayoría de los astrónomos
no a los cuales, y a sus contrapartidas instrumentales, se constituyó la pensaban que reajustes normales en un modelo esencialmente ptolo-
tradición investigadora de la astronomía. El astrólogo, por el contrario, meico restablecerían adecuadamente la situación. En este sentido la
no tuvo tales rompecabezas. Podía explicarse el hecho de que hubiera fra- te.oría no había fallado una contr~stación. Pero unos pocos astrónomos,
casos, pero los fracasos específicos no daban lugar a la investigación de Copérnico entre ellos, sentían que las dificultades debían estar en el
enigmas, porque ningún hombre, por hábil que fuera, podía hacer uso propio tratamiento de Ptolomeo más que en las versiones particulares
de esos fracasos en un intento constructivo de reconsiderar la tradición de la teoría ptolomeica desarrolladas hasta entonces, y los resultados
astrológica. Había demasiadas fuentes posibles de dificultades, muchas de esta convicción ya se conocen. La situación es típica. 25 Con o sin 1
de las cuales estaban ·más allá del conocimiento, del control o de la contrastaciones, ~~tradición de resolución de rompecabezas es capaz de
responsabilidad del astrólogo. Del mismo modo, los fracasos individua- J?teparar el camino para su ~pia eliminación. Collfiar en la contras-
les no eran informativos, y no reflejaban la competencia del pronosti- tación como si se tratase del sello que distingi:ie a la ciencia es omitir ·
cador a los ojos de sus colegas. 23 Si bien eran las mismas personas lo que los científicos hacen generalmente y, con ello, omitir el rasgo
quienes practicaban regularmente la astronomía y la astrología, in- más característico de su actividad.
cluidos Ptolomeo, Kepler y Tycho Brahe, nunca hubo un equivalente
astrológico de la tradición astronómica de resolución de rompecabezas.
Y sin rompecabezas, que primeramente desafíen y luego den prueba del
ingenio del trabajador individual, la astrología no podía convertirse en II
ciencia, incluso aunque las estrellas hubiesen, en efecto, controlado el
destino humano.
Resumiendo, aunque los astrólogos hicieron predicciones contrasta- Con la base que nos dan las consideraciones precedentes podemos
bles y reconocieron que estas predicciones fallaban algunas veces, ni descubrir rápidamente la razón y las consecuencias de otra de las ex-
se comprometieron ni podían hacerlo en el tipo de actividades que presiones favoritas de Sir Karl. El prefacio a Con¡eturas y refutaciones
normalmente caracterizan a todas las ciencias reconocidas. Sir Karl está comienza con la siguiente frase: «Los ensayos y las conferencias que
en lo cierto al excluir la astrología de las ciencias, pero su' excesiva componen este libro son variaciones sobre un solo tema muy simple:
polarización sobre las revoluciones que de cuando en cuando ocurren la tesis de que podemos aP,rend,~r.__de n~grg;_errQI_f!.J..» Es el propio Sir
92 l. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 93

Karl quien subraya; la tesis se repite en sus escritos desde una época que ocurre cuando una comunidad científica rechaza una de estas teo-
muy temprana; 26 considerada aisladamente, es inevitable asentir. Todo rías y la sustituye por otra. 27 Si esta utilización no nos parece inme-
el mundo puede aprender y de hecho aprende de sus errores; aislarlos diatamente extraQ.~µo se debepnnclj?alillente a que apela al residuo
y corregirlos es una técnica esencial para enseñar a los niños. La retó- induc,:.tiriü.a-@~~h~~ en todos nosotro§. Al creer que las teorías válida~
rica de Sir Karl tiene sus raíces en la experiencia cotidiana. Sin embar- son el producto de inducciones correctas a partir de los hechos, el in-
go, en los contextos en que él invoca este imperativo familiar, sus apli- ductivista está obligado a sostener también que una teoría falsa es el
caciones se muestran decididamente poco claras. No estoy seguro de resultado de un error en la inducción. En principio, al menos, está dis-
que se haya cometido un error; al menos un error del que pueda puesto a responder a las siguientes preguntas: ¿qué error se ha come-
aprenderse. tido; cuál es la regla que se ha infringido; cuándo y quién, para llegar
No es preciso enfrentarse a los profundos problemas filosóficos que a, pongamos por caso, el sistema ptolomeico? Al hombre a quien estas
presentan los errores para ver el asunto que está en discusión en· este preguntas le parezcan sensatas, y sólo a ese hombre, es a quien no pre-
momento. Decir que la suma de tres y tres es cinco, o deducir de senta problemas la afirmación de Sir Karl. .
"todos los hombres son mortales" que "todos los mortales son hombres" .Pero ni Sir Karl ni yo~mos inductivistas. Ninguno de los dos cree-
son errores. Por otras razones, es un error decir "Él es mi hermana", mos que haya reglas para in~rectas a partir de los hechos ,
o informar de la presencia de un campo eléctrico fuerte· cuando la ni siquiera que las te_orfa1_~, correctas o incorrectas, se induzcan en ab-
comprobación de las cargas indica lo contrario. Es presumible que soluto. En lugar de ello las consideramos comcf creaciones imaofoati-
haya otros tipos de errores, pero todos los errores normales probable- ?'~-~L-~Y~!ltadas_de ..una sola pieza para aplicarlas al~ na~~)~z¡:y--;¡-i;¡~~
mente comparten las siguientes características. lJn error es algo que señalamos que talescreaciones pt.iede-qi:r~-~uentr~~- y por lo común
~ hace 1 o se comete, ·en un tiempo y un lugar determiriadÜs por. un en . efecto encuentran rompecabezas que no pueden resolver, también
individuo P-~.ttk1.1lar. Ese inaívid~o--ha-dejado --deoheélec~~ªlguna . re- reconocemos que esas perturbadoras confrontaciones raramente ocurren
gla estabkcida __g~la ·lógica, o del lengua-je,-o-de.lasreÍaciones entre durante algún tiempo después de que una teoría haya sido inventada
u~ de éstos y_la ~.?fP.iiJ~~ci~. ó---en-l~gard~-ell¿- P~~de que -n; haya y aceptada. A nuestro juicb, entonces, no se cometió ningún error
reparaao en las consecuencias de una determinada elección entre las para llegar al sistema de Pt'?lomeo, y por esa razón me resulta difícil
alternativas que le permiten las reglas. El individuo puede aprender entender lo que Sir Karl tiene en la mente cuando dice que ese siste-
de su error· sólo porque el grupo cuya práctica incluye estas reglas ma, ·o cualquier otra teoría antigua, es un error. Lo más que podría
puede aislar el fallo del individuo al aplicarlas. En pocas palabras, _los_ decirse es que una teoría que al principio no era un error ha · llegado
!ipos de errores ajos _g~~- -~~~p!!_c~ -~s_ obvj_ªgi_ep._te._.el imper.-ª.Ü'V'.() qe a serlo, o que un científico ha cometido el error de aferrarse a una
Sir Karl son los fallos de c_si_gipre~sión o__s:!~J~~()nocÍlníentq . que . tiene teoría durante demasiado tiempo. E incluso estas expresiones, la pri-
~n individu~-~ _eUn~~ri~r de una ~ctiyidad gobernad¡¡ p~rr_t?gla~_pree~- mera de las cuales es extremadamente tosca, no nos conducen al senti-
taEilecidas_. EnJas _ ~j~p._cl!:l~, .tales .erron'!s__ _ocurren con mayor frecuencia, do habitual al que nos referimos con el concepto de error. Esos erro-
y _qlil.zg'_;;~]f<;:.~.si~~ente, en el int~_rj9_r_ _de la pdctica de la investiga- res son los que normalmente comete un astrónomo ptolomeico (o coper-
ción normal de reso1UClónde-rompecabezas. > nicano) dentro de su sistema, tal vez en la observación en los cálculos o
' que puede ais- '
--. No es ahí, sin embargo~d~~d~ SÍr Karl los busca, porque su con- en el análisis de los datos. Se trata de una clase de error
cepto de ciencia oscurece incluso la existencia de investigación normal. larse y luego inmediatamente corregirse, dejando intacto el sistema ori-
En lugar de ello, se preocupa de los episodios extraordinarios o revo- ginal. Por otra parte, .en el sentido en ~_lo__~mplea SiLK¡¡tl~_J:!Q
lucionarios de la evolución científica. Los errores que él señala no son ~r!:º!._.c:qq t_arr,i~_ P~.t: .. _CQP.J.plet_() __ a_ -~·_s_is.t~.IP.<l__ y_ ~ql9 __ f2.uede_corregirs e
~m~n_. ac~one~_!iE:~ _rpá~ .J:>ien teorias c1entilicasdel pasád():· ·1~1 i:_e~plaza~d?. to.~~-~! ~is~egi3_, Ninguna forma de expresarse ni .ninguna
astronomía aé Ptolomeo, la teoría del B.ogist6, o la dinámica newtonia- semeí3flZa puecfen encubrir estas diferencias fundamentales, ni pueden
na, y, por tanto, «el aprendizaje a partir de nuestros errores» es lo ocultar el hecho de que antes de que comenzase la contaminación el
' 94 J, Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 95

sistema tenía la total integridad de lo que llamamos conocimiento le- metría juega un papel fundamental en mi Estructura de las Revolucio-
gítimo. nes Científic.as, donde el fracaso de una teoría en proveer de reglas que
Muy posiblemente el sentido que Sir Karl da a "error" pueda identifiquen los rompecabezas que pueden resolverse se considera corno
salvarse, pero para que la operación de salvamento tenga éxito debe la fuente de crisis profesionales que a menudo tienen corno conse-
despojarlo de ciertas implicaciones que suelen hacerse. ~1 gue _d cuencia el reemplazamiento de una teoría. Mi posición es muy próxima
, . " . , " , el
tgrolllO-Contrastacron , • " "L - . .J_ ..l= lJ~ '•
rerm1n0--etrot--se_na_tomau.u_~!.~1J- a la de Sir Karl, y puede muy bien ocurrir que yo la haya tomado
<;_Ía normal, donq~s_u_us.o_es.J2Z.onabl.s:mentLclar.a,_)LSCha-ªRli5ado de lo que había oído de sus trabajos.
a los episodios revolucionarios, donde sus aplicaciones son, en el me" Pero Sir Karl describe como "falsación" o '~i:efutaci.cinu lo que
'jor de los casos, protilemátícas. Esa transferencia crea, o aCm-enos ~curre cuando una teoría fracasa en un intento de ser aplicada,y
~~fuerza, la extendi'C:IalfilP'tesión de que una teoría puede juzgarse éstas son las primeras de una serie de expresiones que otra vez me
globalmente mediante el mismo tipo de criterios que se emplea para chocan como extremadamente raras. Tanto "falsación" como "refu-
juzgar las aplicacíü!ieS'de una mvest1gac1ón millvlaua1de1illüde-¡Jria tación" son antónimos de "demostración". Están tomados principal-
teoría. El descubrimiento de criterios aplicables se hace así un desi- mente de la lógica y la matemática formal; las cadenas de argumen-
derátum primordial para mucha gente. Lo extraño es que Sir Karl se tos a las que se aplican terminan con un "C.Q .D."; invocar estos
encuentre entre ellos, porque esa búsqueda va contra los intentos más términos implica la capacidad de obligar al asentimiento de todo _miem-
originales y fructíferos en la filosofía de la ciencia, Pero no puedo bro de la comunidad profesional correspondiente. Pero todos los aquí
entender de otro modo sus escútos metodológicos a partir de la presentes saben que, cuando toda una teoría o a menudo incluso una
L ogik der Forschung. Lo que voy a sugerir ahora es que, a pesar de ley científica está en juego, los argumentos raramente son tan apo-
afirmaciones explícitas en contrario, Sir Karl ha buscado regu- dícticos. /).._todo experi_mento se le eueden poner ~gas _Q _eg___c:~a.n.t~
larmente procedimientos de evaluación d~ teorías que p'üedanser· -~pli­ ~ su importa_ .f:1_fÍa o e_n_cuanto-a....s.u_exac.titud. Tod..as..JaSJe.o.ri-ªLQl!~-~.P­
c!l.9os cop~].i°J..p..odiCiica-·certeza ,_que es caraeterística--de-las-técñicas modificarse mediante ..llarios....reajustes_acLb.o.c._sin_que_dejen __de .. ser, en
m~diante las gg_~s.e_idenriúcan los er.tores_en_}¡'- aritmetica, en-.I.~.}§­ sus líneas principales, l~Lmismas rea.rías. Además es importante que
gica, o en la medida. Me temo que está persiguiendo algo inalcan- esto sea así, porque con frecuencia es desafiando a las observaciones.
zable nacida._d_e_la misma combinación de ciencia normafycíéñda ·y reajustando las teorías como se desarrolla el conocimiento cientí-
e?'._!raorclinaria ql!~. hizº-_que las contrastadoi.)~s·:·:paieeie¿~~ ~;¡- rasgo fico. Estos desafíos y estos reajustes son una componente clásica de
tan fundamental de las ciencias. la investigación normal en la ciencia empírica, y los reajustes, por lo
menos, juegan un papel dominante también en las matemáticas no
formalizadas. El brillante análisis del Dr. Lakatos acerca de las con-
trarréplicas que pueden formularse a las refutaciones matemáticas,
III constituye el argumento más eficaz· que conozco contra la posición fal-
sacionista ingenua. 28
~.~ Karl -~e-~, desde luego, u_n falsacionista inge~1,1_9" Conoce todo
En su Logik der Forschung, Sir Karl destacó la asimetría existen- lo que acaba de decirse y lo ha subrayado desde el principio de su
te entre una generalización y su negación en cuanto se refiere a la carrera. En su The Logic of Scientific Discovery, por ejemplo, escribe:
evidencia empírica. No puede demostrarse que una teoría científica «En realidad, nunca puede ser producida una contrademostración
se aplique con éxito a todos sus ejemplos posibles, pero puede de- concluyente de una teoría, una demostración concluyente de la fal-
mostrarse su fracaso en aplicaciones particulares. El énfasi~ puesto sedad de una teoría; porque siempre es posible decir que los resul-
sobre esta evidencia lógica y sus implicaciones me parece que es un tados experimentales no son fiables o que las discrepancias que se
paso adelante del que no debemos volvernos atrás. La misma asi- dice que existen entre los resultados experimentales y la teoría son
~ ,\ .

..:1

96 I. Lakatos & A. Musgrave ·Crítica y conocimiento 97

sólo aparentes y desaparecerán con el avance de nuestro conocimien- cambios decisivos_, expresarse en p.na forma gue permita_.Jos..-juicios
to» .29 Afirmaciones como éstas muestran un paralelo más entre la P':1ramente sintácticos que requiere esta versión del criteri~~Sj_¡:_
manera que tiene Sir Karl de ver la ciencia y la manera que tengo KarL Pero incluso si pudiesen, estas teoriaSfeConsffüidasproporciona-
yo de verla, pero el significado que cada uno da a esas afirmaciones rían una base para . . su criterio de demarcación solamente, no para Ía
difícilmente podría ser más distinto. Por lo que a mí se refiere son lógica del conocimiento tan estrechamente asociada con ~1_. I;a ló~_91
fundamentales, como evidencia y como fuente. Para Sir Karl, por del conocimiento ha sido1 .2.!g_~_f!!Pªrn2i.J::t ,QSt:!Pª~ió~E.~~.P~.rsis~~n_t~
el contrario, constituyen una limitación esencial, que amenaza la in- -d~ Sir Karl, y la noción que tiene de ella es muy precisa. «La lógica
tegridad de su posición básica. Desechada la contrademostración con- del conocimiento -escribe-, consiste únicamente en la investigación
cluyente, Sir Karl no ha proporcionado nada que la sustituya, y la de los métodos empleados en aquellas contrastaciones sistemáticas a
relación que él utiliza sigue siendo la falsación lógica. Si bien Sir las que debe someterse cada nueva idea si ha de ser sostenida seria-
Karl no es un falsacionista ingenuo, sugiero que puede considerár- mente.» 31 De esta investigación, continúa diciendo, resultan reglas L
se~ítimamente como tal. metodológicas o convenciones corno ésta: «Una vez propuesta y con-
Si su único interé_s .fues~~--_4~.!!l:_arc_as_~g,J.<?.~P.-t9R.ki;n_a~ __ ql}_~_presen­ trastada una hipótesis, y una vez demostrado su temple, no se la
taríá-~eI no disponer de contrademostraciones concluyentes serían me- abandonará sin que haya una "buena razón" para ello. Una buena
nosgt;Vesyg~Ízás eliminables. Esto es, 2odría conseguirse la de- razón puede ser, por ejemplo ... la falsación de una de las consecuen-
marcación mediante un criterio exclusivameng__ J?!r:i..t_~ctico. :nr-Lao"fii- cias de la hipótesis». 32
nión de Sir Karl sería entonces, y quizá lo es, que una teoría es
científica si y sólo si pueden deducirse lógicamente de ella enuncza-
Estas reglas, y con ellas toda la actividad lógica descrita anterior-
mente, tienen ya una importancia que no es simplemente sintáctica.
•t
d{is de oks.e_rt!.ac;.zón -,en part1Cülar las negaciones de enunciados -exis- Exigen que tanto el epistemólogo como el científico que están investi-
tenciales singulares-, quizás en conjunción con conocimientos bási- gando sean capaces de relacionar los enunciados derivados de una t
cos que se hayan hecho explícitos. Las dificultades (sobre las que teoría no con otros enunciados, sino con observaciones y experimentos Q
volveré en seguida) que habría en decidir si el resultado de una ope- efectivamente realizados. Éste es el contexto en el que el término
ración particular en un laboratorio justifica la afirmación de un enun- "falsación" de Sir Karl tendría que funcionar, pero Sir Karl guarda
t
ciado de observación serían de escasa importancia. Quizás, aunque la completo silencio sobre cómo . puede hacerlo. ¿Qué es la falsación t
base para hacerlo así se comprende menos, las dificultades ,igualmen- ·si no es una contrademostración concluyente? ¿Bajo qué circunstancias
te graves que habría en decidir si un enunciado de observación de-
ducido de una versión aproximada (por ejemplo, matemáticamente
manejable) de la teoría debería considerarse una consecuencia de la
la lógica del conocimiento exige que un científico abandone una teo-
ría aceptada cuando se enfrenta no con enunciados acerca de experi-
mentos, sino con ·los propios experimentos? t:
.
6~­

teoría misma podrían eliminarse de la misma forma. Problemas como


éstos pertenecerían no a la sintaxis sino a la pragmática o a la semán-
Al dejar sin aclarar estas cuestiones, no estoy segyru_d.e_que_lo_
que Sir Karl nos ha dado sea en absoluto_u_na_l.Qgi<;l! __Q_~Lc;onoci- •
tica del lenguaje en el que fue expresada la teoría, y no tendrán por
tanto ningún papel a la hora de determinar su status como~ ciencia.
J:.¡¡ra gue una teoría sea científica sólo necesita ser falsable por un
miento. En mi conclusión voy a indicar que, aunque igualme~te -va­
lioso, lo que Sir Karl nos ha dejado es algo compl_etamente distinto.
Más que una lógica, Sir Karl h_a dac;l_Q__!Jnª_ideql9gía; _má~_q!!Lr.eglas
¡ '
f .
enunciado de observación, no por una observacióñ real. _1~-- ~~eladóri iiietodológicas, ha dado máximas para eLempleo __de procedimientos.
éng~_el1UP.~i-ª9,º-~' al contrario ~cre--ra-"reliél.óñ -entre- Ün enunciado y

'', ;
Esa conclusión debe, no obstante, ser pospuesta hasta después de
una observación, -podría ___constituir la _contrademostración cqncluyente haber dirigido una última mirada atenta a la fuente de las dificulta-
cogJa___qüe-estamos familiarizados en lógica y en matemáticas. des que se presentan en la noción de falsaci_§.!_1_ck_Sir K_a_ij, Esta
Por las --ra-~ones- -·s-~geridas arriba (véase -nota 21) y elaboradas noción presupone, como ya he indicado, que una teoría se expre-
inmediatamente después, q1:1do que las teorías cientific:_a_?~~~~;_:i_, sin se, o püé'da volverse a expresar sin terg.lversac:iQ.1!~-~;_ de _far_1_11ª-._g~~ f:
i - f"''DÍTTr4 V rnNí'lrJ':\.fTFNTn
··¡
e 98 J. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 99
{
( permita al científico clasilicar cada suceso concebible O-Como_eje_mplo ~pod.el:osa-y....-esencial-de-la-investigac~ientífica,__Qgsk_Q!QL.9.b­
que confirme la teoría,~rgg_rie_m,pJ9_que_ja_fal~~'-º--- como irre- tener mo.ocim.iento válid0--en-foi:ma&-a-.las....que_escasamen.te_pµe_Q~
( levante para la teoría. Es obvio que esto es algo que debe exigirse ~s~J_Qgiqi.. Simultáneamente, indicaré que la articulación 16_-
( sies--qüe -uñá- fey- general ha de ser falsable: para contrastar la gene-
gica no es un valor__pgr_ sí__ .tpj_s~~ sino ~ deb.c:...~-~J~~~~~~E.s~_ ~ó~~
ralización (x) p (x) aplicándola a la constante a, tenemos que poder cuando y en la medida en _QJ.J...e...las._c:i.truns.tandas_lo_.requietan.
decir si a está o no dentro del campo de variabilidad de la varia- · Imagínense que se les han mostrado y pueden recordar diez pá-
ble x y si se cumple o no se cumple p (a). Este mismo presupuesto jaros a los que con toda autoridad se les ha identilicado como cisnes;
( aparece todavía con mayor claridad en la medida de verosimilitud imagínense que están igualmente familiarizados con patos, gansos, pi-
( recientemente elaborada por Sir Karl. Se requiere que prod~z<:;ªI;I!g_s_ chones, palomas, gaviotas, etc.; y que están informados de que cada
rimeramente la clase de todas las consecuencias lógicas de la teoría uno de estos tipos constituye una familia natural, esto es, lo que
( y que e Jamos uego e entre ellas, con la ayudá-CfeConciclm.i.entos ustedes conocen como una colección de objetos que se ha observado
(" básicos, la das~ de las cogs~gi~.Q~ias_\'.~r.da.dc:;ra~-- y_J~ __c_la_s~ ~~e_- las que se parecen, y que son suficientemente importantes y distintos
consecuencias falsas. 33 Al menos hay que hacerlo así si es que el cri- como para exigir un nombre genérico. Dicho con más precisión, si
(
teríoCfeVaosiñiilitud va a dar como-resultado un método para ~k­ bien introduzco más simplilicaciones de las que el concepto requiere,
( 'gír entre teonas. Sm embargo;-ñinguria··-¿¿ ··esfas.. tareas púede cum- una familia natural es una clase cuyos miembros se parecen entre sí
plirse salvo qüe la teoría esté completamente afficuta:aa·-1ógic-aiñeñte más de lo que cada uno de ellos se parece a los miembros de otras
y salvo que los térmmos meC:Iíiñ"te-"los- cÜales-· se .. poriºga-·eri __c;ontact_o familias n:iturales. ·ª5 La experiencia de generaciones ha confirmado
( éon-fañaturaie-zá·· · esté~ --~~cl~~t~-~ent;;-· ·¿e.ficido; c~m~ -para deter-
hasta ahora que todos los objetos observados caen en una familia
rnlñarSu.liplíciiliilidacren-caaa ···uiiO- de - Ios· ·casos - posibles . . Pero en natural o en otra. Esto es, se ha probado que toda la población del
-estas
la -·priíctiCa- nioguna·-·teót1acfoiitífic:"a=·s-atfsfaéé rigurosas exige~ mundo puede dividirse en cualquier momento (aunque no de una vez
cías, y mucha gente ha objetado que una teor:ía -~ejaría _de ser para todas) en categorías perceptivamente discontinuas. En los espa-
( Útil en fa lllVestigaciÓn sflo -@.ciesZ3 CYomlsmo- he introducido el cios percépticos existentes entre estas categorías se cree . que no hay
t~rmino paradigma"- pará. s.!lb~~yar _que ll!_ip.yesti&_ació_n científica de- ningún objeto en absoluto.
( pende de los ejemplos concretos que tiendan puentes sobre lo que· Lo que ustedes por estar abiertos a los paradigmas han aprendido
(
e~;~;··~~-;rt;;;:ri~ . ;~rían -brechas en la específicacíOndeCc-onterudó acerca de los cisnes es muy parecido a lo que primero aprenden los
( y de .1a_.. ápl(c~:ci.91j:·ae.·111s_ ~eqrías __ci<:ntff.isas. Los argumentos al efecto niños acerca de los perros y los gatos, las mesas y las sillas, los padres
no pueden repetirse aquí. Pero un ejemplo breve, aunque altere mo- y ·las madres. Su alcance y contenido son, desde luego, imposibles de
{ mentáneamente el hilo de mi exposición, puede que resulte incluso especilicar con precisión, pero no por ello dejan de constituir un co-
más útil. nocimiento válido. Por haberse derivado de la observación, observa-
( El ejemplo que voy a exponer tiene la forma de un breve resu- ciones posteriores pueden. mostrar su debilidad, pero mientras tanto
men de conocimientos científicos elementales. Estos conocimientos se proporcionan una base para la acción racional. Al ver un pájaro muy
( refieren a los cisnes, y para aislar las características que son de- interés parecido a como ustedes saben que son los cisnes, pueden ustedes
( en nuestro caso voy a plantear tres preguntas: (a) ¿Cuánto po- racionalmente suponer que necesitará la misma alimentación que los
demos saber acerca de los cisnes sin introducir generalizaciones ex- otros y que se reproducirá con ellos . Dado que los cisnes constituyen
plícitas como "todos los cisnes son blancos"? (b) ¿Bajo qué circuns- una familia natural, ningún pájaro que tenga un gran parecido con
tancias y con qué consecuencias merece la pena añadir tales genera- ellos nada más verlo debería exhibir características radicalmente dis-
lizaciones a lo que era sabido sin ellas? (c) ¿Una vez hechas estas tintas cuando se lo examina con más atención. Desde luego que uste-
generalizaciones, en qué circunstancias se rechazan? Al plantear estas des pueden estar mal informados acerca de la integridad natural de
preguntas mi objeto es sugerir que, aµp.que la lógica es una herra- la familia de los cisnes. Pero eso puede averiguarse por experiencia,

... (_
(
{
100 I. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 101

por ejemplo mediante el descubrimiento de cierto número de ani- teriza a las familias naturales o si están profundamente inclinados a
males (adviértese que se necesita más de uno) cuyas características la generalización. El examen es probable que descubra otras diferen-
cubran mediante intervalos escasamente perceptibles la cortadura exis- cias, y entonces harán público el descubrimiento de una nueva fami-
tente entre cisnes y, pongamos, gansos. 36 Hasta que tal cosa ocurra, lia natural. O puede que no encuentren tales diferencias y que en ese
sin embargo, ustedes sabrán mucho acerca de los cisnes aunque no caso anuncien que se ha encontrado un cisne negro. La observación
estén completamente seguros de lo que saben o de lo que es un cisne. no puede, sin embargo, forzarles a esa conclusión falsadora, y ustedes
Supongan ahora que todos los cisnes que u stedes realmente han serían quienes perdiesen caso de que lo hiciese. Las consideraciones
observado son blancos. ¿Adoptarían la generalización "Todos los cis- teóricas puede que sugieran que el color por si solo es suficiente para
11
nes son blancos ? Si lo hacen, lo que ustedes saben de ellos cam- delimitar una familia natural: el pájaro no es un cisne porque es
biará muy poco; ese cambio sólo será de utilidad en el caso impro- negro. O puede que ustedes pospongan la publicación simplemente
bable en que encuentren un pájaro no-blanco que por lo demás pa- hasta que se descubran y examinen otros especímenes. Sólo en el
rezca un cisne. Al hacer el cambio ustedes aumentarán el riesgo de caso en que se hayan comprometido a una completa definición de
que se pruebe que la familia de los cisnes no es después de todo una "cisne", una definición que especifique su aplicabilidad a todo objeto
familia : natural. En esas circunstancias es probable que ustedes se abs- concebible, pueden ustedes verse forzados lógicamente a anular su
tengan de generalizar salvo que haya especiales razones para hacerlo. generalización. 37 ¿Y por qué habrían de ofrecer tal definición? No
Quizá, por ejemplo, tengan ustedes que hacer una descripción de los tendría ninguna función cognoscitiva y les expondría a tremendos ries-
cisnes a los hombres que .no pueden estar directamente abiertos a gos. 38 Por supuesto que frecuentemente merece la pena correr ries-
los paradigmas. Sin precauciones sobrehumanas tanto por parte de gos, pero decir más de lo que uno sabe únicamente por el sabor del
ustedes como por parte .de sus lectores, su descripción tendrá la fuer- riésgo es una temeridad.
za de una generalización; éste es frecuentemente el problema del taxo- Mi opinión es que el conocimiento científico, aunque más articula-
nomista. O quizás hayan ustedes descubierto algunos pájaros grises do lógicamente y mucho más complejo, es de este tipo. Los libros
que por lo demás parecen cisnes, pero que comen diferente comida y los profesores de los cuales se adquiere presentan ejemplos concre-
y tienen una infortunada conformación. Puede que entonces genera- t_Oá junto con una multitud de g~peralizaciones teóri~as. Ambos son.
licen para evitar un error de conducta. O puede que tengan una yehículos esenciales del c_q!}<J~.im.iento, y por tan tosería· pickwickÍl!I19
razón más teórica para pensar que la generalización es digna de bus_sar un criterio metodológico que supong~ __ gue .. e::L c!~n_t~~co . puede
hacerse. Por ejemplo, puede que hayan observado que los miembros especificar de _antemano -~~da ejemp~i~.g!P-_ª-bJ~.i~--ªjtJ,~.!~~á__ a__su.
de otras f~ilias naturales son del mismo color. Puede que especificar t~oría o la falsará. Los criterTos;-eXplícitos e implícitos, que tiene a
este hecho de forma que permita la aplicación de poderosas técnicas _s u disposición sólo ~~~~1?~!.3:_f_C:~Q.Q!1E~_¿_~~a_p!_e.~~!~ ~n­
lógicas a lo que us_tedes conoz~an les permita aprender más acerca · lo~ casos gu~¿j:1¿~t~!l .. ~3:~~-~e_ntc: ..9 __quc:_ ~~_r~_S.!ª-r_l!Q!~!.l!¡;_irre.Leú11-
del color de los anímale~ en general o acerca de la reproducción te~ Son éstos los casos que él cree que ocurrirán, los únicos para los
animal. que estaba planeado su conocimiento. f..l enfrentarse con lo inespe-
Ahora bien, una vez hecha esta generalización ¿qué harán "Ustedes rado, siempre debe hace.Lmás_jny_es..tigación._c.on_i:ibieto _.de _articular
si encuentran un pájaro negro que en todo lo demás parece un cis- posteriormente su__~_eoría _ en . la. zona que se ha hecho problemática.
ne? A mí me parece que harán las mismas cosas que si no se hubie- l;ntonceLP-U_e de__r_echg~¡;l-ª_e1LfoY9L.Q_t;.._otr.a..._y_pQLu.na_buena.. raz6n.
sen comprometido previamente en la generalización. Examinarán el Pero ning!Jn_ criterio._.exclusivamente.. lógico _ puede... dictar__ completa~
pájaro con cuidado, exteriormente y quizá también interiormente, para ~~-S.~l).clusión que .debe. extraerse.
1
encontrar otras características que distingan este espécimen de los
paradigmas que ustedes tengan. Este examen será particularmente lar-
go y completo si tienen razones teóricas para creer que el color carac- 1
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1
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( I
102 I. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 103
(

( cuidadosa investigación empmca. Con el paso del tiempo, las teorías


c~e~tíficas tomadas en su conjunt~ obv10 gue ~-e hac~ má_~ _y__~~s
( articuladas. En este proceso concuerdan con la naturaleza en un nú-
IV me~aente de puntos 'y con una precisión creciente. Dicho de otro
( modo, e!_E_~~9_4~ .!!l_aterias a_~_e_p~~de ~plicarse el tratamiento
de resoluci?.P...4<:J.o!!J.p~c~b~zas crece clarament~ cor{ el dempo~Hay·;;~;
(
Casi todo lo dicho hasta aquí son vanac1ones sobre un tema úni- C:oñtiñüa -proliferación de- espedáliciade's cfentili.~;5;-· ·debída .en parte a
( co. Los criterios con los cuales los científicos determinan la validez una extensión de las fronteras de la ciencia y en parte a la subdivisión
de uña articulación o una aplicación de la teoría existente nobásiari de los dominios existentes.
e p'o r sí mismos para determinar la elección entre teorías en co~p~ Sin embargo esas generalizaciones no son nada más que el c~­
( tenc1a. SirKarl se ha equivocado al transferir características elegidas mienzo. No sabemos casi nada, por ejemplo, acerca de lo que un
aeTa investigación cotidiana a los ocasionales episodios revoluciona- grupo de científicos estaría dispuesto a sacrificar con objeto de lograr
rios en los que el avance científico es más obvio, ignorando a con- las ventajas que una nueva teoría invariablemente ofrece. Mi impre-
( tinuación por completo la actividad cotidiana. En particular, ha trata- sión, aunque no es nada más que una impresión, es que una comu-
do de resolver el problema de la elección de teorías durante las nidad cient~c-ª-.rn!:.~m~vt_~nunca adoptará una teoría nÜe~;;--salvo
revoluciones por criterios lógicos que sólo son completamente aplica- queresuelva todos o casi todOs'l;S°enigmas cuantitativos, numéri-
( bles cuando ya puede presuponerse una teoría. Ésta es la mayor parte éos, que- 1~ ·sido-tratadós- po_r_ s~ predecesora:'º--Por--oüa parte, A-
( de mi tesis en este artículo, y constituiría toda la tesis si yo quedase crificafán--en ·ocasiones~ por poco .i.ticlinados qu'e ~stén a hacerlo, .~~
( satisfecho dejando completamente abiertas las preguntas que se han ~~!.. :.~xp]!<;!!iyo, _d~j_al!do. -·~~i7r_~~~- ..alguna_s__y~c~s_gie~_tj,_q_!l~~ _ gue _p_re-
planteado. ¿Cómo eligen los científicos entre teorías en competencia? viamente estaban resueltas y declaráñdolas otras veces no científicas. ' 1
( ¿Cómo hemos de entender de qué modo progresa la ciencia? a. .
Díi:igiendo·1-;;· -~irada .. éitia-·ioñi, ·sabemos -po~~ ~~~rea de- Iós -c.ám-
( Diré en seguida con toda claridad que habiendo abierto esa caja bios históricos en la unidad de las ciencias. A pesar de ocasionales
de Pandara, voy a cerrarla rápidamente. Hay demasiadas cosas que éxitos espectaculares la comunicación que traspase las fronteras exis-
no comprendo sobre est.as preguntas y no debo fingir que sí que las tentes entre las especialid:ides científicas se hace más y más difícil.
( comprendo. Pero creo ver las direcciones en las que deben buscarse ¿Aumenta con el tiempo el número de puntos de vista incompati-
( las respuestas a ellas, y voy a concluir con un intento de indicar bles empleados por el creciente número de comunidades de espe-
brevemente las líneas. Hacia el final nos encontraremos una vez más cialistas? La unidad de las ciencias constituye claramente un valor para
con un conjunto de expresiones características de Sir Karl. los científicos, pero ¿a qué precio estarían dispuestos a abandonar-
( En primer lugar debo preguntar qué es lo que todavía requiere la? O, de otro modo, a~_que eLvolumen de . conocímien~o . cientí-
(
una explicación. No lo es el que los científicos descubran la ver- fico aumenta claramente con el tiempo, ¿qué diremos acerca de la
dad sobre la naturaleza, ni siquiera que se acerquen más a la verdad. fgil¿;~iidá_?_r:o;-· E.iobl~nias -resueltos durante los últimos treinta años
Salvo que, como sugiere uno de mis críticos, 39 definamos la •aproxi- no- existía!!_SQm9_:~~ue_~tio-ñes ab"foíias.. hace un sÍglo. En cualquier
( mación a la verdad como el resultado de lo que los científicos hacen, época el conocimiento cie~tífi~odis¡)Oñibleagota virtualmente lo que
no podemos reconocer el progreso hacia ese objetivo. Antes bien, .!o hay que .. sáber, --qéj~Qcl.0::~ ~wg-;:;;;s-que ·-sólO .. sÓn - -visibI~s -~n ~I hori-
(
que debemos explicar es por qué la ciencia ~nuestr:,q__ejez:nP.~9- .ª1~S zonte -d.éfc~ocimiento existe¿t~~ - ¿No- e-s posible, . o quizás incluso
( seguro de conocimit;~to _v:á).ido- progresa como lc) hac~, · y prim~!_!l­ P.téibab1e.-9ue- 10s · cie.ñtülcoi.~-~pp~t~~oráneos sepan menos--delo- · qu~
ménte . deberiiqs averiguar . cómo la ciencia progre~~ de. hecho. hay que saber acerca_ d_e__su___mll?do q~-e-1c;5 · cíentÍfl~os -del -siglo xvrn

¡
( - --E s sorprendente lo poco que se sabe acerca de la respuesta a sabían acerca del suyo? Debe ·recordarse que las teorías· científicas
( esta pregunta descriptiva. Todavía se necesita una gran cantidad de est~ñen -contacto ·con la naturaleza sólo aquí y allá. Los intersticios
( 1

(
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104 l. Lakatos & A. Musgrave·


·~
' Crítica y conocimiento 105
r
(
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~
existentes entre esos puntos de contacto, ¿no son ahora quizá más:
amplios y más numerosos de lo que nunca lo han sido?
Hasta que podamos responder a estas preguntas y otras como éstas,.
Siendo esto así, también es importante que la unanimidad del gr_ypo
sea un valor muy__ a tener ~-IL~-1=!~!ltª--q_~e.~.ha~que___e(.-grup_Q_~g_a
mínimas las ocasiones de conflicto y se una rápidamente en torno (
l
no sabremos por completo lo que es el progreso científico y no po-. a un conjunto único de reglas para resolver. enl.gmas
-iñéius"c;·-~i --p~~~i;
dremos, por tanto, explicarlo enteramente. Por otra parte, las res~. .i
a
de subdividir la especfaiíaacíoexciuir de ella un miembro que en
puestas a estas preguntas proporcionarán muy aproximadamente la otros tiempos fue productivo. 42
explicación que se busca. Las dos cosas vienen casi juntas. Debe-. No trato de decir que éstas sean las respuestas correctas al proble- (
1
ría ya estar claro que, en último análisis. la eJmli.c;:-ª~ióº·--c;l$J:>e_?.~.t'
1
ma del progreso científico, sino sólo que son los tipos de respuestas ( 1
~coló_g~~.§2f.i.9J9.gj~ .. Esto ,es,. debe_ ser una ~e.s~ripción d~ u.~ que deben buscarse . ¿Puedo esperar que Sir Karl se una a mí 1

sistema de valores, una 1deolog1a, 1unto con un analis1s de las mstl·· en esta apreciación de la tarea que todavía está por hacer? Duran- ( i¡
tuciones a través de las cuales es transmitidq y fortalecido. Si sabemos te algún tiempo he supuesto que no se uniría, ya que una colección
qué es lo' que los cien.tíficos valoran, podemos esperar comprender qué de frases que se repiten a lo largo de su obra parece que le excluyen
problemas emprenderán y qué elecciones harán en circunstancias espe- de esta postura. Una y otra vez ha rechazado "la psicología. del co-
cíficas de conflicto. Dudo. que haya que buscar otro tipo de respuestas. nocimiento" o lo "subjetivo" e insistido en que él estaba interesado '. ir1
Otra ~osa es, por supuesto, qué forma tendrá esa respuesta. Lle- en lo "objetivo" o "la lógica del conocimiento". 43 El título de su (
!
gados aquí, pierdo la sensación de que controlo el tema. Pero de nue- más importante contribución a nuestro campo es The Logic of Scien- i
vo algunas generalizaciones servirán de muestra para el tipo de res- tifia Discovery, y es allí clonde más claramente afirma que su interés J,
1
1
puestas que hay que buscar." El . principal objetivo de un científico está más en explorar lógicamente el conocimiento que en las con- ;
1
es la solución de un romp~cabezas, o, lo que es igual, de un problema ductas psicológicas de los individuos. Hasta muy recientemente yo ( J
(en el sentido de un puzzle) conceptual o instrumental difícil. Si tiene- he supuesto que esta visión del prqblema debe dejar fuera el tipo de 1
éxito en el intento la recompensa consiste en el reconocimiento por solución por el que yo abogaba. j
¡
. parte de los otros miembros de su grupo profesional y sólo por ellos. Pero ahora no estoy tan seguro, porque hay otro aspecto de la
El mérito práctico de su solución es en el mejor de los casos un obra de Sir Karl no del todo compatible con lo que precede. Cuando
· valor secundario, y la aprobación de los hombres que no pertenecen Sir Karl rechaza la "psicología del conocimiento", su interés está
·¡
al grupo de especialistas es un valor negativo o nulo. Estos valores, sólo en negar la relevancia metodológica de la fuente de inspiración { )1
1
que contribuyen en gran manera a dictar la forma de la ciencia nor- de un individuo o de la sensación de certeza de un individuo. No
mal, son también significativos en los momentos en que hay que hacer puedo estar en desacuerdo con eso. Hay, sin embargo, ~!!Jargq_tr~::
l
1
una elección entre teorías . Un científico entrenado para resolver rompeca- ~de el rechazo de las icfü~sinc.rasj-ª_s Q!>icológicas de_urU.ndivi4:!o (
~
bezas tendrá interés en conservar cuanto sea posible las soluciones de hasta el rechazo de los elementos comunes inducidos por la educación
- - . - · -·- ·--- - -·- -- ··-- - . - -· • - ·- -
rompecabezas que hayán sido conseguidas por su grupo, y deseará tam-- ·y el entrenamiento en la estructura pstcoIOgiCaqile...es prop_i~-- g~J.9? '
.iñíeñiDros-aeun grupo cien!if.!f.O:Ño-espreciso- desÉ_achar· a ésta por ( 1!
bién que el número de éstos que puedan resolverse sea el máximo po-. 1
sible. Pero incluso estos valores entran frecuentemente en 'Conflic- despachar a la otra. Y también esto parece que Sir Karl lo reconoce \ ~:
to, y hay otros que hacen todavía más difícil el problema de la elec- en ocasiones. Si bien él insiste en que escribe acerca de la lógica del
i conocimiento, hay pasajes que desempeñan un papel central en su me-
ción.
,,1' todología y que yo no puedo dejar de leer como intentos de inculcar
Es justamente así como sería más significativo el estudio de lo que
los científicos estarán dispuestos a abandonar. ~!!Dplicidad, precisiQn,.
'¡ imperativos morales en los miembros de un grupo científico.
y congruencia con las teorías empleadas en otras especialidades, cons- «Supongamos ~escribe Sir Karl- que hemos tomado deliberada-
_tÚ~y~n valores. significativos para los científicos, pero no determinan mente como tarea v1v1r en este desconocido mundo nuestro¡ ajus-
l )'
en absoluto la misma elección ni se aplican todos del mismo modo .. tarnos a él tan to como podamos; . .. y explicarlo, si es posible (no ne- ~ )
~ )
(.)
106 I. Lakatos & A. Musgrave Critica y conocimiento 107

cesitarnos suponer que lo es) y tanto como sea posible, con ayuda de 4. En otro lugar empleo el término "paradigma" más que el de "teoría"
leyes Y teorías explicativas. Si hemos hecho de esto nuestra tarea, en- para denotar aquello que es rechazado y reemplazado durante las revoluciones
científicas. Má3 abajo saldrán a la luz algunas de las razones para este cambio.
tonces no hay procedimiento más racional que el método de ... conje-
5. El subrayar una zona ·adicional de acuerdo acerca de la cual han existido
tura Y refutación: proponer teorías valientemente; hacer lo más que muchos malentendidos puede que haga más visible lo que yo creo que es una
podamos por demostrar que son erróneas, y aceptarlas provisional- de las diferencias reales que hay entre el punto de vista de Sir Karl y el mío.
mente si nuestros esfuerzos críticos no tienen éxito.» 44 En mi opi- Ambos insistimos en que adherirse a una tradición tiene un papel esencial en
nión, no comprenderemos el éxito de la ciencia sin comprender toda la evolución del conocimiento. Sir Karl ha escrito, por ejemplo: «Tanto cualita-
la fuerza de los imperativos causados retóricamente y compartidos tiva como cuantitativamente la fuente más importante de nuestro conocimiento
-aparte del conocimiento innato-- es con mucho la tradición» (Popper [1963J,
pro_fesionalmente . .Tales má..-<lmas y valores, institucionalizados y pos- pág.¡ 27. Ed. cast., pág. 37). Aún más directamente, ya en 1948 escribía Popper :
ten~rmente (y, en cierto grado, diferentemente) articulados, pueden «Yo no creo .que podamos liberarnos por completo de los lazos de la tradición.
explicar el resultado de elecciones que no podrían haber sido dic- La llamada liberación no es en realidad más que un cambio de una tradición a
tadas únicamente por ia lógica y el experimento. El hecho de que otra» [1963], pág. 122 (ed. casi., pág. 144).
pasajes como estos ocupen un lugar prominente en los escritos de Sir 6. Popper [1959] , pág 27 (ed. cast., pág. 27). (

Karl constituye por tanto una evidencia en favor de la semejanza de 7. Puede verse una amplia discusión de la ciencia normal, una actividad que
se entrenan para·continuarla aquellos que la practican, en mi [1962], págs. 23-42,
nuestros Puntos de vista. Que él no los haya visto nunca como los y 135-142 (ed. cast. caps. III, IV y XI). Es importante advertir que cuando des-
i:Uperativos socio'-psicológicos que en efecto'"" son, contribuye a paten- cribo al científico como alguien que resuelve rompecabezas y Sir Karl lo describe
tizar el cambio de gestalt que todavía nos . separa profundamente. como alguien que resuelve problemas (por ejemplo, en su [1963], págs. 67, 222;
ed. cast., págs. 81, 258 ), Ja semejanza de· nuestros términos oculta una divergencia
fundamental. Sir Karl escri~e (el subrayado es suyo): «Sin duda, nuestras espec-
tatívas, y por ello nuestras teorías; pueden incluso preceder, históricamente, a
nuestros problemas. Pero la ciencia sólo comienza con problemas. Los problemas
surgen especialmente cuando nuestras espectativas se ven defraudadas, o cuando
nuestras teorías nos rodean de dificultades, de contradicciones». Empleo el térmi-
NOTAS no "rompecabezas" (puzzle) para dar énfasis al hecho de que las dificultades que
de ordinario afrontan incluso los mejores científicos son, como los crucigramas o
l. Este trabajo fue preparado inicialmente por invitación de P. A. Schilpp las partidas de ajedrez, desafíos a su ingenio únicamente. Él es quien está en dific
para su volumen The Philosophy of Karl R. Popper, que ha de publicarse por cultades, no la teoría vigente. Mi punto de vista es casi inverso al de Sir Karl.
Th~ Open Court Publishing Company, La Salle, III , en The Library of Living 8. Cfr. Popper [1963], págs. 119, 215 y 221 (ed. cast., págs. 141, 250, 257),
~hil~so?hers. Agradezco al profesor Schilpp y a los editores el permiso para donde hay afirmaciones que señalan de modo expreso esta posición.
1mpnm1rlo como parte de las actas de este simposio antes de su aparición en 9. P. ej., Popper [1963], pág. 220 (ed. cast., pág. 256).
el volumen Para ei que primeramente fue solicitado. 10. Para los trabajos sobre la oxidaci6n véase Guerlac [1961]. Para una base
2. Para la discusión que sigue he tenido en cuenta los libros de Popper de los experimentos acerca de la paridad, véase- Hafner and Presswood [1965].
[1957], [1959) y (1963]. En ocasiones me he referido también al original [1935] 11. Este tema se trata e."Ctensamente en mi [1962], págs. 52-97 (ed. cast.,
Y ª su [1945]. Mi propio [1962] da una descripcién más amplia de muchos de caps. VI, VII y VIII).
los puntos discutidos más abajo. "
12. Popper [1963], cap_ 5, especialmente págs. 148-152 (ed. cas t., págs.
3. P7esumiblemente, algo más que una mera coincidencia es responsable de 174-178).
esta seme¡anza. Aunque yo no había leído ninguna de las obras de Sir Karl antes
d~ que en 1959 apareciese la traducción inglesa de su [1935] (por aquel tiempo 13 . Aunque yo no estaba entonces buscando un criterio de demarcación, es-
tos puntos se tratan ext:!nSIDlente en mi [1962], págs. 10-22 y 87-90 (ed. cast.,
~ obra es,t.aba en borrador), había oído repetidamente algunas de las principales
cap. II, y págs. 142-147).
ideas que e1 somete a discusión. En particular, le había oído a él discutir algunas
de ellas como Conferenciante William James en la primavera de 1950 en Har- 14. Cfr. Popper [1963], págs. 192-200 (ed. cast., 225-233) con m i[1962],
vard. Estas circunstancias no me permiten especificar la deuda intelec~al con págs. 143-158 (ed. cast., cap. XII).
Sir Karl, pero ha de haberla. 15. Popper [ 1963 ], pág 34 (ed cast., pág. 44 ).
. JJ

108 I. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 109


.. 1,i

16. En el índice de la obra de Popper [ 1963] está citada ocho veces la "as- 27 .. Po_pper [1963],_ págs. 215 y 220 (ed. cast., 250 y 256). En estas paginas
trología corno una pseudociencia típica ". bosqueja e ilustra su tesis de que la ciencia crece a través de revoluciones. En el
17. Popper [1963], pág. 37 (ed., cast., pág. 47). proceso nunca pone el término "error" junto al nombre de una teoría ya su-
18. Pueden verse ejemplos en Thomdike [1923-1958], 5, págs. 225 y sigs.; perada, presumiblemente porque su buen instinto histórico le impide tamaño ana-
6, págs. 71, 101, 114. croni~mo. Pero el ~nacronismo es fundamental en la retórica de Sir Karl, que
repeuda?1ente da pistas para diferencias más sustanciales entre nosotros. Salvo que
19. Sobre las reiteradas explicaciones del fracaso véase ibíd. 1, págs. 11 y 514 las teorias. ya superadas sean errores, no hay modo de reconciliar, pongamos por
y sigs.; 4, 368; 5, 279. caso, el primer párrafo del prefacio de Sir Kar! ([1963], pág. vii; ed. cast., pág. 1:
20. En Stahlrnan [1956] se incluye una descripción de algunas de las razo- "aprender de nuestros errores"; "nuestros intentos a menudo erróneos de resol- t- ·
nes de la pérdida de plausibilidad de la astrología. En Thorndike [1955] puede ver nuestros problemas"; "contrastaciones que puedan ayudarnos en el descu- li
verse una explicación del anterior atractivo de la astrología. ~- '
brimiento de nuestros errores") con la opinión ( [1963 ], pág. 215; ed. cast., pági-
:1
21. Cfr. mi [1962], pág~. 66-76 (ed. cast., cap. VII). na 250) de que «el desarrollo del conocimiento científico... [consiste en] el
22. Esta formulación sugiere que el criterio de demarcación de Sir Karl .Pu: repetido derrocamiento de teorías científicas y su reemplazo por otras mejores 0 ~- 11
más satisfactorias».
diera salvarse enunciándolo de una forma ligeramente diferente que esté confor-
28. Lakatos [1963-1964].
~-:1
me con su propósito. Para que un dominio sea una ciencia sus conclusiones de-
ben ser lógicamente derivables a partir de unas premisas qtte son aceptadas. Bajo 29. Popper [1959], pág. 50 (ed. cast., pág. 49). '--11
este ángulo, la astrología debe dejarse fuera, pero no porque sus pronósticos no
fueran contrastables, sino porque únicamente los más generales y menos <:ontrasta-
30. Aunque mi idea es algo diferente, estoy en deuda sobre la apreciación "-·,¡
de la necesidad de confrontar este pnnto con las severas crítig¡s que C. G. Hem-
bles podían derivarse de la teoría comúnmente aceptada. Puesto que cualquier pel ha dirigido a aquellos que interpretan mal a Sir Karl atrib-uyéndole la creencia ~ ¡)
dominio podía dar base para una tradición de resolución de enigmas, la suge- en la falsación absoluta, en lugar de la relativa. Ver su [1963], pág. 45 (ed. cas-
rencia es claramente útil. Llega casi a ofrecer una condición suficiente para: que . tellana, pág. 57). También estoy en deuda con el profesor Hempel por su de- ~ · ¡j
un dominio sea una ciencfa. Pero, al menos en esta forma, no es una condición tallada crítica del borrador del presente trabajo.
suficiente, y con seguridad Iio es tampoco una condición necesaria. Admitiría, t ; :l
31. Popper (1959], pág. 31 (ed. cast., pág. 31).
por ejemplo, la agrimensura y la navegación como ciencias, y eliminaría la taxo- 32. Popper [1959], págs. 53 y sigs. (eú. cast., págs. 52 y sigs.). t. ij
nomía, la geología histórica y la teoría de la evolución. Las conclusiones que
obtiene una ciencia pueden ser precisas y compulsivas sin que sean completamente J3. Popper [1963], págs. 233-235 (ed. cast., 270-273). Adviértase también, t: :¡
derivables por procedimientos lógicos a partir de premisas aceptadas. Cfr. mi al pie de la última de estas páginas, que la comparación que hace Sir Karl de la
[1962], págs. 35-51 (ed. cast., caps. IV y V) y también la sección III del presen- verosimilitud relativa de dos teorías depende de que «no hay cambios revolucio-
narios en nuestro conocimiento básico», suposición ésta qüe no razona en nin!!Ún
c:l
te trabajo. t1(1
sitio y que es difícil de reconciliar con su concepción del cambio científico ~e­ :1
23. Esto no significa que los astrólogos no se criticasen entre sí. Por el con- diante revoluciones. t .~,
trario, :;il igual que quienes practican la filosofía y algunas ciencias sociales, perte- 1

necían a una variedad de escuelas diferentes, y las disputas entre escuelas eran a 34. Braithwaite [1953], págs. 50-87, especialmente la página 76, y mi [1962], t .1
págs . 97-101 (ed. cast., págs. 156-163).
veces amargas . Pero estos debates por lo común determinaban la implattsibilidad
de la teoría particular empleada por una o la otra escuela. Los fracasos de las 35. Adviértase que el parecido entre los miembros de una familia natural es f !
!
predicciones individuales ·Jugaban un papel muy pequeño. Cfr. Thorndike [1923- aquí una relación aprendida y de la que podemos desprendernos. Recuérdese el
1958]' 5, pág. 233. . viejo dicho "para un occideo tal todos los chinos se parecell!". Este ejemplo L
24. · Cfr. Popper [1963], pág. 246 (ed. cast., pág. 285). muestra también la simplificación más drástica introducida en este punto. Una le\.- ·'·~
discusión más detallada tendría que tomar en consideraciórr las jerarquías de
25. Cfr. mi [1962], págs. 77-87 (ed. cast., cap. VIII). familias naturales con relaciones de parecido entre familias en los niveles su- t ::
26. La cita es de Popper [1963], pág. vii, en un prefacio fechado en 1962 periores.
(ed. cast., pág. 1). Anteriormente Sir Karl había identificado "aprender de nues- 36. Esta experiencia no hace necesario ni el abandono de la categoría "cis- e:•,
tros errores" con "aprender por ensayo y error" ( [1963], pág. 216; ed. cast. pá- nes" ni el de la categoría "gansos", pero haría necesaria la introducción de una (. r
gina 251), y la formulación ensayo-y-error data .al menos de 1937 ([1963], pági- frontera arbitraria entre ambas. Las familias " cisnes" y "gansos" ya no segui-
na 312; ed. cast., pág. 359), y es de concepción aún más antigua. Mu~ho de- lo rían siendo familias naturales y no se podría extraer ninguna conclusión acerca t·
que más abajo se dice acerca de la noción de "error" que aparece en "aprender del carácter de un nuevo pájaro como los cisnes que no sea también verdadera para
de nuestros errores" se aplica igualmente al concepto de "error" que aparece en los gansos. Los espacios perceptibles vacíos son esenciales para que la pertenen- te
"aprender por ensayo y error". cia a una familia tenga contenido cognoscitivo.
f/
tr ·
110 J. Lakatos & A. Musgrave Crítica y conocimiento 111

37. Para hacer más patente la falta de naturalidad de las definiciones como POPPER [1945]: Tbe Open Society and its Enemies, 2 vols ., 1945 . [Hay
éstas podemos considerar la siguiente pregunta: ¿debería incluirse la "blancura" trad. cast.: La sociedad abierta y sus enemigos, Ed. Paidós, Buenos
como una característica que defina a los cisnes? En caso afirmativo, la generali- Aires.]
zación "todos los cisnes son blancos" es inmune a la e:icPeriencia. Pero si Ja
POPPER [1957]: Tbe Poverty of Historicism, 1957. [Hay trad. cast.: La
"blancura" se excluye de Ja definición, entonces habrá que incluir alguna otra
miseria del historicismo.]
característica a la que la "blancura" pueda haber sustituido. Las decisiones que
se refieren a las características que han de ser consideradas como partes de una POPPER [1959]: Logic of Scientific Discovery, 1959. [Hay trad. cast.: La
definición y que hao de utilizarse en el enunciado de leyes generales son frecuen- lógica de la investigación científica, Ed. Tecnos, Madrid.]
temente arbitrarias y, en la práctica, raramente se toman. El conocimiento gene- POPPER [1963] : Conjectures and Refutations, 1963. [Hay trad. cast.: E!
ralmente no está articulado de este modo.
desarrollo del conocimiento científico. Conjeturas y refutaciones, Ed. Pai-
38. Esa incompletitud de las definiciones se designa a menudo como "con- dós , Buenos Aires.]
textura abierta" o "vaguedad de significado", pero estas frases no parecen muy
adecuadas. Puede que las definiciones sean incompletas, pero que no haya nada STAH~~AN [1956] : «Astrology in Colonial America: An Extended Query»,
que esté mal en los significados. ¡Es así como los significados se comportan! W1ll1am and Mary Quarterly, 13, págs. 551-563.
39. Hawkins [1963]. THORNDIKE [1923-1958]: A History of Magíc and Experimental Science,
40. Cfr. Kuhn [1958]. 8 vals ., 1923-1958. ·
41. Cfr. KuluÍ [1962], págs. 102-108 ( ed. cast., págs. 164-172). THORNDIKE [1955}: «The True Place of Astrology in the History of Scien-
ce», Isis, 46, págs. 273-278.
42. Cfr. mi [1962], págs. 161-169 (ed. cast., cap.-"'XIII).
43 . Popper [1959], págs. 22 y 31 y sigs.; 46 (ed. cast. págs. 22, 31 y sigs.;
45). Véase también [1963], pág. 52 (ed. cast., pág. 65).
44. Popper [1963], pág. 51 (ed. cast., p. 64). Subrayado en el original.

LIBROS CITADOS

BRAITHWAITE [1953]: Scientific Explanation, 1953. [Hay trad. cast.: La ex-


plicación científica, Ed. Tecnos, Madrid.]
GUERLAC [1961]: Lavoisier - Tbe Crucial Year, 1961.
HAFNER and PREsswoon [1965]: «Strong Interference and Weak Inter~c­
tions», Science, 149, págs. 503-510.
HAWKINS [1963]: «Revíew of Kuhn's "Stmcture of Scientific Revolutíons" »,
American ]ournal of Pbysics, 31. -
HEMPEL [1965]: Aspects of Scientific Explanation, 1965.

Ku HN [ 1962] : Tbe Structure of Scientífic Revoltttions, 1962. [Hay tra-


'
ducción cast.: La Estructura de las Revoluciones Científicas, Fondo de
Cultura Económica, México.]
LAKATOS [1963-1964]: «Proofs and Refutations», The British ]ournal of r
the Philosopby of Science, 14, págs. 1-25; 120-139; 221-243; 296-342.
1:
POPPER [1935]: Logík der Forschtmg, 1935. ~l :
1'
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