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Desnutrición y retraso mental

Existe una relación compleja entre estos conceptos, ya que se correlaciona la ingesta
insuficiente de nutrientes con deficiencias cognitivas definitivas. A la ingesta
insuficiente suelen sumarse factores como pobreza, falta de estímulos, condiciones de
vida precarias, etc.

Esta pertenencia socio-cultural del niño suele determinar de por sí el fracaso escolar.
Esta condición de vida no genera retrasos mentales, pero sí pseudo-retrasos, que el
sistema escolar no suele cancelar y termina rotulándolo como “Retraso mental de
causa socioambiental”. Este término denota un criterio etnocentrista de la inteligencia y
el aprendizaje, generando que el niño fracase o sea expulsado del sistema escolar.
Así, se cierra el círculo vicioso de: pobreza – falta de educación – falta de
oportunidades – desocupación – permanencia en la pobreza.

Por otro lado, en cuanto a los componentes emocionales, el lactante desnutrido suele
tender desde temprano a la pasividad, de esta forma genera menor interacción con la
madre. Esta alteración de la comunicación en la diada conlleva a retrasos del
desarrollo.

La relación ingesta insuficiente – dificultades de aprendizaje – retraso mental se puede


ver en 3 situaciones distintas.

- El hambre en la escuela. Este genera alteraciones conductuales, atencionales


y motivacionales que interfieren con la incorporación de la información. Cuando
el hambre es de pocas horas, el niño tiene una actitud irritable y de inquietud;
cuando el hambre es de días, el niño se presenta indiferente, deprimido.
No hay RM ni daño neurológico. (La posición de la escuela pasa a ser
asistencial, ej. Planes de comedores escolares)
- Desnutrición crónica y leve. Debido a deficiencias atencionales, perceptuales,
de memoria y de ejecución, estos niños fracasan en al aprendizaje. Lo que
sucede es que el organismo realiza una redistribución de las pocas calorías
orientándolas a funciones vitales significativas.
No hay daño neurológico, los sistemas cognitivos se mantienen correctamente;
se debe combinar programas de nutrición y de estimulación.
- Desnutrición severa de los lactantes. Una desnutrición ocurrida en los últimos
momentos del embarazo y en los primeros meses del lactante, puede interferir
en el desarrollo de la neuroglia, afectando en forma definitiva las capacidades
intelectuales. Para que esto suceda, la desnutrición debe ser intensa, sostenida
y padecida.

Por otro lado, se demuestra que anemias importantes en los primeros años de vida
pueden conducir a retrasos del desarrollo no compensables posteriormente.

Prevalencia en retraso mental

Según el autor, la prevalencia total de RM en Argentina es de 1.07%.


La Encuesta Nacional sobre Discapacidad (ENDI) realizada entre 2001 y 2003,
determinó que existen alrededor de 2.200.000 personas con discapacidad.
Referido a los cuadros graves de retraso mental, la cifra se mantuvo entre un 2.3 y un
4.5 por mil.

Sistemas de clasificación del retraso mental

Las categorías diagnósticas (como el RM) implican criterios de inclusión y exclusión de


los individuos.
Existen tres sistemas de clasificación: el DSM IV; de la OMS el CIE 10 y el AAMR.
Estos tres sistemas comparten tres criterios de inclusión:
- El de la capacidad intelectual: realiza una correlación de la edad mental con la
edad cronológica.
Esto se expresa en un cociente intelectual (CI). La AAMR considera RM con un
CI por debajo de 70-75; el DSM IV por debajo de 70.
Según el CI se obtienen niveles de retraso: leve, moderado, grave y profundo.
La tendencia actual es incluir 2 niveles: RM severo (CI por debajo de 50) y RM
leve (CI entre 50 y 70).
Estas pruebas de nivel intelectual suelen ser criticadas ya que obvian
características culturales y situaciones emocionales.
- El de las habilidades adaptativas: el RM implica un aspecto individual de
restricción de capacidades, pero también un aspecto social que determina si
con esas limitaciones el individuo puede funcionar adecuadamente en una
determinada sociedad. Lo social y cultural está incluido en el apartado de
habilidades adaptativas.
- El de la edad de instalación: Es difícil determinar hasta qué edad se desarrolla
la inteligencia; de todas formas, una no adquisición o pérdida de habilidades
intelectuales antes de los 18 años permite la inclusión del individuo en la
categoría de RM. Después de los 18, hablamos de demencia o pérdida de
facultades intelectuales.
Es importante conocer los factores de riesgo que afectan a las poblaciones más
vulnerables, para poder pensar estrategias de prevención tanto primaria como
secundaria.

Capítulo 5
Un modelo de evaluación psicológica del retraso mental desde la producción
cognitiva simbólica

La evaluación psicológica
Es una de las funciones esenciales del psicólogo. Este utiliza determinadas técnicas e
instrumentos que dan distintos indicadores que permitirán llegar a un diagnóstico.
Para esta evaluación se parte del postulado teórico-clínico según el cual el aprendizaje
está determinado por una disponibilidad psíquica del sujeto, ligada a su historia
libidinal. Se deben considerar 2 aspectos esenciales: el peso de lo biológico y el
impacto que la discapacidad produce en los padres. Esto incidirá en los aspectos
constitutivos del hijo.

Concepción teórica de producción cognitivo-simbólica


La producción cognitiva se refiere al desarrollo de los procesos de conocimientos,
ligados a la aparición del pensamiento.
Antes de la aparición del pensamiento, en el sujeto existe un universo simbólico que lo
precede, accede a este a través de un proceso de organización y complejización de
las representaciones de su estructuración psíquica.
La constitución del pensamiento supone la posibilidad de nominar y significar a los
objetos de acuerdo con la estructuración subjetiva. El sujeto interpreta la realidad
“objetiva” de acuerdo con su propia síntesis histórica libidinal.
La producción cognitiva se refiere a los modos particulares de apropiación del
conocimiento, expresado a través de su producción simbólica. La simbolización se
refiere a la construcción de objetividades, mediatizada por la actividad del
pensamiento que se exterioriza a través de las producciones discursivas, gráficas,
expresivas de un sujeto.

En el sujeto con retraso mental, la posibilidad de simbolización está limitada. Aun así,
su análisis permite rescatar al sujeto en su expresión.

Técnicas de evaluación psicológica y análisis


A través de determinadas técnicas se busca comprender la trama histórico libidinal
donde se inscribe el sujeto y cómo esto se ve reflejado en su producción gráfico-
cognitiva y en su capacidad adaptativa.
Técnicas de evaluación psicológica:
- Entrevista psicológica a padres (de tipo semidirigida)
- Técnicas psicológicas a niños y adolescentes:
• Dibujo de la figura humana (DFH)
• Test Gestáltico Visomotor (Bender)
• Escala de Inteligencia Weschler para niños y adolescentes (WISC-III)
Estas técnicas se realizan en forma individual y en distintas sesiones de trabajo.

Entrevista psicológica: análisis discursivo


Su objetivo es aproximarnos a la realidad psíquica a partir de los enunciados
discursivos del sujeto. Esta está compuesta por preguntas abiertas y cerradas.
En las mismas se trata de profundizar en la historia de vida del sujeto. En este relato
surgen a la conciencia recuerdos “encubridores” ligados a sus propias inscripciones
inconscientes.
Al escuchar los discursos de los padres, se sigue la línea de significación y asociación
en aquello que dicen, cómo lo dicen, lo que callan, las reiteraciones temáticas, las
analogías y contradicciones del discurso, las formaciones del inconsciente (lapsus,
olvidos, etc.)
Análisis de entrevistas
Se sustenta en una metodología cualitativa, con una lectura hermenéutica-
psicoanalítica.
Esta lectura permite la elaboración de hipótesis acerca de la trama libidinal y
narcisística del niño/adolescente con retraso mental y su singular constitución psíquica
con relación al Otro.
También se brinda información sobre la conducta adaptativa del sujeto con RM.

- Pautas y adquisiciones del desarrollo


1) Alimentación
Lactancia
a. Natural: restringida, hasta 3 meses
Media: de 3 a 12 meses
Prolongada: 12 meses o más
b. Artificial
2) Control esfinteriano
a. Anticipado: 9 a 15 meses
b. Normal: 15 a 30 meses
c. Tardío: 31 meses en adelante
3) Marcha
a. Anticipada: antes del año
b. Normal: 12 a 18 meses
c. Tardía: 18 meses en adelante
4) Lenguaje
a. Anticipado: anterior a los 24 meses
b. Normal: 24 a 36 meses
c. Tardío: 36 meses en adelante

- Habilidades adaptativas
1) Comunicación 6) Autorregulación
2) Cuidado personal 7) Salud y seguridad
3) Habilidades de vida en el 8) Habilidades académicas
hogar funcionales
4) Habilidades sociales 9) Ocio
5) Utilización de la comunidad 10) Trabajo

Análisis de la producción cognitivo-simbólica del niño/adolescente con retraso mental

El dibujo de la Figura Humana (DFH)

Es un test gráfico de sencilla administración, aporta datos acerca de la capacidad


intelectual de un sujeto y de aspectos proyectivos vinculados con la imagen del propio
cuerpo.
El grafismo es para el niño un vehículo de expresión.

El análisis del DFH incluye 2 tipos de signos objetivos:

a) Los ítems evolutivos relacionados con la edad y el nivel madurativo del sujeto.
b) Los indicadores emocionales vinculados con sus actitudes y preocupaciones.

a) Ítem evolutivos
Se relacionan con la edad y maduración del niño. Éstos nos brindarán una
aproximación a la maduración del sujeto.
Los resultados fueron ordenados en 4 categorías de frecuencia:
1) Ítem esperados, 2) ítem comunes, 3) ítem bastante comunes, 4) ítem
excepcionales.
b) Esquema corporal e imagen del cuerpo
Según Dolto, las producciones gráficas (dibujo), plásticas (moldeado),
representan fantasmas de origen inconsciente, descifrables a partir de las
verbalizaciones del sujeto.
La imagen del cuerpo no pertenece sólo al registro imaginario, sino también al
registro simbólico, signo de una estructura libidinal puesta en escena a partir de
esa verbalización.
Las afecciones orgánicas precoces pueden provocar trastornos en el esquema
corporal y eso se debe a la interrupción o falta de las relaciones del lenguaje.
Dolto planteó la hipótesis sobre posibles alteraciones en la estructuración de la
imagen corporal en un sujeto con discapacidad debido a que las figuras
parentales no responden del modo esperado, sino que se comunican con el
sujeto cuerpo a cuerpo, abandonando así su humanización.

El esquema corporal no debe confundirse con la imagen del cuerpo.


El esquema corporal se refiere al cuerpo actual, es evolutivo en el tiempo y en
el espacio; puede ser independiente del lenguaje.
La imagen corporal es propia de cada sujeto y está ligada a su historia, a sus
experiencias emocionales.

c) Retraso en la construcción del esquema corporal


Maistres establece que el descubrimiento del propio cuerpo es la primera etapa
en el proceso de representación del Yo.
La conciencia del propio cuerpo, permite que el sujeto se ubique en el espacio
y a partir del cuerpo ubique los puntos de referencia que ordenan la acción.
Los mismos se oponen en pares: alto-bajo, delante-detrás, derecha-izquierda.

Los objetos del mundo se construyen según el esquema corporal. El deficiente


mental no posee este sistema de coordenadas porque no lo ha establecido en
su esquema corporal y no puede aplicarlo a los objetos externos. Se puede
observar en 2 casos:
1) El niño que siente su cuerpo como un todo, pero no puede situar con
exactitud sus partes.
2) Los niños que pueden reconocer los puntos de referencia pero no pueden
servirse de ellos para estructurar los objetos.
El problema del deficiente mental radica en la desestructuración de la imagen
del cuerpo.

2 adolescentes con Síndrome de Down y retraso mental de grado moderado:


Paulina de 14 años y Analía de 15 años.

- Paulina es la segunda hija de 3 hermanas. A pesar de su discapacidad, los


padres pudieron ejercer sus funciones y acogerla como producto propio.
Es una adolescente comunicativa y sociable. En su producción gráfica muestra
una imagen unificada del cuerpo con cierta identificación masculina y con
diferenciación simbólica “River vs Boca”.
De acuerdo con los ítem evolutivos, tiene una edad madurativa de 6 años.

- Analia es la segunda hija de 4 hermanos. Se observa desde el discurso de los


padres, dificultades para aceptar esta hija. Función materna con características
expulsivas y función paterna ausente.
Se muestra con componentes de inhibición y retraimiento. Su producción
gráfica es pobre, tiene una edad madurativa inferior a los 5 años.

Paulina puede expresarse a través del grafismo y verbalizaciones. Analía en cambio


responde con una producción pobre. La diferencia radica en el lugar que se les asignó
desde la estructura familiar y el modo en que fue “aceptada” la discapacidad.
Aquí se produce el cruce entre la historia libidinal de sujeto y su producción gráfica.

El test Gestáltico Visomotor (Bender)

Según Pain, el objetivo de la prueba es medir la adecuación perceptivo-motriz de un


sujeto y las posibles perturbaciones en la reproducción gráfica. A esto Koppitz le
realiza aportes y brinda importantes elementos para el análisis e interpretación:

1) Sistema puntaje error


Brinda datos sobre la madurez visomotora del niño de acuerdo con el número
de errores presentes en la copia de figuras (distorsión de la forma, rotación,
etc)
2) Indicadores emocionales
Aparecen con frecuencia en la producción gráfica del sujeto. Dan cuenta de
perturbaciones emocionales secundarias a la maduración visomotriz; aquellos
niños con problemas visomotores suelen presentar mayor número de
indicadores emocionales.
3) Indicadores de posible compromiso neurológico
Aporta datos significativos sobre posible daño cerebral o disfunción cerebral
mínima; brinda indicios al psicólogo para una interconsulta con el neurólogo.

Paulina obtiene en Bender una maduración visomotriz correspondiente a los 5 años y


11 meses, con indicadores emocionales de presión intensa asociados a agresividad e
impulsividad y orden confuso vinculado a pobre capacidad de organización.
Indicadores significativos de posible organicidad.

Analía obtiene una madurez visomotriz inferior a los 5 años. Presenta indicadores
emocionales que aluden a inhibición y retraimiento, orden confuso y presión intensa.
Indicadores altamente significativos de posible organicidad.

El WISC-III y la evaluación de la inteligencia

a) Las escalas Weschler


Es un instrumento clínico que evalúa la capacidad intelectual de niños de 6
años y adolescentes de 16 y 11 meses. Es individual y tiene varios subtests
que se distribuyen alternadamente en 2 escalas: la Escala Verbal y la Escala
de Ejecución.
Su aplicación e interpretación debe hacerse en un contexto clínico, desde un
abordaje dinámico e integrador.
El análisis del perfil del WISC-III consiste en una interpretación de las distintas
puntuaciones obtenidas por un sujeto y la dispersión existente entre ellas.
Ofrece datos sobre la modalidad o estilo cognitivo de un sujeto, mostrando que
pueden existir distintas potencialidades cognitivas con aspectos débiles y
fuertes.
b) La evaluación de los procesos cognitivos del niño y adolescente con retraso
mental
El análisis del WISC-III brinda elementos sobre la producción cognitivo-
simbólica del niño y adolescente con retraso mental.
En cuanto a la evaluación de los procesos cognitivos, es necesario un abordaje
clínico que contemple el funcionamiento general del sujeto, las características
motivaciones y la personalidad en el contexto sociocultural al que pertenece.
La utilización de las escalas Weschler da información sobre el nivel intelectual
del sujeto mediante una medida (el CI). Es importante un análisis clínico, ya
que contempla la estructura de personalidad del sujeto y cómo se enlaza
dialécticamente con los procesos cognitivos y la capacidad intelectual general.
WISC-III es una escala idónea para evaluar sujetos entre 70 y 130 de CI. Un
valor de 69 o por debajo equivale a la categoría de deficiente (intelectualmente
bajo) pero no diagnóstico definitivo de RM.
Las consignas de WISC-III están expresadas en términos abstractos y su
comprensión forma parte del propio test. Una característica del
niño/adolescente con RM es la imposibilidad de acceder a las estructuras
lógico-abstractas del pensamiento, es decir dificultades en la comprensión y
elucidación de las consignas.
La aplicación del WISC-III a un niño/adolescente con RM permite
constatar si su CI está por debajo de la media, pero es necesario un
análisis cualitativo del protocolo (análisis clínico integral)

En el caso de Paulina su CI es de 40, al igual que Analía. Ambas bridan


respuestas de tipo concreto, con dificultades en comprensión de consignas. La
diferencia radica en la actitud frente a la prueba: Paulina responde a las
preguntas desde sus posibilidades; Analía se anula diciendo “no sé”.

Este modelo de evaluación psicológica permite realizar un análisis del sujeto


con RM desde los aspectos cognitivos y adaptativos, intentando rescatar la
capacidad de simbolización.

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