Está en la página 1de 11

1

PORTAFOLIO 2: Reconstrucción Vs. reparación

Presentado por:

Adriana Lasso Rojas


Danny Trujillo
Liliana Quintero Roa
Luz Mary Aguirre
Yurliana Suárez Rueda

Presentado a:

Vanessa Marín Caro

Fundación Universitaria Claretiana- Uniclaretiana

Especialización en Gestión de Procesos Psicosociales

Modelos de Intervención Psicosocial

Neiva
2020
2

PORTAFOLIO 2: Reconstrucción Vs. Reparación

GENERALIDADES Y ENFOQUES DE LOS MODELOS DE INTERVENCIÓN


PSICOSOCIAL EN LA EXPERIENCIA DE BOJAYÁ

A partir de la masacre que se presentó en el municipio de Bojayá, en el territorio realizan


presencia instituciones de orden nacional e internacionacional, la cuales tienen como propósito
implementar estrategias de intervención orientadas a mitigar los daños ocasionados por los hechos
violentos permitiendo de esta manera el restablecimiento de la dignidad humana, la recuperación de
los daños ocasionados en infraestructura y emocionales, así como la puesta en marcha de proyectos
que aportaran al desarrollo. En este sentido, Carlos Martín Beristain (1999) señala que “las
intervenciones deben estar del lado de la gente, es decir, no aislarla del contexto social en el que
ocurren los hechos, no desconocer sus formas de vida y acción colectiva pues en ello pueden
radicar mayores o menores condiciones de bienestar” (citado por Marín 2015, p. 14).
Teniendo en cuenta las formas de intervenir por parte de las instituciones que hicieron
presencia tras la masacre podemos evidenciar que las acciones se centraron en dar respuestas
inmediatas relacionadas con la satisfacción de necesidades básicas tales como alojamiento en
albergues, alimentación y educación orientada al restablecimiento del proyecto de vida a nivel
individual, en familia y comunitario a su vez en la reubicación y reconstrucción de viviendas
desconociendo el contexto social, cultural y político del territorio, además que no realizaron
consultas previas con la comunidad para identificar sus intereses particulares, eran
convocados a eventos desconocidos y expuestos e interrogatorios invadiendo la privacidad
de las personas afectadas generando en ellos rechazo e indignación, no hicieron
reparación desde la particularidad dejando de lado las acciones que propendieran al
bienestar y tranquilidad generando de este modo fragmentación, vulneración de prácticas y
contradicción.
La elección en el trabajo psicosocial tiene que ver con una apuesta ética y política en la
que, independientemente de la filiación teórica o predilección de estrategias de
intervención, ― reconozcamos el efecto profundamente destructivo de la violación de
Derechos Humanos, de la guerra y de la violencia sociopolítica sobre la persona en sí
misma, y sobre su ser social. (Castaño, 1996, citado por Marín, 2015, p.14)
Sin embargo, lo anterior contrastó con la necesidad de la población de controlar su
pasado para el restablecimiento de la dignidad. La institucionalidad enfocó su intervención
3

en los procesos de integración a la ciudadanía desde la subordinación a la población


quienes debieron aceptar irse a otro lugar si querían que sus viviendas fueran reconstruidas.
Aun cuando en el discurso se menciona el reconocimiento de sus derechos fueron
desconocidas sus expectativas, diferencias y capacidades de autonomía perpetuando la
desigualdad y las prácticas que propician la dependencia, sumada a las prácticas de
resistencia que genero la población afectada porque debían ajustarse a las normas,
requerimientos e imposiciones de poder establecidos dejando de lado la capacidad de
autogestión, autonomía y fortalecimiento que presuntamente intentaban fortalecer en los
procesos de intervención.
De acuerdo a uno de los modelos de intervención que plantea Jaramillo (1996) Los
comunitaritas, “ que se centran en los factores sociales y consideran que al intervenir los
factores generales y que afectan al grueso de la población se logrará también un bienestar
individual” (citado por Marín, 2015, p.13). Podemos evidenciar que estas se asemejan con
el modelo de intervención desarrollado en Bojayá, puesto que, dejando de lado la
intervención individual y grupal que permitiera resignificar de manera adecuada el impacto
emocional ocasionado por la violencia, direccionaron las actividades en la implementación
de proyectos productivos, conformación de microempresas mecanismos de seguridad y de
identificación para mitigar situaciones de riesgo pretendiendo articular redes sociales
mediante el involucramiento en organizaciones.
Al revisar los documentos y material guía respecto a los hechos de violencia en el
municipio de Bojayá y las posteriores acciones de intervención desarrolladas a nivel físico,
emocional, cultural, estructural entre otros, se evidencia que la mayoría de las acciones
implementadas han sido generadoras de daño, dificultando aún más el proceso de
recuperación emocional de la población en general. A continuación, mencionaremos
teóricamente lo que propone el enfoque de acción sin daño bajo los planteamientos de
Rodríguez Puentes (2009) citado en Marín (2015), y al tiempo se hará una reflexión en
torno a si este estuvo o no presente en el proceso de intervención en ese municipio.

Rodríguez Puentes (2009) menciona que una acción sin daño tiene los siguientes
propósitos: “Tomar decisiones acertadas respecto a las diferentes acciones y actuaciones a
realizar con las comunidades acompañadas” y “Potenciar las capacidades locales para la
identificación de necesidades y construcción de soluciones a las mismas” citado por Marín
4

(2015, p. 19), ante estos propósitos consideramos que si bien es cierto la “intención” de las
organizaciones locales, nacionales e internacionales era acompañar a la población y
permitirles recuperarse en todas sus esferas, no se tuvo en cuenta su voz y opinión en la
toma de decisiones, por tanto, la mayoría de estas no fueron acertadas, y en lugar de
potenciar las capacidades locales, generó en la población fragmentación, inconformismo,
desesperanza y aumentó la desconfianza e incredulidad hacia las instituciones estatales y
privadas, sintiéndose burlados como lo menciona una sobreviviente de la masacre en el
video “Bojayá: La guerra sin límites” del Centro de Memoria Histórica y la Diócesis de
Quibdó. Por tanto, podemos concluir que, desde los mismos propósitos de acción sin daño,
está intervención psicosocial generó más daño que reparación en la población.

De igual manera no se dio un adecuado “Reconocimiento del contexto, de las


comunidades, de las prácticas y tradiciones presentes y, en general, de todos los elementos
que caracterizan a la población”, así como de los “Impactos generados por el conflicto
armado (o por la situación específica que se presente) y de los posibles impactos (positivos
y negativos) de la intervención” viéndose esto reflejado en la presencia masiva de
profesionales y personal foráneo quienes ni siquiera conocían las particularidades
climáticas, ambientales y geográficas de la zona, así como la cultura, con un doble desafío,
teniendo en cuenta la presencia de población afrocolombiana e indígena quienes conviven
en un mismo espacio geográfico con más diferencias que similitudes culturales, por tanto se
considera que además de realizar acciones dañinas para la población tampoco se tuvo en
cuenta la interculturalidad, al llegar a imponer formas no tradicionales para la población de
ritualizar las perdidas, reconstruir el tejido social, organizativo y económico, reparase
emocionalmente, comprender los hechos y proyectar sus vidas; desconociendo las
capacidades y tradiciones de la población, su deseo, su voz, su esencia y todo lo vivido
antes de la tragedia, tratando de implementar una intervención basada en modelos donde la
población ha tenido el apoyo, protección y garantía por parte del estado, sin sentir el
abandono e invisibilización histórica a la que en general todo el Chocó y más las
poblaciones rurales han sido víctimas. Al no ser tenidos en cuenta para la planeación y
posterior ejecución de todas las acciones se violaron mínimos éticos como la dignidad,
teniendo en cuenta que la mayoría de la población se sintió utilizada, instrumentalizada
para lograr cifras, sacar pecho en medios de comunicación, mostrar como acción bandera
5

del estado a nivel internacional, pero que al revisar con los ojos un poco más abiertos y
teniendo en cuenta a la población, se visualizan intervenciones montadas por mostrar pero
no para reparar, situación evidenciada claramente en la construcción del pueblo, no
consideramos que haya sido la reconstrucción de Bellavista, primero, porque se dio en un
espacio físico diferente, lejos de la fuente principal de vida, el rio, el cual no solo significa
el medio de sustento, sino la vía de acceso, el lugar de donde toman el agua para su
subsistencia, lavar la ropa, organizar la casa, entre otras, un lugar de diversión para toda la
población, entre otros tanto significados de este afluente para la población Bojayaseña;
segundo, porque las viviendas, si, están construidas en ladrillo y cemento, pero continúan
con deficiencia para el acceso de servicios básicos como el agua, alcantarillado y energía
eléctrica, y no mejoraron la condiciones de habitalidad que prometían con el proyecto,
sintiéndose nuevamente burlados e instrumentalizados, negando la autonomía y libertad de
la población para hacerse dueños de su futuro, de la forma en que quieren ser reparados, de
la manera en que quieren ritualizar la muerte y la vida, entre otras.

Ante el enfoque diferencial, se evidencia, según los textos analizados, y la


experiencia laboral y personal de una de las autoras de este escrito, consideramos que las
intervenciones psicosociales se debieron orientar no solo de manera colectiva, sino tener en
cuenta los efectos de ese hecho victimizante en los niños, niñas, adolescentes, mujeres,
adultos mayores y hombres, teniendo en cuenta que cada uno de estos grupos poblaciones
vivenció el hecho, significó la experiencia y sus consecuencias de manera diferente,
enfocando las intervenciones en cohesionarse y a sentir apoyo entre sus pares, con acciones
culturales como las emprendidas como los grupos artísticos y los grupos de mujeres como
las bordadoras, que sin bien, no surgieron tras el 2002, surgieron para subsistir en medio del
conflicto como expresión de sus dolores, angustias, perdidas, reconfortándose unos a otros
y reparándose por sus propios medios, desde allí, desde la esencia de sus costumbres y
cosmovisión se debían haber plateados las intervenciones.

Al analizar esta experiencia en el marco del enfoque de derechos desde los modelos
de intervención psicosocial, se tiene que
Reconocer el papel activo de las víctimas como ciudadanos titulares de derechos
consagrados tanto en la normatividad nacional como en las diferentes disposiciones
6

que ha suscrito Colombia a nivel internacional en materia de derechos humanos. En


este sentido es preciso reconocer, que la afectación de su integridad personal y vida
en relación se ha propiciado como consecuencia de la vulneración que se han
cometido en contra de sus derechos. (Marín, 2015, p. 26).

Así mismo dentro de este enfoque encontramos específicamente los de “Derechos


de la justicia, la verdad y la reparación, pues tienen una repercusión directa en la mitigación
de los impactos y daños producciones por las violaciones a los derechos humanos”. (Marín,
2015, p. 26).

De esta manera se realiza un análisis crítico el cual se inicia con el derecho a la


justicia viéndose rezagado en este hecho violento (masacre de Bojayá) donde condenaron a
guerrilleros de las FARC, pero se dejó a un lado los paramilitares que estuvieron
involucrados, dejando observar la impunidad para este grupo al margen de la ley y por ende
sin responsabilizarse por todo el daño emocional, psicológico y económico, ocasionando a
la población en general una incredulidad por parte de estas instituciones.

Hilamos este análisis con el derecho a la verdad, donde en esta masacre se visibiliza
en la importancia de conocer su propia historia, realizar relatos fidedignos de los hechos
acontecidos y tener memoria de los mismos, lo cual permite establecer las
responsabilidades de los actores involucrados, donde el proceso de reconocimiento de las
víctimas fue muy lento lo cual hizo que las personas afectadas estuvieran por mucho tiempo
lesionadas y doblemente victimizadas.

Por último, tenemos la reparación, la cual desde el punto de vista en esta masacre
estuvo totalmente desenfocada desde lo psicosocial, económico, espiritual y de
construcción del pueblo de Bojayá, ya que las acciones fueron desligadas sin procesos
continuos, sin sentido y poca coherencia con la cultura, ritos, creencias y tejido social que
la comunidad necesitaba en ese momento y posteriormente, dejando a las personas sin la
reparación del daño y posiblemente con mayores afectaciones. Por otro lado, la reparación
económica fue tardía y poca, sin embargo, lo que realmente se dio de manera más efectiva
7

fue la reconstrucción del pueblo que se realizó con el afán de evidenciar efectividad del
gobierno en ese momento dejando a un lado todos los significados de cada una de las
construcciones que el pueblo tenía y necesitaba.
Para concluir este análisis se observa que los derechos de las víctimas de esta
masacre fueron reparadas de manera inadecuada acomodando todo al beneficio del estado
colombiano y las instituciones que en ese momento estuvieron presentes, donde la
comunidad desde sus recursos disponibles y las acciones que se dieron en ese momento
interiorizaron y conectaron lo que pensaban, decían y hacían, fue lo que los hizo resilientes
para seguir en la construcción de su proyecto de vida desde lo individual, familiar y
comunitario, haciendo una reconstrucción y reparación en sus procesos psicosociales lo
cual hizo que se reinventaran para seguir adelante, construyendo su identidad e
identificándose como sujetos sociales.

ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE LAS ACCIONES


DESARROLLADAS EN BOJAYÁ Y SUS POSIBLES CONSECUENCIAS A
LARGO PLAZO.

Las acciones desarrolladas en Bojayá, especialmente Bellavista lugar donde se


desarrolló la masacre por parte de los enfrentamientos entre las FARC, y los grupos
paramilitares, en donde murieron aproximadamente 119 personas, y dejo con secuelas
físicas y psicológicas más de 100 personas, demostró el abandono que se tiene por parte del
estado de estos lugares alejados de las principales regiones de Colombia. En un templo
donde se alojaban, casi 300 personas que huían del combate que se presentaba desde hace
varios días entre estos grupos, y que, a pesar de las advertencias por parte de la defensoría,
no se logró actuar a tiempo por parte del estado para tener un control de la región, para
haber prevenido esta masacre. A pesar del tiempo en muchos de sus habitantes persiste el
dolor, la impotencia, la decepción y el olvido que dejo la pérdida de sus seres queridos, sus
viviendas y su mismo pueblo. Considerando que uno de los más graves e inconcebibles
episodios fue que estos grupos al margen de la ley usaran a la población civil como escudo
humano para protegerse en su enfrentamiento, constituye una grave infracción de la
normatividad del Derecho Internacional Humanitario.
8

En cuanto a las acciones positivas, la mayoría se han dado dentro de la misma


comunidad y de la comunidad religiosa, como la iglesia de Quibdó, que, mediante la
música, el teatro se logra generar unos avances importantes para expresar aquellos temores,
angustias y traumas para superar aquellas vivencias que se presentaron ese fatídico día. El
acompañamiento también de grupos de danzas, que nuevamente resurgieron para no dejar
olvidar aquellos que murieron en la masacre, cada año recordando mediante misas y una
programación cultural. Otra de las acciones que se desarrollaron fue la del centro de
memoria histórica que realizó los talleres en donde las personas sobrevivientes de la
masacre lograron hacer una catarsis de todo aquellos que se vivencio, expresaron sus
temores y su dolor por los seres queridos y el abandono por parte de las instituciones
públicas estatales para superar estos hechos traumáticos que no solo le quito a los seres
querido, sino también la esperanza de vivir. Las acciones que representa el estado como el
cambio de lugar del caserío, trajo consigo oportunidades para que la población pudiera
rehacer hacia una nueva vida y dejara atrás aquellos por lo que pasaron, esa es una
discusión en la que se encuentran sus pobladores, especialmente los jóvenes quienes desean
superar ese duelo, mientras que algunos de sus habitantes antiguos, permanecen en la
necesidad de seguir recordando a sus víctimas.

Aunque no se puede desconocer que el estado Colombio y agencias internaciones han


querido sumar esfuerzos con el fin de mitigar este impacto y reparar de manera integral a
las víctimas que dejo la masacre dando respuesta a los estándares internacionales. Como
primera medida consideramos que a pesar de los buenos propósitos (proyectos, obras y
acciones) que todos quisieron ofrecer se dieron de forma descoordinada y
descontextualizada lo cual generó en la comunidad un amplio debate sobre sus impactos y
alcances sociales y culturales. Grandes proyectos y acciones gubernamentales de
reubicación de la población no son suficientes para los procesos de reparación integral a las
víctimas. Esta reparación integral no debe concentrarse únicamente en los aspectos
económicos e individuales. Dicha reparación debe asumirse como un proceso integral que
favorezca la reconstrucción de los proyectos de vida de las personas y comunidades
afectadas, reconociendo sus particularidades étnicas “multiculturalidad” y permita la
transformación progresiva de las condiciones estructurales de la exclusión y desprotección
9

a las cuales han sido sometidas las personas afectadas través de la historia (Centro Nacional
de Memoria Histórica 2010).

A la fecha no han sido suficiente los esfuerzos entregados a esta población para que les
permita continuar con una calidad de vida adecuada, muchos de ellos por el mismo
desplazamiento forzado al que le fue obligado migraron y aún continúan en asentamientos
de las grandes ciudades del país en condiciones de vulnerabilidad donde tal vez solo exista
el perdón y el olvido.

Por otro lado, es válido afirmar que hoy en día no se ha logrado imponer una condena a
quienes fueron los responsables y si existe una complicidad por parte de los militares en
apoyo a los grupos de autodefensas que en ese tiempo se encontraban en combates con la
guerrilla y la no intervención de la fuerza pública para tomar control de la situación. No
obstante, la eficacia de las acciones de justicia se ha visto opacadas por la poca atención
que han recibido los demás responsables del hecho, especialmente los paramilitares y los
funcionarios públicos implicados, frente a los cuales la justicia a un no ha operado o ha sido
ineficiente.

Por estos aspectos mencionados anteriormente se siente la impunidad y la falta de


reparación en términos de integralidad que tanto ha clamado la población de Bojayá. Si
bien es cierto uno de los aspectos esenciales de dicha reparación integral es logar la tan
anhelada reconciliación y el perdón en congruencia como lo menciona Villa, Tejada, Téllez
y Sánchez (2007) donde expresan:

El proceso de construcción de la paz deberá estar arraigado en las realidades


subjetivas que implican la vivencia de la gente, las relaciones cotidianas, las
necesidades sentidas por quienes se han visto afectados directa o indirectamente; es
decir, un trabajo de base que tenga en cuenta la reconciliación como horizonte hacia
la construcción de la paz. Galtung (1998) afirma que, si se desarrolla un buen
proceso de reconciliación, las partes adelantarán con mayor eficacia los procesos de
reconstrucción y resolución. Para ello, se deberán crear espacios que posibiliten la
negociación entre actores políticos y armados, y que abran al mismo tiempo la
posibilidad a la sociedad civil, e incluso a estos actores, para que el conflicto pueda
ser manejado en un horizonte de reconciliación con empatía, no violencia y
10

creatividad, que integra elementos fundamentales como la verdad y la justicia.


(P.20)

Teniendo en cuenta estos aspectos es importante reconocer que un proceso de reparación


integral a las víctimas del conflicto armado colombiano es arduo por el número de las
mismas, pero no imposible. El trabajo coordinado y entrelazado puede dar grandes
resultados, así mismo los procesos de intervención deben ser bien formulados y
estructurados para que su aplicabilidad de grandes resultados de trasformación tangibles en
la reconstrucción de lo que comprende el tejido social de una población vulnerable que por
años ha sido excluida y marginada.

Los aspectos positivos que se resaltan en este documento, tienen a largo plazo
beneficios, ya que en primer lugar se debe entender la cosmovisión de sus propios
habitantes y de lo que quieren para establecer un proyecto de vida colectivo que le permita
a la comunidad superar esos obstáculos emocionales e históricos que los sumerge en la
desolación y el abandono por parte del estado. El propósito e intencionalidad radica en que
es necesario que la misma población victima asuma lo que desea teniendo en cuenta su
saberes, traiciones y cultura, antes de imponerla, y en base a estrategias centralizadas y no
desde la víctima.

Por otro lado, las consecuencias negativas plasmadas anteriormente, a largo plazo
pueden generar pérdida de oportunidades para alcanzar las metas que se pretendían logar,
que a su vez podría generar una asignación inadecuada de los recursos que se dispusieron
para ello, sumado a ello es importante contar con los recueros necesarios para su completa
ejecución y seguimiento. Un proceso de intervención mal estructurado nos daría como
resultado un grupo de victimas medianamente atendidas y en el olvido.
11

Referencias bibliográficas

Centro Nacional de Memoria Histórica (2010). Bojayá: La guerra sin límites. Colombia.
Edición semana. Recuperado de: https://uniclaretiana.edu.co/didmm/cursos2016
/posgrado/esp-gestion-procesos-psicosociales/modelos-intervencion-
psicosocial/docs/s3r1-bojaya.pdf

J, Villa. C, Tejada, A, Téllez. N, Sánchez (2007). Nombrar lo innombrable Reconciliación


desde la Perspectiva de las Victimas. Primera edición del programa para la paz.
Recuperado de: https://uniclaretiana.edu.co/didmm/cursos2016/posgrado/esp-
gestion-procesos-psicosociales/modelos-intervencion-psicosocial/docs/s4r2-
nombrar-lo-innombrable.pdf

Marín, V. (2015). Guía didáctica modelos de intervención psicosocial. Uniclaretiana

También podría gustarte