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I. DATOS INFORMATIVOS:
Institución Educativa N° 8155 “Víctor Raúl Haya de la Torre”
Docente María Olinda Ortiz Coronado
Grado y sección 5° “B”
Duración 3 horas
Fecha 12- 06- 2018
III.PREPARACION DE LA CLASE
Antes de la sesión: Materiales y recursos a utilizar
Elabora tarjetas con los nombres de algunas plantas. Tarjetas con los nombres de algunas plantas.
Cuaderno, papelotes, plumones, tijeras, goma y cinta adhesiva.
Evaluación y Comunicación
Indícales que el trabajo será expuesto en el frontis del aula.
Sugiéreles dibujar en un papalote los pasos para cultivar semillas y dibujar el crecimiento cada 10 días en su cuaderno, explicado
por escrito.
1. El primer paso que debemos seguir para poder plantar una semilla es obviamente conseguir una semilla. Esto
lo podemos hacer de varias maneras, las cuales seguro que has podido hacer alguna vez y no has pensado.
En primer lugar, puedes conseguir la semilla en una tienda de hortalizas o de flores, en las cuales hay semillas
de todo tipo de plantas.
2. Preparar la tierra: El siguiente paso que debemos dar es preparar la tierra, una de las partes más importantes
que debes tener en cuenta. La planta y la tierra son todo uno, ya que las plantas se agarran a la tierra con sus
raíces para poder conseguir todos los nutrientes que la tierra tiene para ofrecer. Por este motivo, hay que hacer
especial hincapié en la tierra que compres, tratando de que sea de calidad y que respete a la planta. La cantidad
de tierra y el lugar de la plantación va a depender mucho de la planta, ya que hay plantas que necesitan mucha
profundidad y espacio, otras que no necesitan mucho y otras que apenas tienen raíz. Aquí se trata de buscar
información sobre cada planta en concreto y de adaptar la tierra y el macetero a lo que quieras de la planta.
3. Regar cuando toca: Ahora es el turno del riego, es decir, de dar agua a la planta. Esto realmente depende
mucho de la planta, ya que hay plantas que necesitan mucha agua y otras que poca. El truco para saber cuánto
tenemos que regar una planta, es buscar el origen de la planta, es decir, cuál es su hábitat natural. Como la
naturaleza es sabia, vamos a poder saber que las plantas van a estar solamente situados en climas que les
favorezcan, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es tratar de imitar lo máximo posible estos climas para que
la planta esté a gusto. Por ejemplo, si tenemos un cactus que vive en el desierto, estos con poca agua ya van
a sobrevivir. Sin embargo, si tenemos alguna planta húmeda como la lavanda, vamos a necesitar mucha más
cantidad de agua para que sobreviva, ya que si echamos poca agua esta planta se va a morir literalmente.
Quitando casos como plantas de agua, nunca debes encharcar las plantas, es decir, que debes evitar a toda
costa echar demasiada cantidad de agua, tal cantidad que cree charcos. Las plantas se ahogan con mucha
agua, demostrando así el dicho de que lo poco gusta y lo mucha mata.
4. La importancia de la luz: La luz es indispensable para la planta al mismo nivel que el agua, ya que es otro de
los muchos productos que se necesitan para poder realizar la fotosíntesis. La luz del sol es un factor
determinante para la planta, sin embargo, en unas más que en otras. Hay plantas que con un poco de radiación
difusa del sol ya pueden sobrevivir y en cambio hay otras que necesitan mucha más luz para poder crecer. De
nuevo nos tenemos que fijar en la naturaleza y proporcionar a la planta la luz que tiene en sus respectivos
hábitats naturales, para así tratar de que estén adaptadas a la luz que realmente necesitan, ni más ni menos.