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Antecedentes Teóricos

Relación entre la actitud de los padres y representantes ante el uso que


sus niños (as) en edad escolar hacen de los dispositivos móviles.

Se hace imposible en la actualidad ignorar el hecho de que nuestros niños


en edad escolar presentan una interacción más constante y permanente a los
dispositivos móviles (Smartphone, tablets, laptops) Sin embargo la
preocupación fundamental aquí, no es que usen o no los dispositivos móviles
sino ¿cómo se están usando? Y ¿para que los están usando?, y estas
preguntas están estrechamente relacionadas con la actitud que los padres
asumen ante el acceso que dan a sus hijos(as) en edad escolar a estos
dispositivos.

En este sentido Myers (2006), plantea en este sentido:

Las actitudes son creencias y sentimientos que predisponen nuestra


reacción ante los objetos, las personas y los acontecimientos. Las
personas pueden fácilmente profesar actitudes generales que
contradicen su conducta. Sin embargo las actitudes respecto de una
acción específica guían la acción. (p.698)
De igual forma, Rodrígues (1987), define actitud como

Una organización duradera de creencias y cogniciones en general,


dotada de una carga afectiva a favor o en contra de un objeto social
definido, que predispone a una acción coherente con las cogniciones y
afectos a dicho objeto”( pp. 337-338).
Ander-Egg E (1987) señala

Tendencia o predisposición aprendida, más o menos generalizada y de


tono afectivo, a responder de un modo bastante persistente y
característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en
contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de
objetos materiales, o a una persona o grupo de personas”. (pp. 251-
252)
Por su parte Morgan (2002), señala que las actitudes son sistemas
positivos o negativos más o menos duraderos que implican expectativas
conductuales, relacionadas con los diferentes aspectos de la vida de los
individuos.

La actitud definitivamente juega un papel preponderante, en este


sentido Katz y Zimbardo al igual que Ebessen (citado por Morales,
2006), señalan por actitud “…una predisposición aprendida no innata, y
estable aunque puede cambiar, a reaccionar de una manera valorativa
favorable o desfavorable ante un objeto (individuo, grupos, ideas,
situaciones, etc.)…” (p.24). de igual forma, este mismo autor señala que
las actitudes se estructuran en tres componentes: “…el cognitivo
(información, creencias), el afectivo (gusto – disgusto, valoración), y el
conductual (o con más propiedad, conativo, tendencia a la acción)” (p.
24).

Al realizar la comparación de estos planteamientos, se evidencia


elementos básicos que definen la actitud como una estructura
conformada por lo cognitivo, lo afectivo y la tendencia a la acción, que
en relación a este estudio predispone o inclina a los padres y
representantes a generar determinada acción relacionada con sus
conocimientos previos y afectos concernientes al uso de los dispositivos
móviles (Smartphone, tablets, laptops)

Componentes de la Actitud

Morgan (1972) asegura que “las actitudes poseen tres componente


básicos interdependientes, el cognoscitivo (creencias y conceptos); el
afectivo (sentimientos y emociones) y el conductual (reactivo o de acción
motora). (p.87). lo que significa que la actitud está determinada por estos
tres componentes: el cognitivo, el afectivo y el conductual.

Morales (1999) lo presenta como las tres respuestas a través de las


cuales se manifiesta la actitud (p. 195).

Componente Cognitivo
El componente cognitivo está relacionado con las creencias,
pensamientos, opiniones, ideas, valores, información y expectativas
sobre un objeto. Según Vaugthan, H (2008) “las creencias y opiniones
son los componentes básicos del concepto más general de la actitud,
incluso Olson y Zanna, 1993, exponen que las actitudes están
expresadas en la memoria” (p.162).

Según Badillo (2000) citado por Martínez (2012) este componente se


representa:

La carga de información y la experiencia adquirida por el sujeto,


respecto al objeto de su actitud y el mismo se manifiesta o expresa
mediante, percepciones, ideas, opiniones, concepciones,
creencias a partir de las cuales el sujeto se coloca a favor o en
contra de la conducta esperada. La predisposición a actuar de
manera preferencial hacia el objeto, persona o situación está
sujeta a este componente (p.22)

En tal sentido Sánchez (2011) expresa que “las actitudes


fundamentadas en el conocimiento objetivo o razonado de las cosas
son muy susceptibles de modificación mediante nuevos datos y
razonamientos y no tienden a generar problemas para su
modificación” (p. 45). De esta manera el componente cognoscitivo
se mide por medio de la autoevaluación de creencias, información
en torno al objeto actitudinal, en este caso particular ante el uso que
los niños (as) en edad escolar hacen de los dispositivos móviles.

Dentro de este marco, Pepitone (1992) señala que las creencias


son “estructuras relativamente estables que representan lo que
existe para el individuo más allá de la percepción directa de cosas,
eventos, personas o procesos (p.63) y Jodelet (1990) citado en
Villigram (2004) expresa que son “sistemas de referencias que nos
permiten interpretar lo que nos sucede e incluso dar sentido a lo
inesperado. Una vez que las creencias llevan alguna carga afectiva
o cognoscitiva se les llama actitudes” (p.472)

Pepitone sostiene que las creencias son más rígidas que las
actitudes y por lo tanto son más difíciles de cambiar (ob.cit)

Cuando las actitudes son relativamente estables, esas son


más susceptibles a ser intercambiables o modificadas por
comunicaciones persuasivas que las creencias, las cuales
en contraste son notoriamente más resistentes al cambio y
tiene raíces demasiado profundas para que pueda ser
cambiada a través del tipo de mensaje que transforma
actitudes (p.62)

Con respecto a la información, esta está relacionada con la carga


de contenido que la persona tiene sobre un determinado conjunto de
temas. Así lo afirma Pepitone (ob.cit) “la información está más cerca
a lo objetivo a diferencia de las creencias que se acercaría más a la
información con poco o ningún fundamento científico” (p.45)

Por otro lado, las expectativas se refieren a las deducciones y


relaciones que una persona realiza desde una información correcta
o falsa. De igual forma involucra la expectación de ocurrencia de
un hecho concerniente con la información sobre la cual tales juicios
ha sido realizados. De acuerdo con Rotter Y Horchreich (1975)
citado por Kazdin, Alan (2001):

Las expectativas están basadas en las experiencia previa


de un individuo y tienden a reflejar la forma en que una
persona se siente respecto a un tema, no por fuerza están
basadas en todos los datos objetivos pertinentes ni en la
estimación rea, basada en hechos verdaderos (p.2)
La selectividad perceptiva es lo que permite la formación de las
expectativas. Esto, de acuerdo con Shulman, B (2000) “es a su vez
guiada por los “constructos personales” o patrones esquemáticos
elaborados por el sujeto, que sirven de base para organizar el ante
proyecto de un individuo, orientando sus estrategias de enfrentarse
a una situación dada” (p.13)

Lo que indica que las expectativas pueden llegar inclusive a


modificar posturas corporales, expresiones faciales, tono de voy y
forma de dar las instrucciones e influir en “las respuestas de los
participantes en un experimento” (Kazdin, A ob.cit, p.21)

Componente Cognoscitivo: se refiere al conjunto de creencias,


opiniones, conocimientos, ideas e información que el individuo posee del
objeto en cuestión. Cabe destacar que dicha información o creencia que
posee el individuo del objeto puede ser superficial o equivocada.

Según Mógan (ob. cit) se conforma por las percepciones y opiniones


hacia un objeto, así como por la información que se tiene sobre sí
mismo. Es decir, si no se posee información o no se conoce determinado
objeto no se producirá ningún tipo de actitud. Para Gordon (1997) la
evaluación de un objeto a través de las repuestas cognitivas ocurre por
medio de una doble secuencia; (a) asociación entre un objeto y algunos
de sus atributos o notas y (b) connotación positiva, negativa o neutra del
atributo.
Tomando en cuenta lo anteriormente expuesto para que se dé una
actitud es imprescindible que haya una forma cognoscitiva del objeto

Características de las Actitudes

Para Alcántara citado por Romero (2010) las actitudes se pueden


caracterizar por (a) Las actitudes son adquiridas, son la consecuencia de
todos los aprendizajes que el individuo ha ido adquiriendo a través de sus
experiencias durante el desarrollado de toda su vida, esto contribuirá a
mostrar determinada tendencia en cuanto a las respuestas al valorar los
objetos. (b) Las actitudes son de naturaleza dinámica, es decir, son movidas
al cambio de forma espontánea por poseer flexibilidad y susceptibilidad innata
especialmente si tienen impacto en el contexto en el que se presenta la
conducta. (c) Las actitudes son impulsoras del comportamiento, son el
primordial motor de influencia a partir de los múltiples estímulos del ambiente
y a las conductas adoptadas. (d) Las actitudes tienen la facilidad de responder
a diferentes y variados contextos por ello se dice que son transferibles.

Aunado a esto para Morales (1999) la actitud puede ser:

1. Positiva que “supone un graado de favorabilidad referente a la


evaluación o predisposición determinado por el objeto actitudinal”
(p.45). es decir, los individuos que evidencian actitudes positivas se
inclinan por favorecer con sus juicios a l objeto de actitud evidenciando
un acuerdo entre juicios y creencias específicas.

2. Neutra siendo esta una “actitud expuesta a sufrir transformaciones en


forma positiva o negativa. Las personas con actitudes neutras
presentan tendencias a percibir al objeto o persona actitudinal sin
relación consigo misma, sin mostrar rechazo o favorecerlo” (p.46)
3. Negativas que radica en la “respuesta desfavorable que dan las
personas ante un objeto, persona o situación que les presente o tienden
a realizar juicio desfavorable basándose en sus creencias” (p.47)

Propiedades de las Actitudes

Scott citado por Marcos (2009) agrega que existen propiedades de


las actitudes que deben tomarse en cuenta al momento de aproximarse
a una medición. Por direccionalidad positiva – negativa o neutra. En
cuanto a la magnitud o grado; favorabilidad o desfavorabilidad, en
cuanto a la intensidad o fuerza del sentimiento. Su ambivalencia q es la
presencia simultánea de aspectos favorables o desfavorables.
Centralismo o Prominencia, la importancia periférica o focal de una
actitud dentro de su zona. Complejidad cognoscitiva, estrechamente
vinculado al componente cognoscitivo, señalando qué tanta información
posee la persona del objeto. Aislamiento versus enlace: donde la actitud
puede darse de manera aislada a otros elementos como un valor o una
creencia, por esta razón las actitudes no son rígidas.

Otras propiedades muy importantes de la actitudes son:


Consistencia-Inconsistencia: consistencia es la correlación significativa
existente en los signos positivos o negativos de los componentes
cognoscitivo-sentimental-tendencia de las actitudes. Para la existencia
de una actitud, se requiere una postura bien definida del sujeto hacia el
objeto y una congruencia tridimensional entre conocimiento, sentimiento
y propensión a la acción. Sencillez-Complejidad: es la característica
más importante de las actitudes. Éstas reflejan la complejidad o
simplicidad de sus componentes, cognoscitivo-sentimental-operativo.

Formación de Actitudes

Las actitudes se forman a medida que el individuo crece, experimenta y


se desarrolla. Y esto dependerá en gran medida de quienes le rodean y
de la forma como le sean satisfechas sus propias necesidades. Todo
esto con el fin no solo de darle sentido y significado a su propio mundo
sino que cumple también varios fines como por ejemplo:

Los deseos personales: mientras el individuo intenta satisfacer su


necesidad de enfrentarse a ciertos problemas, desarrollará actitudes
favorables, a aquellos objetos (personas, situaciones, etc.) y medios que
le permitieron alcanzar sus objetivos, y desarrollará …

Teorías sobre el origen de la actitud

En cuanto a las teorías del origen de la actitud se distinguen las


siguientes. Particularmente los antecedentes cognitivos afirman que la
evaluación que un individuo hace de un objeto va a depender de lo que
piensa sobre él mismo. Mars, V (2014) afirma que la “información
acerca de los objetos actitudinales se adquiere, en ocasiones a través
de la experiencia directa (p.23). como puede verse esto es claramente
expresado por la teoría expectativa – valor donde la buena estimación
de cómo debe ser evaluado el objeto dependerá del conocimiento que la
persona ha adquirido en el pasado.

Por otro lado, Stroebe, Lenkert y Jonas citado por Mars, V (ob.cit)
realizaron una investigación en Alemania para demostrar que “las
actitudes se pueden modificar sin alterar de forma apreciable su
contenido cognitivo” (p.25 cita). Esto según las teorías afectivas sustenta
que las actitudes no solo se forman de lo cognitivo sino que los
sentimientos y emociones también juegan un papel importante en la
formación de la misma.

Tomando en cuenta todo esto se las actitudes son producto del


condicionamiento que tienen un antecedente afectivo. Y para explicar
este planteamiento los teóricos se basan en las teorías del
condicionamiento que enfatizan el reforzamiento. Según Staats (1958)
citado por Ubillos, Mayordono y Pérez (2002) sustenta que “el
condicionamiento clásico y la respuesta actitudinal es debida a la mera
asociación entre el estímulo condicionado y el condicionado” (p.2)

Stroebe y Jonas (1996) citado por Ubillo y otros (2002) afirman que

Las investigaciones desde la perspectiva del condicionamiento


clásico sugieren que nuestras actitudes pueden ser “teñidas”
sin querer por el contexto en que un objeto se ha
experimentado, siendo un proceso bastante funcional cuando
la relación ente el estímulo y el contexto es estable (p.3)

Por otro lado Zajonc (1968), en su teoría conocida como la mera


exposición asegura que el agrado o desagrado aumenta o
disminuye respectivamente con la exposición prolongada o
repetida, a lo que se le llama princio de familiaridad. Es decir,
cuando las personas se exponen de forma prolongada a un objeto
de actitud, es muy probable que se desarrolle una actitud positiva
hacia el mismo. Esto debido a que con el tiempo se obtiene más
información sobre ese objeto. Zajonc citado por (ob.cit) señala que
“la persona acaba desarrollando una actitud positiva hacia el objeto
que se le ha presentado en numerosas ocasiones” (p.54).

En tal sentido, con respecto a las teorías conductuales los


estudios de FDazio, citado por Vaughan, H (2008) señalan que las
actitudes que se adquieren de la experiencia con el objeto de la
actitud se mantendrán estables con el tiempo, es decir “aprenden
mejor, son más estables y guardan una relación más estrecha con
la conducta que aquellos que surgen a través de una experiencia
indirecta (2002, p. 27).

Inclusive si el objeto de actitud cambia, las actitudes pueden


mostrarse de forma menos apropiada, esto según Vaughan, H
(ob.cit) como resultado “un individuo que tiene sentimientos
negativos sobre determinado objeto actitud puede no ser capaz de
detectar si este ha cambiado para mejor o quizás para peor”.
(p.166)

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