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Una segunda versión ampliada, conocida como Declaración de los Derechos del
Hombre de 1793 fue aprobada posteriormente e incorporada a la Constitución francesa
de 1793, ambas de muy breve aplicación. Seguida de la Declaración de los Derechos y
Deberes del Hombre y del Ciudadano de 1795 en la Constitución de 1795 que establece
el Directorio.
Índice
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1 Historia
2 Contenido
3 Artículos
4 Efectos en el derecho constitucional francés
5 Memoria del Mundo
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Véase también
9 Enlaces externos
Historia[editar]
Es escrito por el Juramento del Juego de Pelota, el 20 de junio de 1789, los diputados
franceses de la Asamblea Nacional se habían fijado como misión principal la de dar por
primera vez una Constitución a Francia, y crearon con este fin un comité que preparase
el "orden de trabajo sobre la constitución del reino". El mismo día que la Asamblea
adoptó el nombre de Asamblea Nacional Constituyente, el 9 de julio de 1789, Mounier
presentó ante la Asamblea el informe del comité, en el que se recomendaba redactar un
preámbulo que enumerase los derechos fundamentales que la Constitución debía
respetar.1 Se llegaron a leer 21 proyectos de declaración, incluido uno de La Fayette,
uno de Robespierre y otro de la ciudad de París.2 El 19 de agosto, la Asamblea acordó
que la declaración sería debatida por los diputados a partir del proyecto de 24 artículos
propuesto por el 6º Bureau, que fue el proyecto más votado por delante del presentado
por el Abad Sieyès.3 Los artículos fueron debatidos, redactados y votados uno por uno
en los días siguientes (del 20 al 26 de agosto), modificándose sustancialmente el
contenido de la declaración que quedó en 17 artículos. Se aprobó el último artículo, el
17 relativo al derecho a la propiedad, el 26 de agosto de 1789.4 5
La Declaración fue promulgada por patente real el 3 de noviembre de 1789, junto con
otros textos aprobados por la Asamblea Nacional desde el 4 de agosto de 1789. Aquella
noche se había aprobado la abolición de los privilegios en los que se basaba la sociedad
del Antiguo Régimen, poniendo fin al sistema feudal.
Contenido[editar]
La declaración establece los principios de la sociedad que serán la base de la nueva
legitimidad, acabando con los principios, las instituciones y las prácticas del Antiguo
Régimen: "El principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación". La
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano considera legítima la revuelta
de los diputados en contra de la monarquía absoluta, al declarar como derecho
imprescindible del hombre la "resistencia a la opresión".
la libertad
la propiedad
la seguridad
la resistencia a la opresión
Los artículos que definen al ciudadano dentro de la organización del sistema político
son menos precisos y son condicionados por el recelo hacia el Antiguo Régimen. El
artículo 6 afirma que la ley es la expresión de la voluntad general, la expresión de la
soberanía y la fuente de los poderes públicos. Según el artículo 15, los agentes públicos
son responsables de su gestión y la sociedad tiene el derecho de pedirles que rindan
cuenta de ella. No se mencionan sin embargo los derechos sociales, que proceden de
una definición distinta de la palabra "derecho": la Declaración determina la legitimidad
de los actos, mientras que los derechos sociales definen garantías materiales.
Artículos[editar]
Los Artículos de La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano son los siguientes:
I. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en cuanto a sus derechos. Las
distinciones civiles sólo podrán fundarse en la utilidad pública.
IV. La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio a los demás.
El ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene otros límites que los que
garantizan a los demás miembros de la sociedad el disfrute de los mismos derechos.
Estos límites sólo pueden ser determinados por la ley.
V. La ley sólo puede prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo que
no está prohibido por la ley no puede ser impedido. Nadie puede verse obligado a
aquello que la ley no ordena.
VIII. La ley no debe imponer otras penas que aquéllas que son estricta y evidentemente
necesarias; y nadie puede ser castigado sino en virtud de una ley promulgada con
anterioridad a la ofensa y legalmente aplicada.
IX. Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido declarado convicto. Si se
estima que su arresto es indispensable, cualquier rigor mayor del indispensable para
asegurar su persona ha de ser severamente reprimido por la ley.
X. Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aun por sus ideas
religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del orden público
establecido por la ley.
XI. Puesto que la libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los más
valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar
libremente, excepto cuando tenga que responder del abuso de esta libertad en los casos
determinados por la ley.
XII. Siendo necesaria una fuerza pública para garantizar los derechos del hombre y del
ciudadano, se constituirá esta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el
provecho particular de las personas a las que ha sido confiada.
XIII. Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los gastos de
administración, una contribución común, ésta debe ser distribuida equitativamente entre
los ciudadanos, de acuerdo con sus facultades.
XIV. Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a constatar
la necesidad de la contribución pública, a consentirla libremente, a comprobar su
adjudicación y a determinar su cuantía, su modo de amillaramiento, su recaudación y su
duración.
XV. La sociedad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su administración.
XVII. Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie podrá ser privado de
él, excepto cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exige de manera
evidente, y a la condición de una indemnización previa y justa.
Referencias[editar]
1. Volver arriba ↑ Texto integral del informe de Mounier, en los archivos de la Asamblea
Nacional de 1787 a 1860, del 5 de mayo de 1789 al 15 de septiembre de 1789, debates
del 9 de julio de 1789, págs. 214-216, en Gallica.
2. Volver arriba ↑ Weiss, Juan Bautista (1931). Historia Universal, Volumen XV: Los
Estados Unidos vs Canada. La Revolución francesa. Barcelona: Tipografía La
Educación., pág. 506
3. Volver arriba ↑ Resolución del 19 de agosto de 1789, en los archivos de la Asamblea
Nacional de 1787 a 1860, del 5 de mayo de 1789 al 15 de septiembre de 1789, pág. 459,
en Gallica.
4. Volver arriba ↑ Debates del 26 de agosto de 1789, en los archivos de la Asamblea
Nacional de 1787 a 1860, del 5 de mayo de 1789 al 15 de septiembre de 1789, pág. 489,
en Gallica.
5. Volver arriba ↑ Algunas fuentes indican equivocadamente como día de la aprobación el
27 de agosto.
6. Volver arriba ↑ Art. 2°. La meta de toda asociación política es la tutela de los derechos
naturales e imprescriptibles del hombre. Estas derechos son: la libertad, la propiedad, la
seguridad y la resistencia a la opresión.
Bibliografía[editar]
Georg Jellinek, Die Erklärung der Menschen- und Bürgerrechte,
Duncker&Humblot, Berlín, 1895.
Gérard Conac, Marc Debene, Gérard Teboul, eds, La Déclaration des droits de
l'homme et du citoyen de 1789; histoire, analyse et commentaires, Economica,
París, 1993, ISBN 978-2-7178-2483-4.
Realino Marra, La giustizia penale nei princìpi del 1789, in «Materiali per una
storia della cultura giuridica», XXXI-2, 2001, pp. 353-64.