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Alumnas:
Al finalizar el mismo, se realizará una conclusión acerca de lo que pudo ser analizado a la
luz de las diferentes teorías, contrastando con el material bibliográfico los datos obtenidos y
aportando, también, las impresiones significativas que obtuvimos a partir de la experiencia.
DESARROLLO
Durante la entrevista, la mamá de la niña nos contó que la lactancia fue natural hasta los
tres primeros meses, luego de eso, la alimentación consistió en ir intercalando el pecho con la
mamadera debido a que la niña tenía cólicos. Hacia los 12 meses la niña sólo tomaba el pecho por
la noche, antes de dormir, y es a esa edad que se le deja de dar el pecho. Según lo que nos fue
referido por la madre, se puede observar que el destete se fue dando de manera progresiva y sin
mayores dificultades. Puede decirse que la madre comienza con una adaptación casi total a las
necesidades del niño durante los primeros meses y que la misma va disminuyendo de a poco, en
consonancia con las crecientes capacidades del bebé para encarar ese retroceso (Winnicott, 1989).
En relación a los objetos transicionales de la infancia, nos expresó que la niña usó chupete hasta
los 2 años y mamadera hasta los 5, subrayando el hecho de que sacarle ese objeto a la niña fue
muy difícil. Se observa entonces, un uso típico del objeto transicional. De acuerdo a lo establecido
por Winnicott (1989), los objetos transicionales como lo puede ser un chupete, simbolizan el
pecho materno, y son empleados por el bebé como defensa contra la ansiedad. Para el bebé el
objeto transicional tiene una importancia vital y los padres llegan a tomar conocimiento del valor
que tiene esa primera posesión de no-yo para el niño. Con el paso del tiempo los mismos no se
olvidan ni se reprimen, sino que pierden significación.
En lo relativo al campo de conducta motriz, nos fue referido por la madre de la niña que la
misma se sentó alrededor de los 6-7 meses, en cuanto al gateo nos dijo “Gateó pronto ella. A los
siete meses más o menos, en la misma época.” Al preguntarle sobre la marcha expresó que
comenzó a caminar al año, con respecto a la progresión que fue dando lugar a la marcha la misma
dijo: “Primero siempre empiezan a pararse así, como agarrándose, pero para el año ya se largaba.”
Se observa que ciertos rasgos evolutivos como la capacidad de sentarse a los siete meses se
adquieren de acuerdo con lo establecido por Gesell, mientras que otros rasgos presentan un
progreso avanzado, como lo es el gateo que se produce a los siete meses, mientras que Gesell lo
ubica en la franja de los diez. La marcha bipedal, de igual manera, aparece antes de lo establecido,
puesto que Gesell menciona que a los doce meses la locomoción cuadrúpeda continúa siendo la
predilecta del niño, siendo la edad estimada de abandono del gateo como método viejo de
progresión, la de los 15 meses. Este se constituye en un dato significativo desde el punto de vista
evolutivo, puesto que a partir de la adquisición de la marcha se abren nuevas modalidades y
posibilidades de exploración del mundo por parte del niño.
En lo respectivo a la conducta del lenguaje la mamá nos expresa que sus primeras palabras
fueron expresiones o balbuceos como “tatata” y sucedieron alrededor de los ocho o nueve meses,
y nos comentó que no recordaba si su primera palabra había sido “Papá o mamá”. En cuanto a la
lectura nos comentó la niña aprendió a leer antes de ingresar a la escuela primaria, y sobre la
escritura nos dijo que aprendió el abecedario a los dos años, con ayuda de su abuela. La misma
expresó lo siguiente: “...la abuela le enseñó todo el abecedario, tenía dos años y las letras se las
aprendió todas, hasta que no empezó el jardín ella no sabía unir las letras, pero cuando entró a
primer grado ya sabía leer, entre los cuatro o los cinco años”. Mediante la entrevista pudimos ver
que, según lo que nos refiere la mamá, la articulación de la palabra se produce un mes antes de lo
establecido por Gesell, el cual establece la aparición de la primera palabra a las 40 semanas. De
acuerdo a Vygotski (2009) “el aprendizaje humano presupone una naturaleza social específica y un
proceso, mediante el cual los niños acceden a la vida intelectual de aquellos que les rodean”. A
partir de la concepción de la zona de desarrollo próximo, Vygotski destaca la importancia de la
acción sociocultural en el proceso de aprendizaje. El espacio de desarrollo psíquico que la niña
recorre bajo la guía de su abuela para poder aprender el abecedario es la zona de desarrollo
próximo. Este aprendizaje logrado a los dos años con la ayuda del adulto se constituye luego en
una nueva zona de desarrollo real cuando la niña ingresa al jardín y se encuentra ante el desafío de
tener que unir las letras para formar palabras básicas.
Al respecto de los intereses sobre cuestiones de la sexualidad la mamá expresa que la niña
preguntó por qué era necesario que un hombre y una mujer estén casados para que un bebé
naciera. En cuanto a la pregunta sobre cómo vienen los bebés al mundo la mamá nos respondió:
“No, eso no, pero sí por qué tiene que haber un hombre. No le di explicaciones muy profundas. Pero
sí le cuento del noviazgo, cosas desde mi experiencia, como, por ejemplo: Liesel, vos tenés que
fijarte si te tratan bien, no que si es churro o si te pone la cara así (hace un gesto simulando la
expresión facial de una persona que intenta seducir con la mirada) o esas cosas sí le hablo...ella se
ríe nomas.”. La niña tiene una hermana menor, por lo que decidimos preguntarle a la madre si
esta había tenido preguntas al respecto de su embarazo o nacimiento y la madre nos contó que
Liesel: “[…] me preguntaba mucho porque estaba ansiosa, porque quería que ya salga de la panza,
entonces […] me preguntaba “¿por qué no crece la panza?” y después cuando creció la panza “Y
¿por qué ya no sale el bebé?” y cuando salió la bebé “¿por qué ya no me habla?”. En la entrevista,
la mamá refiere que la niña no expresa intereses o interrogantes relacionados con temas de la
sexualidad ni hace preguntas acerca de cómo vienen los bebés al mundo, pero se observa que de
todas maneras aparecen interrogantes similares en relación con cuestiones de la sexualidad. El
error en este caso es la manera de plantear la pregunta por parte de las entrevistadoras, que se
presta a una mala interpretación. El preguntar acerca de “Por qué tiene que haber un hombre para
que nazca un bebé” o “por qué tienen que estar casados un hombre y una mujer” para ese fin, es
otra manera que tiene la niña de cuestionarse acerca de cómo es que vienen los bebés al mundo.
Con respecto a la pulsión del saber que es característica de los niños entre los 3 y 5 años, Freud
sostiene que la misma no puede subordinarse de manera exclusiva a la sexualidad. No obstante,
dice Freud (1905) que “la pulsión de saber de los niños recae, en forma insospechadamente precoz
y con inesperada intensidad sobre los problemas sexuales”.
Cuando le preguntamos cómo se expresa la niña en los juegos grupales nos expresó que si
bien no la ve jugar mucho, en los cumpleaños puede observar que participa en juegos grupales
(por ej.:juego de “la silla”) y se involucra en actividades lúdicas acatando reglas comunes y
respetando los turnos de los demás. Le preguntamos cómo era el juego de la niña y nos dijo:
“Primero y principal es que está todo el día haciendo piruetas, lo hace para soltar energías.
Segundo, cuando juega, si juega con la hermana, suelen jugar a las compras, a las cartas” Le
preguntamos si tiene algún juguete favorito y nos respondió que a veces juega con muñecas, pero
no a la mamá, sino que crea historias con diálogos. El comportamiento que la niña exhibe en el
contexto de los juegos grupales se condice con las características que menciona Piaget acerca de la
segunda infancia. Según Piaget, se observa en niños mayores a siete años un notable cambio en las
actitudes sociales en relación con el juego. Mientras que los más pequeños no se ajustan a las
reglas del vecino y juegan como si lo hicieran para sí mismos, los niños mayores a siete años se
someten a las mismas reglas y se controlan entre sí para mantener la igualdad frente a una ley
única. El ganador que resulta del juego, además, obtiene un reconocimiento por su victoria sobre
los demás jugadores. En los niños menores a siete años esto no ocurre, puesto que todo el mundo
gana a la vez y ganar significa haberse divertido uno mismo. El típico “juego de la silla”, que se
juega en los cumpleaños, se trata de un juego colectivo reglamentado. El hecho de que la niña
pueda atender a las reglas que supone este juego, marca una diferencia con la conducta impulsiva
y el egocentrismo primitivo de la primera infancia, dando indicios de la presencia de la conducta
reflexiva: el niño piensa antes de actuar.
Con la necesidad de crear nuevas redes sociales se observa en la niña el esbozo de nuevos
intereses relacionados con el intercambio social. De acuerdo con Piaget, los intereses de la
primera infancia se multiplican y se van diferenciando a la par del desarrollo mental atribuyendo
objetivos cada vez más complejos a la acción. Los intereses que en la primera infancia estaban
dirigidos hacia las palabras, el dibujo, los ritmos, los ejercicios físicos, etc. tienen un valor para el
sujeto a la medida de sus necesidades y estas se irán modificando con el transcurso del desarrollo
y en dependencia del equilibrio mental momentáneo.
Al preguntar si la niña expresa sus sentimientos, la madre nos comunica: “Conmigo sí. Pero
ahora que está más grande, hay momentos en los que te dice “no quiero hablar ahora”. Y después,
si ella quiere, te cuenta.” Al preguntarle acerca de las ocasiones en que la niña llora, la misma nos
dijo: “Es sensible. Suele llorar pero no delante del papá. Si llora delante del papá, le pega”. No
obstante, no sabemos a qué época se remonta esta conducta o desde cuándo se mantiene. Si
pensamos que estuvo presente desde alrededor de los 3-6 años en el estadio de iniciativa vs culpa
y miedo, según lo marca Erikson, las respuestas paternas drásticamente represivas ante la
expresión emocional, en esta etapa, pueden afectar la virtud de la niña de manifestar libremente
sus emociones sin sentirse indebidamente inhibida por la culpa o el temor al castigo.
CONCLUSIÓN
En relación a las características y conductas del desarrollo psicomotor descritas por Gesell,
pudimos constatar que en el campo de la conducta motriz se realizaron progresos de acuerdo con
lo esperable y también la adquisición de capacidades previas a lo establecido por la teoría, como
en el caso del temprano gateo y la temprana adquisición de la marcha bipedal. Desde Koupernik,
no obstante, estos progresos están de acuerdo con lo esperable, ya que afirma que por término
medio el niño se suelta a caminar al año o incluso a los diez meses.
Por otro lado, la madre se mostró reticente a hablar de cuestiones referidas al interés por
la sexualidad de parte de su hija. En términos psicoanalíticos podríamos interpretar esta conducta
como resistencias que nos impidieron obtener más datos significativos. Se observó que en caso de
que la niña hiciera preguntas dirigidas de manera indirecta a cuestiones de índole sexual, la madre
prefiere no darle explicaciones muy profundas. Esta actitud de interrogar responde a aquello que
Freud da en llamar la pulsión de investigar o de conocer, que suscita en el niño dudas y el deseo de
saber sobre el quehacer sexual. Se inicia entre los 3 y 5 años, y tiene repercusiones en su vida
anímica, como así también en la capacidad reflexiva de su pensamiento.
Freud, S. (1985). Tomo VII. Tres ensayos para una teoría sexual. Buenos Aires. Amorrortu.
Piaget, J. & Inhelder, B. (1981). Psicología del niño. Madrid. Ediciones Morata, S.L.
Vygotski, L.S. (2009). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona. Crítica
La entrevista fue acordada mediante mensajes de texto para el día Martes 7 de Mayo en el
domicilio de la madre. En el departamento, al momento de la entrevista, la madre se encontraba
con la hija de 9 años (Liesel), la hija de 6 años (Lara) y la hija de 3 meses y 3 semanas (Camila). Por
momentos durante la entrevista hubo interrupciones ya que la madre estaba sola al cuidado de
sus hijas, y Lara estaba mirando la televisión cerca nuestro y de vez en cuando interrumpía la
entrevista para pedirle cosas a su mamá, o hacer preguntas a nosotras. El padre no se encontraba
en el domicilio porque estaba trabajando. Si bien durante la entrevista la madre mostró no
recordar algunas cosas que se le preguntaba pudimos lograr conseguir rica información en cuanto
al desarrollo de la niña, por otro lado, se pudo notar una cierta incomodidad de parte de la madre
al hacerle preguntas referentes a la sexualidad.
Constelación familiar:
Referencias:
E: entrevistador
M: madre
M: Bueno, me enteré de que estaba embarazada porque no me indispuse- expresa con pudor y un
poco de nerviosismo.
M: Fue un embarazo normal, lo que sí los primeros meses estuve super super descompuesta,
demasiado. Me pasé para el otro lado porque comía un montón. Fue por cesárea. Lo que a mí me
pasó en el embarazo de ella, en particular, fue que en la semana 36, que sería antes de llegar a
término, tuve un sangrado de cuello uterino y, más que nada, era un poco de desprendimiento de
placenta, porque a mí me empezó a caer así como coágulos de sangre. Y bueno, de ahí me fui a la
doctora y me dijo “tenemos que hacer ya la cesárea porque sino te podés desangrar”. Pero yo no
sabía en ese momento, o sea, cuando iba a la consulta me decía “¿vos querés parto normal o
cesárea?”. No sé, qué sé yo, nunca había tenido una hija.
E: Claro.
M: Lo que a mí me hubiera gustado que me diga la doctora es que si vos querés tener muchos
hijos o varios hijos, es mejor tener natural. Porque viste que en una operación ya después 1, 2, 3,
ya no conviene. Y de eso no sabía nada. Por eso ahora, si yo quiero tener otro, no podría.
M: ¿El pecho? Sí, siempre le di el pecho, lo que sí con Liesel, como yo era primeriza y ella tuvo
muchos cólicos de panza entre los dos o tres meses, yo no sabía distinguir si a ella le dolía la panza
o si se quedaba con hambre. Pero eran cólicos. Y empecé a intercalar el pecho con la mamadera.
En realidad, ella lo que tenía eran cólicos. Y lo que me pasó por hacer eso era que tenía mucha
leche y me agarró mastitis varias veces… se te queda trabada la leche y te duele, te agarra fiebre y
todo eso. Y después, como ya le intercalaba, ella cuando llegó para el cumpleaños de un añito, ya
tomaba solo la teta antes de dormir. Entonces, yo dije: “cumple un añito y le saco”. Y cumplió. Y a
la semana por ahí fue la última vez que le di el pecho que ella quería antes de dormir, entonces yo
lo que hacía era: la acostaba así, como que le iba a dar el pecho, pero le ponía la mamadera. Y
agarró, al añito ya dejó el pecho.
M: La…esa la… “Sancor”, “Bebé 1”. La verdad es que nunca consulté con un pediatra eso. Con
Liesel fue con la que más errores cometí, pobre, como era mamá primeriza.
M: Sí, los primeros meses hasta los tres meses, por ahí, teta sola. Después cuando estaba con los
cólicos ahí le empecé a intercalar, pensando que se quedaba con hambre, y le fui quitando las
tomas de la teta, hasta que al año ya tomaba una sola vez antes de dormir.
E: ¿Usó chupete?
M: (haciendo un gran esfuerzo por recordar) Capaz que hasta los dos años, por ahí, más de eso no
creo.
E: ¿Y la mamadera?
M: Leche. Tenía una mamadera de jugo también, una de leche y una de jugo. Esa sí no le podía
sacar a Liesel.
M: ¿A Liesel? A los siete meses. Le deberían haber aparecido a los cinco pero a ella le tardó un
montón. Lo normal es a los cinco. No le salían y yo estaba preocupada.
M: A Liesel más que nada le daba yo, para que no haga mucha mugre, para que no se ensucie
todo.
E: ¿Y a gatear?
M: Gateó pronto ella. A los siete meses más o menos, en la misma época.
M: Al añito ya. Primero siempre empiezan a pararse así, como agarrándose, pero para el año ya se
largaba.
M: (Haciendo esfuerzo por recordar) Creo que para los dos años.
M: Empezó a ir solita con la pelela porque al inodoro no llegaba, ese era el tema, viste que no se
pueden subir con sus piernitas.
E: ¿Mojaba la cama?
M: Lo que pasa es que yo de noche le ponía pañal, de día la hacía practicar y después, no recuerdo
exactamente el momento pero, no sé si alguna vez hizo en la cama cuando le saqué el pañal, pero
ella prácticamente nunca se hacía pis de noche.
M: Eso no recuerdo pero nunca fue...dejame pensar porque me confundo con Lara...(se retira a
preguntarle a la niña)...Eso no se acuerda, pero sí hubo un tiempito que intentamos que duerma
sola en su pieza pero no quería, y después ya cuando nació Lara ahí yo me fui a dormir con ella, lo
que sí, ahora que yo duermo con ella puedo notar que habla cuando está dormida, pero nunca se
levanta.
M: Liesel a los cinco se tuvo que operar de las amígdalas, porque ella vivía haciendo placas en las
amígdalas. Cuando tenía uno o dos añitos, vivía haciéndose placas porque se le llenaba todo esto
de moco, sinusitis le daba. Sí, ella se enfermó mucho de eso.
M: Capaz a los 8 o 9 meses, 9 meses capaz, primero empezó a decir “tatata” que no es palabra
pero sí es como un balbuceo, y lo que no recuerdo es si primero dijo mamá o papá, pero seguro
fue una de esas porque siempre es lo que primero dicen.
M: El tema con ella fue que a los dos añitos, nosotros remodelamos la casa y nos fuimos a vivir seis
meses a la casa de la abuela del padre, y ahí la abuela le enseñó todo el abecedario, tenía dos años
y las letras se las aprendió todas, pero hasta que no empezó el jardín ella no sabía unir las letras,
pero cuando entró a primer grado ya sabía leer, entre los cuatro o los cinco años
E: ¿Y escribir?
M: Letras sueltas desde los dos años, con la abuela también, y antes hacía rayones nomás. Y en
primer grado ya escribía palabras.
M: No sé si es una descripción muy adecuada, pero suele estar acelerada, ella es más inquieta.
M: Cuando se encapricha con algo, no sé que puede ser en especial, suele enojarse con la hermana
si le toca las cosas, por ejemplo. No sé...por ahí si el papá no le deja hacer algo, también.
M: Es sensible, suele llorar pero no delante del papá. Si llora delante del papá, le pega.
E: ¿Requiere de atención constante?
M: Conmigo sí. Pero ahora que está más grande, hay momentos en los que te dice “no quiero
hablar ahora”. Y después, si ella quiere, te cuenta.
M: No, lo que me preguntó es por qué tienen que estar, bueno ella interpreta casados un hombre
y una mujer para que nazca un bebé.
M: No, eso no, pero sí por qué tiene que haber un hombre. No le di explicaciones muy profundas.
Pero sí le cuento del noviazgo, cosas desde mi experiencia, como por ejemplo: Liesel, vos tenés
que fijarte si te tratan bien, no que si es churro o si te pone la cara así (hace un gesto simulando la
expresión facial de una persona que intenta seducir con la mirada) o esas cosas sí le hablo...ella se
ríe nomas.
M: Ella me preguntaba mucho porque estaba ansiosa, porque quería que ya salga de la panza,
entonces cuando estaba embarazada me preguntaba “¿por qué no crece la panza?” y después
cuando creció la panza “ Y ¿por qué ya no sale el bebé?” y cuando salió la bebé “¿por qué ya no
me habla?”
E: ¿Cómo juega?
M: Primero y principal es que está todo el día haciendo piruetas, lo hace para soltar energías,
segundo cuando juega, si juega con la hermana, suelen jugar a las compras, a las cartas.
M: Más que nada a ella le gusta jugar con cosas chiquitas, le gusta hacer slime. Por ahi juega con
muñecas, no jugar a la mamá y eso, pero si por ahí hacer historias con diálogos, más que nada con
los juguetes que vienen en la cajita feliz de Mcdonalds
M: Estaba haciendo gimnasia artística, pero ahora el papá le suspendió, porque hubo un problema
con una compañerita y las redes sociales que tenían muchas entre las dos subían videos y para
controlar así la cuidamos, más que nada porque es muy fácil que se comunique con cualquier
persona y es peligroso. Ahora empezó a hacer cocina, esa es su nueva actividad. Le gusta, empezó
a gustarle porque yo le pedía ayuda cuando cocinaba porque ahora que está la bebé a veces me
quedaban las cosas por la mitad, entonces le pedía ayuda a ella a que termine de hacer las cosas,
con las milanesas para congelar por ejemplo, que ella las pase por huevo y después por el pan
rallado, así me ayuda por ahí.
E: ¿Tiene amigas?
M: Fuera del espacio escolar no. Lo que pasa es que nosotros con el papá no queremos que vaya a
las casas de su compañeras si no los conocemos a los papás, hoy en día muchos papás tienen
cuidado con eso. Por ahí va al shopping con nosotros y juega con la hermana en los jueguitos que
hay ahí, pero también hizo pijamadas, y acá mucho no invita a sus amigas porque estamos todos
apretados (haciendo referencia a que no hay mucho lugar en el departamento).
M: Antes de más chica si se disfrazaba, ahora lo que hace es vestirse de negro, pintarse. peinarse,
esas cosas.
M: A mi no tanto, ahora más que nada mira muchos Youtubers e imita eso, quiere pintarse el pelo
de colores y cosas asi.
E: ¿Es curiosa?
M: Sí
M: Si, todo lo que sea actividad física le gusta. Hace piruetas juega en las hamacas
E: ¿Qué dibuja?
M: Con la hermana si
M: Depende del momento, si tiene que ir a la escuela come liviano porque se pone ansiosa, y el fin
de semana si el papá le lleva a comer hamburguesas come más, come la hamburguesa, las papas
fritas, y a veces cuando termina si se queda con hambre se pide otra hamburguesa más chica.
M: Tiene 26 kg.
M: Si, le gusta mirar tele. Y videojuegos también pero le sacamos, jugaba a juegos de construcción,
y de batalla, en el celu y en la compu tambien cuando va al trabajo del papá, entra en páginas de
internet y ahí juega a un jueguito de dos ladrones que construyen también para escapar.
M: No la veo jugar mucho...en los cumpleaños juegan al juego de la silla. La verdad que no le gusta
mucho, pero no es introvertida.
M: Sí.
M: Se lleva bien con la hermana, a Lara la atiende, pero por ahi se pelean.
M: Muy poco, por ahí se va a la casa de la abuela paterna. También influye en el tema que parte
de la familia no vive acá en la ciudad, no solemos ir para Sáenz Peña, una vez por año como
mucho.
M: Bien, es respetuosa.
M: Se desempeña bien, desde que le saque el celular hace la tarea ella sola sin que yo le ande
atrás, se sienta y practica divisiones ella sola. Lo que le cuesta y no le gusta mucho es el inglés,
portugués tiene y le gusta porque le es más fácil.
M: En su tiempo libre mira la tele o juega con la hermana, los fines de semana el papá le lleva al
shopping o a la plaza.
E: ¿Cómo la describirías?
M: Con Liesel particularmente yo era madre primeriza y la crié medio a los ponchazos, y ella
cuando ya tenía dos añitos yo la veía bastante independiente, hacía las cosas sola y después
cuando me quedé embarazada de Lara que ella Liesel tenía dos años y medio, ya no podía hacerle
más upa o cosas asi, y otra cosa es que cuando nace el segundo hijo uno se da cuenta que ya no
tiene el mismo tiempo para hacer las cosas y cuando nace el tercero tienes que ir delegando más
cosas para que te ayuden para poder atenderlas a las tres con la misma calidad