JEIMMY ALEXANDRA MONTES OSPINA MARIA DEL MAR MONTENEGRO MAFLA
TRABAJO PRESENTADO AL PROFESOR:
JORGE ISAAC ORTIZ ARBELOA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
CAFÉS Y TERTULIAS LITERARIAS EN EL MEDIO SIGLO COLOMBIANO BOGOTÁ, MEDELLÍN Y BARRANQUILLA MEDELLÍN 2016 BIOGRAFÍA DÉBORA ARANGO María Débora Elisa Arango Pérez nacida el 11 de noviembre de 1907 en la casa familiar de la plazuela de san ignacio en la ciudad de medellín, colombia. es una de las más grandes artistas, pintoras y críticas del país. Hija de Cástor Gómez y Elvira Pérez, nacida como octava hermana de un total de catorce descendientes de los cuales dos fallecieron muy pequeños, bautizada el 18 de noviembre en la iglesia de San José en la ciudad de Medellín. Débora ingreso hacia los siete años en el colegio infantil de los Isazas, una institución privada cerca de la residencia familiar de San Ignacio, sobre la carrera el Palo. Fue apodada “Rufa” cuando era pequeña gracias a su abuela paterna, llamada Rufina Diez (mama Rufina), con quien decían tenía un gran parecido gracias a su baja estatura y contextura delgada. En 1918 a muy temprana edad contrajo paludismo, enfermedad que la acosaría por más de un lustro, creándose dificultades escolares y un obligado distanciamiento de sus padres por recomendaciones médicas. El tratamiento inicial para la pequeña Débora fue un bebedizo de un sabor fuerte y amargo que sirvió de muy poco, por lo que por recomendaciones médicas se decidió mandarla a “temperar”, temiendo una muerte prematura de la pequeña, por lo que la enviaron a Casablanca con sus abuelos paternos en envigado. seguidamente convivió con Zoila, una tía casada sin hijos, muy bonita fisicamente aunque de baja estatura lo que ocasionó mucha simpatía en Débora. Luego viajó a Sabaneta para estar un tiempo con la familia de Samuel Echavarría, futuro esposo de una de sus hermanas, posteriormente estuvo con su tío Hipólito, hermano de su padre, pero periódicamente volvía donde su abuela paterna. Finalmente fue acogida por su hermana Carina en el municipio de La Estrella en un casa campestre donde aprendió muchas de sus aficiones como montar a caballo y además el aire fresco y de campo le sirvió mucho para su enfermedad, allí siguió sus estudios durante dos años en el colegio la presentación, donde se rumoraba asistía descalza. Después de 2 años en 1920 regresó a la ciudad de Medellín ya que en el municipio no había una institución educativa para sus primos varones, por lo cual volvió con sus padres. Ingreso al colegio de María Auxiliadora, dirigido por monjas salesianas, escogido por la cercanía a su lugar de vivienda. Desde esta edad empezó a formar su pensamiento que en un futuro forjaría sus obras, donde al ver como en el colegio donde estudiaba a las mujeres se les daba un trato diferente, dándoles materias más orientadas al hogar o a labores domésticas donde de alguna manera se subyugaba a las mujeres, además de ver un su vida diaria maltratos a mujeres como los dados por la policía a mujeres de cantinas donde literalmente eran golpeadas y llevadas por los pelos a un carro de bestias, cosas como estas que según ella a una relativa corta edad no era de hombres sino de bestias por lo que desde esta pequeña edad adquirió un sentido por la injusticia y desigualdad ante las mujeres. Como ya se había dicho en el colegio de las madres salesianas aprendió una gran cantidad artes manuales como pintura, bordado y tejido, artes que después le servirían para su gran variada obra y uno de los hechos más importantes en la vida de Débora fue tener de maestra de arte a la hermana italiana María Rabaccia quien descubrió sus habilidades artísticas e intento desarrollarlas. El ciclo con las salesianas duró algo más de seis años donde compartió mucho con la hermana italiana a quien acompañaba mucho en sus tardes libres y siguió formando en las artes de la pintura. De sus 2 años de preparatoria para acabar su vida escolar se puede decir que acabó uno y dejó el otro inconcluso por su complicado estado de salud, motivo por el que se sentía atrasada en su pensum académico. Las religiosas al ver su delicado estado le otorgaron un permiso para no tener una carga tan pesada sino dedicarse a lo que más le gustaba que era la pintura y las artes manuales por lo que tuvo a su disposición un taller con óleos y demás y donde hizo unas muy buenas obras, algunas de las cuales aún se conservan. Durante su época hizo sobre todo 2 obras muy conocidas, “el guineo” y “rosas blancas” que fueron hechas seguramente bajo la supervisión de la hermana italiana. Después de esto y de ir superando su enfermedad poco a poco y también la muerte de su madre, llegó a la casa del maestro en pintura Eladio Vélez en el barrio Boston con el propósito de estudiar pintura sumándose a un pequeño grupo de alumnos que ya recibían la dirección del artista. Con Eladio estudio cerca de dos años, cuando este fue nombrado profesor en el “Instituto de Bellas artes”, Débora se matriculó como su alumna, donde sus estudios se centraron sobre todo en el dibujo y la acuarela con incursiones en el óleo. Entre sus más importantes retratos de la época cabe mencionar tres: “Retrato de mi padre”, “Retrato de mi madre”, “La merienda”. Cabe anotar además que de esta primera época artística el retrato más importante que hizo se titula “Retrato de Eladio Perez”. Una anécdota de este período es que a finales de todos los años el instituto hacía una exposición y premiaba a quien se consideraba el mejor de ese año, el premio se lo ganó otra alumna mientras todos alegaban debía ser Debora la ganadora, se dice que es porque el maestro Eladio estaba enamorado de dicha alumna. De este período se observó el gusto de Débora por pintar escenas más reales y callejeras, encantándole por ejemplo la vida urbana de Medellín como fuente de inspiración, lo que iba en contra de tradicionalismo de el maestro Eladio, por lo que decidió retirarse del instituto en busca de un nuevo maestro. Su nueva búsqueda de maestros la llevó hasta el mismo Pedro Nel Gómez, el cual tuvo un efecto muy grande en ella, ya que compartía con ella ese ánimo de salirse de lo tradicional y buscar nuevos “horizontes”. Pedro Nel Gómez fue también maestro en el instituto de bellas artes pero debido a las cargas decidió retirarse y dejar su lugar a Eladio Pérez. El maestro Pedro Nel siguió dando clases de manera particular a algunos alumnos. De esta forma fue que Debora llegó con este gran maestro. Con el consiguió perfeccionar sus técnicas en acuarelas y distintos métodos, con frecuencia las alumnas asistirán al hoy llamado Jardín botánico a pintarse entre ellas o conseguir inspiración de la ciudad. Gracias a el maestro, sus alumnas consiguen presentar una exposición en el año de 1937 donde se vieron distintas obras entre ellas las 21 obras presentadas por Debora donde fueron unos de los más aclamados dándoles un lugar privilegiado, la muestra fue aclamado en periódicos y demás y evidenciaba el nuevo estilo de pintura donde se pintaban cosas más reales o paisajes urbanos que era nuevo en la época. Además de ayudar a Debora a ver el estilo que quería también la influenció a pintar su clase de obras más conocidos y que más admiración y al mismo tiempo controversia causaron, los desnudos. El maestro la intruyó en el tema de la pintura humana e intentó enseñarle italiano pues su deseo era verla estudiando y perfeccionándose en Italia.El primer desnudo pintado por Debora se llamó “Cantarina de la rosa”, esta obra fue expuesta en 1939 y después la artista decidió regalarla. Después de este siguió una serie de pinturas o desnudos que apasionaban a la artista y revolucionó la forma de hacerlos y presentarlos como obras con un tamaño considerable. Cosa que llamaba la atención de muchos pero también generó gran debate y un poco de rechazo por sobre todo la iglesia de la época y la sociedad de aquel entonces que para la época era obviamente machista y el espíritu de pintar esta clase de obras era considerado un movimiento feminista que no agradó mucho a ciertas personas. Aun con algunas críticas y desacuerdos de las personas la obra de Debora siguió creciendo y esta a su vez siguió dando exposiciones en la ciudad y siendo reconocida como una gran artista por la calidad de sus obra y por el nuevo estilo estaba usando trascendiendo en lo ya hecho. Después de muchos años pintando en la década del 40 transcurridos los eventos de la segunda guerra mundial, decidió emprender un viaje a México donde su principal objetivo era el de estudiar muralismo y seguir perfeccionando su técnica pero sin dejar a un lado el estilo que la había caracterizado. Estuvo un tiempo allá y después regresó al país donde decidió dar una nueva exposición en el año 1948, donde mostró sus nuevas obras, por supuesto con su tradicional estilo, entre ellas los “desnudos” que tanto le apasionaban. Una de las obras titulada “La adolescencia” causó un gran revuelo en toda la sociedad antioqueña por, según ellos, ser una atentado contra los valores morales y la decencia de la sociedad por lo que ella fue muy criticada y casi le cuesta la excomunión de la iglesia católica, además de la censura de parte de la sociedad. Después de esto Debora decidió no presentar más obras, aislandose en su casa sin dejar a un lado la pintura, su gran pasión, y seguir pintando el estilo de obra que ella quería y le nacía hacer.