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COPIAS TIENEN VALOR PROBATORIO

CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN SEGUNDA
SUBSECCIÓN "A"
Consejero ponente: GUSTAVO EDUARDO GÓMEZ ARANGUREN
Bogotá, D.C., cuatro (4) de marzo de dos mil diez (2010).
Radicación número: 85001-23-31-000-2003-00015-01(1413-08)
Actor: ERIKA MARÍA NOVOA CABALLERO
Demandado: CAPRESOCA E.P.S.

(…)

IV. CONSIDERACIONES

Corresponde a la Sala determinar en primer lugar si resulta fundada la ineptitud


sustantiva de la demanda anunciada por el a quo, que condujo a la decisión inhibitoria respecto del
fondo del asunto.
La razón que adujo el a quo para relevarse del análisis sustancial propuesto en
primera instancia se concreta en el aporte del acto demandado -Oficio 535 de agosto de 2002- en
copia simple, lo que en su criterio constituye una omisión de la parte demandada que impide efectuar el
control de legalidad sobre dicho acto.

Revisado el expediente y analizado el asunto, advierte la Sala que si bien el artículo


139 del C.C.A. señala como anexos de demanda la copia auténtica del acto acusado y adicionalmente, en
ausencia del mismo, habilita a la parte demandante para así manifestarlo ante el Juez a fin de que sea
solicitado por éste previa admisión de la demanda, previsión que busca la certeza de la autenticidad,
integridad y legitimidad del contenido del acto administrativo sobre el que se adelantará el juicio de
legalidad, tal exigencia legal y carga procesal a cargo de la parte demandante en este caso no genera la
imposibilidad jurídica de resolver de fondo el asunto planteado, pues aun cuando el documento se
aportó en copia simple por la demandante como se evidencia a folio 81 del expediente, la Entidad
demandada se pronunció dentro de su escrito de oposición aceptando la veracidad y autenticidad del
mismo.

Al respecto, debe precisarse que el escrito de contestación en estos casos no es


simplemente un acto formal y de simple oposición a una pretensión subjetiva sino que su contenido se
constituye, dentro del proceso y para fines probatorios, en una declaración de parte o confesión
espontánea plenamente valorable por el juez, como en efecto se deduce del contenido del artículo 194
del C.P.C..

Aunado a lo anterior se dirá que si bien en principio las copias simples de un


documento público o de un acto administrativo carecen de valor probatorio dentro del proceso, una vez
conocidas por la contraparte sin que ésta efectúe manifestación negativa o cuestionamiento alguno en
su contra respecto de su legitimidad, éstas adquieren plena validez dentro del proceso, por cuanto
milita a su favor de conformidad con el artículo 252 del C.P.C. una presunción de autenticidad que bajo
tal presupuesto le corresponde desvirtuar total o parcialmente a la demandada. 1

De lo expuesto se concluye que, en tanto en el sub examine la copia informal del acto
acusado fue de pleno conocimiento de la Entidad demandada sin que cuestionara en algún momento,
total o parcialmente su autenticidad y contenido, ésta adquirió plena eficacia jurídica para militar
dentro del proceso bajo la presunción de autenticidad que le otorga la norma en comento, como quiera
que el óbice para su revisión -que se concreta en la salvaguarda del derecho de contradicción de la
contraparte- queda manifiestamente superado, más aun cuando existió reconocimiento expreso del
acto por parte de la demandada al contestar el hecho 18 de la demanda como en efecto se observa a
folio 204 del expediente, razón por la que se revocará la decisión inhibitoria del a quo y se estudiará el
asunto de fondo propuesto.

1
Consejo de Estado. Sentencia del 22 de mayo de 2008. Exp. No. 1371-06. Sección Segunda. Subsección A.
C.P. Gustavo Eduardo Gómez Aranguren.
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CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN SEGUNDA
SUBSECCIÓN “B”
Consejero ponente: GERARDO ARENAS MONSALVE
Bogotá D.C., veintiocho (28) de abril de dos mil once (2011)
Radicación número: 73001-23-31-000-2006-01286-01(1083-09)
Actor: MANUEL JOSÉ GONZÁLEZ FLÓREZ
Demandado: CAJA NACIONAL DE PREVISIÓN SOCIAL

(…)

Aspectos previos. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 138, inciso 3, del C.C.A., las decisiones
adoptadas respecto de los recursos interpuestos en la vía gubernativa sólo son demandables de manera
individual o separada del acto principal, objeto de dichos recursos, únicamente cuando lo revoquen,
situación que no se presenta con la decisión aquí demandada, por tanto, era necesario acudir a la
jurisdicción pretendiendo la nulidad del acto principal que negó el derecho y del acto que por vía de
reposición lo confirmó.

Pero no basta con que se cumpla el requisito de demandar la totalidad de los actos emitidos en sede
gubernativa, sino que además estos actos deben aportarse al proceso en copia hábil tal y como lo exige el
artículo 139 del C. C. A.

En este orden encontró el Tribunal en la sentencia objeto de apelación, que la Resolución No. 09091 del 27
de diciembre de 2005, a través de la cual se resolvió el recurso de reposición interpuesto contra el acto
inicial que negó el derecho, se aportó en copia simple lo cual le impedía pronunciarse de fondo. No ocurrió
lo mismo con el acto inicial, es decir, con la Resolución No. 33571 la que según dice la sentencia, se aportó
en copia pero con la constancia original de la notificación personal y por ende procedió a efectuar el análisis
de legalidad solicitado.

Para esta Sala la decisión inhibitoria frente a uno sólo de los actos demandados y que como quedo visto
conforman una unidad, no procedía, el estudio de fondo o la decisión inhibitoria debió cobijar a la totalidad
de los actos demandados en forma conjunta y no individual.

Precisado lo anterior y en aras de desatar la apelación, esta Sala procedió a verificar la manera como se
aportaron los actos administrativos demandados, pudiendo constatar que las Resoluciones No. 33571 del
24 de octubre de 2005 “Por la cual se niega una reliquidación pensional con base en la Ley 4 de 1982” y No.
09091 del 27 de diciembre de 2005 “Por la cual se resuelve un recurso de reposición”, se anexaron al
expediente en copia simple según lo muestran los folios 1 a 8.

Esta presentación en copia simple, no puede ser suplida en esta instancia (Fol. 75 a 78), más sin embargo, a
pesar de que ésta es una obligación que le compete cumplir al demandante, no puede pasarse por alto
que el juez de conocimiento en el auto admisorio tiene la facultad de solicitar a la entidad la
remisión de los documentos en copia hábil y que esta orden, de no ser cumplida, puede reiterarse
hasta antes de que el proceso ingrese al despacho para fallo, con el único objetivo de evitar
sentencias inhibitorias.
Adicional a lo anterior, se precisa que la entidad demandada teniendo la posibilidad de controvertir la
autenticidad de los actos demandados no lo hizo, sino que por el contrario al contestar la demanda se
refiere a ellos analizando su contenido y la decisión negativa del derecho reclamado, por lo cual para esta
Sala, dado que se trata de un derecho pensional, debe para el caso, efectuarse el análisis de legalidad en
aras de la prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, sin que con esta decisión se estén
desconociendo los preceptos que obligan a la presentación en copia hábil de los actos cuya legalidad se
controvierte.
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CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN PRIMERA
Consejero ponente: RAFAEL E. OSTAU DE LAFONT PIANETA
Bogotá, D. C., veintiocho (28) de abril de dos mil once (2011)
Radicación número: 73001-23-31-000-2003-00873-01
Actor: UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA
Demandado: DIRECCIÓN TERRITORIAL DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL DEL TOLIMA

(…)

2. Examen del recurso

El a quo ha declarado probada, de oficio, la excepción de inepta demanda por no haber sido aportada
por el actor copia idónea de dicha resolución, es decir, copia auténtica de la misma, como lo manda el
artículo 139 del C.C.A.

Sin embargo, la Sala observa que esa situación no se da, puesto que si bien la copia de esa resolución
que se anexó a la demanda no está autenticada, se tiene que la entidad demandada aceptó como cierto
el hecho de su expedición y contenido y además aportó copia de la misma con la contestación de la
demanda, acompañada de los demás documentos que hicieron parte del expediente administrativo, de
allí que esa copia se deba tener como auténtica en la medida en que la entidad a la que se le atribuye su
origen la ha aceptado o reconocido expresamente, atendiendo el artículo 268, numeral 3, in fine, del C.
de P.C.

Por consiguiente, no se da la circunstancia aducida por el a quo para declarar inepta la demanda de este
proceso, lo que en principio significaría que la sentencia inhibitoria quedaría sin piso fáctico y debiera
revocarse.

Sin embargo, en lugar de esa circunstancia, en virtud del contenido del acto administrativo demandado
y de las pretensiones de la demanda, emerge otra situación a la anterior, que igualmente genera
ineptitud sustancial de la demanda, por cuenta de la improcedibilidad de la acción debido a su
caducidad.
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CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN A
Consejera ponente (E): GLADYS AGUDELO ORDOÑEZ
Bogotá, D.C., nueve (9) de marzo de dos mil once (2011)
Radicación número: 76001-23-31-000-1999-01507-01(28270)
Actor: JOSÉ ARGEMIRO VARÓN RODRÍGUEZ Y OTROS
Demandado: MUNICIPIO DE SANTIAGO DE CALI
Referencia: ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA

(…)

IV.- Las excepciones.-

a.- Caducidad de la acción.-

Para fundamentar el medio exceptivo, la entidad adujo que “En la historia clínica se consigna con mucha
claridad que José Argemiro Varón Rodríguez calló (sic) de su bicleta (sic) en febrero de 1996” 2.

Para efectos de resolver el medio exceptivo lo primero que debe precisar la Sala es el mérito probatorio
del documento contentivo de la historia clínica del señor José Argemiro Varón Rodríguez aportada al
proceso, teniendo en cuenta que fue traída por la parte actora junto con el libelo de demanda en copia
inauténtica, por lo cual, en principio carece de mérito probatorio, en la medida en que no cumple con
las exigencias establecidas por los artículos 253 y 254 del C. de P.C., para que pueda ser valorado por el
juzgador.

En efecto, el artículo 253 ibídem preceptúa que los documentos pueden ser allegados al expediente en
original o en copia, pero tanto unos como otros deben ser auténticos para que puedan ser valorados
por el juez, pues sólo así es posible inferir con certeza el origen y el contenido de los mismos, a efectos
de que la parte contra quien se aducen pueda controvertirlos, de manera que los documentos se
presumen auténticos en los supuestos establecidos por el artículo 252 del C. de P.C., y las copias son
auténticas en los casos previstos por el artículo 254 ibídem.

Sobre el valor probatorio de las copias la jurisprudencia constitucional ha señalado 3:

2
Para efectos de dar claridad precisa la Sala que la copia de la historia clínica allegada al proceso comprende
dos eventos, en lo fundamental. El primero ocurrido en el mes de febrero de 1996, donde se consigna que el
señor Varón Rodríguez sufrió una caía en bicicleta, que le generó la formación de un “hematoma subdural”.
El Instituto de Seguros Sociales en aquella oportunidad le realizó una intervención quirúrgica con éxito para
efectos de drenar el hematoma. No se consigna que el paciente haya quedado con secuela alguna por el golpe.

El segundo evento, está constituido por el ingreso que tuvo a la Clínica Rafael Uribe Uribe el día 28 de
noviembre de 1998. Fue ingresado por el servicio de urgencias, luego de presentarse la caída de la bicicleta,
sin embargo en esta oportunidad si se halla consignado que el paciente sufrió como consecuencia del fuerte
golpe, trauma raquimedular que lo dejó cuadrapléjico. Es ésta, precisamente, la causa petendi del proceso.
(fls. 37 a 81 C. No.1).
“Un principio elemental que siempre ha regido en los ordenamientos procesales es el de que las copias,
para que tengan valor probatorio, tienen que ser auténticas. Ese es el principio consagrado en las
normas del Código de Procedimiento Civil que regulan lo relativo a la aportación de copias de
documentos.

“De otra parte, la certeza de los hechos que se trata de demostrar con prueba documental, y en
particular, con copias de documentos, está en relación directa con la autenticidad de tales copias. Tal
certeza es el fundamento de la eficacia de la administración de justicia, y en últimas, constituye una
garantía de la realización de los derechos reconocidos en la ley sustancial (Subraya fuera del texto).

No obstante lo anterior, la conducta procesal de las partes permite a la Sala valorar el medio de prueba
que fue aportado en forma irregular al proceso.

En efecto, la copia inauténtica de la historia clínica del señor José Argemiro Varón Rodríguez fue
aportada al proceso por la parte actora para acreditar los supuestos de hecho de la demanda.

Pese a que la aportación no cumplió con las exigencias contempladas por el procedimiento civil, la
parte demandada edificó uno de los medios de defensa exceptivos con fundamento en dicha prueba
que, en principio, carecía de mérito probatorio.

El artículo 177 del C. de P.C., consagra la regla general sobre la carga de la prueba: “incumbe a las partes
probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas persiguen…”

Lo anterior abarca la regla conocida con el aforismo latino onus probandi, incumbit actori, es decir, que
corresponde al demandante probar los supuestos de hecho en los cuales funda su acción, pero también
de la preceptiva se desprende la regla reus, in excipiendo, fit actor, lo cual significa que el demandado
cuando ejerce su defensa sobre la base de medios exceptivos, debe probar los supuestos de hecho sobre
los cuales funda los mismos.

Desde el punto de vista estrictamente procesal el contenido de los verdaderos medios exceptivos como
mecanismo de defensa del demandado, -la exceptio- está constituida por un hecho nuevo esbozado por
el demandado y, por ende, desconocido dentro del trámite procesal hasta el momento en que se
formula, que trasciende en la relación jurídica en la medida en que ataca la pretensión procesal desde
su base o nacimiento, con miras a enervarla, extinguirla, modificarla o dilatarla.

Por ende, no se trata de un medio de defensa constitutivo de una oposición simple en el sentido en que
se reduzca a negar los supuestos de hecho que arguye el demandante como fundamento de las
pretensiones procesales, pues en este caso constituirá simplemente una razón de la defensa tendiente a
refutar uno de los supuestos hecho dados a conocer por el extremo demandante que, por consiguiente,
debe ser analizada al momento de resolver el fondo del asunto.

De hecho, cuando el demandado propone un medio exceptivo, la mayoría de las veces acepta algunos de
los supuestos fácticos aducidos por el demandante, no los niega como sucede cuando se arguye una
razón de la defensa, pero al excepcionar está exponiendo una nueva circunstancia encaminada a
destruir la pretensión del demandante por una razón distinta.

3
Corte Constitucional, Sentencia C-023 del 11 de febrero de 1998.
Para ilustrar lo dicho resulta pertinente acudir a un ejemplo tomando como referente la excepción de
cosa juzgada. Al proponer el demandado tal medio exceptivo, está aceptando implícitamente que el
litigio por los mismos hechos surgió con anterioridad, guardando identidad de partes, causa y objeto,
sin embargo, está dando a conocer al proceso un hecho nuevo, desconocido hasta ese momento o
inadvertido, que el demandante no expuso en su escrito de demanda y que se hace consistir en que la
controversia que se halla sometida a decisión del juez ya fue definida en otro proceso, es decir, acepta
que el pleito surgió excepto que ya fue objeto de juzgamiento y, por ende, la pretensión procesal
formulada por el demandante se mengua a tal punto que se destruye de manera definitiva (excepción
perentoria definitiva) y el juez no podrá entrar a analizar el fondo de la controversia, por regla general,
ni deberá entrar a analizar la prueba de los supuestos de hecho de la demanda para definir si se hallan
acreditados o no, porque resultará inútil.

Con lo anterior quiere significar la Sala que la forma antitécnica y muchas veces indiscriminada con la
cual los sujetos demandados hacen uso de este medio de defensa puede eventualmente traer
consecuencias desfavorables para sus intereses, pues ya se dijo que la proposición del medio exceptivo
implica, en algunos eventos, la aceptación implícita de algunos hechos de la demanda y si
definitivamente no prospera o no constituye una verdadera excepción, la pretensión procesal se
mantendrá incólume con el agravante que la aceptación del hecho que da lugar a excepcionar implicará
que la contraparte se halle relevado de acreditarlo dentro del proceso.

Desde luego, esta noción general trasladada al ámbito del procedimiento contencioso administrativo
debe observarse de acuerdo con las connotaciones especiales que revisten este tipo de procesos,
particularmente hace referencia la Sala a que los hechos aceptados implícitamente con el uso de los
medios exceptivos mal empleados, pueden eventualmente no derivar en la consecuencia jurídica a que
se ha hecho alusión en el párrafo anterior.

En el evento sub - lite, el medio de defensa invocado por la entidad demandada tiene la verdadera
connotación de un medio exceptivo dentro de la acepción expuesta, pues se trata de un hecho nuevo
para el proceso, tendiente, en el particular evento, a destruir o enervar la pretensión procesal de la
parte demandante de manera definitiva (excepción perentoria definitiva), de tal suerte que, por lo
mismo, debía contar con la prueba que acreditara el supuesto de hecho argüido –Reus, in excipiendo, fit
actor-, y a tal efecto la entidad demandada aprovechó la prueba traída al proceso por la parte
demandante, que, en principio, carecía de mérito probatorio, para edificar o estructurar su defensa y,
con tal conducta, hizo la prueba suya y la convalidó para efectos de que el juzgador analizara el
supuesto de hecho de su defensa con base en la misma, de tal manera que habiendo sido aportada por
el demandante y argüida por el demandado sin advertencia alguna y, por el contrario, utilizándola en su
favor, no existe razón alguna para omitir valorarla, entre otras, porque se garantizó el derecho de
defensa y contradicción de las partes.
COPIAS NO TIENEN VALOR PROBATORIO

CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN PRIMERA
Consejero ponente: RAFAEL E. OSTAU DE LAFONT PIANETA
Bogotá, D.C., veintiocho (28) de abril de 2011
Radicación número: 25000-23-15-000-2010-02234-01(PI)
Actor: ANA LUCILA GONZÁLEZ MORALES
Demandado: RAUL NOPE LADINO

(…)

4.- Del valor probatorio de las copias simples

Hechas las precisiones que anteceden y antes de entrar a analizar las particularidades del asunto sub
examine, debe la Sala formular algunas consideraciones con respecto al valor probatorio de los
documentos allegados en fotocopia simple, por cuanto, como ya se dijo, uno de los motivos en que se
funda el cuestionamiento del fallo proferido del a quo, es precisamente el de haberse soportado en unos
documentos allegados al proceso en fotocopia simple.

La Sala, al referirse al punto, ha manifestado que tales documentos adolecen de valor probatorio, al
carecer de un requisito que es esencial de toda prueba, que es precisamente el de saber a ciencia cierta
si los mismos fueron otorgados realmente por quien los suscribe, sin que exista razón jurídica alguna
para presumirlo, motivo por el cual ni siquiera pueden ser considerados como principios de prueba
escrita. Dicho de otra manera, para que la copia de un documento pueda ser valorada en el proceso y se
le pueda reconocer valor probatorio, es preciso que la misma haya sido aportada en forma debida, es
decir autenticada, pues las copias simples traídas no tienen el mismo valor que el original y no pueden
presumirse auténticas.

El artículo 254 del Código de Procedimiento Civil, modificado por el art. 1º, num. 117 del Decreto 2282
de 1989, que como bien se sabe es aplicable en los procesos contencioso administrativos por remisión
del artículo 267 del C. C. A., al referirse la valor probatorio de las copias establece:

Artículo 254.- Valor probatorio de las copias. Las copias tendrán el mismo valor probatorio del
original, en los siguientes casos:

1. Cuando hayan sido autorizadas por notario, director de oficina administrativa o de policía, o
secretario de oficina judicial, previa orden del juez, donde se encuentre el original o una copia
autenticada.

2. Cuando sean autenticadas por notario, previo cotejo con el original o la copia autenticada que se le
presente.

3. Cuando sean compulsadas del original o de copia autenticada en el curso de inspección judicial, salvo
que la ley disponga otra cosa.
Por virtud de lo anterior “[…] las copias simples no son medios de convicción que puedan tener la
virtualidad de hacer constar o demostrar los hechos que con las mismas se pretendan hacer valer ante la
jurisdicción, en cuanto su estado desprovisto de autenticación impide su valoración probatoria, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil antes citado [...]", tal
como lo señaló la Sala en Sentencia del 25 de noviembre de 2009, Exp. 1999-00374, C.P. Mauricio
Fajardo Gómez.
COPIAS NO TIENEN VALOR PROBATORIO

CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN B
Consejera ponente: RUTH STELLA CORREA PALACIO
Bogotá, D.C., veintiocho (28) de febrero de dos mil once (2011)
Radicación número: 11001-03-26-000-2007-00074-00(34816)
Actor: NACIÓN-DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE SEGURIDAD-DAS-
Demandado: JORGE AURELIO NOGUERA COTES

Dado lo anterior, es menester señalar que dichas copias simples no son medios de convicción que
puedan tener la virtualidad de hacer constar o demostrar los hechos que con las mismas se pretendan
hacer valer ante la jurisdicción, en cuanto su estado desprovisto de autenticación impide su valoración
probatoria, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.

Sobre el valor probatorio de las copias, la Sala ha recalcado que, por expresa remisión que el artículo
168 del Código Contencioso Administrativo hace al régimen probatorio previsto en el Código de
Procedimiento Civil, es aplicable el artículo 254 de este último, de acuerdo con el cual:

“Artículo 254.- [Modificado por el Decreto Ley 2282 de 1989, artículo 1. numeral 117]. Valor probatorio
de las copias. Las copias tendrán el mismo valor probatorio del original, en los siguientes casos:

“1. Cuando hayan sido autorizadas por notario, director de oficina administrativa o de policía, o
secretario de oficina judicial, previa orden del juez, donde se encuentre el original o una copia
autenticada.

“2. Cuando sean autenticadas por notario, previo cotejo con el original o la copia autenticada que se le
presente.

“3. Cuando sean compulsadas del original o de copia autenticada en el curso de inspección judicial,
salvo que la ley disponga otra cosa.”

La exigencia de autenticación prevista en la norma procesal anterior, según señaló la Corte


Constitucional, al estudiar la exequibilidad del numeral 2 de la misma, es razonable, y no vulnera el
artículo 83 de la Constitución Política, que establece la presunción de buena fe, como tampoco el
artículo 228 relacionado con el acceso a la justicia, en tanto“…la autenticación de la copia para
reconocerle ´el mismo valor probatorio del original´ es un precepto que rige para todas las partes en el
proceso, y que no tiene otra finalidad que rodear de garantías de certeza la demostración de los hechos,
fundamento del reconocimiento de los derechos….”4

Así mismo, como lo ha puntualizado la jurisprudencia, el artículo 254 del C. de P. Civil guarda
concordancia con el numeral 7º del artículo 115 del mismo estatuto, a cuyo tenor en materia de copias
de actuaciones judiciales, “las copias auténticas requerirán auto que las ordene y la firma del secretario”,

4
Cfr. Corte Constitucional, sentencia C-023 de 11 de febrero de 1998.
puesto que se trata, “…de un acto mixto o, si se quiere, de naturaleza compleja, habida cuenta que la
autenticación de la copia de un documento que obre en un expediente judicial, reclama la participación
del juez, en orden a posibilitar -mediante providencia previa- que la copia sea expedida con tal carácter,
así como del secretario del respectivo juzgado, quien cumple la función de 'extender la diligencia de
autenticación directamente o utilizando un sello', precisando 'que el contenido del documento
corresponde exactamente al que tuvo a la vista', según lo establece el artículo 35 del Decreto 2148 de
1983, tras lo cual procederá a suscribirla con firma autógrafa, que es en lo que consiste la autorización
propiamente dicha.”5

Por lo tanto, las copias aportadas por la entidad demandante carecen de valor probatorio, porque, en
tratándose de copias de documento público, como lo es una sentencia judicial, para que puedan ser
aducidas o apreciadas como prueba dentro de un proceso judicial, deben reunir las exigencias
contenidas en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil, entre las cuales se encuentra la
diligencia de autenticación, en concordancia con los requisitos contemplados en el numeral 7º del
artículo 115 del mismo estatuto procesal.

En este orden de ideas, se concluye que no está demostrado dentro del proceso el primero de los
hechos generadores de la acción de repetición, cual es la existencia de una sentencia que condene al
Estado a reparar patrimonialmente un daño antijurídico, situación que por sí sola implica que se deban
negar las pretensiones de la demanda, en tanto ello tiene incidencia en la acreditación de los otros
requisitos, aun cuando en gracia de discusión la Sala proseguirá con el análisis de los demás elementos
porque también observa que fueron omitidos.

5
Cfr. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia de 22 de abril de 2002, Exp. 6636.
COPIAS NO TIENEN VALOR PROBATORIO

CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN A
Consejero ponente: HERNÁN ANDRADE RINCÓN
Bogotá, D.C., diez (10) de febrero de dos mil once (2011)
Radicación número: 63001-23-31-000-1997-04685-01(16306)
Actor: CONSORCIO DISTRIMUNDO
Demandado: MUNICIPIO DE ARMENIA-QUINDÍO-

(…)

3. Las pruebas aportadas al proceso.

El artículo 168 del Código Contencioso Administrativo6 señala expresamente que a los procesos
atribuidos al conocimiento de la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo aplicará el régimen legal
probatorio establecido por el Código de Procedimiento Civil. Así, al incorporarse dicho régimen se
adoptó también la filosofía 7 que inspira las pruebas en el estatuto procesal civil, el cual se materializa
en el sistema de valoración probatoria que está presente en los procesos constitutivos, declarativos o
de condena que regula esa normatividad.

Bajo esta perspectiva, resulta necesario tener presente que de acuerdo con el artículo 253 del C. de P.
C.8, los documentos pueden aportarse al proceso en original o en copia, éstas últimas consistentes en la
trascripción o reproducción mecánica del original; sumado a ello, el artículo 254 del C. de P. C., regula el
valor probatorio de los documentos aportados en copia, respecto de los cuales señala que tendrán el
mismo valor del original en los siguientes eventos: i) cuando hayan sido autorizados por notario,
director de oficina administrativa o de policía, o secretario de oficina judicial, previa orden del juez en
donde se encuentre el original o copia autenticada; ii) cuando sean autenticados por notario, previo
cotejo con el original o con la copia autenticada que se le ponga de presente y iii) cuando sean
compulsados del original o de la copia auténtica.

A lo anterior se agrega que el documento público, es decir aquel que es expedido por funcionario de esa
naturaleza, en ejercicio de su cargo o con su intervención (artículo 251 C. de P. C.), se presume
auténtico y tiene pleno valor probatorio frente a las partes, los terceros y el juez, salvo que su
autenticidad sea desvirtuada mediante tacha de falsedad, según lo dispone el artículo 252 del C. de P.C.

De otro lado, si el documento aportado es de naturaleza privada, al tenor de lo dispuesto en el aludido


artículo 252 del C. de P. C., éste se reputará auténtico en los siguientes casos: i) cuando hubiere sido

6
Artículo 168, C.C.A.: “PRUEBAS ADMISIBLES. En los procesos ante la jurisdicción en lo contencioso
administrativo se aplicarán en cuanto resulten compatibles con las normas de este Código, las del
Procedimiento Civil en lo relacionado con la admisibilidad de los medios de prueba, forma de practicarlas y
criterios de valoración.”
7
Sobre la filosofía que inspiró la redacción del artículo 177 del C de P. C, ver: PARRA QUIJANO, Jairo.
Manual de derecho probatorio. Bogotá: Librería Ediciones del Profesional. 2007., pág. 245.
8
Artículo 253, C. de P. C.: “Los documentos se aportarán al proceso originales o en copia. Esta podrá
consistir en transcripción o reproducción mecánica del documento.”
reconocido ante el juez o notario, o judicialmente se hubiere ordenado tenerlo por reconocido; ii)
cuando hubiere sido inscrito en un registro público a petición de quien lo firmó; iii) cuando se
encuentre reconocido implícitamente por la parte que lo aportó al proceso, en original o copia, evento
en el cual no podrá impugnarlo, excepto cuando al presentarlo alegue su falsedad; iv) cuando se
hubiere declarado auténtico en providencia judicial dictada en proceso anterior, con audiencia de la
parte contra quien se opone en el nuevo proceso, y v) cuando se hubiere aportado a un proceso, con la
afirmación de encontrarse suscrito por la parte contra quien se opone y ésta no lo tache de falso.

En relación con las copias aportadas a un proceso y su alcance probatorio, la Corte Constitucional, en
sentencia C-023 de febrero 11 de 1998, puntualizó:

“El artículo 25 citado se refiere a los “documentos” y hay que entender que se trata de documentos
originales. En cambio, las normas acusadas versan sobre las copias, como ya se ha explicado. Sería
absurdo, por ejemplo, que alguien pretendiera que se dictara mandamiento de pago con la copia simple, es
decir, sin autenticar, de una sentencia, o con la fotocopia de una escritura pública, también carente de
autenticidad.

“Un principio elemental que siempre ha regido en los ordenamientos procesales es el de que las copias,
para que tengan valor probatorio, tienen que ser auténticas. Ese es el principio consagrado en las normas
del Código de Procedimiento Civil que regulan lo relativo a la aportación de copias de documentos.

“De otra parte, la certeza de los hechos que se trata de demostrar con prueba documental, y en particular,
con copias de documentos, está en relación directa con la autenticidad de tales copias. Tal certeza es el
fundamento de la eficacia de la administración de justicia, y en últimas, constituye una garantía de la
realización de los derechos reconocidos en la ley sustancial.

“En tratándose de documentos originales puede el artículo 25 ser explicable, porque su adulteración es
más difícil, o puede dejar rastros fácilmente. No así en lo que tiene que ver con las copias, cuyo mérito
probatorio está ligado a la autenticación.”

Previo a examinar de fondo el recurso de apelación propuesto, se requiere revisar las pruebas
aportadas al proceso de la referencia, a efectos de establecer su autenticidad y, por ende, realizar el
respectivo juicio de legalidad; de esta forma se relacionan a continuación los documentos aportados al
proceso:

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