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EL INMORTAL ARMANDO VILLEGAS

Por Herbert Cajo Escudero

Ilustre y destacado pintor, escultor, grabador y pedagogo. Armando Villegas


López, el maestro del color, (Pomabamba, Ancash 05.09.1926-Bogotá
29.12.2013); único hijo de la furtiva relación entre el hacendado Alcibíades
Villegas Flórez y la dama de origen campesino María Timotea López
Diestrabazan; quedó huérfano de padre a los cinco años, al n o tener ninguna
ayuda, su madre decide viajar a Lima con su hijo y su nueva pareja el policía
Alejandro Martel. Desde pequeño destacó en el dibujo, recordando siempre a su
primer profesor Carlos Estrada, el pintor de santos, en la escuela primaria 381
del pueblo. “Poco a poco fui creando conciencia de ese entorno artesanal: mi
tía-abuela, tinturera, a la que ayudaba alcanzándole implementos. De allí que
años después me resultara familiar la manipulación de elementos como el barro,
materia casi pútrida que recogía en las acequias para llevar a la abuela”. La pasión
por la mantequilla que el maestro comparte con su gato viene desde que era un
niño y vivía en la hacienda Chinchobamba, Pomabamba, Ancash, Perú. Se
levantaba a las 5 de la mañana para ir a ver el ordeñe y cómo hacían el queso y la mantequilla, que luego le
servían en una bandeja de madera.
En Lima es matriculado en el colegio Nuestra señora de Guadalupe, donde tuvo como profesor de dibujo al
pintor Víctor Mendívil, quien influyó en su formación. Cuando tenía 12 años, fue desahuciado. Fue el primer
paciente del país en sufrir fiebre de Malta, la que superó finalmente.
Culminado sus estudios escolares, contra la oposición de su madre y padrastro, decide postular a la Escuela
Nacional de Bellas Artes de Lima, al cual ingresa y se gradúa como el primero de su clase y promoción. Tenía
un pequeño sueldo más desayuno, almuerzo y comida. Cada año batía el récord en trabajos, era el que más
producía. El director fue el pintor Manuel Ugarte Eléspuru, quien abrió las puertas al arte contemporáneo
de la Escuela, recordando también a su profesor Sérvulo Gutiérrez.
Postuló a una beca de estudios a la escuela de bellas artes de Bogotá. Partió del Perú en 1951 rumbo a Colombia
impulsado por una beca para estudiar pintura mural con el maestro Francisco Guzmán Becerra. Fue el único
alumno, pero pronto sería un pionero del arte figurativo, un maestro del color y, con el tiempo, un puente
cultural entre los dos países. Llegó a Bogotá a finales de los años 50 con una sola maleta –que le había regalado
un amigo- que traía su ropa y un libro de las obras de Da Vinci. Se instaló en la Pensión San Carlos, que
albergaba a los estudiantes de la Universidad Libre. Pagaba 70 pesos mensuales que además de la pieza incluían
un huevo al desayuno. Para ayudarse económicamente comenzó a pintar paisajes, algo que no había hecho
nunca. Tenía un amigo visitador médico que se llevaba sus obras, las vendía y cada viernes le traía 40 o 50 pesos.
1957 Contratado por la Gobernación de Antioquia en Medellín, dicta Taller de Arte
1958 Viaja a Washington invitado por la Unión Panamericana. Expone Escultura y Pintura
1959 Funda el taller de Artesanías Gruta de Arte
1964 Expone en la Galería de Barbizon, París
A finales de los años 60 se fue un tiempo para Europa y estuvo seis meses en París. “Quien no hubiera pasado por
París no podía ser artista. Había que cumplir eso. Y ampliar el conocimiento de los artistas clásicos y los maestros
del Impresionismo y conocer la bohemia”. En esa época, a sus 35 años, conoció a Marc Chagall en una exposición
del artista en una galería. En esa época Chagall tendría unos 80 años.
En 1972, hizo una exposición en Lima, aprovechó su estadía en el país para darse un salto a Pomabamba donde
fue recibido con pompa y fanfarria, fue invitado al colegio Fidel Olivas Escudero, donde dio una charla y donó un
cuadro retrato del libertador Simón Bolívar. No hubo fotos, audios ni vídeos grabados que dieran cuenta de su
visita. Solo el imperecedero recuerdo de algunos alumnos y profesores que cuentan de esa visita inesperada y
sorprendente. Los que asistieron a las ceremonias de recibimiento, no lograron entender quién era el personaje que
tenían en frente.
Nunca más viajó a su tierra. Una vez le preguntaron Qué había hecho por su pueblo? A lo que respondió con
sinceridad, "nada, quizá ponerlo en el mapa". Efectivamente, el desarraigo fue total, porque asumió su arte como
una manifestación general y universal partiendo de lo particular, por eso alcanzó un nivel internacional y se
consolidó como uno de los mejores pintores de sus países Perú y Colombia.
De vuelta en Colombia comenzó a trabajar en la Galería El Callejón, en Bogotá, como ayudante del galerista
Casimiro Eiger, donde ayudaba a buscar jóvenes talentos, como el pintor Carlos Rojas. Escribía pequeñas notas
para los periódicos y las llevaba a La República, El Espectador y El Tiempo. Todos los periodistas lo conocían,
y así fue que conoció a su gran amigo Gabriel García Márquez. Para su primera exposición en la Galería El
Callejón necesitaba alguien importante que le hiciera el discurso de presentación y el dueño de la galería le
sugirió que hablara con Álvaro Mutis, quien le dijo que no tenía tiempo pues debía viajar por motivos de trabajo,
y agregó: “¿Por qué no le pides al periodista costeño este, el periodista ese que trabaja en El Espectador que es
amigo tuyo?” Se refería a García Márquez, quien para dar el discurso se puso corbata y habló en público por
primera vez.
Contrajo primeras nupcias con la escultora Alicia Tafur en 1954 y tuvieron cuatro hijos: Alexandra, Giovanna,
Diego y Ricardo (escultor). Posteriormente nace su hijo pomabambino, Leopoldo.
Fue miembro de la masonería colombiana.
En 1973, lo nombraron consultor de la OEA para realizar un estudio de artesanías en República Dominicana.
En 1990, invitado por la Universidad Dankook, expuso en Seúl y después en Tokio. En Seúl dio una conferencia
a los docentes y estudiantes coreanos quienes le preguntaron sobre la diferencia de la pintura occidental y
oriental; él les respondió que el arte sólo se diferencia por su calidad y no por el material utilizado o por la
variedad de temas. El público lo aplaudió. Un maestro universal sin dejar de ser un andino quechua.
En 1993, recibió la nacionalidad colombiana del entonces primer mandatario, César Gaviria.
El 2012, Google Colombia lo eligió para que creara el doodle conmemorativo del 20 de julio. Una compensación
justa, un reconocimiento a su esfuerzo y su trabajo.
En este mismo año el Congreso peruano le rindió homenaje en la embajada peruana en Bogotá, donde el
congresista Omar Chehade y el embajador Nestor Popolizio ensalzaron su figura y El agradeció, después de
escuchar el discurso en quechua pronunciado por Nancy Vidal Vega, en su condición de presidenta del Centro
Unión Pomabamba.
El 2013, Justo el año en que murió, se convirtió en el primer pintor de la historia nominado a los Premios
Príncipe de Asturias, ganado por el cineasta austríaco Michael Haneke.
Exposiciones: Individuales 43 y colectivas 15, en tres continentes: América, Europa y Asia.
Docente en las universidades de Los Andes: 1958-64; Pontifica Javeriana:1965-66; Nacional de Colombia:1973-
2000). Director de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá.
Gestor cultural: Tuvo la idea de crear, en la Quinta de San Pedro Alejandrino, el Museo de Arte
Contemporáneo Bolivariano de Santa Marta. Con el respaldo del presidente Belisario Betancur convocó a
pintores de Colombia y del mundo. La idea se hizo realidad.
Libros publicados: Armando Villegas: homenaje.
Pedagogía especial del dibujo, Fundación Común Presencia, Bogotá, 2012. “A la memoria de mi profesor
Francisco Guzmán Becerra, maestro en Pedagogía Artística, sin cuyas luces no hubiera sido posible la
cristalización de estas páginas”. Ambos libros se pueden encontrar en Amazon.
Distinciones:
1955 Primera Mención De Honor, Salón Municipalidad de Lima. Primer Premio, Salón Escritores Y Artistas
de Bogotá
1957 Segundo Premio, Concurso Mural Coltejer, Medellín
1958 Segundo Premio, XI Salón Nacional Colombiano, Bogotá
1963 Mención De Honor, XV Salón Nacional Colombiano
1968 Mención De Honor, I Bienal De Quito, Ecuador
1973 Recibe el cargo de Cancillería Peruana, para servir como Agregado Cultural Adhonorem a La Embajada
del Perú en Colombia
Consejero Cultural, Caballero, Gran Oficial Y Gran Cruz De La Orden “Al Mérito por Servicios Distinguidos”
del Perú.
Comendador de la Orden de San Carlos, Colombia.
Museos Y Colecciones Particulares:
· Unión Panamericana, Instituto de Arte de Chicago.
· The Branif International Airways.
· Museo de Arte Moderno de Bogotá.
· Museo La Tertulia, Cali.
· Colección Siglo XX, Coltejer, Medellín
· Museo de Zea, Medellín
· Museo de Arte Moderno, Boston
· Universidad de Texas en Austin
· Colección Gunnar Lathe, Río de Janeiro
· Colección Aurelio Montoya, Lima
· Colección Seguros Skandia, Bogotá.
· Colección Palacio Presidencial de Miraflores, Caracas
· Desde 1990 Colección Edificio de las Naciones Unidas, Nueva York.
Su creación artística abarca el realismo fantástico y el realismo mágico. En las etapas del abstraccionismo, la
creación geométrica y figurativa. Sus guerreros de paz nos cuentan las historias de nuestra América mestiza. Sus
santos cristianos con rostros indígenas nos parecen más cercanos. Los animales como el zorro, el picaflor, el
zorzal, el sapo, el puma y la lagartija nos narran sucesos épicos, líricos y cómicos como en los relatos andinos.
Los vegetales y toda la naturaleza también nos cuentan con códigos de colores y formas.
A Perú llega sólo por exposiciones o por visitas familiares. Sin embargo, dos cuadros suyos adornan dos
importantes lugares de Lima: Túpac Amaru en el Palacio de Gobierno y Santa Rosa en la Cancillería. Su cuadro
Bolívar también está en el Palacio de Gobierno en Caracas.
Con toda justicia, es reconocido como parte del grupo emblemático en el arte colombiano que transformaron
para hacer el Arte Moderno: Eduardo Ramírez Villamizar, Fernando Botero, Enrique Grau, Alejandro Obregón
y Guillermo Wiedemann y Armando Villegas.
Fue quechuahablante, reciclador y cachivachero. “Siempre estoy en la búsqueda de cosas que me conmuevan,
que llenen esa necesidad interior de expresarme”. “Todos los días investigo, hago cosas, no puedo acostarme
un día sin haber hecho algo”. Lo ha hecho todo en el arte.
Su taller permanece intacto en la que fue su casa durante los últimos 37 años. Un oasis al norte de Bogotá que
diseñó junto con Sonia Guerrero, se segunda esposa, en el que crecieron sus hijos Daniel y Andrea, sus gatos
aprendieron a disfrutar del jazz y sus seguidores y amigos visitaron con frecuencia para verlo crear frente a un
bastidor con la tela manchada y escucharlo hablar del arte, del mundo, de la vida.
Daniel Villegas Guerrero, concentra esfuerzos en echar a andar la Fundación Armando Villegas que el
maestro alcanzó a constituir y a través de la cual esperan ganarles la pelea a los falsificadores de su obra y darle
vida a una casa museo en la que su legado permanezca por siempre.
Un artista como El y como pocos, son los que trascienden y que, con el paso del tiempo, alcanzan la
perennidad, y conforme se va conociendo su vida y su obra, crecen y alcanzan el reconocimiento, la fama y
la admiración. A los 96 años de su nacimiento y a los 9 años de su desaparición física de este mundo, ha
conseguido la inmortalidad por su ejemplar vida y sus admirables obras pictóricas, esculturas, grabados,
collage y otros.
Lima, 05 de setiembre de 2022.
Herbert Cajo Escudero
herbertcajo3000@hotmail.com
998507653

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