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Es sólo por los años de 1920, que se comienzan a tomar acciones en el campo de la
acuicultura continental, y es así que en 1925 se realiza la introducción de la “trucha arco
iris” (Salmo gairdneri) con la importación de 50 000 ovas embrionadas procedentes de
los Estados Unidos, que eclosionaron en un criadero particular a orillas del río Mantaro,
en la Oroya, desde donde se realizaron las primeras siembras de esta especie en los
ríos andinos.
Por otra parte, se han obtenido favorables logros en experimentos de cultivo de truchas
en el Lago Titicaca, que han permitido la conformación de una empresa binacional
(peruana-boliviana) bajo los auspicios del Sistema Económico Latino Americano (SELA)
y con aporte financiero de la Corporación Andina de Fomento.
1. 13.1.3 Cultivo de moluscos
En los últimos años se inciaron los primeros ensayos de cultivo de moluscos. En la zona
de Pisco se obtuvieron y sembraron semillas de choro (Aulacomya ater). Por otro lado,
recientemente en el Instituto del Mar, se han comenzado las experiencias para el cultivo
de la concha de abanico (Argopecten purpuratus); y en 1971, en la zona de los
manglares de Tumbes, se iniciaron las investigaciones para el cultivo de dos especies
de ostras: Crassostrea columbiensis y C. corteziensis.
Si bien, en los dos primeros casos, los resultados iniciales han sido algo halagadores,
quedan aún por resolver problemas de tipo económico de los cultivos frente a la
actividad de tipo netamente extractivo, sobre todo en el primer caso, en el que la
abundancia local de los choros hace practicable el uso de métodos tradicionales de
extracción para lograr un abastecimiento continuo. En el último caso, se observaron
limitaciones en la recolección de semilla, y problemas de crecimiento y predación.
Con un adecuado manejo que incluye prácticas de fertilización inorgánica con fosfatos
y urea, y con una alimentación suplementaria, se pueden obtener buenas producciones
con cosechas cada 4 o 6 meses. Los costos de producción relativamente bajos, y el
elevado valor del producto en el mercado internacional, hacen atractiva esta actividad,
lo que se ha demostrado por el gran interés de los inversionistas privados quienes se
han reunido para constituir numerosas empresas langostineras particulares, que a la
fecha prácticamente han copado los terrenos inmediatamente utilizables en la zona
aledaña a los manglares.
Entendiéndose que esta forma de cultivo es arriesgada por depender en primer término
de la obtención de postlarvas en los esteros, quedan como problemas pendientes por
resolver la determinación del potencial migrante de aquellas, las causas de sus
variaciones en las épocas de migración, y principalmente, la reproducción y cría de las
larvas del langostino en condiciones controladas en el laboratorio, con el fin de obtener
- en esta forma - cantidades suficientes de postlarvas que abastezcan los requerimientos
de las empresas, independientemente de las variaciones aleatorias de tiempo y lugar
que se dan en la actualidad. Este último punto constituye uno de los programas de
investigación recientes del IMARPE en Tumbes.
De las experiencias realizadas hasta la fecha se puede concluir que aún no ha sido
posible establecer la factibilidad de la crianza de esta especie de camarón.
El producto final - bajo la forma de polvo - puede usarse en el mercado interno, así como
en la exportación al exterior, donde puede comercializarse a precios bastante
interesantes.
En cuanto a la tilapia, la especie Tilapia rendalli (T. melanopleura) fue introducida del
Brasil en 1966, por el Servicio de Pesquería a la estación de Quistococha, cerca de
Iquitos, en el Departamento de Loreto. Posteriormente, en 1968, se transplantaron al
embalse de Tinajones (Dep. de Lambayeque) y a los lagos Sauce y Mashuyacu (Dep.
de San Martín). En 1969 se sembró en un criadero particular en el Departamento de
Tumbes, y en 1970 en el embalse de San Lorenzo en el Dep. de Piura. Posteriormente
se distribuyó a otros lugares. Si bien su distribución progresó, su rendimiento no tuvo
igual suerte debido a un manejo no ordenado.
Los ensayos de cultivos se han llevado a cabo también con otras especies amazónicas
tales como: el “sábalo cola roja” Brycon erythropterum, “sábalo colá negra” B.
melanopterum, “gamitana” Colossoma macropomum, “paco” C. brachypomum,
“acarahuazú” Astronotus ocellatus, “tucunaré” Cichla ocellaris, entre otros. Estos
estudios desarrollados por el Estado a través del IMARPE, estaciones piscícolas del
Ministerio de Pesquería y universidades, se hallan en etapa de experimentación,
buscándose fundamentalmente su reproducción en cautividad y la obtención de fuentes
de alimento provenientes preferencialmente de la misma selva, así como de derivados
de actividades pecuarias.