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Nutrición
La nutrición es el proceso biológico en el que los organismos asimilan los
alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el crecimiento y el
mantenimiento de sus funciones vitales. La nutrición también es el estudio de la
relación que existe entre los alimentos y la salud, especialmente en la
determinación de una dieta.
Una buena nutrición debe ser variada, equilibrada, suficiente, adecuada e inocua
con el ejercicio físico regular. Variada quiere decir comer la mayor diversidad de
alimentos posibles, equilibrada en proteínas, carbohidratos y grasas, suficiente
aporte de energía de acuerdo a los requerimientos de cada persona, adecuada al
grupo de edad y características específicas de los individuos, e inocua que no
cause ningún daño a la salud de las personas. Todo esto se debe hacer si
queremos mantener una vida saludable y feliz.
Es importante que consumas carnes blancas y rojas, tratando de que sean cortes
magros que no tienen tanta grasa. Consumir verduras y frutas de todos los
colores, ya que el color indica que vitaminas te aportan unas y que vitaminas te
aportan otros.
Hidratarse bien, recuerda que nuestro organismo en su mayor porcentaje esta
hecho de agua, y por lo tanto una buena hidratación hará que tus células trabajen
correctamente. Evita las gaseosas y bebe jugos naturales, o de polvo, agua y
también comiendo verduras y frutas que tienen un alto porcentaje de agua
también.
Consumir hidratos de carbono como pastas, arroz, legumbres.
También el pescado por las propiedades que posee y carne de cerdo, o cordero
que a diferencia de la carne de vaca no tienen tanta grasa.
Para muchas familias tener un hijo gordito es motivo de orgullo, una señal de que
está bien y saludable. Pero los expertos en nutrición demuestran que están
equivocados y aseguran que lo que importa no es que el niño esté gordo o
delgado, sino que esté sano. No existe una cantidad exacta de comida que debe
consumir un niño. Cada uno es un mundo distinto, y sus deseos y necesidades
son diferentes.
El aporte calórico debe ser adecuado para mantener el peso normal, para evitar
tanto la malnutrición como la obesidad. La alimentación debe proporcionar 60% de
hidratos de carbono, 15 % de proteínas y 25% de grasas.
Vitamina C Para proteger la piel y los tejidos; Las frutas ácidas como naranja y
para curar heridas; para prevenir limón, tomate, coliflor, pimiento
infecciones respiratorias (como la verde, tomate de árbol.
tos y la gripe).
Vitamina D Para fijar el calcio en los huesos Leche, queso, huevos, radiación
y dientes. solar.
Calcio Para formar los dientes y los Leche, queso, fréjol, verduras de
huesos; para la buena función de hoja verde oscura.
los músculos, el cerebro y la
sangre.
Para tener una nutrición equilibrada es necesario tomar alimentos de los tres
grupos alimenticios, como se indica en la pirámide de los alimentos, en una
medida adecuada, es decir, en mayor medida, el grupo de los cereales y
tubérculos, en segundo lugar, del grupo de frutas y verduras, y en tercer término,
los productos de origen animal y las leguminosas. De estos tres grupos, se
destacan seis tipos de nutrientes esenciales que el cuerpo necesita y que se
deben tomar diariamente para tener una óptima nutrición; como son los
carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua.
Por tanto, no existe una dieta ideal que sirva para todo el mundo, pero sí un
criterio universal en cuanto al tipo de alimentos que deben consumirse dentro de la
dieta cotidiana, lo que por un lado garantiza que se cubren las necesidades
energéticas y nutritivas de la totalidad de las personas que componen una
población sana, y por otro, colabora en la prevención de ciertas alteraciones y
enfermedades relacionadas con desequilibrios alimentarios.
1.6.6. Que es una buena Alimentación
La buena alimentación es aquella que satisface completamente las necesidades
de la persona especialmente en lo que corresponde a su edad. Por ejemplo, en el
caso de los niños y de los adolescentes propone una dieta que contribuya
directamente al crecimiento, a un desarrollo conforme, o en el caso de los adultos
es aquella que persigue que las personas mayores conserven el peso que deben
para de este modo prevenir algunas afecciones que se asocian a los malos
hábitos de alimentación, tal es el caso de las enfermedades cardiovasculares que
en muchos casos tienen que ver con un exceso en la ingesta de grasas.
Son las sustancias aprovechables por nuestro organismo que hacen posible la
vida y que se encuentran en los alimentos repartidas de forma desigual: hidratos
de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. El agua y la fibra no nutren,
pero desempeñan un papel muy importante para el buen funcionamiento de
nuestro organismo.
- Grasas y lípidos
REGULAR todos los procesos que tienen lugar en nuestro organismo para que
todo discurra con plena armonía
1.6.9.
Alimentos necesarios
que debe consumir el ser humano
Nuestro cuerpo necesita una serie de compuestos químicos para obtener la
energía que necesita, para formar o reparar tejidos y para llevar a cabo los
complicados procesos bioquímicos que suceden en nuestro interior. Para poder
disponer de esos nutrientes, debemos obtenerlos de los alimentos que ingerimos.
Los nutrientes no están simplificados en los alimentos, sino que el organismo debe
descomponerlos para asimilarlos en forma de moléculas sencillas. Las cantidades
que necesitamos de esos nutrientes son diferentes, como también lo son las
cantidades que obtenemos de los distintos alimentos. Vamos a ver las
características principales de esos nutrientes y las funciones que ejercen dentro
del organismo, ya sea en forma de energía y alimento, para reparar los tejidos o
para estimular la bioquímica. No te asustes por las palabras complejas, en
realidad es bastante sencillo y sobre todo, fascinante.
Las Proteínas
Las proteínas son el principal componente del que están hechos nuestros tejidos y
algunas de las principales moléculas reguladoras (enzimas, hormonas, etc.) Es
decir, nuestros cuerpos están compuestos fundamentalmente de proteínas.
Las proteínas son macromoléculas muy complejas creadas a partir de la unión de
otras moléculas más sencillas llamadas aminoácidos. Cuando ingerimos
proteínas, nuestro organismo las descompone en aminoácidos que utiliza para
crear sus propias proteínas (y con ellas los tejidos, las enzimas, las hormonas,
etc.).
Existen 20 aminoácidos, de los cuales podemos sintetizar 10 (aminoácidos no
esenciales y aminoácidos semi-esenciales), pero los otros 10 restantes (llamados
aminoácidos esenciales) debemos ingerirlos a través de los alimentos. El
organismo toma los distintos aminoácidos que emplea de forma específica para
diferentes funciones. Fundamentalmente, las proteínas sirven como material de
construcción de moléculas encargadas de la defensa, el transporte o regulación de
funciones, o de la reparación de tejidos. En cambio, las proteínas no se utilizan
como fuente de energía.
Aunque se trata de un material imprescindible para la vida, el exceso de proteínas
puede generar graves problemas al organismo. De hecho, en nuestro mundo
moderno existe un exceso proteínico en la alimentación que genera enfermedades
de diversa índole, mientras que otras poblaciones sufren carencias extremas.
La OMS recomienda una ingesta diaria de proteínas del 10-15%.
Hidratos de Carbono
Los hidratos de carbono, también llamados glúcidos (o azúcares) son la principal
fuente de energía del organismo. Es decir, es el alimento con que se nutren
nuestras células. Se trata de moléculas formadas por unidades de carbono,
hidrógeno y oxígeno. Según la cantidad de unidades tienen distintos nombres:
Monosacáridos: Cuando se trata de una sola unidad. Algunos carbohidratos
monosacáridos son la fructosa (frutas), la glucosa (miel, frutas y algunas
verduras), etc.
Bisacáridos: Cuando se trata de dos unidades. La lactosa es un buen ejemplo
(leche) o la sacarosa (azúcar).
Polisacáridos: Son aquellos carbohidratos con cientos de unidades de carbono,
hidrógeno y oxígeno, como por ejemplo el almidón o la celulosa. Estos tipos de
carbohidratos los encontramos en los cereales y legumbres, principalmente, y en
las verduras y vegetales.
Los Carbohidratos: son descompuestos a través de enzimas digestivas
específicas que se encargan de transportarlos hasta la sangre o hasta el hígado,
donde se almacena en forma de glucógeno para ser lanzado al torrente sanguíneo
cuando es preciso. El cerebro es el principal consumidor de glucosa y el índice
glucémico (nivel de azúcar) que debemos tener en sangre es muy específico y
delicado. Por eso lo más saludable es consumir preferiblemente azúcares
compuestos de absorción lenta como vegetales, cereales integrales y legumbres.
La fibra: es un tipo de carbohidrato que nuestro cuerpo no puede digerir. Sin
embargo, juega un importante papel en la flora intestinal y da consistencia a las
heces favoreciendo el tránsito intestinal y evitando el estreñimiento.
Las grasas: (o lípidos) son diferentes tipos de sustancia que tienen como
característica común que no pueden diluirse en agua. Su principal función dentro
del organismo es servir como reserva energética, pero además forman parte de
las membranas celulares, mantienen la temperatura corporal, protegen órganos
vitales como el corazón, transportan vitaminas liposolubles y ayudan en la síntesis
de vitaminas y hormonas, entre otras funciones.
Según las cadenas de átomos que las forman, se clasifican en:
Grasas saturadas: Casi siempre provienen del reino animal y son sólidas a
temperatura ambiente (por ejemplo, la manteca). No se oxidan tan rápidamente
como las insaturadas, pero cuando se someten a temperaturas elevadas sufren
cambios importantes. Tienen una compleja digestión y su metabolismo deja
residuos tóxicos que acidifican el organismo.
Grasas insaturadas: Provienen del reino vegetal y se mantienen líquidas a
temperatura ambiente (aceites vegetales). Son los más saludables, sin embargo,
se enrancian con facilidad y cuando son sometidos a altas temperaturas sufren
alteraciones que los convierten en grasas saturadas.
Grasas trans: Las grasas trans son grasas insaturadas (aceites) sometidas a un
proceso de hidrogenación a través del cual se convierten en saturadas (margarina,
por ejemplo) con el fin de proporcionar un sabor y una consistencia determinadas.
Son las más peligrosas.
Las grasas se componen de distintos tipos de ácidos grasos. El organismo puede
generar todos los ácidos grasos que necesita menos el linoléico (Omega 6) y el
linolénico (Omega 3), que deben provenir de la dieta y por eso se les llama ácidos
grasos esenciales.
Las Vitaminas
Las vitaminas son nutrientes que el organismo necesita en cantidades muy
pequeñas. No suponen una fuente de energía, pero las vitaminas son
imprescindibles para realizar numerosas reacciones metabólicas y su carencia
provoca enfermedades graves. Nuestro organismo no puede fabricarlas, de modo
que el aprovisionamiento de vitaminas ha de provenir necesariamente de su
ingesta a través de la dieta (salvo algunas excepciones).
Existen 13 vitaminas que se agrupan en dos categorías:
Hidrosolubles: Son la vitamina C y las del grupo B (B1, B2, B3, B5, B6, B8, B9 o
ácido fólico, y B12). No se acumulan en el organismo, pues se eliminan fácilmente
y, por lo tanto, hay que ingerirlas diariamente. La principal fuente de estas
vitaminas son los vegetales y verduras.
Liposolubles: Son las vitaminas A, D y E. Estas sí se acumulan en el organismo y
eliminarlas no es tan sencillo. Se obtienen principalmente de los aceites de
pescado y vegetales (primera presión en frío).
No debemos olvidar que los vegetales y aceites que contienen estos preciados
micronutrientes pierden rápidamente su cantidad y calidad dependiendo de
algunos factores como el tiempo y modo de conservación, el agua, el calor, el
modo de cocción, la sal, etc. Consulta cómo cocinar las verduras para mantener
los nutrientes.
Los Minerales
Los minerales son la parte inorgánica de nuestro organismo. Todos ellos, al igual
que las vitaminas, son imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestra
fisiología, pero en cantidades muy pequeñas. Dependiendo de la cantidad que
nuestro cuerpo necesita, los minerales se agrupan en dos categorías:
Macro minerales: Los macro minerales son los que precisamos en mayor
cantidad (aunque relativamente poca comparada con los macro nutrientes como
las proteínas, carbohidratos o grasas) y son: calcio, potasio, sodio, magnesio,
azufre, fósforo y cloro.
Oligoelementos: Los oligoelementos son los que precisamos en menos cantidad:
hierro, zinc, yodo, flúor, cobalto, manganeso, etc.
Las principales fuentes de minerales son las verduras, las semillas, las algas y los
cereales y legumbres.
Casi todos los minerales funcionan de manera antagónica y complementaria
dentro del organismo, de manera que el exceso o defecto de uno de ellos puede
afectar a la presencia de otros. Por eso es tan importante seguir una prescripción
profesional a la hora de tomar suplementos de minerales.
Por todo ello, cuando nuestra dieta se basa en el consumo de abundantes
cereales, legumbres y todo tipo de verduras y vegetales y un consumo moderado
de otros alimentos como pescado, semillas, frutos secos y algas, nos estamos
asegurando de proporcionar al organismo todos los nutrientes imprescindibles en
las cantidades más idóneas.
Consumir alimentos ricos en los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo
necesita, especialmente cuando estamos a dieta, es fundamental para mantener
un balance adecuado en nuestro organismo, y no exponernos a deficiencias y
enfermedades.
Los nutrientes básicos que el cuerpo necesita para funcionar de una forma
adecuada son sustancias de los alimentos que soportan el desarrollo energético,
estructural, regulador y sistema inmunológico de todos los seres humanos. De
esta forma, que consumir alimentos ricos en dichos nutrientes es esencial en el
proceso de la vida y las actividades diarias de las personas.
Están divididos en siete tipos, proteínas, hidratos de carbono, grasas, fibra,
vitaminas, minerales y agua. Estos se complementan entre sí contribuyendo al
desarrollo y adecuado funcionamiento del organismo, y se hace necesario ingerir
una variedad de alimentos, ya que no todos contienen toda la variedad de
nutrientes necesarios.
Las proteínas te ayudan en el proceso de crecimiento, a formar los tejidos
corporales, reemplazar células, fortalecer el sistema de defensa, entre otros. Una
persona adulta debería consumir unos 30 gramos promedio, y se encuentran en
alimentos como semillas, cereales integrales, frijoles, lácteos y carnes de todo
tipo.
Los carbohidratos, al igual que las grasas, cumplen un rol energético,
permitiéndote realizar las actividades diarias de la vida cotidiana, como trabajar,
caminar, correr, etc. Están presentes en almidones y azúcares, como arroz, pan,
papas, maíz, plátanos, pasta, miel, etc.
Además de lo anterior, las grasas o lípidos también colaboran en la reparación de
tejidos y en los procesos vitales del ser humano. Hay algunas grasas
consideradas sanas para el organismo que las puedes encontrar en el pescado,
semillas, cereales, frutas y verduras; y otras “saturadas” que no entregan ningún
beneficio, como los de la mantequilla, carnes grasosas, chocolate, cremas, etc.
Por su parte, la fibra es fundamental para mejorar la digestión y limpiar los
intestinos. Aunque no es un alimento en sí, está presente en muchos productos
que la naturaleza nos brinda. La cáscara del tomate o la papa, el afrecho del maíz,
germen de trigo y algunos cereales son fuente pura de fibra, también conocida
como celulosa.
Las famosas vitaminas, que ahora podemos suplementar con pastillas, se dividen
en A, B, C, D, E, K, PP. Estas son vitales para la piel, los ojos, prevenir
infecciones y enfermedades en general, el crecimiento, tener huesos fuertes y
vigorizar el organismo. Las verduras y frutas contienen gran cantidad de vitaminas,
especialmente si están crudas
En tanto, los minerales permiten evitar y contrarrestar enfermedades nerviosas,
cánceres, de tejidos, etc. Tienes que comer alimentos como granos integrales,
frutas y verduras, miel o levadura de cerveza.
Por último, el agua es uno de los elementos más sanos y básicos para la vida. Se
recomienda tomar dos litros al día, para mantener una temperatura corporal
adecuada, tener la mente despejada, limpiar el organismo, ayudar en la digestión
y tener una energía positiva.
Cuando decides realizar una dieta para bajar de peso, debes tomar en
consideración que todos estos nutrientes son esenciales para el correcto
funcionamiento de tu cuerpo, y debes de incluirlos diariamente en tu plan de
alimentación. No se trata de adelgazar a toda costa, no a costa de tu salud.
1.6.10. Que Nutrientes son los más importantes para el consumo
humano
El primer grupo, substancias formadoras de tejidos, lo constituyen lo que
denominamos nutrientes plásticos, es decir, aquellos que forman la estructura de
nuestro organismo, es decir, los músculos, los huesos, las vísceras,
Son nutrientes plásticos las proteínas, sobre todo, aunque también necesitamos
pequeñas cantidades de otras substancias plásticas: ácidos grasos, hidratos de
carbono, minerales.
Mortalidad
De acuerdo a Jean Ziegler (Relator Especial de Naciones Unidas en Derecho al
Alimento desde 2000 hasta marzo de 2008), la mortalidad causada por la
Desnutrición representó el 58% sobre la mortalidad total de 2006.13 "En 2006,
más de 36 mil personas murieron de hambre o de enfermedades derivadas de
déficits en micronutrientes".
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la Desnutrición es de lejos la
mayor causa de mortalidad infantil, presente en la mitad de todos los casos. Seis
millones de niños mueren de hambre cada año. Los nacimientos con peso bajo y
restricciones intra uterinas causan 2.2 millones de muertes infantiles al año. La
limitada o inexistente lactancia causa otros 1.4 millones. Otras deficiencias, como
la falta de vitamina A o zinc, por ejemplo, representan un millón. La malnutrición en
los primeros dos años de vida es irreversible. Un niño malnutrido crece con un
estado de salud y logros educativos menores. En general, sus propios hijos
también tienden a ser más pequeños. Anteriormente, la malnutrición se veía como
algo que exacerbaba los problemas de enfermedades como sarampión, neumonía
y diarrea. Actualmente, se considera que la malnutrición realmente es la causa de
esas enfermedades también, y puede ser fatal por sí misma.
Consecuencias
La malnutrición incrementa el riesgo de infección y de enfermedades infecciosas.
Por ejemplo, es un factor de riesgo importante en el comienzo de la tuberculosis
activa. En comunidades o áreas en las que se produce ausencia de agua potable
apta para el consumo humano, estos riesgos adicionales a la salud presentan un
problema crítico. La disminución de la energía y un funcionamiento dañado del
cerebro también forman parte de la espiral restrictiva de la malnutrición, dado que
sus víctimas son menos capaces de llevar a cabo las labores necesarias para
adquirir alimento, ganar un sueldo o recibir una educación.
Psicológicos
La mal nutrición, en la forma de deficiencia de yodo, es la "forma prevenible más
común de daños mentales en todo el mundo." Incluso la deficiencia de yodo
moderada, especialmente en mujeres embarazadas y niños, reduce la inteligencia
por entre 10 y 15 puntos I.Q., eliminando un incalculable potencial para el
desarrollo de un país.
Cáncer
El cáncer es actualmente común en los países en desarrollo. De acuerdo a un
estudio de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, "en el mundo
en desarrollo, el cáncer de hígado, estómago y esófago eran más comunes, con
frecuencia vinculados al consumo de alimentos cancerígenos, como la comida
ahumada o salada, y a infecciones de parásitos que atacan órganos". Las tasas
de cáncer de pulmón aumentan rápidamente en los países más pobres como
consecuencia del aumento del uso del tabaco. Los países desarrollados "tendrían
a tener cánceres relacionados con un "estilo de vida occidental" (colón, recto,
mama y próstata) que pueden ser causados por la obesidad, la falta de ejercicio,
la dieta y la edad".
Hiponatremia
La toma excesiva de agua, sin recuperación de sales de sodio y potasio, lleva a la
hiponatremia, lo que puede consecutivamente conducir a la hiperhidratación a
niveles peligrosos. Un caso conocido ocurrió en 2007, cuando Jennifer Strange
murió participando en un concurso de beber agua. De modo más común, esta
situación se da durante competiciones de resistencia en largas distancias (como
maratón y triatlón) y causa relajación mental, dolor de cabeza, debilidad y
confusión. En casos extremos, puede llevar al coma, convulsiones y la muerte.
1.6.13. Causas de la mal nutrición
Entre las principales causas de la malnutrición se encuentran la pobreza y los
precios de los alimentos, las prácticas alimenticias y la productividad agrícola,
siendo multitud de casos individuales causados por una mezcla de varios factores.
La malnutrición puede ser también consecuencia de otras cuestiones sanitarias
como enfermedades diarreicas o enfermedades crónicas, especialmente la
pandemia de VIH/sida o la malnutrición clínica, como en el caso de la caquexia.
Pobreza y precio de los alimentos
La escasez de alimentos puede ser un factor que contribuya a la malnutrición en
países con falta de tecnología. La FAO estima que el 80% de niños malnutridos
viven en el mundo en desarrollo, en países que a pesar de ello producen
suficientes superávits de alimento como para alimentarlos. El economista Amartya
Sen observó que, en décadas recientes, el hambre tenía siempre que ver con
problemas de distribución del alimento y/o pobreza, aunque hubiera suficiente
alimento para alimentar a toda la población en el mundo. Estableció que la
malnutrición y el hambre estaban especialmente relacionadas con problemas en la
disponibilidad y distribución de alimentos, así como con el poder adquisitivo.
Se ha argumentado que la especulación con materias primas ha incrementado el
coste de la comida. Cuando la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos estaba
colapsando, se ha afirmado que trillones de dólares se dirigieron hacia inversiones
en alimentos y materias primas, lo que provocó la crisis alimentaria mundial de
2007-2008.
1.6.15. Desnutrición
La desnutrición es una enfermedad causada por
una dieta inapropiada, hipocalórica e hipo proteico. También puede ser causada
por mala absorción de nutrientes como en la celiaquía. Tiene influencia en los
factores sociales, psiquiátricos o simplemente patológicos. Ocurre principalmente
entre individuos de bajos recursos y principalmente en niños de países
subdesarrollados.
La diferencia entre esta y la malnutrición es que en la desnutrición existe una
deficiencia en la ingesta de calorías y proteínas, mientras que en
la malnutrición existe una deficiencia, exceso o desbalance en la ingesta de uno o
varios nutrientes que el cuerpo necesita (ejemplo: vitaminas, hierro, yodo, calorías,
entre otros).
En menores un cuadro clínico de desnutrición puede terminar en Kwashiorkor que
se da por insuficiencia proteica en la dieta o Marasmo que trae como resultado
flaqueza exagerada a falta de un déficit calórico total en la dieta.
En los niños la desnutrición puede comenzar incluso en el vientre materno. Las
consecuencias de la desnutrición infantil son:
Niños de baja estatura, pálidos, delgados, muy enfermizos y débiles, que tienen
problemas de aprendizaje y desarrollo intelectual. Mayores posibilidades de ser
obesos de adultos. Las madres desnutridas dan a luz niños desnutridos y las que
padecen anemia o descalcificación tienen más dificultades en el parto con niños
de bajo peso.
Según Médicos Sin Fronteras, cada año de 3 a 5 millones de niños menores de
seis años mueren de desnutrición.
1.6.16. Como se detecta cuando una persona esta desnutrida
Todos notamos que el síntoma más notable es la pérdida de peso, y son aquellas
que han perdido más del 10% de su peso corporal en el curso de tres meses y no
están a dieta podrían ser desnutridos.
Esto se mide mediante el índice de la masa corporal o el IMC. Se calcula por el
peso en kilogramos dividido por la altura en metros al cuadrado. Un IMC.
Saludable para adultos generalmente se encuentra entre 18 y 24,9.
Aquellos con un IMC entre 18,5 y el 17 podrían ser moderadamente desnutridos y
aquellos con IMC entre 16 y 18 años podrían ser moderadamente desnutridos y
aquellos con IMC inferior a 16 podrían ser gravemente desnutridos.
Debilidad de los músculos y fatiga. Los músculos del cuerpo parecen lejos de
residuos y pueden dejarse sin fuerza para llevar a cabo sus actividades diarias.
Muchas personas se quejan de cansancio todo el día y falta de energía. Esto
también puede ser debido a la anemia causada por la desnutrición.
Aumento de la susceptibilidad a las infecciones
Irritabilidad y mareos
Piel y el cabello se convierte en seco. Puede aparecer piel seca y escamosa, el
cabello puede girar en seco, sin vida, opaco y aparece como paja.
Algunos pacientes padecen de diarrea persistente o estreñimiento de largo plazo.
Menstruación pueden ser irregular o dejan completamente en mujeres desnutridas
La depresión es común en desnutrición. Esto puede ser tanto una causa como
efecto de la desnutrición.
Desnutrición en niños: retraso en el conocimiento. Esto puede manifestarse
como fracaso para crecer a un ritmo normal esperando en términos de peso, altura
o ambas.
Irritabilidad, longitud y llanto excesivo junto con los cambios de comportamiento
como ansiedad, déficit de atención son comunes en niños con desnutrición
La piel se vuelve seca y escamosa y puede girar cabello seco, opaco y paja como
en apariencia además, puede haber pérdida del cabello
Desgaste muscular y falta de fuerza en los músculos. Extremidades pueden
aparecer stick como hinchazón del abdomen y las piernas. El abdomen esta
inflamado debido a la falta de fuerza de los músculos del abdomen.
Como se detecta cuando no se está bien alimentado
1.6.17 Cómo Prevenir La Desnutrición
La desnutrición es el estado al cual llega el organismo cuando no se consume la
cantidad suficiente o la variedad adecuada de alimentos. Se caracteriza en los
niños por un retardo en el crecimiento, bajo peso, baja estatura, aspecto débil,
anémico y raquitismo; cuando la desnutrición es muy severa los niños se hinchan.
Para prevenirla los padres deben aprender a reconocer el estado nutricional de
sus hijos observando si el peso y la talla de los niños corresponden a su edad
según el Carné infantil.
Si la familia vive en zona rural o dispone de un sitio adecuado en zona urbana
puede motivarse a cultivar una huerta familiar donde siembre productos nutritivos
para el consumo humano o también puede hacer producción de aves, peces,
conejos, etc.
Una buena nutrición se logra si se combinan correctamente los siguientes grupos
de alimentos: protectores o constructores, reguladores y energéticos.
Los alimentos protectores o constructores contienen los nutrientes que utiliza el
organismo para construir y reparar los músculos, los huesos, la sangre y todos los
órganos del cuerpo. Diariamente hay que comer uno de ellos. Por ejemplo: frijoles,
arvejas lentejas, habas, soya, maní, aves, conejo, pescado, res, cerdo, vísceras,
bienestarina, mezclas vegetales, huevos, queso, cuajada o leche.
Los alimentos reguladores contienen los nutrientes que regulan el funcionamiento
de todo el organismo, se les conoce como vitaminas o minerales y son: guayaba,
mango, naranja, papaya, limón, chulupa, piña, maracuyá, tomate de árbol,
banano, zanahoria, ahuyama, lechuga, coliflor, remolacha, pimentón, col y repollo.
Los alimentos energéticos son aquellos que le proporcionan al organismo energía,
tales como: maíz, arroz, papa, avena, trigo, cebada, harinas, plátano, yuca, tocino,
carne gorda, azúcar, panela, miel, chocolate, postres, dulces, arracachas,
mantequilla y manteca.
Recomendaciones:
Es conveniente para toda la familia planificar su tamaño de acuerdo con los
recursos y medios de subsistencia de que disponga. Los servicios de
planificación familiar dan asesoría a toda familia que lo solicite. Los hijos
espaciados cada 2 o 3 años permiten una mujer nutrición.
Es necesario desparasitar no sólo a los niños sino también a los padres
cada tres meses.
Prevenir la diarrea y las infecciones respiratorias agudas.
Mantener vacunados a los niños contra la tuberculosis, la poliomielitis, el
tétanos, la difteria, la tosferina y el sarampión.
Aprender a utilizar los diferentes alimentos que se producen en la región.
Las madres lactantes deben proporcionarle al bebé la leche materna el
mayor tiempo posible para que éste genere fuerzas y combata los
anticuerpos que se le puedan presentar.
Cómo Prevenir La Desnutrición En Niñas Y Niños
Acude a la unidad de salud para que controles tu embarazo.
Dale sólo leche materna hasta los 6 meses de edad.
No utilices biberón.
A partir del cuarto o sexto mes dale otros alimentos además de la leche
materna
Dale de comer 5 veces al día de los alimentos que tengas en casa.
Prepara los alimentos con limpieza.
Vigila su crecimiento y desarrollo y llévalo a vacunar.
Incluye en cada comida alimentos de los tres grupos:
1. Cereales y tubérculos (tortillas, pan, arroz, pastas, camote o papas).
2. Leguminosas y alimentos de origen animal (frijol, lentejas haba, pollo,
huevo, pescado, carne, leche o queso).
3. Verduras y frutas de temporada y de la región.
Lava tus manos antes de preparar o darle los alimentos y después de ir al
baño o cambiar el pañal.
Si observas que el niño o niña está triste, no juega y no quiere comer,
llévalo de inmediato a la unidad de salud, puedes estar a tiempo de evitar
que se desnutra.
¿Qué Hacer En Caso De Desnutrición?
1. Los niños y niñas con desnutrición pueden ser atendidos en su hogar,
mejorando su alimentación con lo disponible en el hogar y vigilando su
peso.
2. Si tiene menos de 2 años, continúa dándole leche materna además de otros
alimentos.
3. Si ya no le das leche materna procura darle otro tipo de leche por lo menos
dos veces al día.
4. Dale de comer pequeñas cantidades de alimento 5 o 6 veces al día.
5. Dale en cada comida alimentos de los tres grupos.
6. Dale los alimentos en preparaciones sencillas, atractivas y variadas para
estimular su apetito.
7. Procura alimentarlo con paciencia y cariño, y esto ayudará a que se
recupere más pronto.
8. Prepara los alimentos con mucha limpieza para evitar que le dé diarrea y se
desnutra más.
9. Si tiene diarrea, tos o cualquier otra enfermedad, sigue dándole de comer.
10. Llévalo cada mes o cada que el médico te diga, a la unidad de salud.
11. Si sospechas que tu niño o niña tienen desnutrición grave, llévalo de
inmediato a la unidad de salud.
La mayoría de los niños tienen más riesgo de desnutrirse entre aproximadamente
los seis meses (período de rápido crecimiento en el cual la leche materna sola no
puede cubrir las necesidades nutricionales) y los 2-3 años de edad (cuando el
ritmo de crecimiento se hace más lento y los niños ya pueden comer solos). Las
familias y los profesionales de la salud sabrán si los niños tienen un estado
nutricional normal o están desnutridos pesándolos con regularidad y marcando las
medidas de peso y estatura en una tabla de crecimiento (ver Figura 14). Si un
niño: aumenta de peso a un ritmo normal, significa que está comiendo bien y está
sano; aumenta de peso muy lentamente o no gana peso, significa que algo no
está bien. El niño puede estar enfermo o no está comiendo lo suficiente; pierde
peso, es una señal muy peligrosa. El niño no está comiendo lo suficiente y casi
con seguridad está enfermo; aumenta de peso a un ritmo más rápido de lo normal,
es probable que esté recuperando el peso perdido durante una enfermedad, pero
también puede significar que el niño está consumiendo un exceso de alimentos y
puede llegar a tener sobrepeso u obesidad. Un niño está gravemente desnutrido,
en caso de: enflaquecimiento severo y/o presentar edema en ambos pies.
Se debe pesar a los niños regularmente y aconsejar cómo alimentarlos: un niño
sano es un niño que crece. Estos niños están gravemente enfermos y requieren
de tratamiento hospitalario inmediato. Es importante mantenerlos abrigados y
alimentarlos en el trayecto al hospital. Los profesionales de la salud deben
conversar con la familia del niño desnutrido para: descubrir por qué el niño no está
creciendo bien. Conversar sobre los patrones de alimentación (cantidad, variedad
y frecuencia de las comidas), apetito, comportamiento y estado de salud del niño;
examinar al niño para ver si tiene infecciones u otras enfermedades, tratando de
descubrir las razones subyacentes de la desnutrición (por ejemplo insuficiente
disponibilidad de alimentos en el hogar; prácticas alimentarias inapropiadas;
cuidados insuficientes del niño). Esto puede significar aumentar la lactancia
materna, mejorar la alimentación complementaria, alimentarlo más frecuentemente
y/o prestar mayor atención al niño durante las comidas. Analizar las creencias
familiares sobre cómo alimentar a los niños y los impedimentos para una
alimentación adecuada (por ejemplo falta de recursos, tales como alimentos,
dinero, tiempo o facilidades para preparar los alimentos). Luego decidir en
conjunto qué prácticas alimentarias están dispuestos a adoptar; llevar al niño
enfermo a tratamiento y aprender cómo prevenir las enfermedades infecciosas en
el futuro. Los niños desnutridos necesitan comer con frecuencia comidas ricas en
nutrientes.
El riesgo de presentar desnutrición se inicia en el vientre de la mamá. Cuando las
madres no se alimentan bien a lo largo del embarazo, los niños ya tienen un riesgo
de nacer con un bajo peso y anemia que es otra enfermedad que se asocia a la
desnutrición.
Existen síntomas que pueden indicar que su hijo esté desnutrido, cuando
presentan mucho sueño, retrasos para hablar o caminar, piel seca, apatía (no
quieren jugar o comer), caída del cabello, gripas o refriados frecuentes o bajo
rendimiento académico.
Unas indicaciones generales para recuperar el estado nutricional de los niños con
bajo peso o desnutrición pueden ser:
• Si es menor de 3 años nunca ofrezca un tetero una hora antes de las comidas
principales como almuerzo o comida, ya que el estómago es muy pequeño y
estará lleno aún.
• Si es mayor de un año a la hora del almuerzo dele los alimentos sólidos primero
(seco) no la sopa, ya que en su plato de comida hay mayor variedad de grupos de
alimentos que le aportan más valor nutricional. La sopa tiene alto contenido de
líquido que llenará su estómago. Ofrézcala al final.
• Prepare un alimento frito al almuerzo y/o comida, pueden ser papas, plátano, etc.