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Graffitis hispanohablantes

LeDania: Diana Ordóñez, nacida en 1987, también conocida como Ledania, es


una mujer colombiana que se ha consolidado como un importante referente
en el graffiti latinoamericano. Oficialmente lleva el único nombre de Ledania
que deriva de la unión de Leda, la famosa mujer seducida por Zeus en la
mitología griega, y su primer nombre. Actualmente radicado en Bogotá,
Ledania es una de las artistas más destacadas de la escena del graffiti
contemporáneo en Colombia. Además del Street art, también trabaja en
fotografía, diseño gráfico, publicidad, maquillaje artístico, además de
implementar sus temas y motivos en piezas decorativas, ropa y complementos.
Los primeros años de Ledania estuvieron influenciados por la práctica artística
de su padre y la formación artesanal de su madre. Desde niño tuvo un gran
interés por los temas humanísticos y artísticos que exploró en la escuela. En
2004 tuvo la oportunidad de participar en varias exposiciones interescolares y
cuando se graduó del bachillerato, tuvo claro que iba a estudiar Artes. En 2010
se graduó con una maestría en artes visuales y visuales con énfasis en
expresión gráfica de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Después de
graduarse, estaba ansiosa por explorar las múltiples posibilidades de llevar su
arte a diferentes formatos y lenguajes de expresión artística, por lo que se
matriculó en estudios técnicos de diseño web, maquillaje artístico y trabajo
curatorial. Conocido por sus coloridos grafitis que no están específicamente
cargados de simbolismo político o religioso, las obras de Ledania a menudo
tratan temas de positividad y vitalidad. Comenzó a experimentar con vinilos y
acrílicos hasta que descubrió el aerosol, hace siete años, cuando sus pinturas y
bocetos fueron trasladados a las paredes de las calles. Antes de cambiar a
diferentes colores, su trabajo se basó en tonos blanco y negro. Luego comenzó
a usar colores según su estado de ánimo ese día. Cada una de sus obras
figurativas deriva de tres movimientos artísticos distintos; expresionismo,
cubismo y surrealismo. Su principal protagonista de la improvisación son los
animales y los insectos que solo se encuentran en Tasmania. Además, Ledania
incorpora a menudo un sutil simbolismo mitológico, mágico o autobiográfico.
A medida que desarrolla un lenguaje visual reconocible, la mayoría de sus
grafitis se pueden encontrar alrededor de Chapinero, ubicado en el lado norte
de Bogotá, Colombia.
En 2005 realizó su primera exposición en el Museo de Arte
Contemporáneo de Bogotá (MAMBO) y dio su primer acercamiento al mural y
las artes visuales. Su trabajo fue exhibido en 2019 en Street Lynx Bta, una
galería que representa a decenas de artistas de Bogotá.
Saile one: Con 21 años de experiencia en el rojo del arte urbano y, a pesar de
sufrir Leucemia durante los años de vida y recibir un obsequio, Iván Miranda,
planea seguir enriqueciendo las experiencias que ha entregado a los
rociadores, a la calle, a sus amigos y a cruzar fronteras y mares. Pero estaba
consciente del mensaje a transmitir. Trazó sus primeras rayas en el 97 como un
grafitero devoto porque el ambiente lo exigía. Cuando aún no era masivo el
movimiento, aunque ya consolidado, cinco años después que su hermano
Rodrigo, quien lo influenció en el gusto por el arte, la calle e instruyó en el
mundo contemporáneo del rap y tags. Oriundo de la mítica PAC (Pedro Aguirre
Cerda), cerca de la Panamericana Sur y el Museo a Cielo Abierto de Av.
Departamental, Saile One se describe como un joven autodidacta, introvertido
y observador que disfruta los momentos de soledad en su hogar de toda la
infancia donde aún convive con sus papas en el mismo terreno, aunque en otra
morada. “Vivimos separados, pero yo pago todos los gatos comunes y a mi
vieja la ayudo con cosas médicas. Tengo que alivianar le la pega ahora que
están más viejitos y las pensiones no apañan”, declaraba mientras llevaba su
mano al pecho. Al año de vida le diagnosticaron Leucemia Linfoblástica Aguda.
Comenzando allí un largo y tortuoso proceso recuperativo que duró ocho años
y lo encerró en una burbuja. A pesar de ello, a los 13 años vestía pantalones
anchos y se creía el más rapero de todos, porque aprendía rápido las distintas
técnicas del spray. Como su cuerpo se hallaba débil debido a las constantes
intervenciones médicas y largas horas en el hospital, debió entretenerse de
otra forma. Y lo hizo dibujando. Fue allí cuando desarrollo el hemisferio
derecho de su cerebro. Extendiendo sus habilidades artísticas que luego
pondría en práctica con los amigos de su hermano. Quienes, en una
oportunidad, por allá en el año 2000, lo invitaron a viajar en bus a Brasil junto
a otras 45 personas del mismo movimiento. Y partió con el objetivo en mente
de dejar su marca por todas las calles en la ciudad que visitará para luego ser
reconocido y adquirir popularidad en el continente. Trece años después su
esfuerzo rindió frutos, cruzando continentes inclusive. Se encontraba viajando
por París cuando fue invitado a decorar una habitación completa de un edificio
que sería derrumbado y que había quedado un par de meses a la deriva.
Apareciendo, finalmente, en el libro Tour Paris 13 Levenement Street Art.
También trabajó en Dinamarca, participó de un festival en Francia y expuso en
Holanda.

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