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Otras obras suyas son una biografía de Joaquín Costa (Joaquín Costa, el gran
fracasado, 1930) y, en 1932, el estudio histórico (España bajo la dinastía de los
Borbones, 1701-1931).
En esta línea también José López Pinillos, más conocido por sus seudónimos Puck y
sobre todo Pármeno. Nace en Sevilla, el 2 de junio de 1875 - Madrid, 12 de
mayo de1922). Fue periodista, dramaturgo y escritor español.
Inició sus estudios de derecho en su ciudad natal, pero una serie de dificultades
económicas en el seno familiar, le impidieron terminar el último curso. Fue hombre de
cultura y apasionado por la lectura: entre sus autores preferidos Edgar Allan Poe, León
Tolstoy, Fedor Dostoievski y Charles Dickens. En 1900 estrenó su primera obra
teatral, El vencedor de sí mismo. En Madrid, fue redactor de España (1904) y de El
Globo (1902-1903) bajo el seudónimo de "Puck". Luego lo fue de La Correspondencia
de España, y fue redactor jefe y después dirigió El Liberal de Bilbao desde 1906.
En 1918 publica Esclavitud, obra en la que se denuncia sin tapujos el ultraje continuo al
que somete un señor feudal a los hombres y mujeres que se encuentran bajo su égida.
De contenido similar a Fuenteovejuna, La tierra (1921) recoge las vivencias de
jornaleros y caciques que luchan por la posesión de las fuentes de producción primarias.
Los dramas urbanos, menos característicos, giran en torno al honor y la honra, ya sea
con un sesgo cómico (Hacia la dicha, 1913, y Los senderos del mal, 1918), ya sea con
una impronta de carácter filosófico (La otra vida, 1915).
También cultivó la novela. Algunos de sus títulos: La sangre de Cristo 1907; Los
enemigos 1908; Las águilas (De la vida del torero), 1911 Ojo por Ojo (1915), etc. En
su mayoría, son obras en las que aborda la problemática andaluza de la época, incluso la
rivalidad entre provincias, que entonces se reflejaba en los toros, y también supone un
glosario de rasgos fonéticos y morfológicos del andaluz con expresiones que ya han
desaparecido.
El siguiente autor, Eugenio Noel, ha sido considerado por la crítica como un 'epígono
de la generación del 98', representa una voz muy peculiar en la historia de la literatura
española.
Eugenio Noel, seudónimo de Eugenio Muñoz Díaz, nació en Madrid el 6 de septiembre
de 1885. Enfermo de neumonía, ingresaría en el Hospital San Pablo de Barcelona,
donde falleció el 25 de abril de 1936, pobre, como vivió siempre, solo y abandonado
por todos, excepto por su mujer.
Se crío en el seno de una humildísima familia, era hijo de una sirvienta y de un lazarillo
de ciego. Tras cursar sus primeros estudios, ingresó como seminarista (gracias a la
generosidad de la duquesa de Sevillano, para la que trabajaba su madre) en los cartujos
de Tardajos, en Burgos. Aunque Noel descubrió pronto su falta de vocación religiosa y
regresó a Madrid, ciudad en la que se interesó por asistir a clases de Derecho.
Noel, hombre de ideología republicana y devoto seguidor de las ideas regeneradoras de
Joaquín Costa, estaba convencido de que los males de España radicaban en la incultura,
en la excesiva influencia del clero y en la afición a los toros y al flamenco. En 1913
inicia una apasionada y titánica campaña antitaurina y antiflamenca a la que dedicó el
resto de su vida y durante la cual recorrió, a cambio de cuatro duros y en condiciones
casi siempre penosas, multitud de pueblos y ciudades de España (incluidos varios de
Asturias). Un año más tarde, fundó el periódico 'El Flamenco’ una especie de semanario
antiflamenquista', que más tarde se llamó 'El Chispero' y que desapareció a las seis
semanas por falta de medios económicos. Noel consiguió una enorme popularidad, pero
su afán polemista suscitó también el rechazo de muchas personas, la crítica feroz e
incluso fue atacado físicamente en alguna ocasión.
Su tremenda actividad no se limitó a España, sino que en cuatro ocasiones viajó a la
América de habla española, que recorrió prácticamente entera, dando conferencias,
publicando artículos periodísticos y provocando siempre la polémica. La obra de Noel,
como su propia vida, es desmesurada y torrencial. Además de sus colaboraciones
periodísticas, fue ensayista y novelista. Publicó más de treinta novelas cortas y una
larga, 'Las siete Cucas' (1927), también la más lograda y la más interesante de todas. El
autor intenta revivir todo el sabor y el ambiente de la novela clásica, mediante una
evocación profundamente humana, pero a la vez llena de ironía, sabiduría y humor.
Junto al desarrollo argumental de la novela encontraremos incursiones ensayísticas entre
literarias, psicológicas y castizas.
Como ensayista, es autor de una obra amplia y original, muy personal, en la que cabe
mencionar títulos como: 'El flamenquismo y las corridas de toros', 'República y
flamenquismo', 'Pan y toros' (1913), Las capeas' (1915), 'Aguafuertes ibéricos' (1927),
etc.
Además de su inmensa producción literaria, tras su muerte se publico 'Diario íntimo', en
el que el autor fue escribiendo de forma casi cotidiana, el borrador de lo que habría de
ser la que él consideraba su mejor obra: 'La novela de la vida de un hombre', una
asombrosa autobiografía de casi 800 páginas. Los dos tomos de este interesante diario
se publicaron en Madrid en 1962 y 1968, respectivamente.
Por último, me centraré en la figura de Felipe trigo. Nace en Villanueva de la Serena,
Badajoz en 1875 y muere en Madrid 1916, en pleno apogeo de su popularidad, el 2 de
septiembre de 1916 Felipe Trigo acabó de un tiro con su vida, siendo enterrado en el
cementerio de Canillejas. Cursaría el bachiller en Badajoz y la carrera de medicina en
el Hospital de San Carlos de Madrid. Su experiencia como estudiante forastero en la
capital la plasmaría en la novela En la Carrera.
Felipe Trigo profesó un socialismo marxista ortodoxo, y llegó a publicar una serie de
nueve artículos en El Socialista. Más adelante evolucionó a un reformismo radical
pequeño-burgués, en la línea de Melquíades Álvarez, al que dedicó encomiásticamente
el prólogo de Jarrapellejos, su principal obra. El autor escribió también ensayos en los
que explicitó sus opiniones políticas. El más destacado es quizá su libro Socialismo
individualista, publicado en 1904. Cabe citar además: La campaña de Filipinas
(Impresiones de un soldado) (1897), El amor en la vida y en los libros (1908) y Crisis
de la civilización (La guerra europea) (1915)
Como venía comentando, la mayor parte de las novelas y relatos cortos de Felipe Trigo
tienen como tema principal el erotismo. Trigo criticaba en estas novelas la hipocresía y
los prejuicios de la sociedad española en lo relativo a la moral sexual.
El autor es, sin embargo, más recordado por dos obras en las que, aunque lo erótico
está también presente, priman sus inquietudes regeneracionistas, cercanas a las ideas de
los miembros de la generación del 98. Son éstas El médico rural (1912), en la que, con
abundantes elementos autobiográficos, critica enérgicamente la miseria y la ignorancia
en la que viven los campesinos extremeños; y, sobre todo, Jarrapellejos, subtitulada por
su autor como “Vida arcádica, feliz e independiente de un español representativo”.
Novela varias veces reditada y llevada al cine por Antonio Giménez-Rico, que denuncia
los males del caciquismo en la sociedad española de la Restauración.
Para concluir con la exposición, se puede establecer por tanto una división de autores y
sus diferentes visiones. De este modo, José López Pinillos y Eugenio Noel, se ajustarían
al molde satírico, violento y regeneracionista. Este mismo molde se percibe en algunas
novelas de Trigo, pudiendo ser calificado provisionalmente como “casticista”.
Por su parte, Manuel Ciges Aparicio: quizá es el más interesante de todos ellos, abarca
registros que van del desgarrado relato de ambiente bohemio a la novela rural de tema
caciquil.