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Por qué fracasan

los países
Introducción:
-El libro que vamos a estudiar trata de las enormes diferencias en ingresos y nivel de
vida que separan a los países ricos del mundo como EE.UU., Gran Bretaña o
Alemania, de los más pobres, como los de África subsahariana, América Central o el
sur de Asia.
Dentro de las diversas teorías económicas y el especial peso específico de algunos
indicadores macroeconómicos, los autores destacan la importancia de las instituciones
como pilar esencial del futuro de los países y de las marcadas diferencias que se
muestran entre ellos.
Capítulo 1: Tan cerca y sin embargo tan diferentes.
-El capítulo inicial nos muestra la forma en que las instituciones pueden marcar las
diferentes maneras de vida de un solo territorio mediante el ejemplo de la ciudad de
Nogales. Esta ciudad queda dividida en dos, siendo el territorio norte de EE.UU., con
una renta media por hogar de 30.000 dólares estadounidenses al año, y el sur de
México, cuya renta aquí es de una tercera parte del territorio norte de la ciudad.
¿Por qué las instituciones de EE.UU conducen mucho más al éxito que las de México
o cualquier otro país de América Latina? La respuesta se sitúa en la forma en que
estos países y las sociedades que los habitan se formaron en el inicio del período
colonial. La divergencia institucional que se produjo en este período causó
implicaciones que hoy día aún perduran, siendo necesario remontarse a la formación
de estas colonias tanto en Norteamérica como en América Latina: la forma en que los
conquistadores trataban a los nativos de estos territorios y a sus recursos fue
prácticamente un expolio, surgiendo la crítica al colonialismo cruel y desmedido que
realizó Bartolomé de las Casas, un fraile español que dedicó su vida y su obra a la
evangelización y exaltación de los derechos de los indígenas de Sudamérica, que eran
sólo un recurso más para los pueblos colonizadores. De las Casas inició una larga
campaña para reformar las instituciones coloniales españoles, culminando su esfuerzo
con la obra ¨Brevísima relación de la destrucción de las Indias¨, escrita en 1542, que
resume un ataque fulminante a la barbarie del dominio español.
Tras la derrota de la armada española en 1588, los ingleses tomaron la confianza
suficiente para iniciar una búsqueda del imperio colonial, aunque debido a su tardanza,
no pudieron elegir el territorio que colonizarían. No eligieron Norteamérica por gusto,
sino porque era el único territorio disponible. No fue hasta 1607 cuando fundaron el
primer asentamiento que tuvo éxito, Jamestown, naciendo el germen del estado de
Virginia. Este primer asentamiento tuvo diversos encuentros con los pueblo indígenas
de la zona, fracasando cualquier forma de comercio pacífico a largo plazo. Además, la
carencia de bienes preciosos por parte de los nativos de Norteamérica apagó el
interés de los colonos en ellos, generando un modelo de desarrollo colonial: la
explotación de los colonos, que dio a la institución dominante (Virginia Company) la
propiedad de las tierras y por tanto la capacidad para hacerlos trabajar de forma
exhaustiva. No tardaron en darse cuenta del fracaso de dicho modelo, por lo que en
1618 comenzó el ¨sistema de reparto de tierras por cabeza¨ que daba a cada hombre
adulto 50 acres de tierra y 50 más por cada miembro de su familia, y un año después
una asamblea general que daba voz efectiva a todos los colonos hombres en las leyes
e instituciones que gobernaban la colonia. Así nació la democracia en EE.UU.,
surgiendo a partir de este punto diferentes declaraciones de derechos y deberes,
como la Carta de Maryland, que establece el sistema de organización social en las
colonias.
En este punto, tras la fundación del Primer Congreso Continental en 1774, surgió un
objetivo común para los habitantes de estas tierras: un estado independiente del
Imperio Británico. Es evidente que no es casualidad la adopción de una constitución
con principios democráticos y limitaciones para los poderes políticos en Norteamérica
y no en México: el trato que las instituciones le han dado a sus habitantes produce un
desarrollo mayor de la política en cada territorio, además de la realidad a la que se
enfrentaba el estado español con las múltiples guerras y la invasión francesa, que no
hizo más que endurecer la política en las colonias. El hundimiento del estado español
hizo surgir cuestiones en América Latina sobre la autoridad de éste, comenzando el
sentimiento independentista en los territorios coloniales españoles. La Revolución
Industrial que sucedió a estos hechos y el desarrollo de las comunicaciones nos abrió
paso a un mundo cuyas instituciones dejaron a un lado los derechos o la organización
positiva de la sociedad para dar paso a un nuevo objetivo: el aumento del capital y el
poder que ejercían estas grandes instituciones, tanto empresas como gobiernos.
El mundo en el que vivimos hoy en día no es más que un reflejo de todas las
desigualdades que se han ido gestando a lo largo de estos procesos y el objetivo de
este libro no es más que elaborar una teoría de la desigualdad mundial, que muestre a
los lectores que no únicamente la economía mueve los hilos de este mundo capitalista
y desigual, sino que es crucial la implicación de la política y las instituciones en el éxito
o fracaso de un país y en las variaciones económicas que estos sufren.
Capítulo 2: Teorías que no funcionan.
-Dentro de las desigualdades, en la riqueza y pobreza de cada país, encontramos
diferentes modelos y formas de desarrollo. La generalización del modelo económico
actual viene de la Revolución Industrial Inglesa, que se extendió con facilidad entre los
países más prósperos del siglo XIX.
Es curioso que hay países que, dentro de su marco cultural y del territorio en el que se
sitúan, siguen manteniendo su forma de desarrollo y su nivel de riqueza con respecto
a otros países del mismo grupo. Hay varios ejemplos de esto, como el caso de
América u Oriente Medio. Si hacemos una lista de los países más ricos a los más
pobres, observamos que en estos territorios los países que la conforman mantienen su
lugar desde hace cien o ciento cincuenta años. EE.UU., Canadá, Chile o Argentina
llevan a la cabeza de su continente desde hace 100 o 150 cincuenta años, al igual que
Arabia Saudí o Kuwait, países petroleros, se mantienen a la cabeza de su territorio por
encima de los países que poseen poco o no poseen petróleo. Una teoría ampliamente
aceptada de las causas de la desigualdad mundial es la hipótesis de la geografía, que
afirma que la gran brecha que separa países ricos y pobres se debe a las diferencias
geográficas, en las que vienen implícitos los recursos, el clima y la exposición a
fenómenos naturales. Sin embargo, la desigualdad mundial no puede explicarse de
esta forma ni asociarse al clima o a las enfermedades. Volviendo al ejemplo de la
ciudad de Nogales, el marco geográfico es indiferente. Lo que produce el cambio entre
las dos zonas son las instituciones que las regentan: EE.UU y México. Otra muestra
del peso del poder de las instituciones se remonta a los nativos del sur y el norte de
América. En el sur, los Incas, Aztecas o Mayas estaban más desarrollados que
cualquier civilización del norte de América, pero el desarrollo de ese territorio es mayor
en la actualidad debido a la manera en la que los Estados Unidos abrazaron la
tecnología descubierta en la Revolución Industrial Inglesa y la desarrollaron, frente a la
forma de sociedad y producción de los países del sur, siendo las instituciones las
responsables de esta desigualdad y no el marco geográfico.
La segunda de las teorías que buscan explicar la desigualdad mundial y que tiene gran
aceptación entre los sociólogos y expertos es la hipótesis de la cultura. La relación que
se establece entre cultura es prosperidad se remonta al gran sociólogo alemán Max
Weber, que defendía que la reforma protestante y la ética que promovía dicha religión
tuvieron un papel decisivo en el momento del ascenso de la sociedad industrial
moderna en Europa occidental. La hipótesis de la cultura ya no se basa únicamente en
la religión, sino que destaca otros tipos de creencias, valores y ética. Ejemplos de
esto, puramente tópicos, son la relación de la pobreza en África con la persistencia de
la brujería y el culto religioso exacerbado, la conexión que se establece entre la
sociedad de América Latina y el derroche y la pereza, fruto de la influencia ibérica y el
¨ya lo haré mañana¨ o la cultura china y las enseñanzas de Confucio (antes
rechazadas por el gobierno chino) como motor del modelo de trabajo del que tanto
hace honor China ¿Es útil esta hipótesis para comprender la desigualdad en el
mundo? Sí y no, ya que las normas sociales y culturales pueden ser frenos o motor del
desarrollo de una sociedad pero no son suficientes para actuar de la forma que actúan
la economía, la política o las instituciones de un país y producir la repercusión que
producen.
La última teoría popular para explicar por qué algunos países son pobres y otros ricos
es la hipótesis de la ignorancia, que afirma que la desigualdad del mundo existe
porque nosotros o nuestros gobernantes no sabemos hacer que un país pobre sea
rico. Esta idea es la que defienden la mayoría de los economistas, ya que afirma que
el motivo de que un país pobre lo sea es debido a sus problemas y fallos de mercado,
a los que los economistas y diseñadores de políticas no encuentran solución y los han
agravado aplicando medidas erróneas. Los países ricos, según esta teoría, son ricos
porque han aplicado mejores políticas y han eliminado estos fallos con éxito. Esta
hipótesis difiere de las dos anteriores en que aporta una sugerencia fácil sobre como
¨resolver¨ el problema de la pobreza. Si la ignorancia nos ha llevado hasta aquí,
los gobernantes y los diseñadores de política con verdaderos conocimientos al
respecto pueden sacarnos del problema. Deberíamos ser capaces de generar
prosperidad proporcionando el asesoramiento adecuado y convenciendo a los políticos
de lo que es una buena y sólida economía. Sin embargo, el problema no reside en la
ignorancia de los políticos, sino en los incentivos y los límites a los que se enfrentan
desde las instituciones políticas y económicas y los intereses de éstas.
A pesar de que estas hipótesis aún imperan en los círculos de sociólogos y
economistas y de que defenderemos estas cuestiones, es inútil asociar la prosperidad
o la desigualdad a fenómenos geográficos, culturales o simplemente atribuirla a
errores irresolubles por algunos países porque la economía haya asumido que los
problemas que dificultan el desarrollo de los mercados solo deban mejorar su
asesoramiento para fomentar el crecimiento. Para explicar la desigualdad mundial aún
es necesario que se amplíen o regulen los límites e incentivos que las instituciones
dedican al desarrollo.
Capítulo 3: La creación de la prosperidad y la pobreza.
-En el ejemplo de las dos Coreas vemos como ninguna de las anteriores hipótesis nos
vale para explicar la brecha de desarrollo tan grande que existe entre el norte y el sur
de lo que un día fue un único país, que no cesará de crecer. Para analizar este
fenómeno debemos observar las instituciones que movían la economía de cada país y
los incentivos que motivan a las personas a participar en el desarrollo de estas. La
juventud de Corea del Norte no posee esperanzas en el futuro, ya que carecen de
formación o de un mercado donde poder ejercer un oficio; su único destino con certeza
es la formación militar obligatoria que deben recibir. Sin embargo, los de Corea del
Sur, con una educación que los motiva a destacar en el oficio acerca del que decidan
formarse, ya que si destacan en este podrán disfrutar de las ganancias que les
proporciona la posibilidad de propiedad privada. En conclusión, comparamos a dos
países, que antes eran uno solo y que, debido a sus instituciones, han evolucionado
hacia un nivel de desarrollo muy desigual: En Corea del Sur se apoya la actividad
económica y en Corea del Norte no, lo que da lugar a unas instituciones más
propensas al desarrollo en el sur.Este tipo de instituciones son denominadas
inclusivas, y además de fomentar y posibilitar la participación del individuo en
actividades económicas, ya que tienen libertad de elegir el ámbito en el que se forman,
ofrecen seguridad de la propiedad privada, un sistema jurídico imparcial y servicios
públicos que proporcionen igualdad de condiciones a todos los niveles sociales, por lo
que implican la existencia de derechos y oportunidades económicos no solamente
para la élite, sino para la mayor parte de la sociedad. Además allanan el camino para
dos grandes motores de prosperidad: la tecnología y la educación, que van
acompañados de aumentos en la producción de una sociedad por lo que decimos que
este tipo de instituciones son generadores de riqueza. La educación y las habilidades
de los trabajadores son lo que genera el conocimiento científico sobre el que se
construye nuestro progreso.
De la misma forma, las instituciones extractivas, como las que regentan la economía
norcoreana o de algunos países de América Latina, son las que tienen propiedades
opuestas a las instituciones inclusivas. Son extractivas porque tienen como objetivo
extraer rentas y riqueza de un subconjunto de la sociedad para beneficiar a un
subconjunto distinto.
Estos dos tipos de instituciones económicas nos muestran un ejemplo claro de
generadores de riqueza y pobreza, ya que es visible que aprovechar el potencial de
los mercados inclusivos, fomentar la innovación tecnológica e invertir en el aumento de
las habilidades de las personas son requisitos clave para el desarrollo económico
frente a la extracción colectiva de las rentas en favor del beneficio de terceros, ya que
las instituciones políticas absolutistas como la de Corea del Norte permiten que
personas se lucren de los beneficios logrados por las instituciones mediante la
sociedad.
La relación entre las instituciones económicas extractivas y las políticas es muy
estrecha, ejerciéndose entre ellas un bucle de retroalimentación: las instituciones
políticas permiten que las élites controlen el poder político a fin de estructurar las
instituciones económicas, la forma en que estas influyen en la sociedad y fomentar su
evolución y producción de beneficio y, al enriquecer a esta élite se consolida, su poder
político. Las instituciones económicas inclusivas sin embargo, se forjan a través de las
bases que establezcan las instituciones políticas inclusivas, que reparten el poder
entre la sociedad y permiten que todo individuo participe en la vida económica.
El crecimiento económico al que se aspira mediante el desarrollo de estas
instituciones, sean del tipo que sean, están acompañados por lo que el gran
economista Joseph Schumpeter denominó ¨destrucción creativa¨: la sustitución de los
viejos sectores por unos nuevos que acaparan la producción de recursos que antes
iba dedicada a otros ámbitos y la consecuente competitividad en el escenario político y
en el mercado económico. A pesar del éxito o fracaso que puedan tener algunos
grupos específicos hay una verdad evidente: los grupos poderosos suelen oponer
resistencia al poder económico y a los motores de prosperidad, a fin de que el lugar en
el que tanto les ha costado asentarse no sea arrebatado por otra institución más fuerte
o sólida.
La tesis central de este libro es que el desarrollo y la prosperidad económicos vienen
asociados con las instituciones económicas y las políticas inclusivas, mientras que las
extractivas normalmente conducen al estancamiento y la pobreza. Esto no quiere decir
que las instituciones extractivas se hayan formado todas igual o que estas no puedan
generar riqueza o crecimiento. Existen dos formas distintas pero complementarias de
que una institución política o económica extractiva genere desarrollo económico:El
primero es la posibilidad de crecimiento cuando las élites puedan asignar recursos
directamente a actividades de alta productividad que controlan personalmente. Dos
ejemplos de estos son las plantaciones azucareras del Caribe entre los siglos XVI y
XVIII o la producción industrial de la Unión Soviética: economías muy fuertes que se
basan en una forma de ejercer el poder autoritaria y en las que las élites que se
aprovecha de la explotación y producción exhaustiva de terceros para beneficio propio.
El segundo tipo de crecimiento aparece cuando se permite la introducción total o
parcial de elementos propios instituciones inclusivas, pero con un origen extractivo. Un
ejemplo de esto es el mandato del general Park en Corea del Sur, que aunque ejercía
una forma de política extractiva, buscó una forma de motor económico inclusivo
apoyado por la sociedad y por EE.UU, lo que le facilitó el paso a instituciones
inclusivas aun tomando como origen las anteriores de carácter extractivo. Como
conclusión a esto, aunque las instituciones extractivas puedan generar algo de
crecimiento normalmente no llegarán a un desarrollo económico sostenido y además
siempre serán instituciones frágiles con grandes opositores. Por eso, el crecimiento
nunca será total a menos que se pase de una forma absoluta de esas instituciones
originariamente extractivas a otras inclusivas con más movilidad y posibilidades
económicas.
Capítulo 4: Pequeñas diferencias y coyunturas críticas: el peso de la historia.
-Algunos hechos naturales o no previstos por el hombre, como la epidemia de peste
negra proveniente de Asia y que sacudió los cimientos del sistema feudal a partir de su
punto álgido en Europa occidental, alrededor del 1348. Este sistema, que utilizaba
como motor la mano de obra campesina que generaba los bienes que acababan
llegando a manos del señor feudal. La riqueza se movía de muchos campesinos a
unos pocos señores. Por tanto, tras la epidemia de peste, la enorme escasez de mano
de obra hizo que los campesinos supieran ver que ellos eran el motor de la sociedad, y
los animó a exigir más derechos y garantías de seguridad. En 1351, debido a la recién
aparecida propensión de los campesinos a abandonar sus quehaceres y liberarse de
los trabajos obligatorios que les imponían, el gobierno anglosajón, donde fue
especialmente común esta práctica, emitió el estatuto de los trabajadores, que
intentaba fijar los sueldos establecidos antes de la epidemia de peste y poner fin a las
ansias de cambio de las instituciones y los sueldos. Pero no tuvo resultado, tomando
lugar la revuelta campesina de 1381 que llegó a tomar parte de Londres con Walt Tyler
a la cabeza. Fue sofocada, pero a partir de ese momento las condiciones de los
trabajadores mejoraron, apareció un mercado de trabajo e incluso aumentaron los
sueldos. La epidemia en Asia tomó el sentido contrario, utilizando los grandes señores
la debilidad del momento para ampliar sus posesiones y afianzar la servidumbre de los
campesinos, que vieron sus libertades muy reducidas.
En apenas 300 años, las anteriormente similares Europa occidental y oriental,
pasaron a ser dos mundos distintos, con mayor libertad e incentivos por parte de
occidente frente a una clase campesina oriental cuyo trabajo era impuesto a la fuerza
para beneficio y producción de occidente, ya que estos empezaron a solicitar
abastecimiento de centeno, trigo y ganado que se producía en oriente.
El hecho de comprender como los grandes hechos históricos y los diferentes caminos
que han tomado las instituciones a lo largo de la historia nos sirve para explicar la
situación actual y elaborar una teoría completa sobre los orígenes de las diferencias
en pobreza y prosperidad.
Inglaterra fue el primer país del que se tiene constancia histórica de como tornó hacia
el crecimiento económico sostenido en el siglo XVII. Los grandes cambios políticos
fueron precedidos por un conjunto de pequeños cambios en las instituciones, que se
volvieron de una forma más inclusiva que ninguna de las vistas anteriormente a lo
largo de la historia. Estas tuvieron implicaciones profundas no solo para los incentivos
y la prosperidad, sino también para quien sería el beneficio de esta prosperidad. Estos
conjuntos de cambios y luchas institucionales culminaron con dos importantes
acontecimientos históricos que cambiaron el panorama político, social y económico
para el resto de la historia de Inglaterra: la Guerra Civil de 1642 y la Revolución de
1688.
La Revolución limitó el poder del rey y dio al parlamento poder para determinar
instituciones económicas, que comenzaron a tornarse más inclusivas y dirigidas al
beneficio común más que al de la élite. El gobierno promovió incentivos para la
inversión, el comercio y la innovación, cambiando las bases de la economía e
impulsando los motores de la prosperidad, que comenzó su camino hacia la
Revolución Industrial.
La Revolución Industrial británica produjo un aumento notable de la desigualdad
mundial, ya que solamente algunas partes del mundo adoptaron las nuevas
tecnologías e innovaciones. No es casualidad que este suceso ocurriera en Inglaterra,
ya que la forma en que sus instituciones se tornaron muy diferentes a las cercanas
Francia y España durante la misma época, siendo a partir del año 1600 cuando se
estableció una forma de comercio mundial en la que Inglaterra tuvo gran presencia y
que dio lugar a los grandes cambios políticos que le dieron ventaja sobre el resto de
Europa. Los caminos que tomaron las coronas española, francesa e inglesa ilustran
como la interacción de pequeñas diferencias institucionales con coyunturas críticas y
un modelo común produce la alteración en el equilibrio de alguna de estas naciones en
cuanto se ve afectada por un acontecimiento o una confluencia de factores, que
producen la necesidad de avanzar y desarrollarse para coger ventaja con respecto a
sus homólogas. Un ejemplo a mayor escala de este suceso es el anteriormente
mencionado sobre Europa occidental y oriental, que prácticamente poseían la misma
forma en sus instituciones pero sus caminos se tornaron divergentes tras la epidemia
de la peste negra en 1348, que transformó las pequeñas diferencias institucionales en
una necesidad de cambio y desarrollo. Actualmente los modelos divergentes de
desarrollo económicos se basan en la interacción de las diferentes formas
institucionales, que se retroalimentan y funcionan simultáneamente hasta que un
suceso de gran importancia nos cree la necesidad de cambio.
Los resultados de los grandes acontecimientos a los que hicimos referencia
anteriormente vienen perfilados por el peso que la historia ha dado a cada sociedad y
la forma de actuar de cada una de estas ante dichos sucesos. La cultura, la forma de
política y economía perfilan el equilibrio de poder y da lugar a los cambios que hacen
evolucionar a las distintas instituciones. De estos elementos depende que el giro hacia
el que tornan dichos cambios fruto de la coyuntura crítica sea inclusivo y, por lo tanto,
positivo para la sociedad en cuestión o extractivo y que produzca un retroceso del
desarrollo económico y social. Un ejemplo de esto es que la República Veneciana
tomó grandes horizontes en el ámbito político y social en la época medieval al igual
que Inglaterra en el siglo XVII, pero sin embargo las instituciones en Venecia fueron
corrompidas por la élite, que aprovechó la ignorancia popular y su poder militar para
transformarlas en instituciones extractivas que monopolizaron tanto las oportunidades
económicas como el poder político.
Los grandes cambios que surgieron en Inglaterra durante la edad Moderna, como la
aparición de la economía de mercado, el desarrollo sostenido y la política del
crecimiento social se extendieron con facilidad por Europa occidental y el resto del
mundo, desarrollándose grandes instituciones que emulaban a las Inglesas y que con
el tiempo tomaron trayectorias distintas, dando lugar a la divergencia institucional en
América y el sentimiento anticolonial y de independencia de Europa. África no fue
capaz de aprovechar las oportunidades que le brindó la revolución industrial,
solamente en pequeños núcleos y durante tiempo limitado, dando lugar sobre todo a
instituciones y políticas extractivas que únicamente buscan aprovecharse de la
incultura de la sociedad y de los recursos autóctonos. La revolución industrial
propiamente dicha no se ha experimentado aún de forma plena en África, porque
dicho continente ha sufrido un círculo vicioso de explotación y extracción de su riqueza
que no ha permitido a sus instituciones desarrollar la nueva tecnología y adaptarse al
resto del mundo. Otros ejemplos de cómo el peso de la historia hace mella en el
desarrollo de un país que ha sido explotado una y otra vez es la India, cuya deriva
institucional tornó hacia un sistema de castas y la sumisión al poder británico o China,
que nunca fue colonizada por una potencia europea pero su derrota en las Guerras del
Opio les costó la aceptación de tratados humillantes que permitían el comercio
europeo en la zona.
Hemos visto que ni las teorías basadas en la geografía, cultura o ignorancia ayudan a
explicar la situación en la que estamos inmersos. No proporcionan una justificación
satisfactoria de los patrones de la desigualdad mundial. Los diferentes hechos
contingentes como la Revolución Industrial, la situación de pobreza en África u Oriente
Próximo y las transiciones desde el estancamiento hasta el desarrollo económico y el
fin, a veces abruptos, de los impulsos de crecimiento por la pérdida de oportunidades
institucionales son ejemplos de elementos esenciales para el desarrollo y el cambio
general hasta la situación en la que nos encontramos ahora. En los capítulos restantes
desarrollaremos una teoría completa que explique cómo se producen las
desigualdades y porqué y cómo el fracaso actual de los países está fuertemente
influido por los hechos históricos que rodean a sus instituciones y que han hecho
efecto en los cambios que se produjeron en éstas.
Capítulo 5: ¨He visto el futuro, y funciona¨: el crecimiento bajo instituciones extractivas.
-Cómo hemos visto, a lo largo de la historia la mayoría de sociedades e instituciones
que las dirigían actuaban de una forma extractiva. ¿Significa eso que hasta que
aparecieron las instituciones inclusivas no existía la riqueza? Obviamente no, ya que
debe existir una riqueza para que pueda ser extraída por la élite gobernante. La
naturaleza de este crecimiento posee unas características propias, y no se dirige hacia
un desarrollo sostenible que implique avances tecnológicos, sino que se basará en la
tecnología ya existente. La URSS es un buen ejemplo de cómo unas instituciones
extractivas pueden generar riqueza y desarrollo, pero acabará hundiéndose en última
instancia debido a la debilidad de su sistema regido por una élite rígida e intocable y la
cantidad de opositores que posee. Cuando esta reducida élite controla todos esos
recursos, no buscará el desarrollo de las tecnologías o la formación de la mano de
obra, sino la producción ininterrumpida de riqueza, que por supuesto genera beneficio
propio a esta élite y no al resto de la sociedad. Un ejemplo de esto puede ser la
industria armamentística, cuya producción fue masiva aún bajo la dirección de
instituciones extractivas.
Toda esta planificación central de la economía deriva en la imposibilidad de introducir
nuevos y eficientes incentivos que mejoren, mediante la aceptación popular, el
crecimiento que genera una sociedad. El motivo de esto es que todo este sistema es
arbitrario, por orden del gobierno, y no puede ser modificado o revisado ya que está
destinado a cubrir problemas económicos básicos sin mermar la fuente de riqueza de
la élite gobernante, dejando en segundo plano a la mano de obra que es el verdadero
motor de todo este crecimiento e imposibilitando el desarrollo de sus habilidades e
ideas, ya que su trabajo debe ir dirigido al sector que decida el gobierno.
El objetivo básico de estos sistemas políticos es crear instituciones que generen
riqueza pero no para beneficio de la sociedad o de las propias instituciones, sino que
va destinado a la riqueza personal de los que rigen este sistema.
En el caso de las primeras sociedades, que no conocían o habían desarrollado otra
forma de política que no fuera extractiva, el desarrollo se basa en la organización que
cada una de estas sociedades atribuye a sus miembros. Por lo general, la mayoría de
recursos venían de la agricultura y eran puramente destinados al consumo. Según la
forma en que cada sociedad reparte estos recursos, su desarrollo varía. Por ejemplo,
una sociedad que alimenta a la clase guerrera por encima de la clase campesina
estará mejor defendida ante ataques enemigos y tendrá menos posibilidades de
insurrecciones militares, pero descuidará al motor de su economía al ofrecer pocas
posibilidades a los campesinos que generan dichos recursos. Los diferentes sistemas
de organización aparecen a medida que se va desarrollando y descubriendo la
agricultura en las distintas sociedades, apareciendo aquí el importante peso de la
historia, siendo diferente por ejemplo el sistema agrícola que utiliza una sociedad que
acaba de descubrir la agricultura a uno que la lleva desarrollando 50 años. Un ejemplo
de una sociedad que experimentó ese gran crecimiento y posterior declive en la
antigüedad: el Imperio Maya, que experimentó un gran desarrollo basado en la
producción mediante explotación de la clase campesina, apareciendo una compleja de
escritura y grandes ciudades con imponentes monumentos. Pero a finales del s VIII,
los problemas sociales fruto de la explotación y la debilidad del sistema de producción
lleva a la sociedad Maya al colapso. A pesar de que la sociedad Maya construyera
ciudades y su élite poseyera grandes riquezas, el sistema no era estable, porque la
élite que lo desarrolló de forma extractiva creó una gran brecha de desigualdad social
que generó luchas internas que acabaron con la civilización Maya.
Vistos estos ejemplos, el principal problema que presentan las instituciones extractivas
frente a las inclusivas es que no generan un desarrollo sostenible, ni generan avances
tecnológicos ni preparan a los integrantes de su sociedad para un mercado de trabajo
libre y variado. Hablamos entonces de un crecimiento limitado, que aunque parezca
espectacular en el momento en que se está desarrollando, como la Unión Soviética
entre los años veinte y setenta, si estas instituciones no experimentan un giro hacia
instituciones inclusivas, acaban estrellándose por acción de políticas cuya riqueza
generada acaba en manos de unos pocos.
Capítulo 6: El distanciamiento.
-En este capítulo trataremos el desarrollo histórico de instituciones a lo largo de la
historia en distintas partes del mundo y explicamos porque evolucionaron de formas
diferentes. El resultado de pequeñas diferencias institucionales es esta divergencia
institucional en la que, más allá de estas diferencias, encontramos todo un cúmulo de
hechos históricos cuya importancia ha sido eliminada pero que son cruciales en el
desarrollo de las diferentes instituciones que vamos a tratar.
El ejemplo de Venecia nos muestra cómo, tras su independencia en el 810 d.C. el
carácter inclusivo de las instituciones dio lugar a una gran prosperidad acrecentada
con una serie de medidas como la commenda, que fomentaba el desarrollo de las
transacciones económicas y la enorme red de mercado que dirigía esta potencia
medieval. El caso es que, tras ser derrocadas sus instituciones políticas, se tomó una
dirección negativa en el camino de esa prosperidad, que dio lugar a la Venecia que
conocemos hoy: un museo vivo, al que no le falta prosperidad pero procedente de
unos sectores básicos y sin posibilidad de desarrollo sostenido frente a la potencia
económica que llegó a ser en el siglo X. Este hecho demuestra que las instituciones
inclusivas pueden cambiar totalmente de rumbo, por lo que no existe un proceso
acumulativo simple de mejore institucional. Otra muestra de que estos pequeños
hechos no son el único motor de explicación para enseñar el rumbo de las
instituciones es Gran Bretaña, la cual, aun sufriendo el declive más absoluto y la
pérdida total de su forma de mantenerse próspera tras la caída del Imperio Romano
experimentó más adelante la evolución necesaria para que la Revolución Industrial y el
proceso hacia el liberalismo económico surgiera allí y no en ningún otro lugar.
Un ejemplo excepcional de un desarrollo con elementos pluralistas en lo social,
autoritarismo en lo político y prosperidad fruto de instituciones inclusivas y extractivas
es el Imperio Romano: dio derechos políticos y económicos a los ciudadanos, con
relativa libertad de mercado y organizaciones sociales por la defensa de esos
derechos; pero a la hora de recoger el beneficio que daba esta sociedad, la clase
senatorial siempre era prioritaria en el manejo de los recursos, demostrando que el
desarrollo de Roma no era sostenido y el reparto de la riqueza era muy desigual. El
declive de Roma, además, fue gracias a la derrota de estas instituciones mixtas por
parte de Julio César, que dirigió una política expansionista y con nuevas entradas de
riqueza, pero perdió todo el motor de prosperidad que se había ido gestando con el
desarrollo de aquellas instituciones que derrocó. Esta debilidad política que fue
creciendo dio lugar al caldo de cultivo necesario para que se produjeran la serie de
invasiones bárbaras que azotaron el imperio en el siglo V y que, a medida que iban
estimulando la inestabilidad en la sociedad, dieron por definitiva el final de su época de
expansión y crecimiento sin parangón. Todo este proceso de refuerzo de la defensa y
militarización requirió de una forma de instituciones más extractivas, que dirigían la
riqueza a mantener con vida el imperio. Eso sí, hay pruebas de que esta política
extractiva mantuvo una forma de expansión, formación y desarrollo de nuevas
tecnologías, difiriendo de esa forma extractiva clásica y cerrada.
Continuando con el análisis historiográfico de las instituciones y su evolución,
podemos destacar el surgimiento del sistema feudal y su fuerte carácter extractivo,
que dio lugar al sector social de la servidumbre, destinados a ser motor de la
economía pero no beneficiarios de esta. Este sistema no se limita a Europa, sino que
tuvo un desarrollo muy destacable en Oriente con el ejemplo del reino de Askum, cuyo
patrón histórico describe un recorrido similar al de Roma o el Japón feudal, cuyas
instituciones eran autoritarias y drásticamente extractivas pero muy desarrolladas en
su forma.
Todo esto podemos resumirlo en que toda sociedad regida por unas instituciones
experimenta un crecimiento inicial que, ayudado por el resto de hechos y diferencias
propias de las coyunturas críticas, influye de forma decisiva en el desarrollo que tendrá
esa sociedad a lo largo de su historia. En el siglo XVI, Europa era muy distinta al resto
del mundo en lo que a desarrollo se refiere. Había civilizaciones espectacular en Asia
o América que podían competir con cualquiera de las coetáneas europeas, pero de
forma aislada o de forma menos general que el desarrollo que experimentó Europa. Es
por esto que es allí donde se sitúa la cuna de las instituciones inclusivas y el
crecimiento más allá del orden feudal o extractivo y autoritario frente a todas las
grandes civilizaciones que se situaban en otros lugares, por todo ese cúmulo de
hechos, detalles y diferencias que han conjugado la sociedad que hoy nos ha tocado
vivir.
Capítulo 7: El punto de inflexión.
-El desarrollo de la industria textil en Inglaterra es un ejemplo claro de la idea principal
de este libro: En 1583, un sacerdote inglés llamado William Lee desarrolló, a partir de
la ley que obligaba a todos los ciudadanos a llevar un gorro de punto, la mecanización
primitiva de la fabricación de estos diseñando una máquina que los producía de forma
masiva. La reina Isabel I se negó a cederle una patente, ya que esto arruinaría a todo
el sector de la población que trabajaba la industria textil.
La llegada de nuevas tecnologías de manos de personas emprendedoras como
William Lee implica una destrucción creativa de la tecnología, que aparta el viejo
sistema de producción y lo sustituye por otro con más índice de creación de riqueza y
beneficios. Esto, aunque positivo para el desarrollo general de una sociedad y sus
instituciones, es privar de empleo y forma de obtención de recursos al sector de la
sociedad que trabaja con las antiguas tecnologías así como a los propietarios de las
viejas industrias. Es por eso que en las formas institucionales extractivas el desarrollo
de nuevas tecnologías está controlado: la élite crea una barrera en contra de la
innovación en estos casos debido a que tienen mucho que perder, y no permiten a los
trabajadores desarrollar nuevas ideas que generen beneficios a partir de su desarrollo
y les permitan ascender socialmente.
A partir de este tipo de casos surge lo que llamaremos conflicto político permanente,
que se ha mantenido a lo largo de la historia en todo tipo de sociedades. Se trata del
conflicto de intereses continúo que se produce entre las instituciones políticas, las
instituciones económicas y los ¨súbditos¨ o resto de miembros de la sociedad, que
como hemos visto, en la mayoría componen el motor de las instituciones de la
sociedad. En el caso de Inglaterra, las instituciones políticas han sufrido grandes
cambios de forma gradual a lo largo de su historia, motivo por el cuál ha sido allí
donde han tenido lugar los grandes cambios en el paradigma económico mundial con
respecto a los modelos de producción e instituciones políticas: Por una parte tenemos
el inicio del pluralismo político, impulsado por los nobles ingleses durante el siglo XIII
mediante la promulgación de la Carta Magna y la elección del primer parlamento en el
año 1265. Más tarde, ya en el siglo XVII, nos encontramos con la Guerra Civil y la
Revolución Inglesa, que restó poder a la élite real y noble en favor de la burguesía,
imponiéndose como la nueva clase social dominante y con un aumento continuo de
su poder, que inspiró sentimientos revolucionarios en Norteamérica y en las colonias,
que se encontraban en situación de explotación por parte de una élite explotadora que
hacía funcionar unas instituciones extractivas autoritarias con nefastas condiciones
para los que trabajaban para éstas. Por último, el acontecimiento que más se extendió
por todo el mundo fue la Revolución Industrial, que tuvo lugar en Inglaterra en el siglo
XIX y que cambió totalmente los modelos de producción mundiales y puso al imperio
inglés a la cabeza del mundo, a costa de una recién nacida clase obrera que, en
situación de extrema pobreza debido a la pérdida de sus trabajos, debía realizar
nuevos empleos en nefastas condiciones como la extracción de carbón en las minas.
Este combustible era el nuevo motor de la producción de recursos gracias a la
máquina de vapor, el aparato que impulsó la creación de la nueva tecnología que dio
lugar a todo esta nueva forma de desarrollo de la riqueza.
Todos estos sucesos tuvieron lugar allí debido a este carácter inclusivo que se ha ido
desarrollando poco a poco en Inglaterra, y que ha hecho posible el crecimiento gradual
de su sociedad, sus instituciones y sus formas políticas, llegando hasta nuestros días
como una de las primeras potencias mundiales y con grandes responsabilidades e
influencia internacionales. Todo el devenir de su historia desde la conquista Romana
ha ido dejando el germen perfecto para el nacimiento del pluralismo político y la
expansión de éste por todo el mundo, haciendo inevitable que surgiera, que pusiera en
jaque a todo el motor social, político y económico mundial y que nos llevara a la
situación actual mediante la gran repercusión que ha tenido su historia en todos estos
aspectos.
Capítulo 8: No en nuestro territorio: obstáculos para el desarrollo.
-A lo largo de la historia poseemos numerosos ejemplos de instituciones políticas que
han frenado intencionadamente ideas e invenciones que fomentarían el crecimiento de
la riqueza. Esto es debido a que toda nueva corriente de ideas y nuevas tecnologías
traen con ellas opositores a las antiguas, y en algunos casos estos antiguos motores
de economía se mantienen vivos, aunque supongan un menor índice de crecimiento,
para interés propio de personas perteneciente a la élite o a la clase dominante.
Un ejemplo de esto es la imprenta y el caso del Imperio Otomano este invento, clave
para la alfabetización en masa y para la difusión de ideas e intelectualismo, estuvo
prohibido hasta casi trescientos años después de su aparición. ¿Qué produjo esto?
Que los niveles de alfabetización fueran muy bajos con respecto a otros países como
Inglaterra o Alemania y, por tanto, su riqueza e índice de crecimiento era también muy
inferior. Pero aun con esto, a los sultanes otomanos les interesaba mantener a raya la
difusión de nuevas ideas, religiosas o políticas, entre la población ya que aunque
algunas de estas ideas pueden ser muy valiosas para el desarrollo económico, pueden
ser a su vez subversivas y cuestionar el poder político y social existente.
No solamente el absolutismo y la falta de interés por parte de la élite son los motivos
para que se fomente el freno del crecimiento: la falta de centralización política o la
centralización débil son también causas para que las nuevas tecnologías o ideas, ya
que el reducido número de personas que constituyen las instituciones políticas no
querrán que se les desbanque debido a la difusión de ideas formadoras de nuevos
modelos de institución en los que ellos no estén implicados.
Como hemos visto anteriormente, la mella que la historia hace en las instituciones
deriva en lo que hoy en día tiene lugar. La situación a la que hoy en día se enfrentan
Inglaterra y España es fruto de pequeñas diferencias que influyeron en el desarrollo
personal de cada país. Mientras que Inglaterra buscaba la integración de la política en
la sociedad y la representación universal de sus ciudadanos en política, España cada
vez limitó más la importancia del pueblo llano y no dejó de cederle poder a la
monarquía absoluta. Es por esto, que en Inglaterra tuvieron lugar sucesos como la
Revolución Burguesa o la Revolución Industrial frente al arrastre monárquico
tradicional que ha llevado a España hasta el día de hoy. La difusión de ideas fue más
prolífera en Inglaterra debido a todo este gran cúmulo de sucesos históricos y gracias
a esto su desarrollo económico se mueve más deprisa.
Aun con esto, la multitud de conflictos de intereses que ha tenido lugar desde la
entrada de Inglaterra en el mundo de los imperios coloniales ha causado también el
retroceso y el temor a la sociedad industrializada y conducida a la producción de
bienes. La oposición a la innovación fue muy común en el siglo XVIII en Inglaterra,
cuando estaba en proceso el establecimiento y afirmación de sus colonias de ultramar.
Por una parte, la posibilidad de que de esta industria surgiera una oposición
organizada o clase social desfavorecida que se opusiera al régimen en las ciudades
era uno de los grandes temores de la nobleza de la época. Se prohibió en la Europa
más absolutista la construcción de vías férreas, motor de la revolución industrial y del
nuevo modelo de producción y esa desventaja tecnológica creó una gran desigualdad
entre los países que se adaptaron al cambio y los países que se aferraron a las
antiguas instituciones.
El absolutismo y el freno tecnológico ha tenido lugar en todo el mundo a lo largo de la
historia: la imprenta en el Imperio Otomano, la navegación en China en el siglo XIV, la
Revolución Industrial en la Europa absolutista o la Etiopía del rey Ezana de Askum,
que poseía instituciones extractivas (primitivas pero extractivas) muy rígidas que
limitaban en gran medida la producción de recursos. Estas instituciones duraron desde
su imposición por este rey etíope en el siglo XIV hasta la revolución militar-marxista
que tuvo lugar en 1974.
La gran brecha de desigualdad que se produjo entre los países industrializados
durante el siglo XIX y los que se negaron a la innovación debido al carácter extractivo
de sus instituciones se ahogaron y vieron su crecimiento mermado con respecto a las
nuevas grandes potencias que eran cruzadas de punta a punta por ferrocarriles que
promovían la movilización de recursos. Aun así, el absolutismo no es la única forma de
institución política extractiva ni tampoco el único factor que impidió el desarrollo y la
industrialización: las instituciones inclusivas deben poseer un nivel de centralización
para no dar el mismo resultado que una institución extractiva, con muchas dificultades
para crear beneficios a todos los niveles.
En el siguiente capítulo veremos la variedad de instituciones y el resultado que causó
la Revolución Industrial en diferentes partes del mundo, como el rechazo al
absolutismo que causó en Francia o Japón o la apertura hacia instituciones políticas y
económicas inclusivas en EE.UU. o Australia.
Capítulo 9: Cómo revertir el desarrollo.
-Durante toda la historia, las potencias dominantes han subyugado a su poder a otros
pueblos y territorios para beneficio de sus instituciones. Son numerosos los genocidios
que se han producido a lo largo de la historia solamente para aumentar el índice de
producción de un modelo económico concreto. Es conocido el caso de Holanda con el
archipiélago de las Molucas, en el que masacró a gran parte de su población sólo para
ver reforzada su economía e introducir nuevos productos y formas de obtener
beneficios.
Es bien sabido que en Inglaterra el giro hacia las instituciones inclusivas vino
influenciado por la presencia inglesa en el Atlántico y su recién estrenado imperio
colonial. Pero también es sabido que a causa de esto, territorios anteriormente
prósperos o con una cultura y forma de obtener recursos concreta han sufrido un
estancamiento o grandes dificultades para avanzar después de que las potencias
europeas explotaran dichos territorios mediante el sistema colonial en beneficio propio,
dejando empobrecidas aquellas zonas. Otros ejemplos de estos sucesos son la
expansión del poder naval y comercial de Europa en el Sudeste Asiático, limitando un
posible período de expansión y crecimiento de la zona, o el negocio del tráfico de
esclavos en África, muy beneficioso para las grandes potencias pero inhumano para
las poblaciones autóctonas.
El esclavismo ha sido motor de grandes economías desde la época del Imperio
Romano. Todas las sociedades prósperas a lo largo de la historia han poseído
sistemas esclavistas que eran baratos y muy beneficiosos, aumentando de
sobremanera los beneficios de las luchas de circo en Roma, la presencia esclava en
los ejércitos africanos medievales o la producción de las plantaciones azucareras o
algodoneras en el Caribe y el Sur de EE.UU. No es hasta finales del siglo XVIII cuando
surgió un movimiento con gran fuerza en Gran Bretaña que pretendía abolir estas
prácticas de gran beneficio y horrible moral. A partir de 1807, con la prohibición del
esclavismo y la reducción de la demanda externa de esclavos se utilizó un nuevo
sistema, por el cual se explotaba a la población africana en su tierra para exportar los
productos que derivaban de esa explotación y cuyo transporte a Europa no era ilegal,
por tanto, la abolición del tráfico de esclavos, más que terminar con la esclavitud hizo
que los grandes beneficiarios de este negocio se reorganizaran y buscaran nuevas
formas de sacar a la explotación de personas. Es por todo este sistema corrupto de
instituciones y economías basadas en el tráfico de esclavos que la industrialización y
el desarrollo no llegó al África subsahariana, que se estancó e incluso sufrió un retraso
de su economía mientras que otras partes del mundo ya eran cruzadas por
ferrocarriles y otras tecnologías paradigmáticas para el desarrollo económico.
A raíz de toda esta pobreza y desigualdad surgida en los países cuyo motor de
economía abarcaba un solo sector comenzaron a desarrollarse las llamadas
economías duales, que dividían al territorio en el que se desarrollaban en dos: una
zona industrializada y desarrollada en la que se respira prosperidad y otra devastada y
pobre, que es la que sirve de motor y sustento a la zona más rica. El fin de las colonias
y el establecimiento de protectorados también daba lugar a este fenómeno, que hacía
de fácil distinción la zona en la que desarrollaba la vida del sector europeo de la
sociedad, con grandes riquezas y comodidades, y la zona en la que vivía y hacía su
vida la población autóctona, que aparentaba un retraso sin posibilidad de avance.
El colonialismo, el esclavismo, el abandono de poblaciones antes dominadas… todos
estos sucesos dieron lugar a las economías duales, cuya aparición era inevitable ya
que todos estos sucesos se han dado a lo largo de toda la historia. Lo que a nosotros
nos incumbe es cómo estos hechos históricos y el establecimiento de estas
economías han dado lugar a países incapaces de ponerse a la vanguardia tecnológica
actual, de mantenerse sin ayuda externa o de producir bienes y servicios suficientes
para que su población desarrolle su vida con normalidad y comodidad. Esta gran
brecha de desigualdad ha sido generada porque, como aprenderemos a medida que
sigamos avanzando en este libro, a las grandes potencias dominantes les interesa
mantenerse a la cabeza de la industrialización mundial, y en muchas ocasiones las
economías que las mantienen a la cabeza se apoyan en el subdesarrollo para generar
prosperidad, siendo inviable proporcionar tecnologías y medios para el crecimiento a
todas estas pobres y estancadas economías e instituciones.
Capítulo 10: La difusión de la prosperidad.
-Este capítulo nos muestra cómo, a partir de las personas consideradas non gratas en
Inglaterra surgieron los Estados Unidos de América y Australia, dos países que se
encuentran hoy a la cabeza de las economías mundiales. El camino que estos
tomaron hacia las instituciones inclusivas es muy distinto al que tomó Gran Bretaña,
pero se alimentaba de él: las revoluciones que tuvieron lugar allí fueron inspiración
para los colonos norteamericanos, que estaban cansados de que la metrópoli no les
tuviera en cuenta, y también dieron lugar a un gran crecimiento económico y
demográfico en Gran Bretaña, que dio lugar al traslado de presos a la isla de la actual
Australia. Poco a poco estos nuevos territorios fueron ganado derechos y libertad de
autogobierno, hasta que se desmembraron definitivamente del Imperio Británico y
tomaron su propio camino hacia el desarrollo.
Los caminos que se tomaron por toda Europa occidental hacia las instituciones
inclusivas fueron muy distintos en cada caso. El yugo absolutista se vio quebrado
gracias al surgimiento de la Revolución Francesa, que derrocó a la monarquía y dio las
riendas del gobierno a la burguesía, la nueva clase social que surgió en las ciudades a
partir de los modelos económicos de la época. Los gremios tenían aplastada y
explotada a esta nueva clase social por imposición real, y el hambre y las pésimas
condiciones dieron lugar al descontento popular, que no tardó en manifestarse como
una gran turba enfurecida cuyo único objetivo era clavar la cabeza de todo noble que
encontrara en una pica. El temor del resto de monarquías a estos sucesos creó
alianzas y ejércitos cuyos objetivos eran ahogar toda intención de avance político en la
sociedad. Bajo este telón de fondo, muchas clases sociales europeas se vieron
inspiradas para derrocar a la mano que les fustigaba y explotaba. La abolición del
sistema feudal en Francia fue su medida particular para ir hacia unas instituciones
inclusivas e igualitarias en términos económicos, que no negaran de oportunidades de
prosperidad a ningún sector de la sociedad. No fue un camino de rosas, con grandes
conflictos de intereses y cabecillas radicales que con sus políticas podían derrumbar
todo lo construido. Finalmente, un golpe de estado por parte de Napoleón Bonaparte
trajo a Francia un período de expansión geográfica y exaltación del militarismo
imperial, que, aunque con carácter absolutista por la figura de Napoleón concentrando
todo el poder, dio paso poco a poco a nuevas instituciones inclusivas que cada vez
traerían más prosperidad.
La Revolución fue exportada a otros países cuyas políticas absolutistas frenaban el
desarrollo, surgiendo nuevas instituciones que, poco a poco, darán lugar a las
instituciones inclusivas actuales y, gracias a los acontecimientos que giraron alrededor
de la población judía en esa época (primero reprimida y luego activamente
participativa en la revolución) dio lugar a la poderosa banca europea, que conservará
su peso e influencia hasta hoy. Aun con todo esto, la imposición de la revolución en
algunos territorios o las invasiones acontecidas por el ejército francés causaron
grandes daños en sectores de la población europea. Por resumirlo de alguna forma, el
ejército francés causó gran sufrimiento a la vez que cambiaba la situación hacia un
modelo más moderno y próspero.
A lo largo de los capítulos anteriores hemos explicado cómo tuvo lugar la Revolución
Industrial Inglesa y por qué ha repercutido tanto, nutriéndose muchos países de la
influencia de esta. Es en este punto divergente donde se estableció qué países iban a
aprovechar la oportunidad y encontrar el desarrollo aquí y cuáles iban a negarse a
este, aumentando la gran brecha de desigualdad que venimos estudiando desde el
capítulo uno. Es en este momento cuando se decidiría qué países iban a tomar el
camino de la industrialización y, por tanto las nuevas medidas institucionales y
económicas y cuáles se quedarían rezagados, notándose estas diferencias (salvo
contadas excepciones) hasta el día de hoy.
Capítulo 11: El círculo virtuoso.
-Tras la Revolución Gloriosa de 1688, la pluralidad política de Gran Bretaña dio lugar a
que los sectores más desfavorecidos de la población se rebelaran contra las nuevas
instituciones políticas que habían sido impuestas. La aparición del estado de derecho
dio lugar a diferentes limitaciones que la nueva élite quería derogar para imponer sus
propios intereses sobre los derechos de los demás, actuando como una monarquía
absolutista pero sin poseer poder absoluto. Estas limitaciones fueron respetadas en
lugar de ignoradas o manipuladas porque el pluralismo político que había surgido de la
Revolución implicaba diferentes puntos de vista e interés en los diferentes sectores de
la élite, que optaron por mantener ese poder no absoluto y mantener los cambios ya
logrados antes que cometer un retroceso político que les confiriera más poder.
El estado de derecho representaba el juicio igualitario de todos los sectores de la
sociedad, que verían las leyes igualadas para todos e imposibilidad de ponerse por
encima de los dictados de estas. Por tanto: de la Revolución surgen nuevos derechos
y formas de pensar que conducen al pluralismo político, que al limitar el poder de la
élite conducen al crecimiento de sectores más bajos de la sociedad, que ven la
posibilidad de ascenso y posesión de riqueza y por tanto se sienten cómodos y se
oponen a la desestabilización del sistema, que si se ve mellado dará lugar a otra
revolución. Este ciclo se hace llamar círculo virtuoso, porque si se desarrolla obviando
todos los obstáculos que se le presentan, será impositor de nuevas políticas e
instituciones dirigidas al desarrollo económico y social.
De la misma forma que no interesaba un retroceso político que deshiciera todo lo
construido con la Revolución, tampoco interesaba ignorar a los sectores de la
población que querían tener representación política. Las nuevas aspiraciones de la
burguesía ponían en jaque a la élite dominante, pero si eran asfixiadas el sistema se
desestabilizaría y se cortaría el proceso del círculo virtuoso. Es por eso que estas
nuevas medidas de participación en política por parte de la población se hicieron
atractivas para la élite, que veía aspiraciones económicas muy ambiciosas: si eran
elegidos por el pueblo de forma legítima, tendrían capacidad para establecer medidas
a su gusto e interés, siempre respetando el proceso del círculo. Esta retroalimentación
dio lugar al germen de la democracia en Gran Bretaña y al conocido como ¨modelo
británico¨, que ilustra mediante todo este proceso como el círculo virtuoso conduce a
unas instituciones inclusivas con grandes índices de desarrollo económico y
tecnológico.
El proceso de desarrollo de las instituciones en EE.UU también dio como fruto un
modelo propio de imposición de instituciones inclusivas y alto índice de desarrollo. El
sistema político pluralista estadounidense se vio acrecentado con las formaciones de
los movimientos populista y progresista, que tenían como objetivo derrocar a los
monopolios que asfixiaban a las pequeñas clases trabajadoras. Poco a poco, esta
serie de movimientos políticos empezaron a tener impacto en las actitudes de las
instituciones y la legislación acerca de los monopolios y su regulación. Es por esto que
el modelo económico de EE.UU basa el desarrollo de la política en base a la
regulación que determina el estado sobre los monopolios y la producción de bienes.
El principal objetivo de estos procesos de reparto del poder y círculos de
retroalimentación positiva es el florecimiento de medios de comunicación libres, que
puedan desarrollar críticas hacia las instituciones y el estado para concienciar a los
sectores sociales de su situación. Este objetivo forma parte del ciclo de los círculos
virtuosos, ya que cuando estos sectores son conscientes de su situación, pueden
organizarse contra el poder y la élite e imponer cambios que, como llevamos viendo a
lo largo de todo nuestro recorrido por el libro, forman parte de la coyuntura histórica
que acaba dando forma a las instituciones que regentan un país y lo llevan al
desarrollo sostenido y constante.
Capítulo 12: El círculo vicioso.
-En este capítulo los autores nos muestran mediante ejemplos el ciclo opuesto al visto
en el capítulo anterior. Este sistema de movimiento de instituciones es denominado
retroalimentación negativa o círculo vicioso. Se trata de un ciclo continúo en el que el
miedo al que ejerce el poder imposibilita cualquier tipo de contrapropuesta o crítica a
las instituciones políticas, que al haber creado este miedo puede desarrollar
propuestas a sus anchas para beneficio propio.
El ejemplo que se nos muestra de Sierra Leona nos proporciona una visión clara y con
perspectiva de que el dictador, previendo que la construcción deun ferrocarril podría
traerle problemas al gobierno que él dirigía, la prohíbe para mantener su poder estable
y poder seguir ejerciendo su política del terror, creando un ciclo en el que, al ser él
mismo el que dicta las leyes se mantiene en el poder gracias a la prohibición de
cualquier elemento que pueda ser negativo para su política. Al igual que este podemos
ver círculos viciosos en el Sur de EE.UU tras la abolición de la esclavitud, que fue un
proceso lento y con gran oposición de la élite, que al estar protegida podía ejercer su
poder libremente; o en Guatemala, con la explotación por parte de los terratenientes a
sus trabajadores en las plantaciones de café.
Estos procesos son denominados por los autores retroalimentación negativa, círculo
vicioso o ¨jerarquía de hierro¨ debido a que la imposición y desarrollo de instituciones y
políticas que participen en el flujo continuo de estos ciclos es permanente a no ser que
los sectores que se ven perjudicados con estas políticas se rebelen, ya que la élite de
encabeza esta jerarquía explotará este sistema hasta verse suficientemente
enriquecida para poder abandonarlo, procurando imponer una sucesión de continuidad
que no termine con el sistema, o hasta que las personas de las que se aprovechan
inicien una rebelión contra las políticas extractivas que les explotan y les roban e
impongan un nuevo sistema, que como vimos en el anterior capítulo, si todos los
sectores de la población se nutren de los beneficios producidos por este y desarrolla
con el beneplácito de estos, posibilitará la creación de un círculo virtuoso que
conduzca una sociedad autoritaria o dictatorial con instituciones extractivas, hacia una
sociedad que se mueve por políticas e instituciones inclusivas. Si la élite continúa con
su libre ejercicio del poder durante un largo período, el proceso conduce a la falta de
ley igualitaria, el estado fracasado, el caos político y, por tanto, mueren todas las
esperanzas de prosperidad económica. Esta situación conduciría a otro gobierno
regido por la élite y comenzaríamos de nuevo el círculo vicioso.
Capítulo 13: Por qué fracasan los países hoy en día.
-Como llevamos viendo a lo largo de los capítulos anteriores, y simplificando todos los
asuntos que participan en la prosperidad de un país, el principal motivo por el que un
país hoy en día no es capaz de mantener un desarrollo sostenido es que mantiene
instituciones extractivas con las consecuencias sociales y económicas que estas
instituciones conllevan. Además, estas instituciones económicas extractivas no crean
los incentivos necesarios para que la gente ahorre. Es por eso que, tras la
independencia de países como Haití, Camerún, Chad o Angola a mediados del siglo
XX, las políticas impuestas por dictadores o revoluciones populares de dudoso
carácter social han provocado que estos países sean más pobres que en los años 60,
cuando aún mantenían los protectorados y colonias de las potencias europeas.
Las numerosas revueltas y pugnas por el poder en África subsahariana han
desembocado en gobiernos dictatoriales que, lejos de interesarse por ejercer una
dirección racional del país, se apropian de los recursos y establecen su mandato
absoluto, que por descontado impide el ascenso de cualquier clase social, tecnología o
algún elemento que pueda poner en duda la veracidad de las instituciones que
regentan el país. Es por todo esto, que los procesos democráticos fallidos suelen
desembocar en situaciones peores que las que se desarrollaban antes.
Es difícil comprender como estas situaciones pueden extenderse años, incluso
décadas. Sin embargo, tiene su propia lógica, su propio ciclo de círculo vicioso: la
violencia y la falta de recursos estatales centralizadas en este tipo de países produce
una relación simbiótica con los políticos que dirigen las partes funcionales de la
sociedad. Esta relación nace de la libre acción de los políticos, que campan a sus
anchas a falta de una ley que regule sus acciones y propuestas y un sistema político
que pluralice el poder y permita tanto el establecimiento de leyes como el
cumplimiento de estas.
A partir de estos ciclos surgen países como Corea del Norte, cuya política es
radicalmente extractiva: la propiedad privada está totalmente prohibida y por tanto la
acumulación legítima de riqueza. En este tipo de países el estado se apropia de todo
bien que se produce, y lo dirige a la riqueza colectiva del país ya que el propio
gobierno está en contra del establecimiento de un mercado. El absolutismo del siglo
XXI es una de las causas directas de la precaria situación de estos países: las grandes
élites que privan a la sociedad de bienes básicos de consumo son los mismos que se
construyen palacios y gastan cifras multimillonarias anuales en caprichos, colecciones
o placeres propios. Esta forma de gobierno tan deplorable es la misma que conduce a
un país a la necesidad de dependencia o rescate exterior.
La solución al fracaso político y económico de los países hoy en día es transformar
sus instituciones extractivas en inclusivas y concienciar al pueblo contra las élites que
los explotan. La creación de círculos virtuosos en países con gobiernos autoritarios es
por una parte la forma de cerrar el ciclo del círculo vicioso que se desarrolla con
anterioridad y por otra la manera de generar riqueza y zanjar desigualdades exteriores,
haciendo posible la participación de dicho país en un mercado libre internacional, así
como en organizaciones económicas internacionales sin riesgo de arrastrar a otros
países a la caída de la economía mundial. La historia es una frontera que hay que
pasar, siendo posible el establecimiento inclusivo en países con una tradición histórica
extractiva o autoritaria.
Capítulo 14: Cómo romper el molde.
-Cómo hemos visto en los últimos capítulos, una vez que un país entra en un círculo
vicioso, los errores de su economía se retroalimentan siendo muy difícil poner fin a
estos. La forma de propulsar estas economías estancadas y atrapadas por sus propias
instituciones es la promulgación de incentivos económicos que hagan que las
personas e instituciones que participan en el ciclo salgan de este e inicien nuevas
formas de producir o introduzcan nuevas tecnologías que supongan un desarrollo
notable.
Los autores nos presentan el caso de Botsuana, país del que partieron tres jefes
africanos hacia Inglaterra a fin de pedir protección y ayuda a la reina Victoria I. La
reina a cambio solamente pidió la instalación de una vía del tren. Este hecho produjo
que los autóctonos de Botsuana pudieran mantener sus minas de diamante e
interesarse por el comercio de estos vía ferrocarril. Pero los países africanos, aún en
su mayoría dominados por élites blancas, rechazaron el comercio con los naturales de
Botsuana por el hecho de ser negros. Esto causó rechazo en los pueblos indígenas,
que vieron hundida su iniciativa empresarial.
La China postrevolucionaria y sus medidas para salir del arcaico sistema que la regía,
la lucha por los derechos civiles de las personas negras en EE.UU… Estos son
ejemplos de instituciones o personas que, descontentas con su situación, rechazan las
imposiciones del sistema y aportan o buscan nuevas medidas para cambiar el modelo
establecido. Es destacable la forma en que estas excepciones de los círculos viciosos
cuentan con el rechazo total de la élite dirigente, ya que cualquier tipo de novedad
aplicada a la actividad y al desarrollo de las instituciones, económicas o políticas,
podría implicar la pérdida de poder por parte de esta. Es por esto que estas
insurgencias y búsquedas de cambio social suelen ser aplastadas con gran severidad
para evitar tanto su promulgación popular como su éxito.
Por todo esto, la posibilidad de ¨romper el molde¨ se vuelve una realidad cuando una
serie de personas, rechazadas, explotadas o de las que el poder abusa, se organizan
contra un objetivo común, siempre dentro de un contexto histórico propicio y una
coyuntura crítica que hagan posibles la realización de estos cambios y luchas.
Capítulo 15: Claves para comprender la prosperidad y la pobreza.
-A lo largo de los anteriores capítulos de este libro hemos elaborado una teoría que
reúna todos los elementos que colaboran en aumentar la brecha de desigualdad que
existe entre los países ricos y pobres, así como también hemos reunido una serie de
hechos históricos que explican por qué Europa Occidental, EE.UU y Japón han llegado
hasta el día de hoy a la cabeza económica del mundo frente a sus vecinos África
subsahariana, China y América Latina. La búsqueda de estos elementos en los
distintos aspectos prácticos de una sociedad o un país nos ha enseñado que esto no
lo mueve un gobierno, sino el carácter de sus instituciones económicas y políticas, su
contexto histórico y la actitud que toma el pueblo frente a su situación son elementos
que, fuera de lo que es generalmente aceptado, son clave y no complementarios al
gobierno que aparentemente lo mueve todo.
Todos estos elementos producen una sinergia en la que se complementan unos con
otros, formando en su totalidad el país y su situación social, política y económica. La
delgada línea que separa hoy en día economía y política realza la persistencia de la
élite en ejecutar sus propuestas según su beneficio, por eso es que dentro de las
instituciones inclusivas, con su mercado, su libertad de desarrollo tecnológico y su
acceso a la formación profesional libre hay relaciones entre la élite política y la élite
económica que no hacen más que perjudicar el desarrollo general de un país
enriqueciendo a un grupo selecto. Se podría decir que vivimos en un sistema mixto,
inclusivo para unas cosas, extractivo para otras, ya que siempre dependemos de la
extracción de bienes de terceros para relanzar una economía inclusiva que funcione
con normalidad. Esto es lo que comúnmente se llama capitalismo, y es promovido por
las grandes élites de instituciones inclusivas para beneficio propio y del país que
regentan, pero perjudicando de sobremanera los países de los que depende la
producción de bienes que sustenta el sistema.
Todo este proceso, propiciado por un contexto histórico que se viene gestando desde
la Revolución Industrial Británica, no puede ser detenido sin el desarrollo de un nuevo
sistema, que por desgracia tal y como nos encontramos hoy en día se trata de una
utopía. Por tanto, atendiendo a la teoría que hemos ido desarrollando, la solución es la
imposición de un nuevo círculo virtuoso que haga posible el desarrollo de la economía
sin explotar a los obreros que sirven de motor para ésta, en el que se desbanque a la
élite que por una parte nos ofrece unos derechos, y por otra nos roba lo que
producimos gracias a esas libertades que nos brindan. Este nuevo sistema, en el que
el pueblo tiene que ser consciente de su situación y de la forma en la que se mueven
los hilos de su sociedad, sólo será posible cuando las instituciones pongan más
empeño en el desarrollo personal que en el del país, que puede enriquecerse mientras
su población se empobrece. Nos venden la desigualdad y la pobreza como un
problema exterior, pero innegablemente creado por el mundo desarrollado y, aunque
este posea la solución a los problemas que sufre el tercer mundo, no la promueve
porque no interesa a las élites dominantes: tenemos múltiples casos de conflictos de
intereses, acrecentados con la formación de bloques en la Guerra Fría. Esta carrera
de armamentos y encuentros en conflictos exteriores entre los dos bloques nos vendía
dos opciones: socialismo y capitalismo, y nos vendieron el capitalismo como verdad
absoluta cuando ninguna de las dos son válidas para mover unas instituciones
inclusivas que no dependan de ningún motor extractivo que no se nos muestre
(véanse la fábricas textiles que empresas norteamericanas poseen en países
subdesarrollados o emergentes como Bangladesh, Vietnam o China) y podamos
disfrutar de un consumo responsable y no basado en la explotación exterior.
¿Qué ocurre? Que a ningún país, organización económica, empresa o institución
privada les interesa esto: se alimentan de la pobreza exterior para montar sus imperios
de desarrollo, riqueza y consumo corrupto. Es por todo esto, que, bajo mi opinión
crítica y como conclusión a la teoría que llevamos elaborando a lo largo de todo este
libro, la desigualdad y la pobreza son dos elementos más necesarios para la creación
de un país, ya que todo país plenamente desarrollado hoy en día se apoya en la
explotación de terceros. Nos preguntamos entonces ¿Por qué fracasan los países?
Pues porque es necesario que algunos fracasen, para que otros puedan llegar a lo
más alto.

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