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PARADIGMAS DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL PARADIGMA

Respecto al concepto de paradigma, existen múltiples definiciones pero


coinciden en afirmar que paradigma es un modo de conocer usado como
modelo para producir e interpretar conocimiento producido; incluye una
concepción del sujeto cognoscente, del mundo en que vive ese sujeto y las
relaciones entre ambos . Tal modelo supone entonces unconjunto sistemático
de ideas y de prácticas que regulan las interpretaciones que se
producenacerca de la naturaleza y actividad humana. De él se derivan modos
de conocer a esaspersonas y el mundo en que viven en un cierto periodo de
tiempo.Un paradigma es una manera de hacer ciencia, que supone una forma
de interpretar larealidad, una metodología para abordarla y problemas
investigación. La noción deparadigma se entiende como un ámbito compuesto
por 3 dimensiones: ontológica,epistemológica y metodológica, pero se ha
comprobado que no son únicas, deben ir de lamano con los dos paradigmas
propuestos por LatinoAmérica; Ética y Política.Los paradigmas no se
superponen uno de otro, por el contrario, se necesitan uno al otro,son un
conjunto para entender una realidad y plasmarla de una manera
organizada,entendible por la sociedad y respetando todo lo que rodean.Dentro
de una investigación es claro encontrar una gran diversidad de
situaciones,problemas y fenómenos susceptibles a ser explicados. Y para ello
usamos teorías o modelosque nos ayudaran a plantear una posible solución.A
continuación se presentan los paradigmas Emergentes de la Investigación
Social:
PARADIGMAS EMERGENTES DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL1.
ONTOLÓGICO
Se refiere a la naturaleza de los fenómenos sociales y a su grado de
estructuración.Plantea la controversia de si la realidad social es algo externo a
las personas y se impone desdefuera o, por el contrario, es algo creado desde
un punto de vista particular.Guba (1990), considera que un paradigma puede
ser estudiado y caracterizado a partirde tres preguntas: La primera, de
carácter ontológico se refiere al objeto cognoscible y es:¿Cuál es la
naturaleza de lo cognoscible? O, dicha de otra manera: ¿Cuál es la naturaleza
de larealidad?
Típicos de
Paradigma positivista

Derivado de los avances de las ciencias naturales y el empleo del método


experimental, desde finales del siglo XIX, se estableció el paradigma positivista
como modelo de la investigación científica. Estos aspectos condujeron a una
transferencia y asimilación acrítica de estos modelos y métodos a las ciencias
sociales.

Entre las principales características del paradigma positivista se encuentran la


orientación nomotética de la investigación, la formulación de hipótesis, su
verificación y la predicción a partir de las mismas, la sobrevaloración del
experimento, el empleo de métodos cuantitativos y de técnicas estadísticas para el
procesamiento de la información, así como niega o trata de eliminar el papel de la
subjetividad del investigador y los elementos de carácter axiológico e ideológicos
presentes en la ciencia, como forma de la conciencia social, pretendiendo erigirse
como la filosofía de las ciencias. Debido a estos últimos elementos planteados y la
situación creada alrededor de los resultados contradictorios de los diferentes
experimentos, este paradigma comenzó a ser minado dentro de las ciencias
sociales.

Un ejemplo claro del instrumentalismo y pragmatismo de las posiciones positivistas,


es el abuso y empleo inadecuado de una técnica tan valiosa en el procesamiento
de información como el análisis factorial, el cual consiste en seleccionar una serie
de variables, bajo unos supuestos previos de relaciones entre los mismos, e intenta
reducir dichas variables a un número menor de factores o variables complejas, que
aglutinan toda la información contenida en el total de variables.

El análisis factorial ha sido la base de la construcción de diferentes técnicas que


van desde el estudio de la inteligencia como en pretensiones de evaluar la
personalidad de forma integrada, y como señala Atkinson, R. (1993) fue la
tendencia predominante en el estudio de la inteligencia hasta los años 60.

Mediante este procedimiento se pretende “matematizar” la estructura interna del


hombre y en específico de las funciones, cual si al estilo Pitagórico la esencia de la
naturaleza humana fuera numérica, aplicándose operaciones matemáticas a
cualidades humanas de diferente orden, cual si sumáramos objetos distintos
desconociendo que características reviste ese producto final. En consecuencia se
aplica un método de esa índole al análisis de las cualidades humanas, cuando la
naturaleza del hombre es biológica y social. Ejemplos evidentes de estos aspectos
son las formulaciones de estudiosos de la inteligencia, entre ellos Spearman, quien
plantea que el estudio de la inteligencia se desarrolló al margen de un tratamiento
teórico, y en gran medida algunos de los conceptos y las formulaciones teóricas
planteadas son un producto directo del análisis factorial. En esta dirección está
orientada la definición que Vernon, Ph., (1956) brinda sobre el término habilidad,
planteando: “La palabra habilidad se refiere a un grupo de ejecuciones que
correlacionan recíprocamente en un grado elevado y que, como tal grupo, son
distintas (o tienen correlaciones fijas) de las ejecuciones que no pertenecen al
grupo.” O sea que las habilidades dependen de las correlaciones estadísticas, y no
son un producto de las interacciones sujeto-objetos-sujetos en el desarrollo de la
actividad. Resulta aún más evidente el pragmatismo y el instrumentalismo de estos
exponentes del positivismo cuando señalan: “Los factores se asilan, pues, mediante
un proceso de deducción lógica, sobre el examen estadístico de las correlaciones
entre las habilidades. No se captan en la observación entidades reales (procesos,
fenómenos funciones, aptitudes, poderes o rasgos); se extraen mediante el análisis
estructural objetivo.” (Heibredder, E., 1971)

Obviamente la inadecuación objeto-método comenzó a mostrar grietas en el


proceso de construcción del conocimiento desde épocas tan tempranas como 1944,
M. Katz, H. Hyman en 1950 y R. Rosenthal estudiaron los resultados contradictorios
que se producían entre diferentes experimentos sobre un mismo aspecto y este
último enunció el denominado “efecto del experimentador”. En esta misma dirección
Pereboom, A. (1971) señala: “....los resultados contradictorios entre diversos
experimentos son más la regla que la excepción y plantean un grave problema al
investigador: si atribuirlos a ‘la mala metodología’ o por el contrario, ‘modificar la
teoría’. ” Al respecto M. Mc Cullough introduce el término “sesgo experimental”
donde no cuestiona la teoría sino las hipótesis y el diseño (Morales, J., 1995).

A pesar de lo acertado de las imputaciones que se realizan al positivismo, no es


menos cierto que existen elementos valiosos dentro del arsenal metodológico
creado que son de gran utilidad. Por otra parte, las polarizaciones, las
absolutizaciones, sólo para diferenciarse de lo existente, no hace más que producir
posiciones reactivas, que en el mejor de los casos por oposición adquieren los
mismos defectos de lo que se critica, en un polo opuesto; por ello se entiende que
sin asumir posiciones eclécticas, se puede asimilar, enriquecer, a la luz de nuevas
concepciones, productos de valor tanto de carácter teórico como metodológico de
las formulaciones provenientes de cualquier posición epistemológica, siempre y
cuando sea la vertiente más adecuada para la obtención del conocimiento, según la
situación de que se trate. Existen ejemplos edificantes en esta dirección, tales como
la reformulación del test de Rotter, instrumento construido sobre la base de
preceptos psicoanalistas, por F. González, quien lo proyectó como una técnica
abierta de gran valor en el estudio de la personalidad. Además, es uno de los
postulados de este trabajo, que el proceso del conocimiento tiene una continuidad,
y el conocimiento anterior sirve inevitablemente como base del nuevo conocimiento
aunque sea como referente de negación, de ahí que el surgimiento de una nueva
teoría no puede desconocer totalmente la precedente. Por tanto, no se considera
aconsejable renunciar al empleo de elementos de valor surgidos en el seno de una
corriente por simple oposición o diferenciación.

Antecedentes de Jean Piaget y Lev Vigotsky

No es justo hablar de epistemología sin mencionar la obra de Jean Piaget, el cual


en los años 30 promovió el enfoque epistemológico de la psicología. Alrededor de
esta fecha creó el Centro de Epistemología Genética. Piaget planteaba en su
epistemología genética la existencia de una continuidad entre lo biológico y lo
psicológico en el desarrollo del ser humano, haciendo énfasis en la construcción de
determinadas estructuras cognoscitivas, y la adquisición por parte del individuo de
un conjunto de operaciones lógico-matemáticas que posibilitan el conocimiento de
la realidad.

Piaget, es considerado uno de los iniciadores del enfoque constructivista, el cual


tiene como antecedentes la obra de Enmanuel Kant. Es básico en sus
concepciones su preocupación alrededor de cómo se construye el conocimiento.
Son clásicas sus interrogantes: ¿Cómo conocemos?, ¿Cómo se traslada el sujeto
de un estado de conocimiento inferior a otro de orden superior?, ¿Cómo se originan
las categorías básicas del pensamiento racional? Su posición epistemológica es
considerada constructivista, interaccionista, relativista caracterizada por los
aspectos siguientes: papel activo del sujeto en la construcción del conocimiento;
papel de las acciones del sujeto frente al objeto en el cual se produce una
interacción entre ambos; el conocimiento es construido por el sujeto cognoscente a
partir no sólo de la experiencia sensorial y los objetos son conocidos en función de
las capacidades cognitivas que posee en un momento determinado el sujeto
cognoscente.

Piaget, J. (1971) plantea la existencia de tres tipos de conocimiento: el físico, el


lógico matemático y el social. El físico pertenece al conocimiento sensorial de los
objetos, o sea, la fuente se encuentra en estos; el lógico matemático se produce a
partir de las reflexiones y abstracciones que construye el sujeto cognoscente,
encontrándose la fuente de este conocimiento en el sujeto, y el conocimiento social
lo divide en convencional y no convencional; en el convencional la fuente del
conocimiento se encuentra en el criterio de las otras personas y el no convencional
se deriva del significado construido y apropiado por el sujeto en su relación con
otros individuos. Especial trascendencia metodológica revisten los métodos en la
obtención del conocimiento planteados por Piaget, J. (1971) y dentro de ellos
incluye los siguientes: método histórico crítico; el método del análisis formalizante y
el método psicogenético (Palop, P., 1981).

Esencial resulta en el estudio ontogenético, el método clínico-crítico, el cual


consideramos de gran valor y que en gran medida coincide con nuestra concepción
del abordaje metodológico del objeto en el proceso de construcción del
conocimiento sobre los sujetos. Este método tiene entre sus características más
distintivas las siguientes: realización de entrevistas flexibles que incluyen la
formulación de problemas a resolver, análisis cualitativo de las respuestas sobre la
base de un modelo teórico de interpretación, acercamiento al sujeto en vez de
alejarse como en el conductismo. El examinador se aproxima al sujeto con la
finalidad de conocer la competencia cognitiva del examinado y la objetividad se
alcanza en la medida en que más nos aproximamos al sujeto.

Resultan de particular interés las concepciones de L. Vigotsky, sobre el enfoque


histórico-cultural en el estudio de las funciones psíquicas superiores, de innegable
valor teórico y metodológico. Otro aspecto de trascendencia metodológica es el
énfasis, no en los productos observables, sino en los procesos y las estructuras
subyacentes de los comportamientos, integrando la orientación genética y socio-
cultural.

En esta dirección plantea: “Para comprender objetivamente los procesos de


desarrollo de la conciencia humana (así como las formas del psiquismo animal), es
necesario indagar los distintos dominios genéticos que se entrecruzan en el marco
ontogenético, dentro de los que se incluyen el filogenético y el histórico cultural.”
(Vigotsky, L., 1979)

Por otra parte, Vigotsky propuso tres métodos fundamentales en el estudio de los
sujetos: el método del análisis experimental-evolutivo, donde se produce la
intervención especial por parte del experimentador en el proceso evolutivo para
observar cómo se dan los cambios en los procesos; el método de análisis genético-
comparativo sobre la base del estudio de sujetos con deficiencias en el desarrollo y
compararlos con sujetos que han tenido un desarrollo normal y el método
microgenético donde se realiza un estudio longitudinal a corto plazo. Son
considerados de gran valor y los integramos en nuestr o procedimiento
metodológico.

ENFOQUE HISTÓRICO – HERMENÉUTICO:GENERALIDADES Y CARACTERÍSTICAS Busca


interpretar y comprender los motivos internos de la acción humana, mediante procesos libres, no
estructurados, sino sistematizados, que tienen su fuente en la filosofía humanista. La Hermenéutica es
técnica, arte, y filosofía de los métodos ...22 sept. 2012

El paradigma soiocrítico
Continuemos con conceptos que resultan primordiales entender para comprender y
transformar la realidad. Aunque en un primer vistazo puedan resultar complejas cierta
teorías, es importante hacer un esfuerzo intelectual con el fin de indagar y desarrollar una
cultura crítica y reflexiva; de este modo, podemos establecer las causas de por qué pensamos
como lo hacemos y por qué terminamos justificando y apuntalando un sistema injusto e
irracional.

Los paradigmas, dicho de modo elemental, son concepciones, costumbres y procedimientos


que orientan la labor investigadora; así, los paradigmas llegan a convertirse en modelos o
patrones para los investigadores. La principal crítica que podemos realizar al paradigma de la
modernidad, el positivista, es su incapacidad para la transformación social; es por eso que
vamos a introducir al llamado paradigma sociocrítico, que tiene la aspiración de superar,
tanto el conservadurismo, como el reduccionismo. Según sus defensores, el paradigma
sociocrítíco no renuncia a la ideología y mantiene la autoreflexión crítica en los procesos de
conocimiento; su objetivo es la transformación de la estructura de las relaciones sociales
dando respuesta a los problemas generados por ellas y teniendo en cuenta la capacidades
activas y reflexivas de los propios integrantes de la comunidad. Como hemos dicho, el
paradigma sociocrítico nace como crítica al positivismo, junto a la racionalidad instrumental
que conlleva; se demanda así una racionalidad sustantiva que incluya los juicios, los valores
y los intereses de la sociedad. Otros de los rasgos notables de este paradigma, que podemos
considerar netamente libertarios, son: el conocimiento y la comprensión de la realidad como
praxis; la vinculación de la teoría con la práctica, integrando conocimiento, acción y valores;
la orientación del conocimiento hacia la emancipación y liberación del ser humano, y su
propuesta de integración de todos los participantes, incluido el investigador, en procesos de
autorreflexión y de toma de decisiones consensuadas
Hay que hacer hincapié en la crítica social que supone el paradigma que nos ocupa, con un
marcado carácter autorreflexivo, de tal manera que considera que el conocimiento se
construye por intereses que parten de las necesidades de las comunidades; se pretende la
autonomía racional y liberadora del ser humano, algo que se consigue mediante la
capacitación de las personas para la participación y transformación social. El conocimiento
se desarrolla mediante un proceso de construcción y reconstrucción sucesiva de la teoría y la
práctica. Habermas consideraba que el conocimiento nunca es producto de individuos o de
grupos que tengan preocupaciones alejadas de lo cotidiano; muy al contrario, el
conocimiento se constituye en base a intereses que han ido desarrollándose a partir de las
necesidades naturales de los seres humanos y que han sido configurados por las condiciones
históricas y sociales. Según este autor, el conocimiento es el conjunto de saberes que
acompañan y hace posible la acción humana; siempre según Habermas, el positivismo ha
desplazado al ser cognoscente (es decir, el ser pensante que realiza el acto del conocimiento)
de toda intervención creativa en el proceso del conocimiento; en el lugar del sujeto, se ha
colocado el método de investigación. El mundo social está formado por significados y
sentidos, por lo que la ciencia social positivista queda anulada al querer excluirlos de su
análisis.
Para entender la sociedad en su desarrollo, Habermas parte de un esquema de dos
dimensiones: una técnica, que comprende las relaciones de los seres humanos con la
naturaleza, centradas en el trabajo productivo y reproductivo; y una dimensión social, que
comprende las relaciones entre los seres humanos, centrada en la cultura y en las normas
sociales. El desarrollo del capitalismo y de la sociedad industrial, junto al positivismo, ha
producido una hegemonía exacerbada de la dimensión técnica; así, Habermas dirige toda su
crítica a denunciar este paradigma presente en la sociedad contemporánea y se esfuerza en
presentar una relación más equilibrada entre ambas dimensiones para emancipar a los seres
humanos del tecnicismo. Este autor considera que la sociedad humana se transforma a sí
misma a través de la historia, mediante el desarrollo en torno a esas dos dimensiones; si el
conocimiento del ser humano sobre la naturaleza le llevó a lograr el conocimiento técnico
sobre ella (dando lugar a las ciencias naturales), el estudio y la comprensión de las relaciones
entre los seres humanos de su entendimiento mutuo condujo al al desarrollo de las ciencias
hermenéuticas (según la orientación que Habermas denomina "interés práctico"). Así, el
sujeto construye su objeto de conocimiento a partir de unos parámetros definidos por un
interés técnico o un interés práctico; este concepto de interés del conocimiento nos muestra
la relación existente entre Teoría del Conocimiento y Teoría de la Sociedad (ambas,
interrelacionadas).
Habermas considera que junto a la opresión motivada por parte de una naturaleza externa al
ser humano no dominada por él, unida a una naturaleza propia deficientemente socializada,
aparece una tercera orientación que denomina "interés emancipatorio". Éste, sería un interés
primario que empuja al ser humano, con todas las dificultades que ello supone, a liberarse de
las condiciones opresoras, tanto de la mencionada naturaleza externa, como de aquellos
factores internos de tipo intersubjetivo y también propios de la condición interna del
individuo (temores, aspiraciones, creencias…). Sintetizando, Habermas considera que el
conocimiento es el resultado de la actividad del ser humano motivada por necesidades
naturales y por determinados intereses; se constituiría desde tres intereses de saberes, que
denomina técnico, práctico y emancipatorio, y cada uno de ellos toma forma en un modo
particular de organización social o medio; así, cada saber generado por cada interés da lugar
a ciencias diferentes. Por lo tanto, la ciencia social crítica es la que sirve al interés
emancipatorio para lograr la libertad y la autonomía racional; esta ciencia se esfuerza en
ofrecer a las personas un medio para adquirir conciencia de cómo sus objetivos y
aspiraciones pueden haber sido distorsionados o reprimidos para tratar de solventarlo y
posibilitar la búsqueda de sus metas verdaderas. La ciencia social crítica, como apuntamos al
principio del texto, facilita un tipo de entendimiento autorreflexivo gracias al cual los
individuos expliquen sus fuentes de frustraciones para, si fuere necesario, eliminarlas. Desde
un punto de vista más amplio, esta ciencia trata también de poner al descubierto los procesos
históricos que han distorsionado de forma sistemática los significados subjetivos.
El tipo de comunicación que propicia la ciencia social crítica es horizontal, para que los
sujetos que integran la comunidad puedan prever y aplicar soluciones para superar las
dificultades que les afectan dominan y reprimen. De esta manera, no puede existir un director
o un líder en el grupo para que todos los participantes puedan tener la misma posibilidad de
iniciar y perpetuar un discurso, así como de proponer, cuestionar, exponer razones, dar
explicaciones, etc. En resumen, una teoría crítica es el resultado de un proceso de crítica
llevado a cabo por un grupo cuya preocupación sea la de denunciar contradicciones en la
racionalidad o en la justicia de los actores sociales con el fin de implementar las acciones
para transformar hacia mejor la organización social. Ejemplos de esos procesos sociales e
históricos que influyen sobre la formación de nuestras ideas sobre la sociedad son el papel
del lenguaje en el modelado de nuestro pensamiento o los factores económicos o culturales
en el modelado de nuestras circunstancias. Un factor primordial para Habermas es la acción
comunicativa, ya que cree que es centralmente constitutiva de la sociedad humana; a partir
de ese concepto, trata de edificar toda una filosofía de la racionalidad. La acción de los
individuos queda articulada por la razón entendida como una trama discursiva; si podemos
entendernos con nuestros semejantes es gracias a que compartimos un mismo mundo
simbólico que garantiza la validez del diálogo. Al mismo tiempo, el concepto de acción
comunicativa debe ser eminentemente crítico si tiene el objetivo ideal de desenmascarar las
deficiencias en la comunicación de la sociedad contemporánea.
Como es sabido, la teoría crítica nace con los principales exponentes de la Escuela de
Fráncfort. Recordemos una vez más que el principal objetivo de estos autores es lograr la
emancipación del hombre y la denuncia de la racionalidad instrumental, vinculada al sistema
socipolítico, cultural y económico, ya que limita la capacidad reflexiva y crítica de los
individuos y propicia una cultura manipuladora que apuntala un sistema de dominación y de
explotación.

En cuanto al paradigma construccionista suele usarlo quienes estudian los discursos socio-políticos de una
sociedad, cultura, personaje o institución. Varian los métodos y técnicas: desde el análisis de contenido hasta
propiamente el análisis de discurso. Uno tiende a ser mas cuantitativo y el segundo mas cualitativo.
En cambio, el constructivismo se aplica para estudiar el fenómeno de la relación aprendizaje/enseñanza que se
presenta en un aula de clase, o de un grupo de jovenes frente a la sociedad y que estos sujetos asumieron no
solo como conocimiento sino con conductas, comportamientos y actitudes favorables o no.
El Paradigma de la complejidad Señala Morin: EN EL PRINCIPIO ERA LA COMPLEJIDAD8,
para remarcar cómo el fundamento mismo de la realidad no es la simplicidad sino la
complejidad, y como en verdad nada es simple, solo un espíritu que quiere reducir la
realidad a sus estrechas concepciones. El concepto de complejidad ha sido tomado sin
embargo en forma negativa en el pensamiento occidental al haberse apoyado en el modelo
Newtoniano de la ciencia y en un sistema educativo que se mueve aún en el horizonte de la
ciencia y técnicas heredadas del siglo XIX, que abstraen, sustraen, no ve la sistematicidad y
multidimensión de los fenómenos, y por ello privilegia lo calculable y formalizable,
impidiendo ver las cosas en su contexto, disociándolos del complejo. Por eso ,el
pensamiento complejo es una aventura que apenas está en sus inicios. En ese sentido, el
gran aporte de Morin no es haber descubierto la idea de complejidad, sino el lograr
sintetizar diversas tendencias de las ciencias actuales en un nivel superior de integración a
la vez que respetando la especificidad y los logros de cada uno de ellas. La teoría de la
complejidad se apoya en conquistas de nuestro siglo tan diversas como la teoría de la
comunicación, la teoría de sistemas, la cibernética, la autopoiesis, que nos abrieron a la
comprensión de los sistemas físicos, biológicos, antrópicos y cósmicos. Como dice Luhmann
nuestro tiempo enfrenta el reto de la complejidad, y por ello la teoría debe afrontar la
complejidad, debe retomar la exigencia planteada por Kant de que toda teoría radical debe
ser una teoría de carácter trascendental, es decir, que plantee las condiciones de
posibilidad de su propio objeto, que sea radicalmente dinámico, que permita su
transformación interna, o sea un mecanismo capaz de generar nuevos problemas sobre la
base de soluciones parciales.9 Debe también ayudar a realizar observaciones eficaces y por
ello debe estar unida a un observador. En las nuevas disciplinas su especialización es
interdisciplinar, de modo que la clausura disciplinaria exige al mismo tiempo la apertura a
otras disciplinas.
Es el pensamiento sistémico como modelo fundamental desde el cual se piensa o se realizan hechos y
teorías predominantes para todas las disciplinas y contextos epistemológicos. ... Elparadigma de la
complejidad fue introducido por Edgar Morín, considerado como uno de sus más grandes aportes a la
teoría de las ciencias.

Los paradigmas emergentes son cambios o transiciones de un paradigma (modelo) a otro, los cuales se
dan a través de la revolución y constituyen el patrón de desarrollo de las ciencias y de las sociedades en
general.

Un paradigma es un grupo de conceptos, patrones, teorías o postulados que representan


una contribución para un campo del conocimiento. La palabra “paradigma” proviene de
dos términos griegos ‘para’, que quiere decir “junto” y ‘deiknumi’, que significa “mostrar,
señalar”; asimismo, este término proviene del griego paradeigma que quiere decir
“ejemplo, muestra o patrón”
Originalmente, el término “paradigma” fue empleado por los griegos en textos como el
Timaeus de Platón para hacer referencia al patrón que los dioses siguieron para crear al
mundo.

Los paradigmas emergentes tienden a aparecer debido a la presencia de variaciones o


anomalías. En este sentido, los paradigmas emergentes dan lugar a la creación de nuevas
teorías que son capaces de suplantar a las teorías precedentes, a la vez que proponen
explicaciones para las anomalías que generaron su aparición.

En este sentido, los paradigmas son transformaciones que se dan cuando cambia la
forma usual de pensar o actuar y es reemplazada por una forma nueva y diferente.

Origen del término “paradigma emergente”


El término “paradigmas emergentes” fue propuesto por Thomas Kuhn, físico, filósofo e
historiador de la ciencia, nacido en Cincinnati en 1922. Estudió física en Harvard y se
graduó como summa cum laude en 1943; posteriormente, regresó a esta universidad y
obtuvo su doctorado en física en 1949.

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