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Presentado por:
Diana Katherine García Caicedo
María del Pilar Anchico Montaño
Presentado al docente:
Jesús Duran Téllez
Introducción
En el caso puntual de Bojayá, es menester resaltar que esta comunidad, afrontó una
masacre que en el 2002 costó la vida de al menos 79 personas, entre ellas 49 menores de edad;
sobre la masacre, la Organización Rutas del Conflicto, notifica que guerrilleros del Bloque José
María Córdoba las Farc y paramilitares del Bloque Élmer Cárdenas se enfrentaron entre las
cabeceras municipales de Vigía del Fuerte y Bojayá, conocida en la zona como Bellavista. Allí,
los paramilitares se escondieron detrás de la Iglesia y hacia las 11 de la mañana las Farc lanzaron
contra ellos una pipeta de gas llena de metralla que cayó dentro de la parroquia, donde se
refugiaban más de 300 personas. El cilindro bomba rompió el techo de la iglesia, impactó contra
el altar y estalló produciendo una gran devastación: en el suelo y hasta en los muros quedó la
evidencia de los cuerpos desmembrados o totalmente deshechos.
En primera instancia acerca de las Medidas de Satisfacción, las cuales según los Decretos
4633 y 4635 de 2011, buscarán proporcionar bienestar a los pueblos y deberán contribuir mitigar
el dolor colectivo e individual de las víctimas, vale la pena resaltar el reconocimiento que estas
comunidades esperan que se haga de su contexto para su posterior intervención, es menester
tener un diagnóstico claro y asertivo de todos los aspectos que giran en torno a estas poblaciones,
saber cuáles eran las características de su cotidianidad, sus costumbres, tradiciones, ritos, medios
de subsistencia, y demás, para no caer en el error de diseñar e implementar procesos de
acompañamiento llevados a cabo por personal que no se encuentra especializado e
interculturalmente sensibilizado con sus costumbres.
Como lo resalta Arboleda, (2013) et, al, “El Estado reconoce que las Comunidades son
parte constitutiva de la nación y tienen derecho a conservar, reproducir y trasmitir los valores,
tradiciones, prácticas e instituciones que sustentan su identidad étnica y cultural. Por lo tanto, los
mecanismos, medidas y procedimientos contemplados en este Decreto deben garantizarla
pervivencia de la identidad étnica y cultural de las Comunidades”. Pese a ello, la realidad es otra
puesto que las comunidades refieren que están siendo “reparadas” con estrategias e instrumentos
que atentan contra su forma de vida anterior y sus costumbres cotidianas. Por ejemplo en Bojayá
no se ha tenido en cuenta su forma de vida en relación al rio como fuente de subsistencia y en el
caso de las comunidades indígenas se ha desconsiderado las constituciones numerosas de las
familias, afrontando condiciones de hacinamiento al límite en los albergues que se adecuan para
las comunidades.
Por otro lado dentro de estas medidas de satisfacción se resalta, como medidas
principales, la reparación para la búsqueda de la verdad, que les permita a estas comunidades,
ejercer el derecho a que el Estado le garantice y conozca públicamente la verdad de lo que paso
de una manera veraz, oportuna y objetiva y a la búsqueda de las personas desaparecidas. Estas
comunidades tienen derecho a reconstruir su historia pero no como un simple relato de lo que
paso, sino teniendo en cuenta su cultura, su tradición, su colectivo. Apoyar las iniciativas
locales de memoria y las acciones de conmemoración (homenaje y conmemoración a las
victimas).
En este marco de las medidas de satisfacción, vale la pena tener presente, trayendo a
colación el caso de Bojayá, el duelo que las victimas necesitan hacer de sus familiares perdidos,
y sobre ello se debe considerar pertinente dar respuesta a la petición de establecer en el antiguo
lugar del poblado de Bellavista un centro regional de memoria, que se constituya en un escenario
de reflexión, formación y divulgación histórica, y como la misma comunidad lo desea, se les
consuele con convertir la iglesia en un verdadero santuario, porque así sienten que sanan un poco
sus heridas, es incoherente que estas peticiones de las comunidades no puedan tener respuestas,
sin embargo, estas víctimas manifiestan que a los victimarios se les premia, y sí se les responde,
mientras que ellos afrontaron la realidad de tener sus muertos sin ataúles, y tirados en fosas
comunes.
En relación a las medidas de restitución, que según los Decretos objeto de estudio, son
aquellas que buscan devolver a la víctima al estado anterior al hecho victimizante, es evidente
que los esfuerzos de las entidades competentes han quedado cortos en restitución de los derechos
de las víctimas, tanto afro e indígenas,
Además del contexto, se propone como medida, considerar a la par de la cultura, el acto
de cubrir las deficiencias en materia de salud, educción, calidad de vida, que estas comunidades,
han venido padeciendo desde antes de los terroríficos hechos y que después de los mismos, no
son cubiertos con los programas y proyectos de reparación, la comunidad refiere que tras la
guerra se desplazan de sus territorios y no llevan y regresa sin nada y siguen en las mismas, por
parte del gobierno han sido olvidados, notifican que ubicaron cambuches y un equipo de
misioneros les brindó el apoyo que estaba a su alcance, en cuanto a la reubicación que el Estado
les hizo, refieren que no pueden desempeñarse en las tareas agrícolas propias de subsistencia, ya
no pueden cazar, ni andar de noche, viven asustados quieren vivir como antes, perdieron lo que
tenían, les quemaron sus viviendas. Refieren que aun en la intervención realizada no hay
satisfacción, sino inconformidad por las obras, en las cuales no se construyeron viviendas dignas,
en la actualidad no hay garantía de servicios públicos, acueductos insuficientes, además están
expuestos a la proliferación de epidemias por el sistema de alcantarillado que tienen,
manifiestan que anteriormente iban a las ciénagas, vendían pescado y llevaban sus actividades en
sus botes, ahora la realidad es otra y precaria, que aún el sistema de salud es lamentable, y no
hay fuentes de trabajo, al contrario, más hambre y más miseria.
Dentro del proceso de reparación colectiva se propone en este apartado considerar todas
las comunidades que en el alrededor del epicentro, igualmente fueron afectadas, en este caso
puntual de Bojayá, se resalta que solo les construyeron viviendas a los de Bellavista, los demás
se sienten descuidados y aislados, manifiestan que El estado centró sus esfuerzos en la
reubicación de Bellavista, no obstante, en la masacre no fue solamente afectada esa comunidad
sino toda la región, como por ejemplo, más de 30 indígenas Emberas murieron de enfermedades
gastrointestinales y paludismo en los dos meses siguientes a la masare.
Una medida que debe acogerse con igual urgencia es la medida de no repetición, sobre la
cual se percibe que las comunidades afro e indígenas estudiadas en este apartado, resaltan que
aún los procesos de duelo que tienen derecho a vivir, se han visto dificultados o impedidos por la
situación de violencia permanente, sin embargo la resistencia, han tenido que expresarla desde la
cultura, con los cantos, las danzas, la música el teatro, la artesanía, y todos los mecanismos para
espantar el dolor y la tristeza. Las victimas merecen que se les garantice la tranquilidad y la
autonomía, no ha habido garantías de no repetición, en el caso puntual de la comunidad indígena
se percibe que en repetidas ocasiones han tenido que salir de sus territorios, de su cotidianidad y
persisten las obstinaciones, es necesario que paguen los culpables, y se establezca la justicia, es
triste en un caso puntual, que después de 17 años, aún existan obligaciones estatales en materia
de investigación pendientes, por lo ocurrido en Bojayá, sobre lo cual se dice que todos los
militares fueron absueltos y lo peor es que la certidumbre perdura hasta la fecha a través de una
guerra intensa y sistemática por el control de los ríos del municipio de Bojayá que ha causado el
desplazamiento de 6500 pobladores, en la actualidad la garantía que hay, es el establecimiento de
toque de queda de 6 de la tarde a 6 de la mañana como argumento para garantizar la seguridad y
afectan las faenas de pesca y caza. Aún hay presencia de grupos al margen de la ley como las
Aguilas negras y los miembros del ejército manifiestan que no tienen conocimiento, y piden que
la misma población civil manifieste la situación, poniendo en riesgo su seguridad, sin hacer uso
de sus grupos de inteligencia, y en las poblaciones, irónicamente siguen cometiendo abusos y
además hay cultivo de plantas para el narcotráfico. Se hace indispensable que haya garantía de la
no continuidad de los hechos de violencia y se irrumpa en la perpetuación de la impunidad, de lo
contrario las victimas seguirán inmersas en el círculo continuo de la guerra, como lo manifiestan
los habitantes de Bojayá, quienes a pesar de los pocos avances en términos de verdad, justicia y
reparación notifican que no cesan las afectaciones.
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Por otra parte los derechos de las víctimas de las comunidades indígenas, quedaron
establecidas en el Decreto 4633 de 2011, del cual se dice que su principal acierto es haber ligado
las medidas de reparación a los derechos étnicos territoriales de los pueblos indígenas. Es bien
conocido la relación colectiva y espiritual de estos pueblos con sus territorios ancestrales, que
son la base de su supervivencia, no se puede entender las comunidades indígenas sin sus
territorios que son más que un lugar físico, hacen parte de su cosmovisión y representan su
relación integral con la naturaleza, con sus ancestros y con la humanidad.
3. Bibliografía
-[Centro Nacional de Memoria Histórica]. (2012, Septiembre 6). Bojayá: La guerra sin límites
(Bojayá: War without limits). [Archivo de video]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=ZRsV8mwWA_w.