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1.- Existe una multiplicidad de bienes o fines, pero sólo uno es perfecto y
suficiente: la felicidad.
Considerar al estilo de Protágoras que “el hombre es la medida de todas las cosas” y,
por tanto, hay tantos fines o bienes como personas nos condena a un relativismo muy
problemático porque valdría lo mismo dedicar la vida a acumular dinero que a acumular
conocimiento. Considerar, al modo de Platón, que existe un solo fin o bien, que ha de
buscarse tanto en lo privado como en lo público conduce a un absolutismo moral y
político incompatible con la democracia y la tolerancia.
2. La felicidad es una actividad del alma conforme a la razón durante una vida
entera.
La felicidad, en primer lugar, no puede ser meramente pasiva pues eso es más propio
de los vegetales que de seres animados. En segundo lugar, la felicidad ha de estar
vinculado con lo que sea propiamente humano y esto es la razón. Podríamos ser muy
felices entregando nuestra vida al placer, pero en este caso esa felicidad no sería la
propia del hombre, estaríamos viviendo como si fuésemos animales. En tercer lugar, la
felicidad no puede reducirse a instantes felices pues la verdadera felicidad es algo que
nunca se alcanza y sólo puede medirse al final de una vida.
Las diversiones …
a) los hombres son perjudicados más que beneficiados por ellas, al descuidar sus
cuerpos y sus bienes.
b) es en ellas donde los hombres de poder pasan sus ocios, pero la aparente felicidad
de tales hombres no es señal de que sean realmente felices, también los niños creen lo
que ellos estiman es lo mejor.
c) Ocuparse y trabajar por causa de la diversión parece necio y muy pueril; en cambio,
divertirse para afanarse después parece estar bien; porque la diversión es como
un descanso y como los hombres no pueden estar trabajando continuamente,
necesitan descanso. El descanso, por tanto, no es un fin, porque tiene lugar por causa
de la actividad.
d) son mejores las cosas serias que las que provocan risa y son divertidas porque
estas son las propias del esclavo y a este no le corresponde la vida humana.
4. La virtud ética por excelencia reside en la elección del término medio entre dos
extremos.
Desde que nace el hombre está condenado a relacionarse con otros para poder
sobrevivir. La autarquía es un fin propio de la polis, pero imposible para el ser humano
pues este necesita de padres, pareja, hermanos… La naturaleza no hace nada en vano
y si la naturaleza nos ha dado el lenguaje será para que nos relacionemos unos con
otros, distinguiendo el bien del mal, lo justo de lo injusto…
Del mismo modo que en Platón el Estado en Aristóteles tiene como misión educar en la
virtud a los ciudadanos. En una sociedad de este tipo se supone que los ciudadanos
comparten los más altos valores y su comportamiento es el obligado por las leyes de la
ciudad. Incluso en las modernas democracias occidentales donde se da prioridad a la
libertad política negativa (eres libre de hacer lo que quieras siempre que no perjudiques
al vecino) frente a la virtud el Estado se esfuerza en educar en algunos aspectos de la
virtud a sus ciudadanos: comida sana, nada de drogas, abrocharse el cinturón de
seguridad, etc.
7. Teoría de Aristóteles.
Desde esta perspectiva se nos presentan los problemas relacionados con el ser: el ser
del hombre (antropología), la naturaleza misma del ser en general (metafísica),
problemas relacionados con el comportamiento del ser humano (ética) y de la sociedad
(política). Y todo esto, por primera vez, desde una filosofía sistematizada, es decir, como
un sistema completo de pensamiento.